Apuntes sobre la formación del movimiento estudiantil argentino (1943-1973)

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    Apuntes sobre la formacin delmovimiento estudiantil argentino(1943-1973)

    / Pablo Buchbinder/ Pablo Augusto Bonavena/Juan Sebastin Califa/Mariano Milln/ Natalia Vega/ Erica Yuszczyk

    Pablo Buchbinder, Juan S. Califa y Mariano Milln (comps.)

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    Apuntes sobre la formacin delmovimiento estudiantil argentino(1943-1973)

    / Pablo Buchbinder

    / Pablo Augusto Bonavena/ Juan Sebastin Califa/ Mariano Milln/ Natalia Vega/ Erica Yuszczyk

    Pablo Buchbinder, Juan S. Califa y Mariano Milln (comps.)

    Apuntes sobre la formacin del movimiento estudiantil argentino 1943-1973 /Pablo Augusto Bonavena ... [et.al.]. - 1a ed. - Buenos Aires : Final Abierto, 2010.256 p. ; 20x14 cm.

    ISBN 978-987-23580-6-8

    1. Movimientos Estudiantiles . I. Bonavena, Pablo AugustoCDD 371.81

    1era. Edicin / Septiembre 2010

    Este libro fue realizado con el apoyo del programa UBA CyT S414 Los reformistas: entre laUniversidad y la poltica, 1930-1970 dirigido por el Doctor Pablo Buchbinder, de la programa-

    cin 2008-2010.

    Diseo y diagramacin: Marcelo Garbarino

    Hecho el depsito que marca la ley 11.723 2010 Editorial Final [email protected] / www.finalabiertoweb.com.arReservados todos los derechos. Prohibida la reproduccin de este libro sin el permisoprevio y por escrito de los titulares del copyright.Impreso en Argentina.

    C O L E C C I N C R T I C A

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    PRLOGO

    Este libro rene resultados de investigaciones an en curso sobreel movimiento estudiantil argentino entre el primer peronismo y elfinal de la autodenominada Revolucin Argentina en 1973. Elmotivo de este recorte es el de hacer converger elementos para cono-cer mejor el modo en que el estudiantado particip de la formacinde una fuerza social que, con el inicio de las actividades de organiza-ciones armadas de derecha y posteriormente con la dictadura militar

    implantada en 1976, fue reprimida y asesinada en un genocidio.Cmo, dnde, cundo, con quines, contra quines se han movi-

    lizado, luchado y organizado los estudiantes de la Argentina en esteproceso de 30 aos que abarca desde 1943 hasta 1973? Qu impac-to tuvieron los procesos histricos ms amplios sobre los enfrenta-mientos estudiantiles? Qu elementos particulares aport la activi-dad estudiantil al desarrollo histrico? Este tipo de preguntas suelenreiterarse a la hora de abordar al estudiantado argentino. Frecuente-mente stas son respondidas de antemano con lugares comunes ide-olgicos al estilo de una juventud soadora. No obstante, estos

    interrogantes deben ser contestados con rigurosidad, no slo porquees preciso algo as como hacer justicia a quienes efectivamentetuvieron actitudes valorables frente a quienes no las tuvieron, sinotambin porque los estudiantes, como se ver en las investigacionesde este libro, le otorgaron rasgos particulares a la conflictividad de los60 y 70. A medida que las investigaciones progresan las miradasestereotipadas se derrumban. As vemos que la politizacin precis dedcadas para ser construida y la llegada de los estudiantes argentinosa las barricadas del 69 implic una acumulacin de ms de 15 aos

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    Universidad y los movimientos estudiantiles en las Jornadas Interes-cuelas de Historia de 20076 y 20097. Como se puede ver, se ha idoconstituyendo un grupo heterogneo pero real de investigadoressobre el tema, que peridicamente se rene para discutir los hallaz-gos y perfeccionar sus trabajos.

    El presente volumen puede publicarse gracias al subsidio a lainvestigacin que la Universidad de Buenos Aires ha destinadomediante el programa UBA CyT S414 Los reformistas: entre laUniversidad y la poltica, 1930-1970 dirigido por el Doctor PabloBuchbinder. Quienes escribimos este prlogo realizamos los artcu-los que en este libro presentamos como parte de ese proyecto. Elresto de los trabajos que lo integran pertenecen a quienes con nos-otros participan frecuentemente de dichos encuentros.

    Los artculos no cubren toda la geografa argentina durante elperodo 1943-1973, pero si logramos incluir al menos una regin

    para cada una de las etapas. Juan Sebastin Califa en La militanciaestudiantil en la Universidad de Buenos Aires entre golpe y golpe,1943-1955 atiende a las particularidades de ese perodo en dichaUniversidad, signado por la aparicin y posterior gobierno del pri-mer peronismo, poniendo el foco en el proceso poltico que atravesel joven reformismo. Erica Yuszczyk en Los junios de los 60: home-najes a la Reforma. Crdoba, 1955-1968 estudia cmo en ese trans-curso de tiempo variaron los modos de entender la Reforma para elmovimiento estudiantil cordobs y cmo a su par ese sujeto se fueradicalizando. Natalia Vega en Repertorios discursivos y construc-

    cin de identidades en el movimiento estudiantil santafesino duran-te el Onganiato se ocupa de analizar sobre todo desde el plano dis-cursivo el modo en que se constituyeron las identidades estudiantilesen Santa Fe durante el perodo previo e inmediatamente posterior algolpe de Estado de 1966, llegando a la conclusin de cierta conver-

    PRLOGO 7

    de lucha y organizacin corporativa. A su vez, la unidad obrero estu-diantil en los lugares donde existi, signific en muchos casos la debi-lidad de determinadas fracciones obreras que precisaron del adelanta-miento combativo de los estudiantes para expresar sus reclamos, loque implic en varias ocasiones la conduccin estudiantil de esa fuer-

    za como durante mayo de 1969 en Corrientes. Los ejemplos puedenseguir enumerndose, pero con stos es suficiente para advertir al lec-tor de que en este libro se ha procurado poner en cuestin, con laconstruccin y anlisis exhaustivos de fuentes diversas, los tpicosms repetidos. No significa esto que algunas de esas nociones noexpresen algo de verdad sino que son representaciones construidasdesde el sentido comn y, por ello, deben ceder su autoridad frente alas explicaciones cientficas.

    Nuestra compilacin es un nuevo esfuerzo por constituir uncampo de estudios especfico. Quienes compilamos este libro, junto

    a los articulistas y otros trabajadores cientficos hemos sido parte en2006,1 20082 y 20103 de las jornadas sobre este tema a las que llama-mos Jornadas de Estudio y Reflexin sobre el Movimiento Estu-diantil Argentino y Latinoamericano. De dichas jornadas procedendos libros que compilan trabajos all presentados4. Por otra parte,muchos de los que realizamos las mencionadas reuniones tambinasistimos a las Jornadas de Historia de la Universidad en la Argen-tina realizadas en 20085 y participamos de la mesa Historia de la

    APUNTES SOBRE LA FORMACIN DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL ARGENTINO6

    1 Realizadas durante noviembre de 2006 en la Facultad de Ciencias Sociales dela Universidad de Buenos Aires con el auspicio de la Carrera de Sociologa.

    2 Realizadas durante septiembre de 2008 en Baha Blanca con el auspicio de laFacultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Sur.

    3 Realizadas durante septiembre de 2010 en La Plata con auspicio de la Facultadde Humanidades y Ciencias de la Educacin de la Universidad Nacional de La Plata.

    4 Bonavena, P.; Califa, J. S. y Milln, M. (comps.) (2007) El movimiento estu-diantil argentino. Historias con presente. Ediciones Cooperativas, Buenos Aires yRomero, F. (comp.) (2009) Los estudiantes. Organizaciones y luchas en Argentina yChile. Libros en Colectivo. Baha Blanca.

    5 Realizadas durante octubre de 2008 en la Universidad Nacional del Litoral.

    6 Realizadas durante septiembre de 2007 en la Universidad Nacional de Tucumn.7 Realizadas durante octubre de 2009 en Bariloche con el auspicio de la Univer-

    sidad Nacional del Comahue.

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    Los sistemas universitarios de Argentina y Brasil:una perspectiva histrica y comparada de su evo-lucin desde mediados del siglo XX

    Pablo Buchbinder

    El objetivo de este captulo consiste en proponer una primeraaproximacin comparativa de la evolucin de los sistemas universita-rios de Argentina y Brasil durante la segunda mitad del siglo XX ylos primeros aos de esta centuria. El trabajo no procura agotar elconjunto de las cuestiones relativas al desarrollo de estos sistemassino, simplemente, poner atencin sobre algunas variables estructu-rales que han definido el derrotero de ambos como su diversidad ins-

    titucional, la relacin entre el sector privado y el pblico, el vnculocon el conglomerado de instituciones consagradas a la investigacino la participacin de la poblacin en general en la matrcula univer-sitaria. En cierta medida tambin, el texto pretende articular estasdimensiones con otras variables ms amplias y generales relacionadascon la evolucin histrica de los tres pases. En los ltimos pasajesprocuramos exponer algunas conclusiones vinculados con los desaf-os afrontados por los sistemas universitarios analizados durante lasdos ltimas dcadas.

    gencia combativa entre nacionalistas/catlicos y reformistas, a la vezque mostrando la existencia de fracciones estudiantiles afines alnuevo gobierno militar. Mariano Milln en Radicalizacin y nuevaizquierda a fines de los 60. El caso del movimiento estudiantil delnordeste argentino desde el Correntinazo de mayo de 1969 hasta el

    inicio del ao 1970 explica la relacin ntima que se puede observaren el movimiento estudiantil del perodo entre por una parte luchascorporativas y luchas polticas por otra, y radicalizacin y prcticaspolticas consideradas como parte del patrimonio de la llamadanueva izquierda. Pablo Bonavena en Notas sobre el movimientoestudiantil de Baha Blanca (1966-1973) recorre los enfrentamien-tos del movimiento estudiantil bahiense a lo largo de siete aos, mos-trando la importancia que tuvieron en la constitucin del movimien-to y sus distintas fracciones; a la vez que sealando en el estudianta-do de aquella ciudad a uno de los sectores ms importantes de la con-

    flictividad social del perodo. Pero todos estos trabajos suponen, endefinitiva, la existencia de un sistema universitario determinado queatravesar procesos de rupturas y continuidades desde mediados delsiglo XX hasta la actualidad. Sobre ste, y como introduccin a losartculos referidos, se ocupa Pablo Buchbinder en Los sistemas uni-versitarios de Argentina y Brasil: una perspectiva histrica y compa-rada de su evolucin desde mediados del siglo XX.

    Sabemos que no estarn resueltos aqu en su totalidad los interro-gantes anteriormente mencionados, pero esperamos que la resolu-cin de aqullos planteados por los artculos seleccionados logren

    estimular a los lectores a continuar el camino de conocimiento rigu-roso aqu emprendido.

    Pablo Buchbinder - Juan Sebastin Califa - Mariano MillnBuenos Aires, 2010.

    APUNTES SOBRE LA FORMACIN DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL ARGENTINO8

    Pablo Buchbinder es Doctor en Historia por la Universi-dad de Buenos Aires. Docente de las Universidades de Bue-nos Aires y General Sarmiento e investigador del Conicet.

    Autor de diversos libros sobre la historia del si stema univer-sitario, entre ellos Historia de las Universidades Argentinaspublicado por Editorial Sudamericana en el ao 2005.

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    vigilaba celosamente el desarrollo de stas. Como sealara un pres-tigioso estudioso de las cuestiones universitarias argentinas de prin-cipios de siglo, las casas de altos estudios eran complejos de escuelassuperiores profesionales ms que autnticas universidades2. Las tresuniversidades provinciales existentes haban sido nacionalizadas en

    1905 (La Plata), 1919 (Santa Fe) y 1921 (Tucumn), sumndose asa las dos ya existentes en Crdoba (1613) y Buenos Aires (1821). Noestaba contemplada por entonces en la Argentina la posibilidad deque universidades privadas expidiesen ttulos habilitantes.

    Como sealamos, la diversificacin institucional era un rasgocaracterstico del sistema universitario brasilero ya en la primeramitad del siglo XX. A travs de disposiciones cuyos orgenes es posi-ble encontrar en la primera etapa de la historia republicana iniciadaen 1889 se quebr el modelo de enseanza superior profesionalistatutelado directamente por el Estado central y que haba caracteriza-

    do los ltimos tiempos de la monarqua. El ministro BenjamnConstant se opuso al privilegio de los diplomas concentrados por elsector pblico nacional y permiti el desarrollo de institucioneslibres, no dependientes del Estado federal y organizadas por los par-ticulares3. En 1915, ha sealado Helgio Trindade, se estableci quelas escuelas superiores creadas por los estados y por los particularesdejaran de experimentar cualquier tipo de fiscalizacin por parte delGobierno Federal. Podran entonces organizar sus estructuras curri-culares sin depender de un paradigma oficial y pasaran a ser corpo-raciones autnomas, gozando de completa independencia en los

    aspectos didcticos, administrativos y financieros. Ese mismo ao seintrodujo tambin el pago de tasas en las casas de estudios superiorespblicas ya que, hasta ese momento, la enseanza era gratuita. Porotro lado, en este mismo contexto, Trindade tambin ha subrayadoel peso de las iniciativas de los estados locales y las asociaciones pro-

    PABLO BUCHBINDER 11

    Historias divergentes en la primera mitad del siglo XX

    Consideramos importante sealar que, a mediados de los aos50, los sistemas universitarios de la Argentina y Brasil presentabanya diferencias sustanciales. Una primera y superficial mirada permi-

    te advertir claramente alguna de ellas. En principio pueden notarseen el nmero de instituciones que ostentaban el ttulo de Universi-dad. Mientras en la Argentina existan seis universidades, todas en elmbito pblico y nacional y una sptima, la Universidad Obrera, quepresentaba un status distinto a la de las tradicionales, en Brasil elnmero de universidades llegaba casi a las veinte. A esta primera dis-tincin podra sumarse el hecho de que, adems, la diferenciacininstitucional interna en el caso brasilero era ya mucho mayor que enel argentino. Esto se deba, en principio al hecho de que, al contra-rio de lo que suceda en la Argentina, las casas de estudios del Brasil

    reconocan instancias de administracin muy diversas. A la existen-cia de un ya vigoroso sistema privado, libre o particular que en aque-llos aos sumaba ya prcticamente 8 instituciones, la gran mayorade ellas de carcter confesional, se sumaba la existencia de universi-dades pblicas dependientes no slo del estado nacional sino tam-bin de los estados locales1.

    En la Argentina, por el contrario, las universidades dependandirectamente del estado nacional, a pesar de que, a lo largo de unaserie de acontecimientos, entre los cuales la Reforma de 1918 ocupaun lugar central, haban adquirido un grado de autonoma relevan-

    te. Cabe subrayar entonces que el Estado nacional conserv aqu unclaro monopolio con respecto al sistema de enseanza superior. Esemonopolio tena, entre sus objetivos principales, asegurar el controldel estado sobre la expedicin de los ttulos habilitantes para el ejer-cicio de las profesiones liberales. A travs de la Universidad, el Estado

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    1 El listado de universidades, por fecha de creacin puede verse en GarcaGuadilla C. (ed.) (2008) Pensadores y forjadores de la universidad latinoamericana.Iesalc, bid&co. Editor. Caracas. Pgs. 806-808.

    2 Vase al respecto el texto de Quesada, E. (1918) El ideal universitario. BuenosAires.

    3 Trindade, H. Brasil, en Garca Guadilla, C. (2008) Op. cit. Pgs. 561-601.

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    via del Departamento Nacional de Enseanza. En este contexto cabesubrayar que marc un hito la creacin en 1934 de la Universidad deSan Pablo. Justamente, la creacin de esta casa de estudios fue una delas principales innovaciones de esta etapa. Uno de los rasgos novedo-sos de la nueva institucin, dependiente del Estado de San Pablo resi-

    di en el hecho de que articulaba a las facultades profesionales tradi-cionales, siguiendo la nueva normativa, con una nueva Facultad deFilosofa, Ciencias y Letras, concebida como la base para el desarro-llo de las actividades cientficas en la nueva institucin. Con objeti-vos similares se cre durante el mismo ao una Universidad en el dis-trito federal. Sin embargo, durante los aos treinta el nmero deestudiantes universitarios en Brasil prcticamente no se modific, adiferencia de lo que sucedi en la Argentina.

    El sistema universitario argentino mostr, de todas formas, a dife-rencia de Brasil, una escasa dinmica entre los aos 20 y 30. El fun-

    cionamiento institucional de las universidades sigui, por otro lado,las pautas de la Reforma de 1918. Los cambios introducidos enton-ces aseguraron amplios mrgenes para la autonoma de las universi-dades e instauraron la prctica del cogobierno que incluy la partici-pacin estudiantil en los organismos directivos de las casas de estu-dios. La Reforma tambin cre normas que permitieron la instaura-cin de una autntica carrera acadmica. Si bien el golpe de Estadode 1930 llev a la intervencin de las principales universidades delpas, una vez reinstaurado el orden constitucional, las universidadessiguieron funcionando respetando las pautas de la Reforma. Ms all

    de los cambios en la organizacin del gobierno universitario, la trans-formacin de las caractersticas que dominaban la vida acadmica yla dinmica institucional fueron mucho menores que en Brasil. Lascasas de altos estudios conservaron un modelo de organizacin basa-do ms bien en una federacin de facultades profesionalistas. Elgrueso de la matrcula se concentraba en Derecho, Medicina y enmenor proporcin en Ingeniera. A estas se sumaban, en algn caso,facultades de humanidades o de disciplinas vinculados con activida-des tcnicas como la Agronoma. Por otro lado, el movimiento de la

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    fesionales en la conformacin de instituciones de enseanza superior4.En alguna medida, las tendencias que es posible advertir en ste mbi-to marcan, probablemente, la gravitacin decisiva que adquirieronentonces las tradiciones federales en la organizacin estatal del Brasily el menor peso relativo all del Estado nacional. En cambio, en la

    Argentina, la centralizacin fue mucho ms intensa. En este contextolas transformaciones acadmicas en el Brasil muestran tambin unmayor peso del sector privado y, consecuentemente, una menor pre-ocupacin del estado central por el control de las profesiones.

    En 1930 tuvo lugar en Brasil una revolucin que instal unGobierno Provisional. Este Gobierno, que dio inicio a la llamadaSegunda Repblica, revirti parcialmente el proceso de descentrali-zacin estatal que haba caracterizado al rgimen republicano de1889, afectando tambin el desenvolvimiento del sistema universita-rio. Se impuls ahora una nueva legislacin orientada a la Educacin

    Superior. En este contexto debe tenerse presente el texto del decreto19851 de abril de 1931 que instaur el llamado Estatuto de las Uni-versidades Brasileras. Se estableci entonces que las Universidadesdeberan reunir al menos tres facultades entre el grupo compuestopor las de Derecho, Medicina, Ingeniera y Educacin, Ciencias yLetras. Determin adems que podran ser sostenidas a travs de aso-ciaciones o fundaciones particulares o por los estados, ya fuesen fede-rales o por el nacional. Tambin determin que los Estatutos deber-an ser aprobados por los Ministros de Educacin y Salud Pblica. Deesta forma, la nueva normativa acentu el control del Estado nacio-

    nal sobre el sistema, pero sin alterar el principio que permita la con-formacin de universidades privadas o estaduales. Las nuevas norma-tivas aseguraron adems que las instituciones gozaran de personali-dad jurdica y autonoma administrativa, didctica y disciplinar. Porotro lado, si bien el estatuto determin que las universidades estadua-les o libres podan ser equiparadas a los federales, para la concesinde ttulos determin tambin que deba mediar una inspeccin pre-

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    4 Op. cit. Pg. 572.

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    Cambios en la segunda posguerra: Universidad de masas,ciencia y tecnologa

    La matrcula universitaria comenz a crecer rpidamente en losdos pases desde 1945. En la Argentina, esos aos, marcaron clara-

    mente el inicio del proceso de masificacin de los sistemas universi-tarios. El peronismo que lleg al poder en 1946 cuestion a la Uni-versidad reformista por su elitismo y sus orientaciones profesionalis-tas y levant las trabas al acceso suprimiendo los aranceles e inclusolos exmenes de ingreso durante varios aos. El nmero de estudian-tes universitarios en la Argentina pas de 47400 en 1945 a casi160000 en 19606. Cabe subrayar, en este sentido, y de todos modos,que los aos 50 y 60 se caracterizaron por un incremento sustancialde la matrcula de nivel superior en toda Amrica Latina, pero esecrecimiento fue desigual en los diferentes pases. En un texto publi-

    cado a principios de la dcada de 1980, Darcy Ribeiro reconoci tresgrandes patrones de crecimiento de la poblacin universitaria. En elprimero situ a la Argentina donde la proporcin de estudiantes uni-versitarios era de 95 cada 10.000 habitantes (en 1965) En el terceroy ltimo coloc a Brasil donde la proporcin era de 14. A principiosde 1980, Brasil segua siendo el pas latinoamericano con menos por-centaje de poblacin matriculada en el nivel superior 7.

    La masificacin que experimentaron los sistemas universitariossudamericanos durante los aos cincuenta se enmarcaba en una ten-dencia mundial. Tambin aqu se podan percibir movimientos simi-

    lares a los que tenan lugar en otros sistemas acadmicos como el cre-ciente peso femenino en la matrcula. En contraste con el Brasil, enla Argentina, la dinmica de crecimiento de la matrcula universita-ria tena lugar en un escenario que mostraba una mayor homogenei-dad institucional. El sistema universitario se modific entonces aqu

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    Reforma incentiv el desarrollo de ncleos de investigacin en elseno de las universidades. Se crearon institutos y centros de investi-gacin y se contrataron en diversos casos acadmicos extranjeros paradirigirlos. Fue en este marco que Bernardo Houssay reorganiz en1919 el Instituto de Fisiologa de la Facultad de Medicina de la

    Universidad de Buenos Aires realizando all las investigaciones que lepermitieron, aos ms tarde, obtener el Premio Nobel de Medicina.Sin embargo, estructuralmente, las universidades no modificaron superfil profesionalista. La actividad cientfica sigui constituyendo unelemento marginal del sistema. Un testimonio de esta situacin loconstituy el fracaso en los intentos por introducir el sistema dededicacin exclusiva a la docencia como una dimensin estructuraldel sistema universitario.

    Es importante destacar, en este contexto que, a diferencia deBrasil, en la Argentina el nmero de estudiantes universitarios tuvo

    un crecimiento de mayor significacin. Eran 12000 a principios dela primera de esas dcadas y llegaron a 29000 al final de la segunda.En alguna medida, estos datos reflejaban tambin resultados disparesde los dos pases en lo que refiere a la evolucin de la enseanza pri-maria y secundaria. Como han destacado Fernando Devoto y BorisFausto en aquellos aos la Argentina mostraba en estos campos resul-tados mucho mejores que los del Brasil. El analfabetismo era del56% en Brasil en 1940 y del 15% en Argentina en 1943. Por otrolado, el nmero de matriculados en la enseanza secundaria pas enBrasil del 0,36% de la poblacin en 1920 a 0,63% en 1940. En la

    Argentina, mientras tanto, pas de 0,53% en 1925 a 1,29% en19445.

    APUNTES SOBRE LA FORMACIN DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL ARGENTINO14

    5 Devoto, F. y Fausto, B. (2008) Argentina Brasil: 1850-2000. Sudamericana.Buenos Aires. Pg. 244.

    6 Cano, D. (1985)La enseanza superior en la Argentina. Gel. Buenos Aires. Pg. 123.7 Ribeiro, D. (1982) La Universidad Necesaria. Universidad Nacional Autnoma

    de Mxico. Mxico. Pgs. 91 y ss.

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    fuertemente el tono profesionalista de la enseanza universitaria yprocuraba revertirlo a partir de la creacin de un conjunto de insti-tuciones y de prcticas nuevas. Con este propsito se cre en 1951 laDireccin Nacional de Investigaciones Tcnicas y en 1947 se intro-dujo como un mecanismo estructural del sistema universitario la

    dedicacin exclusiva a la docencia universitaria. Un Consejo Nacio-nal de Investigaciones Cientficas destinado a estimular la prctica dela investigacin en las universidades fue fundado tiempo despus.Estas innovaciones fueron acompaadas por otras como la creacinde la Comisin Nacional de Energa Atmica. Pero la lucha contralas tendencias profesionalistas en la Argentina dio resultados modes-tos y avanz lentamente. Las innovaciones institucionales que intro-dujo el gobierno de Pern tuvieron un efecto limitado. El Consejode Investigaciones Cientficas no logr un desarrollo sostenido y laintroduccin, como mecanismo estructural del rgimen de dedica-

    cin exclusiva a la docencia en la Universidad de Buenos Aires seencontraba limitada, todava en 1958, en la principal casa de altosestudios a slo 9 personas8. Recin en 1955 tuvo lugar un procesosostenido de desarrollo de la investigacin en el seno de las universi-dades que fue fortalecido a partir de 1958 con la creacin del CONI-CET. Pero este desarrollo fue condicionado por el proceso de radica-lizacin poltica iniciado en la primera mitad de la dcada de 1960 y,sobre todo, por el golpe de Estado de 1966. Los aos que siguieronestuvieron signados por un fuerte proceso de politizacin que acom-pa adems la tendencia creciente de la matrcula. El gobierno mili-

    tar que asumi entonces procur limitar esos procesos pero tuvo ensu intento un rotundo fracaso. Los jvenes universitarios, identifica-dos con la izquierda peronista y los grupos ms radicalizados dedicho movimiento, cumplieron un papel relevante en la conduccindel proceso poltico del 73.

    Puede sealarse que, en cambio, los esfuerzos por reforzar la fase

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    en forma lenta y bajo un fuerte control estatal. En 1939 se cre unasexta Universidad nacional, en la regin de Cuyo. El peronismo en elpoder dispuso en 1947 la creacin de la Universidad Obrera que, enrealidad, constitua una institucin de una naturaleza diferente y queno integraba el sistema tradicional ya que segmentaba a su estudian-

    tado por su origen obrero. Recin en 1955, luego de la cada dePern se crearon dos nuevas universidades nacionales, las del Sur y ladel Nordeste en las ciudades de Baha Blanca y Corrientes y Resis-tencia. En 1958, se autoriz la fundacin de universidades privadascon capacidad para emitir ttulos habilitantes y en la dcada de 1960se verific un proceso acelerado de creacin de universidades provin-ciales que fueron gradualmente nacionalizadas desde la dcada de1970. Pero el grueso de la matrcula sigui concentrada en las tresgrandes universidades nacionales de Buenos Aires, Crdoba y LaPlata. El sistema privado slo absorbi una pequea parte de sta.

    Otra de las novedades de esta etapa en el mbito universitario enambos pases fue la importancia cada vez mayor otorgada al desarro-llo de las actividades cientfico-tecnolgicas. Los cambios en el siste-ma universitario de los aos cincuenta y la lucha contra las tenden-cias profesionalistas no puede desvincularse del clima de posguerrasignado por un profundo optimismo sobre las potencialidades queencerraba el desarrollo cientfico y tecnolgico y los posteriores diag-nsticos en torno al estancamiento y atraso de los pases perifricosatribuido en el contexto de ascenso de las ideas desarrollistas (en augedurante los gobiernos de Arturo Frondizi y Juscelino Kubistschek) a

    los factores derivados de la falta de desarrollo de la infraestructura, dela debilidad del mercado interno de materias primas industriales, alos dficits en trminos de industria de maquinarias y combustiblesy a la dependencia en trminos tecnolgicos. Un rasgo comn enton-ces que preocupaba a las autoridades de ambos sistemas era la aspira-cin por transformar a la Universidad en un factor central del des-arrollo cientfico y tecnolgico justamente para revertir estas debili-dades del modelo de crecimiento.

    Como ya sealamos, el primer peronismo haba cuestionado

    APUNTES SOBRE LA FORMACIN DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL ARGENTINO16

    8 Buchbinder, P. (2005) Historia de las Universidades Argentinas. Editorial Su-damericana. Buenos Aires. Pg. 181.

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    avanzadas del gobierno que asumi ese ltimo ao, la Universidadfue escenario de las luchas internas de los sectores en el poder. Secto-res de ultraderecha se alzaron con el control de la mayora de las ins-tituciones universitarias argentinas luego de la muerte de Pern enjulio de 1974. La represin se profundiz con el golpe de 1976 y el

    rgimen militar que usurp el poder en la Argentina instaur unfrreo control sobre la Universidad. El informe de la Conadep sea-l que un 21% de los desaparecidos eran estudiantes. A diferencia delo que sucedi en Brasil el rgimen argentino se retir luego de unaderrota militar, la experimentada en Malvinas, y con una menorcapacidad para negociar las condiciones de su salida. Aqu la transi-cin fue mucho ms traumtica y abrupta.

    Durante este perodo los derroteros de ambos sistemas se diferen-ciaron de manera ya sustancial. Debemos recordar que tambin losprimeros aos de la dcada de 1960 fueron en Brasil tiempos de acti-

    va movilizacin de los universitarios. Los estudiantes rechazaron laspolticas limitacionistas y protagonizaron varias huelgas a principiosde la dcada, bajo la influencia, entre otros factores, de la revolucincubana. Este proceso se interrumpi con el golpe militar de 1964.Entonces fue clausurada tambin una de las experiencias ms inno-vadoras de aquella etapa en materia universitaria: la que tuvo lugaren la Universidad de Brasilia a partir de la violenta irrupcin del ejr-cito en su campus. Sin embargo, cabe subrayar que en diversos aspec-tos, a partir de 1968, el rgimen brasileo revirti su poltica. Duran-te ese ao se sancion una nueva ley universitaria. H. Trindade sos-

    tiene que, a partir de entonces los militares fueron persuadidos poruna lite de polticos y burcratas que la construccin del Brasilcomo gran potencia mundial exiga universidades capaces de formarinvestigadores de alto nivel a travs de los estudios de posgrado y elfinanciamiento amplio de la investigacin9. Impusieron as un pro-yecto modernizador que se aliment de propuestas que, en algunoscasos, provenan incluso de las luchas universitarias anteriores al

    PABLO BUCHBINDER 19

    especficamente cientfica del sistema universitario fueron en Brasilms exitosos. En 1948 se cre la Sociedad Brasilera para el Progresode la Ciencia. En 1951 se cre el Consejo Nacional de Investigacio-nes (Cnpq) y luego la Coordinadora para el Perfeccionamiento delPersonal de la Educacin Superior (Capes), instituciones que cum-

    plieron desde entonces un papel clave en la organizacin del finan-ciamiento de la investigacin y en la enseanza de posgrado.

    Las dictaduras

    Las experiencias dictatoriales desde los aos sesenta marcaron demanera profunda la historia de ambas sociedades y tambin de sussistemas universitarios. En Brasil el rgimen constitucional fue inte-rrumpido en el ao 1964. El rgimen militar inici aqu su retiro

    gradual del poder a partir de principios de la dcada de 1980. Fueuna salida negociada y pautada. Se trat de un proceso de aperturagradual que no estuvo desprovisto, de todas formas, de fuertes ten-siones y enfrentamientos internos. El proceso de apertura comenz amediados de los setenta y los primeros signos de distensin coinci-dieron con la etapa ms severa de la represin en la Argentina. Estaetapa culmin en Brasil con la eleccin indirecta de Tancredo Nevescomo Presidente de la Repblica y la posterior asuncin, a causa desu fallecimiento, de Jos Sarney en el ao 1985.

    La evolucin argentina fue diferente. En 1966, un golpe de Esta-

    do clausur una etapa dinmica y fuertemente innovadora de la vidauniversitaria iniciada en 1955 luego de la cada del peronismo, a par-tir de la intervencin de las casas de estudios, hecho que provoc elretiro de la vida acadmica de un nmero elevado de prestigiososdocentes e investigadores. Este rgimen procur despolitizar la Uni-versidad y limitar el acceso a las casas de estudios. Pero el rgimen dela llamada Revolucin Argentina debi entregar el poder en 1973.Luego de un breve intento de reconfigurar la Universidad en base alos principios de los grupos identificados con las propuestas ms

    APUNTES SOBRE LA FORMACIN DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL ARGENTINO18

    9 Trindade, H. Op. cit. Pgs. 561-601.

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    Entre los militares argentinos prim, en cambio, una perspectivaque conceba a la Universidad como un foco revolucionario y subver-sivo. El rgimen argentino no toleraba las ms mnimas disidencias eneste aspecto. Es probable que la poltica hacia la Universidad reflejasediferencias sustanciales de la evolucin de ambos pases sobre los que

    actuaron ambas dictaduras. La Argentina haba mostrado una tenden-cia hacia la integracin de su sociedad y hacia la construccin de unaestructura ms igualitaria desde finales del siglo XIX y principios delXX. Cualquier intento de reestructuracin del sistema capitalista localexiga desarticular el tejido social en un nivel tal que slo poda llevar-se a cabo en un clima de feroz represin. Esto explica que la represinse dirigiese hacia militantes sindicales, fundamentalmente, y luegoencontrara entre sus objetivos centrales al movimiento estudiantil. Enlas universidades, los militares argentinos slo vean un foco amena-zante de disidencia y actuaron en consecuencia. En cambio, Brasil

    haba construido una sociedad mucho ms desarticulada y la amena-za hacia el orden social era, probablemente, percibida como menosgrave por las elites brasileras que por las argentinas.

    Es posible sealar que, en principio, la poltica de la dictaduraargentina hacia la Universidad contempl dos ejes. Por un lado, elcontrol poltico e ideolgico. En este contexto se procur especial-mente limitar el desarrollo en el mbito acadmico de las cienciassociales y las humanidades y tambin desplazar la investigacin cien-tfica hacia instituciones extrauniversitarias y con control directo desdeel Estado. En consecuencia, si bien la inversin en ciencia y tecnolo-ga fue relativamente importante durante esta etapa, se trat tambinde desplazar estas actividades del mundo universitario y canalizarlahacia organismos extrauniversitarios. El segundo eje fue el achica-miento de la matrcula. Los militares argentinos partan de la idea deque el sistema universitario estaba sobredimensionado en relacin conlos otros niveles del sistema educativo. Estos principios se tradujeronen la imposicin de un sistema de cupos y aranceles que produjo unestancamiento de la matrcula universitaria en trminos globales11.

    PABLO BUCHBINDER 21

    golpe de 1964. Como han sealado Claudio Suasnbar y GermnSoprano, el gobierno militar de 1968 otorg un lugar central a laUniversidad en el marco de una estrategia autoritaria de moderniza-cin10. Con este objetivo propici el desarrollo universitario en basea un modelo homogneo que combinaba las actividades de ensean-

    za, de investigacin y de extensin. Aspiraba, en este contexto, a for-talecer la escolarizacin superior sobre todo en las reas tecnolgicas.Si bien el proyecto de desarrollo del sistema de educacin superiordel Brasil se basaba en instituciones y prcticas desarrolladas desdelos aos cincuenta, cabe subrayar que logr consolidar, finalmente,un sistema pblico de investigacin, y sobre todo de posgrado queno encontraba paralelos en Amrica Latina.

    De todos modos, tambin esta etapa tuvo aspectos negativos.Uno de ellos fue la creciente privatizacin del sistema. Los cambiosintroducidos durante esta etapa permitieron una fuerte expansin

    del sistema universitario privado. Aunque la expansin acelerada deste conform, desde sus orgenes, un rasgo relevante de la estructu-ra de educacin superior en el Brasil, en lneas generales las disposi-ciones de 1968 posibilitaron tambin la fundacin de nuevas institu-ciones, en mucho casos, sin un adecuado control ni supervisin. Elotro factor negativo fue el crecimiento, tambin escasamente planifi-cado del sistema de posgrado, sobre el grado. Un aspecto tambinaltamente cuestionado durante este perodo fue la mayor burocrati-zacin del sistema. Finalmente, si bien la dictadura logr construiruna Universidad que sigui articulando tareas de docencia con las deinvestigacin y conserv, probablemente, un mayor pluralismo queen la Argentina, el nivel de exclusin de la poblacin del sistema deeducacin superior era, todava en los aos setenta, considerable-mente mayor que en dicho pas.

    APUNTES SOBRE LA FORMACIN DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL ARGENTINO20

    10 Soprano, G. y Suasnbar, C. (2005) Proyectos polticos, campo acadmicoy modelos de articulacin Estado-universidad en la Argentina y el Brasil, en Rinesi,E. Soprano, G. y Suasnbar, C. (comp.) Universidad: reformas y desafos. Prometeolibros y Universidad Nacional de General Sarmiento. Buenos Aires. Pgs. 139-164. 11 Buchbinder, P. (2005). Op. cit.

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    estudiantes de 416.000 en 1983 a 500.000 en 1984 y a 700.000 en1986. A principios de la dcada de 1990, prcticamente ya se hab-an duplicado las cifras existentes al finalizar la etapa dictatorial. Elgrueso del crecimiento fue absorbido por el sector pblico y la parti-cipacin del sector privado disminuy sustancialmente ya que pas

    de un 20% aproximadamente en 1983 a un 11% en 198712

    . Es desuma importancia sealar que las universidades recuperaron su auto-noma, que se reimplant el cogobierno y que la investigacin cien-tfica volvi a ser considerada una parte esencial de la actividad uni-versitaria. Sin embargo, el incremento de la matrcula, durante losaos del primer gobierno de la transicin democrtico fue absorbidopor un sistema que presentaba escasos cambios en relacin con el queprimaba en tiempos de la dictadura. A pesar del crecimiento en elnmero de estudiantes, los primeros aos del rgimen democrticopresenciaron escasas innovaciones institucionales en lo que respecta

    a la estructura global del sistema. No se crearon nuevas institucionespblicas, con la excepcin de la Universidad de Formosa y luego lade Quilmes, pero tampoco se autoriz la creacin de nuevas univer-sidades privadas, a pesar de que se complet el proceso de autoriza-cin de instituciones que ya funcionaban condicionalmente. Lamisma expansin del sistema de posgrado fue limitada y las restric-ciones fiscales de finales de la dcada de 1980 tambin constrieronel crecimiento del presupuesto para investigacin y la expansin delsistema de dedicacin exclusiva. Por el contrario, el sistema universi-tario, fue afectado gravemente por la disminucin abrupta de lossalarios de los docentes y empleados administrativos de las universi-dades. As, estos aos se caracterizaron por un altsimo grado de con-flictividad, debido al hecho de que, en gran medida, los costos delcrecimiento de la matrcula fueron absorbidos en gran proporcin a

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    As, un anlisis un tanto ms detallado de la poltica de reestruc-turacin de la matrcula permite observar tambin que las institucio-nes ms afectadas por esta poltica fueron las universidades pblicassituadas en los grandes centros urbanos. En segundo lugar es posibleadvertir tambin que la matrcula se redistribuy permitiendo un

    crecimiento importante de la porcin correspondiente al sector pri-vado. En 1983, el porcentaje de estudiantes universitarios que cursa-ban en el sector privado en la Argentina lleg a un 19%. La otracaracterstica peculiar de este proceso fue el notable crecimiento enel nmero de estudiantes del sector terciario no universitario. Esposible interpretar entonces que muchos jvenes que se vieron priva-dos del acceso a los estudios universitarios optaron por seguir susestudios en institutos terciarios no universitarios.

    Por otro lado, y aqu tambin puede advertirse una diferencia sus-tancial con el Brasil, en la Argentina se trat de limitar el crecimien-

    to del sistema en trminos de instituciones. Durante la dictaduramilitar no se crearon nuevas universidades pblicas. Incluso se cerruna Universidad, la de Lujn, entre 1979 y 1980. Tampoco se auto-riz la fundacin indiscriminada de nuevas universidades privadas.Por otro lado, la misma privatizacin de la matrcula, aceleradadurante la dictadura, constituy un fenmeno, ciertamente limitadoque no lleg a alcanzar las proporciones que tom en el Brasil.

    Dilemas en el perodo de transicin democrtica

    El retorno de la democracia tuvo, particularmente, en el casoargentino efectos sustanciales sobre variables bsicas del sistema uni-versitario argentino. El primero de ellos fue el crecimiento aceleradode la matrcula. El rgimen democrtico que asumi en diciembre de1983 levant las trabas al acceso a la Universidad al suprimir loscupos y los exmenes de ingreso dando as lugar a los reclamos efec-tuados por las organizaciones gremiales estudiantiles. La matrculaexperiment desde entonces un crecimiento sustancial pasando los

    APUNTES SOBRE LA FORMACIN DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL ARGENTINO22

    12 Buchbinder, P. y Marquina, M. (2008)Masividad, Fragmentacin y Heteroge-neidad: el sistema universitario argentino 1983-2008. Universidad Nacional de Gene-ral Sarmiento y Biblioteca Nacional. Buenos Aires.

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    mos aqu a procesos abiertos de los que es mucho ms difcil desta-car con claridad las lneas de evolucin.

    En principio, como se sabe, los dos pases vivieron de maneraintensa las reformas de los 90. Esas reformas constituyen todavahoy una variable central para pensar los cambios y transformaciones

    de los sistemas universitarios. Estas transformaciones tuvieron lugaren un contexto signado por profundos procesos de reforma del Esta-do e inspirados en ambos casos, por los conceptos del Consenso deWashington. Los principios de desregulacin, privatizacin, estrictocontrol del gasto pblico y reduccin del presupuesto estatal, en tr-minos generales, constituyeron variables centrales que guiaron lareconversin del sector pblico. En este contexto, se verificaron enambos estados restricciones severas para el aumento del financia-miento pblico de los sistemas de educacin superior. Aunque esposible advertir en ambos casos un incremento del financiamiento en

    trminos absolutos, dicho aumento no compens en forma propor-cional el crecimiento de la matrcula. Por otro lado, en ambos casostambin es posible advertir la aparicin de una nueva agenda cuyoscomponentes, aunque en forma parcial, fueron provistos por lasagencias e instituciones (entre ellas los organismos multilaterales decrdito como el Banco Mundial) que financiaron parcialmente losprocesos de reforma de la educacin superior. En ambos estados losconceptos de autonoma, evaluacin, diversificacin, flexibilizacin yprivatizacin se convirtieron en componentes centrales de las polti-cas universitarias implementadas durante esta dcada.

    El gobierno de Fernando Enrique Cardoso a partir de 1995impuls una poltica agresiva de transformacin del sistema univer-sitaria. La poltica frente al sector tendi a quebrar el modelo homo-gneo de institucin universitario desarrollado desde 1968 y basadoen la idea de construir instituciones que proporcionasen educacinsuperior articulando estrechamente investigacin y docencia. La lgi-ca que se impuso entonces estuvo basada en la diversificacin insti-tucional procurando la configuracin de instituciones consagradas,por ejemplo, slo a la formacin en reas especficas.

    PABLO BUCHBINDER 25

    partir de la disminucin de los salarios de los trabajadores de las ins-tituciones universitarias.

    En Brasil sigui durante aquellos aos el proceso de creacin denuevas instituciones tanto pblicas como privadas prolongando unatendencia cuyos orgenes es posible advertir desde la misma poca de

    la dictadura pero cuyas races son incluso ms antiguas y se remon-tan a los mismos orgenes del sistema universitario. Justamente, adiferencia de lo que sucedi en la Argentina, las mismas modalida-des de transicin democrtica en Brasil no permiten advertir en estembito transformaciones significativas y de la naturaleza de las quese produjeron en dicho pas. La intensa inversin de recursos pbli-cos continu durante estos aos en Brasil apoyada tanto en los pre-supuestos federales, estaduales, pero tambin por agencias comoCnpq o Capes. As, sigui el intenso y contino proceso de profesio-nalizacin de las actividades universitarias iniciado a mediados de los

    sesenta13

    . Una diferencia sustancial en este sentido puede advertirseen el ritmo de crecimiento de la matrcula. No es posible advertir enel caso del Brasil clivajes sustanciales en el ritmo de crecimiento deaqulla como se produjeron en la Argentina a raz del fin de la dicta-dura. Cabe destacar entonces que los estudiantes universitarios bra-sileos eran 652.000 en 1980, pasaron a 671.000 en 1985 y llegarona 824.000 en 199014.

    Las reformas de los noventa: una agenda comn

    El objetivo de este ltimo pasaje consiste en realizar algunos muybreves comentarios sobre la evolucin de los ltimos diez o quinceaos. En este sentido, deseamos limitarnos aqu a plantear algunastendencias y algunos ejes de evolucin. Cabe sealar que nos referi-

    APUNTES SOBRE LA FORMACIN DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL ARGENTINO24

    13 Soprano G. y Suasnbar C. (2005). Op. cit. Pg. 149.14 Evolucao do Ensino Superior-Graduacao. 1980-1998. Instituto Nacional do

    Estudos e Pesquisas Educacionais (Inep) en www.inep.gov.br.

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    Muchos de estos criterios operaron tambin, durante estos aos,en la Argentina. Tambin aqu el sistema universitario vivi transfor-maciones sustanciales. En principio esas transformaciones se expre-saron en la aparicin de nuevas normativas y reglamentaciones.Nuevas normas sobre financiamiento, ya a finales de los ochenta

    permitieron que las universidades recibieran recursos provenientesde la venta de servicios a terceros o de consultoras a empresas priva-das y al Estado. Otras disposiciones posibilitaron que las institucio-nes universitarias implementasen sus propios regmenes laborales ysalariales. Por otra parte, un elemento fundamental de esta etapa fueel impulso otorgado al proceso de diversificacin del sistema. Laestructura del sistema universitario se volvi, gracias a las transfor-maciones impulsadas durante esta dcada, ms compleja y heterog-nea. La causa de este cambio est vinculada con la creacin de nue-vas instituciones tanto en el mbito pblico como en el privado. En

    este contexto, las polticas de los noventa procuraron ampliar la ofer-ta de educacin superior proveniente del sistema privado. El nme-ro de universidades privadas se duplic entre 1989 y 2006 merced allevantamiento de las restricciones para su creacin. A la vez, el siste-ma privado en su conjunto experiment en la Argentina, como seprodujo tambin en Brasil, un proceso de segmentacin y diferen-ciacin interna relevante.

    En este sentido, es importante resaltar que, junto a las antiguasuniversidades privadas de masas y tambin de las tradicionales uni-versidades de carcter confesional surgieron universidades de liteorientadas hacia un alumnado en condiciones de afrontar el pago dealtos aranceles. Tambin cabe aclarar que, durante estos aos el sis-tema pblico vivi un proceso de ampliacin significativa en elnmero de instituciones que vino acompaada de la aparicin demodelos organizacionales distintos y alternativos al de las viejasestructuras de facultades profesionalistas. Se caracterizaron por pre-sentar una oferta curricular nueva y, en algunos casos tambin, porposeer criterios distintos en la organizacin de sus plantas docentescompuestas ahora por investigadores con dedicacin exclusiva y

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    En trminos de acciones y medidas concretas, estos aos presen-ciaron la ampliacin, en Brasil, de la oferta de los cursos de grado,una mayor flexibilizacin en trminos curriculares en este nivel y laautorizacin para el funcionamiento de nuevos institutos privadosy tambin pblicos, muchos de ellos sin obligacin de investigar.

    Una de las consecuencias de la poltica universitaria desarrolladadesde mediados de los aos 90 consisti entonces en la modifica-cin de las formas de financiamiento. Las instituciones acadmicasbrasileas buscaron, desde entonces, complementar la baja de losrecursos pblicos con acuerdos con empresas, organismos pblicosy venta de servicios en general. La evaluacin, centrada en los resul-tados, se tradujo tambin en la conformacin de un ranking de ins-tituciones, acentuando adems la idea de que el sistema de educa-cin superior deba ser competitivo15. En el Brasil, las prcticas deevaluacin del sistema fueron introducidas gradualmente y en prin-

    cipio en forma descentralizada a partir de la imposicin de una seriede prcticas que procuraron, en lneas generales, la acreditacinperidica de las instituciones, el estmulo y regulacin de la compe-tencia a partir de la construccin de un ranking entre ellas y quetambin intentaron garantizar, en este contexto, determinados stan-dars de calidad.

    Una de las consecuencias ms profundas de las reformas de losaos 90 en Brasil fue el nuevo impulso al proceso de privatizacindel sistema. Las nuevas normativas permitieron el crecimiento delsector privado a travs de la flexibilizacin de los requisitos para lafundacin de las nuevas instituciones. Brasil presenta hoy, en el nivelde la educacin universitaria y del sistema de educacin superior, entrminos generales, uno de los ms elevados porcentajes de concen-tracin de la matrcula en el sector privado, a nivel mundial.

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    15 Dourado, L. F.; Mendes Catani, F. y Ferreira de Oliveira, J. (2005) Polti-cas pblicas y reforma en la Educacin Superior en el Brasil: impases y perspectivasen Rinesi, E; Soprano, G. y Suasnbar, C. (comp.) (2005). Op. cit. Pgs. 53-80.

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    Argentina a travs de diferentes medidas o programas como el Fomeco el programa de incentivos se estimul la competencia por recursosy fondos presupuestarios entre las instituciones.

    Reflexiones finales

    Los aos noventa mostraron, como han subrayado estudiosos delas tendencias de la educacin superior y universitaria en AmricaLatina, la configuracin de una agenda comn de enseanza supe-rior. Esta agenda fue implementada a travs de gobiernos de diferen-te origen poltico pero condicionados fuertemente por las polticasneoliberales en auge a nivel mundial durante aquel perodo. Si bienlos procesos de internacionalizacin de la educacin superior, avancedel sector privado o el creciente peso de las polticas de evaluacin y

    control de la calidad configuran elementos comunes a la historia uni-versitaria de los dos pases es posible advertir tambin, a travs inclu-so de distintos datos estadsticos, algunas tendencias generales de lossistemas universitarios que reflejan lneas de evolucin de ms largoplazo que los cambios de los ltimos aos no han logrado revertir. Enprincipio, los sistemas institucionales son claramente diferentes. Elnmero de universidades pblicas del Brasil casi duplicaba porentonces al de la Argentina (86 contra 45) y el de Universidades pri-vadas casi lo cuadruplicaba (190 contra 55). En trminos de priva-tizacin de la matrcula, Brasil mostraba claramente una tendenciaascendente que contrastaba con la de la Argentina donde el gruesode la matrcula sigue concentrada en el sector pblico (68 contra 21).Quizs los datos ms relevantes sean aquellos sobre el grado de exten-sin y alcance de la enseanza superior ya no universitaria entre lapoblacin que expresan que un balance mucho ms positivo para laArgentina que para el Brasil. Si bien los datos que hemos tomadoaqu corresponden al sistema de educacin superior en general msque al universitario particularmente, manifestara orientaciones quecomparte en lneas generales el sistema universitario. Mientras la tasa

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    semiexclusiva16. La mayora de las universidades pblicas creadasdurante estos aos, por otro lado, estn situadas en el conurbanobonaerense. Otro factor relevante de estos aos, y en el que laArgentina muestra un considerable retraso en relacin con Brasil, fueel crecimiento del sistema de posgrados. En 1994 haba casi 800

    carreras de posgrado que en 2002 superaban ya las 1900. En estembito se produjo entonces una expansin rpida aunque tambinmuy desordenada. Todos estos factores contribuyeron a profundizarla heterogeneidad del sistema universitario argentino. En l convivenhoy instituciones pblicas y privadas de masas con ofertas curricula-res amplias con instituciones de lite y con institutos universitariosorientados a la enseanza de grupos acotados de disciplinas. Estosfactores, entre otros, expresan con claridad el grado de fragmentacinque ha signado y signa actualmente al sistema.

    Como en el caso del Brasil, las nuevas normativas introdujeron la

    prctica de la evaluacin institucional como un elemento estructuraldel sistema y que, en alguna medida, equilibra tambin el proceso defragmentacin. A partir de la ley de Educacin Superior de 1995 seestableci la creacin de la Comisin Nacional de Evaluacin y Acre-ditacin Universitaria (Coneau). Esta cumple funciones ampliasdiversas como la evaluacin externa de las instituciones cada 6 aos,la acreditacin de las llamadas carreras de inters pblico (en princi-pio medicina e ingeniera) y de todas las carreras de posgrado.Tambin asesora en todo aquello vinculado con la autorizacin pro-visoria y el reconocimiento definitivo de las instituciones privadas17.De todas formas, es necesario aclarar tambin que la Coneau funcio-na en base a los criterios establecidos tanto por el Ministerio de Edu-cacin como por el llamado Consejo de Universidades que represen-ta tanto a las instituciones pblicas como privadas. Tambin en la

    APUNTES SOBRE LA FORMACIN DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL ARGENTINO28

    16 Vase al respecto Garca de Fanelli, A. M. (1997) Las nuevas universidades delConurbano Bonaerense: Misin, demanda externa y construccin de un mercado acad-mico. Cedes. Buenos Aires.

    17 Vase Marquina, M. y Buchbinder, P. Op. cit. Pg. 58.

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    La militancia estudiantil en la Universidad deBuenos Aires entre golpe y golpe, 1943-1955Juan Sebastin Califa

    En las jornadas de 1943, los estudiantes pegbamos cartelesdenunciando al rgimen: Si usted es democrtico, no puedeestar con este gobierno de curas y militares que no rompen conel Eje porque creen en su victoria. Pida la ruptura. Isay Klasse,estudiante de Derecho (UBA) y socialista, en Roberto Almar-zaz, Manuel Corchon y Rmulo Zemborain:Aqu FUBA! Lasluchas estudiantiles en tiempos de Pern (1943-1955), Planeta,Buenos Aires, 2001, Pg. 37.

    Quin con impetuoso afn,Don Juan,es entre vivo y tilingo,Domingo,juguete de su ambicin,Pern.Pero toda la Nacinindignada y altaneraslo desea que mueraDon Juan Domingo Pern.En Democracia y Reforma, rgano de la Agrupacin Reformistade Derecho (UBA), en Ciria, A y Sanguinetti, H. (1968) LosReformistas. Jorge lvarez. Buenos Aires. Pg. 131.

    Juan Sebastin Califaes Licenciado en Sociologa (UBA) yMagster en Sociologa de la Cultura (IDAES-UNSAM) ydocente de esta disciplina en la primera Universidad. Actual-mente cursa el doctorado de la Facultad de Ciencias Sociales(UBA). Como becario del CONICET bajo la direccin dePablo Buchbinder desarrolla una investigacin sobre la radi-calizacin poltica del movimiento estudiantil en la dcada

    de 1960 concentrndose en lo acaecido en Buenos Aires.Algunos resultados parciales de esta labor han sido publica-dos en artculos aparecidos en revistas especializadas y publi-caciones colectivas.

    bruta de escolarizacin superior en la Argentina muestra una tenden-cia claramente ascendente partiendo de 13% en 1970 y llegando aun 64% en 2004, en Brasil el porcentaje queda limitado ese ltimoao a un 22% y ha seguido creciendo muy lentamente18. En este sen-tido cabe sealar dos aspectos centrales: el primero de ellos se vincu-

    la con la mayor descentralizacin y privatizacin del sistema univer-sitario brasileo con respecto al argentino. Esta tendencia que esposible rastrear histricamente muestra la fuerza de las tendenciasestaduales y el menor peso del Estado nacional.

    La segunda, quizs ms significativa, expresa sin duda, la menordesigualdad que caracteriza a la sociedad argentina en comparacincon la del Brasil. En este sentido cabe destacar que la historia de lasociedad argentina durante las ltimas dcadas ha estado signada porel avance de un proceso notable de fragmentacin social. Este proce-so fue particularmente intenso durante los ltimos aos de la dcada

    de 1990 y los primeros de este siglo. Sin embargo, esto no afect sus-tancialmente el incremento de la tasa de escolarizacin superior, alque, de todas formas, habra que matizar teniendo en cuenta las altascifras de desercin y desgranamiento que caracterizan tambin al sis-tema universitario. Esta evolucin, en un contexto signado por elincremento de la pobreza y la desigualdad, no puede dejar de asociar-se tampoco con la movilizacin y la lucha de la comunidad universi-taria y de la sociedad en general contra los proyectos de arancela-miento de la educacin superior primero y, a finales de los noventa,contra los intentos de reduccin sustancial de los presupuestos. Laevolucin muestra, en definitiva, tambin el papel central que, tradi-cionalmente, la sociedad argentina ha otorgado a la educacin uni-versitaria como factor central de ascenso y movilidad social, proba-blemente mayor que el que se le ha atribuido histricamente en Bra-sil, en el marco de una sociedad tambin histricamente ms frag-mentada y desigual.

    APUNTES SOBRE LA FORMACIN DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL ARGENTINO30

    18 Los datos han sido tomados de Brunner, J. J. (2006) Polticas de calidad edu-cativa y desarrollo en Amrica Latina en http://mt.educarchile.cl. Pg. 26 y ss.

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    tal explicacin? Estas son las preguntas que me propongo comenzara responder aqu.

    La Universidad golpeada

    El 4 de junio de 1943 tendra lugar un golpe de Estado en laArgentina cuyas consecuencias implicaran cambios drsticos en elpas. Aunque con diferentes grados, que iban desde un apoyo msdecidido, como los nacionalistas filonazis, hasta otro ms cauteloso,como buena parte de los radicales y socialistas, el golpe cont conmuestras importantes de complacencia entre gran parte de las princi-pales fuerzas polticas nacionales. En un sector de la militancia estu-diantil universitaria, impulsada en parte por estos partidos, se recrea-ra este expectante respaldo1. El hartazgo que foment el gobierno de

    Ramn S. Castillo termin de colmar los nimos de muchos cuandola candidatura de Robustino Patrn Costas se erigi como la propues-ta oficial de continuidad institucional, y eso explica en buena medi-da dicho apoyo. No obstante, un nmero menor de organizacionespolticas, entre las que se encontraba el Partido Comunista Argentino(PCA) y los jvenes que diriga, as como la Federacin Universitariade Buenos Aires (FUBA) y otros militantes universitarios, se declara-ran enfticamente en contra del mismo2.

    JUAN SEBASTIN CALIFA 33

    Desde dismiles puntos de vista se coincide en caracterizar a losaos comprendidos entre el golpe de Estado de 1943 y el de 1955,marcados a fuegos por el surgimiento, apogeo y cada del gobiernode Juan Domingo Pern, como absolutamente disruptivos de la his-toria argentina. En tal panorama, la Universidad nacional no es una

    excepcin. Como se sabe, aunque no se sepa mucho ms, el gruesodel movimiento estudiantil nacido en sus aulas devendra en unfrreo opositor de dicho gobierno. Sobre todo los reformistas, esdecir aquellos que se situaban ideolgicamente como continuadoresde la senda abierta por la Reforma cordobesa de 1918, se colocaranen las antpodas de ste.

    Sin embargo, pese a que es frecuente encontrar el sealamientoacerca de la importancia de lo acaecido en este perodo en relacin ala Universidad para comprender procesos histricos posteriores, sonescasos los trabajos que construyen algn tipo de explicacin de lo

    acontecido. Por lo general abundan dos posturas de la que en esteartculo decididamente me aparto: por un lado, la visin condena-toria, por otro, la visin celebratoria. Les llamo visiones porqueen verdad ni la una ni la otra, en su simplicidad, constituyen expli-caciones ms rigurosas de lo ocurrido. Con todo, no deja de ser ver-dad que de ambas es plausible extraer ciertos resultados parciales apartir de los cuales se puede comenzar a construir tal explicacin. Enese sentido, el lector puede encontrar aqu citada profusamente esabibliografa de la que en diversa medida, como ver, me valgo.

    Mi propsito es entonces, apoyndome en la literatura existente,poner los primeros peldaos de una explicacin ms rigurosa y equi-librada. Aunque sta, por supuesto, no deja de contener, ni le escapa,a una posicin poltica, trata de objetivar la distancia que la separafrente a lo estudiado para a partir de all robustecer dicha toma de par-tido. En concreto, este trabajo se concentra en el estudiantado y enparticular en el movimiento reformista de la Universidad de BuenosAires (UBA). Por qu tal virulenta oposicin al gobierno de Pern?Cmo se dio la lucha con ste? Cules son sus momentos cumbres?En definitiva, qu elementos debera tener mayormente en cuenta

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    1 Susana Bianchi seala que En la Universidad de Buenos Aires, los estudiantestomaron el edificio de la Facultad de Derecho, mientras exigan la renuncia de aque-llos profesores que haban apoyado la candidatura de Patrn Costa. En la Facultadde Medicina, convocaban para donar sangre para los heridos en el enfrentamientoarmado. En Catolicismo y Peronismo. Religin y Poltica en la Argentina 1943-1955(2001). Tema Editorial-Prometeo Libros-IEHS. Buenos Aires. Pg. 28. Esos apoyosse repetiran en otras casas de altos estudios como las situadas en Crdoba, Santa Fey La Plata e incluso de parte de la Federacin Universitaria Argentina.

    2 A declaration by the Federacin Universitaria de Buenos Aires (FUBA), issuedshortly alter the military take-over, emphasized the university youths opposition to

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    muchos ms los que exigan el inmediato retorno a la constituciona-lidad en tanto sentidamente partes del movimiento internacional dedefensa de la democracia.

    El rpido anuncio del ministro del Interior de que se suprimiranlos mtodos de enseanza exticos4, atacando de este modo a un sis-

    tema educativo juzgado negativamente como cosmopolita y ateo,confirm esta caracterizacin poltica. As, en breve, el 28 de julio de1943, el nuevo gobierno declar intervenida la Universidad Nacionaldel Litoral (UNL) alegando en el decreto 3.953 que la infiltra-cin de elementos extraos al ambiente estudiantil y al abuso que creaal catedrtico su propia funcin (sic) presiona sobre el comn del alum-nado extravindole su criterio5. Adems, un nuevo decreto informa-ra la intervencin a la Universidad Nacional de Cuyo (UNCu) 6,

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    Sin embargo, en breve los primeros asumiran las posiciones de lossegundos, al ver frustradas sus ilusiones en el gobierno de facto que enpocos das desplazara a su primer mandatario Arturo Rawson, antesde que pudiera prestar juramento presidencial por otro general,Pedro Pablo Ramrez. stos advertiran lo que el nuevo Ejecutivo

    pronto afirm: la administracin albergaba un proyecto corporativoque no necesariamente los inclua, el cual supona por ende algo msque el derrocamiento de un gobierno civil y el posterior acuerdo conuna fraccin poltica para pasarle velozmente el mando. Adems,segua siendo perceptible la simpata del grueso del gobierno con lacausa de las potencias del Eje en la guerra mundial. Por el contrario,el mundo universitario se encolumnaba entre quienes reclamabanvivamente el fin de la neutralidad argentina y su intervencin en elbando Aliado. Es necesario recordar que los reformistas haban sidodistinguidos militantes pro-repblica en tiempos de la Guerra CivilEspaola y ahora durante el enfrentamiento mundial volvan aencontrar el significado retrgrado del franquismo en el nazismo y elfascismo. En breve el gobierno fue visto por stos como una deriva-cin local del fenmeno fascista3. En tal sentido, eran prontamente

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    the Castillo regime wich according to the students lacked a popular base of sup-port and was anti-democratic and sympathetic toward de Axis. Nevertheless, thedocument continued, the youth also supported the Republics tradition of civiliangovernment, and, perhaps having learned from the lesson of September, 1930, oppo-sed any military junta regardless of its sated intention. The FUBA urged the new lea-dership to surrender control of the government to civilian authorities and to allow

    the Republic to return to rule by constitutional procedures. En Richard, J. W.(1968) Student Politics in Argentina. The University Reform and Its Effects, 1918-1964,Basic Books, Nueva York. Pg. 120 y ss. Tomado de Deca F.U.B.A. el 4 de junio[de 1943] en Tribuna Universitaria. Buenos Aires, 8 de enero de 1946. Pg. 7.

    3Ya la fractura social que determinaba la conflagracin mundial haba atravesa-do el Segundo Congreso Nacional de Estudiantes reunido en Crdoba en octubrede 1942 que reorganiz la FUA. En l se haba reafirmado la adhesin a los Aliadosy, en tal sentido, las federaciones haban promovido el armado de listas de los cate-drticos vinculados al nazismo para denunciarlos ante la Comisin Investigadora delas Actividades Antiargentinas de la Cmara de Diputados. Por su parte, el Consejo

    Superior de la UBA haba resuelto que podran [.] ser separados de sus ctedras

    los profesores que nieguen la idea de patria o que atenten contra el rgimen institu-cional. En Almaraz, R.; Corchon, M. y Zemborain, R. (2001) Aqu FUBA! Lasluchas estudiantiles en tiempos de Pern (1943-1955). Planeta. Buenos Aires. Pgs. 23y ss.

    4 De acuerdo a Ciria A. y Sanguinetti H. (1968) Los Reformistas. Jorge lvarez.Buenos Aires. Pg. 114.

    5 En Berdichevsky, L. (1965) El peronismo en la Universidad del Litoral enBerdichevsky, L.; Inglese, J. O. y Yegros Doria, C. L. Universidad y Estudiantes. Uni-versidad y Peronismo. Libera. Buenos Aires. Pgs. 79-225 y 108.

    6 En Rein, M. (1999) Represin versus rebelin: Universidades Argentinas bajoel peronismo, 1943-1955, en Marsiske, R. (coord.)Movimientos Estudiantiles en laHistoria de Amrica Latina, volumen 2. Universidad Autnoma de Mxico, Centrode estudios sobre la Universidad. Plaza Valdez Editores. Mxico D.F. Pgs. 163-208y 168. En esa misma pgina la autora seala: Es interesante destacar que las prime-ras intervenciones del rgimen fueron precisamente en las instituciones de provin-cias y no en la mayor y ms importante de Buenos Aires. Es posible que ello sea untestimonio del temor que tena el gobierno de una reaccin tempestuosa de la opi-nin pblica y que por ende prefiriera comenzar con las universidades ms peque-as distantes de la capital federal. A ello Berdichevsky agrega como suposicionesque tanto en la Universidad portea como en la platense hay dos hombres de pres-tigio internacional, Carlos Saavedra Lamas y Alfredo Palacios respectivamente, y quepor eso no se intervienen enseguida estas casas de estudio. Adems, sostiene quebuena parte de los intelectuales que planean la reestructuracin universitaria vigen-

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    de un []grupo de personas que se atribuye a s mismo una repre-sentacin caduca e inexistente vinculada a un izquierdismo extre-mo. Alfredo Palacios, presidente de la Universidad Nacional de laPlata (UNLP), y Salvador Dana Montaa, el novel interventor de laUNL que haba reemplazado tras enrgica huelga estudiantil en seal

    de mediacin a Von Giornado Genta, entre otros, se negaron adar curso a las cesantas y debieron dejar sus cargos9.A qu se deba semejante virulencia hacia la Universidad y sus

    claustros? No era un tanto arriesgado para un gobierno recin cons-tituido ganarse tan efusivos crticos, ms an cuando, como se vio, elconjunto de los universitarios no se haba manifestado de entrada ensu contra? Sin duda, tales reprimendas no se pueden entender sinconsiderar la ubicacin de esta institucin y sus protagonistas en elconcierto poltico ms general. Como mostr, en consonancia a laprofundizacin de las crticas constitucionalistas de los indicadospartidos polticos se iba desarrollando la de los universitarios orien-tados por aqullos. stos eran parte, en su mayora a excepcin delos jvenes de la Fuerza de Orientacin Radical para la Joven Argen-tina (FORJA) partidarios de la neutralidad, miembros del coro devoces que exiga el alineamiento con el bando Aliado en la conflagra-cin mundial.

    Con todo, la situacin universitaria no es un mero reflejo de lapoltica nacional, e internacional, aunque s est indefectiblementeligada a ella, y, en s misma, encierra pues cierta especificidad. Lasmltiples causas que pudieron motivar tales vigorosas reprimendaspor parte del gobierno se relacionan asimismo con su referida con-cepcin jerrquica-autoritaria antiliberal, expresin de las corpora-ciones militares, nacionalistas y eclesisticas que lo conformaban; lasfuerzas del orden, unidas tras la bsqueda moralizante de discipli-na social. Esta concepcin chocaba de lleno con la ideologa quemotivaba la accin poltica de los casi 20.000 estudiantes universita-rios y de buena parte de los profesores: aquella que se haba iniciado

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    accin que finalmente llev a Carlos A. Pithod, integrante de laAccin Catlica, al rectorado7.

    El ensayo de dos meses que supuso la operacin comandada en laUNL por el ultrarreaccionario Jordn Bruno Genta, un intelectualidentificado con el espectro nacionalista catlico, dej como saldo un

    porcentaje altsimo de estudiantes expulsados la federacin y loscentros locales fueron proscriptos y de profesores exonerados8. Pero,sobre todo, su legado fue una creciente y activa oposicin universita-ria al rgimen. Era claro que sta se fundamentaba en el mortal einusitado ataque gubernamental a la autonoma universitaria quecomo ideario y como realidad concreta tena sus orgenes en laReforma Universitaria de 1918. En su defensa, aunque situndola enun marco mayor que la supona y a su vez la superaba, un grupo deciento cincuenta prestigiosos profesores y funcionarios, encabezadospor Bernardo Houssay, emiti un comunicado el 15 de octubre de1943 solicitando el regreso a la constitucionalidad, cuya conclusinbregaba por Democracia Efectiva y Solidaridad Americana, quecosech numerosos apoyos. Dos das despus el gobierno reaccionde acuerdo a su concepcin jerrquica y autoritaria de la poltica y lasociedad: ech a los firmantes del petitorio invocando que se trataba

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    te estaban vinculados a la institucin litoralea y que con sus testimonios de irre-gularidades e infiltraciones de izquierda all propiciaron esa intervencin. Elperonismo en la Universidad del Litoral en Berdichevsky, L.; Inglese, J. O. y YegrosDoria, C. L. Op. cit. 79-225 y 110.

    7 Segn Bianchi, S. (2001) Catolicismo y Peronismo. Religin y Poltica en laArgentina 1943-1955. Tema Editorial / Prometeo Libros, Instituto de Estudios His-tricos Sociales (IEHS). Buenos Aires. Pg. 29.

    8 Ciria y Sanguinetti comentan que Su actuacin tuvo ribetes catastrficos:desat una violenta persecucin contra profesores y alumnos, destituyndolos, que-rellndolos ante la justicia y aplicando sanciones gravsimas en forma masiva. Porejemplo, el 22 de agosto suspendi a ms de 200 estudiantes, el 28 otros 40; el 9de septiembre, 23; el siguiente da, 283, y as de seguido. Llegado un momento, laUniversidad del Litoral tena suspendida o expulsada la mayor parte de su pobla-cin estudiantil, entonces no muy numerosa. En Ciria, A. y Sanguinetti, H. Op.cit. Pg. 114. 9 Segn Ciria, A. y Sanguinetti, H. Op. cit. Pg. 105.

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    estatal, era uno de esos connotados adversarios. sta ahora se poten-ciaba como tal, ya que en tanto parte activa de la alianza gobernantecontrolaba ntidamente la cartera educativa nacional a travs de unpersonal poltico propio ubicado en los cargos ms encumbrados. Setrataba de personajes ligados al sector ms conservador del clero, el

    integrismo catlico, entrelazados en buena medida tambin con elnacionalismo de derecha. A estos funcionarios les repugnaba la par-ticipacin de los estudiantes en el gobierno de las instituciones edu-cativas que se legitimaba en la subversiva ideologa de la ReformaUniversitaria. En ese sentido, las universidades se les prefigurabancomo temidos centros de bulliciosa agitacin juvenil, que convenaacallar cuanto antes para evitar eventuales males mayores.

    Por lo tanto, los febriles episodios de protestas que se iniciaroncon la intervencin de la UNL, no seran hechos aislados sino quedeben ser observados ms bien como el preludio de incesantes y cre-cientes enfrentamientos sociales. As lo confirmaran las aireadasmanifestaciones, no menos belicosas que sus antecesoras, que seopondran a la medida destituyente en los principales centros univer-sitarios del pas. Tampoco en estos casos el gobierno se quedaraatrs. Por el contrario, hara habitual una reaccin ante cualquierproceso contestatario del orden y aumentara la apuesta al decretar el2 de noviembre de 1943 la intervencin de todas las universidades.As lo comunicara el nuevo ministro de Instruccin Pblica, el escri-tor integrista catlico Gustavo Martnez Zuvira (Hugo Wast), quienasumira en lugar del coronel Elbio Anaya luego de una crisis degabinete de la que el sector ultramontano sacara ventaja. Adems,

    cuatro das despus ilegalizara a la Federacin Universitaria Argenti-na (FUA), por comunista y subversiva, disolviendo y clausuran-

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    con la Reforma de 1918 y que designaba un significativo espectrouniversitario conocido e identificado con esta gesta de alcances lati-noamericanos. Por supuesto, el arco que se reconoca con ella no erahomogneo y, en ese sentido, lea de un modo diverso, y hasta adver-so, su legado10. No obstante, implicaba en s cierta ruptura con las

    jerarquas, al promover la potestad de los estudiantes para ocuparposiciones directivas dentro de las casas de altos estudios.Precisamente haba sido esta herencia, de las mltiples que dima-

    nan de aquel aguerrido proceso de movilizacin, lo que ms moles-taba a los sectores que se le oponan11. La Iglesia Catlica, a quien laReforma de 1918 le haba dedicado un nuevo captulo que senten-ciaba su alejamiento del Estado, amparndose en la tradicin laica

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    10 Pablo Buchbinder informa que en el Primer Congreso Nacional de Estudian-

    tes, realizado en el contexto de la Reforma entre el 21 y el 31 de julio de 1918 enCrdoba, cuando se plante la postura del movimiento estudiantil de cara a la pol-tica nacional e internacional se generaron fuertes controversias. Agrega: Si bienhaba matices y puntos de vista muy diversos, stos podan resumirse en dos posi-ciones. Un sector consideraba que la reforma tena que considerar una orientaciny un conjunto de objetivos limitados a problemas especficamente acadmicos y uni-versitarios. Otro grupo crea, en cambio, que el movimiento no poda constreirsea lo puramente universitario. Los ideales de la reforma deban cristalizar entonces enproyectos de cambio social y poltico. Las discusiones fueron intensas y continuaronuna vez que el congreso finaliz. EnRevolucin en los claustros? La Reforma Uni-versitaria de 1918(2008). Sudamericana. Buenos Aires. Pg. 126 y ss. Es interesan-te subrayar que esta polmica tambin atravesar el perodo que aqu estudio.

    11 A modo de sntesis, slo diremos que los principios reformistas pueden ser

    organizados alrededor de tres ejes:1) Renovacin y modernizacin del contenido y mtodo de la enseanza, en

    donde se incluyen reivindicaciones como las de capacidad de ctedra, provisin decargos docentes por concursos, asistencia libre a clase para los estudiantes, ejerciciode la docencia libre, existencia de ctedras paralelas, etc.

    2) Democratizacin de la estructura del gobierno universitario, con sus dos ele-mentos bsicos: autonoma universitaria y cogobierno docente-estudiantil.

    3) Cambio de las relaciones entre Universidad y Sociedad, sobre todo a partir deprcticas como la extensin universitaria, el fomento de la unidad obrero-estudian-til y el latinoamericanismo.

    De estos tres ejes, fueron las reivindicaciones de corte poltico las que ms cla-ramente aparecieron en los estatutos sancionados entre 1918 y 1921 (autonoma ycogobierno) siendo tambin las ms abiertamente contestadas en perodos posterio-res. En Pronko, M. (2000) El peronismo en la Universidad. Libros del Rojas. BuenosAires. Pg. 10.

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    arrebatada autonoma, evidentemente tambin de modo creciente seiran poniendo en el centro otras cuestiones. As, no slo estaba enjuego lo atinente a la esfera educativa, aunque en lo relativo a sta el31 de diciembre de 1943 se haba crispado an ms el nimo laicode los reformistas al decretarse la obligatoriedad de la enseanza cat-

    lica en las escuelas primarias. La proscripcin de los partidos polti-cos acaecida en dicha fecha tambin coloc a la Universidad progre-sivamente como un territorio destacado desde el que se resistira alrgimen, y en centro de las disputas globales por el poder en la socie-dad argentina. En ese sentido, los jvenes militantes se convirtieronen la personificacin de una lucha nacional que exceda en tanto talla representacin estudiantil y lo meramente universitario14.

    Ese ao se iniciara polticamente con un nuevo cambio de presi-dente, el 9 de marzo de 1944. El general Edelmiro J. Farrell, hastaahora vicepresidente, asumira por su camarada Ramrez, quienhaba renunciado el 24 de febrero pasado, tras un golpe de mano ensu contra una metodologa ya frecuente para solucionar los proble-mas de liderazgos y competencias dentro del rgimen gobernante,esta vez originado en el malestar que produjo en la entidad castrensela ruptura de relaciones diplomticas con Alemania y Japn (Italia seencontraba ocupada por los Aliados). Efectivamente, la evolucin dela Segunda Guerra Mundial segua demarcando los principales aline-amientos en la poltica nacional. Las polmicas en torno a sta rever-decan as los conflictos entablados por la militancia universitaria conla Iglesia Catlica y las Fuerzas Armadas, ubicadas plenamente en elfrente fascista, de acuerdo con su caracterizacin.

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    do los cincuenta centros de estudiantes y las cinco federaciones adhe-ridas, y persiguiendo y apresando adems a miembros de sus comi-siones directivas. En ese contexto, seran electos rectores intervento-res Lisandro Novillo Saravia, vicepresidente de la Junta Arquidioce-sana de la Accin Catlica, en la UNC; Rmulo Etcheverry Boneo,

    ex presidente de esa organizacin, en la UNL; el tambin nacionalis-ta catlico Ricardo Labougle en la UNLP, quien impusiera los cursosde formacin militarista en la institucin; y Toms D. Casares en laUBA, miembro de la primera asociacin, ya profesor en esta casa.Este ltimo expres al asumir: [] sobre todo impera la autoridaden una comunidad organizada advirti [] a los dscolos bachille-res del Colegio Nacional; pero sobre la juventud impera doblemen-te porque ha de tutelar lo que en derecho se llama su incapacidad.12

    Al gobierno que intentaba modelar las conciencias, los afectados lerespondieron con ms protestas. En ese sentido, la FUA organiznumerosos comits de lucha, como los de defensa de la autonoma yde huelga, para coordinar el crecientemente insinuado activismo13.

    En 1944 perdur la enconada disputa entre el gobierno y los uni-versitarios, los que empezaban marcadamente a construirse comobandos en lucha irreconciliable. Los ltimos, incluso, comenzaban anuclear demandas y demandantes ms all de sus reclamos corpora-tivos concretos. Esto se debi a que si bien hasta aqu el foco de lasreivindicaciones universitarias estuvo puesto en la recuperacin de la

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    12 En Ciria, A. y Sanguinetti, H. Op. cit. Pg. 115.13 Una carta enviada por la FUA, firmada por su Junta Representativa, su secre-

    tario Jos A. Culotta y su presidente Nstor O. Grancelli Ch, titulada Al gobier-no militar de la Nacin termina proclamando: El gobierno ha dilapidado coninconcebible pertinacia la inmensa popularidad que tuvo cuando jur. La Federa-cin Universitaria Argentina le previene que se est haciendo incurable el rechazopopular. Temer a los estudiantes es temer al pas. Perseguir a los estudiantes es con-tra la revolucin. En AA.VV. (2008) 1918-2008. La Reforma Universitaria. Su lega-do. Fundacin 5 de octubre de 1954-Emilio J. Perrot. Buenos Aires. Pgs. 185-188,187 y ss.

    14 Como explica Milcades Pea: El mundillo universitario, irritado en sus sen-timientos liberales por el rgimen dictatorial que liquidaba las libertades democrti-cas e introduca la reaccin catlica en la Universidad, fue la ms temprana y com-bativa fuerza de oposicin al gobierno. Pero los intereses reales a que serva su agita-cin no tenan nada que ver con la democracia y la libertad: eran la burguesaargentina y el imperialismo yanqui. En Masas, Caudillos y Elites. La dependenciaargentina de Irigoyen a Pern (1973). Ediciones Fichas. Buenos Aires. Pg. 69.

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    retorno de la autonoma era la lucha por hacerse de un espacio quepermitiera moverse en mejores condiciones contra el rgimen en posde la recuperacin democrtica y la batalla frente al Eje.

    En ese contexto de tensin propio de un gobierno que se sacudaante un concierto internacional que se estaba redefiniendo da a da,

    con los equilibrios inestables de poder que ello conllevaba, fue des-puntado la figura de Juan Domingo Pern. Ya en julio de 1944 elcoronel sumara a sus cargos de secretario de Trabajo y Previsin,ministro Guerra y presidente del Consejo de Posguerra el de vicepre-sidente de la Nacin. El militar que haba comenzado su ascensopoltico a travs de las posiciones de influencia que le abri el Grupode Oficiales Unidos constituido formalmente el 10 de marzo de1943, clave para la toma del poder ese ao y para la construccinpropia de tal, ira cambiando sus ideas de acuerdo con la evolucindel pas. Por ello, ya desde 1943 haba comenzado a congraciarse elapoyo de los sindicalistas, intuyendo que el movimiento obrero seramedular en un futuro proyecto poltico. Al mismo tiempo, se encar-gara de convencer a sus pares del gobierno y a los empresarios queesa poltica de acercamiento y medida complacencia era propiciapara espantar el fantasma del comunismo que sobrevolaba el mundodel trabajo. Los activos reformistas, y no slo ellos, a medida que fue-

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    En ese clima tormentoso de 1944, el recambio de gabinete queimpuls el entrante primer magistrado, que llev al ex reformista yahora falangista Alberto Baldrich al ministerio de Instruccin Pbli-ca, luego de un breve paso por l del pro-aliado Honorio Silgueira,no corrigi en nada la poltica educativa. El flamante rector interven-

    tor de la UBA, de acuerdo a la firme voluntad del Altsimo de res-tablecer la patria anud lazos entre catolicismo y Universidad alhabilitar Teologa como ttulo doctoral con el que se poda dictar Psi-cologa, Filosofa, Latn y Moral, adems de introducir la enseanzaconfesional en los colegios dependientes de la UBA el Nacional deBuenos Aires pas a llamarse Colegio Universitario San Carlos.Otra medida sobresaliente de su gestin fue disponer la participacinoficial de la UBA en la procesin del Corpus Christi15. Un nuevo, yya frecuente, cambio ministerial impuso a Etcheverry Boneo al fren-te de la cartera educativa y a Carlos Waldorp en la direccin de estaUniversidad. Con ellos prosegua la contrarreforma conservadora enmarcha, la tercera y ms dura de todas segn Roberto Ferrero16.

    Frente a tales situaciones los reformistas reforzaron sus esquemasde anlisis y la accin poltica que ella encauzaba de un modo mani-questa como seala Jorge Graciarena17, aunque sin demasiadas alter-nativas en esas condiciones18. En la Universidad, la pugna por el

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    15 En Ciria, A. y Sanguinetti, H. Op. cit. Pg. 116.16 En Historia Crtica del Movimiento Estudiantil de Crdoba (1943-1955)

    (2005), tomo II. Alcin. Crdoba. Pg. 11.17 Esta externalizacin de los objetivos puesta en el fascismo, condujo a una

    visin maniquesta de la poltica que pas as a ser concebida casi exclusivamente entrminos del esquema fascismo-antifascismo. Era imposible encuadrar dentro deeste esquema una poltica razonable para la universidad o para el pas, de manera quetanto el reformismo como los partidos democrticos fueron quedando a la zaga deunos acontecimientos que muy poco tiempo despus los desbordaran completa-mente. Clases medias y movimiento estudiantil. El Reformismo Argentino: 1918-1966, en Revista Mexicana de Sociologa, ao 33, n 1 (1971), enero-marzo. Insti-tuto de Investigaciones Sociales, UNAM. Mxico D.F. Pgs. 61-100 y 83.

    18 Las implicancias de estas condiciones son reconocidas incluso por intelectua-

    les como los forjistas que ms tarde se ligarn al peronismo por sus pblicas con-troversias sobre el carcter de la enseanza con Genta fue detenido en 1944 el pre-sidente de FORJA Arturo Jauretche. Juan Jos Hernndez Arregui describira enestos trminos las circunstancias ms de un quincena de aos despus: FORJA enla Universidad sealaba las consecuencias que traera la sustitucin de profesores sinconciencia nacional por cenculos fanticos que menos que por nacionalistas seencarnaban en las ctedras como clericales ultramontanos. FORJA predijo como lasansias de libertad de la juventud chocaran con la mentalidad conventual de profe-sores dogmticos y que, en contraposicin, los catedrticos de la dcada infame aca-baran por ser revalorizados como maestros en la apoteosis de una mentira fcil decrear y cimentada en la reaccin juvenil del estudiantado ante la intransigencia deun catolicismo intolerante, cuya fuente de inspiracin, ahora, era el rgimen espa-ol del general Franco. En La Formacin de la Conciencia Nacional (2004). PeaLillo-Ediciones Continente. Buenos Aires. Pg. 376.

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    La normalizacin de la Universidad no puede aceptarse sino comoun primer paso dado hacia lo que corresponde al pueblo de la Rep-blica, pues en caso contrario significara un privilegio que desde nin-gn punto de vista podran aceptar dignamente los universitariosargentinos, por cuanto ello implicara reconocer que podemos gozarde libertades que se niegan a otros ciudadanos, tan respetables como

    los que ensean o estudian en los institutos de cultura del pas 20.

    Con tal motivo, se llev a cabo entre el 26 y el 31 de julio de1945 la Primera Conferencia de Rectores promovida por la UBA21.La construccin de un movimiento a favor del regreso de la demo-cracia que despuntara en