Apocalipsis 12, Ellen White (73)

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Pág. 1 Apocalipsis Capítulo 12 La Mujer y el Dragón Sólo existen dos partidos en la tierra---los que se encuentran bajo la bandera ensangrentada de Cristo Jesús, y los que están bajo la negra bandera de la rebelión. Los que están bajo la bandera de Cristo llevan la señal de la obediencia, de la cual se habla en Éxodo 31:12-18. Por favor léase esta Escritura atentamente. En el capítulo doce de Revelación está representado el gran conflicto entre los obedientes y los desobedientes. 14ML:161. Versículos 1-2. “Una gran señal apareció en el cielo. Una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Estaba encinta, y clamaba con dolores, porque estaba por dar a luz.” 4SP:276. El pueblo de Dios, simbolizado por una mujer santa y sus hijos, se encuentra en la gran minoría. MC:275. Cristo honró también las relaciones matrimoniales al hacerlas símbolo de su unión con los redimidos. Él es el Esposo, y la esposa es la iglesia, de la cual, como escogida por él, dice: "Toda tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha." (Cantares 4:7). RH, 26 de Febrero de 1914. Esta profecía ha de alcanzar su pleno cumplimiento al reunir de todas las naciones un pueblo preparado para la segunda venida de Cristo. El remanente de Israel está simbolizado por una mujer, representando la iglesia escogida del que está en la tierra. “He aquí,” dice él, “Yo la atraeré, y la llevará al

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el armagedon

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Revelacin 12

Pg. 1

Apocalipsis Captulo 12

La Mujer y el Dragn

Slo existen dos partidos en la tierra---los que se encuentran bajo la bandera ensangrentada de Cristo Jess, y los que estn bajo la negra bandera de la rebelin. Los que estn bajo la bandera de Cristo llevan la seal de la obediencia, de la cual se habla en xodo 31:12-18. Por favor lase esta Escritura atentamente. En el captulo doce de Revelacin est representado el gran conflicto entre los obedientes y los desobedientes. 14ML:161.

Versculos 1-2. Una gran seal apareci en el cielo. Una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Estaba encinta, y clamaba con dolores, porque estaba por dar a luz.

4SP:276. El pueblo de Dios, simbolizado por una mujer santa y sus hijos, se encuentra en la gran minora.

MC:275. Cristo honr tambin las relaciones matrimoniales al hacerlas smbolo de su unin con los redimidos. l es el Esposo, y la esposa es la iglesia, de la cual, como escogida por l, dice: "Toda t eres hermosa, amiga ma, y en ti no hay mancha." (Cantares 4:7).RH, 26 de Febrero de 1914. Esta profeca ha de alcanzar su pleno cumplimiento al reunir de todas las naciones un pueblo preparado para la segunda venida de Cristo. El remanente de Israel est simbolizado por una mujer, representando la iglesia escogida del que est en la tierra. He aqu, dice l, Yo la atraer, y la llevar al desierto, y le hablar suavemente. Y yo le dar sus vias all, y el valle de Acor para puerta de esperanza; y ella cantar all, como en los das de su juventud, y como en el da en que sali de la tierra de Egipto. Y ser en ese da, dice el Seor, que t me llamars Ishi [Mi esposo, margen]; y no ms me llamars Baali [Mi seor, margen]. Pues quitar los nombres de los Baales de su boca, y no ms sern recordados por sus nombres.

HAp:16. Los discpulos estaban por salir como testigos de Cristo, para declarar al mundo lo que haban visto y odo de l. Su cargo era el ms importante al cual los seres humanos haban sido llamados alguna vez, siendo superado nicamente por el de Cristo mismo. Haban de ser colaboradores con Dios para la salvacin de los hombres. Como en el Antiguo Testamento los doce patriarcas eran los representantes de Israel, as los doce apstoles son los representantes de la iglesia evanglica.

Versculo 3. Entonces apareci otra seal en el cielo. Un gran dragn rojo, que tena siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas.

CS:491. En contraposicin con los que guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jess, el tercer ngel seala otra clase de seres humanos contra cuyos errores va dirigido solemne y terrible aviso: "Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en su frente, o en su mano, l tambin beber del vino de la ira de Dios!" (Apoc. 14:9, 10, V.M.) Para comprender este mensaje hay que interpretar correctamente sus smbolos. Qu representan la bestia, la imagen, la marca?

La ilacin proftica en la que se encuentran estos smbolos empieza en el captulo 12 del Apocalipsis, con el dragn que trat de destruir a Cristo cuando naci. En dicho captulo vemos que el dragn es Satans (Apoc. 12:9); fue l quien indujo a Herodes a procurar la muerte del Salvador. Pero el agente principal de Satans al guerrear contra Cristo y su pueblo durante los primeros siglos de la era cristiana, fue el Imperio Romano, en el cual prevaleca la religin pagana. As que si bien el dragn representa primero a Satans, en sentido derivado es un smbolo de la Roma pagana.

PE:92. En la pgina 54, declar que una nube de gloriosa luz ocultaba al Padre y que no poda verse su persona. Tambin declar que vi al Padre levantarse del trono. El Padre estaba envuelto en un cuerpo de luz y gloria, de manera que su persona no poda verse; sin embargo yo saba que era el Padre y que de su persona emanaba esta luz y gloria. Cuando vi este cuerpo de luz y gloria levantarse del trono, supe que era porque el Padre se mova, y por lo tanto dije: Vi al Padre levantarse. La gloria, o excelencia de su forma, no la vi; nadie podra contemplarla y vivir; pero poda verse el cuerpo de luz y gloria que rodeaba su persona.

Tambin declar que "Satans pareca estar al lado del trono, procurando llevar adelante la obra de Dios." Dar otra frase de la misma pgina [55]: "Me di vuelta para mirar a la compaa que segua postrada delante del trono." Esta compaa que oraba, estaba en este estado mortal, en la tierra, y sin embargo me fue representada como postrada delante del trono. Nunca tuve la idea de que esas personas estuviesen realmente en la Nueva Jerusaln. Tampoco pens alguna vez que cualquier mortal pudiese suponer que yo crea que Satans estaba realmente en la Nueva Jerusaln. Pero no vio Juan al gran dragn rojo en el cielo? Por cierto que s. "Tambin apareci otra seal en el cielo: he aqu un gran dragn escarlata, que tena siete cabezas y diez cuernos." (Apoc. 12:3) Qu monstruo para estar en el cielo! Parecera haber tan buenos motivos para ridiculizar esta interpretacin como los que han encontrado algunos para burlarse de mis declaraciones.

7CBA:983. Delante de Juan fueron presentados bajo los smbolos de un gran dragn rojo, una bestia semejante a un leopardo y una bestia con cuernos como de cordero, los gobiernos terrenales que especialmente se dedicaran a hollar la ley de Dios y a perseguir a su pueblo. La guerra sigue adelante hasta la terminacin del tiempo. El pueblo de Dios, simbolizado por una mujer pura y sus hijos, fue presentado como una nfima minora. En los ltimos das slo existir un remanente. De los que lo forman Juan habla como de aquellos que "guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo" (ST, 01-11-1899).

Versculo 4. Su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arroj sobre la tierra. Y el dragn se par ante la mujer que estaba por dar a luz, a fin de devorar a su Hijo en cuanto naciera.3T:114-115. An cuando las personas merezcan tanto ser separadas de la iglesia como Satans mereci ser echado del cielo, habr quienes simpaticen con ellas. Hay siempre una clase de personas que siente ms la influencia de los humanos que la del Espritu de Dios y de los sanos principios; y dada su falta de consagracin, estn siempre dispuestas a ponerse de parte del mal y a conceder su compasin y compaa a los que menos las merecen. Estos simpatizantes ejercen una influencia poderosa sobre los dems; ven las cosas en una luz pervertida, hacen mucho dao y muchas almas quedan arruinadas. Satans, al rebelarse, arrastr consigo a una tercera parte de los ngeles. Estos se apartaron del Padre y del Hijo, y se unieron con el instigador de la rebelin. Teniendo presentes estos hechos, debemos obrar con la mayor cautela. Qu podemos esperar sino pruebas y perplejidad en nuestra relacin con hombres y mujeres singulares? Debemos soportar esto y evitar la necesidad de arrancar la cizaa, no sea que el trigo sea desarraigado tambin.

5T:291. Cuando Satans empez a sentirse desconforme en el cielo, no present su queja delante de Dios y de Cristo; sino que fue entre los ngeles que le crean perfecto, y les hizo creer que Dios le haba hecho una injusticia al preferir a Cristo. El resultado de esa falsa representacin fue que por simpata con l, una tercera parte de los ngeles perdi su inocencia, su elevada condicin y su feliz hogar. Satans est instigando a los hombres a continuar en la tierra la misma obra de celos y malas sospechas que l inici en el cielo....

1SP:28. Satans se detuvo como atnito de su nueva condicin. Su felicidad se le fue. Vio a los ngeles que, juntos con l, fueron una vez tan felices, pero que haban sido echados del cielo junto con l. Antes de su cada, ni una sombra de descontento haba manchado su perfecta felicidad. Ahora todo pareca cambiado. Los rostros que haban reflejado la imagen de su Hacedor estaban lgubres y desesperados. Lucha, discordia, y amarga recriminacin haba entre ellos. Antes de su rebelin estas cosas no se conocan en el cielo. Satans ahora contempla los terribles resultados de su rebelin. Se turb, y temi afrontar el futuro y contemplar el fin de estas cosas.

PP:55. Cuando Satans fue expulsado del cielo, decidi hacer de la tierra su reino. Cuando sedujo y venci a Adn y a Eva, pens que haba conquistado la posesin de este mundo; "porque me han escogido como su soberano," dijo l,

4ML:85.

DTG:707. Cuando Jess vino al mundo, el poder de Satans fue dirigido contra l. Desde que apareci como nio en Beln, el usurpador obr para lograr su destruccin. De toda manera posible, procur impedir que Jess alcanzase una infancia perfecta, una virilidad inmaculada, un ministerio santo, y un sacrificio sin mancha. Pero fue derrotado. No pudo inducir a Jess a pecar. No pudo desalentarse ni inducirle a apartarse de la obra que haba venido a hacer en la tierra. Desde el desierto al Calvario, la tempestad de la ira de Satans le azot, pero cuanto ms despiadada era, tanto ms firmemente se aferraba el Hijo de Dios de la mano de su Padre, y avanzaba en la senda ensangrentada. Todos los esfuerzos de Satans para oprimirle y vencerle no lograron sino hacer resaltar con luz ms pura su carcter inmaculado.

Versculos 5-6. Y ella dio a luz un Hijo varn, que haba de regir a todas las naciones con vara de hierro. Y su Hijo fue arrebatado para Dios y para su trono. Y la mujer huy al desierto, a un lugar preparado por Dios, para que all la sustenten durante 1.260 das.

CS:69-70. La fe que por muchos siglos sostuvieron y ensearon los cristianos valdenses contrastaba notablemente con las doctrinas falsas de Roma. De acuerdo con el sistema verdaderamente cristiano, fundaban su creencia religiosa en la Palabra de Dios escrita. Pero esos humildes campesinos en sus obscuros retiros, alejados del mundo y sujetos a penossimo trabajo diario entre sus rebaos y viedos, no haban llegado de por s al conocimiento de la verdad que se opona a los dogmas y herejas de la iglesia apstata. Su fe no era una fe nueva. Su creencia en materia de religin la haban heredado de sus padres. Luchaban en pro de la fe de la iglesia apostlica,- "la fe que ha sido una vez dada a los santos." (S. Judas 3.) "La iglesia del desierto," y no la soberbia jerarqua que ocupaba el trono de la gran capital, era la verdadera iglesia de Cristo, la depositaria de los tesoros de verdad que Dios confiara a su pueblo para que los diera al mundo.

CS:351. Veinticinco aos despus apareci la segunda seal mencionada en la profeca: el obscurecimiento del sol y de la luna. Lo que haca esto aun ms sorprendente, era la circunstancia de que el tiempo de su cumplimiento haba sido indicado de un modo preciso. En su conversacin con los discpulos en el Monte de los Olivos, despus de describir el largo perodo de prueba por el que deba pasar la iglesia, es decir, los mil doscientos sesenta aos de la persecucin papal, acerca de los cuales haba prometido que la tribulacin sera acortada, el Salvador mencion en las siguientes palabras ciertos acontecimientos que deban preceder su venida y fij adems el tiempo en que se realizara el primero de stos: "En aquellos das, despus de aquella afliccin, el sol se obscurecer, y la luna no dar su resplandor." (S. Marcos 13: 24.) Los 1260 das, o aos, terminaron en 1798. La persecucin haba concluido casi por completo desde haca casi un cuarto de siglo. Despus de esta persecucin, segn las palabras de Cristo, el sol deba obscurecerse. Pues bien, el 19 de Mayo de 1780 se cumpli esta profeca.

CS:492. "Le fue dada autoridad para hacer sus obras cuarenta y dos meses." Y dice el profeta: "Vi una de sus cabezas como si hubiese sido herida de muerte." Y adems: "Si alguno lleva en cautiverio, al cautiverio ir; si alguno mata con espada, es preciso que l sea muerto a espada." Los cuarenta y dos meses son lo mismo que "un tiempo, y dos tiempos, y la mitad de un tiempo," tres aos y medio, o 1.260 das de Daniel 7, el tiempo durante el cual el poder papal deba oprimir al pueblo de Dios. Este perodo, como fue indicado en captulos anteriores, empez con la supremaca del papado, en el ao 538 de J. C., y termin en 1798. Entonces, el papa fue hecho prisionero por el ejrcito francs, el poder papal recibi su golpe mortal y qued cumplida la prediccin: "Si alguno lleva en cautiverio, al cautiverio ir."

Versculos 7-8. Y hubo una gran batalla en el cielo. Miguel y sus ngeles combatieron al dragn, y el dragn y sus ngeles combatieron; pero stos no prevalecieron, ni se hall ms lugar para ellos en el cielo.

4CBA:1164-1165. Los registros de algunos son similares al del excelso ngel cuya categora segua a la de Jesucristo en los atrios celestiales. Lucifer, como querubn protector, estaba rodeado de gloria. Sin embargo, este ngel a quien Dios haba creado dotado de poder, lleg a sentir deseos de ser como Dios. Lucifer gan la simpata de algunos de sus compaeros sugirindoles pensamientos de crtica hacia el gobierno de Dios. Esa mala semilla fue esparcida de una manera sumamente seductora; y despus de que brot y se arraig en la mente de muchos, recogi las ideas que l mismo haba sembrado primero en la mente de otros, y las present ante las cortes ms excelsas de ngeles como los pensamientos de otras mentes contra el gobierno de Dios. As introdujo Lucifer la rebelin en el cielo mediante hbiles mtodos diseados por l mismo.

Dios deseaba que hubiera un cambio y que la obra de Satans se manifestara tal como era. Pero el excelso ngel que segua a Cristo en jerarqua se opona al Hijo de Dios. La accin subversiva era tan sutil que no poda hacrsela aparecer delante de la hueste celestial como lo que en realidad era; y por eso hubo guerra en el cielo y Satans fue expulsado con todos los que no quisieron ser leales al gobierno de Dios. El Seor Dios se present como Soberano supremo.

Este estado de cosas existi por largo tiempo antes de que Satans fuera desenmascarado y se expulsara a los rebeldes (Carta 162, 1906).

4CBA:1183-1185. [Se cita Eze. 28:1-26]. El primer pecador fue uno a quien Dios haba ensalzado grandemente. Es representado bajo la figura del prncipe de Tiro, floreciente en poder y magnificencia. Poco a poco Satans fue complaciendo el deseo de ensalzamiento propio. Las Escrituras dicen: "Se enalteci tu corazn a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabidura a causa de tu esplendor". "T que decas en tu corazn:... En lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantar mi trono... ser semejante al Altsimo". Aunque toda su gloria provena de Dios, este poderoso ngel lleg a considerarla como algo propio. No contento con su posicin, aunque era honrado por encima de la hueste celestial, se atrevi a codiciar un homenaje que slo corresponde al Creador. En vez de procurar que Dios fuera supremo en el afecto y en la lealtad de todos los seres creados, procur conseguir para s mismo ese servicio y esa lealtad. Y al codiciar la gloria que el Padre infinito ha conferido a su Hijo, este prncipe de los ngeles aspiraba a un poder que slo corresponda a Cristo.

El usurpador continu justificndose a s mismo hasta el mismo fin del conflicto en el cielo. Cuando se anunci que junto con todos sus simpatizantes deba ser expulsado de las moradas de gloria, entonces el caudillo rebelde atrevidamente expres su desprecio por la ley del Creador. Conden los estatutos divinos como una restriccin de la libertad de sus seguidores y declar que tena el propsito de conseguir que la ley fuera abolida. Unnimemente, Satans y su hueste echaron toda la culpa de su rebelin a Cristo, declarando que si no hubiesen sido reprobados, nunca se hubieran rebelado.

La rebelin de Satans habra de ser una leccin para el universo a travs de todos los siglos venideros, un testimonio perpetuo de la naturaleza y de los terribles resultados del pecado. La actuacin del gobierno de Satans, sus efectos tanto sobre los hombres como sobre los ngeles, demostrara cul es el inevitable fruto de desechar la autoridad divina. Testificaran que el bienestar de todas las criaturas que Dios ha hecho depende de la existencia del gobierno divino y de su ley. De modo que la historia de este terrible ensayo de rebelin habra de ser una salvaguardia perpetua para todos los seres santos inteligentes, para impedir que fueran engaados en cuanto a la naturaleza de la transgresin, para librarlos de cometer pecados y sufrir su castigo.

Dios puede retirar de los impenitentes las prendas de su maravillosa misericordia y amor en cualquier momento. Ojala los seres humanos pudieran considerar cul ser el resultado inevitable de su ingratitud para Dios y de su menosprecio de la Ddiva infinita de Cristo para nuestro mundo! Si continan amando la transgresin ms que la obediencia, las actuales bendiciones y la gran misericordia de Dios que ahora disfrutan, pero que no aprecian, finalmente se convertirn en causa de su ruina eterna. Cuando ya sea demasiado tarde para que vean y comprendan lo que han menospreciado como algo balad, sabrn lo que significa estar sin Dios y sin esperanza. Entonces comprendern lo que han perdido por elegir ser desleales a Dios y mantenerse en rebelin contra sus mandamientos (MS 125, 1907).

Pido a nuestro pueblo que estudie el captulo 28 de Ezequiel. Lo que all se representa se refiere principalmente a Lucifer, el ngel cado, y sin embargo tiene un significado ms amplio. No se describe a un ser sino a un movimiento general, un movimiento del que seremos testigos. Un Fiel estudio de este captulo debiera inducir a los que estn buscando la verdad a que caminen en toda la luz que Dios ha dado a su pueblo para que no sean entrampados por los engaos de estos ltimos das (Special Testimonies, Serie B, N 17, p. 30).

[Se citan 2 Tes. 2:7-8; Eze. 28:2, 6-10]. Se acerca rpidamente el tiempo cuando se cumplir esta escritura. El mundo y las llamadas iglesias protestantes estn, en este nuestro da, colocndose al lado del hombre de pecado... El gran conflicto venidero girar alrededor del da de reposo, del sptimo da (RH, 19-04-1898).

El mal se origin con Lucifer, el cual se rebel contra el gobierno de Dios. Antes de su cada era un querubn cubridor que se distingua por su excelencia. Dios lo hizo bueno y hermoso, tan semejante a su Creador como fue posible (RH, 24-09-1901).

Satans, el principal de los ngeles cados, una vez ocup una excelsa posicin en el cielo. Segua a Cristo en jerarqua. El conocimiento que tena, como tambin los ngeles que cayeron con l, del carcter de Dios, de su bondad, su misericordia, sabidura y excelsa gloria, hizo imperdonable su culpa.

No haba esperanza posible de redencin para los que haban sido testigos de la inefable gloria del cielo, disfrutado de ella, visto la terrible majestad de Dios, y se haban rebelado contra l a pesar de toda esa gloria. No haba nuevas y maravillosas manifestaciones del excelso poder de Dios que pudieran impresionarlos tan profundamente, como las que ya haban experimentado. Si pudieron rebelarse en la misma presencia de la gloria inefable, no podan ser colocados en una condicin ms favorable para ser puestos a prueba. No haba disponible una fuerza de poder, ni mayores alturas y profundidades de gloria infinita para subyugar sus celosas dudas y sus murmuraciones de rebelda (Redemption: The Temptation of Christ, PP:18-19).

Hay una gran rebelin en el universo terrenal. No hay un gran caudillo de esa rebelin? No es, acaso, Satans, la vida y el alma de todas las variedades de rebelin que l mismo ha instigado? No es l el primer gran apstata que se apart de Dios? Existe una rebelin. Lucifer renunci a su lealtad y est en guerra contra el gobierno divino. Se le ha confiado a Cristo el sofocar la rebelin. l hace de este mundo su campo de batalla. Est a la cabeza de la familia humana. Reviste su divinidad con humanidad y recorre el terreno donde cay Adn y soporta todos los ataques de las tentaciones de Satans; pero no se rinde en un solo detalle. La salvacin de un mundo est en juego. El resisti al supremo engaador. Tuvo que vencer como hombre en lugar del hombre, y el hombre de la misma manera debe vencer mediante un "escrito est". Las propias palabras de Cristo, [dichas] bajo la apariencia de la humanidad, seran juzgadas errneamente, torcidas, falsificadas. [Pero] sus propias palabras, pronunciadas como el divino Hijo de Dios, no podan ser falsificadas.

En el ltimo gran da ser cuando cada uno recibir de acuerdo con sus obras; ser la condenacin final y eterna del diablo, de todos sus simpatizantes y de todos los que han estado sometidos a l y se han identificado con l. Tendr alguna razn para su rebelin? Cuando el juez de todo el mundo lo interrogue: Por qu has hecho as?, qu razn podr presentar, qu causa podr alegar? Tened en cuenta que cada lengua est silenciosa, cada boca que ha estado tan dispuesta para hablar el mal, tan lista para acusar, tan lista para pronunciar palabras de recriminacin y falsedad, est callada; y todo el mundo de rebelin est sin habla delante de Dios; sus lenguas estn pegadas a su paladar. Se puede especificar el lugar donde entr [comenz] el pecado.

"Perfecto eras en todos tus caminos..., hasta que se hall en ti maldad... Se enalteci tu corazn a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabidura a causa de tu esplendor". Todo esto era ddiva de Dios. No se poda acusar a Dios por esto: de haber hecho al querubn cubridor bello, noble y bueno. "A causa de la multitud de tus contrataciones ['por la amplitud de tu comercio', BJ] fuiste lleno de iniquidad y pecaste... Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones ['inmoralidad de tu comercio', BJ], profanaste tu santuario". "Contratacin" es aqu smbolo de una administracin corrupta. Seala la introduccin del provecho propio en las prcticas espirituales. Nada es aceptable delante de Dios en el servicio espiritual, con excepcin de los propsitos y obras que son para el bien del universo. Hacer el bien a otros redundar para la gloria de Dios.

Los principios que Satans puso en prctica en el cielo son los mismos principios con los cuales acta mediante agentes humanos en este mundo. Cada imperio terrenal y las iglesias se han corrompido progresivamente por medio de esos principios de corrupcin. Satans engaa y corrompe a todo el mundo desde el principio hasta el fin, poniendo en prctica esos principios. El contina con su mismo plan de accin comenzado originalmente en el universo celestial, e infunde su energa en todo el mando con su violencia, con la cual corrompi el mundo en los das de No (Carta 156, 1897).

6CBA:1115-1116. La ley de los Diez Mandamientos vive y vivir por los siglos eternos. La necesidad de las ceremonias de sacrificios y ofrendas cesaron cuando el smbolo y la realidad simbolizada ["tipo" y "antitipo"] se encontraron en la muerte de Cristo. En l [Cristo] la sombra lleg hasta la sustancia. El Cordero de Dios fue la ofrenda completa y perfecta.

La ley de Dios mantendr su carcter supremo mientras perdure el trono de Jehov. Esta ley es la expresin del carcter de Dios. . . Los smbolos y las sombras, las ofrendas y los sacrificios no tuvieron ms valor despus de la muerte de Cristo en la cruz; pero la ley de Dios no fue crucificada con Cristo. Si lo hubiera sido, Satans habra ganado todo lo que trat de conquistar en el cielo. Por ese intento fue expulsado de los atrios celestiales. Cay llevando consigo a los ngeles que haba engaado; y hoy da est engaando a los seres humanos en cuanto a la ley de Dios (MS 167, 1898).

6CBA:1119. Hablando de Satans, el Seor declara que no haba verdad en l. Una vez fue hermoso, resplandeciente de luz; pero la Palabra de Dios declara de l: "Se enalteci tu corazn a causa de tu hermosura".

Satans instig a otros a rebelarse, y despus de que fueron expulsados del cielo los reuni en una alianza para hacer todo el mal posible al hombre, como el nico medio de herir a Dios. Ya excluido del cielo, resolvi vengarse haciendo dao a la hechura de Dios. Malos obreros de todas las generaciones se han reunido alrededor del estandarte de rebelin que l estableci. Los ngeles malos se han unido con hombres malos en una lucha contra el reino de Cristo.

El propsito de Satans ha sido reproducir su propio carcter en los seres humanos. Tan pronto como fue creado el hombre, Satans resolvi borrar de l la imagen de Dios y colocar su sello donde debiera estar el de Dios. Y ha tenido xito en instalar en el corazn del hombre el espritu de envidia, de odio, de ambicin. En este mundo ha establecido un reino de oscuridad, del cual l es prncipe, el caudillo de los delitos. Deseaba usurpar el trono de Dios. Como ha fracasado en esto, ha actuado a oscuras en la ilegalidad, en engao, para usurpar un lugar en los corazones de los hombres. Ha establecido su trono entre Dios y el hombre para apropiarse de la adoracin que slo pertenece a Dios (MS 33, 1911).

7CBA:983-984. La oposicin a la ley de Dios comenz en los atrios celestiales con Lucifer, el querubn protector. Satans decidi ser el primero en los concilios celestiales e igual a Dios. Inici su obra de rebelin con los ngeles que tena bajo su mando, procurando difundir entre ellos el espritu de descontento. Y obr en forma tan engaosa, que muchos de los ngeles fueron ganados para su causa antes de que se conocieran plenamente sus propsitos. Aun los ngeles no pudieron discernir plenamente su carcter, ni ver dnde conduca su obra. Cuando Satans tuvo xito en ganar a muchos ngeles para su bando, present su causa ante Dios argumentando que el deseo de los ngeles era que l ocupara la posicin de Cristo.

El mal continu trabajando hasta que el espritu de descontento madur y se transform en una abierta rebelin. Entonces hubo guerra en el cielo, y Satans y todos los que simpatizaban con l fueron expulsados. Satans haba luchado por el dominio en el cielo, y perdi la batalla. Dios no poda confiarle honores y supremaca por ms tiempo, y stos, junto con la parte que haba desempeado en el gobierno del cielo, le fueron quitados.

Desde ese momento Satans y la hueste de sus aliados han sido enemigos declarados de Dios en nuestro mundo, y han luchado continuamente contra la causa de la verdad y la justicia. Satans ha seguido presentando a los hombres, como lo presentara a los ngeles, su falsa imagen de Cristo y de Dios, y ha conquistado al mundo para su lado. Aun las iglesias que pretenden ser cristianas se han puesto al lado del primer gran apstata (RH, 28-01-1909).

El [Lucifer] actu en forma tan engaosa, que los sentimientos que inculc no pudieron ser examinados hasta que se desarrollaron en las mentes de los que los recibieron.

CN:164-165. Doquiera vayamos, veremos a nios complacidos, mimados y alabados sin discrecin. Esto tiende a hacerlos vanos, osados y presumidos. Las semillas de vanidad son sembradas fcilmente en el corazn humano por padres y tutores poco juiciosos, que alaban y consienten a los jvenes que estn bajo su cuidado sin pensar en el futuro. El capricho y el orgullo son males que convirtieron a los ngeles en demonios y les cerraron las puertas del cielo. Y, sin embargo, inconscientemente hay padres que sistemticamente preparan a sus hijos para que sean agentes de Satans (Pacific Health Journal, Enero de 1890).

PVGM:50-51. Existe otra leccin en las palabras del Salvador, una leccin de maravillosa clemencia y tierno amor. As como la cizaa tiene sus races estrechamente entrelazadas con las del buen grano, los falsos cristianos en la iglesia pueden estar estrechamente unidos con los verdaderos discpulos. El verdadero carcter de estos fingidos creyentes no es plenamente manifiesto. Si se los separase de la iglesia, se hara tropezar a otros que, de no mediar esto, habran permanecido firmes.

La enseanza de esta parbola queda ilustrada en el propio trato de Dios con los hombres y los ngeles. Satans es un engaador. Cuando l pec en el cielo, aun los ngeles leales no discernieron plenamente su carcter. Esta es la razn por la cual Dios no destruy en el acto a Satans. Si lo hubiese hecho, los santos ngeles no hubieran percibido la justicia y el amor de Dios. Una duda acerca de la bondad de Dios habra sido una mala semilla productora de amargos frutos de pecado y dolor. Por lo tanto, el autor del mal fue dejado con vida hasta que desarrollase plenamente su carcter. A travs de las largas edades, Dios ha soportado la angustia de contemplar la obra del mal, y otorg el infinito Don del Calvario antes de permitir que alguien fuese engaado por las falsas interpretaciones del maligno; pues la cizaa no poda ser extirpada sin peligro de desarraigar tambin el grano precioso. Y no seremos nosotros tan tolerantes para con nuestros semejantes como el Seor del cielo y de la tierra lo es con Satans?

CM:196-197. Puede ser que algunos pregunten: Cmo se han de establecer tales escuelas? No somos un pueblo rico, pero si oramos con fe, y permitimos al Seor que obre en nuestro favor, l abrir delante de nosotros caminos para establecer en lugares retrados pequeas escuelas para la educacin de nuestros jvenes, no slo en las Escrituras y el saber que se obtiene de los libros, sino en muchos ramos de trabajo manual.

Se me ha presentado con enrgica insistencia la necesidad de establecer tales escuelas, a causa de la cruel negligencia de muchos padres en cuanto a educar debidamente a sus hijos en el hogar. Muchos padres y madres han parecido creer que si ponan en las manos de sus hijos las riendas del dominio, se desarrollaran en jvenes y seoritas tiles. Pero el Seor me ha instruido acerca de este asunto. En visiones de la noche, he visto al lado de esos hijos descuidados al que fue arrojado de los atrios celestiales porque origin el pecado. El enemigo de las almas estaba alerta para ver las oportunidades de ganar el dominio de la mente de todo nio cuyos padres no le haban dado instruccin fiel acerca de las trampas de Satans.

CM:255. Debe manifestarse mucho cuidado en la expulsin de estudiantes. A veces hay que hacerlo. Es una tarea dolorosa separar de la escuela a una persona que incita a otros a la desobediencia y deslealtad; pero, por amor de los otros estudiantes, a veces es necesario. Dios vio que si Satans no era expulsado del cielo, la hueste anglica estara en constante peligro; y cuando los maestros temerosos de Dios ven que retener a un alumno es exponer a los dems a malas influencias, deben separarlo de la escuela. Pero debe ser una falta muy grave la que exija esta disciplina.

CM:426. Al adquirir conocimiento terrenal, los hombres han pensado ganarse un tesoro; y han puesto a un lado la Biblia, ignorando que ella contiene un tesoro que supera todo lo dems. El no estudiar ni obedecer la Palabra de Dios ha trado confusin al mundo. Los hombres han abandonado la custodia de Cristo por la custodia del gran rebelde, el prncipe de las tinieblas. El fuego extrao se ha mezclado con el sagrado. La acumulacin de cosas que favorecen la concupiscencia y la ambicin ha trado el juicio del cielo sobre el mundo.

DTG:94. Cuando Satans y el Hijo de Dios se encontraron por primera vez en conflicto, Cristo era el generalsimo de las huestes celestiales; y Satans, el caudillo de la rebelin del cielo, fue echado fuera. Ahora su condicin est aparentemente invertida, y Satans se aprovecha de su supuesta ventaja. Uno de los ngeles ms poderosos, dijo, ha sido desterrado del cielo. El aspecto de Jess indica que l es aquel ngel cado, abandonado de Dios y de los hombres. Un ser divino podra sostener su pretensin realizando un milagro: "Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se hagan pan." Un acto tal de poder creador, insista el tentador, sera evidencia concluyente de su divinidad. Pondra trmino a la controversia.

DTG:454-455. A semejanza de los apstoles, los setenta haban recibido dones sobrenaturales como sello de su misin. Cuando terminaron su obra, volvieron con gozo, diciendo: "Seor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre." Jess respondi: "Yo vea a Satans, como un rayo, que caa del cielo."

Escenas pasadas y futuras se presentaron a la mente de Jess. Vio a Lucifer cuando fue arrojado por primera vez de los lugares celestiales. Mir hacia adelante a las escenas de su propia agona, cuando el carcter del engaador sera expuesto a todos los mundos. Oy el clamor: "Consumado es,"* el cual anunciaba que la redencin de la raza cada quedaba asegurada para siempre, que el cielo estaba eternamente seguro contra las acusaciones, los engaos y las pretensiones de Satans.

Ms all de la cruz del Calvario, con su agona y vergenza, Jess mir hacia el gran da final, cuando el prncipe de las potestades del aire ser destruido en la tierra durante tanto tiempo mancillada por su rebelin. Contempl la obra del mal terminada para siempre, y la paz de Dios llenando el cielo y la tierra.

En lo venidero, los seguidores de Cristo haban de mirar a Satans como a un enemigo vencido. En la cruz, Cristo iba a ganar la victoria para ellos; deseaba que se apropiasen de esa victoria. "He aqu --dijo l-- os doy potestad de hollar sobre las serpientes y sobre los escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os daar."

El poder omnipotente del Espritu Santo es la defensa de toda alma contrita. Cristo no permitir que pase bajo el dominio del enemigo quien haya pedido su proteccin con fe y arrepentimiento. El Salvador est junto a los suyos que son tentados y probados. Con l no puede haber fracaso, prdida, imposibilidad o derrota; podemos hacer todas las cosas mediante Aquel que nos fortalece. Cuando vengan las tentaciones y las pruebas, no esperis arreglar todas las dificultades, sino mirad a Jess, vuestro ayudador.

Hay cristianos que piensan y hablan demasiado del poder de Satans. Piensan en su adversario, oran acerca de l, hablan de l y parece agrandarse ms y ms en su imaginacin. Es verdad que Satans es un ser fuerte; pero, gracias a Dios, tenemos un Salvador poderoso que arroj del cielo al maligno. Satans se goza cuando engrandecemos su poder. Por qu no hablamos de Jess? Por qu no magnificamos su poder y su amor?

DTG:709-710. Al principio de la gran controversia, Satans haba declarado que la ley de Dios no poda ser obedecida, que la justicia no concordaba con la misericordia y que, si la ley haba sido violada, era imposible que el pecador fuese perdonado. Cada pecado deba recibir su castigo, sostena insistentemente Satans; y si Dios remita el castigo del pecado, no era un Dios de verdad y justicia. Cuando los hombres violaban la ley de Dios y desafiaban su voluntad, Satans se regocijaba. Declaraba que ello demostraba que la ley de Dios no poda ser obedecida; el hombre no poda ser perdonado. Por cuanto l mismo, despus de su rebelin, haba sido desterrado del cielo, Satans sostena que la familia humana deba quedar privada para siempre del favor de Dios. Insista en que Dios no poda ser justo y, al mismo tiempo, mostrar misericordia al pecador.

Pero aunque pecador, el hombre estaba en una situacin diferente de la de Satans. Lucifer haba pecado en el cielo en la luz de la gloria de Dios. A l como a ningn otro ser creado haba sido dada una revelacin del amor de Dios. Comprendiendo el carcter de Dios y conociendo su bondad, Satans decidi seguir su propia voluntad egosta e independiente. Su eleccin fue final. No haba ya nada que Dios pudiese hacer para salvarle. Pero el hombre fue engaado; su mente fue entenebrecida por el sofisma de Satans. No conoca la altura y la profundidad del amor de Dios. Para l haba esperanza en el conocimiento del amor de Dios. Contemplando su carcter, poda ser atrado de vuelta a Dios.

PE:145-147. Satans fue una vez un ngel a quien se honraba en el cielo, el que segua en orden a Cristo. Su semblante, como el de otros ngeles, era benigno y denotaba felicidad. Su frente, alta y espaciosa, indicaba poderosa inteligencia. Su figura era perfecta, y su porte noble y majestuoso. Pero cuando Dios dijo a su Hijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen," Satans sinti celos de Jess. Dese que se le consultase acerca de la formacin del hombre, y porque esto no se hizo, se llen de envidia, celos y odio. Dese recibir los ms altos honores despus de Dios, en el cielo.

Hasta entonces todo el cielo haba estado en orden, armona y perfecta sumisin al gobierno de Dios. Rebelarse contra su orden y voluntad era el mayor pecado. Todo el cielo pareca estar en conmocin. Los ngeles fueron reunidos en compaas, teniendo cada divisin a su cabeza un ngel superior que la comandaba. Satans, deseoso de exaltarse, no queriendo someterse a la autoridad de Jess, sembraba insinuaciones contra el gobierno de Dios. Algunos de los ngeles simpatizaban con Satans en su rebelin, y otros contendan esforzadamente por el honor y la sabidura de Dios al dar autoridad a su Hijo. Hubo contienda entre los ngeles. Satans y los que simpatizaban con l luchaban por reformar el gobierno de Dios. Queran escudriar su insondable sabidura, y averiguar cul era su propsito al ensalzar a Jess y dotarle de tan ilimitado poder y comando. Se rebelaron contra la autoridad del Hijo. Toda la hueste celestial fue convocada para que compareciese ante el Padre a fin de que se decidiese cada caso. Se determin all que Satans fuese expulsado del cielo, con todos los ngeles que se le haban unido en la rebelin. Hubo entonces guerra en el cielo. Los ngeles se empearon en batalla; Satans quiso vencer al Hijo de Dios y a aquellos que se sometan a su voluntad. Pero prevalecieron los ngeles buenos y fieles, y Satans, con sus secuaces, fue expulsado del cielo.

Despus que Satans y los que cayeron con l fueron echados del cielo, y l se dio cuenta de que haba perdido para siempre toda la pureza y gloria de aquel lugar, se arrepinti, y quiso ser reintegrado all. Estaba dispuesto a ocupar su propio lugar, o cualquier puesto que se le asignase. Pero no; el cielo no deba ser puesto en peligro. Todo el cielo podra contaminarse si se le reciba de vuelta; pues el pecado haba comenzado con l, y la semilla de la rebelin estaba en su fuero interno. Tanto l como sus secuaces lloraron, e imploraron que se los volviese a recibir en el favor de Dios. Pero su pecado -su odio, su envidia y sus celos- haban sido tan grandes que Dios no poda borrarlos. Ese pecado haba de subsistir para recibir su castigo final.

Cuando Satans se dio plena cuenta de que no haba posibilidad de que regresase al favor de Dios, su malicia y su odio comenzaron a manifestarse. Consult a sus ngeles, y traz un plan para seguir obrando contra el gobierno de Dios. Cuando Adn y Eva fueron puestos en el hermoso huerto, Satans estaba naciendo planes para destruirlos. De ningn modo poda verse privada de su felicidad esa pareja dichosa si obedeca a Dios. Satans no poda ejercer su poder contra ella a menos que primero desobedeciesen a Dios y perdiesen su derecho al favor divino. Haba que idear algn plan para inducirles a desobedecer a fin de que incurriesen en la desaprobacin de Dios y fuesen puestos bajo la influencia ms directa de Satans y sus ngeles. Se decidi que Satans asumira otra forma y manifestara inters en el hombre. Tenia que hacerle insinuaciones contra la veracidad de Dios y crear dudas acerca de si Dios quera decir precisamente lo que deca; luego, excitar la curiosidad de la pareja e inducirla a tratar de inmiscuirse en los planes insondables de Dios -es decir cometer el mismo pecado del cual Satans se haba hecho culpable- y razonar acerca de la causa de sus restricciones con respecto al rbol del conocimiento.

3T:418-419.

6T:456.

TM:12. Satans tiene una gran confederacin, su iglesia. Cristo la llama la sinagoga de Satans, porque sus miembros son los hijos del pecado. Los miembros de la iglesia de Satans han estado constantemente trabajando para desechar la ley divina, y confundir la distincin entre el bien y el mal. Satans est trabajando con gran poder en los hijos de desobediencia y por medio de ellos para exaltar la traicin y la apostasa como verdad y lealtad. Y en este tiempo el poder de su inspiracin satnica se mueve en instrumentos vivientes para llevar a efecto la gran rebelin que comenz en el cielo contra Dios.

3T:328. 1T:293-294.

1T:342. Todos debieran entender que Satans fue una vez un ngel muy exaltado. Su rebelin hizo que fuera echado del cielo, pero no destruy sus facultades ni hizo de l una bestia. Desde su cada volvi su poderosa fuerza contra el gobierno del cielo. Se ha estado volviendo ms astuto, y ha aprendido de qu manera puede triunfar ms completamente al presentar sus tentaciones a los hijos de los hombres.

Satans ha inventado fbulas a fin de engaar. Principi en el cielo a guerrear contra el fundamento del gobierno de Dios, y desde su cada ha persistido en su rebelin contra la ley de Dios, y ha inducido a la mayora de los que profesan, el cristianismo a hollar el cuarto mandamiento, que presenta al Dios viviente. Arranc el sbado original del Declogo, y puso en su lugar uno de los das hbiles de la semana.

1MS:260-261. El mundo est comprobando ahora los resultados inevitables de la transgresin de la ley de Dios. Habiendo completado su obra creadora, el Seor descans el sptimo da y lo santific como el da de su reposo, apartndolo como el da que el hombre deba dedicar para el culto divino. Pero actualmente, por regla general, el mundo desdea por completo la ley de Jehov. Se ha instituido otro da en lugar del da de reposo de Dios. El instrumento humano ha opuesto su conducta y su voluntad a las enseanzas positivas de la Palabra, y el mundo est sumergido en rebelin y pecado. Esta obra de oposicin a la ley de Dios tuvo su comienzo en las cortes celestiales con Lucifer, el querubn cubridor. Satans se propuso ser primero en los concilios celestiales, e igual a Dios. Comenz su obra de rebelin con los ngeles que estaban a sus rdenes, procurando difundir entre ellos el espritu de descontento. Y trabaj en una forma tan engaosa que muchos de los ngeles se decidieron por su causa antes de que se conocieran plenamente sus propsitos. Aun los ngeles leales no pudieron discernir plenamente su carcter ni ver dnde llevaba su obra. Cuando Satans consigui ganar a muchos ngeles para su bando, llev su causa a Dios, pretendiendo que era el deseo de los ngeles que l ocupara el puesto que tena Cristo.

El mal continu obrando hasta que el espritu de descontento se tradujo en una revuelta activa. Entonces hubo guerra en el cielo y Satans, con todos sus simpatizantes, fue expulsado. Satans haba lidiado en procura del dominio en el cielo, y haba perdido la batalla. Dios no poda dispensarle ms honor y supremaca, y stos le fueron quitados junto con la parte que haba tenido en el gobierno del cielo.

Desde entonces Satans y su ejrcito aliado han sido los enemigos declarados de Dios en nuestro mundo, y han luchado siempre contra la causa de la verdad y la justicia. Satans ha continuado presentando a los hombres, as como lo hizo a los ngeles, sus falsas descripciones de Cristo y de Dios, y ha ganado al mundo para su bando. Aun las iglesias que profesan ser cristianas se han puesto del lado del primer gran apstata.

PE:215. Vi que muchos cedan fcilmente a este engao de Satans. El cielo entero se indign al ver pisoteada la sacrosanta ley de Dios. Jess y toda la hueste celestial conocan la ndole de la ley de Dios, y saban que no era posible alterarla ni abrogarla. La condicin desesperada del hombre despus de la cada haba causado en el cielo profundsima tristeza, y movi a Cristo a ofrecerse para morir por los transgresores de la santa ley de Dios. Pero de haberse podido abrogar la ley, el hombre se hubiese salvado sin necesidad de la muerte de Jess. Por lo tanto, esa muerte no destruy la ley del Padre, sino que la magnific y honr, e impuso a todos el acatamiento de todos sus santos preceptos.

Si la iglesia hubiese permanecido pura y firme, no habra podido Satans engaarla ni inducirla a que pisotease la ley de Dios. En ese plan descarado Satans ataca directamente el fundamento del gobierno de Dios en el cielo y en la tierra. Por su rebelin fue expulsado del cielo, y despus quiso salvarse pretendiendo que Dios alterase su ley; pero ante la hueste del cielo se le manifest que la ley de Dios era inalterable. Satans sabe que induciendo a otros a quebrantar la ley de Dios los gana para su causa, porque todo transgresor de la ley debe morir.

CS:553-554. La rebelda de Satans, cual testimonio perpetuo de la naturaleza y de los resultados terribles del pecado, deba servir de leccin al universo en todo el curso de las edades futuras. La obra del gobierno de Satans, sus efectos sobre los hombres y los ngeles, haran patentes los resultados del desprecio de la autoridad divina. Demostraran que de la existencia del gobierno de Dios y de su ley depende el bienestar de todas las criaturas que l ha formado. De este modo la historia del terrible experimento de la rebelda, seria para todos los seres santos una salvaguardia eterna destinada a precaverlos contra todo engao respecto a la ndole de la transgresin, y a guardarlos de cometer pecado y de sufrir el castigo consiguiente.

El gran usurpador sigui justificndose hasta el fin mismo de la controversia en el cielo. Cuando se dio a saber que, con todos sus secuaces, iba a ser expulsado de las moradas de la dicha, el jefe rebelde declar audazmente su desprecio de la ley del Creador. Reiter su aserto de que los ngeles no necesitaban sujecin, sino que deba dejrselas seguir su propia voluntad, que los dirigira siempre bien. Denunci los estatutos divinos como restriccin de su libertad y declar que el objeto que l persegua era asegurar la abolicin de la ley para que, libres de esta traba, las huestes del cielo pudiesen alcanzar un grado de existencia ms elevado y glorioso.

De comn acuerdo Satans y su hueste culparon a Cristo de su rebelin, declarando que si no hubiesen sido censurados, no se habran rebelado. As obstinados y arrogantes en su deslealtad, vanamente empezados en trastornar el gobierno de Dios, al mismo tiempo que en son de blasfemia decan ser ellos mismos vctimas inocentes de un poder opresivo, el gran rebelde y todos sus secuaces fueron al fin echados del cielo.

El mismo espritu que fomentara la rebelin en el cielo contina inspirndole en la tierra. Satans ha seguido con los hombres la misma poltica que siguiera con los ngeles. Su espritu impera ahora en los hijos de desobediencia. Como l, tratan stos de romper el freno de la ley de Dios, y prometen a los hombres la libertad mediante la transgresin de los preceptos de aqulla. La reprensin del pecado despierta an el espritu de odio y resistencia. Cuando los mensajeros que Dios enva para amonestar tocan a la conciencia, Satans induce a los hombres a que se justifiquen y a que busquen la simpata de otros en su camino de pecado. En lugar de enmendar sus errores, despiertan la indignacin contra el que los reprende, como si ste fuera la nica causa de la dificultad. Desde los das del justo Abel hasta los nuestros, tal ha sido el espritu que se ha manifestado contra quienes osaron condenar el pecado.

3SG:38.

2SG:15.

PE:164. Moiss pas por la muerte, pero Miguel baj y le dio vida antes que su cuerpo viese la corrupcin. Satans trat de retener ese cuerpo, reclamndolo como suyo; pero Miguel resucit a Moiss y lo llev al cielo, Satans protest acerbamente contra Dios, llamndolo injusto por permitir que se le arrancase su presa; pero Cristo no reprendi a su adversario, aunque era por la tentacin de ste como el siervo de Dios haba cado. Le remiti a su Padre diciendo: "Jehov te reprenda."

11ML:248.

Versculo 9. Y fue lanzado fuera ese gran dragn, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satans, que engaa a todo el mundo. Fue arrojado a la tierra, y sus ngeles fueron arrojados con l.

CS:491. La ilacin proftica en la que se encuentran estos smbolos empieza en el captulo 12 del Apocalipsis, con el dragn que trat de destruir a Cristo cuando naci. En dicho captulo vemos que el dragn es Satans (Apoc. 12:9); fue l quien indujo a Herodes a procurar la muerte del Salvador. Pero el agente principal de Satans al guerrear contra Cristo y su pueblo durante los primeros siglos de la era cristiana, fue el Imperio Romano, en el cual prevaleca la religin pagana. As que si bien el dragn representa primero a Satans, en sentido derivado es un smbolo de la Roma pagana.

PP:458. "Y como Moiss levant la serpiente en el desierto, as es necesario que el Hijo del hombre sea levantado; para que todo aquel que en l creyere, no se pierda, sino que tenga vida eterna." (Juan 3: 14, 15.) Todos los que hayan existido alguna vez en la tierra han sentido la mordedura mortal de "la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satans." (Apoc. 12: 9.) Los efectos fatales del pecado pueden eliminarse tan slo mediante lo provisto por Dios. Los israelitas salvaban su vida mirando la serpiente levantada en el desierto. Aquella mirada implicaba fe. Vivan porque crean la palabra de Dios, y confiaban en los medios provistos para su restablecimiento. As tambin puede el pecador mirar a Cristo, y vivir. Recibe el perdn por medio de la fe en el sacrificio expiatorio. En contraste con el smbolo inerte e inanimado, Cristo tiene poder y virtud en s para curar al pecador arrepentido.

HHD:224. El Seor Jess haba protegido a los hijos de Israel de las serpientes venenosas del desierto, pero ellos no conocan este aspecto de su historia. Los ngeles del cielo los haban acompaado, y en la columna de nube de da y de fuego de noche Cristo haba sido su proteccin durante todo el viaje. Pero se haban convertido en egostas y descontentos, y a fin de que no pudieran olvidar el gran cuidado que haba ejercido sobre ellos, el Seor les dio una amarga leccin. Permiti que los mordieran serpientes venenosas, pero en su gran misericordia no dejo que perecieran. Se orden a Moiss que levantara la serpiente de bronce en el asta de la bandera, y que proclamara que los que miraran, viviran. Y todos los que lo hicieron, vivieron. Recuperaron la salud inmediatamente... Qu extrao smbolo de Cristo era la semejanza de la serpiente que los haba mordido. Este smbolo deba ser levantado en el asta, y ellos deban mirarlo para sanar. De la misma manera Jess fue hecho semejante a carne de pecado. Vino como el que lleva el pecado...

El mismo mensaje sanador y vivificador resuena hoy. Seala al Salvador levantado en el rbol de la vergenza. Se intima a los que han sido mordidos por la serpiente antigua, el diablo, a que miren y vivan . . . Considerad a Jess, vuestra nica justicia y vuestro sacrificio. Al ser justificados por la fe, la picadura mortal de la serpiente sanar. Carta 55, 1891.

1T:377.

PP:510-512. Si la vida de Moiss no se hubiera manchado con aquel nico pecado que cometi al no dar a Dios la gloria de sacar agua de la roca en Cades, l habra entrado en la tierra prometida y habra sido trasladado al ciclo sin ver la muerte. Pero no hubo de permanecer mucho tiempo en la tumba. Cristo mismo, acompaado de los ngeles que enterraron a Moiss, descendi del cielo para llamar al santo que dorma. Satans se haba regocijado por el xito que obtuviera al inducir a Moiss a pecar contra Dios y a caer as bajo el dominio de la muerte. El gran adversario sostena que la sentencia divina: "Polvo eres, y al polvo sers tornado" (Gn. 3: 19), le daba posesin de los muertos. Nunca haba sido quebrantado el poder de la tumba, y l reclamaba a todos los que estaban en ella como cautivos suyos que nunca haban de ser libertados de su lbrega prisin.

Por primera vez Cristo iba a dar vida a uno de los muertos. Cuando el Prncipe de la vida y los ngeles resplandecientes se aproximaron a la tumba, Satans temi perder su hegemona. Con sus ngeles malos, se aprest a disputar la invasin del territorio que llamaba suyo. Se jact de que el siervo de Dios haba llegado a ser su prisionero. Declar que ni siquiera Moiss haba podido guardar la ley de Dios; que se haba atribuido la gloria que perteneca a Jehov -decir que haba cometido el mismo pecado que hiciera desterrar a Satans del cielo,- y por su transgresin haba cado bajo el dominio de Satans. El gran traidor reiter los cargos originales que haba lanzado contra el gobierno divino, y repiti sus quejas de que Dios haba sido injusto con l.

Cristo no se rebaj a entrar en controversia con Satans. Podra haber presentado contra l la obra cruel que sus engaos, haban realizado en el cielo, al ocasionar la ruina de un gran nmero de sus habitantes. Podra haber sealado las mentiras que haba dicho en el Edn y que haban hecho pecar a Adn e introducido la muerte entre el gnero humano. Podra haberle recordado a Satans que l era quien haba inducido a Israel: a murmurar y a rebelarse hasta agotar la paciencia longnime de su jefe, y sorprendindolo en un momento de descuido, le haba arrastrado a cometer el pecado que lo haba puesto en las garras de la muerte. Pero Cristo lo confi todo a su Padre, diciendo: "El Seor te reprenda" (Judas 9.) El Salvador no entr en disputa con su adversario, sino que en ese mismo momento y lugar comenz a quebrantar el poder del enemigo cado y a dar la vida a los muertos. Satans tuvo all una evidencia incontrovertible de la supremaca del Hijo de Dios. La resurreccin qued asegurada para siempre. Satans fue despojado de su presa; los justos muertos volveran a vivir.

7CBA:984. La influencia de una mente sobre otra, que es un poder tan grande para el bien cuando est santificada, es igualmente fuerte para el mal en las manos de los que se oponen a Dios. Satans ha usado este poder en su obra de inculcar el mal en las mentes de los ngeles, dando a entender que estaba buscando el bien del universo. Lucifer haba sido sumamente ensalzado como querubn ungido; era muy amado por los seres celestiales, y su influencia era poderosa sobre ellos. Muchos de ellos escucharon sus sugestiones y creyeron sus palabras. "Despus hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ngeles luchaban contra el dragn; y luchaban el dragn y sus ngeles; pero no prevalecieron, ni se hall ya lugar para ellos en el cielo".

Satans fue arrojado y estableci su reino en este mundo, y a partir de entonces siempre ha estado luchando incansablemente para apartar a los seres humanos de su lealtad a Dios mediante engaos. Usa el mismo poder que utiliz en el cielo: la influencia de una mente sobre otra. Los hombres se convierten en tentadores de sus prjimos. Los poderosos y corruptos conceptos de Satans son albergados, y ejercen un poder dominante y compulsivo. Los hombres, bajo la influencia de esos conceptos, se unen entre s en alianzas malignas (Carta 114, 1903).

El [Satans] declara que no puede someterse para estar bajo las rdenes de Cristo, que slo obedecer las rdenes de Dios. Los ngeles buenos lloran al or las palabras de Satans, y al ver cmo desprecia seguir la direccin de Cristo, el supremo y amado Comandante de los ngeles.

El Padre decide el caso de Satans, y declara que debe ser expulsado del cielo por su atrevida rebelin, y que todos los que se unieron con l en su rebelin deben ser expulsados con l. Entonces hubo guerra en el cielo. Cristo y sus ngeles lucharon contra Satans y sus ngeles, pues stos estaban decididos a permanecer en el cielo con toda su rebelin; pero no prevalecieron. Cristo y los ngeles leales triunfaron, y arrojaron del cielo a Satans y a sus rebeldes simpatizantes (3SG 38).

Cuando Satans se rebel, hubo guerra en el cielo y fue expulsado l con todos sus simpatizantes. Su puesto en el cielo haba sido muy encumbrado. Dispona de un trono radiante de luz; pero se desvi de su lealtad al bendito y nico Soberano, y cay de su condicin original. Todos los que simpatizaban con l fueron expulsados de la presencia de Dios, condenados a no ser reconocidos ms en los atrios celestiales como si tuvieran derecho a ellos. Satans se convirti en el antagonista declarado de Cristo. Plant el estandarte de la rebelin en la tierra, y alrededor de l se agruparon sus simpatizantes (MS 78, 1905).

7CBA:985. Satans se separ de raz de los afectos del universo cuando consum su enemistad contra Cristo, hasta el extremo de hacerlo colgar de la cruz del Calvario con el cuerpo herido y magullado y el corazn quebrantado. Entonces se vio que Dios haba procedido con abnegacin entregndose en su Hijo por los pecados del mundo, porque amaba a la humanidad. El Creador fue revelado en el Hijo del Dios infinito. Aqu se contest para siempre la pregunta: "Puede Dios ser abnegado?" Cristo era Dios, y condescendi en hacerse carne; tom la humanidad y se hizo obediente hasta la muerte para poder ser sometido al sacrificio infinito (MS 50, 1900).

PP:342-343. El primer intento por derribar la ley de Dios, hecho entre los inmaculados habitantes del cielo pareci por algn tiempo coronado de xito. Un inmenso nmero de ngeles fue seducido; pero el aparente triunfo de Satans se convirti en derrota y prdida, y determin su separacin de Dios y su destierro del cielo.

Cuando se renov el conflicto en la tierra, Satans volvi a ganar una aparente ventaja. Por la transgresin, el hombre lleg a ser su cautivo, y el reino del hombre cay en manos del jefe de los rebeldes. Pareci que Satans tendra libertad para establecer un reino independiente y para desafiar la autoridad de Dios y de su Hijo. Pero el plan de la redencin hizo posible que el hombre volviera a la armona con Dios y a acatar su ley; y que tanto la tierra como el hombre pudieran ser finalmente redimidos del poder del diablo.

Otra vez quedaba derrotado Satans, y otra vez recurri al engao, esperando transformar su derrota en victoria. Para incitar la rebelin de la raza cada, hizo aparecer a Dios como injusto por haber permitido que el hombre violara su ley. Dijo el artero tentador: "Si Dios saba cul iba a ser el resultado, por qu permiti que el hombre fuese probado, que pecara, e introdujera la desgracia y la muerte?" Y los hijos de Adn, olvidando la paciente misericordia, gracias a la cual se le ha otorgado al hombre otra oportunidad, sin pensar en el tremendo y asombroso sacrificio que su rebelin costaba al Rey del cielo, prestaron odos al tentador y murmuraron contra el nico Ser que podra salvarlos del poder de Satans.

Millares de personas repiten hoy la misma rebelde queja contra Dios. No comprenden que al quitarle al hombre la libertad de elegir, le roban su prerrogativa como ser racional y le convierten en un mero autmata. No es el propsito de Dios forzar la voluntad de nadie. El hombre fue creado moralmente libre. Como los habitantes de todos los otros mundos, debe ser sometido a la prueba de la obediencia; pero nunca se le coloca en una situacin en la cual se halle obligado a ceder al mal. No puede sobrevenirle tentacin o prueba alguna que no sea capaz de resistir. Dios tom medidas tales, que nunca tuvo el hombre que ser necesariamente derrotado en su conflicto con Satans.

CS:567. Los espritus malos, creados en un principio sin pecado, eran iguales, por naturaleza, poder y gloria, a los seres santos que son ahora mensajeros de Dios. Pero una vez cados por el pecado, se coligaron para deshonrar a Dios y acabar, con los hombres. Unidos con Satans en su rebelda y arrojados del cielo con l, han sido desde entonces, en el curso de los siglos, sus cmplices en la guerra empezada contra la autoridad divina. Las Sagradas Escrituras nos hablan de su unin y de su gobierno de sus diversas rdenes, de su inteligencia y astucia, como tambin de sus propsitos malvolos contra la paz y la felicidad de los hombres.

CS:639. Desde el origen de la gran controversia en el cielo, el propsito de Satans ha consistido en destruir la ley de Dios. Para realizarlo se rebel contra el Creador y, aunque expulsado del cielo, continu la misma lucha en la tierra. Engaar a los hombres para inducirlos luego a transgredir la ley de Dios, tal fue el objeto que persigui sin cejar. Sea esto conseguido haciendo a un lado toda la ley o descuidando uno de sus preceptos, el resultado ser finalmente el mismo. El que peca "en un solo punto" manifiesta menosprecio por toda la ley; su influencia y su ejemplo estn del lado de la transgresin; y viene a ser "culpado de todos" los puntos de la ley. (Santiago 2: 10.)

En su afn por desacreditar los preceptos divinos, Satans pervirti las doctrinas de la Biblia, de suerte que se incorporaron errores en la fe de millares de personas que profesan creer en las Santas Escrituras. El ltimo gran conflicto entre la verdad y el error no es ms que la ltima batalla de la controversia que se viene desarrollando desde hace tanto tiempo con respecto a la ley de Dios. En esta batalla estamos entrando ahora; es la que se libra entre las leyes de los hombres y los preceptos de Jehov, entre la religin de la Biblia y la religin de las fbulas y de la tradicin.

CM:32-33. En el cielo, Lucifer dese ser el primero en poder y autoridad; quiso ser Dios, tener el dominio del cielo; y con ese fin gan a muchos ngeles para su bando. Cuando esta hueste rebelde fue echada de los atrios de Dios, la obra de la rebelin y del egosmo continu en la tierra. Tentando a nuestros primeros padres para que se entregasen a la complacencia propia y la ambicin, Satans consigui su cada; y desde entonces hasta el momento presente, la satisfaccin de las ambiciones humanas y de las esperanzas y deseos egostas ha reportado ruina a la humanidad.

1T:534.

1T:626.

TM:142-143. Hay pecadores entre los ministros. No estn agonizando por entrar por la puerta estrecha. Dios no obra con ellos, porque no puede soportar la presencia del pecado. Esto es lo que su alma odia. Aun a los ngeles que estaban cerca de su trono, a los cuales l amaba, pero que no guardaron su prstino estado de lealtad, Dios arroj del cielo con su rebelde dirigente. La santidad es el fundamento del trono de Dios; el pecado es lo opuesto a la santidad; el pecado crucific al Hijo de Dios. Si los hombres pudieran ver cun odioso es el pecado, no lo toleraran, no se educaran en l. Lograran una reforma en la vida y el carcter. Las faltas secretas seran vencidas. Si habis de ser santos en el cielo, debis en primer lugar ser santos en la tierra.

3T:114-115.

4T:346.

5T:294. El enemigo se est preparando para su ltima campaa contra la iglesia. Est de tal manera oculto de la vista que para muchos es difcil creer que existe, y mucho menos pueden ser convencidos de su asombrosa actividad y poder. Han olvidado mayormente su pasado, y cuando da otro paso adelante, no le reconocen como su enemigo, la serpiente antigua, sino que le consideran como un amigo que est haciendo una buena obra. Jactndose de su independencia, bajo la influencia espaciosa y hechicera de Satans, obedecen a los peores impulsos del corazn humano, y sin embargo creen que Dios los est conduciendo. Si sus ojos pudiesen abrirse para distinguir a su capitn, veran que no estn sirviendo a Dios, sino al enemigo de toda justicia. Veran que la independencia de que se jactan es una de las ms pesadas cadenas que Satans pueda forjar en torno de las mentes desequilibradas.5T:383-384.

Versculo 10. Entonces o una gran voz en el cielo que deca: "Ahora ha llegado la salvacin, el poder y el reinado de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo! Porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, que los acusaba da y noche ante nuestro Dios.

PVGM:89. No podemos ganar la salvacin, pero debemos buscarla con tanto inters y perseverancia como si abandonramos todas las cosas del mundo por ella.

6CBA:1112. En la cruz de Cristo contemplamos nuestra eficiencia, nuestra inextinguible fuente de poder (Carta 129, 1898).

3CBA:1181. Hay hermanos que a veces se relacionan durante aos, y piensan que pueden confiar en quienes conocen tan bien, como confiarais en los miembros de su propia familia. Hay una libertad y una confianza en esta asociacin que no podra existir entre los que no son de la misma fe. Esto es muy agradable mientras duren la fe mutua y el amor fraternal; pero permtase que "el acusador de nuestros hermanos" logre penetrar en el corazn de uno de esos hombres, que controle la mente y la imaginacin, y se crearan recelos, se albergarn malicias y envidias; y el que se crea seguro del amor y de la amistad de su hermano ser objeto de desconfianza y se tergiversarn sus motivos. El falso hermano olvida sus propias flaquezas humanas, olvida su obligacin de no hablar ni pensar nada malo para que no se desilusione a Dios ni se hiera a Cristo en la persona de sus santos. Se comenta despiadadamente cada defecto del cual se pueda pensar o imaginar, y se describe como oscuro y dudoso el carcter de un hermano.

4CBA:1199. Los que honran a Dios y guardan sus mandamientos estn sometidos a las acusaciones de Satans. El enemigo obra con toda su energa para inducir a las personas al pecado. Entonces alega que debido a los pecados pasados de stas, se le debe permitir que ejerza su crueldad infernal en ellas como sbditos suyos. De esta obra ha escrito Zacaras: "Me mostr al sumo sacerdote Josu -representante de los que guardan los mandamientos de Dios- el cual estaba delante del ngel de Jehov, y Satans estaba a su mano derecha para acusarle".

Cristo es nuestro Sumo Sacerdote. Satans est frente a l noche y da como acusador de los hermanos. Con su poder magistral presenta cada rasgo objetable de carcter como razn suficiente para que se retire el poder protector de Cristo, permitiendo as a Satans que desanime y destruya a aquellos que ha hecho pecar. Pero Cristo ha hecho expiacin por cada pecador. Podemos, por fe, or a nuestro Abogado, que dice: "Jehov te reprenda, oh Satans: Jehov que ha escogido a Jerusaln te reprenda? No es ste un tizn arrebatado del incendio?"

7CBA:984-985. La expulsin del cielo de Satans como acusador de sus hermanos fue llevada a cabo por la gran obra de Cristo al dar su vida. El plan de redencin sigui adelante a pesar de la persistente oposicin de Satans. El hombre fue estimado de suficiente valor para que Cristo sacrificara su vida por l. Como Satans saba que el imperio que haba 985 usurpado al fin le sera arrebatado, resolvi no ahorrar esfuerzos para destruir al mayor nmero posible de las criaturas que Dios haba hecho a su imagen. Odiaba al hombre porque Cristo haba manifestado por l tal amor perdonador y tal compasin, y se prepar ahora para hacerlo objeto de toda clase de engaos por los cuales pudiera perderse; se entreg a su obra con ms energa debido a que su propia condicin era desesperada (3SP:194-195).

Satans se separ de raz de los afectos del universo cuando consum su enemistad contra Cristo, hasta el extremo de hacerlo colgar de la cruz del Calvario con el cuerpo herido y magullado y el corazn quebrantado. Entonces se vio que Dios haba procedido con abnegacin entregndose en su Hijo por los pecados del mundo, porque amaba a la humanidad. El Creador fue revelado en el Hijo del Dios infinito. Aqu se contest para siempre la pregunta: "Puede Dios ser abnegado?" Cristo era Dios, y condescendi en hacerse carne; tom la humanidad y se hizo obediente hasta la muerte para poder ser sometido al sacrificio infinito (MS 50, 1900).

Cristo en la cruz no slo atrae a los hombres para que se arrepientan delante de Dios por las transgresiones de su ley -pues Dios a quienes perdona hace que primero se arrepientan-, sino que Cristo ha satisfecho la justicia; se ha ofrecido a s mismo como expiacin. Su sangre derramada, su cuerpo quebrantado, satisfacen las demandas de la ley transgredida, y as salva con un puente el abismo que ha hecho el pecado. Sufri en la carne para que con su cuerpo magullado y quebrantado pudiera amparar al pecador indefenso. La victoria obtenida por su muerte en el Calvario quebrant para siempre el poder acusador de Satans sobre el universo, y silenci su acusacin de que la abnegacin era imposible en Dios y que, por lo tanto, no es esencial en la familia humana (MS 50, 1900).

PVGM:148-149. Los rabinos tenan el dicho de que hay regocijo en el cielo cuando es destruido uno que ha pecado contra Dios; pero Jess ense que la obra de destruccin es una obra extraa; aquello en lo cual todo el cielo se deleita es la restauracin de la imagen de Dios en las almas que l ha hecho.

Cuando alguien que se haya extraviado grandemente en el pecado trate de volver a Dios, encontrar crtica y desconfianza. Habr quienes pongan en duda la veracidad de su arrepentimiento, o que murmurarn: "No es firme; no creo que se mantendr". Tales personas no estn haciendo la obra de Dios sino la de Satans, que es el acusador de los hermanos. Mediante sus crticas, el maligno trata de desanimar a aquella alma, y llevarla an ms lejos de la esperanza y de Dios. Contemple el pecador arrepentido el regocijo del cielo por su regreso. Descanse en el amor de Dios, y en ningn caso se descorazone por las burlas y las sospechas de los fariseos.

PVGM:238-239. Satans trata de obstruir la obra de Dios, e insta constantemente a los hombres a aceptar sus principios. Presenta al pueblo escogido de Dios como a gente engaada. Es un acusador de los hermanos, y su poder de acusar lo emplea contra los que obran justicia. El Seor desea, mediante su pueblo, contestar las acusaciones de Satans mostrando los resultados de la obediencia a los principios rectos.

Esos principios se han de manifestar en el cristiano individualmente, en la familia, en la iglesia, y en cada institucin establecida para el servicio de Dios. Todos stos han de ser smbolos de lo que se puede hacer para el mundo. Han de ser representaciones del poder salvador de las verdades del Evangelio. Todos son agentes en el cumplimiento del gran propsito de Dios para la especie humana.

DTG:280-281. "No juzguis, para que no seis juzgados." No os estimis mejores que los dems ni os erijis en sus jueces. Ya que no podis discernir los motivos, no podis juzgar a otro. Si le criticis, estis fallando sobre vuestro propio caso; porque demostris ser partcipes con Satans, el acusador de los hermanos. El Seor dice: "Examinaos a vosotros mismos si estis en fe; probaos a vosotros mismos." Tal es nuestra obra. "Que si nos examinsemos a nosotros mismos, cierto no seramos juzgados."

DTG:579. "Ahora es el juicio de este mundo --continu Cristo;-- ahora el prncipe de este mundo ser echado fuera. Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos traer a m mismo. Y esto deca dando a entender de qu muerte haba de morir." Esta es la crisis del mundo. Si soy hecho propiciacin por los pecados de los hombres, el mundo ser iluminado. El dominio de Satans sobre las almas de los hombres ser quebrantado. La imagen de Dios que fue borrada ser restaurada en la humanidad, y una familia de santos creyentes heredar finalmente la patria celestial. Tal es el resultado de la muerte de Cristo. El Salvador se pierde en la contemplacin de la escena de triunfo evocada delante de l. Ve la cruz, la cruel e ignominiosa cruz, con todos sus horrores, esplendorosa de gloria.

Pero la obra de la redencin humana no es todo lo que ha de lograrse por la cruz. El amor de Dios se manifiesta al universo. El prncipe de este mundo es echado fuera. Las acusaciones que Satans haba presentado contra Dios son refutadas. El oprobio que haba arrojado contra el Cielo queda para siempre eliminado. Los ngeles tanto como los hombres son atrados al Redentor. "Yo, si fuere levantado de la tierra --dijo l,-- a todos traer a m mismo."

DTG:709. Si se hubiese podido encontrar un pecado en Cristo, si en un detalle hubiese cedido a Satans para escapar a la terrible tortura, el enemigo de Dios y del hombre habra triunfado. Cristo inclin la cabeza y muri, pero mantuvo firme su fe y su sumisin a Dios. "Y o una grande voz en el cielo que deca: Ahora ha venido la salvacin, y la virtud, y el reino de nuestro Dios, y el poder de su Cristo; porque el acusador de nuestros hermanos ha sido arrojado, el cual los acusaba delante de nuestro Dios da y noche."

Satans vio que su disfraz le haba sido arrancado. Su administracin quedaba desenmascarada delante de los ngeles que no haban cado y delante del universo celestial. Se haba revelado como homicida. Al derramar la sangre del Hijo de Dios, haba perdido la simpata de los seres celestiales. Desde entonces su obra sera restringida. Cualquiera que fuese la actitud que asumiese, no podra ya acechar a los ngeles mientras salan de los atrios celestiales, ni acusar ante ellos a los hermanos de Cristo de estar revestidos de ropas de negrura y contaminacin de pecado. Estaba roto el ltimo vnculo de simpata entre Satans y el mundo celestial.

CS:573-574. Bien sabe Satans que todos aquellos a quienes pueda inducir a descuidar la oracin y el estudio de las Sagradas Escrituras sern vencidos por sus ataques. De aqu que invente cuanta estratagema le es posible para tener las mentes distradas. Siempre ha habido una categora de personas que profesan santidad, y que en lugar de procurar crecer en el conocimiento de la verdad, hacen consistir su religin en buscar alguna falta en el carcter de aquellos con quienes no estn de acuerdo, o algn error en su credo. Son los mejores agentes de Satans. Los acusadores de los hermanos no son pocos; siempre son diligentes cuando Dios est obrando y cuando sus hijos le rinden verdadero homenaje. Son ellos los que dan falsa interpretacin a las palabras y acciones de los que aman la verdad y la obedecen. Hacen pasar a los ms serios, celosos y desinteresados siervos de Cristo por engaados o engaadores. Su obra consiste en desnaturalizar los mviles de toda accin buena y noble, en hacer circular insinuaciones malvolas y despertar sospechas en las mentes poco experimentadas. Harn cuanto sea imaginable porque aparezca lo que es puro y recto como corrupto y de mala fe.

Pero nadie necesita dejarse engaar por ellos. Fcil es ver la filiacin que tienen, el ejemplo que siguen y la obra que realizan. " Por sus frutos los conoceris." (S. Mateo 7: 16.) Su conducta se parece a la de Satans, el odioso calumniador, "el acusador de nuestros hermanos". (Apoc. 12:10).CS:675-677. Satans haba acusado a Jacob ante los ngeles de Dios y pretenda tener derecho a destruirle por causa de su pecado; haba inducido a Esa a que marchase contra l, y durante la larga noche de lucha del patriarca, Satans procur embargarle con el sentimiento de su culpabilidad para desanimarlo y apartarlo de Dios. Jacob fue casi empujado a la desesperacin; pero saba que sin la ayuda de Dios perecera. Se haba arrepentido sinceramente de su gran pecado, y apelaba a la misericordia de Dios. No se dej desviar de su propsito, sino que se adhiri firmemente al ngel e hizo su peticin con ardientes clamores de agona, hasta que prevaleci.

As como Satans influy en Esa para que marchase contra Jacob, as tambin instigar a los malos para que destruyan al pueblo de Dios en el tiempo de angustia. Como acus a Jacob, acusar tambin al pueblo de Dios. Cuenta a las multitudes del mundo entre sus sbditos, pero la pequea compaa de los que guardan los mandamientos de Dios resiste a su pretensin a la supremaca. Si pudiese hacerlos desaparecer de la tierra, su triunfo sera completo. Ve que los ngeles protegen a los que guardan los mandamientos e infiere que sus pecados les han sido perdonados; pero no sabe que la suerte de cada uno de ellos ha sido resuelta en el santuario celestial. Tiene conocimiento exacto de los pecados que les ha hecho cometer y los presenta ante Dios con la mayor exageracin y asegurando que esa gente es tan merecedora como l mismo de ser excluida del favor de Dios. Declara que en justicia el Seor no puede perdonar los pecados de ellos y destruirle al mismo tiempo a l y a sus ngeles. Los reclama como presa suya y pide que le sean entregados para destruirlos.

Mientras Satans acusa al pueblo de Dios haciendo hincapi en sus pecados, el Seor le permite probarlos hasta el extremo. La confianza de ellos en Dios, su fe y su firmeza sern rigurosamente probadas. El recuerdo de su pasado har decaer sus esperanzas; pues es poco el bien que pueden ver en toda su vida. Reconocen plenamente su debilidad e indignidad. Satans trata de aterrorizarlos con la idea de que su caso es desesperado, de que las manchas de su impureza no sern jams lavadas. Espera as aniquilar su fe, hacerles ceder a sus tentaciones y alejarlos de Dios.

DMJ:52. "Quin te distingue? O qu tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, Por qu te gloras como si no lo hubieras recibido?" "T quin eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio Seor est en pie, o cae".

"Cualquiera que le diga [a su hermano]: Fatuo, quedar expuesto al infierno de fuego". En el Antiguo Testamento la palabra fatuo se usa para describir a un apstata o al que se entreg a la iniquidad. Dice Jess que quienquiera que considere a su hermano como apstata, o como despreciador de Dios, muestra que l mismo merece semejante condenacin.

El mismo Cristo, cuando contenda con Satans sobre el cuerpo de Moiss, "no se atrevi a proferir juicio de maldicin contra l". Si lo hubiera hecho, le habra dado una ventaja a Satans, porque las acusaciones son armas del diablo. En las Sagradas Escrituras se lo llama "el acusador de nuestros hermanos". Jess no emple ninguno de los mtodos de Satans. Le respondi con las palabras:

"El Seor te reprenda".

Su ejemplo es para nosotros. Cuando nos vemos en conflicto con los enemigos de Cristo, no debemos hablar con espritu de desquite, ni deben nuestras palabras asemejarse a una acusacin burlona. El que vive como vocero de Dios no debe decir palabras que aun la Majestad de los cielos se neg a usar cuando contenda con Satans. Debemos dejar a Dios la obra de juzgar y condenar.

MM:187.

PR:428. Pero en esa crisis el Seor fortaleci a su pueblo con "buenas palabras, palabras consolatorias." (Zac. 1:13). Mediante una ilustracin impresionante de la obra de Satans y la de Cristo, revel el poder de su Mediador para vencer al acusador de su pueblo.

En una visin, el profeta contempla a "Josu, el gran sacerdote, . . . vestido de vestimentas viles" (Zac. 3:1-3), en pie delante del ngel de Jehov, impetrando la misericordia de Dios en favor de su pueblo afligido. Mientras suplica a Dios que cumpla sus promesas, Satans se levanta osadamente para resistirle. Seala las transgresiones de los hijos de Israel como razn por la cual no se les poda devolver el favor de Dios. Los reclama como su presa y exige que sean entregados en sus manos.

El sumo sacerdote no puede defenderse a s mismo ni a su pueblo de las acusaciones de Satans. No sostiene que Israel est libre de culpas. En sus andrajos sucios, que simbolizan los pecados del pueblo, que l lleva como su representante, est delante del ngel, confesando su culpa, aunque sealando su arrepentimiento y humillacin y fiando en la misericordia de un Redentor que perdona el pecado. Con fe se aferra a las promesas de Dios.

Entonces el ngel, que es Cristo mismo, el Salvador de los pecadores, hace callar al acusador de su pueblo declarando: "Jehov te reprenda, oh Satn; Jehov, que ha escogido a Jerusaln, te reprenda. No es ste tizn arrebatado del incendio?" (Verso 2.) Israel haba estado durante largo tiempo en el horno de la afliccin. A causa de sus pecados, haba sido casi consumido en la llama encendida por Satans y sus agentes para destruirlo; pero Dios haba intervenido ahora para librarle.

PR:429-431. As como Satans acusaba a Josu y a su pueblo, en todas las edades ha acusado a los que buscaban la misericordia y el favor de Dios. Es "el acusador de nuestros hermanos,.. el cual los acusaba delante de nuestro Dios da y noche." (Apoc. 12:10). La controversia se repite acerca de cada alma rescatada del poder del mal, y cuyo nombre se registra en el libro de la vida del Cordero. Nunca se recibe a alguno en la familia de Dios sin que ello excite la resuelta resistencia del enemigo. Pero el que era entonces la esperanza de Israel, as como su defensa, justificacin y redencin, es hoy tambin la esperanza de la iglesia.

Las acusaciones de Satans contra aquellos que buscan al Seor no son provocadas por el desagrado que le causen sus pecados. El carcter deficiente de ellos le causa regocijo porque sabe que slo si violan la ley de Dios puede l dominarlos. Sus acusaciones provienen nicamente de su enemistad hacia Cristo. Por el plan de salvacin, Jess est quebrantando el dominio de Satans sobre la familia humana y rescatando almas de su poder. Todo el odio y la malicia del jefe de los rebeldes se encienden cuando contempla la evidencia de la supremaca de Cristo, y con poder y astucia infernales obra para arrebatarle los hijos de los hombres que han aceptado la salvacin. Induce a los hombres al escepticismo, hacindoles perder la confianza en Dios y separarse de su amor; los tienta a violar su ley, luego los reclama como cautivos suyos y disputa el derecho de Cristo a quitrselos.

Satans sabe que aquellos que buscan a Dios fervientemente para alcanzar perdn y gracia los obtendrn; por lo tanto les recuerda sus pecados para desanimarlos. Constantemente busca motivos de queja contra los que procuran obedecer a Dios. Trata de hacer aparecer como corrompido aun su servicio mejor y ms aceptable. Mediante estratagemas incontables y de las ms sutiles y crueles, intenta obtener su condenacin.

El hombre no puede por s mismo hacer frente a estas acusaciones del enemigo. Con sus ropas manchadas de pecado, confiesa su culpabilidad delante de Dios. Pero Jess, nuestro Abogado, presenta una splica eficaz en favor de todos los que mediante el arrepentimiento y la fe le han confiado la guarda de sus almas. Intercede por su causa y vence a su acusador con los poderosos argumentos del Calvario. Su perfecta obediencia a la ley de Dios le ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra, y l solicita a su Padre misericordia y reconciliacin para el hombre culpable. Al acusador de sus hijos declara: Jehov te reprenda, oh Satans! Estos son la compra de mi sangre, tizones arrancados del fuego. Y los que confan en l con fe reciben la consoladora promesa: "Mira que he hecho pasar tu pecado de ti, y te he hecho vestir de ropas de gala." (Zac. 3:4).PR:431. La visin de Zacaras con referencia a Josu y el ngel se aplica con fuerza especial a la experiencia del pueblo de Dios durante las escenas finales del gran da de expiacin. La iglesia remanente ser puesta entonces en grave prueba y angustia. Los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jess sentirn la ira del dragn y de su hueste. Satans considera a los habitantes del mundo sbditos suyos; ha obtenido el dominio de muchos cristianos profesos; pero all est ese pequeo grupo que resiste su supremaca. Si l pudiese borrarlo de la tierra, su triunfo sera completo. As como influy en las naciones paganas para que destruyesen a Israel, pronto incitar a las potestades malignas de la tierra a destruir al pueblo de Dios. Se requerir de los hombres que rindan obediencia a los edictos humanos en violacin de la ley divina.1MS:408-409. En esta eleccin, se manifestaron los principios de Satans, y las huestes del cielo y todos los mundos que Dios haba creado juzgaron que Satans era acusador de los hermanos, mentiroso y asesino. En el cielo y en los mundos no cados se defini la cuestin del poder engaoso de Satans, de sus principios malignos y para siempre se demostr la perfecta pureza y santidad de Cristo, que estaba soportando el examen y la prueba en favor del hombre cado. Mediante el desarrollo del carcter y de los principios de Satans, ste fue para siempre desarraigado del afecto de los mundos no cados, y en el cielo se defini para siempre el conflicto acerca de sus demandas y de las demandas de Cristo. La justicia manifestada en el carcter de Cristo haba de ser para siempre el ancla, la esperanza salvadora del mundo. Cada alma que elige a Cristo puede decir con fe: "El Seor es mi justicia".

2T:106.

3T:451.

4T:623. Satans, el archiengaador, se transforma en ngel de luz y se presenta a los jvenes con sus engaosas tentaciones, y consigue apartarlos, paso a paso, de la senda del deber. Se lo describe como acusador, engaador, mentiroso, atormentador, asesino. "El que hace pecado, es del diablo". Cada transgresin acarrea condenacin sobre el alma y provoca el desagrado divino. Dios discierne los pensamientos del corazn. Cuando se acarician pensamientos impuros, no es necesario expresarlos por palabras o hechos para consumar el pecado y acarrear la condenacin sobre el alma. Su pureza ya est contaminada, y el tentador ha triunfado.

5T:34. Hay una gran obra que hacer en nuestro colegio, una obra que exige la cooperacin de todo maestro; y desagrada a Dios que uno desaliente al otro. Pero casi todos parecen olvidarse que Satans es el acusador de los hermanos, y se unen con el enemigo en su trabajo. Mientras los que profesan ser cristianos estn contendiendo, Satans est colocando sus trampas para los pies inexpertos de los nios y jvenes. Los que han tenido experiencia religiosa deben procurar escudar a los jvenes de las asechanzas del diablo. Nunca debieran olvidar que ellos mismos estuvieron una vez bajo el ensalmo de los placeres del pecado. Necesitamos la misericordia y tolerancia de Dios en cada hora, y cun inconveniente es que seamos impacientes con los errores de los jvenes inexpertos! Mientras Dios los tolera, nos atreveremos nosotros, compaeros suyos en el pecado, a desecharlos?

5T:95. No hay que observar ninguna ley de bondad? Han sido los cristianos autorizados por Dios para criticarse y condenarse unos a otros? Es honroso, o aun honrado, arrancar de los labios de otro, bajo disfraz de amistad, secretos que le han sido confiados, y luego perjudicarle por medio del conocimiento as adquirido? Es acaso caridad cristiana recoger todo informe que flota, desenterrar todo lo que arrojara sospecha sobre el carcter de otro, y luego deleitarse en emplearlo para perjudicarle? Satans se regocija cuando puede difamar o herir a quien sigue a Cristo. l es "el acusador de nuestros hermanos." (Apoc. 12: 10.) Le ayudarn en su obra los cristianos?

5T:137. Satans emplea a hombres y mujeres como agentes para inducir al pecado y hacerlo atractivo. A estos agentes los educa fielmente para disfrazar el pecado a fin de poder destruir con ms xito a las almas y despojar a Cristo de su gloria. Satans es el gran enemigo de Dios y del hombre. Se transforma por sus agentes en ngel de luz. En las Escrituras es llamado destructor, acusador de los hermanos, engaador, mentiroso, atormentador y homicida. Satans tiene muchos servidores, pero tiene ms xito cuando puede emplear a los que profesan ser cristianos para realizar su obra satnica. Y cuanto mayor sea la influencia, ms elevada la posicin que ocupen, y mayor conocimiento profesen de Dios y de su servicio, tanto mayor ser el xito con que podr emplearlos. Quienquiera que induzca a otro al pecado es su agente....

5T:285-286.

5T:373-374.

5T:619-620. Profesamos ser depositarios de la ley de Dios; aseveramos tener mayor luz, y procuramos una norma ms alta que la de cualquiera de los otros pueblos de esta tierra; por lo tanto debemos manifestar mayor perfeccin de carcter y ms fervorosa devocin. Un mensaje muy solemne ha sido confiado a los que han recibido la luz de la verdad presente. Nuestra luz debe resplandecer para iluminar la senda de los que estn en tinieblas. Como miembros de la iglesia visible y obreros en la via del Seor, todos los que profesan el cristianismo deben hacer cuanto pueden para conservar la paz, la armona y el amor en la iglesia. Tomemos nota de la oracin de Cristo: "Para que todos sean una cosa; como t, oh Padre, en m, y yo en ti, que tambin ellos sean en nosotros una cosa: para que el mundo crea que t me enviaste." (Juan 17: 21.) La unidad de la iglesia es la evidencia convincente de que Dios ha enviado al mundo a Jess como su Redentor. Este es un argumento que los mundanos no pueden controvertir. Por lo tanto, Satans est obrando constantemente para impedir esta unin y armona, a fin de que los incrdulos, al presenciar la apostasa, la disensin y la contienda entre los que profesan ser cristianos, se disgusten con la religin y sean confirmados en su impenitencia. Dios queda deshonrado por aquellos que profesan la verdad, mientras estn en divergencia y enemistad unos con otros. Satans es el gran acusador de los hermanos y todos los que participan de esta obra se hallan alistados en su servicio.

TM:33-34. Durante aos he dado mi testimonio para afirmar que cuando alguien se levanta pretendiendo tener gran luz, y no obstante sostiene que debe destruirse lo que el Seor ha estado edificando por medio de sus agentes humanos, el que esto hace est grandemente engaado, y no trabaja en forma paralela con Cristo. Los que aseveran que las iglesias adventistas del sptimo da constituyen Babilonia, o alguna parte de Babilonia, haran mejor en quedar en casa. Detnganse y consideren cul es el mensaje que debe ser proclamado en este tiempo. En vez de trabajar con los agentes divinos para preparar a un pueblo que est en pie en el da del Seor, han tomado su posicin con aquel que se ha constituido en acusador de los hermanos, que los acusa delante de Dios da y noche. Las agencias satnicas han sido incitadas desde lo bajo, y ellas han inspirado a hombres a unirse en una confederacin de mal, para llevar perplejidad, vejamen y gran angustia al pueblo de Dios. El mundo entero ha de ser conmovido por la enemistad contra los adventistas del sptimo da, porque ellos no rendirn pleitesa al papado, honrando el do