“Repensando la Agenda...

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1 XI Seminario de RedMuni: “Repensando la Agenda Local” 18 y 19 de octubre de 2012. Universidad Nacional Arturo Jauretche. ACERCA DEL “INDAGAR” Y QUÉ INDAGAR, DESDE LA REFERENCIA TERRITORIO Y MUNICIPIO. Autores: Mg. Lic. Vargas André Eduardo TUAP. Caif López María Florencia Institución: FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN Correo Electrónico: [email protected]

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XI Seminario de RedMuni:

“Repensando la Agenda Local”

18 y 19 de octubre de 2012.

Universidad Nacional Arturo Jauretche.

ACERCA DEL “INDAGAR” Y QUÉ INDAGAR, DESDE LA REFERENCIA

TERRITORIO Y MUNICIPIO.

Autores:

Mg. Lic. Vargas André Eduardo

TUAP. Caif López María Florencia

Institución:

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD

NACIONAL DE SAN JUAN

Correo Electrónico:

[email protected]

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El Proceso de Investigación Social

Entretelones Indagativos

ACERCA DEL “INDAGAR” Y QUÉ INDAGAR, DESDE LA REFERENCIA

TERRITORIO Y MUNICIPIO.

Autores:

Mg. Lic. Eduardo Vargas André

TUAP María Florencia Caif López

I. A modo de introducción

El propio título del trabajo, ya es indicativo acerca de la necesidad de "indagar",

entendido como la acción de averiguar, inquirir una cosa, discurriendo con razón o

fundamento, o por conjeturas y señales.

No cabe duda que, cuando lo social está presente, la "certeza" de lo que se

investiga no alcanza el grado de absoluto o de perdurabilidad, toda vez que la dinámica

de lo social, afecta al cambio, modificando permanentemente sus condiciones, lo que

hace que siempre nos encontremos más frente al análisis de una fotografía que de una

película; de un instante, más que de una suma de momentos que se proyectan.

Esta particularidad del mundo social, nos obliga a salir en la búsqueda de

elementos complementarios, tales que nos den cuenta más profunda del fenómeno

objeto de estudio, algo así como averiguar sobre que cimientos se encuentra construido

o asentado el mismo, que configuraría -por decirlo de alguna manera- "lo más estable".

En nuestro caso, es fácil identificar tal sumatoria de elementos de soporte,

viendo como sobre el territorio, espacio físico, hemos "colocado" su aditamento social,

los hombres que sobre tal suelo viven, configurando tal espacio físico como una

construcción social. Y no nos quedamos ahí; le sumamos una particular visión de tal

espacio socialmente construido, agregándole la dirección que el mismo puede optar por

la vía de su vocación.

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En la medida que esta urdimbre se entreteje, van apareciendo otros elementos de

su configuración, entre ellos, el "habitar", que se constituye en la impronta de

manifestación integradora de "esa forma de ser" que asume el territorio.

Todo esto y mucho más, son condimentos que aderezan una construcción: "Una

Teoría de los Estudios Territoriales", desde la cual va apareciendo la diversidad

indagatoria, que conduce a develar los entretelones de cada uno de sus elementos * y

cómo es que el tema se relaciona con los Municipios y, particularmente, con las

Políticas Públicas que desde ellos emanan.*

Desde esta perspectiva, vamos a entender los conceptos de soporte mencionados

de la siguiente manera:

1. Territorio:

Vamos a considerar el concepto territorio como “una construcción social que

supone concebirlo no como un espacio físico objetivamente existente, sino como un

conjunto de relaciones sociales que dan origen y a la vez expresan una identidad y

un sentido de propósito compartidos por múltiples agentes públicos y privados,

aunque dicha construcción implique –muchas veces- transitar por procesos de

conflicto y negociación” (1) (A. Schejtman y J. Berdague, 2.004).

Desde este enfoque, cabe reconocer que no todo territorio “espacio físico”, como

parte de un Municipio, dispone de similares características, tales que le proporcionen un

adecuado espectro de posibilidades desde las cuales, “lo social”, encuentre una pro-

actividad “otorgada”, que se configura –en su origen- como parte integrante de su

vocación y que impacta en la identidad proposicional.

(1)SCHEJTMAN, Alexander y BERDAGUE, Julio A.: (2.004): Desarrollo Territorial Rural. RIMISP

Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, en Debates y Temas Rurales Nº 1, Santiago de Chile,

Chile.

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2. Vocación Territorial:

La Vocación Territorial como concepto, a la vez fascina y desconcierta, no sólo

por disponer de cualidades que son aprehensibles por medio de las representaciones

sociales (*), sino también por detectarse en él ciertas debilidades, lo que ha traído como

consecuencia que el mismo sea objeto de críticas, las que se refieren a aspectos como: 1.

Su coherencia conceptual. 2. Sus posibles efectos normativos.3. Tipos de políticas,

metodologías y estrategias que desde él se pueden inducir, etc.

Claro está que las críticas, por sí, no son limitantes para constreñir el desarrollo

del concepto; habrá que tomarlas en cuenta y seguir avanzando desde un “podría”

hacia un “es”, hecho que constituye -precisamente- parte del interés de este trabajo.

El actual debate -algo caótico- sobre el concepto de vocación territorial, que

goza de muy poco desarrollo teórico, tiene la virtud de conectar varios campos

conceptuales, relevantes a estrategias alternativas de superación de la pobreza, tanto en

los diagnósticos actuales de las causas de la persistencia de la pobreza como en las

nuevas alternativas de política actualmente bajo consideración., entre los que

mencionamos los identidad local, capital social y desarrollo territorial rural (DTR),

entre otros.

Es desde el contexto de reflexión anterior que nuestro concepto vocación

territorial se empieza a delinear, manifestándose desde la identidad local: “como el

conjunto de las representaciones sociales que tienen sus habitantes con relación a

su pasado, sus tradiciones y sus competencias, su estructura productiva, su

patrimonio cultural, sus recursos materiales, su futuro, etc.”.(2) (Iván Silva Lira,

2003). No se trata de una identidad “monolítica”, sino de un conjunto de

conocimientos complejos integrados por una multitud de representaciones

consustanciales a cada grupo social, a cada lugar, a cada centro de producción

especializado, etc.

(2)SILVA LIRA, Iván: (2.003): Metodología para la Elaboración de Estrategias de Desarrollo Local.

Dirección de Desarrollo Local y Regional (ILPES-CEPAL) para el VI Curso Internacional de Gestión

Estratégica del Desarrollo Local y Regional, Santiago de Chile, Chile.

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Esta representación “plural” no es inmutable, sino que, al contrario, puede

evolucionar, reforzarse, modernizarse y en ese sentido es importante considerarla como

parte del ejercicio de identificar las vocaciones del mismo.

De todas formas el término vocación y su adjunto de referencia territorial figura

en una vasta bibliografía académica y de agencias internacionales de desarrollo,

acumulada durante más de una década, y es difícil ya que se imponga algún nombre

alternativo para el conjunto de temas que él abarca.

No cabe duda, en la circunstancia comentada de la Vocación Territorial y su

visión desde las Representaciones Sociales que, el Municipio debería ser fiel guardián

del pasado construido, preservando las tradiciones que, como componente esencial de la

identidad, le otorgan a dicho territorio una especie de “personalidad” que le es

característica y a la vez diferenciadora, destacando –desde tal núcleo- las competencias

que deben ser reservadas, multiplicadas e incluso, sumarle un valor agregado que

potenciará el quehacer municipal en el futuro (claro ejemplo es el tema del Capital

Social).

A lo anterior, hay que sumarle el tema de la estructura productiva, que junto al

patrimonio cultural y los recursos materiales disponibles, se constituyen en la pintura

del futuro desarrollo del Municipio, en base a una exigencia: el conocimiento profundo

de sus fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas, que es lo que permite,

precisamente, delinear con mayor objetividad y precisión dicho futuro.

(*) Las Representaciones Sociales son esquemas de conocimiento compartidos

acerca de “objetos sociales” que adquieren así una tipicidad. Son elaboraciones del

“sentido común”, de la experiencia cotidiana que orientan las conductas de las personas

de un grupo social. Por ejemplo, existe una representación social de lo que son las

“potencialidades productivas”, de lo que es “un territorio”, acerca de la “vocación

territorial”, etc. Las Representaciones Sociales se construyen a propósito de roles

concretos, de estados de la vida, de situaciones que afectan a las personas, de

experiencias y conocimientos adquiridos.

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El concepto de Representación Social proviene de la Psicología Social y ha sido (3) D.

Jodelet (1989) quien estableció así el concepto de representación social: “Es una forma

de conocimiento socialmente elaborado y compartido que posee un alcance

práctico y concurre a la construcción de una realidad común a un conjunto social.

Indistintamente designado como un saber de <<sentido común>> o <<saber

ingenuo>> o “natural” esta forma de conocimiento ha de distinguirse del

científico”.

Cabe aquí señalar que esa forma de conocimiento socialmente elaborado y

compartido, dispone de espacios para recrear dicha construcción, uno de cuyos emisores

es precisamente el Municipio que, con su accionar, emite señales de concurrencia a esa

realidad común que es el territorio.

3. Habitar:

Habitar es una condición ineludible y común a todos los seres humanos, pero

pocas veces ha sido presentada de manera explícita y científica. Sin embargo, en los

modos en que se realiza ese habitar no solo hay notables y significativas diferencias

según las épocas, los pueblos, los grupos y hasta los individuos, sino que en esos modos

se juegan sus identidades y anhelos. A través de las distintas calificaciones del habitar

se reconocen los proyectos y las apropiaciones materiales y simbólicas del espacio

social.

Constituir una Teoría del Habitar es una tarea, que si bien reconoce cuantiosos

aportes parciales exige una Interdisciplina orgánica – en la que deben participar al

menos la Sociología, La Geografía, la Psicología y la Filosofía– para alcanzar la

explicitación de sus bases conceptuales y las múltiples elaboraciones específicas que

permitan su contrastación y ampliación (4) (Roberto Doberti, 1999). Es necesario

señalar que el Habitar está tan requerido de marcos teóricos que permitan abordarlo

como exigido de orientaciones para acciones que lo transformen. En el Habitar –esa

compleja práctica social que pone en relación los espacios, los cuerpos y los

comportamientos– se determina el ejercicio concreto de los principios fundamentales de

equidad y respeto a los derechos personales, sectoriales y generales.

(3)JODELET, D.: (1989) Les représentations sociales. París: PUF.

(4)DOBERTI, Roberto: De la descripción de las costumbres a una teoría del Habitar, en “El habitar”.

Laboratorio de Morfología FADU .UBA.1999. Buenos Aires.

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El Habitar constituye, conjuntamente con el Hablar, una de las prácticas sustantivas

sobre las que se estructuran los desarrollos y las identidades individuales y sociales (5)

(Pierre Bourdieu, 1995). La capacidad para la instauración y el ejercicio de estas

prácticas nos definió como especie y su lento pero progresivo crecimiento fue

moldeando los campos de significación y también la diversidad de sus sentidos. De esa

manera nos ubicamos como esa especie de pasado y futuro incierto pero de horizonte

abierto. Así Habitar es tan decisivo como inadvertido, tan inexorable como

diferenciado; es siempre herencia recibida y ámbito a elaborar. Sin embargo -o tal vez

por todo esto- el Habitar no fue objeto específico de reflexiones sino de manera

esporádica e inorgánica.

Esta situación conlleva consecuencias importantes:

* hay escasez de desarrollos teóricos sistemáticos y sostenidos, desarrollos que implican

positivas y enriquecedoras investigaciones interdisciplinarias. * han quedado casi

inexplorados los nexos entre el Habitar y las diferentes manifestaciones del Hablar,

obturando uno de los caminos más promisorios para alcanzar una comprensión profunda

de las relaciones entre pensar y hacer, entre representación y espacio, entre habitabilidad

y proyecto, en definitiva entre Realidad y Valores.

Hoy, frente a procesos históricos de una magnitud y vertiginosidad inéditas,

resulta imperioso situarnos en el espacio que habitamos: situarnos para comprenderlo,

para resguardarlo y para transformarlo. Como respuesta a estos requerimientos, en los

últimos años han comenzado a tener cada vez más fuerza discursos y obras que buscan

recuperar y dar significado al hombre, a la mujer, y a sus actos; se trata de poner en el

centro de su espacio "vivido y por vivir" al Habitante y al Habitar.

Quede claro que, desde este “Habitar”, es desde donde los seres humanos van

agregando los elementos que posibilitan la construcción social del territorio,

otorgándole su “impronta”, que no es otra cosa que la misma vocación/es emergente/s y

que, por ser resultado social, también están sujetas al cambio y su dinámica.

(5)BOURDIEU, Pierre y LOIC, j. D. Wacquant: Respuestas por una antropología reflexiva. Grijalbo

1995. México.

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Se proponen los conceptos de habitar, hábito, habituar, habitat, para una

aproximación a lo disciplinar a partir de lo que señala la Real Academia Española en la

edición XXI de su Diccionario:

Habitar: (del latín habitare) Vivir, morar.

Hábito: Modo esencial de proceder o conducirse adquirido por repetición de

actores iguales o semejantes, u originados por tendencias instintivas. Facilidad que se

adquiere por larga y constante practica en un mismo ejercicio.

Habituar: Acostumbrar o hacer que uno se acostumbre a una cosa.

Hábitat: conjunto local de condiciones geofísicas en que se desarrolla la vida de

una especie o de

Una comunidad animal o vegetal

Queda clara la importancia que para el Municipio tiene disponer de un

conocimiento profundo de ese “habitar” que se da en su territorio, que se configura

como un proceso histórico, preñado de cultura y de cambios cíclicos de las formas de

adaptación del hombre a su suelo, que le permite, a la vez de conservar su pasado,

disponer de elementos de juicio válidos para prospectar su futuro, sin que en ello vaya

un disloque traumático de pérdida de identidad.

Desde esta perspectiva, a parecen las Políticas Públicas Municipales como el

elemento dinamizador de la nueva construcción futura del habitar territorial, que

configuran plataformas de orientación del quehacer del hombre frente a los cambios que

se producen por las nuevas prácticas sociales emergentes.

II. Por qué o para qué indagar el territorio

Una primera aproximación a la respuesta a este interrogante es indicativa de la

necesidad de seguir avanzando en el perfeccionamiento teórico del concepto y de sus

diversidades conectivas, lo que nos estaría acercando a la construcción de una Teoría

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de los Estudios Territoriales, tema sobre el cual ya contamos con varios elementos de

juicio, de manera particular los que propone (6)(Ricardo Abramovay 2009), con cuyo

trabajo hemos recreado esta síntesis, sumándole algunas apreciaciones extraídas de

nuestros propios trabajos de investigación.

Desde esta perspectiva, una segunda aproximación nos lleva al análisis de las

virtudes que dispone la noción de territorio, permitiéndonos avanzar en el estudio de las

regiones rurales, por lo menos en las siguientes dimensiones del “indagar” que es

nuestra preocupación:

1. Sector productivo y actores: A sido usual insistir en la visión estrictamente

sectorial que recae sobre la agricultura y pensar que los agricultores y otros integrantes

de las cadenas agro productivas son los únicos actores importantes del fenómeno. Cabe

señalar que un acercamiento a dicha realidad desde la noción de territorio, configura un

incentivo al logro de una visión de mayor amplitud, rompiendo dicho esquema sectorial

y diluyendo la pobreza de actores que se piensan involucrados.

Esto trae consecuencias y por ende necesidad de mayor “indagación analítica”.

Así, desde el punto de vista operativo, exige que mejoren nuestros instrumentos

estadísticos, aquellos que delimitan “la ruralidad”. Asimismo y desde el punto de vista

teórico, se va a producir una ampliación que va, desde considerar el territorio como

mero límite físico, hasta tener en cuenta las formas de producción interior y la

interacción social que se da en consecuencia a ello (caso del Capital Social, Difusión

Social del Conocimiento, etc.) (7) (Vargas; José N. Casas; Clara Isabel de la Vega;

Diego F. Fiol, 2005),

(6)ABRAMOVAY, Ricardo: Para una teoría de los estudios territoriales, en Curso de Postgrado de DTR,

Universidad Nacional de Tucumán, Facultad de Agronomía y Zootecnia, Cátedra de Sociología Agraria,

Curso en línea, 2009.

(7)VARGAS ANDRÉ, Eduardo; CASAS, José N.; DE LA VEGA, Clara Isabel; FIOL, Diego Francisco y

otros: Formación de Facilitadores para el Desarrollo del Asociativismo Productivo y Solidaridad

Comunitaria. Informe Final de Investigación para el Consejo de Extensión (CONEX) de la Universidad

Nacional de San Juan, Argentina, 2005.

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(8) (Vargas Eduardo, 2006) (9) (VARGAS, Eduardo, 2008).

Señalamos aquí la importancia que el tema tiene para los municipios rurales,

“pensados” únicamente desde una perspectiva de producción agropecuaria, olvidándose

que en su interior también existen otras formas o maneras de manifestarse que escapan a

la “ruralidad”, expresión viva de la existencia de otros actores que también construyen

territorio.

Se hace necesario, entonces, que el Municipio “mire” su realidad desde una

perspectiva totalizadora, que supere lo meramente sectorial, y a la vez los integre

holísticamente para dar cuenta de las formas de contribución que aportan los diferentes

actores sociales y las formas de interconexión que mantienen, tanto internas como

externas, lo que significa ampliar el territorio.

2. Crecimiento económico vs. Proceso de desarrollo: Se trata de una segunda

virtud de la noción de territorio; aquella que permite ver con meridiana claridad lo que

la pobreza rural es, que supera la mera interpretación de insuficiencia en la renta que

produce la actividad agropecuaria, para avanzar hacia la visión de un fenómeno

multidimensional, tal como lo plantea (10) (Webster, 2004).

Aquí el Municipio debe exigirse en la clarificación de la pobreza, como

concepto y como realidad de vida, verificando los otros componentes que están más allá

de la insuficiencia de la renta, como ser por ejemplo, todo aquello que tiene que ver con

“la distancia”, pasible de ser medida desde lo cultural, desde la accesibilidad, desde las

comunicaciones, etc., por citar algunas cosas que caracterizan de mejor manera o

complementan el entendimiento de la pobreza.

(8)VARGAS ANDRÉ, Eduardo: Visión Perceptiva de la Funcionalidad del Territorio Jáchal e Iglesia,

San Juan, Argentina. Monografía presentada en el Primer Curso Seminario Internacional “Pensamiento y

Acción para el Desarrollo Económico Territorial” (Internacional Refreshing Course). ILPES, CEPAL,

Naciones Unidas, Proyecto CEPAL/GTZ, Santiago de Chile, Chile, 2006.

(9)VARGAS, Eduardo: Jáchal e Iglesia, provincia de San Juan, Capítulo 5 Territorios vinculados a

mercados de moderado dinamismo en: El Desarrollo Rural en la Argentina. Un enfoque territorial,

Schejtman Alejandro y Barsky Osvaldo (compiladores). XXI Siglo Veintiuno editores, 2008.

(10)WEBSTER, Nell: Understanding the Evolving Diversities and Originalities in Rural Social

Movements in the Age of Globalization. Civil Society and Social Movements Program. Paper Number 7,

February. United Nations Research Institute for Social Development, 2004.

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He aquí algunos comentarios que aclaran el tema y establecen con mayor claridad los

campos desde los cuales el Municipio interviene en el tema.

Para (11) (PRIMI, 2002), la “distancia” es un concepto que abarca tanto aspectos

geográficos, como económicos, culturales y sociales.

(12) (PORTER, 1998), por ejemplo, observa que las condiciones deficientes de

las economías locales en los países en desarrollo son la causa de que las empresas más

grandes y los clusters en torno a ellas se concentren cerca de las ciudades más grandes.

Y, (13) (FALABELLA ,1999), enfatiza la importancia de la existencia o no de cadenas

productivas en un territorio económico, de la ubicación territorial de su “cabeza” y de

las distintas partes que conforman la cadena, así como de la existencia de distintos tipos

de actores e instituciones y su interés de intervención.

Es más, la distancia hacia centros urbanos importantes tiene efectos innegables

sobre el tipo de bien producido, la tecnología utilizada, los eslabonamientos que ello

induce, el tipo de agentes que interviene y sus relaciones. Esto se explica entre otros por

el modelo de VON THÜNEN y el concepto de “distancia económica”, que indica que la

renta de la tierra declina a medida que aumenta la distancia hacia la ciudad y (14)

(RENKOW, 1998) que incluye en este concepto no sólo a la distancia física sino

también a los costos de transacción con los mercados de trabajo, capital, productos e

insumos.

(11)Primi (2002) añade un elemento interesante a lo anterior, introduciendo la

“distancia cultural”, es decir, aquella mediada por las diferencias en conceptos y lógica,

ideas, creencias y valores, y también de idiomas, producto del “aislamiento social”.

Asimismo, puede existir una “distancia cultural” dentro de los hogares, entre personas

de distinto sexo o grupo etario, a menudo con sendas dificultades para encontrar un

plano común para el diálogo, (15) (ver entre otros ZAPATA, 2000 y 2001).

(11)PRIMI, 2002

(12)PORTER, 1998.

(13)FALABELLA ,1999

(14)RENKOW,1998

(15) ZAPATA, 2000 y 2001

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(11)PRIMI (2002) incluso enfatiza el hecho que, por ejemplo, los programas de

microcrédito –en principio los más apropiados para personas pobres, porque el

requerimiento de colateral exigido por otros esquemas de crédito es reemplazado por un

aval, responsabilidad y presión social colectivos no pueden funcionar con la misma

lógica en el caso de poblaciones dispersas, agravado posiblemente por una “distancia

cultural”.

De esto es fácil concluir que, así como se evidencia una “distancia geográfica” y

otras de naturaleza económica y cultural, también es posible evidenciar una de

vinculación con el capital social, es decir, una “distancia de capital social”. Todas ellas

tienen que ver con la adecuada implementación de programas con marco de Desarrollo

Territorial.

Sin ingresar en mayores detalles comparativos, el mensaje por lo tanto es: las

distancias importan y, al tratar de descubrir de cuánto capital social una cierta

comunidad es portadora, cuánto se puede activar o reconstruir este capital social, cuanto

este capital puede suplir o ayudar a activar otros capitales y activos, etc., se recomienda

detener la mirada en el territorio en el cual se ubica la persona, el hogar, el grupo, la

comunidad tratando de entender cuanto de sus actuaciones e ingresos se explican por las

distancias. Es aquí donde le corresponde actuar al Municipio.

De todo esto, es fácil colegir que un adecuado planteo de Desarrollo Territorial,

que ande en búsqueda de la implementación del Desarrollo Local, a de sumar más

elementos que la mera visión físico geográfica y social: requiere “trasversalizar” el

diagnóstico en base a la serie de nuevos elementos conceptuales que la

contemporaneidad nos impone.

3. Estudio empírico de los actores y de sus organizaciones: Es el meollo

interpretativo y comprensivo de situaciones “localizadas”, en las cuales es dable

observar una diversidad que se da en lo económico, en lo político y en lo cultural, en

los que quedan fuertemente involucrado el accionar esperado de la gobernabilidad

pública en cuanto a innovaciones organizativas, tales que sean condimento ideal al

estímulo innovador, tanto privado como público y asociativo.

(11) PRIMI, Op.Cit.

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Queda claro que esta gobernabilidad estará mejor orientada, en tanto y en cuanto de

mayores elementos de juicio disponga en la adopción de sus decisiones políticas, y que

mejor que un estudio de la vocación territorial y todas sus posibles manifestaciones,

para disponer las políticas que dinamicen el mejor logro de las fortalezas, al mismo

tiempo que se amenguan las debilidades, en un reto que involucra ampliar la

composición social del territorio. (8) (Eduardo Vargas; Pedro Domingo N. Cortínez;

Sila Mugnani; Aníbal Pérez Figueroa) y (9) VARGAS, Eduardo: Jáchal e Iglesia,

provincia de San Juan, Capítulo 5 Territorios vinculados a mercados de moderado

dinamismo en: El Desarrollo Rural en la Argentina. Un enfoque territorial, Schejtman

Alejandro y Barsky Osvaldo (compiladores). XXI Siglo Veintiuno editores, 2008.

En este marco, nada mejor que lograr que sean los propios actores quienes

identifiquen el marco referencial de fortalezas, oportunidades debilidades y amenazas

que los contextualizan, con la finalidad de diseñar las estrategias más fiables que

conduzcan al logro de los objetivos, lo que debe manifestarse, a nivel municipal, en las

políticas públicas que los sustenten.

Qué mejor papel municipal que mantener un Diagnóstico Socio Productivo

actualizado que permita que la “gobernabilidad” se manifieste conteste con ello y

permita ubicarnos en la respuesta correcta: Existen dos alternativas: 1. Podemos ser

confiados en la auto-organización de un sistema tecno/económico/social y en el

desarrollo como una emergencia sistémica que se genera allí a partir de un cierto nivel

de complejidad o 2. Podemos tratar de desatar nosotros mismos tal proceso.

Si la decisión es ubicarnos y bregar en la segunda alternativa, vamos a requerir

conocimiento, pero no cualquiera, conocimiento pertinente y socialmente distribuido.

De otra forma, como ya ha sido probado experimentalmente, los intentos de “empujar”

el desarrollo son estocáticos y su resultado va a depender de la “buena suerte”. Sin

embargo, sería nuevamente un iluminismo racionalista creer que sólo basta el mero

conocimiento, aunque este sea pertinente; en realidad vamos a precisar de una

combinación que garantice el desarrollo: CIENCIA Y ARTE.

(8) VARGAS Eduardo,y Otros. Op. Cit

(9)VARGAS Eduardo, Op.Cit

14

4. Sistemas Sociales vs. Sistemas Ecológicos: Aquí es observable la manera como una

sociedad hace uso de sus recursos disponibles en su organización productiva,

que es lo que posibilita establecer comparaciones entre ambos sistemas, el social y el

ecológico (16) (Folke y Berkes, 1998). Cabe señalar que “el crecimiento económico no

es inherentemente bueno o malo, que éste no puede compensar, en el largo plazo, el

deterioro de la calidad ambiental y que la escala creciente de las actividades humanas

está encontrando límites naturales para mantener tal expansión” (17) (Gunderson y

Holling, 2002). No hay que olvidar que los territorios, cual construcción social

compartida, no son otra cosa sino resultado de la organización social que hace uso del

sistema natural que representa el apoyo de su reproducción. Es aquí desde lo cual es

posible establecer vínculos entre las ciencias sociales y las naturales, lo que provoca un

mayor dinamismo en el tema de la indagación.

Debemos entender que todo territorio es un sistema, que es además un sistema

abierto y que por añadidura es un sistema complejo. Esto significa, de hecho, que se

requieren verdaderos cambios mentales para analizar y para intervenir en un territorio.

Por ende, tenemos que aprender análisis de sistemas y tenemos, mejor dicho debemos

pensar en términos del paradigma de la complejidad.

A partir de lo planteado anteriormente es preciso hablar de Sistemas Complejos,

“definido como un sistema formado por un gran número de elementos simples, que

interactúan entre sí, capaces de intercambiar información entre ellos y el entorno, y a

su vez, capaces de adaptar su estructura interna como consecuencia de tales

interacciones. (…) La característica fundamental para que estos sistemas posean una

dinámica rica e importante de ser estudiada son las interacciones no lineales entre sus

constituyentes y el alto grado de paralelización que tiene lugar durante el procesamiento

de esas interacciones.

(16)FOLKE, Carl y BERKES, Fikret: Linking Social and Ecological Systems. Institutional Learning for

Resilience. Cambridge University Press, 1998.

(17)GUNDERSON, Lance y HOLLING C.S.: Panarchy –Understanding Transformations in human and

natural systems. Island Press, Washington, 2002.

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La presencia de no linealidad nos permite pensar al sistema en términos del principio de

superposición, (…) en el que el todo es más que la suma de las partes. (…) La razón por

la cual estos sistemas pueden ser genéricamente estudiados parte de la convicción de

que hay un conjunto común de principios que son compartidos por una gran cantidad de

sistemas naturales y sociales tal vez, muy disímiles en apariencia. El desafío es, pues,

desentrañar tales principios y a su vez desarrollar herramientas de trabajo que nos

permitan entenderlos y tratarlos en forma sistemática” (18) (SCHUSCHNY 1998).

III. Los problemas para abordar el territorio

Cabe señalar que los estudios contemporáneos sobre la noción de territorio,

adolecen de dos situaciones problemáticas, que se correlacionan entre ambas: 1. De

carácter normativo y 2. De carácter cognitivo.

1. El problema normativo: En síntesis, refiere a la metodología de abordaje

que con mayor frecuencia se utiliza en los trabajos sobre desarrollo territorial, que

consiste en efectuar comparaciones entre regiones con una dotación de factores similar,

pero que difieren en lo que respecta a su dinamismo económico y sus resultados, tanto

sociales como ambientales. Aquí la indagación debe ser cuidadosa, con la finalidad de

no confundir los elementos que explicarían el mejor desempeño de algunas áreas,

confundiéndolo como una explicación de sus causas.

2. El problema cognitivo: Es desde este, desde el cual es explicable el problema

normativo. Se trata de la ausencia de fundamentos teóricos consistentes para la noción

de territorio y desarrollo territorial, a la que le está faltando se le sume una teoría de la

interacción social. Sobre este tema, hay dos trabajos interesantes: a. (19) DORA o

Dynamics of Rural Areas, que financia la Unión Europea y dirige el profesor John

Bryden.

(18)SCHUSCHNY, Andrés R. Estudio del medio ambiente desde las ciencias de la complejidad.

(Capítulo 2), En MATTEUCCI, Silvia y BUZAI, Gustavo (compiladores). Sistemas ambientales

complejos: herramientas de análisis espacial. Colección CEA, EUDEBA, Buenos Aires (Argentina),

1998.

(19)BRYDEN, John y HART, Keith: Dynamics of Rural Areas (DORA): The International Comparison.

An EU Project involving Germany, Greec, Scotland and Sweden. The Arkleton Trust. Aberdeen

University, 2001.

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En síntesis propone un estudio comparativo entre regiones polares, una con indicadores

objetivos de desarrollo positivos y, otra, con información no positiva con respecto a su

desarrollo.

Se trata de identificar los factores que responden a un desempeño económico

diferencial. b. (20) Proyecto CEPAL/GTZ, que toma cosa base treinta estudios de caso

sobre iniciativas de desarrollo local en siete países de América Latina. Su mentor de

conclusiones Francisco Albuquerque dice sobre este tema: “la naturaleza territorial (o

local) del desarrollo económico ha conocido durante mucho tiempo una situación de

marginalidad teórica”. Lindo soporte para indagar en la profundización teórica de la

noción de territorio y sus vinculaciones de la diversidad con que se conecta.

Desde el marco de la necesidad de “arrimar” conocimiento estructural y

conocimiento funcional, con el objetivo de “armar” de mejor manera el diagnóstico y el

conocimiento del territorio, para su uso en el Desarrollo Local, a continuación vamos a

plantear una serie de nuevos elementos a tener en cuenta, desde los cuales han de ir

“apareciendo” una nueva serie de interrogantes de profundización.

La propuesta a ser desarrollada, se basa en contenidos aportados por: (21)

SCHEJTMAN Alexander y BERDEGUER Julio; (22) DURSTON John; (23) DIRVEN

Martine; (24) VARGAS Eduardo y otros. Busca “extraer” -de dicho marco conceptual-

elementos para proponer una metodología diagnóstica, que permita diseñar estrategias

de intervención para el Desarrollo Local, con énfasis en la denominada VOCACIÓN

TERRITORIAL.

(20)AGHON, G.; ALBURQUERQUE, F. y CORTÉS, P.: Desarrollo económico local y descentralización

en América Latina: Un análisis comparativo. CEPAL/GTZ, Proyecto Regional de Desarrollo Económico

Local y Descentralización, Santiago de Chile (Chile), 2001

(21) SCHEJTMAN, Alexander y BERDEGUÉ, Julio A.: Desarrollo territorial rural. Debates y Temas

Rurales Nº 1, RIMISP Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, Santiago de Chile (Chile), 2004.

(22)DURSTON John; 2000

(23)DIRVEN Martine;

(24)VARGAS ANDRÉ, Eduardo; CORTÏNEZ, Pedro Domingo N.; MUGNANI, Sila; PÉREZ

FIGUEROA, Aníbal: Informe para la Estrategia Nacional de Desarrollo Rural. En Consultoría RIMISP

Territorio Jáchal e Iglesia, Provincia de San Juan, Argentina. 2005.

17

Se efectúa el acercamiento al tema, identificando primero los criterios que deben ser

tenidos en cuenta cuando se busca un diseño para implementar una intervención desde

el contexto del Desarrollo Local y la Vocación Territorial, lo que configura una especie

de “principios” que “ordenan” la metodología de búsqueda para el planteamiento del

diagnóstico, de manera tal que sea lo más OBJETIVO con respecto a dicho contexto.

Cabe señalar que los criterios no son de selección antojadiza; responden a las

nuevas condiciones y rasgos que se han detectado en los últimos años, que han

diferenciado y encauzado en nuevos enunciados el tema del desarrollo y que, a manera

de referencia, también han sido señalados en la metodología en construcción,

constituyéndose en un nuevo requerimiento de “adecuación” de la realidad en la

contemporaneidad.

Luego de haber incorporado estos dos elementos de “contención” metodológica que

orientan la ejecución del diagnóstico, hemos efectuado algunos aportes adicionales,

entendidos como valederos para complementar una visión integral y rica de la realidad

objeto de estudio, que va más allá de lo físico geográfico y que tiene que ver con la

“construcción social”, elemento sustantivo de un proceso que va configurando el

territorio con intervención directa del hombre, entre las que mencionamos las actitudes

y el capital social, sumándole a ello otras perspectivas importantes para dilucidar con

claridad lo siguiente: el espacio, la pobreza y la “distancia”, como conceptos.

Desde esta perspectiva interesa no perder de vista el tema de la IDENTIDAD, toda vez

que el espacio físico geográfico, por la acción del hombre, va encaminándose hacia lo

territorial social, con su propia y particular impronta.(25) (MARTINIC 1985).

Es así como hay que reconocer que el territorio, siempre es compatible con una

tipología que lo caracteriza y que tiene que ver con:

a. El tema de la convocatoria de todos los agentes que actúan en el territorio, en

búsqueda de un fortalecimiento sinérgico, que haga uso del capital social disponible,

según lo concibe (22) (DURSTON 2000).

(25)MARTINIC, Sergio: Saber popular e identidad. En: FERNANDEZ, Isabel, Saber popular Y

Educación en América Latina. Búsqueda-CEAAL, Buenos Aires (Argentina), 1985.

(22) DURSTON, Op. Cit

18

b. La integralidad que cualquier programa de Desarrollo Local debe disponer, planteo

holístico de cobertura diversa.

c. El problema y la complejidad de la institucionalidad y sus requerimientos operativos.

d. El tiempo necesario para garantizar su adecuada implementación, desarrollo y

evaluación de resultados.

Estos criterios son fruto exigido en el marco de nuevos rasgos y condicionantes

impuestos por el Desarrollo Local, entre los que mencionamos la globalización y

apertura de las economías (26) (ver MOGUILLANSKY, 2003) que ha impactado en las

economías que disponen de menos capacidad de respuesta, exponiéndolas a los

impactos asimétricos de los cambios que se producen como nuevas reglas del juego,

alejándolas incluso de la factibilidad de una nueva y reforzada inclusión en su propia

geografía nacional (27)(ver: FAJNZYLBER y SCHEJTMAN, 1995), afectada en sí

misma y preocupada por su subsistencia en un contexto de mercados imperfectos y con

altibajos en los costos de transacción (28) (ver: SADOULET y DE JANVRY, 1995), en

cuyo marco cualquier economía empobrecida pierde significancia, hecho que da pie a

un proceso agudo de concentración de tierras y/o ocupación de otras con cultivos

alternativos (29) (ver: VOGELGEZANG, 1996), como es el caso de la “sojización” en

Argentina (30) (VARGAS, 2004), y San Juan con nuevas implantaciones de vides que

exigen un capital educacional que no está al alcance de los pobres, que incluso inciden

de manera directa en el desplazamiento de la población, “obligándola” a un proceso de

“urbanización de desarraigo” que no es inclusiva de su nueva situación y los excluye –

muchas veces- de la posibilidad de un nuevo empleo (31) (ver: REARDON y

BERDAGUE, 2001), convirtiéndolos en potenciales “clientes” del accionar social del

Estado, hecho que genera, a nuestro juicio, nuevas formas de clientelismo, que

disponiendo de un manejo centralizado, pese a tratarse de un país Federal, se impone en

un esquema político que juega “desde arriba hacia abajo” (32)(CEPAL, 2001).

(26)MOGUILLANSKY, 2003

(27)FAJNZYLBER y SCHEJTMAN, 1995

(28)DE JANVRY, A. y SADOULET, E.: El desarrollo rural con una visión territorial.

(29)VOGELGEZANG, 1996

(30)VARGAS ANDRÉ, Eduardo; CORTINEZ, Pedro; CASAS, José y otros: Temas sobre Investigación

y Diagnóstico Participativo Rural. GISSA, San Juan (Argentina).

(31)REARDON y BERDAGUE, 2001

(32)CEPAL: Equidad y ciudadanía. CEPAL/ONU, Santiago de Chile (Chile), 2001

19

Temas en los que evidentemente el Municipio no debe ni puede eludir.

IV. Los nuevos aportes para la indagación

1. ¿Economía Sociológica o Sociología Económica?: Quedarse solamente en el

mero entendimiento de que el territorio es una “construcción social”, basada en el

“tendido” de lazos que se van fortaleciendo en tanto y en cuanto ese conjunto humano

realiza emprendimientos en común, basados en la confianza que la reiterada interacción

trae aparejada, no alcanza para explicar todo lo que en él acontece y, de manera

especial, todo aquello que sería explicación para entender los procesos de desarrollo

localizados. Es evidente, hacen falta muchos más elementos de juicio para

comprenderlo en toda esa complejidad.

(33)Neil Fligstein .efectúa aportes teóricos en este sentido

1.1. La génesis cooperadora: Se trata de establecer desde donde se genera la

acción de cooperación entre los actores sociales, estudio que Fligstein aborda tomando

como marco de referencia a (5) Pierre Bourdieu . Sobre este tema hay dos aseveraciones

que se vinculan: 1. “órdenes locales sociales basados en las relaciones sociales entre

grupos de actores”; y 2. “el objetivo central de la acción está en la tentativa de alcanzar

cooperación con otros actores, es decir, poner de manifiesto >>habilidad social (social

skill), o sea la capacidad de de inducir, de obtener la cooperación ajena”. Este

planteo separa a Figstein de (34) Putman y de (35) Fukuyama, dejando claramente

establecido que “la cooperación supone capacidad de persuasión, de interferir en la

propia formación de los significados en torno a los cuales se organiza la acción social”.

Todo un campo nuevo, para los aportes teóricos y para la profundización del

conocimiento acerca del territorio, que supera el paradigma de lo que se conoce como

capital social, cuyo sustento teórico es de carácter más altruista.

(33)FLIGSTEIN, Neil: Social skill and the theory of fields. Publicado en Sociological Theory,

2001.Princeton University Press, 2001/ FLIGSTEIN, Neil: The Architecture of Markets An Economic

Sociology of Twenty First Century Capitalist Societies. Princeton University Press, 2001

(5) BOURDIEU, Pierre. Op. Cit

(34)PUTMANY

(35)FUKUYAMA

20

1.2. El mercado como cooperación: Si aceptamos el hecho de que “la acción

social es la habilidad de inducir a la cooperación con los demás”, la pregunta en este

caso del mercado es la siguiente: ¿cómo puede ser definida esta forma específica de

cooperación y de qué manera su construcción se apoya sobre las fuerzas sociales?

Si damos por aceptado el hecho de que los territorios se pueden estudiar a partir

de las interacciones sociales de sus actores, se hace entonces necesario entender

teóricamente la naturaleza de la misma.

1.3. El “espacio rural” para el Desarrollo Territorial: Si referimos a “lo

rural”, sin aditamento del ingrediente territorial, éste puede ser definido, al decir de

(36) WIGGINS y PROCTOR, como: “un espacio donde los asentamientos humanos

y la infraestructura ocupan sólo pequeñas manchas (parches) en el territorio, la

mayor parte del cual está dominado por campos y pasturas, bosques, agua,

montañas y desiertos”.

En nuestro caso, “lo rural” se encuentra definido -de modo censal- por el número

de habitantes que son los constructores sociales del territorio, hecho que se convierte en

significativo cuando se quiere determinar los porcentuales que dividen a un sector y otro

(rural y urbano), que en América Latina se sitúa en niveles del 15 %. Para otras

realidades, se han adoptado otras formas de definirla (37) (CEPAL/CELADE).

Lo cierto es que, adoptar una definición, de una u otra manera, no es muy

eficiente para el análisis propio del Desarrollo Territorial desde una visión rural, toda

vez que no integra adecuadamente la comprensión de los fenómenos económicos,

sociales y culturales y las sinergias producidas entre ellos. Se ha intentado suplir la

deficiencia utilizando términos que intentan “contener” una interpretación ampliada del

fenómeno, sin lograr que ello satisfaga las “nuevas formas” de acercarse a él.

(36)WIGGINS y PROCTOR

(37)CEPAL: Estructura territorial del Estado y ruralidad. División Agrícola de la CEPAL, Santiago de

Chile (Chile), 1992.

21

Claro está que, cuando utilizamos una mirada tipo DTR del espacio rural, este nos va a

permitir encontrar realidades diferenciadas y matices que muchas veces se “esconden”

en la supuesta amplitud de cobertura del término “rural”; de allí la importancia de

incorporar el concepto “construcción” y el término “distancia” (23) (ver: DIRVEN,

2003), tanto en lo económico, como en lo social y cultural.

El DTR, en la diversidad de aportes de la teoría, adopta el criterio de identificar

el territorio “como una construcción social que supone concebirlo no como un mero

espacio físico “objetivamente existente”, sino como un conjunto de relaciones

sociales que dan origen y a la vez expresan una identidad y un sentido de propósito

compartidos por múltiples actores públicos y privados”. Es dicha identidad la que

permite dar sentido y contenido a un proyecto de desarrollo de un espacio determinado,

a partir de la convergencia de intereses y voluntades (1) (ver: SCHEJTMAN y

BERDEGUÉ, 2004).

(23) DIRVEN, Op. Cit

(1) SCHEJTMAN, Alexander y BERDAGUE, Julio A. Op. Cit

22

IV. CONCLUSIONES

Como sabemos, el estado como sistema complejo se compone de diversos elementos,

entre ellos el territorio, población y poder. La importancia que tiene la vinculación de

estos elementos es materia de estudio, interés y competencia en este caso de cada

municipio.

El municipio es la primera organización política donde se asienta el hombre. Desde los

más remotos tiempos, para satisfacer las necesidades de la vida natural, el ser humano

se vio obligado a agruparse y constituir una familia. El crecimiento constante y

progresivo de necesidades de todo orden, problemáticas que le son propias como el

ordenamiento territorial, el urbanismo, el planeamiento urbano y rural, obligaron a

extender tales asociaciones y a formar grupos basados en la vecindad, cuyo fin era la

satisfacción de esos menesteres. Estas aglomeraciones de familias conformaron, en su

etapa primigenia, las denominadas “tribus”, organizaciones bajo la autoridad de un

mismo jefe. La jerarquía así obtenida por éste era la resultante de la delegación de una

parte de la autoridad individual de cada uno de los integrantes del grupo. Tal evolución

culminó en la constitución de los cuerpos políticos, de los cuales el estado es hoy el

exponente más amplio, elevado e importante.

Se plantea la necesidad de indagar, los ámbitos que relacionen municipio y territorio,

para lo cual se hace imprescindible tener en cuenta aspectos relevantes tales como

vocación territorial, representaciones sociales, el habitar de la población como

condición ineludible y común a todos los seres humanos, para poder finalmente

construir una teoría de los estudios territoriales,

Es primordial entonces, contemplar el entendimiento del origen, naturaleza, elementos y

fines de la institución municipal, así como el estudio sociológico de las relaciones de

vecindad que se dan en esa vida local, con el objeto de conformar un verdadero

conocimiento de la identidad del lugar, su vocación territorial, sus problemáticas, sus

costumbres, su “personalidad”, a fin de que constituya esto, la herramienta básica a la

hora de tomar de decisiones que deriven en futuras políticas públicas que aseguren el

bien común a sus habitantes, esto es, garantizar el bienestar general de las personas que

habitan en ese territorio determinado.

23

V. BIBLIOGRAFÍA:

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