Arte y representación en el islam

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    Las artes en el Islam: entre prohibicin y figuracin

    Silvia Naef Universit de Genve

    Boletn Hispnico Helvtico, volumen 9 (primavera 2007).

    Cuando hablamos de imagen y de Islam, las palabras quems comnmente nos vienen a la cabeza son ausencia oprohibicin. Solemos pensar que el Islam rechaza todo tipo deimagen figurativa, que es profundamente hostil a ellas.

    Sin embargo, sta no es slo la idea que los occidentales handerivado de su discurso orientalista, sino muy a menudo tambinla de los primeros implicados en el asunto, a saber, los propioshabitantes de los pases musulmanes. En este sentido, podrancitarse innumerables casos. As, por ejemplo, en un libro publicadoen 1978 y reeditado en 2000, Mohamed Aziza hablaba de laconquista de la figuracin1. En sus memorias, los pioneros,esto es, los primeros artistas que practicaron el arte de concepcinoccidental (finales del siglo XIX- principios del siglo XX), hablabana menudo de la inexistencia del arte en sus respectivos pases,entendiendo por arte exclusivamente el figurativo.

    Qu es lo que ocurre? Es cierto que el Islam prohbe la figura-cin? Y, si as fuera, en qu medida?

    stas son las preguntas a las que vamos a tratar de responderen el presente artculo. Para ello procederemos de una manerabastante clsica, partiendo de los textos sagrados, el Corn y loshadiths, para a continuacin centrarnos en la produccin artsticaen los pases islmicos hasta la entrada en la poca moderna.

    *Una versin francesa de este artculo apareci en el Bulletin de la Socit SuisseMoyen Orient et Civilisation Islamque 23 (2006), pgs. 19-23, con el ttulo Les arts enIslam, entre interdiction et figuration.

    1 Mohamed Aziza, Limage et lIslam, Limage dans la socit arabe contemporaine,Paris, Albin Michel, 1978, pg. 44.

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    1. LOS FUNDAMENTOS TEOLGICOS

    Cuando hablamos de imgenes en el contexto islmico, nosreferimos a las imgenes figurativas de seres animados, provistosde ruh, esto es, de aliento vital; se trata, por lo tanto, de sereshumanos y animales. Las plantas, los minerales y los objetos nopertenecen a esta categora.

    1.1- El Corn

    El Corn, la palabra de Dios para el creyente, no haceprcticamente alusin a la imagen. El trmino sura (imagen)aparece una sola vez, y se refiere a la creacin de Adn: pues lte ha dado la forma (sura) que ha querido (82, 8). Se trata de underivado de la raz sawwara, que significa modelar, formar unacosa de una manera o de otra, darle una forma, crear, un verboque encontramos cuatro veces en el Corn para designar la accincreadora de Dios [3, 6; 7, 11; 40, 64; 64, 3].

    En cambio, el Corn habla en varios lugares de la idolatra,practicada por los rabes antes del advenimiento del Islam, y lacondena enrgicamente. As, Abraham, que en cierto modo es elprototipo de Mahoma, igual que la religin abrahmica constituyeel prototipo de la religin musulmana, es un destructor de dolos.En el Corn 21, 57-58, exclama: En nombre de Dios, voy a tendertrampas a vuestros dolos en cuanto os deis la vuelta! l losdespedaz todos, a excepcin del ms grande2.

    Es en ese sentido como debemos interpretar el nico versculoque condena la idolatra y sus objetos de culto, designados con eltrmino ansab, que significa piedras erigidas. En Arabia,efectivamente, como en otras regiones de Oriente Prximo, laspiedras constituan a menudo objeto de culto. Oh, vosotros quecreis! El vino, los juegos de azar, las piedras erigidas [ansab] y lasflechas adivinatorias son una abominacin y una obra del Demonio.Evitadlas [5, 90]. El texto menciona la adoracin de piedraserigidas entre toda una serie de actos reprobados que se asocianal paganismo: no es en absoluto una cuestin de imgenes. Deeste modo, sera inexacto afirmar que el Corn condena las imgenes.

    2 Traducimos de la versin francesa de Denise Masson.

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    1.2- Los hadiths

    Los hadiths, en cambio, palabras y actos atribuidos al profeta,son ms precisos. Aqu consideraremos tambin los hadiths de loschitas duodecimanos, a los que a menudo se atribuye (y no sinrazn) una actitud ms liberal en lo concerniente a las imgenes.Slo hay que precisar que, si bien el texto del Corn utilizado porlas dos comunidades es el mismo, los hadiths son distintos, ya quepara los chitas duodecimanos, los hadiths pueden proceder tambinde los imanes, descendientes del profeta.

    En las colecciones de hadiths, a pesar de su subdivisin encaptulos temticos, no encontramos ninguno referidoespecficamente a la imagen. sta es mencionada en diferenteslugares, y la mayora de las veces existen varias versiones delmismo texto.

    En los hadiths podemos encontrar dos tipos de actitud respectoa la imagen:

    1) Las imgenes asimiladas a los dolos- son impuras y, por lotanto, incompatibles con la prctica de la oracin. Esta idea apareceen numerosos textos, tanto chitas como sunes, del siguientetenor: Los ngeles no entrarn en una casa donde haya un perro[considerado impuro] ni donde haya imgenes3. Los chitas vantodava ms lejos al afirmar la impureza de las imgenes, ya quea los perros aaden los orinales: [nosotros], las cohortes dengeles, no entraremos en una casa donde haya un perro, la efigiede un cuerpo (timthl jasad) o un orinal4. No obstante, los chitasconsienten, al contrario que los sunes, que la oracin se realice enuna habitacin donde haya imgenes, siempre que stas se hallencubiertas por un pao o sbana5.

    En cambio, tanto los chitas como los sunes aceptan las imgenescolocadas en cojines o alfombras, sobre los que uno pisa o se sienta,ya que as lo creen los juristas musulmanes- no se podra adoraruna imagen que se desprecia hasta tal punto.

    Tambin las muecas, pese a su carcter tridimensional, escapana la prohibicin de la figuracin, ya que su valor positivo educara las nias en las tareas de la maternidad- prevalece sobre su

    3 Bukhari [El Bokhari], Les traditions islamiques, trad. O. Houdas, 4 vols., Paris,A. Maisonneuve, 1977, titre 77, 87.

    4 al-Kulayni, Furu al-Kafi, Beirut, Dar al-Adwa, Tazwiq al-buyut, 2.5 al-Tusi, Al-istibsar fi ma ukhtulifa min al-akhbar, Beirut, Dar al-Adwa, ch. 233,

    1502, 1.

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    carcter nocivo. Los hadiths relatan, en ese sentido, cmo el profetahabra permitido que su mujer, Aixa, extremadamente joven alcasarse, jugara a las muecas con sus amigas; otro hadith nos lapresenta jugando con un caballo alado, lo que habra hecho sonreral profeta6.

    2) Aqullos que producen imgenes los musawwir, trminocon que se designa a Dios creador, y que es uno de sus 99 nombres-pretenden ponerse al mismo nivel que l, puesto que producensura, es decir, crean. De ah el castigo que les espera en el ms all:sern enviados al Infierno y se les obligar a dotar de vida a suscriaturas. Como fracasarn en el intento, se les obligar apermanecer all eternamente, tal y como se describe en algunostextos: El da de la Resurreccin, sern los pintores quienes sufranlos ms terribles castigos divinos7. Encontramos la misma idea envarios puntos de los textos chitas: Quien haya realizado unaefigie recibir la orden, el da de la Resurreccin, de dotarla de unalma8.

    Sin embargo, no todas las imgenes estn prohibidas, como lodemuestra la respuesta dada a un pintor que, preocupado por laprohibicin, pregunt si no podra ejercer nunca ms su oficio: Site resulta absolutamente necesario hacerlas [las imgenes],representa rboles y todas las cosas que no tienen alma9. Hay unhadith chita que comenta el versculo cornico en que los djinnsconstruyen el palacio de Salomn, y que expresa una idea semejante:Dios Altsimo dijo: Ellos [los djinns] fabricaron para l [Salomn]todo lo que quiso: santuarios, estatuas [Corn, 34, 13]. [El 6imn Jafar al-Sadiq] dijo: en nombre de Dios, que no son estatuasde hombres ni de mujeres, sino de rboles y de cosas semejantes10.

    De este modo, podemos constatar fcilmente que, pese a ladiversidad de las fuentes y los tipos de alusin, los textos sunes ylos chitas coinciden, generalmente, en su carcter desfavorable alas imgenes.

    6 Abu Daud, Sunan, trad. A. Hasan, 3 vols., Nueva Delhi, Kitab Bhavan, 1990,captulos 1769, 4913 y 4914; para el primer hadith, cf. tambin Bukhari y Muslim.

    7 Bukhari, op. cit., ttulo 77, 89, 1.8 Kulayni, Al-Kafi, Tazwiq al-buyut, 4. Una versin parecida del mismo

    relato: Kulayni, Al-Kafi, Tazwiq al-buyut, 10.9 Muslim, Sahih, Beirut, Muassassat Izz al-Din, 1987, 37, 99 (2110).10 Kulayni, Al-Kafi, Tazwiq al-buyut, 7. Parece tambin que se cortaba la

    cabeza a los personajes representados en las imgenes: Kulayni, Al-Kafi, Tazwiqal-buyut, 8 y 9.

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    1.3- La posicin de los telogos

    Si bien el Corn no menciona las imgenes, los hadiths tantochitas como sunes- adoptan una actitud claramente hostil respectoa ellas. La mayora de los telogos llega a las siguientes conclusiones:

    las imgenes, en general, han de evitarse, ya que hacenimpropios para la oracin los lugares en que se encuentran, y sobretodo las imgenes tridimensionales, puesto que recuerdandemasiado a los dolos de la Arabia preislmica.

    existen, no obstante, excepciones, que dependen del lugaren que se encuentra la imagen o del uso que se le da. Por ejemplo,las alfombras pueden estar decoradas con figuras, y las muecasestn admitidas por la prctica totalidad de los telogos.

    Para algunos de ellos, no obstante, existe otra preocupacin, yms concretamente para el gran filsofo al-Ghazali, muerto en1111: el rechazo del lujo que debera caracterizar al hombrepiadoso. En este sentido, Ghazali hace constar las imgenes en unalista de objetos valiosos, entre los que se cuentan los brocados o lasvajillas de plata. Para Ghazali, un buen musulmn debera declinarla invitacin a acudir a un lugar donde se utilicen ese tipo deobjetos11.

    2. RESUMEN HISTRICO DEL DESARROLLO DEL ARTE FIGURATIVO EN EL ISLAM

    Antes de referirnos al arte en los pases islmicos, cabe haceruna precisin: debemos ser conscientes de que no contamos confuentes escritas de los perodos ms antiguos, de manera que slola arqueologa y la especulacin nos permiten llegar a algunasconclusiones. Adems, es imposible saber si los objetos que noshan llegado son representativos del conjunto de la produccin dela poca.

    2.1- Primeros siglos

    Los dos templos ms antiguos erigidos por los musulmanesson la Cpula del Pen, en Jerusaln (691-92), y la Mezquita de losOmeyas, en Damasco (714-15). Ambos fueron construidos, segnel testimonio de los historiadores, para rivalizar con las iglesiascristianas y para dar ms lustre a la nueva religin.

    11 al-Ghazali, Ihya ulum al-din, 2 vols., El Cairo, Maktabat Isa al-Baba al-Halabi,1908-9: 2, 13-14.

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    Ahora bien, qu nos llama la atencin en ellos? Si bien su estiloy sus tcnicas de decoracin muestran todava un claro vnculocon la Antigedad tarda, no hallamos representaciones de seresanimados, sino de plantas y edificios [imagen n 1]. En cambio, loscastillos que esos mismos califas Omeyas mandaron erigir duranteel mismo perodo en el desierto de Siria, estn decorados conrepresentaciones de seres humanos y de animales. Se representanincluso divinidades paganas y bailarinas desnudas. Para explicareste hecho se han formulado numerosas hiptesis, pero la nicaque resulta convincente es que se estableciera, desde la primerapoca, una distincin muy clara entre espacio sagrado (o consa-grado a la prctica religiosa) y espacio profano. En efecto, estadistincin se basa, para el Islam, en la dicotoma puro/impuro: as,cada vez que un creyente cumple con un deber religioso, debeencontrarse en un estado de pureza ritual, y el lugar donde llevaa cabo este acto debe ser tambin puro. De ah proviene, de hecho,el uso de la alfombra para la oracin, ya que delimita el espacio dela pureza12.

    12 Cf. Silvia Naef, Einige berlegungen zur Unterscheidung zwischen sakralemund profanem Raum im Islam, in D. Pezzoli-Olgiati/F. Stolz (ds.) Cartografareligiosa/ Religise Kartographie/ Cartographie religieuse, Berne, Peter Lang, 2000, 289-307.

    imagen 1Damasco, Mezquita de los Omeyas (patio)

    (todas las ilustraciones: fotografas de Silvia Naef)

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    Ahora bien, para los juristas musulmanes, las representacionesfigurativas, asociadas a los dolos, son impuras (aunque existenexcepciones): de ah su expulsin de los lugares destinados a laoracin [imagen n 2].

    En el arte profano, en cambio, lafiguracin se ha hallado siemprepresente [imagen n 3]. Especialmenteen la poca abasida (750-1258) halla-mos representaciones de seres huma-nos y de animales para decorarobjetos de cermica y murales, sobretodo en el palacio califal de Samarra,cuya construccin se inicia en 838.

    2.2- Los manuscritos ilustrados

    El verdadero punto de inflexinse producir con la aparicin de losmanuscritos ilustrados, los msantiguos de los cuales datan de lossiglos XII y XIII. El papel, cuyo usose generaliza en el mundo musulmna partir de los siglos IX y X, desem-pea un rol fundamental en estefenmeno: es ms fcil y ms baratode producir que el pergamino o elpapiro, por lo que permite aumentarla produccin de libros, pero tambinresulta ms apto para las ilustra-ciones, dada su mayor flexibilidad.

    Otra de las causas podra ser la traduccin de obras cientficasde la Antigedad, cuyas ilustraciones habran sido directamentecopiadas o adaptadas. As, el manuscrito ilustrado ms antiguo esun Tratado sobre las estrellas fijas, del siglo XI (1009-10).

    La ilustracin pasa rpidamente del mbito cientfico al de laficcin: desde fbulas como Kalila wa Dimna, hasta novelas comolos clebres Maqamat, de al-Hariri, un autntico best-seller en el quese ilustran las aventuras del mercader Abu Zayd. Sin embargo, elms conocido de todos esos manuscritos, por estar firmado, es eldel pintor mesopotmico Yahya al-Wasiti, y data de 1237.

    Las miniaturas, por su parte, se asocian generalmente a Irn.Tras la invasin mongola, hacia finales del siglo XIII, aparecen los

    imagen 2Estatua funeraria,

    Yemen, siglo I a.d.C.Paris, Museo del Louvre

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    manuscritos ilustrados, pero no es hasta el siglo XIV cuando laminiatura iran empieza a representar las antiguas epopeyasiranes, como El libro de los reyes (Shahnahme), versificado en 1010por el poeta Firdawsi. Es difcil determinar las races de este arte:algunos consideran que, a travs de las miniaturas, los soberanosmongoles habran querido dar testimonio de su anclaje en lahistoria de Irn; otros lo interpretan sencillamente como unavuelta a las antiguas tradiciones.

    A partir del siglo XIV encontramos libros de historia que ilus-tran las vidas de los profetas cornicos: as, La historia universal, deRashid al-Din (1247-1318), visir del soberano mongol GhazanKhan (1295-1304), es el primer libro que ilustra varios episodios dela vida de Mahoma y de otros profetas. Es importante sealar queesta tradicin, que se perpeta a travs de los siglos, se circunscribeal mbito profano: una obra de carcter religioso no incluir nuncaimgenes de este tipo.

    La poca dorada de la pintura persa coincide con la dominacindel pas por las dinastas de los Timridas (1405-1506) y de losSafvidas (1501-1722) [imagen n 4].

    Son estos ltimos quienes convierten el chismo duodecimanoen el credo oficial del pas, si bien, como decamos ms arriba, la

    imagen 3Damasco, Maristan al-Nuri (antiguo hospital), 1154.

    Fresco en forma de pjaro decorando l'iwan abovedado.

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    imagen 4Panel de revestimiento mural,

    Irn, siglo XVIIParis, Museo del Louvre

    tradicin pictrica se instaura con anterioridad. Chah Ismail,fundador de la dinasta, y su hijo Tahmasp se rodean de losmejores pintores de su tiempo, entre los que se contaban Bihzad oAgha Mirak. Es bajo el reinado de Tahmasp cuando se termina elque muchos consideran el ms hermoso volumen del Libro de losreyes, conocido bajo el nombre de Shahnahme Houghton.Cuando, al final de su vida, Tahmasp cambia su inters por lapintura por una inclinacin hacia el misticismo, algunos de losartistas que haban trabajado para l se marchan a la India, a lacorte mongola, e imponen all la miniatura (estilo mongol).

    2.3- Retratos y pintura de historia

    A menudo se ha calificado al arte islmico como un arte detipos que, en vez de retratar a individuos concretos, representacategoras sociales o profesionales, como el mercader, el poeta, etc.No existiran, por lo tanto, ni retratos ni escenas de la vida cotidia-

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    na. Sin embargo, a partir del siglo XVI s empezamos a encontrarautnticos retratos y representaciones de la cotidianeidad [imagenn 5]. Esto ocurre de un modo an ms evidente en el arte otomanoque, inspirado en el arte persa, ilustra tambin los relatos legenda-rios y las historias de los profetas.

    Por su parte, la pintura de historia, que ensalza las gestas y lasconquistas de los sultanes, constituye un elemento importante,

    imagen 5Cntaro en cermica de Ktahiya (detalle),

    poca otomana.Estambul, Museo de Pra

    igual que el retrato. El italiano Gentile Bellini, que residi en Es-tambul entre 1479 y 1481, es el autor del primer retrato de MehmetII el Conquistador, que hoy se exhibe en la National Gallery deLondres. Bajo el reinado de Murat III (1574-1595), artistas localescomo Nakkash Osman reciben el encargo de fijar los retratos ofi-ciales de los fundadores de la dinasta otomana. Sin embargo, hayque esperar hasta Mahmud II (1808-39) para que la imagen del sul-tn sea exhibida pblicamente, ya que se tema una reaccinnegativa de la poblacin [imagen n 6]. Tambin se realizan nume-rosos retratos en la India, en el seno de la corte mongola.

    A partir del siglo XIX, el impacto tecnolgico y cultural deOccidente va a provocar una autntica multiplicacin de

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    imgenes13: en efecto, la adopcin de tcnicas mucho ms baratasde produccin y reproduccin de imgenes provoca una difusin

    13 Cf. Heyberger B. y Naef S. (eds.), La multiplication des images en pays dIslam,De lestampe la tlvision (17me-21me sicle), Istambul/Wrzburg, Ergon Verlag,2003.

    imagen 6Annimo: El sultn otomano Mahmud II, en

    su trono (mediados del siglo XIX)Estambul, Museo de Pra

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    exponencial de stas en todas las regiones y capas sociales delmundo musulmn. Artes plsticas, cine, televisin, vdeo, DVD: apartir de este momento, la imagen ha conquistado tanto losespacios privados como los pblicos [imagen n 7].

    3. ISLAM Y ARTE FIGURATIVO

    Este breve resumen demuestra claramente que el arte figurativosi bien limitado al mbito profano- ha existido siempre en lospases islmicos. De dnde procede, entonces, esa idea tan extendi-da de que el mundo musulmn carece de imgenes?

    Cabe recordar que nuestros conocimientos cientficos del mun-do musulmn se remontan al siglo XIX; para comprenderlo, lossabios de aquel momento se basaban, fundamentalmente, en lostextos religiosos normativos que, como hemos visto, se pronunciandesfavorablemente sobre la presencia de imgenes. De ah laconclusin, un poco apresurada, de que lo que no deba existir nopoda existir, confirmada por la ausencia de imgenes en lasmezquitas y en las obras de carcter religioso [imagen n 8]. As, losprimeros europeos que contemplan los frescos y mosaicos de los

    imagen 7Ahmad Moualla (Siria): Composicin, 2000.

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    castillos del desierto sirio, concluyen que stos proceden de laAntigedad tarda. Slo ms tarde se descubre, gracias a lasinscripciones, que, en realidad, estas obras pertenecen a la poca

    musulmana. Sin embargo, al igual que las miniaturas iranes, se lasconsidera casos excepcionales. Para los pases francfonos, laprctica ausencia de imgenes figurativas en el Magreb fenmeno

    imagen 8Mahdia (Tnez), Gran Mezquita, sala de oracin y mihrab.

    El edificio, una fundacin fatimita del siglo IX, parcialmentedestruido, fue reconstruido en los aos 60

    por el arquitecto francs A. Lzine.

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    14 Para un debate ms detallado sobre esta cuestin, cf. Silvia Naef, Y a-t-il unequestion de limage en Islam?, Paris, Tradre, 2004. Se va a publicar una traduccinal alemn en 2007 en C. H. Beck.

    que, todava hoy, no ha encontrado una explicacin satisfactoria-contribuye a reforzar esa idea de una carencia prcticamente totalde figuracin.

    Esta percepcin debe ser corregida: en efecto, el Islam no hahecho desaparecer las imgenes, sino que las ha expulsado delmbito religioso (por lo menos, de la religin oficial). No hay, porlo tanto, una ausencia de imgenes, sino un uso diferente de stas,que se han mantenido, al contrario que en el cristianismo, como unfenmeno estrictamente profano14.

    (Traduccin espaola de Gabriel Sevilla Llisterri)

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