Aquí yo te canto querida Colombia

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MONOGRAFIA ____________ ...Jí Aquí yo te canto querida Colombia Panorama sonoro-histórico de la Salsa en nuestro país. L a Salsa llegó a Colom- bia como suelen llegar los grandes espectáculos, por medio de la industria disco- gráfica, la radiodifusión y los con- ciertos en vivo. No fue una llegada anónima ni silenciosa. Fue, por el contrario, un arribo cargado de efervescencia y explosión, es de- cir, los mismos elementos que ca- racterizan a esta fuerza sonora ca- ribeña y universal. Por supuesto, tanta espectacu- laridad no pudo ser gratuita. Ello se debió en gran parte al apogeo que la Salsa vivia en Nueva York y a dos circunstancias particulares de la historia musical colombiana. La primera de ellas obedece al he- cho de que Colombia sea también parte del Caribe, lo cual nos hace ver que esta música no es ajena a nuestros gustos y nuestros senti- mientos. La segunda circunstan- cia es la permanente visita que a nuestras ciudades hacían grupos cubanos y puertorriqueños, gru- pos de Son, de Guaracha, de Mambo, o sea, de los ritmos que conforman el antecedente musi- cal de la Salsa, antes de que ésta se constituyera en el fenómeno musical, comercial y social que hoy conocemos como El sonido del Caribe urbano. De los Trios a losBig Bands Los años treintas para Colom- bia, son los años de los bruscos cambios económicos, de las quie- bras financieras, de los conflictos laborales, de la reforma constitu- 60 cional y la "Revolución en mar- cha". De la misma manera, los años treintas traen consigo la ra- dio y la fiebre por escuchar todo sonido que saliera de aquellos gi- gantescos aparatos de madera y vidrio. El funcionamiento de la radio por aquel entonces era totalmen- te artesanal y uno de los mayores placeres que podia encontrar el colombiano era sintonizar emiso- ras extranjeras durante la noche. A Barranquilla llegaban con mu- cha nitidez las ondas de la CMQ de la Habana, Cuba, donde se pre- sentaban radioteatros ameniza- Héctor Lavoe JaSE ARTEAGA dos por los mejores conjuntos de la isla. Sin embargo, los radio- oyentes colombianos eran muy escasos y las visitas de esos a nuestro país casi que pasaron de- sapercibidas por el precario cono- cimiento que se teIÚa de las mis- mas. Esto sucedió con el arribo de El Trio Matamoros, a cuyos con- ciertos sólo asistieron las perso- nas adineradas que poseían un aparato radiofónico, o que habían visitado en alguna ocasión la isla de Cuba, aparte, claro está, de un montón de curiosos. A medida que la radio cobra fuerza y la música antillana mere- ce reconocimiento, los grupos ca- ribeños empiezan a llegar con ma- yorfrecuencia. En 193911egaaBa- rranquilla la orquesta Casino de la Playa que toca para un baile po- pular en el Hotel Esperia de Puer- to Colombia. En 1942, la orquesta cubana Anacaona, integrada sólo por mujeres, ameniza varios pro- gramas radiales de la cadena Col- tejer cuando las emisoras a escala nacional reciben el patrocinio de grandes industrias y la programa- ción radial se vuelve más variada. Es por estos años cuando la em- presa norteamericana RCA esta- blece en Medellin la primera pren- sadora de discos en Colombia t. En esta década y en la siguiente los avances de los medios comu- nicativos se toman gigantescos, lo que permite la difusión nacio- nal de los músicos que nos visi- tan, como Rafael Hemández, Mir- ta Silva, Bobby Capó, Nora Mora- Revista Universidad Nacional

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MONOGRAFIA____________ ...Jí

Aquí yo te canto

querida Colombia

Panorama sonoro-histórico de la Salsa en nuestro país.

La Salsa llegó a Colom-bia como suelen llegarlos grandes espectáculos,

por medio de la industria disco-gráfica, la radiodifusión y los con-ciertos en vivo. No fue una llegadaanónima ni silenciosa. Fue, por elcontrario, un arribo cargado deefervescencia y explosión, es de-cir, los mismos elementos que ca-racterizan a esta fuerza sonora ca-ribeña y universal.

Por supuesto, tanta espectacu-laridad no pudo ser gratuita. Ellose debió en gran parte al apogeoque la Salsa vivia en Nueva York ya dos circunstancias particularesde la historia musical colombiana.La primera de ellas obedece al he-cho de que Colombia sea tambiénparte del Caribe, lo cual nos hacever que esta música no es ajena anuestros gustos y nuestros senti-mientos. La segunda circunstan-cia es la permanente visita que anuestras ciudades hacían gruposcubanos y puertorriqueños, gru-pos de Son, de Guaracha, deMambo, o sea, de los ritmos queconforman el antecedente musi-cal de la Salsa, antes de que éstase constituyera en el fenómenomusical, comercial y social quehoy conocemos como El sonidodel Caribe urbano.

De los Trios a los Big Bands

Los años treintas para Colom-bia, son los años de los bruscoscambios económicos, de las quie-bras financieras, de los conflictoslaborales, de la reforma constitu-

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cional y la "Revolución en mar-cha". De la misma manera, losaños treintas traen consigo la ra-dio y la fiebre por escuchar todosonido que saliera de aquellos gi-gantescos aparatos de madera yvidrio.

El funcionamiento de la radiopor aquel entonces era totalmen-te artesanal y uno de los mayoresplaceres que podia encontrar elcolombiano era sintonizar emiso-ras extranjeras durante la noche.A Barranquilla llegaban con mu-cha nitidez las ondas de la CMQde la Habana, Cuba, donde se pre-sentaban radioteatros ameniza-

Héctor Lavoe

JaSE ARTEAGA

dos por los mejores conjuntos dela isla. Sin embargo, los radio-oyentes colombianos eran muyescasos y las visitas de esos anuestro país casi que pasaron de-sapercibidas por el precario cono-cimiento que se teIÚa de las mis-mas. Esto sucedió con el arribo deEl Trio Matamoros, a cuyos con-ciertos sólo asistieron las perso-nas adineradas que poseían unaparato radiofónico, o que habíanvisitado en alguna ocasión la islade Cuba, aparte, claro está, de unmontón de curiosos.

A medida que la radio cobrafuerza y la música antillana mere-ce reconocimiento, los grupos ca-ribeños empiezan a llegar con ma-yorfrecuencia. En 193911egaaBa-rranquilla la orquesta Casino de laPlaya que toca para un baile po-pular en el Hotel Esperia de Puer-to Colombia. En 1942, la orquestacubana Anacaona, integrada sólopor mujeres, ameniza varios pro-gramas radiales de la cadena Col-tejer cuando las emisoras a escalanacional reciben el patrocinio degrandes industrias y la programa-ción radial se vuelve más variada.Es por estos años cuando la em-presa norteamericana RCA esta-blece en Medellin la primera pren-sadora de discos en Colombia t.En esta década y en la siguientelos avances de los medios comu-nicativos se toman gigantescos,lo que permite la difusión nacio-nal de los músicos que nos visi-tan, como Rafael Hemández, Mir-ta Silva, Bobby Capó, Nora Mora-

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les, Los J6venes del Cayo, Dáma-so Pérez Prado, Xavier Cugat, laSonora Matancera y el inigualableBeny Moré y su banda gigante,quien s6lo llega a Cartagena.

Para cuando Beny Moré presen-ta su monumental espectáculo,ya en Colombia hace furor otromedio masivo que provoca en elpúblico el gusto por la música delas Antillas: El cine. El séptimoarte aparece en salas de teatro delas principales ciudades durantela década de los cincuentas. Lasobras que se presentan son antetodo comedias musicales mexica-nas y cubanas; el ingrediente pri-mordial del show son comedian-tes como Resortes y Tin Tan ymúsicos como Rita Montaner, Ro-senda Rosell, Daniel Santos, la or-questa Cosmopolita, la SonoraMatancera, Celia Cruz y PérezPrado.

Gracias al cine, el contacto delpúblico con sus ídolos radiales setoma más intimo y la informaci6nmás completa. La gente descubreel ambiente musical de sus paisesvecinos; los hombres, el modo devestir de los grandes artistas; lasmujeres, el rostro de sus ídolod; ylos bailarines, los pasos que estánde moda en el exterior. La acepta-ci6n es cada día más profunda y elcomercio discográfico más am-plio. Por su parte, las grandes or-questas nacionales tocan los rit-mos que interpretan sus colegascubanos y Lucho Bermúdez y Pa-cho Galán se vuelven también an-tillanos y guaracheros.

Pero a finales de la década, larevoluci6n cubana rompe conesta época feliz y los cambios po-liticos que se dan en su interiorafectan no s610 a la economia,sino también a los músicos, mu-chos de los cuales emigran a losEstados Unidos dejando a un ladolas giras por Colombia y las peli-culas de comedia. El bloqueo queimpone Norteamérica a la Cubarevolucionaria determina un cam-bio en la mentalidad de los músi-cos y un receso en el gusto delpúblico.

De la OrqueBta al ConjuntoCorren. los años sesentas y el

mundo vive el auge de los movi-

Bogotá, Mayo-Junio 1989

Charlie Palmieri, la salsa como movimiento social

mientas juveniles, las luchas ra-ciales y el fen6meno Popo En Co-lombia rige el Frente Nacional, sedesarrolla la televisi6n y se escu-cha a los BeatIes. Nueva York seha llenado de emigrantes que pro-vienen de las Antillas y que seagrupan en los llamados "Barrioslatinos". Buscan sobrevivir enmedio de lRE'condiciones inhuma-nas que impone una ciudad gi-gantesca. La pobreza es la marcaque ostentan estos sectores, laviolencia se vuelve cotidiana y lasmanifestaciones artísticas queafloran en estos sitios se remitena tales circunstancias. La músicanarra los hechos violentos de lacalle. Y entre los ritmos, que comoel Boogalú buscan cantarle a lohíbrido de su condici6n latino-norteamericana, Yentre los músi-cos nacidos en el barrio neoyor-quino como Willie Col6n, Ray Ba-rretto y Eddie Palmieri, nace laSalsa como movimiento social ycomo manifestaci6n urbana.

La Salsa es en Nueva York unasunto de minorias y la gran in-dustria discográfica poca aten-ción le presta. Las emisoras ape-nas si la conocen y la televisi6n nise percata de su nacimiento. EnColombia nada se sabe, pues elpúblico depende demasiado delmercado norteamericano que di-funde Rack a toda hora. Sin em-bargo, mucho colombiano man-tiene contacto directo con NuevaYork, por alguna relaci6n familiar,por el hecho de haber ido a buscartrabajo y fortuna allá o porque tie-ne oportunidad de viajar constan-temente.

Este último es el caso de los de-portistas y de los músicos quedescubren en "La Gran Manza-na" todo el movimiento musicalque se presenta. Mel6manos em-pedernidos, los deportistas regre-san de sus viajes cargando bajo elbrazo discos de Salsa que compar-ten con los amigos. Artistas deoido atento, los músicos dejan

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IIONOGRAFIA___________ ----Jrdeslizar en sus siguientes graba-ciones algunos temas salseros,que en lamayoría de los casos sonDescargas. Los círculos de ami-gos de los melómanos se van am-pliando y loscortes salseros en losdiscos se van volviendo más fre-cuentes. La cadena crece. Sus es-labones agrupan ahora a un públi-co joven. Los puentes entre el Ca-ribe y Colombia se reconstruyen,aunque con otro fin y con motiva-ciones distintas.

Dospeculiares manifestacionessonoras se presentan a raíz deesta nueva efervescencia quevive Colombiapor la música anti-llana. La primera se da en Barran-quilla, simbolizada por los Pick-~ups, también denominados "Pi- .cós", que son gigantescos esca-parates construidos con bafles deequipos de sonido para llegar has-ta sitios más distantes. Los Picósexistían ya desde los años cin-cuentas en la costa atlántica;pero es con la Salsa comosu popu-laridad se extiende, pues el ba-rranquillero ve en ell()sa los difu-sores de una música mejor que lade la radio. Por eso le toma cariñoal Picó Ylo viste de colores y lepinta las caras de sus artistas fa-voritos, para sentir más cercana lapresencia del músico que escu-cha.

La segunda manifestación apa-rece en Cali.Adiferencia de los Pi-cós -que nunca salieron de la Cos-ta, ésta se expande por todo elpaís. Setrata de los" Aguelulos" ofiestas de adolescentes que serealizan los sábados en la tarde encualquier discoteca popular. Losaguelulos toman su nombre de laúnica bebida que los jóvenes pue-den ingerir en estos estableci-mientos donde el consumo de li-cor es vetado para menores deedad. La salsa seduce al públicojuvenil, al punto de que la músicaantillana será asociada al concep-to de juventud. Para el colombia-no promedio, Salsa será sinónimode juventud, de frescura y devida.

Gracias a estas dos manifesta-ciones, el arribo de los músicossalseros a Colombiano pasa desa-percibida: miles de fanáticos acu-den a los conciertos de salsa, fa-miliarizados ya con este ritmo.Este fanatismo cobra vida a partirde la llegada de RichieRayyBob-by Cruz, los músicos de Salsa quemayor difusión han tenido en Co-lombia durante los últimos años.

Del Fanatismo a la SonoridadRichie Ray y Bobby Cruz des-

piertan un interés sin preceden-tes por la Salsa entre el público co-

El gran combo de Puerto Rico

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lombiano que sólo necesitaba deun pretexto como éxte para vol-carse hacia sus raíces caribeñas.De un momento a otro comienzana publicarse artículos en periódi-cos y revistas donde se narran lasanécdotas de los conciertos de1967en Barranquilla y de 1969enCali. Se escriben libros como"Que Viva la Música" de AndrésCaícedo y hasta se piensa en ha-cercine.

El fanatismo corre parejo conel interés de lospromotores disco-gráficos por editar discos de Salsaen Colombia. La radio empieza aemitir programas especializadosy músicos como Julio Ernesto Es-trada y Fruko saltan del anonima-to a la fama. Con la presentaciónde las películas del fotógrafo neo-yorquino León Gast: "NuestraCosa Latina" y "Salsa", esta mú-sica se convierte en moda y a me-diados de los años setentas la Sal-sa es un producto comercial tanvendible como los pantalones debota ancha, los zapatos Kung-fúylas revistas suecas.

La moda arrastrará consigo elmás grave de sus riesgos: se de-prime la calidad musical. Cual-quier producto salsero puedevenderse y si éste tiene una letraatrayente aunque simple, conma-yor razón. Para ser comercial, lamúsica no necesita de arreglosprofundos, ni de experimentacio-nes continuas, ni mucho menosde elevados virtuosismos en la in-terpretación. Y si así lo entiendenproductores musicales como Je-rry Massucci, dueño de la princi-pal firma discográfica salcera (Fa-nia Records), también van a en-tenderlo los promotores y disc-jockeys radiales Colombianos.

Función primordial del disco-jockey de radio es promocionarlos últimos éxitos discográficos,que por logeneral son suministra-dos por las casas disqueras, a lascuales sólo les interesa promocio-nar sus propias producciones. Aesta especie de "regalos" les su-ceden las recompensas pagadasque se conocen con el nombre de"Payolas" y que consisten en laremuneración monetaria que danlas casas disqueras a un disc- joc-

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estos sitios los verdaderos símbo-los de la Salsa en Colombia, yaun-que a muchos la moda tambiénlos ha afectado, ningún espaciopuede tener tanto calor antillanocomo una salsoteca.

La Salsa en Colombia vive unaetapa de dependencia ~dustrial,debido a la baja calidad de la mú-sica que se produce en Nueva'York y en Puerto Rico, reproduci{'da sin criterio por nuestros músi~coso Los que no quieren manten~reste hilo dependiente ya se hanido o están en mora de irse comoEddie Martinez, Justo Almario,Samuel Del Real o Gustavo',"Pan-tera" Garcia, sólo para citar unoscuantos. A la radio no.llegan ma-nifestaciones artísticas alternati-vas como los discos cubanos deAdalberto Alvarez, Los Van Van,Irakere, Original de Manzanillo oRevé; estos solamente aparecenen manos de los melómanos, queson, a la hora de las conclusiones,los verdaderos dueños ,del sonidocaribeño. Como lo fueron:aquellosradio-oyentes colombianos de losaños treintas que sintonizabanemisoras extranjeras durante lanoche.

jey radial para que promocione ydifunda sus canciones.

Con tal enlace entre medios di-fusores y productores, el gustodel público cae en la simpleza y enel facilismo, pues además de losintereses comerciales, el criteriode selección de estas personas noresulta ser el más adecuado. Lasventas se incrementan, es cierto.La Salsa se difunde, también escierto. Y los músicos colombianostienen una fuente de trabajo re-munerado que antes no habíanconocido. Pero son muchos losque salen perdiendo: el gruesodel público devoto de esta músi-ca, consumidor cotidiano de lascanciones de moda, y también losmúsicos que no comulgan con locomercial y que deben abandonarel país en busca de nuevas sonori-dades.

Más allá de la masificación

La Salsa ha arraigado en la so-ciedad colombiana, entre los jóve-nes, entre los menos jóvenes, enlos sectores populares, entre loshabitantes de barrios y los visi-tantes de tabernas. Tal vez hayacalado más en ciudades comoCali, que ha asumido la Salsa

Bogotá, Mayo-Junio 1989

como si fuera un producto de supropia inspiración, lo cual se debeen gran parte a la falta de una tra-dición musical en la capital delValle del Cauca. El caleño vive através de la Salsa y asume frente aella una actitud casi litúrgica. ACali se le considera" La capital dela Salsa".

Pero en otras ciudades se respi-ra también el mismo ambiente,aunque en forma más aislada. EnMedellin, Barranquilla, Maniza-les, Pasto o Bogotá, la gente bus-ca esta música entre la noche delos fines de semana, en las taber-nas hoy llamadas .•Salsotecas" .Tabernas que por su mismo en-cierro, aún guardan el gusto por lamúsica de calidad. En estos sitios,trátese ya de Convergencia, o delGoce Pagano, o bien de Quiebra-canto o Salomé, los asistentesdespliegan todas las emocionesque en otros lugares no puedenencontrar. Allí, el bailarín es es-pontáneo, desinhibido, sincerocon su cuerpo y solidario con sumúsica. En las tabernas, el borra-cho, la coqueta, el exhibicionista ylos amantes encuentran un refu-gio íntimo que en los medios ma-sivos no pueden encontrar. Son

"Arquitectura Para Todos Los Dfas. La Práctica Cultural de la Arquitectura". Alber-to Saldarriaga Roa. Primera Edición. Centro Editorial, Universidad Nacional, Bo-gotá,1988.

Los graves problemas que afrontan las ciudades modernas han intensificado el pen-samiento sobre las nuevas responsabilidades, los alcances y la importancia de la ar-quitectura. Esclarecer ideas, plantear dudas y trazar los límites de su influencia pare-cen ser tres de las prioridades en este ensayo de Alberto Saldarriaga sobre una activi-dad profesional que día a día reclama con mayor fuerza un sitio de privilegio en lacultura, por su poder de conducir y expresar la vida de las colectividades y de las per-sonas.

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