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Archivo El Estado como agente SociaL La recepción en España de una polémica bicentenaria. Consideraciones y Antología La intervención pública en las di- námicas sociales se encuentra some- tida actualmente a una crítica radical Tal situación hace oportuno el rescate de materiales de la polémica suscita- da en el tránsito del siglo XIX al XX sobre la rectificación del liberalismo in- dividualista y la incorporación a la ac- ción política de contenidos positivos. La crisis del Estado social, en su moderna formulación de Estado de bienestar, constituye desde hace mu- chos años una preocupación central en los ámbitos académicos y políticos. Intuida en los años 60, teorizada en los 70 y contrastada en los 80, la crisis toma nuevos derroteros en la década final del siglo. Casi más que de “cri- sis”, referente siempre fugaz y catárti- co, deberíamos hablar de “decaden- cia”. Y más aún cuando tan largo ciclo no ha visto grandes derivas de la práctica de gobierno. Así, la ola “con- servadora” del filo de 1980 (Tatcher, Reagan, Kohl) no desmanteló ni trituró las realizaciones de las socialdemó- cratas que le había precedido, limitán- dose a determinados recortes “socia- les”, privatizaciones y al impulso de variables económicas especulativas, lineas éstas convergentes con las rec- tificaciones de peculiar socialismo tec- nocrático y funcionarial de Francia o España, sobre todo desde 1984. Los mensajes previos de la derecha se quedaron en algunos best-sellers (Friedman, Gilder, Benoist) y los de la izquierda freudomarxista o gramscia- na (de tradicional enemiga de la politi- ca social por conceptuar ésta como “montaje”, “maniobra de ajuste del ca- pitalismo”, “política alienadora”, etc), concluyeron en un discurso radical- universitario en declive: Ciertamente una crisis muy poco “crítica”. Sin embargo, el colapso del “so- cialismo real” en el Este (1989-1990>, la explosión demográfica del Tercer Mundo y su presión sobre Occidente y los desajustes sociales de una década de crecimiento, prefiguran un panora- ma sombrío, cuyo impacto sobre la orientación y la práctica de gobierno comienza a percibirse. Amén de ello, surge un factor, no por esperado me- nos preocupante: el divorcio entre la sociedad y el Estado, entre lo colecti- Cuadernos de Trabajo social n 56 (1993) Págs. 243 a 265 sé. ilniversidad Cornpfutense. Madrid 1993 243

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El Estado como agenteSociaL La recepción enEspaña de una polémicabicentenaria.Consideraciones yAntología

La intervención pública en las di-námicas sociales se encuentra some-tida actualmente a una crítica radicalTal situación hace oportuno el rescatede materiales de la polémica suscita-da en el tránsito del siglo XIX al XXsobre la rectificación del liberalismo in-dividualista y la incorporación a la ac-ción política de contenidos positivos.

La crisis del Estado social, en sumoderna formulación de Estado debienestar, constituye desde hace mu-chos años una preocupación centralen los ámbitos académicos y políticos.Intuida en los años 60, teorizada enlos 70 y contrastada en los 80, la crisistoma nuevos derroteros en la décadafinal del siglo. Casi más que de “cri-sis”, referente siempre fugaz y catárti-co, deberíamos hablar de “decaden-cia”. Y más aún cuando tan largo ciclono ha visto grandes derivas de lapráctica de gobierno. Así, la ola “con-servadora” del filo de 1980 (Tatcher,

Reagan, Kohl) no desmanteló ni triturólas realizaciones de las socialdemó-cratas que le había precedido, limitán-dose a determinados recortes “socia-les”, privatizaciones y al impulso devariables económicas especulativas,lineas éstas convergentes con las rec-tificaciones de peculiar socialismo tec-nocrático y funcionarial de Francia oEspaña, sobre todo desde 1984. Losmensajes previos de la derecha sequedaron en algunos best-sellers(Friedman, Gilder, Benoist) y los de laizquierda freudomarxista o gramscia-na (de tradicional enemiga de la politi-ca social por conceptuar ésta como“montaje”, “maniobra de ajuste del ca-pitalismo”, “política alienadora”, etc),concluyeron en un discurso radical-universitario en declive: Ciertamenteuna crisis muy poco “crítica”.

Sin embargo, el colapso del “so-cialismo real” en el Este (1989-1990>,la explosión demográfica del TercerMundo y su presión sobre Occidente ylos desajustes sociales de una décadade crecimiento, prefiguran un panora-ma sombrío, cuyo impacto sobre laorientación y la práctica de gobiernocomienza a percibirse. Amén de ello,surge un factor, no por esperado me-nos preocupante: el divorcio entre lasociedad y el Estado, entre lo colecti-

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yo y lo individual. Así, propuestas co-mo “reducir el Estado”, “acabar con laburocracia”, “acabar con las subven-ciones”, han pasado a convertirse enelectoralmente atractivas. El clamorgeneralizado ante corrupciones de an-tiguo toleradas no deviene porque laética social haya aumentado sus exi-gencias —pruebas hay más bien de locontrario— sino que surge del enten-dimiento de lo “público” como algo“ajeno” y enjuiciable sin complicidadesinconscientes. La enorme extensión eimplicación general en la economíasumergida o el auge de referentes co-lectivos localistas y micro-nacionalis-tas son otros fundamentos de nuestraopinión. El nuevo problema no es lainsatisfacción por la intervención so-cial del Estado, sino la pérdida de con-fianza en la eficacia de la intervenciónmisma. Ultimas encuestas sobre laopinión de la población juvenil dispa-ran los indicadores sobre los que sesustente lo expuesto.

Ello reabre un debate que carac-terizó el siglo XIX y las primeras déca-das de éste: la legitimación del Estadoa través de su intervención en las di-námicas socioeconómicas. Es biensignificativo que el campo socialistahaya retrocedido en tres lustros depropugnar una politica de nacionaliza-ciones, no ya a meras propuestas deintervención sectorial o a un keynesia-nismo aggiornado, sino más atrás, a lamera defensa de la función “regulado-ra” del Estado, aspecto éste que, sal-yo planteamientos de retórica ultrali-beral, no es por nadie puesto seria-mente en cuestión. Así, devorado porlas estructuras financieras internacio-

nales, repudiado por la sociedad civil,el intervencionismo estatal retrocede.Por contra, proliferan sus críticos, enun amplísimo abanico (“espectro” enla actual jerga tecnocrática). Desdelos poderes económicos, siempre utili-taristas de lo público, hasta el radica-lismo intelectual de los “apocalípticos”,pasando por el discurso de editorialis-tas y políticos de oposición <muchosde los cuales, dicho sea de paso, os-tentan trayectorias personales a lasombra de los presupuestos públicos,para rizar contradicciones?, jaleadoresde una opinión que no precisa de mu-cho acicate para instar la “retirada” delEstado, en muchos casos sin percibirsus consecuencías.

Esta consideración nos ha impul-sacIo a rescatar de la historia (de ese“olvido escrito”, que dijo Borges) a al-gunos autores que defendieron de for-ma precursora la intervención pública,francamente o con reservas, para arti-cular una breve antologia que sazonela polémica presente. A fin de acotarun sector doctrinal y dar alguna singu-andad a ésta, nos vamos a referir aautores españoles de los siglos XIX yXX, no ya sin pretensiones de exahus-tividad, que no las tenemos, evidente-mente, sino pretendiendo solo espigaralgunos textos significativos y estimu-lar una tarea de rescate siempre nece-sana.

Premisas de una AntologíaBreve

La acción de los poderes públi-cos sobre las dinámicas sociales, ini-

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ciada con Ilustración, contó desde susorígenes con importantes resistencias.Así, las dos corrientes que han prota-gonizado la modernidad, el liberalismoy el colectivismo, percibieron en tal ac-ción, bien la amenaza contra las liber-tades del nuevo Leviathan, bien unamaniobra dirigida al mantenimiento deun estado de cosas injusto y llamadoa desaparecer (“a superarse”, en ter-minología marxiana). Los fundadoresde la democracia americana (Jeffer-son, Adams> y sus coetáneos, Blaks-tone y Burke, abrieron fuego antiesta-fausta. Stuart Mill y Spencer, lo conti-nuaron. Alexis de Tocqueville, silen-ciosamente, lo atizó. En la otra orilla, ytras el discurso utópico y las forrnula-ciones anarquistas de Proudhon, Marxy Engels pretendieron “superar” el Es-fado, en su configuración “burguesa”(por utilizar su propia terminología)que era, además de “enemigo”, pere-cedero: una mera “fase” en el desarro-lío de la humanidad.

Naturalmente hubo también “es-tatalistas”, básicamente germanos,pero éstos, a pesar de ir precedidosde autores tan egregios como Hegel oStahl, debieron contender con articula-ciones ideológicas individualistas almodo de Kant o Fichte, y ejercieron ala postre escasa influencia en la histo-ria de las ideas, acabando, a media-dos del siglo XIX, con la despectivaetiqueta que les colocaron sus opo-nentes: “socialistas de cátedra”. Nun-ca consiguieron gran predicamento,por más que figuras perspicaces comoLasalle o Rismark articularan, desdecampos opuestos, proyectos políticosde reforma social desde el Estado.

Según avanzaba el siglo XIX, ydentro de los ámbitos académicos, ad-quieron gran relevancia propuestasrectificadoras del individualismo jurídi-co que, sin embargo, no trascendierona la órbita socioeconómica. Tales fue-ron las planteadas en Alemania por elorganicismo de Schelling o Krause yel historicismo de Savigny y en GranBretaña, desde 1860, el cientifismo(evolucionismo, biología social> y elpositivismo. La influencia de tales es-cuelas y su recepción en España hasido analizada por el profesor GILCREMADES —El reformismo español(Ariel,1969)— donde sitúa las mismasde manera confluente con el tradicio-nalismo católico, campo bastante des-conocido de la aventura intelectual dela época, sin el cual es imposible com-prender el repunte “social” del pontifi-cado de León XIII. Sin embargo, reite-ramos el alcance meramente intelec-tual de todo ello. En la práctica políticay social, su peso era escasísimo. La li-bertad se entendía como la autonomíafrente al Estado (basta comprobar laestructuración “defensiva” de los tex-tos constitucionales para percibir esaprevención. “El individuo contra el Es-tado” obra publicada por SPENCERen 1884, y de enorme éxito en la épo-ca, es paradigmática de las conviccio-nes del momento.

Tal refracción al intervencionismoestatal se mantuvo en la práctica polí-tica hasta hace un siglo, a finales delsiglo XIX, cuando algunos de los go-bernantes más inteligentes de la épo-ca (Asquith, Waldek-Rousseau, Jau-rés o Canalejas> percibieron el carác-ter esencial de la intervención social

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desde el Estado. Fue en aquella épo-ca precisamente cuando se intentóformular un discurso de “lo público”,que en España vino a coincidir con lafiebre regeneracionista tras el desas-tre de 1898. Ello, sin embargo, no de-be engañarnos sobre las ideas (o las“creencias”, más bien) predominantesen este lado de los Pirineos. Estascontinuaron siendo generalmente an-tiesfafalistas. El nulo programa socialdel radicalismo español o la visión tac-ficista u oportunista (excepción hechadel prietismo) con la que el antiguoPSOE propugnó medidas sociales sonmás que indicios de ello. Como tam-bién lo es el que la irrupción de lasmasas en la vida pública en los años30 se polarizara en opciones de ruptu-ra del consenso, viabilizadas a travésdel partido, del sindicato, o de lasFFAA, y bien en sentido bolchevique oautoritario-corporativo, fagocitaran alenemigo secular: el Estado. Una obracomo “La crisis de la idea moderna delEstado en Europa”, de Alfred Weber,publicada por la Revista de Occidenteen 1932, es reveladora de éste am-biente espiritual, quizás más queotras, obviamente superiores, peromenos representativas, como las dede C. Schmitt o Kelsen, de una ambi-gúedad polifica sorprendente.

En orden a configurar una ANTO-LOGIA de posiciones intervencionistasde lo público en España, podemosdistinguir un período de un siglo cabal,entre la consolidación de la revoluciónliberal tras la Primera guerra carlista(1833/39) y la última Guerra Civil(1936/39). Apertura y cierre van a ve-nir dados por la difusión de dos obras

germanas. La primera de ella, el“CURSO DE DERECHO NATURAL”,de Heinrich Ahrens, discípulo de filó-sofo alemán K. KRAUSE, traducido en1841 por Ruperto Navarro Zamorano,que determinará la orientación “krau-sista” del más fructífero liberalismohispano. La segunda, el fugaz magis-ferio de HERMANN HELLER, imparti-do en la Universidad Central en 1933y difundido en 1942, por la traducciónde la “TEORÍA DEL ESTADO”, delFondo de Cultura Económica. El pri-mero de los textos permitirá superar elliberalismo benthaniano de muchosdoceañistas (pe. Alcalá Galiano) o eldoctrinarismo de los moderados (pe.Pacheco). Una historia más “acogedo-ra” le hubiera permitido grandes co-sas. El segundo de los textos, el deHeller, llamará la atención de los másperspicaces sobre por dónde iba amarchar la Historia. Mediando el siglocabal que discurre entre una y otra, sesitúa el regeneracionismo de fin delXIX, tocado de voluntarismo y arbitris-mo, pero propulsor de lo público al fin.

Así pues, y a meros efectos ex-positivos, podemos agrupar en treshaces sucesivos los propugnadoresdel intervencionismo en España: a)Krausistas (1841-1890) b) Regenera-cionistas (1890-1930) y c) Hellerianos.Trasterrrados estos últimos o reducidasu influencia a pequeños círculos, porel trauma de la guerra civil y la dicta-dura subsiguiente, nos limitaremos acitar los nombres de Francisco Ayala(1906), Manuel García Pelayo (1911-1991), y en ámbito universitario activo,Gómez Arboleya (1910-1959>, uno delos modernizadores de la sociología

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en España y sagaz estudioso de He-ller.

La subsiguiente ANTOLOGÍA vaa referirse al GRUPO KRAUSISTA,constituido por SANZ DEL RÍO (1814-1869), sus discípulos inmediatos SAL-MERON (1837-1908)), GINER (1839-1915), AZCARATE (1840-1917>, SA-LES Y FERRE (1843-1 91 0> y por losque algunos autores denominan “se-gunda generación” krausista: dos re-presentantes del llamado “grupo deOviedo”, LEOPOLDO ALAS (1852-1901) y GONZALEZ POSADA (1880-1944), y asimismo los políticos JOSECANALEJAS (1854-1912> y VICENTESANTAMARÍA DE PAREDES (1853-1923). Finalmente, y como epígonodel krausismo, si bien en confluenciacon planteamientos regeneracionistasy otros derivados de radicalismo fran-cés, expondremos algunos textos deMANUEL AZAÑA (1880-1940).

La ausencia de textos de perso-nalidades tan destacadas como el“ovetense” ÁLVAREZ BUYLLA (1850-1927) o PEDRO DORADO MONTE-RO (1 861-1 919), sociólogo y renova-dor de la doctrina penalista española,ya inscrito de pleno en el positivismo(y sobre el que existe un entrañableestudio del catedrático y juez ejemplarMARINO BARBERO SANTOS>, sólose justifica en las limitaciones del es-pacio de ésta ANTOLOGíA.

El interés que pueda tener la pre-sente ANTOLOGÍA radica en reflejarel primer intento del liberalismo por ar-ticular un concepto positivo de lo pú-blico, con todas las cautelas, distingosy ambigúedades. Pero innovando, a

fin de cuentas, un discurso. Tal es suvalor.

Naturalmente, la acción social delos poderes públicos en España tuvoantecedentes desde el Antiguo Régi-men, si bien careciendo de base doc-trinal alguna. En tal sentido, y a títulode curiosidad podemos referir el quequizás sea nuestra más antigua insti-lución protectora o tutelar consagradapor el derecho público, ajeno al ejerci-cio de la caridad. Tal es la que recogeel profesor Álvarez Buylla ni más nimenos que en el remoto FUEROREAL (años 1252 a 1255): “Si algúnhomme cogiere a otro a soldada o aplazo e lo echase de su casa antesdel plazo sin su culpa, déle toda susoldada del año” (Ley VIII, Tit. IV, Li-bro IV). No es la acción social estatalla que nos ocupa, sino la doctrina quesustenta la misma. A sus primeros va-ledores, los krausistas, nos vamos areferir.

Rasgos generales

Con desarrollos derivados del ci-fado libro de Ahrens, los planteamien-tos krausistas van a “socializar” el libe-ralismo español, renovándolo radical-mente. Las bases de la concepciónkrausista de la acción social del Esta-do se fundamentan en el principio deSUBSIDIARIEDAD y de respeto porlos derechos individuales, propugnan-do el consenso como presupuesto dela acción política. La propuesta es el“liberalismo armónico”, integrador deintereses contrapuestos. La concep-ción sobre la que se articula ésta ideaes el “organicismo”: La sociedad es un

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“organismo” cuyo “órgano” estructura-dor esencial es el Estado, al cual leestá atribuida la “función” de cumplir elderecho, impulsando los fines raciona-les de la comunidad y del individuo.Tal planteamiento nos lleva, natural-mente, a una concepción positiva, ac-tiva, expansiva, del poder público. Elinflujo del positivismo, a partir de ladécada de 1880, que coincide cuandoalgunos miembros de la “escuela” ac-ceden al poder en condiciones de nor-malidad (Moret, Canalejas> e inclusoimpulsan proyectos tan característicoscomo la “Comisión de Reformas So-ciales” (1883>, va a abrir una segundafase krausista, donde el posibilismopolítico va a tener cabida y se subra-yen los elementos de acción tutelar delos poderes públicos sobre las reser-vas de protección jurídica de la prime-ra época. Asimismo, en esta segundaetapa los componentes organicistasvan a aumentar, impulsados por laasimilación del pensamiento sociológi-co. A fin de siglo, el krausismo nutriráel discurso regeneracionista (caso deJoaquín Costa) y derivará hacia plan-teamientos de socialismo reformista,desde la ambigúedad del Salmerónterminal al rigor doctrinal de Resteiro ode los Ríos. Ya era otra época, otroshombres y otros problemas.

Una última advertencia: los krau-sistas, desde Sanz del Rio, no tuvie-ron demasiado apego a la gramática.Ello hace que gran parte de sus textosean farragosos y de difícil seguimien-fo, requiriendo una atención especial.Quizás la predilección por la enseñan-za oral (no en balde, sus censores,burlados, los llamaban “textos vivos”),

o bien, cierto carácter cerrado, de “es-cuela”, sean motivos de ello. Quededicho para buen entendimiento dellector.

Antología

1. Julián Sanz del Río

Soriano, de Torrearévalo, nacióen 1814. Entusiasmado por el libro deAHRENS, obtiene una beca del go-bierno progresista en Alemania (don-de comparte pensión con AMIEL). Allíse dedica al estudio de la obra del gri-sáceo filósofo K. KRAUSE, fallecidodiez años antes. Menéndez Pelayo vioen tal predilección una extravagancia;modernamente, el profesor ELÍASDIAZ propone que la elección obede-cía a una intención preconcebida, yque la filosofia de Krause, con su in-definición y mediocridad, se estimóadecuada para un rearme ideológicodel liberalismo español. El caso esque SANZ DEL RÍO se retiró al pueblode su mujer, Illescas, y tradujo (oadaptó, según parece) la obra magnade Krause: “El Ideal de la Humanidadpara la vida”, un libro que (inexplica-blemente) sedujo a la juventud estu-diosa que retrata Galdós en susobras. Pronto logró cátedra en la Uni-versidad Central y un grupo de discí-pulos incondicionales que, tras sumuerte, en 1869, siendo Rector custo-diaron su memoria.

“La organización social no es elcomunismo, que suprime la liberiad in-dividual, ni es el individualismo, quedesconoce toda dirección superior;

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admite y concierta ambos elementosexternos; consiste en la distribuciónde todas las fuerzas sociales en este-ras distintas, independientes unas deotras, y cada una de ellas con su pro-pia actividad, con una misión especialque cumplin aunque ligadas entre st yconcurrentes a un mismo fin general,como funciones de un mismo organis-mo (.) El Estado debe dejar a los es-fuerzos individuales sociales todo loque éstos pueden hacer por si sin da-ño ni contra derecho público o priva-do. Rechazamos, por lo tanto, cornoinjusta e invasora, la pretensión delEstado a sujetar a su competencia eintervención toda la actividad social(...) Sólo mediante la asociación orga-nizada para cada fin de la vida sociatpuede cada individuo llegar a la reali-zación de su destino según el plan dela creación”

“La política es la acción legítimadel Estado y de los ciudadanos llama-dos a regir la vida pública, para facili-tar, ayudar y promover el progreso dela sociedad hacia su total destino, me-diante leyes fundadas, de un lado, enel estado presente de las institucio-nes, de otro, en el recto conocimientode su estado ideal y venidero, esto es,sobre lo que existe y sobre lo que de-be ser; sobre el hecho y el derecho”

TEXTOS ESCOGIDOS/Edición deEloy Tarrón¡ECP,1968.

2. Nicolás Salmerán

Almeriense de 1837. El más “se-rio” de los discípulos de Don Julián.También el que más vocación políticamostró. Catedrático de Metafísica, esrepresaliado en los coletazos del rei-

nado de Isabel II. Caída ésta, se ads-cribe al republicanismo y obtiene famanacional al defender la legalidad de laInternacional (1871). Proclamada laRepública en 1873, es Ministro deJusticia, Presidente del Poder ejecuti-yo y Presidente de la Asamblea, don-de le sorprende el Golpe de Pavía (aldia siguiente del mismo, presenta unaquerella en el Supremo contra el ge-neral). Exiliado diez años en Paris, in-tenta agrupar a los republicanos, cadavez más divididos. Finalmente, regre-sa y promueve una línea no insurrec-cionalista absolutamente estéril. El re-punte republicano de 1903 le devuel-ve, senil, a primera línea politica, perosus indecisiones y sus incoherentestratos con el joven Cambó le despres-tigian. Poco antes de morir, en 1908,recibe el cruel regalo de algún admira-dor: varios centenares de páginas enblanco lujosamente encuadernadascon el título “Obras completas de Sal-merón”. Quizás excesivo.

“Yo soy un socialista de Estado,profundo, radicalmente convencido. Yyo no quiero sino apuntaros una solarazón...: cabe negar la responsabili-dad de una perturbación de las condi-ciones del derecho; cabe negar la po-sibilidad de que un alma inteligente,una voluntad perturbada, un espíritudegradado, perturbe el orden social enlas relaciones (,,.) mediante las cualeslos hombres deben conviviren la com-penetración de la vida, en la comuniónde los esfuerzos (...) ante esa posibili-dad ¿ Quien reestablecerá el derechoperturbado? ¿Qué órgano habría paravolver a la normalidad el curso deaquellas condiciones necesarias de la

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vida (tanto) para el individuo como pa-ra la Sociedad?” (...)“El Estado lo ten-go por una necesidad ineludible, sin lacual es absolutamente imposible laconvivencia entre los hombres; lo quese requiere es que el Estado no ejerzasus funciones en aquella relación enla cual, por el proceso tradicional toda-vía se dividen, como si fueran princi-pios antitéticos, la autoridad y el súb-dito, es poder y la libertad; fo que im-porta es que es Estado tenga límitesde tal naturaleza, que su autoridad es-té subordinada al súbdito, que el or-den, el organismo de los súbditos seael regulador de la esfera del poder delas atribuciones de las autoridades yque el Poder en vez de ejercer faculta-des y funciones peculiares y atributi-vas, el Poder esté sometido a las exi-gencias y necesidades indeclinables ysacrosantas de la libertad”

Discurso de 29 de septiembre de1904 en la Casa del Pueblo de Ma-drid/HOMENAJE A LA BUENA ME-MORíA DE DON NICOLÁS SALME-RON Y ALONSO/Madrid,1 911/Pag.193 y 55.

“lo que yo decía, lo que yo sus-tento, lo que persevero en afirmar, esque la acción del legislador debe ejer-cerse estimulando la acción social entodas las direcciones, debe consistiren orientar y preparar esa acción so-cial, y la realización del Estado en tu-do aquello que no sea la realizacióndel fin de la justicia, que es lo que pro-dominantemente se formula, tiene elcarácter de orientación y de prepara-ción de instituciones para el derecho,para la propia justicia, y así debe reali-zar reformas tales que eleven, quedignifiquen la conciencia del proleta-

hado (.) preparad los instrumentos ylos medios en que ha de deseri volver-se esa lucha, que debe ser una luchade razón en la contienda jurídica, an-tes que una lucha tumultuosa, inspira-da por la pasión y por las apremiantesnecesidades de la vida”

Discurso en el Congreso de los Dipu-lados de 11 de diciembre de 1903/Obra citada, página 429 y ss.

3. Francisco Giner de los Ríos

Nace en Ronda en 1839. Discf-pulo de Sanz del Río en Madrid, obtie-ne Cátedra de Filosofía del Derecho.Represaliado con la Restauración,funda la INSTITUCIÓN LIBRE DE EN-SEÑANZA, de la que es “alma mater”hasta su muerte, en 1915. Su obra seproyecta fundamentalmente en la pe-dagogía y la filosofía del Derecho,campos éstos en los que desarrolla deforma original el sustrato krausista.

“El Estado, por consiguiente, noes, como las más veces se piensa(sobre todo del Estado social —la or-ganización social de las obligacionesjurídicas), un orden de autoridad, su-premacía y poder, sino de obligación yservicio al fin racional de la vida; y le-jos de constituir el Gobierno de estamisión una prerrogativa en favor desus agentes, es por el contrario, fun-ción que sólo nace de la necesidad deorganizar y regir dicho servicio. Ahorabien: siendo éste un fin esencial de lavida, toda persona se constituye nece-sariamente como Estado. Pero el Es-tado no abarca la personalidad en to-das sus funciones, sino sólo en unade ellas: la jurídica; por más que estafunción en virtud de su propia natura-

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leza, como sistema de la libre condi-cionalidad universal, comprenda bajosu peculiar aspecto la vida entera, to-da la cual pende, de algón modo, dela prestación de servicios jurídicos. Deaquí el doble carácter, particular y uni-versal al propio tiempo, del fin del Es-tado. Ciñéndose estrictamente al cum-plimiento de su misión, coopera éste,no obstante, y por necesidad, al de to-dos los otros fines, y penetra, bajo elrespecto de la condicionalidad en to-das las esferas humanas. En tal con-cepto, se ha comparado, no sin ciertarazón, la misión que el Estado ejercerespecto de la sociedad toda con laque cumple en el cuerpo humano elsistema nervioso, como medio de en-lace y coordinación de todas las parti-culares funciones del organismo fisio-lógico.”

“Esta sumaria explicación delconcepto del Estado basta para des-cartar los errores que resultan, bien deafirmar que es un instituto meramentesocial, como si el individuo no fuera,en igual concepto que la sociedad,persona también y sujeto activo delDerecho; ora de confundirlo con la so-ciedad misma, de la cual no es sinoun aspecto, aunque total; sea de con-siderarlo como una entidad que sub-siste por s¿ cuando nada es fuera delser cuya posición jurídica constituye;ya de asignar como fin al Estado so-cial y nacional —Estado, por antono-masia— o el cumplimiento del destinohumano entero; o la fundación de lasociedad; o su organización; o suprosperidad material y moral; o la apli-cación de la fuerza coercitiva para im-poner el cumplimiento de aquel mini-

mum de deberes indispensables a lasubsistencia de la sociedad; o paraasegurar la coexistencia de todos losindividuos y sus albedríos en una es-fera social común; o la realización deaquellos fines que exceden por su na-turaleza e importancia del alcance delas fuerzas individuales; o la seguridadde las personas y de los bienes, etc.Todos estos fines parciales pueden,sin duda, y aún deben en parte, nacerde la acción del Estado; pero no sonel objeto directo de su actividad, redu-cida al cumplimiento del Derecho, estoes, a que cada persona, con cuantosmedios tiene a su alcance, sirva al finracional de la vida. En cuanto al Esta-do social, y sobre todo al nacional, suacción se reduce a cumplir también elDerecho, pero con las limitacionesque le impone ese mismo carácter so-cial frente a frente de los fines y liber-tad de las demás personas o Estados,cuya iniciativa no le es lícito absorberTodas las otras funciones que los Es-tados actualmente ejecutan no lescompeten de una manera esencial ypermanente, y su intervención en ellassólo se justifica en concepto de tutelaque, como institución más desarrolla-da históricamente, ejerce sobre lasque no han alcanzado todavía la apti-tud necesaria para valerse por st im-pidiendo que queden enteramenteabandonados de esta suerte fines fun-damentales de la vida. Cuando la in-tromisión del Estado en estos otros fi-nes que el jurídico no responde a talnecesidad, reviste el carácter de unaextralimitación injustificable’~

RESUMEN DE FILOSOFÍA DEL DE-RECHO! En colaboración con AlfredoCalderón/1 907

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Carlos PLA BARNIOL

4. Gumersinda de Azcérate

Nació en 1840. Abogado. Direc-tor General de los Registros en tiempode la 1 República (1873). Publica en1876, bajo seudónimo (W) “Minuta deun testamento”, testimonio de una cri-sis religiosa y manifiesto de una gene-ración fracasada. Profesor de Derechoen la Universidad de Madrid y Rectorde la Institución Libre de Enseñanza.Una de los más importantes teóricosdel Derecho de la época, tanto público(“El self-government y la monarquíadoctrinaria”, 1876; “El régimen parla-mentario en la práctica”, 1885> comoprivado (“Ensayo sobre la historia delderecho de propiedad”, 1879). Polemi-zó agriamente en 1876 con MenéndezPelayo sobre la “cuestión religiosa” (lainfluencia del catolicismo en la Historiade España>, si bien siempre mantuvocordiales relaciones con todos sus ad-versarios, intelectuales y políticos. De-sempeñó altas funciones representati-vas como Presidente del Ateneo deMadrid (1892>, Vicepresidente de laJunta de Ampliación de Estudios(1907) y, sobre todo, Presidente delInstituto de Reformas Sociales (1903-1917), quizás el proyecto al que másse entregó. A su muerte, en diciembrede 1917, ORTEGA Y GASSET le de-dicó un emocionado recuerdo: “Enjuto,de aventajada estatura, de barba deplata y rostro cetrino, le veíamos pa-sar emocionados, como a un Don Qui-jote vuelto a la cordura (.,.) Se nos vacon Azcárate el último ejemplar deuna casta de hombres que creía enlas cosas superiores y para los que to-da hora llegaba con un deber y un es-

crúpulo en la alforja” (Obras Comple-tas,lll,1 1).

“El modo de concebir la sociedadtiene asimismo que reflejarse en elmodo de concebir el Derecho y el Es-tado. El sentido unitario, panteista omonista, conduce, como condujo en elantiguo régimen, a convertir el dere-cho de condición en causa de la vida,y por consecuencia, a erigir al Estadoen supremo y único rector de la mis-ma. Hay un solo fin, el social; una solaactividad directora, la del poder; unasola regla de vida, la ley; una sola pre-ocupación, el orden; un solo prestigio,la autoridad; un solo deber, la obe-diencia. Con el sentido empírico, indi-vidualista, el derecho es sólo condi-ción, pero no de la vida toda, sino tansólo de la libertad, y la única misióndel Estado consiste en hacer posiblela coexistencia de la de unos con la deotros. Hay un solo fin, el individual;una sola actividad, la suma de las acti-vidades particulares; una sola regla devida, la voluntad; una sola preocupa-ción, la libertad, un solo prestigio, lasagrada personalidad del hombre; unsolo deber el “neminem laedere”. Conel sentido mecánico dualista, eclécti-co, se oponen los derechos del indivi-duo a los de la sociedad, para ir a pa-rar a la confusión del derecho con elpoder; se atribuye al Estado, ademásde la función jurídica, una cierta inter-vención en el cumplimiento de todoslos fines de la vida, y se intentan arbi-trarias transacciones entre la actividaddel Estado y la sociedad, entre elpo-der y del derecho, entre la autoridad yla libertad. Con el sentido orgánico re-sulta que el derecho es, en el orden

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social, condición de la vida, no su cau- aquél en la posición que ocupaba ensa y, por tanto, que el Estado es sobe- el Antiguo Régimen, aún cuando conrano en la esfera del derecho y no en muy otro objetivo, también lo es quelas demás; por donde, admitiendo la comparando el nuevo socialismo condistinción, que es obra del período re- el antiguo, resulta que aquél deja al in-volucionario, entre la esfera de acción dividuo una esfera de acción más am-propia del individuo y la propia del Es- plia de la que éste le reconocía"tado, distingue, a su vez, la de éste y (...)la de aquél de la de la sociedad y, en "En suma: podría decirse que,consecuencia, admite la coexistencia atendiendo al conjunto de lo que pasa,del fin individual con el social, y como así en la realidad como en la esferaparte de éste, y no más, el jurídico; re- del pensamiento, resulta menos ato-conoce que la acción individual, la so- mismo inorgánico, menos liberalismo

. cial y la del Estado se compenetran y abstracto, menos individualismo exclu-necesitan; admite, en correspondencia sivo, menos socialismo extremado ycon estas distintas actividades, la re- como una tendencia general a reorga-gla que, para la suya propia se da el nizar la sociedad, sin mengua de la li-individuo, la ley que dicta e impone el bertad..." .Estado para regular la vida jurídica y Discurso pronunciado en el Ateneo

Artístico, científico y Literario de Ma-aquellas normas de conducta que for- drid, en 1893/GUMERSINDO DE AZ-mula la sociedad y que hace efectiva CARA TE. Estudio biográfico y docu-mediante la fuerza de la costumbre y mental/Pablo de Azcárate/TEC-el poder sancionador de la opinión pú- NOS/1969

blica; y sostiene, por último, que con-sistiendo el orden en el cumplimiento 5. Manuel Sales y Ferré

de la justicia y siendo el poder y la au- Nacido en 1843, es el más joventoridad medios para que ésta se reali- de los discípulos de Sanz del Río. Ca-ce, es absurdo suponer que exista tedrático en Sevilla entre 1874 y 1899,una antinomia entre el orden y la liber- comienza este último año a explicartad, el derecho y el poder, entre la au- Sociología en Madrid. De esta mate-toridad y el súbdito". ría, sobre la cual escribió un importan-

(...) te "Tratado" (1889) se le considera el"Por una parte, se reconoce que introductor en nuestro país. En sus úl-

el contenido del derecho no es única- timos años publicó "Función del socia-mente la libertad, sino que ésta condi- lismo en la trasformación actual de lasciona la vida toda: de donde se dedu- naciones". Murió en 1910.ce la necesidad de que, al compás de "Pero, por mucho que se trabajeésta, se desenvuelva aquél de un mo- en difundir la instrucción y se esmerendo positivo y constante. Y de otra, si las clases altas en dar ejemplo de cor-bien es verdad que el "socialismo de dura, de lo que están muy lejos hoy,Estado" y el radical, pretenden volver, por desgracia, elevar a todos los habi-en mayor o menor grado a reintegrar a tantes de una nación al nivel moral re-

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querido para que se miren ante todo rá igualmente para los ricos que para~ . como unos hermanos y antepongan el los pobres, y se reconocerá a éstos el

interés de todos al de cada uno es derecho al trabajo y a su producto"., ,empresa de muchos siglos, caso de TRATADO DE SOCIOL?GIA. Tom,o

. 111. Pag 490 y ss/1889/ Citado por Nu-ser factible, Por esto cumple al Estado ñez Encabo en "Manuel Sales y Fe-intervenir directamente donde quiera rré: Los orígenes de la sociología enque el fuerte abuse del débil: cúmplele España" EDICUSA 1976/Pag. 240-41amparar al obrero contra el empresa-rio, mediante la agremiación y las ca- 6. Leopoldo Alas, "Clarín"jas de socorro; restringir el campo de Nació en 1852. Toda su vida (sal-la especulación, no sólo persiguiendo vo sus años de formación en Madrid,la usura, sino también y principalmen- vinculado a Giner) trascurre en Ovie-te, absteniéndose de entregar el cobro do, cuyo ambiente inmortalizará en Lade los impuestos o los se vicios públi- Regenta (1884). Adscrito desde su ju-cos a compañías que vejan y estrujan ventud al republicanismo radical (Elal pobre contribuyente, pues explotan Solfeo, 1875), al comenzar la Regen-despiadadamente al público; (..); lim- cia evoluciona al posibilismo de Cas- .

piar la administración de la plaga de telar. Catedrático de Derecho romano,parásitos que la entorpecen y corrom- también imparte docencia de Filosofíapen, y ayudar, en fin, al desarrollo de del Derecho.cualquier energía educadora en la me- "El derecho público no nació endida que consienta el progreso de la Roma de abstracciones, sino que fuecultura" una extensión natural del derecho pri-

"En la nueva organización social, vado; la guerra obligó a formar el ejér-tributándose a cada persona la consi- cito; la institución militar creó el Esta-deración debida a su talento y su vir- do político, que no era más que la reu-tud, reinarán la justicia, que consiste nión de las gentes (..) y el Estado,en dar a cada uno lo que le correspon- que empezó siendo las gentes arma-de; la igualdad, en el sentido de que das para la guerra, subsistió en la paz,todos los oficios y profesiones se re- se hizo Estado civil, pero sin que per-putarán igualmente dignos y en cada diese jamás ni su rigor de milicia disci-uno recibirá el trabajo la justa recom- plinada, ni los vestigios de su origenpensa; la libertad, basada en la con- familiar y gentilicio. Así, nunca desa-ciencia del derecho y que la instruc- pareció en aquel derecho público elción remitirá del yugo de las pasiones sentido de la realidad que en su fondoy la cooperación de la tiranía del capi- debe existir; siempre se creyó en latal; la fraternidad, en fin, respetándose solidaridad de los intereses, de los de-y amándose los hombres en razón del rechos, sin recurrir a teorías abstrac-propio valer de cada uno. Entonces, el tas y poéticas de patriotismo; se supomayor grado de individualidad se her- por la tradición y por experiencia quemanará con el grado máximo de soli- todos eran del Estado, y el Estado dedaridad. La obligación de trabajar regi- todos.,. de todos los que hubieran

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asistido a su creación paulatina, o en de Derecho Político del Rey Alfonsoadelante conquistaran este derecho XIII, no pareció, a lo que después fuede ciudadanía con todas sus prerroga- visto, que impresionaran al monarcativas. Los plebeyos lo conquistaron. Y sus clases.como allí todo había nacido de la mis- Dedicado a la docencia universi-ma realidad, de la carne viva de las taria, se jubiló en 1918, falleciendogentes, derecho público y derecho pri- cinco años más tarde.vado, la plebe en sus conquistas su- "Reducida la diferencia entre Mo-cesivas, modelo eterno de valor, arte y ral y Derecho, según la última evolu-constancia, no aspiraba a derechos o ción de la doctrina de Krause, a unagarantías del orden político tan sólo, distinción puramente intelectual en elsino que atendía al propio tiempo al obrar, córrese gran riesgo de sacrificarderecho privado; se hacía el plebeyo el derecho de autonomía en aras del

tribuna, censor, cónsul, pontífice; pero fin social; siendo de notar, que tanto, además pedía el "connubium" con los como se preocupan estos pensadores

patricios, quería la igualdad en el de- en distinguir, si en la esfera de la in-recho familiar como en el derecho de tención se procura el bien por ser bienlos honores. Todos sabemos la efica- o medio para otro bien (lo cual a nadacia de aquellos procedimientos de la conduce, porque todo bien humano esplebe romana: tenían conciencia de su condicional y no puede partirse en dosvaler, de que eran necesarios en Ro- la intención), descuidan el fijar clara-ma, y tenían conciencia de la impor- mente cuándo y de qué manera puedetancia de lo que pedían, porque allí el exigirse este bien por el Estado, quederecho se miraba como lo que es, es la cuestión de verdadera importan-

como una condición indispensable pa- cia.ra la felicidad que cabe alcanzar en La idea de condicionalidad por síesta vida". sola no es criterio bastante para resol-

Prólogo a "La lucha por el Derecho", ver el problema, por ser una categoríade IHERING, traducida por Adolfo común a muchos conceptos; y si noGonzález Posada (1879) , , .

se concreta en "razon del limite que7 V. t S t ' d P d mantiene la armonía social", el Dere-. Icen e an amana e are es "

cho absorbera a todos los ordenes deNació en 1853. Diputado (siem- la actividad humana, y nada habrá

pre en el Partido Liberal) y Catedrático que escape a la acción del Estado, re-de Derecho Político mediando la trein- guIando toda clase de condiciones. Latena, impulsó la Ley de 13 de sep- limitación que de ordinario se estable-tiembre de 1888, de la Jurisdicción ce, diciendo que no todas las condi-contencioso-administrativa, conocida ciones necesarias para el cumplimien-por "Ley Santamaría" que, a decir del to del fin humano son condiciones de

ó' '.'.' profesor García de Enterría, "ha domi- Derecho, sino únicamente las depen-""~,~:: nado el panorama jurisdiccional du- dientes de la voluntad, es insuficiente

rante cerca de setenta años". Profesor porque desde luego se comprende

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que si la prestación de las condiciones está dispuesto a socorrer a sus seme-no dependiese de nuestra voluntad, jantes en concurriendo estas dos cir-no surgiría obligación jurídica ni moral. cunstancias: 1!1, que la necesidad seay como la obligación nace desde que imprescindible y urgente, de tal modo,existe una necesidad y el individuo tie- que sólo pueda satisfacerse en el mo-ne a su disposición medios para satis- mento en que ocurre por individuosfacerla, o se cae en el colectivismo, determinados, y 2!1, que la satisfacciónproclamando la máxima de "que nadie de la necesidad ajena no nos perjudi-tiene derecho a lo supérfluo, mientras que, exigiéndonos un verdadero sacri-haya pobres en la tierra", o hay que ficio en nuestra persona o nuestrosbuscar en la idea de la armonía social bienes. Fundada esta presunción enel criterio para determinar cuándo son la naturaleza sociable del hombre y elexigibles las condiciones necesarias instinto de conservación que nos Ile-para el cumplimiento del fin humano. varía a pedir lo mismo si nos encon-

.. Fijándonos nosotros en esta idea, trásemos en tales casos, no puede ex-de la cual es subordinada la de condi- tenderse más por parte del Estado,cionalidad en el problema del Dere- porque de lo contrario invadiría la es-cho, hemos visto cómo se justifica que fera de nuestro fin individual. El pro- .el Estado tenga como fines propios re- blema de la beneficencia, que con es-conocer la existencia de las personas ta cuestión se relaciona, es de índolejurídicas e impedir la ejecución del mal diversa: el Derecho relativo al socorroen las relaciones de una con las de- entra por completo en la esfera de losmás; ahora añadimos que debe exigir fines permanentes del Estado, mien-el cumplimiento del bien consentido tras que la beneficencia es función deexpresa o tácitamente, obedeciendo al carácter tutelar o progresivo, y se ex-mismo criterio. plica por razones parecidas a las que

Si no exige que el bien haya sido justifican, por ejemplo, la intervencióntácita o expresamente consentido, se- actual del Estado en la enseñanza".rá imposible la armonía social, porque CURSO DE DERECHO POLíTICO/2Aentonces quedará absorbido el indivi- edición/1883duo por la especie, el hombre por lacolectividad. . . .

8. Jose Canalejas y MendezNo es menester que el consenti-miento sea expreso para que pueda Nace en El Ferrol en 1854, de fa-exigirse por el Estado la prestación del milia acomodada. Licenciado en Le-bien; basta que se manifieste de un tras. Republicano de juventud, se in-modo tácito por el hecho general de corpora a la monarquía en 1881. Opo-vivir el hombre en sociedad, o por el sita sin éxito a Cátedra de Literaturahecho particular de pertenecer a de- (ante Menéndez Pelayo). Dedicaciónterminadas sociedades. plena a la política, en el par1ido liberal-

Por el hecho general de vivir el fusionista, cultivando la demagogiahombre en sociedad, se presume que anticlerical -tras una curiosa tentativa

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~mo Agente Social La Recepción en España de una... -confesional- y se hace con el control día, sino que perdurablemente le in-de los principales periódicos liberales. cumbe cuidar de la salud social, de-Ello, y una gran capacidad de absor- fendiendo el organismo colectivo con-ción de las propuestas políticas de la tra la acción de gérmenes morbososEuropa de la época, le permite despla- que le amenazan mediante los conse-zar a los dirigentes históricos del parti- jos de la higiene, caso necesario condo. Presidente de Gobierno, en enero la terapéutica, sin retrasar cuando fue-de 191O, templa sus planteamientos re indispensable la intervención quirúr-radicales. Su actitud enérgica ante gica.conflictos laborales le crea la enemiga "¿Se trata de mera filantropía, dede los sindicatos. Muere asesinado sola piedad, de conmiseración que do-por un anarquista (12/11/1912) lorosos espectáculos despiertan en el

"No ha de contentarse el Estado infortunio, de establecer pararrayos encon proclamar igualdad política e los alcázares donde residen el poder y. igualdad civil; está obligado a interve- la riqueza, marchando de consuno el

nir activamente para prestar condicio- temor y la prudencia ¿ Cumple el Esta-nes positivas que hagan posible la "vi- do oficio estrictamente jurídico asu-da plenamente humana" de todos sus miendo la responsabilidad de las con- .miembros. El Estado ejerce funciones secuencias que se desprenden de im-

, directoras de la vida social, coordinan- perfecciones en la estructura social,

do las fuerzas nacionales como órga- de daños que son inevitables conse-no específico, histórico, de coacción cuencias de los mismos progresosjurídica, como depositario de las tradi- materiales, orgullo de nuestro tiempo,ciones y preparador insustituible de y de las crisis pavorosas engendradaslos futuros destinos del pueblo. O vea- por el amplísimo desarrollo de la aso-mos en el Estado un instrumento de ciación que acumula en inverosímilesgobierno o nos parezca la sociedad proporciones hombres, máquinas, tie-misma organizada para el derecho, rras y caudales?".según la hermosa inspiración de Krau- Discurso de 28/03/1905 en la Realse y de Giner, a él se dirigen con justi- Ac~?emia de Jurisprudencia y Legis-

. l ' . t l . lacton.cla as mas apremIan es rec amaclo-nes, considerando imposible que per- "Frente a la política de interven-manezca ocioso ante el espectáculo ción del Estado se levanta en Españade las miserias e injusticias que com- como en otras partes -sólo que enpañeras de la humanidad en todos los casi toda Europa va de vencida- latiempos, encontraron antaño atenua- invocación a los principios democráti-ciones o excusas, dichosamente insu- cos interpretados a la manera indivi-ficientes en los días que vivimos" dualista del Une pas trop gouverner"

El Estado moderno no suple y que Longe calificara de dogmática delcomplementa, sino que organiza e ins- egoísmo. Protestan contra las refor-pecciona la actividad social; no es un mas: los adeptos de una libertad inor-mero curador cuyo cargo expira cierto gánica, que, según Renan, convertiría

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a la sociedad en vasto desierto en cu- vidualidad, han dado cuenta de la fal-yo centro se alzase el soberbio mono- sa noción del individualismo y de la li-lito del Estado; los impenitentes eco- bertad, opuestas al concepto del Esta-nomistas que no temen contemplar do y de la civilización contemporáne-como átomos disgregados sin fuerza os.de cohesión a los seres humanos de- La clave del progreso es la in-clara dos libres y en realidad esclavos fluencia moderadora ejercida por elde la concurrencia. derecho sobre una despiadada com-

(...) petencia. Quien dice sociedad, habla

En España, liberal es todo lo con- de conciliación, de armonía, de es-trario de socialista y socialista disfra- fuerzos concertados por la solidaridadzado resulta quien se desvía de la es- sin la que no cabe concebir la perma-cuela individualista económica a que nencia y vigor de los Estados. Nuncapertenecieron todos los hombres de la será libre un pueblo en que las indivi-

, revolución de Septiembre, así de la dualidades o las clases luchen desen-derecha como de la izquierda. La frenadadas, sometiendo los débiles alorientación social, máscara del socia- imperio de los fuertes. El derecho re-lismo, no cabe dentro del partido libe- presenta en la vida social el principio .ral: constituye un acto de insensatez de coordinación y condiciona las acti-olvidar que esta agrupación, a la que vida des individuales para el cumpli-tan inmensos beneficios debe la pa- miento de sus fines con sentido orgá-tria es ante todo y sobre todo partido nico cada día creciente"., . . DISCURSO PRELIMINAR a la obrade clase medIa, de burguesla, y que colectiva de BUYLLA,POSADA y MO-cuantos apoyos se busquen dentro del ROTE, "El Instituto del Trabajo"régimen a cualquier construcción polí- (1902). Existe edición facsimilar deltica en España han de ser forzosa- Ministerio de Trabajo (1986)

mente burgueses.(...) 9. Adolfo González Posada

Hace falta no tener idea de lo que Asturiano, de 1860. Profesor dees la libertad jurídica, social, y acor- Derecho Político en Oviedo y Madrid.darse del solitario habitante de los Autor de un tratado de la asignaturabosques, para apelar ahora a las anti- que se estudió durante casi 40 años.cuadas doctrinas de la Economía Polí- Su influencia se prolonga hasta la mis-tica clásica. Mucho más que las rectifi- ma Guerra Civil. Muere en Madrid, encaciones o sumisiones de criterio de 1944.los individuos valen las de los pueblos "Y no sólo esto. Fuera del socia-y aún pudiera decir las de las razas: lismo, por lo menos del organizado,Inglaterra y sus colonias, los Estados hay una acción social fecundísima,Unidos, y toda la raza anglo-sajona; que resulta de las nuevas formas, con ,Prusia, Austria y toda la raza germáni- que a la conciencia humana se pre- I

ca, raza y pueblos que representan la senta, la noción del deber, y que, co-consagración en la historia de la indi- mo el propio socialismo activo, tiene

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su fuente vital, según advierte Ma- espacio, lo positivo es que el socialis-saryk en las imperfecciones manifies- mo, aunque abarca una porción detas del orden social actual. Esta ac- matices, y comprende en su grandiosoción social, obra de mil modos, y cada movimiento, una numerosa diversidaddía conquista mayor número de espíri- de direcciones, tiene un sentido espe-tus: tiene mucho de sentimental, y no cial, casi técnico, que excluye desdereniega de la utopía, antes al contra- el punto de vista de los conceptos, y,rio, a veces acaricia en sueños de oro, más aún, en la práctica, una porciónpara futuras edades de bienestar y de de doctrinas y de obras de renovaciónarmonía universal; pero, con todo eso, y de reforma social, que provienen deyo creo que está haciendo mucho bien muy distintos campos, aunque todasen el mundo, en cuanto persigue, en converjan, al fin, hacia una misma di-primer término, un ideal, posible cada rección.

. día en mayor grado, de solidaridad hu- Acaso todo el movimiento social,mana. en el sentido de la solidaridad, de la

Quizá penetrando en la razón ín- elevación de los humildes, de la extir-tima, y en el sentido manifiesto u ocul- pación de los cánceres de la miseria,to, de esa acción social, que al fin per- de la condenación de toda indiferencia .sigue el aniquilamiento de toda opre- ante los males sociales, y de la repro-sión y de toda explotación humanas, bación de todo zanganismo y regalo,vea un espíritu crítico independiente y, con la consiguiente tendencia a reco-que no dé valor excesivo a los motes, nocer al que trabaja, una participa-una forma disimulada de socialismo. ción, mayor cada día, en lo que produ-¿ Qué es lo que esa acción social ce, ya acentuar, más y más, el carác-quiere si no una mejor, más justa y ter social de la riqueza y de todos losmás universal distribución de los go- valores, acaso, repito, todo esto tengaces humanos? ¿No aspira a democra- como principal acicate, y estímulo, latizar la vida elevada, a difundir las gran labor científica del socialismo,ideas, la educación y el pan? ¿Qué por un lado, y por otro, sus apremian-quiere el socialismo sino la misma co- tes reivindicaciones, que lo conviertensa cuando habla de socializar los me- en una amenaza terrible, para el ego-dios de producción y hasta la vida to- ísmo de los ricos y de los poderososda quizá? tradicionales...

iQuién sabe! Puede que el socia- No estimo totalmente inaceptablelismo y la acción social representen el aserto: entraña una hipótesis muydos grandes fuerzas de renovación y verosímil; y así aun cuando admita-de reforma, y de dignificación huma- mos como distintas la acción del so-na, al parecer paralelas, en rigor con- cialismo, y la otra, la acción social,vergentes. Pero iqué importa esto! que no se preocupa del "ismo", paraAparte de que, si hubiéramos de anali- iniciar reformas, y para contribuir a ex-zar esas fuerzas, para distinguirlas y tirpar las injusticias humanas, y las mi-relacionarlas, necesitaríamos mucho serias naturales, no cabe negar al so-

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cialismo una función incitadora, apre- peña otra función. Y en realidad, sin i ,

miante, de presión y hasta de invita- que al decir que el Estado es institu-ción al miedo, muy eficaz y convenien- ción para el derecho se entienda defi-te, por lo que tiene que merecer, a la nido nada de lo tocante a la naturale-larga, la simpatía de todas las almas za, dirección y extensión de su fin, elbuenas, aun de las de aquel/os que no lazo político a que responde, ¿qué esvean la última palabra de la sabiduría en sí mismo sino el lazo jurídico poren los dogmas del marxismo, o de excelencia? Vivir políticamente ¿quécualquiera otra dirección de la corrien- significa sino vivir en el derecho?te socialista actual". ¿Cómo puede vivir el hombre (ser de

"En resumen, puede afirmarse razón) si no es como ser político, se-como resultado de cuanto l/evo dicho, gún ya decía Aristóteles?que el Estado se nos ofrece como el (..)orden político (no público), y la nota El Estado viene a ser, según es-característica, universal, que su natu- to, cómo el derecho (contenido esen-raleza nos impone y que nada implica cial) se cumple en la vida. Aplicando .por ahora, respecto de sus propieda- aquí términos que tienen un significa-des, de su fin, ni de sus elementos, es do estricto en otras ciencias, podríala de su necesidad racional, por lo que decirse que el Estado viene a ser, enaparece como institución o conjunto cierto respecto, el órgano (instrumentode instituciones permanentes, funda- vivo en sí mismo) de la función jurídi-das en cierto lazo que une a los hom- ca o del derecho, y la aplicación nosbres en determinadas circunstancias parece muy adecuada y propia.para ordenar su vida colectiva de un En efecto; ese contenido esen-modo adecuado, según un sistema, cial, que no está quieto e inmóvil, sinomás o menos completo, de condicio- que entraña un principio de actividad,nes libres y recíprocas. O en breves requiere, como todos los de su índole,términos: el Estado viene a ser institu- un medio y forma para obrar, para ha-ción para el derecho. cer efectiva en toda circunstancia y

y en efecto; en todas las escue- momento su actividad. Como respon-las y en todos los autores, y lo que de a una necesidad esencial de la vi-aún importa más, en todos los pue- da del conjunto social y la actividadblos, las ideas Estado y derecho apa- que supone tiende a la satisfacción derecen íntimamente relacionadas, sien- aquel/a, de ahí que lo l/amemos fun-do aquél siempre la situación de la co- ción y que l/amemos órgano al Esta-sa jurídica. Y no podía ser de otra do.suerte. A través de la confusión social (...)de los pueblos incultos, se verá siem- El Estado adquiere cada vez máspre el Estado (o como el pueblo lo I/a- el carácter de una posición espontá-me) regulando la vida social. En me- nea del todo social: la que resulta dedio de la complicada vida de las socie- que la sociedad misma se conduzcadades modernas, el Estado no desem- totalmente y en las relaciones íntimas

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de sus elementos, como el derecho todas las fuerzas humanas, sea por laexige, es decir, según los principios de reacción reflexiva del Estado mismo,la caridad y de la confraternidad hu- cuando la vida jurídica no resulta es-mana. pontánea. En tales condiciones de to-

(...) das suertes, el reino del derecho esLa gran dificultad con que se lu- una conquista realizada. Los fines de

cha en este problema para compren- la vida tienen las condiciones de or-der bien la misión jurídica del Estado, den necesarias para ser cumplidosestá en que no siempre se establece hasta donde se puede. ¿Faltan, enla adecuada distinción entre Estado y cambio, cualesquiera de las exigen-Gobierno, soliendo definirse como fin cias formuladas en las anteriores pre-de aquéllo que es ocupación natural guntas?.. Pues entonces el fin del Es-de éste. Por eso conviene distinguir tado no se cumple, la injusticia reina, yahora lo que Estado y Gobierno ponen sólo mediante la reacción de la con-

, en la realización del fin jurídico. El Es- ciencia social y los instrumentos deto realiza el derecho social, derecho gobierno puede procurarse realizarde su esfera, de un modo directo e in- aquél.mediato. Es condición esencial de la (...) .sociedad política vivir según las exi-" El Estado atiende constantemen- .

. gencias de una ordenación adecuada te a ordenar la vida según el ideal delde sus fines y de sus medio, y el Esta- derecho de cada tiempo y de cada lu-do se manifiesta en esta función como gar; no puede permanecer indiferenteel organismo colectivo político que ante la injusticia, así que, bien espon-une bajo ley de armonía racional las táneamente, mediante la acción de r~l';,esferas y actividades sociales todas. sus miembros que en todo caso lo re-

(...) presentan, bien de un modo reflexivo,En rigor, la acción del Gobierno por medio de su gobierno, el Estado

(directa) es una acción de garantía pa- acude o debe acudir a determinar lora procurar, mediante el poder, que el justo o jurídico en los actos de su per-derecho se cumpla; mientras el Esta- sonalidad social. El Estado, además,do no es una garantía sino el derecho se encuentra como persona (ser demismo, cumplido espontáneamente medios, capaz de obligación) obligadopor todos y cada uno de los que a ello a acudir con sus medios a satisfacerestán obligados a cumplirlo en primer todas aquellas necesidades que sólotérmino. pueden ser satisfechas en virtud de la

(...) prestación (libre y necesaria) de tales¿Surge espontánea y natural?.. medios suyos.

¿Se ha firmado plenamente y es res- (...)petada la existencia íntegra de la co- Si dado este criterio general qui-lectividad?.. Pues en caso afirmativo, siéramos apreciar la cuestión del finel fin del Estado se cumple, sea de un del Estado, según resulta o puede re-modo natural por la acción directa de sultar puesta en el Estado contempo-

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ráneo, se observará: primero, que no se puede señalar muy bien, con arre-se trata de una contienda entre el indi- glo a un criterio general, la cuestión deviduo y el Estado; segundo, que no es Derecho. En efecto; la realización deuna cuestión de límites entre la esfera los fines sociales (educación e instruc-del uno y del otro, sino que se trata, ción, industrias, beneficencia, etc.,sobre todo, de una gran cuestión... de etc.) con ayuda de los medios del Es-justicia, o mejor de derecho. Cuestión tado, se explica y justifica, teniendo ende derecho, porque en definitiva todas cuenta que estos fines sociales (fineslas luchas y todas las discusiones, to- de la sociedad) entrañan la satisfac-dos los impulsos y todas las contien- ción de una necesidad racional, y pordas, estriban en la determinación de lo tanto, implican el establecimiento delas reglas jurídicas a que deben aco- una relación jurídica entre ellos y elmodarse todos: los individuos, la so- ser que tenga los medios adecuadosciedad, el Estado, el Gobierno, las co- para cumplirlos. Ahora bien; quienlectividades especiales. Cuestión de quiera que en todo caso tenga tales

, derecho es la determinación de las re- medios, deber prestarlos para que la

laciones entre el capital y el trabajo, vida no quede en suspenso. Así en laentre el patrono y el obrero, y porque Edad Media se vio en la Iglesia la ins- .

es preciso regular estas relaciones se- titución colectiva que mayor suma degún los grandes principios de justicia, energías poseía; enseñar y realizar la

, es por lo que el Estado interviene, por beneficencia en un grado eminente,

medio del espíritu jurídico de la colec- siendo muy justo que toda vez que latividad política, y por medio de la Ley, secularización de la vida afluye al Es-en el llamado problema social. Cues- tado la mayor suma de medios, sea eltión de derecho es la necesidad de Estado el más directamente obligadoatender con todas las fuerzas huma- a prestar lo necesario para cumplir losnas a elevar el nivel de la cultura so- - citados fines sociales. Por supuestocial, despertando en todos, más que que esto no implica que el Estado mis-aun lo está, la noción de deber. Cues- mo, o mejor sus representantes políti-tión de derecho es, la fijación de la es- cos, sean los que cumplan los fines,fera propia de acción del Estado na- nada de eso; su acción debe circuns-cional y de las otras colectividades po- cribirse a cumplir el derecho, y este selíticas (municipios y regiones). Cues- cumple en cuanto presta las condicio-tión de derecho, en fin, la tutela que nes que hacen posibles la realizaciónhoy ejerce el estado nacional... social de aquellos fi~es". ~

Acaso ofrezca duda o dificultad la DERE_CHO _POLlTICO/18~3. Tomo 1, ~determinación del aspecto jurídico de Pag 6 9, 29 33, 237 Y 279 286

la participación que hoy tiene el Esta- "El Estado atiende constante-do, especialmente el nacional y el mu- mente a ordenar la vida según el idealnicipio, en la realización de otros fines, del derecho de cada tiempo y cada lu-ya de cultura social, ya de cierto ca- gar; no puede permanecer indiferenterácter benéfico y moral. Pero aun aquí ante la injusticia, así que bien espon-

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táneamente, bien mediante la acción Para realizar éste, propugna una coa-de sus miembros que en todo caso lo lición republicana de gobierno entre surepresentan, bien de un modo reflexi- grupo y el PSOE, que, no obstante, nova por la acción de un gobierno, el Es- resiste la crisis de éste último entado acude o debe acudir a determinar 1933. Regresó al poder tras las elec-lo justo y lo jurídico en los actos de su ciones de febrero de 1936, aupadopersonalidad social. El Estado, ade- por una radicalización izquierdista quemás, se encuentra como persona (ser le supera y que es incapaz de encau-de medios, capacidad de obligación) zar. Desde el estallido de la guerra,obligado a acudir con sus medios a testigo impotente, dolorido y lucidísi-satisfacer todas aquellas necesidades mo, del fracaso de sus proyectos.que solo pueden ser satisfechas en Muere en el exilio, en 1940virtud de la prestación (libre y necesa- En relación con la función del Es-ria) de tales recursos suyos" tado, Azaña, educado en los plantea-

"La importancia y el objeto del méto- mientos liberal-organicistas de Azcá-do comparativo en el derecho políti- rate y Posada, rompe con las reservasco". Revista Jurídica de Cataluña. ' . ,1904. 169-185 de estos ante la acclon de los poderes

públicos, desarrollando un discurso .10. Manuel Azaña y Díaz estatalista relacionado inicialmente

con el regeneracionismo costista y

Nacido en Alcalá de Henares en posteriormente con el del radicalismo1880, de estirpe de notarios liberales francés de la I1I República.de la localidad. Juventud díscola "El otro instrumento de la trans-1900. Licenciatura y Doctorado en De- formación que deseamos es el Estadorecho. Grisácea trayectoria adminis- mismo, como órgano propugna dar ytrativa 1909-1931 (Oficial de la Direc- defensor de la cultura y como defini-ción General de los Registros y del dar de derechos. El Estado moderno,Notariado) paralela a desafortunados tan fuerte, tan poderoso, con su orga-intentos de carrera política (derrot~s nización complicadísima, con sus me-electorales en 1914,1918, 1923). Os- dios técnicos, cada vez más perfectos,cura dedicación intelectual: Secretaría que extiende a diario su esfera de ac-del Ateneo de Madrid, ensayos y con- ción en todos los órdenes de la vidaferencias. Alma de tertulias de medio- humana, no es creación de nuestroscreso Conciencia de fracaso: resenti- días, sino el resultado, el fruto, de unamiento y frustración. Conspirador re- obra lenta de varios siglos. El Estadopublicano desde 1925. Obtiene la car- moderno es tan absoluto y tan absor-

. tera (clave) de la Guerra en el primer bente como el antiguo Estado de las. gobierno republicano (1931). Revela- monarquías puras, absolutismo que

ción oratoria en las Constituyentes de no ha sido creado por las teorías libe-1931, donde enuncia las líneas maes- rales, sino que data de la formación ytras de su programa político, que iden- organización de las naciones moder-tifica con el de la misma República. nas" (...) Pues bien, todo ese inmenso

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poder, este absolutismo de Estado, republicano ni de su relación con eldebe encaminarse y conducirse en bien público (...) Ya sé que hay quienpro de nuestra obra; queremos infun- dice que el Estado no existe. Es posi-dir en ese organismo sangre nueva, ble; no lo discuto. Pero hay persona-para que el mismo Estado, a cuyo am- jes en la Historia, el personaje másparo viven todavía los privilegios, sea importante de la Historia, que recibenen reparación magnífica, el restaura- fuertes sospechas de no existir y, sindor del alma del pueblo (...) Porque de embargo, nadie ha influido más que élél, de ese Estado, con todos sus de- en la historia del mundo (...) Yo digofectos de organización, con su cegue- que es un concepto de nuestro espíri-dad y parsimonia, es del único Dios de tu, una necesidad del establecimientoquien podemos esperar que ese mila- del régimen republicano y una entidadgro se verifique ¿De quién si no va- moral rectora sin la cual los espíritusmos a recibir justicia?" cívicos (...) estarían perdidos y sin sa-

, EL PROBLEMA ESPAÑOL/ ber a quien tenían que ofrendar su sa-1911/Edición facsímil (No figura en crificio su trabajo y su propia abnega-las Obras Completas editadas por . , 'Juan Maric~al en 196~/69 por haber- clon. DISCURSO EN V ALLADOLlD/1931

se descubierto por Vicente AlbertoSerrano en 1980) Yo tengo una gran confianza en(...) Servir al Estado, someterse el poder público, como instrumento de

al Estado, negar la personalidad pro- acción. El poder del Estado es unapia delante del Estado, es la expresión fuerza creadora si se sabe hacer usoconcreta del espíritu republicano (...) de ella con inteligencia, y yo, más queEl Estado, que es la concepción más un Estado fuerte, querría para mi unalta del espíritu humano en el orden Estado inteligente (...) La defensa depúblico, es nuestro guia y nuestro rec- la vida humana en España está portor y la entidad moral delante de la organizar y sería mejor que el Estadocual tenemos que ir a ofrendar nuestro recogiese la vida española que se vatrabajo los que no tenemos ni quere- a torrentes a la muerte por falta demos tener otras entidades delante de asistencia social, por falta de ilustra-las cuales sacrificarnos y rendirnos. ción del pueblo (...) Esta protección de

El servicio republicano delante la vida humana trae tras de sí todadel Estado es un servicio impersonal, una acción .política. No es ~na frasecomo el Estado mismo; el servicio re- que se escnbe y se pronuncIa y se 01-publicano al Estado no espera ni ad- vida; trae consi~~ toda una acción d:1mite recompensas; se sirve al Estado E~tado, una a~~/on en el orden econo-sin esperanza de recompensa, sin de- mICO, u~~ acclon en el orde~ ~ultural,recho a recompensa alguna, sin más u~~ acclon en el. ~rden sa~/tano. y desatisfacción que la interior de haber hIgIene; una acclon de asIstencIa so-

cial "cumplido con el deber, y el que no . DISCURSO EN LA CLAUSURA DE

tenga esta abnegación y esta resolu- LA ASAMBLEA DE LA UNiÓN RE-ción no entiende nada de su deber de PUBLlCANA el 14/12/1931. OC,II,29

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Para mí, la acción política es un chos, en una creación, aborta; y másmovimiento defensivo de la inteligen- que ninguno, en el orbe político, don-cia, oponiéndose al dominio del error, de la especulación pura trasciende alCualquier pugna política, despojada mundo moral y a la vida práctica"de sus apariencias, se resuelve en UNA CONSTITUCiÓN EN BUSCAuna contienda entre lo verdadero y lo DE UN AUTOR. "España" 12/01/1924I I El d ' , t l . (recogido en O.C. 1, 485),a so. Ivorclo en re e pensamIentoy la acción, si se presenta como nece-sario, es una arbitrariedad. Dentro delorden en el que se mueve, el pensa-

.. Carlos PLA BARNIOLmIento que no se Incorpora en he-

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