arquitectura en colombia periodo de 1930 a 1950

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La arquitectura coyuntural en el periodo de 1930 – 1950 en Colombia: Entre la estética y la función 1 La construcción de la vivienda fue afrontada como nunca antes en 1930 por los arquitectos, dando tanta importancia al aspecto social, a la satisfacción de las necesidades de -como lo menciono refiriéndose a este periodo Fergus (1954)- habitar, producir y descansar y como años antes lo dijo Le Corbussier, nunca antes se hizo de la morada de un hombre una maquina para vivir (1921) El periodo estudiado puede concebirse como una coyuntura en la arquitectura internacional entre el abandono del estilo clásico, representado por una preocupación por la estética de las construcciones, y el surgimiento de un anhelo moderno y racionalista, centrado en la utilización optima de los recursos, los espacios y en la eficiencia de las edificaciones, este último ligado a la industrialización creciente que comenzó a principios del siglo XX y que no contemplaba la vivienda como un obstáculo sino como un núcleo de desarrollo a intervenir 1 ? Javier Andrés Muñoz Tique y Adrián Esteban Segura Eslaba, estudiantes de la Facultad de Educación y del Programa de Psicología y Pedagogía de la Universidad Pedagógica Nacional

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La arquitectura coyuntural en el periodo de 1930 – 1950 en Colombia: Entre

la estética y la función1

La construcción de la vivienda fue afrontada como nunca antes en 1930 por los

arquitectos, dando tanta importancia al aspecto social, a la satisfacción de las

necesidades de -como lo menciono refiriéndose a este periodo Fergus (1954)-

habitar, producir y descansar y como años antes lo dijo Le Corbussier, nunca

antes se hizo de la morada de un hombre una maquina para vivir (1921)

El periodo estudiado puede concebirse como una coyuntura en la arquitectura

internacional entre el abandono del estilo clásico, representado por una

preocupación por la estética de las construcciones, y el surgimiento de un anhelo

moderno y racionalista, centrado en la utilización optima de los recursos, los

espacios y en la eficiencia de las edificaciones, este último ligado a la

industrialización creciente que comenzó a principios del siglo XX y que no

contemplaba la vivienda como un obstáculo sino como un núcleo de desarrollo a

intervenir

Durante las décadas del 30 y del 40 observamos como las ciudades del mundo

crecen desmesuradamente haciéndose cada vez más urbanas: tendencia a la

agrupación de viviendas, prestación de servicios públicos especialmente los

sanitarios y una creciente concentración demográfica. Lo anterior conllevó a una

nutrida y compleja discusión sobre la priorización de las necesidades de quien se

pensaba como habitante de la casa en un contexto masificante.

Para el caso latinoamericano el Estado de bienestar que perseguían los gobiernos

liberalistas entre ellos la república liberal colombiana, buscaban el crecimiento de

1 ? Javier Andrés Muñoz Tique y Adrián Esteban Segura Eslaba, estudiantes de la Facultad de

Educación y del Programa de Psicología y Pedagogía de la Universidad Pedagógica Nacional

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las ciudades capitales como el modelo en el cual deberían estar empeñados todos

los deseos de desarrollo y las ideas sobre realización en todos los aspectos de la

vida humana, o al menos hacerlo ver así a los ojos de quien la habitaba. Las cifras

son claras: para los años comprendidos entre 1928 y 1938 la ciudad de Bogotá

creció en su población 2.12 veces y en su extensión 5.14 veces (SOP; 1999:65) y

el movimiento migratorio de la zona rural a la urbana hizo que las grandes urbes

para la época (Bogotá, Medellín y Barranquilla) durante 13 años comprendidos

entre 1938 y 1951, aceleraran la saturación del espacio urbano, tanto como lo

había hecho el país por completo a principios de siglo XX. (Viviescas; 1989:59.

Según los defensores de la arquitectura moderna se debía optar por la

satisfacción de las propias necesidades de cada sujeto, cuidándose de no

abandonar los aspectos de diseño arquitectónico que debía tener un minimum

vivendum2 para que las construcciones desarrollaran una síntesis entre estética y

funcionalidad (Gössel, 1973.

Bruno Taut, de la corriente llamada internacional, dio una definición de estética en

la cual sugería que ésta existe en tanto que los materiales, los diseños y aún los

detalles artísticos estén subordinados a una utilidad notable en el conjunto de la

obra.

Actividades como la distribución del espacio y de la fachada de las construcciones

de la época obedecieron entonces a la unión de la técnica de la construcción y la

sociología organicista3 que erigió principios de organización social particularizados

(hechos a la medida de cada individuo) pero siempre pensando en el

2 Que es y quien lo dijo3 La sociología organicista fue una corriente fundada por Emile Durkheim, que enunciaba la

formación de la estructura social tal como la de un organismo vivo en el cual las funciones de cada

individuo debían responder a una perfecta armonía funcional de la parte y el todo de la agrupación

humana.

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funcionamiento de la gran célula: La Ciudad, habitada por miles de personas, con

intereses particulares en el campo de la salud, la educación y la vivienda.

La labor del arquitecto se vio afectada por los requerimientos, que de la

arquitectura de las viviendas, hizo la ciudad. Debió transformar sus criterios

artísticos para intervenir con los proyectos en las más disímiles series de

necesidades: Clase social, clima, posición geográfica, criterios de confort, etc.

La aparición de tales necesidades como factores sociales, no facilitaron el trabajo

del arquitecto en la generación de una solución conveniente en vivienda para

todas las personas. La unidad y la diversidad confluían en los proyectos de

urbanización y se crearon diseños de vivienda mínima que contemplaron un

espacio por lo menos para cada actividad que desarrollaba una persona dentro de

su residencia.

La arquitectura del periodo de 1930 – 1950 se vio en la labor de edificar con visión

de progreso con el fin de superar su dimensión expresiva e individualizada que

hacía lucir cada obra construida como una completa obra de arte. Paso de ser una

manera artística y sensible de abordar el problema de la construcción a una

técnica elaborada sobre las bases científicas de medición del espacio, de

distribución geométrica y sobre todo de la racionalización del uso de los materiales

pues se debió dar respuesta al crecimiento poblacional de un manera económica y

eficiente.

En este periodo la corriente nacionalista y el modernismo eran las dos opciones

arquitectónicas que se habían establecido en Colombia. Poseían ideas diferentes

para construir vivienda en la ciudad.

La primera de las corrientes, adoptó fielmente los estilos normando, el tudor y el

georgian, debido al furor del nacionalismo en los países de Europa y gracias a que

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no había un modelo de construcción claro en el cual basarse (a menos que

quisieran construir chozas de “mal aspecto” como lo hacían nuestros

indígenas).Hubo un estilo que apuntaba a alusiones autóctonas llamado

neocolonial, que buscaban una arquitectura que correspondiera al estilo de vida

propio de la nación (Arango; 1989: 181).

Los estilos modernos, en otro orden de ideas, trataron de homogenizar

caracterizándose por motivos decorativos de índole geométrico y ahistórico

(Arango; 1989:189). La arquitectura representante de un saber no científico y

argumentado desde la subjetividad estética y el arte, tuvo que redefinirse al

respecto del problema social de la construcción de la vivienda dentro de un

ambiente de crecientes exigencias urbanas, tantas como el número de personas

que habitaban las ciudades.

La ciencia que desempeñó una función esencial para la adopción de un modelo

arquitectónico acorde con el aspecto industrializado de una ciudad moderna, fue la

corriente organicista de la sociología. De acuerdo a esta, las sociedades se podían

analizar como sistemas de partes interrelacionadas e interactuantes en las que

transversalmente se podía intervenir. Para el caso de la urbanización y los planes

de vivienda las calles se empezaron a nombrar como arterias, las casas como

células y el centro de cada ciudad como el corazón, el epicentro de las funciones

de todo complejo urbano.

Este es el panorama ofrecido por la ciudad en vías de modernización: una ciudad

llena de industrias, de economías productivas y de beneficios progresistas, como

el de una vivienda mas acorde con la vida urbana y alienada de una persona (en

tanto que se empieza a exigir satisfacer por parte de cada individuo necesidades

“figuradas” dentro de manuales de urbanización o de construcción, para el caso de

la vivienda).

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***Revista Insurrección No. 237 - 11 de octubre de 2.010----------------------------------------------------------------------------

EDITORIAL

LA FIEBRE NO ESTÁ EN LA SÁBANA

Por estos días se debate con entusiasmo si las regalías, o sea las migajas que se caen del mantel de las transnacionales, deben seguir llegando a las regiones donde se produce el voraz saqueo de las riquezas colombianas que según la Constitución son del a Nación, o si por el contario dichas migajas deben llegar al gobierno central para que desde allí se distribuyan con “criterio nacional”.

Las dos maneras de ver la repartija, tiene enfrentados a los burócratas de las regiones y al gobierno central, pero el asunto álgido no es precisamente la manera más efectiva de que dichos fondos lleguen a la población sino en que bolsillos de los corruptos se queda la tajada.

Recuérdese que el Estado colombiano es uno de los más corruptos del planeta y sin duda los dineros de las mentadas regalías, los engorda a ellos, sea en las regiones o en los centros de la burocracia.

Aunque esta es la realidad, no faltará la excepción que confirme la regla con la existencia de algunos funcionarios y organismo no corruptos.

Este intenso debate no deja de ser un sofisma de distracción, que aleja y olvida el verdadero problema económico colombiano que no es ni mucho menos el de las regalías, sino, el robo descarado, continuado y a manos llenas que hacen de nuestras riquezas nacionales las grandes potencias extranjeras. Por eso aquí cabe aquella frase tan antigua de que “la fiebre no está en la sábana”.

La encarnizada discusión de quien recibe las regalías, es similar a las peleas de la gente que se da puñetazos por unas cuantas monedas que tiran los asaltantes para hacerle estorbo a la policía y escapar de la persecución policial.

¿Es justo, equitativo, leal y equilibrado, que los grandes saqueadores, de los recursos minero-energéticos hayan hecho y sigan haciendo de las suyas con las riquezas de todos los colombianos, mientras el gobierno genera el gran debate por las migajas que se caen del mantel de las transnacionales?

Solo los lacayos del imperialismo desde el balcón del poder oligárquico, pueden satisfacerse con este manejo ridículo de las riquezas del país, porque mientras venden la patria al capital extranjero, engordan sus capitales personales, sacrifican al pueblo, a la nación y empeñan el futuro de las grandes mayorías.

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Dicha conducta en el caso concreto de Colombia tiene además otro beneficio para la oligarquía, armarse hasta los dientes y eternizar el conflicto social y armado, con el que justifican sus criminales conductas contra los humildes, mientras a punta de engaño intimidación y represión mantienen el poder y le garantizan al capital transnacional la seguridad y colocan en bandeja de plata nuestras riquezas.

Entre tanto, la potencia imperial utiliza a Colombia para amenazar los vecinos donde pueblos y gobierno caminan el sendero de la democracia la equidad social y la autodeterminación.

Colombianos y colombianas, la verdadera discusión que debe darse es la del robo continuado de las riquezas minero energéticas por parte del capital transnacional que ahora se acrecienta con el triste remoquete de “Colombia: país minero 2019”

Pueblo y sectores medios de Colombia, no permitamos que esta clase en el poder que desgobierna y entrega la patria a las transnacionales, siga poniendo en venta lo que queda de riquezas, mientras distrae la opinión con el cuento de quien distribuye las regalías, pongamos al centro la dignidad, defendamos lo que nos pertenece luchemos por tener futuro digno, pensemos en el bienestar de las futuras generaciones.

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EL PROCURADOR QUE “PROCURA”

Se volvió normal equiparar lo que hace Piedad Córdoba con lo que han hecho los parlamentarios que promovieron el paramilitarismo y se aliaron con él para realizar todo tipo crímenes y fechorías. En este caso la manipulación mediática no ha sido gratuita, ni los grandes medios de información han sido imparciales.

En el fondo de esta situación está el carácter de las instituciones del Estado, y en concreto el papel del Procurador Alejandro Ordóñez, en la defensa de una élite perversa. Los paracos-parlamentarios, que bien podríamos llamarlos “para-parlas”, le han sido funcionales al Estado, al igual que los otros paracos, pues a través de ellos empotraron una “clase emergente y mafiosa” en el manejo del Estado, con un diseño económico que le viene bien al capital transnacional, pero que lesiona la agricultura colombiana ya que hemos perdido la soberanía alimentaria y la estructura económica solo sirve al interés foráneo.

Por eso el Uribismo es lo más arrodillado al imperio gringo y las transnacionales, también es la razón del robo de las tierras de los campesinos para construir proyectos en alianzas con el capital extranjero, y por ahí derecho regalaban el dinero público a los ricos del campo. Todo esto se hacía sobre unos terrenos regados en sangre por las miles de masacres realizadas por militares y paramilitares.

No es cuento que todos los parlamentarios investigados y condenados actuaron en complicidad con los paramilitares para realizar masacres, desalojar campesinos de sus propiedades, se robaron los dineros de los municipios y pare de contar. ¿O acaso existe algún angelito de estos en alianza con los paramilitares que haya hecho obras humanitarias en algún pueblo cercano al Ubérimo? Si tan siquiera hubiesen hecho algo

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parecido a lo que hacen las damas rosadas en los pueblos, Colombia no sería esa Gran Fosa Común.

Estos sujetos lo que hicieron fue promover y realizar crímenes de lesa humanidad, jamás se les ocurrió adelantar alguna acción humanitaria. Pese a lo anterior, al señor Procurador lo vemos hacer esguinces cuando de ponerle la mano a ellos se trata, y eso que estas prácticas son abiertamente delictivas.

En cambio cuando la Senadora Piedad Córdoba le mete la mano a la candela para buscar la paz de Colombia, al intercambio humanitario, a la liberación de personas retenidas o a cualquier otra acción humanitaria, el Procurador aparece con el hacha del verdugo, como en los viejos tiempos de la inquisición, y eso que la paz es uno de los mandatos de la Constitución Nacional.

¿Cómo puede equiparase a quienes están implicados en masacres y crímenes de lesa humanidad, como son los para-parlamentarios, o los que ordenan al Das chuzar teléfonos, con alguien que trabaja por la paz del país? Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Y eso que el Procurador es un funcionario que debe “procurar” porque los funcionarios públicos cumplan cabalmente con sus funciones. Pero el señor Ordóñez solo “procura” hacerse el “güevón”.

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L A I Z Q U I E R D A Y E L D I A B L O

Por Pablo Beltrán, del Comando Central del ELN de Colombia.

Se completan al menos dos décadas en que además de proclamarlo, lo intentaron y casi lo logran evaporar como sujeto de la historia. Pero desde el rincón al que lo replegaron, regresó y hoy de nuevo está con nosotros, el socialismo como la ruta de izquierda para la humanidad.

Durante su repliegue, en todo el mundo, muchos lo vistieron con ropajes liberales y hasta neoliberales. Tan replegado se halla aún en Colombia, que la extrema derecha lo presionó a ser centro y hasta logró convertirlo en centro derecha, en algunos casos.

Lo más grave está en que para no dejarse matar en la cuna, el socialismo ha debido afirmarse tanto, que algunos lo transfiguraron en otro discurso de poder, de esos que a lo largo de la historia, la humanidad ha tenido que obedecer sin chistar.

Umberto Eco afirma que los discursos de poder son el único Satanás que ha existido, porque,

“el diablo no es el príncipe de la materia, el diablo es la arrogancia del espíritu, la fe sin sonrisa, la verdad jamás tocada por la duda. El diablo es sombrío porque sabe a dónde va, y siempre va hacia el sitio del que procede”.

El malo de la historia nos posee mucho, poquito o nada y exorcizarlo demanda revisar de cuando en cuando nuestras certezas, para poder decirnos nosotros mismos unas cuantas

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verdades. Ellas están en la visión alternativa, con que enfrentamos las contradicciones álgidas de la lucha contra el capitalismo y su imperio.

TIERRA O CAPITALISMO

Desde nuestros Andes se alza el reclamo del socialismo de raíz comunitaria, contenido en el dilema más importante de los planteados, sobre la supervivencia del planeta y sus habitantes: “para que viva la tierra debe morir el capitalismo”.

El productivismo, desarrollismo, extractivismo, consumismo y el derroche son hijos de una letal creencia, en la que el progreso, se considera como una línea ascendente sin fin, para dominar la naturaleza, devorarla y agotarla, en un delirante acto de egoísmo, carente de responsabilidad con el futuro.

LA CONTRACULTURA SOCIALISTA, ¿CUÁNTO RETA?

La esencia del capitalismo reside en el énfasis que da al poseer, en detrimento del ser, por ello transforma todo en mercancía, hasta las relaciones humanas. Así, a la participación política de los ciudadanos se le coloca un precio, con lo que se torna costumbre la compra de votos, pagar la asistencia a una movilización o afiliarse a un partido para obtener beneficios, que el resto de la gente no disfruta.

Luchar por los cambios y la revolución sin esperar retribuciones materiales, es fundar el buen vivir de las siguientes generaciones, con lo que se aporta al desarrollo de una contracultura socialista, que reta a la ideología dominante.

Otro aspecto vital del socialismo ha estado en potenciar la fuerza de lo comunitario, la colectividad, lo social, lo público, las mayorías y lo nacional, en contraposición al interés individual, privado, sectorial y de elite. Fuerza creativa socialista expresada sobre todo en la producción, el poder y el saber popular.

CONSENSO SI, IMPOSICIÓN NO

La izquierda al convertirse en artista de tejer consensos, deja atrás la época de tratar en vano de converger alrededor de una supuesta verdad única, dentro de la cual los demás siempre se nos debían sumar.

Lograr unidad de acción alrededor de puntos comunes, mientras se deja para enseguida el debate de las diferencias, no solamente es tener sentido de la táctica, es ante todo implantar una cultura de negociación, en la que cada cual representa unos intereses, que pactan y saben cumplir acuerdos.

Luchar contra la guerra imperialista, es quebrar su antiquísima consigna de imponer su voluntad a los pueblos, para reemplazarla, como lo enseña Einstein:

"toda clase de cooperación pacífica entre los hombres está basada, en principio, en la mutua confianza y sólo en segundo lugar en instituciones tales como los tribunales de justicia y la policía. Esto vale para las naciones y los individuos. Y el fundamento de la confianza es la lealtad".

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LUCHAR POR LA PAZ Y RESISTIR A LA GUERRA IMPERIALISTA

Si la razón de ser de los imperios está en imponerse por medio de la guerra, la vida de los pueblos ha estado en defenderse y resistir; para aquellos, la paz equivale a pacificación, mientras que para el grueso de la humanidad, la paz es justicia y libertad.

Doscientos años de aparente vida republicana en Colombia, han sido sostenidos por la ininterrumpida agresión de la elite contra el pueblo, hasta llegar a perfeccionar el actual régimen de terror de Estado, nutrido por múltiples vías desde la contrainsurgencia imperialista. Ésta, es la única forma como han podido mantener vivo su modelo capitalista neoliberal.

Luchar por la paz es lograr otro modelo económico social, dentro de un régimen democrático; la elite y el imperio, son quienes escogen la vía para que el pueblo los obtenga.

TENSIÓN ENTRE DIVERSIDAD E IDENTIDAD

En la izquierda crece la conciencia sobre el valor de la unión, ya que sin ella no habrá fuerza y sin ésta no se producen cambios, revolución ni paz. Así, ha aprendido, que la confluencia es un concierto de pluralidad y diversidad, composición de esfuerzos, en que el liderazgo es compartido.

La armonía y vigor de la diversidad reside en la excelencia de cada uno de sus componentes, que resulta tanto de la calidad de su identidad, como de su habilidad para ser con otros.

La unión no puede reducirse a la uniformidad, así como la construcción del consenso no riñe con respetar a la opinión mayoritaria. De la misma forma, que para garantizar la unidad se establecen niveles de autonomía, que es algo diferente a que cada uno haga según su mero criterio individual.

PULSO ENTRE ESTADO Y SOCIEDAD

En la lucha por un mundo mejor, muchos pueblos logran establecer Gobiernos Democrático Populares, desde los que avanzan hacia mayores niveles de Poder Popular. Sus Programas de izquierda recogen intereses pluriclasistas, materializados desde el Estado, los que satisfacen unas veces de mejor forma y otras de manera más precaria, las aspiraciones de las clases populares.

Un modelo económico y un régimen al servicio de las mayorías, sigue dependiendo de la participación del pueblo en estos procesos de transformación, la que no siempre es promovida desde las instituciones estatales, quienes por inercia tienden a monopolizar tales procesos. Por el contrario, desde el Estado, muchas veces se absorbe a las organizaciones sociales y políticas del pueblo, impidiendo que el cambio y la revolución se protagonicen desde estos espacios de la sociedad.

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La predisposición casi espontánea hacia exagerar la función de las instituciones estatales en los procesos revolucionarios, puede contrarrestarse con la construcción del Poder Popular, entre otros componentes, por medio de la Fuerza Política de Masas, fundamentalmente por fuera de tal institucionalidad. Es la enseñanza que dejan las debilidades del modelo construido en el viejo mundo, en donde la lucha socialista se confinó en el ‘Triangulo de oro’ del sindicato, el partido y el parlamento, según critica de Istvan Meszaros.

CONTRAPOSICIÓN ENTRE NACIÓN Y PUEBLO

La generación de un Proyecto de nación a partir de una Alianza pluriclasista, un Programa de izquierda y un Gobierno Democrático Popular, es una característica sobresaliente de los procesos de cambio y revolución, que se construyen en Latinoamérica.

Desde este Proyecto se están recreando elementos de identidad nacional, en función de intereses propios de cada país, de Nuestra América y de los pueblos del Sur del planeta.

Es posible lograr un rumbo socialista para este Proyecto de nación en el mediano y largo plazo, afianzando el Poder Popular, en el que realmente la soberanía resida en el pueblo y los trabajadores.

COLISIÓN ENTRE MOVIMIENTOS SOCIALES Y ORGANIZACIONES POLÍTICAS

Por la fuerza de la costumbre, muchas veces la lucha social de las masas por objetivos inmediatos transcurre por un carril paralelo, de la lucha de los partidos y movimientos de izquierda, reducidos a la puja electoral. El reto de hacerlos confluir está requiriendo que desde la lucha social se abarquen propósitos de poder, más allá de lo puramente gremial y sectorial; junto al esfuerzo hecho desde los partidos por acompañar, articular y cualificar la lucha social; además de la indispensable convergencia de ambas vertientes de lucha, en un común Proyecto de nación, que garantice los intereses de las grandes mayorías.

La confluencia de estos dos esfuerzos de lucha ha partido del reconocimiento mutuo, de la especificidad, dinámica propia y necesidad de existencia de cada uno, para lograr el avance del cambio y la revolución.

El fracaso de las formas de representación política propias de dos siglos de repúblicas oligárquicas, también afecta a la izquierda, un ejemplo de ello está en el descrédito de numerosos dirigentes gremiales ante sus bases, a quienes ya no todos respaldan, cuando se postulan para cargos de elección popular. La solución de fondo está en promover la autogestión en las organizaciones populares, con un nuevo tipo de liderazgo fundado en la consigna de “mandar, obedeciendo”. Lo que significa una construcción de diversas expresiones de vanguardia colectiva desde de las organizaciones sociales, movimientos, partidos e intelectuales de izquierda, que encarnan una genuina soberanía popular.

DISTANCIA ENTRE PROPUESTAS POLÍTICAS Y ACTUACIÓN ÉTICA

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Para ser contracultura, el socialismo debe contradecir abiertamente a la cultura capitalista dominante, que no solo convierte la mercancía en valor, sino lo que es peor, transforma los valores en mercancías. Si la izquierda se adapta a la cultura dominante en vez de hacer ruptura con ella, queda interrogada la conformación de su identidad y su futuro como alternativa para la humanidad.

Cambiar la cultura del lucro, propia del capitalismo, por una humanista, de justicia y libertad, exige desde romper con las tradiciones heredadas de la Modernidad capitalista, hasta confrontar las taras derivadas de la rapacidad especulativa vigente, como son la compra de conciencias, la adicción a la ‘ganancia fácil’ -que evade todo tipo de controles sociales y públicos- y el ‘todo vale’ mafioso.

La batalla de ideas por una alternativa de izquierda, que enfrenta a poderosos aparatos ideológicos del sistema, demanda de esfuerzos colectivos muy grandes desde toda la sociedad, que trascienden la voluntad de un militante o de un partido revolucionario, para demostrar una actitud ética en la actividad política.

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Revista Insurrección No. 236 - 04 de Octubre de 2.010----------------------------------------------------------------------------

EDITORIAL

ALERTA PUEBLOS Y GOBIERNOS DEL CONTINENTE

Como en los viejos tiempos donde el Pentágono fabricó la imposición de las dictaduras en nuestro continente, para derrocar gobiernos legítimos democráticos y progresistas, hoy vuelve a sus andanzas.

Ayer y hoy ha encontrando como siempre una extrema derecha sedienta de poder y expresiones retrógradas dentro de las Fuerzas Armadas y policiales serviles a dichos designios. Para todos ellos, las luchas y logros de los pueblos que han encontrado en procesos democráticos y progresistas gobiernos y dirigentes auténticos, no es más que un desafío y atrevimiento absurdo que debe conjurarse por la vía violenta, porque los humildes no pueden aspirar a tanto.

Con la reciente intentona de Golpe de Estado en la hermana república del Ecuador que se concretó en el secuestro de su presidente por alrededor de doce horas, cuatro muertos, cerca de sesenta heridos, el cierre temporal de tres de los mas importantes aeropuertos y el intento de cerrar canales de comunicación.

De tal manera podemos concluir que son tres golpes de Estado (Venezuela, Bolivia y Ecuador) frustrados por la valiente y decidida acción del pueblo y sus fueras armadas y uno, (Honduras) donde un gorila sirvió de puente para que se impusiera un gobierno ilegitimo surgido de una acción

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de facto y elegido en elecciones fraudulentas, amañadas y llevadas a cabo sobre la punta de las bayonetas.

Dignos en todos estos actos terroristas, todos los gobiernos, encarnados en presidentes, que aun en sus mas altos niveles de riesgo de ser sacrificados, actuaron con lealtad a sus pueblos y éstos y sus Fuerzas armadas, cumplieron su deber patriótico y libertario con la deshonrosa actitud de los militares hondureños que masacraron, desaparecieron y encarcelaron a su pueblo, para darle el poder y gobierno al imperialismo y las oligarquías amantes del terrorismo.

Hoy no es ayer porque como dice un fragmento de la segunda Declaración de la Habana “esta gran humanidad ha dicho basta y ha echado a andar y su paso de gigantes ya no se detendrá hasta conquistar su única verdadera e irrenunciable independencia…”

Estos dolorosos y sangrientos intentos por derrocar a los auténticos gobernantes, son la mas clara confirmación de que el imperio y sus seguidores en el continente y el mundo, siguen utilizando la violencia, el terror, el engaño, y la contra información, para llevar a cabo sus fines mezquinos, excluyentes y de dominación.

Al mismo tiempo lanzan amañadas campañas reivindicando el respeto a los derechos humanos, cantan odas a la democracia y el respeto a la libertad, al tiempo que condenan de manera hipócrita y cínica, los esfuerzos de los pueblos a rebelarse, para defenderse de la opresión la imposición, la miseria y la violencia.

Alerta pueblos y gobiernos del Continente y el mundo en lucha por alcanzar o afianzar la democracia, la soberanía y o el socialismo, el imperialismo no se resigna a perder lo que arbitrariamente considera suyo, además dentro de las fuerzas leales a los procesos democráticos y progresistas la bota gorila infiltrada a su interior y servil al pentágono, juega unida a los oligarcas que lloran su derrota.

De cuatro Golpes de Estado, fabricados contra los pueblos y gobiernos de nuestra América, solo uno ha prosperado y es urgente asimilar las experiencias para que nunca mas los jurados enemigos del pueblo logren sus objetivos criminales.

La unidad y vigilancia entre los pueblos y gobiernos es el conjuro para los peligros que siguen asechando. ----------------------------------------------------------------------------

DEL PROCURADOR GENERAL

Dos hechos de la política colombiana, han quedado estampados en la reflexión de los críticos del régimen y del gobierno porque son dos caras de una misma moneda, veamos:

El procurador general de la nación, luego de sendas declaraciones para patentar su autoridad, declaró culpable a la Senadora Piedad Córdoba de tener nexos con las FARC, pese a las contradictorias, débiles y

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controvertidas versiones acusatoria la declaró culpable, inhabilitándola para ejercer como de Senadora de la república.

Dicha decisión, arbitraria injustificada y de sesgos políticos claros, generó muchos cuestionamientos y criticas a juicio de una abrumadora mayoría de opiniones en Colombia y el exterior.

¿A tales consideraciones el Procurador se mostró extrañado?

Pocos días después, otra decisión del Procurador, volvería a colocarlo en la cuerda floja porque peló su cobre político, asunto muy cuestionado en un funcionario con tan delicado cargo que lo obliga a la sensatez en los juicios basado en el Derecho y no en la política.

Se trató del veredicto para absolver de culpas al Senador Mario Uribe, implicado en diversos hechos de paramilitarismo, razón por la cual, en el pasado, pretendió asilarse en la embajada de Costa Rica y posteriormente encarcelado.

No es la primera vez que el procurador muestra su sesgo político, todos los que tenemos memoria, sabemos que fue precisamente un fallo positivo del procurador el que habilitó el engendro político, de ingrata recordación en el gobierno de Uribe llamado REFERENDO REELECCIONISTA, que con sensatez y sentido de país, tumbó la Corte Constitucional.

Como podemos ver el Procurador hace parte de ese distinguido grupo de políticos colombianos, que no admiten las posturas críticas al régimen y que por el contrario son funcionales a conductas dolosas que tanto daño le han hecho a Colombia, mucho más cuando se ocupan cargos públicos como lo es la Procuraduría General de la Nación.

Esa mal llamada “meritocracia” de que habló el ex presidente Uribe, sigue vivita y coleando, para favorecer intereses oscuros que siguen sosteniendo el andamiaje del gobierno Santos, que trata de presentarse ahora como escrupuloso pero que aun necesita de esa nata oscura para que su doble condición de viejo y nuevo gobierno, pueda articularse.

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La Economía Fluctuante de Colombia en las décadas del 30 y del 40

El ambiente económico de Colombia en las décadas del 30 y del 40 fue mediado

por dos grandes acontecimientos mundiales: La caída de la bolsa de Nueva York

de 1929 y la segunda guerra mundial de 1939 a 1945. Acontecimientos que se

presumió que afectarían gravemente el panorama, en definitiva no se experimentó

un desplome o una quiebra de la economía interna, gracias a que esta

experimentó fluctuaciones que la llevaron de un crecimiento exitoso durante los

años 30 a un estancamiento y una pausa en los 40. Asumiendo estos dos hechos

de manera heroica “la republica liberal” se enfrentó con políticas proteccionistas

que consolidaron la industria como el sector dinámico del conjunto de la

economía, la intervención del estado como vigilante de toda la actividad

económica del país y la ubicación del sector agrícola como eje de reinversión del

gasto público.

Colombia fue el país latinoamericano que mejor enfrentó la crisis del 29 puesto

que su recuperación económica en relación con otros países fue considerable. El

PIB mantuvo un crecimiento de 1929 a 1933 de 9,9%, en contraste con países

como Chile en el cual fue de –39.9% como México –10.3%, argentina –9.7%.

Durante los años 30 se puede decir que Colombia sostuvo un crecimiento exitoso

que se vio representado en el aumento del ingreso bruto por habitante y del

numero de habitantes activos trabajando en la industria manufacturera. Durante

los 40 pesó la guerra mundial y representó un descenso en el PIB y el producto

per capita retardando el proceso de recuperación hasta 1944 en donde el

dinamismo industrial acrecentaría de manera no uniforme el crecimiento de la

república. La industria entre 1930 y 1945 fue el sector económico con mayor alza,

representado en un crecimiento de 241.7%. La agricultura en su momento no

representó mayor crecimiento, descendiendo su nivel de importancia en

contribución al PIB de un 71.3% en 1939 a un 47% en 1945. Se creaban industrias

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mientras se experimentaba un acelerado cambio en la estructura económica

durante un corto periodo.

Dentro de la perspectiva urbanizadora y de concentración poblacional, las

ciudades capitales aumentaron en numero de habitantes, facilitando así el

desarrollo de actividades urbanas y el empleo de la población activa en industrias,

en su mayoría, manufactureras como el tabaco, los textiles, los alimentos y las

bebidas. Se accedió a una mayor participación industrial y a un mayor empleo de

la población activa en Colombia, hecho que consolidó el aumento de demandas

sociales e intereses políticos que debían ser satisfechos por el estado. Un estado

en vías de modernización con la industria y el comercio exterior como sus dos

grandes aliados.

En cuanto al proceso de industrialización había aires de producción a gran escala

competitiva y organizada por el ritmo que llevaban las industrias entre 1933 y 1939

que era de un 10% en su crecimiento y posterior a este periodo entre 1939 y 1945

un 6% que no sólo fue menor al periodo precedente sino a lo mostrado por los

países latinoamericanos. La diversificación industrial fue muy reducida y se pensó

que la especialización en monocultivos era la respuesta a las demandas de

producción dispuestas a la exportación, así las industrias alimenticias

predominaron sobre el desarrollo de industrias textiles, de bebidas y cemento y

aún sobre las inexistentes químicas y metalúrgicas, debido esto en gran parte a la

necesidad de consumo urbano que se había acentuado durante los años 20 y a la

cual le apuntaban las inversiones por medio de bienes de consumo corriente.

Otro hecho no aislado fue la disposición de una reforma arancelaria en 1931,

diferente a las anteriores en términos de definición tributaria, puesto que ya no se

buscaba la invención de nuevos tributos y el aumento de los ingresos fiscales sino

el fortalecimiento del sector industrial frente a los productos importados, estimulo

este que sirvió para el desarrollo sostenido de la industria textilera. Las

Page 16: arquitectura en colombia  periodo de 1930 a 1950

importaciones vieron una luz de recuperación a fines de la década de los 30 con la

participación de los alimentos y de los textiles, con lo cual se abrieron nuevas

perspectivas dentro de un ambiente favorable para el emprendimiento de nuevos

proyectos industriales.

El numero de empresas que se crearon entre 1930 y 1939 refirió un aumento del

168.7% mientras que las ya creadas durante la década de los 20 fortalecieron e

intensificaron la utilización de sus capacidades adquiridas antes de la crisis. El

empeño de la industria textil destacó a FABRICATO y COLTEJER en Antioquia

como sector productivo prolífico que contribuyó al crecimiento manufacturero total

desde 1939 hasta 1945 en un 67%.

La ostensible batalla que libraba la economía colombiana por su recuperación

sufrió el avatar de la segunda guerra mundial manteniendo un nivel de crecimiento

moderado y contrayendo las capacidades de importación, puesto que los

transportes no eran seguros y había dificultades para transportar productos de

consumo, este hecho representó la acumulación de divisas y de reservas,

haciendo de la republica una bomba de tiempo en cuanto al desarrollo industrial

en el ámbito latinoamericano.

Se considera también que el crecimiento fue desmedido en la industria pero su

dificultad a principios de siglo sólo ponía a Colombia a competir en el estándar

mínimo con respecto de otras naciones.

Visto en bloque el proceso industrial realizó adelantos y diversificó la gama de

bienes producidos para consumo masivo de los habitantes de Colombia y de los

consumidores en el mundo. Era un foco desarrollista dentro del periodo de

posguerra y sostuvo de su mano el desarrollo agrícola y pecuario gracias al

establecimiento del control interventor del estado.

Page 17: arquitectura en colombia  periodo de 1930 a 1950

El desarrollo agropecuario había sido sustancialmente referido por la producción

de café, Colombia era un país cafetero por excelencia y no se pensaba en otro

sector productivo tan oportuno y efectivo como este, algunos productos como el

algodón y el azúcar fueron desarrollados de manera sectorizada echando mano de

las condiciones medioambientales de cada región: En la costa el algodón y en el

valle del cauca la caña de azúcar. Uno de los hechos más destacados fue la

implementación de técnicas y tecnología de punta para la producción de la

agricultura y la ganadería. Se introdujeron modos más racionales de habilitar la

tierra, ganado de producción masiva a bajo costo y de buen consumo y se

fortaleció el fomento a través de créditos agrícolas y políticas de producción que

llevaron a un mejoramiento de la calidad de productos de algodón, arroz, azúcar,

cacao tanto para los lotes de importación como para las demandas alimenticias

urbanas. Entre 1937 y 1945 las importaciones de este sector se duplicaron y

pasaron de manera diversificada a representar un importante sector de las

importaciones produciendo desfases en la atención a la demanda interna y

reinversión en maquinaria y equipo para su autosostenimiento. Allí también se

expresó la política intervensionista del estado buscando mejorar la caída de la

inversión, mejorando la relación producto bruto-capital. La industria responde

mejor en este sentido al avance modernizador del sector agrícola.

El suministro de materias primas y de bienes alimenticios se vio dosificado por la

expedición de la ley 200 de 1936 en la cual se evidenciaba una preocupación por

la posesión de terrenos por parte de grandes industriales que buscaran la

transformación de latifundios en granjas productoras. El sector rural se ve

beneficiado por la reforma agraria pero este viene en franco deterioro debido a la

inversión de capital en las zonas rurales geográficas que contribuían de forma

importante a la producción agrícola y que representaba mayores índices de

modernización.

Page 18: arquitectura en colombia  periodo de 1930 a 1950

El estado no deja de lado su preocupación y las consideraciones políticas e

ideológicas que implicaban su intervensionismo y que buscaban una mayor

distribución equitativa del desarrollo económico y las divisas generadas dentro del

proceso de industrialización. Las aspiraciones liberales eran ante todo mediadoras

del conflicto social de las masas y la desigualdad de clases, según esto el estado

debía velar por el bienestar máximo de la gente menos favorecida para lo cual

elevó los salario de trabajadores, la baja de los precios, la reducción de las horas

de trabajo al mismo tiempo del aprovechamiento racional de los recursos. Tuvo

dos caras el intervensionismo, por una parte regular la actividad económica de

toda la nación a través de la legislación y, dar una más amplia participación en la

transferencia de recursos a los sectores sociales donde había menor desarrollo

económico y a las industrias textiles. El intervensionismo no implicó un crecimiento

del estado como institución y de otro lado no representó una mejor distribución del

gasto y se orientó en realidad hacia el fomento económico permitiendo un bajo

régimen de consumo per capita nivelado con el ingreso.

La medida proteccionista del estado hizo ver las tendencias liberalistas y

modernistas como algo idealizado representado en la falta de sentido practico

para el manejo de una política económica adecuada de un estado en plena

expansión. Muy disgustados los sectores industriales se conformaron con aceptar

el régimen tributario impuesto en 1935 por la ley 78 por medio de la cual el 70.9%

del total de ingresos por tributación directa provenían de los impuestos a las

industrias y el 29.1% provenían de impuestos a personas estancando así el

desarrollo manufacturero que era el de mayor dinamismo y prescribiendo un

régimen impositivo fiscal y tributario que incrementó la carga de impuestos a los

sectores de mejor comportamiento pero no afectó las rentas personales de los

grupos de mayores ingresos; la agricultura al respecto no sufrió ningún choque

puesto que ella tributaba poco y recibía la reinversión del gasto público a través de

la política fiscal representativamente.

Page 19: arquitectura en colombia  periodo de 1930 a 1950

Para enfrentar crisis tan grandes las políticas gubernamentales de la época fueron

restrictivas e intervencionistas gracias a que debían legitimar constitucionalmente

la obligaciones que implicaba asumir tributos para fortalecer al estado y su función

pública y social que fijaba una necesidad de una distribución equitativa de las

ganancias por la producción industrial. Regular el funcionamiento social de alguna

manera representado en el fortalecimiento del ingreso per capital, el PIB y la

minorización de los riesgos de sobreproducción eran eminentes directrices de la

disposición liberalista de asumir a todos los habitantes de la republica como partes

integrantes del gran todo, a costa de no precisar medidas correctivas que fueran

contrarias a la misma intención reguladora de la producción per capita, de la

acumulación de riquezas, de la posesión de bienes y del trabajo digno del

proletariado.

Page 20: arquitectura en colombia  periodo de 1930 a 1950

La vivienda del hombre colombiano como fuente de orgullo y dignificación

artificiales: El ornato y el confort

Ricardo Olano en su intervención en el Congreso de Mejoras Públicas celebrado

en Medellín en 1934 propuso: “No soy partidario de que se hagan parques en la

plaza de las poblaciones pequeñas. La plaza se necesita para el mercado. Pero sí

deben sembrarse árboles de abundante follaje”

¿Qué reparos hay en mostrar una plaza de mercado de un pueblito pequeño sin

árboles? ¿Será que los campesinos requieren la sombra de “árboles de abundante

follaje”? ¿Por qué no traer los cultivos más cerca de la plaza para minimizar los

costos del transporte en vez de sitiar la plaza con verde improductivo? Ricardo

Olano, en esto, hace sentir el deber de menguar el daño estético que causa la

mínima y deshonrosa actividad económica agrícola al pueblo, dado el hecho de

que Les Champs-Elysées en Paris estaba rodeado por árboles, no por arracachas.

En gran medida la “Cultura Aldeana” impuso en las construcciones rurales y

campesinas, algo que hasta entonces era una preocupación sin mayores auxilios,

hermoseando según las propuestas de Luis López de Mesa los pueblos de

acuerdo a la inquietud pertinente por el mejoramiento de las poblaciones

periféricas y olvidadas, llevándolas a adquirir un estatus sin aumentos

considerables en los costos de construcción de chozas, cabañas y demás

construcciones rústicas. Según él “En esta cartilla iniciamos, iniciamos apenas,

bien entendido, la preocupación de que nuestras chozas, casas rurales y

pueblerinas, moblaje, templos aldeanos, escuelas menores, y hasta poblados en

general, sean proyectados conforme a un ideal artístico sencillo, pero

discretamente elegante, y la indeclinable conveniencia de la moralidad, la higiene,

la estética y la alegría” (Restrepo, 1935:3) refiriéndose a las disposiciones sobre la

arquitectura en la Biblioteca Aldeana en el libro de Arquitectura Aldeana y Rural.

Page 21: arquitectura en colombia  periodo de 1930 a 1950

Volviendo sobre Olano en el congreso en Medellín, comunica que “(...) Las calles

en buen estado dan un prestigio extraordinario a las poblaciones (...) y arréglese

en primer lugar la entrada de la población hasta la plaza (...)” A renglón seguido

enuncia: “Árboles en la calle, ornato magnifico, frescura en los climas cálidos.

Mejora valiosa que se puede hacer con pequeño esfuerzo, con un poco de espíritu

de colaboración, cuidando cada vecino el árbol que este frente a su casa”

¿Cuales de estas mejoras van a cambiar la vida de quienes habitan el pueblo: los

árboles para protegerse del clima en el que han vivido siempre, o una vía para

entrar al pueblo que siempre han ocupado y del que probablemente la mayoría no

ha salido? A primera vista parecen mejoras para hacer más agradable la visita de

quienes no están acostumbrados, de quienes en su grandeza no han pasado la

incomodidad e infelicidad “propias” de la vida campesina. Existía como vemos, un

afán por extender las virtudes de lo urbano a todos los lugares a los cuales fuera

posible: “La aldea puede aspirar a ser hermosa en su rusticidad y pequeñez, no

monumentalmente como las grandes urbes” (Olano, 1934) pero habría que hacer

el intento.

El ornato se constituyó como un valor clasista, utilitario y desconocedor de la vida

rural. Este, para la ciudad es un ambiente natural artificial mientras que para el

campo es una búsqueda de comodidad para el citadino visitante y una búsqueda

de adaptación de la vida del campesino a una menos “triste” y más parecida a la

que se tiene en la grandes urbes.

El ornato se vivió en la ciudad de otra manera como lo muestran estas

disposiciones reglamentarias que divulgó la Secretaria de Obras Públicas (SOP,

1944: 24):

“Articulo 45. Todas las construcciones serán retiradas de la línea de demarcación

oficial permitiendo así la formación de un jardín delantero de propiedad particular.

Page 22: arquitectura en colombia  periodo de 1930 a 1950

(...) en las carreras 7ª y 13 (...) la anchura mínima de este retroceso será de cinco

(5) metros; y en el resto (...) será de tres metros cincuenta centímetros (3,50 m).

En la Avenida de Caracas el jardín delantero tendrá cinco (5) metros de anchura

mínima”.

¿Cuál es la intrínseca preocupación en estas disposiciones reglamentarias? ¿Por

qué destinar el espacio de casi una habitación para un antejardín? La idea de los

urbanizadores es tratar de movilizar la vivienda urbana a un estilo moderno y

funcional pero disimulado por unas flores y unos arbustos mínimos. Es posible que

en ciertas ocasiones la ciudad industrial fuera muy hostil para sus habitantes y se

buscara menguar esto mediante la artificialidad de un espacio natural simulado.

Esta preocupación hace referencia sólo a un tipo de vivienda, una de un tamaño

tal que pudiera recortarse 5 metros para la construcción de un antejardín sin

problemas, esto nos lleva a pensar que la preocupación del ornato es clasista sin

duda, tratada de traducir para las viviendas pobres o rurales en comodidades con

las cuales se alcanzaría una supuesta felicidad o comodidad que nunca se había

buscado antes. Las necesidades con las cuales se hicieron decretos para la época

y que fueron objeto de grandes disertaciones eran necesidades que no

correspondían a las problemáticas del colombiano de la época.

Karl H. Brunner también hace referencia al asunto de la estética (mas no la

fastuosidad) en las construcciones cuando menciona que: “Nuestra época es

mentalmente mucho menos homogénea que aquellas épocas históricas en que

evolucionaron los diferentes estilos. El estilo moderno “internacional”, no aplicado

por una artista de refinado gusto y sensibilidad, es algo utilitario, seco y frío y no

esta mas de acuerdo con nuestra afinidad regional que la imitación de algún estilo

pasado, que pertenezca al mismo ambiente racial y geográfico” (Brunner, 1940)

Haciendo alusión a lo que se tenia en mente sobre la vivienda, definitivamente se

visualiza una impresión estilística que debe responder a la vanguardia

Page 23: arquitectura en colombia  periodo de 1930 a 1950

modernizadora dentro de la ciudad y la cultura de ella expresada en las

construcciones antiguas. La mixtura perfecta estaba dictaminada por un goce

moderado de ornatos, de adornos para la ciudad: parques, alamedas, plazas.

Esta expresión es bastante característica de una arquitectura de estilo pero

conciente de la necesidad de dar utilidad a las construcciones con el

embellecimiento de estas. Tal vez embellecidas sirvan más que cuando solo

ocupan espacio y entorpecen el paisaje de una ciudad acondicionada, cómoda y

amable con los que la habitan. Hablemos ahora de los que la habitan y cual era su

relación con el valor del ornato.

En estos momentos la tendencia a que las viviendas fueran principalmente

funcionales hacía que los intentos por recobrar algún sentido estético en ellas

convirtiera a la belleza en algo tan artificial que tenia que ser medida en categorías

técnicas, como lo enuncia Jorge Enrique Hocino, tales como belleza armónica,

geométrica, de colorido y simbólica. De esta tipología valdría rescatar la definición

de belleza de colorido, la cual plantea que cada color causa cierta “alegría o

tristeza del paisaje”, por ejemplo el blanco significa limpieza, el carmelita o

moreno, engaño y el gris, tristeza (Hocino, 1945)

No es precisamente de una revista de variedades de donde se ha tomado la

anterior información. Está dispuesta en una revista especializada que recomienda,

de una manera en absoluto fortuita, que los colores de los que, por lo general son

las viviendas campesinas hechas de bareque (gris o marrón) significan engaño o

tristeza, tampoco es fortuito que el blanco sea el color emblemático de la limpieza.

Los colores son referentes manifiestos del ornato de la vivienda tanto rural como

urbana, y en estos esta detentada cierta valoración arbitraria sobre la alegría en el

estilo de la construcción, en el propio estilo de vida de los habitantes de una casa,

cuestión de la que se hará mención en este mismo documento mas adelante en

Page 24: arquitectura en colombia  periodo de 1930 a 1950

los apuntes sobre lo que otro valor determinó para las dos décadas que

comprende este análisis: el confort

Querer vivir con opulencia durante las décadas del 30 y del 40 es la idea principal

para el valor del confort como lo hace ver Villaneda Soto: “No puede desarrollarse

ahí aquella sana ambición de mejoramiento que lleva a las gentes a agregar día a

día una comodidad o un adorno más a sus viviendas” (Villaneda, 1939)

refiriéndose al campo.

¿Por qué se ambiciona el mejoramiento de la vivienda por medio de la añadidura

de adornos?, ¿qué tan sana es esta ambición? ¿qué tan confortable es vivir un día

a día de consumo de mobiliario puesto en una casa cualquiera? ¿qué idea

sostiene el hecho de hacer confortable las casas de personas que serían sacadas

de ellas cada vez mas por el trabajo en industrias?

Hay que volver con detenimiento acerca de los intereses de una vida citadina llena

de “necesidades” recién creadas. Necesidades que requieren para su satisfacción,

trabajar largas jornadas que serían eludibles si solo se cubrieran algunas básicas

como la alimentación y una vivienda. Ciñéndose al planteamiento de Carlos Adolfo

González: “la sociedad esta formada por el conjunto de individuos que habitan un

territorio dado en el cual están arraigados por las fuentes de producción de

carácter inmueble, por el trabajo y la afectividad” (González, 1932)

Había que adaptar a los campesinos que habían sido “atados” a su casa, a su

trabajo y a su familia en el espacio rural, en el ambiente urbano, aumentando su

tiempo de trabajo pero ofreciéndoles un aliciente en su vivienda: el confort, del

que gozaban con pisos de concreto y no de tierra, pero a costa de un

sobreesfuerzo y de la mitigación de su vida de “pobre” con lujos determinados.

Page 25: arquitectura en colombia  periodo de 1930 a 1950

En cuanto al confort en el campo, (que toma importancia cuando la migración a

las ciudades ya ha sido excesiva, en la ultima parte del periodo) tenía como

objetivo lograr que las personas que habitaban zonas rurales no añoraran la vida

“prospera” de sus coterráneos que habían emigrado a alguna zona urbana, como

lo señalaba Mendes Gonçalves “El hombre huye del campo porque no encuentra

en el mundo rural, los adelantos de todo orden que con sólo estirar la mano puede

alcanzar el ciudadano”(Mendes Gonçalves, 1942), o tal como lo expresaba una de

las preocupaciones debatidas en la Conferencia de Expertos en viviendas

tropicales celebrada en Caracas (Venezuela) en Diciembre de 1947 “Otro aspecto

importantísimo que Encontraron (...), fue el relacionado con el arraigo del

campesino a su parcela, mejorándole las condiciones de vida, lo cual permite

resolver en parte el problema de la afluencia a las ciudades (...)” (Ramírez J,

1947).

El arraigo a la tierra se vuelve una misión indispensable con la voluntad de

construir tantas viviendas que suplan la confortabilidad de los campesinos, para

los muchos que pudieran estar pensando en la necesidad de migrar de sus

“ranchos”, no solo aquí en Colombia sino en otros países sudamericanos como

Argentina. Muestra de esto es lo que dice Mendes Gonçalves sobre la provincia de

Santa Cruz, “La tierra fiscal y las necesidades para lograr su propiedad privada

(...), la falta de arraigo, el propósito de realizar fortuna prontamente y de regresar

a corto plazo a los centros populosos o a medios de vida mas confortables son (...)

motivos que en uno o en otro caso pueden explicar esa apariencia de provisional

que caracteriza a la inmensa mayoría de los edificios de la Patagonia” (1942) Se

sigue ingenuamente pensando en que la posibilidad de vivir en el campo sea la

manera en que se llegue a rechazar la vida industrial y citadina. La ciudad se

estaba sobresaturando de gentes y muchas gentes en un espacio tan reducido

representaba mayores costos sociales y el empeoramiento de una imagen

agradable de ciudad.

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Existía en este periodo una preocupación no resuelta antes y que permaneció

como factor importante en las recomendaciones acerca de vivienda y esta era la

higiene, pero ya que su surgimiento se dio aproximadamente a principios del siglo

XX, no será suficientemente descrita en este estudio.

No eran aislados los intentos, ni las opiniones por proveer de ornato, confort e

higiene a las casas campesinas, hacían parte tanto de leyes como de informes de

los ministerios al congreso y de artículos de arquitectos especializados, era tal la

apropiación de estas necesidades recién “descubiertas” que se llegó a decir que

eran las preocupaciones inherentes de la arquitectura “Salvo en (...) y en otras

contadas poblaciones , las casas son de (...) mal gusto, no tienen proporciones ni

armonía, ni belleza, ni comodidades, ni higiene. Necesita, pues, el Huila una gran

“inyección” de arquitectura” (Olano, 1935)

Desde la decoración parte la “alegría” de una construcción. Otros problemas

pueden ser solucionados con el tiempo pero “hermosear” las viviendas es un

asunto perentorio y para el cual se destinaron grandes esfuerzos y recursos, pero

no sólo la alegría de una construcción, sino de sus habitantes como lo resalta

Olano en otra parte de su informe presentado al Ministerio de Educación de la

siguiente manera “(...) la habitación del hombre y de su familia, debe ser bien

construida, limpia, confortable, aunque sea pobre, debe ser la base del decoro de

la vida” (Olano, 1935).

De esta manera es como un discurso oficial, pasa de ser un simple mandato que

se cumple para bien o para mal, a un legado moral que yace en el interior de las

personas, que le da alegría a su vida o se la quita, claro, no se plantea de manera

explícita una necesidad pero la critica a quien no vive con “decoro” u “ornato” lo

ponen en la categoría de subhumano, de digno de la más misericordiosa ayuda.

Surge la pregunta: Como pudieron cargar con este estilo de vida antes? Que fue

de ellos antes de la llegada de la “alegría” citadina tantas veces enunciada.

Page 27: arquitectura en colombia  periodo de 1930 a 1950

La vida durante este periodo se desenvuelve en medio de tantos esfuerzos por

conseguir una casa acorde con las instrucciones tanto arquitectónicas, como

sociológicas que pareciera que la habitación adquiriera identidad y importancia

dentro de la familia como foco principal de una cultura modernizante. Es decir,

todo un aparato de inmensas proporciones esparciendo su influencia en todos los

niveles, esto incluyendo la intimidad del hogar, entendido como una serie de

disposiciones arquitectónicas antes que como alguna relación entre las personas.

Se adecuaron a pensar, como aún se hace, que con el gobierno sobre los

factores externos al individuo determinantes se podía tener una vida agradable.

En palabras de Michel Foucault “(...) la penetración del reglamento hasta los más

finos detalles de la existencia y por intermedio de una jerarquia completa que

garantiza el funcionamiento capilar del poder”4

Escapando del dialectismo en el que caen los análisis que determinan problemas

devenidos de relaciones bondad-mezquindad, Estado-Sociedad civil, etc., esta

divulgación defiende un análisis que debe ir mas allá de los escenarios

contextuales y observables para llegar a preguntarse el como se logra un gobierno

invisible de las actividades cotidianas de una persona cualquiera. Los valores que

se han descrito cobran una importancia vital para la elaboración de discursos lo

suficientemente deseables, buenos y útiles como para que los gobernados crean

que no pueden vivir sin lo que se les ofrece de manera caritativa y basada en

supuestos fuertemente teóricos, bien elaborados y convincentes para las personas

de una determinada situación histórica.

Los valores son el instrumento menos visible y mas poderoso del ejercicio de un

gobierno ya que “En el acto moral, cuando elegimos, tenemos que decidir sobre

una acuarela de opciones y la opción a elegir ha de fundamentarse en una

preferencia, vale decir que nuestra elección escogida es preferible a las otras

4 Foucault. Michel, Vigilar y Castigar. 1976.

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posibilidades por sus consecuencias o resultados, ya que se nos presenta más

valioso, más digno”5, esto implica un empleo menor de energía en la intención por

hacer que un mandato se disperse como obligatorio y se cumpla, no requiere del

precio político y económico que implica la vigilancia absoluta o el castigo

desmesurado, los valores se constituyen como un poder incorpóreo y sin rostro

que es ejercido por todos y por ninguno y que actúa de la manera más brutal

sobre cada una de las personas sin tener que ser aplicado de una manera directa.

“[…] el valor no lo poseen los objetos de por sí, sino que éstos lo adquieren

gracias a su relación con el hombre como ser social. Pero los objetos, a su vez,

sólo pueden ser valiosos cuando están dotados efectivamente de ciertas

propiedades objetivas” (Sánchez Vásquez, 1999) Pero dichas propiedades que

Sánchez llama “objetivas” son fijadas en últimas por sujetos de carne y hueso, que

actúan según su conveniencia o que están convencidos de haber hallado la

solución a los problemas, sin darse cuenta de estar siendo móviles de algo mucho

más grande.

Volviendo al sustrato de la historia de Colombia tratado aquí, el cual fue regido por

los valores ya mencionados, ornato y confort, se puede decir que fueron

maneras sutiles de impulsar cambios convenientes para cierto sector de la

sociedad haciendo creer al resto que sería lo más útil para todos. Es lo que

Nietzche llamaría moral de señores, esta, según él, es la portadora de lo “bueno”

de lo que es digno de ser imitado y de lo que debe ser el norte de cualquier

decisión. Por otra parte existe la moral de esclavos, que corresponde a lo que

debe ser escondido, rechazado y olvidado.

5 http://lauca.usach.cl/~aremente/etica/etica6.htm, Sin autor. Guía N° 6. Los Valores. UNIVERSIDAD DE

SANTIAGO DE CHILE

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En el caso de la vivienda, el estilo europeo y por tanto, de los burgueses

colombianos era el que debía ser llevado a cada rincón de la patria sin importar las

razones por las cuales existía otro, sólo teniendo como objetivos sublimes la

civilización, el progreso y la superación de un atraso que en aquel momento se

daba por hecho, que era propio de los campesinos, como queda claro en la (cita

con la que empieza el texto).

La labor de desmembrar este tipo de imposiciones invisibles no siempre es

sencilla ya que muchas parecen obvias o simplemente necesarias, y con el debido

apoyo de un discurso científico, lo parecen mucho más, tal como lo pensaron las

personas de esta época que pensaban que la “civilización” era el camino seguro

hacía la felicidad de las personas, perdiendo de vista lo más cercano, olvidándose

de preguntar por la importancia del estilo de vida ya existente, por las condiciones

PROPIAS de los territorios y los pueblos de Colombia.

La vida rural comenzó a ser triste, despreciable y poco digna, en cuanto los

anhelos de modernidad se materializaron en posturas ideológicas, practicas

económicas y costumbres sociales.

Podría haber surgido alguna otra propuesta diferente a la de hacer que el

campesino “mejorara” su vivienda respecto al ornato o al confort, alguna

propuesta que fuera encaminada a mejorar su nivel de vida a largo plazo y no

planteándole soluciones rápidas a problemas inexistentes, como las que se

planteaban como respuesta al mal gusto y la falta de armonía en un proyecto de

gran importancia como la comisión de cultura aldeana. Este ultimo comentario se

refiere a una serie de conferencias realizadas por expertos en diferentes pueblos

del país en donde se hacía gran énfasis en asuntos como el siguiente: “Y para las

casas actuales aconsejaba hermosearlas con un gasto insignificante, blanqueando

el frente, pintando las puertas y ventanas, sembrando flores en el patio. En vívidas

frases les mostraba así como el pueblecito quedaría alegre, limpio, amable.”

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(Olano, 1935). Los avances en arquitectura hubiesen sido un poco más útiles si

con poco dinero no se hubieran podido “hermosear” las viviendas sino hacer algo

que impulsara un desarrollo en el país más allá del “prestigio”.

Se puede dar conclusión a este análisis, explicando la intención del acercamiento

elemental a las formas de gobierno sutil, en el que se evidencia la posibilidad de

imponer un discurso científico (dado su carácter experimental) con sus propias

necesidades, a través del trabajo paradigmático de la gobernabilidad en Colombia

dada durante el periodo estudiado (1930-1950). Las investigaciones de carácter

axiológico serán distinguidas en la labor transformadora de una cultura política

basada en los partidos, o en el conflicto armado si se dedican con mayor esfuerzo

y fuero al cultivo de una fractura en el orden social bajo la amenaza de que los

actos humanos siempre llevan consigo implicaciones éticas que son a veces

inconscientes y que se justifican a medida que se van develando las necesidades

que le dan sustento material e individual. Muchas veces la gente no se da cuenta

que solo actúa bajo las restricciones de un “poder capilar”6, o que las relaciones

que establece con su entorno son netamente puentes para el alcance de objetivos

personales y necesidades particulares. La historia de los valores hecha de una

manera real es un sustento para hacer que la sociedad empiece a pensar en la

posibilidad legítima de hacer valer su libertad política.

6Foucault Michel, op. cit.