ARTÍCULO Buque de salvamento Claudia - navalmodel.es · Historia Siempre he considerado los Buques...

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HISTORIA Siempre he considerado los Buques de Salvamento, co- mo los Goliat con alma de David de los remolcadores. Fuertes y robustos pero con la habilidad y destreza ne- cesarias para maniobrar en cualquiera de las aguas del planeta. Son unos barcos impresio- nantes que levantan su enor- me mole pintada con el na- ranja corporativo de Salva- mento Marítimo en numero- sos puertos de nuestro litoral. Lo cierto es que, a pesar de lo que pueda parecer por su nuevo y pulcro aspecto, este tipo de buques sólo se hacen 28 · MÁS NAVÍOS Nuevamente traemos a nuestras/vuestras páginas a D. Enrique Albaladejo, modelista conocido de todos por trabajos como el pesquero Juan Rosa, portada del nº12, o el buque oceanográfico Hespérides, que también fue portada en el nº13 y que nos sorprendió por el realismo de sus modelos. En esta ocasión nos vuelve a sorprender con su buque de salvamento Claudia, con un dispositivo lanzacabos muy original a la vez que práctico. Textos y fotos: Enrique Albaladejo Martínez ARTÍCULO Buque de salvamento

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HistoriaSiempre he considerado los Buques de Salvamento, co-mo los Goliat con alma de David de los remolcadores. Fuertes y robustos pero con la habilidad y destreza ne-cesarias para maniobrar en cualquiera de las aguas del planeta.

Son unos barcos impresio-nantes que levantan su enor-me mole pintada con el na-ranja corporativo de Salva-mento Marítimo en numero-sos puertos de nuestro litoral. Lo cierto es que, a pesar de lo que pueda parecer por su nuevo y pulcro aspecto, este tipo de buques sólo se hacen

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Nuevamente traemos a nuestras/vuestras páginas a D. Enrique albaladejo, modelista conocido de todos por trabajos como el pesquero Juan rosa, portada del nº12, o el buque oceanográfico Hespérides, que también fue portada en el nº13 y que nos sorprendió por el realismo de sus modelos. En esta ocasión nos vuelve a sorprender con su buque de salvamento Claudia, con un dispositivo lanzacabos muy original a la vez que práctico.

textos y fotos: Enrique albaladejo Martínez

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a la mar cuando la previsión meteorológica anuncia gran-des temporales. Es en esos terribles momentos cuando las embarcaciones y más concretamente los grandes mercantes suelen tener gra-ves problemas. También se encuentran preparados para la complicada e ingrata tarea de recoger vertidos de hidro-carburos. Para ello arman a cada banda un brazo arti-culado dotado de bombas extractoras que desciende sobre las aguas y recoge el crudo mientras el barco na-vega a un nudo de velocidad (1.8 km/h. aprox.). Al mismo tiempo pueden desplegar barreras flotantes autohin-chables que cercan la man-cha antes de succionarla a bordo, o largar por popa el 'skimmer': un ingenio flotan-te dirigido por radio y dota-do de aspiradores con el que succionan el hidrocarburo.

En su interior llevan incor-porados dos depósitos con capacidad para 1.749 metros cúbicos de fuel y dotados de serpentines para calentar el crudo y así facilitar su des-carga, completando de esta manera el dispositivo de des-contaminación.

Afortunadamente, cada día hay más demanda de este tipo de buques puesto que la ecología está llegando a la marina con más inten-sidad que nunca. Todo ello sumado a las labores de des-embarco, ayuda en atraques, salvamento en alta mar o cualquier otra labor de gran riesgo para la vida de náu-fragos o para la suya propia, dan sentido y función a estas valiosas embarcaciones.

Semejante despliegue de virtudes se complementa con un sistema de posicionamien-to dinámico, redundante (con sistemas duplicados para

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evitar cualquier fallo), que permite que el barco pueda permanecer quieto, sin fon-dear, en una posición dada y sea cual sea el estado en el que se encuentre la mar, una característica más que esencial en las operaciones de rescate y salvamento que, por desgra-cia, se dan con gran frecuen-cia en nuestras aguas en los últimos años con el problema de los inmigrantes que se jue-gan la vida en sus maltrechas pateras.

Por lo general estos buques cuentan con dotaciones pre-vistas de unos 14 hombres, pudiendo embarcar, si fuera necesario, hasta 18 así como a 6 especialistas más como, por ejemplo, buzos. Para las labores humanitarias dispone de equipo médico y de es-pacio habitacional para aco-modar a náufragos, redes de costado para subirlos a bor-do y de una morgue donde conservar los cadáveres has-ta su llegada a puerto.

Respecto a la maniobrabi-lidad, estos buques poseen una gran potencia debida a su sistema de propulsión que se compone de dos hélices fijas que salen de sendas to-beras, de otras dos transver-sales en popa y de dos más en proa: una de ellas lateral y otra capaz de girar 360º

sobre su eje. Este tipo de bu-ques cuenta también con un sistema contra incendios con dos o más monitores (caño-nes de agua a presión) capa-ces de lanzar 2.400 metros cúbicos de agua por hora o, con semejante potencia, de echar a pique a quien se le ponga por delante.

En nuestra nueva red de asistencia rápida en la mar, contamos con dos barcos de estas características; uno de ellos es el DON INDA (cono-

cido por ser el segundo remol-cador más grande de Europa) y el otro es su hermano ge-melo el MARIA ZAMBRANO. Aunque no sería justo olvidar otros como el LUZ DEL MAR

o el MIGUEL DE CERVAN-TES, dos buques que contri-buyen junto a aeronaves y helicópteros a la nueva red de asistencia en la mar diseñada por Salvamento Marítimo.

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El MoDEloReproducir a escala un barco real es algo que a todo mo-delista le viene a la cabeza cuando se encuentra frente al modelo que quiere construir. Pero diseñar tu propio barco guardando las proporciones y que sea los más semejante al real es algo en lo que no había pensado hasta ahora pues siempre me ha gustado ceñirme a la realidad. En es-te caso concreto todo ocurrió fruto del azar ya que cayó en mis manos un casco en fibra de vidrio de lo que parecía ser un barco perteneciente a algún kit y que era bastante difícil de reconocer debido a su antigüedad. Alguien lo desechó por no saber muy bien qué hacer con él y lo guardé durante casi un año hasta poder encontrarle un fin adecuado. Busqué pla-nos que me inspiraran con qué modelo podría sacarle provecho, pero tan solo un moderno pesquero de altura se ceñía a las características y no me convencía como úni-ca solución.

Su proa tipo Trawler y una popa redonda, poco más me sugerían hasta que visualicé mentalmente un Buque de Salvamento a escala 1/50 pero, eso sí, diseñado por mí en parte a excepción de va-rias ideas que tome de otros barcos de su misma índole

como por ejemplo, el Happy Hunter de Robbe, el Smit Hunter o la decoración del Don Inda.

Excepto la cubierta que está construida en contra-chapado de 3 mm., el resto de la estructura levantada es de balsa de 3 y 2 mm., pues no quería cometer el error de anteriores trabajos en los que el centro de gravedad que-daba un poco alto dando un ligero escoramiento en los giros de timón. La decisión de inclinarme por este barco me vino tras comprobar que algunos barcos de mis com-

pañeros del club de Murcia quedaban varados por cual-quiera de los problemas téc-nicos que surgían de vez en cuando.

Pensé que dedicarme re-molcarles hasta la orilla sería una gran diversión añadida a lo que este hobby ya nos brinda. En principio diseñé el modelo con la intención de que tuviera muchas más funciones de las que final-mente tuvo, pero el proble-ma principal que encontré procedía de la emisora, prin-cipalmente porque tan sólo dispongo de una Futaba de

6 canales. Me tuve que con-formar con los movimientos de la grúa (giro en ambas di-recciones), suelta e izado del cabo, lanzacabos de popa (para remolque), activación de los 4 cañones de agua, avance-atrás y timón. Estaba claro que el radar, las luces y los sonidos quedarían fijos con interruptores accionados manualmente.

Sus dimensiones son 103 cm. de eslora, 19 cm. de manga, 9 cm. de obra viva y 49 cm. de obra muerta has-ta la punta final de su más-til. Como en el resto de

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mis modelos, todo el mate-rial empleado proviene del reciclaje a excepción de los cañones de agua de Graup-ner, las islas salvavidas de Robbe, la grúa (requisada a un camión de juguete) y 6 voluntariosos operarios a escala 1/50 de la marca Preiser (ref. 68214). Todo lo demás es el resultado de mi inventiva ya que tan só-lo el cañón lanzacabos de popa esta construido con la combinación de un cierre automático para campanas extractoras de cocinas, un servo (accionado con un to-do-nada) y un tubo de latón de 5 mm. de diámetro. Su efecto es bastante atractivo cuando el barco se acerca a otra embarcación y lanza el cabo a una altura de 50 cm. (desde el nivel de flo-tación) y a una longitud de 65 cm. Distancia más que suficiente para caer sobre la cubierta o incluso al otro costado. Una vez iniciada la marcha, el cabo hace gan-cho con cualquier saliente pues se trata de una potera de tres anzuelos a los que previamente les sesgué el saliente (o muerte) para que no dañara la embarcación remolcada en el punto de conexión. Me resultó muy divertida su confección por la gran complejidad que encerraba, aunque a decir verdad, el mecanismo de la

grúa no lo fue menos. Tras varios intentos desespera-dos, opté por acoplar en el interior de su base dos servos no sin antes haber-los manipulado para que hicieran giros de 360º. Por último, y mucho más senci-llo de solventar, fueron los cuatro cañones de agua. Únicamente necesité una bomba de limpiaparabrisas de automóvil adquirida en un desguace, un micro in-

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terruptor accionado por un micro servo y un mangui-to de silicona de 4mm. de diámetro (utilizado para el aireador de los acuarios).

rECiClaJEComo es natural, hubo quién me aconsejó que utilizara al-gunos de los kit’s que hay en el mercado para confeccio-nar todos estos mecanismos ya que hubiera ahorrado tiempo y desilusiones. Pero lo cierto es que no hubiera disfrutado y aprendido tan-to como haciéndolo como lo hice. El resto de elemen-tos ornamentales son piezas adaptas de otros juguetes como, por ejemplo, los neu-máticos en los costados son de la marca scalextric, para el depósito de hidrógeno (detrás de la grúa) utilicé una bombona de CO2 para pis-tolas de aire comprimido, el gancho de remolque lo con-feccioné con las partes plás-ticas de un amortiguador de coche R.C. de gasolina y pa-ra todas la barandillas y esca-leras empleé tela mosquitera metálica troquelándole los

Un dispositivo lanzacabos es una herramienta muy útil si se pretende remol-

car cualquier barco varado al que no tenemos fácil acceso. Después de muchos y erráti-cos intentos de idear un dis-positivo para tal fin, llegué a la conclusión de que era mucho más fácil de lo que pensaba. Tras haber estado hurgando en mi caja de herramientas en un desesperado intento por encontrar algo que me inspirase, decidí que un pes-

tillo automático para abatir las campanas de extracción para cocinas (fácil de encon-trar en tiendas de bricolaje) podría ser mi solución. Me hi-zo pensar que, tras contenerlo con algún sistema como, por ejemplo, un servo, al activar-lo con un canal de emisora “todo-nada”, éste transmitiría toda su fuerza cinética sobre un proyectil, en este caso un tramo de acero inoxidable de 4mm. de diámetro. A la pa-la de un servo se le atornilla

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ULO Dispositivo lanzacabosagujeros de 1x1cm. En cuan-

to a la motorización, no en-cierra más complejidad que mis anteriores modelos.

ElECtriCiDaD y MotorizaCióNUna batería de 6 voltios y 12 Ah. sirve para activar todo el sistema dando una autono-mía de hasta 3 horas conti-nuadas de navegación. Para el motor, pensé en uno que fuera potente sin que fuese necesaria la utilización de re-ductora ya que la ubicación de ambos se planteaba algo difícil. Tras varias pruebas, un 710 de robbe me demos-tró ser el más adecuado. La hélice que finalmente me dio el resultado óptimo es una Raboesch metálica de cuatro palas, de 50 mm. de diámetro y giro a derecha. Está montada sobre un eje de métrica 4, de 23 cm. de longitud y está ubicada en el interior de una tobera Kort confeccionada con un cilin-dro de aluminio conseguido de un botellín de cerveza que

tiene unos 55mm. de diáme-tro. El efecto es espectacular sobre todo haciendo marcha atrás para su aproximación a otra embarcación a rescatar. Anteriormente, utilicé una hélice tripala de 50 mm. de diámetro con giro a izquier-da y el barco tendía a esco-rarse a babor por muy lenta que fuera la maniobra de aproximación, dificultando colocar la popa en posición para realizar un lanzamien-to efectivo del cabo. Como dato final me queda hablar de su peso que es de 8 kg. en total incluyendo tanto el lastrado, como la batería de plomo. Tras haber acabado el modelo me planteé, como colofón final, dotarle de un nombre personal como sus acólitos en la vida real. En-tonces decidí utilizar el de Claudia por ser el de mi hija de casi un año de edad y, como matricula, su fecha de nacimiento. Un gesto que a su madre y a mí (como es de imaginar) nos pareció muy bien.

un trozo de pletina metálica previamente recortada a la medida a la que se retrae el pestillo. El cuerpo del pestillo lo anclaremos a un trozo de madera a modo de bancada y lo sujetaremos con pega-mento epoxy. Con el tubo de latón de 5mm. de diámetro haremos lo propio y lo coloca-remos en perfecta línea con el eje del pestillo pero sin llegar a hacer contacto con él. En la parte exterior del tubo coloca-remos un muelle con el fin de que, tras “cargar” el proyectil simplemente presionándolo, el muelle evite que el proyec-til se quede haciendo contacto con el pestillo y, de ese modo, cuado se dispare el pestillo, és-te transmita con mayor efecti-vidad toda su fuerza cinética al proyectil. El proyectil y el anzuelo (o potera) se deben

soldar de tal modo que, una vez lanzado, al tirar de él este se enganche sobre cualquier parte del otro barco. Es con-veniente que a la potera se le quiten los ganchitos (llamados “muerte”) con el fin de no da-

ñar la superficie de contacto. Una vez terminado, el tubo de latón ha de quedar en un ángulo aproximado de 60º, inclinación suficiente para que el proyectil alcance una altura de aproximadamente 50 cm.

desde la línea de flotación y una distancia de 65 cm. des-de su punto de lanzamiento. Estas medidas son más que suficientes para alcanzar la cubierta o incluso cruzar toda la manga de la embarcación que se intenta remolcar.

Felicitamos a D. Enrique por su trabajo y le agrade-cemos su amabilidad por mostrarnos sin reservas có-mo ha realizado el modelo y compartir con todos nosotros su ingenio con ideas como la del lanzacabos.

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