Antología Rafael Alberti

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Antología R. Alberti TRENES Tren del día, detenido frente al cardo de la vía. Cantinera, niña mía, se me queda el corazón en tu vaso de agua fría. 5 Tren de noche, detenido frente al sable azul del río. Pescador, barquero mío, se me queda el corazón en tu barco negro y frío. (Marinero en Tierra,1925) MADRIGAL AL BILLETE DE TRANVÍA Adonde el viento, impávido, subleva torres de luz contra la sangre mía, tú, billete, flor nueva, cortada en los balcones del tranvía. Huyes, directa, rectamente liso, 5 en tu pétalo un nombre y un encuentro latentes, a ese centro cerrado y por cortar del compromiso. Y no arde en ti la rosa, ni en ti priva el finado clavel, sí la violeta 10 contemporánea, viva, del libro que viaja en la chaqueta. (Cal y Canto,1927) TERCER RECUERDO ...detrás del abanico de plumas y de oro... Aún los valses del cielo no habían desposado al jazmín y la nieve,] ni los aires pensado en posible música de tus cabellos, ni decretado el rey que la violeta se enterrara en un libro. No. Era la era en que la golondrina viajaba 5 sin nuestras iniciales en el pico. En que las campanillas y las enredaderas morían sin balcones que escalar y estrellas. La era en que al hombro de un ave no había flor que apoyara la cabeza.] 10 Entonces, detrás de tu abanico, nuestra luna primera. (Sobre los ángeles,1929) ...Y las viejas familias cierran las ventanas, afianzan las puertas, y el padre corre a oscuras a los Bancos y el pulso se le para en la Bolsa y sueña por la noche con hogueras, 5 con ganados ardiendo, que en vez de trigos tiene llamas, en vez de granos, chispas, cajas, cajas de hierro llenas de pavesas. 10 ¿Dónde estás, dónde estás? Los campesinos pasan pisando nuestra sangre. ¿Qué es esto? - Cerremos, 15 cerremos pronto las fronteras. Vedlo avanzar deprisa en el viento del Este, de las estepas rojas del hambre. Que su voz no la oigan los obreros, que su silbido no penetre en las fábricas, 20

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AntologíaR. Alberti

TRENES

Tren del día, detenidofrente al cardo de la vía.Cantinera, niña mía,se me queda el corazónen tu vaso de agua fría. 5Tren de noche, detenidofrente al sable azul del río.Pescador, barquero mío,se me queda el corazónen tu barco negro y frío.

(Marinero en Tierra,1925)

MADRIGAL AL BILLETE DE TRANVÍA

Adonde el viento, impávido, sublevatorres de luz contra la sangre mía,tú, billete, flor nueva,cortada en los balcones del tranvía.Huyes, directa, rectamente liso, 5en tu pétalo un nombre y un encuentrolatentes, a ese centrocerrado y por cortar del compromiso.Y no arde en ti la rosa, ni en ti privael finado clavel, sí la violeta 10contemporánea, viva,del libro que viaja en la chaqueta.

(Cal y Canto,1927)

TERCER RECUERDO

...detrás del abanicode plumas y de oro...

Aún los valses del cielo no habían desposado al jazmín y la nieve,]ni los aires pensado en posible música de tus cabellos,ni decretado el rey que la violeta se enterrara en un libro.No.Era la era en que la golondrina viajaba 5sin nuestras iniciales en el pico.En que las campanillas y las enredaderasmorían sin balcones que escalar y estrellas.La eraen que al hombro de un ave no había flor que apoyara la cabeza.] 10Entonces, detrás de tu abanico, nuestra luna primera.

(Sobre los ángeles,1929)

...Y las viejas familias cierran las ventanas,afianzan las puertas,y el padre corre a oscuras a los Bancosy el pulso se le para en la Bolsay sueña por la noche con hogueras, 5con ganados ardiendo,que en vez de trigos tiene llamas,en vez de granos, chispas,cajas,cajas de hierro llenas de pavesas. 10¿Dónde estás,dónde estás?Los campesinos pasan pisando nuestra sangre.¿Qué es esto?- Cerremos, 15cerremos pronto las fronteras.Vedlo avanzar deprisa en el viento del Este,de las estepas rojas del hambre.Que su voz no la oigan los obreros,que su silbido no penetre en las fábricas, 20que no divisen su hoz alzada los hombres de los campos.¡Detenedle!Porque salta los mares,recorriendo toda la geografía,porque se esconde en las bodegas de los barcos 25y habla a los fogonerosy los saca tiznados a cubierta,y hace que el odio y la miseria se subleveny se levanten las tripulaciones.¡Cerrad, 30cerrad las cárceles!Su voz se estrellará contra los muros.¿Qué es esto?- Pero nosotros lo seguimos,lo hacemos descender del viento del Este que lo trae],

35le preguntamos por las estepas rojas de la paz y del triunfo],lo sentamos a la mesa del campesino pobre,presentándolo al dueño de la fábrica,haciéndolo presidir las huelgas y manifestaciones,hablar con los soldados y los marineros,

40ver en las oficinas a los pequeños empleadosy alzar el puño a gritos en los Parlamentos del oro y de la sangre.Un fantasma recorre Europa,el mundo.Nosotros le llamamos camarada.

45(Un fantasma recorre Europa,1933)

DE AYER PARA HOY

Subí yo aquella tardecon mis primeros versosa la sola azoteadonde entre madreselvas y jazminesél en silencio ardía. 5Le llevaba yo estrofasde mar y marineros,

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médanos amarillos,añil claro de sombrasy muros de cal fresca 10estampados de fuentes y jardines.Le llevaba tambiéntardes de su colegio,horas tristes de estudio,mapas coloreados, 15azul niño de atlas,pizarras melancólicas,blancas del sufrimiento de los números.Subía yo este ramode naturales, tiernas, 20alegres, breves cosas sucedidas,con el mismo temblorde árbol sobrecogidoque en un día de fiestame cubrió cuando quise 25llegar al pararrayo de la torre.Estaba él derramadocomo cera encendida en el crepúsculo,sobre el pretil abiertoa los montes con nieve perdonada 30por la morena manode junio que venía.Hablamos con vehemenciade nuestro mar, lo mismoque del amigo ausente 35a quien se está queriendover de un momento a otrodespués de muchos años.Cuando se entró la nochey apenas le veía, 40era su opaca voz,era tal vez la sombrade su voz la que hablabatodavía del mar,del mar como si acaso 45no fuera a llegar nunca.¡Oh señalado tiempo!Él entonces teníala misma edad que hoy,dieciséis de diciembre, 50tengo yo aquí tan lejosde aquella tarde puraen que le subí el mara su sola azotea.

(Entre el clavel y la espada,1941)

CANCIÓN 8º

Hoy las nubes me trajeron,volando, el mapa de España,¡Qué pequeño sobre el río,y qué grande sobre el pastola sombra que proyectaba!Se le llenó de caballosla sombra que proyectaba.Yo, caballo, por su sombrabusqué mi pueblo y mi casa.Entré en el patio que un día

fuera una fuente con agua.Aunque no estaba la fuente,la fuente siempre sonaba.Y el agua que no corríavolvió para darme el agua.

(Canciones y baladas del Paraná,1954)