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Antropológica de La Fundación La Salle de Ciencias Naturales 2008, 109: 27-67 La etnocartografía y el Sistema de Información Geográfico Ecológico Cultural del pueblo Pemón (SIGEC- Pemón). Alcances y posibilidades Pedro Rivas y Miguel A. Perera ANTROPOLÓGICA 2008, 109: 27-67 Recibido: 25/09/2008. Aceptado: 11/12/2008 Resumen: Se hace una breve revisión sobre el origen, características y antecedentes de la etnocartografía en nuestro país a fin de señalar su importancia y potencial como herramienta de trabajo para el manejo y la apropiación medioambiental así como de las nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (TIC’s) por parte de los pueblos indígenas, y en particular, del conjunto de pueblos que conforman la etnia Pemón (Arekuna, Kamarakoto, Taurepán, Makushi). Sobre la base de los análisis de 84 mapas mentales producidos por los Pemón en el marco de sus esfuerzos por gestionar la autodemarcación de sus territorios, se propone una metodología de trabajo orientada a desarrollar un Sistema de Información Geográfico Ecológico Cultural (SIGEC) para ser manejado por los mismos actores, resaltándose el valor analítico que se desprende del estudio antropológico de estos importantes documentos, y sus múltiples aplicaciones potenciales para la planificación y el desarrollo de proyectos comunitarios. Palabras clave: Etnocartografía. Sistemas de Información Geográficos. Pueblo Pemón. Parque Nacional Canaima. Venezuela. Abstract: A brief revision is done on the origins and antecedents of ethnocartography in our country, in order to point out its importance and potentiality as a tool for environmental management, and also for the appropriation of both the ethnic environment and the new Information and Communication Technologies (ICT) by indigenous peoples, specifically those that conform the Pemon ethnic group (Arekuna, Kamarakoto, Taurepán, Makushi). By means of the analysis of 84 mental maps produced by the Pemon in the framework of efforts towards self-demarcation of their territories, the authors propose a methodology aimed at producing a Geographical System of Ecological Cultural Information, to be managed by the actors themselves. The analytical value of these documents from an anthropological point of view is emphasized, as well as their numerous applications and potentialities in the planning and development of community projects. Key words: Ethnocartography. Geographic Information Systems. Pemon people. Canaima National Park. Venezuela. Introducción La necesidad de mostrar visualmente la distribución espacial de información antropológica sobre colectivos étnicos, con fines científicos y de planificación social, fue vislumbrada tempranamente en la historia formal de

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Antropológica de La Fundación La Salle de Ciencias Naturales 2008, 109: 27-67

La etnocartografía y elSistema de InformaciónGeográfico Ecológico Culturaldel pueblo Pemón (SIGEC-Pemón). Alcances yposibilidades

Pedro Rivas y Miguel A. Perera

ANTROPOLÓGICA

2008, 109: 27-67

Recibido: 25/09/2008. Aceptado: 11/12/2008

Resumen: Se hace una breve revisión sobre el origen, características y antecedentesde la etnocartografía en nuestro país a fin de señalar su importancia y potencial comoherramienta de trabajo para el manejo y la apropiación medioambiental así como de lasnuevas Tecnologías de Información y Comunicación (TIC’s) por parte de los pueblosindígenas, y en particular, del conjunto de pueblos que conforman la etnia Pemón (Arekuna,Kamarakoto, Taurepán, Makushi). Sobre la base de los análisis de 84 mapas mentalesproducidos por los Pemón en el marco de sus esfuerzos por gestionar la autodemarcaciónde sus territorios, se propone una metodología de trabajo orientada a desarrollar unSistema de Información Geográfico Ecológico Cultural (SIGEC) para ser manejado por losmismos actores, resaltándose el valor analítico que se desprende del estudio antropológicode estos importantes documentos, y sus múltiples aplicaciones potenciales para laplanificación y el desarrollo de proyectos comunitarios.

Palabras clave: Etnocartografía. Sistemas de Información Geográficos. Pueblo Pemón.Parque Nacional Canaima. Venezuela.

Abstract: A brief revision is done on the origins and antecedents of ethnocartographyin our country, in order to point out its importance and potentiality as a tool forenvironmental management, and also for the appropriation of both the ethnic environmentand the new Information and Communication Technologies (ICT) by indigenous peoples,specifically those that conform the Pemon ethnic group (Arekuna, Kamarakoto, Taurepán,Makushi). By means of the analysis of 84 mental maps produced by the Pemon in theframework of efforts towards self-demarcation of their territories, the authors propose amethodology aimed at producing a Geographical System of Ecological Cultural Information,to be managed by the actors themselves. The analytical value of these documents from ananthropological point of view is emphasized, as well as their numerous applications andpotentialities in the planning and development of community projects.

Key words: Ethnocartography. Geographic Information Systems. Pemon people.Canaima National Park. Venezuela.

Introducción

La necesidad de mostrar visualmente la distribución espacial deinformación antropológica sobre colectivos étnicos, con fines científicos y deplanificación social, fue vislumbrada tempranamente en la historia formal de

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la antropología gracias a los nexos iniciales que tuvo esta ciencia con lageografía, y ha cobrado mayor valor a lo largo de los últimos cincuenta años,a medida que las minorías han logrado mayor espacio para discutir y lograr-siquiera parcialmente- el reconocimiento de reivindicaciones territorialesfrente a las sociedades mayoritarias o dominantes. En el presente trabajo seexponen los resultados -alcances y limitaciones- de un proyecto que implicael trasvase del conocimiento geográfico/ambiental propio del puebloindígena Pemón a soportes de la ciencia occidental, o “Tecnologías deInformación y Comunicación”, aprovechando las experiencias nacionales einternacionales acumuladas en cuanto a la comunicación entre ambasciencias. Se espera con ello conformar instrumentos que faciliten lacentralización y síntesis de conocimientos útiles para la autogestión de estecolectivo étnico.

El puente entre ambas ciencias comenzó a finales del siglo XIX, dandocontinuidad a iniciativas más antiguas que entroncan con la tradición de losmapas corográficos e u ropeos medievales, y con las más re c i e n t e srepresentaciones cartográficas sobre la distribución de “naciones indias”americanas (a veces con iconografía ilustrativa de su etnografía), plasmadasdesde finales del siglo XVI, y los atlas etnográficos y lingüísticos,popularizados a partir de la segunda mitad del siglo XIX, que influenciaronla obra de cartógrafos como Agustín Codazzi (1841 [1940 II: 14]). En 1841,Codazzi publicó el Atlas Físico y Político de la República de Venezuela(Codazzi 1841), que muestra la distribución de los colectivos étnicosvenezolanos en las distintas unidades regionales político-administrativas deese tiempo, los c a n t o n e s, incluyendo allí grupos ya desaparecidos odesplazados más recientemente a otros territorios; varios subgrupos pemónfiguran en este documento. Esta preocupación decimonónica no sólorespondía a un natural deseo de discernimiento filosófico sino a la necesidadde controlar y administrar los territorios de los nacientes Estado-naciónamericanos prolongando, en América, una estrategia iniciada con laexpansión colonizadora europea: concebir al documento cartográfico comoun “…sistema complejo de signos al mismo tiempo icónicos, lingüísticos,numéricos y espaciales, evaluados y usados en forma persuasiva o retóricapor grupos de poder” (Cuesta-Vélez 2005: 3). El uso político-administrativode la cartografía se mantenía hacia el interior de las nacientes repúblicasamericanas, como sucedía aún en distintos puntos del orbe dominados porlas potencias coloniales del momento que, además fomentaron el nacimientode la antropología, instrumento para el conocimiento y mejor control de ladiversidad cultural.

Durante el siglo XX, el mapeo de etnias o rasgos culturales específicosse hizo cada vez más común como documento de referencia fundamental demonografías y artículos antropológicos, casi siempre restringiéndose a serun mero soporte a la información o a los planteamientos emitidos por losi n v e s t i g a d o res, aunque ya era incipiente el interés por plasmar lasp e c u l i a res interpretaciones que sobre su territorio tenían los grupos

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indígenas, bien sea para evaluar el grado de conocimiento que tenían acercade su entorno, o para constatar cuán distintas eran las expresionescartográficas de éstos frente a las de los investigadores. Así, en la obra deexploradores como Koch-Grünberg (1911-1913 [1979-1982 II: 292, 310; IIIdesplegable anexo]) coexiste un mapa etnográfico producido bajo la ópticaeuropea, más algunos croquis dibujados por indígenas Pemón y Ye’kuanacontactados por él, que representan los documentos de este tipo másantiguos producidos en territorio venezolano, representaciones que fueroncontrastadas, además, entre sí de etnia a etnia:

“De un Yekuaná que me sirvió de guía hasta su país natal recibídos bosquejos de mapas de los recorridos fluviales del AltoUraricoera y el Merecuarí con todos sus afluentes, las cataratasprincipales, las montañas y las poblaciones de los indios (…).Estos esbozos toscos, por cierto, no son ni de lejos equivalentesa los dibujos en forma de croquis de los Taulipáng [Taurepán,un subgrupo pemón], pero en líneas generales representancorrectamente la situación. Esto no es de sorprender entregente que gasta gran parte de su vida en viajes y que por lotanto, tiene que conocer exactamente todos los caminos, lasdistancias de un sitio a otro y hasta lugares favorables paraacampar” (Ibíd., II: 293).

Fue preciso esperar al desarrollo de corrientes como la etnometodologíao la antropología cognoscitiva para considerar la posibilidad de utilizardocumentos cartográficos preparados por los propios colectivos como fuentede información acerca de la visión que éstos tenían de sí mismos, de suterritorio, o de aspectos particulares de su cultura. Algunos avances en estesentido se produjeron en Norteamérica, a partir de los años 60, cuandogeógrafos y antropólogos cooperaron con algunas comunidades indígenas enla producción de mapas que reflejaban la opinión que estos colectivos teníanacerca de la distribución de su territorio (Chapin 2006)

1, transformándose en

un importante documento en respaldo de sus reivindicaciones, que recuerdavagamente algunos esfuerzos parecidos llevados a cabo en Venezuela, entiempos de la colonia, como medida de protección ante la gradual pérdida detierras en los antiguos resguardos.

Desde la última década del siglo XX, cada vez con mayor frecuencia semenciona en la bibliografía antropológica la etnocartografía, o mejor aún, elmapeo indígena comunitario o participante (en la literatura anglosajona,ethnocartography, indigenous mapping, community indigenous mapping, oparticipatory indigenous mapping). En nuestro país el mapeo de recursos yterritorios por parte de colectivos étnicos, afín a estos esfuerzos, comenzó

1 Versión online, http://globetrotter.berkeley.edu/EnvirPol/ColloqPapers/Chapin2006.pdf

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hacia 1992 por gestiones de los Ye’ kwana y Sanema, organizados bajo laasociación Kuyujani de la cuenca del río Caura, con apoyo técnico ofinanciero del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), dela organización no gubernamental Otro Futuro, de los entes canadiensesAssembly of First Nations, Local Earth Observation (LEO) Project, yCanadian Internacional Development Agency (CIDA), un importante procesoque marca un hito en la historia de los ensayos venezolanos por laautodemarcación de territorios aborígenes, y en el marco del cual estosindígenas recibieron asesoría directa de investigadores experimentados endicha línea de acción, como fue el caso de Keith Conn o de Peter Poole(Jiménez Turón & Perozo 1994; Arvelo-Jiménez & Coon 1995; Arvelo-Jiménez 2000; Poole 2005). Poole es autor de uno de los principalesmanuales sobre ese enfoque y metodología, editado con apoyo del WorldWildlife Fund, The Nature Conservation (TNC), y el Biodiversity Support-Peoples and Forest Program de la USAID (Poole, 1995). Entre 2003 y 2005la organización no gubernamental Forest Peoples Programme respaldó otrasiniciativas locales similares, emulando acciones parecidas que asesoraba enpaíses tan distantes como Tailandia (entre las etnias Hmong y Karen) oCamerún (entre los Baka y los Bagyéli), Surinam (Lokono), o en el vecinoTerritorio Esequibo (entre los Wapishana y el subgrupo pemón Makushí),fomentando además la incorporación de nuevas tecnologías de informacióny comunicación (TIC’s), como son los sistemas de información geográficos oSIG (Forest Peoples Programme 2005; Colchester et al. 2006). Pronto, estatecnología se extendió a casos como los Jotï (Zent, Zent & Marius 2004), losYe’ kuana2 o los Pemón (Sletto, 2004)3. Sin duda la experiencia con los Jotïes un precedente histórico y metodológico importante, pues se comenzó aexperimentar en el manejo de estas tecnologías incluso entre colectivos conmenor exposición a la sociedad mayoritaria, prácticamente monolingües,restándole valor a un prejuicio aún extendido: afirmar que los gruposindígenas tradicionales son incapaces o especialmente renuentes a adoptareste tipo de recursos.

Se podría decir que el término etnocartografía es una denominaciónengañosa que puede agrupar distintos tipos de documentos, los cuales,considerados en conjunto, remiten todos a la posibilidad de producirmateriales cartográficos con representaciones visuales que muestran lae x p resión espacial y geográfica, de información antropológica sobrecolectivos étnicos específicos. Dentro de ese conjunto documental seincluyen al menos tres modalidades: la cartografía emic o propia de un

2 A juzgar por un mapa impreso fechado en el año 2004 mostrado por el líder ye’kuanaRamón Tomedes, el equipo de trabajo del Proyecto Kuyujani también parece haber trasvasado losdatos recopilados a un SIG. Desafortunadamente al momento de elaborar el presente ensayo nodisponíamos de información detallada al respecto.

3 Véase bibliografía; versión online:http://soa.utexas.edu/people/docs/sletto/Informe_Final_Sector5.pdf

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colectivo étnico específico, producida espontáneamente, como rasgo culturalde origen independiente a las principales escuelas cartográficas conocidas(occidental, oriental o asiática), y en cuya elaboración e interpretación seusan conocimientos, materiales o técnicas propias, reconocidas como sabercientífico desde la óptica de la etnometodología; la cartografía etic ocartografía temática convencional, frecuentemente occidental, que contieneinformación etnográfica sobre colectivos étnicos desde una visión foránea,utilizando técnicas ajenas a las comunidades objeto de la representación; ylas cartografías mixtas, etic/emic 4, que, empleando técnicas aportadas poragentes foráneos en una suerte de lenguaje gráfico común, es aplicada porlos colectivos étnicos para representar y transmitir a sí mismos y a losextraños su visión y conocimientos del entorno.

Aunque Chapin & Threlkeld (2001) consideran etnocartografía a todomapeo de tierras de ocupación indígena realizado por ellos mismos,utilizando sus conocimientos y nociones del paisaje, estimamos que, bajo elt é rmino genérico e t n o c a r t o g r a f í a , se incluyen diferentes clases dedocumentos que generan una cierta ambigüedad. En el caso venezolano sesuma la confusión derivada de su utilización, indistintamente, comosinónimo de la denominación mapa mental, que usualmente sirve paraidentificar modelos cognoscitivos en red que muestran gráficamenterelaciones entre ideas o palabras asociadas a un tema, usadas comoherramienta para favorecer cierto orden en el proceso de conocimiento; obien se le confunde con la cartografía social, que tiende a ser entendida comorepresentaciones cartográficas elaboradas por la propia comunidad quemuestran la distribución espacial de elementos objeto de consideración a losfines de adelantar experiencias en planificación local.

Antecedentes de la etnocartografía en Venezuela

Se cree que de la etnocartografía emic en América habría ejemplos quese remontan al período prehispánico, presentes en códices mesoamericanosprehispánicos tardíos, con elementos gráficos que sobrevivieron comotradición durante los primeros siglos de la Colonia, y tal vez entreamerindios norteamericanos, en pictografías trazadas más recientementesobre pieles. En el caso venezolano se ha llegado a plantear como hipótesisque ciertas manifestaciones rupestres como los petroglifos contienenensayos de representación geográfica, pero los ejemplos aludidos se hanprestado a la polémica, pues su “lectura” actual implica el trasvase decriterios etic no necesariamente compartidos por la colectividad extinta que

4 Aunque parezca excesivo este intento de distinción, se justifica dadas las críticas y dudasque sobre la espontaneidad o autenticidad de la visión local de los estudios o documentos detrabajo producidos bajo el enfoque emic, y en general sobre la etnometodología, han sidoexpresadas por comentaristas anglosajones o latinoamericanos como Marvin Harris o CarlosReinoso.

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los produjo (Idler 1985; Valencia & Sujo Volsky 1988: 378, referencia 44;Valencia 1988: 33-67; Sujo Volsky 1975).

Otros precedentes venezolanos podrían ser los dibujos de manufacturaindígena sobre soportes materiales o con técnicas convencionales (papel,cartón, lápiz, creyones, tinta) elaborados por sugerencia de algunosantropólogos ya a principios del siglo XX, como en los ya aludidos ejemplospemón o ye’ kuana de Koch-Grünberg (1911-1913 [1979-1982 II: 152, 160,310]), entre los cuales se incluyen representaciones del territorio, de lospoblados, de la diversidad étnica local, de los accidentes geográficosdominantes, o de los recursos asociados a las comunidades, aunque en estecaso habría que determinar cuán espontáneas fueron tales experiencias, yhasta qué punto el investigador orientó o brindó algunas pautas acerca delos diseños y figuras utilizadas, su distribución, etc. (como parece ser elcaso, por ejemplo, de algunos bocetos colectados por Wilbert 1962).

En cuanto a lo que podría denominarse la etnocartografía etic, losprimeros intentos por representar cartográficamente la diversidad étnicavenezolana, así como la localización espacial de “usos y costumbres”indígenas tienen que ver con esa ya mencionada larga tradición, queentronca con la cartográfica europea, que comenzó a producir testimoniosgráficos del país y de sus habitantes autóctonos entre los siglos XVI y XVIII,y continuó en el siglo XIX, con la nueva república, mejorando en precisión,gracias a la utilización de nuevos métodos ópticos y de agrimensura. Todaesta documentación, disponible en archivos, compilaciones, y coleccionesfotográficas5, es extraordinariamente útil para documentar la distribución ydesplazamientos de los diversos grupos étnicos y sus relaciones históricascon el suelo y sus recursos.

A partir del año 1982, y por iniciativa de Roberto Lizarralde, promotordel uso de este tipo de herramientas, la etnocartografía etic constituyó unvalioso material complementario en los resultados de los operativos censalesrealizados entre los indígenas por la Oficina Central de Estadística eInformática OCEI (véase figura 1; OCEI 1985, 1993). Pero, si bien en laelaboración de este tipo de materiales se aprovechan observacionesrealizadas en las comunidades indígenas, el papel de los colectivos fue másbien pasivo, limitándose a aportar datos a investigadores y encuestadores.Aún así, a escalas detalladas, cubriendo algunas secciones específicas deterritorios nacionales, esa cartografía temática de formatos y criteriosoccidentales resultó de gran utilidad y sirvió como vehículo en gestionesadelantadas por indígenas canadienses y estadounidenses de Alaska desde

5 Junto a colecciones de fuentes primarias bajo resguardo en el Archivo General de Indias,en la Universidad Católica Andrés Bello, o en el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional, entreotros entes, hay excelentes reproducciones impresas en obras como la de Cortés y Arévalo (2000),o archivos fotográficos al estilo del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales “RodolfoQuintero”, de la Universidad Central de Venezuela, conformado para documentar la etnohistoriade la zona de Píritu, Estado Anzoátegui, y la Península de La Guajira, en la zona fronteriza norteñacolombo-venezolana.

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los años 60, en materia de delimitación territorial, extendiéndose a otrospuntos del globo a finales de los 80, justo antes del auge de experienciascomo la de los Ye’ kuana-Sanema, estableciendo un tránsito entre ambosenfoques que conduciría a la etnocartografía mixta. Muy pronto se incorporatambién la perspectiva diacrónica, el uso de series de documentoscartográficos producidos en (o referidos a) distintos momentos históricos,facilitando el estudio de la secuencia de transformaciones experimentadasen el territorio de colectivos como los Ye’ kuana, los Barí o los Wóthüja,combinando datos extraídos de antiguos documentos escritos y testimoniosorales sobre sucesos más recientes (Barandarián 1979; Beckerman 1979;Lizarralde & Beckerman 1982; Mansutti Rodríguez 1990). En los años 80Mansutti Rodríguez (2002) realizó trabajos de etno-mapeo entre losWóthüha, y posteriormente sobre la distribución de varios pueblos indígenasen el estado Bolívar (Mansutti Rodríguez et al. 1998), incluidos los Ye’ kuanay Sanema de la cuenca del río Caura, coordinados por la organizaciónKuyujani (1998), a los que se sumaron también los Ye’ kuana del altoOrinoco, con la asesoría de Arvelo Jiménez (2001) y las organizacionesaliadas ya mencionadas.

A partir de la promulgación de la Ley de Demarcación y Garantía delHabitat y Tierras de los Pueblos indígenas (2001) y de la Ley Orgánica dePueblos y Comunidades Indígenas (2005), las demandas de diferenteso rganizaciones indígenas para iniciar actividades orientadas a laautodemarcación de tierras se multiplicaron y con ellas los esfuerzos en

Figura 1Ubicación de los Pemón en un mapa etnográfico publicado por Roberto Lizarralde (1988),alimentado por los datos de los operativos censales en los cuales él participó; el área dedistribución de los asentamientos abarca el Sureste del Estado Bolívar, y algunas zonascolindantes de Brasil y del Territorio Esequibo (Área en reclamación).

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automatizar los datos manejados por los indígenas. Recientemente, laUniversidad Nacional Experimental de Guayana, con el conjunto deorganizaciones aliadas, trasvasó los datos sobre el Caura a un sistema dei n f o rmación geográfico, y luego también el Instituto Venezolano deInvestigaciones Científicas lo hizo con los Jotï, incorporando plenamente aeste colectivo en su manejo, a los E’ñepá, y más recientemente, con losYabarana (Zent et al. 2004; Zent & Zent 2006; González & Zent 2006: 49).En el 2004 comenzó la experiencia de los Pemón que se describe en estetrabajo; este colectivo ya había adelantado acciones en este sentido en elllamado Sector 5 o Kavanayén, en el extremo Sureste del área queconsideran su territorio ancestral, bajo asesoría de Bjørn Sletto y otroscolaboradores externos (Sletto, 2004)6.

Todas las actividades en materia de etnocartografía venezolana seenmarcan dentro de las iniciativas mundiales que se hicieron cada vez másfrecuentes a partir de 1992, cuando los indígenas de Filipinas comenzarona producir una suerte de versión mixta de la etnocartografía, consistente encroquis cartográficos (etnomapas) realizados por las propias comunidadesutilizando símbolos y códigos cromáticos sugeridos por facilitadore sforáneos, estrategia metodológica con la que se ha procurado unificarcriterios y transmitirlos con facilidad a otros colectivos dispuestos a sumarsea estas tareas. Más respetuosos con las realidades indígenas que en laetnocartografía convencional, en la preparación de este tipo de documentosse estimula la representación gráfica incluso de elementos considerados denaturaleza inmaterial según la visión de occidente, pero que tienen unarealidad innegable y son determinantes en la vida cotidiana de lascomunidades. Ciertos componentes físicos de la realidad representadafungen como elementos de referencia para ubicar -en lo posible- los paisajesde estos etnomapas en la cartografía convencional, que sigue siendoconsiderada la única aceptable a los fines de las relaciones entre losindígenas y los Estados-nación, aún reconociéndose el valor documentalcomplementario que tienen esos croquis hechos a mano. A partir del año2001, esa ha sido la metodología que, en apariencia, tiene planteado elEstado venezolano para darle solución al problema de definir cuáles son loslinderos territoriales y área de influencia de los hábitats reconocidos y quef o rmalmente deberían ser otorgados por titularidad a los indígenasasentados dentro de las fronteras del país: primero, elaborar sus propioscroquis cartográficos y, luego, validar tales representaciones trasvasándolasa la cartografía oficial emitida por el actual Instituto Geográfico de Venezuela

6 Sletto (2004: 6) comenta que tales actividades tendrían continuidad en un plan de cincoaños (2005-2010), para extenderse a los otros siete (7) sectores. Desconocemos las razones por lascuales no se llevaron adelante dichas actividades. La escasa participación de representantesindígenas del Sector 5 en los talleres relacionados con el presente trabajo, motivada tal vez porcansancio o escepticismo por sumarse nuevamente a labores que ya habían realizado, generó unaevidente laguna de información en la cartografía digital resultante (véanse en las figuras 3 y 17 elespacio de vacío o de menor densidad de áreas de cobertura en la zona extremo este).

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Simón Bolívar.Así, se podría decir que el mapa se transforma en expresión, como dice

Mansutti Rodríguez (2006: 14), de la interculturalidad posible. Laracionalidad occidental se transforma por mediación de facilitadore s(antropólogos) y de un conocimiento particular (pueblos indígenas) en unacierta coyuntura (expedientes para la demarcación territorial), en unproducto intercultural. Por extensión, los SIG conformados a partir de esaetnocartografía mixta también lo podrían ser, sobre todo si se les otorga a lospropios indígenas la participación en su desarrollo y plena utilización.

Etnocartografía y Sistemas de Información Geográfica

Desde los años 90, el perfeccionamiento y accesibilidad de dosimportantes herramientas usadas en los registros y análisis geográficospotenció aún más el valor de los etnomapas. En primer lugar el GPS (GlobalPositioning System), pero sobre todo, los Sistemas de Inform a c i ó nGeográfica (o Geoespacial, conocidos como SIG, o GIS, esta última, inicialesde su denominación inglesa, geographical information system).

Desde que se desarrollaron los primeros ensayos para la realización dela tecnología SIG en formato digital, se ha planteado la posibilidad deincorporar como variables de análisis las categorías composición étnica yrasgo cultural. Efectivamente, la facilidad de yuxtaponer en pantalla ladistribución de distintas variables sobre una base cartográfica común oúnica, hizo de los SIG un eficaz instrumento de investigación que sustituyócon rapidez otros recursos más sencillos, como era la superposición, sobreun mapa, de láminas transparentes con información temática específica ygeo-referenciada, a la misma escala que la base cartográfica de fondo.

Los SIG son herramientas informáticas que permiten relacionar enpantalla una base de datos alfanuméricos o gráficos re f e re n c i a d o sgeográficamente con exactitud (Vilchez Villalobos 2000: 19) con un mapabase o matriz digital, favoreciendo consultas y la toma de decisiones. Parasu desarrollo se han creado distintos paquetes informáticos o software,diferenciados no sólo por la compañía fabricante, sino por sus capacidadesde manejo de los datos (activación y combinación de variables) o de generarmapas de síntesis (mapas analíticos) de contenido; estas capacidades leotorgan un especial valor a los fines de realizar estudios ambientales (Ibíd.,2000: 17). El empleo de este tipo de herramienta ha sido favorecido por laaccesibilidad del computador, su transformación en instrumento cotidiano,y el perfeccionamiento de los aspectos técnicos del software, tendencia queha coincidido con un repunte, a nivel mundial, de los movimientos indígenasde reafirmación territorial e identitaria; de hecho, fundamentalmente en ladécada actual, la apropiación de la tecnología SIG por comunidadesindígenas y otros colectivos locales que luchan por re i v i n d i c a c i o n e sterritoriales y de otra índole ha estimulado el desarrollo de una línea especialde aplicaciones y experiencias, los llamados PPGIS (Public Participation

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GIS), que en español pueden denominarse SIGPP, esto es, “Sistemas deInformación Geográfica de (y para la) Participación Pública”, los SIG’scomunitarios. Están cobrando auge los software para SIG de distribucióngratuita -o muy económicos- y hasta de código abierto, es decir, modificablesy adaptables a las singularidades de los usuarios, ventaja última que facilitasu edición y traducción a otras lenguas, algo especialmente interesante parael caso de los amerindios.

Los datos geo-referenciados de los SIG de esta línea de aplicaciónabarcan componentes de carácter espacial, descriptivo y temporal, es decir,que remiten a la posición, geometría o topología del elemento aludido en labase de datos, o bien a sus atributos cualitativos o cuantitativos noespaciales, o a sus asociaciones con un tiempo o período dado (Ibíd.: 19-21);los elementos considerados son acordados por la comunidad directamente(participando en la toma de decisiones al respecto, conjuntamente con lostécnicos facilitadores) o indirectamente (fijando en los croquis cartográficosque alimentan al SIG aquellos elementos considerados de interés) e,idealmente, tendrían que ser significativos para la resolución de problemasabordados por el colectivo.

Dependiendo de sus características, los elementos pueden serrepresentados bajo la forma de puntos (dimensión cero), líneas (unadimensión), áreas (dos dimensiones) o volúmenes (tres dimensiones). Laidoneidad del tipo de representación utilizada no sólo depende de lascaracterísticas del elemento sino también de la calidad o exactitud de losdatos de geo-referenciación disponibles; así, elementos tales como unpoblado o un campo de cultivo, que podrían ser plasmados en la basecartográfica del SIG bajo la forma de un área o superficie de contornosdefinidos, si no se dispusiera de información de campo fiable acerca del áreapoligonal que los contiene, podría ser también representada -aunque menosexactamente- con un punto que señale su ubicación exacta (geo-referenciada) a partir de un dato métrico aislado, o su localización relativa,aproximada, en relación a otros elementos geo-referenciados con mayorexactitud.

Conjuntos de símbolos y códigos de colores usualmente utilizados encartografía -incluso normados por legislación nacional o internacional-,proporcionados por los software de los SIG (librerías de símbolos), oacordados y hasta diseñados por los usuarios, sirven para representargráficamente cada elemento, constituyendo una suerte de lenguaje comúnentre los gestores y usuarios del SIG, y en el caso de la etnocartografíamixta, entre los autores de los mapas mentales y quienes transfieren al SIGlos datos allí contenidos, situación que tendría que ser transitoria pues esdeseable que las propias comunidades se apropien de estas tecnologías ysean autónomas en su manejo. En Venezuela ese lenguaje gráfico se vieneutilizando en la etnocartografía, al menos desde los años sesenta, empleadospara elaborar croquis que documentan estudios de carácter ecológico-cultural, como los adelantados entre los Pumé por Anthony Leeds (1961: 40-41). En el caso pemón, como informaron los propios indígenas, las

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comunidades de los sectores Santa Elena y Kavanayén acordaron emplearuna simbología aplicada en el proyecto de autodemarcación bautizado comoInna Kowantok 7, que recibió asesoría del investigador Bjørn Sletto, de laCornell University (Sletto, 2004), dicha iconografía fue luego extendida aotros sectores (y a veces modificada localmente) por decisión de la CapitaníaGeneral de los Pemón, según ha venido documentando The NatureConservancy (TNC) desde el año 2004.

Hacia un SIG del pueblo Pemón

En el año 2004 The Nature Conservancy (TNC), la Federación Indígenadel Estado Bolívar (FIEB), la Dirección Nacional de Asuntos Indígenas (DNAI)y el Instituto Caribe de Antropología y Sociología (ICAS) de la Fundación laSalle de Ciencias Naturales (FLSCN), establecieron una alianzainterinstitucional mediante la cual se acordó ensayar una experiencia pilotoen el diseño y ejecución de un SIG contentivo de la inform a c i ó netnocartográfica producida por el pueblo Pemón, inicialmente planteado alos fines de alimentar su propio expediente para la autodemarcación detierras y hábitats, pero luego también con fines de educación y planificaciónlocal 8. Interesaba saber cuán factible podría ser la migración de esainformación dibujada a mano, que limitaba el uso de instrumentos demedición precisa como el GPS a la localización de puntos aislados, a unaherramienta que pretende generar documentos de precisión matemática omodelos espaciales de alta confiabilidad. La percepción inicial que se tuvo yque se ha mantenido hasta el momento es que ciertamente parece ser degran utilidad tanto académicamente como para la gestión social local,considerado como instrumento de apoyo para análisis cualitativos detendencias que podrían ser verificadas ulteriormente en el campo aplicandoregistros métricos o cuantitativos más fiables. Dicho de otra manera, ajuzgar por lo apreciado en el conjunto de mapas estudiados, el SIG pemónresultante permite formular hipótesis de trabajo y producir documentos deapoyo para la planificación y el monitoreo comunitarios, con especial énfasisen el manejo de los recursos existentes en su territorio9.

Como se ha dicho, parte de la simbología pemón original legada por el

7 En Pemón “Nuestro Hábitat” (Sletto, 2004: 6).8 Desde el año 1993 The Nature Conservancy había venido acumulando experiencia en esta

materia, dada su cooperación con las iniciativas de los pueblos indígenas Mískito y Mayangna(Sumo) en proteger las tierras y hábitats de la región de Bosawas, Nicaragua( h t t p : / / w w w . p a r k s i n p e r i l . o rg / e s p a n o l / d o n d e t r a b a j a m o s / c e n t ro a m e r i c a / n i c a r a g u a / a re a p ro t e g i da/bosawas.html).

9 Según los procedimientos establecidos por el Estado, con respecto a los proyectos deautodemarcación la cartografía digital indígena, la información de los SIG solo tiene valor jurídicosi es validada en el campo por funcionarios del Instituto Geográfico de Venezuela Simón Bolívar.Como esto todavía no se ha hecho, se ha impulsado explorar su potencialidad para proyectosindígenas de educación y conservación ambiental.

La etnocartografía y el Sistema de Información Geográfico38

proyecto Inna Kowantok fue incorporada al SIG, salvo modificacionesderivadas de la inexistencia de determinados íconos en la librería desímbolos del software utilizado (ArcView, ArcGIS). Concebido como unestudio emulable para otras colectividades, el SIG planteado tiene comoventaja el poder ser alimentado por datos que, si bien demográfica yculturalmente remiten a un colectivo específico, agrupa singularidadesderivadas de la composición multiétnica en ciertas zonas del territorio, pueséste engloba también algunas comunidades Ye’ kuana (de filiación Caribe),Lokono (Arawak) y Yanam (Yanomami), que se integraron plenamente a lasgestiones de la Capitanía General Pemón. Además, aún cuando no figuranexplícitamente como colectivos involucrados en ese proyecto deautodemarcación, en la cuenca alta del río Paragua, se ubican algunascomunidades de filiación yanam, y también sapé y uruak, de cuya presenciaantigua o actual hay cierta memoria toponímica.

Entre otros aspectos, el hecho de involucrar a otros colectivos teníacomo aparente ventaja verificar la posibilidad de usar campos deinformación comunes en una base de datos que tendría que reflejarrealidades etnográficas distintas, incluso lingüísticas, ya que se aspirabautilizar el propio idioma pemón como lenguaje de consulta y de metadata, esdecir, en información varia acerca de la naturaleza, fuentes y condiciones derecolección de los datos.

El empleo del idioma pemón en la conformación del sistema fueconsiderado necesario, dada la necesidad de transferir este tipo detecnología al colectivo, favorecer su apropiación, y estimular la valoración delpropio idioma y cultura, como recomienda la Organización de las NacionesUnidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). En nuestrocaso, en un principio se plantea la traducción de la interfase en las pantallasde visualización.

La idea de desarrollar un SIG aprovechando los datos contenidos en loscroquis etnocartográficos surgió de algunas reuniones de trabajo con ampliaparticipación del sector docente, durante las cuales se planteó la necesidadde utilizarlos en las actividades de educación ambiental o de fortalecimientode la identidad, propuesta que significativamente nació como respuesta a supercepción sobre la falta de celeridad o voluntad por parte del Estado enapoyar y tramitar el expediente para la autodemarcación de tierras yhábitats. Esta idea fue ampliada en cuanto alcances, y por sugerencia deTNC se planteó constituirla en una herramienta apropiada para distintostipos de usuarios: aparte del sector docente y del estudiantado participanteen las actividades de educación ambiental, debería servir también a lasautoridades indígenas como instrumento de gestión y planificación, alcuerpo de para-biólogos pemón formados por TNC u otros entes, y a lacomunidad en general interesada en consultarlo, bien sea en espaciospreexistentes acondicionados especialmente para ello (infocentros, escuelascon dotación de computadoras), o en una red de centros locales de

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i n f o rmación. La posibilidad de incorporar en forma constante, losconocimientos y saberes vertidos en las cartas producidas por los pueblosindígenas en un Sistema de Informacion Geográfico de contenidos EcológicoCulturales Pemón (SIGEC-Pemón) podría hacer del SIGEC-Pemón unpoderoso recurso para la apropiación efectiva del espacio y para el monitoreoy manejo de sus recursos. Su mantenimiento constituiría una estrategiapara la reapropiación simbólica y efectiva del territorio, pues implicaría queuna red de para-biólogos pemón, mediante actividades rutinarias desupervisión, deban mantener una data actualizada sobre aspectos talescomo el uso de los recursos, la distribución poblacional, o las áreasecológicamente críticas y de conflicto, transformándolo en un valioso recursotanto para el pueblo Pemón como para investigadores y planificadores de lagestión oficial.

La transferencia de esta tecnología conlleva a problemas de traducciónde múltiples niveles. En un primer nivel, está el tema del uso de la lenguamaterna y del sistema de escritura, que abarca el conflictivo asunto dedecidir cuál variante del pemón y modalidad de escritura emplear(representantes de los diferentes sectores dialectales reclaman el derecho autilizar versiones del SIG o de los materiales instruccionales preparados ensu propia variante de lengua y escritura), así como la necesidad de exploraren el idioma pemón palabras o expresiones que de alguna maneratransmitan el mismo sentido de tecnicismos contenidos en la interface ymenús de manipulación del SIG, y no sólo de las capas temáticas o de loscampos de información de la base de datos.

El trasvase de la información contenida en la etnocartografía pemón ala cartografía convencional digital contenida en un SIG plantea numerososretos que trascienden lo meramente técnico y nos aproxima más al tema dela contraposición de visiones y representaciones del mundo, estableciendo lanecesidad de hacer un ejercicio de traducción o conversión entre una (ounas, si se suman los Yanám, Lokono y Ye’ kwana) y otra (la criolla ot e p o n k e n) y, como toda traducción, cualquier ensayo re s u l t a n t eseguramente será imperfecto. En realidad no es un problema nuevo; seplantean retos similares cuando se pretende llevar a cartografía actual losdocumentos cartográficos medievales de Occidente, elaborados por gente deotros tiempos y mentalidades.

Quizás, conscientes de ello se observan algunos intentos por producircartografía con grillas o retículas cuadrangulares trazadas sobre la pieza depapel (por ejemplo, en el Sector Kuyuní, figura 2 arriba), o realizandocuidadosas mediciones en la cartografía convencional para trazar con mayorprecisión referentes geográficos tales como cerros o ríos (es el caso de unmapa de Urimán, figura 2, abajo). En su celo por conciliar uno y otro estilo,algunos participantes pemón y yanám trataron de preparar una rosaventorum alimentada con denominaciones en sus propios idiomas.

Estaba presente, además, el problema de representar visualmente

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elementos del entorno de difícil representación, como es el caso de ciertasfuerzas y seres intangibles o de materia menos densa que la del cuerpohumano (espíritus dueños), resuelta por ellos mismos plasmandográficamente ciertos atributos descritos en la tradición oral o en experienciaspropias o escuchadas de labios de otras personas. Así, como en lacartografía medieval de las tradiciones europea y asiática, o en los primerosmapas guayaneses recogidos en el Discovery de Walter Raleigh, en algunosetnomapas coexisten elementos tangibles tales como las montañas, los ríos,poblados, o la fauna y flora actual, y entidades espirituales (que se juzgaríanfabulosos o monstruosos, bajo la visión europea) que toman el aspecto degigantescas serpientes de agua, serpientes bicéfalas, dragones, cíclopes, oseres humanos envueltos en sombras, que reafirma el convencimientopemón en su existencia y que, de hecho, conviven con la gente del presente.

Su representación en el SIG se resolvió ubicándolos en posición relativa,identificados como elementos asociados a los temas “sitio sagrado” o “sitiomítico”. De la confrontación -por yuxtaposición- de ese tema o capa con los

Figura 2 Arriba Mapa Mental N° 46, Sector Kuyuní, que muestra el trazado de grillas o retículascuadangulares. Abajo, habitante de Urimán preparando un pequeño croquis a escala de la redhídrica local, medida en cartografía oficial.

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temas hidrografía, relieve, o zona de vida, es posible visualizar cómo ciertascategorías de seres se asocian inextricablemente (porque son sus “Dueños”)a determinados ecotopos situados en cerros, selvas y raudales.

Otro problema o peculiaridad a superar deriva, en general, de laconfrontación de una etnogeografía propia, que subraya elementos orelaciones espaciales entre elementos distintos a las de la geografía eticactual considerados en desuso, o subestimados como propios de un estadiopre-científico de la cartografía. Nos referimos por ejemplo, a los esfuerzospemón por proyectar su entorno en la superficie plana del papel que seaproxima a la cartografía naturalista romana, relativa o aproximativa, quetuvo influencias en los países europeos hasta el siglo XV, basada enapreciaciones de distancias con respecto a accidentes geográficos locales,más que a la cartografía de tradición griega, toloméica, retomada en Europasobre todo a partir de esa centuria y con prolongaciones en nuestro tiempo,que está sustentada en referentes abstractos (zonas y latitudes demarcadaspor meridianos y paralelos) ubicados por métodos matemáticos y/oastronómicos, a partir de los cuales se localizan (georefencian) los elementos,en forma precisa, exacta o “científica” (Crone 2000: 14-18). Esto marca unadistinción de gran importancia en las gestiones actuales por laa u t o d e m a rcación de territorios, pues la primera modalidad queinevitablemente domina en documentos como los que ahora consideramos,que finalmente son grandes croquis preparados de memoria comoconsecuencia de un trabajo de dibujo colectivo, aún genera ciertoescepticismo entre geógrafos y topógrafos en cuanto a su validez documentaly jurídica, obsesionados por una georeferenciación exacta, que depende másde recursos tecnológicos tales como el GPS, el teodolito o las imágenessatelitales, que de la propia observación directa.

A los fines de superar este último obstáculo, para trasvasar laetnocartografía pemón al SIGEC se optó por un procedimiento que estableceuna suerte de puente entre esas visiones emic y etic: identificando encartografía convencional oficial los principales hitos de referencia utilizadospor los Pemón en los etnomapas -muchos de estos ya georeferenciados conexactitud por los organismos del Estado- se fueron posicionando uno a unotodos los elementos representados, de manera aproximada, manteniendoproporcionalmente en lo posible las distancias entre sí. El área de coberturade cada etnomapa, que tendría una forma más bien irregular en la realidad,pese a estar plasmado en piezas rectangulares de cartulina o papel, fuefijada englobando dentro de figuras rectangulares todas las cuencas (osecciones de cuenca) así como las elevaciones o las comunidades periféricasidentificables. Por ello, a los fines de su análisis, se ha optado por diferenciarentre el territorio conocido (bautizado en cada etnomapa con toponimiapemón, y a veces yanam, lokono, ye’ kuana o española) que abarca toda elárea cubierta por la figura rectangular (o la sumatoria de todas éstas, 84 entotal), y el territorio reconocido el cual, dentro de ese territorio conocido, se

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restringe a los espacios demarcados y considerados como el propio territorioancestral, que apreciado en su integridad conforma la figura recortada queha venido apareciendo en la bibliografía etnográfica y censal desde hacevarias décadas (figura 3, derecha y también figura 13).

Así mismo, como hacían los romanos en relación a la capital imperial -

Figura 3A la izquierda, comparación del área de sombra generada por la activación de las distintasvariables etnográficas contenidas en el SIGEC-Pemón, a partir de datos vaciados espontáneamentepor las comunidades que elaboraron los 84 croquis etnocartográficos. A la derecha, la secciónpemón del mapa etnográfico publicado por Roberto Lizarralde (1988).

y luego los europeos cristianos, a lo largo del medievo, a propósito de laRoma papal o la bíblica Jerusalén- bien por etnocentrismo o porpragmatismo, con frecuencia los elementos representados por los Pemón seirradian a partir de una localidad específica de especial importancia para losdibujantes, porque habitan allí o porque en ese lugar se sitúa un paraje oaccidente geográfico de especial importancia simbólica, visual, osociopolítica. Así, la acimutal equidistante en uno de los etnomapas de lazona de Kamarata es el Macizo del Auyán Tepuy, que engloba numerosossitios sagrados, trazado con una notable precisión que tal vez revela elcotidiano uso de la avioneta como vehículo de transporte (figura 4, arriba;también figura 5, izquierda). En otros croquis etnocartográficos de esaregión el Macizo reaparece una y otra vez como punto de referencia, si nocéntrico sí, al menos, como elemento visual dominante. Y no se trata de unfenómeno nuevo; ya a principios del siglo XX, en el primer etnomapa pemónconocido, reproducido por Koch-Grünberg, los hitos de referencia quedominan el documento y en los cuales converge la red hidrográfica

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Figura 4Arriba, Mapa Mental N° 38, con distribución radial de elementos alrededor del Auyán Tepuy.Abajo, Mapa Mental N° 17, disposición simétrica del paisaje dibujado, con efecto en espejo.

Figura 5Mapa Mental N° 39 en el SIGEC. Los hitos para fijar la extensión del área rectangular MMN°39son: A, río Caroní (al Oeste); B, cuenca completa del río Antabare (afluente del Caroní en sumargen derecha, Norte de Canaima); C, río Carrao (desde su boca en el Caroní hasta las primeraselevaciones importantes, entre este y el río Cuana); D, río Cuana (pero no sus nacientes); E,cuencas completas de los ríos Acanán y Acha; F, Macizo del Auyán Tepuy.

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representada, son precisamente dos de los cerros más importantes en sugeografía mítica, el Kukenán y el Roraima, este último considerado elremanente del Árbol de la Vida, y según este etnógrafo, muy temido por losPemón taurepán que contactó.

Esta representación gráfica no difiere mucho de uno de los etnomapasactuales que muestran al Auyán Tepuy (figura 6). En otros casos, la posicióncentral del punto de referencia y observación de los dibujantes permitióp roducir documentos que muestran al mundo conocido dispuestosimétricamente, orientado hacia los rumbos principales, a la manera de unespejo, de modo que los tepuyes y cordilleras ubicados en puntos extremosmuestran cimas orientadas en dirección opuesta a un ecuador o línea ejehorizontal imaginaria que atraviesa el (o los) centro(s) poblado(s),estableciendo otra interesante analogía con la cartografía de tradicióneuropea trasvasada al territorio venezolano durante la Colonia (figura 4,abajo); un ejemplo de esto es el mapa de la región de El Tocuyo del siglo XVIIencartado en el estudio de Troconis de Veracoechea (1977) que, además, porser de tradición corográfica, incluye iconografía etnográfica ilustrativa de laposición y características de las viviendas y conucos indígenas, subrayandolas similitudes con los etnomapas pemón.

Figura 6Comparación entre un mapa mental de la zona de Kamarata (izquierda) y el primer etnomapapemón conocido, recogido por Koch-Grünberg entre 1911 y 1914 (derecha); las figuras tabularesson el Kukenán y el Roraima.

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Material y métodos del SIGEC-Pemón

Como ya se ha dicho, a los fines de alimentar de datos al SIG seprocesaron los mapas elaborados, durante distintas sesiones de trabajo, porrepresentantes de los 8 (ocho) sectores administrativos en los cuales se hanorganizado las capitanías de este pueblo indígena10, y en reuniones detrabajo adicionales sumaron datos complementarios, ampliando latoponimia o haciendo algunas correcciones con la asesoría de los ancianos.Estos documentos cartográficos fueron preparados fundamentalmente acolores, sobre soportes de papel con dimensiones promedio de 65 X 95,5 cm(un pliego), aunque se elaboraron mapas de tan solo 28 X 20,5 cm o condimensiones próximas a los 200 cm de largo. Un testimonio registrado envideo por TNC muestra un mapa mental de casi cuatro metros de extensión.Este no pudo ser examinado por nosotros ni formó parte del expediente.

Los mapas suelen incluir una leyenda y una rosa de orientaciónc a rdinal que contribuía a orientar correctamente el mapa sobre lacartografía convencional.

La elaboración del SIGEC inicialmente estuvo orientada por cuatrolineamientos primordiales: fácil consulta y actualización, accesibilidadfinanciera del software, respeto por la lengua y culturas locales, ycomplementariedad de su uso con otras herramientas o estrategias localesque favorezcan la continuidad y sustentabilidad de la presencia territorial delos Pemón y su aprovechamiento de los hábitats, incluidas las actividades deeducación ambiental.

Después de evaluar distintas alternativas, incluido el uso de softwarelibre disponible en Internet, se optó por aprovechar la versión 3.2 delpaquete ArcView convertida luego a la más reciente 9.2 del ArcGIS. Lalimitación de ese software comercial es su alto costo y la dificultad deadquisición, si bien la empresa fabricante distribuye gratuitamente porInternet una herramienta de manipulación y visualización de resultados,aunque ésta impide la edición de los datos. Pese a ser contradictorio con laprimera condición impuesta en el proyecto, este era el software disponible,preseleccionado e instalado por TNC en los equipos a ser utilizadosulteriormente en las demostraciones de campo y jornadas de capacitación alos Pemón, además exitosamente aplicado también en experienciasindígenas análogas de otros países.

El procesamiento de la información fue realizado en un equipo decomputación propiedad de TNC y en una fuente externa, en ambienteMapInfo (otro software para SIG) dado que la licencia de TNC no incluye laextensión necesaria para digitalizar material cartográfico base. Estosarchivos fueron convertidos posteriormente a ArcView, editándolos paraadaptarlos al formato del resto de la información. Ante la incertidumbre decuáles serán las especificaciones técnicas del equipo en el cual se

10 Kamarata, Wonkén, La Paragua, Kuyuní, Santa Elena, Kavanayén, Urimán e Ikabarú.

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consultarán o incluso se editarán los datos, se optó por preparar una versiónportátil de los “proyectos” y datos contenidos en el SIG, así como deinformación complementaria, en DVD´s y CD contentivos de: programa delSIG, manual de uso del SIG (en español) y guías de referencia rápida (enpemón y en español), proyectos/programas ejecutables (en versión pemón yespañola) con el catálogo general de los “mapas mentales” (su ubicaciónrelativa en relación al país y a los sectores político administrativos pemón),proyectos programas ejecutables con la vista general -a gran escala- del paísindicando el área de estudio y un hipervínculo al Mapa Etnográfico delCenso de Comunidades Indígenas del año 1992, 84 pares deproyectos/programas ejecutables (versiones pemón y española) individualesde los “mapas mentales” procesados, con hipervínculos a documentosanexos, y materiales anexos (individuales, en versión pemón y española)tales como la ficha descriptiva individual, el índice toponímico individual, lasimágenes digitales (miniaturas) de todos los mapas mentales (enf o rmato.bmp), y el índice toponímico general, ejemplos de video ypresentación Power Point ejecutables desde el SIG.

El ArcGIS es una herramienta de manejo relativamente sencilla, lo quefacilita la pronta capacitación de personal local, sin descartarse -porsupuesto- su preparación en el manejo de las versiones más avanzadas yrecientes. Si bien la distribución del programa estaría resuelta por elacuerdo de cooperación entre TNC y la FIEB, considerada su adquisición porcompra o donación por parte de la compañía, es posible además visualizarlos datos de los SIG creados gracias a un software de visualización gratuito(ArcExplorer) que eventualmente podría ser obtenido por los Pemón en losinfocentros y centros educativos conectados a la Web. Más adelante sepodría plantear la posibilidad de producir software de gestión ambientalutilizando el pemón como lengua natural base (figura 7), pues ya existen

Figura 7Ejemplo de pantalla de la versión en idioma pemón del SIGEC, con visualización de fichadescriptiva.

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algunos programas (en Brasil y España) en software libre, con códigosabiertos, editables bajo una eventual asesoría de TNC, como de hecho se haadelantado -de manera más limitada por ser software con licencia-empleando varias lenguas amerindias.

En el caso del SIGEC-Pemón se elaboraron versiones en Pemón de laspantallas del SIG, de una parte de la data almacenada (fichas descriptivas,índices toponímicos), y de una guía de referencia rápida, materiales todosque podrían mejorarse en el futuro, mediante la colaboración activa de lospara-biólogos y de los docentes indígenas. A los fines de cumplir ellineamiento de la educación ambiental, se procuró amoldar el sistema tantoa los datos compilados por los Pemón en el expediente para gestionar lademarcación de sus territorios y hábitats, como al contenido de un ManualPemón de Educación Ambiental que forma parte del mismo proyecto del SIG.Con todo esto se ha tratado de plasmar en este recurso electrónicorequerimientos de información exigidos por los propios indígenas en algunostalleres y reuniones de trabajo a las cuales se pudo asistir.

A partir del material base -el universo de mapas mentales consignadospor los Pemón en su expediente de autodemarcación, que hacia el mes demayo de 2008 sumaba 84 (ochenta y cuatro) documentos-, se siguieron tresetapas de trabajo: 1ra. Preparación y adecuación de la base cartográficadigital y recopilación de información sobre los segmentos del territoriopemón documentado, 2da. Geo-referenciación de la información colectada, y3ra. Articulación de documentos anexos varios a la información colectada ygeo-referenciada. Simultáneamente, con la cooperación de la profesoraCasilda Betis, docente pemón de Kamarata11, y otros colaboradores locales,se hizo la traducción de textos incluidos en el sistema e introduciendonuevos elementos a partir de los trabajos de Armellada & Gutiérrez Salazar(1981), Mosonyi, et al. (2000), y Uzcátegui (1982).

Como todo SIG, el SIGEC-Pemón establece relaciones entre una basecartográfica convencional, digitalizada, y datos de distinta naturalezarelacionados con el dominio pemón sobre el espacio y sus recursos,contenidos en los “mapas mentales”, sobre distintos temas que equivalen alos layers o “capas de información” que se utilizan en este tipo de tecnología.Así que una parte sustancial de las labores consistió en el “decapado” de ladata, es decir de su separación y clasificación según los “temas” presentadosen los croquis territoriales. El paso siguiente fue ubicar tales datos sobre lacartografía convencional, adelantándose la identificación taxonómicalinneana de las especies de fauna o flora representadas iconográficamente omencionadas en la toponimia de los etnomapas.

La escala de las bases cartográficas primarias utilizadas como matrizpara la producción de datos adicionales (relieve, zonas de vida) fueinicialmente de 1:2.000.000 para luego pasar a 1:500.000 para lo que se

11 Por esta razón la presente versión del SIG refleja la variante kamarakoto del idioma pemón.

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aprovechó la colección disponible en la sede del Instituto Caribe deAntropología y Sociología (ICAS), referida a la región de Guayana o aVenezuela en general (Corporación Venezolana de GuayanaEDELCA/Missouri Botanical Garden 1995; Ministerio de Obras Públicas1975a, 1975b; Ministerio del Ambiente y de los Recursos NaturalesRenovables (MARNR) 2000a; 2000b; Ministerio del Ambiente y de losRecursos Naturales Renovables/Fundación BIOMA 1988); además seconsultaron fuentes del Ministerio del Ambiente y de los Recursos NaturalesRenovables (1992; 1999). Considerando que aún no se ha geo-referenciadocon exactitud parte de los datos representados en los “mapas mentales”, alos fines de ubicar espacialmente la información se procuró localizarla demanera aproximada y proporcional a los croquis originales utilizando comohitos de referencia el curso de ríos y quebradas así como la posición de otrosaccidentes geográficos identificables con seguridad, tales como poblacionescensadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en los operativos delaño 2001, cerros, o vialidad actual (carreteras pavimentadas oengranzonadas), islas fluviales, lagunas y confluencias fluviales. Laubicación por cuencas resultó congruente con la manera pemón deorientarse en el espacio, en donde las cabeceras, curso y desembocadura(_ken) de los ríos suele ser empleada para señalar la posición de -y hastaidentificar- los poblados. De los 84 “mapas mentales” analizados, sólo setuvieron problemas de identificación en cuatro casos, en los cuales sea p reció escasez de topónimos reconocibles tanto en la cartografíaconvencional oficial Ministerio de Obras Públicas (MOP), Ministerio delAmbiente y de los Recursos Naturales Renovables (MOP, MARNR, INE) comoen otros “mapas mentales” del área. Si bien TNC cooperó con la FIEBproporcionándole algunos GPS y la capacitación necesaria en su empleo,estos equipos fueron utilizados por los indígenas fundamentalmente paracomenzar a fijar hitos necesarios en el proceso de autodemarcación detierras, no en la ubicación de los elementos considerados en el SIGEC; si aello se añade que las lecturas en GPS tendrían que ser corregidas de factoresde error derivados de la geometría satelital, problemas ambientales varios(atmosféricos, alta cobertura boscosa, proximidad a elevaciones, presenciade cuerpos de agua con propiedades reflectantes, etc.), e inclusive ladeclinación de seguridad (Selective vailability) introducida por el U.S.Departament of Defense, el concepto de geo-referenciación aplicable a esta yotras experiencias análogas tendría que flexibilizarse, subrayándose elcarácter aproximado de las mediciones, las cuales, no obstante, apreciadasen conjunto, permiten numerosas interpretaciones espaciales, sobre todo enlo que respecta a análisis regionales, a gran escala, o si se confronta lainformación con imágenes aerofotográficas o satelitales (Butler, 2003).

La colección etnocartográfica Pemón abarca documentos preparados endistintos formatos y materiales que se visualizan en la pantalla accionandoun hiper vínculo (Hot link, según ArcView) o interruptor digital incluido en el

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SIG, permitiendo activar sobre la pantalla elementos tales como miniaturasdel “mapa mental” original (figura 8).

Figura N° 8Ejemplo de pantalla del SIGEC-Pemón en español, mostrando un documento gráfico anexo: lafotografía digital del Mapa Mental N° 38, Sector, II, Kamarata.

Aparte de todas sus peculiaridades, numerosos mapas contienen íconosnaturalistas que permiten reconocer especies de fauna, flora, objetosmanufacturados (cestería, alfarería), y hasta entidades espiritualesasociadas a determinados parajes del territorio, que en los croquis pareceexpresarse de dos maneras: a) el territorio conocido por la toponimiatradicional local, -mucho más rica y detallada que la cartografía oficial- y elterritorio reconocido o formalmente, más reducido que el anterior,considerado como espacio propio de la mancomunidad pemón. A los fines decontrastar ambos niveles de apreciación, el SIG permite visualizar el entorno(la “sombra” o sumatoria) de los elementos naturales o culturales pemón(que subrayan los dominios de su territorio reconocido) del contorno másamplio cubierto por los croquis y el mapa etnográfico preparado por elantropólogo Roberto Lizarralde (1988) que sirvió para ilustrar el CensoIndígena del año 1992 realizado por la otrora OCEI, actual Instituto Nacionalde Estadística (INE), parangón que revela cuán acertada o congruente es lainformación que ahora los Pemón plasman gráficamente (figura 3).

El primer paso en el trasvase de los datos consistió en la ubicación delos dominios de cada etnomapa sobre la cartografía 1:500.000 disponible,representándolos bajo la forma de las “ventanas” o recuadros que engloban

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los principales hitos geográficos identificados. Los “mapas mentales” másextensos mostrados por el SIGEC-Pemón corresponden a territoriosdefinidos a partir de la incorporación de cuencas completas, lo quedemuestra la plena consciencia en la necesidad de garantizar el control nosólo sobre el curso de las fuentes de agua sino también sobre las nacientes,las cuales suelen ubicarse al pie de elevaciones y como parte de algún sitiosagrado. Otros parajes que con frecuencia son identificados como morada deseres espirituales o escenarios importantes en la historia sacra son losraudales y saltos de agua, y ciertas lagunas, cerros y cuevas, los que ademástienen valor ecológico, como lugares en donde se regulan ciertas actividadespotencialmente nocivas no solo para la supervivencia (física y espiritual) delos indígenas sino para determinados elementos ambientales (fauna, flora,aguas).

Una vez trazados sobre papel los dominios de cada “mapa mental”, lai n f o rmación fue trasladada a la pantalla, re p resentada por áre a srectangulares vacías, conjuntamente con la red hidrográfica de la basecartográfica digital, las cuales permitieron luego la ubicación de cada uno delos elementos.

Se respetó la clasificación de elementos acordada por los Pemón en suspropias gestiones por la autodemarcación de tierras y hábitats, la cual aludea los elementos (cosas, entes o actividades) que conforman las pataapöpö‘sak nüke, o “áreas naturales”, y las arirunnontok pata, o “áreasculturales”; así mismo, se comenzaron a ubicar algunas zonas de conflictode diferente índole (derivadas por la deforestación o las actividades mineraso agropecuarias realizadas por actores foráneos), aunque este aspecto aúndebe ser ampliado dentro del SIG. Considerando las recurrentes denunciassobre daños ambientales derivados de actividades mineras, agropecuarias,forestales o turísticas descontroladas, en los etnomapas debe haber unsubregistro en la representación gráfica de estos problemas. Este sesgotambién ha sido introducido deliberadamente por algunas comunidadesparticipantes en el caso de los sitios mineros, ante el temor de que lainformación de los “mapas mentales” se pueda difundir y sirva de guía aeventuales garimpeiros.

A los fines de visualizarlos con facilidad en pantalla, y en consideracióna su frecuencia de aparición en los distintos croquis, se seleccionó una listabásica de elementos y de otros afines, de aparición escasa o de identificaciónno muy clara, reagrupándolos en un solo conjunto. Así, los lugares deaprovechamiento de especies leñosas, o “de maderas” (dei mo‘kao pata),abarca lugares donde se obtiene leños para construcción, y madera paraelaborar balsas o curiaras, aunque probablemente se trate de materiasprimas bien diferenciadas. Se reagruparon también transitoriamente lossitios en donde se encuentra en abundancia animales considerados útiles(los que proporcionan materia apropiada para la alimentación, la medicinao la producción tecnológica ordinaria) o peligrosos (venenosos, predadoresde seres humanos o de especies de interés cinegético), así mismo las plantas,

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sobre todo las palmeras, que en la iconografía pemón parecen ser de grandiversidad.

Finalmente, sumando ese universo de elementos identificados por losPemón, a los datos procesados previamente por los no indígenas ycontenidos en la cartografía oficial (INE, MARNR, MOP) o registradamediante cámaras fotográficas y de video, se elaboró una lista básica deelementos u objetos visibles en pantalla (tabla 1).

N° Elemento en pantalla Nombre pemón

1 cobertura del “mapa mental” pata ekaton, pata ka’ta ekamanin

2 Registro fotográfico

3 Video

4 Toponimia

5 Imagen digital del “mapa mental”

6 Ficha descriptiva

7 Sitio de recolección de bejuco munnai’küta

8 Sitio de recolección de miel töusan pata

9 Campamento turístico karanton etaponkatok

10 Maderera (aserradero) dei mo’katö pata, pata ma’tanö’sak

11 Minería. Sitios de conflicto por minería ilegal raminapata, raminaponkon pasanmanin

12 Sitio de recolección de saltamontes ailao kairau pata

13 Comunidad o aldea principal patato

14 Sitio de recolección de bachacos kaiwak pata

15 Sitio de recolección de frutos dei deperü pata

16 Sitio de recolección de madera dei mo’katö pata (1)

17 Sitio de recolección de barbasco ine’kü’ta

18 Aldea patate te’senton

19 Campamento de cacería etaponkanto’ton pata

20 Sitio de cacería awonnönto’ton pata

21 Sitio de pesca kunoi’pök enönto’ton pata

22 Asentamiento viejo pata’pö

23 Sitio sagrado imoröneik pata

Tabla 1Elementos en pantalla identificados por el pueblo Pemón en sus “mapas mentales”.

La etnocartografía y el Sistema de Información Geográfico52

N° Elemento en pantalla Nombre pemón

24 Sitio mítico panton pata

25 Conuco umö pata

26 Sitio con fauna útil o peligrosa ototon pata; enee

27 Morichal, árboles y otras plantas kuayi’ta, dei

28 Mirador pata eneto’ton

29 Balneario ekünön tok pata

30 Camino tradicional eima pena poichinorön

31 Ganadería paaka pata

32 Agricultura no indígena tünmörügan pasanmanin

33 Límites estadales Estado Bolívar pata ka’ta ekamanin

34 Carreteras eima aikasak

35 Área de estudio del proyecto

36 Área de cobertura total (2) pata ekaton ekamanin

37 “Mapas mentales” en conjunto (3) pata ekaton tu’karö

38 Municipios según el INE

39 Parroquias según el INE

40 Hidrografía. Segmento del Paragua

41 Hidrografía. Ríos y lagunas principales tuna, tanno iku’pö

42 Hidrografía. Ríos, quebradas y lagunas Paru, dapö, iku’pö

secundarias

43 Comunidades indígenas. Según el INE(4)

44 Topografía. Curvas de nivel cada 500 m

45 Sectores político-administrativos pemón Pemon nono

46 ABRAEs örötönpe ye’ku’sak. Deiton tününkasen pata

47 Secciones auto-demarcadas

48 Vegetación (5)

49 Venezuela en el mundo

1) Incluye a los kanau pata, o lugares de recolección de madera o corteza para balsa ocuriara.

2) Sumatoria de todos los croquis. 3) Todos, solapados individualmente.4) Censo del año 2001. 5) Zonas de vida guayanesas: selvas, chureta, arbustales y matorrales, wontai, sabanas, itöi,

vegetación tepuyana, tüpü wanak, vegetación saxícola, tëk wanak.

Continuación.

Ant. Fund. La Salle de Cienc. Nat. 109 53

Una tarea futura urgente de los para-biólogos pemón será determinar elground truth de los contornos, extensiones y ubicaciones precisas de laszonas de vida fito-climáticas, recursos, y explotaciones agrícolas en basetanto de la etnocartografía como de los sensores satelitales temáticos.

Análisis topológico de los elementos representados

Las posibilidades de análisis e interpretación que se pueden hacer sobreel manejo de recursos y uso del espacio a partir de la etnocartografía pemóny en consideración con los elementos incluidos son, como veremos, muyamplias. Incluso en esta primera versión del SIGEC-Pemón aún limitada porla ubicación relativa de parte de los elementos, se tienen resultadossignificativos en términos de conectividad, contingencia e inclusión.

Respecto a c o n e c t i v i d a d, al solapar la sumatoria de elementosvinculados con las actividades de subsistencia tradicionales (agricultura,cacería, pesca, recolección), con la capa (layer) que registra los caminostradicionales (eima pena poichinorön), podemos apreciar una marcadacoherencia entre los distintos “mapas mentales”: distintas comunidadescoincidieron en la localización relativa de los recursos, y su interconexiónrespecto a los asentamientos a través de esos senderos. La consistencia deinformación en términos de conectividad de elementos se plantea de especialvalor en materia de planificación local para la autogestión en múltiplesá reas, especialmente a los fines de gestión ambiental y patrimonial(monitoreo de recursos naturales y culturales), y hasta para el diseño deproyectos de desarrollo económico alternativos (por ejemplo, el trazado derutas de turismo contemplativo o senderos de interpretación).

La contingencia respecto al proyecto de auto demarcación es otramateria que le confiere a la etnocartografía pemón validez y pertinencia. Elconjunto de mapas y topónimos trazados conforma un gran mosaico, en losque se aprecian igualmente coherencia entre la distribución relativa de todaslas ventanas (recuadros correspondientes a los límites aproximados de lassecciones de territorio conocido), así como de los elementos y topónimos quecontienen, con los linderos del territorio auto-reconocido y con laetnocartografía generada previamente al proyecto de autodemarcación tantopor entes oficiales (OCEI) como por entes no gubernamentales (FundaciónLa Salle de Ciencias Naturales). Las expresión gráficas de ambas visiones delterritorio evidentemente se solapan.

Por otra parte, se aprecian también notables resultados en materia deinclusión, es decir, la posibilidad de que ciertos elementos no sólo esténasociados (por conectividad o contingencia) sino, además, contenidos dentrode otros. Gráficamente, este tipo de relación se ve con claridad en el caso delos elementos re p resentados como puntos o símbolos focalizados,individuales, que aparecen representados dentro de áreas superficiales.Algunas relaciones de inclusión aportan datos acerca de la valoración

La etnocartografía y el Sistema de Información Geográfico54

Estas relaciones de inclusión también parecen ser significativas en laspolémicas discusiones acerca del impacto del manejo del fuego por losPemón y los procesos de sabanización observados por estas prácticasantrópicas en su territorio. Si bien es cierto que al visualizar la distribuciónde asentamientos, áreas de conuco y zonas de sabana parecen observarsenumerosos solapes, también lo es que en ciertas zonas se observan áreas deselva con antiguos sitios de habitación (figura 10), lo que podría serindicativo, según la memoria cartográfica de los dibujantes, de ciertarecuperación de la cobertura vegetal o de los bosques intervenidos.

Los nexos de contingencia e inclusión entre ciertos elementos parecensubrayar las posibilidades que tienen ciertos recursos de fauna o flora comomarcadores de determinadas zonas de vida. Es el caso, por ejemplo (figura11), del recurso kaiwak (bachaco) que en el SIGEC-Pemón suele estarenglobado o próximo a la zona de vida itöi (sabana abierta), además lugar deobservación de animales de interés cinegético tales como el waikin (venado,Mazama sp.), también de hábitat sabanero, o el de los recursos ine’, munaik,dei mo’katö, o kanau, plantas de las cuales se obtienen, respectivamente,

Figura 9Distribución de sitios sagrados (señalados por puntos negros) en el SIGEC, en zonas aledañas alas localidades de Kapaure y Urimán; se aprecia la asociación de este tipo de parajes a cursos deagua específicos, y en las áreas elevadas del noreste.

simbólica que otorgan los Pemón a elementos del paisaje, como cerrostepuyanos (tüpö) o espejos de agua (iku’pö), y se aprecian al correlacionar lasvariables “sitios sagrados” (imoröneik pata) con “hidrografía secundaria: ríos,quebradas, lagunas” (tuna, dapö, iku’pö), y “alturas por encima de los 500m.s.n.m.” (figura 9).

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Figura 10Los asentamientos viejos (círculo con punto central) distribuidos en las áreas boscosas (fuera delárea con trama oscura, o de sabana) sugieren la recuperación de las areas selváticas después delabandono de los antiguos poblados.

Figura 11Los asteriscos señalan puntos de recolección de bachacos o de cacería de venado, y tienden ayuxtaponerse al área de trama oscura (zona de vida de sabana).

La etnocartografía y el Sistema de Información Geográfico56

cierto barbasco, materia vegetal para cordeles, madera usada como leña, omadera para construir embarcaciones, que tienden a estar incluidos enzonas de vida de chureta (selva), pues precisamente constituyen bejucos oplantas leñosas propias de bosques tropicales (figura 12).

Otras posibilidades del SIGEC-Pemón que se potenciarán en el futuro,a medida que los para-biólogos aporten mayor data al sistema respecto a losc o n t o rnos, extensión, volumen etc., de cada uno de los elementosrepresentados en los etnomapas, serán las de conformar buffers (áreas deinfluencia o proximidad), de fusión o reagrupamiento de elementospoligonales, de superposición de estratos, y de análisis de superficies, oredes, todavía incipientes en esta etapa.

Figura 12En este caso los asteriscos señalan puntos de recolección de bejucos, plantas de barbasco omaderas para usos diversos; tienden a distribuirse en las zonas de vida con vegetación boscosa(fuera del área de trama oscura).

La posibilidad de adicionar e interrelacionar la información sobre áreas“naturales” o “culturales” (pata apöpö‘sak nüke, y arirunnontok patarespectivamente) con datos correspondientes a las áreas protegidas (AP) o“bajo régimen de administración especial” (ABRAEs), incluidas las reservasforestales (örötönpe ye’ku’sak y deiton tününkasen pata) permite anticiparposibles conflictos por limitaciones derivadas de la restricción en el manejode determinados recursos naturales, y brindar orientación sobre temasespecíficos en materia de educación ambiental. Es interesante observarcómo se superpone la categoría de área cultural conocida como “sitiossagrados” (imoröneik pata) con la figura de monumentos naturalestepuyanos en las AP.

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Por otra parte, la visualización de los linderos de las áre a sadministrativas pemón tradicionales favorece la redistribución deresponsabilidades entre las distintas capitanías regionales. En este sentidoel SIGEC-Pemón facilita una visión global e integradora del territorio y de lasvariables que afectan o podrían afectar su futuro manejo, y de los actoresinvolucrados, tanto Pemón como de otros colectivos indígenas integradoscoyunturalmente a las gestiones por la autodemarcación, o grupos foráneos,a veces actores de los “sitios de conflicto” presentes o potenciales (mineros,agricultores, ganaderos, madereros, operadores turísticos).

Consideraciones generales sobre el análisis descriptivo y temporal delos elementos

En la medida en que los para-biólogos afinen la información descriptivay mantengan alimentado el sistema con nueva data, será posibleperfeccionar el diseño de las actividades de planificación en materia deconservación y uso sostenible, con la posibilidad de diseñar actividadesorientadas a determinados elementos.

Por otra parte, se hace necesario incorporar al SIGEC-Pemón el aspectotemporal, que puede ser interpretado y trasvasado de distintas maneras,todas las cuales remiten a cambios en la posición y en ciertos valores oatributos de determinados elementos, apreciables al contrastar documentosde distinta data correspondientes a una misma área geográfica (Buzai 2000:43-44). Documentos generados en distintos momentos del año aportaninformación indirecta sobre cambios climáticos que se reflejan en los ciclosde vida de fauna y flora, así como de las actividades humanas asociadas;otros, producidos en distintos años, expresan cambios en los patrones deasentamiento, en el aprovechamiento de los ecotonos, o en la exposición alos agentes foráneos. En cualquiera de estas materias, es una indudableventaja pro p o rcionada por este tipo de tecnología la posibilidad desuperponer a la expresión digital de los “mapas mentales” otros documentostales como aerofotografías o mapas temáticos especializados, o deconfrontarla con imágenes contenidas en cartografía histórica.

Si bien se entiende que las observaciones reflejadas en los etnomapasse refieren al período cronológico comprendido entre los años 2004 y 2008,no está claro en éstos a qué momentos del año aluden o si se trata deresumir en un solo documento información (incluidos los datos sobreejecución de actividades de subsistencia específicas) relativas a elementosobservables en distintos momentos del ciclo anual de actividadesestacionales. Aunque es una ventaja centralizar esa información en un solocroquis etnocartográfico, le resta precisión a datos que también tendrían queser de utilidad para la autogestión ambiental local y no sólo como recaudopara un expediente de autodemarcación.

La etnocartografía y el Sistema de Información Geográfico58

Los datos cronológicos podrían ser también valiosos al asociarlos avariables como “aldea” o “comunidad” activa, “asentamiento viejo”, “zona deconflicto”, conucos, rastrojos y todas aquellas variables donde conocer latemporalidad es un dato relevante.

A pesar de la escasa información cuantitativa en este aspecto, el SIGEC-Pemón ofrece, en lo temporal, información de gran interés. Por ejemplo, paralos Yanám integrados al proyecto de autodemarcación pemón, es posibleverificar gráficamente información que valida los relatos orales acerca de sup resencia territorial al observar la distribución y densidad de sus“asentamientos viejos”. En el caso de los Ye’ kuana, tienden a ubicarse en lacuenca del río Parupa, ascendiendo por su curso a las montañas que dividenlas cuencas de los ríos Paragua (vertiente Este, de predominio demográficopemón) y Caura (vertiente Oeste, donde dominan los Ye’ kuana).

Por otra parte, comparando la distribución de asentamientos antiguosy/o actuales señalados en los etnomapas trasvasados al SIGEC-Pemón coninformación proporcionada por cartografía antigua, que puede ser insertadaa los SIG y activada desde la pantalla utilizando la función de hipervínculoso “Hot Link” del ArcView, como el ya mencionado Atlas… de Codazzi, esposible observar correspondencias entre la distribución geográfica depoblaciones del presente y la de las parcialidades pemón reportadas enfuentes antiguas (“Cachirigotos”, “Arecunas”, “Arinagotos”, “Camaracotos”),lo que refuerza el argumento acerca de una ancestral y continua presenciaterritorial y aprovechamiento de los recursos del hábitat.

Un interesante reto a futuro, que se desprende de las áreas de coberturade los “mapas mentales” ya trasladados al SIGEC-Pemón, es el carácterextrafronterizo o internacional de las áreas que reconocen como parte de suancestralidad y que alcanzan porciones territoriales de la RepúblicaCoorporativa de Guyana y de la República de Brasil (figura 13), países dondese tiene documentada la presencia de colectivos de ese grupo étnico. Elestablecimiento de nexos con grupos de trabajo afines existentes en esasotras regiones permitiría completar la definición de linderos territorialesincorporando esos segmentos allende la frontera. Aunque, en términosjurídicos, la autodemarcación obviamente se ciñe al territorio nacional, esosvínculos permitirían una visión más amplia sobre el uso y manejo derecursos y hasta para la articulación Inter -comunitaria de proyectoscomunes como, por ejemplo, en las áreas de turismo o educación.

Finalmente, es indudable que la principal ventaja de un SIGEC como elp ropuesto es que supone un avance concreto en los esfuerzos pordemocratizar el acceso de nuevas tecnologías a los pueblos indígenas,posibilidad que se reforzaría aún más, a futuro, si se migran los datos asoftware de licencia libre, o mejor aún, de libre acceso a los códigos fuente,para que finalmente se logre la plena utilización del idioma pemón en todaslas funciones y menús de operaciones. Los logros alcanzados por la FIEB, elICAS de FLSCN y TNC en este proyecto demuestran plenamente lafactibilidad de ello.

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El SIGEC-Pemón y los proyectos de educación ambiental

El SIGEC-Pemón puede convertirse en un instrumento complementarioen los proyectos de educación ambiental y de fortalecimiento de la culturaancestral. En este sentido, se plantea que sea utilizado como instrumentocomplementario a un Manual Pemón de Educación Ambiental, y que en sufuncionamiento básico no sólo sean capacitados los para-biólogos sinotambién el personal docente, los estudiantes, y hasta las autoridadescomunitarias.

Figura 13Cobertura de los mapas mentales en el SIGEC-Pemón. Arriba, áreas de cobertura individual.Abajo, contorno externo general.

La etnocartografía y el Sistema de Información Geográfico60

Para facilitarlo, se han preparado materiales didácticos en donde seexplica el funcionamiento básico del SIGEC-Pemón con fines de consulta,como ejemplos de lo que se podría hacer en un futuro cercano en lat r a n s f e rencia plena de conocimientos técnicos en materia ambientalutilizando como lenguaje de instrucción el propio idioma pemón, algofactible como lo parece demostrar la labor de traducción de esos materialesdidácticos.

Se considera necesario familiarizar a las comunidades en la consulta delSIGEC-Pemón como paso previo al manejo de su edición, introduciendonuevos datos, modificando los precedentes, o alterando de alguna manera laestructura de las tablas y bases de datos.

Limitaciones y recomendaciones finales

En un principio, se detectaron ciertas limitaciones re f e r i d a sfundamentalmente a la versión del software utilizado: inexistencia deextensiones apropiadas (Spacial Analisys) para la digitalización y geo-referenciación de bases cartográficas adicionales (por ejemplo, sobre relievey zonas de vida), lo cual prolongó el uso de otros sofware alternativos que,durante cierto tiempo, le restó celeridad al avance de las actividades, eimposibilidad, por su reducido número de opciones, de utilizar la librería desímbolos para la representación de algunos íconos empleados en lasjornadas de trabajo.

Se percibió además, que, si bien es deseable insertar en cada mapamental representado en el SIGEC-Pemón material gráfico y audiovisual dealta definición, este tipo de documentos suele hacer aún más pesados losarchivos, lo cual representa un inconveniente si se desea producir versionestransportables del sistema (portable projects) en CD o DVD para ser cargadosen los distintos equipos bajo la custodia de los Pemón. Como solución, seaprovecharon archivos gráficos a baja resolución (ya que de todas maneraslos para-biólogos podrán acceder a CD o DVD con las versiones originales demejor calidad visual) y se dejaron inactivos los enlaces a videos opresentaciones Power Point.

En cuanto a la calidad de la información, es evidente que la basecartográfica primaria suministrada por el sofware ARCVIEW, compatibleademás con la base cartográfica del Instituto Nacional de Estadística,aprovechada en este proyecto, no está corregida al nuevo huso REGVEN,recientemente establecido por el Instituto Geográfico Simón Bolívar deVenezuela (IGSBV) en sustitución del anterior huso La Canoa, lo cual podríaser desventajoso en el uso inmediato de la información del SIGEC-Pemónpara sus gestiones en materia de autodemarcación de tierras, perorealmente no lo es a los fines del proyecto de educación ambiental, puestoque inevitablemente la posición de todos los elementos representada en laspantallas es de carácter relativo, por las características mismas del

Ant. Fund. La Salle de Cienc. Nat. 109 61

documento fuente (un croquis “a mano alzada”, hecho de memoria), aunqueesté basado en información real sobre cuencas y otros hitos geográficos.Esto último significa que internamente (y en cuanto a la cartografía delARCVIEW y de entes como el INE) la posición geográfica (que se basa en elhuso La Canoa) es satisfactoria para el análisis y gestión de esos recursos,para ciertos ejercicios de planificación y educación ambiental, pero encomparación con documentación cartográfica externa basada en medicionesde GPS y mapas geo-referenciados a partir de REGVEN podría conllevar aerrores espaciales de hasta 15 minutos (alrededor de 27 kms). Para paliaresto, utilizando las herramientas de las presentaciones más recientes delsoftware, se plantea la necesidad de convertir la presente versión del SIGEC-Pemón a proyección oficial más reciente. Habría que actualizar además labase cartográfica digital con documentación oficial más actualizada ydetallada, desafortunadamente inaccesible o extremadamente costosa almomento de ejecutarse el proyecto. Por lo pronto únicamente es posiblehacer apreciaciones a gran escala, útiles para observar tendenciasregionales, pero considerablemente limitadas para planificación local.

Una vez que esté plenamente operativo el SIG y, además, debidamenteregistrado como propiedad intelectual del pueblo Pemón12, como posibleslabores de recolección y actualización de datos que les correspondería hacera los para-biólogos y al resto de la comunidad, en el marco de actividadesrutinarias o de educación ambiental, podrían sugerirse las siguientes:

Verificar y ajustar más precisamente cada “ventana” o área decobertura de los “mapas mentales” en pantalla.

Completar la identificación de cada animal o vegetal de interés(en ambas lenguas y en latín). Un “Hot Link” o hipervínculopodría accionar un documento de texto con la descripción de susignificación cultural, imágenes o fotografías.

Hacer correcciones en la toponimia oficial incorporada alSIGEC-Pemón, derivada de la utilizada por el INE,recomendándose no alterar esos datos, sino añadir camposadicionales para incluir la toponimia pemón y utilizar estanomenclatura propia (que puede ser la de cada variante localdel idioma) para la generación de etiquetas en los mapasdigitales mostrados en la pantalla.

12 Los resultados del proyecto, en versiones impresa (informes más anexos) y digital (archivosde texto, de imágenes, y datos del SIG) fueron entregados a la Federación Indígena del EstadoBolívar, organización que recibe asesoría en materia jurídica por parte de especialistas en derechode propiedad intelectual y derecho territorial indígena de la Universidad de Los Andes.

La etnocartografía y el Sistema de Información Geográfico62

Identificar por nombre, si ello es posible, cada “sitio sagrado”,incorporando una breve descripción de su significación y lasprescripciones éticas que regulan su relación con esos lugares.Un “Hot Links” podría abrir documentos de texto contentivos delos relatos de los ancianos, e iconografía sobre estos sitiosreflejados en algunos “mapas mentales”.

Identificar todas las aldeas, comunidades y “asentamientosviejos”. Mediante un “Hot Link” se podría accionar undocumento de texto con historias orales, fotografías, datosdemográficos, etc., sobre cada localidad.

Añadir a las categorías “campamento turístico”, y “zonas deconflictos” datos específicos respecto a los agentesinvolucrados.

A fin de llevar un registro sobre impactos antrópicos, geo-referenciar los bordes (poligonal) de las áreas afectadas poragentes tales como el fuego, minería, explotación maderera,vertidos industriales, la agricultura o ganadería extensiva, etc.

Mantener actualizado el mejor registro posible sobre las áreas yactividades de interés económico. Agricultura: numero deconucos, ubicación cartográfica, tamaños y composición. Cazay Pesca: capturas especies, volumen fechas y lugares. Idénticainformación para actividades de recolección.

Iniciar la geo-referenciación de variables poco documentadas,pero de importancia esencial en la gestión ambiental, talescomo: tipos de los suelos (taxonomía etic y emic) y usos.

Profundizar la información sobre sitios de potencial interéspara el desarrollo de proyectos de turismo sustentable.

Actualizar datos sobre “caminos tradicionales” y carreteras,muy desactualizados en la cartografía digital básica oficial.Añadir las propuestas comunitarias referidas a posibles “rutasturísticas” o “senderos de interpretación”.

Verificar, ampliar e insertar datos detallados sobre las “áreasprotegidas” (AP) o “bajo régimen de administración especial”(ABRAE), así como observaciones acerca de sus ventajas odesventajas y posibilidad de conciliarlas con las prácticas yrecomendaciones de los ancianos.

Ant. Fund. La Salle de Cienc. Nat. 109 63

Estas son tan sólo algunas ideas dentro de un espectro que podría sermucho más amplio, una vez que este pueblo indígena se apropie plenamentede esta novedosa tecnología de información y comunicación.

Agradecimientos: Los autores de esta “experiencia” iniciada a fines de 2005 y una más delas que, según Mansutti (2006: 31), han proliferado en estos tiempos, quisieran expresar suagradecimiento muy particular al antropólogo José Medina Bastidas coordinador regional de TheNature Conservancy para el Parque nacional Kanaima por su invitación a participar en el proyectoConservación de la biodiversidad y utilización sostenible de los recursos naturales por los indígenasen el marco del cual se realizó este trabajo en colaboración con el pueblo Pemón, sus capitanesgenerales, y todos los hombres mujeres y niños de ese orgulloso pueblo cuya sapiencia y consejosesperamos haber recogido.

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