Aproximación a la medición del Bienestar (“Buen...

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TÍTULO: Aproximación a la medición del Bienestar (“Buen Vivir”) en el Ecuador. Indicadores objetivos versus indicadores subjetivos del bienestar, una aplicación a las medidas económicas contemporáneas del mismo desde una perspectiva regional. AUTOR: Marcelo Arroyo Tello TUTOR ACADÉMICO José J. Núñez Velázquez 2014

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TÍTULO:

Aproximación a la medición del Bienestar (“Buen Vivir”) en el Ecuador. Indicadores

objetivos versus indicadores subjetivos del bienestar, una aplicación a las medidas

económicas contemporáneas del mismo desde una perspectiva regional.

AUTOR:

Marcelo Arroyo Tello

TUTOR ACADÉMICO

José J. Núñez Velázquez

2014

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Resumen

Bajo una perspectiva tradicional la idea de determinar el bienestar de los habitantes de un

país nos remitía en el pasado ineludiblemente hacia la magnitud económica del ingreso.

Desde un punto de vista más amplio, el bienestar social ha superado esta única

dimensión, y en la actualidad las dimensiones que competen a las mediciones del

bienestar se alinean a las relacionadas con la consolidación de una batería de indicadores

sociales y cuentas nacionales en un solo índice agregado; el mismo que propugna la

necesidad de relacionar la agregación de las macromagnitudes, así como el acceso a

ciertos bienes y los estados mentales de este bienestar.

Desde esta perspectiva, la presente investigación pretende asignar un enfoque actual

sobre los indicadores de bienestar en el Ecuador presentados por los canales

tradicionales de información estadística gubernamentales, desde una perspectiva crítica y

comparativa de los métodos contemporáneos de tratamiento a indicadores subjetivos y

objetivos del bienestar, de tal forma que se pueda vislumbrar acerca de las características

particulares de las diferentes regiones del Ecuador.

La investigación propuesta pretende también viabilizar una posible propuesta

metodológica para un indicador concreto de bienestar para el Ecuador, que nos permita

analizar las diferentes regiones del país y las características particulares de los diferentes

grupos sociales y étnicos del Ecuador.

Palabras Clave: Bienestar, Indicadores Objetivos, Indicadores Subjetivos.

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Abstract

Under a traditional perspective the idea of determining the welfare of the inhabitants of a

country referred us inexorably in the past toward the economic magnitude of income. From

a broader perspective, social welfare has overcome this single dimension, and today the

dimensions that fall within the measurements of the welfare are aligned with the

consolidation of a set of social indicators and national accounts on a single aggregate

index; this index advocates the need to relate the aggregation with the macromagnitudes,

as well as the access to certain goods and mental states of this welfare.

From this perspective, the present investigation aims to assign a current focus on welfare

indicators in Ecuador presented by the traditional channels of government statistical

information; from a critical and comparative perspective of contemporary treatment

methods to subjective and objective indicators of welfare, so as to have a glimpse on the

particular characteristics of the different regions of Ecuador.

The research proposed also aims to make feasible a potential methodological proposal for

a concrete welfare indicator for Ecuador, which allows us to analyze the different regions

of the country and the particular characteristics of the different social and ethnic groups

from Ecuador.

Key Words: Well-being, Objective Indicators, Subjective Indicators.

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Contenido

1 Introducción ................................................................................................................ 5

2 Indicadores de bienestar ............................................................................................. 8

2.1 Indicadores objetivos del bienestar .................................................................... 11

2.1.1 Enfoque contable ........................................................................................ 12

2.1.2 Enfoque normativo ..................................................................................... 13

2.1.3 Enfoque a través de los indicadores sociales ............................................. 14

2.2 Indicadores subjetivos del bienestar .................................................................. 20

2.3 Alcance y Limitaciones de los indicadores objetivos y subjetivos. ...................... 23

3 Indicadores del bienestar en el Ecuador ................................................................... 25

3.1 Indicadores objetivos y subjetivos en el Ecuador ............................................... 25

3.1.1 El Ecuador en el mundo ............................................................................. 25

3.1.2 A nivel interno ............................................................................................. 28

3.1.3 Consideraciones regionales y étnicas ......................................................... 33

4 Indicador sintético de bienestar subjetivo y objetivo para Ecuador ........................... 37

4.1 Modelo Conceptual ............................................................................................ 37

4.2 Selección de Indicadores ................................................................................... 39

4.3 Propuesta de componentes y dimensiones ....................................................... 41

5 Análisis empírico sobre la batería de indicadores sociales propuesta. ...................... 46

5.1 Resultados ........................................................................................................ 48

6 Conclusiones ............................................................................................................ 51

7 Bibliografía ................................................................................................................ 54

5

1 Introducción

Los indicadores son una medida que resume algún aspecto de la sociedad, de tal forma

que se facilite la comprensión de dicho aspecto en la misma, permitiendo de esta manera

que se pueda intervenir por parte de la acción política en un sentido u otro sobre el

aspecto de la sociedad que resulta de interés (Vega y Lamote, 2008), usualmente para el

bienestar de la sociedad en general.

En el caso de los indicadores que atañen a la calidad de vida de la población, la intención

de generar un indicador de bienestar que englobe todas las características que

conciernen al mismo, resulta un imperativo para la planificación y ejecución de la política

pública en el estado, y resulta particularmente importante en los países para los cuales la

intervención de la planificación pública se convierte en el eje en la búsqueda del

desarrollo del mismo.

Tradicionalmente la medición del bienestar social se ha enmarcado en la dimensión

económica del mismo, dimensión que resulta insuficiente para denotar lo amplio del

criterio del bienestar. De tal manera que los instrumentos puramente económicos

vinculados a este concepto son en la actualidad instrumentos obsoletos, sobre todo, al

pretender utilizarlos como un indicador fehaciente de la calidad de vida, felicidad o

bienestar social.

Se presenta entonces al bienestar social como un concepto amplio de carácter

multidimensional, el mismo que se encuentra estrechamente vinculado con otros

conceptos como la calidad de vida, o la felicidad misma, sobre el cual Pena (2009) citando

a Veenhoven (1998) se refiere a que el bienestar, cuando menos, abarca tres

significados: 1) Calidad de entorno en que vivimos, 2) Calidad de acción, y 3) Disfrute

subjetivo de la vida.

De tal manera que en el bienestar se connota una dimensión física, psicológica y social

(Pena 2009), siendo por lo tanto, el bienestar, un concepto vago, indirectamente medible,

dinámico, multidisciplinar, heterogéneo (Setien, 1989 citado en Pena, 2009) y

multidimensional.

En el carácter de la medición del bienestar, podemos referirnos a que la calidad de vida

de un individuo depende de las condiciones objetivas en las que estos desarrollan sus

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vidas, junto con sus propias percepciones sobre esta; las mismas que se constituyen en la

parte subjetiva del bienestar (Somarriba, 2008), denotando sobre esto que se ven

sobrepasados únicamente los aspectos económicos del mismo.

Sin que lo anteriormente enunciado deseche la percepción económica sobre las

mediciones del bienestar, sino más bien, que permita presentar a las consideraciones

subjetivas como aspectos complementarios a las consideraciones objetivas que este

incorpora, y permita a estas ser tomados en cuenta. Al respecto López-Calva y

Rodríguez-Chamussy (2005) dentro de su investigación sobre las restricciones para la

medición multidimensional en México, hacen referencia a lo determinado en el primer

informe del Comité Técnico para la Medición de la Pobreza de ese país en donde se

afirma que:

La limitación principal de las medidas monetarias es su estrecha capacidad

para representar dimensiones no monetarias como componentes del

bienestar…[ ]…. Las medidas multidimensionales representarían un objetivo

ideal, particularmente medidas “mixtas” que integren indicadores monetarios y

no monetarios. Los indicadores monetarios y multidimensionales deben

entenderse como instrumentos complementarios, más que sustitutivos… (p. 6)

A pesar de lo posiblemente evidente de esta complementariedad al pretender definir

mediante un indicador holístico el bienestar de los individuos, la instrumentación del

mismo no resulta tan evidente, o por lo menos va presentando dificultades tanto de

carácter práctico como de carácter teórico; sobre el primero, por ejemplo, la posibilidad de

agregación de los indicadores provenientes de diferentes dominios y más profundamente

el sentido coherente de esta agregación (Pena, 2009), y con respecto al carácter teórico,

la gran variedad de conceptos y pocos consensos al respecto.

Con respecto al uso de los indicadores de bienestar en la política pública, existen también

consideraciones sobre la utilidad real de estos indicadores y lo adaptables que pueden ser

a las realidades de cada nación; teniendo en consideración que para que los indicadores

tengan un uso real, al momento determinar su pertinencia se deberá, entre otras cosas

considerar: las capacidades de cobertura y provisión de servicios básicos así como la de

servicios públicos, el estado de madurez democrático y social, entre otros factores. De

igual manera, pueden existir dentro de los países, etnias con una organización social

particular, que difieren de la estructura social de la mayoría del país y que de manera

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voluntaria se estructuran al margen de la misma pero que son incluidos en la gran gama

de indicadores nacionales, sin que se adapten instrumentos de cuantificación a sus

realidades particulares; teniendo como ejemplo a las culturas indígenas de Latinoamérica

y en particular a las regiones indígenas del Ecuador, que también serán motivo particular

de estudio de la presente investigación.

Conforme a lo anteriormente mencionado Sen (1981) sostiene que: “El ingreso de una

persona se puede ver no solo como un instrumento burdo para predecir su consumo

actual, sino como un indicador de su capacidad para satisfacer sus necesidades mínimas

independientemente de que, en los hechos decida hacerlo o no”1, incorporándose así la

capacidad de los individuos para satisfacer las necesidades básicas insatisfechas (NBI) y

la importancia que tiene este concepto sobre el bienestar de los mismos, y sobre todo el

tratamiento que requiere de estas, en las sociedad en las que dichas necesidades no son

cubiertas.

Así mismo, con relación al análisis regional del bienestar subjetivo, a la pregunta de

“¿Qué tan satisfecho está usted con la vida que lleva?”2 el World Database of Happiness

ubica a los países andinos, concretamente a Ecuador, Perú y Bolivia, para 2007 como los

países de América Latina con los menores niveles de felicidad en los últimos años, y

aunque la tendencia para los datos presentados en 2010, siendo estos los más recientes

para la región, presentan un aumento significativo en la percepción de la felicidad

subjetiva de estas naciones, la tendencia se mantiene con un índice menor al resto de

países, siendo coincidencialmente, los países con mayor presencia indígena de la región

(Marín, 2009). Sobre este particular Ramírez (2008) con datos de la Encuesta Nacional de

Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU) de junio de 2007, ubica a las provincias

Cotopaxi, Chimborazo y Cañar entre las provincias con menores niveles de felicidad

dentro del Ecuador, las cuales corresponden también a las provincias con mayor cantidad

de población indígena del país.

En este marco, la presente investigación pretende ofrecer una visión panorámica

contemporánea de los indicadores objetivos y subjetivos del bienestar; en particular, de

los indicadores presentados por los canales tradicionales de información estadística

1Traducción de Sen presentado en la colección CLACSO-CROP (múltiples autores) titulado

“Multidimensionalidad de la pobreza: propuestas para su definición y evaluación en América Latina y el Caribe”, 2014. 2 Traducción de http://worlddatabaseofhappiness.eur.nl/

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gubernamentales en el Ecuador, desde una perspectiva crítica y comparativa, haciendo

énfasis en las connotaciones regionales y culturales propias de la sociedad ecuatoriana.

De tal forma que en la primera parte del presente documento se presenta un compendio

teórico sobre la pertinencia contemporánea de la implementación de indicadores objetivos

y de indicadores subjetivos del bienestar, que en la segunda parte se instrumentan y

comparan con las mediciones aplicadas al bienestar por parte de las instituciones públicas

del Ecuador, evaluando las bases de datos originales, objeto de dichos indicadores,

contrastando y relacionado los mismos, haciendo énfasis en las consideraciones

regionales y étnicas del país, para concluir con una proposición y construcción aplicada

de un indicador adaptado a las capacidades estadísticas del Ecuador; posteriormente en

el cuarto apartado, se presentarán las conclusiones.

2 Indicadores de bienestar

En primer lugar, resulta conveniente definir a los indicadores, propiamente dichos, y a los

indicadores de bienestar, ambos, objeto de nuestro estudio; para Vega y Lamote (2008)

“los indicadores comprenden una medida de resumen de algún aspecto de la sociedad

que facilita su compresión”, de tal forma que esta medida se convierta en un instrumento

necesario para la planificación pública con el fin de intervenir, sobre este aspecto, en un

sentido u otro.

En su investigación Cechinni (2005) recoge varias definiciones sobre el concepto de

indicadores, de la cuales se recoge que estos “reflejan o representan condiciones o

conceptos complejos. Son estadísticas u otras formas de prueba con que se trata de

interpretar el carácter incierto de lo desconocido, extrayendo ideas simples a partir de

ideas complejas” (Innes, 1990 citado en McCraken y Scott, 1998), de la misma manera

“Los indicadores son variables cuantitativas que de algún modo reflejan las condiciones

humanas en un contexto social” (Galtung,1973 citado en Horn, 1993); recogiendo en

estas últimas definiciones la inclusión de un contexto social es estos, sobre este Horn

(1993) citando a Land (1975) sostiene que los indicadores sociales son “estadísticas que

miden las condiciones sociales y sus cambios en el tiempo para varios sectores de la

población, tanto en el contexto externo (social y físico) como en aquello interno (subjetivo

y de percepción) de la existencia humana en la sociedad”.

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De tal manera que los indicadores sociales al permitir instrumentos analíticos con la

intensión, generalmente, de mejorar las condiciones de la vida social, nos remiten

principalmente al estado del bienestar de esa sociedad.

Corresponde entonces, a continuación, aproximarnos a una definición del bienestar, en

donde encontramos una limitación inicial para su correcta interpretación desde la misma

definición semántica del término; ya que en el inglés “well-being” que literalmente se

referiría a bien-estar (por su traducción) también abarca al “ser” ya que en inglés al verbo

“to be” le corresponden el “ser” y “estar” como traducción, de allí que integrando ambas

dimensiones, en la presente investigación, nos referiremos a la dimensión completa del

término.

Considerando lo enunciado anteriormente, una definición simple y concreta del bienestar

podría ser que este es el estado mediante el cual una persona se siente satisfecha con su

vida; de manera similar Pena (2009), quien recoge varias consideraciones sobre este, y

sostiene que el concepto del bienestar es equivalente a la calidad de vida o la felicidad,

manifiesta que la calidad de vida es, al mismo tiempo, “el bienestar, felicidad o

satisfacción de la persona que permiten una capacidad de actuación o de funcionar en un

momento de la vida”, demarcando que este más bien es un concepto subjetivo que viene

de cada individuo y su experiencia social, en este sentido y dado que al intentar definir un

concepto holístico del bienestar se nos refiere a nuevos conceptos que involucran otros

conceptos inéditos, se debe entender que las mismas son realizadas desde

consideraciones más objetivas o más subjetivas, según el carácter del análisis o las

mediciones que se pretendan hacer de este.

Para el Instituto Nacional de Estadística de España (INE) el bienestar social se define

como: “igualdad de oportunidades extendida a todos los bienes materiales e inmateriales,

que se consideran socialmente deseables” (Chasco y Hernández, 2003).

De esta manera, una aproximación cercana al análisis del concepto del bienestar conlleva

a considerar aspectos o conceptos que se correlacionen en si (calidad de vida, nivel de

vida-renta, felicidad, buen vivir, entre otros), en este sentido “la calidad de vida es el grado

en el cual las necesidades objetivas de los seres humanos son alcanzadas en relación

con las percepciones personales o grupales del bienestar subjetivo” (Constanza et al.,

2008), siendo esta una aproximación que consideramos pertinente a la situación

contemporánea sobre las dimensiones que abarca el bienestar, sobre todo en las

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economías en desarrollo, ya que si consideramos de una manera más profunda a esta

definición, se da pie a preguntas en el sentido de si: ¿las necesidades objetivas

anteceden a las subjetivas?, ¿el bienestar comprende ambas únicamente?, ¿se puede

hacer consideraciones subjetivas únicamente cuando se hayan cubierto las objetivas?.

Lo que si evidencian las varias definiciones del bienestar, es el carácter multidimensional

del mismo, así como la limitación de que este solo puede contemplarse holísticamente

bajo un carácter dual: objetivo y subjetivo, ambas, facetas del concepto en sí, que se

presentan de manera complementaria más que sustitutiva.

Como el objeto de la presente investigación es el de aterrizar las consideraciones

contemporáneas del bienestar en el Ecuador indistintamente emplearemos además el

término “Buen Vivir” el mismo que ha sido acuñado para las circunstancias socio-

históricas del Ecuador (Ramírez, 2009) y que plantea un concepto que ataña al bienestar

social y de los individuos, en el que se incluyen consideraciones éticas comparables al

bienestar eudaimónico de la filosofía aristotélica, incluyéndose también en este,

consideraciones de una naturaleza profunda y diversa del ser humano, término que está

directamente ligado con la felicidad desde un significado psico-social y que incluye varios

criterios contemporáneos como el de sostenibilidad ambiental y justicia inter-generacional,

entre otros (Marín, 2009).

El Buen Vivir, si bien empata con las consideraciones actuales sobre el bienestar social, o

la felicidad según se señaló en párrafo que antecede al presente, se deriva de la

cosmovisión de las sociedades indígenas, las mismas que plantean un concepto holístico

y en constante construcción para el individuo, contemplando elementos que están ligados

directamente a propiciar el “alli kawsay” o Buen Vivir (en su traducción), como son los

códigos de conducta ética y espiritual en relación con el entorno, los valores humanos, la

visión de futuro, entre otros (Ramírez, 2009).

Cabe aclarar que esta interpretación más apegada al sentido propio del término dista con

el término empleado en la constitución ecuatoriana vigente, que si bien, de manera

innovadora incluye aspectos sobre la cosmovisión indígena, dentro de la misma se

emplea el término “sumak kawsay”3, en un uso equivocado del mismo, ya que si bien esta

3Artículos de la constitución del Ecuador en que se incorpora al “Buen Vivir”:

Prologo. “Una nueva forma de convivencia ciudadana, en diversidad y armonía con la naturaleza, para alcanzar el buen vivir, el sumak kawsay; …“

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es la idea original de la cosmovisión indígena, no se correspondería a esta traducción ni

en lo semántico, ni en el sentido del pensamiento, ya que el pretender traducir al “sumak

kawsay” como Buen Vivir, conlleva a este únicamente hacía connotaciones occidentales

de bienestar que están ligadas al sentido tangible de este, reduciendo de alguna manera

el significado del término; ya que el sentido de esta cosmovisión hace completa referencia

a “la vida en plenitud” (“sumak kawsay”) sistema que solo es posible bajo una

organización económica comunitaria, como el que desarrollan los pueblos indígenas

(Macas, 2010) y no para el Ecuador occidental.

A pesar de lo antes referido, indistintamente de la semántica que se adjudique a la

terminología indígena de la cosmovisión de los pueblos ancestrales andinos, es fácil

reconocer en este Buen Vivir una construcción de un sentido holístico del bienestar, y que

empata con las consideraciones contemporáneas de este, y que es menester de la

presente investigación, así como las mediciones del mismo.

El bienestar, entonces, como un concepto “vago, indirectamente medible, dinámico,

multidisciplinar y heterogéneo” (Setien, 1989), le corresponde como se ha determinado

anteriormente, un carácter dual en su composición, siendo este el objetivo y el subjetivo,

atreviéndonos a catalogar dentro del carácter objetivo a la dimensión física al mismo, así

como la correspondencia que tienen la dimensión psicológica y social en la percepción del

bienestar en los individuos.

2.1 Indicadores objetivos del bienestar

Las propuestas para la medición cuantitativa del bienestar han sido múltiples y varían

claro según el concepto utilizado, así como del ámbito territorial seleccionado como objeto

Art. 14.- “Se reconoce el derecho de la población a vivir en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, que garantice la sostenibilidad y el buen vivir, sumak kawsay. Se declara de interés público la preservación del ambiente, la conservación de los ecosistemas, la biodiversidad y la integridad del patrimonio genético del país, la prevención del daño ambiental y la recuperación de los espacios naturales degradados.” Art. 250.-“El territorio de las provincias amazónicas forma parte de un ecosistema necesario para el equilibrio ambiental del planeta. Este territorio constituirá una circunscripción territorial especial para la que existirá una planificación integral recogida en una ley que incluirá aspectos sociales, económicos, ambientales y culturales, con un ordenamiento territorial que garantice la conservación y protección de sus ecosistemas y el principio del sumak kawsay.” Art. 275.-“El régimen de desarrollo es el conjunto organizado, sostenible y dinámico de los sistemas económicos, políticos, socio-culturales y ambientales, que garantizan la realización del buen vivir, del sumak kawsay.” Art. 387.- Será responsabilidad del Estado: “2. Promover la generación y producción de conocimiento, fomentar la investigación científica y tecnológica, y potenciar los saberes ancestrales, para así contribuir a la realización del buen vivir, al sumak kawsay.”

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del estudio, y sobre todo de las fuentes estadísticas correspondientes a dicho ámbito, sin

que exista un procedimiento único para esta medición; de tal manera que a continuación

presentaremos algunos criterios sobre la medición cuantitativa del bienestar social.

Debemos señalar que en lo que corresponde al apartado de los indicadores objetivos del

bienestar, el nivel de ingresos es el elemento básico para la medición del mismo, sin que

se pretenda ligar necesariamente: Ingresos reducidos = Pobreza, ya que el término

pobreza está ligado a muchas más dimensiones de carácter diverso entre las que

podemos mencionar a las capacidades de acceso de bienes y servicios, entre otros

(Argentaria, 1995 citado en Chasco y Hernández, 2003); pero de tal forma que tampoco a

un nivel de ingresos alto le corresponde un sinónimo de bienestar inmediato.

Como se ha mencionado anteriormente existen una gran cantidad de definiciones e

indicadores sobre el bienestar, los mismos que en su carácter atienten al enfoque que se

les otorgue, en este sentido las mediciones sobre el bienestar se han realizado desde: 1)

El enfoque contable, 2) El enfoque normativo y desde 3) El enfoque a través de los

indicadores sociales (Núñez, UAH, notas de clase, 2014).

2.1.1 Enfoque contable

El impacto que ha tenido la teoría clásica al momento de crear consensos muy simples

ampliamente difundidos, pero que por su simpleza también han resultado extremos

(Derbez, 2008), ha sido de gran calado para los economistas.

La premisa de Desarrollo = Crecimiento = Bienestar con el que se inició en la década de

los 70s el análisis del bienestar social, ata estos conceptos al progreso y a las variables

cuantitativas que miden a este.

Ya que en este sentido el progreso y bienestar son consecuencia del equilibrio de los

mercados en una economía, la teoría marshalliana propone que nos refiramos

directamente a la producción y al consumo, para entender dicho equilibro, ya que

mediante del análisis estadístico de la producción y el consumo de bienes en una

economía lograríamos entender la dinámica que esta tiene.

Todos estos valores que se producirían en la economía comprenden el Producto Interno

Bruto (PIB), que en primera instancia es la medida más simple del bienestar, y que puede

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ser comparativa entre países, de tal forma, que su distribución per cápita se constituye en

la medida más básica comparativa de bienestar individual.

Sin que se pueda considerar que el crecimiento económico únicamente, procure ser una

medición del crecimiento del bienestar, pues no siempre existe relación directa ente

crecimiento y bienestar social (Quadrado, 1997 citado en Chasco y Hernández, 2003).

En objeto del enfoque contable es el de realizar mediante la medición de

macromagnitudes como la renta, la producción, el consumo, el PIB, la renta nacional

disponible, el producto interior, la inversión, el ahorro, entre otras, una primera

aproximación comparativa del bienestar de los individuos de una sociedad (Núñez, UAH,

notas de clase, 2014).

A pesar de las numerosas críticas que se hacen a este enfoque, y que surgen del hecho

de que en el concepto del bienestar se incorporan no solo elementos subjetivos, la World

Values Survey (WVS) para 1990 mostró un coeficiente de correlación de (0,79),

considerado como “alto” entre el bienestar subjetivo y el PIB per cápita (Pena, 2009), valor

que de cierta manera, refleja la correspondencia del uno para con el otro, obteniéndose

en los tramos más bajos de la renta una correlación mayor de los cada vez más altos. Sin

que esto, a nuestro parecer, justifique el uso de un enfoque tan limitado en la medición de

un concepto tan amplio como el del bienestar social, pero en el cual su funcionalidad

como una primera aproximación pragmática del mismo es innegable y de mucha utilidad.

2.1.2 Enfoque normativo

El enfoque normativo deriva de la microeconomía y particularmente del axioma de las

preferencias reveladas, en donde el comportamiento del consumidor, nos permite inferir

sobre la utilidad que recibe el mismo, de tal manera que esta utilidad represente de la

misma manera las elecciones de este, teniendo así que el Auto-interés = Preferencia =

Elección = Satisfacción = Bienestar (Ramírez, 2009).

Esta utilidad individual que es proporcionada por todos los bienes y servicios que el

individuo selecciona, según el escogimiento que este realiza siguiendo un orden

coherente y único en todas las canastas de bienes, se realiza evaluando la satisfacción

que produce cada canasta en el individuo, de tal forma que en términos teóricos

podríamos de la misma manera que de forma individual, inferir sobre el bienestar social.

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En el sentido práctico Pena (2009) afirma que si ciertamente podríamos medir en escalas

ordinales las funciones de utilidad individuales, y de estas, inferir sobre la satisfacción de

las necesidades, bajo las premisas correspondientes a la teoría de las preferencias

reveladas, únicamente podríamos hacerlo en teoría, ya que para cada consumidor,

deberíamos tomar en consideración todas las canastas de bienes sobre los que este toma

sus decisiones, y claro, es de esperarse que sean muchas las canastas de bienes y

servicios, y la complicación crece el momento de agregar las utilidades individuales a nivel

de toda la sociedad, dado que la maximización de la utilidad social viene dada en el

mismo sentido a partir de las curvas de indiferencia individuales, y en cada una de ellas

toda la diversidad humana (Núñez, UAH, notas de clase, 2014); estableciendo así que el

sentido práctico de este enfoque es inaplicable según lo demostraría el Teorema General

de la Imposibilidad de Arrow (1951) expuesto en “Social choice and individual values”, es

así como se establece que la construcción de una ordenación social, a partir de las

ordenaciones individuales no cumplirían las condiciones de 1) Racionalidad colectiva

(dominio no restringido), 2) Condición de monótonicidad, 3) Independencia (el juicio sobre

cada par de alternativas es independiente de las alternativas restantes) , 4) No imposición

(determinada por los deseos individuales), 5) No dictadura (Müller, 2000).

2.1.3 Enfoque a través de los indicadores sociales

Como se ha recalcado anteriormente, el bienestar social denota ostensiblemente un

carácter multidimensional, sobre el cual, desde el enfoque económico, su medición resulta

limitada al enfoque del crecimiento, el mismo que históricamente, por sus propias

limitaciones, ha pasado a considerarse como un medio, más que como un fin. En este

sentido las limitaciones que tiene el crecimiento para traducirse en bienestar, han sido

ampliamente tratadas; el caso más evidente y que reiterativamente ha servido para la

expresar las limitaciones de la contabilidad nacional en el bienestar social es el de la

evolución del producto per cápita de la economía norteamericana versus la evolución de

la satisfacción de vida de los norteamericanos, la misma que no mantiene una tendencia

de similares características al crecimiento del PIB per cápita.

La paradoja de Easterlin presentada en 1974 en su publicación “Does Economic Growth

Improve the Human Lot? Some Empirical Evidence” cuestiona al enfoque tradicional

económico que afirma que el nivel de felicidad de los individuos se incrementa mientras

se incrementa el nivel de sus ingresos personales, mediante la ejemplificación realizada

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con los indicadores de los Estados Unidos, comparando al producto Interno Bruto y a la

Felicidad Interna Bruta de dicho país, con datos entre 1946 y 1970, para los cuales, el

cambio de la satisfacción de los individuos no habría demostrado una tendencia de

variación homogénea en el mismo sentido en que se dio el crecimiento económico. A

pesar de la criticas que presenta la paradoja, entre ellas las realizadas por Hagerty y

Veenhoven (2003), Easterlin plantea que a medida que las necesidades básicas son

satisfechas por el “estado de bienestar” (Pena, 2009), la satisfacción que los individuos

buscan se inclina hacia dimensiones que sobrepasan al materialismo; tendencia que

Easterlin revisa en 2010 (“The happiness–income paradox revisited”).

Considerando esto, el enfoque de los indicadores sociales, presenta una visión ampliada

al de la contabilidad nacional, este instrumento pretende complementar información que

las macromagnitudes no incorporan, y que son pertinentes al concepto del bienestar

social; de tal forma que mediante un único valor, los indicadores sociales de manera

agrupada, comprendan índices monetarios y no monetarios.

Existe una gran variedad de indicadores sociales, sobre el cual no existe un único

consenso ya que la tarea del investigador es precisamente el de reconocer en la

información que agrega, una imagen de conjunto en el índice y su utilidad.

El enfoque de los indicadores sociales, aunque de manera descriptiva, fue tratado en el

período de entre guerras, y fue definitivamente retomado a partir de las décadas de los 60

y 70, por grupos de científicos sociales estadounidenses y europeos, pasando

posteriormente esta iniciativa a organizaciones de carácter estatal e internacional, como la

ONU u OCDE.

Sobre un sistema de indicadores, dado lo amplio del espectro de las dimensiones del ser

humano, se genera una gran variedad de criterios y barreras sobre un conceso acerca de

un tratamiento único para enlazar estas dimensiones económicas, ambientales, sociales,

entre otras, en una misma unidad común (Cechinni, 2005); en donde la participación de

los organismos internacionales ha procurado estrechar las diferencias. Así es el caso del

informe “Hacia un sistema de estadísticas sociales y demográficas” (SESD) de las

Naciones Unidas que en 1975 establecería la necesidad de los indicadores sociales, así

como los criterios para definirlos, además de algunos métodos para su construcción.

16

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) también en la

década de los 70 comienza el grupo de estudio para la implantación del Programa de

Indicadores Sociales, que concluiría con la publicación en 1982 de “La lista OCDE de

Indicadores Sociales”, aportando intenciones de investigación que se replicaron por parte

de la Oficina Europea de Estadística (EUROSTAT) en el viejo continente y por la comisión

Económica para América Latina (CEPAL), desarrollándose además, varias experiencias

individuales de países: el INE en España, INSEE en Francia, la Institución “Gesis” en

Alemania, entre otros. Pero cabe mencionar, que el punto de partida para los ejercicios

nacionales sobre indicadores sociales es el Conjunto Mínimo de Datos Sociales

Nacionales (CMDSN), en el que se consideran temas relevantes de política social que

serían de fácil acceso por parte de las instituciones de estadísticas de los diferentes

países, siendo desarrollado por un grupo de expertos después de varios análisis, y que de

cierta manera, en las economías en las que las estadísticas públicas no cuentan con

tratamientos, propios, permite la aproximación y comparación de mediciones en un

contexto internacional.

Así, las diferentes propuestas que se realizan sobre los indicadores sociales definen a

estos por la capacidad que poseen de atender varias dimensiones argumentando que los

mismos son una manera de resumen del estado y la evolución en el tiempo de un ámbito

que es de preocupación social, todas las propuestas destacan el carácter de que estos

corresponden a diferentes parcelas o dominios, y que para su tratamiento el escogimiento

de los dominios resulta esencial. Al respecto de la validez del escogimiento de los mismos

Pena (2009) sostiene que dichas parcelas deben mantener como criterios de selección,

cuando menos, los siguientes: 1) Estar basados en los productos finales, no ser

intermedio ni cuantificadores de volúmenes, 2) Formar parte de una parrilla que cubra el

conjunto de las preocupaciones sociales y 3) Corresponder estrechamente a la

preocupación social a la que se aplica, siendo una descripción estrecha de un fenómeno

social.

Con el estudio de los dominios como la base para la aproximación a la generación de

índices que comprendan las características del bienestar, la selección de estos está

basada en la existencia de objetivos e intereses sociales comunes entre las sociedades,

en donde, de presentarse sociedades muy heterogéneas, cabría hacer un análisis

particular; sin que estas diferencias derriben los consensos sobre los dominios

planteados, ya que la respuesta seria el usar las mismas áreas pero permitiendo que los

17

indicadores se adapten a cada sociedad (Anand y Sen, 1992 citado en Molpeceres,

2008:12).

2.1.3.1 Batería de Indicadores e Indicadores Sintéticos

“Una batería de indicadores es un conjunto de indicadores de diferentes dimensiones que

se reúnen de manera temática con el fin de comprender mejor un ámbito político

(bienestar social) donde los resultados son abstractos, difíciles de medir o con datos

incompletos” (UNESCO, 2011:8). Esta definición que provee la UNESCO concede a las

baterías de indicadores la posibilidad de analizar las interconexiones entre indicadores, de

tal forma que el tratamiento de estos diferentes aspectos proporcione conocimientos que

un solo indicador no puede, dada la complejidad del concepto del bienestar social.

Esta capacidad de superar las lagunas de información es la principal ventaja de una

batería de indicadores; sin embargo, el escogimiento de los indicadores que ofrecen una

mayor información del fenómeno, recaen en la perspectiva del investigador, así como en

los objetivos del marco teórico, y la disponibilidad de información. En donde el paso

siguiente es el de operacionalizar la información, pasando del concepto teórico al lenguaje

científico para el cual el algoritmo usado se refiere a operaciones estadísticas de diversa

índole, pudiendo, por su grado de complejidad o simplicidad, en un carácter

unidimensional remitirse a técnicas simples como sumatorias y diferencias, y en su

carácter multidimensional a técnicas complejas que generalmente se denominan:

números índices (Rodríguez, 2001).

Un indicador sintético es “un indicador global que proporciona una visión conjunta de la

situación de los individuos de una colectividad en relación con el bienestar” (Zarsosa,

1996 citado en Somarriba 2008: 121).

Estos se constituyen a través de las baterías de indicadores y son en la actualidad el

enfoque que prima en el estudio del bienestar, una vez que se ha reconocido y encogido

en su tratamiento su claro enfoque multidimensional. Son de gran difusión indicadores

sintéticos entre los cuales destacan (por sus siglas): PQLI (Morris, 1979), IEWB (Sharpe y

Osberg, 2006), IDH (UNDP, 2006), DW Index (Dasgupta y Weale, 1992), Advanced QOL

Index (Diener, 1995), HLE (Veenhoven, 1996), entre otros.

18

Desde el punto de vista aplicado, el construir un indicador sintético implicaría establecer

un procedimiento matemático para agregar el conjunto de indicadores individuales, con el

fin de representar el fenómeno en una única dimensión. Es precisamente el procedimiento

de agregación el punto de controversia de la construcción del índice, ya que este proceso

implicaría implícitamente que “el analista debe adoptar una serie de decisiones subjetivas”

que claro, podrían por si solas determinar los resultados (Blancas et al., 2011).

Con el fin de limitar el grado de subjetividad en el tratamiento de estos, priman las como

métodos de reducción de dimensiones: 1) Mediante técnicas factoriales, y 2) Mediante

Distancias.

El método de componentes principales, consiste en condensar la información incorporada

en un conjunto de componentes, con la característica de que las dimensiones de esta

información están incorrelacionadas entre sí; de tal forma que este método asigna como

pesos de las variables a las cargas factoriales del primer componente principal (Nuñez et

al., 2005).

Somarriba y Pena (2008), sostienen que si bien el método de las componentes principales

soluciona el problema de las correlaciones entre los indicadores que las componen, estas

a pesar de ser matemáticamente correctas, no poseen interpretación económica alguna, y

los resultados numéricos obtenidos con los pesos otorgados por las cargas factoriales

carecen de interpretación cuantitativa; de tal manera que su utilidad es únicamente con un

carácter comparativo.

Estas técnicas son muy difundidas en investigaciones sobre el carácter multidimensional

del bienestar, a recalcar que investigaciones con un carácter matemáticamente riguroso,

emplean estos métodos de forma complementaria (Pena, 1975), ya que mientras una

técnica sintetiza la información de la variables, la segunda compara la posición de las

unidades de análisis.

Sobre las segundas, las medidas de distancia, consisten en que en que el indicador

muestra las distancias que existen entre un territorio geográfico concreto para con un

territorio teórico de referencia. Destaca en este enfoque la medida de distancia 𝐷𝑃2

recurrentemente empleada para la realización de comparaciones inter-temporales e inter-

espaciales.

19

Sean:

m el número de países, n el número de variables, 𝑥𝑖𝑗 el valor de la variable i en el país j,

𝜎𝑖 la desviación típica de la variable i, y 𝑅𝑖,𝑖−1,…,12 el coeficiente de determinación de la

regresión 𝑋𝑖 sobre 𝑋𝑖−1, 𝑋𝑖−2, … , 𝑋1.

Se define la Distancia P2 de la siguiente forma:

𝐷𝑃2 = ∑ {(𝑑𝑖

𝜎𝑖) (1 − 𝑅𝑖,𝑖−1,…,1

2 )} ;

Con 𝑅12 = 0 donde 𝑑𝑖 = 𝑑𝑖(𝑟 ∗) = ⎹𝑥𝑟𝑖 − 𝑥∗𝑖⎹ y la base de referencia 𝑋∗ = (𝑥∗1, 𝑥∗2, … , 𝑥∗𝑛).

El indicador de distancia, soluciona los problemas relacionados a la agregación de

variables expresadas en distintas medidas, además de que mediante un mecanismo

corrector es posible retener de cada variable la información nueva que es incorporada por

esta, de tal manera que se corrigen la ponderación arbitraria y la duplicidad de

información (Somarriba y Pena 2008).

2.1.3.2 Limitaciones sobre el enfoque de los indicadores sociales

Una posible objeción a los indicadores sociales es que no son muy disimiles a las

medidas de la riqueza, de tal manera que según algunas consideraciones resultarían

innecesarios. Por ejemplo, Diener y Diener (1995) informa de correlaciones entre la

riqueza de las naciones y los indicadores sociales que son a menudo tan altas que uno

podría preguntarse si deberíamos “molestarnos” en utilizar los indicadores sociales ya que

la riqueza puede dar cuenta de gran parte de la calidad de vida de las naciones. En este

mismo sentido el “Advanced QOL” de Diener, que se compone de variables como

médicos per cápita, tasa de ahorro, la igualdad de ingresos, y los tratados ambientales

firmados, se correlaciona en 0.91 (p<0.001) en relación al poder adquisitivo per cápita de

las naciones, que de alguna forma podría considerarse como una evidencia de que las

magnitudes de riqueza son suficientes para explicar la calidad de vida de las naciones.

A pesar de lo aseverado, claro, se pueden encontrar situaciones en las que países con

menos ingresos que otros logren aproximadamente la misma calidad de vida mediante los

indicadores sociales, así como países que con ingresos similares se encuentren lejanos

respecto a la calidad de vida. Aquí subyace el hecho de que la riqueza si bien proporciona

20

la primera aproximación de la calidad de vida material de las naciones, al mismo tiempo

determina que los indicadores sociales contienen más información que las medidas

económicas; de tal forma que se pueden presentar escenarios diversos a condiciones

similares.

Diener (1997) asevera que los indicadores sociales son falibles, debido al sub-registro así

como de registros insuficientes, diferencias entre la percepción de las sociedades,

exclusión de ámbitos debido juicios subjetivos en cifras ostensiblemente objetivas;

afirmando además que incluso cuando las variables miden con mucha precisión el ámbito

seleccionado, y se ha generado un acuerdo sobre lo que se va a medir, queda en pie la

cuestión de si representa inequívocamente en la sociedad la noción de “buena” y que

resulta aún más difícil tomar decisiones sobre consideraciones como “demasiado” o “muy

poco”, sobre todo en un acuerdo político en el uso de estas definiciones.

Aún ante estas consideraciones los indicadores sociales actualmente se basan en valores

ampliamente compartidos, de tal manera que reflejan ideales normativos de una sociedad

a más de precisar sus circunstancias actuales, estos a su vez permiten realizar un índice

general que corresponde a una combinación de indicadores de tal manera que se puede

analizar el objeto de interés desde múltiples ángulos, y ya depende del uso de los

indicadores o de los índices agregados, y del modo que empleemos los mismos a la

comprensión parsimoniosa y especifica de los datos o una situación agregada en aras de

comparaciones inter-temporales o inter-espaciales, sacrificando la precisión de cada

indicador social.

2.2 Indicadores subjetivos del bienestar

Ya a partir de finales de los años 60 e inicios de los 70 la Universidad de Leyden

desarrolla el concepto de “experienced utility” o utilidad experimentada, siendo Van Praag

(1968) quien propone medir cardinalmente la utilidad que perciben los individuos y hacer

comparaciones entre estos, basándose en dos supuestos. El primero es que los

individuos son capaces de evaluar los niveles de ingreso en general, y de sus propios

ingresos, en particular, en términos de "bueno", "malo", "suficiente" y así sucesivamente y

llama a estos términos "calificadores verbales". La segunda suposición es que las

clasificaciones verbales pueden ser traducidas de una manera significativa en una

evaluación numérica en una escala limitada, por ejemplo [0-1] (Van Praag citado en

Kahneman et al., 1999: 417-418), sin que este sea el único ejercicio sobre el uso de

21

cuantificadores verbales o medidas de la utilidad experimentada; en este sentido las

evidencias de la cuantificación subjetiva del bienestar han superado numerosas pruebas

de validación, al respecto se puede acudir a los estudios de Easterlin (1974), y más

recientemente Veenhoven (2003) y Giannetti (2005), en los que se manifiesta a la

felicidad como medida del bienestar de la población.

A tenor de la relación positiva entre riqueza y felicidad, en el estudio de las series

temporales a nivel de países, se comprueba que a pesar de que los niveles de ingreso per

cápita del país hayan incrementado, la percepción de las personas sobre su felicidad no

necesariamente se incrementa, sino más bien, se mantiene relativamente inmodificable o

no se incrementa en la misma proporción, sin demostrar una correlación directa o robusta

entre estas variables (paradoja de Easterlin). Pero cuando se realiza similar comparación

en el interior de un solo país, y en un momento específico de tiempo, la correlación entre

el ingreso y la felicidad o satisfacción con la vida si es robusta y directa (Easterling, 1974

citado en Ramírez, 2009: 18).

La causalidad que mantiene el bienestar subjetivo, se ha comprobado de manera

empírica, y está ligada a una variedad de factores entre los cuales destacan, los aspectos

genéticos (Tegllegen, 1988 citado en Healy, 2005), la salud física, así como también el

acceso mínimo a ciertos bienes y servicios considerados esenciales. (Marín, 2009), otro

factor considerado en la presencia de altos niveles de satisfacción es la religiosidad

(Diener, 1999 citado en Healy, 2005), de la misma manera, el matrimonio (Frey y Stutzer,

2005) y la sociabilización (Laynard, 2003) corresponden ambos a actividades

satisfactorias para el individuo, Diener (1999) en Healy (2005) asegura una fuerte

correlación positiva entre el bienestar subjetivo y la auto-estima de la persona en

sociedades individualistas, así como la evidente correlación positiva por parte de las

causales de felicidad, como indicador de bienestar, y los niveles de educación formal.

Todos estos aspectos o dominios que están ligados al bienestar subjetivo y que confluyen

en el estudio de la tradición hedónica del bienestar, se aproximan a los términos de

“satisfacción con la vida”, “satisfacción con el dominio” y “felicidad global”, el primero se

refiere a la calificación que otorga un individuo de su vida como un todo, considerando

algún umbral de comparación como referencia. Mientras que en la satisfacción con el

dominio, el individuo realiza dichas evaluaciones con respecto a un ámbito específico de

su vida: trabajo, situación financiera, ocio, educación, medio ambiente, entre otros

22

(Diener, 2006 citado en Villatoro, 2012: 24), en un sentido ascendente hacia la

satisfacción general con la vida y en sentido descendente le permite reforzar la

satisfacción para con los dominios. La felicidad global, por otro lado, es el grado que un

individuo disfruta de la vida que lleva, llevando juicios que integren todos los criterios para

valoración (Veenhoven, 2009 en Villatoro, 2012: 24); en este respecto los criterios se

diferencian dado que la “satisfacción con la vida refleja la distancia percibida de los

individuos con relación a un umbral de comparación, mientras que la felicidad resulta del

balance entre los afectos” (Villatoro, 2012).

Para observar objetivamente la felicidad o la satisfacción de la vida, el método más

empleado es el de encuestas, por medio de cuestionarios y entrevistas elaboradas,

mediante las cuales se solicita al individuo realice auto-reportes sobre estas experiencias,

en donde el principal argumento para considerar estas experiencias medibles es que las

funciones que relacionan estas percepciones con los estímulos físicos generados, en

dichas percepciones, son similares para personas distintas (Villatoro, 2012).

Con respecto a las encuestas, continuando con el estudio publicado por la CEPAL en

2012, se refiere a la diversidad de preguntas diseñadas con este fin, las mismas que se

constituyen en variaciones de la pregunta formulada en 1960 por Gurin, Veroff y Feld y

que reza: “¿Considerándolo todo, usted diría que usted es?”: 1) Muy feliz, 2) Bastante feliz

3) Poco feliz, incluyéndose posteriormente en la Encuesta Mundial de Valores, así como

en el Latinobarómetro el rango: 4) Nada feliz. En lo que respecta a la satisfacción para

con los dominios, priman escalas de respuestas de 1 a 10 puntos, similares a la pregunta

planteada por Czapinski (1991) que reza: “¿Indique cuan satisfecho se siente usted con

respecto a cada uno de los siguientes aspectos de su vida en estos días?”, de igual

manera la pregunta que se incluye en la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y

Subempleo ENEMDU para el Ecuador, que trata diferentes dominios, como son:

profesión, trabajo, situación financiera, estado de salud, vivienda, tiempo libre, familia,

educación, ambiente, vida social, estado civil, participación dentro de la comunidad y

gobierno, en donde se solicita se asigne en un escala de [0-10] la percepción del

individuo. Así mismo, en el sentido de la satisfacción global, la pregunta se realiza

conjuntamente a la de las satisfacciones por dominios reza: “¿Cómo se siente usted

respecto a: La satisfacción general con su vida, es decir tomando en cuenta todos los

aspectos de la vida?”, evaluación equiparable a la del World Database of Happiness de

Ruut Veenhoven que realiza la pregunta de: “¿Cuán satisfecho o insatisfecho está con su

23

vida-como un todo en estos días?", y que coincidiría también con la autopercepción de la

felicidad ya que sería resultado del balance que realiza el individuo sobre los afectos para

todos los dominios. Siendo de esta manera que la satisfacción global se equipara a un

sentimiento de felicidad, mientras que la satisfacción por dóminos no es necesariamente

equivalente a una felicidad por dominios.

La satisfacción por dominios (DS) entonces se estima:

𝐷𝑆𝑖 = 𝑓 (𝑋 , ℇ)

Dónde:

X = matriz de variables explicativas (sociales, económicas y demográficas), y ℇ = la

influencia aleatoria dado las variables omitidas.

Así la función de la satisfacción general sería:

𝐺𝑆 = 𝐺𝑆(𝐷𝑆1, … , 𝐷𝑆𝑘)

Satisfacción general (GS) que utilizaremos como sinónimo de felicidad, y que es producto

de las satisfacciones de todos los dominios (Ramírez, 2009).

2.3 Alcance y Limitaciones de los indicadores objetivos y subjetivos.

En múltiples estudios correlacionando al bienestar objetivo del subjetivo se evidenció una

disociación entre estos conceptos (Easterlin, 1974) (Brickman, 1979), mientras que en

otras investigaciones se ha podido relacionar a la actividad económica de los países con

el bienestar subjetivo, que con sus respectivas excepciones, argumentan que los niveles

de satisfacción, felicidad y demás indicadores de bienestar subjetivo son mayores a

mayores niveles de PIB per cápita o demás indicadores monetarios de bienestar de los

países e individuos (Veenhoven, 1994) (Boarini et al., 2006).

Esta sensación de parcial, falto, insuficiente, todos estos sinónimos de incompleto,

resultan el mayor argumento a la principal limitación de los indicadores objetivos del

bienestar o calidad de vida, tema al que nos hemos referido ya en el presente documento.

Las limitaciones de los indicadores subjetivos, citados con más amplitud en las

investigaciones científicas, resultan de la posibilidad de medición cardinal de las

24

percepciones, esencialmente, y más allá de los estudios empíricos que avalan la

pertinencia de la inclusión de los mismos en el tema del bienestar, presentamos a

continuación algunas consideraciones del carácter más profundo sobre lo que revelan los

datos recogidos en un país en vías de desarrollo, con datos recabados mediante

encuestas para la medición de las experiencias subjetivas de los individuos en los ámbitos

estudiados.

Uno de los factores que ha relegado a la subjetividad, o al que que por lo menos le han

dado un tratamiento ambiguo, es el que en los países en vías de desarrollo y

subdesarrollados, incluye a las privaciones materiales básicas, trascendiendo de esta

manera lo académico, contrastando esta realidad a la de las condiciones de vida de otras

sociedades, llamadas desarrolladas, en donde las necesidades básicas, en tanto y en

cuanto estas están siendo satisfechas, promueven a que los individuos se desplacen

hacia una etapa post materialista, una etapa más preocupada de su autorrealización

(Inglehart, 1971 citado en Villatoro, 2012: 14).4

En algunas ocasiones, las encuestas mostrarían como más felices a individuos

provenientes de regiones desfavorecidas, en este sentido, la adaptación al medio, el

desconocimiento y ausencia de bienes y medios no provoca insatisfacción, dada la

costumbre a las carencias o el mismo desconocimiento, y aunque presenta un escenario

en la medición favorable, es fácil de intuir que no se consideraría este como optimo

(Chasco y Hernández, 2003) (Diener 1997).

Ahora refiriéndonos a la medición cardinal de los indicadores subjetivos, Laynard (2003),

se refiere al descubrimiento de Richard Davidson que en 2002 correlaciona efectos

fisiológicos en determinadas áreas del cerebro humano en el caso de las sensaciones que

produce el bienestar. Rodrigo Marín (2009) recoge que la actividad cerebral de los

sentimientos positivos son desarrollados en el lado izquierdo de la corteza pre-frontal del

cerebro, así como los negativos al lado derecho, y que de la cantidad de flujo de oxigeno

generado para realizar la actividad eléctrica en el cerebro, se permitiría establecer así una

medida o escala de la intensidad que es experimenta por parte de los individuos, lo cual

haría comparable las sensaciones entre estos.

4 Al respecto puede referirse al teorema de Mashlow y la jerarquía de las necesidades humanas.

25

Concluyendo, que la complementariedad entre ambas representa una vía de salida ante

las limitaciones aquí descritas, u otras, que presentan ambas parcelas de análisis con el

fin de hacer uso de todas las propiedades que poseen los indicadores sociales desde la

objetividad o subjetividad.

3 Indicadores del bienestar en el Ecuador

3.1 Indicadores objetivos y subjetivos en el Ecuador

En el análisis capitulo anterior se procuró argumentar porque el tratado del bienestar

social debe ser realizado desde una perspectiva holística, en donde se incluyan las

perspectivas objetivas y subjetivas, en este sentido en el presente capítulo se presentara

al Ecuador bajo dichas consideraciones.

3.1.1 El Ecuador en el mundo

En primer lugar ubiquemos al Ecuador en un contexto internacional.

Gráfico 1: Satisfacción con la Vida VS PIB per cápita (PPP) a nivel mundial, 2010

ECUADOR

0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

$0 $20,000 $40,000 $60,000 $80,000 $100,000 $120,000 $140,000

SAtis

facc

ión

con

la V

ida

PIBpc (PPP)

Satisfacción con la Vida vs PIB per cápita (PPP), 2010

FUENTE: PNUD, World Database of Happiness ELABORACIÓN: Propia

En el contexto de las naciones, el Ecuador no se sitúa entre los países considerados

“infelices”, pero tampoco podría clasificarse entre el opuesto de la escala del World

Database of Happiness de Ruut Veenhoven, que para una porción cercana al valor de 10,

26

asigna una percepción de “muy feliz”. Estrictamente siguiendo con esta clasificación se

podría asignar en términos generales al Ecuador entre los países “bastante felices”. Una

consideración que al respecto se debe realizar es que no siempre ha sido así, ya que este

índice posterior al año 2007 ha presentado una tasa de variación positiva de entre 20

puntos porcentuales.

Como se aprecia en el Grafico 1 la relación entre el ingreso y la satisfacción con la vida

podría corresponderse de manera logarítmica, ya que algunos países con niveles de

ingresos bajos poseen niveles de satisfacción similares a los países de mayores ingresos,

sin que esta afirmación presuponga saltarnos consideraciones sociales y étnicas en la

percepción de la satisfacción con la vida en cada país, ni que presuponga que no existe

correlación entre el ingreso y la felicidad, pero que como un instrumento didáctico nos

permite justamente cuestionarnos sobre la complejidad y la causalidad de la dimensión

subjetiva de la objetiva o viceversa.

Gráfico 2: Satisfacción con la Vida VS IDH

ECUADOR

0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9 1

SAtis

facc

ión

con

la Vi

da

IDH

Satisfacción con la Vida vs IDH, 2010

FUENTE: PNUD, World Database of Happiness ELABORACIÓN: Propia

En el concierto internacional, en la relación entre el Índice de Desarrollo Humano y la

escala de satisfacción con la vida o felicidad, se exhibe una relación directa, ya que

corresponde a mayores niveles de desarrollo humano una percepción de la felicidad más

alta.

27

Gráfico 3: Felicidad promedio 2007 VS Felicidad promedio 2010, Latinoamérica

FUENTE: Veenhoven, World Database of Happiness ELABORACIÓN: Propia

A nivel regional, la perspectiva cambia, ya que para 2007 el Ecuador se encontraba entre

los países cuya percepción de la felicidad era de las más bajas de la región, situación que

si bien ha cambiado para 2010, debido a que como se indicó, dicho índice se ha

incrementado en magnitud, sigue ubicándose de entre los países con un índice bajo en

Latinoamérica, y esto a pesar de que con respecto al IDH, PIBpc, y crecimiento

macroeconómico el Ecuador se ha ubicado por sobre el promedio de la región respecto al

crecimiento económico, y se encuentra ubicado entre los países con un índice de

desarrollo humano alto. Es de destacar, al respecto de lo anterior, que Ecuador y Perú

crecen al 4.5% y 5.2% anual respectivamente, ambos países con un IDH de 0.71 y 0.73, y

a pesar de esto se encuentran ambos en estos bajos niveles respecto a la satisfacción

con la vida. Bolivia que a pesar de no contar con estás tan alentadoras perspectivas

macroeconómicas, comparte con ambos países esta baja clasificación, lo que si tiene en

común con ambas, es que son los 3 los países con mayor población indígena de la

región; particular que trataremos un poco más adelante.

ARGENTINA

BOLIVIA BRASIL CHILE

COLOMBIA COSTA RICA

ECUADOR

EL SALVADOR

GUATEMALA MÉXICO

PANAMA

PARAGUAY

PERU

URUGUAY VENEZUELA ARGENTINA

BOLIVIA

BRASIL

CHILE

COLOMBIA COSTA RICA

ECUADOR EL SALVADOR

GUATEMALA MÉXICO

PANAMA

PARAGUAY

PERU

VENEZUELA

5

6

7

8

9

10

Felicidad promedio 2007 Felicidad promedio 2010

28

3.1.2 A nivel interno

Gráfico 4: Evolución PIBpc vs Felicidad

FUENTE: INEC, Veenhoven ELABORACIÓN: Propia

El Ecuador a partir de la dolarización de su economía, producto de la crisis financiera del

año 1998 y 1999 hasta la ejecución de dicha política monetaria en el año 2000, ha venido

presentando un sostenido crecimiento de su producto interno bruto, que si bien responde

en gran medida a los precios internacionales de petróleo, ha permitido, gracias en gran

parte a la decisión política, que producto de ese crecimiento le corresponda también un

importante aumento de la inversión pública en los sectores de: 1) Desarrollo social y

talento humano, 2) Producción y sectores estratégicos, 3) Seguridad y justicia, y 4)

Patrimonio, política económica y política, según la ejecución anunciada por el gobierno;

mejorando así la calidad y el acceso de la población en educación, salud, infraestructura

pública, seguridad social, entre otros. Estas inversiones representan alrededor del 15%

del PIB, liderando en la región el porcentaje de inversión pública, experimentando un

importante crecimiento de las condiciones de vida del país. Es menester de la presente

investigación vislumbrar que a pesar de tal escenario económico-social, la percepción de

las personas acerca de su felicidad se vea indiferente a este crecimiento económico,

presentándose, de cierta forma, la corroboración que se haría para el Ecuador sobre la

paradoja de Easterlin.

0

2

4

6

8

10

0

500

1000

1500

2000

2500

3000

3500

4000

4500

5000

1997 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2010

Años

Felic

idad

PIB

pc

(PP

P)

Evolución PIBpc, Felicidad

PIBpc (PPP) Felicidad

29

Tabla 1: Distribución de frecuencias satisfacción por dominio 2010

NIVEL DE SATISFACIÓN 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 PROMEDIO

TRABAJO 4.3 1.7 2.8 4.0 5.5 14.0 9.3 11.3 15.8 9.2 22.1 6.8

SITUACIÓN FINANCIERA 4.8 3.1 6.3 9.4 11.2 23.1 12.1 11.1 9.5 3.4 6.0 5.2

SALUD 2.1 1.9 3.6 5.1 6.9 15.6 10.8 13.1 16.5 8.7 15.7 6.5

VIVIENDA 2.9 1.6 3.0 4.8 6.3 14.3 9.3 11.7 15.7 9.7 20.7 6.8

TIEMPO LIBRE 1.9 1.5 3.2 5.3 7.4 15.6 11.7 13.4 15.2 7.6 17.3 6.6

EDUCACIÓN 4.2 3.0 5.1 6.5 8.5 15.5 9.7 10.1 12.3 7.1 18.0 6.2

MEDIO AMBIENTE 1.7 .9 2.2 3.7 6.1 16.1 12.1 14.5 16.7 8.6 17.4 6.8

VIDA SOCIAL 1.0 .8 2.0 3.0 4.6 11.2 10.1 13.8 19.2 11.5 22.9 7.3

ESTADO CIVIL 3.2 1.6 2.1 2.8 3.3 7.9 5.8 8.4 14.1 12.8 37.9 7.7

PARTICIPACIÓN SOCIAL 3.0 1.5 3.2 4.2 5.3 13.3 10.7 12.9 16.2 9.2 20.7 6.8

GOBIERNO 7.3 3.0 4.1 5.3 6.5 18.1 10.1 11.6 13.3 6.8 13.6 5.9

SATISFACCIÓN EN GENERAL 0.4 0.4 0.8 1.3 3.0 10.6 10.9 17.4 24.1 12.6 18.4 7.5

FUENTE: INEC, ENEMDU ELABORACIÓN: Propia

Tabulando los datos de la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo

(ENEMDU) de 2010 con 79 232 observaciones, de cuyas al final 20 338 corresponden a

los jefes de hogar, a los que se les pregunta acerca de su satisfacción con algunos

dominios de la vida, y que incluye una pregunta que engloba dichas consideraciones

sobre estos; presentamos los resultados en la tabla de distribución de frecuencias de

cuyos promedios podemos utilizar como un valor referencial sobre la satisfacción de los

ecuatorianos con cada dominio. Cabe mencionar, que únicamente a partir de 2006 la

ENEMDU incluye preguntas sobre satisfacción por dominios, como un intento por parte

del órgano rector de la estadística nacional de inferir sobre el bienestar subjetivo de los

individuos.5

Haciendo uso de la asignación que hace la SENPLADES sobre las categorías utilizadas

para la clasificación de los datos de la ENEMDU, y tratadas por Ramírez (2009) en lo

siguiente se asignará la percepción de “muy infeliz” a los valores entre [0,2], “infeliz” (2,4],

“parcialmente feliz” (4,6], “feliz” (6,8], “muy feliz” (8,10].

5 Se anexa la tabulación de la ENEMDU correspondiente a los años comparativos

30

Gráfico 5: Evolución de la satisfacción por dominio en Ecuador

0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

TRABAJO SITUACIÓNFINANCIERA

SALUD VIVIENDA TIEMPO LIBRE EDUCACIÓN MEDIO AMBIENTE VIDA SOCIAL ESTADO CIVIL PARTICIPACIÓNSOCIAL

GOBIERNO SATISFACCIÓN ENGENERAL

Niv

el

de

Sa

tis

fa

cció

n

Dominio

Evolución de la satisfaccion por dominio en Ecuador

PROMEDIO 2006 PROMEDIO 2007 PROMEDIO 2010

FUENTE: INEC, ENEMDU ELABORACIÓN: Propia

Podemos afirmar que el ecuatoriano en términos generales se percibe como “muy feliz”

en el 2010, situación que cambió según los datos presentados con la tabulación de las

encuestas de 2006 y 2007, realizadas bajo las mismas consideraciones que las del año

eje de la presente investigación, y que representan al período antes de la administración

actual de gobierno y al primer año de la administración del gobierno, en donde

precisamente se han realizado las mayores asignaciones a inversión pública de la historia

del país desde el regreso a la democracia a partir de 1979; presentando una variación

promedio para el período actual del 20 % y que coincide con proyecciones realizadas por

organismos internacionales al respecto.

31

Gráfico 6: Distribución de frecuencias - satisfacción por dominio

0.0

5.0

10.0

15.0

20.0

25.0

30.0

35.0

40.0

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Frec

uenc

ia %

Nivel de Satisfacción

Distribución de frecuencia de satisfacción por dominio, 2010

SITUACIÓN FINANCIERA

TRABAJO

SALUD

VIVIENDA

TIEMPO LIBRE

EDUCACIÓN

MEDIO AMBIENTE

ESTADO CIVIL

VIDA SOCIAL

PARTICIPACIÓN SOCIAL

GOBIERNO

FUENTE: INEC, ENEMDU ELABORACIÓN: Propia

En términos de la satisfacción por dominios, la distribución de estos tiene un claro

comportamiento uniforme en los tramos bajos de la clasificación, pero distan en los

tramos de “muy feliz” respecto al estado civil, de entre los índices que concentran a más

personas, y con respecto a la situación financiera que presenta los niveles más bajos, en

donde la mayoría de los individuos se percibe como “parcialmente feliz” con respeto a su

situación financiera.

32

Gráfico 7: Distribución de frecuencia de la felicidad, 2010

0

5

10

15

20

25

30

0 2 4 6 8 10

Fre

cue

nci

a %

Nivel de Satisfacción

Distribución de frecuencia de satisfacción general, 2010

FUENTE: INEC, ENEMDU ELABORACIÓN: Propia

Con respecto al juicio que los individuos realizarían integrando todos los criterios para la

valoración de su vida, y que resumimos como felicidad se puede corroborar que se los

ecuatorianos se ubican mayoritariamente en entre las categorías “feliz” y “muy feliz”.

Muy a pesar de que en múltiples investigaciones, que se refieren a la medición en base a

la percepción de los individuos, se instrumentan recurrentemente en base de la escala

psicométrica de Likert (1932), es de denotar que toda instrumentación con información

ordinal, presenta una controversia implícita y que pesar de que existan en la literatura

científica muchas investigaciones que esquiven esta consideración, es muy importante de

tratarla en las lecturas que se den a los resultados de las tabulaciones de la información

recogida en la forma de dichas escalas. Dado que las escalas ordinales establecen

posiciones relativas de los objetos o fenómenos de estudio, estas poseen la característica

principal de establecer un sentido de jerarquías sobre los objetos, en nuestra

investigación, la percepción de la satisfacción por dominio o satisfacción global de cuyo

uso frecuente se emplea el término felicidad, dado que la escala no es cuantificativa sino

más bien expresa exclusivamente la posición del dato en una serie ordenada, no significa,

por ejemplo que una percepción de 1 en la escala de satisfacción, a la cual le

corresponde una valoración de “muy infeliz” versus una percepción de 3 a la que le

correspondería una percepción de “infeliz”, represente que le individuo se encuentra 3

veces más feliz que el anterior, sino que conlleva a que este haciendo un balance entre

los afectos o como hemos tratado en la presente investigación de todos las dimensiones

33

que componen su satisfacción global, considera ubicarse jerárquicamente en esa

magnitud en la escala; aquí resulta aclaratorio que evaluaciones como las de Veenhoven

y las comparaciones que se realizan en base al World Database of Happiness, si bien

frecuentemente utilizadas, se hacen en base a medias entre las distribuciones por

categorías, promediando escalas ordinales, sobre lo cual debemos considerar que

existirían medidas estadísticas de tendencia central, como la mediana que serían medidas

estadísticas que representen con mayor rigurosidad las características de los datos

recabados de las encuestas que se refieren a este tema (Nuñez, UAH, notas de clase,

2014). En base a lo antes referido, empleamos únicamente con un carácter comparativo

dichas medidas estadísticas dejando por sentado los reparos a la información que

incorporan estas, sobre la cual consideramos referirse a los porcentajes de individuos que

participan en los intervalos establecidos en las escalas de satisfacción, como una manera

más apropiada de referirnos a los datos obtenidos de las tabulaciones directas de las

encuestas.

3.1.3 Consideraciones regionales y étnicas

Así como hemos podido ubicar en un contexto internacional, a nivel de la región

latinoamericana, los países que poseen los más bajos niveles de felicidad, a nivel de país

se muestra el siguiente mapa que corresponde a las personas que se perciben en la

categoría de “muy feliz” correspondiente al intervalo de [8-10] en nuestra escala, según

los porcentajes en cada una de las regiones del Ecuador.

34

Mapa 1: Mapa de felicidad del Ecuador, 2009

FUENTE: INEC, ENEMDU ELABORACIÓN: Propia

Un punto a remarcar consiste en la heterogeneidad social en la felicidad concepto que

Marín (2009) recoge de la socióloga Yang (2008).

La identidad étnica tal como se propuso por Tafjel (1981) (citado en Marín, 2009: 23)

consiste en “aquella parte del auto-concepto de un individuo que se deriva del

conocimiento de su pertenencia a un grupo social (o grupos sociales) junto con el

significado valorativo y emocional asociado a dicha pertenencia”.

Los estereotipos negativos que las sociedades forjan sobre las culturas afectan la

identidad étnica de los individuos, generando sentimientos de inferioridad o frustración en

estos (Almeida, 1999).

35

Para el caso ecuatoriano la vulnerabilidad de los pueblos indígenas, ha sido determinada

a la condición de grupo social dominado, en donde estudios antropológicos han

determinado en estas sociedades sentimientos de incapacidad y percepciones bajas de

felicidad como consecuencia histórica de relaciones desiguales de reciprocidad así como

de la violencia de la que fueron víctimas (Guerrero, 1991).

Según datos del World Database of Happines y la CIA Worl Factbook se clasifica a

Bolivia, Ecuador y Perú como los países de Latinoamérica que presentan menores niveles

de bienestar subjetivo, sin que esto tenga relación con ingreso per cápita, son los países

con mayor presencia indígena de la región, de la misma manera Ramírez (2009) se

refiere a la provincias de Cotopaxi, Chimborazo y Cañar entre las provincias con menores

niveles de felicidad dentro del Ecuador, siendo estas de igual manera las provincias con

mayor población indígena del país, afirmación que se ha podido verificar para con datos

de la ENEMDU y que a continuación se desglosan según su evolución en el tiempo, con

respecto a calificación promedio de Satisfacción con la Vida por provincia.

Tabla 2: Promedio de satisfacción con la vida según provincia, 2009

PROVINCIA año 2009

Azuay 7.16

Bolivar 6.78

Cañar 6.88

Carchi 7.71

Cotopaxi 6.63

Chimborazo 6.42

El Oro 7.31

Esmeraldas 7.34

Guayas 7.25

Imbabura 7.26

Loja 7.25

Los Ríos 6.93

Manabí 6.96

Pichincha 7.74

Tungurahua 7.29

Amazonía 7.04

Calificación promedio de

satisfacción con la vida según

provincia, 2009

FUENTE: INEC, ENEMDU ELABORACIÓN: Propia

Una vez develada la situación sobre la percepción de la felicidad de las regiones con

mayor población indígena en el Ecuador, procuraremos a continuación una consideración

teórica para la medición holística adecuada del bienestar en el país.

36

Hemos basado el presente apartado precisamente en la relación implícita que tendrían

algunas variables sobre las percepciones, en el siguiente apartado propondremos una

aproximación a lo que convendremos en llamar un “Indicador Sintético del Buen Vivir” de

manera que evalúe holísticamente las condiciones y percepciones de los individuos en las

diferentes regiones en el Ecuador con el fin de aproximarse a un modelo conceptual que

incorpore tanto recomendaciones de organismos internacionales, así como de enfoques

de experiencias a nivel de naciones y los postulados del Buen Vivir contemplados en la

constitución ecuatoriana.

37

4 Indicador sintético de bienestar subjetivo y objetivo para Ecuador

4.1 Modelo Conceptual

El siguiente apartado tiene como objetivo el plantear conceptualmente un Indicador

Sintético de Bienestar para el Ecuador, cuyo sentido real sea el compilar los preceptos

que se han venido estableciendo en la presente investigación, recogiendo, como es

recomendación común para este tipo de ejercicios académicos, experiencias de

investigaciones sobre el tema, pero que además incluya en un tema tan disperso como el

del bienestar social la iniciativa del investigador, dado que en el Ecuador se carecen de

ejercicios innovadores sobre la medición del bienestar, que incluyan además cierta

riguridad teórica.

Sin que lo enunciado anteriormente reste validez a lo a continuación planteado,

procederemos a construir un “Indicador Sintético del Buen Vivir” para el Ecuador

incluyendo los objetivos contemplados en el “Plan Nacional del Buen Vivir”, La “propuesta

para un compendio Latinoamericano de Indicadores Sociales” de la CEPAL (2005), los

“Objetivos para el Desarrollo del Milenio” de la ONU (2000), y la propuesta para un

indicador de calidad de vida para la Unión Europea realizada en la tesis doctoral de

Somarriba (2008), basada, a su vez, en literatura propuesta por la OCDE y la Unión

Europea (UE) sobre la medición de bienestar a través de los Indicadores sociales.

Dicha construcción se basa en el enfoque escandinavo de calidad de vida cuyo

fundamento básico es que para juzgar el nivel de vida de un individuo se deben conocer

sus recursos en varios ámbitos, los mismos que no son transferibles entre sí, este criterio

amplía el abanico de posibilidades para la inclusión de varios aspectos a tratar en el

concepto del bienestar social, que a pesar de ser un instrumento concreto para la Unión

Europea, como establecería la autora: “se deben adaptar, las baterías de indicadores

seleccionadas, a la situación de los países en vías de desarrollo” (Somarriba 2008), para

nuestro caso el Ecuador.

La característica esencial común en un enfoque multidimensional y contemporáneo del

bienestar, o calidad de vida, o Buen Vivir (conceptos afines en la presente investigación),

es la de analizar estos conceptos a partir de descriptores objetivos y además de las

evaluaciones subjetivas que los individuos realizan acerca de las dimensiones que se

incorporan en estos conceptos, a las que corresponden ponderadores que los individuos

38

otorgan en función de los valores personales que estos adjudican a dichas dimensiones

(Felce et al., 1995 citado en Somarriba,2008: 20).

Ilustración 1: modelo de Buen Vivir a partir de descriptores objetivos, subjetivos y

sus ponderaciones.

ELABORACIÓN: Propia

El indicador que depende de las condiciones objetivas y subjetivas del individuo

ponderados, permitirá comprender la calidad de cada dominio de la vida, según estos

correspondan, resultando en una aproximación al Buen Vivir, sin que sea menester

principal de la presente investigación la obtención de sistemas de ponderación endógena

de los indicadores; esto sin que se haya dejado de describir los instrumentos más idóneos

y que son recurrentemente utilizados en investigaciones enfocadas a la construcción

matemática de los mismos. La presente investigación se hace sobre un mismo territorio

nacional, para los cuales existe todavía una incipiente investigación sobre el bienestar, de

tal manera que las comparaciones más elaboradas carecen de datos adecuados, motivo

además por el cual esta investigación se refiere a estudios en el ámbito europeo,

intentando adaptarlos a la realidad del Ecuador.6

Los dominios de la vida, componentes que permiten comprender el Buen Vivir, se

sustentan en el enfoque de que los indicadores sociales se basan en la suposición de que

existe un acuerdo generalizado en la comunidad acerca de qué factores son los más

deseables en una sociedad, presunción que es a menudo problemática en sociedades

6

De forma que no se considere que en la presente investigación se subestima la importancia de los sistemas

de lección de indicadores y ponderadores, recomendamos revisar a Diener (1997) que se refiere a que en la

implementación del enfoque de los indicadores sociales se han creado constantemente controversias entre los

investigadores en cuanto a las variables que eligen y cómo deben ser ponderados. De hecho existe evidencia

empírica, que en función de las ponderaciones asignadas a las variables un estudio sobre diferentes ciudades

en estados unidos es posible colocar en primero o en último lugar de los listados comparativos sobre la

calidad de vida de las mismas (Becker, Denby, McGill y Wilks (1997).

DESCRIPTORES SUBJETIVOS

DESCRIPTORES OBJETIVOS

PONDERACIONES/ VALORACIONES

PERSONALES

DOMINIOS DE LA VIDA

BUEN VIVIR

39

complejas y heterogéneas (Land, 1996 citado en Diener, 1997: 199). De tal forma que

estos dominios reflejan ámbitos sobre ideales normativos de una sociedad.

Sobre la elección de los indicadores sociales, es preciso mencionar que se ha podido

seleccionar estos mediante el método deductivo, correspondiente al marco teórico, y

además al método inductivo, correspondiente a la disponibilidad de datos, que a nivel de

Ecuador confluye en los indicadores planteados en el CMDSN (1996) por parte de la

ONU.

En vista de que en el ámbito de investigación no existe específicamente un orden

metodológico y conceptual, se ha requerido inevitablemente cantidades significativas de

juicio subjetivo en el proceso de esta selección.

4.2 Selección de Indicadores

Un vehículo conceptual para construir una selección de variables de calidad de vida son

los valores humanos universales y los valores específicos de cada cultura. Siendo esta

una salida para las preocupaciones del Ecuador en su conjunto así como para las

poblaciones indígenas de cada sociedad7.

Refiriéndonos a los factores deseables para la sociedad ecuatoriana, nos basamos en el

Buen Vivir, que establece que al este le competen las dimensiones que se establecen en

el PNBV (2009-2013) y que son: 1) La satisfacción de las necesidades, 2) Calidad de

vida, 3) Muerte digna, 4) Amar y ser amado, 5) Florecimiento saludable de todos en

armonía con la naturaleza, 6) Prolongación indefinida de las culturas, 7) Tiempo libre para

la contemplación y 8) La emancipación y ampliación de las libertades, capacidades y

potencialidades.

En este marco resulta sencillo reconocer los ámbitos pertenecientes a los factores que

debe poseer el individuo para la satisfacción de sus necesidades, así como las

dimensiones que se incorporan en la categoría de los afectos y las relaciones para

consigo mismo y la sociedad, así como las capacidades de acción sobre su

desenvolvimiento social y político; de tal forma que, hemos reconocido en la clasificación

de áreas de la vida, similitudes teóricas con el enfoque escandinavo de calidad de vida,

sin que ocultemos bajo este argumento, cierta inclinación por parte del autor de la

7 Véase en Sung, 1995 la importancia de la “piedad filial” en las sociedades orientales, como ejemplo.

40

presente investigación, a dicho enfoque, así como los valiosos aportes que realizaría

Somarriba en su tesis doctoral al respecto del mismo. Es de destacar que se han

considerado otros enfoques, ampliamente descritos en dicha tesis doctoral, y tratados en

una gran variedad de documentos de referencia, pero dada la apertura de este enfoque y

la notable similitud con el concepto del Buen Vivir y la predilección del investigador, lo

usaremos como base de la presente propuesta metodológica.

Se clasifica entonces las áreas de la vida bajo estos tres conceptos muy llamativos que

son: 1) Tener, 2) Amar, 3) Ser-hacer.

Involucramos en estos las dimensiones que corresponden a los factores deseables para

la sociedad según el PNBV, La “propuesta para un compendio Latinoamericano de

Indicadores Sociales” de la CEPAL (2005), y los “Objetivos para el Desarrollo del Milenio”

de la ONU (2000), enmarcados en los CMDSN (ONU).

El Buen Vivir o calidad de vida, se construye desde el ámbito, individual, y social, para

evaluarlo a continuación de manera global; sobre su construcción nos referimos a lo

propuesto por Somarriba (2008), clasificando a los indicadores individuales desde: 1) Las

condiciones objetivas, y 2) Bienestar subjetivo. En lo correspondiente al componente

social que es dirigido voluntariamente hacia el ámbito político, criterio aún más relevante

en los países en vías de desarrollo por el peso de la gestión pública en aras de la

búsqueda del desarrollo, la clasificación incorporaría: 1) Desigualdades, exclusión y

descohesión social, y 2) Medios y recursos.

El esquema de la clasificación de los componentes y sus dimensiones del Buen Vivir, se

clasificarían entonces de la siguiente manera:

41

Esquema 1: Componentes y dimensiones del Buen Vivir

FUENTE: Somarriba (2008) ELABORACIÓN: Propia

4.3 Propuesta de componentes y dimensiones

Con el objeto de no extender inútilmente la presente investigación, y dado que las

clasificaciones están arduamente sustentadas por tratados más amplios y particularizados

sobre lo oportuno del tratamiento de cada dimensión e indicador a proponer, a

continuación presentamos la clasificación propuesta en la presente investigación para la

construcción del Índice Sintético del Buen Vivir en el Ecuador.

42

Tabla 6: Dominios del Índice Sintético del Buen Vivir (conceptual)

TENER

CONDICIONES OBJETIVAS BIENESTAR SUBETIVO MEDIOS Y RECURSOS DESIGUALDADES, DESCOHESIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL

Esperanza de vida al nacer Percepción de la salud Número de camas hospitalarias por habitantesTasa de población con enfermedades crónicas o

incapacitantes.

Esperanza de vida a la edad de 65 años Satisfacción del sistema de salud Número de médicos por habitantes

Tasa de mortalidad infantil Inversión en salud con relación al PIB

Mortalidad asociada a causas principales

Tasa de suicidios

Fecundidad

Morbilidad

Consumo de drogas legales

Coste de la cesta de alimentos necesaria

para los requerimientos nutritivos

mínimos

Mortalidad materna

Dominios Índice Sintético del Buen Vivir

Salud

CONDICIONES OBJETIVAS BIENESTAR SUBETIVO MEDIOS Y RECURSOS DESIGUALDADES, DESCOHESIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL

PIB per cápita Percepción de la situación financiera Deuda pública como porcentaje del PIB Índice de GINI

Dificultad para llegar a fin de mes/ ahorroPorcentaje de personas que confían en sistema de

seguridad socialPorcentaje de leyes a favor de la inclusión étnica

Renta de los Hogares pér cápita (nivel y

distribución)

Renta

CONDICIONES OBJETIVAS BIENESTAR SUBETIVO MEDIOS Y RECURSOS DESIGUALDADES, DESCOHESIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL

Tasa de empleo o desempleo Percepción de la satisfacción con el trabajoInversión gubernamental en formación en el mercado

laboral como porcentaje del PIBRatio de empleo entre mujeres y hombres

Tasa de subempleoCoeficiente entre el ratio de desempleo de los

migrantes y de los no

Duración de a jornada de trabajo

Porcentaje de trabajadores con estrés

laboral

Accidentes de trabajo por cierto

número de trabajadores

Sistema de remuneraciones

Trabajo

43

CONDICIONES OBJETIVAS BIENESTAR SUBETIVO MEDIOS Y RECURSOS DESIGUALDADES, DESCOHESIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL

Crímenes por habitantePorcentaje de gente que tiende a confiar en la

justicia

Gasto del gobierno en seguridad publica como

porcentaje del PIB

Víctimas de homicidio y daños

intencionados por habitante

Porcentaje de gente que tiende a confiar en la

policíaDensidad de policía por habitante

Población penitenciaria en relación a la población

Seguridad

CONDICIONES OBJETIVAS BIENESTAR SUBETIVO MEDIOS Y RECURSOS DESIGUALDADES, DESCOHESIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL

Número medio de años de estudio

completados (por urbana/rural, sexo,

rentas)

Percepción de la satisfacción con la educación Gasto en educación como porcentaje del PIBPorcentaje de educación femenina en relación a la

masculina

Porcentaje de la población que ha

superado la educación secundariaCalidad del sistema educativo Porcentaje alumno por docente

Tasa de matriculación en la educación

terciaria

Gasto en conservación cultural étnica como porcentaje

del PIB

Esperanza escolar, número medio de

años que una persona espera gastar en

el sistema educativo

Años de enseñanza de lenguas nativas

Educación-

Formación - Cultura

CONDICIONES OBJETIVAS BIENESTAR SUBETIVO MEDIOS Y RECURSOS DESIGUALDADES, DESCOHESIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL

Número de viviendas por persona Percepción de la satisfacción con su viviendaGasto en fomento al acceso a la vivienda como el

porcentaje del PIB (bono de la vivienda)

Porcentaje de viviendas con baño

Porcentaje de hogares con vivienda

propia

Condiciones de construcción del piso de

la vivienda

Acceso al agua potable

Acceso al saneamiento

Vivienda

44

CONDICIONES OBJETIVAS BIENESTAR SUBETIVO MEDIOS Y RECURSOS DESIGUALDADES, DESCOHESIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL

Acceso a zonas verdesPercepción de la satisfacción con el medio

ambiente.

Gasto en conservación del medio ambiente como el

porcentaje del PIB

Producción de basura en términos per

cápitaDescapitalización de los recursos naturales

PoluciónPorcentaje de zonas protegidas respecto al territorio

nacional

Emisiones de CO2 en toneladas per

cápita

Medio ambiente

AMAR

CONDICIONES OBJETIVAS BIENESTAR SUBETIVO MEDIOS Y RECURSOS DESIGUALDADES, DESCOHESIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL

Número de matrimonios por poblaciónPercepción de la satisfacción de los individuos para

con su estado civil

Edad de matrimonios (edad media)Percepción de la satisfacción de los individuos para

con su familia

Tasa de fertilidad

Número de divorcios como porcentaje

de matrimonios

Porcentaje de población viuda

Familia: Relaciones

interpersonales de

tipo familiar

CONDICIONES OBJETIVAS BIENESTAR SUBETIVO MEDIOS Y RECURSOS DESIGUALDADES, DESCOHESIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL

Porcentaje de la población mayor de

cierta edad que se encuentra con

amigos alguna vez a la semana

Percepción de la satisfacción de los individuos para

con su vida social

Importancia de los amigos como medida escalar

Vida Social:

Relaciones

interpersonales con

vecinos y amigos

CONDICIONES OBJETIVAS BIENESTAR SUBETIVO MEDIOS Y RECURSOS DESIGUALDADES, DESCOHESIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL

Porcentaje de individuos que participan

en alguna religiónImportancia de la religión como medida escalar

Porcentaje de la población que participa

de ritos religiosos ancestrales

Religión

45

CONDICIONES OBJETIVAS BIENESTAR SUBETIVO MEDIOS Y RECURSOS DESIGUALDADES, DESCOHESIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL

VoluntariadoPorcentaje de individuos que realizan

actividades voluntarias

SER - HACER

CONDICIONES OBJETIVAS BIENESTAR SUBETIVO MEDIOS Y RECURSOS DESIGUALDADES, DESCOHESIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL

Porcentaje de individuos que participan

en partidos políticos y/o sindicatos

Percepción de la satisfacción de los individuos

acerca del gobierno

Porcentaje de ausentismo electoral

Política:

Participación

política, libertad,

prestigio, e

CONDICIONES OBJETIVAS BIENESTAR SUBETIVO MEDIOS Y RECURSOS DESIGUALDADES, DESCOHESIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL

Porcentaje del consumo de los hogares

de actividades recreativas

Percepción de la satisfacción de los individuos

acerca de su tiempo libre

Porcentaje del tiempo libre para la

contemplación

Ocio - Tiempo libre

FUENTE: PNBV, CEPAL, Somarriba (2008), MNSDS ELABORACIÓN: Propia

46

5 Análisis empírico sobre la batería de indicadores sociales propuesta.

Con el fin de realizar un ejercicio académico aplicado sobre el índice sintético propuesto

para el Ecuador, y ya que hemos basado la propuesta de dominios e indicadores sobre

información que debería estar disponibles en los registros de la estadísticas nacionales,

siendo el objeto de nuestra investigación el análisis comparativo sobre el bienestar a nivel

regional del Ecuador, proponemos aplicar el cálculo del índices por región en el país.

Cabe dejar sentado que en vista de la disponibilidad de información esta medición se verá

importantemente acotada por la disponibilidad de la misma.

Es fácilmente deducible que dada la heterogeneidad en las unidades de los indicadores,

la integración de las mismas resulta el foco de este ejercicio aplicado, de tal forma que

sean prácticos ante cualquier tipo de medición, como nuestro ejercicio corresponde a un

ejercicio comparativo, cuyo objetivo no es inferir sobre el valor final del índice, sino sobre

la comparación posicional entre una región u otra; evitaremos alguna controversia sobre

la posibilidad de agregación de las magnitudes o su validez económica, inclinándonos por

el “Método estándar de los puntos de correspondencia” los mismos que fueron

desarrollados por el UNRISD8 en 1970, teniendo en consideración la dirección de cada

indicador, de la siguiente manera:

Indicadores Positivos (mayor valor = mejor situación)

𝑖𝑛𝑑𝑥 =𝑥 − 𝑀𝐼𝑁𝑥

𝑀𝐴𝑋𝑥 − 𝑀𝐼𝑁𝑥

Indicadores Negativos (mayor valor = peor situación)

𝑖𝑛𝑑𝑥 =𝑀𝐼𝑁𝑥 − 𝑥

𝑀𝐴𝑋𝑥 − 𝑀𝐼𝑁𝑥

Dónde:

𝑖𝑛𝑑𝑥 = cualquier indicador seleccionado, y 𝑀𝐴𝑋𝑥 − 𝑀𝐼𝑁𝑥= al máximo valor alcanzado y el

mínimo valor correspondiente a ese indicador, respectivamente, cabe mencionar que el

nuevo nivel de comportamiento relativo de los indicadores se presentara en un valor entre

0 y 1.

8 United Nations Reserch Institute for Social Development

47

La construcción del índice (ISBV) se realizará a través del método de construcción

ponderada múltiple, que entre sus características, incluye ponderaciones a cada indicador

particular a más de las ponderaciones de las diferentes dimensiones, de la siguiente

manera:

Indicadores Positivos (mayor valor = mejor situación)

𝑖𝑛𝑑𝑥 =𝑥 − 𝑀𝐼𝑁𝑥

𝑀𝐴𝑋𝑥 − 𝑀𝐼𝑁𝑥 𝑝𝑜𝑛𝑑𝑖𝑛𝑑𝑥

∀𝑝𝑜𝑛𝑑𝑖𝑛𝑑𝑥≠ 0

Indicadores Negativos (mayor valor = peor situación)

𝑖𝑛𝑑𝑥 =𝑀𝐴𝑋𝑥 − 𝑥

𝑀𝐴𝑋𝑥 − 𝑀𝐼𝑁𝑥𝑝𝑜𝑛𝑑𝑖𝑛𝑑𝑥

∀𝑝𝑜𝑛𝑑𝑖𝑛𝑑𝑥≠ 0

Donde 𝑝𝑜𝑛𝑑𝑖𝑛𝑑𝑥 = ponderador específico del indicador x, cuya restricción:

∑ 𝑝𝑜𝑛𝑑𝑖𝑛𝑑1

𝑛

𝑖=1

+ ⋯ + 𝑝𝑜𝑛𝑑𝑖𝑛𝑑𝑛 = 1 ∀0 < 𝑝𝑜𝑛𝑑𝑖𝑛𝑑𝑥< 1

Para el valor correspondiente a las dimensiones 𝐷𝑥

𝐷𝑥 = ∑ 𝑝𝑜𝑛𝑑𝑖𝑛𝑑𝑖 = ∑ 𝑖𝑛𝑑𝑥1 + 𝑖𝑛𝑑𝑥2+ ⋯ + 𝑖𝑛𝑑𝑥𝑛

𝑖𝑛𝑑𝑥,𝑛

𝑖𝑛𝑑𝑥,1

𝑛

𝑖=1

Hemos integrado para el ISBV un total de m dimensiones que dependerá del aporte de

cada dimensión 𝐷𝑥 , de tal forma que definimos al ISBV como:

𝐼𝑆𝐵𝑉 = ∑ 𝐷1 ∗ 𝑝𝑜𝑛𝑑𝐷1+ 𝐷2 ∗ 𝑝𝑜𝑛𝑑𝐷2

+ ⋯ + 𝐷𝑚 ∗ 𝑝𝑜𝑛𝑑𝐷𝑚 ∀𝑝𝑜𝑛𝑑𝐷𝑖

≠ 0

𝐷𝑛

𝐷1

En donde:

∑ 𝑝𝑜𝑛𝑑𝐷1

𝑛

𝑖=1

+ ⋯ + 𝑝𝑜𝑛𝑑𝐷𝑚= 1 ∀0 < 𝑝𝑜𝑛𝑑𝐷𝑖

< 1

48

5.1 Resultados

A continuación presentamos los resultados con la información de los componentes

correspondientes a las dimensiones que componen la calidad individual y la calidad social

de nuestro índice, una vez que se ha procedido a la utilización (por motivos de

simplificación metodológica) de ponderadores uniformes en la agregación de la

información respecto a las dimensiones del Buen Vivir. Cabe mencionar, que nuestro

indicador no se ha elaborado con información relacionada a un solo instante temporal, ya

que nuestro condicionamiento siempre será la información disponible, en este sentido se

ha promovido que nuestros indicadores e índice sean “circa” 2010.9

Tabla 7: Dimensiones y Componentes del ISBV

PROVINCIACondiciones

Objetiva

Bienestar

Subjetivo

Recursos y

Medios

Deigualdades,

Descohesión y

Exclusión Social

Pichincha 6.08 4.32 6.03 2.26

Zamora Chinchipe 3.80 6.83 2.76 1.38

Guayas 4.44 2.58 7.27 1.94

Loja 3.50 4.77 2.47 2.62

Orellana 2.37 5.24 2.61 1.44

Morona Santiago 2.96 5.29 2.28 1.47

Sucumbíos 2.51 5.41 2.43 1.09

Imbabura 3.68 4.81 1.96 0.86

El Oro 3.67 4.24 2.20 1.20

Manabí 3.09 3.35 3.92 2.03

Tungurahua 4.05 3.34 2.25 2.06

Azuay 4.14 2.91 2.30 1.66

Pastaza 3.54 3.72 1.83 1.61

Napo 3.27 3.06 1.93 1.33

Los Ríos 2.35 3.18 2.99 1.94

Carchi 2.84 3.80 1.81 0.34

Esmeraldas 2.04 3.59 2.42 0.80

Cañar 2.79 2.57 1.96 1.10

Cotopaxi 2.49 2.59 1.70 0.77

Bolívar 2.24 2.09 1.83 0.88

Chimborazo 2.33 1.45 2.21 0.44

* Galápagos 3.07 - 2.46 0.23

*Sto. Dom. Tsachilas 2.52 0.86 1.13 0.77

* Santa Elena 1.72 0.44 0.66 0.46

CALIDAD DE VIDA INDIVIDUAL CALIDAD SOCIAL

ELABORACIÓN: Propia

9 Sobre la validez de análisis similares por la disponibilidad de información, revisar Somarriba, 2008

49

Como se dejado evidenciado durante la presente investigación, la “mainstream” de este

trabajo es el análisis comparativo entre las regiones del Ecuador sobre las cuales subyace

muchas de las características del bienestar de la sociedad ecuatoriana. Es así como en el

segundo apartado de la presente investigación trabajando directamente con datos de la

Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU) pudimos percibir una

relación entre las regiones del Ecuador que más población indígena poseían con los

niveles más bajos de bienestar subjetivo. En este escenario, la tabla de los componentes

y dimensiones del ISBV, muestra que las provincias con mayor porcentaje de población

indígena en el Ecuador se mantienen recurrentemente en los más bajos niveles de las

clasificaciones con respecto a las dimensiones, escenario que es más evidente en las

dimensiones del Bienestar Subjetivo, Recursos y Medios y de Desigualdades, y

Descohesión y Exclusión Social, pero que no se presenta radicalmente en las

Condiciones Objetivas.

Las ponderaciones que se han empleado hasta este punto, por motivos de simplificación

metodológica, replicando trabajos en el ámbito español10 y a nivel internacional11,

ampliamente aceptados y de gran difusión como el Índice de Desarrollo Humano (IDH),

emplean un promedio de los índices de los componentes, de tal forma que las

ponderaciones uniformes son empleadas también en los siguientes cálculos presentados;

10

En el ámbito español trabajos como: “Evolución de un índice de bienestar económico multidimensional para las regiones españolas” de la Universidad de Extremadura de Jurado, A. y Pérez, J. Además de la amplia aceptación del IDH. 11

El Índice de Desarrollo Humano como el más extendido de los índices sintéticos de bienestar que en su versión más simple se calcula mediante:

Valores de regencia para la construcción del IDH

Mínimo Máximo

Esperanza de vida 25 85

Tasa de alfabetización 0 1

Tasa Bruta de Matriculación combinada 0 1

PIB per cápita (PPA en USD) 100 40.000

El desempeño en cada componente se expresa como un valor entre 0 y 1 aplicando la siguiente fórmula general.

𝐼𝑖𝑗 =𝑋𝑖𝑗 − min (𝑋𝑖𝑗)

max(𝑋𝑖𝑗) − min (𝑋𝑖𝑗)

Luego se calcula el IDH como simple promedio de los índices de los componentes

𝐼𝐷𝐻𝑗 = 1

3 𝐼𝑒𝑑𝑢𝑐𝑎𝑐𝑖ó𝑛𝑗

+1

3 𝐼𝑠𝑎𝑙𝑢𝑑𝑗

+1

3 𝐼𝑁𝑖𝑣𝑒𝑙 𝑑𝑒 𝑣𝑖𝑑𝑎𝑗

50

a tenor de reiterar que estas metodologías “bordean la rigurosidad matemática en la

agregación de ponderaciones” (Núñez, UAH, notas de clase, 2014).

Tabla 8: Resultados del ejercicio aplicativo del Índice Sintético del Buen Vivir

PROVINCIA ISBV ind ISBV soc ISBV globalValores

Normalizados

Pichincha 5.20 4.15 3.11 1.00

Zamora Chinchipe 5.31 2.07 2.88 0.91

Guayas 3.51 4.60 2.44 0.74

Loja 4.13 2.54 2.38 0.72

Orellana 3.80 2.03 2.33 0.70

Morona Santiago 4.12 1.88 2.24 0.66

Sucumbíos 3.96 1.76 2.24 0.66

Imbabura 4.24 1.41 2.22 0.65

El Oro 3.96 1.70 2.07 0.60

Manabí 3.22 2.98 2.07 0.59

Tungurahua 3.70 2.15 1.98 0.56

Azuay 3.53 1.98 1.92 0.54

Pastaza 3.63 1.72 1.84 0.51

Napo 3.17 1.63 1.78 0.48

Los Ríos 2.76 2.46 1.75 0.47

Carchi 3.32 1.08 1.70 0.45

Esmeraldas 2.82 1.61 1.62 0.42

Cañar 2.68 1.53 1.52 0.38

Cotopaxi 2.54 1.23 1.30 0.30

Bolívar 2.17 1.36 1.18 0.25

Chimborazo 1.89 1.33 1.03 0.19

*Galápagos 1.54 1.35 0.88 0.13 * Sto. Dom. Tsachilas 1.69 0.95 0.87 0.13

*Santa Elena 1.08 0.56 0.55 0.00

ELABORACIÓN: Propia

Se presentan la tabla correspondiente al ISBV individual, ISBV social e ISBV global,

según nuestra propuesta metodológica para el Ecuador por provincia, del que rescatamos

la congruencia para con la correspondencia y clasificación de las zonas que

recurrentemente han mostrado niveles más bajos de bienestar tanto individual como

social, y global.

Cabe anotar que aunque posicionalmente las provincias de Santo Domingo de los

Tsachilas(*), Santa Elena(*) y Galápagos(*) se sitúan recurrentemente en los más bajo de

51

la clasificación, las dos primeras son provincias de reciente creación, ambas creadas en

2007, para los cuales, como es de entender, no existen datos desagregados anteriores al

período de 2008, ya que estas pertenecían a las provincias de Pichincha y Guayas,

respectivamente. De tal forma que aunque se presentan. Se excluyen de las

interpretaciones y conclusiones.

6 Conclusiones

En la presente investigación hemos contrastado de manera argumentada los diferentes

enfoques con los que se ha caracterizado la medición del bienestar de manera tradicional,

evidenciando que los enfoques de tratamiento unidimensional del mismo, por decirlo de

algún modo, se quedan cortos ante lo complejo del concepto del bienestar, calidad de

vida o Buen Vivir (conceptos a los que hemos otorgado un significado similar).

Una vez argumentado el carácter multidimensional del bienestar, hemos optado por

sugerir que la objetividad y la subjetividad son dimensiones imprescindibles en una

medición holística de dicho concepto

Hemos seguido la sugerencia de varios autores acerca de que los indicadores sociales,

corresponden al enfoque más adecuado para la caracterización del bienestar, pero de la

misma manera por su intrínseco carácter diverso, los métodos matemáticos para la

medición de la información así como para la agregación de la misma, direccionan el

sentido último de la validez e interpretación de dichas mediciones. Resulta adecuado

dejar sentado que la complementariedad de las medias de distancia junto con el análisis

de componentes principales, para este tipo de ejercicios académicos se presentan como

las técnicas con más congruencia metodológica. Quedando latente el estudio ulterior de la

problemática derivada del uso de variables cualitativas en el análisis para obtener las

ponderaciones del indicador de manera endógena; aun así existen métodos más simples

de agregación de indicadores que también son de mucha utilidad sobre todo en el sentido

comparativo.

Se pudo analizar al Ecuador en un contexto internacional, mediante la percepción de la

felicidad de Veenhoven y el IDH o el PIBpc, comprobando que a pesar del crecimiento

económico, la felicidad, relacionada ciertamente también a esta, no se explica únicamente

desde la idea de crecimiento económico como un fin absoluto.

52

Se ubicó a Ecuador junto con las regiones de mayor población indígena como las menos

satisfechas a nivel regional, característica que se replica en el ámbito interno del país.

Utilizando las estadísticas nacionales de primera fuente, tabulando la información con

datos recabados por las fuentes oficiales nacionales, hemos podido inferir sobre el

comportamiento de los ámbitos de la vida con respecto a la felicidad de los ecuatorianos,

ya que esta ha sido considerada como una medida propuesta por la planificación publica,

del bienestar en el país.

Se reconoció, la misma relación desfavorable entre regiones dentro del país que liga a las

poblaciones indígenas del Ecuador con percepciones desfavorables sobre la calidad de

vida.

Una vez reconocidas estas diferencias regionales, haciéndonos eco, del concepto del

Buen Vivir, el mismo que es incorporado desde las tradiciones de organización social

indígena, proponemos conceptualmente un Índice Sintético del Buen Vivir, basado en la

tradición escandinava sobre las mediciones de la calidad de vida, desde lo individual y

social, reconociendo las semejanzas de esta visión con la del Buen Vivir, desde lo

conceptual.

Una vez propuesto este índice, realizando un ejercicio aplicado con la información

correspondiente a las propuestas conceptuales para el indicador, mediante el método

estándar de los puntos de correspondencia pudimos generar una escala ordenada para

ubicar a las regiones del Ecuador sobre un componente más holístico que únicamente el

de las percepciones, o el las macromagnitudes; una vez realizado este ejercicio se

corroboraron los resultados obtenidos mediante la tabulación empírica de estos, siendo

coincidentes.

Cabe señalar que exceptuando las regiones para las cuales existe información deficiente,

reiteradamente las provincias con mayor población indígena se ubican en las últimas

posiciones comparativas del Buen Vivir, en donde es de destacar que no constituyen

estas regiones rezagadas ni en el porcentaje de su participación en las macromagnitudes

como el PIBpc, ni tampoco en análisis índices sintéticos de general consenso como el IDH

a nivel nacional.

53

Podemos entonces, inferir que estas condiciones desfavorables de dichas regiones son

provocadas por motivos diversos, que pueden ser menester de un estudio más amplio y

particular a este hecho, sin dejar de recalcar que la presente investigación aporta de gran

manera a no dejar en el ámbito incidental esta diferencia regional-étnica en el Ecuador.

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