Apertura comercial

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Apertura Comercial Cuando en una economía se desenvuelve en un entorno de protección comercial por la imposición de barreras a las importaciones, se genera una distorsión en los precios de los bienes comerciables internacionalmente, tal que la asignación de los recursos productivos, capital, tierra y mano de obra, dejan de reflejar las ventajas comparativas que tendría cada sector y cada región. Así, cuando el gobierno otorga protección a determinado sector en contra de la competencia externa, se genera el incentivo para que la cantidad de recursos que es producido por este sector sea mayor que la que se hubiese dado en ausencia de esa barrera al comercio internacional. Además, el pago a los factores de la producción empleados en los sectores protegidos será mayor que el que hubiesen obtenido en un contexto de libre comercio es decir se apropian de rentas extra normales, mismas que son pagadas por los consumidores que enfrentan precios por arriba de los internacionales. La apertura comercial que se inició durante el gobierno de Miguel de la Madrid y se profundizó durante los siguientes tres gobiernos, un proceso que aun no termina dada la inmensa cantidad de regulaciones que impone el gobierno a las empresas en sus operaciones de comercio internacional, cambió efectivamente los precios relativos y generó el incentivo para una reasignación de recursos en la economía hacia aquellos sectores en donde hubiese ventajas comparativas. Sin embargo, entre las muchas reformas que faltaron para complementar esta apertura destaca la laboral. Actualmente seguimos teniendo una legislación laboral que ya no es compatible con una economía abierta, una legislación que genera enormes distorsiones y rigideces en el mercado laboral en particular y en la economía en general y que se refleja en una menor competitividad de las empresas mexicanas en el mercado internacional. ( Isaac Katz es investigador y catedrático del Instituto Autónomo de México) Oliver Adip Morales Olivares

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Apertura Comercial

Cuando en una economía se desenvuelve en un entorno de protección comercial por la imposición de barreras a las importaciones, se genera una distorsión en los precios de los bienes comerciables internacionalmente, tal que la asignación de los recursos productivos, capital, tierra y mano de obra, dejan de reflejar las ventajas comparativas que tendría cada sector y cada región.

Así, cuando el gobierno otorga protección a determinado sector en contra de la competencia externa, se genera el incentivo para que la cantidad de recursos que es producido por este sector sea mayor que la que se hubiese dado en ausencia de esa barrera al comercio internacional. Además, el pago a los factores de la producción empleados en los sectores protegidos será mayor que el que hubiesen obtenido en un contexto de libre comercio es decir se apropian de rentas extra normales, mismas que son pagadas por los consumidores que enfrentan precios por arriba de los internacionales.

La apertura comercial que se inició durante el gobierno de Miguel de la Madrid y se profundizó durante los siguientes tres gobiernos, un proceso que aun no termina dada la inmensa cantidad de regulaciones que impone el gobierno a las empresas en sus operaciones de comercio internacional, cambió efectivamente los precios relativos y generó el incentivo para una reasignación de recursos en la economía hacia aquellos sectores en donde hubiese ventajas comparativas.

Sin embargo, entre las muchas reformas que faltaron para complementar esta apertura destaca la laboral. Actualmente seguimos teniendo una legislación laboral que ya no es compatible con una economía abierta, una legislación que genera enormes distorsiones y rigideces en el mercado laboral en particular y en la economía en general y que se refleja en una menor competitividad de las empresas mexicanas en el mercado internacional. (Isaac Katz es investigador y catedrático del Instituto Autónomo de México)

Relación iglesia Estado.

Las relaciones de la Iglesia con el Estado –o del Estado con la Iglesia– pertenecen por su propia naturaleza a un orden de realidades permanentes que trascienden los límites de espacio y de tiempo, porque tienen que ver con aspectos esenciales de la persona humana, vista en la integridad existencial y ontológica de elementos que la constituyen. En primer lugar: con su dimensión religiosa, que emerge siempre, sea en forma de vivencia positiva sea en forma de expresión negativa; al menos, como cuestión que la mueve y con-mueve a lo largo de la historia de la humanidad y que es reflejo de las propias e íntimas preguntas que se hace todo hombre sobre el origen, el destino y el sentido de la vida, más allá de la muerte;

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preguntas a las que no se puede substraer. Y, en segundo lugar: con su dimensión social. Es verdad que la individualidad de la persona humana caracteriza y fundamenta su condición de ser un sujeto trascendente e irreducible no sólo a cualquier otro ser físico y espiritual, sino, incluso, a los demás hombres; pero es igualmente indiscutible que precisamente por el carácter justamente personal del ser humano se constituye en un ser “relacional” que precisa para su subsistencia del otro, de los otros, desde el ámbito primero de la familia hasta el ámbito último de la sociedad. En virtud de esa doble perspectiva de la persona humana, la relación entre “religión” y “sociedad” y/o “comunidad política” constituye una constante inevitable de la historia universal y de las historias específicas –nacionales, culturales, etc.

Naturalmente la forma concreta en la que esas relaciones entre lo religioso y lo político se han desarrollado, se desarrolla y desarrollará en la realidad viva de la historia, cambia y varía al ritmo de cómo el factor de la libertad individual y social las configura existencial y comunitariamente, las vertebra social e institucionalmente, las modela jurídicamente y las justifica doctrinal o ideológicamente.

Pese a su historia de contraposiciones sociales y religiosas, México continúa actualmente continua siendo un país profundamente católico. La religiosidad se encuentra en todas las esferas de la vida nacional, incluida la política.

Los políticos son cada vez más conscientes de la importancia de la Iglesia como fuerza viva de la sociedad mexicana y la reconocen. Por esto han buscado trabar relaciones con el mundo católico, cada quien a su manera. Unos más y otros menos afortunadamente.

Oliver Adip Morales Olivares