Areíto sábado 16 de julio, 2016

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Areíto Zona de la Cultura y de las ideas www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Aimée Piccirillo SÁBADO 16.07.2016 M etá fo ra y concepto Página 6 LIPE COLLADO Francisco del Rosario Sánchez, el Primer Presidente Dominicano Página 2 Hermenéutica de la mirada la ciudad de Santo Domingo en el tiempo La mirada de Wieves comienza trazando el mapa de la isla, su descripción sale del Cabo, ve la empobrecida Monte Cristi, un lugar de pescadores en Puerto Plata, un francés perdido en Samaná. Pá g i n a 3 ¿El poema o la vida eterna? He optado por el concepto de eternidad y epifanía, del poeta cubano José Lezama Lima, porque según él, somos seres para la resurrección y no para la muerte, como diría Heidegger. Pá g i n a 5 Juan Trinidad Persistencia y trascendencia Hasta finales del mes en curso, la Galería Nacional de Bellas Artes, mantiene abierta la muestra antológica de Juan Trinidad, titulada “Impacto”, integrada por más de 60 obras. Pá g i n a 8

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A re í t o Zona de laCultura y de

las ideas

w w w. h oy.co m .d oEditor: BavegadoDiseño: Aimée PiccirilloS Á BA D O 1 6.0 7.2 016

M etá fo ray concepto

Página 6

LIPE COLLADO

Francisco del Rosario Sánchez,el Primer Presidente Dominicano Página 2

Hermenéutica de la miradala ciudad de SantoDomingo en el tiempoLa mirada de Wievescomienza trazando elmapa de la isla, sudescripción sale delCabo, ve la empobrecidaMonte Cristi, un lugar depescadores en PuertoPlata, un francés perdidoen Samaná.Pá g i n a 3

¿El poema o lavida eterna?He optado por elconcepto de eternidady epifanía, del poetacubano José LezamaLima, porque según él,somos seres para laresurrección y no parala muerte, como diríaHeideg g er.Pá g i n a 5

Juan TrinidadPersistencia y trascendenciaHasta finales del mesen curso, la GaleríaNacional de BellasArtes, mantiene abiertala muestra antológicade Juan Trinidad,titulada “I m p a c t o”,integrada por más de60 obras.Pá g i n a 8

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2 Sábado 16 de juliode 2 016H OY A RE Í TO

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Stephen Hawking (Físico y cosmólogo inglés)El peligro radica en que nuestro poder para dañar odestruir el medio ambiente, o al prójimo, aumenta amucha mayor velocidad que nuestra sabiduría en el uso deese poder.

1889 NACIÓ EL 17 DE JULIO. E rl eStanley Gardner, novelista

estadounidense. Autor de novelas policíacas,auténticos bestseller, la mayoría de las cualestienen como protagonista a Perry Mason, supersonaje más célebre._

1566 MUERE EL 17 DE JULIO. Fra yBartolomé de las Casas, historiador

y teólogo español. Defensor de los derechos delos indígenas en contra de los abusos de losconquistadores españoles._

LA HISTORIA/Fuente: Portal de Bibliófilo Enmascarado

1933 NACE EL 18 DEJ U LI O. Evg eni

Evtushenko, poeta ruso. Su obra“Una autobiografía precoz”,ofrece una interpretación enclave personal de la historia dela Rusia soviética._

1898 NACIÓ EL 19 DE JULIO. A rch i b a l dJoseph Cronin, novelista y médico

escocés. Sus obras más populares, “Laci u d a d e l a”, y “Las llaves del reino” han sidollevadas al cine con gran éxito.

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1899 NACIÓ EL 21 DE JULIO. Erne stH e m i n g way,

novelista estadounidense,premio Pulitzer 1953 ypremio Nobel en 1954.Unos de los másimportantes escritores delsiglo XX, autor de novelascomo “El viejo y el mar”,“Fie sta”, “Adiós a lasa rm a s”, “Por quién doblanlas campanas” o “París era una fiesta”._

Francisco del Rosario SánchezEl Primer Presidente DominicanoLipe Collado

(Con ocasión de haberse cumplido el 4de julio último los 155 años de su fusila-miento)

A los 27 años –menos 10 días- deedad, Francisco del Rosario Sán-chez (9-3-1817/4-7-1861), un sal-tapatrás, como se le denominaba

al hijo de una mulata parda y un negro,asumió en la madrugada del 28 de febrerode 1844 la presidencia de la República Do-minicana como primer presidente del pri-mer gobierno dominicano.

Al otro día, el 29 bisiesto, renunció a lapresidencia de la Junta Central Guberna-tiva para cedérsela al blanco conservadorTomás Bobadilla, a pesar de reunir todoslos méritos porque dirigió, planificó y eje-cutó en los días finales decisivos la cons-piración patriótica de un grupo liberal ma-yoritariamente blanco criollo, que desem-bocó en la proclamación de la indepen-dencia la noche del 27 de febrero y enar-boló en un manifiesto el establecimientode un sistema democrático, la libertad deimprenta y la abolición “para siempre de lae s c l a v i t u d”, igualando “los derechos civilesy políticos sin atender a las distinciones deorigen y de nacimiento”.

El 9 de junio, a los tres meses y once días,Sánchez reasumió la presidencia del go-bierno cuando su sector liberal dio el pri-mer golpe de Estado dominicano, pero el13 de julio, un mes y cuatro días después,fue derrocado por el sector conservadorencabezado por el general Pedro Santana,quien sería desde el 6 de noviembre el pri-mer presidente constitucional, y luegotraidor a la patria por partida doble al pro-piciar la pérdida de la soberanía e inde-pendencia al anexarnos a Espana en 1861y al ordenar el fusilamiento el 4 de julio deese año del dos veces expresidente y pa-tricio Sánchez, herido y apresado al pocode llegar al país por la frontera, a la cabezade un grupo armado contrario a la ane-xión.

En el discurrir del tiempo, al enlistarsecronológicamente los presidentes de laRepública, Sánchez ha sido ignorado y/osaltado y en cambio resaltados los blancosTomás Bobadilla y Pedro Santana, el pri-mero falsamente como primer Presidentede la República y el segundo como el pri-mer presidente constitucional de la Repú-blica, a lo que han contribuido una legiónde historiadores y de sus vecinos, los in-ciertos narradores e intérpretes al vuelo te-nidos por el público como historiadores,porque enfocan a veces con pertinenciaacontecimientos de primer orden y he-chos menudos de trascendencia cultural,política, social y económica embutidos ennuestro decurso como nación.

En la galería de presidentes del PalacioNacional aparece Bobadilla como el pri-mer presidente dominicano en el sitial quele corresponde a Sánchez, el saltapatrásdos veces presidente y uno de los tres Pa-dres de la Patria.

¿Bajo cuáles argumentos de interpreta-ción histórica y de lógica política se esca-tima su primacía presidencial? ¿Que fuepresidente efímero de una junta centralgubernativa provisional preconstitucio-nal? Entonces, ¿por qué Bobadilla, presi-dente de esa junta, aparece en la galería depresidentes dominicanos del Palacio Na-cional y en la relación de presidentes? ¿Ypor qué figuran también en aquella galeríay en la lista los que han sido presidentes delas juntas gubernamentales provisionalespatrióticas durante la guerra de la Restau-ración? ¿Por qué estos? ¿Por qué él no? ¿Porqué aquellos? ¿Por qué él no? ¿Por qué elblanco Bobadilla? ¿Por qué él no? ¿AcasoBobadilla no lo sucedió en la Presidencia?¿Acaso él no le sucedió luego a Bobadillaen la Presidencia?

El 9 de marzo de 2017 se cumplirán 200años de su nacimiento, fecha propicia para

hacer justicia reconociéndolo y colocán-dolo en el Palacio Nacional como el Primery el tercer Presidente de la República, y ha-réis justicia a este destello expresivo de lapresencia refleja de lo africano –comocuando se ven destellos de luz en una pie-dra vidriada- y quien tal vez haya sido víc-tima del inconsciente racial de los cronis-tas históricos hispanófilos, que hasta dé-cadas pasadas inocularon una falsa inter-pretación de nuestros orígenes y sus pro-t a g o n i s t a s.

Solo a partir de entonces podrá descan-sar tranquilo en su lecho en el Altar de laPatria y los buenos ciudadanos rememo-rarlo en toda la justa dimensión conden-sada en su célebre frase, poco celebradahoy día: “YO SOY LA BANDERA NACIO-N A L”, pronunciada para despejar cual-quier duda al irrumpir al país por Haití pa-ra luchar contra la anexión a España.

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A RE Í TO 3Sábado 16 de juliode 2 016 H OY

Hermenéutica de la mirada,

M irar, ver, observar, otear… sonverbos que designan distintasformas de percibir lo que se en-cuentra aquí, allá y acullá. El su-

jeto ve o percibe lo que está en el espacio. Esun espacio tiempo, pues solo vemos en unmomento determinado y desde una distan-cia obligada. Las imágenes quedan en nues-tra memoria como huellas y el trazo de laescritura registra y fija. Porque la lengua fija,como dijeron los fundadores de la Academiaen 1713. Y ya los latinos decían, «verba volanty scriptamanen», lo hablado vuela y lo es-crito permanece. Aristóteles, el filósofo, de-cía en Metafísica que de todos los sentidos esprimero el de la vista. Ver y mirar no es lomismo. Tampoco lo es observar. Y otearplantea estar situado en un punto del es-pacio desde donde la mirada puede teneralgún privilegio.

Jorge Luis Borges, en un texto citado porMichel de Foucault en “Las palabras y lasc o s a s”, decía que un perro a las dos de latarde no era igual al mismo perro a las tres, yque el animal de las tres de frente no era igualal de las cuatro de lado. Un juego que po-demos intercambiar para significar que elser es en el espacio tiempo. Como si yo meencontrara en el centro de una nuez, podríacreer que soy el rey del espacio infinito. Co-mo cita en el “A l e p h” el maravilloso argen-tino. Pero esos caminos nos conducen porlos fueros de la filosofía y no es nuestro in-terés preocupar al amable lector con asuntostan profundos, que desbordan nuestra limi-tada mirada.

Sabido es que la escritura es un conjuntode signos que los hablantes de una lenguacompartimos. Somos herederos de ese fardosimbólico que nos permite pensar. En lacomplicación de entendernos encontró Er-nest Cassirer el origen del pensamiento mis-mo. Pensar es articular un código que nospermite construir ideas, como hilvanar unmanto que se teje en la escritura y se destejeen la lectura. En esos procesos de configu-ración y refiguración, la realidad queda entrelas telas de la la semántica del texto, que seda entre la subjetividad del que ve y las elu-siones de la lengua que es vehículo de unatextualidad signada por el tiempo.

Las distintas miradas que se le dan a laCiudad Primada llaman poderosamente miatención, quiero comenzar con la de Wieves,en su libro “Reflexions historiques et poli-

tiques sur le commerce de France avec sescolonies de l’ Amér ique”, publicado en Gi-nebra en 1780 y que despertara el amor pro-pio del criollo Antonio Sánchez Valverde. Delautor de esta crónica de antaño, convertidahoy en documento fuente de nuestra his-toria, sabemos muy poco. Por lo que se des-prende de su libro era un burgués que teníacon su obra la pretensión de llamar a la aten-ción al rey francés sobre la importancia deliberar a las colonias ultramarinas de la do-ble tributación y de que se hiciera un mejornegocio en América. No es de extrañar que elya citado Moreau de Saint-Méry, nacido enMartinica y constituyente luego en París, notuviera los mismos propósitos.

La de ellos es la escritura para el poder realy el mejoramiento de los negocios, en de-fensa de la clase burguesa que explotaba enAmérica la colonia de esclavos más grandedel mundo. Antes de ver a Santo Domingo,Wieves nos da un retrato hablado de Le Cap,el antiguo Guárico, la ciudad más progresistade América en el siglo XVIII. Su mirada alpuerto atlántico no deja de mostrar la sa-tisfacción por un entorno en que la produc-ción de la colonia sale en numerosas em-barcaciones rumbo a los puertos europeos.

Lo que disgusta, podemos llamarlo así, alcriollo Sánchez Valverde de la obra primi-genia (porque es la primera dentro de unconjunto de textos de su jaez) era la desva-lorización que realizaba este europeo de laparte española de la isla de Santo Domingo.Su libro, “Ideas del valor de la Isla Española”(1785), vino a ser una defensa de nuestrosuelo de las comparaciones que realiza el vi-sitante. Valverde toma el discurso del otro ycrea, lo que ha llamado Pedro San Miguel,una utopía esclavista. Como criollo, SánchezValverde asume el discurso colonial, y hablade los provechos que España pudiera sacarde esta parte de la Isla. Lo que no sabía elracionero de la catedral era que España nopodía sacar del Este semejante provecho queel que Francia obtenía del Oeste. Eran dis-tintos los fines y los mercados a los que sedestinaba la mercancía.

La mirada de Wieves comienza trazandoel mapa de la isla, su descripción sale delCabo, ve la empobrecida Monte Cristi, unlugar de pescadores en Puerto Plata, un fran-cés perdido en Samaná. La mirada encuen-tra lo contrario, miseria, suciedad, negrospescadores. Y en Samaná, un puerto. Al

puerto lo cataloga como el primer espía de lamarina francesa y pone en la letra, el espacioque usaran general Leclerc, quien vino aapaciguar la rebelión negra muchos añosdespués para llevarse preso, al castillo deJoux, al más libre de todos los negros, Tous-saint Louverture.

La mirada del europeo es economicista:ve hatos y más hatos en su camino. Cruza endiagonal la isla, la traza por el este, por elCabo Engaño, la registra en el Cibao, ve susmaravillas naturales. Solo hatos quedan ensu caligrafía. La gente poca y poco laboriosa.El paisaje es lo más importante, nada se la-bra. La gente, sí hay gente, pero no tienenespíritu de trabajo, le parece que son los queno se pudieron marchar cuando Españaconquistó tierras firmes. Entonces, como siel europeo pensara en Foucault, ve que nohay una verdadera relación entre las pala-bras y las cosas. Estas ciudades, como MonteCristi y Santo Domingo, no merecen el nom-bre de ciudades y la última, tampoco, el decapital. Weives mira entonces viejas defen-sas de la ciudad, otea a San Lorenzo de losMina. Santo Domingo estaba ahí, durmien-do frente al viajero, como parada en el tiem-po. Ningún presente parece promisorio. Lacapital presenta, en sus palabras, las ruinasde su antiguo esplendor (ruinas que Salomécantara un siglo después) y hace determi-nante del destino a la “cupidité” de sus ha-bitantes. La belleza del paisaje se fija en loshatos, que les parece, prefiguran a un puebloindolente. Ante eso, la famosa Vega Real pa-rece salvarlo todo. Sin embargo, los francesespodrían sacar mucho beneficio si invirtieranen esta parte. Al cuadro frío y monótono queél realiza, agrega el contraste de la civiliza-ción, activa e industrial, de la parte francesade la Isla. Luego, ya al final remata que loshabitantes de esta parte de la Isla son mu-latos, que se han mezclado entre españoles,caribes y negros. Y apuntala que es difícilencontrar a alguien que no tenga sangremestiza.

La mirada europeísta, centrista y utilitariaque plantea la ética del capitalismo del sigloXVIII queda aquí desdibujada en una des-cripción apurada. En fin, Weives sobrevuelanuestras costas, ve ríos y montañas y trazaun mapa de la utilidad. Las ciudades, la gen-te, hatos, cacao en Santiago, pescadores enPuerto Plata; cabras, en Monte Cristi, y, portoda parte, la indolencia de gente mezclada.

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la ciudad de Santo Domingoen el tiempo

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4 Sábado 16 de juliode 2 016H OY A RE Í TO

Yo necesitaba para mi vida personal orien-tarme sobre los destinos de mi nación, a laque me sentía radicalmente adscrito. Hayquien sabe vivir como un sonámbulo; yo nohe logrado aprender ese cómodo estilo deexistencia. Necesito vivir de claridades y lomás despierto posible. Si yo hubiese encon-trado libros que me orientasen con suficienteagudeza sobre los secretos que el camino queEspaña lleva por la historia, me habría aho-rrado el esfuerzo de tener que construirmemalamente, con escasísimos conocimientos ymateriales… un panorama esquemático desu evolución y de su anatomía… Pero el hom-bre no puede esperar… La vida es prisa. Yonecesitaba sin remisión ni demora aclararmeun poco el rumbo de mi país a fin de evitar enmi conducta, por lo menos, las grandes es-tupideces… José Ortega y Gasset, Prólogo a lacuarta edición.[1]

Como hemos dicho en los dosartículos anteriores, he inicia-do una serie sobre el pensa-miento delgran intelec-tual español de

principios del siglo XX: donJosé Ortega y Gasset. En elanterior, empezamos a ha-blar de una obra que impac-tó muchísimo en su época:La España Invertebrada, quefue publicada en 1922.

Comenzamos a resu-mir-presentar la primeraparte del libro, titulada “Par -ticularismo y Acción Direc-t a”. Cuenta 9 apartados. Losdos primeros fueron abordados en la entre-ga anterior y llevaban por título “Incorpo -ración y Desintegración”, “Potencia de Na-c i o n a l i z a c i ó n”. En esta oportunidad tratare-mos de abordar los restantes: “¿Por qué hays e p a ra t i s m o ? ”, “Tanto Monta”, “Particularis -m o”, “Compartimentos Estancos”, “El Casodel Grupo Militar”, “Acción Directa” y “Pro -n u n c i a m i e n t o s”.

Se preguntaba el intelectual “¿Por qué hays e p a ra t i s m o ? ” su auto respuesta fue un largoe interesante artículo. Decía que uno de losgrandes fenómenos y problemas de la vidapolítica de España era la aparición desde losprimeros años del siglo XX de los regiona-lismos, separatismos y na-cionalismos. Se preguntabatambién: ¿Son muchos losespañoles que han llegado ahacerse cargo de cuál es laverdadera realidad de estosmovimientos? Se respondíaa sí mismo diciendo que no.

Enfrentó duramente a losnacionalismos de Cataluña yVasconia. Decía que eranmovimientos artificiosos,extraídos de la nada, y peoraún, sin causas ni motivosprofundos. Con estas posi-ciones han desvertebrado a España, que an-tes de sus apariciones era “una masa homo-génea, sin discontinuidades cualitativas, sinconfines interiores de unas partes con otras.Hablar ahora de regiones, de pueblos dife-rentes, de Cataluña, de Euzkadi, es cortarcon un cuchillo una masa homogénea y tajarcuerpos distintos en lo que era un compactovo l u m e n”.[2]

Afirma que estos separatismos surgie-ron por la codicia y la soberbia de unoscuantos hombres, y esta ambición, los hallevado a una “faena de despedazamientonacional que sin ellos y su caprichosa la-bor no existiría”.[3]

El siguiente apartado se denomina “Ta n t oMo n t a”. Admite como verdad la preeminen-cia de Castilla, pues “NO hay que ver másque la energía con que acierta a mandarse así misma, pues “ser emperador de sí mismo

es la primera condición para imperar a losdemás. Castilla se afana por superar en supropio corazón la tendencia al hermetismoaldeano, a la visión angosta de los interesesque reina en los demás pueblos ibéricos”.[4]

Ortega afirma que las naciones se cons-truyen y fortalecen cuando existe una co-rrecta y dinámica política internacional. Es-paña, sigue diciendo, nació en la mente deCastilla, no como realidad, sino como unmañana imaginario “capaz de disciplinar elhoy y de orientarlo”. Cuando Castilla se aliócon Fernando de Aragón, nació la unidadespañola, con el fin de lanzarla a los cuatrovientos, “para inundar el planeta, para crearun Imperio aún más amplio. La unidad deEspaña se hace para esto y por esto….”.[5]Así pues, Ortega apuesta por la unidad deEspaña, y fustiga duramente los intentos se-paratistas de los vascos y catalanes, tal y co-mo lo expresa en el párrafo que citamos acontinuación:

Si Cataluña o Vasconia hubiesen sido lasrazas que ahora se imaginan ser, habrían da-

do un terrible tirón de Cas-tilla cuando ésta comenzó ahacer particularista, es decir,a no contar debidamentecon ellas. La sacudida en laperiferia hubiese acaso des-pertado las antiguas virtudesdel centro y no habrían porventura, caído en la perdu-rable modorra de idiotez yegoísmo que ha sido duran-te tres siglos nuestra historia.[6]

No niega el gran intelec-tual, en el ensayo titulado

Compartimentos Estancos, que en una na-ción, por muy unida que esté, existan pe-queños grupos, pues el proceso de unifica-ción de una sociedad tiene un contrapunteode un proceso diferenciador que divide enclases, grupos profesionales, oficios y gre-mios. Pero nunca una división que impliques e p a ra c i ó n .

En Acción Directa Ortega, sigue desa-rrollando su línea de pensamiento. Defien-de que una cosa es la diferencia natural enun grupo social y otra la escisión. Una so-ciedad, afirma, es el conjunto de indivi-duos que pueden o no formar grupos. Y,sigue diciendo, cuando un grupo quiere al-

go en específico debe pro-ceder a comunicarlo a losdemás y negociar. Así, la vo-luntad privada debe con-vertirse en una voluntadgeneral. Significa que la“acción directa” es la tácticaque se deriva del particula-rismo de los intereses.

Ahí termina la primeraparte de la obra. En las pró-ximas entregas hablaremosde la segunda parte, que éltituló “La ausencia de losm e j o re s”. El espacio no nos

permite seguir. Finalizo con una reflexiónde Ortega:

La insolidaridad actual produce un fenó-meno muy característico de nuestra vida pú-blica –que debemos meditar-: cualquieratiene fuerza para deshacer –el militar, elobrero, esto o el otro político, éste o el grupode periódicos-; pero nadie tiene fuerzas parahacer, ni siquiera para asegurar sus propiosd e re c h o s”.[7]

[1][1] Prólogo de la Cuarta Edición, José Or-tega y Gasset, España invertebrada, her-manotemblon.com/.../Orte -ga%20y%20Gasset,%20Jose/Orte -ga%20y%20Gasset,%2, p. 21

[2] Ibidem, p. 31. [3] Ibídem. [4] Ibidem, p. 32[5] Ibídem, p. 33 [6] Ibidem, p. 39 [7] Ibidem,p. 51

José Ortegay Gassety seguimos con suEspaña invertebrada

‘‘ Defiende queuna cosa es la

diferencia natural en ungrupo social y otra laescisión. Una sociedad,afirma, es el conjuntode individuos quepueden o no formargrup os.

‘‘ E n fre n t óduramente a los

nacionalismos deCataluña y Vasconia.Decía que eranmovimientos artificiosos,extraídos de la nada, ypeor aún, sin causas nimotivos profundos.

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Genealogía yestudios de ADN

(1 de 3)

Milcíades H. Núñez Núñez

C on el avance de la tecnología, lagenealogía contemporánea utili-za distintas disciplinas y herra-mientas como soporte y apoyo.

Es así como se ha integrado como herra-mienta el uso de pruebas de ácido deso-xirribonucléico (ADN).

El ADN humano es tan rico en infor-mación que se afirma que contiene todolo que se quiera saber del ser humano. Pormedio de su estudio podemos determinardesde las enfermedades a las que se tieneinclinación de padecimiento hasta nive-les de tolerancia de una persona a dis-tintos grupos de alimentos; potencial ycapacidades que posee un adulto o niño;pruebas de paternidad y pruebas con res-pecto a ancestros inmediatos o remotoscon fines genealógicos, entre otros.

Para entender un poco más el tema,recordemos que la célula, esa pequeñaparte del ser vivo, se divide en membrana,citoplasma y núcleo. Para fines genealó-gicos nos interesan el núcleo, donde seencuentran los cromosomas, y el cito-plasma, donde están unos organelos quese llaman mitocondrias.

Cuando los científicos investigaban ensus inicios el núcleo de cada célula ob-servaron pequeñas y extrañas formas ogarabatos que por su colorido nombraroncromosomas. Al analizarlos más deteni-damente se dieron cuenta que cada unotenía un homólogo y que eran 23 pares decromosomas totalizando 46; los ordena-ron por tamaño y les dieron número, de-jando para último el par 23. Los cromo-somas de este par 23, en el caso de lasmujeres, eran semejantes y parecían unaX, por lo que le llamaron cromosoma XX,mientras que en el caso de los hombreseran disparejos: uno parecía una X y elotro una Y, por lo que lo llamaron XY.

Con otras investigaciones, se compro-bó que, en la fecundación, tanto el padrecomo la madre aportan 23 cromosomas acada nuevo ser humano. En el espermadel padre van sus 23 cromosomas y en elóvulo los 23 que aporta la madre. Al seguirprofundizando encontramos que en cadacromosoma puede verse una larga ma-raña de hilos que está formada por un áci-do que por su composición química sellama desoxirribonucleico, mejor conoci-do como ADN. Ese ácido (A) está formadopor nucleótidos (N) y cada nucleótido tie-ne a su vez un azúcar - desoxirribosa - (dedonde sale la D de ADN), un fosfato y unabase nitrogenada.

Este ADN tiene información e “instruc -c i o n e s” para la vida que se pasan de unageneración a otra.

Instituto Dominicano de Genealogía

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A RE Í TO 5Sábado 16 de juliode 2 016 H OY

¿El poemao la vida eterna?H e optado por el concepto de eter-

nidad y epifanía, del poeta cubanoJosé Lezama Lima, porque segúnél, somos seres para la resurrec-

ción y no para la muerte, como diría Hei-degger. Epifanía misteriosa del poema, sú-bito de la imagen, que nos redime y fun-damenta, y que brota del espacio y la gno-sis, como promesa eterna de vida. En lafinitud de la página en blanco, somos la luz(el poema) “el primer animal visible de loi n v i s i b l e” (el misterio y su eternidad). Laeternidad del instante u "ocupatio tempo-ral" de la sobreabundancia y la dicha. Lapoesía, en Lezama Lima, se define por lasobreabundancia, a través de la lmago,que nace y transfigura el poema en erasimaginarias, poéticas, históricas y cultu-rales. La dicha del poema: la resurreccióndel verbo y la palabra, encarnación instan-tánea del ser para la muerte, insurrecta yviva, y siempre infinita y viva en el poema,como ente celestial de alegría y gozo.

Esos instantes excepcionales que, en unpoema o en un período histórico, alcanzanla plenitud de una forma, aunque cuandoparezca sumergirse o naufragar sin sucesiónvisible provocan una cadena de resonancias,una nueva irrupción de lo naciente, que ha-ce engañosa la aparente enemistad de loscondicionamientos causales y lo que Leza-ma llama “el incondicionado poético”, yaque se trata solo, como advierte en la pri-mera línea de “Imagen y posibilidad”, de unacausalidad más “s e c re t a”. Al buscar ese“punto errante”, el mediador, como el cocu-yo, nuestro “ animal carbunclo”, entre lo vi-viente y lo estelar, que nos convida a pene-trar el bosque oscuro, a partir de ese puntorotativo cuyo sueño solo toca en la hoja es-cogida, y asciende cada vez a zonas de másluz, sin sobresaltarse por el caos de lo in-termedio, Lezama nos obliga a ver en su des-cendimiento a los “o r í g e n e s” solo la búsque-da de ese único impulso que está en la raíz, lomismo de las fabulaciones míticas que de lanaturaleza o la historia, traspasándola conun desconocido fulgor. Por eso dice: “G ota,germen, corpúsculo, esfera trocándosefluencia, cuerpo, participación, logrando laepifanía verbal por la que el cuerpo se vuelves i g n a t u ra”, y substancia inmaculada de re-s u r re c c i ó n .

En Lezama, la sobreabundancia puedeser una gracia (en el sentido teológico) o undon. No es lo que importa.Importa más saber que Le-zama Lima la asume comouna manera de existir y que,como la existencia misma,no es “una posesión sino al-go que nos posee”. En efecto,hay otros poetas de la (so-bre) abundancia; pensemos,por ejemplo, en uno con-temporáneo y también lati-noamericano: Pablo Neru-da. No es posible, creo, otrocaso más privilegiado. Lasacumulaciones de Neruda,sus largos inventarios de lanaturaleza, sus encadenamientos metafóri-cos son un modo de poseer el mundo, des-cribiéndolo aun indirectamente; la realidadsigue siendo, en última instancia, más po-derosa que la imaginación y se constituye ensu apoyo irreemplazable. Lezama, en cam-bio, trabaja tangencialmente, por impregna-ción. Cada palabra suya—como lo explica enun poema—puede ser un “apeiron de arci-l l a”, pero solo está sostenida “por la respi-ración nocturna”, y el poeta no hace más quehilarlas como un “Parménides ciego tejien-do la alfombra de Bagdad”. Quiero decir: Ne-ruda busca la “e q u i va l e n c i a” del mundo ycree en ella; como se ha dicho muchas veces,es un poeta neorromántico y, en cierto mo-do, “antisignatar io”: la cosa, lo dado es quizálo más importante para él (“Hablo de cosasque existen, Dios me libre/de inventar cosascuando estoy cantando”). Lezama, por elcontrario, parece buscar más la “modula -c i ó n” del mundo; su poesía trata, en fin decuentas, no con la realidad de los seres y lascosas sino con su “respirante diferencia”: así,el mundo solo puede estar encarnado en la“imagen de la suspensión” que va trazando

el hálito del lenguaje, como morada del serpara la resurrección.

Naturaleza y sobrenaturaleza: el ordennatural es así reformulado por el código desu abundancia, de su realización. Esta de-ducción supera, asimismo, la ideología tra-dicional del orden natural como demostra-

ción de espíritu: el orden na-tural está, en la obra de Le-zama, según Julio Ortega,“en situación transitiva”,tiende a ser, a conocerse y adesconocerse en un espaciode indagación ontológica.De modo que aquí el dramaespiritual del mundo es suposible transformación: larealidad, parece decirnos es-ta obra, tal como la vivimos ypensamos, tal como la deci-mos, es solo una posibilidaddel sentido, no su realizaciónmayor. En verdad, ese drama

radica en la latencia de la transmutación,que supondría un orden natural trascendidoen su propia inmanencia; o sea, no se pre-tende negar el mundo y suespesor real, no se intentauna fuga simple de un ordennaturalizado, sino que, másbien, se reconstruye con laimagen una naturaleza másplena, libre de determinis-mo y su caída; y la poesía,como la literatura, como lahistoria y la cultura, es elproceso de conversión: la víarealizadora de esa sobrena-turaleza ganada. En últimotérmino, la sobrenaturalezavendría a plasmarse como elespacio superior de un orden natural huma-n i z a d o.

Si ya en Vallejo y en Neruda la exterioridades una materia que no responde por el len-guaje, y por lo tanto, según Julio Ortega, lapoesía debe proceder a su desconstrucción,promoviendo de ese modo tanto una pro-funda revisión del idealismo como una nue-

va percepción de la materialidad esencial delmundo; en Lezama es posible verificar, hastacierto punto, un movimiento similar al deNeruda: la sustantivación por la irradiaciónmaterial del lenguaje, el vértigo del sentidoen los sentidos, en la vida original y física queprecede a las formas del pensamiento. Peroes también posible verificar un movimientosimilar al más radical emprendido por Va-llejo: la materialidad del mundo demandaun pensamiento asimismo exteriorizado, re-hecho desde su raigambre física, orgánica,viva. Como Vallejo, Lezama desplaza el su-jeto del lenguaje al objeto material y prefor-mal del mundo. Pero, a diferencia de Neru-da, Lezama no emerge de esa materialidadpara sustentar los poderes terrestres del su-jeto que al nombrar devora; y, a diferencia deVallejo, la materialidad sustantiva no suponeen Lezama la rebelión de la cosa frente alnombre, ese mutuo desequilibrio y esa con-ciencia crítica moderna. Este es el movi-miento que corresponde a un retorno a lamateria originaria: el poema se moviliza co-mo el magma que acarrea las fuentes del Pri-mer Día, o de la resurrección de la muerte,

para lograr mediante el poe-ma, el espacio gozoso de lavida eterna.

La obra de Lezama, al fi-nal, remite el sentido de suunidad a un acto sin sentido:a la certidumbre de una fe, osea, al acto previo a las ideo-logías, a esa zona indemos-trable que es un abismo dellenguaje. No el hombre parala muerte sino el hombre pa-ra la resurrección: esta visióndel mundo asume el propó-sito espiritual de su obra en

un acto de remisión final, que es incontes-table; como lo es su creencia en la poesíacomo vía paradisíaca. En el fondo, estasapuestas últimas de la obra no tendrían sen-tido si no vinieran de su origen mismo: de sureligiosidad, que no en vano actúa como elreconocimiento de una energía primordial ysensor ial.

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t u ra

‘‘ La obra deLezama, al final,

remite el sentido de suunidad a un acto sinsentido: a la certidumbrede una fe, o sea, al actoprevio a las ideologías, aesa zona indemostrableque es un abismo dell e n g u a j e.

‘‘ La poesía, enLezama Lima, se

define por lasobreabundancia, através de la lmago, quenace y transfigura elpoema en erasimaginarias, poéticas,históricas y culturales.

José Lezama Lima

A RCH IVO

Page 6: Areíto sábado 16 de julio, 2016

6 Sábado 16 de juliode 2 016H OY A RE Í TO

Metáfora y conceptoen Deleuze y Guattari

A menudo escuchamos hablar sobreel rechazo a la metáfora en Deleuze yGuattari y sobre lo paradójicas queresultan estas afirmaciones en dos

pensadores que, con bastante frecuencia, re-currieron a figuras del discurso estrecha-mente vinculadas con la creación poética.Esta paradoja se recrudece, sin duda alguna,cuando pensamos en las intensas corres-pondencias que se establecen entre sus pos-tulados teóricos y la producción poética deAntonin Artaud.

Así es como el “cuerpo sin órganos” de losfilósofos parece ser una fusión o, más bien,un ensamblaje conformado por el conceptode raigambre filosófica, la sintomatologíadel delirio y la imagen poética. Sintomato-logía en cuanto la destrucción de los órganoses un aspecto importante del delirio del Pre-sidente Schreber, sintetizado por Freud de lasiguiente manera:

Sostiene haber experimentado en los pri-meros años de su enfermedad destruccionesen diversos órganos de su cuerpo, que a cual-quier otro hombre le habrían provocado in-defectiblemente la muerte desde muchotiempo atrás, pero él ha vivido un largo pe-ríodo sin estómago, sin intestinos, sin pulmo-nes casi, con el esófago desgarrado, sin vejiga,con las costillas rotas, muchas veces se ha co-mido parte de su laringe al tragar, etc.

Imagen poética en cuanto es posible queArtaud lograra resignificar las huellas de laenfermedad sobre la página en blanco, tra-zando un mapa de ambigüedades: “Cu a n d oustedes le hayan hecho un cuerpo sin/ ór-ganos lo habrán liberado de todos sus auto-/matismos y lo habrán devuelto a/ su ver-dadera libertad” (Para terminar…). La ten-sión entre las palabras que antes resultaroncaracterísticas del delirio se autodestruyenen el interior del poema, en lo que Paul Ri-coeur denominaría “una contradicción sig-n i f i c a t i va”: la interpretación literal de unafrase se contradice internamente, terminapor resultar absurda y entonces prevalece lasegunda interpretación, la metafórica. Unametáfora viva, explica Ricoeur, está inscritaen la tensión entre dos interpretaciones deuna frase, la literal y la que establece unanueva relación del sentido.

Estoy convencida de que las imágenesque habitan la poesía Artaudiana han com-portado para Deleuze y Guattari líneas defuga ante la aridez del concepto. Está claroque esta dupla nunca abandona la tarea cen-tral de la filosofía que consiste, precisamen-te, en crear conceptos, no obstante, parecehaberse arriesgado a explorar otras formasposibles de estas construcciones. A veces dala impresión de que estuvieran replicandoen ellas el modelo de sus “a g e n c i a m i e n t o s”,

por aquello de que implican una amplitudque acarrea componentes heterogéneos.

El cuerpo sin órganos, por ejemplo, es unaformación del inconsciente, un desierto, elsoporte del deseo, una superficie en dondelos agenciamientos se enganchan, la desor-ganización del organismo, un territorio po-blado de una manada de signos, el grado ce-ro de las intensidades, experimentación, esun límite en el que uno está “a r ra s t r á n d o s ecomo un gusano, tanteando como un ciegoo corriendo como un loco, viajero del de-sierto y nómada de la estepa” (Mil mese-tas…). Esta confluencia de imágenes, defi-niciones, características, sospechas y ausen-cias parecen pertenecer al concepto “por unpie, una mano, una pata, por el ano, por uno j o” ( De r ra m e s …).

Pudiéramos pensar entonces que esta ló-gica conecta, de alguna forma, y hasta pu-diera tener antecedentes en las propuestasde Nietzsche en “Sobre verdad y mentira ensentido extramoral”:

Esa monstruosa viguería y andamiaje delos conceptos, a las que de por vida se aferrael hombre menesteroso para salvarse, parael intelecto liberado es solo un tinglado y unjuguete para sus obras de arte más osadas: ycuando lo destruye y confunde los pedazos,y lo recompone irónicamente, apareando lomás ajeno y separando lo más próximo, po-ne de manifiesto que no necesita de aquellasmuletas de la indigencia y que ahora ya no espor conceptos que se rige, sino por intui-ciones. Ningún camino regular conducedesde esas intuiciones a la región de los es-quemas espectrales, de las abstracciones: lapalabra no está hecha para ellas, el hombreenmudece al verlas o habla en copia de me-táforas prohibidas y ensambles inauditos deconceptos, para corresponder de modocreador, aunque solo sea mediante la des-trucción y el escarnio de las antiguas barre-ras conceptuales, a la impresión de la po-derosa intuición presente.

En este orden de cosas, el acto de leer Paraterminar con el juicio de Dios y Viaje al país delos tarahumaras nos remite automáticamen-te a los conceptos que encontramos en Milmesetas o en el Anti Edipo. Es como si lasimágenes poéticas hubieran impreso su hue-lla sobre la superficie de los conceptos. Cuan-do leo en Artaud “Este séptimo hombre,/ esun caballo,/ un caballo con un nombre que loacompaña./ Pero el caballo/ es el sol/ no elh o m b re” (Para terminar…), pienso en los re-gímenes de signos de estos filósofos, en susmáquinas de expresión o agenciamientosmaquínicos del estilo “caballo de tiro-omni-b ú s - c a l l e” (Mil mesetas…). Y cuando Artaudrememora a los tarahumaras ejecutando susdanzas “de libélulas, de pájaros, del viento, de

las cosas, de las flores”, o cuando los describeen hilera lanzando un grito helado ante el es-pectáculo de un toro sacrificado, “y su vozevoca el grito dolorido de una hiena o de unperro enfermo o de un gallo estrangulado”, yresulta que es un grito emitido de forma su-cesiva, que pasa de boca en boca “como unagama humana que toma en la sombra el valorde un llamamiento” (Viaje al país…), por su-puesto, pienso en los “d e ve n i re s”, en ese pro-ceso del deseo que es puro principio de apro-ximación (Mil mesetas…).

En un ejercicio de la imaginación, pudieraaventurarme a plantear que si Deleuze yGuattari desdeñan las metáforas y tienden aconsiderarlas como un simple efecto (Milmesetas…) es, quizás, porque no las con-ciben como un fin o como entidades autó-nomas. Para este par parecen constituir, másbien, máquinas retóricas incapaces de fun-cionar de forma aislada, al mejor estilo detodas sus máquinas. Conectan. Interactúan.Devienen. Nunca permanecen estáticas co-mo un mero excedente de sentido.

Dayana Fraile (Puerto La Cruz, 1985) Li-cenciada en Letras por la Universidad Cen-tral de Venezuela. Trabajos creativos de suautoría han sido distinguidos con premiosy menciones en concursos, como el FestivalLiterario Ucevista, la Semana de la NuevaNarrativa Urbana y el Concurso de CuentosPoliclínica Metropolitana para Jóvenes Au-tores. Cursa estudios de postgrado en el de-partamento de Hispanic Languages and Li-teratures de University of Pittsburgh.(Fuente: Blog Revista Hispanoamericanade Literatura Unica)

Referencias bibliográficas

Artaud, Antonin. México y Viaje al país de lostarahumaras. México D.F.: FCE, 1984. Print.---. Para terminar con el juicio de Dios y otrospoemas. Buenos Aires: Caldén, 1975. Print.Deleuze, Gilles and Félix Guattari. El Anti Edipo.Capitalismo y esquizofrenia. Buenos Aires: Paidós,1998. Print.---. Derrames entre el capitalismo y la esquizofrenia.Buenos Aires: Cactus, 2005. Print.---. Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia.Valencia: Pre-Textos, 2002. Print.Freud, Sigmund. Puntualizaciones psicoanalíticassobre un caso de paranoia (Dementia paranoides)descrito autobiográficamente. Tomo IV. Madrid:Biblioteca nueva, 1972. Print.Nietzsche, Friedrich. “Sobre verdad y mentira ensentido extramoral”. Escuela de Filosofía –Universidad Arcis. Web. 14 de septiembre de 2009.h t t p: / / b i t . ly / 13 E 7 Z 6 ARicoeur, Paul. Teoría de la interpretación. MéxicoD.F.: Siglo XXI, 2006. Print.D

AYAN

A FR

AILE

Apor

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Veintiocho días de esta influencia pesada, de este montón de órganos mal agru pa do sque soy yo, y en los que me daba la impresión de estar presente, como en un inmensopaisaje de hielo a punto de desmoronarse. Antonin Artaud

Friedrich Nietzsche Paul Ricoeur

FUENTE EXTERNA

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A RE Í TO 7Sábado 16 de juliode 2 016 H OY

Rafael Andrés Brenes PérezUn poeta y escritor olvidadoE l gran olvidado” aún permanece se-

pultado. Uno de sus hijos rescató sunombre, sus obras inéditas y las dis-persas en conocidos periódicos y re-

vistas de su tiempo, preparó un voluminosolibro, listo para la imprenta, pero lo archivó.Todavía pocos saben qué hizo, quien fue Ra-fael Andrés Brenes Pérez.

Mario Emilio Sánchez Córdova y Marga-rita Piñeyro de Sánchez realizaron un im-presionante trabajo de búsqueda y compi-lación. Iván García Guerra y Gisela Guerrero,de corrección. Pedro Vergés lo leyó y exaltó alliterato por sobre el poeta, historiador, cos-tumbrista, abogado y el servidor público queestuvo entre los miembros del Postumismo,los fundadores del semanario Bahoruco,mantenía correspondencia con reconocidosintelectuales hispanoamericanos y hablabacuatro idiomas.

Breno Brenes Guridi, quien se propusosacar a su padre de esa postergación desde1966 cuando dio a la luz una de sus obraspóstumas, cuenta que estando reciente-mente en lecho de muerte se encontró en untúnel en el que observó cuatro personas ves-tidas de blanco, una de las cuales presienteque era su progenitor, pues no vio sus fac-ciones. Narró lo sucedido a un sacerdote desu confianza y este le manifestó que le ha-bían dado una oportunidad. “Por eso tengoque empezar a unir lo que está suelto”, con-fesó, y uno de esos propósitos sin cumplir eseste libro que antes de morir le encargó sumadre Altagracia Guridi porque si rica era labiblioteca de Brenes Pérez, más voluminosoera su archivo.

Brenes Guridi publicó uno de los librosque el suicidio de su papá impidió llevar a laimprenta, La Casona, con prólogo de VigilDíaz y a cuya puesta en circulación asistió sumadre que se llevó a la tumba esa satisfac-ción. Domingo Moreno Jimenes, amigo ín-timo del autor y compañero de generación,lo presentó en un acto concurrido. RafaelAndrés, quien acabó con su vida el cuatro defebrero de 1950, solo había publicado “Som -b ra s”, en 1927.

Representó “el primer paso para la his-toria de El gran olvidado”, significa Breno.

Los trabajos de Rafael Andrés Brenes Pé-rez tienen hasta los créditos. El libro, de 581páginas estaba pautado para ser impreso enAlfa y Omega. Lo compuso Arsenio Estrella.La diagramación es de Ana Aurelia Báez S.Contiene poesía, cuentos dominicanos, per-files y crítica literaria, ecología, prosa, epis-tolario literario y político, biografías y tres li-bros breves.

La trama de “La Casona”, que se incluyecomo segunda edición, discurre en el últimoGobierno de Ulises Heureaux. Es un esbozosociológico que diferencia la idiosincrasiacapitaleña de la cibaeña, concretamente lade los habitantes de Santo Domingo y San-tiago, con un predominio tácito de la do-minicanidad, característico de las obras deBrenes, apuntó Sánchez Córdova.

Lo considera didáctico, que enseña partede la geografía nacional, folclor y tipos y cos-tumbres populares. Plantea diferencias delos movimientos intelectuales y publicasemblanzas que lo distinguen “como un crí-tico independiente, justo y valiente”, agrega.

EL GRAN OLVIDADOIván García Guerra fue también investi-

gador y excelente escritor de la genealogía deBrenes Pérez, hijo del doctor Rafael AndrésBrenes Ruiz (Suso), quien se destacó por sugenerosa y activa participación en la epide-mia de viruelas.

Expresa que ha querido saber de la vida deRafael Andrés Brenes Pérez y no es mucho loque ha logrado. Empero, dedica 13 páginas asu biografía familiar en un capítulo llamadoCreación y vida.

Después vienen opiniones sobre el escri-tor publicadas en revistas literarias con lasfirmas más autorizadas, y otras ediciones deSombras (1927) y La Casona.

En Sombras, Valentín Tejada se refiere aBrenes Pérez como “el revolucionario poetapostumista poseedor de la más envidiablecualidad de poder vaciar en cada manifes-tación chorros de bellezas surgidas del se-creto de su estética”. Son sus versos iniciales,cargados de dolor y lamento.

El gran olvidado incluye un capítulo de-dicado al movimiento postumista del que sealejó Brenes al final de sus días pidiendo quese hablara de “la obra de los otros, con la quese confundió la mía bajo la sombra amable

del postumismo”. Tiene el Manifiesto Pos-tumista y poemas suyos de esa corriente pu-blicados en Blanco y Negro, Listín Diario, Ba-horuco, Analectas. A continuación se inser-tan poemas de otras tendencias aparecidosen Rachas, El día estético y otros inéditos.

En los perfiles literarios describe con sen-cillez y atractivas pinceladas artísticas y hu-manas a Luis Rivera, Piro Valerio, Andrés Ave-lino, Manuel de Jesús Camarena Perdomo,Osvaldo García de la Concha, Yoryi Morel, Ra-fael Augusto Zorrilla, Domingo Moreno Jime-nes, Rafael Américo Henríquez, Julio a Piñey-ro, Ricardo Pérez Alfonseca, Indalecio Rodrí-guez, Concha Benítez, Juan José Llovet, Eu-logio C. Cabral, Federico Henríquez y Carva-jal, Arturo Pellerano Castro, Fabio Fiallo, An-tonio Valdez hijo, Alfredo Guzmán Arias, Jua-na de América, Fernando Defilló.

Su epistolario literario y político es exten-so. Quiénes le escribieron y a quiénes se di-rigía: Luis A. Franco, Ramón Emilio Jiménez,Manuel del Cabral, Osvaldo Bazil, PorfirioHerrera, Fabio A. Mota, Tomás HernándezFranco, Luis Armando Abreu.

Entre sus libros que se recogen está “Elúltimo breviario de Moreno Jimenes”.

El gran olvidado concluye con sus traba-jos jurídicos, municipales, políticos, econó-micos, culturales y los libros citados.

Rafael Andrés nació el 4 de febrero de 1903,su madre era Asunción Pérez y Pérez. Le apo-daban Fellito. Era masón y Príncipe Rosacruz.En 1933 casó con Altagracia María Guridi Bo-bea. Procrearon a Margarita (fallecida), Isabel,Breno, Rafael Andrés (Cholo) y Francis. Aidita

es otra hija de crianza.Las causas de su suicidio son un misterio.

La víspera de su cumpleaños invitó a sus ami-gos a celebrarlo en su casa de la calle DoctorBáez 3A. En un momento pidió permiso, enminutos sonó un disparo. Lo encontraron ti-rado, sin vida, en un charco de sangre.

Había trabajado como Abogado ayudantedel Procurador General de la República, Re-gistrador de títulos, Secretario de la Comi-sión Depuradora de Créditos versus el Es-tado, vicepresidente del Ayuntamiento, se-cretario del Consejo de Directores del Bancode Reservas.

Breno considera que las instituciones sehan ocupado poco de registrar en sus me-morias a figuras importantes de sus épocas yque su padre y su abuelo son dos ejemplos.Pone este volumen a disposición de algunafundación que se anime a publicarlo. Explicaque “el mérito de esta obra fascinante es todala enseñanza que encierra. Es un libro queinspira hasta a los ignorantes, para que dejende serlo. Mi padre invita a las personas a pre-pararse para ser bobos o para ser gente”.

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Portada de La Casona.

Ca ri ca t u rade BrenesPé re zi n cl u i d aen ell i b ro.

Breno Brenes explica la historia de El gran olvidado.

ARACELIS MENA

Brenes Pérez y su esposa Altagracia María Guridi.

Rafael Andrés Brenes Pérez (Fellito).

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8 Sábado 16 de juliode 2 016H OY A RE Í TO

En la Galería Nacional de Bellas Artes

¡Juan Trinidad

H asta finales del mes en curso, la Ga-lería Nacional de Bellas Artes, man-tiene abierta la muestra antológicade Juan Trinidad, titulada “Impac -

t o” (más elocuente y efectivo no podría re-sultar este título), integrada por más de 60obras, realizadas en madera y bronce duran-te los últimos cinco años y con la cual el ex-positor se reafirma como uno de los máxi-mos exponentes activos de la escultura do-minicana contemporánea.

En efecto, ante el formidable cuerpo deobras que ha logrado reunir en los espaciosdel Salón de la Cúpula del Palacio de BellasArtes, Juan Trinidad persiste y trasciende co-

mo un artista en cuya práctica creadora semanifiesta nuevamente el “mito inextin-g u i b l e”: la maravillosa consumación delvínculo absoluto entre vida y obra. Unartista dotado con el talento y la capa-cidad de expresar y recrear, mediantelas formas sublimes de la tridimensio-nalidad y una dicción plástica hermo-samente impecable, las esencias natu-rales, espirituales y socioculturales delCosmos caribeño/dominicano.

Tal como advierte Marianne de To-lentino, directora de la Galería Nacional

de Bellas Artes y curadora de la impac-tante exposición: “Hoy, Juan Trinidad, ta-llista enamorado de la madera y de la no-

bleza del corte, revela, con una muestraindividual, la ardua labor que ha hechoen los últimos años, y una inquietudcreadora, siempre en marcha. Siendo elescultor dominicano actualmente másrepresentativo y comprometido con latalla directa, vive inmerso en concep-ciones, ideas y proyectos”…

Mientras que el crítico de arte PatrickLandry señala que esta exposición: “Esuna retrospectiva en el sentido que lasobras seleccionadas nos muestran lasdiferentes facetas y los diferentes cami-nos de la producción artística del es-cultor durante los últimos cinco años.Tenemos la gran oportunidad de vertodas esas esculturas reunidas enun mismo lugar para apreciarlas.

En SíntesisJuan Trinidad

Juan Trinidad nace en Jayaco, Bonao, el 10 de juniode 1963. En 1994, viaja a Buenos Aires, Argentina,donde realiza varios talleres y se integra al medioartístico de la ciudad. A su regresoa la República Dominicana(1996), inicia su formaciónartística en el Centro deArtes Plaza de la Cultura deBonao, bajo la orientacióndirecta del maestro CándidoBidó, donde realiza unaespecialización en escultura. En el 2003 realiza unTaller de Talla Directa en el Instituto de EstudiosSuperiores de Arte de París, Francia. La obra de JuanTrinidad ha sido exhibida exitosamente enimportantes galerías, museos y centros culturales deFrancia, Estados Unidos, España, Canadá y CostaRica. Entre sus principales reconocimientos,destacan: Mención de Honor Concurso de Escultura“Prats Ventós”, Centro Cultural de España, SantoDomingo (1994); Primer Premio de Escultura XXIIBienal Nacional de Artes Visuales, Museo de ArteModerno, Santo Domingo (2002); Finalista en laBienal Mundial del Hielo, Ottawa, Canadá (2004) yPrimer Premio de Escultura de la II Bienal Paleta deNíquel, Museo Cándido Bidó, Bonao (2007). En el2011, presenta su muestra individual “Tra s ce n d e n ci adel Caribe”, en la Sala de Exposiciones de laembajada de Francia en Santo Domingo.

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Persistencia y trascedencia!Con esta magnífica muestra que ha organizado la Galería Nacionalde Bellas Arte con los auspicios del Ministerio de Cultura, laDirección General de Bellas Artes y los hermanos Rizek-Sued, la obrade Juan Trinidad se proyecta definitivamente hacia un grado mayorde depuración formal y trascendencia significativa. Esto se aprecia yse confirma en la gran atención que siguen recibiendo sus piezas ysus exposiciones por parte de importantes coleccionistas,instituciones y especialistas a nivel nacional e internacional.

Union II.Ro b l ePo l i cro m a d o.

inteligente y pode-rosa síntesis de Cu-bismo y Expresio-nismo, Trinidadimprime drama-tismo y un mensa-je de contenidotrascendental a suse s c u l t u ra s.

Sin embargo, a lahora de confrontar laardiente eticidad desu estética y los suges-tivos contenidos espi-rituales de su produc-ción, más vale valorarhonestamente los pro-fundos cimientos de suobra y trayectoria, en-noblecidas todavíamás por la esplendo-rosa resolución con-ceptual y la conmo-vedora vitalidad ex-presiva con que JuanTrinidad llega a materializar una obra cuyopotencial significativo, también asimila ytransmuta en forma única la reveladoracomplejidad de su experiencia existencial.

Y es que desde las pulsiones más íntimasde su inefable personalidad y mediante unaproducción simbólica eminentementeidentitaria, en las últimas dos décadas, JuanTrinidad materializa una verdadera estéticade la existencia. Ya en su niñez, él comunicaa sus progenitores su decisión inquebran-table de ser artista. Sus reflexiones y el viajeintrospectivo se intensifican en plena ado-lescencia, llegando a autocuestionarse sobrecómo iba a lograr realizar su sueño ante losobstáculos, precariedades y circunstanciasdefinitorias. De ahí que en cierto momentoel mismo Juan Trinidad haya llegado a au-todefinirse como autentico “t e s t i m o n i o” desu pueblo.

“Al inicio de mi carrera, yo me fui de SantoDomingo para no hacer lo mal hecho. En unmomento dado me acerqué a mis amigosYaqui Núñez del Risco-Dios le tenga en glo-ria- y a Chiqui Hadad y lo único que me po-dían ofrecer en ese momento era suapiar enla academia”… De manera que quienes hanestado atentos al proceso de desarrollo deJuan Trinidad como ser humano y como ar-tista, también han podido comprobar que suejemplar persistencia creadora le debe bas-tante a una actitud vital y a una experienciaespiritual tensadas con el mismo riesgo, elmismo cuidado y la misma pasión con queconcibe, talla y pule cada una de sus escul-t u ra s.

Podemos constatar que existe una evoluciónbien interesante que nos permite, no sola-mente entrar en su mundo, sino tambiénentender la dinámica de la evolución de suobra y las respuestas plásticas plasmadas ensus esculturas”...(Listín Diario,09.07.2016,p. 6 - C )

En la mayoría de las obras que integran lamuestra, destacan las transfiguraciones ex-presionistas, logradas a base de una efectivamultiplicidad de planos geométricos, los lú-cidos juegos de aristas, los cortes angulares ylas oquedades interiores en una perpetuabúsqueda armoniosa de forma, ritmo, equi-librio y abstracción. Asimismo, a través de su

Nido delCaribe. Roblep olicromado.

Pens ante.Talla enRo b l e.

Homenaje aPicasso II.Ro b l ep olicromado.

Ternura de unamanecer. Roblep olicromado.