“H - Diario de ColimaDesde luego, la Semana de Pas- cua, aunque saturado el balneario, las...

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* Empresario, historiado r y narrador. Carlos Caco Ceballos Silva Semana de Pascua Semana de Pascua De lejos y a mi alrededor P RIMAVERA, 1950.- El domingo de la Resurrección, las iglesias ama- necían refulgentes, les quitaban los mantos a los “santos” y “vírgenes” que estaban discretamente tapadas durante la Semana Santa. Las fa- milias acomodadas, es decir, de la sociedad, salían a pasar la Semana de Pascua en el balneario de Cuyutlán, que era lo máximo en nuestras costas, y ahí lo más selecto de la élite tapatía y colimota se hospedaba en el Gran Hotel Madrid, que majestuosamente se erguía en las lomas; los hoteles número uno y dos de las Santacruz ya habían desaparecido desde el maremoto del 32, pero en la plan- cha del segundo estaba trabajando el Cuyutlán, y en la playa estaban funcionando el Zapotlán, el Marina, el Morelos, el Colima, el Posadas de San Rafael y el Ceballos, que además de su reconocido lema: “Mal ser- vicio pero buen humor”, atendía a muchos veraneantes, deleitándolos con las melodías de las famosas or- questas de Guadalajara que venían expresamente a tocar en sus amplias terrazas, con vista al mar. Desde luego, la Semana de Pas- cua, aunque saturado el balneario, las familias y sus críos, algunos con sus sirvientas, eran muy mane- jables y ordenadas, por lo que los servicios de los hoteles eran más o menor normales; los bailes en las terraza, aunque alegres, eran menos estruendosos que en Semana Santa, y ahora sí, se veían familias comple- tas con sus tías y abuelitos en los corredores, jugando a las prendas, al dominó y al parchis. Alrededor de las 6 de la tarde, apenas despuntaba el sol, los abue- litos y las tías mayores, cubiertas con las sábanas, se encaminaban a la playa; a esas horas, el mar estaba tranquilo, no había público que les vieran sus barrigas, sus piernas ni sus raros y muy difíciles trajes que usaban para bañarse. Para el me- diodía, la playa se engalanaba con tantas hermosas quinceañeras que lucían los atrevidos trajes de baño y que ahora parecen cosas de sus abuelos. Los varones lucían sus habilidades, echando “clavados” en las olas, y los más osados se alzaban en la “ola verde”; ya para entonces era del dominio de El Güero Madrid, El Cirulín y El Chino, pues eran ya reconocidos como expertos guardavidas. El baño por la tarde era el más concurrido, pues no había peligro de requemarse, aunque las olas eran más fuertes y hacían revolcadera de bañistas que los arrastraban hacia la orilla; era esto una sana diversión que daba mucha risa a las gentes que, sentadas a la orilla, presenciaban el baño de la tarde. Desde luego, la capilla del pueblo a diario estaba atestada en la misa de 7, y por la noche, rezando el Santo Rosario. Con la tranquilidad que trae la alegría y el buen vivir, venían los deseosos de pasear en burro a las salinas, viajes en camión a los palmares de coquito y al puerto de Manzanillo a ver los barcos. Otros, por las tardes, después del baño, pa- seaban por el flamante Paseo de los Estados, y por las noches, muchos y muchas iban a la playa a jugar a las “estatuas”, al “júntate con dos” y a la “cebollita”. Los románticos, a ver la fosforescencia, y los enamorados, a platicar de sus ilusiones y de sus planes matrimoniales; desde luego, no podían faltar los aprovechados, que con el pretexto del amor, le ponían a los pies de la damita la luna y las estrellas, y ella, muda y extasiada, cerraba los ojos… y como en esos lindos tiempos no se conocía la píldora, la ilusa resultaba con la curva no programada. Para todos corrían los días apre- suradamente, y de pronto llega el sábado, y al día siguiente abordan el tren la mayoría de los veraneantes, para regresar a su tierra. Todas las familias dejaron sus hermosos re- cuerdos, alentando sus deseos para volver el año próximo, y los jovenci- tos, platicando sobre lo ocurrente de Cuca, lo lindo de Lupita, lo bien que bailaba Merce, la risa de Merle, lo movido de la Guille, lo agradable de Toña, lo simpático de Clemen, y un triste y compungido que platicaba que Licho le había dado calabazas. Y así terminaba la Semana de Pascua, con tristeza para unos, alegría para otros, satisfacciones para los hote- leros, mucho gusto para las recamareras y meseros, por las “propinas”, y con gran deseo de los paseantes, de que pronto corriera el tiempo, para que llegara la nueva temporada y volver al hermoso Cuyutlán de aquellos lindos tiempos. (14 de agosto de 1960) “HERO” “HERO” PLAZA CULTURAL DE DIRECTOR GENERAL: ARMANDO MARTÍNEZ DE LA ROSA COORDINADORA: GRACE LICEA Imágenes: Fotos de Archivo. Correo: [email protected] DOMINGO 14 DE ABRIL DE 2019 2541 VIÑETAS DE LA PROVINCIA 4 8 Ágora PLAZA CULTURAL DE Leopoldo Barragán, Norma Navarrete, Ada Aurora Sánchez, Iván Vázquez, Jesús Adín Valencia, Miguel Ángel León Govea, Wilberto Palomares, Caco Ceballos, José María Lomelí Pérez. “Amor en la carretera” Ron Hicks

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* Em

pres

ario

, hist

oria

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y nar

rado

r. †

Carl

os C

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llos

Silv

a

Sem

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de P

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aSe

man

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Pas

cua

De

lejo

s y

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i alr

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or

PR

IMA

VE

RA

, 19

50.-

El

dom

ingo

de

la R

esur

recc

ión,

las

igl

esia

s am

a-ne

cían

ref

ulge

ntes

, les

qui

taba

n lo

s m

anto

s a

los

“san

tos”

y “

vírg

enes

” qu

e es

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n di

scre

tam

ente

tap

adas

dur

ante

la

Sem

ana

Sant

a. L

as f

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ilia

s ac

omod

adas

, es

deci

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e la

soc

ieda

d, s

alía

n a

pasa

r la

Sem

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de P

ascu

a en

el b

alne

ario

de

Cuy

utlá

n, q

ue e

ra lo

máx

imo

en n

uest

ras

cost

as, y

ah

í lo

más

sel

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de

la é

lite

tap

atía

y

coli

mot

a se

hos

peda

ba e

n el

Gra

n H

otel

Mad

rid,

que

maj

estu

osam

ente

se

erg

uía

en l

as l

omas

; lo

s ho

tele

s nú

mer

o un

o y

dos

de la

s Sa

ntac

ruz

ya h

abía

n d

esap

arec

ido

des

de

el

mar

emot

o de

l 32

, pe

ro e

n la

pla

n-ch

a de

l se

gund

o es

taba

tra

baja

ndo

el C

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lán,

y e

n la

pla

ya e

stab

an

func

iona

ndo

el Z

apot

lán,

el M

arin

a,

el M

orel

os, e

l Col

ima,

el P

osad

as d

e Sa

n R

afae

l y e

l Ceb

allo

s, q

ue a

dem

ás

de s

u re

con

ocid

o le

ma:

“M

al s

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vici

o pe

ro b

uen

hum

or”,

ate

ndía

a

muc

hos

vera

nean

tes,

del

eitá

ndol

os

con

las

mel

odía

s de

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fam

osas

or-

ques

tas

de G

uada

laja

ra q

ue v

enía

n ex

pres

amen

te a

toca

r en

sus

am

plia

s te

rraz

as, c

on v

ista

al m

ar.

Des

de lu

ego,

la S

eman

a de

Pas

-cu

a, a

unqu

e sa

tura

do e

l ba

lnea

rio,

la

s fa

mil

ias

y su

s cr

íos,

alg

un

os

con

sus

sirv

ient

as, e

ran

muy

man

e-ja

bles

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rden

adas

, po

r lo

que

los

se

rvic

ios

de l

os h

otel

es e

ran

más

o

men

or n

orm

ales

; lo

s ba

iles

en

las

te

rraz

a, a

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e al

egre

s, e

ran

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os

estr

uend

osos

que

en

Sem

ana

Sant

a,

y ah

ora

sí, s

e ve

ían

fam

ilia

s co

mpl

e-ta

s co

n s

us t

ías

y ab

ueli

tos

en l

os

corr

edor

es,

juga

ndo

a la

s pr

enda

s,

al d

omin

ó y

al p

arch

is.

Alr

eded

or d

e la

s 6

de l

a ta

rde,

ap

enas

des

punt

aba

el s

ol, l

os a

bue-

lito

s y

las

tías

may

ores

, cu

bier

tas

con

las

sába

nas,

se

enca

min

aban

a

la p

laya

; a e

sas

hora

s, e

l mar

est

aba

tran

quil

o, n

o ha

bía

públ

ico

que

les

vier

an s

us b

arri

gas,

sus

pie

rnas

ni

sus

raro

s y

muy

dif

ícil

es t

raje

s qu

e us

aban

par

a ba

ñar

se.

Par

a el

me-

diod

ía,

la p

laya

se

enga

lana

ba c

on

tant

as h

erm

osas

qui

ncea

ñera

s qu

e lu

cían

los

atr

evid

os t

raje

s de

bañ

o y

que

ahor

a pa

rece

n co

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de s

us a

buel

os. L

os v

aron

es lu

cían

sus

hab

ilid

ades

, ec

hand

o “c

lava

dos”

en

las

olas

, y l

os m

ás o

sado

s se

alz

aban

en

la “

ola

verd

e”;

ya p

ara

ento

nces

era

del

dom

inio

de

El

Güe

ro M

adri

d, E

l C

irul

ín y

El

Chi

no,

pues

era

n ya

rec

onoc

idos

com

o ex

pert

os g

uard

avid

as. E

l bañ

o po

r la

tar

de e

ra

el m

ás c

oncu

rrid

o, p

ues

no h

abía

pel

igro

de

requ

emar

se, a

unqu

e la

s ol

as e

ran

más

fuer

tes

y ha

cían

rev

olca

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de

bañi

stas

que

los

arra

stra

ban

haci

a la

ori

lla;

er

a es

to u

na s

ana

dive

rsió

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e da

ba m

ucha

ris

a a

las

gent

es q

ue, s

enta

das

a la

or

illa

, pre

senc

iaba

n el

bañ

o de

la t

arde

.D

esde

lueg

o, la

cap

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del p

uebl

o a

diar

io e

stab

a at

esta

da e

n la

mis

a de

7,

y p

or l

a no

che,

rez

ando

el

Sant

o R

osar

io.

Con

la

tran

quil

idad

qu

e tr

ae la

ale

gría

y e

l bue

n vi

vir,

ven

ían

los

dese

osos

de

pase

ar e

n b

urro

a

las

sali

nas

, vi

ajes

en

cam

ión

a l

os

palm

ares

de

coqu

ito

y al

pue

rto

de

Man

zani

llo

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r lo

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rcos

. Otr

os,

por

las

tard

es, d

espu

és d

el b

año,

pa-

seab

an p

or e

l fla

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te P

aseo

de

los

Est

ados

, y p

or la

s no

ches

, muc

hos

y m

ucha

s ib

an a

la p

laya

a ju

gar

a la

s “e

stat

uas”

, al

“jú

ntat

e co

n do

s” y

a

la “

cebo

llit

a”. L

os r

omán

tico

s, a

ver

la

fosf

ores

cenc

ia, y

los

enam

orad

os,

a pl

atic

ar d

e su

s il

usio

nes

y de

sus

pl

anes

mat

rim

onia

les;

des

de lu

ego,

no

pod

ían

falt

ar l

os a

prov

echa

dos,

qu

e co

n e

l p

rete

xto

del

am

or,

le

pon

ían

a l

os p

ies

de l

a da

mit

a la

lu

na y

las

est

rell

as,

y el

la,

mud

a y

exta

siad

a, c

erra

ba lo

s oj

os…

y c

omo

en e

sos

lindo

s ti

empo

s no

se

cono

cía

la p

íldo

ra,

la i

lusa

res

ulta

ba c

on l

a cu

rva

no p

rogr

amad

a.P

ara

todo

s co

rría

n lo

s dí

as a

pre-

sura

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ente

, y

de p

ron

to l

lega

el

sába

do, y

al d

ía s

igui

ente

abo

rdan

el

tren

la m

ayor

ía d

e lo

s ve

rane

ante

s,

para

reg

resa

r a

su t

ierr

a. T

odas

las

fa

mil

ias

deja

ron

sus

her

mos

os r

e-cu

erdo

s, a

lent

ando

sus

des

eos

para

vo

lver

el a

ño p

róxi

mo,

y lo

s jo

venc

i-to

s, p

lati

cand

o so

bre

lo o

curr

ente

de

Cuc

a, lo

lind

o de

Lup

ita,

lo b

ien

que

bail

aba

Mer

ce,

la r

isa

de M

erle

, lo

m

ovid

o de

la G

uill

e, lo

agr

adab

le d

e T

oña,

lo s

impá

tico

de

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men

, y u

n tr

iste

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ompu

ngid

o qu

e pl

atic

aba

que

Lic

ho le

hab

ía d

ado

cala

baza

s. Y

as

í ter

min

aba

la S

eman

a de

Pas

cua,

co

n tr

iste

za p

ara

unos

, ale

gría

par

a ot

ros,

sat

isfa

ccio

nes

para

los

hot

e-le

ros,

muc

ho g

usto

par

a la

s re

cam

arer

as y

mes

eros

, po

r la

s “p

ropi

nas”

, y

con

gran

des

eo d

e lo

s pa

sean

tes,

de

que

pron

to c

orri

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el t

iem

po, p

ara

que

lleg

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la n

ueva

tem

pora

da y

vol

ver

al h

erm

oso

Cuy

utlá

n de

aqu

ello

s li

ndos

tie

mpo

s.

(14

de a

gost

o de

196

0)

“HER

O”

“HER

O”

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Leo

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arra

gán,

Nor

ma

Nav

arre

te, A

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nche

z, Iv

án V

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ez, J

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Adí

n Va

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ia,

Mig

uel Á

ngel

Leó

n G

ovea

, Wilb

erto

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omar

es, C

aco

Ceb

allo

s, Jo

sé M

aría

Lom

elí P

érez

.

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or e

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rete

ra”

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Page 2: “H - Diario de ColimaDesde luego, la Semana de Pas- cua, aunque saturado el balneario, las familias y sus críos, algunos con sus sirvientas, eran muy mane- jables y ordenadas, por

2Ágora

PLA

ZA C

ULT

UR

AL

DE

7Ágora

PLA

ZA C

ULT

UR

AL

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Rug

idos

Lit

erar

ios

Toca

da p

or e

l ing

enio

y la

fata

lida

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sé M

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Lom

elí P

érez

L eta

nía

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na c

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ral

Leop

oldo

Bar

ragá

n M

aldo

nado

Los

adio

ses

del a

gua

Nor

ma

Nav

arre

te

Las

man

os q

ue s

e se

para

n.

Los

dedo

s qu

e se

hac

en p

eque

ños

de le

jos:

son

bar

cos

que

nave

gan

solo

s

Vis

tos

por

una

gavi

ota

que

sueñ

a

que

las

man

os s

e ju

ntan

.

Des

pués

de

tres

torm

enta

s, d

os p

erdi

das,

vein

te a

scen

sos

a un

a m

onta

ña d

e co

nfet

i…

Con

bot

as d

e pl

ásti

co y

bas

tón

para

alca

nzar

l as

nube

s qu

e se

tam

bale

an

por

los

adio

ses

del a

gua.

Fue e

n Sa

vann

ah, l

a ci

udad

más

ant

igua

del

sur

eño

esta

do d

e G

eorg

ia,

muc

has

vece

s m

enci

onad

a co

mo

la m

ás h

erm

osa

de E

stad

os U

nido

s,

en e

l tra

spat

io d

e un

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e es

tilo

geo

rgia

no d

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isos

, has

ta

dond

e P

athé

New

s, e

mpr

esa

brit

ánic

a de

dica

da a

la p

rodu

cció

n de

n

otic

ias

cin

emat

ográ

fica

s, m

andó

en

193

1 a

una

de s

us c

ámar

as d

esde

su

sed

e n

eoyo

rqui

na

para

gra

bar

a la

mas

cota

de

la p

eque

ña

Mar

y O

’Co

nn

or:

un

a ga

llin

a a

qu

ien

aque

lla

niña

, de

cin

co a

ños,

hab

ía

ense

ñado

un

inge

nios

o tr

uco:

cam

i-na

r ha

cia

atrá

s.E

xhib

ido

por

toda

la u

nión

am

e-ri

cana

, el

bre

ve r

epor

taje

(m

ism

o qu

e pu

ede

vers

e en

You

Tub

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el t

ítul

o de

Do

You

Rev

erse

?) s

ería

la

pri

mer

a ap

aric

ión

blic

a d

e qu

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años

más

tard

e se

con

vert

iría

en

una

de

las

mej

ores

exp

onen

tes

del

deno

min

ado

góti

co s

ureñ

o, l

a es

crit

ora

Fla

nner

y O

’Con

nor.

Nac

ida

el 2

5 de

mar

zo d

e 19

25,

Mar

y F

lan

ner

y O

’Con

nor

fue

hij

a ún

ica

del

mat

rim

onio

con

form

ado

por

Ed

war

d O

’Con

nor

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egin

a C

line

O’C

onno

r. A

doct

rina

da b

ajo

prec

epto

s ca

tóli

cos,

su

educ

ació

n bá

sica

tra

nsc

urri

ó en

col

egio

s de

m

onja

s y

no s

erá

hast

a fi

nali

zar

sus

estu

dios

un

iver

sita

rios

, en

194

6,

que

sald

rá d

e su

reg

ión

nata

l pa

ra

curs

ar u

n M

aste

r de

Cre

ació

n L

i-te

rari

a en

la

Uni

vers

idad

de

Iow

a,

carg

ando

, ad

emás

de

mal

etas

, su

li

mit

ada

visi

ón p

rovi

ncia

na y

rel

i-gi

osa

de e

nten

der

el m

undo

: su

pu-

rita

nism

o, s

u ti

mid

ez, s

u as

ombr

o e

inco

mpr

ensi

ón d

e la

s co

stum

bres

se

cula

res.

El

conv

enci

mie

nto

plen

o de

su

voca

ción

lit

erar

ia v

endr

ía d

uran

te

este

per

iod

o, e

n e

l cu

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uvo

el

pri

mer

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rcam

ien

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ario

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Kaf

ka, J

oyce

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ner.

La

verd

ad

es q

ue n

o co

men

cé a

lee

r ha

sta

[ese

mom

ento

, se

ñal

a O

’Con

nor

] y

ento

nces

com

encé

a e

scri

bir

al

mis

mo

tiem

po...

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arti

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ahí

, su

trab

ajo

en l

a cr

eaci

ón d

e cu

ento

s,

así

com

o en

el

prot

otip

o de

la

que

se c

onve

rtir

ía e

n 19

52 e

n su

pri

mer

a no

vela

pub

lica

da, S

angr

e Sa

bia,

ser

á ar

duo

y co

nsta

nte.

Dic

ha n

ovel

a la

ter

min

a du

rant

e su

est

anci

a en

la c

omun

idad

art

ísti

ca

de Y

addo

, Nue

va Y

ork,

a d

onde

lle

ga e

n 19

48 p

or r

ecom

enda

ción

de

uno

de s

us m

aest

ros

univ

ersi

tari

os. A

llí c

onoc

erá

al p

oeta

Rob

ert

Low

ell,

uno

de s

us a

mig

os m

ás c

erca

nos,

y e

n 19

49 a

l tam

bién

poe

ta y

trad

ucto

r R

ober

t F

itzg

eral

d, q

uien

, jun

to a

su

espo

sa S

ally

y a

nte

el in

teré

s de

O’C

onno

r po

r

cono

cer

el n

orte

, la

invi

ta a

ins

tala

rse

dura

nte

una

tem

pora

da e

n su

cas

a de

Con

nect

icut

. En

1951

, con

26

años

, el i

róni

co d

esti

no d

a un

gir

o fa

tal a

la

vid

a de

la jo

ven

escr

itor

a, c

ual s

i una

de

sus

prop

ias

hist

oria

s se

trat

ara.

Fue

dur

ante

su

regr

eso

a Sa

vann

ah,

con

mot

ivo

de l

as f

iest

as,

que

su

salu

d co

mie

nza

a r

esqu

ebra

jars

e po

r un

a en

ferm

edad

que

die

z añ

os

atrá

s ha

bía

cobr

ado

la v

ida

de s

u pa

dre:

el

lupu

s, p

adec

imie

nto

en

que

el s

iste

ma

inm

unit

ario

ata

ca

las

prop

ias

célu

las

y te

jido

s sa

nos,

ll

egan

do

a d

añar

art

icu

laci

ones

, pi

el, c

oraz

ón y

cer

ebro

, ent

re o

tros

ór

gan

os.

An

te u

n p

anor

ama

que

sólo

ofr

ecía

su

inm

inen

te d

eter

ioro

, re

torn

ar a

l no

rte

no e

ra l

a op

ción

m

ás a

decu

ada.

En

su lu

gar,

se

mud

a ju

nto

a su

mad

re a

And

alus

ia, u

na

gran

ja e

n M

illed

ville

, Geo

rgia

, don

-de

se

dedi

cará

n a

la c

ría

de g

alli

nas

y pa

vo r

eale

s.A

hí,

refu

giad

a en

la

escr

itur

a,

pasa

rá l

os r

esta

ntes

13

años

de

su

vida

, sal

iend

o en

con

tada

s oc

asio

-ne

s pa

ra d

icta

r al

guna

s co

nfer

en-

cias

en

dete

rmin

adas

uni

vers

idad

es

y en

195

8 c

on m

otiv

o de

un

viaj

e es

peci

al a

Eur

opa.

Si b

ien

su e

stil

o se

dis

ting

ue d

e ot

ros

auto

res

cató

lico

s po

r tr

atar

as

unto

s re

ligi

osos

des

de u

na p

ers-

pect

iva

irón

ica

y hu

mor

ísti

ca, b

ien

pudi

endo

dec

ir l

ibre

s de

ata

dura

s re

ligi

osas

, al

eján

dose

de

una

in-

ten

ción

dir

ecta

men

te m

oral

izan

-te

, su

men

cion

ado

viaj

e, e

l cu

al

incl

uía

una

audi

enci

a co

n el

Pap

a P

io X

II e

n e

l V

atic

ano

y la

vis

ita

al m

anan

tial

de

Lou

rdes

(en

Fra

n-ci

a),

deja

ver

per

fect

amen

te t

res

aspe

ctos

dis

tint

ivos

y d

iver

sos

de

su p

erso

nali

dad:

el d

e su

fe, a

nte

la

búsq

ueda

de

la in

terv

enci

ón d

ivin

a pa

ra c

urar

se; s

u hu

mor

sar

cást

ico

e ir

reve

rent

e, e

l cua

l pod

emos

con

s-ta

tar

en p

alab

ras

de u

na a

mig

a a

la

cual

, co

n re

spec

to a

su

inm

ersi

ón

en la

s ag

uas

de L

ourd

es, e

scri

bier

a So

y de

esa

s pe

rson

as q

ue a

nte

s m

orir

ía p

or s

u re

ligi

ón q

ue t

omar

un

bañ

o po

r el

la, d

enot

ando

que

el

verd

ader

o m

ilag

ro e

ra n

o co

nta-

giar

se d

e un

a ep

idem

ia a

trav

és d

e es

a ag

ua r

epug

nant

e; y

tal

vez

el m

ás

impo

rtan

te, s

u co

mpr

omis

o vo

caci

onal

o li

tera

rio,

com

o qu

iera

llam

árse

le,

el c

ual e

nten

dem

os a

l des

cubr

ir q

ue, d

e ac

uerd

o a

sus

pala

bras

, al m

omen

to

de s

umer

girs

e en

el m

anan

tial

ped

ía e

ncar

ecid

amen

te p

or e

l éxi

to d

e Lo

s vi

olen

tos

lo a

rreb

atan

, nov

ela

que

se e

ncon

trab

a es

crib

iend

o, y

no

por

mis

hu

esos

que

me

impo

rtan

men

os.

El p

asad

o do

min

go 7

de

abri

l am

anec

imos

con

el

nuev

o ho

rari

o de

ver

ano

a pe

sar d

e la

repu

lsa

gene

-ra

lizad

a de

la p

obla

ción

, par

a em

peza

r tuv

imos

que

ad

elan

tar

una

hora

los

relo

jes

cons

cien

tes

de q

ue

no a

horr

arem

os en

ergí

a el

éctr

ica

en n

uest

ros h

ogar

es y

a qu

e si

mad

ruga

mos

no

nos q

ueda

más

rem

edio

que

enc

ende

r las

lu

ces,

y p

or la

s tar

des c

uand

o lo

s ray

os d

el so

l cae

n a

plom

o au

men

tand

o la

sen

saci

ón t

érm

ica

pone

mos

a f

unci

onar

ve

ntila

dore

s y a

ires

aco

ndic

iona

dos,

y p

or si

fuer

a po

co n

os

desp

ojar

on d

e un

a ho

ra m

ás d

e su

eño

desc

ompe

nsan

do e

l eq

uilib

rio

psic

obio

lógi

co d

el o

rgan

ism

o.

Al d

ía s

igui

ente

que

des

pert

é co

mo

zom

bie

tuve

la

inte

nció

n de

bus

car b

ueno

s vie

ntos

y m

ejor

clim

a, se

lecc

ioné

un

luga

r qu

e su

pera

ra lo

s 1,

200

met

ros

de a

ltura

sob

re e

l ni

vel d

el m

ar p

ara

esca

par d

el c

alor

, dir

igié

ndom

e a

Toni

la

Jalis

co d

onde

suf

rí s

orpr

esiv

a ca

ída

desp

lom

ándo

me

por

el la

do d

e ba

bor

de m

i fus

elaj

e qu

e ni

tiem

po m

e di

o pa

ra

saca

r el

tren

de

ater

riza

je.

Una

vez

rep

uest

o de

l cat

orra

zo d

eam

bulé

por

alg

u-na

s de

sus

tran

quila

s ar

teri

as, a

l pas

ar p

or la

cal

le A

llend

e es

cuch

é m

elod

ioso

s cá

ntic

os a

n-ge

lical

es,

así

que

mov

ido

por

la

curi

osid

ad in

gres

é a

la c

ated

ral.

O

bvia

men

te n

o er

a la

par

ro-

quia

del

pue

blo

sino

“la

cat

edra

l de

la

bota

na”

com

o le

lla

ma

su

patr

iarc

a. ¡C

ómo

no ib

a a

llega

r si

de p

asad

ita e

scuc

hé e

sta

prec

iosi

-da

d: “

Es

inút

il de

jar

de q

uere

rte,

ya

no

pued

o vi

vir

sin

tu a

mor

; no

me

diga

s qu

e vo

y a

perd

erte

, no

me

quie

ras

mat

ar c

oraz

ón”!

, y

mom

ento

s de

spué

s: “

y la

s nu

bes

me

tiene

n lo

co, t

ú y

las

nu-

bes

me

van

a m

atar

, yo

pá a

rrib

a vo

lteo

muy

poc

o, t

ú pá

baj

o no

sa

bes

mir

ar”.

Ant

e ta

l em

bruj

o pe

rman

ecí

unos

mom

ento

s en

aqu

ella

mo-

rada

don

de la

s m

usas

rev

olot

ean

tonifi c

ando

el e

spír

itu, y

m

ás m

e re

conf

orté

cuan

do m

usita

ron:

“Pod

rás t

ener

muc

ha

suer

te, p

odrá

s and

ar p

or e

l mun

do d

estr

ozan

do c

oraz

ones

; po

drás

hac

er lo

que

qui

eras

, pod

rás t

ener

mil

amor

es, p

ero

este

que

est

ás d

ejan

do a

unqu

e qu

isie

ras

no lo

rep

ones

”.E

n la

cate

dral

-fun

dada

des

de 19

70 y

cono

cida

his

tóri

ca-

men

te co

mo

“La

Caba

ña d

e A

bel”

- fui

reci

bido

cord

ialm

ente

po

r su

prop

ieta

rio

Mig

uel M

onte

s de

Oca

, hom

bre

amab

le y

m

uy s

ervi

cial

que

des

bord

a at

enci

ones

par

a to

dos

los

visi

tant

es lo

cale

s, r

egio

nale

s, n

acio

nale

s e

inte

rnac

io-

nale

s qu

e al

fi lo

del

med

iodí

a se

dan

cita

en

dich

o re

cint

o.

L

os c

oros

jose

alfr

edia

nos n

o so

n el

úni

co e

ncan

to d

e la

cat

edra

l, si

no q

ue e

l hec

hizo

más

sug

estiv

o es

el v

aria

do

men

ú y

las

sabr

osís

imas

bot

anas

que

por

cas

i med

io s

iglo

la

han

cara

cter

izad

o. P

ero

eso

no e

s tod

o, e

n lo

per

sona

l me

agra

da o

bser

var

al a

mig

o M

igue

l y e

scuc

har

de s

u ro

nco

pech

o lo

que

llam

o ‘le

taní

a’ d

e la

cat

edra

l. A

quí e

mpl

eo la

pala

bra

en s

u se

ntid

o co

loqu

ial a

cord

e a

la e

xplic

ació

n de

l D

icci

onar

io d

e la

Rea

l Aca

dem

ia d

e la

Len

gua

Esp

añol

a,

com

o “e

num

erac

ión

segu

ida

de m

ucho

s no

mbr

es, l

ocuc

io-

nes o

fras

es”,

y n

o es

par

a m

enos

por

que

cuan

do la

cat

edra

l es

tá a

tibor

rada

de fi e

les

parr

oqui

anos

el p

atri

arca

Mig

uel

excl

ama:

“¡Se

ñore

s y se

ñora

s, b

uena

s tar

des t

enga

n us

tede

s y

bien

veni

dos

sean

a la

Cab

aña

del a

mig

o A

bel y

Mig

uel

con

casi

50

años

de

tray

ecto

ria,

nue

stro

am

bien

te e

s ci

en

por

cien

to f

amili

ar y

nue

stro

lem

a es

‘que

si

entr

e to

dos

los

clie

ntes

ago

tan

la e

xist

enci

a de

la b

otan

a na

die

paga

la

cuen

ta’,

esta

es

la c

ated

ral d

e la

bot

ana!

”.

L

a pr

imer

a pa

rte

del a

cost

umbr

ado

disc

urso

de

Mi-

guel

es

apen

as u

n ex

ordi

o pr

oped

éutic

o pa

ra a

nim

ar a

la

conc

urre

ncia

y p

artic

ipar

en

las

rifa

s, s

orte

os q

ue r

ebas

an

la e

stre

cha

lógi

ca tr

adic

iona

l de

la d

isyu

nció

n fo

rmad

a po

r do

s pro

posi

cion

es q

ue a

l neg

ar u

na la

otr

a qu

eda

com

o ún

ica

opci

ón v

erda

dera

. Irv

ing

M. C

opi e

n su

obr

a In

trod

ucci

ón

a la

Lóg

ica

nos

pone

el s

igui

ente

eje

mpl

o: “

O b

ien

Fido

se

esca

pó o

Fid

o fu

e at

rope

llado

, Fid

o no

se

esca

pó, p

or l

o ta

nto

Fido

fue

atr

opel

lado

”. L

a le

taní

a de

l am

igo

Mig

uel

más

que

dej

arno

s ap

risi

onad

os

en l

a fo

rzad

a di

syun

tiva

esco

lás-

tica

de q

ue s

i no

es u

na c

osa

es la

ot

ra, n

os ll

eva

a la

dim

ensi

ón d

el

pens

amie

nto fl e

xibl

e, a

l jue

go d

e la

imag

inac

ión

por s

ólo

cinc

uent

a pe

sito

s el

núm

ero,

vea

mos

: “Pa

ra

todo

s ust

edes

la p

rim

era

rifa

de

la

tard

e: ¡u

na c

ubet

ada

de c

erve

za ó

un

a bo

tella

de

vino

ó u

n ki

lo d

e ca

-m

arón

ó lo

que

les

dé s

u ch

inga

da

gana

!”, e

fect

ivam

ente

pur

a ló

gica

fl u

ida

com

o la

des

ignó

Edw

ard

De

Bon

o, r

azon

amie

nto

crea

tivo

que

rom

pe lo

hab

itual

e in

cita

a o

bte-

ner r

esul

tado

s prá

ctic

os, e

fect

ivos

, an

exa

Mig

uel:

“¡Si

no

trae

n di

nero

ac

epta

mos

lent

es, s

ombr

eros

, ce-

lula

res o

alg

una

cam

isa

de m

i tal

la.

Tope

n po

rque

la c

asa

pier

de!”

.

L

a ló

gica

trad

icio

nal –

afi r

ma

De

Bon

o- s

e fu

nda

en

el “

es”,

la

lógi

ca fl

uid

a en

el

“hac

ia”;

de

hech

o el

pri

mer

en

unci

ado

nos

recu

erda

la in

evita

ble

disy

untiv

aki

erke

gaar

dian

a “l

o un

o o

lo o

tro”

, no

hay

más

, dec

ía

el fi

lóso

fo d

anés

: “si

te c

asas

, te

arre

pent

irás

; si n

o te

cas

as

tam

bién

te a

rrep

entir

ás. C

ásat

e o

no, t

ambi

én te

arr

epen

ti-rá

s…E

sto,

señ

ores

, es

la q

uint

aese

ncia

de

la v

ida”

. Por

otr

a pa

rte,

en

la ló

gica

fl ui

da e

l pen

sam

ient

o ab

ando

na la

ver

-tic

alid

ad d

el su

pues

to ra

zona

mie

nto

rigu

roso

recu

pera

ndo

la fa

ntas

ía e

imag

inac

ión

que

se d

espl

aza

“hac

ia” c

ualq

uier

la

do c

omo

el a

gua

se a

dapt

a al

reci

pien

te e

n qu

e es

ver

tida.

La

exp

resi

ón d

isyu

ntiv

a “¡

ó lo

que

se

les

dé s

u ch

inga

da

gana

!” n

o es

lim

itant

e si

no fl

exib

le, s

e ad

apta

a lo

que

pue

de

suce

der d

espu

és, q

uizá

la c

ubet

ada

de c

erve

za, l

a bo

tella

de

vino

, el k

ilo d

e ca

mar

ón ó

500

órd

enes

de

sope

s, c

omo

se lo

lle

gué

a es

cuch

ar e

n ot

ra o

casi

ón; p

arod

iand

o a

Kie

rkeg

aard

po

dem

os d

ecir

que

la a

bund

anci

a y

vari

edad

de

bota

nas,

en

esto

señ

ores

, con

sist

e la

qui

ntae

senc

ia d

e la

Cab

aña.

Page 3: “H - Diario de ColimaDesde luego, la Semana de Pas- cua, aunque saturado el balneario, las familias y sus críos, algunos con sus sirvientas, eran muy mane- jables y ordenadas, por

6Ágora

PLA

ZA C

ULT

UR

AL

DE

Ágora

PLA

ZA C

ULT

UR

AL

DE

3

Mig

uel Á

ngel

Leó

n G

ovea

Al c

obij

o de

l árb

ol d

e la

mús

ica.

I/

IIA

da A

uror

a Sá

nche

z

La di

sert

ació

n ac

erca

del

mar

y e

l cie

lo

es ta

n am

plia

com

o el

cie

lo y

el m

ar.

Es

un t

ema

eter

no,

aten

dien

do a

la

etim

olog

ía l

atin

a de

est

a p

alab

ra:

“aev

iter

nus,

de

todo

el t

iem

po, q

ue n

o ti

ene

prin

cipi

o ni

fi n”

. Por

ello

el p

rese

nte

ensa

yo

es u

na c

onti

nuac

ión

del m

ar.

Es

la lu

z la

que

hac

e la

cla

rida

d de

l agu

a y

del c

ielo

, ant

es d

e el

la e

xist

iero

n la

s tin

iebl

as;

es p

or e

sto

que

la c

reac

ión

del m

undo

se b

asa

en la

luz

desp

ués

de la

osc

urid

ad t

otal

(po

st

tene

bras

lux)

. Per

o ni

el c

ielo

ni e

l mar

son

en

su

luz

perf

ecto

s; a

mbo

s so

n lo

que

son

gr

acia

s al

refl e

jo y

a la

inm

ensi

dad.

El m

ar e

s la

inm

ensi

dad

que

nos

es p

osib

le a

los

sere

s co

rpór

eos,

com

-pa

rtim

os c

on é

l lo

s lím

ites

de

la

form

a. E

l ci

e-lo

, en

cam

bio,

pe

rten

ece

a un

a fo

rma

libr

e, o

m

ás p

reci

so,

a la

no

form

a.

Tod

o el

mar

se

mu

ltip

lica

en

el c

ielo

, to

do e

l ci

elo

se co

ntie

ne

en e

l ped

azo

del

mar

. L

a un

ión

de o

pues

tos

re-

defi n

en la

s fro

n-te

ras. La

llu

via

es

el i

nst

ante

de

unió

n e

ntr

e el

ci

elo

y el

mar

; es

un

ele

men

-to

cíc

lico

qu

e as

egur

a la

per

-pe

tuid

ad:

la lu

z d

esci

end

e d

el

ciel

o y

toca

el

mar

; al

des

cen-

der

en é

ste

encu

entr

a la

osc

urid

ad,

la p

az

abis

al. C

uand

o se

guim

os e

l mar

con

la m

irad

a y

llega

mos

al

hori

zont

e do

nde

el c

ielo

y e

l ag

ua s

e co

nfun

den,

es

ahí

cuan

do s

urge

la

eter

nida

d: s

in u

n pr

inci

pio,

sin

un fi n

. La

idea

de

un c

ielo

pro

met

ido

nos p

lant

ea

el in

icio

¿o

el r

etor

no?

a la

inte

mpo

ralid

ad.

Un

dios

sup

rem

o de

scie

nde

a la

tie

rra

para

sa

lvar

nos n

o en

la v

ida,

sino

en

la p

rofu

ndid

ad

de la

mue

rte.

Cri

sto

cam

inó

por

la s

uperfi c

ie

de lo

s m

ares

y n

o po

r lo

s m

ares

. Sus

pas

os

fuer

on p

ronu

ncia

dos

en l

os c

rist

ales

de

la

sal.

Cri

sto,

el

pesc

ador

de

alm

as, l

a m

uert

e re

pres

enta

da a

nte

los

ojos

incr

édul

os d

e lo

s

após

tole

s. U

n pe

scad

or e

s el

anu

ncio

de

la

mue

rte.

Y p

or a

sfi x

ia. E

n la

s ant

igua

s cru

zada

s de

la fe

(exi

sten

las c

onte

mpo

ráne

as) l

os n

iños

se

guía

n su

mar

cha

hast

a el

Mar

Med

iterr

áneo

y

en é

l se

ahog

aban

. ¿Y

adón

de v

an?,

les

pre-

gunt

aban

. “A

Dio

s”, r

espo

ndía

n. N

iños

en

la

fe, e

n la

mue

rte

se re

enco

ntra

ban

con

el a

gua

del b

auti

smo

que

les d

io u

n no

mbr

e y

con

ello

el

pri

vile

gio

del a

lma.

Tod

o na

ce d

el m

ar y

en

él p

erm

anec

e de

spué

s de

l reg

reso

. Só

lo se

lleg

a a

la ti

erra

pro

met

ida

cruz

an-

do e

l mar

. Es

la v

ía p

osib

le, u

n m

ar q

ue p

er-

mit

e lo

s pa

sos

sobr

e la

tier

ra h

acia

la m

ism

a ti

erra

“[…

] un

a ti

erra

bue

na y

esp

acio

sa,

a un

a ti

erra

que

man

a le

che

y m

iel”

(Éxo

do, 3

).

Aho

ra b

ien,

en

la c

once

pci

ón

cris

tia

na

e

l ú

nic

o ca

min

o po

sibl

e pa

ra l

a sa

lvac

ión

est

á en

el

ciel

o, a

está

dio

s. N

o es

pa

ra n

ada

una

casu

alid

ad q

ue

en l

as d

ifer

en-

tes

cult

uras

del

m

undo

la m

on-

taña

sea

con

si-

dera

da u

n lu

gar

de

encu

entr

o co

n di

os, c

on lo

sa

grad

o. P

orqu

e el

ori

gen

de l

as

mo

nta

ñas

es

el f

ondo

de

los

mar

es.

Tras

es-

cala

r el

tie

mpo

, la

sim

a se

con

-vi

erte

en

cim

a.

Sa

be

mo

s qu

e el

mar

es

el l

ugar

de

los

sueñ

os y

su p

ro-

fund

idad

. E

s el

her

eder

o de

la

cons

cien

cia.

E

l cie

lo, p

rove

edor

de

luz,

se

desv

anec

e en

el

agua

y s

e co

nvie

rte

en u

na b

aste

dad

onír

ica,

el

sue

ño d

e lo

s ju

stos

, la

noch

e os

cura

de

San

Juan

. Mar

o a

bism

o, e

l nau

frag

io e

s la

caí

da

en le

nta

grav

edad

; el d

esce

nso

al p

unto

más

ál

gido

de

la im

agin

ació

n hu

man

a.¿Y

dón

de q

ueda

el

mar

en

el c

ielo

? E

l ci

elo

es u

n m

ar p

uest

o de

cab

eza.

Es

la

habi

taci

ón d

e di

os y

la n

osta

lgia

del

infi e

rno.

U

na b

atal

la e

n el

mar

es

la p

érdi

da t

otal

, ah

ogad

o o

devo

rado

, Ju

das

o Jo

nás,

es

la

perf

ecci

ón d

el s

ilen

cio

desp

ués

de l

a lu

z,

que

es ti

empo

.

Dos

de

la m

añan

aJa

ime

Obi

spo

Mar

tínez

¿Y d

ónde

que

da e

l mar

en

el c

ielo

?R

espu

esta

al E

vang

elio

seg

ún S

an C

udo

Leve

dad

Wilb

erto

Pal

omar

es

Para

L.L

L

Un

poem

a an

tes

dorm

irun

poe

ma

con

vers

os s

oñol

ient

os

pere

zoso

s con

ver

sos e

n do

nde

ladr

enlo

s per

ros,

los g

atos

conv

erse

n a

grito

sun

poe

ma

con

vers

os tí

mid

os c

asi

balb

ucea

ntes

con

ruid

o de

ref

rige

rado

r al

fond

oun

poe

ma

ante

s de

dor

mir

uno

que

diga

lo q

ue y

o no

pue

dolo

que

yo

no a

lcan

zo p

ero

séqu

e ex

iste

aqu

í, co

nmig

oa

mi l

ado.

Un

poem

a do

nde

esté

sso

nrie

ndo,

com

o si

empr

e.

Con

ocí a

la m

aest

ra C

arm

en S

ilvia

Cas

anov

a G

u-ti

érre

z, a

med

iado

s de

los

años

och

enta

, cua

ndo

ella

impa

rtía

cla

ses

de p

iano

en

el I

nsti

tuto

Uni

-ve

rsit

ario

de

Bel

las

Art

es d

e la

Uni

vers

idad

de

Col

ima

(IU

BA

), y

yo

era

una

niña

afa

nada

en

apre

nder

a

toca

r el

vio

lín.

R

ecue

rdo

a la

mae

stra

Car

men

Silv

ia c

omo

una

mu-

jer

muy

gua

pa, e

lega

nte,

de

anda

r si

lenc

ioso

, que

son

reía

co

n di

scre

ción

, per

o de

form

a es

pont

ánea

. Era

pun

tual

y

estr

icta

, pro

cliv

e a

rega

lar

foto

copi

as, m

étod

os d

e pi

ano,

cl

ases

par

ticu

lare

s, t

odo

con

el fi

n d

e qu

e su

s al

umno

s av

enta

jara

n lo

más

pos

ible

.E

n ho

nor

a su

per

sona

, que

sie

mpr

e m

e tr

ató

con

mu-

cho

afec

to, e

n 20

17 la

vis

ité

en su

cas

a un

par

de

vece

s, c

on

el o

bjet

ivo

de e

ntre

vist

arla

y r

ecup

erar

mat

eria

l par

a un

a pu

blic

ació

n fu

tura

. Lo

que

com

part

o en

segu

ida

es p

arte

de

la in

form

ació

n qu

e el

la m

ism

a m

e pr

opor

cion

ó.

Car

men

Silv

ia C

asan

ova

naci

ó el

1 de

ene

ro d

e 19

32, e

n un

a ca

sa d

el P

orta

l Mor

elos

, jus

to e

n el

cora

zón

de la

ciud

ad

de C

olim

a. S

us p

adre

s fue

ron

Pedr

o C

asan

ova

Luna

y M

aría

de

Jes

ús G

utié

rrez

. Fam

oso

por

su n

egoc

io d

e sa

stre

ría

y ar

tícu

los

para

cab

alle

ros,

el p

adre

de

Car

men

Silv

ia s

e en

carg

ó de

que

su

únic

a hi

ja tu

vies

e un

a ed

ucac

ión

esm

e-ra

da y

toda

s la

s co

mod

idad

es q

ue le

fue

posi

ble

ofre

cerl

e.C

arm

en S

ilvia

est

udió

par

te d

e su

edu

caci

ón e

lem

enta

l en

el p

rim

er C

oleg

io A

náhu

ac q

ue h

ubo

en n

uest

ra c

iuda

d,

y lu

ego

con

las

Car

mel

itas

. E

n la

Aca

dem

ia C

omer

cial

a

carg

o de

Ele

na S

chm

idt,

prof

esor

a de

ori

gen

alem

án,

estu

dió

secr

etar

iado

. Lo

apre

ndid

o aq

uí l

e se

rvir

ía p

ara

apoy

ar a

su

padr

e, a

los

diec

isie

te a

ños,

en

las

tare

as d

e co

ntab

ilida

d de

la s

astr

ería

de

la fa

mili

a.

Alr

eded

or d

e lo

s si

ete

años

, Car

men

Silv

ia c

omie

nza

a es

tudi

ar p

iano

y s

olfe

o co

n O

liver

io Z

amor

a, u

n jo

ven

pian

ista

de

Vill

a de

Álv

arez

, am

igo

de s

u pa

dre.

Des

pués

te

ndrí

a co

mo

prof

esor

es a

Juv

enal

Nar

anjo

, Sar

ita

Rob

les,

C

arm

en B

azán

y e

l cél

ebre

Man

uel G

arcí

a M

acía

s, u

n co

n-ce

rtis

ta co

limen

se g

radu

ado

en N

ueva

Yor

k qu

e, tr

as é

xito

s im

port

ante

s en

Est

ados

Uni

dos y

Eur

opa,

hab

ía re

gres

ado

a su

tier

ra n

atal

a p

asar

los

últi

mos

vei

nte

años

de

su v

ida.

A la

eda

d de

cat

orce

año

s, C

arm

en S

ilvia

dio

su p

rim

er

conc

iert

o en

el e

difi c

io d

e la

Uni

vers

idad

Pop

ular

de

Co-

lima,

hoy

Arc

hivo

His

tóri

co d

e la

Uni

vers

idad

de

Col

ima.

A

llí i

nter

pret

ó, e

ntre

otr

as o

bras

, “L

a m

alag

ueña

”, d

e E

rnes

to L

ecuo

na. P

or la

mis

ma

époc

a, a

lred

edor

de

1946

, pa

rtic

ipó

en e

l Sal

ón A

zul d

e Pa

laci

o de

Gob

iern

o co

n ot

ro

reci

tal.

Baj

o la

ase

sorí

a de

Car

men

Baz

án m

ontó

repe

rtor

io

de F

eder

ico

Cho

pin,

Man

uel d

e Fa

lla e

Isa

ac A

lbén

iz. E

l m

aest

ro M

anue

l Gar

cía

Mac

ías l

e ay

udó

a m

ejor

ar su

stan

-ci

alm

ente

su

técn

ica

a tr

avés

de

mét

odos

y r

eper

tori

o qu

e en

carg

aba

a E

stad

os U

nido

s. É

l le

exig

ía p

ract

icar

al m

enos

cu

atro

hor

as d

iari

as, y

segu

ía su

des

envo

lvim

ient

o a

trav

és

de u

na b

itác

ora

de c

lase

. Fue

la m

ejor

eta

pa fo

rmat

iva

de

la j

oven

Car

men

Silv

ia,

quie

n, j

unto

con

Jos

é V

elas

co,

se c

onvi

rtió

en

una

de la

s al

umna

s m

ás a

vent

ajad

as d

el

prof

esor

Man

uel.

De

1951

a 1

958,

la

jove

n C

arm

en S

ilvia

tom

ó cl

ases

co

n el

pia

nist

a G

arcí

a M

acía

s. F

uero

n ti

empo

s en

que

le

solic

itab

an p

arti

cipa

r en

fes

tiva

les

y ac

tos

cult

ural

es d

e C

olim

a. M

uy c

onoc

ida

por

su t

alen

to y

bel

leza

, Car

men

Si

lvia

fue

rein

a, e

n 19

50, d

el C

lub

de L

eone

s, a

grup

ació

n a

la q

ue p

erte

necí

an s

us p

adre

s.

En

febr

ero

de 1

958,

Car

men

Silv

ia s

e ca

sa c

on e

l ing

e-ni

ero

quím

ico

Jorg

e G

ómez

Lle

rena

s, y

se

mud

a a

vivi

r a

Ver

acru

z. L

a m

aest

ra c

onta

ba q

ue fu

e m

uy d

ifíci

l par

a el

la

deja

r en

cas

a de

sus

pad

res

su q

ueri

do p

iano

, raz

ón p

or

la c

ual s

us p

roge

nito

res,

en

un a

cto

de c

onde

scen

denc

ia y

ca

riño

, le

envi

aron

mes

es d

espu

és e

l ins

trum

ento

has

ta e

l pu

erto

de

Ver

acru

z.

En

dici

embr

e de

195

8 na

ce s

u pr

imer

a hi

ja: G

eorg

ina.

Lu

ego,

al s

er b

ecad

o su

esp

oso

para

est

udia

r met

alog

rafía

a

colo

res

en I

talia

, la

fam

ilia

se m

uda

a E

urop

a. C

arm

en

Silv

ia e

sper

a su

seg

undo

hijo

, Víc

tor

Man

uel,

que

naci

ó en

Gén

ova,

Ita

lia.

En

el p

aís

de D

ante

Alig

hier

i , C

arm

en S

ilvia

rec

ibe

clas

es d

e it

alia

no e

n la

Uni

vers

ità

per S

tran

ieri

di P

erug

ia,

dond

e of

reci

ó un

con

cier

to d

e m

úsic

a po

pula

r m

exic

ana,

co

n ex

cele

nte

rece

pció

n. L

a m

úsic

a fu

e, e

n un

paí

s ext

raño

, la

man

era

más

efe

ctiv

a de

com

unic

arse

con

los

dem

ás.

RO

N H

ICK

S el

art

ista

de

54 a

ños

que

ilust

ra e

sta

edic

ión,

nac

ió e

n O

hio,

E.U

.Su

est

ilo p

ictó

rico

dej

a no

tar p

ince

-la

das

suel

tas,

la te

mát

ica

de s

u ob

ra v

a de

sde

la n

atur

alez

a m

uert

a ha

sta

tem

as h

istó

rico

s,

pero

sin

dud

a ha

y un

a pr

otag

onis

ta in

disc

utib

le:

la m

ujer

.

Ron

Hic

ks “

Ojo

s en

el p

rem

io”

Som

os p

olvo

.To

do e

s po

lvo.

Las

gala

xias

titi

lant

es,

las

nova

s y

las

supe

rnov

as.

Las

ance

stra

les

mon

taña

s,la

s ef

ímer

as n

ubes

,in

cont

enib

les

ríos

,el

sol

.La

s m

anos

con

las

que

te e

scri

bo

en la

s m

añan

as,

los

labi

os

con

los q

ue m

e de

spid

es

por

las

noch

es.

Ya s

omos

pol

vo.

El v

ient

o ha

brá

de v

enir

. Pr

onto

.H

abrá

de

barr

erno

s,ar

rast

rarn

os,

mud

arno

s,m

ezcl

arno

s.U

n s

olo

puñ

ado

de p

olvo

ba

iland

o en

el c

osm

os,

mi s

ueño

con

tigo

.

Verb

i gra

tia

Iván

Váz

quez

Los fi l

ólog

os

los

liter

atos

y ha

sta

los m

agos

del

leng

uaje

pien

san

que

la P

oesí

anu

nca

alca

nza

a re

trat

ar

a fi d

elid

ad

el c

rist

al e

xact

o tr

ansp

aren

tey

eter

node

la e

moc

ión

verd

ader

a.

Pero

yo

recu

erdo

que

un d

ía

tuve

toda

s las

pal

abra

s jus

tas

en la

pun

ta d

e tu

leng

ua.

Page 4: “H - Diario de ColimaDesde luego, la Semana de Pas- cua, aunque saturado el balneario, las familias y sus críos, algunos con sus sirvientas, eran muy mane- jables y ordenadas, por

Nog

uera

s a

Talp

a, a

ndar

es d

e pe

regr

ino

II/I

IJe

sús

Adí

n Va

lenc

ia

Ágora

PLA

ZA C

ULT

UR

AL

DE

5

“HER

O”

Don

Man

uel S

ánch

ez S

ilva

VIÑ

ETA

S D

E L

A P

RO

VIN

CIA

(14

de a

gost

o de

1960

)

4Ágora

PLA

ZA C

ULT

UR

AL

DE

* Pe

riod

ista

, esc

rito

r y

fund

ador

de

Dia

rio

de C

olim

a.†

En

las

post

rim

ería

s de

la P

rim

era

Gue

rra

Mun

dial

, vin

o a

Col

ima

y se

pre

sen

tó e

n e

l ah

ora

der

ruid

o te

atro

Hid

algo

un

a co

m-

pañ

ía d

e es

pec

tácu

los

lige

ros,

de

la q

ue

form

aba

par

te u

na

agra

ciad

a ca

nci

oner

a d

e n

ombr

e T

eté

Tap

ia, q

ue

inic

iaba

su

s av

entu

ras

fara

nd

ule

scas

; u

n n

egro

, toc

ador

de

acor

deó

n;

un

a p

arej

a d

e ba

ilar

ines

acr

óbat

as; y

“H

ero”

, qu

e co

nst

itu

ía la

may

or a

trac

ción

.T

ratá

bas

e d

e u

n h

omb

re j

oven

, ad

mir

able

men

te b

ien

pro

por

-ci

onad

o y

extr

aord

inar

iam

ente

vig

oros

o. S

e le

an

un

ciab

a co

mo

“El

Hom

bre

más

Fu

erte

del

Mu

nd

o”, c

lasi

fica

ción

qu

e se

gura

men

te e

ra

exag

erad

a.H

ero

pro

ced

ía d

e G

reci

a, d

e la

an

tigu

a G

reci

a O

lím

pic

a, d

ond

e el

cu

ltiv

o d

el m

úsc

ulo

se

con

cili

aba

con

el

de

la i

nte

lige

nci

a. T

end

ría

por

en

ton

ces

un

os 2

5 añ

os y

era

un

ver

dad

ero

ejem

pla

r qu

e op

acar

ía

al m

ism

o C

har

les

Atl

as. A

dem

ás, s

us

facc

ion

es c

orre

ctís

imas

, el

co-

lor

de

su p

iel

-qu

e d

iera

en

vid

ia a

un

a m

uch

ach

a co

qu

eta-

y e

l p

elo

enso

rtij

ado

y co

rto

-a l

a m

aner

a d

e lo

s vi

ejos

Ap

olos

de

suge

ren

cia

hel

énic

a- l

o co

nve

rtía

n e

n u

n t

ipo

real

men

te i

nte

resa

nte

.S

e p

rese

nta

ba

ante

el p

úb

lico

ap

enas

cu

bie

rto

con

un

a es

pec

ie d

e tr

usa

, con

fecc

ion

ada

con

tel

a d

e d

ibu

jos

qu

e si

mu

lab

an la

pie

l de

un

tigr

e, y

cal

zad

o co

n l

as t

ípic

as

san

dal

ias

grie

gas,

de

larg

as y

d

elga

das

cor

reas

en

trec

ruza

das

h

asta

med

ia p

anto

rril

la.

En

esa

s co

nd

icio

nes

, H

ero

lucí

a su

mag

níf

ica

anat

om

ía,

qu

e al

men

or

esfu

erzo

po

nía

d

e re

liev

e la

mu

scu

latu

ra p

o-d

eros

a.P

ara

exh

ibir

su

vig

or

ex-

cep

cion

al,

el H

ércu

les

tom

aba

un

a va

rill

a d

e h

ierr

o, d

e u

nos

tr

ein

ta c

entí

met

ros

de

lon

gi-

tud

, p

revi

amen

te m

ostr

ada

al

bli

co y

, tom

ánd

ola

de

los

ex-

trem

os, l

a d

obla

ba

sin

esf

uer

zo

apar

ente

, tr

ansf

orm

ánd

ola

en

un

a U

per

fect

a.D

esp

ués

, y t

amb

ién

con

la a

nti

cip

ada

com

pro

bac

ión

por

par

te d

e lo

s es

pec

tad

ores

, H

ero

leva

nta

ba

jueg

os d

e p

esas

qu

e n

adie

de

la

con

curr

enci

a er

a ca

paz

de

cam

bia

r d

e si

tio.

En

seg

uid

a, c

ruzá

nd

ose

de

braz

os, r

esis

tía

la tr

acci

ón d

e d

os m

ula

s ti

ran

do

en s

enti

do

con

trar

io, s

in q

ue

logr

aran

rom

per

el f

érre

o ce

rco.

Y c

omo

mer

o fi

nal

, H

ero

se t

end

ía b

oca

arri

ba

y so

bre

dos

b

anco

s, c

oloc

ado

un

o b

ajo

su c

abez

a y

el o

tro

en l

a p

arte

pos

teri

or

de

los

mu

slos

, par

a q

ue

dos

hom

bre

s le

aco

mod

aran

sob

re e

l rob

us-

to p

ech

o p

ied

ras

laja

s q

ue

un

ter

cero

, ar

mad

o d

e u

n p

esad

o m

azo,

d

estr

ozar

a a

golp

es,

sin

qu

e re

sult

ara

dañ

adas

aq

uel

la e

stu

pen

da

fort

alez

a h

um

ana.

Her

o ca

yó m

uy

bie

n a

l p

úb

lico

y s

u f

igu

ra,

den

tro

y fu

era

del

es

cen

ario

, p

ron

to s

e h

izo

pop

ula

r. F

recu

ente

men

te,

veía

se p

or l

as

tard

es p

asea

r p

or l

a ci

ud

ad y

sen

tars

e en

alg

un

a b

anca

del

jar

dín

p

rin

cip

al,

acom

pañ

ado

de

su s

eñor

a, u

na

mu

jer

men

ud

ita,

ru

bia

,

laci

a e

insi

gnif

ican

te,

qu

e fo

rmab

a u

n d

esfa

vora

ble

con

tras

te c

on

el a

tlét

ico

mar

ido.

Des

pu

és d

e u

na

larg

a te

mp

orad

a d

e co

nti

nu

os é

xito

s y

cuan

do

ya

los

esp

ecta

dor

es e

mp

ezab

an a

esc

asea

r, la

em

pre

sa a

nu

nci

ó u

n a

cto

sen

saci

onal

: la

dis

pu

ta d

el c

amp

eon

ato

de

luch

a gr

ecor

rom

ana

entr

e H

ero,

su

pu

esto

cam

peó

n,

y S

adi

Mor

, u

n h

ebre

o d

izq

ue

reta

dor

.P

arte

del

blic

o tr

agó

el a

nzu

elo

y ot

ra n

o, p

ero

el t

eatr

o se

llen

ó lo

mis

mo

de

créd

ulo

s q

ue

de

escé

pti

cos,

res

ult

ado

qu

e er

a p

reci

sa-

men

te l

o q

ue

la e

mp

resa

esp

erab

a.E

n la

fu

nci

ón d

e es

a n

och

e, H

ero

no

se p

rod

igó

com

o er

a co

stu

m-

bre

, re

serv

ánd

ose

par

a la

du

ra c

onti

end

a. A

l fi

nal

del

pro

gram

a, s

e ex

ten

dió

sob

re e

l en

tari

mad

o d

el f

oro

un

gra

n c

olch

ón d

e p

ita.

Un

emp

lead

o, p

recu

rsor

de

los

actu

ales

mae

stro

s d

e ce

rem

onia

s, p

rese

n-

tó a

Her

o y

a su

con

trin

can

te, y

tra

s lo

s ac

ostu

mb

rad

os f

orm

uli

smos

q

ue

pre

ced

en a

un

a lu

cha,

ést

a em

pez

ó en

tre

la t

ensi

ón n

ervi

osa

de

la s

ala,

qu

e n

o p

erd

ía d

etal

le d

e u

n c

omb

ate

dep

orti

vo e

n e

l q

ue

se

com

bin

aban

la

inte

lige

nci

a, l

a h

abil

idad

y l

a fu

erza

. H

ero

y S

adi,

li

gera

men

te e

nco

rvad

o y

con

los

braz

os p

or d

elan

te, s

e en

laza

ban

en

abra

zos

qu

e h

ub

iera

des

coyu

nta

do

a u

n o

so y

con

sab

ia d

estr

eza

se

apli

cab

an r

ecíp

roca

men

te “

lla-

ves”

y “

zan

cad

illa

s”. L

os e

spec

-ta

dor

es, q

ue

nu

nca

an

tes

hab

ían

ten

ido

opor

tun

idad

de

adm

irar

es

a cl

ase

de

luch

as, s

ud

aban

de

emoc

ión

tan

to o

más

com

o lo

s ac

tore

s p

or e

l es

fuer

zo f

ísic

o.D

esp

ués

de

un

a h

ora

de

al-

tern

ativ

as,

en q

ue

el t

riu

nfo

se

incl

inó

bie

n a

un

lad

o, b

ien

al

otro

, H

ero

logr

ó d

erri

bar

a s

u ri

val

y p

oner

le a

mb

as e

spal

das

en

la

lon

a, l

o q

ue

dio

por

ter

-m

inad

a la

dis

pu

ta.

El

bli

co

apla

ud

ió la

rgam

ente

sat

isfe

cho,

au

n a

quel

las

per

son

as q

ue

esta

-b

an s

egu

ras

de

hab

er a

sist

ido

a u

n e

spec

tácu

lo p

rep

arad

o, e

n e

l q

ue

Sad

i d

esem

peñ

ó el

pap

el d

e p

aler

o o

com

par

sa.

Tod

avía

du

ró l

a co

mp

añía

dos

o t

res

día

s m

ás e

n C

olim

a y

lue-

go s

us

com

pon

ente

s to

mar

on r

um

bo

hac

ia G

uad

alaj

ara.

Aca

bab

an

de

irse

cu

and

o la

s in

dis

crec

ion

es,

tran

smit

idas

en

las

pob

laci

ones

p

equ

eñas

con

may

or r

apid

ez q

ue

el m

oder

no

rad

ar,

hic

iero

n s

aber

q

ue

Her

o, o

rgu

llos

o en

el t

abla

do

de

su p

oder

ío in

ven

cib

le, e

n la

in-

tim

idad

de

la v

ida

dom

ésti

ca e

ra u

n p

erfe

cto

escl

avo

de

su c

onso

rte,

la

des

luci

da

mu

jerc

ita

de

asp

ecto

an

émic

o, q

ue

hab

ía d

isci

pli

nad

o a

su h

ercú

leo

mar

ido,

al

grad

o d

e co

nst

itu

irse

en

su

ad

min

istr

ador

a au

tori

tari

a y

en s

u t

iran

a im

pla

cab

le.

En

el e

scen

ario

, Her

o er

a...

Her

o; p

ero

fren

te a

su

car

a m

itad

, qu

e d

ifíc

ilm

ente

lle

gab

a a

los

45

kilo

s, n

o er

a si

no

un

per

rito

fal

der

o.L

o cu

al p

ued

e se

r u

n a

nte

ced

ente

dig

no

de

tom

arse

en

cu

enta

por

lo

s m

arid

os q

ue

pre

sum

en m

ás d

e lo

nec

esar

io.

Her

o se

tend

ía b

oca

arrib

a y

sobr

e do

s ban

-co

s, co

loca

do u

no b

ajo

su c

abez

a y

el o

tro e

n la

par

te p

oste

rior d

e lo

s mus

los,

para

que

dos

ho

mbr

es le

aco

mod

aran

sobr

e el

robu

sto p

e-ch

o pi

edra

s laj

as q

ue u

n te

rcer

o, a

rmad

o de

un

pes

ado

maz

o, d

estro

zara

a g

olpe

s, sin

que

re

sulta

ra d

añad

as a

quel

la e

stupe

nda

forta

leza

hu

man

a.

La

reco

men

daci

ón d

e ca

min

ar l

o m

ás l

iger

os p

osib

les,

con

lo

elem

enta

l de

ntro

de

nues

tras

moc

hila

s, la

ate

ndí d

e m

aner

a gr

adua

l. P

oco

a po

co fu

i de

spoj

ándo

me

del c

onte

nido

, lo

men

os c

arac

oles

co.

Opt

é po

r m

eter

en

la

mal

eta

que

carg

aría

la a

vanz

ada

muc

ho d

e lo

que

al p

rinc

ipio

pen

sé ib

a a

nece

sita

r con

mig

o. A

liger

é pe

so c

onfo

rme

reco

rría

los

cam

inos

. Dic

en, e

l per

egri

no

sin

peca

do n

o su

fre

la c

amin

ata,

per

o ta

mbi

én a

firm

an q

uien

hac

e m

anda

suf

re

más

, e i

nclu

so, m

ient

ras

más

dif

ícil

sea,

may

or g

rado

de

difi

cult

ad y

sob

reca

rga

se ll

eva

a cu

esta

s.

A

lgun

os s

imbo

lista

s pr

efie

ren

la id

ea d

e ha

cer p

ereg

rina

cion

es in

tros

pec-

tiva

s, e

s de

cir,

hac

ia e

l int

erio

r de

uno

mis

mo,

hac

ia e

l alm

a; p

or o

tra

part

e, e

stá

el e

xhor

to d

e T

hom

as d

e K

empi

s a

esti

mar

se c

omo

hués

ped

y pe

regr

ino

sobr

e la

ti

erra

, sin

la n

eces

idad

exp

lícit

a de

l cla

ustr

o o

de u

na v

ida

erra

bund

a al

pie

de

la

letr

a.

Per

o la

ida

des

pren

de.

El

sent

ido

de u

na t

rave

sía

sim

ilar

en n

ada

difi

ere

de l

a fó

rmul

a m

itol

ógic

a un

iver

sal

en e

l ca

min

o de

l hé

roe.

El

pere

grin

o es

un

héro

e. H

ay a

vata

res

que

debe

n so

rtea

rse,

“te

nta

cion

es”

par

a cl

aud

icar

, pr

oeza

s in

her

ente

s a

la p

oesí

a ép

ica

-por

que

com

o d

ijo

el p

oeta

gri

ego

Sef

éris

, “t

rata

de

un i

mpu

lso

espi

ritu

al,

pero

tam

bién

cor

pora

l”-

en e

l co

ntex

to d

e la

ven

a tr

adic

iona

l qu

e em

bria

gó c

on c

erte

za a

l gra

n R

ulfo

, baj

o es

a fe

cund

a ar

idez

de

pais

ajes

. Se

pres

enta

n ob

jeti

vos

a co

rto

y m

edia

no p

lazo

, don

de

la c

úspi

de, e

l gra

n fi

nal i

mpl

ica

ver

a La

Vir

gen

de T

alpa

, es

tar

en s

u ig

lesi

a, c

ompa

rtir

un

de-

sign

io v

uelt

o co

lect

ivo

con

aire

de

mis

tici

smo

que

vivi

fica

, séa

se

devo

to o

no.

Pue

s bi

en, c

umpl

ir

esa

met

a, v

erla

en

el a

ltar

, ind

uce

a la

dev

oció

n. E

s m

isti

cism

o po

-pu

lar d

e fá

cil a

cces

o, n

o pr

ivat

ivo

de s

anto

s el

egib

les

de e

stig

mas

o

sant

as t

rans

verb

erad

as,

sino

al

go m

ás d

emoc

ráti

co, a

lgo

para

to

dos

. C

onsi

der

o, e

l si

mp

le

mor

tal

pued

e se

ntir

la

paz

y la

re

den

ción

de

aliv

io e

spir

itua

l. M

irce

a E

liade

señ

ala

que

al e

sca-

lar

el p

ereg

rino

cue

sta

arri

ba E

l te

mpl

o de

Bar

abud

ur, s

e ac

erca

al

cen

tro

del m

undo

y a

rrib

a ex

peri

men

ta “

una

rupt

ura

de n

ivel

, tra

scen

dien

do

el e

spac

io p

rofa

no, h

eter

ogén

eo, y

pen

etra

ndo

en u

na r

egió

n pu

ra”.

A

l baj

ar e

l úl

tim

o tr

amo

de L

a C

ruz

de R

omer

o a

la Ig

lesi

a, ju

sto

ante

el a

rco

mon

umen

tal d

e in

gres

o a

Tal

pa, d

onde

se

anun

cia

la b

ienv

enid

a y

nos

reci

bier

on c

on M

aria

chi,

por

un m

omen

to m

e ap

arte

del

con

ting

ente

par

a cu

esti

onar

me

la in

espe

rada

sen

saci

ón

de g

ozo

y lla

nto.

Me

sorp

rend

í com

o ha

ce ti

empo

no

lo h

acía

, con

ans

ia v

erda

dera

de

gim

otea

r co

mo

niño

. Y m

e ap

arté

de

las

mir

adas

, dec

idid

o a

no a

paga

r m

i voz

, de

jarl

a su

elta

, exp

erim

enta

rlo.

Ig

ual e

n el

ám

bito

del

mis

tici

smo

y de

los

sím

bolo

s, m

e pa

rece

cur

iosa

la

func

ión

del b

ordó

n, la

bur

ra o

bur

rita

, esa

var

a, e

se p

alo

impr

ovis

ado

o ta

llado

qu

e ve

nden

con

sus

clá

sica

s ca

ract

erís

tica

s de

trom

pa y

ore

jas,

que

rev

iste

de

gran

va

lor

al p

ereg

rino

com

o he

rram

ient

a de

sos

tén,

def

ensa

, guí

a, c

etro

, sím

bolo

de

sobe

raní

a, p

oder

y m

ando

, tan

to e

n el

ord

en in

tele

ctua

l y e

spir

itua

l. A

mi b

u-

rrit

a, b

ande

ra d

e pr

otec

ción

, sop

orte

y j

erar

quía

, seg

ún s

e ex

plic

a en

los

libro

s,

dich

o se

a de

pas

o ol

vidé

en

el j

ardí

n de

Eju

tla,

don

de a

horc

aron

a u

n sa

cerd

ote

cris

tero

. Aun

que

una

buen

a sa

mar

itan

a de

mi g

rupo

la r

ecup

eró,

no

cont

aba

con

mi c

apac

idad

par

a ex

trav

iarl

a de

nue

vo e

n C

uaut

la.

Epi

sodi

os q

ue r

esue

nan

com

o ec

os.

E

scri

bo.

Esc

ucho

mi

regi

stro

, qu

é ta

nto

dij

e al

cal

or d

el m

omen

to.

Vue

lvo

a lo

s au

dios

, vid

eos,

fot

os, d

escr

ipci

ones

. Es

curi

oso,

mie

ntra

s lo

viv

ía,

perc

ibí

la a

usen

cia

de p

rese

nte,

com

o si

and

uvie

ra e

l re

cuer

do e

n sí

, evo

cand

o re

min

isce

ncia

s, u

na t

ras

otra

, in

stan

táne

as.

Res

uena

el

cant

o de

cha

chal

acas

en

Pas

o de

Als

esec

a; p

lega

rias

de

los

cact

us c

on s

us b

razo

s al

cie

lo; e

xpre

sion

es

colo

quia

les

com

o “y

a ca

si…

la

besa

un

pobr

e” a

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pañe

ras

que

preg

unta

ban

si “

¿ya

mer

o?”;

res

uena

el s

ol a

rdie

nte,

la t

ierr

a su

elta

y r

ojiz

a, E

l Esp

inaz

o de

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iabl

o, e

l pro

cedi

mie

nto

quir

úrgi

co d

e F

ierr

os p

ara

reve

ntar

am

poll

as c

on a

guja

e

hilo

, y

cóm

o ca

uter

iza

la c

ar-

ne

viva

con

esm

alte

de

as.

Res

uen

an a

tuen

dos,

art

ícu

los

trad

icio

nal

es y

mod

ern

os p

or

igua

l; r

esue

na

el T

uxca

cues

co

que

pudo

hab

er s

ido

en l

a li

te-

ratu

ra u

nive

rsal

; el

por

qué

del

apod

o E

l A

ban

don

ado

que

le

dier

on a

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n Jo

rge

Tap

ia d

es-

de l

a ju

vent

ud.

Aún

se

escu

cha

el b

arul

lo d

e pe

queñ

os o

asis

en-

cont

rado

s al

fina

l de

cier

tos

tra-

mos

, don

de la

ven

ta d

e ce

rvez

a su

ple

mej

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a hi

drat

ació

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alqu

ier

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beb

ida;

res

uena

ge

nte

que

rega

la f

ruta

y a

guas

fr

esca

s, r

esue

na la

sab

idur

ía d

e pe

rros

ext

ravi

ados

qu

e sa

ben

sum

arse

a l

os p

ereg

rin

os p

ara

no

per

der

se y

evi

tar

pel

igro

s en

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rete

ra,

si e

s qu

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n lle

gar

al p

obla

do p

róxi

mo

dond

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bita

n.

Res

uen

a au

llid

os d

e co

yote

s, e

stre

llas

tran

smut

adas

de

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lo a

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ro, e

n un

a hi

lera

de

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s de

per

egri

nos

en la

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hor

izon

te; r

esue

na l

a se

para

ción

de

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otid

ian

idad

, re

suen

a vo

lver

a e

lla.

Una

obr

a en

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so

Se

guir

é es

crib

iend

o lo

viv

ido,

asp

iro

al p

oem

a de

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ient

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rina

rlo

esta

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por

enc

ima

de p

apel

es b

lanc

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imit

ar p

asos

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ende

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las

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anca

s,

odas

, ver

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os o

cor

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con

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abal

gam

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os y

des

cans

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eces

ario

s. Q

uier

o da

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a ca

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rino

el m

érit

o de

su

voz

com

part

ida,

alu

dir

a qu

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me

dijo

, por

ej

empl

o, q

ue la

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a m

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a es

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o ir

a T

alpa

. Alg

uien

, una

de

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mad

ruga

das

me

dio

este

exh

orto

: “C

onte

mpl

a el

esp

lend

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el f

irm

amen

to”

y yo

sól

o at

iné

a re

spon

derl

e en

aut

omát

ico:

“Se

ñora

Leo

, ust

ed a

caba

de

deci

rme

un v

erso

de

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laba

s; e

l end

ecas

ílabo

es

la h

erra

mie

nta

perf

ecta

par

a la

est

rofa

de

un s

onet

o”.

Esc

ribi

ré c

uant

o pu

eda

y cu

anto

se

deje

, con

el m

ism

o en

tusi

asm

o de

hab

er r

eali-

zado

un

viaj

e ir

repe

tibl

e. R

evis

itar

é lo

s he

chos

, los

nom

bres

, and

ares

de

nues

tra

pere

grin

ació

n, t

al v

ez n

o co

n la

voz

idea

l, pe

ro s

í la

mej

or q

ue p

udie

ra o

frec

er, e

l tr

ayec

to lo

mer

ece.

“Dic

en, e

l per

egri

no

sin

pec

ado

no

sufr

e la

cam

inat

a” J

esú

s A

dín

Val

enci

a