“AÑO DEL CENTENARIO DE MACHU PICCHU PARA EL MUNDO”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA

FACTULAD DE CIENCIAS ECONÒMICAS, CONTABLES Y ADMINISTRATIVAS

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE ECONOMíA

CURSO:

MÉTODOS Y TÉCNICAS DE ESTUDIO

TEMA:

ARTÍCULO DE VIDA

PROFESOR:

ALEX HERNÁNDEZ TORRES

ESTUDIANTE:

MARTÍNEZ DÍAZ, NAYGHET JHAZMÍN

CICLO:

PRIMERO

GRUPO:

“A”

VIVIR: MÁS QUE SÓLO EXISTIR

(Martínez Díaz Nayghet Jhazmín)

Aprendí a vivir en la maravillosa tranquilidad de mi hogar sin pensar en las aventuras que, en realidad, significa “Vivir”. Lo interesante de esto, es que aprendí, que vivir significa algo más que solo existir. Mi nombre es Nayghet Jhazmín Martínez Díaz y esta es la historia de mi vida. Comencemos:

Nací el 26 de febrero del año 1994 en Es Salud, en la ciudad de Cajamarca, mis padres son Carolina Díaz Araujo y Carlos Alberto Martínez Pinedo. Soy hija única y siempre quise tener hermanos; pero, lamentablemente no los tuve porque la edad de mi madre no se lo permitía.

Una de mis primeras palabras fue simplemente: “liboooo” (libro). Fue algo muy ocurrente, porque a mí solo me gustaba romperlos, especialmente los de mamá, ya que, ella era profesora.

A medida que iba creciendo, hice bastante esfuerzo y empecé a caminar. Según me refiere mi madre, no he gateado, esto nos benefició a ambas, puesto que no ensuciaba la ropa, y comencé a independizarme.

Mi mamá trabajaba, como profesora, en el distrito de Namora por eso siempre iba con ella.

Pasaron algunos años y tuve que iniciar mis estudios, los que fueron muy gratos para mí y mis padres. Estos los realicé a los cuatro años en el jardín “Segundo Hítalo Briones Vargas”, mi estancia en el jardín fue muy corta; puesto que, a los cinco años ya estaba en primero de primaria en la escuela del mismo nombre del jardín. Los dos primeros años de primaria los estudié con mi mamá, ya que, ella enseñaba en la mencionada escuela. Al pasar a cuarto grado de primaria, mi mamá fue reasignada para trabajar en Cajamarca, entonces yo también tuve que cambiarme de escuela. En primera

estancia estaba por estudiar en “Juan XXIII”, pero por cosas del destino, fui a “Santa Teresita”, en donde estudié hasta culminar mis estudios secundarios.

Para lograr mi ingreso en la Institución Educativa, tenía que ser bautizada y de esta manera cumplir con el requisito; al realizar mi bautizo, toda mi familia se reunió y lo pasamos muy bien. La celebración duró todo el día. Mis padrinos fueron mi tía Francisca Díaz y mi primo mayor Nelson Araujo.

Cuando llegué a “Santa Teresita”, las clases no eran de mi agrado totalmente, el nivel era más alto que el que yo estaba acostumbrada; la profesora que me acompañó hasta el final de mi primaria fue Amparo Rodríguez, una persona excelente y como profesora alguien que sacaba lo mejor de mí. Al principio, no lograba acostumbrarme con la nueva realidad que estaba viviendo, más bien en el nuevo lugar y cultura en el que me encontraba; pero, con el apoyo de mi profesora y mis padres logré superar esta dificultad.

En cuarto grado de primaria, realicé mi catequesis en la Iglesia “La catedral” con la cual reafirmé mi Fe hacia el catolicismo, el cual culminó con la Primera Comunión que fue el día 2 de octubre del 2005 en la misma iglesia, un día feliz que lo pasé con mis padres y muy especial porque ellos también se acercaron más a Dios. En ese año al parecer, fue uno de los momentos más unidos que pasamos juntos toda mi familia. Por ese entonces sucedió algo lamentable, pues me enfermé de los riñones y fui internada, en la clínica “Limatambo”, y todos mis familiares y amigos iban a visitarme y luego de recuperarme, fui dada de alta, y cuando salí de la clínica me realizaron una fiesta de bienvenida, la que me alegró bastante, ya que me sentí querida por todos. Más adelante, roban en mi casa, pero gracias a Dios, mi familia nos brindó su apoyo y así nos pudimos recuperar de las pérdidas materiales, y, aún más del aspecto emocional. Aquellos años fueron los más sentimentales y de amor familiar que puedo recordar.

Después de estudiar quinto y sexto grado de primaria, realizamos el viaje de promoción hasta Máncora, el cual fue un viaje espectacular e imborrable de la memoria, y también nuestra fiesta de promoción que fue en el restaurante “El Cajamarquez”.

Llegamos así al nivel secundario. En primer grado de secundaria se despertó en mí el interés y gusto por el estudio, especialmente matemáticas. Cuando pasé a

segundo de secundaria, mi agrado por las matemáticas se confirmó. En ese año comencé a participar de concursos matemáticos, como por ejemplo, el Concurso Regional de Matemáticas, y una de las mejores experiencias fue la del Concurso Nacional de Matemáticas, por ese motivo, fuimos a Chiclayo a concursar, sólo las alumnas del segundo grado de secundaria, si bien no ganamos, obtuvimos una de las mejores experiencias de nuestras vidas, y aún más recalcar que después del esfuerzo viene la recompensa, y esta última fue la de un viaje extraordinario. En la preparación de los concursos, conocí a una de las mejores amigas: Patricia, o como la llamaba: “Pato, Paty o Patito”, compartimos momentos maravillosos del viaje. Y, aún más, con una de las personas que se encuentra en mi corazón, mi profesora Liz Ortíz, quien enseñaba el curso de matemáticas, profesora y amiga de lo mejor y de la más excelente calidad humana. Ella es mi amiga, iba a su casa a visitarla y ella a la mía, fue una gran amiga. Al terminar segundo grado, no nos veíamos con tanta frecuencia, pero en los momentos de conversación me dijo que me dejaba en buenas manos, con otra profesora llamada Elizabeth Caytano, también del concurso de matemáticas, quien se convirtió en una amiga más para mí.

En tercer grado de secundaria, también participé en el Concurso Regional de Matemáticas. Para cursar el cuarto grado de secundaria, Paty se retiró del colegio, y como es muy natural nos sentimos muy tristes, pero después, nos dimos cuenta de que era lo mejor, porque ella desarrollaría mejor sus capacidades en la Institución “San Fernando”. En este grado conocí amigas que me iban a acompañar hasta culminar mis estudios secundarios: Diana, Karen, Sinthia, Milagros y Gabriela. Lo curioso fue, que solo hasta medio año nos hicimos grandes amigas, y nuestra amistad perdura hasta nuestros días.

En aquel mismo año, una vez más fui a participar a Chiclayo en el Concurso de Matemáticas, con la diferencia de que no sólo irían las alumnas de un solo grado,

sino de todo el colegio. Todas llegamos a formar un solo equipo y por ende nos convertimos en buenas amigas. Entre las amigas que recuerdo con: Luz, Yessenia, María de los Ángeles, Jhaira, Karina, Rossgry, Caribe, Diana, Doris,

Madai, Maritza (hermana menor de Sinthia), Yackeline, Manuela; con ellas aproveché el viaje y conocimos lugares como el museo “Señor de Sipán” y el Real Plaza. En fin, con ellas tengo recuerdos inolvidables, lo que ha motivado que hasta ahora seamos grandes amigas. A las personas con las que se pasa los mejores momentos no se las olvida fácilmente, y de esta manera lo confirmé.

En el año siguiente, viajé con mi familia durante un mes a la ciudad de Chiclayo por celebrarse mis quince años, fue un viaje memorable, en el cual compartí con mis padres, uno de los pocos pero de los más grandiosos momentos.

En este mismo año, comenzaría al fin las experiencias más divertidas y las que siempre pensé en vivir, pero que, hasta el momento no lo había conseguido. Nos preparamos para realizar las actividades referentes a la promoción. El ansiado viaje de promoción no se realizó, debido a que no se cumplía con todos los requisitos exigidos por la Institución Educativa, como son los permisos que debían hacerse y otros, de tal manera que no nos permitieron viajar. Con respecto a la fiesta de promoción se realizó en el local “Las VEGAS”, en aquella oportunidad se me permitió realizar el discurso de despedida, pero más que de despedida fue de reunión al recordar todos los momentos pasados juntas. Esa fue una de las primeras experiencias divertidas y emocionantes que viví, pero no última, desde ahí se marcaría para que estas sensaciones de emoción y diversión comenzasen. Aquella noche me divertí tanto y me sentí tan bien, que no podía creer que fuese capaz de sentir todo ese conjunto de sensaciones dentro de mí. Desde ahí comprendí que la vida no se vive por los respiros que uno da, sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento.

Terminó el colegio, una nueva etapa de mi vida comenzaría, entonces comprendí lo que tanto me decían: “Ama a tu colegio”, aquella frase nació porque, los estudiantes siempre anhelamos con salir del colegio, pero cuando lo hacemos extrañamos tantas vivencias en él, ya nada es lo mismo, es otra circunstancia en la cual sólo de cada uno depende lograr sus objetivos y sentirse realizado.

Como es de suponerse después de terminar quinto grado de secundaria, llega el momento de postular a la Universidad, y aún más, a la Universidad Nacional de Cajamarca. Para ello mis padres me inscribieron en CEPUNC (centro de preparación de ingreso directo a la Universidad Nacional de Cajamarca). Esta era

la primera vez que iba a una academia, en un inicio no le tomé mucha importancia a las clases, por lo tanto, desaprobé los exámenes y desde luego no pude hacerme acreedora de la vacante a la que me presentaba. En la academia hice amistad con mis compañeros de aula y sobre todo con Pamela. Las dos tenemos tanto en común y prácticamente nos convertimos en hermanas. En este primer ciclo en el CEPUNC, sí que sucedieron las cosas más graciosas, por ejemplo: casi estaba sonriendo y profesor de historia me llamaba “La señorita de la propaganda de Kolynos”. Yo me preguntaba ¿por qué no reír si la vida es tan maravillosa? Aunque suceden cosas que nos lastiman, siempre pasa, y luego llega la recompensa, es decir, nos corresponde vivir experiencias más alegres las que borran por completo las tristezas. Por lo que ahora pienso que entre lágrimas tratamos de de sacar lo mejor de nosotros, y así aprendemos a ver al mundo con una sonrisa.

Como era de suponerse no ingresé por vía CEPUNC a carrera que creí que era más conveniente y había más vacantes: Contabilidad, pero aún tenía oportunidad de ingresar mediante el examen público, el puntaje que obtuve no fue suficiente para ingresar a la carrera que en realidad quería: Ingeniería Civil. Por lo cual, viajé a la provincia de Jaén para postular otra vez a la Universidad Nacional de Cajamarca-Sede Jaén. En aquel lugar sólo se ofrecía la carrera de Ingeniería Forestal y Enfermería, e Ingeniería Civil sólo para los premios de excelencia; por ese motivo, postulé a la carrera de Ingeniería Forestal e ingresé. Pero, aún no estaba completamente decidida a quedarme en aquel lugar lejos de mis padres, por lo cual, decidí reservar mi vacante e intentar por una vez más mi ingreso por vía CEPUNC a la UNC.

Esta vez fui desde un comienzo con Pamela, nos habíamos vuelto inseparables. En el segundo ciclo conocimos a una persona que se volvería como nuestro hermano, Iván. En un comienzo, yo no fui los tres primeros días de clase, Pamela tenía la idea de que era antipático; pero, poco a poco se fue convirtiendo en nuestro mejor amigo entre broma y broma. El tiempo que pasamos juntos disolvió por completo la idea equivocada que teníamos de él. Iván, nos apoyaba en los estudios y ahora es mi súper amigo. En aquel ciclo reflexioné, ya no podía seguir perdiendo más el tiempo en intentar ingresar a la UNC, tenía que conseguirlo, y para ello tenía que poner todo de mí en el estudio. Me incliné por la carrera de Economía, porque es una carrera con amplia capacidad de trabajo. Logré aprobar los exámenes y conseguí la vacante para Economía, esto gracias al apoyo de mis dos súper amigos, que se habían

convertido en hermanos para mí, aquellos que nunca tuve, y que ahora los tengo, y por ello puedo decir que soy una persona feliz. Aquellos momentos que pasé fueron los más felices y los que más recuerdo, aprendí a equilibrar mi tiempo, especialmente basado en el estudio y luego la diversión. Las anécdotas son innumerables por ejemplo, risas con los profesores, salidas a la pizarra, caídas graciosa, en fin, momentos de mucha felicidad y diversión.

Ingresé en el mes de agosto del 2010, pero aún las clases empezarían en el siguiente año, así, aproveché el tiempo para descansar y relajarme.

El 10 de octubre del 2010 muere mi abuelita, ello nos causó mucho dolor y tristeza, pero acompañada de la resignación tuve otra forma más de pensar: alguien más nos cuida desde el cielo. Con este suceso, toda mi familia se unión y es muy cierto lo que se dice: “La felicidad reúne; pero, el dolor une”. Conocí a familiares que nunca los había visto y me di cuenta de que mi familia no era pequeña, sino más bien muy numerosa y sobretodo estábamos unidos.

En ese lapso, me regalaron un conejo que es el engreído de mi casa, su nombre es “Rafi”, y es un conejo de orejas caídas, es muy agraciado, y llegó el mismo día que falleció mi abuelita.

Después, tomé clases de computación y al terminarlas, empecé con clases de inglés en el centro de idiomas de la Universidad Nacional de Cajamarca. Proyectando así mi

vida en hechos que me ayudarían a triunfar como ser humano y luego como profesional.

Terminando el estudio de inglés, comenzaron las clases en la universidad Nacional de Cajamarca. Tal es la casualidad que, resultó siendo mi compañera Luz (amiga que había conocido en mi viaje a Chiclayo) y Luceli, una antigua amiga del CEPUNC, por lo cual me sentí contenta. Posteriormente conocí a mi amiga y confidente llamada Kelin, quien posteriormente por su forma de ser, se convirtió en una hermana más para mí. Y ahora, cada día es una emoción nueva, nuevas risas, nuevas bromas, en fin, todos juntos, mis amigos

y compañeros. Y también mis primeros hermanos (Ivan, Pamela) con los que siempre estoy en contacto y aún los veo, ya que me prestan su apoyo cuando los necesito. Y como no mencionar a mis queridos padres, que, de una u otra forma me ayudan en todo cuanto pueden y son los seres a los que más amo en el mundo.

GRACIAS A TODOS POR BRINDARME CADA MOMENTO DE ALEGRÍA!!!