Arquetipo del otro

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LOS ARQUETIPOS Y EL LENGUAJE DEL MITO (Margarita Ovalle - Igor Saavedra) En alguna parte, alguna vez, hubo una Flor, una Piedra, un Cristal; una Reina, un Rey, un Palacio; un Amado y una Amada, hace mucho, sobre el Mar, en una Isla, hace cinco mil años… Es el amor, es la Flor Mística del Alma, es el centro, es el Sí Mismo… Carl Gustav Jung Si queremos explicar qué son los arquetipos, podemos decir que los arquetipos vienen a ser como motivos humanos eternos que se reeditan una y otra vez en los seres humanos. La esencia de los arquetipos se mantiene intacta de civilización en civilización. Psíquicamente hablando, el arquetipo es una preforma inconsciente que pertenece a la estructura heredada de la psique. Como tal, es decir, como preforma inconsciente, el arquetipo es irrepresentable y, en este sentido, se comporta como las partículas subatómicas y microscópicas. Veamos que dice Jung al respecto: “Hay que tener siempre conciencia de que lo que entendemos por ‘arquetipo’ es irrepresentable, pero tiene efectos gracias a los cuales son posibles sus manifestaciones, las representaciones arquetípicas. Una situación totalmente semejante encontramos en la física, cuyas partículas mínimas son en sí irrepresentables, pero tienen un efecto de cuya naturaleza puede derivarse cierto patrón. Una construcción de ese tipo corresponde a la representación arquetípica, el llamado tema o mitología”. 1 Lo que se hereda y luego conforma parte del inconsciente colectivo de cada individuo no es la representación de un arquetipo particular en sí, sino la posibilidad de representación de ese tema, motivo humano o mitologema. Por ejemplo, no se hereda una representación arquetípica específica de la madre, sino la posibilidad de representar este arquetipo en sí, de evocar en la conciencia un símbolo que representa la madre. De persona en persona, de psique en psique, estas representaciones arquetípicas pueden ser muy diversas. Jung ha dado algunos arquetipos de madre: puede ser la madre real, una abuela nutritiva, la Virgen María, alguna persona cercana o que simbolice ya sea el aspecto nutritivo, receptivo o generador de intimidad propio de la madre. El arquetipo de la madre incluso podría estar representado en nuestra psique por una casa, una fuente, una cueva u otro símbolo de este tipo, que signifique la contención que da una madre. En la narración mitológica se produce el dialogo entre personajes arquetípicos y cada uno provee una respuesta simbólica, la cual será el vehículo para traer a la conciencia elementos y circunstancias desconocidos hasta ese momento por aquella. Cuando estos elementos son vistos por la conciencia son, a su vez, asimilados, es decir, pasaran a estar urdidos en una red de conceptos e ideas conocidas. Incluso estos nuevos contenidos que surgieron a la luz de la conciencia posiblemente serán en el futuro parte de las visiones de mundo de ese grupo cultural. Los arquetipos, los motivos humanos, habitan en la urdiembre simbólica del inconsciente colectivo, en donde su lectura se logra incorporando elemento a elemento a la matriz simbólica que es parte y da sentido a esa misma creación, ya sea sueño o mito. Jung, C.G. Arquetipos e inconsciente colectivo. Editorial Paidós, Barcelona, 1970. 1

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Análisis de la teoría jungeana respecto a la otredad y su relación con los arquetipos.

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L O S A R Q U E T I P O S Y E L L E N G UA J E D E L M I T O (Margarita Ovalle - Igor Saavedra)

En alguna parte, alguna vez, hubo una Flor, una Piedra, un Cristal;una Reina, un Rey, un Palacio; un Amado y una Amada, hace mucho,

sobre el Mar, en una Isla, hace cinco mil años…Es el amor, es la Flor Mística del Alma, es el centro, es el Sí Mismo…

Carl Gustav Jung

Si queremos explicar qué son los arquetipos, podemos decir que los arquetipos vienen a ser como motivos humanos eternos que se reeditan una y otra vez en los seres humanos. La esencia de los arquetipos se mantiene intacta de civilización en civilización. Psíquicamente hablando, el arquetipo es una preforma inconsciente que pertenece a la estructura heredada de la psique. Como tal, es decir, como preforma inconsciente, el arquetipo es irrepresentable y, en este sentido, se comporta como las partículas subatómicas y microscópicas. Veamos que dice Jung al respecto:

“Hay que tener siempre conciencia de que lo que entendemos por ‘arquetipo’ es irrepresentable, pero tiene efectos gracias a los cuales son posibles sus manifestaciones, las representaciones arquetípicas. Una situación totalmente semejante encontramos en la física, cuyas partículas mínimas son en sí irrepresentables, pero tienen un efecto de

cuya naturaleza puede derivarse cierto patrón. Una construcción de ese tipo corresponde a la representación arquetípica, el llamado tema o mitología”. 1

Lo que se hereda y luego conforma parte del inconsciente colectivo de cada individuo no es la representación de un arquetipo particular en sí, sino la posibilidad de representación de ese tema, motivo humano o mitologema. Por ejemplo, no se hereda una representación arquetípica específica de la madre, sino la posibilidad de representar este arquetipo en sí, de evocar en la conciencia un símbolo que representa la madre.

De persona en persona, de psique en psique, estas representaciones arquetípicas pueden ser muy diversas. Jung ha dado algunos arquetipos de madre: puede ser la madre real, una abuela nutritiva, la Virgen María, alguna persona cercana o que simbolice ya sea el aspecto nutritivo, receptivo o generador de intimidad propio de la madre. El arquetipo de la madre incluso podría estar representado en nuestra psique por una casa, una fuente, una cueva u otro símbolo de este tipo, que signifique la contención que da una madre.

En la narración mitológica se produce el dialogo entre personajes arquetípicos y cada uno provee una respuesta simbólica, la cual será el vehículo para traer a la conciencia elementos y circunstancias desconocidos hasta ese momento por aquella. Cuando estos elementos son vistos por la conciencia son, a su vez, asimilados, es decir, pasaran a estar urdidos en una red de conceptos e ideas conocidas. Incluso estos nuevos contenidos que surgieron a la luz de la conciencia posiblemente serán en el futuro parte de las visiones de mundo de ese grupo cultural.

Los arquetipos, los motivos humanos, habitan en la urdiembre simbólica del inconsciente colectivo, en donde su lectura se logra incorporando elemento a elemento a la matriz simbólica que es parte y da sentido a esa misma creación, ya sea sueño o mito.

Jung, C.G. Arquetipos e inconsciente colectivo. Editorial Paidós, Barcelona, 1970.1

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Es así como en todo nivel humano podemos acceder psíquicamente a la huella “de lo ya acontecido”, a la impronta de lo que queda registrado, gracias al inconsciente colectivo que guardó la potencialidad de representar un arquetipo determinado desde los orígenes de los tiempos, y que de alguna forma, sirve para dar representación e imagen a referentes contemporáneos.

Musa griega, hija de Mnemosime, la memoria o el recuerdo de todos los tiempos.

Los griegos accedían al recuerdo de todos los tiempos, de lo ancestral, inspirados por las musas, hijas de Mnemosime, titanes que representa la memoria o el recuerdo de conocimientos antiguos. Entonces, los griegos, muy buenos teóricos, lograban, gracias al pensamiento abstracto, evocar esas grandes ideas portadoras de luz o conocimiento, sin recurrir a la comprobación experimental (razón por la cual no hicieron ciencia sino filosofía), logrando muchas veces conclusiones que hoy la ciencia contemporánea valida. Éste es el sentido profundo del rol de las musas griegas, patrocinadoras de las artes, la filosofía, la astronomía, las matemática, la elocuencia, el conocimiento de lo antiguo, la música y la poesía. Es decir, las musas ya traían incorporado el recuerdo de las imágenes culturales que querían evocar.

De alguna forma, los mitos también son “hijos de Mnemosime”, pues en esencia no mueren, sino que permanecen como arquetipos. Solamente se van modificando a través del tiempo como temas humanos universales que luego inspirarán a nuevas culturas a construir sus propios mitos, en su propio tiempo, a partir de esas mismas metáforas. Entonces, lo fundamental para develar lo eterno del mito es develar sus símbolos, los cuales dan expresión o hacen visibles a la conciencia el lenguaje del inconsciente colectivo o el lenguaje de los arquetipos, que, finalmente, son lo mismo.

De la misma manera, la mitología de todos los tiempos ha incorporado en forma sapiencial elementos y principios propios de la ciencia, especialmente de la física, la clásica y la cuántica, a las fundamentaciones fantásticas, ya que tanto las fundamentaciones que provienen del mundo de la ciencia como las que provienen del mundo del mito, aclaran el proceso del orden del Universo (su Universo).

En síntesis y respecto a este ejemplo, podemos dar cuenta de que hay una analogía formal entre las imágenes propias del mundo de la física, sobre todo de la física cuántica y las imágenes que ha utilizado el ser humano para exponer sus mitos y visiones de mundo.

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[Ejemplo de Mito - Física (Mitofísica)]

L A M A T E R I A C U Á N T I C A E N E T E R N O M O V I M I E N T O Y E L M I T O D E S Í S I F O

Física cuántica y el eterno movimiento.

Según la teoría cuántica, las partículas pueden comportarse como ondas y, por lo tanto, su comportamiento para un observador humano es muy singular.

Una partícula confinada a una región del espacio está siempre en equilibrio dinámico. Nunca puede estar en estado de reposo. Siempre se encuentra en movimiento.Por ejemplo, hoy no se dice que en el átomo los electrones giran en trayectorias alrededor del núcleo. No se habla de órbitas. Las partículas señalan la máxima probabilidad de encontrar un objeto en un lugar del espacio. Los electrones nunca descansan; se mueven o se acaban. Esto se debe a que el núcleo tiene carga negativa y tiene mucha más masa que el resto del átomo, lo cual lo torna

quieto. Alrededor de él deben estar los electrones, cuya única posibilidad de permanecer “vivos” es moverse en torno al núcleo.

Mito de Sísifo y el eterno movimiento.

Sísifo, rey de Corinto, hijo de Eolo, el viento, generador tanto de recursos como de antipatía por parte de sus iguales debido a sus constantes trucos y a su avaricia, era conocido como un atrevido navegante y comerciante.

Entre sus artimañas más audaces, se cuenta que desafió a Thánatos, la muerte, cuando ésta vino a buscarlo. Como ningún humano puede esquivar a Thánatos, Ares, dios de la guerra, fue enviado para resolver este desorden. Entonces, el último ardid de Sísifo fue pedirle a su mujer que no ofreciera servicios fúnebres cuando partiera al inframundo. Cuando Sísifo ya estuvo en tierras de Hades, en el inframundo, le pidió al mismo Hades que lo dejara volver a la tierra para reclamar sus servicios fúnebres. Sin sospechar los planes de Sísifo, Hades le concedió el permiso, pero una vez arriba, Sísifo rehusó retornar al informando. Hermes el psicopompos (quien guía las almas al inframundo), tuvo la misión de llevar a Sísifo de regreso al reino de Hades, donde fue castigado a subir una piedra enorme a la cima de una colina. Cada vez que ésta se acercaba a lo alto, volvía a caer colina abajo y Sísifo, así, debía volver a empujarla colina arriba. Este movimiento debía repetirlo eternamente.