Antoni

Cumella

Carmen Labrador

1º de la escuela de Cerámica de Madrid

1. Años de aprendizaje y formación.Primeras esculturas

Antoni Cumella nace el 31 de agosto de 1913, en Granollers. En 1916 fallece su padre,Joaquim Cumella, joyero. En 1920 su madre, Francisca Serret contrae segundasnupcias con Josep Regàs, alfarero, a cuyo lado el joven aprenderá el oficio.1928 Realiza las primeras obras de cerámica e investigaciones sobre esmaltes, ydescubre otras posibilidades de la arcilla, tales como figuras de belén o retratos depersonas. Toma la determinación de querer ser escultor, actividad que finalmentedecidió abandonar a causa del elevado coste económico que comportaba.1929 Expone por vez primera, en una muestra colectiva, en los locales de la UnióLiberal de Granollers. Tenía entonces 15 años, y presentó esculturas y cerámicas. Laexposición fue inaugurada por Santiago Rusiñol, con quien el joven artista cenó esanoche.La Exposición Universal de Barcelona, en 1929, supuso para Cumella el impacto delpabellón de Alemania, el decisivo proyecto arquitectónico de Mies van der Rohe, queprobablemente iba a ser el inicio remoto, aunque tal vez no del todo conscientemente,del interés por la interacción entre la escultura y la arquitectura. La ExposiciónUniversal le permitió ver por vez primera pintura y escultura europeas, y cerámicacentroeuropea y nórdica. Y también las obras de Manolo Hugué.

Años 30 (16 años) Realiza unos cursos nocturnos en la “Escola del Treball”, deBarcelona.En 1934 gana el segundo premio en un concurso de la escuela con una recopilaciónde 320 términos de vocabulario técnico del oficio de alfarero.La experiencia directa de la obra de Gaudí supone para él una auténtica revelación,pudiéndola conocer de primera mano gracias a la familia donde se aloja en Barcelona,proveniente de Granollers, y antiguos colaboradores directos del propio Gaudí.La otra “revelación” fundamental de ese momento, según sus propias declaraciones,fueron las exposiciones de Aragay (1931) y de Llorens Artigas (1932). En estesentido, también podemos pensar que las diversas exposiciones que Manolo Huguépresentó allí entre 1931 y 1934, y Ceret, fueron de gran significación para el jovenartista. También en esta época se matricula en un curso de historia del arte.En estos años debemos situar la definitiva consolidación, después de los tanteosiniciales, y el encauzamiento de lo que serán los ejes de su trayectoria artística:primeras exposiciones significativas, experiencias docentes relevantes,conocimiento de artistas y creadores de ámbitos distintos, y relaciones conpersonajes de reconocida notoriedad social.

Expone en la Biblioteca Popular de Granollers (1932) y participa en tres ediciones consecutivas dela Exposició de Primavera de Barcelona (1933, 1934 y 1935), en una de las cuales le adquiere obrala Junta de Museos.1935 Es profesor de cerámica en el Grup Escolar Lluís Vives de Barcelona. En estos añosconoce a Pau Casals, Manolo Hugué, Miquel Llor y Josep Llorens Artigas. Aparte de lacontinuada relación con Hugué, mantendrá una gran y duradera amistad con los dos últimos:ambos serán los padrinos de su boda con Agnès Vendrell, en 1942, con la que tendrá dos hijos,Mireia y Toni.Realiza su primera exposición personal en Barcelona en 1936, en las galerías Syra con un textode presentación escrito por Joan Sacs, acaso el más importante exponente del ensayo y de laescritura artística de los años 20 y 30, y el crítico más formado del momento. Cumella seguiráexponiendo regularmente en las Syra en los años posteriores a la guerra: 1941, 1942, 1951, 1954,1956 y 1958. Él tenía gran estima a esa exposición porque fue su primera muestra personal enBarcelona, por el destacado interés del texto y porque el nombre de Joan Sacs le abrió numerosaspuertas. Según Cumella, era quien más sabía de cerámica oriental, quien inauguró la exposición deLlorens Artigas en París, y quien lo dio a conocer en nuestro país.1936 Seleccionado por la Generalitat, participa en la VI Trienal de Milán, donde obtiene laMedalla de Oro, galardón que obtendría nuevamente en dos ediciones posteriores, 1951 y 1957.Más allá de galardones, la importante visibilidad europea de su obra que comportó el éxito en laIX Triennale, en 1951, le proporcionó un gran y decisivo reconocimiento internacional,claramente significativo en vistas no sólo a su proyección en ámbitos centroeuropeos sino tambiénen lo que respecta a la insistencia en la transversalidad bellas artes/artes aplicadas, y a lasposibles relecturas de los vestigios críticos de escuelas como Bauhaus o Ulm.

La Generalitat le concede una bolsa de estudios para realizar una estancia en la capitalfrancesa. Llega a la ciudad el 13 de julio, pero a los pocos días se produce el alzamientofranquista, hecho que iba a cambiar repentinamente el rumbo de los acontecimientos.El dinero de la beca ya no llegaría: Llorens Artigas constituye su único soporte en laciudad. Decide volver a casa e incorporarse a filas. Sin embargo, la breve estancia enParís le permite contemplar en directo importantes piezas de cerámica oriental enlos museos Guimet y Cermesky, especialmente de la época Sung, que conocía conanterioridad gracias a los libros de la biblioteca de Granollers. Años más tarde, en1964, en Nueva York, como participante en el pabellón español de la Feria Mundial,Cumella ampliará la experiencia directa al poder contemplar las magníficas coleccionesde cerámica oriental del Metropolitan Museum of Art.En esta primera y breve estancia en París tendrá también la oportunidad de ver la granretrospectiva de Cézanne presentada por los museos de la ciudad: el artista capital queencarna el auténtico cambio de siglo en la historia del arte occidental, y el pasoirrevocable de la representación al análisis en la pintura.1936–1939 Pasa los años de la guerra como sanitario en el frente de Aragón, primero,y en el hospital de recuperación de heridos de Liria, Valencia, después. Y finalmente esrecluido en el campo de concentración de Porta Coeli, en Valencia.Sale en libertad en 1940, aunque privado de los derechos civiles básicos, motivo porel cual tendrá que vivir en una suerte de exilio interior hasta que le es retornado elpasaporte, en 1952.

2. Creación i compromiso: un artista internacional contaller en Granollers

En la dureza y el desierto cultural de la posguerra Cumella muestra su capacidad y suvoluntad de colaboración y de activismo cultural y cívico, una contundente “energíacivil” que tanto le iba a caracterizar a lo largo de las décadas: proponiendo actividades,invitando a personas de otros lugares, ofreciendo desinteresadamente susconocimientos y obras, y no sólo a la ciudad sino también (según palabras suyasrepetidas en diferentes ocasiones y auditorios) en referencia a su propia casa: “laspuertas de mi casa están abiertas”.En el año 1950, como clausura de un curso de historia del arte se celebra unaexposición con obras de Picasso, Tàpies, Torres-García, Llorens Artigas, ManoloHugué y Cumella, entre otros. Como era de esperar, es del propio Cumella de quiensurge la iniciativa de este proyecto, así como también la procedencia de algunas de laspiezas más notables de la exposición.En esa misma línea, en 1954, cuando la ”Asociación Cultural” le organiza la exposicióncon motivo del premio obtenido en la II Bienal Hispanoamericana de Arte (en LaHabana), Cumella propone y lleva a cabo la Semana de Arte Moderno paralelamente ala exposición, con obras de Miró, Picasso, Torres-García y Braque

El pasaporte le es retornado en 1952, año en que por primera vez después de la guerrasale a Europa. En 1962, Cumella es el invitado de honor de la muestra “Grèsd’aujourd’hui, d’ici et d’ailleurs” en el Château de Ratilly, momento en que inicia suamistad con el mimo Marcel Marceau y el fotógrafo Jean Dieuzaide. En ese mismo añoparticipa en “Maîtres Poitiers Contemporains”, en el Musée d’Arts Décoratifs deParis. Y en 1981 forma parte de la exposición “La Catalogne d’Aujourd’hui”, en elPalacio de la Unesco, en París.A lo largo de la década, Cumella participa como jurado en premios artísticos locales, deescasa trascendencia. Entre estas diferentes actividades, sin embargo, en el año 1954Cumella es profesor de cerámica en la “Escola del Treball” de Barcelona, y un añoantes había empezado a realizar placas.En 1954 participa, entre otros artistas españoles, en la II Bienal Hispanoamericana deArte, en La Habana. El hecho de ganar el Premio Cuba le supone el primer paso enfirme hacia la consolidación real del reconocimiento de su trabajo en España.La primera exposición significativa en Madrid tiene lugar en 1955, en el Museo de ArteContemporáneo, aunque antes Cumella ya había participado en la I ExposiciónNacional de Artes Decorativas de 1947 (en cuyo jurado figuraba Llorens Artigas), y enla que obtuvo la Medalla de Plata

Significativa incorporación de Cumella al escenario artístico español. Eugeniod’Ors visita la exposición del artista en las galerías Syra de Barcelona, y su opiniónacerca de ésta iba a ser decisiva en el éxito posterior de Cumella en Madrid. Entrada delartista en los círculos literarios, teatrales, arquitectónicos y artísticos del Madrid de losaños 50: Pedro Laín Entralgo, Xabier Zubiri, José Luis L. Aranguren, Luis FelipeVivanco, Luis Rosales, Dionisio Ridruejo, Juana Mordó, Rafael Zabaleta, ManoloMillares, Fernando Fernán-Gómez, Benjamín Palencia, Pablo Serrano. Antoni Cumellarealiza la exposición en el Museo de Arte Contemporáneo, en Madrid, tal como sedenominaban entonces las salas de exposiciones ubicadas debajo de la BibliotecaNacional.En 1958, la primera exposición de Cumella en la galería Biosca de Madrid (realizaráuna segunda en 1964) le supone un gran éxito, además de abrirle nuevas perspectivasprofesionales y personales, concretamente en el ámbito de la arquitectura: Miguel Fisacpronuncia una conferencia en el marco de la exposición, y Javier Carvajal, que seráautor del pabellón español de la Feria Mundial de Nueva York de 1964, para el queencargará a Cumella un mural, “Homage to Gaudí”, reafirma el interés por la obra delartista. Esta exposición supone también una creciente relación con los artistas del grupomadrileño “El Paso” (Saura, Millares, Rivera, Canogar), que le invitan a participaractivamente en la “Semana de Arte Abstracto”, organizada por el grupo junto con laEscuela de Arquitectura de Madrid, en La Sala Negra (así llamada porque Saura habíapintado sus paredes de color negro), un espacio del Museo de Arte Contemporáneo, conobras de Chillida, Chirino, Tàpies, Saura y Ferrant, entre otros.

En 1959 forma parte de la junta de la Asociación de Artistas Actuales de Barcelonadesde la que preside el III Salón de Mayo, certamen creado en 1957 por la citadaAsociación para dar cabida a movimientos renovadores y como alternativa a los salonesoficiales.Con vistas a la década de los 60, y en progresiva sintonía con la expansión de lasactividades artísticas producida en Europa, podríamos calificar de auténtico activismocultural la implicación de Antoni Cumella en la promoción y organización de tresepisodios fundamentales en la vida cultural catalana: En 1958 aparecen las primeras iniciativas para la constitución del Museo de ArteContemporáneo de Barcelona,. El museo se inauguró en 1960, en un espacio cedidopor el Fomento de las Artes Decorativas (FAD).Un año antes, Cirici, Cumella y Romà Vallès, en una iniciativa pionera en Españarespecto a los estudios de diseño, habían fundado la Escuela de Arte del FAD, en laque Cumella impartía las clases de “Teoría del Volumen”.En 1959, Cumella impulsa y organiza la creación del Premio Granollers de Pintura,que tendría seis convocatorias, hasta 1964. Tras seis convocatorias, y a causa del asediopermanente de las fuerzas locales, el premio acabó por desaparecer.

En 1964, un encargo de la empresa Osborne reunió a Cumella ySalvador Dalí para crear una botella singular para un brandyespecial: el pintor diseñó el envase y el ceramista realizó el tapón.

Desde mediados de los años 60, Cumella muestra sus obras en exposiciones realizadasen dos galerías muy significativas de Barcelona: René Métras (“Presencias de nuestrotiempo”) en 1964, de la que ya había realizado la fachada en cerámica negra, y Dau alSet en 1974, 1980 y 1988. La exposición de 1974 es reconocida con el premio de laAsociación de la Crítica de Barcelona . En 1973 expone en la Sala Vallparadís, deTerrassa, y en el Centre de Lectura de Reus, en 1981.En 1980, y con motivo de haberle sido concedido el Premio Nacional de ArtesPlásticas, instituido ese año por primera vez, se le organiza una exposición en elPalacio de Velázquez de Madrid.En 1982 le son otorgadas la Creu de Sant Jordi y la Medalla de Oro del FAD y esnombrado Hijo Predilecto de la Ciudad de Granollers.En 1984 realiza la Medalla del Parlament de Catalunya.Antoni Cumella muere el 25 de enero de 1985, a la edad de 72 años.Tras la muerte de Antoni Cumella, la primera exposición en homenaje al artista tuvolugar en 1986 en el Museo Español de Arte Contemporáneo de Madrid: “Homenaje aCumella”.

Arquitectura: murales y esculturas de pared

De la visita que realizó a la Exposición Universal de Barcelona de 1929, con sólo 16años, Cumella recordaba siempre el gran impacto que le causó el pabellón deAlemania de Mies van der Rohe, síntoma por excelencia de los progresos de lamodernidad arquitectónica tanto por el rigor geométrico de los espacios y la claridadestructural, como por el poderoso cromatismo de la piedra utilizada para suconstrucción.Aun hallándose en direcciones formales y conceptuales diametralmente opuestas, laotra gran “revelación” arquitectónica de esos momentos fue la experiencia directa de laobra de Antoni Gaudí. Cumella adoptará de forma intermitente la técnica deltrencadís(*) gaudiniano como un significativo elemento morfológico en sus murales.

(*) Del catalán trencar (romper), referido al uso de fragmentos de azulejos a modo decollage empleado habitualmente por Gaudí, y que constituye uno de sus rasgos máscaracterísticos.

Desde finales de la década de los años 50 un nombre se convertirá en central en latrayectoria de Cumella: Alberto Sartoris, arquitecto italiano, de gran prestigiointernacional, especialmente como teórico, y figura mítica del espíritu racionalista de laarquitectura del siglo XX. El pensamiento crítico de Sartoris fue decisivo en lageneración de arquitectos catalanes de la época, algunos de los cuales, en 1951,constituyeron el Grup R, episodio crucial de la modernidad arquitectónica deposguerra, que también recuperaba la memoria de preguerra. La relación de Cumellacon el Grup R evidencia el compromiso del artista con la arquitectura contemporánea.A finales de estos años 50, Cumella establece vínculos destacados con los arquitectosmás significados de Madrid.En 1964, para su proyecto del pabellón español de la Feria Mundial de Nueva York,Javier Carvajal encarga a Antoni Cumella una gran intervención: el resultado será elconjunto formado por el mural “Homage to Gaudí”.Con motivo de este trabajo, AntoniCumella y Agnès Vendrell residirán en Nueva York durante un mes, a lo largo del cualvan a establecer relaciones y encuentros con personajes de indudable relieve,destacando la visita a Josep-Lluís Sert, figura emblemática de la vanguardiaarquitectónica de la II República, y otras dos figuras fundamentales de la arquitecturainternacional del siglo XX: Sigfried Giedion (1888-1968), el legendario arquitecto yteórico suizo representante de la tradición bauhausiana en la que se formó, autor de lateoría del Espacio-Tiempo relativa a las percepciones tridimensionales de la formaarquitectónica, y Kunio Mayekawa (1905-1986), arquitecto japonés de gran fama einfluencia, que estudió con Le Corbusier y que después formó parte de su equipo.

El arquitecto con el que probablemente el artista mantuvo una de las relacionesprofesionales más directas y estrechas fue Xavier Busquets. Autor de numerosostrabajos, solicitó la participación (casi implicación) de Cumella en los edificios queproyectó para el Colegio de Arquitectos (1961), la Mutua General de Seguros (1978)y la empresa Sandoz (1972), en Barcelona, así como para la sede de Olivetti (1966),en Madrid. La huella de Cumella se hace patente en cada uno de ellos por lacomplejidad formal y por la innovadora sutileza de las respectivas intervenciones,siempre específicas, y en total sintonía con las evoluciones del concepto de esculturaa partir de su consideración como campo expandido y ampliado, y en estrecharelación con el paisaje y/o la arquitectura. El encargo de un muro-celosía destinadoal interior del edificio del Colegio de Arquitectos puede leerse aún hoy día como unaintervención arquitectónica evolucionada, al incorporar a su obra elementosprocedentes de la producción industrial que alteraban, de este modo, el caráctersingular habitualmente atribuido a la creación artística, elemento éste que habría deser decisivo en la progresión de parte de su obra a lo largo de los años siguientes.Resulta obvio no poder reducir las intervenciones de Cumella en arquitectura alesquematismo del término mural, puesto que incluso en el más “monumental” de loscasos, su trabajo hace siempre patente una idea nuclear de lo escultórico, es decir,la configuración de formas y volúmenes de un objeto tridimensional que alinstalarse en un espacio lo afecta, modifica, forma parte de él y acaba porconstituirse como uno de sus elementos indispensables con los que formular losvínculos relacionales entre la escultura y la arquitectura, entre el objeto y el espacio.

Los trabajos arquitectónicos y constructivos de Cumella, lejos de configurarse como unbloque homogéneo, operan con diversas tipologías formales:

-La cerámica monumental supone la implicación de una producción industrial que noexcluye la elaboración manual de esmaltes o la selección de formas detalladas.Las arquitecturas interiores modifican y redefinen espacios y volúmenes interiores apartir de la presencia de una obra específica, de gran contundencia y complejidadformal. Sus obras no “están ahí” sino que “son ahí”, modificando y recreando lascondiciones perceptuales de los espacios.

-Los murales, en un sentido más estricto, ubicados en fachadas e interiores deedificios, proponen lecturas estrictamente frontales, casi pictóricas, al ser planos ycarecer de volumen y de situaciones tridimensionales.

-Las esculturas de pared, por último, aparecen como intervenciones de marcadocarácter escultórico aunque adheridas a una pared, de la cual parecen emerger y crecer.Los volúmenes protuberantes trabajan el espacio de modo claramente tridimensional, aligual que una escultura exenta. Aquí, sin embargo, la escultura ha perdido el pedestal ylo ha substituido por la propia pared.

Columna del hotel Cap sa Sal, Begur, 1963

Banco industrial del MediterráneoBarcelona 1973

Homage toGaudi

Pabellón deEspaña

Feriainternacional

de NuevaYork1964

Edificio OlivettiMadrid, 1966

Edificio Sandoz, Barcelona 1972

Les Taules de la Llei, facultad de Derecho, Barcelona, 1959

Mutua General

deSeguros

“Homenatge a Angel Ferrant”, de 1975

Piezas de torno. Esculturas

Las obras constituyen un denso bosque de formas y colores. Son formas puras, quedan la sensación de fácil ejecución, como si el proceso se detuviera de forma aleatoria.Pero no es así: Cumella subía el barro y creaba la pieza con la habilidad ejecutiva dequien sabe qué hace, resultando esa sensación de facilidad, de no esfuerzo. No se ve ladificultad de la acción por la perfección del gesto.El volumen equilibrado, simétrico y armónico sugiere la sensación de tranquilidad,serenidad. El esmalte es el elemento final que contribuye a subrayar las formas de las piezas oaliviarlas, acentuando su direccionalidad, la pesadez de la base o la esbeltez del cuerpo,así como en otros casos, la redondez de la forma. Encontramos, pues, piezas que partende una base circular y crecen verticalmente en espiral. Esta forma circular puede serseñalada por el esmalte con pequeñas líneas hechas con pincel.Son piezas en general monocromas, como gustaban a Cumella, pero con unaextraordinaria riqueza de matices, gradaciones, granulados, salpicaduras y resbalonesde barniz.

Las piezas de Cumella son obras de arte, han perdido su funcionalidad aunque en elorigen existiera. La pieza de torno de Cumella no sigue la tradición de los antiguosvasos, sus piezas de gres no están sometidas a ninguna necesidad práctica.Estos grandes cuerpos escultóricos son de la misma materia que las piezas de torno: elgres, material preferido por el artista, aunque hay otros de más refinados, como laporcelana. Cumella es fiel al gres, y por una razón muy simple: permite una ductilidadsuperior y, por tanto, más libertad de forma. En unas pequeñas libretas, Cumellarecogió sus colores. Estas páginas están llenas de fórmulas químicas correspondientes alas pastas de los diferentes esmaltes, que dan los diferentes colores.Cumella torneaba o esculpía la forma, la dejaba secar, a continuación la pieza entrabaen el horno y era escaldado a 800 º- 900 º. Después esmaltaba la pieza, y una segundahornada era propiamente la cocción, a 1.300 º. En el proceso de Antoni Cumella haydos momentos clave: dar la forma y aplicar el esmalte idóneo. Cumella paseaba por eltaller mirando las piezas escaldadas y pensaba qué color aplicar a las formas. Era unmomento decisivo: para Cumella la forma determinaba el color. Cuando abría el hornoy sacaba las piezas tras la cocción quería estar solo. Si alguna pieza no respondía a laidea que el artista quería, era destruida inmediatamente; La rotura se producía por elrigor que imponía en su trabajo, o porque la pieza, aunque técnicamente fuese perfecta,no respondía a la perspectiva que tenía antes de su cocción. Si había pensado un azul,un ocre o un beige concreto, no le servía ningún otro azul, ocre o beige.

Cumella fue un gran conocedor de los esmaltes, como se puede ver claramente en elrojo sangre de buey que logró en muchas de las piezas. Dentro del color, era un maestroen la diversidad de matices, la saturación y el brillo. Antoni Cumella es unconstructor de intensidades cromáticas y de texturas.La dimensión es otro elemento para comentar de la obra de Cumella, tanto en lasesculturas como en las piezas de turno y a las grandes intervenciones en la arquitectura.Su capacidad dimensional no es tan sólo el gran contraste que hay entre los trabajosarquitectónicos respecto a las piezas de torno, sino que también dentro de éstas hay unasorprendente diversidad de dimensiones: piezas de pequeño formato frente a grandesvolúmenes.Otro elemento reiterativo en su obra es la naturaleza. Tanto los volúmenesmorfológicos como los motivos de los acabados están ligados a ella. Llamamostrazados temáticos todos estos acabados, texturas, que constituyen un entramado deformas vegetales y minerales, y que configuran verdaderos paisajes espaciales. Muestraincisiones o trazos referentes que recuerdan raíces, venas, tejidos y concentraciones deelementos orgánicos. En los trabajos bidimensionales, los dibujos y motivos recuerdanformas celulares a vista de microscopio, u órganos y arterias del cuerpo humano. Lasesculturas mayoritariamente presentan un revestimiento que imita un trazo vegetal,incisiones que hacen un mínimo relieve, dibujando líneas asimétricas que rodean elvolumen.

El círculo, es una de las formas básicas en los acabados: son pequeños círculosencadenados que forman líneas curvas que recorren y acentúan los contornos yadefinidos por la forma del volumen.La esfera es el elemento esencial de toda la actividad creadora de Cumella. En los añossetenta hizo una serie de esculturas que parecían verdaderos piedras, por su formaalmendrada y por su textura pétrea.Si miramos el conjunto de las piezas escultóricas no parece osado señalar que tienenesa esencia, la mayoría se mueven en formas orgánicas, muy cercanas al trabajo deHenry Moore.

• http://www.antonicumella.org/• Monografía Antoni Cumella. Glòria Fusté Historiadora de l'art,Museu de Granollers• http://www.arcadja.com/auctions/es/cumell

a_serret_antoni/artista/261562/

• http://www.cumella.cat/home.htm