Apología del subjetivismo ético.
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Nombre: Hernández Prado Angel Mauricio.
Materia: ética contemporánea.
Código: 211771637.
Maestra: Dinora Hernández López.
Apología del subjetivismo ético.
Introducción.
Desde la antigüedad, hasta nuestros días, observamos ese continuo trabajo
intelectual-racional del hombre por conocer que es lo bueno y que lo malo. El
problema desde mi punto de vista no se encuentra en el acto en sí, sino en las
valoraciones que el hombre hace de el.
En este breve ensayo defenderé la teoría del subjetivismo ético, a través de
varios enfoques, la intención de ello es demostrar que no existe objetividad en
la ética.
La objetividad desde mi punto de vista está únicamente en las ciencias
exactas más no en las ciencias humanas.
¿Qué es el subjetivismo ético?
El subjetivismo ético es una teoría que afirma que, al realizar juicios morales,
las personas no hacen más que expresar sus deseos, intereses o preferencias
personales. Es decir, es una creencia de que el principio de valoración moral es
propio al individuo. De acuerdo con esta concepción, no existen «hechos»
morales. Por ejemplo: Es un hecho que desde 1973 se han practicado cada
año más de un millón de abortos en los Estados Unidos, pero no es un hecho
que esto sea algo bueno o malo. Y claro, el aborto no es más que un ejemplo
conveniente; porque puede decirse lo mismo sobre cualquier otra cuestión
moral.
Esta idea ha atraído a muchos pensadores, especialmente los de orientación
empirista. Como es el caso de David Hume quien escribió que la moralidad es
cuestión de «sentimiento, no de razón».
Ahora bien, esta concepción subjetivista implica que juicios morales
contradictorios no entran en conflicto. Una condición necesaria para que se dé
conflicto de opiniones éticas es que las personas que participan en la disputa
hablen del mismo tema. Las predicaciones éticas conflictivas han de ser acerca
de algo que sea lo mismo para ambos.
Puesto que en la concepción descrita, los juicios morales son interpretados
como expresión de los sentimientos y actitudes subjetivas, no hablan
obviamente del mismo tema, es decir, del acto mismo valorado, sino de la
actitud propia de cada hablante ante el mismo.
Esta interpretación de los juicios morales niega la posibilidad del genuino
conflicto entre opiniones éticas. Pero, por otra parte, todos reconocemos como
un hecho la existencia de opiniones éticas que entran en conflicto real. Se
asume que cuando alguien juzga incorrecto un acto que otro considera correcto
están hablando de lo mismo.
Esta manera de concebir lo existente fue ya defendida por algunos de los
sofistas, y, especialmente por Protágoras, en su célebre frase “el hombre es la
medida de todas las cosas, de la existencia de las que existen y de la no
existencia de las que no existen”. De acuerdo con esto cada hombre es la
medida de lo real o, dicho de otra manera que hay tantas verdades como
individuos.
El subjetivismo ha sido aplicado a todos los sectores de lo existente. No sólo
hay un subjetivismo epistemológico y un subjetivismo moral, también existe un
subjetivismo religioso, estético, jurídico, etc.
2.- Defensa del subjetivismo ante el objetivismo.
La idea de creer que las leyes éticas o morales son categóricas, es decir,
universales y necesarias, han sido desarrolladas y defendidas por algunas
religiones, entre ellas y la más representativa el Catolicismo (Iglesia Católica,
Apostólica y Romana), y por algunos filósofos como Kant y Ayn Rand.
Sin embargo, al momento en que nosotros ponemos en tela de juicio sus
argumentos observamos que caen en contradicción o simplemente carecen
de fuerza.
Supongamos que existiesen valor o leyes universales, una de las primeras
cosas que sería necesario analizar es como, nosotros como individuos hemos
obtenido dichos contenidos, bajo que medios o por medio de quien los hemos
adquirido, ¿por la naturaleza o por Dios?. Si decimos que estos conocimiento
los adquirimos de manera natural, cabria preguntar ¿por qué (X) es buena para
mí, y (X) es mala para otra persona, si se supone que todos los hombres
poseemos la misma naturaleza? O será a caso que unos están más
evolucionados que otros y, si así lo fuera bajo estatutos puedes establecer que
existe dicha evolución y que factores participan de ella.
Ahora bien, por un lado, si Dios o el gran arquitecto del universo fue quien nos
programo, ¿por que actuamos en contra de su voluntad?, ¿porque sus
mandatos caen en excepciones? Y por otro lado ¿existe Dios? Porque si
realmente existiese entonces no caería en contradicción los argumentos que
están a favor de su existencia, según el Catolicismo, Dios es la camino la
verdad y la vida, ¿pero por qué, esta verdad se contradice?, ¿qué tipo de
verdad es?
También podemos demostrar la inconsistencia del objetivismo ético, a través
de los siguientes puntos:
La individualidad: dado que cada persona es un mundo, y es a partir de
esta gran diferencia entre yo y los demás, que se desarrollan diferentes
juicios acerca de una acción humana. Esto sucede porque cada
individuo está determinado por una sociedad y por un contexto histórico
determinado. Este problema de individualidad se puede observar en la
política, la política crea las leyes que cree convenientes para la
convivencia sana de los integrantes de una sociedad. Aquí cada hombre
es la medida de lo bueno y de lo malo.
El relativismo ético: según Ruth Benedict (1934) la moral difiere en cada
sociedad. Con esto se da a entender que, la idea de verdades
universales en ética, es un mito. El relativismo ético es la posición de
que no existen los absolutos morales, ni moral en lo bueno y malo. Más
bien, lo bueno y lo malo están basados en las normas sociales.
El no tener un conocimiento exacto del hombre (problema
antropológico): dado que los actos no bien de la naturaleza sino del
hombre mismo, es por ello el gran papel que juega el problema del
conocimiento del mismo hombre. Según Jean Sartre la existencia
precede a la esencia (lo cual tenemos que partir de lo subjetivo). Esto
quiere decir que el hombre no es un ser defino sino un ser definible, y
sólo será definible a partir de sus actos.
LA falta de conocimiento de lo bueno. A lo largo de la historia de la de la
ética, han sido muchos los moralistas que han asociado bueno o bien, a
todo aquello que sea útil o placentero y malo a todo aquello que resulta
ser nocivo y no placentero para el hombre. ¿Pero realmente podemos
definir el bien o lo que es bueno en si? Según Moore en su libro
Principia Ethica, esto es imposible dado a que bueno es una noción
simple, de la cual no se puede dar una definición ulterior. Las
proposiciones no pueden ser llamadas definiciones, ejemplo: “el placer y
la inteligencia son buenos”. Bueno no tiene definición, porque es simple
y sin partes.
Conclusión:
Como observamos no existe objetividad en la moral dado a que todo se mueve
por el subjetivismo, por el sentimiento. Si apelamos a la objetividad entonces
daríamos por hechos de que el hombre posee un conocimiento a priori sobre lo
bueno y lo malo y, considerar esto como verdadero nos llevaría a creer que el
hombre es un ser definido, ante lo cual esto sería falas.
Bibliografía.
James Rachels / Introducción a la filosofía moral/ fondo de cultura económica.
México 2011.