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aristoletes vida y obras
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UNIVERSIDAD YACAMBÚVICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADOMAESTRIA EN CIENCIAS PENALES Y CRIMINOLOGICAS
“Aristóteles”
Participantes: Abg. Briseño Lizbeth
Abg. Colmenares Miletza Abg. Colmenares José
Abg. Freitez EdixónAbg. Gordillo Brimarsy
Abg. Lugo GladysAbg. Mendoza Grecia
Abg. Valderrama DavidFacilitadora: Msc. Milagros Yustiz
Octubre, 2014
INTRODUCCION
En la siguiente investigación intentamos profundizar lo que fue la vida del filosofo
Aristóteles, así mismo de la época en la que vivió y todos los argumentos que de una u otra
manera formaron parte para realizar sus ideas, tratados y filosofías. Se intenta tener una
idea general de sus pensamientos, de su evolución y de los puntos importantes en lo que
respecta a su teoría, por ejemplo la gran influencia que tuvieron otros filósofos y en
especial Platón.
A si mismo trataremos de analizar lo que corresponde a sus textos y trataremos de
comprender sus ideas en base a la experiencia que expresa en los mismos acerca de el
hombre y la sociedad, de tal forma que sea comprensible el principio de su filosofía y
pueda razonarse su análisis en base a estos aspectos que bien podemos identificar en
ciertas características de nuestros tiempos.
Finalmente al estudiar todos estos aspectos, influencias, ideas y sentimientos, se
pretende en el presente trabajo, tener la visión más clara de lo que hace referencia a uno
de los filósofos más reconocidos de la época Clásica de Atenas, de manera que se ha
textualizado nuestros pensamientos y análisis sobre sus obras para poder tener una idea
completamente clara tanto para quien lo lea como para las personas que hemos realizado
dicha recolección de datos y análisis de nuestro filosofo Aristóteles.
Aristóteles
Aristóteles nació en el año 384 a.C. en una pequeña localidad cercana al monte
Athos Estagira, Macedonia, de donde proviene su sobrenombre, el Estagirita. Su padre,
Nicómaco, era médico de la corte real de Amintas III, padre de Filipo y, por tanto, abuelo
de Alejandro Magno. Nicómaco pertenecía a la familia de los Asclepíades, que se
reclamaba descendiente del dios fundador de la medicina y cuyo saber se transmitía de
generación en generación.
Filósofo y científico griego, considerado, junto a Platón y Sócrates, uno de los
pensadores más destacados de la antigua filosofía griega y uno de los más influyentes en el
conjunto de toda la filosofía occidental.
Este reconocido personaje pertenecía a una familia de ciencia, de quienes heredo el
interés por la investigación, es por ello que invita a pensar que Aristóteles fue iniciado de
niño en los secretos de la medicina y de ahí le vino su afición a la investigación
experimental y a la ciencia positiva. Huérfano de padre y madre en plena adolescencia, fue
adoptado por Proxeno, al cual pudo mostrar años después su gratitud adoptando a un hijo
suyo llamado Nicanor.
La filosofía de Aristóteles estaba orientada al estudio de los cambios en la
naturaleza, igual hicieron los presocráticos, se dice que fue este pensador el que le dio un
orden a la naturaleza dividiendo todo lo existente en el cosmos en grupos y subgrupos.
Se trasladó a Atenas en el año (367 a.C) a los 17 años de edad para estudiar en la
Academia de Platón. No se sabe qué clase de relación personal se estableció entre ambos
filósofos, pero, a juzgar por las escasas referencias que hacen el uno del otro en sus
escritos, no cabe hablar de una amistad imperecedera. Lo cual, por otra parte, resulta
lógico si se tiene en cuenta que Aristóteles iba a iniciar su propio sistema filosófico
fundándolo en una profunda critica al platónico. Ambos partían de Sócrates y de su
concepto de eidos, pero las dificultades de Platón para insertar su mundo eidético, el de
las ideas, en el mundo real obligaron a Aristóteles a ir perfilando términos como
«sustancia», «esencia» y «forma» que le alejarían definitivamente de la Academia. En
cambio es absolutamente falsa la leyenda según la cual Aristóteles se marchó de Atenas
despechado porque Platón, a su muerte, designase a su sobrino Espeusipo para hacerse
cargo de la Academia. En su condición de macedonio Aristóteles no era legalmente
elegible para ese puesto.Permaneció en esta ciudad durante aproximadamente 20 años,
primero como estudiante y, más tarde, como maestro.
Tras morir Platón (c. 347 a.C.), Aristóteles contaba con 36 años de edad, habían
pasado veinte años de ellos simultaneando la enseñanza con el estudio y se encontraba en
Atenas, como suele decirse, sin oficio ni beneficio. Así que no debió de pensárselo mucho
cuando supo que Hermias de Atarneo, un soldado de fortuna griego (por más detalles,
eunuco) que se habla apoderado del sector noroeste de Asia Menor, estaba reuniendo en la
ciudad de Axos a cuantos discípulos de la Academia quisieran colaborar con él en la
helenización de sus dominios. Aristóteles se instaló en Axos en compañía de Xenócrates de
Calcedonia, un colega académico, y de Teofrasto, discípulo y futuro heredero del legado
aristotélico. partió para Assos, ciudad de Asia Menor en la que gobernaba un amigo suyo,
Hermias, al cual sirvió como consejero y con cuya sobrina e hija adoptiva, Pitia, contrajo
matrimonio. Tras ser capturado y ejecutado Hermias por los persas (345 a.C.).
Aristóteles se trasladó a Pella, capital de Macedonia, donde se convirtió en tutor
de Alejandro (futuro Alejandro III el Magno), hijo menor del rey Filipo II. En el año
336 a.C., al acceder Alejandro al trono, regresó a Atenas y estableció su propia escuela: el
Liceo. Debido a que gran parte de las discusiones y debates se desarrollaban mientras
maestros y estudiantes paseaban por el Liceo, este centro llegó a ser conocido como
escuela peripatética. La muerte de Alejandro (323 a.C.) generó en Atenas un fuerte
sentimiento antimacedonio, con lo que Aristóteles se retiró a una propiedad familiar en
Calcis, en la isla de Eubea, donde moriría al año siguiente.
Al igual que Platón en sus primeros años en la Academia, Aristóteles utilizó muy a
menudo la forma dialogada de razonamiento, aunque, al carecer del talento imaginativo de
Platón, esta modalidad de expresión no fue nunca de su pleno agrado. Si se exceptúan
escasos fragmentos mencionados en las obras de algunos escritores posteriores, sus
diálogos se han perdido por completo. Aristóteles escribió además algunas notas técnicas,
como es el caso de un diccionario de términos filosóficos y un resumen de las doctrinas de
Pitágoras; de estos apuntes sólo han sobrevivido algunos breves extractos. Lo que sí ha
llegado hasta nuestros días, sin embargo, son las notas de clase que Aristóteles elaboraba
para sus cursos, delimitados con gran esmero y que cubrían casi todos los campos del
saber y del arte. Los textos en los que descansa la reputación de Aristóteles se basan en
gran parte en estas anotaciones, que fueron recopiladas y ordenadas por sus editores
posteriores.
Entre sus textos existen tratados de lógica, llamados Organon (‘instrumento’), ya
que proporcionan los medios con los que se ha de alcanzar el conocimiento positivo. Entre
las obras que tratan de las ciencias naturales está la Física, que recoge amplia
información sobre astronomía, meteorología, botánica y zoología. Sus escritos sobre la
naturaleza, alcance y propiedades del ser, que Aristóteles llamó "primera filosofía",
recibieron el nombre de Metafísica en la primera edición publicada de sus obras
(c. 60 a.C.), debido a que en dicha edición aparecían tras la Física. A su hijo Nicómaco
dedicaría su obra sobre la ética, llamada Ética a Nicómaco. Otras obras esenciales
son Retórica, Poética y Política.
Quizás debido a la influencia de su padre, que era médico, la filosofía de
Aristóteles hacía hincapié sobre todo en la biología, frente a la importancia que Platón
concedía a las matemáticas. Para Aristóteles, el mundo estaba compuesto por individuos
(sustancias) que se presentaban en tipos naturales fijos (especies). Cada individuo cuenta
con un patrón innato específico de desarrollo y tiende en su crecimiento hacia la debida
autorrealización como ejemplo de su clase. El crecimiento, la finalidad y la dirección son,
pues, aspectos innatos a la naturaleza, y aunque la ciencia estudia los tipos generales,
éstos, según Aristóteles, encuentran su existencia en individuos específicos. La ciencia y la
filosofía deben, por consiguiente, no limitarse a escoger entre opciones de una u otra
naturaleza, sino equilibrar las afirmaciones del empirismo (observación y experiencia
sensorial) y el formalismo (deducción racional).
Una de las aportaciones características de la filosofía de Aristóteles fue la nueva
noción de causalidad. Los primeros pensadores griegos habían tendido a asumir que sólo
un único tipo de causa podía ser explicatoria; Aristóteles propuso cuatro. (El término que
usa Aristóteles, aition, ‘factor responsable y explicatorio’, no es sinónimo de causa en el
sentido moderno que posee esta palabra.)
Estas cuatro causas son: la causa material (materia de la que está compuesta una
cosa), la causa eficiente o motriz (fuente de movimiento, generación o cambio), la causa
formal (la especie, el tipo o la clase) y la causa final (objetivo o pleno desarrollo de un
individuo, o la función planeada de una construcción o de un invento). Así pues, un león
joven está compuesto de tejidos y órganos, lo que constituiría la causa material; la causa
motriz o eficiente serían sus padres, que lo crearon; la causa formal es su especie (león),
mientras que la causa final es su impulso innato por convertirse en un ejemplar maduro de
su especie. En contextos diferentes, las mismas cuatro causas se aplican de forma análoga.
Así, la causa material de una estatua es el mármol en que se ha esculpido; la causa
eficiente, el escultor; la causa formal, la forma que el escultor ha dado a la estatua
(Hermes o Afrodita, por ejemplo), y la causa final, su función (ser una obra de arte).
En todos los contextos, Aristóteles insiste en que algo puede entenderse mejor
cuando se expresan sus causas en términos específicos y no en términos generales. Por este
motivo, se obtiene más información si se conoce que un escultor realizó la estatua que si
apenas se sabe que la esculpió un artista, y se obtendrá todavía más información si se sabe
que fue Policleto el que la cinceló, que si tan sólo se conoce que fue un escultor no
especificado.
Aristóteles creía que su noción de las causas era la clave ideal para organizar el
conocimiento. Sus notas de clases son una impresionante prueba de la fuerza de dicho
esquema.
Con la muerte de Alejandro, en el 323, se extendió en Atenas una oleada de
nacionalismo (antimacedonio) desencadenado por Demóstenes, hecho que le supuso a
Aristóteles enfrentarse a una acusación de impiedad. No estando en su ánimo repetir la
aventura de Sócrates, Aristóteles se exilió a la isla de Chalcis, donde murió en el 322.
Según la tradición, Aristóteles le cedió sus obras a Teofrasto, el cual se las cedió a su vez a
Neleo, quien las envió a casa de sus padres en Esquepsis sólidamente embaladas en cajas y
con la orden de que las escondiesen en una cueva para evitar que fuesen requisadas con
destino a la biblioteca de Pérgamo.
Muchos años después, los herederos de Neleo se las vendieron a Apelicón de Teos,
un filósofo que se las llevó consigo a Atenas. En el 86 a.C., en plena ocupación romana,
Sila se enteró de la existencia de esas cajas y las requisó para enviarlas a Roma, donde
fueron compradas por Tiranión el Gramático. De mano en mano, esas obras fueron
sufriendo sucesivos deterioros hasta que, en el año 60 a.C., fueron adquiridas por
Andrónico de Rodas, el último responsable del Liceo, quien procedió a su edición
definitiva. A él se debe, por ejemplo, la invención del término «metafísica», título bajo el
que se agrupan los libros VII, VIII y IX y que significa, sencillamente, que salen a
continuación de la física.
Con la caída del Imperio romano, las obras de Aristóteles, como las del resto de la
cultura grecorromana, desaparecieron hasta que, bien entrado el siglo XIII, fueron
recuperadas por el árabe Averroes, quien las conoció a través de las versiones sirias,
árabes y judías. Del total de 170 obras que los catálogos antiguos recogían, sólo se han
salvado 30, que vienen a ocupar unas 2.000 páginas impresas. La mayoría de ellas
proceden de los llamados escritos «acroamáticos», concebidos para ser utilizados como
tratados en el Liceo y no para ser publicados. En cambio, todas las obras publicadas en
vida del propio Aristóteles, escritas para el público general en forma de diálogos, se han
perdido.
Los escritos de Aristóteles se pueden clasificar en dos grupos: los exotéricos,
(destinados al gran público no iniciado en la filosofía, algo así como lo que hoy
llamaríamos "de divulgación") y los esotéricos (dirigidos a un público ya iniciado en el
saber filosófico). Los primeros se han perdido, y sólo conocemos los títulos de algunos o
pequeños fragmentos. Según la tradición, los libros esotéricos han llegado a nosotros
gracias a que su heredero, Neleo, para evitar que cayeran en manos del rey de Pérgamo,
trasladó toda la biblioteca de Aristóteles a Tróade y la escondió en una bodega. Parte de
aquella biblioteca eran los manuscritos del maestro.
El "corpus" comprende cuatro grandes grupos de obras: 1) los escritos de lógica,
conocidos por el nombre de Organon ("instrumento"; comprenden Categorías, De la
interpretación, Primeros Analíticos, Segundos Analíticos, Tópicos, Refutaciones de
sofismas); 2) escritos de la filosofía de la naturaleza o física (Física, Del cielo, De la
generación y de la corrupción, Meteorológicos, Historia de los animales, Del movimiento
de los animales, De la marcha de los animales, Del alma, de la sensación y de los sensible,
De la memoria y del recuerdo); 3) los catorce libros recogidos bajo el título de Metafísica,
así llamados porque en la serie ordenada por Andrónico venían después (metà en griego)
de los escritos de la física; y 4) las obras morales, políticas, de poética y de retórica, los
cuales son: Ética a Eudemo, Ética a Nicómaco, Ética mayor o Gran moral (cuya
autenticidad se discute), Política, Poética, Retórica y Constitución de Atenas.
Al igual que ocurría con Platón tampoco en Aristóteles encontramos una teoría del
conocimiento elaborada, aunque sí numerosos pasajes en varias de sus obras (Metafísica,
Ética a Nicómaco, Tópicos, por ejemplo) que se refieren explícitamente al conocimiento
analizándolo bajo distintos aspectos. El estudio de la demostración, el análisis de las
características de la ciencia y sus divisiones, la determinación de las virtudes dianoéticas,
etc., son algunas de las ocasiones en las que Aristóteles nos habla de una manera más
específica del conocimiento y de sus características. De todo ello podemos deducir algunas
de las características básicas del conocimiento tal como parece haberlo concebido
Aristóteles.
Aristóteles distingue varios niveles o grados de conocimiento. El conocimiento
sensible deriva directamente de la sensación y es un tipo de conocimiento inmediato y
fugaz, desapareciendo con la sensación que lo ha generado. El conocimiento sensible es
propio de los animales inferiores. En los animales superiores, sin embargo, al mezclarse
con la memoria sensitiva y con la imaginación puede dar lugar a un tipo de conocimiento
más persistente. Ese proceso tiene lugar en el hombre, generando la experiencia como
resultado de la actividad de la memoria, una forma de conocimiento que, sin que le
permita a los hombres conocer el porqué y la causa de los objetos conocidos, les permite,
sin embargo, saber que existen, es decir, la experiencia consiste en el conocimiento de las
cosas particulares:
"... ninguna de las acciones sensibles constituye a nuestros ojos el verdadero saber, bien que sean el fundamento del conocimiento de las cosas particulares; pero no nos dicen el porqué de nada; por ejemplo, nos hacen ver que el fuego es caliente, pero sólo que es caliente." ("Metafísica", libro 1,1).
El nivel más elevado de conocimiento vendría representado por la actividad del
entendimiento, que nos permitiría conocer el porqué y la causa de los objetos; este saber
ha de surgir necesariamente de la experiencia, pero en la medida en que es capaz de
explicar la causa de lo que existe se constituye en el verdadero conocimiento:
"Por consiguiente, como acabamos de decir, el hombre de experiencia parece ser más sabio que el que sólo tiene conocimientos sensibles, cualesquiera que ellos sean: el hombre de arte lo es más que el hombre de experiencia; el operario es sobrepujado por el director del trabajo, y la especulación es superior a la práctica."("Metafísica", libro 1,1)
El conocimiento sensible es, pues, el punto de partida de todo conocimiento, que
culmina en el saber. Y Aristóteles distingue en la Metafísica tres tipos de saber: el saber
productivo, el saber práctico y el saber contemplativo o teórico. En la Ética a Nicómaco
volverá presentarnos esta división del saber, en relación con el análisis de las virtudes
dianoéticas, las virtudes propias del pensamiento discursivo (diánoia). El saber productivo
(episteme poietiké) que es el que tiene por objeto la producción o fabricación, el saber
técnico. El saber práctico (episteme praktiké) remite a la capacidad de ordenar
racionalmente la conducta, tanto pública como privada. El saber contemplativo (episteme
theoretiké) no responde a ningún tipo de interés, ni productivo ni práctico, y representa la
forma de conocimiento más elevado, que conduce a la sabiduría.
El punto de partida del conocimiento lo constituyen, pues, la sensación y la
experiencia, que nos pone en contacto con la realidad de las sustancias concretas. Pero el
verdadero conocimiento es obra del entendimiento y consiste en el conocimiento de las
sustancias por sus causas y principios, entre las que se encuentra la causa formal, la
esencia. Al igual que para Platón, para Aristóteles conocer, propiamente hablando,
supone estar en condiciones de dar cuenta de la esencia del objeto conocido. De ahí que el
conocimiento lo sea propiamente de lo universal, de la forma (o de la Idea). Pero para
Aristóteles la forma se encuentra en la sustancia, no es una entidad subsistente, por lo que
es absolutamente necesario, para poder captar la forma, haber captado previamente, a
través de la sensibilidad, la sustancia.
El entendimiento no puede entrar en contacto directamente con la forma; cuando el
hombre nace no dispone de ningún contenido mental, por lo que entendimiento no tiene
nada hacia lo que dirigirse: es a través de la experiencia como se va nutriendo el
entendimiento de sus objetos de conocimiento, a través de un proceso en el que intervienen
la sensibilidad, la memoria y la imaginación. Mediante la acción de los sentidos, en efecto,
captamos la realidad de una sustancia, de la que, mediante la imaginación, elaboramos
una imagen sensible, es decir, una imagen que contiene los elementos materiales y
sensibles de la sustancia, pero también los formales. Es sobre esta imagen sobre la que
actúa el entendimiento, separando en ella lo que hay de material de lo formal. Aristóteles
distingue dos tipos de entendimiento, el agente y el paciente; el entendimiento recibe,
entra en contacto con, la imagen sensible; el entendimiento agente realiza propiamente la
separación de la forma y la materia, quedándose con el elemento formal que expresa a
través de un concepto en el que se manifiestan, por lo tanto, las características esenciales
del objeto.
Las diferencias son, pues, considerables con Platón, tanto respecto al valor
atribuido al conocimiento sensible, como respecto a la actividad misma del entendimiento
que ha de ser necesariamente discursivo, siendo imposible llegar a conocer los universales
a no ser mediante la inducción; además, Aristóteles rechaza explícitamente el innatismo
del conocimiento, y nos lo presenta como el resultado del aprendizaje, es decir, por la
coordinación racional de los elementos procedentes de la sensación, a través de la
experiencia. Coinciden, sin embargo, en la consideración de que el verdadero
conocimiento ha de serlo de lo universal, y no de los objetos singulares.