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    Biotica en Investigacin en

    Ciencias Sociales

    3erTaller organizado por elComit Asesor de Biotica de Fondecyt-CONICYT

    Diciembre de 2007

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    Derechos reservados.

    Una publicacin del Programa Fondecyt de CONICYT

    ISBN : 978-956-7524-08-2

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    Ponencias / comentarios / Declaraciones

    Bioticaen investigacinen ciencias sociales

    3dotallerorganizaDoPorelcomit asesorDe BioticaDe FonDecyt-conicyt

    DiciemBreDe 2007

    Elizabeth Lira Korneld/ eDitora

    Santiago 2008

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    nminaDe ParticiPantes

    niklas Bornhauser correaPsiclogo, Doctor en Filosoa, Universidad Complutense deMadrid.Proesor Universidad Andrs Bello.

    eugenio cceres contrerasArquitecto, Master en Matrimonio y Familia, Universidad deNavarra.Proesor del Instituto de Ciencias de la Familia.Director de investigacin y Relaciones internacionales, Univer-sidad de los Andes.

    Paola gonzlez carvajalArqueloga y Abogada, Universidad de Chile.Proesora Universidad de Chile y Universidad Adolo Ibez.

    miguel kottow langMdico-cirujano, Doctor en Medicina, Magister en Sociologa.Proesor Titular Universidad de Chile.Red Latinoamericana de Biotica-UNESCO.Comit Asesor de Biotica Fondecyt-CONICYT.

    elizaBeth lira kornFelDPsicloga, Magster en Ciencias del Desarrollo.Directora Centro de tica, Universidad Alberto Hurtado.Comit Asesor de Biotica Fondecyt-CONICYT.

    Patricio michauD chacnMdico-Cirujano.Proesor Titular Ponticia Universidad Catlica de Chile.Proesor Universidad Diego Portales.Comit de tica, Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente.Comit Asesor de Biotica Fondecyt-CONICYT.

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    carlos Pea gonzlez

    Abogado, Estudios de Postgrado en Sociologa y Filosoa,Ponticia Universidad Catlica de Chile.Proesor de Derecho, Universidad de Chile.Rector, Universidad Diego Portales.

    manuel santos alcntaraMdico-cirujano, Doctor en Ciencias Biolgicas.Proesor Adjunto, Ponticia Universidad Catlica de Chile.Comit de Biotica, Facultad de Ciencias Biolgicas,Ponticia Universidad Catlica de Chile.Comit Asesor de Biotica Fondecyt-CONICYT.

    anDrea seelenFreunD hirschArqueloga, Doctora de la Universidad de Otago, NuevaZelandia.Proesora Universidad Academia de Humanismo Cristiano

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    nDice

    Prlogo 9Vivian Heyl Chiappini

    introDuccin 11Patricio Michaud Chacn

    elementos De Biotica eninvestigacin en ciencias sociales 17Miguel Kottow Lang

    notas soBre tica, investigacinsocial y Derechos humanos 33Elizabeth Lira Korneld.

    tica y Derecho en investigacinen ciencias sociales 47Carlos Pea Gonzlez

    el ProBlema Del genociDio en tiemPos ilustraDos.

    interPelaciones liminares DesDe una ticaDel Psicoanlisis 61Niklas Bornhauser Neuber

    asPectos ticos en la investigacin enciencias De la eDucacin 79Eugenio Cceres Contreras

    la investigacin antroPolgica y arQueolgicaen raPa nui y su relacin con la comuniDaD 97Andrea Seelenreund Hirsch

    asPectos Bioticos De los estuDios genticosen PoBlaciones originarias 115Manuel Santos Alcntara

    tratamiento jurDico De los restos seosinDgenas en chile: su imPlicanciaPara la investigacin cientFica 141Paola Gonzlez Carvajal

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    Prlogo

    Desde la Comisin Nacional de Investigacin Cientcay Tecnolgica CONICYT, saludamos con entusiasmo laaparicin del Texto Biotica en Investigacin en Cien-cias Sociales, como principal producto de la tercera ver-sin del taller organizado en diciembre del ao pasadopor el Comit Asesor de Biotica de nuestro Programa

    Fondecyt.En aquella ocasin, los temas a debatir y las exposicionesde los expertos, se centraron en el mbito de las CienciasSociales, un rea que ocupa un importante lugar en el senode la comunidad cientca y acadmica, y que tiene la sin-gularidad de proyectarse signicativamente sobre el de-

    bate y la opinin de amplios sectores de nuestro pas.

    Estas jornadas de intensa actividad, nos ofrecieron unaoportunidad nica para conocer y compartir las princi-pales perspectivas que desde diversas disciplinas de lasCiencias Sociales- forman parte importante del trabajo

    biotico en Chile y en todo el mundo.

    Como expresamos en la apertura del taller, para CONICYT,la apreciacin tica de los proyectos que nanciamos tieneuna enorme relevancia. Esto ocurre no slo por los dere-

    chos de las personas que pudieran estar involucradas enlas tareas propias de la investigacin cientca, sino porquecreemos que el alto reconocimiento que los chilenos brin-damos a nuestros cientcos, est basado, entre otros ele-mentos fundantes, en el irrestricto respeto a las normativasdisponibles y a las prcticas conscientes e informadas que

    TAR

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    han caracterizado a la investigacin cientca en Chile, a lo

    largo de su historia.

    Como principal institucin del Estado en el mbito de laspolticas cientco-tecnolgicas impulsadas por el pas,nos corresponde, entonces, impulsar y promover un de-sarrollo cientco nacional que considere los aspectos so-ciales como un componente insustituible y, en ese marco,aportar al debate biotico orientado a la proteccin de losderechos de las personas y sus comunidades, en cuantosujetos de investigacin.

    Quisiera entregar nuestro reconocimiento a los autores deestos importantes textos, los profesores Niklas Bornhau-ser, Eugenio Cceres, Paola Gonzlez, Miguel Kottow,Patricio Michaud, Carlos Pea, Manuel Santos, AndreaSeelenfreund y especialmente a su editora Elizabeth Lira,los que provenientes de diversas reas del conocimien-

    to, han entregado generosamente los resultados de susreexiones y trabajos, para ponerlos a disposicin de lacomunidad cientca y de todos los chilenos.

    Esperamos que estos aportes contribuyan a fortalecer eltrabajo de nuestros cientcos y acadmicos, al interior deuna comunidad informada, responsable y consciente dellugar que ocupa en la sociedad y en el desarrollo social,cultural y econmico de Chile.

    Vivian Heyl

    Presidenta de CONICYT

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    introDuccin

    Hasta la segunda mitad del Siglo recin pasado, la ti-ca estaba mayoritariamente reducida a la reexin de loslsofos y a libros que se albergaban en los estantes delas Bibliotecas. Fue en los aos 1960-70, en que se produjoun violento remezn, que como un temblor de tierra, loshizo caer sobre los peridicos de esos das, en los que se

    comentaban los escndalos en las investigaciones en sereshumanos.

    Como consecuencia de ello, la tica baja de la pura re-exin losca a la consideracin de los problemas decada da y aparece la necesidad de tener en una mano lanoticia del da y en la otra, la reexin tica, para unirlaspor ese puente, la biotica, trmino que acua Potter, ensu libro: Biotica un puente al futuro, entrelazando el

    trmino Bios (ciencias de la vida) y Ethos (el respeto delos valores de la vida.).

    Esta contingencia de la biotica y la noticia del da, la com-probamos frecuentemente. Cuntas cartas y opiniones enlos peridicos, sobre la pldora del da despus, sobre elderecho a la vida del no nacido, sobre la eutanasia, apa-recen voces y pancartas en defensa de la vida, lo que meparece necesario y respetable, sin embargo, qu ocurrecuando se trata de la vida de los que ya estn vivos, yque mueren por fro en invierno, o por la pobreza, o conrelacin a las limitaciones al acceso a los recursos de sa-lud, entre otras tantas formas de una injusticia social? Sonmenos las voces y pancartas que se levantan en la defensade esas vidas.

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    Desde un punto de vista absolutamente personal, me que-

    da la sensacin, como que se consideraran los problemasticos, unos de primera y otros de segunda clase.

    Haciendo un smil como lo que ocurre en los aviones, pa-reciera que hay problemas ticos que viajan en primeraclase, con toda la dedicacin que a ellos se les da, y otrosque van ah, en turista, los de segunda clase y a los quese les presta menos atencin e importancia Pero hay quetener cuidado, porque en ocasiones, stos ltimos, com-prometen a muchas ms personas.

    Hago la reexin anterior, porque con la tica de la in-vestigacin tambin ocurre algo parecido. El remezn y lanoticia de la primera pgina, a la que antes hacia mencin,eran hechos relacionados con la violacin de la dignidadde personas enfermas que haban sido objeto de experi-mentacin inhumana.

    Esto llev a tomar conciencia del problema y se procla-ma que los seres humanos no son conejillos de indias, sinoque, como personas, tienen una dignidad que es inviola-

    ble.

    Sin embargo, a veces queda la sensacin, que la tica dela investigacin se redujera a lo que tiene que ver con ladignidad de las personas que estn enfermos, o con un vo-

    luntario sano y solamente en el campo de la biomedicina.Como si la intimidad estuviera reducida slo al cuerpo,como al pedirle a alguien que se quite la ropa.

    Por otra parte, hay quienes ponen toda la preocupacinen la tica de la investigacin que hace la Industria Far-

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    macutica, como si sta fuera la de mayor importancia en

    relacin con los seres humanos. Puede ser en la que par-ticipa el mayor nmero de probandos; pero no siemprees la que puede provocar ms dao, y entonces surge lapregunta Cul es el grado de preocupacin por las otrasinvestigaciones?

    Un ejemplo muy cercano a nosotros, es el de la Ley N20.120 publicada en nuestro pas el ao pasado, sobreInvestigacin Cientca y que en su primer artculo, co-mienza por limitarla, solamente a las Investigaciones Bio-mdicas.

    Habra que preguntarse Slo hay que pedir permiso auna persona cuando se le va a introducir un tubo, o sele va a sacar un trozo de piel, o se le va a dar un frmaconuevo? y Qu pasa cuando, como ocurre en las CienciasSociales, no nos introducimos en su cuerpo fsico, sino

    en su mente, sus sentimientos, sus deseos, sus valores sualma, su espritu como se quiera llamar? Acaso no es unaintervencin sobre una persona? No es una intromi-sin en su intimidad, como para permitirnos no deliberar,sobre la utilidad de esa investigacin para los sujetos o lasociedad? Para no hacerle ver los riesgos y benecios y apedirles autorizacin para hacerlo?

    El concepto de poblaciones vulnerables o personas vulne-radas, slo vale para la investigacin biomdica? Cuan-do se trata de estudiar problemas como adicciones, con-ductas anmalas, psicopatologa encubierta, relacionesinterpersonales y sociales, actitudes frente a la sexualidad,las vivencias religiosas, entre otras, con frecuencia se rea-lizan en establecimientos educacionales o en poblaciones

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    de niveles socioeconmicos bajos. Acaso estos problemas

    no los hay en otros grupos sociales? En este tipo de in-vestigaciones no se puede dejar de preguntar si se estcumpliendo con el principio biotico, que establece que esla ciencia y no la vulnerabilidad, lo que debe determinarla eleccin de la muestra a estudiar.

    Hay otro hecho ms que no siempre se tiene presente enlas investigaciones en Ciencias Sociales y es que el inves-tigador y el probando no estn solos en una isla desierta,con frecuencia, en este tipo de investigaciones, hay otraspersonas que se estn comprometiendo e implicando, sufamilia, su grupo social, incluso en ocasiones su etnia, loque obliga a ser muy delicados en su diseo.

    Por todo lo anterior es que la investigacin en CienciasSociales debe tener una evaluacin tica como cualquierotra y los Comits de tica, bajo cuyo patrocino o alero

    institucional se est realizando, deben tomar concienciade esto.

    Lo que he planteado no es una especulacin. Es productode lo que hemos comprobado en el anlisis de protocolosen Fondecyt, y que nos ha llevado a realizar este Taller.A manera de ejemplo Es aceptable que a los participan-tes en un focus group, se les diga que es posible que loque ah se dice, sea comentado afuera? Es una obligacintica del investigador, tratar de asegurar y poner todossus esfuerzos para que esto, no suceda. Si se les proponelmarlos Se har sin que ellos sepan ni den su autoriza-cin?, es de tanta signicacin el conocimiento que se vaa obtener para justicar estas conductas?

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    Son aspectos que deben ser objeto de una seria conside-

    racin por parte de los investigadores y de los Comitsde Biotica, los que en ciencias sociales, igual que en unainvestigacin biomdica, deben dar una aprobacin debi-damente justicada, ms all de la mera frase, que el estu-dio cumple con los principios ticos de una determinadainstitucin.

    No es mi nimo criticar a los Comits de Investigacinen Ciencias Sociales ya que ello tambin es frecuente enla Investigacin Biomdica y fue lo que nos llev a pre-ocuparnos en los dos talleres anteriores hechos por esteComit Asesor de Biotica.

    As como hay Cdigos para estudios biomdicos y de loscuales nos preocupamos en el Taller del ao pasado, elmaterial con relacin a la investigacin en Ciencias Socia-les es escaso.

    Sin embargo, hay referencias poco divulgadas, por ejem-plo, en las pautas ticas para investigacin biomdicadel Council for Internacional Organizations of MedicalSciences (CIOMS), en los comentarios a la pauta 6, conrelacin al consentimiento informado se hace referenciaa la retencin de informacin y engao. Sobre esto ltimodice: El engao deliberado a sujetos es considerablemen-te ms controvertido. Mentir a los sujetos es una tctica noempleada comnmente en investigaciones biomdicas.Sin embargo, los investigadores sociales y conductualesalgunas veces deliberadamente informan de manera en-gaosa a los sujetos para estudiar sus actitudes y compor-tamientos. Por ejemplo algunos cientcos han ngido ser

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    pacientes para estudiar el comportamiento de los profe-

    sionales de la salud y sus pacientes en este contexto1.

    Algunas personas sostienen que el engao deliberadonunca debe aceptarse. Otros lo admitiran en ciertas cir-cunstancias. Sin embargo, el engao no se justica cuandopodra ocultar la posibilidad de que el sujeto se expon-ga a un riesgo superior al mnimo. Cuando el engao seconsidera indispensable para el mtodo de estudio, los in-vestigadores deben demostrar ante un comit de evalua-cin tica que ningn otro mtodo de investigacin serasuciente, que podran resultar avances signicativos dela investigacin y que nada de lo que omiti, de divul-garse, ocasionara que una persona razonable rehusaraparticipar2.

    Nos ha parecido necesario, por el debido respeto a la dig-nidad del ser humano, ocuparnos esta vez, en la reexin

    sobre la Investigacin en Ciencias Sociales, para introdu-cir este aspecto en un debate que no siempre se hace y quees una obligacin, a lo menos de los comits de evaluacintica de la investigacin, los que tienen el deber, de prote-ger a cada uno y a todos los participantes en los que se vaha hacer una intervencin, de cualquier tipo que ella sea.

    Patricio Michaud Ch.

    1 Programa Regional de Biotica OPS/OMS Pautas ticas internacionales para la investigacin biomdicaen seres humanos, Santiago, LOM. 2003: 45-46.

    2 Ibid.

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    elementosDe Bioticaen

    investigacinen ciencias socialesmiguel kottow l.

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    introDuccin

    En los albores de la ciencia moderna, cuando Galileo (1564-1642) inaugura laexperimentacin y enfatiza la cuanticacin como garante de certeza epist-mica, queda tambin sentada la importancia de incorporar ciertos elementosvalricos al quehacer cientco. En primer trmino, el conocimiento empricodeba ser vlido, es decir, intersubjetivo, comprobable y aceptado por quienestienen la autoridad de incorporarlo al conocimiento vigente, lo que epistem-

    logos contemporneos con sensibilidad sociolgica han llamado estar en laverdad o participar del conocimiento y del estilo de pensamiento vigentes yaceptados en la sociedad en un momento dado1. El ejemplo de validez lo dioel mismo Galileo cuando demostr el movimiento de traslacin de la Tierra apesar de la oposicin de la Iglesia, a la cual le neg, por cierto que no abier-tamente, la autoridad para invalidar y rechazar sus resultados. En segundotrmino, incorpora a la aventura cientca el riesgo, sea por caer de la Torre dePisa durante sus experimentos de gravitacin, o sea por incurrir en el desagra-do de las autoridades eclesisticas y sufrir penurias severas, como le ocurri a

    su contemporneo y coterrneo Giordano Bruno (1548-1600) quien tanto irrita la Iglesia con su teora de mltiples mundos que termin en la hoguera.Finalmente, comienza con Galileo la posibilidad de dar aplicacin prctica alconocimiento, al entreverar el valor utilitario de la tcnica con el epistmico dela ciencia, como lo demostr en el uso del telescopio para hacer observacionesastronmicas.

    Por la misma poca queda establecido el valor estratgico de la investigacin

    cientca, cuando Francis Bacon (1561-1626) proclama que es preciso conocer ydominar la naturaleza para ponerla al servicio de las necesidades y del bienes-tar de los seres humanos: La ciencia del hombre es la medida de su potencia,pues ignorar la causa es no poder producir el efecto. No se vence a la naturale-za sino obedecindola.2 Tres siglos ms tarde este pensamiento ser retoma-do por la losofa pragmtica de Dewey, quien consideraba a Bacon como elprofeta del concepto pragmtico del conocimiento:

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    Puesto en el lenguaje de Bacon, signica que hasta ahora hemos sido razona-

    blemente exitosos en controlar la naturaleza, mas no siendo nuestra ciencia talque este control se pueda aplicar en forma dominante y exitosa al alivio de lacondicin humana.3 Bacon llama a utilizar la ciencia, Dewey le reclama quemejore el sino de la humanidad.

    la ciencianoes inmunea valoracin tica

    La enorme expansin decimonnica de las ciencias naturales, reforzada por elextremo empirismo de la escuela positivista de la primera mitad del siglo XX,hizo pensar que la ciencia es un quehacer carente de valores y que persigue elconocimiento sin entrar en deuda con la tica o con la sociedad en cuyo senotrabaja, con frecuencia citndose a Max Weber (1864-1920) en apoyo de la neu-tralidad moral y la inmunidad frente a juicios de valor en materias cientcas.Basta recordar, no obstante, que Weber se lamenta del desencantamiento delmundo, es decir, de la primaca de, y la conanza en, la razn y del puestosubalterno de los valores, para reconocer que el socilogo alemn no vea con

    buenos ojos una ciencia independiente y autorreferente:

    Es un presupuesto del trabajo cientco que los resultados que entrega seanimportantes en el sentido ser conocimiento valioso`. Y all yacen todos nues-tros problemas. Pues este presupuesto no es por su parte comprobable con losmedios de la ciencia. Su sentido ltimo slo puede ser interpretado, para luegoaceptar o rechazarlo de acuerdo a las propias posiciones fundamentales frentea la vida.; Todas las ciencias naturales responden a la pregunta: Qu debe-

    mos hacer si deseamos dominar la vida tcnicamente.4

    La ciencia no es un valor en s, sino que se engarza en un proyecto cultural quela valida ora incondicionalmente en pocas racionales e instrumentales comola actual, ora con menor entusiasmo cuando prima el humanismo, el natura-lismo o la religiosidad.

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    Cierto es que Weber fue riguroso en exigir que el mtodo cientco no se

    infectara de imprecisiones, prejuicios, errores y falsedades, y no permita con-sideraciones de valor o transgresiones morales en la observacin, exploraciny presentacin del trabajo cientco, de modo que el mtodo, situado entre elmomento inicial de ponderar y seleccionar los encargos a la ciencia, y la eva-luacin nal de aplicar los resultados, es la etapa intermedia ticamente neu-tra de la investigacin. En los casi 100 aos transcurridos desde estos pensa-mientos, la ciencia se ha modicado profundamente en al menos 4 sentidos: a)Acelera la investigacin utilizando animales, b) Inicia y expande los estudios

    con seres humanos, c) Profundiza la exploracin de elementos moleculares,submoleculares, atmicos y nanopartculas, lo cual lleva a desarrollar tcnicaspotencialmente modicadoras de la realidad, d) La investigacin se vuelvecrecientemente sosticada y costosa, con la consiguiente concentracin de loscientcos en ambientes econmicamente potentes, produciendo una expan-sin de la brecha epistmica.

    Esta cuaternidad triza cualquier intento de alejar los juicios de valor, todo locontrario, ha hecho indispensable que el quehacer cientco se someta a eva-

    luaciones ticas y reconozca obedecer a intereses extracientcos. Una ilustra-cin convincente es el Proyecto Genoma Humano, cuyo propulsor principalfue el Departamento de Energa de los EE.UU. que haba desarrollado inte-reses genticos a partir del estudio de mutaciones causadas por las bombasatmicas de Hiroshima y Nagasaki.

    El mero hecho de incorporar seres humanos a estudios que no sean destina-dos a su benecio directo, exige una acuciosa ponderacin tica por cuanto

    estos probandos estn siendo utilizados como medios para nes ajenos a ellos,lo cual lesiona el ampliamente aceptado imperativo categrico kantiano ensu tercera versin: acta de tal modo que trates a la humanidad, tanto en tupersona como en la persona de cualquier otro, siempre como n, jams slocomo medio. Esta instrumentalizacin de las personas que son sometidas aexploracin o experimentacin, unida a los riesgos que son inherentes a todoestudio que involucra a seres humanos, son factores que deben comprometer a

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    investigadores y evaluadores ticos a velar por la proteccin de estas personas,

    en independencia de las caractersticas especcas del estudio.

    En la historia de la epistemologa occidental se han dado varios intentos pordistinguir modos de conocer la realidad, desde Platn para quien conocer lasIdeas era la verdadera episteme, en tanto que la percepcin de la realidad no erams que opinin o doxa, pasando por Kant y su insistencia que la razn conocelas percepciones pero no la realidad-en-s, por Dilthey y su clasicacin de lasciencias en naturales y del espritu, hasta llegar a los positivistas y su negativaa reconocer como conocimiento aquello que no es percibido y transformado enproposiciones susceptibles de conrmacin o refutacin.

    La idea que el conocimiento es la representacin mental de la realidad, unespejo que reeja dedignamente a la naturaleza, se vuelve menos plausiblea medida que la actividad cientca es reconocida como una prctica socialdependiente de variables psicolgicas, acadmicas, culturales, econmicas ypolticas5. Esta inmersin de la ciencia en la realidad social signica que dejade ser autoreferente, para asumir una serie de responsabilidades que son co-

    munes a todas las prcticas sociales: debe rendir cuentas a la sociedad que lasustenta, a la disciplina cientca a la cual pretende contribuir, a los seres hu-manos involucrados en el proceso de investigacin, as como a todos aquellosque indirecta o an lejanamente sern inuidos por la actividad cientca arealizar. Concretamente, frente a la sociedad y a la ciencia, todo proyecto ha detener por objetivo generar bienes externos como conocimiento, reas de apli-cabilidad, soluciones a problemas, debiendo comprometerse con el sentido yla funcin que la ciencia recibe del proyecto social y cultural, como lo exigiese

    Weber.

    Estos bienes externos deben ser alcanzados de un modo probo y razonable,cumpliendo los debidos requerimientos ticos y respetando la manida perovlida frmula de que el n no puede justicar los medios, pues stos debenser ponderados en reconocimiento que las metas pudiesen ser inciertas y anobjetables. El cumplimiento del rigor tico genera los bienes internos de la

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    ciencia, que no se dejan inuir por intereses particulares algunos. Los bienes

    externos son de intercambio, no de generacin de bienes nuevos: se cumpleun servicio social y se recibe la compensacin acordada en forma de bienesmateriales, prestigio u otra prebenda. Los bienes internos, en cambio, son al-truistas, constituyen un enriquecimiento social ofrecido por quienes realizansus actividades con excelencia tica ms all de lo normado. Como todo actosupererogatorio, la generacin de bienes internos puede ser recomendada masno exigida.

    Los requerimientos ticos a la investigacin con seres humanos se cien a lonormado y acordado, gran parte de lo cual est codicado y es de pblico co-nocimiento6. Los principales ejes de evaluacin son la participacin voluntariay debidamente informada de los probandos, la proporcionalidad y pondera-cin de riesgos, y la propuesta de posibles benecios y beneciarios 7.

    Este apretado resumen se reere a la trayectoria de la tica de investigacin enciencias naturales, especialmente la biomdica en animales y con seres huma-nos, pero ha tenido escasa aplicacin en ciencias sociales, donde se dan ciertas

    peculiaridades que merecen su propio anlisis, en el entendido que estudiossociolgicos, antropolgicos, psicolgicos y an en campos como la historia yel derecho, al realizarse con participacin de personas, requieren ponderacinde los posibles riesgos y daos a que ellas pudiesen estar expuestas, sea direc-tamente o por desmedros a intereses y valores intangibles.

    Aspectos ticos Especcos de la Investigacin en CienciasSociales

    Hay ciertos aspectos ticos que ataen particularmente las investigaciones enciencias sociales, donde se suele emplear encubrimientos que, segn algunosinvestigadores, son ineludibles en estudios psicolgicos o sociolgicos. Antetodo, en algunas investigaciones psicolgicas, el protocolo pretende engaaral probando sobre las intenciones del estudio, a n de no comprometer la es-

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    pontaneidad de las respuestas. El caso emblemtico se dio con las exploracio-

    nes de obediencia a la autoridad de Milgram, donde los probandos eran inci-tados a provocar descargas elctricas de progresiva intensidad a un miembrodel grupo investigador que simulaba dolores y an la muerte. Lo engaoso yconictivo era que los probandos respondan voluntariamente a la incitacinde enviar fuertes descargas sin saber que eran cticias8.

    Prctica frecuente es tambin algn grado de ocultamiento, sea del propsitodel estudio, de alguna parte del mtodo a emplear, de los resultados o de lasfuentes de informacin. Ello puede obedecer a un compromiso de conden-cialidad, pero tambin ocurre como parte del proceso de investigacin, comoadoptar falsas identidades para ingresar al ambiente que se investiga. Las con-secuencias negativas del ocultamiento es que impide la replicacin o conrma-cin del estudio, sesga el procedimiento de consentimiento informado y hacedifcil ponderar los posibles benecios y la correccin tica del estudio, porcuanto quedan diversos elementos sin aclarar.

    Las investigaciones de las ciencias sociales hacen uso de dos mtodos que pare-

    ceran eximirlas de un control tico riguroso. Por un lado, emplean estrategiascualitativas, que son encuestas y entrevistas en profundidad, involucrando apocas personas y supuestamente no ponindolas en riesgo. Ello rara vez es as,porque es precisamente la acuciosidad de la entrevista la que inevitablemen-te toca temas sensibles de orden sentimental, sexual, religioso o recordatorio,pudiendo constituir para los probandos vivencias conictivas o dolorosas queobstaculizan su trabajo de olvido, de racionalizacin, de prdida o duelo, ya las que es incorrecto someterlos a menos que el consentimiento informado

    explcitamente haya sealado estas intrusiones en la privacidad. La otra dis-tincin aducida como eximente de evaluacin tica es que las ciencias socialesrecurren con frecuencia al procedimiento narrativo que nada tiene que ver conlos mtodos cientcos tradicionales. No obstante, la narrativa sigue siendouna forma de exploracin que busca llegar a resultados conables que puedanser publicados y se incorporen al corpus de conocimientos de la disciplina. Porende, los investigadores han de cumplir con un manojo de responsabilidades

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    morales que incluyen la solvencia acadmica, la rendicin de cuentas por re-

    cursos de apoyo recibidos, la responsabilidad de no daar a los probandos,y la responsabilidad ante la sociedad de todo proceso epistemolgico que noslo vale por s mismo sino en el contexto cultural global.

    Excelencia en Investigacin

    La investigacin cientca tanto biomdica como en ciencias sociales, tantocuantitativa como cualitativa, se cie a ciertos cnones ticos que son objetiva-mente evaluados a travs de Comits de Biotica en Investigacin asentadosen las instituciones que realizan la investigacin y complementados por orga-nismos pblicos pertinentes, como hospitales, ministerios, fuentes de nancia-miento y eventualmente otros. Por lo tanto, al tema del apropiado diseo delprotocolo y su realizacin por personas idneas y con medios acreditados quehan de asegurar la excelencia tcnica y de mtodo, se agrega una evaluacintica que vela, ante todo, por la proteccin de los probandos y muy especial-mente por el resguardo de personas limitadas en el ejercicio de su autonoma.

    La actividad cientca ha tomado rumbos que requieren ser acuciosamenteevaluados.

    Las investigaciones de alto costo migran desde los centros del saber a empre-sas comerciales especializadas en preparar y desarrollar proyectos cientcos- las CRO- Contract Research Organizations y las SMO - Site ManagementOrganizations-; una segunda migracin ha llevado a desarrollar proyectos depases industrializados en naciones pobres donde supuestamente es ms fcil

    reclutar probandos y se cree contar con un control tico menos severo9 10

    . Estasinvestigaciones estn sometidas al sesgo 90:10, el 90% de los recursos disponi-bles para investigaciones sirviendo para estudiar el 10% de las enfermedadesque ms interesan a las poblaciones pudientes y segregando un grupo de afec-ciones endmicas desatendidas -neglected diseases- que continan devastandoa las naciones ms desposedas por cuanto no se desarrollan ni hacen acce-sibles vacunas y terapias ecaces11 12. Se destaca, nalmente, que la industria

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    farmacutica, patrocinante principal de la investigacin biomdica, est ms

    preocupada de obtener patentes y modicaciones de agentes teraputicos yaintroducidos, a n de mantener sus elevados niveles de lucro, con lo cual lasinnovaciones signicativas son minora.

    Todas estas estrategias y polticas de la ciencia contempornea indican que elgrueso de las investigaciones no se realiza con miras a las necesidades de lospases del Tercer Mundo a pesar de hospedarse all, de manera que se produceun doble sesgo que traslada los benecios a los pases patrocinantes pero dejalos efectos indeseables en las naciones que albergan los estudios. Estos desa-rrollos ahondan las brechas sanitarias, de informacin y econmicas, lo cualhace imperioso que los pases afectados sean crticos y acuciosos en cuidarque las investigaciones que se desarrollan en su seno cautelen los interesesnacionales.

    Con todas estas tendencias cuya estrategia principal ha sido cautelar los inte-reses de investigadores del Primer Mundo y de la gran industria, especialmen-te la farmacutica, pierde prioridad la excelencia del mtodo cuando los nes

    ticos caen bajo la sospecha de ceder a presiones pragmticas.

    Pertinencia del Quehacer Cientco

    La ponderacin de la excelencia de mtodo es caracterstica de las cienciasnaturales, donde la instrumentacin, la cuanticacin y la especializacinpermiten desarrollar un lenguaje epistemolgico riguroso y preciso. Como yasealado, esta excelencia cientca ha de engarzarse en valores ticos que leotorguen la solvencia moral de estar persiguiendo benecios concretos paralos probandos, para el progreso cientco, para las comunidades involucradasy para el bien comn, al mismo tiempo tomando los resguardos para evitarriesgos desproporcionados y sorpresivos. Las nuevas estrategias de la investi-gacin sugieren la necesidad de incorporar un tercer elemento de evaluacin,referido a lo que Weber llamaba el sentido de la ciencia. Los pases menos de-

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    sarrollados, decitarios en recursos para la investigacin propia, deben velar

    porque la actividad cientca a la que prestan escenario tenga sentido y valorpara la realidad socio-cultural nacional. Al anlisis tcnico y a la evaluacintica es preciso agregar el requerimiento de pertinencia, sobre todo para lasciencias sociales cuya agenda de investigacin est por denicin dedicada ala problemtica que aqueja a la sociedad y al desarrollo de conocimiento quefortalece la identidad cultural de la comunidad.

    Pertinencia o atingencia es la relacin que se establece entre un problema queafecta a la sociedad y los esfuerzos por solucionarlo, en el caso de la investi-gacin cientca es indagar y generar conocimientos que estn vinculados aresolver dicultades que se dan en el seno de la sociedad y en su relacin conel medio ambiente. Como la cantidad de problemas de una sociedad excedela posibilidad de acometerlos, ser necesario dar prioridad a aquellos que sonms urgentes por cuanto producen mayores daos o causan lesiones irrever-sibles. Esta jerarquizacin genera el criterio de la relevancia, mediante el cuales posible decidir qu proyectos han de ser apoyados con mayor urgencia,cuando no es posible nanciar todos los meritorios.

    A primera vista parece conrmarse que los criterios de pertinencia y relevan-cia se cargan de una fuerte dosis de subjetividad que difcilmente tiene cabidaen una actividad como la investigacin cientca, adems que se insina comoms fcil la aplicacin de atingencia a las investigacin biomdica que a la so-cial, a pesar que sta por su naturaleza se compromete con problemas socialesreales y por ende pertinentes de estudiar.

    A n de aplicar el criterio de pertinencia a disciplinas de muy diversa factura,es posible distinguir una pertinencia externa y otra interna. Un proyecto esexternamente pertinente cuando su vnculo o su razn de ser est por fuerade la disciplina que investiga, como hacer estudios oceanogrcos que ayuda-rn al Estado a mejor administrar los recursos martimos. Reconociendo queexisten muchas disciplinas heursticamente importantes pero que sin embargono tienen un vnculo muy directo con los problemas del mundo circundante,

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    cabe pensar en una pertinencia interna, en la cual el estudio propuesto toma

    importancia para el mejor conocimiento y desarrollo de la disciplina misma.Tambin son de pertinencia interna o intrnseca los estudios que enriquecen elacervo cultural de la sociedad y le ayudan a identicarse mejor, como ocurrecon investigaciones histricas y artsticas.

    Con frecuencia se oye hablar de la sociedad tardo-moderna como una sociedadcompleja, que es un juicio descriptivo, pero que implica que es complicada, locual es a su vez un juicio de valor. Las situaciones complicadas son problem-ticas, de modo que la tendencia futura va hacia la mayor necesidad de estudiossociales para enfrentar lo que en lenguaje de Habermas es una razn pragm-tica desbocada y una razn comunicativa atroada. La celebracin baconianade la ciencia como la va regia hacia el control de la naturaleza tiene que com-partir espacio con la crisis social y ecolgica que clama por entender mejorlos procesos sociales para hacer posible la convivencia de los seres humanosy la pervivencia de la humanidad. En este nuevo paradigma heurstico cobrafundamental importancia la pertinencia del quehacer cientco, ante todo paranaciones que no pueden esperar que otros les solucionen sus problemas ni

    tienen los recursos sucientes para acometerlos todos simultneamente. Lapertinencia se convierte en un requerimiento tico comprometido ms con laesclarecida eleccin de los proyectos cientcos que importan al pas, que conla calidad tcnica de la investigacin.

    El llamado a la pertinencia se est dejando or con creciente frecuencia, pro-viniendo tanto de pases del Tercer Mundo que ven con desazn la despreo-cupacin del mundo cientco por los problemas locales y la incapacidad por

    falta de recursos de desarrollar una ciencia propia, como tambin de orga-nismos internacionales que enfrentan tareas socioeconmicas y ecolgicas in-gentes sin contar con una poltica de despliegue cientco que sea coherentecon las necesidades de las poblaciones desmedradas13. La evolucin de laspolticas cientcas internacionales sugiere la necesidad que los pases menosdesarrollados concentren su atencin en un quehacer cientco atingente a surealidad, lo cual signica un fomento de proyectos que no slo tengan diseos

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    impecables, sino que adems se inserten en las inquietudes y problemas que

    la sociedad requiere solucionar. Las ciencias sociales y las humanidades estnllamadas a jugar un papel substancialmente ms central en producir conoci-mientos sociales y culturales de importancia para el pas.

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    Reerencias

    1. Fleck L. Entstehung und Entwicklung einer wissenschaftlichen. Tatsache.Frankfurt aM, Suhrkamp 1980.

    2. Bacon F. Instauratio magna. Novum organum. Nueva Atlntida. Mxico:Editorial Porra; 1991: 37.

    3. Dewey J. Reconstruction in philosophy. New York, Mentor; 1955: 55.

    4. Weber M. Wissenschaft als Beruf 1917/1919. Tbingen, JCB Mohr (PaulSiebeck); 1994: 13.

    5. Rorty R. Philosophy and the mirror of nature. Princeton, Princeton UniversityPress; 1980.

    6. Kottow M. (ed.):Marcos normativos en tica de la investigacin cientca conseres humanos. Santiago, CONICYT; 2007.

    7. Kottow M. (ed.): Biotica e investigacin con seres humanos y en animales.

    Santiago, CONICYT; 2006.

    8. Milgram S. Behavioral study of obedience.Journal of Abnormal and SocialPsychology 1963; 67: 371-378.

    9. Nufeld Council Ethics. The ethics of research related to healthcare in develo-ping countries. London, Nufeld Council Ethics; 2002.

    10. Ruiz Ibarreta D, Lheureux K & Rodrguez-Cerezo E. Industry fundedclinical trials in developing countries. En: The European Group on Ethics

    in Science and New Technologies to the European Commission (ed.):Opinion Nr. 17 on ethical aspects of clinical research in developing countries,Luxenbourg, European Communities; 2003: 189-203.

    11. Global Forum for Health Research. The 10/90 report on health research,2001-2002.; 2002.

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    Captulo 1Derechos Humanos: Marco tico de la Ciencia 31

    12. Hunt P. Neglected diseases: A human rights analysis. Special topics in

    social, economic and behavioral science report series; no. 6. Geneva, WHO;2007.

    13. WHO Task Force & WHO Equity Team. Priorities for research to takeforward the health equity policy agenda. Bulletin of the WHO, 2005; 83:948-953.

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    notas soBre tica, investigacinsocialy Derechos humanos

    elizaBeth lira k.

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    1 Ejemplo del desarrollo de investigaciones impensables aos atrs fue producido por el psicocoana-lista chileno Ignacio Matte Blanco, al estudiar el inconsciente bajo el prisma de la teora de conjuntos,proponiendo la teora de la bilgica sobre el funcionamiento de la mente. Ver de Ignacio MatteBlanco Ignacio Expresin en lgica simblica de las caractersticas del sistema inconsciente o lalgica del sistema inconsciente en Revista Latinoamericana de Psicoanlisis. Lima, FederacinPsicoanaltica de Amrica Latina Siklos S.R.L 1994.

    Las ciencias sociales desde su origen dieron lugar a una polmica losca

    y metodolgica acerca de las condiciones que constituyen y otorgan calidadcientca a la investigacin en los mbitos de su competencia. La discusinacerca de la interferencia de la subjetividad en el quehacer investigativo ca-licado como cientco tom aos. Diversos hallazgos originados en distintasdisciplinas demostraron que toda observacin incluye la mirada del observa-dor y lo que ella conlleva, redeniendo las nociones de objetividad vigentesdurante casi dos siglos. La inclusin explcita de las premisas de quin inves-tiga (tericas, metodolgicas, ideolgicas) ha contribuido a una redenicin

    mucho ms compleja de la nocin de objetividad que fue durante aos unsinnimo de verdadera ciencia. Hoy resulta obvio que las condiciones de losinvestigadores, su disciplina, su contexto, su saber y experiencia, sus creenciasy valores construyen esa mirada particular que hace visible el objeto durante elproceso de investigacin, mirada que forma parte de ese proceso.

    El cuestionamiento de los paradigmas de la ciencia positiva ha generadonuevos enfoques en distintas disciplinas. Se ha abordado la realidad socialfragmentndola con nes metodolgicos; se han utilizado combinaciones de

    metodologas cuantitativas y cualitativas; se han tratado de manera eclcticalas oposiciones tericas y metodolgicas. Nuevas teoras han cuestionando lasvisiones precedentes acerca del conocer y se han propuesto visiones multidis-ciplinarias impensadas1. Estas discusiones han facilitado el cuestionamientodel autoritarismo de la ciencia acerca del conocimiento y su rol social. Hancuestionado las nociones de objetividad y por cierto, de neutralidad, lo que hacontribuido a esclarecer los lmites de la investigacin y los riesgos de trans-formarla en una forma de practicar teoras sin avanzar en nuevos conocimien-

    tos. Todo ello redunda en la calidad de los resultados, en su relevancia, en su

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    contribucin al desarrollo del conocimiento y a la posibilidad de constituirse

    en insumos para las polticas sociales en distintos mbitos. Por ello, el discer-nimiento acerca del uso de teoras y metodologas concierne a la responsabili-dad del investigador y a su competencia y se constituye en el problema ticoinicial.

    Sin embargo, estas discusiones casi nunca forman parte del anlisis que sevincula a la tica de la investigacin y esta suele relacionarse ms bien, aun-que solo recientemente con el reconocimiento y el respeto de los derechos delas personas que se constituyen en sujetos de investigacin. En Fondecyt, enlos ltimos 3 aos, se ha exigido a todos los proyectos que hacen estudioscon personas una certicacin del comit de tica de la institucin a la quepertenece el investigador con el n de asegurar que se hagan efectivas las ga -rantas sobre los derechos de las personas que son sujetos de investigacin.Las exigencias apuntan a garantizar el cumplimiento de los estndares de latica de la investigacin establecidos en distintas instancias que son aplicablesa los proyectos en concurso. Dichas exigencias estn centradas principalmenteen la vericacin de las autorizaciones correspondientes para cada etapa del

    proyecto y, por tanto, en el aseguramiento de que los sujetos de investigacinhan otorgado un consentimiento informado para ser objeto del estudio y paraque los datos obtenidos sean analizados por el tiempo que se ha autorizado,garantizando su manejo condencial y su custodia apropiada en el marco delproyecto especco. Sin embargo, estas exigencias no constituyen un trmite

    burocrtico ms a completar durante el desarrollo del estudio, sino que se habuscado instalar formalmente procedimientos que garanticen el respeto de losderechos de los sujetos de investigacin en cumplimiento de las leyes vigentes,

    los estndares ticos de la investigacin con seres humanos y el respeto de losderechos y la dignidad de las personas.

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    Algunas Consideraciones Sobre los Criterios Internacionales en

    la tica de la Investigacin

    La aproximacin a la tica en el mbito profesional y cientco suele identicar-se con la formulacin de algunos principios y estndares que regulan las con-ductas en el mbito del quehacer acadmico, profesional y cientco. Muchosprofesionales estn familiarizados con los cdigos de tica de su profesin,pero no necesariamente con los estndares de la investigacin cientca. Ladenominacin de este mbito como biotica suele vincularse a investigaciones

    en biomedicina pero no est sucientemente difundida como un componentede cualquier investigacin que se realice con seres humanos. Cabe preguntar-se Cules son los principios que orientan e inspiran la conducta tica en lasciencias sociales? Cul es la tica de la investigacin en las distintas disci-plinas? Qu es lo que se debe normar? No resulta sencillo responder a estaspreguntas de manera especca debido a que hay una diversidad de prcticas,una escasez de normas escritas en las distintas disciplinas y un cierto consensoimplcito o explcito sobre los principios que regulan la actividad cientca queopera como un saber compartido, se transmite en la formacin universitaria yen las prcticas de investigacin, aunque no siempre haya sido objeto de unaformacin sistemtica y especca.

    La tica de la investigacin en ciencias sociales se ha sustentado en la bio-tica como queda claro en otros trabajos presentados en este taller. Ha sidodesarrollada en los cdigos de tica de algunas disciplinas como es el casode la Psicologa y ha sido objeto de la preocupacin de distitos grupos de in-vestigadores2. El Consejo de Investigacin Econmica y Social (Economic and

    Social Research Council) propone un conjunto de principios y estndares sobrela investigacin en ciencias sociales cualquiera sea su campo de aplicacin3.

    2 American Psychological Association,.Ethical Principles of Psychologists and Code of Conduct. 2002(Extrado el 20 Octubre 2008 de ww.apa.org/ethics/code2002.html.).

    3 Sobre los estndares internacionales ver Ethics Research Framework publicado por The Economicand Social Research Council en www.esrcsocietytoday.ac.uk (extraido el 20 de noviembre de 2007).

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    Entre otras cosas, las disposiciones propuestas por este Consejo establecen que

    toda investigacin debe ser diseada, revisada y evaluada para asegurar suintegridad y calidad por cientcos distintos de quienes llevan a cabo el estu-dio. Da gran importancia a la informacin sobre el estudio considerando comorequisito fundamental que el equipo de investigacin as como los sujetos delestudio sean informados cabalmente acerca del propsito, los mtodos y losusos posibles de la investigacin. Es decir, cada uno de los que forma o for-mar parte de la investigacin debe conocer en detalle cual es la participacinque le corresponde y qu riesgos implica, si es que los hay. Debe garantizarse

    el anonimato de los sujetos del estudio y la condencialidad de la informacinproporcionada por ellos. Los participantes en la investigacin deben hacerlovoluntariamente, libres de toda coercin y deben estar cubiertos de sufrir al-gn dao a causa de su participacin. La independencia del estudio debe estarclara para todos. Debe explicitarse cualquier conicto de intereses o situacinque pueda afectar a su imparcialidad.

    Las instrucciones asociadas a estas regulaciones establecen que la investiga-cin debe responder a un diseo cientco y que en ciertos tipos de estudios

    deben contar con experiencias previas en animales, los que a su vez deben serinvestigados bajo condiciones protegidas en cumplimiento de los estndaresticos aplicables a los estudios con animales. Debe responder al principio dela proporcionalidad y considerar los riesgos predecibles, en relacin con los

    benecios posibles. Debe respetarse el derecho de las personas que son sujetosde investigacin, debiendo prevalecer su inters y sus derechos por sobre losintereses de la ciencia y de la sociedad.

    Estos requerimientos deben ser garantizados mediante el consentimientoinformado de los sujetos de investigacin y debe respetarse la libertad delindividuo en cualquier momento del estudio, incluso para abandonarlo si aslo decide. En el caso de las investigaciones clnicas se seala que los seres hu-manos no deben ser usados como medio para otro n. Si se realiza investiga -cin sobre ellos el benecio teraputico debe estar garantizado. En nign caso

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    se puede ejercer presin moral y psicolgica sobre los sujetos de investigacin

    para obtener su participacin.

    Los principios ticos bsicos en la investigacin con seres humanos implican a)Respeto, sealndose que los que tienen libre determinacin, deben ser trata-dos de manera autnoma, y a los que carecen de esta por incapacidad mentalo fsica, falta de educacin, encarcelamiento o inestabilidad econmica tienenderecho a precauciones adicionales. b)Benecencia, se reere a que se debenmaximizar los benecios y reducir al mnimo el posible dao a los participan-tes c) Justicia. Es responsabilidad de los cientcos en el diseo de los estudiosdistribuir equitativamente los riesgos y benecios que generara la participa-cin en la investigacin4.

    Estos principios han surgido de la prctica de la investigacin con seres hu-manos en las ltimas dcadas y forman parte de un saber acumulado que seha ido renando y hacindose exigible precisamente al conocerse numerosasinvestigaciones que se han realizado con seres humanos sin respetar sus dere-chos mnimos.

    En esta ocasin me parece importante sealar que la tica de la investigacinha sido una preocupacin permanente de la UNESCO y que dicha preocupa-cin se ha plasmado en la Declaracin Universal sobre Biotica y Derechos Hu-manos publicada el 19 de octubre de 2005. En ella se deja establecido que losavances en la ciencia y la tecnologa implican problemas ticos muy diversosy han generado demandas crecientes para que se d una respuesta universala los problemas ticos que plantean esos adelantos5. Se seala que se haceindispensable tener en cuenta en cada una de las investigaciones con seres

    4 Ibid.

    5 http://portal.unesco.org/es/ev.phpURL_ID=31058&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html (Extrado 12 noviembre 2007).

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    humanos el respeto debido a la dignidad de la persona humana as como el

    respeto universal y la observancia de los derechos humanos y las libertadesfundamentales explicitando sus implicaciones6.

    En el prembulo de la Declaracin se hace la historia de la declaraciones quela preceden y en particular se hace referencia a los Pactos internacionales deDerechos Civiles y Polticos y de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales(1966), registrando las numerosas convenciones y declaraciones de NacionesUnidas que han abogado por los derechos civiles y polticos de las mujeres, ni-os y de las minoras, de las personas con discapacidad. Se mencionan las de-claraciones sobre la diversidad cultural de la UNESCO el Convenio de la OIT(N 169) sobre pueblos indgenas y tribales en pases independientes del 27 de

    junio de 1989 y otras declaraciones que hacen referencia a la responsabilidadsobre la vida y las condiciones de vida de los seres humanos. Hace referenciatambin a los instrumentos internacionales y regionales relativos a la bioticaenumerando los instrumentos, convenios y declaraciones incluyendo tambinlas Guas ticas internacionales para investigacin biomdica que involucra aseres humanos del Consejo de Organizaciones Internacionales de Ciencias M-

    dicas, aprobadas en 1982 y enmendadas en 1993 y 2002, sealando que debeentenderse compatible con el derecho internacional y las legislaciones nacio-nales de conformidad con el derecho relativo a los derechos humanos.

    Los fundamentos de esta Declaracin se encuentran en la constitucin de laUNESCO aprobada el 16 de noviembre de 1945 y en sus objetivos en relacincon la denicin de principios universales basados en valores ticos comunesque orienten los adelantos cientcos y el desarrollo tecnolgico y la transfor-

    macin social, a n de determinar los desafos que surgen en el mbito de laciencia y la tecnologa teniendo en cuenta la responsabilidad de las generacio-nes actuales para con las generaciones venideras ()

    6 Ibid.

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    La Declaracin enumera distintos elementos que se han tenido en cuenta para

    esta formulacin entre ellos que los seres humanos forman parte integran-te de la biosfera y de que desempean un importante papel en la proteccindel prjimo y de otras formas de vida, en particular los animales () que lasdecisiones relativas a las cuestiones ticas relacionadas con la medicina, lasciencias de la vida y las tecnologas conexas pueden tener repercusiones enlos individuos, familias, grupos o comunidades y en la especie humana en suconjunto () que la diversidad cultural, fuente de intercambios, innovacin ycreatividad, es necesaria para la especie humana y, en este sentido, constituye

    un patrimonio comn de la humanidad, pero destacando a la vez que no sedebe invocar a expensas de los derechos humanos y las libertades fundamen-tales () Reconociendo que la conducta cientca y tecnolgica poco tica hatenido repercusiones especiales en las comunidades indgenas y locales

    La Declaracin indica la necesidad de elaborar nuevos enfoques desde una ti-ca centrada en el mbito propio del trabajo del investigador hacia una visinque incorpora la responsabilidad social con el n de garantizar que el progre-so de la ciencia y la tecnologa contribuya a la justicia y la equidad y sirva al

    inters de la humanidad. En funcin de estos considerandos, la Declaracindene que se reere a las cuestiones ticas relacionadas con la medicina, lasciencias de la vida y las tecnologas conexas aplicadas a los seres humanos, te-niendo en cuenta sus dimensiones sociales, jurdicas y ambientales y que estdirigida a los Estados as como a los individuos, grupos, comunidades, insti-tuciones y empresas, pblicas y privadas y que ofrece un marco universal deprincipios y procedimientos que sirvan de gua a los Estados en la formulacinde legislaciones, polticas u otros instrumentos en el mbito de la biotica.

    Se propone promover el respeto de la dignidad humana y proteger los de-rechos humanos, velando por el respeto de la vida de los seres humanos ylas libertades fundamentales, de conformidad con el derecho internacionalrelativo a los derechos humanos y reconoce la importancia de la libertadde investigacin cientca. El conjunto de los objetivos es coherente con losconsiderando enunciados previamente.

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    Los principios que constituyen el fundamento de esta Declaracin son los

    siguientes: el respeto de la dignidad humana, los derechos humanos y las li-bertades fundamentales y la consideracin que los intereses y el bienestar de lapersona, los que deberan tener prioridad con respecto al inters exclusivo dela ciencia o la sociedad. Establece que al aplicar y fomentar el conocimientocientco, la prctica mdica y las tecnologas conexas, se deberan potenciar almximo los benecios directos e indirectos para los pacientes, los participantesen las actividades de investigacin y otras personas concernidas, y se deberanreducir al mximo los posibles efectos nocivos para dichas personas7.

    La pregunta por la tica en la investigacin, como ya se dijo, hace referencia alos principios como a los procedimientos que concretan el reconocimiento deestos principios en el ejercicio especco de los estudios con personas. En estoconcuerdan los cdigos de tica as como las sucesivas declaraciones mencio-nadas y la prctica de los investigadores.

    La herramienta fundamental para reconocer y garantizar los derechos de laspersonas en el mbito de la investigacin social es el Consentimiento Infor-

    mado. Considerando los principios cautelados por este procedimiento cabepreguntarse hilando ms no Cuanto sabe realmente el entrevistado acercade la investigacin y sus objetivos cuando autoriza por escrito su propia par-ticipacin en el estudio, es decir, cuando acepta ser observado o interrogadoacerca de asuntos de su vida laboral o de su vida privada? Con cunto detallese le informa acerca del estudio? Cuntas veces se sustituye la informacinpor un formulario que seala suscintamente algunos elementos de la inves-tigacin? Quin es responsable de informar? Se informa con ms detalle a

    una persona con mayor nivel educacional? Se le explica que es una forma dereconocer sus derechos o se le dice que la autorizacin que se le solicita es unmero trmite para cumplir con los requisitos del estudio? Cmo se vericasi la persona entiende a qu lo compromete dar su consentimiento? Cmo se

    7 Ibid.

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    incluye y se informa en el caso de ofrecerse alguna remuneracin por su parti-

    cipacin? Qu otras consideraciones ticas habra que tener presente cuandose investigan asuntos que afectan vitalmente a los entrevistados tales comoduelos, enfermedades terminales u otras situaciones penosas?

    Posiblemente estas y otras preguntas anlogas pueden parecer obvias e in-necesarias, sorprendentes, pertinentes o indispensables de acuerdo a la expe-riencia de cada cual. Hay situaciones que son comunes a toda investigacin yotras especcas segn el tema investigado, el enfoque y la disciplina. Pero esindudable que el consentimiento informado es un procedimiento que implicaestablecer una relacin de respeto por la persona que participar en el estudio,por su dignidad y sus derechos. Sin embargo, hay situaciones particulares querequieren un anlisis mayor como es el caso del gran nmero de investigacio-nes sociales que se realizan como consultoras, una de las modalidades mscomunes de la investigacin en ciencias sociales en nuestro medio. Puedencaracterizarse como investigacin contratada por empresas, instituciones pri-vadas o por el Estado (Ministerios y Servicios pblicos) que suele ser realizadapor universidades y organismos no gubernamentales. Por lo general son estu-

    dios breves y focalizados, a veces licitados en concursos pblicos, a veces so-licitados por la institucin o empresa contratante. Esta modalidad representauna parte importante de las investigaciones sociales que se realizan en el pasen temas muy variados como delincuencia, seguridad ciudadana, consumode drogas, violencia domstica, maltrato infantil, estudios medioambientalesy otros. Casi siempre el contrato establece restricciones a la propiedad intelec-tual de los autores, limitando la difusin del estudio, sin que necesariamenteesto implique que sern publicados por la institucin contratante. Algunos

    resultados pueden ser utilizados como insumos de polticas pblicas, perootros pueden terminar en un informe sin difusin alguna. Si la institucin con-tratante es una dependencia del Estado el informe podr ser consultado aosdespus en el Archivo Nacional. Algunos contratos introducen algunas con-sideraciones ticas, pero no es habitual que el proyecto de investigacin seaanalizado previamente por un comit de tica de las instituciones involucra-das. La tica del estudio y la validez de sus resultados casi siempre dependen

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    nicamente de la solvencia y competencia de los investigadores responsables.

    Cabe preguntarse entonces Cul es el marco tico de una investigacin con-tratada ms all de la responsabilidad propia de los investigadores que la rea-lizan? Qu consideraciones ticas, adems de las disposiciones legales y delconsentimiento informado, deben tenerse en cuenta acerca de los resultadosy de su utilizacin? Hay diferencias en esas consideraciones si el contratantees el Estado, una empresa nacional o una empresa extranjera? Si los autoresforman parte de una consultora, de una ONG, de una unidad acadmica enalguna universidad? Si los resultados del estudio tienen implicaciones para

    los sujetos de la investigacin? De quin es la responsabilidad?

    Las distintas formas de trabajo que se han mencionado originan distintas for-mas de presin sobre la investigacin que provienen de los contratantes yasean estas econmicas, polticas o sociales y se basan casi exclusivamente enla tica del investigador. Se requiere desarrollar condiciones institucionalesque permitan garantizar el trabajo de esos investigadores y los derechos de lossujetos en los distintos estudios que se lleven a cabo. Esas condiciones institu-cionales pueden expresarse de distintas maneras, pero no parece sostenible en

    el tiempo hacer descansar las garantas ticas de la investigacin nicamenteen los investigadores, considerando que la mayor parte de las investigacionessociales que se llevan a cabo en el pas se hacen al margen de las evaluacionessobre los mnimos ticos que debieran ser asegurados.

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    Captulo 2Notas sobre tica, iNvestigaciN socialy Derechos humaNos 45

    A Modo de Conclusiones

    Esta somera revisin acerca de los mnimos ticos en las investigaciones enciencia sociales requiere diferenciar el estado del arte en los distintos mbitoscientcos y profesionales en Chile. La experiencia en Fondecyt indica que setrata de un campo en desarrollo, con enormes diferencias entre las disciplinas,sin embargo, carecemos de un estudio preciso que nos permita indicar las ca-rencias y las potencialidades en este mbito.

    Cabe recordar que en su artculo 23 la Declaracin Universal sobre Biotica yDerechos Humanos UNESCO concluye que Para promover los principiosenunciados en la presente Declaracin y entender mejor los problemas plan-teados en el plano de la tica por los adelantos de la ciencia y la tecnologa,en particular para los jvenes, los Estados deberan esforzarse no slo por fo-mentar la educacin y formacin relativas a la biotica en todos los planos,sino tambin por estimular los programas de informacin y difusin de co-nocimientos sobre la biotica, objetivo que esperamos haber contribuido acumplir en este Taller.

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    ticay Derechoenlainvestigacinen ciencias sociales

    carlos Pea g.

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    Preguntarse por el vnculo que media entre la tica y el derecho, por una parte,

    y la investigacin en ciencias sociales, por la otra, es decir, abordar el tema deeste Seminario, equivale a preguntar si acaso la indagacin en el mbito de lasciencias sociales se encuentra sometida a lmites externos a ella misma, lmitesque provienen de una fuente que habr que dilucidar, o si, en cambio, estsimplemente entregada a las circunstancias de su propio desenvolvimiento. Lainvestigacin en las ciencias sociales debe quedar entregada a las urgenciasde la propia disciplina o, en cambio, sometida a deberes normativos, ticos o

    jurdicos, que los cultivadores de la disciplina deben cumplir y que los dems

    podemos demandar? Esa es la pregunta que en lo que sigue intentar respon-der.

    Para hacerlo, voy a distinguir cinco grupos de casos: en primer lugar aque-llos que se derivan de la propia ndole epistemolgica, por decirlo as, de lasciencias sociales; en segundo lugar, voy a analizar los casos que se relacionancon lo que voy a denominar las consecuencias perlocucionarias de las inves-tigaciones; en tercer lugar me referir a aquellos en que las condiciones pro-cedimentales de la investigacin son ticamente sospechosas; en cuarto lugar

    aludir, en trminos generales, a las situaciones en las que hay riesgo de bienesjurdicos o sea bienes protegidos por la ley positiva; en n, y por ltimo, voya examinar los casos en los que la autonoma de las instituciones morigera losresultados de las investigaciones.

    Comencemos entonces por los problemas ticos que derivan de la particularsituacin epistemolgica de las ciencias sociales.

    Ante todo, cabra sealar que los contornos de signicado de la expresinciencias sociales son algo difusos. Es claro que la sociologa y la antropolo-ga son ciencias sociales y tambin es claro que las matemticas no lo son. Peroexiste una amplia gama de disciplinas -el derecho o la economa entre ellos-que se encuentran en una zona ms bien gris y cuyo estatus epistemolgicoy disciplinario, por decirlo as, no es del todo claro. Por supuesto no hay quealarmarse en demasa por esto -basta recordar que en el siglo XIX lo que hoy

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    da llamamos sociologa disput su campo con la gran novela naturalista (Le-

    penies, 1988)- y quiz baste para salvar este punto convenir en que por cien-cias sociales debemos entender las ciencias de la interaccin humana o, en unsentido amplio, eso que alguna vez se llam ciencias de la cultura, es decir,reexiones descriptivas que incluyen la intencionalidad de los actores.

    Es caracterizacin de las ciencias sociales como un campo reexivo que inclu-ye la intencionalidad de los actores- plantear un primer problema en relacincon la tica que ha sido ampliamente tratado en la literatura.

    Ocurre que las ciencias sociales cuando formulan sus descripciones o narransus teoras, no dejan inclume al objeto de su reexin sino que, de algunamanera, lo modican. Por ejemplo, las teoras acerca del origen del estado quese formulan a partir del siglo XVII me reero a las teoras de Locke o Puffen-dorf- no son meras descripciones que uno pudiera falsar, son narraciones delsentido que modelan el imaginario social y que, as, en vez de simplementedescribir el fenmeno del que se ocupan, ayudan a congurarlo (Taylor, 2005).No sabemos cunto de la teora neoclsica ha contribuido a congurar ex ante

    el capitalismo y cunto de ella simplemente lo describe ex post. Este fenmeno-que ha sido ampliamente analizado en la literatura- subraya el hecho quela dicotoma hecho- valor, que inspir buena parte de las descripciones po-sitivistas, no se puede sostener en el mbito de las ciencias sociales (Putnam,2002). Si eso es as de ah se sigue entonces que las teoras sociales poseen unainuencia pblica y una toma de posicin normativa que no puede refugiarsetras el propsito ms o menos neutral de la bsqueda de la verdad.

    Hay varios ejemplos que permiten ilustrar este primer aspecto de la relacinentre las ciencias sociales y la vida prctica.

    El ms conocido en la literatura (Ish-Shalom, 2006) es el caso de las teoras dela modernizacin de Rostow. Como ustedes recuerdan Rostow sugiri que lamodernizacin econmica se produca mediante etapas incrementales y trae-ra como consecuencia la mejora natural de las instituciones y eso motiv, bajo

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    la administracin Kennedy, el proyecto de la Alianza para el Progreso en las

    Amricas. Por supuesto, Rostow cuando formul sus teoras de la moderniza-cin no estaba actuando como un cientco que describa su objeto: sus teorasacabaron promoviendo un enfoque normativo en el rea de la poltica inter-nacional.

    El otro ejemplo que suele ser citado en este mbito de asuntos, es el del movi-miento law and society (Dezalay and Garth, 2002). Se trata de un enfoque te-rico acerca del derecho que sugiere -contra las teoras de inspiracin marxistay a la vez contra la tradicin de la dogmtica jurdica- que el derecho puedeproducir el cambio social y que, por lo mismo, el cambio en las metodologasde enseanza en las escuelas de derecho y en la formacin de los jueces pue-de permitir, poco a poco, que la ley se acompase a los grandes procesos decambio. Esta teora sugiere que la dogmtica jurdica es una mala descripcindel derecho y que hay que acercarse ms bien a la idea del derecho en accin.Pues bien, esta teora legal desarrollada en importantes facultades de derechoamericanas, acab promoviendo la reforma de la enseanza legal en Chile einuyendo durante un largo tiempo en la sonoma de las profesiones jurdi-

    cas y en la lite del poder.

    Ahora bien. Si lo anterior es as es decir, si las teoras e investigaciones delas ciencias sociales son portadoras de puntos de vista normativos acerca dela poltica y acerca de nuestra vida en comn, si no son, por decirlo as, axio-lgicamente neutras- deben entonces ser controladas desde el punto de vistatico o jurdico para impedir o moderar sus efectos pblicos?

    Esa es la primera y ms general pregunta que debemos en esta parte respon-der.

    Por supuesto, el hecho que las teoras e investigaciones de las ciencias socialespuedan poseer ese alcance que hemos descrito, no justican controles externosde ninguna ndole. Y eso ocurre as no por razones relativas al estatus de laciencia, sino por simples razones de libertad de expresin. En una sociedad

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    democrtica debe reconocerse a todas las personas -los cientistas sociales entre

    ellos- el derecho a exponer y promover puntos de vista normativos de la msdiversa ndole sin control ex ante alguno.

    Sin embargo, y al mismo tiempo, eso obliga a distribuir los fondos y apoyospblicos para la investigacin de una manera especialmente cuidadosa. Por-que si este tipo de investigaciones suelen promover tambin puntos de vistanormativos -y el derecho es un caso paradigmtico a este respecto- entoncesdebe cuidarse la pluralidad de puntos de vista al tiempo de apoyar ese tipo deinvestigaciones, aunque de nuevo esta pluralidad no viene demandada porla ndole de la ciencia, sino por la naturaleza de la vida democrtica y de lalibertad de expresin.

    Ahora bien, una vez despejado ese caso -que es sin duda el ms general detodos- cabe analizar ahora otra situacin, distinta a esa, pero de una relevanciaparecida. Se trata, como dije, de los casos en que la investigacin posee conse-cuencias perlocucionarias.

    Se trata de lo que, siguiendo a Merton, podemos llamar la profeca autocum-plida de las ciencias sociales.

    Como ustedes saben, las ciencias sociales cuando predicen la conducta hu-mana pueden acabar inducindola. Si usted cree -como ejemplica Merton-que va a haber inacin, entonces tender a acaparar productos y la inacininevitablemente se producir como habra ocurrido con la crisis de los treinta(Merton, 1965). Si es cierto que los indecisos en una eleccin tienden a votarpor quien suponen ganar, entonces las encuestas en vez de indagar sobre los

    resultados probables, los inducen (Delama, 2002).

    Podemos denominar a esa dimensin de la investigacin social, dimensinperlocucionaria (siguiendo una sugerencia de Austin, 1971). La dimensinperlocucionaria es un caso agrante de una investigacin que produce su obje-to Admite esta dimensin de la investigacin social alguna moderacin tica

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    o legal? A diferencia del caso anterior -que, como vimos, estaba reglado por los

    principios relativos a la libertad de expresin- este caso debe estar sometidoal principio general de la igualdad de oportunidades. Si este tipo de investi-gaciones -en especial las relativas a la opinin pblica- modelan causalmentela conducta, parece imprescindible someterlas a todas a las mismas reglas dedivulgacin, cuidando que en vez de inuir el resultado lo predigan.

    Ahora bien, fuera de los casos anteriores -en los que no es la actitud del in-vestigador sino la propia ndole de la disciplina la que posee relevancia tica-existen otros casos en los que los procedimientos plantean dilemas ticos. Losms notorios de estos ltimos casos son todos aquellos en los que el diseo dela investigacin arriesga o pone en peligro bienes que estimamos intrnseca-mente valiosos.

    Un ejemplo de este tipo de casos -el tercer grupo que anunci al principio- seencuentra en las famosas investigaciones que llev a cabo Stanley Milgramsobre las condiciones de obediencia y desobediencia a la autoridad (Milgram,1972). Como ustedes recuerdan, Milgram ejecut un experimento en el que em-

    ple a un conjunto de hombres adultos a quienes se les dijo que participarande una prueba que intentaba precisar los efectos del castigo sobre la memoria.Los partcipes eran puestos al mando de un instrumento que produca apa-rentes descargas elctricas sobre otro sujeto (un colaborador que est al tantode los detalles) que nge no recordar una lista de trminos. El experimentode Milgram reproduce exactamente una situacin de tortura bajo condicionesde autoridad para un conjunto de partcipes ingenuos que, mediante rdenesno coactivas, son obligados a aplicar descargas elctricas sucesivas a otro. Lo

    ms llamativo del experimento de Milgram es que no admite la informacincompleta del partcipe en el experimento, sino que exige el engao. En otraspalabras, el partcipe ingenuo es informado de los detalles de la operacin enla que particip slo despus que ella ha concluido, es decir, luego que l havivido la experiencia de ser un torturador que sigue rdenes.

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    En su informe del experimento, Milgram relata que luego de realizado se ase-

    guraron de entregarle informacin completa a las vctimas, brindaron la opor-tunidad de discutir el experimento con sus realizadores y aseguraron el accesoa las vctimas pasivas para que se comprobara que no haban sufrido daoalguno.

    Debe admitirse un experimento como ese a sabiendas de todos sus pormeno-res? Debera permitirse un experimento de esa ndole si mediara el consenti-miento informado de los partcipes?

    La objecin ms obvia al experimento de Milgram es que prescinde del con-sentimiento del partcipe y utiliza entonces a un ser humano como medio orecurso para alcanzar informacin. El experimento entonces infringe lo queKant denomina la dignidad de un ser humano. Kant, siguiendo la tradicinestoica, utiliza el concepto de dignidad para referirse a las cosas que no tienenprecio o equivalente alguno. El explica el concepto de dignidad de la siguienteforma (Kant, 2002):

    La humanidad misma es una dignidad; porque el hombre no puede ser utili-zado nicamente como medio por ningn hombre (ni por otros, ni siquiera por

    s mismo), sino siempre a la vez como n, y en esto consiste precisamente su

    dignidad (la personalidad), en virtud de la cual se eleva sobre todos los dems

    seres del mundo que no son hombres y s que pueden utilizarse [...] As pues,

    de igual modo que l no puede autoenajenarse por ningn precio (lo cual se

    opondra al deber de la autoestima), tampoco puede obrar en contra de la au-

    toestima de los dems hombres, que es igualmente necesaria; es decir, que est

    obligado a reconocer prcticamente la dignidad de la humanidad en todos los

    dems hombres, con lo cual reside en l un deber que se reere al respeto que

    se ha de profesar necesariamente a cualquier otro hombre.

    El criterio de dignidad de Kant ha sido ampliamente reconocido en algunosordenamientos jurdicos. El caso paradigmtico es la carta constitucional ale-mana (la ley de Bonn del 49) en cuyo articulo 1 se establece que La dignidad

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    de la persona es inviolable. Respetarla y protegerla es obligacin de todo po-

    der pblico.

    El criterio de dignidad de Kant merece ser examinado cuidadosamente.

    Desde luego Kant no parece estar pensando en cualquier utilizacin de otrocomo un medio. Si pido a mi hijo que lleve una carta a un determinado lu-gar, lo estoy empleando como un medio para alcanzar un n que me interesa,pero no estoy haciendo nada moralmente reprochable. Lo que impide que eseacto sea reprochable es a primera vista el consentimiento informado de mi

    hijo respecto de mi propsito. Por eso l no est siendo usado por m comoun mero medio que es la expresin exacta de Kant (para ejemplicar lo quedigo Kant utiliza el ejemplo de quien pide un crdito a otro a sabiendas que nolo pagar). Pero, como lo muestra el caso de quien se contrata como esclavo oel de la mujer que consiente en que se la discrimine o maltrate, hay un nmeroimportante de casos en los que el consentimiento no anula la incorreccin dela accin (Garzn Valds, s/f).

    El criterio kantiano de dignidad humana, sin embargo, presenta un conjuntode problemas que lo hacen a veces contraintuitivo. Los casos ms obvios sepresentan cuando la dignidad de un ser humano -que se supone es inconmen-surable con respecto a cualesquier otro- se ve enfrentada al clculo utilitaristaque en el caso de la investigacin con nes de bienestar es especialmente re-levante.

    Supongo que un caso que pone en problemas al concepto de dignidad humanase planteara con una investigacin como la de Milgram. Si sospecho que con

    esa investigacin voy a obtener conocimientos relevantes que me permitirnevitar la disposicin de algunos seres humanos a torturar a otros, es decir, sisacricando la dignidad de un puado de personas que participan engaadasdel experimento, puedo asegurar que habr menos torturadores en el mundodeberamos sostener que entonces la investigacin se encuentra ticamente

    justicada? Para el concepto kantiano de dignidad humana los nmeros no

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    cuentan y una vida humana es inconmensurable con respecto a varias otras.

    Un concepto utilitarista en cambio admite que hay casos en los que los nme-ros cuentan sobretodo si la actividad que se realiza v.gr. una investigacinsocial de amplio alcance- est inspirada en propsitos plausibles de bienestarsocial (Cfr. Sanders, 1988).

    En n, a los tres grupos precedentes, cabe agregar todava aquellos casos enlos que se infringen bienes jurdicamente protegidos cules son, cabe pregun-tarse, estos casos?

    Como ustedes saben casi todos los sistemas legales contemporneos cuentancon un puado de derechos -los derechos fundamentales- que constituyen uncoto vedado a cualesquier injerencia estatal. Donde existe un derecho funda-mental, existe, prima facie, un bien que bajo ninguna consideracin podra sermaltratado.

    Se encuentra la investigacin cientca -la libre bsqueda de la verdad- entrelos derechos fundamentales?

    En verdad no existe un derecho fundamental que proteja la libre investigacincientca de manera directa; pero tanto en la constitucin de 1980 como en elPacto de derechos civiles y polticos del sistema de Naciones Unidas, en suartculo 18 para ser ms preciso, existe el derecho fundamental a la libertadde pensamiento y de conciencia y otros que se derivan de ellos como la li-

    bertad de enseanza. Conforme a ese derecho fundamental, nadie puede sercoaccionado en razn de las investigaciones que emprenda o las opinionesque posea o las que divulgue o ensee. El artculo 19, por su parte, garantiza

    la ms amplia libertad de expresin (buscar, recibir y difundir ideas de todandole mediante cualquier procedimiento); aunque permite restricciones paraproteger los derechos de los dems, la seguridad nacional, el orden pblico ola moral pblicas.

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    Si, como se viene diciendo, el derecho fundamental a la libertad de expresin

    admite restricciones para proteger los derechos de los dems y la seguridadnacional, entonces lo que cabe preguntarse es cmo se resuelven las probablescolisiones de derechos que en esta materia puedan plantearse.

    Como siempre, en todas estas materias hay casos histricos que muestrancmo es posible, por razones polticas o de lo que hoy da llamaramos seguri-dad estatal, establecer restricciones a la libre investigacin. El caso ms famosoes el del Edicto de Nantes que junto con poner n a la guerra entre catlicos yprotestantes prescribi que un conjunto de hechos, en especial los acontecidosantes del 1585, fueran tratados como cosa no sucedida. El Edicto de Nantesno es un arcasmo como lo prueba el hecho que todava existen en algunospases europeos reglas que impiden negar el holocausto u ofrecer evidenciapara la negacin. Lo mismo podra ocurrir si se promueven investigacionesque tienen por objeto socavar las bases, por decirlo as, morales del estado dederecho: investigaciones que desmienten la igualdad de los seres humanos,que acrediten la inferioridad de ciertas etnias, etctera Tiene derecho la in-vestigacin cientca a averiguar y divulgar ese tipo de cosas? Aparentemente

    s, despus de todo uno podra decir que la verdad nos har libres. Pero comoha sugerido Habermas en sus anlisis sobre la clonacin (Habermas, 2001),hay casos en que la verdad nos aherroja y nos impide disfrutar de los bienesdel estado democrtico. Si la incertidumbre acerca del destino y la imagen deautonoma de los seres humanos es lo que hace posible un puado de institu-ciones que estimamos valiosas -como la libre expresin y la no discriminacin-entonces debiramos moderar las investigaciones que desmedren esas bases.

    Fuera de esos casos en los que la poltica de la memoria establece restriccionesa la libre investigacin, se encuentran otros casos en los que los derechos indi-viduales establecen lmites razonables. Los casos ms obvios son los de inves-tigaciones que infringen la privacidad de los datos personales, que distorsio-nan la imagen de una persona o infringen el espacio de la intimidad personalmediante la divulgacin de datos que la persona hubiera preferido mantener

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    en secreto. En todos esos casos la responsabilidad del investigador supone

    asegurar el secreto de todo aquello cuya divulgacin no fue consentida.

    Por ltimo, se encuentran los casos en que la autonoma institucional es esgri-mida para morigerar o limitar las conclusiones de una investigacin cientca.Hay ejemplos tambin de esto: las investigaciones llevadas a cabo por cient-cos acerca de los efectos del Levonorgestrel1 en programas alojados en institu-ciones catlicas o investigaciones de opinin pblica favorables al aborto, porejemplo, podran ser moderadas si contravienen los principios y las creenciasque estn a la base de esas instituciones. Por supuesto no hay problema algunosi una institucin orienta sus investigaciones en base a sus creencias o princi-pios si ello pertenece a su esfera de autogobierno. Distinto es el caso y mere-ce ser analizado- cuando la institucin utiliza recursos pblicos directos paraemprender investigaciones cuyos resultados, esgrimiendo sus principios, tratade morigerar. En este ltimo caso lo que cabra decidir es si acaso los recursospblicos estn destinados a proteger o promover las creencias institucionaleso si en cambio la libre investigacin cientca. Si las rentas generales transfe-ridas a esa institucin son una forma de promover la diversidad de creencias

    o principios, me parece que no existe problema; pero si en cambio las rentasgenerales fueron asignadas con nes de libre investigacin el asunto mereceser reprochado.

    Como ustedes ven, no es fcil inteligir las relaciones entre la tica y el derechoy la investigacin en las ciencias sociales. En especial no es fcil hacerlo sinefectuar distinciones de la ndole que sugiero. Los casos fciles la proteccinde derechos individuales- estn acompaados de otra serie de hiptesis harto

    ms complejas para cuya resolucin lo peor sera como prevena Wittgens-tein- una dieta unilateral, o sea, creer que se puede resolver todo a partir de unnico tipo de consideraciones.

    1 Nota de la editora: el Levonorgestrel es una pildora que ha estado en debate si es abortiva y que esconocida como pildora del da despus.

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    Reerencias

    1. Austin (1971) Palabras y acciones, Paids.

    2. Delama (2002) Demoscopia y libre albedro, en Comunicacin y Sociedad,Vol XV, N 2.

    3. Dezalay and Garth (2002) The internalization of palace wars. Lawyers,Economists, and the contest to transform Latin American states, TheUniversity of Chicago Press.

    4. Lepenies (1988) Between literature and science: the rise of sociology,Cambridge: Cambridge University Press.

    5. Garzn Valds Cul es la relevancia moral del concepto de dignidadhumana?, s/f.

    6. Habermas (2001) El futuro de la naturaleza humana Hacia una eugene-sia liberal?, Paids.

    7. Ish-Shalom (2006) Theory gets real, and the case for a normativeethic: Rostow modernization theory, and the alliance for progress, en:

    International Studies Quaterly, 50, 287-311.

    8. Kant (2002) La metafsica de las costumbres (traduccin de AdelaCortina), Madrid: Tecnos.

    9. Merton (1965) Teora y estructura sociales, Mxico: FCE.

    10. Milgram. (1972) Algunas condiciones de obediencia y desobediencia ala autoridad, en: La perceptividad diferencial a la inuencia, EdicionesUniversitarias de Valparaso.

    11. Putnam (2002) The collapse of the fact value dichotomy, Cambridge:Harvard University Press.

    12. Sanders (1988) Why the numbres should sometime count, en: Philosophyand public affairs, vol 17, 1.

    13. Taylor (2005) Modern social imaginaries, Duke University Press.

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    el ProBlemaDel genociDioen tiemPos ilustraDos

    interPelaciones liminares DesDeuna

    ticaDel Psicoanlisisniklas Bornhauser n.

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    Captulo 4el ProblemaDe l geNociDioeN tiemPos ilustraDos 63

    I. Introduccin

    El propsito de este texto es doble. Por un lado, aspira a constituirse comoreexin tica, o sea, considerar e interrogar, sobre la marcha de su devenir,aquellas con