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Apps, smartphones y contenidos digitales: los retos de la formación en el nuevo escenario de la gestión del patrimonio

“Apps, smartphones y contenidos digitales” Los retos de la formación en el nuevo escenario de la gestión del patrimonio

Manel Miró Alaix

Nuevos patrimonios, nuevas estrategias, nuevas necesidades formativas Módulo I: Nuevos escenarios en la comunicación del patrimonio


La revolución de los smartphones La generalización del uso de los smartphones está revolucionando el mundo del turismo y la cultura posibilitando nuevas prácticas y nuevos modelos de consumo: el acceso inmediato a la información disponible en Internet, la producción de contenidos georreferenciados, su uso como audioguías o guías multimedia, las aplicaciones GPS para ubicarnos, orientarnos, o encontrar cerca lo que necesitamos, la realización de fotografías o videos, ver nuestros programas favoritos de televisión, consultar la prensa, compartir con nuestras redes sociales información, imágenes, pensamientos, sentimientos, utilizar nuestros smartphones para jugar, para descubrir, para interactuar con el mundo… Las posibilidades son inmensas porque así como Internet permitió acceder al mundo desde nuestras casas, la movilidad de los smartphones permite ahora que tengamos acceso a toda la información en cualquier lugar del mundo que disponga, claro está, de conexión a una red de telefonía.


Las ventajas de la interpretación basada en dispositivos móviles y servicios de localización. Donde mas evidentes se hacen las ventajas es en la interpretación de sitios y conjuntos patrimoniales: • Se minimizan las intervenciones físicas dentro de los

monumentos y yacimientos entendiendo que el principal atractivo de estos es precisamente el patrimonio que los integran y el paisaje que los envuelve.

• Frente a la instalación de espectáculos audiovisuales que compiten con el atractivo original de los monumentos este sistema permite la introducción de elementos virtuales en escenarios reales sin enmascarar la belleza original y los valores singulares de los bienes patrimoniales.

• Permite el desarrollo de actividades individuales o en familia ya que, por un lado, para el consumo individual adulto, permiten al visitante realizar una visita abierta de manera libre en la que es el propio visitante quien decide cuándo y qué información desea recibir y, por otro lado, para el consumo familiar los itinerarios de descubrimiento basados en la navegación con GPS se convierten en juegos de pistas. Ambas experiencias favorecen la sociabilidad dentro del grupo de visitantes y permiten la interacción entre los visitantes y el entorno monumental.


El descubrimiento de una necesidad A principios de la década de los 90 del siglo pasado el turismo cultural tenía ya un crecimiento que se apuntaba espectacular y todos pensamos o empezamos a pensar que a rebufo de él podría desarrollarse un potente yacimiento de empleo para la gran masa de estudiantes y licenciados universitarios de las facultades de historia y antropología que, como yo mismo, éramos víctima del pavor que nuestros padres nos transmitían al enterarse de la carrera que habíamos elegido seguir.


La definición de una profesión A principios de los 90 del siglo pasado colaboré en la realización de un estudio para el INCANOP (Instituto Catalán de Nuevas Profesiones) sobre los nuevos perfiles profesionales que deberían formarse en Catalunya a raíz del desarrollo de un nuevo y prometedor sector de la economía: la gestión del patrimonio cultural. Para ello analizamos la situación profesional de varios países de nuestro entorno, especialmente, el Reino Unido, Francia, Italia y Holanda.


La definición de una profesión


La definición de una profesión: Francia En Francia observamos una clara dualidad: Por un lado, la oficial Ecole du Louvre, se dedicaba a formar al cuerpo de futuros funcionarios dedicados a la gestión del patrimonio en los distintos ámbitos de la administración francesa.


La definición de una profesión: Francia Por otro lado, existían diversas iniciativas de formación dirigidas especialmente al mundo del desarrollo local en las que los ámbitos de patrimonio y turismo se combinaban en perfiles profesionales del tipo “animador del patrimonio” o “animador de turismo cultural”.


La definición de una profesión: Reino Unido Frente al modelo francés, el modelo británico estaba orientado a un tipo de formación más práctica que no pensaba tanto en formar funcionarios sino profesionales.

El gran impulso que había provocado en el sector del patrimonio el gran crecimiento del turismo interno británico (staycation) había dado como resultado la creación de un verdadero sector económico vinculado a la gestión del patrimonio cultural.


La definición de una profesión: Reino Unido Las universidades británicas disponían de formación especializada en diferentes disciplinas vinculadas al patrimonio cultural que podríamos dividir en dos grandes áreas: • Heritage management.

• Heritage Interpretation.


La especialización profesional El desarrollo del sector en UK ha favorecido una especialización profesional que tiene su reflejo en la formación. Además de los clásicos másteres en Interpretación y Gestión, en UK se puede encontrar formación profesional en: tiendas de museos o casas museo.


La definición de una profesión: Holanda El modelo formativo holandés tenía muchas similitudes con el británico porque el sector también las tenía en cuanto a mentalidad estratégica y a tradición de gestión. En la Universidad de Leiden y muy especialmente en Ámsterdam, a través de la Reinwardt Academy of Cultural Heritage, destacaban los estudios de Museología. Precisamente el director en 1989 de esta academia holandesa, el museólogo y pedagogo Frans Schouten, se convertiría en el director de la primera experiencia española de centro de formación especializado en el ámbito del patrimonio: la Escuela de Patrimonio de Barcelona.


La definición de una profesión: Italia y España El modelo italiano recordaba mucho al español. A principios de la década de los noventa la formación especializada en temas de patrimonio se limitaba al campo de la conservación y restauración (vinculada normalmente a facultades de Bellas Artes) y al campo de los “oficios” tradicionalmente vinculados a las facultades de historia: arqueólogo, historiador, historiador del arte. Sólo los archivos y bibliotecas disponían de una formación especializada. El concepto gestión del patrimonio era prácticamente desconocido. Las únicas ideas nuevas empezaban a aterrizar en el mundo del desarrollo local, especialmente en ámbitos rurales, donde el turismo cultural empezó a considerarse seriamente un potencial motor económico.


La Escuela de Patrimonio de Barcelona (EPB) Las principales conclusiones del estudio del INCANOP sobre los nuevos perfiles profesionales del sector del patrimonio sirvieron para definir el plan de estudios de la Escuela de Patrimonio de Barcelona. Esta escuela contaba con el apoyo del Museo de Historia de la Ciudad de Barcelona (que le facilitó la sede donde radicarse y las instalaciones necesarias para desarrollar su actividad) y del entonces Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que, a través del INEM, financiaba el funcionamiento ordinario y los cursos que se impartían en la escuela.


EPB, un diseño curricular pensando en el empleo Los perfiles profesionales que se habían establecido en el estudio del INCANOP se agruparon en 3 grandes áreas de empleo en el campo del patrimonio: La gestión del patrimonio: que englobaba la formación relativa a aquellos aspectos que tienen que ver con la administración, comunicación y marketing de instituciones patrimoniales.

La interpretación del patrimonio: que englobaba la formación necesaria relativa a la planificación de la puesta en valor del patrimonio y de su adecuación para la visita del público.

La conservación del patrimonio: que englobaba la formación necesaria para la conservación preventiva y la adecuada manipulación de los bienes patrimoniales.


Del yacimiento al empleo Básicamente, la EPB se dedicaba a formar a licenciados universitarios con una orientación claramente laboral. Se formaba a gente pensando en el gran crecimiento del empleo que habría en el sector del patrimonio. Los perfiles que se esperaba que tuvieran más crecimiento eran los de gestión e interpretación del patrimonio. El creciente incremento de la demanda de turismo cultural auguraba un incremento también de empleos en el sector del patrimonio que aportaba (o debería haber aportado) la materia prima principal para ese crecimiento: animadores locales del patrimonio, consultores de patrimonio, guías intérpretes, auxiliares de museos, directores de equipamientos patrimoniales,


Del sueño a la realidad El ladrillo/hormigón frente a la gestión

Aula del Megalitismo, Llanes (Asturias)

Ídolo de Peña Tú, Llanes (Asturias)


Del sueño a la realidad La necesaria implicación de la población local Claustre de Sant Domènec, Centro de Turismo Cultural.

Peralada (Girona)


Del sueño a la realidad La necesidad de abrir los horizontes de la gestión local del patrimonio

Ferrería de Cades (Cantabria) Castillo de San Vicente de la Barquera (Cantabria)


Nuevas expectativas Mientras esperamos que la administración reaccione y tome conciencia de que debe emprender el camino de la gestión creativa, el mundo cambia a una velocidad de vértigo. El desarrollo de las redes sociales y la popularización del uso de Internet y de dispositivos electrónicos móviles está abriendo una nueva era que obligará a las administraciones patrimoniales a tener que afrontar cambios radicales.


La liberación de los contenidos: la nueva utopía

Àlex Kippelboy: “En una época de crisis para los museos, los verdaderos mecenas son los voluntarios”.


La liberación de los contenidos: la nueva utopía La revolución digital ha hecho estallar los búnkeres del patrimonio. Lo que fue el Ídolo “protegido” hoy es el ídolo “encarcelado”. Esta sobreprotección del patrimonio ha hecho que durante décadas el discurso sobre el patrimonio estuviera en poder de sus administradores. Hoy con una app puedo ofrecer directamente mi interpretación al usuario final sin necesidad del papel mediador de la administración.


Un nuevo escenario en un mundo antiguo Si finalmente el patrimonio adquiere en España la importancia estratégica que debería ocupar en una economía que tiene en el turismo una de sus grandes bazas, veremos aparecer una constelación de nuevas profesiones vinculadas al patrimonio que tendrán que ver básicamente con la creación de contenidos digitales, la consultoría en comunicación y la gestión de las comunidades de redes. Pero el escenario que se adivina también es incierto y la realidad es que tenemos un índice de paro juvenil insostenible.

Puerta de la Colegiata de Berlanga de Duero con el cartel en el que se advierte de la prohibición de hacer fotografías


El verdadero reto: la dimensión social del patrimonio y la creación de empleo Ya antes de la Segunda Gran Depresión iniciada en 2008, la precariedad laboral y la falta de profesionalización dominaban el panorama de la gestión del patrimonio cultural en España dando como resultado que el sector del patrimonio no está cubriendo las expectativas que deberían exigírsele en relación a su contribución al desarrollo local y, de manera muy especial, a la creación de empleo. La causa principal de esta situación es la tradición española de gestión del patrimonio, una tradición que ha puesto más el acento en la administración de los recursos que en lo que podríamos llamar la “gestión creativa”, una tradición que ha considerado el dinero que cuesta la gestión del patrimonio como un gasto y no como una inversión, una tradición que no ha sido capaz de asimilar de una manera real una visión estratégica del patrimonio como factor de desarrollo local. Esta falta de visión estratégica tiene como consecuencia más preocupante la precariedad del mercado laboral en el sector del patrimonio en España, hecho especialmente doloroso en un país que presenta un índice de paro abrumador que se convierte en insostenible en el caso del paro juvenil. Y es aún más doloroso si se tiene en cuenta que España dispone de todos los ingredientes para haber desarrollado un sector del patrimonio tan potente, al menos, como el que tiene el Reino Unido

Actualmente, el compromiso social que debe exigirse a

las instituciones patrimoniales es su

contribución a la lucha contra el paro


A modo de conclusión: las claves del éxito en los nuevos escenarios En primer lugar la formación de los nuevos profesionales del patrimonio: será preciso definir los nuevos perfiles profesionales y diseñar sus correspondientes currículos formativos. No basta ya con las licenciaturas universitarias tradicionales pensadas para formar investigadores o educadores. La nueva realidad demanda profesionales del patrimonio que además de saber de arte, historia, antropología o arqueología conozcan las técnicas de la planificación estratégica, del marketing cultural, de la interpretación del patrimonio, de la creación de contenidos digitales y uso de los “social media”. En segundo lugar, la modernización de la gestión del patrimonio: habrá que establecer un nuevo marco teórico para la puesta en valor del patrimonio basado en los conceptos de desarrollo local, perspectiva territorial y uso social del patrimonio. Pero no bastará sólo con armarse de conceptos teóricos, será necesario transformar en profundidad la actual estructura administrativa que favorece una visión anticuarista y plana de la gestión del patrimonio, cuando lo que se necesita son visiones estratégicas y creativas.

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