Aparejos Ciclopeos Murallas Romanas

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JOSÉ ÁNGEL ASENSIO ESTEBAN 116 20. www.elmundo.es/elmundo/2003/07/25/cultura/ Resumen El presente trabajo aborda un estudio de conjunto acerca de las técnicas constructivas de gran aparejo en piedra, opus quadratum y opus siliceum, introducidas y desarrolladas por los romanos en la provincia Hispania Citerior durante la época romana republicana (finales del siglo III a.e.-27 a.e.). Para ello se ha tenido en cuenta la totalidad o la mayor parte de los restos conocidos hasta la fecha, fundamentalmente en áreas de la costa mediterránea y del Valle del Ebro, con objeto de extraer de los mismos la mayor cantidad posible de consecuencias estilísticas y cronológicas. Palabras clave: opus quadratum, opus siliceum, arquitectura romana, Hispania Citerior, época romana republicana. Abstract This paper faces a general research about the ashlar work introduced and developed by Romans in the province Hispania Citerior during the Roman Republican age (end of III century B.C.-27 B.C.). For this purpose, has been collected the whole or at least the most part of archaeological remains situated, in general, along the Mediterranean coast and in Ebro Valley, in order to obtain from them as much stylistic and chronologic information as possible. Keywords fix: Roman ashlar, opus quadratum, opus siliceum, Hispania Citerior, Roman Spain, Roman Republican age, Roman Architecture.

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murallas romanas

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  • JOS NGEL ASENSIO ESTEBAN116

    20. www.elmundo.es/elmundo/2003/07/25/cultura/

    ResumenEl presente trabajo aborda un estudio de conjunto acerca de las tcnicas constructivasde gran aparejo en piedra, opus quadratum y opus siliceum, introducidas y desarrolladaspor los romanos en la provincia Hispania Citerior durante la poca romana republicana(finales del siglo III a.e.-27 a.e.). Para ello se ha tenido en cuenta la totalidad o la mayorparte de los restos conocidos hasta la fecha, fundamentalmente en reas de la costamediterrnea y del Valle del Ebro, con objeto de extraer de los mismos la mayor cantidadposible de consecuencias estilsticas y cronolgicas.

    Palabras clave: opus quadratum, opus siliceum, arquitectura romana, Hispania Citerior,poca romana republicana.

    AbstractThis paper faces a general research about the ashlar work introduced and developed byRomans in the province Hispania Citerior during the Roman Republican age (end of IIIcentury B.C.-27 B.C.). For this purpose, has been collected the whole or at least the mostpart of archaeological remains situated, in general, along the Mediterranean coast and inEbro Valley, in order to obtain from them as much stylistic and chronologic information aspossible.

    Keywords fix: Roman ashlar, opus quadratum, opus siliceum, Hispania Citerior, RomanSpain, Roman Republican age, Roman Architecture.

  • El gran aparejo en piedra en la arquitectura depoca romana republicana de la provincia his-pania citerior: el opvs silicevm y el opvs qva-dratvm

    Jos ngel Asensio Esteban1

    1. Introduccin, generalidadesEl presente trabajo pretende abordar el estudio de

    conjunto de un aspecto muy determinado dentro delcontexto de las tcnicas constructivas introducidas enla provincia Hispania Citerior durante la poca romanarepublicana; en concreto, nos vamos centrar en el an-lisis de los diferentes modos del denominado gran apa-rejo en piedra, o lo que es lo mismo el opus siliceum opoligonal y el opus quadratum o sillar de gran mdulo.

    Es importante destacar, ya de entrada, que lamayor parte los conjuntos monumentales romanosrepublicanos de gran aparejo que subsisten en losterritorios de la Hispania Citerior corresponde a obraspblicas localizadas en antiguos centros urbanos(Mapa 1), bien sea de directa fundacin y poblacinromana/itlica, como sera el caso de Valentia(Valencia), o bien surgidos a partir de la iniciativa roma-na pero con pobladores de origen mixto o mayoritaria-mente autctono como parece ocurrir en Aeso (Isona,Lrida), Ampurias romana (Sant Mart de Ampurias,Gerona), Baetulo (Badalona, Barcelona), Gerunda(Gerona), Iluro (Matar, Barcelona), Saguntum(Sagunto, Valencia), Segeda II (Belmonte de Gracin,Zaragoza) o Tarraco (Tarragona).2 No faltan, sin

    embargo, obras de este tipo situadas en ciudades deorigen prerromano, bien sea griego como Emporion(Sant Mart de Ampurias, Gerona) o pnico comoCarthago Nova (Cartagena, Murcia), o mucho ms fre-cuentemente indgena, como Osca (Huesca),Contrebia Belaisca (Cabezo de las Minas de Botorrita,Zaragoza), Fosos de Bayona (Villas-Viejas, Huete,Cuenca) o Gabarda (Usn, Huesca).

    Ms raros son, en cambio, los ejemplos localizadosen centros no urbanos, como es el caso del edificioidentificable como statio viaria de La Vispesa (Binfar-Tamarite de Litera, Huesca), de la fortaleza de Olrdola(Sant Miquel d'Olrdola, Barcelona) o de los templosdel santuario extraurbano de la Encarnacin deCaravaca de la Cruz (Murcia).3

    A la hora de abordar el estudio de las tcnicasconstructivas de origen helenstico e itlico deHispania Citerior en poca romana republicana debe-mos tambin resaltar la escasez en este mbito de res-tos de obras construidas en opus caementicium conrecubrimiento de reticulatum o incertum, a pesar deque son precisamente estos mtodos los predominan-tes y propios de la arquitectura tanto pblica como pri-vada de la Italia de los siglos II y I a.e., fundamental-

    SALDVIE n. 6 2006pp. 117-159

    1 Doctor en Historia. Grupo URBS, Diputacin de Aragn yUniversidad de Zaragoza.2 Algunas de estas ciudades tuvieron un antecedente indge-na, como ocurre en los casos de Baetulo, Saguntum, SegedaII o Tarraco, pero sus asentamientos urbanos de poca roma-

    na republicana son con seguridad fruto de la iniciativa roma-na (BENDALA, M.: 1994; 2001-02; GUITART, J.: 1994; RIBE-RA, A.: 1998 b: 15-54; ASENSIO, J. A.: 2003 a; CABALLE-RO, C.: 2003: 72-76).3 Sobre todos estos conjuntos mencionados vid. infra.

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    mente en Lacio y Campania (COARELLI, F.: 1977;GROS, P.: 1987; TORELLI, M.: 1980; ADAM, J. P.:1996: 138-146: ANDERSON, J. C. jr.: 1997: 145-151).4

    En Hispania Citerior, sin embargo, como ejemplo deopus reticulatum con interior macizo de caementiciumtan slo destaca el caso, tardo, de la Torre Ciega deCarthago Nova (RAMALLO, S.: 1989: 120-121; ABAD,L.: 2003: 91-94), mientras que de opus caementicium

    propiamente dicho, sin recubrimiento de incertum nireticulatum, nicamente podemos citar el caso, muynotable sin embargo, del alzado de la muralla meridio-nal de Ampurias romana, sobre zcalo de siliceum5

    (LMs. 8-10). Por ltimo, como ejemplos de la combi-nacin de un recubrimiento de opus quadratum u opussiliceum que forra un alma de caementicium contamoscon el templo forense de Ampurias romana, de crono-

    Mapa 1. Localizacin de los yacimientos localizados en la antigua provincia Hispania Citerior con restos de opus siliceum y opusquadratum aludidos expresamente en el texto: 1.- Aeso (Isona, Lrida), 2.- Baetulo (Badalona, Barcelona), 3.- Carthagonova(Cartagena, Murcia), 4.- Los Castillejos (Aranda de Moncayo, Zaragoza), 5.- Contrebia Belaisca (Cabezo de las Minas (Botorrita,Zaragoza), 6.- Emporiae (Sant Mart de Empries, Gerona), 7.- La Encarnacin (Caravaca de la Cruz, Murcia), 8.- Fosos deBayona (Villas-Viejas, Huete, Cuenca), 9.- Gabarda (Usn, Huesca), 10.- Gerunda (Gerona), 11.- Iesso (Guissona, Lrida), 12.-Iluro (Matar, Barcelona), 13.- Olrdola (Sant Miquel d'Olrdola, Barcelona), 14.- Osca (Huesca), 15.- Rosas (Ciutadella deRoses, Gerona), 16.- Saguntum (Sagunto, Valencia), 17.- San Jorge (Lcera, Zaragoza), 18.- San Pedro (Oliete, Teruel), 19.-Segeda II (Durn, Belmonte de Gracin, Zaragoza), 20.- Tarraco (Tarragona), 21.- Valentia (Valencia), 22.- La Vispesa (Binfar-

    Tamarite de Litera, Huesca).

    4 El empleo del opus caementicium en la arquitectura roma-na debe remontarse hasta finales del siglo III o comienzos delII a.e., tal como atestiguan en la propia Roma los vestigios delpodio del templo de la Magna Mater en el Palatino, y sobretodo los de la gran porticus Aemilia construida en el Emporiumsobre el Tber a principios del siglo II a.e. (LUGLI, G.: 1957:361-440; COARELLI, F.: 1976; GROS, P.: 1978: 13-17; 1987:12-20; ADAM, J. P.: 1996: 82-83; DUPR, X.: 2002: 32-33).Estas obras aparecan exteriormente forradas por un aparejode incertum o mampostera autoportante y ms tardamentepor el opus quasi reticulatum y el reticulatum, surgidos en lasegunda mitad del siglo II a.e. pero de uso slo generalizadoa partir del siglo I a.e. (GROS, P.: 1987: 71-72; ADAM, J. P.:

    1996: 138-146). El empleo de este material constructivo, quees relacionado por algunos autores con la paralela expansindel esclavismo en Italia (COARELLI, F. 1976; GROS, P.: 1987:72), propici el desarrollo de los grandiosos programas detipo escenogrfico de los santuarios religiosos del Lacio comolos de Praeneste, Tvoli y Terracina (COARELLI, F.: 1983;1987; 1993: 77-85, 128-148, 328-332; GROS, P.: 1978: 50-53;1987: 100-105, 164-177; GROS, P. y TORELLI, M.: 1988:160).5 Sobre esta muralla vid. infra notas 33 y 43. Este alzado decaementicium fue elevado con dos paramentos sin recubri-miento externo realizados con hormas de madera entre losque se dispuso un relleno de tierra.

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    loga no del todo clara,6 el espign del puerto empori-tano, reconstruido con esta tcnica entre finales delsiglo II y comienzos del I a.e.,7 el basamento de lastorres I y III de Olrdola (LMs. 31-34), del ltimo cuar-to/fines del siglo I a.e.,8 el zcalo de un tramo de mura-lla excavado en Fosos de Bayona (LM. 21), de crono-loga incierta, y posiblemente la muralla de Iluro, cons-truida en la primera mitad del siglo I a.e.9 Todos estoscasos resultan, por tanto, escasos y datables siemprea partir del ltimo cuarto del siglo II a.e., si bien no serhasta finales de la siguiente centuria cuando esta tcni-ca se utilice en Hispania Citerior de forma generalizada.

    Esta rareza en el empleo de las tcnicas del incer-tum o reticulatum sobre relleno de caementicium, y engeneral del uso masivo del mortero de cal, conllevaque sean precisamente las obras de gran aparejo enpiedra, tanto poligonales como en sillares, las que pre-dominen en Hispania Citerior cuando hablamos de edi-licia pblica romana durante la Repblica Tarda. Noobstante, el supuesto carcter retardatario o conserva-dor de las tcnicas constructivas de esta provincia quepodra extraerse de lo expuesto hasta ahora, aparenteal menos y tambin propio de regiones itlicas como elPiceno, Umbra, Norte de Etruria o Cisalpina (TORE-LLI, M.: 1980), contrasta con el escaso o nulo desfaseque se aprecia en Citerior, por ejemplo, entre losmodelos itlicos y los programas decorativos de lospavimentos de signinum10 y de las pinturas murales delprimer estilo pompeyano,11 o en el desarrollo de los pri-meros edificios termales, totalmente contemporneosa los centroitlicos (NOLLA, J.: 2000).

    En lo que respecta a la cronologa, el estudio de laarquitectura en general, y mucho ms de poca anti-gua, resulta en ocasiones muy complicado establecerperiodos o fases claras en la evolucin de los estilos ode las tcnicas constructivas. La Repblica Tarda noes, en este sentido, una excepcin, ya que frecuente-mente encontramos mtodos de trabajo, tipos de deco-racin o sistemas de construccin que perduran duran-te siglos sin apenas cambios o que vuelven a estar envigor dcadas despus de haber sido introducidos porprimera vez en la tradicin arquitectnica romana(GROS, P.: 1987: 180).12 stas son, por tanto, cuestio-nes de "larga duracin" que no permiten en muchasocasiones realizar una datacin tipolgica clara de lasobras conservadas ni una reconstruccin verosmil de

    5 Sobre esta muralla vid. infra notas 33 y 43. Este alzado decaementicium fue elevado con dos paramentos sin recubri-miento externo realizados con hormas de madera entre losque se dispuso un relleno de tierra.6 El templo forense de la ciudad romana de Ampurias contcon un podium relleno con una amalgama de caementa mez-clados con mortero de cal, virtualmente un caementicium. Lacronologa de este edificio es problemtica, ya que aunque sehaba venido datando a principios del siglo I a.e. (AQUILU,X. et alii: 1984) recientes campaas de excavacin parecenrevelar que su construccin fue ms tarda, quiz de finalesde dicha centuria (AQUILU, X. et alii: 1999: 79; 2000: 140).7 Esta enorme obra, de unos 80 m de longitud conservada, seconstruye con un doble paramento de sillares de mdulo gigan-te y de talla no del todo regular, de los que subsisten entre seisy nueve hiladas, con relleno interno de una mezcla de caemen-ta y mortero de cal (AQUILU, X. et alii: 1999: 58-59).8 Sobre esta fortaleza vid. infra nota 42.9 La muralla iluronense, construida entre el 75 y 50 a.e., noconserva actualmente ningn tramo visible, si bien, segn losescasos vestigios conocidos, sta debi tener unos 2 m deamplitud y estara reforzada seguramente por torres. Su tc-nica constructiva se basaba en el opus quadratrum de blo-ques de granito en dos paramentos con relleno interno de

    argamasa, todo ello sobre una cimentacin de grandes pie-dras irregulares calzadas con ripio (CLARIANA, J. F.: 1984:90; CERD, J. A. et alii: 1994: 97-98; OLESTI, O.: 1995: 105-108).10 Efectivamente, no se acusa en los repertorios ornamenta-les de los numerosos pavimentos de signinum de HispaniaCiterior prcticamente ningn desfase cronolgico con res-pecto a los modelos itlicos (RAMALLO, S.: 1990: 136;FERNNDEZ, A.: 2003).11 Parece seguro que durante la Repblica Tarda la decora-cin parietal sera realizada mayoritariamente por grupos ocuadrillas de mano de obra servil, esclavos y libertos, de con-dicin modesta, bien de origen griego, bien itlico. Estos pic-tores y albarii seran artesanos especializados que importar-an directamente a las provincias, a Hispania Citerior en estecaso, los gustos imperantes en la Italia del momento (GUI-RAL, C. y MOSTALAC, A.: 1994; FERNNDEZ, A.: 1999;2003: 212), de ah que sobre todo en lo que respecta a laspinturas del I Estilo pompeyano no se perciba ningn retardocronolgico apreciable entre los ejemplos hispanos y susmodelos italianos.12 Ya veremos ms abajo que ste es el caso, precisamente,de la tcnica del opus quadratum, cuyo aspecto formal cam-bia muy poco entre los siglos III-II a.e. y el Alto Imperio.

    Lmina 1. Aeso: muralla del sector denominado "La Torreta",datada a finales del siglo II o comienzos del I a.e. Obsrvese suaparejo poligonal cercano a la II manera de Lugli asentado enseco con ripio y cuas de calzadura (rejuntado con mortero en a restauracin de los aos noventa del siglo XX).

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    la evolucin formal de las mismas, teniendo por elloque complementarse su estudio, si es posible, condatos de origen estratigrfico.13

    En concreto, el opus siliceum o poligonal englobaun conjunto de tcnicas de poca bsicamente republi-cana,14 tanto si hablamos de edificios italianos comohispanos, de manera que apenas podemos citar monu-mentos romanos elevados en Hispania con este tipode sistemas que trasciendan el lmite cronolgico delos aos centrales del siglo I a.e.15 Esta circunstancia,que aparentemente facilitara la datacin en pocarepublicana de las obras poligonales, no permite en la

    mayor parte de los casos precisar mucho ms, debidoa que los diferentes estilos de siliceum con frecuenciase emplean sincrnicamente, a veces incluso dentrode la misma obra, o bien comprobamos que su uso seprolonga durante siglos sin unos cambios formales cla-ramente apreciades, de modo que vamos a encontrarobras que tipolgicamente presentan grandes similitu-des entre s pero que tras un estudio estrtigrfico seha demostrado que pertenecen a pocas muy diversasque abarcan, por ejemplo, desde finales del sigloIII/comienzos del II a.e. en el caso de primera fase dela muralla de Tarraco (LMs. 49-57) hasta el segundocuarto del I a.e. en el de la de Gerunda (LMs. 25-29).

    Mayores problemas de datacin presenta el opusquadratum, ya que aunque tiene ste un origen muyantiguo contina su uso, en mayor o menor medida,durante la Repblica Tarda y el Imperio conservandocaractersticas formales bastante similares. Por ello,cuando hablamos de obras de sillares es en ocasionesigualmente muy complicado localizarlas cronolgica-mente a partir tan slo de criterios formales.

    Cambiando radicalmente de tema y en lo que res-pecta al origen de la piedra empleada en estas obrasde gran aparejo de Hispania Citerior, es evidente queen cada uno de los entornos se hizo un empleo gene-ralizado de las rocas locales, calizas, areniscas, rocasgranticas e incluso alabastros y piedra de yeso enValle del Ebro,16 en la lnea de lo que ocurre en la pro-pia pennsula Itlica (ANDERSON, J. C. jr: 1997: 139-140).17 En parecido sentido, para el trabajo de la mismatambin fue aprovechada con frecuencia la mano de

    12 Ya veremos ms abajo que ste es el caso, precisamente,de la tcnica del opus quadratum, cuyo aspecto formal cam-bia muy poco entre los siglos III-II a.e. y el Alto Imperio.13 Un buen ejemplo en este sentido son las murallas deTarraco, cuya evolucin y cronologa slo han sido concreta-das en la segunda mitad del siglo XX, despus de la excava-cin estratigrfica de determinados sectores de la misma. Trasestos estudios se desterraron numerosos tpicos, basadossimplemente en apreciaciones tipolgicas de los aparejos,tales como considerar que el zcalo poligonal de esta murallaera una obra prerromana. Sobre este tema vid. infra nota 28.14 En Italia la tcnica poligonal se emplea durante toda lapoca republicana y desaparece entre el segundo cuarto ymediados del siglo I a.e., si bien con Claudio y Trajano vuel-ve retomarse transitoriamente en algunas obras pblicascomo acueductos y vas (LUGLI, G.: 1957: 100).15 Algunos de estos raros casos hispanos tardos seran lasmurallas de datacin cesariana o protoaugstea del MuniciumAugusta Bilbilis (trmino de Calatayud, Zaragoza) (MARTN-BUENO, M.: 1975: 207-212) y de la ciudad de San Estebande El Poyo del Cid (Teruel) (BURILLO, F.: 1976; 1980: 155-162), de aparejo muy tosco en ambos casos, con bloques irre-gulares de tamao muy desigual sumariamente trabajadosque apenas describen hiladas y que slo de manera algo for-zada podemos considerar como siliceum de la II manera, yaque probablemente su origen obedece a que las rocas delsustrato de donde fueron extrados sus materiales no permi-ta, por su gran dureza, realizar una talla ms cuidada. Otros

    casos tardos de aparejo que podemos considerar poligonalseran las puertas de "Carteia" y de "Gades" de la murallaaugstea de Baelo Claudia (Bolonia, Cdiz), en este caso deun poligonal adscribible a la IV manera de Lugli, que tiendeclaramente al quadratum (SILLIRES, P.: 1997: 78-79), ytambin los muros de aterrazamiento provistos de contrafuer-tes de la remodelacin augstea del foro municipal deSaguntum, realizados con un aparejo de bloques de grantamao sumariamente careados y almohadillados que descri-ben hiladas de cierta coherencia con un aspecto que los acer-ca al siliceum (ARANEGUI, C.: 1990: 245-249; 2004: 111-113;ARANEGUI, C. et alii: 1987).16 Por ejemplo yeso alabastrino en la muralla de Segeda IIprocedente con seguridad de los montes cercanos, piedra de"saul" de Godella/Rocafort en Valentia, areniscas locales enOsca, Gabarda y La Vispesa, caliza gris en el zcalo poligo-nal y piedra del Mdol en el alzado de sillares en la muralla deTarraco, caliza local y arenisca de mars en Olrdola, piedrade Gerona en el zcalo poligonal e hipotticamente piedra deDomeny en el crecimiento de sillares de la muralla deGerunda, caliza fosilfera y conglomerado locales en la mura-lla poligonal de Aeso o piedra grantica en la murallas deBaetulo e Iluro.17 En la arquitectura griega ocurre exactamente lo mismo, yaque, como es lgico, por lo general fueron empleadas lasrocas procedentes del sustrato local y slo de manera excep-cional se usaron materiales procedentes de lugares lejanos(BESSAC, J.-C. y LERICHE, P.: 1992: 74).

    Lmina 2. Baetulo: aparejo de la muralla descubierta en losaos treinta del siglo XX, poligonal de mdulo pequeo/mediano (GUITART, J.: 1976).

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    obra indgena (ROD, I.: 1994: 323), a juzgar por laexistencia en varias de estas obras de signos epigrfi-cos grabados de origen claramente ibrico, percibin-dose adems una pervivencia de las tradiciones griegaen la regin emporitana y pnica en la de Cartagena.

    2. El opus siliceum o poligonalEl aparejo poligonal u opus siliceum fue exhausti-

    vamente definido por Lugli (1957: 56 y ss.) para loscasos del Lacio e Italia central en general.18 Este tipode obras, agrupadas por el autor italiano en cuatromaneras o estilos diferenciados por sus caractersticas

    formales, se distinguen por su oposicin al opus qua-dratum, debido a que en el poligonal los bloques, colo-cados en seco y frecuentemente de tamaos muy des-iguales, se tallan en principio ms sumariamente, evi-tando por lo general su asentamiento en hiladas hori-zontales. A pesar de que esta clasificacin de Lugliresulta con frecuencia un tanto rgida, en el estudio delas obras romanas de siliceum de la Hispania Citeriorvamos a seguir a efectos prcticos la pauta tradicionalde agruparlas en uno de los cuatro estilos o maneras,dada la aceptacin generalizada que la misma ha teni-do entre los investigadores a lo largo del ltimo mediosiglo.19

    Hay que resaltar que, como acabamos de ver, enlas obras centroitlicas y por lgica en las hispanas, loscitados cuatro estilos no tienen realmente un sentidocronolgico (LUGLI, G.: 1957: 66 y 101), ya que exis-ten edificaciones que contemporneamente emplearonal menos dos de ellos, con frecuencia al haber sidoelevadas por varios equipos diferentes de constructo-res.20 En Hispania Citerior es ste el caso de la mura-lla de Tarraco, en donde las cortinas de su primerafase, de en torno al 200 a.e., podran incluirse en elestilo II de Lugli (LMs. 49-51), mientras que algntramo del zcalo de la segunda fase, ms de mediosiglo posterior y en general tambin de este II estilo,podra considerarse incluso dentro de la I manera

    18 Los primeros ejemplos centroitlicos de este aparejo per-tenecen a las fortalezas prerromanas de los siglos V-III a.e.que se denominaron "pelsgicas", elevadas por medio deenormes bloques de piedra apenas desbastados (ADAM, J.P.: 1996: 111-114). Aparejos poligonales ms tardos son fre-cuentes en Etruria Martima, Sabinia, Mrsica, as como enlos pases de los hrnicos, volscos y samnitas, son muy esca-sos entre los albanos, tusculanos, umbros y en el Piceno yresultan casi inexistentes en el Norte de Italia, Roma,Campania y Magna Grecia (LUGLI, G.: 1957: 169).

    19 La gran mayora de los autores ha aceptado esta clasifica-cin de Lugli, si bien hay otros que, no sin razones de peso,la han puesto en cuestin debido a su rigidez (ADAM, J. P.:1996: 111-114 y 128 nota 5), ya que muchas veces resultadifcil distinguir entre uno y otro estilo o decantarse por algu-no de ellos en concreto a la hora de clasificar una obra.20 En Italia central ste es el caso de los recinto amuralladosde Norba, Circei, Ferentinum o Cosa (LUGLI, G.: 1957, Tav.XI).

    Lmina 3. Baetulo: detalle del aparejo poligonal de la II mane-ra de la esquina Este de la torre de la muralla de la ciudadexcavada en los aos treinta del siglo XX (GUITART, J.:1976).

    Lmina 4. Baetulo: detalle de la torre y puerta excavadas enlos aos treinta del siglo XX en la muralla de la ciudad, de aparejo poligonal de la II manera (GUITART, J.: 1976).

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    Lmina 5. Contrebia Belaisca: gran muro de la ladera Sudeste del Cabezo de las Minas, de cronologa incierta que creemosromana republicana: muralla primitiva de grandes bloques irregulares, parcialmente desmontada y cajeada; zcalo del muroromano-helenstico de opus quadratum con bloques provistos de almohadillado alisado de escaso relieve terminado a puntero y listel perimetral; alzado de adobe.

    Lmina 6. Contrebia Belaisca: gran muro al Sudeste del Cabezo de las Minas, de cronologa incierta que creemos romana repu-blicana; detalle del zcalo de opus quadratum, con bloques terminados con almohadillado alisado de escaso relieve a puntero,listel perimetral y complicados engatillamientos.

  • (LM. 59). En parecido sentido, la torre de la Plaza deEstudiantes del Castell de Saguntum presenta murosde la II manera pero esquinales almohadillados conuna terminacin mucho ms cuidada, casi de quadra-tum, propia del siliceum de la IV manera (LMs. 37-39). En Baetulo encontramos otra vez diferentes apa-rejos poligonales empleados posiblemente a la vez, yaque las cortinas de la muralla pertenecen a la II mane-ra (LMs. 2-3), mientras que una puerta presenta blo-ques mucho mejor trabajados adscribibles al IV estilo(LM. 4). Un ltimo caso es el de la muralla deAmpurias romana, cuyo tramo oriental poligonal seraadscribible a la II manera (LMs. 13-15) mientras elmeridional presenta un basamento mayoritariamentede la IV (LMs. 8-11) pero con algunos puntos concre-tos levantados con un aparejo menos cuidado cercanode nuevo a la II manera (LMs. 12 y 16). Toda la mura-lla romana ampuritana debi construirse, al parecer,contemporneamente a comienzos del siglo I a.e.

    Por otra parte, sera dudoso incluir en alguno de los

    diferentes estilos poligonales propiamente dichos a losaparejos empleados por los romanos en las defensasde sus establecimientos campamentales hispanos depoca republicana, ya que en general estas obras fue-ron elevadas con dos paramentos de tcnica poco defi-nida formados por piedras sin carear muy irregularesen tamao obtenidas del propio terreno que delimita-ban un relleno interno de tierra y cascajo.21

    Para complicar an ms el estudio de los aparejospoligonales en Hispania Citerior, hay que sealar quedichas tcnicas constructivas no son exclusivas enabsoluto del mundo romano, ya que encontramosobras helensticas, e incluso indgenas de mbitos cos-teros, de aspecto enteramente similar a las itlicasincluso en los ms delicados detalles, como puedenser el acabado externo con almohadillado rstico y lis-tel perimetral o la presencia de ripios y bloques de cal-zadura. ste es el caso de la muralla meridional deEmporion, construida a mediados del siglo II a.e. con

    21 Los restos ms elocuentes pertenecen fundamentalmentea establecimientos del entorno de Numantia (Garray, Soria), ysobre todo del conjunto de Gran Atalaya de Renieblas (Soria).En este ltimo destacan las murallas del denominado campa-mento III, de unos 4 m de anchura, provistas de torres y cons-truidas con bloques irregulares, algunos de gran tamao(SCHULTEN, A.: 1929: 50-59; MORILLO, .: 1991: 153; 2003:55-56). El campamento V cuenta, al parecer, con una murallade bloques irregulares trabados con argamasa de cal(SCHULTEN, A.: 1929: 137-145; MORILLO, .: 1991: 154;2003: 56-57). Tradicionalmente, a partir de Schulten, el citadocampamento III de Renieblas se ha venido datando a media-dos del siglo II a.e. y el campamento V en poca sertoriana.

    No obstante, algunos autores han puesto en cuestin la cro-nologa de este campamento V tras el anlisis de los hallaz-gos numismticos (HILDEBRANT, H. J.: 1979: 268; PAM-MENT-SALVATORE, J.: 1996: 25-27) y cermicos (SAN-MART, E. y PRINCIPAL, J.: 1997) llevados a cabo porSchulten en el mismo, y lo han datado en el 135-130 a.e. den-tro del contexto del cerco de Escipin a Numantia, lo queresultara anmalamente temprano para una obra hispanaprovista de mortero de cal. Otros estudiosos prefieren, noobstante, seguir considerando este polmico campamento Vcomo de datacin sertoriana a partir de otros hallazgos super-ficiales como un glande de plomo con la inscripcin Q.SERTO PROCOS (MORALES, F.: 2000: 238; 2005: 251-252).

    El gran aparejo en piedra en la arquitectura de poca romana republicana de la provincia... 123

    Lmina 7. Emporiae (Ampurias romana): muro intermedioEste-Oeste de separacin al Norte del foro de la ciudad; caraseptentrional. Obsrvese su aparejo poligonal de la II manerade mdulo pequeo-medio datable a comienzos del siglo Ia.e.

    Lmina 8. Emporiae (Ampurias romana): muralla meridional,con zcalo de opus quadratum de la IV manera y crecimientode opus caementicium. Obsrvense en el basamento de pie-dra los bloques que tienden a formar cuatro hiladas, el almo-hadillado rstico sin listel perimetral en este caso, as comolas cuas triangulares y trapezoidales de calzadura. La crono-loga de esta obra, no del todo clara, tiende a localizarse aprincipios del siglo I a.e.

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    un aparejo asimilable a la II manera de Lugli pero en elambiente helenstico de una ciudad hbrida griega eibrica, por lo cual podra ser considerada ms bienobra helena22 (LMs. 19-20).

    En parecido sentido, en esta provincia encontra-mos otro problema aadido, sobre todo en el caso dela arquitectura defensiva, ya que contamos en el inte-rior, concretamente en el Valle del Ebro, la Meseta y elSistema Ibrico, con ejemplos muy destacados demurallas de indudable factura indgena que empleanunas tcnicas constructivas ciertamente similares a lasdel aparejo poligonal romano de la II manera, unasveces siguiendo un diseo de conjunto notablementearcaico, como por ejemplo en la muralla exterior deSan Pedro de Oliete (Teruel) (VICENTE, J., ESCRI-CHE, C., y PUNTER, M. P.: 1985) (LM. 43) o en

    numerosos pequeos poblados fortificados de laDepresin del Jiloca (BURILLO, F.: 1980; 1991: 45-47),y en otros casos, en cambio, con murallas urbanas detramos rectos y concepcin helenstica, tales como lade Fosos de Bayona (LM. 21), San Jorge (Lcera,Zaragoza) (LM. 42) o Los Castillejos (Aranda deMoncayo, Zaragoza).23 Todos estos recintos citadospresentan un aparejo bastante similar que podemosdenominar "ciclpeo", de apariencia indgena, congrandes bloques sumariamente careados, colocadosen seco y encajados entre s describiendo toscas hila-das por medio de abundantes ripios e incluso cuas decalzadura,24 aunque en la muralla de Fosos de Bayonael aparejo muestra rasgos, como el almohadillado rs-tico o los engatillamientos, que lo acercan estrecha-mente a las tcnicas romanas o helensticas. No obs-

    22 Lo que denominamos aparejo poligonal romano es muysimilar al que presentan algunas obras defensivas griegas depoca helenstica como las murallas de Corinto, Demetrias,Troizen o Kastraki (WINTER, F. E.: 1971: 69, figs. 53, 56, 63),que podran incluirse sin problema dentro de las maneras III yIV de Lugli. En Iberia, otro caso de obra griega de gran apa-rejo en piedra de tendencia poligonal es el del tramo de mura-lla descubierto en la Ciudadela de Rosas (Gerona), datableen el contexto de la Segunda Guerra Pnica (DAZ, C.,PALOU, H. y PUIG, A. M.: 1998: 18-19) y muy cercano en suaspecto al de las fortificaciones de algunos yacimientos ibri-cos de la zona, como los de Cala Castell de Palams o Puigde Sant Andreu de Ullastret (Gerona).23 Sobre la muralla de Fosos de Bayona vid. infra. Los dosyacimientos zaragozanos de Lcera y Aranda de Moncayo,

    realmente espectaculares, estn prcticamente inditos.24 Las cuas triangulares de calzadura (taselli triangolari dicalzatura de Lugli) aunque son tpicas de las maneras II y IIIdel opus siliceum (LUGLI, G.: 1957: Tav. X) en Hispania lasencontramos tambin, junto con las de forma trapezoidal, enobras de la IV manera. Consisten en pequeos bloques, detalla irregular a maza en el caso de las obras poligonales dela II manera y de acabado muy cuidado en las de la III y IV,que calzan los huecos dejados entre los bloques de grantamao y que al exterior presentan una cara de forma triangu-lar, de ah su nombre (Lms. 8, 10, 11, 13, 14, 28, 39, 40, 43,53). Es seguro que estos pequeos bloques se colocan a lavez que los de gran tamao, ya que penetran en el interior dela fbrica de los muros, donde alcanzan mayor grosor.

    Lmina 9. Emporiae (Ampurias romana): basamento de lamuralla Sur. Detalle de la jamba oriental exterior de la puertameridional de la ciudad, de aparejo poligonal de la IV manerade factura impecable, que tiende al quadratum, con bloquesprovistos de almohadillado rstico enmarcado por listel peri-metral de escasa anchura (5-8 cm). Obsrvese el falo talladoen relieve en la quinta hilada. La cronologa de esta obra tien-de a localizarse a principios del siglo I a.e.

    Lmina 10. Emporiae (Ampurias romana): muralla meridional,tramo al Oeste de la puerta Sur, cerca ya de la esquinaSudoeste de la ciudad; basamento de aparejo poligonal de laIV manera que describe hiladas coherentes con presencia desillarejos de calzadura de formas diversas. Obsrvese el faloesculpido en relieve en uno de los bloques de la hilada supe-rior. La cronologa de esta obra tiende a localizarse a princi-pios del siglo I a.e.

  • El gran aparejo en piedra en la arquitectura de poca romana republicana de la provincia... 125

    tante, el diseo de conjunto de los mismos muestrauna concepcin poliorctica tan cercana a los modelosmediterrneos que parece posible pensar que fuerantrazados sobre el terreno por ingenieros con un perfec-to conocimiento de las tcnicas helensticas, aunquefueran ejecutados con mano de obra autctona a juz-gar por su apariencia fsica (ROMEO, F.: 2002: 172-173).25

    Por otra parte, segn podemos ver a partir de losejemplos citados, los aparejos poligonales romanosson prcticamente exclusivos de las obras publicas,defensivas y de aterrazamiento, siendo casi inexisten-tes en mbito domstico. Efectivamente, en HispaniaCiterior republicana tan slo podemos citar la utiliza-cin de un aparejo cercano al siliceum de la II manera,pero de mdulo pequeo/mediano, en la fachada prin-cipal primitiva de la "Casa 1" o "Villanueva" deAmpurias romana (LM. 17), que destaca del resto delas fbricas de los muros de la misma, elevados eneste caso con zcalos de mampostera que se crece-ran en tapial (SANTOS, M.: 1992: 25).

    2-1. I ManeraSe identifica como pertenecientes a I manera poli-

    gonal a las obras construidas con bloques informes oescasamente careados a golpe de maza, algunos deenorme tamao, colocados con gran rusticidad sinmortero de ningn tipo aunque con la presencia fre-cuente de cuas informes, de modo que dejan nota-bles espacios entre s y no describen hiladas coheren-tes.26 En Hispania Citerior slo episdicamente, y conserias dudas, podemos citar algn ejemplo adscribiblea este estilo, con toda seguridad porque en los siglos IIy I a.e. ste haba sido dejado de lado mucho tiempoatrs en la arquitectura helenstica y romana. Tal es elcaso de algunos sectores muy concretos de la zonaNoreste del zcalo de la segunda fase de la muralla deTarraco, compuestos por dos paramentos de enormesbloques apenas desbastados asentados con escasascuas y piedras de calzadura que dejan amplios espa-

    25 En este sentido, P. Moret (2003: 161), sin duda el mejorconocedor de la poliorctica de los pueblos ibricos y celtib-ricos, opina que en realidad algunas de las obras que hansido identificadas como de factura romana seran en realidadde origen indgena. Vid. infra nota 31. La presencia de un apa-rejo ciclpeo de apariencia indgena en obras defensivas quedebieron ser trazadas por constructores romanos o itlicos noes, ni mucho menos, exclusiva del Valle del Ebro. Por ejem-plo en la Baeturia, al Sur de Extremadura actual, encontramosun caso parecido, en el que un gran nmero de pequeos

    recintos fortificados construidos en poca romana republica-na utilizan un aparejo rstico e irregular de bloques de piedrade gran tamao pero con un diseo general sin tradicin ind-gena que parece responder a iniciativa romana(RODRGUEZ, A. y ORTIZ, P.: 2003: 232-248).26 En Italia central encontramos obras defensivas de estetipo, algunas de gran antigedad, en los recintos latinos meri-dionales de Circei, Arpinum y algunos tramos del de Norba(LUGLI, G.: 1957: 70-72, Tav. IV; ADAM, J. P.: 1996: 111, fig.234).

    Lmina 11. Emporiae (Ampurias romana): muralla meridional.Zcalo de aparejo poligonal de la IV manera con cuas trian-gulares, sillarejos de calzadura y algunos bloques provistosde almohadillado rstico e incluso listel perimetral. La crono-loga de esta obra tiende a localizarse a principios del siglo Ia.e.

    Lmina 12. Emporiae (Ampurias romana): muralla meridio-nal. Detalle del interior de la puerta Sur de la ciudad desde elNorte. Obsrvese el basamento de opus siliceum, muy cuida-do de la IV manera en la jamba occidental, como la mayorparte del zcalo de la obra, y mucho ms tosco cercano a laII manera de Lugli en la jamba oriental, parecido al empleadoen la muralla Este o "Robert" de la fundacin romana. Pareceevidente que en esta muralla trabajaron simultneamente almenos dos grupos de constructores, algo muy frecuente enobras, como sta, de gran envergadura. La cronologa deesta obra tiende a localizarse a principios del siglo I a.e.

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    cios vacos en las lneas de juntura (LM. 59).Posiblemente estos tramos diferentes del resto seranelevados por un mismo grupo de constructores.

    2-2. II ManeraLa gran mayora de las obras hispanas republica-

    nas de opus siliceum pertenece a este II estilo, carac-terizado por presentar bloques rsticos ms elabora-dos, mucho mejor asentados y rejuntados generalmen-te en seco con abundantes ripios e incluso algunascuas triangulares o trapezoidales de calzadura muytoscas. No es rara en estas obras la terminacin de losbloques con almohadillado con o sin listel perimetral.

    Estas construcciones pertenecen casi exclusiva-mente a conjuntos monumentales de carcter defensi-vo, en los que quiz se busc un aspecto de fortaleza,solidez y rusticidad para el que este tipo de aparejoresulta muy apropiado.27

    En Hispania Citerior perteneceran a esta II mane-ra las cortinas y el basamento de las torres de la prime-ra fase de la muralla de Tarraco, de entre finales delsiglo III y comienzos del II a.e.28 (LMs. 49-57), lamayor parte de los muros de las torres republicanas deSaguntum, datables en la primera mitad del siglo II

    27 Buenos ejemplos italianos de obras poligonales de esteestilo los encontramos en las murallas de Praeneste o Segni,entre otras (LUGLI, G.: 1957: 73-75, Tav. V; COARELLI, F.:1993: 175-177).28 De la fase ms antigua del sistema defensivo tarraconen-se, perteneciente en origen a lo que se ha identificado comoun castellum romano de en torno al 200 a.e., apenas quedandos tramos y las torres del Arquebisbe, del Seminari-Cabiscoly de Minerva-Sant Mag (AQUILU, X. y DUPR, X.: 1986:12; AQUILU, X. et alii: 1991 a: 40-41) (LMs. 49-57). De lascortinas slo se conserva visible la parte externa de losmuros, ya que en la segunda fase stos quedaron engloba-dos en el recinto urbano y fueron recrecidos por la parte inter-na. Estos muros primitivos tuvieron un alzado en ligero taludde unos 6 m constituido con dos paramentos de aparejo poli-gonal en seco, con un relleno interno de piedras sueltas, quealcanzaba entre seis y ocho hiladas notablemente regularesde bloques calizos de tendencia oval con las lneas de con-tacto rellenas por medio de numerosos ripios y bloques depequeo tamao (HAUSCHILD, TH.: 1983: 157-180). Las trestorres, de planta rectangular, presentaban zcalos macizos dela misma altura e idntico aparejo que las cortinas sobre los

    que se construyeron cmaras huecas de unos 6 m de alturade opus quadratum con bloques en seco mayoritariamente asoga, con almohadillado alisado muy leve y listel perimetral.La segunda fase de esta muralla, de mediados/tercer cuartodel siglo II a.e., conserva unos 1400 m de longitud, aunqueslo tres tramos en un estado aceptable. Todos ellos consis-ten en cortinas rectas de unos 12 m de altura con un zcalopoligonal en general de la II manera de unos 2 m de alzadoy un crecimiento exterior de opus quadratum de caliza dora-da del Mdol, colocado en seco y mayoritariamente a soga,con piezas que presentan almohadillado alisado y listel peri-metral. La anchura total de la obra es de 6 m en la base y 5en la parte superior (SERRA VILAR, J.: 1949: 222-227;AQUILU, X. et alii: 1991 b). A esta segunda fase pertenecenla totalidad de los accesos conocidos de poca romana, con-cretamente hasta seis poternas, todas ellas de unos 1'50 mde luz y cubiertas por medio de enormes bloques monolticosde talla irregular, y la Puerta de Sant Mag, junto a la caraoriental de la torre de Minerva, que presenta un vano provis-to de arco de medio punto construido con dovelas de formasmuy irregulares de piedra caliza (HAUSCHILD, TH.: 1983:19-49).

    Lmina 13. Emporiae (Ampurias romana) tramo Sur de lamuralla oriental de la ciudad, denominada "muralla Robert",de aparejo poligonal de la II manera. La cronologa de estaobra, por criterios estratigrficos, se localiza a principios delsiglo I a.e.

    Lmina 14. Emporiae (Ampurias romana): tramo meridionalde la muralla Este denominado "muralla Robert". Detalle delaparejo poligonal de la II manera, con bloque de talla irregu-lar asentados con abundantes cuas rellenando los intersti-cios entre los bloques. La cronologa de esta obra, por crite-rios estratigrficos, se localiza a principios del siglo I a.e.

  • El gran aparejo en piedra en la arquitectura de poca romana republicana de la provincia... 127

    a.e.29 (LMs. 37-40), la muralla meridional y el murooriental de cierre del Asklepeion de la "Nepolis" deEmporion, ambos de mediados del siglo II a.e.30 (LMs.18-20), la casi la totalidad del zcalo de la segunda

    fase de la muralla de Tarraco, de la segunda mitad delII a.e. (LMs. 58, 60-61, 64-65), la muralla de Aeso31

    (LM. 1), las cortinas de la muralla de Baetulo32 (LM.

    29 La muralla republicana de Saguntum, elevada a comien-zos del siglo II a.e. (ARANEGUI, C.: 1994: 72), contaba conun conjunto de torres de planta rectangular entre las que des-taca la denominada de la Plaza de Estudiantes, reconstruidaal parecer en torno al ao 100 a.e. (PASCUAL, I. y ARANE-GUI, C.: 1993; PASCUAL, I.: 1994; ARANEGUI, C.: 2002:250-252) (Lms. 37-40). De ella se conserva un gran basa-mento de opus siliceum de la II manera de caliza en seco conalmohadillado rstico muy irregular provisto de listel perime-tral en los bloques de las esquinas. A Este y Oeste de lamisma se conocen los restos de al menos otras dos, si bien lams interesante se localiza en la plaza Conejera. sta de laobra romana conserva un zcalo de poco ms de 1 m de altu-ra de aparejo poligonal con bloques rsticos complementadoscon ripios y algunas cuas triangulares de calzadura que for-man entre dos y tres hiladas bastante regulares.30 La muralla meridional de la Nepolis de Emporion se ree-dific a mediados del siglo II a.e. con un aparejo poligonaladscribible a la II manera de Lugli con bloques irregulares detamaos muy variables colocados en seco y calzados conripios y cuas de calzadura de formas diversas (Lms. 19-20).Tiene unos 105 m de longitud Este-Oeste y dispone de dostorres macizas de planta rectangular que flanquean la puertaSur de la ciudad y que cuentan en sus esquinas con algunosbloques de enorme tamao provistos de un vistoso almohadi-llado rstico (SANMART, E. et alii: 1990: 118-119).31 La muralla aesonense, de 1'50 m de anchura, se compo-na de doble paramento y relleno interno de tierra y caemen-ta. Apenas conserva en la actualidad entre 1 y 3 m de su alza-

    do de bloques de caliza fosilfera y conglomerado muy irregu-lares en factura, tamao y talla que se colocaban en secoapenas calzados con ripio y cuas calzadura, tendiendo noobstante a formar hiladas de cierta horizontalidad (Lm. 1).Los bloques mayores del paramento externo, algunos de loscuales superan el metro de longitud, aparecen rsticamentedesbastados, en ocasiones con un simple almohadillado muytosco sin listel perimetral. El recorrido de esta muralla, quedelimitara al parecer un recinto en forma de rectngulo alar-gado, presentaba tramos rectos, quiz con torres en lasesquinas (EQUIP PRAMA: 1990; 1994 a; 1994 b).Recientemente, P. Moret (2003: 167-168) ha puesto en dudala adscripcin romana de la muralla aesonense, identificndo-la como obra indgena por la rusticidad de su aparejo y laausencia en la misma de mortero de cal.32 La muralla romana de Baetulo contaba con unas cortinasrectas de 1'50 m de anchura (GUITART, J.: 1976: 49 y ss.)cuyo basamento se asentaba directamente en el suelo arcillo-so. En su mayor parte se construy con aparejo de opus sili-ceum de bloques granticos notablemente irregulares de grantamao, apenas desbastados, colocados en seco y calzadoscon cuas y ripios que consiguen dibujar hiladas de ciertaregularidad y que podramos adscribir a la manera II de Lugli.De ella se conocen adems una torre de planta cuadrangulary una de las puertas de la ciudad, ambas con un aparejo mselaborado que podemos considerar siliceum de la IV manera,con piezas que presentan frecuentemente almohadillado muyrstico sin listel perimetral (Lms. 2-4).

    Lmina 15. Emporiae (Ampurias romana): sector Norte de lamuralla oriental. Aparejo de opus siliceum que puede ser ads-crito a la II manera, con bloques irregulares rejuntados concuas y abundante ripio. La cronologa de esta obra, por cri-terios estratigrficos, se localiza a principios del siglo I a.e.

    Lmina 16. Emporiae (Ampurias romana): extremo orientalde la muralla Sur, con zcalo poligonal bastante cuidado,pero diferente del resto de este lado meridional, con la pre-sencia de un sillarejo de calzadura con parecida disposicina la de algunos casos en opus quadratum. La cronologa deesta obra se localiza a principios del siglo I a.e.

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    2), la denominada muralla "Robert"33 y el muro interme-dio al Norte del foro de la ciudad romana de Ampurias34

    (LMs. 7, 12-15), obras todas del comienzos del sigloI a.e., y al menos las hiladas inferiores de la muralla deGerunda, del segundo cuarto del siglo I a.e.35 (LMs.25-29). Quiz podramos adscribir igualmente a este II

    estilo poligonal los basamentos de los edificios delrea de acceso al foro de Saguntum, de cronologaimprecisa36 y como vimos ms arriba el zcalo de lafachada occidental de la "Casa 1" de Ampurias romana.

    Tambin un muro de datacin incierta, quiz funda-cional, hallado en calle Avellanas 11-13 de Valencia,

    33 La ciudad romana de Ampurias contaba con un recintodefensivo de unos 2 km de longitud que consista en un murode tramos rectos sin torres ni obras de flanqueo del que slopersiste en buen estado el lienzo Sur y en peor medida unlargo trecho en su parte Sureste denominado "murallaRobert", (AQUILU, X. et alii: 1984: 76; MARCET, R. ySANMART, E.: 1990: 125; AQUILU, X. et alii: 1999: 74-77).El zcalo de dicha muralla "Robert", muy diferente al deltramo meridional, fue construido con bloques de caliza detamaos muy dispares y un aspecto irregular adscribible a laII manera de Lugli cuyas formas presentan caras de contactomuy irregulares que dejan amplios huecos rellenos con ripio yabundantes cuas de calzadura, algunas triangulares y trape-zoidales (Lms. 13-15). Resulta curioso que el aparejo de lajamba oriental interior de la puerta Sur y el del extremo orien-tal de esta muralla meridional de Ampurias romana presentanun aparejo poligonal de II manera de gran parecido con el queacabamos de describir de la muralla oriental (Lm. 12). Unsondeo indito realizado en la citada muralla "Robert" conclu-y que sta se elev entre finales del siglo II y comienzos delI a.e., datacin que se ha extrapolado a toda la obra a pesarde su heterogeneidad (MAR, R. y RUIZ DE ARBULO, J.:1990: 148; RUIZ DE ARBULO, J.: 1991, nota 81).

    34 De este muro se ha descubierto un pequeo tramo de algoms de 15 m de longitud y en torno a 1 m de altura as comolos restos de una puerta. Aqul tena una anchura de pocoms de 1'50 m y se elev, en lo conservado, con un aparejopoligonal bastante cuidado con bloques bien trabajados conlas caras externas alisadas (Lm. 7).35 La muralla gerundense de poca fundacional, que lasexcavaciones de la casa Pastors permitieron datar en el pri-mer cuarto del siglo I a.e. (NOLLA, J. M.: 1999), contaba conun gran basamento edificado con grandes bloques de calizafosilfera de Gerona colocados en seco con abundantes ripiosy cuas de calzadura, en ocasiones triangulares y trapezoida-les, que podemos definir como aparejo poligonal de la IImanera (Lm. 25, 27-29). Aunque no es seguro qu tipo dealzado tena esta muralla primitiva, Serra Rafols (1942: 129)seala que en ciertos tramos del rea oriental el zcalo pre-senta en su parte superior un lecho de bloques con la partesuperior aplanada para asentar encima un alzado de sillares,por lo que consideraba que al menos en los sectores delColegio de la Sagrada Familia, el basamento de bloques decaliza y el alzado de arenisca de Domeny seran sincrnicos,y no fruto de dos etapas diferentes como se cree en la actua-lidad (NOLLA, J. M. y NIETO, F. J.: 1979; NOLLA, J. M.: 1987;

    Lmina 17. Emporiae (Ampurias romana): fachada occiden-tal de la "Casa 1" o "Villanueva", en el centro de la imagen.Obsrvense las fauces flanqueadas por los zcalos de losmuros de la fachada principal de la domus, de grandes blo-ques de caliza a modo de opus siliceum de la II manera demdulo pequeo/mediano, que se creceran el tapial. La cro-nologa de esta obra se localiza a principios del siglo I a.e.

    Lmina 18. Emporiae ("Nepolis" de Emporion): escalinatade acceso al complejo religioso suroccidental de la ciudad, demediados del siglo II a.e. Este acceso salva el desnivel crea-do por un gran muro de aterrazamiento de opus siliceum, cer-cano a la II manera de Lugli, con crecimiento de sillares irre-gulares en su tramo Norte (a la derecha de la imagen). Lacronologa de esta obra se localiza a mediados del siglo IIa.e.

  • El gran aparejo en piedra en la arquitectura de poca romana republicana de la provincia... 129

    sea ste identificado como parte de la muralla o lapuerta Sur del primitivo recinto defensivo valenciano obien como perteneciente a una estructura hidrulica,pudo ser, al menos en parte, construido con este tipode aparejo poligonal de la II manera (RIBERA, A.: 1998a: 357-359; 1998 b: 254-260; 2002: 301; 2003: 377).37

    Por ltimo, un tramo de basamento del sector meridio-nal de la muralla de Fosos de Bayona, de cronologaindeterminada, presenta igualmente una tcnica ads-cribible bsicamente a este II estilo, que inclua la ter-minacin de alguno de los bloques con un almohadilla-

    do rstico, ajeno a la tradicin ibrica, provisto deanathyrosis externa (LM. 21). Otros bloques de estemonumento presentan, sin embargo, un trabajo y unatalla muy regulares que los acerca al opus siliceum dela IV manera o incluso al opus quadratum (MENA, P.,VELASCO, F. y GRAS, R.:1988: 184-185; Mena, P.:1988: 31).38

    2-3. III ManeraA pesar de que la utilizacin de este estilo poligonal

    es frecuente durante la Repblica Tarda en la Italiacentral,39 en Hispania Citerior apenas podemos incluirdentro de este grupo, y con muchas dudas, un breve

    perimetral, colocados por medio de ferrei forfices comodemuestran los orificios dejados en sus caras mayores.36 A un nivel inferior al Oeste del templo principal del foro deSaguntum aparecieron los restos de un edculo in antis y unaserie de estructuras de las que slo se conservan los cimien-tos de aparejo poligonal de la II manera que podran pertene-cer, por lo menos, a otros tres edificios pblicos relacionadoscon el complejo forense saguntino (ARANEGUI, C. et alii:1987: ARANEGUI, C.: 1988; 1990; 1992; 1994).37 En los dibujos publicados de estos restos parece percibir-se una obra primitiva de bloques irregulares de buen tamao,que no llegan a 1 m de longitud, parecidos a los del basamen-to de las torres de la muralla saguntina o a los de la murallade Fosos de Bayona.38 Segn sus excavadores, esta obra poligonal se asentabasobre unos cimientos de mortero de cal, y el relleno interior dela misma, delimitado por los paramentos de caliza, era delmismo material.39 Con destacados ejemplos en la acrpolis de Aletrium(LUGLI, G.: 1957: 131-134; ZEVI, F.: 1976; COARELLI, F.:1993: 195-196), en los recintos de Ferentinum, Cori o Fundi(LUGLI, G.: 1957: 127-131, 134-137, 152-154; COARELLI, F.:1993: 185-186, 255, 336-338) o en los muros de aterraza-miento del santuario de la Fortuna Primigenia de Praeneste(LUGLI, G.: 1957: 79-80).

    1988; NOLLA, J. M. et alii: 1989; NOLLA, J. M. y SAGRERA,J.: 1990). En nuestra opinin resulta evidente que el zcalopoligonal, de cronologa indiscutiblemente republicana, debicontar con un alzado de sillares, sea el que subsiste parcial-mente hoy da u otro desaparecido, ya que los bloques delbasamento y los que componen el lecho que marca la transi-cin entre ste y el crecimiento de sillares son sin duda con-temporneos. Tendramos por tanto una obra con zcalo poli-gonal de una altura de en torno a los 2 m y un crecimiento desillares que sera seguramente rehecho a finales del siglo IIIde la Era (NOLLA, J. M. y NIETO, F. J.: 1979). Por su parte,la torre Gironella (Lm. 25-26) conserva una base de en tornoa 1 m de altura construida con aparejo poligonal de bloquesde caliza con almohadillado muy rstico colocados en secocon ayuda de ripios y cuas tendiendo a formar tres hiladas.En su parte superior se dispusieron piedras planas que facili-taban la colocacin posterior del aparejo de sillar, lo que pro-bara que la obra primitiva estuvo crecida en opus quadratum,a pesar de que los excavadores de la torre piensan que elactual alzado de sillares de arenisca sera en su totalidad definales del siglo III de la Era (NOLLA, J. M. et alii: 1989;NOLLA, J. M.: 1993). Este crecimiento en altura de opus qua-dratum, supuestamente bajoimperial, se construy con silla-res de arenisca dorada de Domeny tallados con medidasconstantes y frecuentemente con almohadillado liso y listel

    Lmina 19. Emporiae ("Nepolis" de Emporion): torre occi-dental de la puerta de la muralla Sur de la ciudad. Aparejomonumental de opus siliceum cercano a la II manera deLugli. La cronologa de esta obra se localiza a mediados delsiglo II a.e.

    Lmina 20. Emporiae ("Nepolis" de Emporion): torre orientalde la puerta de la muralla Sur de la ciudad. Aparejo monu-mental de opus siliceum cercano a la II manera de Lugli en elque destaca la parte inferior, que dibuja una especie de lechocompletamente horizontal del que parte el crecimiento enaltura. La cronologa de esta obra se localiza a mediados delsiglo II a.e.

  • JOS NGEL ASENSIO ESTEBAN130

    trecho de unos 3'50 m de longitud de la muralla de lafortaleza de Olrdola localizado junto a la torre III.40

    Este fragmento murario comparte, y aun no totalmenteya que tiende claramente a la IV manera, las caracte-rsticas de este tercer estilo poligonal, a saber, la tallacuidada de los bloques, el alisado externo de las pie-zas y la carencia de lneas de juntura horizontales auncuando stas son muy perfectas, de modo que los pla-nos de asentamiento siguen siendo muy sinuosos porlo cual no describen hiladas coherentes. Los bloquespresentan formas poligonales caprichosas y no seaprecian en este caso las tpicas cuas triangulares ytrapezoidales de calzadura aunque s sillarejos.41

    2-4. IV ManeraEste estilo de opus poligonal, que corresponde en

    realidad casi a un virtual opus quadratum, presenta

    bloques de talla muy perfecta de formas trapezoidalesque tienden al paralelogramo dispuestos en hiladaspseudoisdomas casi horizontales. Las llagas o juntasverticales son, en cambio, casi siempre oblicuas, y lascaras externas presentan frecuentemente almohadilla-do y anathyrosis externa, lo que acrecienta en este tipode fbricas el efecto de claroscuro y la apariencia derobustez (LUGLI, G.: 1957: 80-83).

    En Hispania Citerior se conservan notables ejem-plos de este estilo poligonal, la mayora de ellos aso-ciados a recintos defensivos. Tal es el caso de las cor-tinas y las torres III y IV de la muralla de Olrdola,construidas con bloques de formas trapezoidales muybien trabajados, alisados al exterior y con complicadosengatillamientos42 (LM. 34), o del zcalo ptreo de lamuralla meridional de la ciudad romana de Ampurias,con bloques provistos de almohadillado rstico, con lis-

    40 Sobre Olrdola vid. infra nota 42.41 Sobre estos elementos vid. infra el apartado 7.42 La muralla en barrera de la fortaleza de Olrdola, construi-da a finales del siglo II a.e. en caliza gris con algn bloque demars amarillento, se asent directamente en la roca natural,en la que se tall una especie de escaln (Lms. 30-34). Delalzado romano original se conserva entre 2'50 y 5 m, la mayorparte de aparejo poligonal que podemos definir como de la IVmanera, con piezas de gran tamao perfectamente ensam-bladas y a veces engatilladas, con presencia de sillarejos decalzadura y cilindros tallados en relieve. Como excepcin, latorre I se construy en su mayor parte en opus quadratumalgo irregular de sillares con almohadillado alisado y listelperimetral, colocados en hiladas prcticamente isdomas asoga, uno de los cuales posee otro cilindro en relieve. Aunquede la torre II no queda nada de su fbrica original, la torre III

    conserva la mayor parte de su alzado romano de aparejo poli-gonal, definido como "trapezoidal" (PALMADA, G.: 2003), quepodemos incluir tambin dentro de la IV manera y que resul-ta muy similar al de las murallas y la plataforma del capitoliode Cosa en Etruria, de la primera mitad/mediados del siglo IIIy de la primera mitad del siglo II a.e. respectivamente(BROWN, F. E.: 1980: 18-21 y 52-56, figs. 16-17, 65 y 68;GROS, P.: 1987: 56-57). El cubo o torre IV, de planta aquilla-da, conserva una fbrica muy extraa, que no sera descarta-ble que obedeciera en gran parte a una reconstruccin, deaparejo irregular de tamao pequeo tendiendo a formar hila-das horizontales, si bien en su base conserva grandes blo-ques de aspecto romano, en uno de los cuales aparece otrocilindro en relieve (FERRER, A.: 1949; RIPOLL, E.: 1977;BATISTA, R., MOLIST, N. y ROVIRA, J.: 1991; LVAREZ, R.et alii: 1991; MOLIST, N.: 1999: 27-31; PALMADA, G.: 2003).

    Lmina 21. Fosos de Bayona: detalle del basamento de la muralla de la ciudad, de aparejo poligonal cercano a la II manera deLugli con esquinales provistos de almohadillado rstico y listel perimetral de notable enchura.

  • El gran aparejo en piedra en la arquitectura de poca romana republicana de la provincia... 131

    Lmina 22. Gabarda: gran muro Este-Oeste de opus quadratum del sector Sudeste del yacimiento. Detalle de la preparacindel sustrato natural de arenisca y sillarejo de calzadura. La cronologa de esta obra podra localizarse en la primera mitad delsiglo I a.e.

    Lmina 23. Gabarda: gran muro Este-Oeste de opus quadratum del sector Sudeste del yacimiento. Obsrvese cmo la parteinferior de los sillares fue tallada para adaptarse al declive del sustrato natural rocoso. La cronologa de esta obra podra loca-lizarse en la primera mitad del siglo I a.e.

    Lmina 24. Gabarda: sector oriental. Basamento del "Gran Edificio" desde el Norte, de opus quadratum con sillares de mdulo0'50/0'55 m. Obsrvese la tcnica de terminacin de los mismos, con almohadillado prominente alisado y listel perimetral. Lacronologa de esta obra se localiza a comienzos del siglo I a.e.

  • JOS NGEL ASENSIO ESTEBAN132

    tel perimetral en el caso de los que enmarcan la puer-ta Sur de la ciudad, y numerosos sillarejos y cuastriangulares y trapezoidales de calzadura43 (LMs. 8-12).

    Por ltimo, otra construccin hispana de gran visto-sidad y perfeccin tcnica, pero de cronologa impreci-sa, que podemos incluir en este IV estilo, es el granmuro monumental denominado "de Diana" o "delArtemision" de Saguntum, fabricado con bloques demuy desigual tamao, algunos provistos de almohadi-llado, engatillamientos y anathyrosis externa, pero quetienden a formar hiladas no isdomas perfectamentehorizontales con la ayuda de sillarejos de calzaduracolocados de forma horizontal y vertical (LMs. 41).44

    3. El opus quadratum o sillar de granaparejo

    El aparejo que denominamos opus quadratum es elque utiliza sillares paralelepipdicos de talla cuidadacolocados en seco en hiladas horizontales isdomas o

    pseudoisdomas. El origen de esta tcnica en Romaes de enorme antigedad, ya que se remonta a lapoca etrusca (LUGLI, G.: 1957: 245-252; ADAM, J. P.:1996: 114), aunque es desde finales del siglo III a.e. yfundamentalmente a lo largo de la centuria siguiente,es decir paralelamente a la extensin del dominioromano en Hispania, cuando la gran arquitecturaromana de opus quadratum va tomando forma a partirdel influjo del helenismo y particularmente de las tcni-cas de construccin griegas.

    Aunque el opus quadratum helenstico era conoci-do ya en las reas hispanas sometidas a la influenciagriega, como la ciudad y el entorno de Emporion, ysobre todo a la pnica, con buenos ejemplos enCarthago Nova (RAMALLO, S. y RUIZ, E.: 2002),Carteia (San Roque, Cdiz) (BENDALA, M. et alii:1994: 87-89, lm. 3; BENDALA, M., ROLDN, L. y

    43 El tramo meridional de la muralla de Ampurias romana, deunos 2'80 m de anchura, se elev sobre un poderoso zcalode unos 2 m de altura construido con un aparejo de tipo poli-gonal de la IV manera compuesto por piezas en seco de buentamao, perfectamente ensambladas y talladas con almoha-dillado rstico, en general sin anathyrosis externa, que tien-den a adaptarse en tres o cuatro hiladas de cierta regularidadpor medio de abundantes cuas triangulares y trapezoidalesde calzadura (AQUILU, X. et alii: 1984: 76) (Lms. 8-12). Enlas jambas de la puerta central se alcanza aproximadamente1 m ms de alzado y hasta siete hiladas en total, con un apa-rejo ms cuidado en el que las piezas presentan listel perime-tral y los bloques una mayor tendencia al opus quadratum. Seconservan en esta obra dos esculturas flicas en relieve, unaen el exterior de la jamba oriental de la puerta Sur a la alturade la quinta hilada y otra en uno de los bloques del sector cer-cano al ngulo Sudoeste de la ciudad (vid. notas 5 y 33).

    44 Este muro saguntino, conservado en la ladera inferior delcerro del Castell e identificado por Garca-Bellido (1963)como perteneciente a un templo dedicado a Artemisa-Diana,presenta un aparejo poligonal de la IV manera de grandesbloques de caliza que en algunos casos superan los 2'50 mde longitud colocados en seco de una talla perfecta y con vis-tosas formas trapezoidales (Lm. 41). Hoy da permanecenvisibles del mismo unos 15 m de longitud y ms de 4 m dealtura. No conocemos la cronologa concreta de este monu-mento, aunque encontramos en su aparejo evidentes similitu-des con obras republicanas hispanas del cambio del siglo II alI a.e., como la muralla de la Olrdola, sobre todo en su deno-minada torre III (Lm. 34). Este aparejo es tambin muy pare-cido al de un muro poligonal tendente al quadratum deFiesole, en Etruria, si bien su cronologa concreta es tambinimprecisa (LUGLI, G.: 1957: Tav. XI, 1).

    Lmina 25. Gerunda: zcalo de la cara occidental de la TorreGironella, de aparejo poligonal de la II manera, con creci-miento de opus quadratum y transicin de pequeos bloquesque regularizan un lecho horizontal para la disposicin de lossillares. La cronologa de esta se localiza en el segundo cuar-to del siglo I a.e.

    Lmina 26. Gerunda: Torre Gironella. Vista general de la caraoccidental de la misma, en la que se aprecia la fbrica desillares de opus quadratum del crecimiento de los muros, pre-suntamente del siglo III, y el relleno interno de opus caemen-ticium que se deposit en su cmara hueca interior, para locual hubo de ser tabicada la puerta que se aprecia en el cen-tro de la imagen. La cronologa del basamento de esta selocaliza en el segundo cuarto del siglo I a.e.

  • El gran aparejo en piedra en la arquitectura de poca romana republicana de la provincia... 133

    BLNQUEZ, J.: 2002: 164-167) o Carmo (Carmona,Sevilla) (JIMNEZ, A.: 1989), la generalizacin de estatcnica en la pennsula Ibrica obedece sin duda a lainfluencia romana. Los primeros testimonios enHispania Citerior del empleo por parte de los romanosdel aparejo de quadratum son de gran precocidad, yaque las torres de la muralla del castellum edificado enla colina de Tarraco entre finales del siglo III y comien-zos del II a.e. presentaban en origen un cuerpo supe-rior hueco fabricado con muros de sillares45 (LMs. 53-56). Ya en la segunda mitad del siglo II a.e. se construi-ran las cortinas de la segunda fase de la muralla tarra-conense, con dos paramentos de vistosos sillares colo-cados mayoritariamente a soga con almohadillado ali-sado bastante prominente y listel perimetral (LMs. 58-63), y poco despus o contemporneamente las de lamuralla de Segeda II, con paramento externo de gran-des sillares de piedra de yeso seguramente almohadi-llados y con anathyrosis externa

    46(LMs. 44-48).

    Similar a la anterior, la muralla de Iesso, datada entrefinales del siglo II a.e y comienzos del siguiente, pre-sentaba una anchura de en torno a los 3 m con rellenointerno entre dos paramentos de opus quadratum en

    45 Vid. supra nota 28. Paralelamente en Hispania Ulterior,durante la primera mitad del siglo II a.e., las murallas deCorduba (Crdoba) y las reformas de la Puerta de Sevilla enCarmona seran realizadas con opus quadratum.46 La ciudad denominada Segeda II contaba con una murallade sillares de la que slo se mantiene actualmente en pie unagran parte de la cara septentrional y algunos sillares de laoriental. La obra tuvo, segn Schulten (1933: 374), un grosorde 4 m distribuidos en dos paramentos y relleno interno. Elparamento exterior se hizo a base de sillares perfectamenteescuadrados, con almohadillado liso y anathyrosis externa

    tallados con medidas basadas en el pie romano y asentadosen seco en hiladas isdomas de las que se conservan enalgunos puntos hasta seis. Los bloques se asentaron a sogay tizn, sin que se haya seguido una pauta general (Lms. 44-48). Existen tambin numerosos engatillamientos y sillarejosde calzadura verticales y horizontales. Hasta el momento nose han detectado torres, bastiones u otro tipo de obras deflanqueo, sino que la defensa deba estar basada en unasucesin de largas cortinas rectilneas de gran grosor conngulos en las esquinas (ASENSIO, J. A.: 2001: 86-88).

    Lmina 27. Gerunda: muralla de Les ligues, en el sectorSudeste de la ciudad romana. Obsrvese el zcalo poligonalde la II manera de poca fundacional, con reparaciones demampostera, sobre el que se creci en poca medieval unalzado de esta misma tcnica que sustituy a las fbricasromanas. La cronologa de este zcalo se localiza en elsegundo cuarto del siglo I a.e.

    Lmina 28. Gerunda: muralla de Les ligues, en el sectorSudeste de la ciudad romana. Detalle del zcalo monumen-tal de aparejo poligonal de la II manera, de poca fundacio-nal, bajo un crecimiento medieval de mampostera.Obsrvense el tamao muy irregular de los bloques y lascuas triangulares y trapezoidales de calzadura. La cronolo-ga de este zcalo se localiza en el segundo cuarto del sigloI a.e.

    Lmina 29. Gerunda: vista general de uno de los tramos dela muralla de Les ligues, en el sector Sudeste de la ciudadromana, con su zcalo original de aparejo poligonal de la IImanera bajo un crecimiento medieval de mampostera. Lacronologa del zcalo se localiza en el segundo cuarto delsiglo I a.e.

  • JOS NGEL ASENSIO ESTEBAN

    seco con grandes bloques de medidas no regulares(GARCS, I., MOLIST, N. y SOLAS, J. M.: 1987; 1989;1993; GUITART, J. y PERA, J.: 1994; 1995). Por lti-mo, ya en la primera mitad del siglo I a.e. se construi-ra la muralla de Iluro, combinando paramentos exter-nos de quadratum de piedra grantica con un alma decaementicium.47

    A pesar de que en un primer momento este apare-jo de opus quadratum se emplea en Hispania Citeriorfundamentalmente en obras defensivas, con el tiempofue utilizado en todo tipo de construcciones, tanto de

    carcter religioso como civil. Entre los edificios religio-sos podemos destacar el podium del sacellum delCrculo Catlico de Huesca48 (LM. 36), el templo gran-de del Molinete de Cartagena,49 los templos de laEncarnacin de Caravaca,50 el podium del Serapeionde Emporion51 y el capitolio de Ampurias.52 Por suparte, entre las obras de carcter civil podemos citar enValentia el denominado Edificio II53 y el horreum del'Almoina, construido en torno al ao 100 a.e.,54 y en laparte baja de Tarraco varias importantes obras pbli-cas localizadas recientemente.55 Otros ejemplos nota-

    47 Vid. nota 9.48 Este templo, datable en el siglo I a.e., cont con un basa-mento compuesto por una primera hilada de sillares de are-nisca de un mdulo cercano a 0'52 m cuidadosamente termi-nados con almohadillado alisado, talla en espiga y listel peri-metral sobre la que se coloc otra en la que se tall una mol-dura inferior tipo kyma reversa (JUSTE, N.: 1995: 57-60;1996: 142-148; 2000: 97-98; ASENSIO, J. A.: 2003 b: 96-97)(Lm. 36).49 Este edificio estaba compuesto en su parte inferior por unaplataforma de sillares de arenisca colocados a soga y tizn,de 0'45 x 0'80 x 1 m de dimensiones medias, sobre la que sedispuso un podium de perfil escalonado construido en apare-jo menudo de bloques regulares de basalto del que se conser-vaba una altura total de 0'98 m distribuidos en cinco hiladas(RAMALLO, S.: 1989: 56; RAMALLO, S. y RUIZ, E.: 1994 a;1994 b: 83). En el lado Sur subsistan las marcas dejadas porlos peldaos de la escalinata sobre la roca base flanqueadapor dos salientes de 1 m de anchura compuestos por sillaresde arenisca (RAMALLO, S. y RUIZ, E.: 1994 b: 84-85).50 En el santuario murciano de la Encarnacin de Caravacade la Cruz se conocen los restos de al menos dos templosromanos de cronologa republicana tarda (RAMALLO, S.:1992; BROTNS, F. y RAMALLO, S.: 1994; 1999). Del tem-plo A, in antis y datable a comienzos del siglo II a.e., se con-servan los cimientos de la cella, construida con grandes silla-res de dimensiones variables. El templo B, el principal, seconstruy a caballo entre los siglos II y I a.e. sobre una plata-forma de sillares y en su estadio final debi ser un ejemplarperptero octstilo. Su fachada conserva siete hiladas de silla-res a soga de entre 1'16/1'24 m por 0'40/0'45 m, muy regula-

    res en el espacio que aparece frente a los apoyos de las cua-tro columnas. Los laterales de la plataforma no presentantanta regularidad, ya que encontramos sillares tanto a sogacomo a tizn. La cella se construy mediante una sola hilerade sillares isodmicos en seco, la mayora a soga, con dimen-siones de entre 0'96/1'18 m de longitud, 0'46/0'48 m de alturay 0'60 m de grosor. Estos bloques se tallaron de manera muycuidadosa y perfecta, con un breve listel perimetral que com-pleta el almohadillado alisado de la cara externa.51 Del templo de Zeus-Serapis del santuario meridional de laciudad greco-romana de Emporion, construido ya avanzada laprimera mitad del siglo I a.e., slo se conserva parte delpodium, relleno de piedras y argamasa, delimitado por sillaresa soga y tizn unidos con grapas y que dispona de una mol-dura inferior kyma reversa en todo el permetro (SANMART,E., CASTANYER, P. y TREMOLEDA, J.: 1989; SANMART, E.et alii: 1990).52 El edificio religioso principal de Emporiae, inscrito dentrodel complejo forense de la ciudad proyectada en torno al ao100 a.e., apenas conserva una parte del podium, compuestode grandes sillares de piedra que delimitaban un interior maci-zo de caementicium y provisto de una moldura inferior kymareversa. Los sillares de la hilada inferior tenan unas medidasde 0'30 x 1'10 x 0'60 m (AQUILU, X. et alii: 1984: 51) y esta-ban colocados siguiendo un ritmo de dos a soga y uno perpia-o a tizn que se introduca en el interior. La datacin del tem-plo fue fijada en principio entre finales del siglo II y comienzosdel I a.e. (AQUILU, X. et alii: 1984: 55-56; MAR, R. y RUIZDE ARBULO, J.: 1985: 73), cronologa que ya Gros (1988:114; 1990: 42) calific como muy alta, lo cual parece confir-marse tras las excavaciones de los ltimos aos, que sitan

    JOS NGEL ASENSIO ESTEBAN134

    Lmina 30.- Olrdola: aparejo poligonal de la IV manera deldenominado "Tramo 1" de la muralla de la fortaleza, junto ala cara oriental de la "Torre I". Obsrvese la presencia deengatillamientos, cuas cuadrangulares y llagas oblicuas. Lacronologa de esta obra se localiza entre finales del siglo II ycomienzos del I a.e.

    Lmina 31. Olrdola: "Torre I", de opus quadratum irregularde la muralla de la fortaleza. La cronologa de esta obra selocaliza entre finales del siglo II y comienzos del I a.e.

  • El gran aparejo en piedra en la arquitectura de poca romana republicana de la provincia... 135

    bles seran los muros exteriores de La Vispesa56

    (LMs. 66-71), el zcalo del horreum y el muro deDesengao-Petronila de Osca

    57(LM. 35), el zcalo del

    "Gran Edificio" de Gabarda58 (LM. 24) y el basamento

    su construccin en poca protoaugstea (AQUILU, X. et alii:1999: 79; 2000: 140) (vid nota 6). Otra obra religiosa demenor entidad que se construy en opus quadratum es elbasamento localizado al fondo de la cella del templete delCabezo de Alcal de Azaila (Teruel), cuyos sillares de arenis-ca presentaban dimensiones variables que oscilan entre 0'50y 0'60 m de anchura y 1 y 1'10 m de longitud, y que se eleva-ba 0'81 m por medio de un muro de sillares bien trabajadoscon la parte superior provista de una moldura hoy muy estro-peada (CABR, J.: 1925: 309-311; BELTRN LLORIS, M.:1976: 151-152; 1990: 184-185; 1995: 230-231).53 Estos restos de la plaza de la Virgen esquina calleCaballeros, de datacin incierta, consistan en muros de gran-des sillares de entre 0'90 y 1'10 m de longitud por 0'50/0'55 mde anchura, que debieron pertenecer a un edificio pblico defuncin indeterminada (RIBERA, A.: 1987; 1994; ESCRIV, V.y RIBERA, A.: 1993 b).54 Este edificio conserva parte de su cimentacin y de la pri-mera hilada del alzado de los muros en opus quadratum consillares de piedra de "saul", procedentes de las cercanascanteras de Rocafort/Godella, colocados a soga y en seco,alguno de los cuales presentaba un original acabado externocon un almohadillado doble creado por medio de un surcocentral vertical (ESCRIV, V. y RIBERA, A.: 1993 a: 141; 1993b: 578-580; RIBERA, A.: 1994; 1998 b: 182-193; 2002: 305).En el edificio termal contiguo a este horreum slo el muromeridional del caldarium presentaba un zcalo de grandessillares de 0'56 x 0'48 m (ESCRIV, V. y RIBERA, A.: 1993 a).55 En los ltimos aos se han descubierto notables ejemplosde edilicia pblica civil de poca romana republicana en pie-dra sillar en el rea baja de Tarraco, unos relacionados con elpuerto de la ciudad como los vestigios de lo que parecen serun horreum y una fuente monumental provista de bveda desillares (POCIA, C. A. y REMOL, J. A.: 2001: 89-90), otroscon obras de infraestructura como el tramo de una gran cloa-ca cubierta con bveda en opus quadratum hallada en la calle

    Apodaca y datable a mediados del siglo II a.e. (DAZ, M. yPUCHE, J. M.: 2001-02).56 El yacimiento de La Vispesa, identificable como una statioo turris viaria establecida en el siglo I a.e. sobre los restos deun poblado ibrico precedente, pudo presentar una estructu-ra en cuatro crujas en torno a un patio central con impluvium,todo ello sobre un complejo basamento elevado por medio deun sistema de cajones ciegos (ASENSIO, J. A.: 1998: 539-549; DOMNGUEZ, A., MAESTRO, E. y MONFORTE, A.:2004: 368-370). Este edificio contaba con una cisterna deplanta oval construida a base de sillares de arenisca perfecta-mente escuadrados y almohadillados de 1'5 x 0'5 x 0'5 m demedia en la hilada superior y unos 0'45 m en las inferiores,todos ellos colocados en seco, la mayora con el signo ibri-co ka esgrafiado en su parte superior (Lm. 69). En el sectorSureste se excav un muro de sillares de 9'40 m de longitud,que conservaba dos hiladas, con sillares de unos 0'50 m dealtura provistos de almohadillado rstico de notable relievelevemente alisado con listel perimetral (Lm. 71). La mayorade ellos daban muestras de haber sido colocados con ferreiforfices, a juzgar por los pequeos orificios circulares abiertosen su parte central, y dos ellos presentaban tambin la marcaka. En el sector Oeste se document un muro muy similar alanterior que conservaba unos 12 m de su longitud y hastacinco hiladas, y que era perfectamente paralelo al primero aalgo menos de 40 m de distancia. ste se construy a basede idnticos sillares colocados en general a soga, con medi-das similares, en buena parte con vistosos engatillamientos(DOMNGUEZ, A. y MAESTRO, E.: 1986; 1987; 1991; 1994 a;1994 b: 99-109; MAESTRO, E. y DOMNGUEZ, A.: 1986;1994) (Lms. 66-68, 70).57 Sobre los restos de poca romana republicana publicadoshasta la fecha en Huesca, todos ellos de tcnica muy similara la del templete del Crculo Catlico, vid. (JUSTE, N.: 1995:49-69; 1996: 49-57; 2000: 94-95). Entre ellos podemos desta-

    Lmina 32. Olrdola: "Torre I" de la muralla de la fortaleza;detalle del aparejo de opus quadratum con almohadillado ali-sado de escaso relieve con listel perimetral. Obsrvese lapresencia de un umbo o cilindro en relieve en uno de los blo-ques. La cronologa de esta obra se localiza entre finales delsiglo II y comienzos del I a.e.

    Lmina 33. Olrdola: cilindros en relieve tallados en dos delos bloques del "Tramo 3", poligonal de la IV manera, de lamuralla de la fortaleza, al Oeste de la "Torre IV". La cronolo-ga de esta obra se localiza entre finales del siglo II y comien-zos del I a.e.

    de un muro localizado junto al gran edificio de la acr-polis de Contrebia Belaisca59 (LMs. 5-6), todos ellosconstruidos con bloques finamente tallados y acabadoscon almohadillado liso o rstico y listel perimetral.

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    Vemos, por tanto, que el opus quadratum se reser-va, por lo general, a las obras pblicas, bien en toda lafbrica de los edificios o muy frecuentemente circuns-crita a las partes ms nobles de los mismos, siendoms limitada su utilizacin en la arquitectura domsti-ca.60 Es tambin comn que este tipo de aparejo, degran vistosidad, sea empleado slo en la parte exterior

    de los muros, de manera que oculta un relleno o unalma compuesta por otros materiales ms pobres omenos estticos, como el adobe en el caso en las cor-tinas de la segunda fase de la muralla de Tarraco, elmortero de piedras y cal del interior del podium delcapitolio de Ampurias y la muralla de Iluro, o bien sim-ple tierra y piedras en el basamento del templete deHuesca, el aterrazamiento de La Vispesa o las mura-llas de Iesso y de Segeda II.

    Resulta difcil efectivamente esbozar una hiptesisacerca de la posible evolucin cronolgica que presen-tan los aparejos de opus quadratum en las obras roma-nas republicanas de Hispana Citerior, habida cuenta deque los periodos III y IV establecidos por Lugli (1957:302-326) para la Italia central de entre fines del siglo IIIy el tercer cuarto del I a.e. no nos parecen en absolutoextrapolables a esta provincia. Por una parte, tan sloconocemos una obra de fecha indiscutiblemente tem-prana, como es el caso de los muros de las cmarassuperiores de las torres de la primera fase de la mura-lla de Tarraco, de fines del siglo III-comienzos del II a.e.En ellas los bloques, con almohadillado alisado enmar-cado por anathyrosis externa colocados mayoritaria-mente a soga, presentan una anchura muy escasa yuna tendencia a la forma exterior cuadrada, dado quesu longitud supera escasamente a la altura61 (LMs.53-56). En obras datables a partir de mediados delsiglo II a.e. las conclusiones parecen basarse en terre-no ms firme ya que los ejemplos son abundantes. En

    car los del posible horreum de la Diputacin Provincial (MURI-LLO, J. y SUS, M. L. DE: 1987: 40-41), el muro de la calleDesengao/Petronila (JUSTE, N. y PALACN, M. V.: 1989,pg. 128; 1989-90, pg. 184; PALACN, M. V.: 1991), lossillares de la plaza de Lizana (JUSTE, N. y PALACN, M. V.:1991:. 363), los restos de la calle Santiago/Monsieur Boyrie(JUSTE, N. y GARCA, J.: 1992: 255-256) y los de la calleCosta/Costanilla de Selln (JUSTE, N. y PALACN, M. V.:1989: 130; 1989-90: 186) (Lm. 35).58 El denominado "Gran Edificio" de Gabarda, el cual no hasido excavado hasta la fecha en toda su extensin por lo quesu planta completa nos es todava desconocida, se construycon un opus quadratum de gran calidad con sillares de arenis-ca de 0'80 x 0'50 x 0'50 m con almohadillado rstico y listelperimetral, lo que ha llevado a que sea identificado como unmonumento pblico (ASENSIO, J. A. y SILLIRES, P.: 1995:89-94). Sobre el terreno se aprecian en este yacimientonumerosos muros de las caractersticas descritas an sinestudiar en profundidad (Lms. 22-24).59 A la misma fase constructiva que el conocido "Edificio deAdobe" del Cabezo de la Minas, identificable posiblementecomo un horreum monumental (BELTRN MARTNEZ, A. yBELTRN LLORIS, M.: 1989), y que los elementos de piedraarenisca correspondientes a columnas de estilo toscano pro-vincial hallados en este contexto (BELTRN, A, y TOVAR, A.:1982: 22-23; BELTRN LLORIS, M.: 1990: 183), perteneceraun vistoso muro que parece ser la prolongacin hacia Levantede la trasera del citado almacn pblico. Dicho muro constade un zcalo de hasta cuatro hiladas de sillares de arenisca,de medidas irregulares, con anathyrosis externa, almohadilla-

    do de escaso relieve repicado a puntero y vistosos engatilla-mientos, que se apoya sobre el paramento externo de unamuralla anterior de bloques irregulares, desmontada en parteen este sector y cajeada cuidadosamente en su parte supe-rior de modo que los nuevos sillares pudieran ser alojados ala perfeccin. El crecimiento en altura del muro de quadratumal que hacemos referencia, conservado hasta unos 2 m, erade adobes. En nuestra opinin el gran edificio, los elementosde arenisca y el propio muro en cuestin podran ser datadospor criterios tipolgicos entre finales del siglo II y comienzosdel I a.e. (ASENSIO, J. A.: 1998: 633-636), si bien los exca-vadores de estas estructuras mantienen una cronologamucho ms tarda, augstea para el muro descrito y flaviapara los elementos toscanos de arenisca (DAZ, M. A. yMEDRANO, M.: 2001: 19-21) (Lms. 5-6).60 El opus quadratum slo es empleado en algunos basa-mentos de casas republicanas en esta provincia, como la "delas rosetas" de Osca, cuyo zcalo es de sillares bastante irre-gulares (JUSTE, N.: 1995: 61-63; 1996: 151-158; 2000: 99-100), en ciertos elementos arquitectnicos como, entre otros,la base del peristilo de la "casa de Likine" de La Caridad deCaminreal (Teruel) (VICENTE, J. et alii: 1991: 96) o el implu-vium de la "casa 1" de Ampurias romana (SANTOS, M.: 1991:24-25).61 Algunos recintos amurallados de opus quadratum como eldel castrum de Ostia (LUGLI, G.: 1957: Tav. XXXVIII-1), demediados del siglo IV a.e., y el de Falerii Novi (ADAM, J. P.:1996: fig. 249), de la segunda mitad/finales del III a.e., tam-bin presentan sillares tendentes al cuadrado en sus carasexternas.

    Lmina 34. Olrdola: muralla Norte de la fortaleza; detalle delaparejo de la "Torre III", con buena parte de su fbrica roma-na original, en opus quadratum de la IV manera, muy pareci-do al de las torres de la muralla de Cosa, y parte superiormedieval de mampostera. La cronologa de la obra romanase localiza entre finales del siglo II y comienzos del I a.e.

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    Lmina 35. Osca: detalle del aparejo de opus quadratum del denominado muro de Desengao-Petronila (PALACN, M. V.:1991), de bloques de mdulo 0'50/0'55 m con almohadillado alisado de muy escaso relieve y listel perimetral de unos 5 cm deanchura. La cronologa de esta obra se puede localizar en el siglo I a.e.

    Lmina 36. Osca: basamento de sillares de opus quadratum del sacellum in antis del solar del Crculo Catlico (JUSTE, N.:1995). Obsrvese la terminacin de las piezas de la hilada inferior, con almohadillado alisado de escaso relieve y listel perime-tral de escasa anchura. En la parte superior de los sillares de la hilada inferior se aprecia la presencia de las muescas dejadaspor las palancas de hierro utilizadas a la hora de desplazar y colocar con precisin las piezas de la segunda hilada, en las cua-les se tall un moldura kyma reversa conservada slo en parte. La cronologa de esta obra ha sido localizada por sus excava-dores a comienzos del I a.e., pero por nuestra parte pensamos que debe ser ms bien de mediados o del tercer cuarto de dichacenturia.

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    la mayora de ellas, como la segunda fase de la mura-lla de Tarraco, las murallas de Iesso y Segeda II, latorre I de Olrdola y los diversos restos de Osca,Gabarda, La Vispesa y Contrebia Belaisca, los sillares,colocados fundamentalmente a soga y terminados conalmohadillado y listel perimetral, presentan formas msrasgadas cuya longitud es por lo menos el doble de su

    altura, la cual oscila entre los 0'45 y 0'60 m, mientrassu grosor es equivalente a sta (LMs. 58-61, 44-48,31-32, 35-36, 23-24, 66-71, 5-6).

    En lo que respecta a la colocacin de las piezas enel muro, aunque en la arquitectura romana de laRepblica y de comienzos del Imperio resulta frecuen-te la alternancia de una hilada a soga y otra a tizn conbloques de una longitud doble a su anchura, en lo queLugli (1957: 181-183, Tav. XXXVIII) denomina manieraromana (ADAM, J. P.: 1996: 118-119, figs. 248-252),62

    en obras hispanas republicanas predominan, comoacabamos de ver, los paramentos a soga, si bien en lamuralla de Segeda II (LM. 46) hay algunos tramoselevados a la maniera romana y abundan otros conhiladas a tizn en un aparejo que presenta gran simili-tud con el de las murallas de Lucca (MENCACCI, P.:2001), el de las arquationes del Aqua Marcia-Tepula deRoma (COARELLI, F.: 2001: 245), obras ambas de lasegunda mitad del siglo II a.e., y el del Tabularium deRoma, de poca silana (GROS, P.: 1987: 116-119;COARELLI, F.: 2001: 44-49).63 Un caso especial loconstituyen la cella del templo B de la Encarnacin deCaravaca, cuyos muros debieron elevarse con un apa-rejo de sillares isodmicos, colocados en seco y funda-

    62 Con un ejemplo ya en el Muro Serviano de Roma, decomienzos del siglo IV a.e. (LUGLI, G.: 1957: 258-266;GROS, P.: 1996: 28-31; COARELLI, F.: 2001: 22-27) o en losrecintos del castro primitivo de Ostia, Falerii Novi, Segni oVicovaro (LUGLI, G.: 1957, Tav. XXXVIII; COARELLI, F.:1993: 109, 175-177). Un ejemplo muy representativo de estetipo de aparejo es el Tabularium de Roma, de poca silana(LUGLI, G.: 1957: 197). En Hispania, un caso a la manieraromana es la muralla de Corduba, del segundo cuarto delsiglo II a.e. (ESCUDERO, J. et alii: 1999; MURILLO, J. F. y

    JIMNEZ, J. L.: 2002: 187-189; VAQUERIZO, D.: 2003: 37-40; 2005: 178-180), lo cual es particularmente elocuente en elaparejo de los tramos descubiertos en la Ronda de Tejares.63 En la puerta de Sevilla de Carmona los muros helensticosde factura pnica presentan un aparejo de quadratum enor-memente cuidado con sillares a soga y tizn alternos en cadahilada dispuestos de tal modo que el ejemplar a tizn coinci-de con el centro del colocado a soga en las hiladas inferior ysuperior. En el frontal del bastin abundan ms los sillares atizn.

    Lmina 37. Saguntum: muralla de la acrpolis del Castell,datada a principios del siglo II a.e. Restos del basamento dela "Torre de de la Plaza de Estudiantes", poligonal de la IImanera con esquinales bien trabajados y zapata inferior debase de los muros.

    Lmina 38. Saguntum: muralla de la acrpolis del Castell,datada a principios del siglo II a.e. Detalle de la esquinaNoreste de la denominada "Torre de la Plaza de Estudiantes",de aparejo poligonal de la II manera. Obsrvese que losesquinales tienden claramente al opus quadratum y presen-tan almohadillado rstico muy prominente enmarcado por lis-teles perimetrales de gran amplitud, as como el umbo enrelieve de la esquina superior derecha.

    Lmina 39. Saguntum: muralla de la acrpolis del Castell,datada a principios del siglo II a.e. Detalle del muro Norte dela denominada "Torre de la Plaza de Estudiantes", de apare-jo poligonal de la II manera. Obsrvese que los bloques, enuno de los cuales se tall un umbo en relieve, presentan for-mas irregulares y se rejuntaron con ripio y cuas triangularesde calzadura.

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    mentalmente a soga, de medidas notablemente regu-lares, con almohadillado liso muy cuidado y listel peri-metral que presenta una gran similitud con el del zca-lo de la muralla cartagenera de "La Milagrosa", ya quehay que incluir ambas obras dentro de un ambiente deprofundo sabor pnico-helenstico.

    En relacin a las medidas utilizadas en la talla delos bloques de opus quadratum, aunque existen obrasque siguen con mayor o menor fidelidad unos mdulosms o menos constantes, lo normal es que la flexibili-dad sea grande en el trabajo de los canteros, sobretodo en construcciones de gran envergadura, como losrecintos defensivos. No obstante, tanto las murallas deIesso como las de Segeda II fueron en lo fundamentalelevadas con sillares con medidas basadas en el pieromano64 y en el rea altoaragonesa se percibe la pre-sencia de bloques muy regulares de c. 0'50 m x 0'50 mx 0'80 m que parecen acercarnos a un mdulo de c.0'50/0'52 m que podra relacionarse con el denomina-do codo helenstico (ASENSIO, J. A.: 2003 b: 96-97).En edificaciones pequeas, y ms si son de carcter

    religioso, la uniformidad en el mdulo de los sillaressuele ser mayor (LUGLI, G.: 1957: 191), tal comovemos por ejemplo en la cella del templo B Caravaca,con piezas muy regulares de 0'46/0'48 m de altura y0'60 m de anchura (RAMALLO, S.: 1992: 54).

    En ocasiones, aunque no de manera muy frecuen-te en Hispania republicana, estos bloques se ligabanentre s en su parte superior por medio de grapas, biende madera en forma de cola de milano o bien metli-cas. Encontramos huellas de grapas lgneas en unmuro anterior al "Pretori"65 y en el paramento externode sillares de la torre de Minerva de Tarragona, en elpodium del templo de Zeus-Serapis de Emporion y enlos restos del monumento de Panissars (La Jonquera,Gerona), identificado como los Trofeos de Pompeyoerigidos en la frontera entre las provincias HispaniaCiterior y Gallia Narbonensis, concretamente en laesquina Noreste del conjunto, la nica que conservauna pequea parte de la obra en piedra (CASTELLV,

    Lmina 40. Saguntum: acrpolis del Castell; basamento poli-gonal de la II manera de la "Torre de la Plaza", pertenecientea la muralla datada a principios del siglo II a.e. Obsrvese quelos bloques, a pesar de su irregularidad, tienden a formar doshiladas complementadas por cuas triangulares de calzadura.Uno de los esquinales presenta adems almohadillado rsticoenmarcado por un listel perimetral de gran anchura.

    Lmina 41. Saguntum: muro denominado "de Diana" o del"Artemision" (junto a la iglesia de Santa Mara en la calleTrasaguerio de Sagunto), con aparejo poligonal de la IVmanera de porte monumental y cronologa dudosa.Obsrvese que los bloques tienden claramente al