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2 Revista AB-sé FEPADE

Año 16, n.º 1, enero-marzo de 2014

Fundación Empresarial para el Desarrollo

Educativo (FEPADE) Dirección de Investigación

y Desarrollo Educativo

Dirección editorialJoaquín Samayoa

EdiciónClaudia Perla Campos

Maestros escritoresPara este número

colaboraron: Julio Samuel Aguilar,

C. E. El Capulín, La Libertad; Carlos Alberto Merino Reyes, Centro Escolar Católico San­tísima Trinidad, La Libertad;

Nélson Alcides Alfaro, asistente pedagógico

del proyecto Adopte una Escuela, FEPADE.

Corrección de estiloAna María Nafría

DiagramaciónClaudia Perla Campos

FotografíasSamuel Aguilar, Néstor

Alfaro, Alvaro Ulises Juarez, FEPADE

IlustracionesRicardo Ernesto López

Corrección de fotografíasMiguel Hernández

Impresión 5000 ejemplares

Albacrome S. A. de C. V.

Editorial 3El aprendizaje científico en la escuela

Prácticas docentes 4Números primos: filas y columnas para parenderJulio Samuel AguilarCentro Escolar El Capulín, Colón, La Libertad

Gestión escolar 8Divertirse, compartir, cooperar e intercambiar Carlos Alberto Merino Reyes Cestro Escolar Católico Santísima Trinidad

Artículo central 12La experimentación en el aprendizaje de las Ciencias Construcción de equipo de laboratorio Néstor Alcides Alfaro PozasAsistente pedagógico del proyecto Adopte una Escuela, FEPADE.

Así aprendemos 22

Leer para saber Revista AB-séDouglas Andrei Marroquín DíazC. E. José Martí, San Ignacio, Chalatenango

Contenido

AB-sé es la revista pedagógica producida y publicada por la Fundación Empresarial para el Desarrollo Educativo (FEPADE). Su propósito es apoyar la labor que docentes, directores, directoras y familias realizan en los centros escolares y en el hogar. Las opiniones y valoraciones contenidas en los artículos corresponden a los autores y no representan necesariamente las de FEPADE. Se permite la reproducción de del contenido de esta revista siempre que se cite la fuente: Revisa AB-sé de FEPADE, n.º 1, año 2014.

El comité editorial agradece toda correspondencia, artículos o comentarios que desee enviar a la re­vista. Dirija su correspondencia a la dirección postal de FEPADE, revista AB-sé; al correo electrónico:[email protected] o llame al 2212 1634. Visite nuestro sitio web:

www.fepade.org.sv

Dirección postal de FEPADE: calle El Pedregal y calle acceso a Escuela Militar, frente a Hiper Mall Las Cascadas, Antiguo Cuscatlán, La Libertad. El Salvador, Centroamérica. Teléfono FEPADE: 2212 1600, fax: 2212 1696.

Págs.

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3Revista AB-sé FEPADE

C onocer de ciencia y tecnología contribuye al desarrollo de estructuras de pensamien­to científico: observar e indentificar problemas, elaborar hipótesis, saber discutirlas y reconstruirlas con mente abierta y flexible; indagar y aplicar diferentes métodos para

comprobar o rebatir las predicciones; analizar e interpretar resultados, y son la clase de habili­dades y destrezas que la realidad actual demanda.

Si se piensa en temas como la salud, la regeneración y cuido del medio ambiente, la energía (el transporte, las telecomunicaciones, las fuentes renovables), la alimentación y otros, es evidente la importancia del avance científico en todos ellos. Pero, en lo que nos compete como docentes, no los consideramos desde la óptica del científico ilustrado, sino desde la visión de educadores, es decir, desde la enseñanza y aprendizaje de la ciencia en la escuela.

Desde aquí es posible construir esa conexión real y práctica entre el conocimiento científico y la voluntad de influir en si­tuaciones de la vida cotidiana y comprender el mundo que nos rodea. Pero veamos las barreras que comúnmente se aducen para no hacerlo: falta de recursos, falta de espacios acondi­cionados como laboratorios, falta de tiempo, falta de equipo e instrumental, falta de materiales como reactivos y otros.

Por todo lo anterior, adquiere gran importancia que el docente tenga un dominio suficiente de la disciplina que imparte, pues ello le da los elementos para buscar e impulsar alternativas frente a las barreras mencionadas —sin menoscabo de la rea­lidad de las mismas—.

De modo que, con la intención de enriquecer las iniciativas que en este campo están llevando adelante muchos maestros y maestras, presentamos un artículo en el que se exponen proce­dimientos para construir intrumentos de laboratorio con materiales reciclables y de bajo costo, que pueden utilizarse en el aula y con los cuales se puede adentrar a los estudiantes en el mundo de la experimentación.

Además, en este número, podrá leer el testimonio de un joven lector que, con su experiencia, confirma la efectividad de la labor docente unida al apoyo familiar, así como una metodología para aprender, de lo concreto a lo abstracto, los conceptos de números primos y compuestos. Y se presentan también los aprendizajes que muchos años de trabajo en el aula han aportado a una propuesta para mejorar la gestión pedagógica del aula.

Revista AB-sé

El aprendizaje científico en la escuela

EditorialEditorial

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4 Revista AB-sé FEPADE

S iempre me pareció que la didác­tica con la que me enseñaron el concepto de números primos

y compuestos no fue la mejor. Ahora, como maestro, pude cambiarla para mis estudiantes de quinto grado.

El año pasado, cuando planificaba esa clase, tuve presente a Piaget y su teoría de las etapas evolutivas de los niños en relación con su aprendizaje, y me pro­puse una didáctica que, partiendo de situaciones concretas a las semiconcre­tas, nos llevara a la formulación de esos conceptos matemáticos.

Para descubrir y aprender los conceptos de números primos y compuestos, es necesario estimular el interés y las capa­cidades de observación y análisis de los estudiantes. Estos conceptos les serán útiles, en lo inmediato, para trabajar la descomposición de nú­meros en sus factores primos, para encontrar el máximo común divisor, el mínimo común múltiplo, la suma y resta de fracciones heterogéneas y familiarizarse con el uso del plano cartesiano. A mediano plazo, en ter­cer ciclo, les servirá para trabajar con expresiones algebraicas primas, en el caso de la descomposición factorial.

La importancia de trabajar estos contenidos con estrategias didácticas apropiadas es que ayudan a desarrollar el razonamiento lógico matemático, proporcionan herramientas conceptuales y llevan

al alumnado a aprender una forma ordenada (un método) para iden­tificar los números primos meno­res que 100, método que pueden aplicar, por analogía, a otras situa­ciones que requieran procesos de descarte.

Frijoles, un gran recurso en el aula

Unos días antes de la clase, me ocupé de recordar a los estudiantes las tablas que han aprendido a hacer cuando trabajan en la com­putadora, y que estas están formadas por filas y columnas. Luego, les pedí llevar al aula una bolsita con veinte frijoles, para hacer una actividad.

Los números primos solo se puede dividir entre ellos mismos y el uno y, los com­puestos, se pueden dividir entre otros, además de ellos y el uno.

Filas y columnas para aprender números primos Julio Samuel Aguilar GaldámezC. E. Cantón El Capulín, Colón, La Libertad

El docente Samuel Aguilar orienta la ejecución de la actividad.

Prácticas docentesPrácticas docentes

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Prácticas docentes

Los estudiantes se detienen a pensar y tienen la oportunidad de comprobar los enunciados.

Llegado el día, la mayoría de estudiantes estaba a la expectativa, listos con sus frijoles. Para iniciar, les pedí que sacaran diez frijoles y los pusieran uno seguido de otro, en forma vertical, para formar una columna; luego, les solicité que los ubicaran uno a la par de otro, pero a lo largo de la mesa del pupitre, para formar una fila y volvimos a conver­sar acerca de que las tablas se componen de filas y columnas. Utilizamos los lápices de color para orientar las posiciones.

Hecho lo anterior, les pedí que guardaran ocho frijo­les en su bolsita y se quedaran con dos, con los cua­les formarían las diferentes tablas que se pudieran hacer sin dejar “celdas” vacías, es decir, que la tabla quedara completa. También les indiqué que saca­ran, para cada caso, pares de números en los que el primero correspondiera a la columna y, el segundo, a la fila. Procedieron con lo indicado y expresaron que solo se podía sacar una columna o una fila:

Con este ejercicio, fueron agregando un frijol a la vez, hasta llegar a veinte.

Número de frijoles

Pares ordenados

2 (1, 2); (2, 1)

3 (1, 3); (3, 1)

4 (1, 4); (4, 1); (2, 2)

5 (1, 5); (5, 1)

6 (1, 6); (6, 1); (2, 3); (3, 2)

7 (1, 7); (7, 1)

8 (1, 8); (8, 1); (2, 4); (4, 2)

9 (1, 9); (9, 1); (3, 3)

10 (1, 10); (10, 1); (2, 5); (5, 2)

11 (1, 11); (11, 1)

12 (1, 12); (12, 1); (2, 6); (6, 2); (3, 4); (4, 3)

13 (1, 13); (13, 1)

14 (1, 14); (14, 1); (2, 7); (7, 2)

15 (1, 15); (15, 1); (3, 5); (5, 3)

16 (1, 16); (16, 1); (2, 8); (8, 2); (4, 4)

17 (1, 17); (17, 1);

18 (1, 18); (18, 1); (2, 9); (9, 2); (3, 6); (6, 3)

19 (1, 19); (19, 1)

20 (1, 20); (20, 1)

(1, 2) aquí, tenemos el par ordenado de una columna y dos filas.

(1, 3) es par ordenado para esta formación.

(2, 1) aquí tenemos dos columnas y una fila.

(3, 1) es el par ordenado para este ordenamiento.

Luego, les pedí que agregaran un frijol y lo hicieran con tres:

A continuación, les pedí que trasladaran a una ta­bla de dos columnas el número de frijoles con que trabajaron y, a la par, escribieran los pares ordena­dos que se generaron, así:

Pares ordenados del 1 al 20

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Prácticas docentes

Lo hicieron comparando entre ellos, qué números había sacado cada quien. Mientras tanto, tam­bién yo había elaborado la tabla en la pizarra. A continuación, les indiqué que observaran deteni­damente la tabla y se fijaran en cosas que les llamaran la atención, por ejemplo, cuántos pares salieron de cada número, qué números eran, si faltaba o sobraba alguno, etc. En un momento, algunos estudiantes empezaron a generar opinio­nes como:

“Profesor, ¿verdad que es como hacer la tabla de cada número?”.

“Profe, al veinte le faltan…”. (Agregamos los que faltaban).

“¡Profe!, algunos números solo tienen dos parén-tesis y otros tienen más… ”.

“¡Ah! Ya sé, profe, se pueden multiplicar los nú-meros que están en los paréntesis y da el número de frijoles de la otra columna”.

“Profe, ¿y por qué unos sólo tienen dos y otros tienen más? (se refieren al número de paréntesis generados).

“Profe, ¡qué fácil está esto!, ¿y ahora qué vamos a hacer?”.

Y otras por el estilo.

Promover el razonamiento a través de la preguntaTerminada la fase anterior, pedí a alumnos y alum­nas que guardaran los frijoles y les planteé la si­guiente pregunta:

¿Qué relación creen ustedes que hay entreel número de frijoles que están en la columna de la izquierda y los pares ordenados que se

generaron en la de la derecha?

Cada quien fue haciendo valoraciones, desde sus posibilidades, lo que algunos educadores llaman pe­queñas hipótesis, entre ellas que, al multiplicar los números de los paréntesis, siempre nos daba el nú­mero de frijoles que aparecen en la columna izquier­da y que, también, el números de frijoles de esa columna se podían dividir entre cada número del pa­réntesis. Cuando lo comprobaron les pregunté:

¿Cuáles números dieron solamente dos paréntesis?

Inmediatamente me los dictaron y los marqué en la pizarra y pedí a los estudiantes que, en otra ta­bla, escribieran los números que generaron solo dos paréntesis, en una columna y, en la otra, los que generaron más de dos. Seguidamente, les pregunté:

¿Qué números están dentro de los paréntesis de los que solo tienen dos?

Cada quien a su ritmo comienzan a elaborar la tabla.

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Prácticas docentes

Todos, sin excepción, dijeron que ellos mismos y el uno. Luego, hablamos de fútbol, de las bundesli-gas1 y les pregunté si sabían a cuál le llaman “liga premier”, y fue Axel quien dijo que “a la inglesa”; fue en este punto que les comenté que la palabra “premier” se deriva de “primus”, que en latín signifi­ca “primero”, y lo vinculé con los números que solo se pueden dividir entre ellos mismos y el uno. En la, antiguedad estos se consideraban los “principales” Con esta actividad, los estudiantes fueron constru­yendo el concepto de número primo y compuesto.

La motivación del alumnado fue evidente.

1 Este término significa “liga federal” y es el nombre de la primera división de cualquier deporte en Austria y Alemania. Consultado el 15 de julio en http://es.wikipedia.org/

Números con dos paréntesis (primos)

Números con más de dos paréntesis (compuestos)

2 4

3 6

5 8

7 9

11 10

13 12

17 14

19 15

16

18

20

Números primos y compuestos del 1 al 20 La criba de Eratóstenes

Para finalizar, hicieron la criba de Eratóstenes apli­cando el insumo de números primos y compuestos que se había trabajado con los frijoles, pero am­pliando la tabla hasta cien, encerrando los primos en un círculo y tachando los compuestos.

Las indicaciones para construir la criba fueron:• Descartar el 1 porque no cae dentro de la cate­

goría primo ni compuesto.• Encerrar el 2 en un círculo porque es el primer

número primo.• A partir del 2 contar de 2 en 2 y tachar aquellos

múltiplos de 2.• Luego, seguir con el 3, luego el 5, y así suce­

sivamente hasta encontrar todos los números primos entre 1 y 100 para, posteriormente, ha­cer una tabla clasificando los números primos y compuestos.

Los números encerrados en círculos serán los pri­mos, y los tachados, los compuestos.

La criba de Eratóstenes

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

11 12 13 14 15 16 17 18 19 20

21 22 23 24 25 26 27 28 29 30

31 32 33 34 35 36 37 38 39 40

41 42 43 44 45 46 47 48 49 50

51 52 53 54 55 56 57 58 59 60

61 62 63 64 65 66 67 68 69 70

71 72 73 74 75 76 77 78 79 80

81 82 83 84 85 86 87 88 89 90

91 92 93 94 95 96 97 98 99 100

La experiencia de haber trabajado estos contenidos con la metodología aquí explicada fue muy estimu­lante para los estudiantes y para mí, ya que en todo el proceso los niños estuvieron activos, atentos y, en cada paso, fueron cayendo en sus propios des­cubrimientos y conclusiones.

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Gestión escolarGestión escolar

Hablar de formación y educación a propósito de los recreos en el centro educativo, fue una de

las situaciones acerca de las que re­flexionamos como equipo de docentes y directivos en 2012. Este intercambio de opiniones nos llevó a tomar la deci­sión de cambiar un poco la estructura de horarios de la jornada. Nos dimos cuenta de la vinculación del juego con el desarrollo de la inteligencia emocio­nal del estudiantado, del equipo do­cente, de los padres, de las madres y de la comunidad.

Esta fue, entre otras, una de las medi­das que se han venido tomando con el propósito de ir afinando detalles para mejorar cons­tantemente la dinámica del centro y que conocemos como el camino de mejora continua, en el que el ensayo­error brinda importantes insumos para to­mar decisiones.

Una de las ideas que se conversaron durante la jornada reflexiva es que el juego es una necesidad básica para el óptimo desarrollo de la inteligencia y, también, para el equilibrio físico y emocional, sin importar la edad.

Algunos docentes piensan, en ocasiones, que ni­ños, niñas, adolescentes y jóvenes juegan para en­tretenerse o para dejarnos tiempo libre. La realidad es diferente: ellos y ellas lo hacen porque, además de ser una necesidad, es el medio a través del cual comprenden el mundo y se integran en él de una forma natural y divertida, sin amenazas, gritos o

por sentirse obligados. De aquí la importancia del juego en los aspectos pedagógicos. Sin embargo, en este artículo nos centraremos en la reflexión que como educativo tuvimos sobre el juego en sí mismo.

Cuando observamos a los niños y a las niñas en el recreo nos damos cuenta de cómo se valen de los juegos para resolver dificultades psicológicas bas­tante complejas, del pasado y del presente, muchas veces imitando a maestros y maestras, a familiares, a amigos o a vecinos. Tan valioso es el juego en ese sentido que la terapia por el juego se ha convertido en el procedimiento principal para ayudar a niños y niñas a vencer dificultades emocionales, de relacio­nes o de otra índole.

El “recreo lúdico” —como hemos dado en llamarlo en nuestro centro— consiste en promover que este

Divertirse, compartir, cooperar e intercambiar durante el recreo

Carlos Alberto Merino ReyesCentro Escolar Católico Santísima Trinidad, Quezaltepeque

Juegos con aros fueron parte del nuevo reperterio de recreación.

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Gestión escolar

momento de la jornada educativa sea realmente para jugar. Es decir, nosotros como docentes trata­mos de incorporarnos o de participar en los juegos junto a los estudiantes, no para vigilarlos ni para incomodarlos con nuestra presencia.

Una persona que juega es una persona feliz

Creemos que las funciones principales del juego son el placer, la libertad y la integración; por lo tan­to, su naturaleza es eminentemente socializadora, creadora, interdisciplinar y, sobre todo, motivado­ra. Un niño, mejor dicho, una persona que juega es una persona feliz, una persona sana. El poeta romano de finales del siglo I, Juvenal, en una de sus sátiras dijo sabiamente: “mens sana in corpore sano” (mente sana en cuerpo sano).

Al interrogarnos ¿por qué nuestros niños y niñas tienen déficit de atención?, ¿por qué tienen bajas notas en Matemática y en Lenguaje?, ¿por qué fal­tan a la escuela?... Llegamos a la conclusión de que uno de los problemas es que la escuela los aburre. Tenemos un popular y antiguo dicho que

dice “A la escuela se viene a estudiar y no a jugar”, que se interpreta como que estudiar es bueno, pero jugar no. Las clases son largas y pesadas, nos hemos acomodado al libro, a las ideas y métodos clásicos y estáticos, pero esta vez decidimos rom­per con la tradición.

Después de estas reflexiones, analizamos qué op­ciones y oportunidades teníamos que resultaran atractivas para los estudiantes. Pensamos en po­ner música en los recesos, en clases más dinámi­cas y atractivas, entre otras ideas que surgieron a lo largo de la discusión; y, también hablamos de cómo concebir los recreos y dinamizarlos.

A la hora de jugar, toda idea que contribuya a la diversión es bienvenida.

Niños, niñas y jóvenes participan en los recreos lúdicos.

1 La Fundación Empresarial para el Desarrollo Educativo (FEPADE) a través del proyecto de apadrinamiento Adopte una Escuela, im­plementa procesos formativos para mejorar la calidad educativa en este centro escolar que cuenta con el apoyo de la fundación Walter Soundy y USAID.

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Gestión escolar

Al recreo los niños y las niñas salen a jugar, a re­lajarse del estrés que les provoca estar sentados y sentadas, poniendo atención, concentrados, dis­traídos (pero fingiendo estar atentos), copiando o resolviendo problemas. Salen a jugar, a correr o a charlar con sus amigos o amigas.

Comentamos que el juego es naturalmente espon­táneo, libre y divertido y que se aprende mucho de la vida, de las relaciones, de las reglas a través de él, por tanto, había que enriquecer, en la medida de lo posible este momento de la jornada educativa.

Además, hablamos de la importancia de acompa­ñarlos en sus juegos, de integrarnos como pares, de reirnos de sus ingenuidades y de sus genialida­des y de que se rían con nosotros y de nosotros.

Consideramos que una de nuestras responsabi­lidades es procurar los espacios adecuados para los distintos intereses lúdicos y, aunque hay juegos que no necesitan más que las ganas y el ingenio de los involucrados, también es una buena medida poner a disposición del alumnado juegos de mesa como rompecabezas, loterías, damas, domino, aje­drez, futbolitos; juegos de cancha, como portería, pelotas, aros; chibolas, juegos mentales de estra­tegia, individuales y colectivos, etc.

Seamos como niños que saben jugar y reir, ganen o pierdan, ¡y no lo olvidemos!

Experimentando una nueva ideaPoner en práctica lo pensado tuvo como resultado una respuesta fabulosa de los niños y las niñas. Los mismos jóvenes están aportando juegos para compartir en la escuela, y FEPADE1 reforzó la ini­ciativa con una donación de variados juegos que amplían nuestro inventario recreativo.

Hemos incrementado el tiempo para el juego. Aho­ra tenemos un recreo que dura 45 minutos, tiempo que creemos adecuado para completar por lo me­nos un juego; y finalizamos las labores 15 minutos más tarde, para no perjudicar la carga académica.

Ahora el reto está en llevar el juego a la clase o que la clase sea un juego en el que estudiantes y pro­fesores aprendamos significativamente. El juego pedagógico difiere del juego totalmente recreativo, pues aquel tiene objetivos definidos y no es total­mente libre. Sin embargo, es y seguirá siendo un valioso instrumento para que las clases sean más dinámicas y adecuadas a la forma de aprender de niños, niñas y jóvenes.

Al inicio de la experiencia, fue algo nuevo en nuestro centro educativo, y como tal no nos resultaba fácil, porque todavía no estábamos “en forma”, pero con la práctica diaria, el estudio individual y grupal y con las ganas que tenemos de ser verdaderos agentes de cambio, sabímos que lo lograríamos.

En la lotería todo es cuestión de suerte... y de atención, por supuesto.

El ajedrez, un juego de estrategia que divierte a jugadores y espectadores.

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El interés por responder a las necesidades de nuestros estudiantes nos llevó a impulsar los “re­creos lúdicos”, como aún los llamamos. Esta de­cesión nos comprometió a trabajar más cerca con nuestros jóvenes y nos brindó la oportunidad de conocerlos más, de rompe las barreras, —muchas veces abismal— entre docente y estudiante.

Los resultados obtenidos han sido más que satis­factorios: ha mejorado el rendimiento académico, las relaciones interpersonales (estudiante­estu­diante, estudiante­docente y docente­docente), la convivencia intraescolar e incluso ha mejorado la convicencia extraescolar.

En marzo del presente año, el Ministerio de Educ­cación a través de FUSALMO, convoca a los y las docentes de educación física para capacitarlos so­bre una metodología denominada “Juego limpio” con el fin de promover la convivencia, los valores y el respeto en toda disciplina deportiva; sustituyen­do el paradigma de ganadores y perdedores por el principio “ganar­ganar”.

Esta iniciativa del MINED viene a reforzar el ejer­cicio que desde hace dos años venimos reali­zando en nuestra institución. Por tanto, el juego limpio ha sido para nuestra población estudiantil un gran beneficio al incorporarlas en sus juegos cotidianos.

Reflexiones acerca del juego:

Es un derecho. El derecho al juego está en la De­claración Universal de los Derechos del Niño. Los derechos solo se pueden ejercer en libertad.

Es tolerancia. Jugar es compartir, intercambiar, cooperar sin anular al otro, pues sin él, el juego ya no sería tan interesante.

No entiende de razas, género, fronteras, ni ideo-logías. El juego es inclusivo. Nos iguala.

No tiene edad. Jugar no es solo cosa de niños y niñas. Si se te ha olvidado jugar, juega con tus estudiantes. Esto nos enriquece, nos acerca al placer de sentir la naturalidad y la espontanei­dad de la vida.

Ayuda al desarrollo de la persona. El juego ayuda a desarrollar habilidades, destrezas, relaciones espaciales, pensamiento crítico y creativo, capa­cidades interpersonales, promueve el pensamien­to independiente y potencia la autoestima.

Es sano. Aunque el juego es un asunto muy se­rio, ayuda para reírse, relajarse, esforzarse, com­petir, ganar, aprender a perder… nos hace estar más sanos.

Es una forma de aprender y comprender. El juego permite buscar nuevas soluciones, experimentar, actuar, transformar, conocer el alcance de nues­tros actos, incluso hacer metacognición.

El material que nos rodea en nuestra vida coti-diana nos ayuda al juego, es material de juego. Experimente sus posibilidades y descubra tu ca­pacidad para jugar disfruta.

Es un placer gratuito.

El juego es una disciplina flexible y voluntaria. Con él aprendemos la necesidad de seguir o poner re­glas que todos se comprometen a cumplir. Apren­demos que romperlas acaba con el juego o lo hace más divertido y, entonces, cambiamos las reglas y, en un nuevo pacto, nos comprometemos a respe­tarlas para seguir con la diversión.

¡Que viva el juego!

Los juegos requieren habilidad y estrategia por lo que los estudiantes también desarrollan destrezas.

Gestión escolar

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Artículo centralArtículo central

De campoRelaciona la escuela con la comunidad, salidas de campo a lugares en los que el estu­diantado conoce, comprende y valora su entorno. Fomenta la visión ecológica y el cuido del medio ambiente.

AudiovisualConsiste en tener y utilizar cañón, TV o computadoras para que el estudiantado aprenda viendo, escuchando y use programas como webles­son, webquest y proyectos de robótica que fomenten las com­petencias digitales.

Laboratorio escolar AlternativoEs una instalación dentro de una institución edu­cativa, donde hay equipo, instrumentos, reacti­vos, recursos didácticos. Es característico tener una persona que funge como “laboratorista”. Este tipo de laboratorio se puede equipar con instrumental alternativo.

Aula remodeladaEs un salón de clases que se ha readecuado para instalar mesas, lavamanos, bancos, mobiliario, etc., con el objetivo de experimentar y realizar proyectos de inno­vación científica.

Experimentar para aprenderConstrucción de equipo de laboratorio

Néstor Alcides Alfaro PozasEspecialista en Ciencia Naturales y Asistente técnico pedagógico, proyecto Adopte una Escuela

1. ¿Cómo es un laboratorio escolar de Ciencias Naturales?

Laboratorios escolares

PortátilTambién conocido como laboratorio mó­vil, consiste en equipo de laboratorio que se transporta al salón de clases, adecuándose a los espacios y condicio­nes del aula.

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Artículo central

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2. Experimentar para aprender

Contemplada en el enfoque investigativo para la re­solución de problemas, la experimentación ocupa un rol fundamental en la construcción de aprendiza­jes de Ciencias Naturales, al fomentar la aplicación de conocimientos científicos a la comprensión del mundo que nos rodea y proporcionar instrumentos para solventar situaciones de la vida cotidiana1.

De aquí que, durante el proceso de enseñanza aprendizaje de las ciencias, es necesario desarro­llar prácticas experimentales que complementen o den pie a aprendizajes teóricos y procedimentales que propicien el razonamiento, la interpretación, la comunicación científica, la argumentación y repre­sentación de ideas mediante el uso apropiado del lenguaje científico.

El docente que trabaja con Ciencias Naturales o Ciencias, Salud y Medio Ambiente debe diseñar y ejecutar estrategias que incentiven la participación e interacción de los estudiantes entre sí, durante la ejecución de actividades diseñadas para el apren­dizaje cooperativo, que favorezcan el intercambio de ideas, la curiosidad y la creatividad.

La necesidad de llevar a los estudiantes a experimentar exige al docente una propuesta para el trabajo de labo­ratorio, que lleve a cuestionar los saberes y a comprobar experimen­talmente los mismos.

El gráfico de la página anterior muestra diferentes tipos de laboratorio. Esto signi­fica que, para experimentar, no es indispensable equipo ni instrumental caro o complicado. Toda la realidad puede ser objeto de experimentación, ya sea con el “laboratorio de campo” —al alcance de todos y todas—, el “audiovisual e informático”, el “portátil”, el “aula remodelada” o el “laborato­rio escolar”, el cual puede equiparse, en parte, con instrumental alternativo, como se verá más adelante.

Superar las barreras para experimentar

Una de mis primeras experiencias como docente la viví en el Centro Escolar Católico San Antonio del departamento y municipio de Sonsonate, don­de participé en el proyecto con enfoque cientí­fico: “Técnicas de laboratorio para estudiantes de tercero a quinto grado”. Una de las primeras actividades del proyecto era realizar el inventario

del laboratorio de la institución. Fue aquí donde se evidenció que no se tenía el

equipo básico para iniciar el proyec­to educativo.

Ante tal situación, en coordinación con estudiantes de la Universidad

de Sonsonate y el docente de la cá­tedra Diseño y Construcción de Equipo

de Laboratorio para Química y Biología, Lic. Carlos Acosta García, se diseñó otro proyecto, que se trabajaría con los estudiantes de la cátedra, y que consistía en construir instrumentos de labora­torio con materiales de bajo costo, destinados al centro escolar.

Dicho proyecto implicó arduas horas de trabajo en el laboratorio, experimentando y monitoreando la funcionalidad del instrumental en construcción

1 MINED. 2009. Programas de Estudio de Ciencia, Salud y Medio Ambiente. San Salvador.

Néstor Alcides Alfaro durante el taller en el Centro Escolar Colonia LLano Verde, en Ilopango.

El docente de Ciencias debe lograr

que los estudiantes se involucren en prácticas

de experimentación.

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que, al final, resultó en una variedad de prácticos y útiles intrumentos, entre ellos: trípode, malla me­tálica, cuchara de combustión, pinzas para tubo de ensayo, soporte universal, destilador, mecheros de alcohol y otros.

Gracias a estos resultados, se pudo impulsar el proyecto con los estudiantes de primaria en el CECE San Antonio. Años después, retomé esta ex­periencia y continué ejecutando talleres para ela­borar instrumental alternativo de laboratorio, para compartir metodologías y trabajar con el laboratorio de campo. En estas sesiones, también se motiva a los maestros y las maestras a desarrollar el taller de construcción de instrumentos con estudiantes de educación media.

Y es que, como docentes, lo que nos interesa es que los estudiantes experimenten, pues hacerlo cambia su perspectiva y su actitud frente a la vida cotidiana: los objetos, las plantas, los ingredientes de la cocina, su cuerpo mismo: todo adquiere un nuevo significado.

Por tanto, el objetivo de este artículo es compar­tir seis procedimientos para construir instrumental de laboratorio de bajo costo, para aquellos cen­tros educativos que no cuentan con esta clase de equipo. Seguidamente, se hace una vinculación de la experimentación con el desarrollo de competen­cias, para finalizar con una comparación entre el modelo tradicional de enseñanza y aprendizaje de las ciencias y el actual.

3. Construcción de instrumental de laboratorio

a) Sustituya la malla de asbesto

Este accesorio se emplea para repartir uniformemen­te el calor producido por el mechero y se utiliza cuan­do no se requiere calentamiento directo. Protege el material que se coloque sobre ella y que va a sufrir transferencia de calor.

Materiales: Malla de alambre, tapadera metálica de tarro de pintura o de leche, cincel para cortar metal en frío, alicate, martillo y regla milimetrada.

Procedimiento:

• Observe si la tapadera tie- ne una superficie uniforme; si no es así, golpéela con el martillo hasta obtener di­cha uniformidad.

• Extienda la malla metálica sobre una superficie y coloque la tapa sobre la malla, córte la malla de tal manera que, al doblarla, la tapa quede totalmente cubierta por la malla.

• Doble los cuatro bordes de la malla, para que no queden puntas de alambres que puedan lastimar a alguien.

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c) Construya un trípode alternativo

El trípode se utiliza como soporte para calentar distintos recipientes, especialmente, para colocar utensilios de vidrio al fuego. Se considera un ac­cesorio, ya que es necesario utilizarlo con otros instrumentos.

Materiales: Envase de lata, cuchillo puntiagudo, cincel o sierra para cortar metal en frío y alicate.

Procedimiento:• Marque con un plumón tres huecos en forma de

arco sobre las paredes de la lata.

• Con la ayuda de una sierra de mano o un cincel, abra las tres ventanas, dejando la base del tarro.

• Doble y martille perfectamente los bordes y filos para evitar cortaduras.

b) Haga una cuchara de combustión

Se utiliza para calentar sustancias al calor de la llama del mechero.

Materiales:Corcholata metálica de gaseosa, gancho de ropa metálico, martillo, cincel, cuchillo con punta, alicate.

Procedimiento:

• Corte, con el alicate, 30 cm de alambre.

• Tome la corcholata y dele forma de cuchara re­donda golpeándola con el martillo.

• Con el cuchillo, abra un pequeño agujero en la base de la corcholata.

• Tome el alambre y, con el martillo, golpee 2 cm de uno de sus extremos hasta aplanarlo.

• Intruduzca el extremo aplanado por el orificio de la corcholata y dóblelo con el alicate hasta que quede fijo.

• Doble el otro extremo del alambre hasta formar un aro, para que sea más fácil agarrar la cuchara

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La destilación se utiliza para purificar y aislar líqui­dos orgánicos. Este procedimiento aprovecha la vo­latilidad y los puntos de ebullición de los elementos por separar. Requiere de tres componentes bási­cos: el soporte, la pinza para sostener el depósito y el condensador.

Soporte de madera

Materiales: . Una tabla de madera de 18 cm x 18 cm y 2 cm

de espesor, . una barra de madera de 60 cm de longitud y de

2 cm x 2 cm, . un tornillo de 1½ pulgadas, . un desatornillador, . un cuchillo puntiagudo, un martillo y una regla.

Procedimiento:• Perfore un agujero en el centro de la tabla con la

punta del cuchillo.

• Haga lo mismo en el centro de la base de la barra de madera.

• Atornille la tabla con la barra de madera, veri­ficando que la estructura quede fija. Para que la base pueda apoyarse firmemente sobre una superficie plana, debe evitar que el tornillo so­bresalga de la base de madera.

d) Construya un equipo de destilación con material reciclable

Además de la malla de asbesto, la cuchara y el trípode es importante una fuente de calor, es decir, un mechero. Este se puede elaborar utilizando un frasco de vidrio re­sistente al calor (como los botes de gerber), el cual lo llenamos con alcohol hasta la mitad.

Hacemos un agujero a la tapadera metálica para pasar una mecha a través de él. Muchos procesos de cambios del estado de la materia y de separación de mezclas uti­lizan tan solo estos intrumentos.

Docentes del C. E. Colonia Llano Verde en el taller de construcción.

Un destilador utilizando materiales alternativos.

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Pinza para recipiente de vidrio

Materiales:. Dos tablillas de 20 cm de largo x 2 cm de ancho

y 0.4 cm de grosor,. 3 tornillos de 2 pulgadas con arandela y mariposa,. cuchillo puntiagudo o navaja,. martillo,. regla.

Procedimiento:• Marque la tablilla en tres puntos: a 4 cm, a 9 cm

y a 15 cm de un extremo.

• Con el cuchillo, abra orificios en los puntos mar­cados. Proceda de igual forma en la otra tablilla.

• Ubique las tablillas en el soporte y atorníllelas con sus respectivas arandelas y mariposas.

Condensador o destilador

Materiales:. Envase plástico cilíndrico de champú, aceite, ce­

ras u otro de forma similar, . un tubo de vidrio de 6 a 8 milímetros de diámetro

interno y 40 cm de largo,. 2 tapones de caucho . mangueras plásticas,. un cuchillo puntiagudo o navaja,. un mechero,. pegante para sellar.

Procedimiento:• Corte la varilla con la longitud adecuada, según

el tamaño del envase plástico.

• Utilizando el mechero, realice los dobleces nece­sarios en la varilla.

• Perfore dos agujeros en los extremos del reci­

Construyendo un equipo de destilación.

4 cm

9 cm

15 cm

piente para poner en contacto la varilla de vidrio con los recipientes ubicados a uno y otro lado.

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• Abra otros dos orificios, pero en el cuerpo del recipiente: uno en la parte de arriba y otro en la parte de abajo, separados entre sí por unos 4 cm. In­troduzca en cada uno las mangueras plásticas de entrada y salida de agua de refrigeración.

• Aplique pegante epóxido en las unio­nes de las mangueras con el recipiente de destilación para asegurar la herme­ticidad.

• Una vez armado el montaje, déjelo se­car de un día para otro.

• Pasado este tiempo, compruebe la hermeticidad de las uniones, haciendo pasar agua.

La construcción de instrumentos de laboratorio con materiales de bajo costo, tiene un alto gra­do de aplicabilidad en relación a los programas de estudio de Ciencia, Salud y Medio Ambiente de educación básica y media, pues es una actividad que nos ayuda a desarrollar competencias en el estudiantado, tanto procedimentales como con­ceptuales y de actitud.

Como docente no debemos perder de vista el enfoque disciplinar y el de competencias cuando planifi­camos y diseñamos los procesos de enseñanza aprendizaje, si le apuntamos a lograr la aplicación de los nuevos saberes en la práctica o en lo abstracto (la imaginación).

Por esta razón, es recomendable que, al inicio de una clase experimental, se tenga una ruta de aprendizaje que marque el punto de partida de la experiencia y facilite la construcción ordenada y re­lacional de conceptos, ideas clave, enunciados que se aplicarán o descubrirán durante el experimento.

4. Desarrollo de competencias

Es importante que práctica experimental se selec­cione de entre el abanico de intereses de los es­tudiantes y que sea un hecho del mundo real, un suceso de la vida cotidiana o una situación proble­mática que introduzca a la reflexión sobre la ciencia en un contexto dinámico, cambiante, modificable

y adaptativo. Contextualizar el saber científico es labor del docente ya que el alumna­

do no logrará captar la importancia de la ciencia y la experimentación si esta se reduce a definiciones, fórmulas y procedimientos que memorizar, y no a comprender a fondo lo que se está trabajando.

Debido a esto, es necesario moti­var a los estudiantes haciendo activi­

dades con propósitos muy claros y en las que puedan comprobar si lo planteado es real, si funciona y si son capaces de explicar, en sus pa­labras, el fundamento científico de lo observado durante el desarrollo de la práctica experimental, por ejemplo: cambios de color, cambios de tempe­ratura, explosiones, emulsiones, precipitados, etc.

La experimenta­

ción motiva al aprendi­zaje, especialmente cuando son los estudiantes quienes

realizan los expe­ rimentos.

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La aplicación del enfoque experimental requiere del docente un compromiso real y permanente, orien­tado no solo a la instrucción de conocimientos y a la enseñanza de técnicas y procedimientos, sino a brindar al estudiante aprendizajes significativos a los que pueda darle sentido en su vida diaria y pue­da desarrollar estrategias propias de aprendizaje.

Debemos concebirnos como docentes que es­tamos aprendiendo a enseñar ciencias para que nuestros estudiantes aprendan a aprenderlas. Es decir, que aprendan a fondo los conocimiento, la lógica científica y el lenguaje apropiado.

A continuación se muestra un experimento corres­pondiente a un contenido de séptimo grado: la su­blimación y cristalización del yodo.

Sublimación y sublimación inversa del yodo

Materiales: un recipiente de vidrio para calentar, un trípode, un mechero, una malla de asbesto, una tapadera de vidrio resistente al calor y yodo sólido.

Procedimiento: • Preparar el trípode y la malla de asbesto.

• Introducir una pequeña cantidad de yodo sólido en el recipiente de vidrio para calentar.

Docentes e instructor, durante la clausura del taller de construcción de materiales en el C. E. Colonia Llano Verde.

• Colocar el recipiente con el yodo sobre la maya de asbesto para que se caliente.

• Encender el mechero y colocarlo debajo de la malla, como se ve en la fotografía.

Cuando el yodo sólido se calienta comienza a transformarse en gas de yodo (paso de sólido a gas: sublimación).

A continuación, cubrir el recipiente de vidrio con la tapadera resistente al calor. En este caso utiliza­mos un trozo de papel a temperatura ambiente, es decir, más frío que los demás materiales) y se ob­servará cómo una parte del gas va despareciendo al adherirse, en forma de cristales, a la tapadera (paso de gas a sólido: sublimación inversa). El an­terior es un cambio químico, ya que es reversible.

Montaje de instrumentos

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5. Modelos de enseñanza aprendizaje de las Ciencias

La utilización frecuente de este tipo de metodologías activas como la expe­rimentación fomenta una cultura científica que estimula en el estu­diantado una visión de sí mismo que potencia su autoconfianza, su capacidad de trabajar en equi­po, de estar abierto al debate de hipótesis, a analizar y argumentar.

En la práctica de los procesos de ense­ñanza y aprendizaje de las ciencias, ha predomina­do un modelo tradicional que se basa en la memo­rización y repetición mecánica, de modo que, si el estudiante puede repetir paso a paso un procedi­miento o enunciar un concepto con corrección, se concluye que ha aprendido.

Sin embargo, este modelo ha quedado desfasa­do ante el avance de las ciencias de la educación hacia modelos en los que se considera que hay aprendizaje cuando el estudiante es protagonis­ta activo del proceso, cuando comprende y sabe aplicar, adaptar y analizar los conocimientos y los pone en función de solventar una dificultad o pro­blema real .

Uno de los objetivos fundamentales de los modelos actuales es que los estudiantes construyan sus pro­pios conceptos, que descubran y aprendan con la experimentación. Al inicio, es un tanto difícil cambiar el esquema mental tradicional que tienen los estu­diantes, ya que están acostumbrados a transcribir de los libros de texto y a que les dicten. Pero a me­dida que este tipo de metodologías se utilicen cada vez con más frecuencia, se fomentará un cambio de actitud que se visualiza en la motivación y los mejores resultados educativos de los estudiantes.

Ambas formas de concebir el proceso de aprendi­zaje coexisten en las prácticas docentes actuales y se hace necesario revisar y reflexionar sobre ello. Para guiar esta revisión, presentamos un cuadro comparativo (ver recuadro 1) en el que se exponen características propias de cada modelo, a fin de que podamos identificar cuáles empleamos más en nuestros diseños y prácticas de aula.

El docente de Ciencias Naturales, debe estar comprometido con el aprendiza­

je de sus estudiantes y consiente del valor que tiene la experimentación en el desarrollo y estimulo de las competencias, debe poner el énfa­

sis de sus clases en que el alumnado comprenda analítica y racionalmente

cada detalle de los contenidos concep­

Con la guía del docente, los estudiantes construyen su propio instrumental para hacer experimentos.

Con un martillo, un cuchillo y un envase de lata, estas docentes elaboran el trípode alternativo.

Despertar la

curiosidad y el interés por preguntarse cómo y por qué es el logro más aprecia­

do por el docente de ciencias.

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tuales y procedimentales y evitar a toda cos­ta la memorización de procedimientos sin preguntarse y comprender por qué ocurren los fenómenos. Despertar la curiosidad y el interés por preguntarse cómo y por qué es el logro más apreciado del docente de ciencias.

Características Modelo tradicional Modelo por competencias

Tratamiento de los con­tenidos conceptuales, procedimentales y actitu­dinales.

Se centra en el aprendi­zaje conceptual.

Se centra en desarrollar la interdisciplinariedad para el logro de competencias y habilidades a través de procedimientos científicos.

Rol del docente y del estudiante.

El docente es el centro de la clase y la desa­rrolla.

El estudiante actúa como receptor y desa­rrolla los experimentos como receta de cocina.

El docente utiliza metodologías y prácticas edu­cativas alternativas.

Los estudiantes observan, indagan, experimen­tan, concluyen y debaten los resultados de sus experimentos.

Desarrollo de la clase. Transmisión verbal.El docente utiliza estrategias lúdicas, la clase es un diálogo, se fomenta la cultura del trabajo en equipo.

Recursos materiales. Pizarra, libros de textos, y bibliografías.

Laboratorios de campo, salidas pedagógicas de carácter científico a museos, construcción de instrumental de bajo costo, utilización del labora­torio audiovisual, bibliografía lúdica e interactiva.

Rol de la investigación científica.

Se proporcionan ejem­plos del libro de texto.

Metodología científica para el fomento de la cultura práctica­teórica en la que los estudiantes puedan aprender cómo realizar procesos experi­mentales de investigación, vinculación de resulta­dos con el entorno, etc.

Visión del docente en como aprenden los estu­diantes.

Memorístico y repetitivo.Todas las actividades tienen un “propósito” el enfoque es el constructivismo, la inclusión y la investigación científica.

Perspectiva de evaluación.Medir a los estudiantes cuánto han aprendido y se han esforzado: solo lápiz y papel.

Diferentes estrategias de evaluación respetando los diferentes ritmos y estilos de aprendizaje de los estudiantes y realizando adecuaciones curriculares.

Cuadro 1. Características del modelo tradicional y del modelo por competencias

Bibliografía:Gatica, M. Q. (2000). “La Investigación didáctica como media­ción en la construcción y aprendizaje de las ciencias experimen­tales”. En Compilaciones pedagógicas: Investigación, pedagogía y formación (págs. 178­184). Medellín: Ediciones de la Tekhné.

Fernández, M. S. y otros. (1997). Spin. Química 10. Educación media. Bogotá. Voluntad.

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Así aprendemosAsí aprendemos

“B uenos días maestros y maestras, mi nombre es Douglas Andrei Ma­

rroquín Díaz. Estudio en la escue­la José Martí, tengo 11 años de edad, estoy en sexto grado “A” y, primero Dios, paso a séptimo. Hoy les vengo a contar mi experiencia de leer libros.

Todo inició cuando estaba en pri­mer ciclo, de primero a tercero. Entonces estaba leyendo fábu­las y cuentos, como El zorro y las uvas, me gustaban mucho pues eran como caricaturas, con dibu­jos muy bonitos. También leí cuentos como Ca­perucita Roja. Algunos tenían moralejas que me han ayudado en mi vida personal y en mis propios problemas.

Después, en segundo ciclo, empecé a leer cuentos más largos,

que no se com­paraban casi

en nada a los que yo había estado le­yendo. Entre estos estaban El mosca­rrón inglés y El rey Arturo cabalgando más o menos.

Pasaron las vacaciones; mis padres, al ver mi entusiasmo por leer, deci­dieron comprarme libros y entre es­tos estaban: El cambiante, Mi amigo el bandolero; también me compraron otro libro que se llama Los últimos días de Adolf Hitler. Luego, me em­pezaron a comprar libros con expre­siones más fuertes y me dijeron que los leyera, que no me preocupara, pues yo nunca iba a estar leyendo

solo libros de niños, sino que tenía que acostum­brarme a esa clase de libros. Esos libros que me dieron se llamaban: Los migrantes que no impor­tan. Y era mi curiosidad la que me tocó mucho. Mi madre tenía unos libros y vi que entre ellos estaba Asesinato en el Orient Express, El avaro Tartufo, también Cien años de soledad, los leí y me gustaron mucho.

Pasaron las vacaciones y estaba entusiasmado de ir a la escuela y vi unos libros que, princi­palmente,

eran cuentos y mi meta era leerlos todos. De esos he leído uno que se llama Finis Mundi; estaba también La hija del espantapájaros, de María Gripe, y la que estoy leyendo es Viaje contra el viento.

Leer para saberTestimonio de joven lectorRevista AB­sé

Douglas Andrei Marroquín, de 11 años, presentó su testimonio como ávido lector. Tantos libros ha leído que no recuerda cuántos. Tanto sus docentes como sus padres lo han estimulado a convertirse en el lector que es ahora. Andrei se dirigió a maestros y maestras participantes en el Primer Foro Pedagógico La Reina, Cha­latenango, durante el taller de lectura y escritura facilitado por la docente Blanca Estela Romero, del C. E. José Martí.

Andrei Marroquín durante su exposición a los docentes.

Después, en segundo ciclo, empecé a leer cuentos más largos,

que no se com­paraban casi

Mi madre tenía unos libros y vi que entre ellos estaba Tartufome gustaron mucho.

Pasaron las vacaciones y estaba entusiasmado de ir a la escuela y vi unos libros que, princi

eran cuentos y mi meta era leerlos todos. De

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La que más me ha gustado hasta hoy, por su mora­leja, es La hija del espantapájaros. Este último libro se trata de una niña que se llama Loella y no tiene padre, pero ella sabía que un día lo encontraría si tenía fe, hasta que lo encontró, y esa moraleja me gustó mucho, pues significa que si uno quiere algo no hay que rendirse, porque siempre se puede lograr con esfuerzo.

Gracias a Dios se me dio la oportunidad de leer, hasta llegar a un nivel en que nadie me gana en Historia Universal. He probado con alumnos de noveno grado y de bachillerato y nadie me gana. Lo principal que sé es acerca de la primera y de la segunda guerra mundial, sé mucho sobre Adolfo Hitler y los principales personajes de la guerra, cuándo inició, cuándo terminó. He llegado a co­nocer sobre sobre astronomía, geología y también el atlas.

Pero lo que me ayudó más a esforzarme por leer es que quiero ser médico, pues mi padre es médico y mi mamá es enfermera y ellos me han dicho que no es fácil, y si quiero ser médico sé que tengo que leer mucho para lograrlo. Esa fue la otra causa por la que me intrigó leer.

Entonces, mi conclusión es que la lectura me ha ayudado mucho en caligrafía y en la ortografía. En caligrafía porque existen palabras muy largas, pero como ya las he leído, si me toca escribirlas, no me cuesta, porque ya las conozco. Si no sé qué signifi­

can, leo y leo hasta que las entiendo bien. También me ha ayudado al lenguaje oral, porque puedo ex­presarme con los compañeros muy bien, pues he leído muchos libros.

También les digo a ustedes, maestros: sé que muchos no tienen tiempo porque tienen muchas tareas que hacer, pero los invito a que lean una novela o algo así, un cuento para que se relajen y se desestresen, para que puedan imaginar cosas y puedan leer libros con o sin dibujo.

Y también les digo que les pidan a sus estudiantes que se animen a leer libros y salgamos de esta crisis del país.

La Reina, Chalatenango, 14 de marzo 2013.

A la inauguración asistieron el Director Departamental, directores de centros educativos e invitados especiales.

Durante eI Foro Pedagógico de La Reina, los docentes podían inscribirse en dos talleres, según su preferencia.

Así aprendemos