ARTCULOS SOBRE HEROES Y PERSONAJES ILUSTRES 2 de agosto de 2010

ARTICULOS PERSONAJES ILUSTRES

ARTCULOS SOBRE HEROES Y PERSONAJES ILUSTRES 2 de agosto de 2010

Donan carta de Grau escrita en el Huáscar MIGUEL GRAU

El presidente del Congreso, Luis Alva Castro, recibió la donación de una carta original escrita

por el contralmirante Miguel Grau Seminario, cuando estaba a bordo del monitor Huáscar, en

Arica, en plena guerra del Pacífico.

El acto se desarrolló en la sala que lleva el nombre del Gran Almirante en el Palacio

Legislativo, y contó con la asistencia de los vicepresidentes Cecilia Chacón, Michael Urtecho y

Antonio León. También estuvieron el contralmirante César Prada Ugas, en representación del

Comandante General de la Marina, y oficiales de esa institución castrense.

Alva Castro recibió el documento de manos de Carlos Bustamante Whitfield, e informó que

será depositado en el Archivo General del Parlamento Nacional. Anunció que ese patrimonio

será presentado cada vez que sea necesario a los ciudadanos del Perú para que conozcan las

palabras del „Caballero de los Mares‟.

“Gracias, Carlos Bustamante, por la generosidad patriótica de confiar al Congreso de la

República el cuidado y preservación de tan valioso patrimonio documental”, puntualizó.

Detalló que la misiva del „Héroe del Combate Angamos‟ data del 16 de setiembre de 1879 y

está dirigida a su amigo, el general Javier de Osma, en la que agradece la felicitación recibida

tras ser ascendido por el Congreso, el 27 de agosto de 1879, al grado inmediato de

Contralmirante.

“La Carta de Grau se incorpora al valioso patrimonio documental que el Congreso de la

República se honra en cuidar para orgullo de todos los peruanos y para beneficio de los

diversos estudiosos de la historia y la cultura nacional”, acotó el titular del Parlamento.

También recordó que el Primer Poder del Estado le rinde permanente homenaje al héroe

nacional cuando al pasar lista, al inicio de las sesiones del Pleno, todos los legisladores

responden al unísono: ¡Presente!. También señaló que el escaño de Miguel Grau permanece

en el hemiciclo principal de sesiones.

Por su parte, el hasta hoy poseedor de la carta de Grau, Carlos Bustamante, expresó su

satisfacción por ser parte de la ceremonia de donación al Congreso de la República. También

agradeció a su titular, Luis Alva Castro, por acoger esa iniciativa.

“Cumpliendo con mi deber cívico patriótico, y con lo que fuera el deseo del Gran Almirante

Miguel Grau Seminario, hago entrega a usted, señor presidente del Congreso, del documento

que sale hoy a la luz, luego de 131 años de que los escribiera para la historia”, refirió.

Antes de concluir la ceremonia, la primera vicepresidenta del Parlamento, Cecilia Chacón

entregó un Diploma de Honor del Congreso a Carlos Bustamante, en reconocimiento a su

generosa donación de la Carta del Héroe de Angamos. CONGRESO DE LA REPUBLICA

ARTCULOS SOBRE HEROES Y PERSONAJES ILUSTRES 2 de agosto de 2010

Cuentos patrios “HEROES”

El único referente que tenía de la Patria, era la marca de cuadernos –Patria- que vendían en las librerías y

a tono con las explicaciones que me impartían en las clases de educación cívica, la Patria comenzó a

tener un tinte a desfiles escolares, bandera, escudo, escarapela, himno nacional y todos aquellos

“símbolos patrios”, cuyo significado y partes recitábamos de memoria, horas antes de alguna evaluación.

La escuela era así, un tiempo en el que creíamos que la hazaña de aquel hombre llamado Don José de

San Martín realmente nos había liberado; que incas, negros y criollos, ya no serían más esclavos de los

“despiadados” españoles. Y que los colores de la bandera que hoy nos pedían saludar, eran el fruto de un

sueño del líder de la independencia peruana.

Ese mismo general que aparecía de espaldas y con traje militar en el famoso cuadro de “la proclama”, me

recordaba el legado de aquel discurso de libertad e igualdad, cuyas incoherencias habría de descubrir

años más tarde. Es que nuestra historia está llena de incoherencias. Me hablaron -por ejemplo- de un

imperio grandioso, de los doce incas, su expansión territorial y todas sus hazañas ingenieriles o militares;

sin embargo luego me enteré de su derrota a manos de un puñado de cazadores de fortunas e iletrados,

que es como califican hoy a los españoles que “conquistaron” el imperio incaico.

Ya en el colegio, el cabello corto, las botas que emulaban a aquellas que usan los militares, uniforme

“comando”, galones y cristina, eran las condiciones necesarias para no sentirse discriminado en un

pequeño mundo militarizado en el que se había convertido mi entorno. Lo militar, gracias a las clases de

historia y educación cívica, se convertía en sinónimo de valentía y sacrificio por una “patria” que para mí

continuaba siendo la marca de un cuaderno.

Claro, también aprendí de nuestros héroes nacionales -la mayoría militares por cierto-, Francisco

Bolognesi, Miguel Grau, Alfonso Ugarte, eran ejemplo de patriotismo y entrega y, más allá de las diversas

explicaciones que existen hoy al respecto, son sinónimo de fracaso y derrota. ¿Cómo conciliar estas

explicaciones grandilocuentes de heroicidad y libertad, con la vida o los hechos prácticos?

Lo cierto es que la historia, contada de ese modo, puede resultar contraproducente y profundamente

mentirosa, ya que exalta ciertos valores de un grupo y descalifica a otros, evitando cualquier perspectiva

crítica que analice, por ejemplo; el por qué el imperio incaico fue derrotado siendo tan poderoso como se

creía y por qué el “valeroso” ejército del Perú perdió todas las guerras en las que participó. Imagino que

existen varios factores para explicar todo ello.

Pero es 28 de julio, día de la independencia (aunque suene a cuento). No obstante, más que en las

derrotas o “hazañas” militares, me reconozco más peruano en medio de una comparsa de sikuris,

participando de una celebración a la madre tierra, en medio de una fiesta Harakmbut o Aymara y

últimamente descubriendo todo el significado que tiene nuestra comida.

Sin embargo no deja de apenarme y preocuparme que la hegemonía militar desplace todas las otras

manifestaciones para expresar nuestra pertenencia a este Perú de contrastes; a este Perú que le

pertenece lo mismo a Yobana Hancco que a Sandra Muente o Chacalón. Ese Perú al que seguramente

queremos tanto, que termina por jodernos tanto querer. Aldo Santos