Aristoteles Politica

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Rossi, MJ., Bertorello A., Relecturas. Claves hermenéuticas para la comprensión de textos filosóficos. Buenos Aires, Eudeba, 2013. POLÍTICA Aristóteles (384-322 a.C.) Introducción y notas de María José Rossi Política (originalmente : los asuntos políticos) es un conjunto de escritos o libros reunidos bajo un único título, en el que Aristóteles trata acerca de las prácticas ciudadanas (bios politikos) en el ámbito de la comunidad política (polis o koinonía politiké 1 ). Es por eso que la polis ocupa en este texto un lugar central, por tratarse del espacio por excelencia del desarrollo de la buena vida’, es decir, de la vida pública entre ciudadanos libres e iguales. De ahí que este escrito se proponga abordar, con rigor metodológico, las cuestiones que atañen a su origen, composición, modos de relación social (como la esclavitud) y tipos de economía (Libro I), formas de gobierno o regímenes políticos (Libros II a VI) y educación (Libro VIII). La política es para Aristóteles una ciencia práctica. El saber práctico se va a diferenciar, en su objeto y en su método, tanto del conocimiento teórico ─que estudia los principios metafísicos del ser en general─ como del saber orientado a la actividad productiva ─dirigido a la producción de artefactos útiles o bellos; su interés estriba en cambio en las acciones (praxis) que tienen su inicio y su fin en el sujeto que actúa. Acciones de este tipo son, por citar algunas, la deliberación, la puesta en discurso, la educación, la toma de decisiones: si bien pueden involucrar o concernir a otros, remiten al propio sujeto en cuanto lo determinan y perfeccionan. Esta distinción entre los saberes va a dar lugar a tres tipos de ciencias: teóricas (física, metafísica, teología), prácticas (ética, política y economía) y productivas o poiéticas (medicina, ingeniería, navegación, entre otras) 2 . En relación a su génesis y redacción, se considera probable que este escrito haya surgido de las lecciones que Aristóteles impartió en el Liceo, en el curso de la primera mitad del siglo IV (alrededor de 334-5 a.C), durante su estada en Atenas. Sin embargo los manuscritos que lo componen recién van a conocerse en el siglo XV. La mayor parte de los críticos coincide en que se trata de textos relativamente autónomos, escritos en diferentes momentos y ensamblados para darles unidad alrededor del siglo I. De este hecho surgen dos líneas interpretativas diferentes en lo que hace a la unidad y sistematicidad de la totalidad del corpus aristotélico: los que consideran que es un todo coherente en forma y contenido 3 , y los que en cambio resaltan sus discontinuidades, tanto formales como doctrinarias. En esta última posición se encuentra Werner Jaeger, pionero en advertir que tanto la Política como la Metafísica ostentan apenas una homogeneidad potencial debido a la heterogeneidad de periodos y doctrinas que recorren las obras 4 . En efecto, si la pretendida unidad de la obra está minada por inconsistencias, ellas dan cuenta de la profunda vitalidad del pensamiento del filósofo, del entrecruzamiento de cursos de pensamiento y opiniones diversos en el desarrollo 1 Adoptamos la sinonimia propuesta por Manfred Riedel entre polis y koinonía politiké, entendida como un sistema social especial que posibilita al hombre una vida humanamente digna; de ahí que sea definida como el ‘bien político supremo’. Cf. Riedel, M., Metafísica y metapolítica, Buenos Aires, Alfa, 1976, p. 43. 2 Cf. Aristóteles, Ética nicomaquea, Libro I. 3 Tal es el presupuesto hermenéutico de Giovanni Reale; véase Guida alla lettura della “Metafisica” di Aristotele, Roma-Bari, Laterza, 2001, p. 11. 4 Cf. Jaeger, W., Aristóteles, México D.F., FCE, 1995, p. 198. Véase también Düring, I., Aristóteles. Exposición e interpretación de su pensamiento, México D.F., Universidad Nacional Autónoma de México, 1990, p. 78.

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Aristoteles

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  • Rossi, MJ., Bertorello A., Relecturas. Claves hermenuticas para la comprensin de textos

    filosficos. Buenos Aires, Eudeba, 2013.

    POLTICA

    Aristteles (384-322 a.C.)

    Introduccin y notas de Mara Jos Rossi

    Poltica (originalmente : los asuntos polticos) es un conjunto de escritos o libros reunidos bajo un nico ttulo, en el que Aristteles trata acerca de las prcticas

    ciudadanas (bios politikos) en el mbito de la comunidad poltica (polis o koinona politik1).

    Es por eso que la polis ocupa en este texto un lugar central, por tratarse del espacio por

    excelencia del desarrollo de la buena vida, es decir, de la vida pblica entre ciudadanos libres e iguales. De ah que este escrito se proponga abordar, con rigor metodolgico, las

    cuestiones que ataen a su origen, composicin, modos de relacin social (como la

    esclavitud) y tipos de economa (Libro I), formas de gobierno o regmenes polticos (Libros II

    a VI) y educacin (Libro VIII).

    La poltica es para Aristteles una ciencia prctica. El saber prctico se va a diferenciar, en su

    objeto y en su mtodo, tanto del conocimiento terico que estudia los principios metafsicos del ser en general como del saber orientado a la actividad productiva dirigido a la produccin de artefactos tiles o bellos; su inters estriba en cambio en las acciones (praxis)

    que tienen su inicio y su fin en el sujeto que acta. Acciones de este tipo son, por citar

    algunas, la deliberacin, la puesta en discurso, la educacin, la toma de decisiones: si bien

    pueden involucrar o concernir a otros, remiten al propio sujeto en cuanto lo determinan y

    perfeccionan. Esta distincin entre los saberes va a dar lugar a tres tipos de ciencias: tericas

    (fsica, metafsica, teologa), prcticas (tica, poltica y economa) y productivas o poiticas

    (medicina, ingeniera, navegacin, entre otras)2.

    En relacin a su gnesis y redaccin, se considera probable que este escrito haya surgido de

    las lecciones que Aristteles imparti en el Liceo, en el curso de la primera mitad del siglo IV

    (alrededor de 334-5 a.C), durante su estada en Atenas. Sin embargo los manuscritos que lo

    componen recin van a conocerse en el siglo XV. La mayor parte de los crticos coincide en

    que se trata de textos relativamente autnomos, escritos en diferentes momentos y

    ensamblados para darles unidad alrededor del siglo I. De este hecho surgen dos lneas

    interpretativas diferentes en lo que hace a la unidad y sistematicidad de la totalidad del corpus

    aristotlico: los que consideran que es un todo coherente en forma y contenido3, y los que en

    cambio resaltan sus discontinuidades, tanto formales como doctrinarias. En esta ltima

    posicin se encuentra Werner Jaeger, pionero en advertir que tanto la Poltica como la

    Metafsica ostentan apenas una homogeneidad potencial debido a la heterogeneidad de

    periodos y doctrinas que recorren las obras4. En efecto, si la pretendida unidad de la obra est

    minada por inconsistencias, ellas dan cuenta de la profunda vitalidad del pensamiento del

    filsofo, del entrecruzamiento de cursos de pensamiento y opiniones diversos en el desarrollo

    1 Adoptamos la sinonimia propuesta por Manfred Riedel entre polis y koinona politik, entendida como un

    sistema social especial que posibilita al hombre una vida humanamente digna; de ah que sea definida como el bien poltico supremo. Cf. Riedel, M., Metafsica y metapoltica, Buenos Aires, Alfa, 1976, p. 43. 2 Cf. Aristteles, tica nicomaquea, Libro I. 3 Tal es el presupuesto hermenutico de Giovanni Reale; vase Guida alla lettura della Metafisica di Aristotele, Roma-Bari, Laterza, 2001, p. 11. 4 Cf. Jaeger, W., Aristteles, Mxico D.F., FCE, 1995, p. 198. Vase tambin Dring, I., Aristteles. Exposicin

    e interpretacin de su pensamiento, Mxico D.F., Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1990, p. 78.

  • de su doctrina, y de su inmersin en un contexto histrico siempre cambiante: vicisitudes y

    circunstancias todas que impiden, la mayor parte de las veces, sostener un nico pensamiento.

    Hemos sealado someramente los temas principales que se abordan en este libro; lo

    importante ahora es mostrar el horizonte desde el que se los trata, que es, como dijimos, el de

    la polis griega y su importancia para la vida ciudadana.

    Como se puede observar, hemos utilizado el trmino griego polis y no sus traducciones habituales de ciudad o ciudad-estado, ya que no corresponden enteramente a la realidad a la que se alude: una entidad poltica autnoma (es decir, con leyes propias) de pequea

    dimensin territorial que incluye la poblacin urbana y rural. Pero lo importante es que la

    polis es el lugar en el que el individuo accede a la vida pblica y poltica, en el que abandona

    la particularidad y las limitaciones propias de la vida familiar que lo atan a la satisfaccin de

    las necesidades primarias y a la reproduccin de la vida biolgica; de ah que accin (praxis)

    y discurso (lexis) constituyan para Aristteles los rasgos distintivos del hombre como ser

    poltico (zoon politikon).

    Si bien desde el punto de vista gentico la polis es lo ltimo en desarrollarse, desde el punto

    de vista ontolgico es lo primero, pues ella ya est presente potencialmente en las primeras

    asociaciones humanas como parte de la esencia poltica del ser humano. Como dir en el cap.

    2 del Libro I, la ciudad es anterior por naturaleza a la casa y a cada uno de nosotros como individuos (20). La impronta socrtica de la precedencia de la totalidad respecto de la parte se hace sentir con toda rigurosidad: Las leyes de la ciudad me han engendrado, dir el maestro a punto de beber la cicuta, advirtiendo que en la matriz de lo poltico se encuentra

    tambin lo que ser su cripta.

    Esta manera de concebir la relacin entre totalidad y parte corresponde a una cosmovisin

    que puede resultar extraa a nuestra mentalidad moderna, habituada a pensar desde la

    individualidad. Para un clsico, en cambio, la individualidad es inconcebible sin su necesaria

    referencia al todo, del que obtiene su fundamento y su razn de ser. De ah que el principal

    problema de Aristteles en este escrito sea el de identificar el rgimen poltico ms

    conveniente y apropiado para llevar una vida feliz. As reconoce la existencia de tres formas

    de gobierno: aquella en la que un solo individuo gobierna conforme al inters comn

    (monarqua); la que se propone en cambio defender la virtud y nobleza de sus miembros

    (aristocracia), y por ltimo, la que hacer prevalecer el trmino medio (politeia o repblica). Si, en cambio, el elemento predominante de una ciudadana est dispuesto a defender su

    patrimonio como fin principal, entonces su constitucin ser oligrquica, forma desviada de

    la aristocracia; si se propone la igualdad y la libertad, ser democrtica, desviacin de la

    politeia; si busca en cambio el provecho personal del tirano, ser una tirana, desviacin de la

    monarqua. Todos esos regmenes surgen de la composicin desigual de las distintas polis

    (por ejemplo, aquella en la que predominan los estratos ms ricos tendern a la oligarqua,

    etc.), por lo que es difcil asignar a uno la cualidad de ideal: en esto A. demuestra su temple realista, al atenerse, a diferencia de Platn, no a lo ideal (o, dicho en trminos modernos, a lo que debe ser) sino a lo que es. No obstante, suscribe las ventajas de la politeia, por tratarse

    de un rgimen que promueve la participacin de los estratos medios, reputada como aquella

    que coadyuva al bienestar mayor. En esto Aristteles se esfuerza por hacer coincidir su

    valoracin del mejor rgimen poltico posible con los resultados alcanzados en la tica, segn

    los cuales la vida feliz es aquella conforme a virtud, y la virtud consiste en un punto medio. Todos estos temas son tratados, como hemos observado, con rigor metodolgico, y se es

    precisamente uno de los aspectos ms destacados de este escrito. Por eso nos referiremos

    brevemente a su metodologa. El procedimiento comn a todas las ciencias (tericas,

    prcticas y productivas) en una primera etapa de indagacin, es la dialctica, que consiste en

    la identificacin y observacin cuidadosa de problemas tericos o prcticos (aporai) para los

    cuales existen diferencias de opinin, tanto de parte de la mayora como de los ms sabios.

  • Debido a que esas opiniones son consideradas premisas plausibles (ndoxa), pues por lo

    general carecen de evidencia, es preciso someter a examen las posiciones contrapuestas

    (diapora) a fin de lograr una solucin (eupora) que resuelva la dificultad (apora) planteada.

    En el caso concreto de este escrito, la indagacin se referir al objeto que ha sido dilucidado

    desde siempre en el elemento del hablar y del actuar pues, segn seala Aristteles, lo que sea

    la polis es de suyo notoriamente conocido, entendido y lingsticamente determinado. Habr

    que remitirse a la historia, a lo que los hombres han construido y determinado en sus actos y,

    lo que es ms importante, a lo que ha sido sedimentado en el lenguaje, para elucidar el objeto

    de la poltica. Este anlisis lgico-lingstico que tiene valor peirstico, es decir, examinativo habr de completarse con la investigacin de las causas, que es la clase de indagacin propiamente cientfica, o la dialctica en su uso estrictamente cientfico.

    Finalmente es preciso tomar en consideracin el mtodo analtico, al que se hace referencia

    apenas se inicia el libro I de la Poltica, consistente en el estudio de las partes de que se

    compone una cosa o una idea. De este modo, la combinacin metodolgica de diairesis,

    anlisis, inductivismo y reconstruccin gnetica provee las claves para la investigacin en la

    ciencia poltica.

    Aristteles opera as como una suerte de socilogo moderno: sus conclusiones no slo son

    resultado de la actividad especulativa sino de una vasta experiencia, de una cuidadosa

    observacin de las modalidades propias de cada polis, de sus respectivas idiosincracias y

    formas de composicin social, de lo que resulta la divisin de los regmenes que convienen a

    cada una. Pero el conocimiento que se obtiene de estas observaciones aclara en la tica no puede ser nunca definitivo, pues la inestabilidad y contingencia propias del actuar humano

    tornan imposible inferir verdades y reglas que pretendan validez universal. El saber prctico

    no puede ser concluyente ni pretender exactitud: en estas cuestiones hemos de contentarnos

    dir en la tica con mostrar la verdad de un modo tosco y esquemtico (Libro I). Este modo de abordar lo humano ha sido retomado por muchos pensadores modernos y

    contemporneos, que han retornado a Aristteles una y otra vez, entre otras cosas, por la

    importancia asignada a la politicidad, a la deliberacin, a la palabra, al logos. Conceptos que

    demuestran por s mismos su vigencia y actualidad, toda vez que nos pensemos como seres

    efectivamente ligados a los otros, que actuamos y decidimos junto con otros; seres a los que

    la palabra dice y constituye. Que la vida (no la simple vida biolgica) sea vida en comunidad,

    dotada de razn, porque est signada por la capacidad de expresar y de comunicar, son

    tpicos a los que Michel Foucault, Hannah Arendt, Giorgio Agamben para mencionar slo algunos de los ms conspicuos pensadores de nuestro tiempo han vuelto una y otra vez, no slo para reanudar un dilogo fecundo con lo que nos antecede, sino tambin para replantear

    problemas que conciernen a nosotros mismos.

    POLTICA

    Libro I5

    Captulo 1

    [La ciudad como comunidad. Sus fines]

    Ya que vemos que cualquier ciudad es un tipo de comunidad, y que toda comunidad est

    constituida con miras a algn bien (pues todos obran en funcin de lo que les parece bueno) es

    evidente que todas las comunidades tienden hacia algn bien; pero la que est por encima de

    5 Traduccin de Carlos Garca Gual y Aurelio Prez Gimnez (se han introducido modificaciones en base a la

    traduccin de Santa Cruz, M.I. y Crespo, M.I., Buenos Aires, Losada, 2005). Se han seleccionado los cap. 1 y 2.

  • todas las dems y las comprende, tender al bien superior6. Y a esta comunidad, que es la

    comunidad poltica, la llamamos ciudad.

    Cuantos opinan que es lo mismo regir una ciudad, un reino, una familia y un patrimonio con

    siervos no hablan con acierto, pues creen que cada una de estas realidades se diferencia de las

    dems por su mayor o menor dimensin, pero no por su propia especie7. Como si uno, por

    gobernar a unos pocos, fuera amo de una casa; si a ms, administrador de un dominio; si a

    ms an, rey o magistrado; en la conviccin de que en nada difiere una casa grande de una

    ciudad pequea, ni un rey de un gobernante. Y que cuando uno ejerce el mando a ttulo

    personal resulta un rey, y cuando lo hace segn las normas de la ciencia poltica es un

    gobernante. Pero eso no es verdad. Y lo que afirmo ser evidente al examinar la cuestin de

    acuerdo con el mtodo que proponemos. En efecto, as como en los dems asuntos es

    necesario dividir el compuesto hasta llegar hasta sus elementos simples (puesto que stos son

    las partes ms pequeas del conjunto), as tambin vamos a ver, al examinar la ciudad, de qu

    elementos se compone. Y luego veremos, al analizarlos, en qu difieren unos de otros, y si

    cabe obtener alguna precisin cientfica sobre cada uno de los temas tratados8.

    Captulo 2

    [Origen de las comunidades. El hombre como animal poltico]

    Si uno presta atencin desde un comienzo al desarrollo natural de los seres, podr observar

    tambin este problema, como los otros, del mejor modo9.

    En primer lugar es necesario que se unan entre s aquellos dos seres que no pueden subsistir

    uno sin otro; esto es, la hembra y el macho, con vistas a la generacin10

    . (Y esto no por una

    previa eleccin, sino que, como ocurre con el resto de animales y plantas, es natural desear

    dejar tras de s a otro individuo semejante a uno mismo). Y que se unan tambin el que por

    naturaleza domina y el que es dominado, para su supervivencia11

    . Porque el que es capaz de

    previsin con su inteligencia es por naturaleza quien gobierna y amo por naturaleza. En

    6 El bien superior de que se trata es la felicidad, resultante, para Aristteles, de la conjuncin de virtud, buena

    fortuna, salud, riqueza y amigos. 7Aristteles seala aqu que entre las diversas comunidades (familia, aldea, polis) existe una diferencia

    cualitativa, no de magnitud; es decir que no se distinguen entre s por su extensin, sino por su esencia: mientras

    que la casa (oikos), unidad domstica conformada por los pares marido-esposa, padre-hijos, amo-esclavo, se

    caracteriza por un tipo de dominio que supone desigualdad, la polis, en cambio, descansa en la igualdad y

    libertad de sus miembros. 8 Aristteles opta aqu por el mtodo analtico, que consiste en dividir el asunto de que se trata (en este caso la

    polis) en sus diferentes partes (comunidades, estamentos, bienes) y analizarlas a fin de desentraar mejor sus

    respectivas finalidades. 9 Al mtodo analtico se suma el gentico, que implica abordar las cuestiones desde su origen. 10 Aristteles va referirse al origen de la polis. Los elementos simples (asnthetos) que se hallan en el principio

    de toda asociacin humana no son los individuos (como lo ser para una tradicin muy posterior, la del

    iusnaturalismo moderno en su variante contractualista), sino las koinoniai, las formas diferentes que surgen de la

    naturaleza, como lo femenino y lo masculino (primera koinona) y lo dominante y lo dominado (amo y siervo,

    segunda koinona). Estos dos primeros binomios constituyen la base del oikos, la casa; su razn de ser no

    descansa en ninguna decisin de tipo deliberativo, sino en un instinto cuya finalidad es la reproduccin de la

    especie, por lo que el hombre queda equiparado al animal. 11 La familia est signada por la desigualdad y el dominio, fundados en una participacin diferente en la razn: as como el esclavo est enteramente privado de la parte deliberativa, la mujer la posee pero sin plena autoridad, mientras que el nio la posee, pero en forma inmadura (Libro I, cap. 13). En otras palabras: el esclavo puede comprender una orden, pero no tiene potestad para deliberar y decidir, dado que participa de manera dbil de la

    razn, y por eso carece de independencia; la mujer puede deliberar respecto de los medios, pero carece de razn

    suficiente para la inteleccin de los fines; mientras que la capacidad racional del nio es en potencia, no se

    encuentra plenamente desarrollada.

  • cambio, el que es capaz de realizar tales cosas con su cuerpo es gobernado y esclavo, tambin

    por naturaleza. Por tal razn, amo y esclavo tienen el mismo inters12

    .

    De tal modo, por naturaleza, estn definidos la mujer y el esclavo. (La naturaleza no hace

    nada en vano13

    sino que, a la manera de los forjadores el cuchillo de Delfos, hace cada cosa

    con una nica finalidad; cada instrumento, en efecto, puede cumplir su funcin de la mejor

    manera si sirve a una sola funcin y no a muchas). Entre los brbaros, la mujer y el esclavo

    tienen el mismo rango [que el marido y el amo]. La causa de esto es que carecen del elemento

    gobernante por naturaleza, as que su comunidad resulta de esclavo y esclava14

    . Por eso dicen

    los poetas: Justo es que los griegos manden a los brbaros, como si por naturaleza fuera lo

    mismo brbaro y esclavo.

    De las dos comunidades, la primera es la casa familiar, y bien lo dijo Hesodo en su poema15

    :

    Ante todo, casa, mujer y buey de labranza. Porque el buey hace las veces de criado para los

    pobres. As pues, la familia es la comunidad, constituida por naturaleza, para la vida

    cotidiana. Por eso Carondas16

    los llama compaeros de panera y Epimnides de Creta17

    ,

    los del mismo comedero.

    La primera comunidad constituida a partir de una multitud de casas para satisfacer

    necesidades no cotidianas es la aldea. [] Por eso al principio las ciudades estuvieron gobernadas por reyes, como ahora todava lo estn los pueblos extranjeros []. As como toda casa es regida por el ms anciano, as tambin ocurre con las aldeas, en razn del linaje

    comn de sus miembros.

    La comunidad procedente de varias aldeas, comunidad perfecta, es la ciudad, ya que posee el

    lmite de la autosuficiencia total; surgi, entonces, con la finalidad de preservar la vida, pero

    existe con el fin de vivir bien18

    . As que toda ciudad existe por naturaleza, del mismo modo

    12 La cuestin de la esclavitud va a ser abordada por Aristteles en toda su amplitud en los cap. 4 a 7 de este

    mismo libro. Lo que aqu se indica es que, as como el alma gobierna el cuerpo, el amo gobierna al esclavo. Sus

    diferentes capacidades hacen que se ocupen de cosas distintas (el amo a la poltica, el esclavo al trabajo), por lo

    que su unin es conveniente a ambos. 13 Las referencias a una naturaleza (), que dota a las cosas de sus respectivas finalidades pues ella no hace nada en vano, aparecen diseminadas a lo largo de toda la primera parte de la Poltica. El carcter de toda entidad natural es ser dynamis y energeia, es decir, contar con capacidad de movimiento y desarrollo y, por lo

    mismo, tender a un fin, hacerse concreta. Como aclara Enrico Berti, la naturaleza no es un ente, una sustancia, un principio subsistente en s mismo y operante en las diversas cosas, sino que es simplemente una caracterstica,

    una disposicin, una capacidad que poseen determinados entes, los as llamados entes naturales. La physis es as el ser de lo real en cuanto energa, actividad, movimiento. Ya sea porque el movimiento resida en l en

    potencia o en acto, todo ente natural es ousa viviente, actividad segn el fin. Vase Berti, E., Aristotele, Milano, Bompiani, 2002, p. 381. 14 Segn aclaran M.I. Santa Cruz y M.I. Crespo en la edicin citada, en las sociedades no griegas (brbaras: aquellas en las que no se habla griego) una mujer y un esclavo estn en la misma situacin que marido y amo

    puesto que stos no tienen la sabidura que se espera de todo gobernante racional; de ah que en estas sociedades

    el marido sea tan esclavo como la mujer a la que toma de esclava. 15 Hesodo, Los trabajos y los das (ediciones varias). 16 Legislador de Catania (Sicilia), siglo VI a.C. 17 Poeta y profeta de Festos (Creta), siglo VII a. C. 18 Este pasaje es importantsimo pues, como ha sido notado por Giorgio Agamben, se establece una diferencia

    entre el simple vivir (zo) y el vivir bien (bos), diferencia en todo similar a la que se da entre voz (phon) y

    logos (palabra/razn). El simple vivir est relacionado con la vida biolgica, cuya reproduccin y mantenimiento

    son propios del mbito familiar, del oikos. En cambio, el vivir bien slo puede darse en la polis, lugar por excelencia de la accin y la palabra, de lo pblico por contraposicin a lo privado. No solamente queda as

    enfatizado el salto cualitativo entre las dos comunidades, sino que el hecho de que vida natural quede excluida

    del mbito de preocupaciones de la comunidad poltica pone en evidencia el carcter de lo poltico para los

    griegos: todas las cuestiones relacionadas con el apremio de la necesidad (la reproduccin, el cuerpo, el sustento,

    etc.,) no merecen la atencin de la poltica (como lo ser para los estados modernos, que ponen la vida biolgica

    de las personas en el centro de sus preocupaciones), sino lo que atae al buen vivir, es decir, a la libertad propia

  • que las comunidades originarias. La ciudad es, en efecto, el fin de aqullas, y la naturaleza es

    fin. Pues lo que cada cosa es al trmino de su desarrollo, eso decimos que es su naturaleza, ya

    se trate de un hombre, de un caballo o de una casa. Adems, la causa final y la perfeccin es

    lo mejor. Y la autosuficiencia es fin y lo mejor19

    .

    Por lo tanto, est claro que la ciudad est entre las cosas que son por naturaleza y que el

    hombre es, por naturaleza, un animal poltico20

    . Quien, por naturaleza y no por azar, vive sin

    ciudad, es o bien un ser inferior o ms que un hombre. Como aquel al que recrimina Homero:

    sin clan, sin ley, sin hogar21

    . Al mismo tiempo, semejante individuo es, por naturaleza, un

    apasionado de la guerra, como una pieza suelta en un juego de damas.

    La razn por la que el hombre es un animal poltico, ms que cualquier abeja y que cualquier

    otro animal gregario, es clara22

    . La naturaleza, tal como decimos, no hace nada en vano. El

    hombre, por cierto, es el nico entre los animales que posee la palabra. La voz es una

    indicacin del dolor y del placer; por eso la tienen tambin los otros animales (pues su

    naturaleza ha llegado al punto de poseer sensacin del dolor y del placer, y de manifestar

    estas sensaciones unos a otros.) En cambio, la palabra existe con el fin de manifestar lo

    ventajoso y lo perjudicial, as como lo justo y lo injusto. Y esto es propio y exclusivo de los

    humanos frente a los dems animales: poseer el sentido de lo bueno y lo malo, lo justo y lo

    injusto, y todo lo dems. La participacin comunitaria en stas percepciones funda la casa

    familiar y la ciudad23

    .

    de la vida pblica, hecha de accin y discurso (Cf. Homo sacer. Il potere sovrano e la nuda vita, Torino,

    Einaudi, 2005). En el mismo sentido se expresa Hannah Arendt: El nacimiento de la ciudad estado signific que el hombre reciba, adems de su vida privada, una especie de segunda vida, su bios politikos. Ahora todo

    ciudadano pertenece a dos rdenes de existencia, y hay una tajante distincin entre lo que es suyo (idion) y lo

    que es comunal (koinon) Ser poltico, vivir en una polis, significaba que todo se deca por medio de palabras y de persuasin, no con la fuerza y la violencia. Para el modo de pensar griego, obligar a las personas por medio de la violencia, mandar en vez de persuadir, eran formas prepolticas para tratar con la gente cuya existencia estaba

    al margen de la polis (Arendt, H., La condicin humana, Buenos Aires, Paidos, 1993, pp. 39-40). 19 A diferencia del individuo, que no se basta a s mismo, la autosuficiencia, que comprende tanto la autonoma

    poltica como la autarqua econmica, es el rasgo propio de la polis; de ah su superioridad, su rango de

    fundamento ontolgico de la individualidad. 20 El hombre es zoon politikon: animal poltico. Esta expresin clebre alude a la politicidad como la esencia

    misma de la humanidad. 21 Homero, Ilada, IX, ediciones varias. 22 Aparece aqu una diferencia entre ser poltico y ser social: ser poltico es tener la capacidad de actuar con otros a travs de la palabra, del logos; ser social es simplemente vivir con otros. Slo el gregarismo es comn a

    los animales, mientras que la politicidad es la esencia misma de lo humano. 23

    Como observa Jacques Rancire, este prrafo sintetiza el descubrimiento griego de la importancia suprema de

    la palabra, de la posesin del logos. A diferencia de la voz, que simplemente sirve para indicar la presencia de

    placer o sufrimiento (a travs, por ejemplo, de un gemido o de un grito), la palabra es capacidad de manifestar, a

    travs del discurso articulado (queja, reclamo, expresin de satisfaccin), los efectos de esos estados. Lo cual

    supone complementariamente la funcin de comunicar a otros lo que resulta til o nocivo, justo o injusto. Esta

    capacidad de tener en cuenta a otros o de implicarlos en las consecuencias que se siguen de las acciones, es la

    que posibilita la constitucin de la comunidad poltica. Queda atestiguado as el destino poltico del hombre, que

    de esta manera se diferencia del animal. Pero no tenemos que proceder a una escisin demasiado tajante entre

    ambas modalidades de la expresin (indicar/manifestar): ntese que los pares elegidos por Aristteles son til-

    nocivo/ justo-injusto: la eleccin no es casual y sugiere un pasaje de la percepcin de lo til y lo nocivo (que son

    siempre relativos) a la inteleccin de lo til e intil (que pretenden objetividad). En otras palabras: a nivel de los

    sentidos ya habra una deteccin (que se expresa en la voz) de lo que luego en la inteligencia se manifiesta como justicia (expresada en el logos), lo que da cuenta de una cierta continuidad entre el nivel sensible y el inteligible,

    y que sera lcito hacer corresponder con la que se plantea en materia de conocimiento. De esta manera, de la

    percepcin de lo til derivara lo justo, as como de la percepcin de lo nocivo se deducira lo injusto. Pero el

    pasaje de lo relativo a lo universal, de lo subjetivo a lo comn transicin que marca el en consecuencia no parece tan sencillo. En efecto, cmo se logra el pasaje de lo ventajoso o conveniente, es decir, de lo til, a la

    justicia? Una primera solucin estara en la tica: si la justicia es la distribucin de lo comn de acuerdo a lo que

  • Es decir que, por naturaleza, la ciudad es anterior a la casa y a cada uno de nosotros. Ya que

    el todo es necesariamente anterior a la parte. Pues si se destruye el conjunto ya no habr ni

    pie ni mano, a no ser por homonimia, como se puede llamar mano a una de piedra (y una

    mano muerta ya no ser mano). Todas las cosas se definen por su funcin y su capacidad, de

    modo que cuando stas dejan de existir no se puede decir que sean las mismas cosas, sino

    homnimas24

    . As que est claro que la ciudad es por naturaleza y es anterior al individuo.

    Porque si cada individuo, por separado, no es autosuficiente, se encontrar, como las dems

    partes, en funcin a su conjunto. Y el que no puede vivir en sociedad, o no necesita nada por

    su propia suficiencia, no es miembro de la ciudad, sino que es como una bestia o un dios.

    En todos existe, por naturaleza, el impulso hacia tal comunidad; pero el primero en

    establecerla fue el causante de los mayores beneficios. Pues as como el hombre perfecto es el

    mejor de los animales, as tambin, apartado de la ley y de la justicia, es el peor de todos. La

    injusticia ms atroz es la que se apoya en las armas25

    ; y el hombre, por su parte, est dotado

    de de armas naturales al servicio de su sensatez y su virtud; armas que puede utilizar

    precisamente para fines opuestos. Por eso, sin virtud, es el animal ms impo y ms salvaje, y

    el peor en lo que toca a los placeres y a su voracidad. La justicia, en cambio, es algo propio

    de la ciudad, pues la justicia es el orden de la sociedad poltica, y la virtud de la justicia

    consiste en discernir lo que es justo.

    corresponde a cada uno, la medida de esa correspondencia va a estar dada: a) por lo que es til o ventajoso (en

    ese caso, es justo que se nos d conforme con lo percibimos que es provechoso); b) por lo que cada parte de la

    ciudad aporta al bien comn. Vase Rancire, J., El desacuerdo. Poltica y filosofa, Buenos Aires, Nueva

    Visin, 2007, cap. 1. 24 La nocin de homonimia es aclarada por Aristteles en otra obra, las Categoras (1 a1-2), y refiere aquellas cosas que tienen el mismo nombre pero son diferentes o tienen distinta funcin. En el ejemplo presentado, la

    mano de un hombre vivo y la mano de una estatua, pese a denominarse del mismo modo, no tienen la misma utilidad. 25 La constitucin que por naturaleza es la mejor es la que garantiza una vida buena, virtuosa y feliz, es decir, la

    que permite acceder al nico bien deseable por s mismo (tica, X). Ese es el desarrollo natural de la polis. Hay otra manera de entender el movimiento hacia la realizacin de la politeia que no sea natural? Aristteles lo aclara aqu: es el que se da por la violencia. La aplicacin de un poder violento interrumpira el orden del

    movimiento, como seala Riedel (op.cit., p. 77). Por eso la injusticia ms insoportable es la que posee armas (Pol. 1253a), mientras que el gobierno justo es el que se ejerce con el consentimiento de los ciudadanos (Pol.

    1313a). De ah que el consentimiento y la racionalidad sean los elementos legitimantes de la legalidad de la ley.

    La injusticia de las armas se equipara al gobierno de uno solo, en quien predomina el apetito animal: as pues el que defiende el gobierno de la ley, parece defender el gobierno exclusivo de la divinidad y de la inteligencia; en

    cambio el que defiende el gobierno de un hombre aade tambin un elemento animal (Pol. 1287a). El gobierno tirnico no es conforme a la naturaleza, en el sentido de que desva de su curso y arroja fuera del camino lo que asegura el orden de la koinona. Ser poltico, en cambio, es utilizar la palabra y la persuasin, no la fuerza y

    la violencia, formas prepolticas cuya existencia est al margen de la polis: los brbaros y tambin los miembros

    del grupo familiar, de la oika (Arendt, op.cit., p. 40). De este modo, se abre una brecha entre palabra y

    violencia, entre poltica y guerra.