Antropofagia no. 2

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FAGIA REVISTA CULTURAL 2 AÑO I | ISSN 2362-1966 ANTROPO

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Revista cultural Ediciones Tilacino

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FAGIA

REVISTA CULTURAL 2 AÑO I | ISSN 2362-1966

ANTROPO

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A N T R O P O F A G I A N° 2 | A Ñ O 1

S T A F F P E R M A N E N T E

NATALIA SINDE

CRISTIAN E. GUARINOS B

ESTEFANÍA SINDE ©

E D I C I O N E S T I L A C I N O

9 DE JULIO 126, JUNÍN (B), ARGENTINA

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F E L I C I D A D

La felicidad tiene un inconveniente fuerte, es que no se puede ser felicessolos. Esto lo decía una niña de cuatro años: "Para ser felices hay que serdos o tres". Es difícil ser felices con padres que aburren o con padres quesacrifican su vida por sus hijos. Esto es lo peor que se puede hacer. Los niñosnecesitan, desean estar rodeados de adultos felices, satisfechos. Por eso,yo estoy en contra de lo que dicen algunos padres: "Yo renuncié a mi carrerapor mi hijo"; pues ha hecho muy mal, porque no ha hecho lo primero quedesearía un hijo, una madre satisfecha.

F. Tonucci

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Y O S O Y G R A C I A S A L O S D E M Á S

Un antropólogo propuso un juego a los niños de una tribu africana. Pusouna canasta llena de frutas cerca de un árbol y le dijo a los niños que aquelque llegara primero ganaría todas las frutas. Cuando dio la señal para quecorrieran, todos los niños se tomaron de las manos y corrieron juntos, des-pués se sentaron a disfrutar del premio. Cuando el antropólogo les pre-guntó por qué habían corrido así, si uno solo podía ganar todas las frutas,le respondieron: UBUNTU, ¿cómo uno de nosotros podría estar feliz si todoslos demás están tristes? UBUNTU, en la cultura Xhosa, significa: “Yo soyporque nosotros somos”.

A. P. Frato

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M. C. Escher

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A C E R C A D E L A N A T U R A L E Z A

Nada del universo está vacío, ni lleno en demasía. Como eran antes, enefecto siguen siendo y seguirán; y nunca, creo, de ninguno de los dos ha devaciarse el tiempo inagotable. No hay nacimiento en absoluto de ningunode los seres mortales, ni tampoco consumación de la funesta muerte, sinotan sólo mezcla y disociación de lo mezclado es lo que hay, y “nacimiento”es un nombre que los hombres le dan. Doble es el nacimiento de los seresmortales, doble su destrucción. Unas veces por Amistad concurriendo enuno todos ellos; otras, por el contrario, separados cada uno por un lado porla inquina del Odio. Doble es la historia que voy a contarte. Pues unas vecescreció para ser uno de múltiple que era, otra, por el contrario, de uno queera se disoció para ser múltiple. Odio pernicioso, por doquier igualado, masentre ellos la Amistad, igual en extensión y en anchura que él.

Extracto - E. de Agrigento

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C I N T A D E M O E B I U S

M. C. Escher

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I N F A N C I A

Crezco como un animalito, sin vigilancia, bañándome en los canales san-juaninos, trepándome a los membrillares, durmiendo con la cabeza entrepámpanos. Cuenta mi madre que, como comprendía, yo aprendí muy tem-prano la ciencia de llorar.(A los 12 años escribe su primer poema:)Es de noche, mis familiares ausentes. Hablo en él de cementerios, de mimuerte. Lo doblo cuidadosamente y lo dejo debajo del velador para quemi madre lo lea antes de acostarse. El resultado es esencialmente doloroso:a la mañana siguiente tras una contestación mía levantisco unos coscorro-nes frenéticos pretenden enseñarme que la vida es dulce. Desde entonceslos bolsillos de mi delantal, los corpiños de mis enaguas, están llenos depapeluchos borroneados que se me van muriendo como migas de pan.

A. Storni

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C O N S E R V A C I Ó N D E L O S R E C U E R D O S

El filósofo francés Regis Debray plantea que así como heredar no es recibir,transmitir no es transferir sino reinventar, y por lo tanto alterar. Esto se debea que la información transmitida no es independiente de su medio técnicoy orgánico. Como consecuencia, no hay reproducción mecánica sino tran-sustanciación que agrega tanto como quita. La pérdida está ligada al actomismo de rememoración, y la alteración es la otra cara de la conservación. Asimismo, Debray afirma que hay riegos que secan. Véase la carencia desaber por superabundancia de informaciones que desalienta toda retencióny la desintegración de las memorias por la acumulación de huellas. AdreasHuyssen refiere a la nueva moda que articula medios y memoria como unaobsesión cultural. Esta musealización del mundo despolitiza, pues congelael pasado en íconos o lemas cuya fragmentación elimina el conflicto.

N. Sinde

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R E V E R S I Ó N D E Ó R D E N E S

Volverán los oscuros balconesde la golondrina sus nidos a colgar.

C. Guarinos B

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D I C C I O N A R I O C O C T E A N O

Película: Fuente petrificante de pensamiento que resucita situacionesmuertas y permite dar apariencia de realidad a lo irreal, es decir, a lo quedesborda nuestros pobres límites.

El poeta: Quien, al componer poemas, utiliza una lengua ni muerta ni viva(que pocas personas hablan, que pocas personas entienden) para encontrara sus compatriotas en un mundo en el que muy a menudo, el exhibicio-nismo que consiste en mostrar su alma desnuda, se ejercita entre ciegos.Una fuerza ignorada nos habita, nos maniobra y nos dicta esa lengua.

Lo demostrable: Vulgaridad. Todo lo que se demuestre es vulgar.

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M U J E R E T É R E A - M U J E R P E D E S T R E

No sé; me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magno-lias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doyuna importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un alientoafrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de sopor-tarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zana-horias; ¡pero eso si! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningúnpretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las quepretendan seducirme!Está fue -y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de MaríaLuisa. ¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfuro-sos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradasde pronóstico reservado? ¡María Luisa era una verdadera pluma!

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Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedora la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizabasus compras, sus quehaceres… ¡Con qué impaciencia yo esperaba que vol-viese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entrelas nubes, un puntito rosado. “¡María Luisa! ¡María Luisa!… y a los pocossegundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, vo-lando, a cualquier parte.Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproxi-maba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, comodos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje for-zoso de un espasmo. ¡Que delicia la de tener una mujer tan ligera…, aunquenos haga ver, de vez en cuando las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pa-sarse los días entre las nubes… la de pasarse las noches de un solo vuelo!

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Después de conocer a una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clasede atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sus-tancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a se-tenta y ocho centímetros del suelo? Yo, por lo menos, soy incapaz decomprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño queponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que puedahacerse el amor más que volando.

O. Girondo

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D I S P O N I B I L I D A D E S D E L C U E R P O P R O P I O

Es probable que la memoria más antigua que poseamos sobre nosotrosmismos se vincule a nuestro hogar. No lo llamemos así con la ingenuidaddel «en casa se respiraba calor de hogar» pues hay hogares comparables ainfiernos, sino con la pretensión de tender un puente entre el objeto «casa»y la multiplicidad rizomática de lo subjetivo: el hogar de mi infancia no essólo mi casa sino también la de mis abuelos, el jardín de infantes, algunasveredas del barrio...A veces, el azar nos regala la justa mezcla entre aromas capaces de revivirmomentos de nuestra edad temprana. Por ejemplo, aquella vez que olí elperfume a tierra mojada y no sé qué y me recordé con unos 3 años de edaddegustando la tierra de una plata recién regada. Quizá se deba a que el ol-fato es el sentido más tempranamente desarrollado, y sus impresiones losprimeros ingredientes en el crisol sensorial por nosotros experimentado,

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lo cierto es que los aromas nos traen al presente algo de nuestro pasado,lo adhiere de nuevo a la piel y por un instante vibramos con rayos de solesque creíamos muy lejanos.Hasta hace poco caminábamos por centros comerciales aturdidos de car-teles, bocinas y motores, pero sin oler a la par smog y vulgares fraganciasde ambiente liberadas con regularidad por un aspersor cronometrado. Mepregunto si será este un síntoma más de la impersonalidad de nuestrostiempos.

N. Sinde

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A M N E S I A

Hay que haber empezado a perder la memoria, aunque sea sólo a retazos,para darse cuenta de que esta memoria es lo que constituye toda nuestravida. Una vida sin memoria no sería vida… Nuestra memoria es nuestra co-herencia, nuestra razón, nuestra acción, nuestro sentimiento. Sin ella, nosomos nada…(Viene por fin la amnesia retrógrada, que puede borrar toda una vida, comole sucedió a mi madre…)

L. Buñuel

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E S E O T R O P R I M I T I V O

Una serie de extravagantes sucesos que pueden producirse en la mente deuna persona ocurren con más frecuencia de la que imaginamos. La mentees muy compleja y su actividad continua, intensa, profunda y en gran me-dida desconocida. El hilo que separa la salud mental plena de una saludmental resquebrajada es peligrosamente fino. Nuestra memoria es tan po-tente como frágil; no hay dos personas que describan un suceso de lamisma manera, con eso está todo dicho. Si esto ocurre en condiciones nor-males, ¿qué puede esperarse ante un daño en los mecanismos de nuestrapercepción?En Un perro bajo la piel, el neurólogo inglés Oliver Sacks relata el caso deun joven estudiante, habitual consumidor de LSD, cocaína y anfetaminas,quien sueña que es un perro en un lugar increíblemente rico y al despertarse encuentra en un mundo con esas cualidades. Siente como si hasta en-

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tonces hubiese estado ciego a todos los colores y de repente hallase po-tenciada su visión cromática. Pero lo que realmente se ha transformado enél es la exaltación del sentido del olfato: puede identificar calles, tienda yemociones por su aroma. Después de tres semanas sus sentidos vuelven ala normalidad. El joven se alegra, pero también lo considera una pérdidatremenda: necesita a ese otro primitivo y siente nostalgia por aquel mundofragante, tan vívido, tan real. Ahora puede ver a qué han renunciado losseres humanos por ser civilizados y humanos.

E. Galante

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L A E U F O R I A D E U N A P E R S O N A S A N A

Qué paradoja, qué crueldad, qué ironía hay aquí. ¡La vida interior y la ima-ginación pueden permanecer apagadas y adormecidas si no las libera, si nolas despierta, una intoxicación o una enfermedad!Es precisamente esta paradoja (…) la responsable de la seducción del sín-drome de Tourette y asimismo, sin duda, de esa inseguridad peculiar quepuede acompañar a una droga como la cocaína (de la que se sabe que,como la L-Dopa y el síndrome de Tourette, eleva la cuantía de dopaminaen el cerebro). De ahí el comentario sorprendente de Freud sobre la coca-ína, de que la sensación de bienestar y euforia que provoca “…no difiereen modo alguno de la euforia normal de una persona sana. En otras pala-bras, estás sencillamente normal, y pronto resulta difícil de creer que sehalla uno bajo la influencia de una droga.”

O. Sacks

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C U A D R A D O S Y Á N G U L O S

Casas enfiladas, casas enfiladas,casas enfiladas.Cuadrados, cuadrados, cuadrados.Casas enfiladas.Las gentes ya tienen el alma cuadrada,ideas en filay ángulo en la espalda.Yo misma he vertido ayer una lágrima,Dios mío, cuadrada.

A. Storni

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L A E N F E R M E D A D D E C U P I D O

Natasha K., una mujer inteligente de noventa años, acudió recientementea nuestra clínica. Explicó que poco después de cumplir los ochenta y ochoadvirtió «un cambio». ¿Qué clase de cambio?, le preguntamos.–¡Delicioso! –exclamó–. Era muy agradable. Me sentía con mucha másenergía, más viva... me sentía joven otra vez. Empezaron a interesarme loshombres jóvenes. Empecé a sentirme, digamos, «retozona»... Mis amista-des empezaron a preocuparse. Al principio decían: «Estás radiante... ¡Pa-rece que has rejuvenecido!», pero luego empezaron a pensar que aquellono era del todo... razonable. «Tú eras siempre tan tímida», «y ahora eresuna frívola: Andas siempre riéndote, cuentas chistes... ¿tú crees que estábien eso a tu edad?».–¿Y cómo se sentía usted?–Yo me había dejado llevar, y no se me había ocurrido poner en entredicho

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lo que estaba pasando. Pero entonces lo hice. Me dije: «Natasha, tienesochenta y nueve, esto ya dura un año. Siempre fuiste tan moderada en tussentimientos... ¡y ahora esta extravagancia! Eres una mujer vieja, casi alfinal de la vida. ¿Qué podría justificar una euforia repentina como ésta?».Y en cuanto pensé en euforia, las cosas adquirieron un nuevo aspecto...«Estás enferma, querida», me dije. «¡Te sientes demasiado bien, tienes queestar mala!». Era algo de mi cuerpo, de mi cerebro, lo que me ponía taneufórica. Y entonces pensé... ¡maldita sea, esto es la enfermedad de Cu-pido! La sífilis, ¿comprende? Es que yo estuve en un burdel en Salónica,hace casi setenta años. Mi marido me salvó, me sacó de allí, hizo que me latrataran. Eso fue muchos años antes de la penicilina, claro.Tenía razón; el fluido espinal dio positivo, tenía neuro-sífilis, eran realmentelas espiroquetas las que estimulaban su córtex cerebral antiguo. Se planteóentonces la cuestión del tratamiento.–No sé si quiero curarlo –dijo–. Pensé que lo que tenía era la enfermedad

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de Cupido, por eso acudí a ustedes. No quiero que la cosa se ponga peor,eso sería horroroso; pero no quiero que me cure... eso sería igual de malo.Hasta que me asaltó esto yo no me sentía plenamente viva. ¿Cree ustedque podría mantenerla exactamente como está?Lo pensamos un rato y nuestra vía de actuación, afortunadamente, estabaclara. Le hemos administrado penicilina, que ha matado las espiroquetas,pero que nada puede hacer para eliminar los cambios cerebrales, las des-inhibiciones, que las espiroquetas han causado. Y ahora la señora K. tieneambas cosas, disfruta de una desinhibición suave, una liberación del pen-samiento y el impulso, sin nada que amenace su control de sí misma y sinel peligro de una mayor lesión del córtex. Alberga la esperanza de vivir, re-animada así, rejuvenecida, hasta los cien.–Es curioso –me dice–. Ha conseguido usted jugársela a Cupido.

Extracto.- O. Sacks

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VENDO CASTILLO DE PLOMO

Docientas cuatro habitaciones,mazmorras, terrazas,entrada levadiza para

dos carruajes.Excelente vista al fozo.

INMOBILIARIA ANTROPOFÁGICA

E. S

atie

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P S I Q U E E N A M O R A D A D E L A M O R

Cuenta Lucio Apuleyo que Psique* era una princesa triste frente a cual semaravillan como ante una estatua exquisita a la que nadie se atrevía a des-posar. Preocupado, su padre consultó a Apolo quien le ordenó ofrecer a lajoven en la cima de una colina, advirtiendo que no esperase yerno mortalsino uno cruel y fiero. La belleza de Psique hacía que los hombres la alaba-ran olvidando a Afrodita, por lo que envidiosa ésta encomendó a su hijoEros (Cupido) enamorar a Psique de un hombre ruin. Eros era un mancebomuy temido entre los dioses por las escandalosas consecuencias de sus fle-chas de amor. El joven buscó a Psique para consumar el encargo, pero alverla se enamoró y decidió llevarla dormida a su palacio, donde se le pre-sentaría cada noche para amarla en la penumbra ocultándole su identidada fin de evitar la ira de su madre.

N. Sinde

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* Psique (del griego psyché):Alma, ánima, aliento, soplo, mariposa.

"La psyché de un hombre no puedehacerse volver, ni ser capturadaotra vez por medio de la fuerza,

después de haber cruzadola barrera de los dientes".

Homero

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Mariposas.- M. C. Escher

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P É R D I D A D E L E R O T I S M O Q U E A N I M A A P S I Q U E

Psique era muy feliz hasta que una noche dijo a su amado que deseaba vera sus dos hermanas mayores. Eros advirtió: “Ellas querrán persuadirte deque tú veas mi rostro, el que si ves ya no más verás.” A lo que ella respondió:“Sabrás que moriré antes de estar sin tu dulcísimo casamiento, dulce ánimade tu Psique!”. Pero tres visitas de sus envidiosas hermanas bastaron paraque dudase de si su amado era una enorme serpiente o un hambriento dra-gón, y lograran convencerla de tomar una daga y un candil y develar el ros-tro de su querido. Al hacerlo, lo vio tan hermoso que desesperada se lanzóa besarlo dejando caer una gota de aceite hirviendo en la mejilla del dur-miente alado. Herido y desilusionado, Eros partió en vuelo y Psique, arre-pentida, se colgó de una pierna hasta caer del estado de gracia.

N. Sinde

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N A C I M I E N T O Y M A D U R A C I Ó N D E F R U T O S

En su Poema del ser, Parménides dice que entre el fuego sin mezcla y lanoche se proyectó una porción de llama. Desde esa llama, la diosa de laequidad, que todo lo dirige, creó a Eros como el primero de todos los dioses.Luego, (1) envió lo femenino a lo masculino para mezclarse, y, a su vez, con-trariamente, (2) lo masculino a lo femenino. Por el primer envío, deseandodomar al temido Eros, Apolo ordenó al padre de Psique que la ofreciese enun altar esperando un yerno bravío y cruel, al que su hija habría de conte-ner: Eros, que feliz anidó en ella. Por el segundo envío, Afrodita, sin sospe-char las consecuencias de su encargo, pidió a su hijo que castigase a laPsique, pero al verla Eros se enamoró. Pese a que la razón instrumental ha pretendido disociarlos, sólo es fecundoquien posee una psique erotizada.

N. Sinde

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M. C. Escher

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R E L I G A C I Ó N D E L S E R E R R A N T E

Desdichada, Psique caminó errante por el mundo en busca de Eros. Final-mente decidió ir donde Afrodita, quien vengativa le ordenó realizar tareasimposibles para un mortal. La cuarta y última tarea consistió en visitar elHades y rogarle a Perséfone un poco de su belleza, a lo que la reina del In-framundo accedió gustosa de complacer a Afrodita. Psique abandonó elmundo de los muertos llevando lo solicitado en una caja negra, de la cualpronto quiso tomar un poco de belleza creyendo que entonces Eros volveríaa amarla. Pero en la caja aguardaba un sueño estigio. Entonces Eros volóhasta ella, limpió sus ojos despertándola y fue donde Zeus y Afrodita parapedirles casarse con su amada, que tras beber la ambrosía de los dioses sevolvió inmortal. La hija de Psique y Eros se llamó Placer.

N. Sinde

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L A R E I N A D E D I A M A N T E S

Muy joven, abrí mis brazos a la pureza. No fue sino un aleteo en el cielo demi eternidad, un aleteo de corazones amorosos que laten en los pechosconquistados. Ya no podía caer.Amando el amor. En verdad, la luz me deslumbraba. Y guardaba bastanteen ella para mirar la noche, toda la noche, todas las noches.Todas las vírgenes son diferentes. Sueño siempre con una virgen.En la escuela, ella está en el banco delantero al mío, con un delantal negro.Cuando se vuelve para solicitarme la solución de un problema, la inocenciade sus ojos me confunde hasta tal punto que, sintiendo piedad por mi tur-bación, ella me abraza.Después, me abandona. Sube a un barco. Somos casi extraños el uno parael otro, pero su juventud es tan grande que su beso no me sorprende deninguna manera.

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O bien, cuando está enferma, es su mano la que conservo entre las mías,hasta morir, hasta despertarme.Corro tan rápido a sus entrevistas como si temiera que otros pensamientosme sustrajeran a mí antes de llegar.Cierta vez el mundo iba a acabarse, y nosotros todo lo ignorábamos denuestro amor. Ella ha buscado mis labios con movimientos de cabeza lentosy acariciadores. He creído, esa noche, que la conduciría hasta el día.Y es siempre la misma confesión, la misma juventud, los mismos ojos,puros, el mismo gesto ingenuo de sus abrazos alrededor de mi cuello, lamisma caricia, la misma revelación.Pero no es nunca la misma mujer.Las cartas del naipe me han dicho que yo la encontraría en la vida, pero sinreconocerla.Amando el amor.

P. Eluard

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tilacino produccionest i l a c i n o p r o d u c c i o n e s . b l o g s p o t . c o m . a r

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L A P A L A B R A M A L D I T A

Creía que había cesado, pero no doctor. Esta semana mi anomalía se mani-festó, como siempre lo hace, de improviso, bruscamente. Cuando leo, laspalabras se deslizan por mi espíritu con una sonoridad sutil y agraciada.Pero de repente tropiezo con esa palabra maldita, con ese escollo insalva-ble… puede ser cualquier palabra, no responde a ninguna tipología, sono-ridad o acentuación. Por un período indefinido de tiempo esa palabra deldemonio será la misma hasta que, sin siquiera notarlo, vuelva a formarparte del discurso ecuánime y normal ocupando otra su lugar. La cuestiónes que cuando tropiezo con esa palabra maldita mi primera reacción es deincredulidad, todo el curso de mi lectura se estanca en ella. Me parece ab-surda, imposible, inconcebible, ridícula y grotesca. Su sonoridad rebota con-tra mi mente y una risa incontenible estalla desde lo más profundo de misentrañas. Y así conmocionado puedo estar más de media hora, sin contar

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las islas de sosiego que me embargan hasta conformar nuevamente las sí-labas de las palabras en mi mente, como un rompecabezas cuya figura finalda como resultado el reavivamiento del ataque.Usted comprenderá que para mí es un problema grave por ser yo un hom-bre de letras. Ni siquiera puedo leer en público. Tras una coma, un punto oun artículo puede hallarse agazapada esa palabra bufa que lo eche todo aperder. Leo, mis manos transpiran y la voz se vuelve temblorosa, ya nopuede acaparar la atención de nadie por más que la indulgencia del audi-torio sea mucha. Puedo controlarlo cuando sé de qué palabra se trata,puedo evitar confrontar con ella determinando de antemano todas las pa-labras lícitas. Es por esto que mis clases a veces son un poco tradicionalesy acaparo todo el discurso. Ello, más que una simpatía con dicho proceder,es un síntoma de mi anomalía. Muchas veces me es más fácil implementarla metodología contraria, es decir, generar un clima jocoso para que unaposible conmoción de risa no parezca una incoherencia. Esta tendencia a

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los extremos en mi rol de educador evidentemente me perjudica, me con-vierten en alguien irresoluto, inclasificable. Creo un jolgorio que luego matocon una seriedad extrema y convierto una seriedad extrema en un carna-val.Quiero que entienda que mi risa no es producto de aquello que la palabradesigne, sino simplemente de su cuerpo sonoro. Imagine usted, para podercomprenderme, que recorre un camino por el cual se cruza con un hombrede saco gris, y otro, y otro, hasta que de repente ahí donde usted esperabaver pasar a un hombre de gris ve a un bufón colorido bailando de formagrotesca. Así cual hombres de gris transcurren las palabras de mi lectura,hasta que de improviso aparece esa palabra que pavonea su absurdo porteante mi vista. Es difícil explicar su naturaleza y créame que lo he intentado,lo más cercano que he encontrado es que dichas palabras son como metá-foras de la nada. Se ha dicho que el origen del lenguaje metafórico tiene sucomienzo en la insuficiencia del lenguaje, es decir que una palabra debe

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ser usada fuera de su contexto habitual por carecer de otra que exprese lomismo. Así por ejemplo, si careciéramos de la palabra “montaña” podría-mos decir “senos de gea” o viceversa. Pero en el caso de estas palabras meparecen ser en sí mismas una nadería que va a ninguna parte, un absurdoque nada dice y que nada podría llegar a decir. Es como si fueran el puntoflojo por donde revienta el tejido lingüístico con el cual hilvanamos elmundo. Como un parche en máxima tensión que se raja y devela la disolu-ción de todo significante. Es por eso doctor, que hablo de forma tan excesiva en nuestras sesiones.Todo lo que ahora le digo ha sido ya escrito minuciosamente tratando deno dejar ningún bocado al azar, el cual, bajo su contingencia discursiva,puede traer esa palabra maldita que agrave su diagnostico y me conviertaa mí en una especie de caso especial.

C. Guarinos B

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VENDO TRES PARAGUAS.- E. Satie

Armazón resistente cubierto con tela de amianto. Punta filosa.Excelente hechura. Ideal para luchar con dragones.

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A R Q U I M I A & N Ú S I C A

Cierto anciano de Uspallata me dijo: ¿Conoce usted a los arquimistas? -¿Ar-quimistas? Sabía de alquimistas, pero de esos no.- Querido amigo, se lo ex-plico así para que entienda, los arquimistas son como los núsicos, parecenmúsicos pero no lo son, perciben la esencia de su arte pero no son capacesde producirla ellos mismos. Igualmente logran trasmutar y hacer bellos so-nidos, pero siempre robando la esencia de otro, con el afán de mostrarse,de que los vean como músicos o alquimistas. A los verdaderos les sobracon la esencia. Es muy raro verlos mostrar su arte, están tan colmados deella que no necesitan nada más. Estos núsicos y arquimistas suelen ser muymolestos ademas, se rasgan sus vestiduras diciendo que son los guardianesdel arte, pero son carronieros hambrientos ávidos de las migajas que pue-dan zarpar. Cuando vuelvas amigo por la cordillera si quieres sigo con miscuentos, pero por favor, cuídate mucho de los núsicos y los arquimistas...

D. Gloriani

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Que la naturaleza sea tu guía.- M. Maier

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L A J O R N A D A D E L M Ú S I C O

El artista debe regular su vida.Aquí tienen el horario detallado de mis actividades diarias:Me levanto a las 7.18 h; inspirado: de 10.23 a 11.47 h.Almuerzo a las 12.11 h y me levanto de la mesa a las 12.14 h.Saludable paseo a caballo, en el fondo del parque: de 13.19 a 14.53 h.Otra inspiración: de 15.12 a 16.07 h.Ocupaciones diversas (esgrima, reflexiones, inmovilidad, visitas,contemplación, destreza, natación, etc.), de 16.21 a 18.47 h.La cena se sirve a las 19.16 y se termina a las 19.20 h. A continuación,lecturas sinfónicas en voz alta: de 20.09 a 21.59 h.Me acuesto normalmente a las 22.37 h. Una vez por semana,despertar sobresaltado a las 3.19 h (los martes).Sólo como alimentos blancos: huevos, azúcar, huesos rallados; grasa deanimales muertos; ternera, sal, coco, pollo cocido en agua blanca;

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mohos de fruta, arroz, nabos; morcilla alcanforada, pastas, queso (blanco),ensalada de algodón y algunos pescados (sin piel).Me hiervo el vino, que bebo frío con zumo de fuchsia. Tengo apetito;pero no hablo nunca comiendo, por miedo a atragantarme.Respiro con cuidado (poco cada vez). Bailo muy raras veces.Cuando ando voy por los lados y miro fijamente atrás.Muy serio de aspecto, si me río es sin querer.Por eso siempre me disculpo y con educación.Sólo duermo con un ojo; tengo un sueño muy duro.Mi cama es redonda y perforada por un agujero para que pase la cabeza.Cada hora, un criado me toma la temperatura y me pone otra.Desde hace tiempo estoy abonado a una revista de moda.Llevo un gorro blanco, medias blancas y un chaleco blanco.El médico me ha dicho siempre que fume. A sus consejos añade:—Fume, amigo: si no, otro fumará en su lugar.

Fragmento de Memorias de un amnésico, E. Satie

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La pera de Satie.- Man Ray

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Antropofagia se encuentra bajo LICENCIA ARTE LIBRE.Esta licencia permite copiar y distribuir la obra que pro-tege, respetando los derechos éticos de su autor. Su ob-jetivo es promover y proteger prácticas culturales libresde las reglas exclusivistas de la economía de mercado.

Ojalá hayan sido gratos los momentos compartidos.¡Hasta la próxima luna llena!

Page 48: Antropofagia no. 2

BON APPETIT !

P R O D U C T O A R T E S A N A L

H E C H O E N C A S A