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Artículo publicado en Revista Instituto de Cultura Puertorriqueña, a. 5, n. 10, julio-
diciembre 2004 (segunda serie), pp. 132-137.
Fotocopias en la gráfica.
La tecnología como una alternativa al canon
Silvia Dolinko
Tradicionalmente, las obras inscritas dentro del campo del arte gráfico debían
cumplir con ciertas características coma reproductibilidad, multiplicidad, impresión de la
matriz en soporte de papel, tiradas limitadas y numeradas; a su vez, la importancia otorgada
a la acción "artesanal" del artista fue un elemento central para su valorización e inclusión
dentro del "selecto" grupo de las artes coleccionables y cotizables. Sin embargo, sabemos
que desde hace varias décadas se vienen produciendo sostenidamente diversas
modificaciones, revisiones y cuestionamientos a la conceptualización del grabado,
ampliando sus posibilidades a partir de la aceptación de producciones "no convencionales".
En este proceso de redefinición de la disciplina ha sido fundamental el impacto de los usos
de la tecnología como nuevo recurso.
Celebrada desde las posiciones aperturistas, cuestionada por aquellos que sostienen
posturas ortodoxas, la irrupción de la tecnología en la gráfica tensionó sus estatutos
renovando la idea del "grabador tradicional". Aunque los médiums tecnológicos -por
ejemplo, la infografía y la electrografía o arte con fotocopia- pueden mantener las
características que sostienen la particularidad de la obra impresa, fracturan la
supuestamente imprescindible e indiscutible condición aurática de lo manual en la que se
basaban las técnicas tradicionales.
A continuación, propongo repasar algunas cuestiones históricas sobre la instalación de
la impresión con fotocopias como recurso para la gráfica artística y, a partir de distintos
ejemplos, reflexionar sobre los posibles efectos producidos por la aparición de esta nueva
modalidad alternativa frente a las rígidas normativas (de producción y recepción) que
tradicionalmente han dominado el campo del grabado latinoamericano.
MÁQUINA FOTOCOPIADORA E IMAGEN GRÁFICA
Desde 1938, cuando Chester F. Carlson registró el procedimiento electrofotográfico de
reproducción de originales a partir del cual obtuvo una primera copia electrostática en
seco, el desarrollo industrial de su invento fue continuo, pasando por diferentes instancias
hasta llegar a las actuales copiadoras láser digitales de ultima generación.l Aunque el
destino primero para la fotocopiadora -y su uso mas expandido aun hoy día- consistió
generalmente en la reproducción de documentos escritos, la facilidad, economía y
velocidad en la impresión del sistema y la hipotética posibilidad de hiperreproductibilidad
de la imagen posibilitaron que, con el tiempo, también se la considerarse como un recurso
tecnológico apto para aprovechar en la grafica, expandiendo así el uso para el cual fue
pensada originalmente.
Electrografía, xerografía, copy-art, copier art, cop-motion, arte con fotocopias son
algunas de las diferentes denominaciones utilizadas para definir el trabajo creativo con la
maquina fotocopiadora.2 ¿De qué se trata esta producción? Desde el aspecto procedimental
se pueden reconocer variados usos y aplicaciones de la fotocopia dentro de lo artístico. En
muchos casos, la impresión en papel es combinada con otros elementos para generar obras
mixtas (pinturas-collage, instalaciones, etc.), una de cuyas características sería la unicidad
del producto final.
Centrándose en el campo de la grafica múltiple, es posible plantear una diferenciación
en el uso de la fotocopiadora. Por un lado, la impresión aplicada a alguna superficie -
generalmente por transferencia- donde la fotocopia solo constituiría una "imagen origen"
para producir la matriz. En este caso, la operación se asocia a métodos históricos
reformulados por la inclusión de este médium, dando así lugar a lo que se podría analizar
como una fusión gráfica inserta en un proceso de tradición selectiva,3 por ejemplo, en la
ecuación "fotocopia mas aguafuerte" que da lugar a una especie de proto-fotograbado.4
Otra situación se produce cuando la electrografía es presentada como obra impresa,
como imagen múltiple, la fotocopia en si misma, sin mixturas. En este sentido, es posible
enumerar una amplia gama de posibilidades a partir de los recursos técnicos que posibilita
la máquina como reentintados, copias corporales, deformación cinética de imágenes,
impresión de objetos y texturas, edición de libros o publicaciones, etc., ya sea por
procedimientos directos o indirectos de impresión.s
Aunque con el tiempo la definición de la imagen fotocopiada se ha vuelto cada vez mas
precisa y "fiel" con respecto al diseño original a multiplicar o reproducir, una de las
características históricas de la fotocopia en blanco y negro de costo mas reducido es que
conlleva "cierta ambigüedad: aparecen sombreados, contornos indefinidos, oscurecidos o
blanqueados, imágenes desplazadas y unificación de texturas y tonalidades. Falla la técnica
de reproducción: esta falla es aprovechada y podría decirse que se convierte en la estética
de la imperfección".6
Así, a través de la elección de este procedimiento los artistas pudieron sostener una
contraposición o alejamiento consciente con respecto al preciosismo en la realización,
devenido con el tiempo en una posible clave de las normas valorativas dominantes dentro
de la disciplina grafica. Por otra parte, la rapidez de resolución de la máquina en la
impresión fue otro factor de diferenciación con el grabado canónico.7 De esta manera, el
arte con fotocopias pudo entenderse desde sus comienzos como una modalidad
innovadora, experimental, -o incluso contrahegemónica- frente a las normativas de la
grafica ortodoxa.
En este sentido, no deja de resultar paradójica la aplicación de un recurso convencional
propio del "oficio" del grabador, como es la numeración de la tirada de estampas o series
de obras. Ante el hecho de que los propios artistas destacan la condición de inmediatez de
esta producción y su posibilidad de circulación "libre" y plural, es llamativo el uso de este
tipo de codificación, pues pudiendo explotarse el recurso de la reproductibilidad
prácticamente ilimitada, se aplica la canónica norma del control de ediciones. Este
mecanismo podría interpretarse coma una demarcación reservada al grabador. Así, el
artista que usa fotocopias se inserta con ese gesto en el sistema de la gráfica histórica,
controlando y reafirmando al mismo tiempo la autoría de su propia producción. También
es posible vincularlo con la función del registro documental de la obra o su serialización.
Pero, a la vez, la misma codificación podría leerse en clave de desafío irónico a la propia
norma de regulación de la obra múltiple.
En relación con esta última hipótesis, podemos citar coma ejemplo las impresiones
presentadas en la pionera exposición paulista Gerox-Xerografias dos Artistas,8 donde se
hacía referencia a "la fotocopia como grabado". Allí, las obras de Alex Flemming, León
Ferrari, Mira Schender, Nelson Leirner y Regina Silveira, entre otros, incluían en su
numeración el denominador "infinito", que evidenciaba la posibilidad de "infinitas
estampas posibles" que propone el procedimiento.
LA SANCION INSTITUCIONAL
¿Cuáles han sido los caminos de la gráfica con fotocopias? Es posible sostener que la
tensión entre la propuesta de ruptura y la aceptación institucional y museística han signado
sus distintos momentos. Repasemos algunos sucesos. Las primeras experiencias del uso de
la fotocopia en el arte se iniciaron en Europa y Estados Unidos en la década del sesenta.
Este contexto nos remite a la indagación contemporánea acerca de los cruces e
imbricaciones entre arte y tecnología, coma así también del "boom" de la imagen impresa a
partir de la proliferación de talleres de impresión y el auge de la imagen serial por parte de
los artistas pop.
Sin embargo, existe un consenso generalizado con respecto a que los usos iniciales de la
fotocopiadora en el campo grafico, en un sentido mas ajustado, fueron llevados a cabo por
la norteamericana Sonia Landy Sheridan con sus generative systems en el Art Institute of
Chicago. Por otra parte, una gran mayoria de las primeras exploraciones con la
fotocopiadora estuvo vinculada al mail art y su propuesta de una multiplicación y
circulación activa de imágenes. Desde estos puntos de partida, se fueron investigando
distintas posibilidades expresivas y técnicas.9
Desde los años setenta, la presencia creciente de la electrografía en el circuito
internacional, en sucesivos eventos y exhibiciones llevadas a cabo par entidades de
importancia y renombre, planteó un indicio sobre la progresiva aceptación de esta
modalidad. Entre los posibles ejemplos, podemos mencionar la exposición colectiva de
electrografías en la Bienal de Venecia de 1970, la muestra Electroworks en el International
Museum of Photography at George Eastman House, Rochester, Nueva York en 1979, La
electrographie en el Centre Georges Pompidou de Paris en 1980, Electra: L'electricite et
l'electronique dans l'art au XXe siècle en el Musée d'Art Moderne de la Ville de Paris en
1983, la 1 Bienal lnternacional de Copy Art, Barcelona, en 1985, y Procesos, cultura y
nuevas tecnologías -que incluyó una sección denominada específicamente "electrografía"-
en el Centro Nacional de Arte Reina Sofía de Madrid en 1986.
La inauguración en 1990 del Museo Internacional de Electrografía (MIDE), en Cuenca,
España -primera entidad permanente dedicada a esta especialidad- se podía leer como un
signo del reconocimiento hacia las búsquedas electrográficas: el otorgamiento de un
espacio museográfico específico que implicaba la significación de la fotocopia como pieza
de museo.lO El hecho de que exista un espacio concreto de exhibición y difusión de la
"fotocopia artística" da cuenta de una legitimidad simbólica otorgada a la modalidad al
sancionarse desde lo institucional el recorrido experimental previo.ll
Dentro del campo de la gráfica sudamericana, el desarrollo del arte con fotocopias
registra algunas iniciativas pioneras coma los trabajos de Juan Carlos Romero y León
Ferrari, por ejemplo. En 1967, Romero obtiene un premio en el IV Salón de la ciudad de La
Plata (capital de la provincia de Buenos Aires) con una xerocopia intervenida. A su vez,
Ferrari comienza a explorar el procedimiento a fines de los años setenta, durante la época
de su exilio en Brasil; no sólo allí lleva a cabo varias exposiciones de obras con fotocopias -
y otros medios de impresión, coma la heliografía- sino también en otros países
latinoamericanos. Justamente, en ocasión de su muestra en Ciudad de México en 1982,
Néstor García Canclini reflexionaba sobre las posibilidades de la fotocopia: "En un
mercado, un sistema, que busca expandirse, la función del arte no es retraerse a los usos
exclusivos y las técnicas originales; su tarea es introducir en la expansión y la
multiplicación, mediante las técnicas mas rutinarias, el sentido de lo efímero y lo plural".l2
Sin embargo, es tan reciente como mediados de la década del ochenta cuando se
comienza a profundizar la experimentación con la maquina fotocopiadora. A partir de esos
años se fueron sucediendo distintas exposiciones de "arte con fotocopias", tanto a través de
muestras particulares como exhibiciones en espacios oficiales; también se produjo la
incorporación de secciones especiales en exposiciones y concursos. Estas obras aparecieron
definidas generalmente bajo el rótulo de grafica experimental -término que englobaba
aquellas producciones que por distintos motivos no se ajustaban a la normativa del grabado
canónico y al establecerse así una diferencia nominal con la grafica tradicional se
evidenciaban algunos de los criterios de recepción que acentuaban las diferencias entre las
modalidades de producción de las obras, justamente en una época propicia para los
intercambios y aperturas interdisciplinarias.
Con relación a estas diversas búsquedas, me detendré en una serie de cuatro
exposiciones llevadas a cabo en Buenos Aires en 1987, 1988, 1992 Y 1995 en la sede que
el Museo Municipal de Artes Plásticas Eduardo Sívori tenia por aquellos años en el espacio
del actual Centro Cultural Recoleta.l3 Considero que esta serie es emblemática tanto por sus
características como por su inscripción en un momento clave en lo referido a la tensión
entre las proposiciones de las corrientes experimentales con la fotocopia y su aceptación
institucional.
Grafica Alternativa-Artistas con fotocopias fue el título que suscribieron Fernando
Bedoya y Juan Carlos Romero, organizadores de estas exhibiciones colectivas que
nuclearon gran parte de las producciones que algunos artistas argentinos venían
desarrollando hasta ese momento de forma individual en experiencias aisladas. Además de
la difusión de las exploraciones gráficas de este núcleo de artistas, el autorreconocimiento
desde el recurso de la fotocopia coma código compartido y la búsqueda de un espacio de
exhibición concreto, entre los objetivos de los organizadores estaba el desafiar la ortodoxia
del grabado y sus reg1as dominantesl4 desde el uso de la fotocopia coma propuesta
novedosa y provocativa con respecto a la histórica noción de artesanalidad y virtuosismo a
las que ya hemos hecho mención. "Desde el punto de vista ideológico, la expectativa era
justamente desacralizar todas las técnicas de grabado y reproducción, ya que hoy día las
maquinas xerográficas o fotocopiadoras son una herramienta impresionante para la difusión
de material. Imponer este paradigma dentro de la plástica o dentro de la gráfica son años",
citaba Bedoya.15
Antecediendo en unos meses a la primera edición de la serie, se realizó en el mismo
ámbito la muestra Fotocopias en la plástica, de Hugo Trozzoli, en cuya presentación se
hablaba de la "técnica del fotocope" y los "fotocopeadores”16. Este ejemplo nos conduce a
deducir que, por la propia emergencia de esta producción en esos años, circularon distintas
denominaciones, tanteos verbales, neologismos -y eufemismos- en la búsqueda de los
propios artistas por definir el procedimiento de realización de sus obras. De ese modo, a la
vez se eludía a la "demasiado trivial" palabra fotocopia, ligada coma noción general a la
idea de reproducción mecánica comercial, y a lo cotidiano. No es casual, por lo tanto, que
los "artistas con fotocopias" adoptasen este término como autodenominación, ya que
precisamente el efecto buscado fue diferenciarse y confrontar con las artes de élite
dominantes en el circuito artístico.
Al efectuar un recorrido retrospectivo de las cuatro muestras, se constata un gradual
incremento en la cantidad de participantes y en el espacio físico de exhibición.17 Dentro del
gran número de obras presentadas a lo largo de las sucesivas muestras, se manifestó una
gran heterogeneidad en las propuestas estéticas que incluían investigaciones de la
ampliación de texturas de objetos y superficies, impresión de collages producidos con
variadas fuentes graficas, deformación de rostros, exploración de elementos tipográficos y
fotográficos, por mencionar escasos ejemplos.
Las distintas ediciones tuvieron variantes, coma la exhibición conjunta con originales
de revistas altemativas o "subte", la participación del público -sacando una imagen,
generalmente de su rostro en "el ritual de la maquina"18, o la inclusión de otras modalidades
gráficas novedosas para aquella época. En este sentido, la tercera de las muestras, que
abarcaba secciones de infografía, heliografía, libros de artistas y artistas con fotocopias, se
presenta coma el intento mas logrado por ofrecer un panorama general de las experiencias
en gráfica "no convencional" desarrolladas hasta ese momento.
La denominación "gráfica altemativa" como definición tomada desde el grupo mismo
es reveladora, ya que implicaba la posición de esta obra dentro del campo y su distancia
con respecto a la norma dominante y la sanción académica -pero a la vez, paradójica o
irónicamente, no dejó de ser una obra exhibida en un ámbito institucional ampliamente
reconocido dentro de la ciudad de Buenos Aires como es el Centro Cultural Recoleta-. Por
otro lado, los propios artistas postularon un alejamiento de los mecanismos de valoración
usuales para la obra gráfica, al sostener que la inmediatez, fragilidad y cotidianeidad de la
fotocopia "no da lugar a la trascendencia y jerarquización que generan los etiquetadores de
obras de arte para la cotización mercantil"19. Así, estos artistas gráficos propusieron lo
alternativo coma equivalente de una posible independencia del mercado, de las formas
convencionales de producción y de las normativas dogmáticas.
Y si es posible pensar que en el contexto internacional se fue consolidando una
tendencia hacia la institucionalización de la maquina fotocopiadora coma herramienta
creativa del campo grafico, se puede plantear que estos intentos regionales permanecieron
en una esfera emergente o de confrontación con las prácticas hegemónicas de la disciplina.
En definitiva, con esta "estética de la imperfección" se formuló una nueva posibilidad, otra
forma para la grafica.
1 Carlson le da el título de electrografía a su patente. Desarrolla el proceso para la Haloid
Company de Rochester, New York, una predecesora de la Xerox Corporation. Cf. John
Ross, Clare Romano, Tim Ross, The Complete Printmaker. Techniques/traditions/
innovations, New York, The Free Press, 1990, p. 267. Para una descripción del proceso
técnico electrográfico y una enumeración de los modelos históricos de fotocopiadoras,
véase Jesus Pastor Bravo, "El procedimiento electrográfico en la creación artística",
Electrografías. Colección Museo Internacional de Electrografía, Cuenca, Universidad de
Castilla-La Mancha, 1991, pp. 19-21.
2 Se pueden aplicar según el criterio del autor o el tipo de obra, por ejemplo, cop-motion
cuando la matriz es movida adrede durante el proceso de impresión. La definición
xerografía -del griego xerox, seco, y grafein, escritura- ha sido cuestionada en algunas
ocasiones, ya que remite demasiado abiertamente a la marca comercial Xerox, por lo cual
a veces se la ha omitido en los catálogos. 3 Según la conceptualización efectuada por Raymond Williams en Sociología de la
cultura, Barcelona, Paidós, 1994, pp. 174-175.4 Cf. "Electrografía y grabado", Grabart papel & estampa, número presentación, Buenos
Aires, s/f, p. 16. 5 Christian Rigal, "La electrografía coma técnica expresiva" en Electrografías ... , op. cit.,
p. 33 y ss. 6 Juan Carlos Romero, "Para una definición de la gráfica altemativa", catálogo de la
exposición Gráfica Alternativa-Artistas con fotocopias, (Buenos Aires, Museo Municipal
de Artes Plásticas Eduardo Sívori, octubre de 1987). 7 Pablo Páez ha reflexionado sobre el grabado tradicional y la fotocopia en sus diferencias
como procesos de impresión, destacando las ventajas de la rapidez de resolución de esta
última. En Pablo Marchetti, "La fotocopiadora: un arma secreta", Raf 1, Buenos Aires,
noviembre de 1992, pp. 26-27.
8 Brigadeiro Faria Lima 1403, San Pablo, diciembre de 1979. Aracy Amaral señaló
contemporáneamente el interés de las muestras con xerografías llevadas a cabo en dicha
ciudad brasileña. Cf. "A invençào e a Maquina", presentación de la muestra A Arte de Leon
Ferrari, Museo de Arte Moderno de San Pablo, marzo de 1980.
9 Para un panorama general de los inicios y desarrollo internacional, cf. David Liss,
"Photocopyart- Who were the Pioneers?", Artfocus Magazine, enero de 1996 y los
catálogos Il Bienal lnternacional de Electrografía y Copy Art, Valencia, octubre de 1988 y
Electrografías ... , op. cit.
10 Entre 1985 y 1995 también funcionó el Museum fur Fotokopie (MFF), primer museo
privado de arte con fotocopias, originado a partir de los desarrollos de Klaus Urbons en esta
modalidad, llevados a cabo desde 1977.
11 Paradójicamente, esta institución -dependiente de la Universidad de Castilla-La Mancha-
no es del todo reconocida en el seno de la comunidad que le otorga su espacio. Si bien la
ciudad de Cuenca posee otros museos, cuyas colecciones son de altísimo interés artístico y
cultural, el MlDE es prácticamente desconocido para la población local.
12 Néstor García Canclini, "El arte se hace en fotocopia", Uno + uno, México, 8 de abril de
1982. La exposici6n tuvo lugar en el Museo Alvar y Carmen T. de Carrillo Gil, México
D.F. 13 En esos años se denominaba Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires.
14 Sin embargo, es importante señalar que muchos artistas gráficos argentinos plantearon
desde los años cincuenta diversas aperturas y experimentaciones tanto técnicas como
formales. Obras como las de Antonio Berni, Fernando López Anaya o Luis Seoane, por
ejemplo, reformularon los históricos procesos del grabado y marcaron distintos caminos
para las siguientes generaciones. 15 Fernando Bedoya, entrevista en revista El umbral, (Buenos Aires, octubre de 1987).
16 Marcelo Ferder, "La fotocopia. Un aporte a la plástica", catálogo de la exposición
Fotocopias en la plástica, (Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, mayo de 1987).
17 Del número inicial de 18 "artistas con fotocopias" se amplió a 48 integrantes en la última
edición; Elda Cerrato, Daniel Faunes, León Ferrari, Miguel Melcom, Hilda Paz, Oscar
Smoje, los ya citados Bedoya y Romero, entre otros, son los nombres de los artistas que se
reiteran en las sucesivas listas de expositores.
18 Cita de Fernando Bedoya, en reportaje de Belén Gache, "Gráfica Alternativa-Artistas con
fotocopias II'', Fin de Siglo, 18, Buenos Aires, diciembre de 1988, p. 85. 19 Juan Carlos Romero, "Lo múltiple, inmediato y efímero", Gráfica Alernativa II-Artistas
con fotocopias, (Buenos Aires, Museo Municipal de Artes Plásticas Eduardo Sívori,
noviembre de 1988).