Artículos sobre el ANTROPOCENO - Cniesrc's Blog · Es cada vez más evidente que los humanos somos...

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Artículos sobre el ANTROPOCENO Recopilación Francisco Javier Barba Regidor Enero de 2015

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Artículos sobre el ANTROPOCENO Recopilación

Francisco Javier Barba Regidor Enero de 2015

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ABC, jueves 15 de enero de 2015 CIENCIA

Y la humanidad dio la «Gran Aceleración»

Investigadores sugieren que la Tierra entró en una nueva era geológica, el Antropoceno, a mediados del siglo XX con el comienzo de la era nuclear

Prueba nuclear realizada por EE.UU. en 1954. Archivo

j. de j. @judithdj / madrid | La actividad humana ha hecho desaparecer ecosistemas en todo el mundo, ha cambiado el clima y la calidad del aire, y ha exterminado especies. Dejamos una huella tan profunda en el planeta que muchos científicos creen que nos encontramos inmersos en un nuevo período geológico, el Antropoceno, la era de los seres humanos, un término no oficial pero sobre el que existe un amplio consenso. Lo que no está tan claro es cuándo comenzó. Algunos lo sitúan en la aparición de la agricultura en el Neolítico, hace 10.000 años, mientras que otros creen que fue con la revolución industrial, a finales del siglo XVIII.

Ahora, un equipo internacional de investigadores del Programa Internacional Geosfera-Biosfera (IGBP) y el Centro de Resiliencia de Estocolmo ha tenido en cuenta un conjunto de 24 indicadores globales, al que han llamado «tablero planetario», para sugerir que en realidad el inicio del Antropoceno debe fecharse a medidos del siglo XX. Entonces se produjo una «Gran Aceleración» en la actividad humana que provocó cambios fundamentales en el estado y el funcionamiento de la Tierra que no pueden atribuirse a la variabilidad natural. Los resultados serán presentados en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, a finales de este mes.

«Es difícil sobreestimar la magnitud y la velocidad del cambio. En una sola vida la humanidad se ha convertido en una fuerza geológica a escala planetaria», dice el autor principal, Will Steffen, de la Universidad Nacional de Australia y el Centro de Resiliencia de Estocolmo. En su estudio, los investigadores trazaron un gráfico de la actividad humana desde el comienzo de la revolución industrial en 1750 al año 2010, y de los cambios posteriores en el sistema de la Tierra: los niveles de gases de efecto invernadero, la acidificación de los océanos, la deforestación y el deterioro de la biodiversidad.

Doce indicadores muestran la actividad humana, por ejemplo, el crecimiento económico (PIB), la población, el consumo de energía, las telecomunicaciones, el transporte y el uso del agua. Otros doce, los cambios ambientales: en el ciclo del carbono, el ciclo del nitrógeno, la biodiversidad... Este nuevo «tablero

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planetario» pone de relieve cómo las trayectorias de la Tierra y del desarrollo humano están estrechamente vinculadas.

«La primera vez que agregamos estos datos, esperábamos ver grandes cambios, pero lo que nos sorprendió fue el tiempo. Casi todas las gráficas muestran el mismo patrón. Los cambios más dramáticos han ocurrido a partir de 1950. Fue el inicio de la 'Gran Aceleración'», dice Steffen. A su juicio, «se trata de un fenómeno nuevo e indica que la humanidad tiene una responsabilidad hacia el planeta».

Detonación de la bomba atómica

Los resultados proporcionan una fuerte evidencia de que en las últimas décadas los componentes clave del sistema de la Tierra se han transformado más allá de la variabilidad natural exhibida en los últimos 12.000 años, un período geológico llamado Holoceno. El Holoceno, que en latín significa «totalmente reciente», se inició a finales de la última Edad de hielo y proporcionó la estabilidad para el desarrollo de la agricultura, lo que llevó a que surgieran pueblos y ciudades.

Según los autores, estas grandes tendencias de aceleración han llevado a la Tierra a la era del Antropoceno, término acuñado por investigadores Paul Crutzen y Eugene Stoermer en 2000, aunque aún no ha sido formalizado por la Comisión Internacional de Estratigrafía, el mayor grupo científico dentro de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS), formada por geólogos, biólogos, químicos, arqueólogos y antropólogos de universidades de todo el mundo.

Además, la elección conduce a una posible fecha de inicio específica: cuando la primera bomba atómica fue detonada en el desierto de Nuevo México el 16 de julio de 1945. «Los isótopos radiactivos de esta detonación se emitieron a la atmósfera y se extendieron por todo el mundo para proporcionar una señal única del inicio de la 'Gran Aceleración', una señal que es inequívocamente atribuible a las actividades humanas», dice el estudio.

La trayectoria del Antropoceno. SRC/IGBP/F PHARAND DESCHENES

Según los investigadores, las causas subyacentes de la «Gran Aceleración» son predominantemente la globalización. El grueso de la actividad económica y del consumo siguen siendo en gran parte dentro de los

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países de la OCDE, que en 2010 representaron alrededor del 74% del PIB mundial, pero sólo el 18% de la población. Esto apunta a la profunda magnitud de la desigualdad global, lo que distorsiona la distribución de los beneficios y confunde los esfuerzos internacionales, por ejemplo los acuerdos climáticos, para hacer frente al impacto en el sistema de la Tierra. Sin embargo, el documento muestra que recientemente la producción mundial, basada tradicionalmente en los países de la OCDE, se ha desplazado hacia las naciones BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Por otra parte, las clases medias que proliferan en esos países están impulsando un mayor consumo.

Límites planetarios

Los investigadores también han publicado una nueva evaluación del concepto de «límites planetarios» en la revista Science. El equipo ha identificado dos fundamentales: el cambio climático y la integridad de la biosfera. La alteración de cualquiera de los dos podría «conducir al sistema de la Tierra a un nuevo estado». El concepto de los límites del planeta, publicado por primera vez en 2009, identifica nueve prioridades mundiales relacionadas con los cambios inducidos por el hombre en el medio ambiente. La nueva investigación confirma muchos de los límites y proporciona un análisis actualizado de varios de ellos, incluyendo los ciclos de fósforo y nitrógeno, y el uso del suelo y la biodiversidad.

La Comisión Internacional de Estratigrafía ha creado un grupo de trabajo para analizar la validez de la reclamación del Antropoceno como nueva era. Sus conclusiones se conocerán en 2016.

http://www.abc.es/ciencia/20150115/abci-humanidad-gran-aceleracion-201501151521.html

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EL PAÍS, miércoles 11 de noviembre de 2014 OPINIÓN

Los gestores geológicos del Planeta. El Antropoceno

Hay que reconocer que las exigencias que se han de satisfacer para que a través de las medidas de mitigación consigamos resolver este problema son muy numerosas

MARI CARMEN GALLASTEGI

Acabo de leerlo. Una nave europea consigue aterrizar en un cometa, el cometa 67P. La noticia me hace recordar esa idea cada vez más generalizada que mantiene que la época geológica que vivimos tendría que ser denominada como Antropoceno (Anthopos/kainos) en sustitución del Holoceno que utilizamos desde el siglo XIX. Es cada vez más evidente que los humanos somos la especie dominante en el Planeta, la especie que conduce, influye e impulsa la historia de la evolución natural de la Tierra y esto justifica la propuesta de cambio.

El fenómeno del Cambio Climático y el convencimiento ( basado en evidencia tan sólida como la que sustenta la afirmación de que fumar perjudica seriamente la salud) de que somos los seres humanos los que hemos generado este problema a través de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero ha cambiado la percepción que teníamos de la especie humana Como escribe el economista Martin L. Weitzman “ la biomasa humana de los 7 billones de habitantes supera a la biomasa de todas las demás especies animales y el Homo sapiens tiene más poder de influencia en la Tierra que la que ha tenido cualquier otra especie a lo largo de la historia”. Los humanos no somos una especie más que vive en este planeta y está sometida a sus reglas y leyes sino la única especie que es capaz de gestionar la evolución de nuestro hábitat.

Aceptar que somos los “gestores geológicos” del Planeta nos sitúa en una posición muy particular, una posición en la que nuestra responsabilidad sobre los problemas presentes y futuros es máxima. No podemos quedarnos inertes ante la falta de agua potable en ciertas zonas, no podemos quedarnos a la espera de que la deforestación, el cambio en los ecosistemas, la pérdida de la biodiversidad continúen, necesitamos una actitud firme y general ante el Cambio Climático porque estamos tratando de un problema global, de naturaleza pública que tiene graves implicaciones para las futuras generaciones. Implicaciones que no conocemos con total certeza y en el máximo detalle. Determinar el cuándo, el donde, en qué medida, no es baladí y aunque se está trabajando mucho y bien desde distintas aproximaciones siguen existiendo incertidumbres.

Se acepta que el reto es el de lograr que el Planeta, nuestro hábitat, no se deteriore tanto como para generar irreversibilidades y pérdidas de bienestar que, con una elevada probabilidad, se repartirán de forma muy poco igualitaria, peor aún perjudicarán más a los más pobres. Y, en la era del Antropoceno, somos ya, responsables de estas desigualdades. Como somos responsables de conseguir que el efecto invernadero pierda fuerza, que el Cambio Climático se controle.

Las últimas noticias acerca de las decisiones en China, cuyo gobierno ha optado por la mitigación de emisiones, permiten ser algo más optimistas y podría decirse que se está conformando una mayoría sustancial en relación al reconocimiento de que hemos de actuar ya y hemos de hacerlo nosotros, los humanos.

Pero hay también razones para la preocupación. La aproximación que se propuso hace ya tiempo, la que consiste en hacer un esfuerzo decidido para reducir las emisiones causantes del efecto invernadero parece la más lógica. Hay que reconocer, sin embargo, que las exigencias que se han de satisfacer para que a través de las medidas de mitigación consigamos resolver este problema son muy numerosas. Y aunque añadamos el esfuerzo de adaptación no se ve con claridad que se puedan conseguir los efectos deseados en los plazos de tiempo de que disponemos.

Esto es quizá lo que explica las apuestas por soluciones que proporciona la geoingeniería y que, al ser efectivas para disminuir la temperatura del planeta y tener además un coste asumible, podrían convertirse en inevitables. Y esto, a muchos, nos produce vértigo porque no hay certezas acerca de las implicaciones colaterales no deseadas que pueden generar.

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Ser responsables de la evolución de la Tierra, vivir en el Antropoceno no es sencillo. La responsabilidad es mucha y no faltan las dificultades y los dilemas.

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/11/15/paisvasco/1416042542_666481.html

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EL MUNDO, viernes 17 de octubre de 2014

NUEVA ERA GEOLÓGICA La ciencia pide auxilio al humanismo

Bienvenidos al Antropoceno

Imagen espacial de la huella de la humanidad en el planeta. NASA

ROSALÍA SÁNCHEZ Berlín | Esta semana ha sido bautizada en Berlín una nueva era geológica, el Antropoceno. "El término antropoceno pretende expresar que hemos dejado atrás la relativamente estable era del Holoceno y que a partir aproximadamente de 1800 ha dado comienzo una nueva etapa en la que el hombre se ha convertido en el principal agente geológico, en el factor dominante de la geología", explica Reinhold Leinfelder, geólogo y palenontólogo que ha dirigido durante años el Museo de Ciencias Naturales de Berlín y que actualmente investiga para las universidades de Libre de Berlín y Universidad de Múnich.

"Más del 90% de todo el crecimiento de plantas, por ejemplo, tiene actualmente lugar en sistemas dirigidos o fuertemente influenciados por la acción humana. El 90% de toda la biomasa, de todos los seres vivos, es originada por el hombre o por sus animales domésticos. Y más de tres cuartas partes de la superficie terrestre libre de hielo ya no están en su estado original, sino en forma de paisajes originados directa o indirectamente por el hombre", continúa Leinfelder, que asiste en la Casa de las Culturas de Berlín a un intento científico de acercarse a este fenómeno geológico global y tratar de entenderlo desde la perspectiva humanista.

"La novedad en todo esto es que por primera vez estamos entendiendo hasta qué punto somos parte inseparable del sistema. Ya no sirven los viejos parámetros de oposición entre la naturaleza pura y buena por un lado y la acción destructiva del hombre por otra, ese planteamiento está trasnochado. Lo que buscamos es definir conceptos y un proceso de comprensión que supere ese dualismo y que a su vez nos permita reformular soluciones a los problemas que nos encontremos", resume durante las jornadas que comparte con filósofos, investigadores, músicos y cineastas.

El arquitecto Rem Koolhaas, que pronuncia una conferencia sobre "La Naturaleza es pasado", no tiene reparos en admitir que el viejo concepto de naturaleza prístina ha quedado obsoleto, e insiste en que las líneas de actuación y gobernabilidad han de tender, no a preservar una forma de naturaleza que ya no existe por sí misma, sino a lograr un nuevo equilibrio planetario y una más eficiente gestión energética, para lo que es necesario desarrollar una cultura global que por primera vez ahora permiten las nuevas tecnologías.

"Nuestra perspectiva hasta ahora nos ha permitido solamente encontrar soluciones de fontanería a problemas monocausales y lo que necesitamos es una comprensión de nuestra simbiosis con el sistema

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geológico que aporte soluciones globales y coordinadas. Esas soluciones, siempre tecnocráticas y a menudo bien intencionadas no son pensadas desde la perspectiva sistémica, me refiero a asuntos como los biocombustibles, con todos sus efectos secundarios. Lo que necesitamos es algo así como una configuración general de un jardín que nos permita una comprensión global del sistema en toda su complejidad", dice Leinfelder.

Y es en este punto en el que la Ciencia pide ayuda a gritos a las Humanidades. "Por supuesto estamos lejos de saberlo todo y para lograr ese entendimiento total es necesario que se entrelacen más la Ciencia y las Humanidades. No hablo solamente de la geología, sino también de la técnica en general. La Ciencia no puede por sí sola dar respuestas, necesitamos más participación a todos los niveles. El Consejo Científico Asesor sobre Cambio Global (WBGU), al que pertenezco, ha propuesto un contrato social para una gran transformación porque, si de verdad queremos un cambio, las fuerzas sociales deben participar desde el principio. Y hay que establecer vías de trabajo interdisciplinar y de cooperación".

Traducido a ejemplos prácticos, lo que este conglomerado de expertos de las más diversas materias está tratando de articular sería un esquema de trabajo que permita unir esfuerzos a técnicos creadores de nuevas baterías, equipos científicos que garanticen su validez con perspectiva global desde los cinco continentes y equipos de redes que se encarguen de promover su aceptación social, una tarea que supera no solamente a, por ejemplo, los gobiernos nacionales, sino también a las organizaciones internacionales.

"El cambio llevará tiempo porque debe producirse desde abajo", avanza Leinfelder, "en las escuelas tendemos a enseñar en áreas sectoriales que nos llevan a un pensamiento sectorial: química, física, biología, informática... Y sobre todo necesitamos una reflexión crítica de la existencia humana y su relación con el planeta, además de un nuevo espíritu de optimismo porque la rapidez de la red, las grandes bases de datos a disposición de cualquiera, señalan que ha llegado el momento de hacer posible este nuevo pensamiento".

http://www.elmundo.es/ciencia/2014/10/17/5440f448ca4741864a8b458d.html

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ABC, martes 14 de octubre de 2014 CIENCIA

La Tierra entra en la era del Antropoceno

Un grupo internacional de investigadores propone cambiar el nombre a la época actual a causa del terrible impacto dejado en el planeta por la actividad humana

La acción del ser humano sobre el medioambiente puede poner nombre a la época actual, el Antropoceno. Cheng (Lily) Li

j. de j. @judithdj / madrid | El hombre puede ser un animal terrible, posiblemente el único dedicado a destruir con ahínco su propio hogar y fuente de alimentación. La actividad humana ha hecho desaparecer ecosistemas en todo el mundo, ha cambiado la calidad del aire, ha influido en el clima global y ha exterminado de una u otra forma centenares y centenares de especies. Un prestigioso plantel de científicos advertía hace dos años en la revista Science de que la Tierra se aproxima a un colapso medioambiental inminente e irreversible si no se toman pronto las medidas adecuadas. Hace tan solo unos meses, otros expertos afirmaban en la misma revista que el mundo se encuentra inmerso en su sexta extinción masiva, y no por catástrofes naturales. Esa es nuestra huella en el planeta y los científicos creen que es tan profunda que debe poner nombre a toda una era: se llama Antropoceno, la era de los seres humanos.

La Comisión Internacional de Estratografía, el mayor grupo científico dentro de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS), formada por geólogos, biólogos, químicos, arqueólogos y antropólogos de universidades de todo el mundo, se reunirá el viernes en Berlín para proponer que el Holoceno (del griego, la era totalmente reciente), tal y como se conoce a los últimos 12.000 años, la actual época del periodo Cuaternario en la historia terrestre, ha llegado a su fin para dar paso al Antropoceno, por la forma en la que

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los seres humanos y sus industrias están alterando el planeta, especialmente su clima, según informa la agencia AP.

Aunque el comienzo del Holoceno sí está muy bien determinado por la propia IUGS, no ocurre lo mismo con el del Antropoceno, por lo que existe una discusión sobre sus inicios. Algunos científicos creen que arrancó con la Revolución Industrial, a finales del siglo XVIII, mientras que otros consideran que empezó hace 8.000 años con la primera deforestación masiva para liberar suelo cultivable. Otros hablan de situarlo en el comienzo de la era nuclear.

El grupo de trabajo examina el Antropoceno como potencial era geológica, es decir, del mismo nivel jerárquico que el Pleistoceno o el Holoceno, con la implicación de que se encuentra dentro del periodo Cuaternario, lo que pondría fin al Holoceno. Como alternativa, también se considera que pueda ser una época menor en el nivel jerárquico, como una subdivisión del actual Holoceno.

Calentamiento global

El término Antropoceno fue acuñado en el año 2000 por Paul Crutzen, premio Nobel de Química. Su propuesta caló bien entre sus colegas, que lo utilizan de forma informal, y también entre los medios de comunicación. Tan solo este año, más de 500 estudios científicos han sido publicados refiriéndose al período de tiempo actual como Antropoceno.

Según el comité de la IUGS, las señas de identidad de esta era marcada por la humanidad son la erosión y el transporte de sedimentos asociados con una variedad de procesos, incluidos la agricultura, la urbanización, los cambios en la composición química de la atmósfera, los océanos y los suelos, con perturbaciones significativas en los ciclos de elementos como el carbono, el nitrógeno, el fósforo y diversos metales... Las condiciones ambientales generadas por estas perturbaciones son el calentamiento global, la acidificación de los océanos y la difusión de zonas muertas oceánicas. Los cambios en la biosfera incluyen la pérdida de hábitat, la depredación, las invasiones de especies... Toda una colección de horrores. Se trataría del primer período de tiempo geológico creado por la acción directa de una sola especie animal, la más terrible que existe.

http://www.abc.es/ciencia/20141014/abci-tierra-entra-antropoceno-201410141213.html

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ABC, jueves 27 de marzo de 2014 CIENCIA

Tecnofósiles, el legado sin precedentes que dejarán los humanos en la Tierra

Autopistas, ciudades, bolígrafos o teléfonos móviles... la inmensa huella humana definirá nuestra época millones de años después de que desaparezcamos del planeta

Un posible tecnofósil. Jan Zalasiewicz

EP / madrid | Un nuevo estudio internacional de académicos de la Universidad de Leicester destaca la naturaleza única de la huella fósil dejada por la humanidad. Su alcance resulta enorme y sin precedentes en la naturaleza y no se ha producido nada remotamente parecido desde que la Tierra se formó hace más de 4.500 millones de años.

El estudio, titulado 'El registro tecnofósil de los humanos' publicado en Anthropocene Review, argumenta que, al igual que los dinosaurios, que dejaron sus huesos y pisadas para ser descubiertas por las generaciones futuras, los seres humanos también dejarán una huella detrás: compuesta de los bienes materiales únicos para la humanidad que son tan diferentes de cualquier otra cosa producida por los animales en la historia de la Tierra, y que se merecen su propio nombre: tecnofósiles.

El doctor Jan Zalasiewicz, profesor de Geología en Leciester afirma: "Los paleontólogos llaman fósiles a las trazas de estructuras hechas de animales. La mayoría de las especies animales dejan sólo uno - o como mucho algunos - diferentes tipos de traza. Por ejemplo, los dinosaurios hicieron huellas y los gusanos dejan madrigueras solo como una especie, sin embargo... el Homo sapiens ahora fabrica literalmente millones de diferentes tipos de rastros que van desde la nano-escala al tamaño de una ciudad".

De ciudades a cepillos de dientes

A su juicio, considerando que las huellas fósiles tales como las madrigueras de animales cambiaron su patrón con lentitud geológica, durante millones de años, ya que los organismos que las producen evolucionaron, las cosas que los humanos fabricamos ahora evolucionan a gran velocidad, ya que nuestras fábricas traen productos nuevos al mercado cada año, y hacen obsoletos a muchos objetos desechados que ahora cubren el paisaje, y que acabarán enterrados en sedimentos camino de convertirse en tecnofósiles.

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El estudio sugiere que el equivalente humano a la huella del dinosaurio será en forma de una amplia gama de tecnofósiles como autopistas, ciudades, aeropuertos, cepillos de dientes, bolígrafos o teléfonos móviles - todo lo que construimos o fabricamos.

El profesor Mark Williams, profesor de Geogología en Leicester añadió: "Dentro de millones de años, mucho después de que los seres humanos se hayan ido, los tecnofósiles serán la huella que defina en los estratos a la época humana que podemos denominar como Antropoceno".

http://www.abc.es/ciencia/20140327/abci-tecnofosiles-legado-precedentes-dejaran-201403271309.html

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EL MUNDO, domingo 31 de marzo de 2012

CAMBIO GLOBAL | En la conferencia 'Un planeta bajo presión'

Bienvenidos al Antropoceno: la era de un planeta acorralado por el hombre

3.000 científicos advierten que hemos entrado en una nueva era geológica "La presión humana está llevando al planeta a una situación límite" Reclaman una serie de acciones urgentes ante la nueva cumbre de Río

Carlos Fresneda (Corresponsal) | Londres | Hace unos 12.000 años, el Pleistoceno dejó paso al Holoceno y el hielo se fue replegando. El planeta se convirtió en terreno abonado para el 'Homo sapiens', que se hizo sedentario y empezó a deforestar los bosques, a cultivar los campos y a construir las primeras ciudades. La civilización fue posible gracias precisamente a un clima más benigno y estable, que permitió la proliferación de nuestra especie.

Ahora, con más de 7.000 millones de humanos sobre la faz de la Tierra, con un crecimiento imparable de la superficie urbanizada, con una capacidad sin precedentes para alterar los ciclos del agua, del carbono y del nitrógeno, los científicos advierten que hemos entrado de lleno en una nueva fase geológica: el Antropoceno.

El nombre se le atribuye al premio Nobel de Química Paul Crutzen, convencido ya hace una década de que el planeta ha cambiado esencialmente por "la acción directa del hombre". Hay quienes sugieren que el Antropoceno arrancó realmente con la introducción de la agricultura, aunque la 'frontera temporal' más admitida es la del siglo XIX, con el advenimiento de la Revolución Industrial.

Otros, como el profesor Will Steffen, de la Universidad Nacional de Australia, hablan incluso de 'La Gran Aceleración' tras las Segunda Guerra Mundial como la última y definitiva prueba... "En los últimos 50 años hemos asistido sin duda a la transformación más rápida de la historia en nuestra relación con el mundo natural. La escala y la rapidez de los cambios han sido impresionantes: todo esto ha ocurrido en el espacio de una vida humana".

Un planeta bajo presión

Will Steffen ha sido una de las voces más notorias en el cónclave de 3.000 científicos que esta semana han confluido en Londres para alertar sobre los riesgos y vislumbrar las soluciones en la era del Antropoceno. La conferencia 'Planeta bajo presión' ha servido de antesala al encuentro que se celebrará en Río el próximo 20 de junio, veinte años después de la primera Cumbre de la Tierra.

Como telón de fondo, la frustración de los científicos por el callejón sin salida en que ha acabado el debate del cambio climático. Coincidencia general: hay que cambiar de narrativa y hay que buscar maneras más efectivas de calar en la opinión pública, como el vídeo que explica el advenimiento del Antropoceno, la 'hiperpared' de la NASA que ilustra el aumento de las temperaturas en las tres últimas décadas o la insistencia en 'soluciones' ante la triple crisis social, económica y ecológica.

"Los científicos aquí reunidos son de alguna manera los doctores que someten a un chequeo al planeta", advirtió Lidia Brito, copresidenta de la conferencia y directora científica de la Unesco. "Y aunque han detectado una alta presión sanguínea, elevados niveles de colesterol y un estilo de vida no saludable, lo cierto es que hay tiempo para dar la vuelta a estas tendencias y seguir la receta para un futuro mejor".

"Pese a los cambios acelerados, algunas tendencias han empezado a cambiar o se están ralentizando", reconoció por su parte Diana Liverman, co directora del Instituto de Medioambiente de la Universidad de Arizona. "El crecimiento de la población global va a tocar techo a mediados de siglo, la intensidad de la energía y de carbono por unidad de producción está disminuyendo, la agricultura intensiva está en retroceso en algunas zonas y los bosques se están expandiendo en algunas regiones".

El ser o no ser del Antropoceno se jugará en cualquier caso en las ciudades, donde vive ya más de la mitad de la población, contribuyendo al 70% de las emisiones de CO2. Según las estimaciones reveladas en

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'Planeta Bajo Presión', la 'huella urbana' aumentará de aquí al 2030 en más de 1,5 millones de kilómetros cuadrados y ocupará la misma superficie combinada de Francia, Alemania y España.

"La reinvención de nuestras ciudades es acaso la necesidad más urgente para alcanzar la meta de la sostenibilidad global", advirtió Shobhakar Dhakal, director del Global Carbon Project en Tokio. "Las zonas urbanas en los países emergentes van a ser claves a la hora de replantearnos cuestiones tan básicas como la vivienda, el alimento, el transporte y los desechos en la próxima década".

Ciudades en transición y urbes post-carbono

El Centro de Resilencia de Estocolmo ofreció varios casos de respuestas de adaptación local a los grandes retos del planeta, de las innovaciones en captura y gestión del agua en Tanzania a las inversiones en capital natural en China y en el noroeste de Estados Unidos. Movimientos como las Ciudades en Transición o las Ciudades Post-Carbono ofrecieron en Londres su experiencia durante la última década.

Otro tema caliente fue la necesidad imperiosa de vincular economía, ecología y sociedad. Richard Wilkinson, autor de 'Desigualdad', insistió en "los efectos corrosivos" del bache creciente entre ricos y pobres en todos los indicadores ambientales y sociales. La premio Nobel de Economía Elinor Ostrom abrió precisamente la conferencia con una llamada colectiva a "los ciudadanos, los gobiernos y las compañías privadas para hacer causa común e impulsar cambios a gran escala que eviten el daño irreparable al planeta".

El Antropoceno, advierten los expertos, ha estado marcado hasta ahora por profundas alteraciones que son ya muy visibles desde los satélites: la retirada de las capas polares, la creciente deforestación, el avance implacable de la 'marabunta' urbana, el aumento de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera, las zonas muertas en las costas, la acidificación de los océanos, la pérdida de biodiversidad...

"Pero el capítulo final en esta nueva fase geológica está aún por escribir", advierte James Syvitski, experto en dinámica de modelos de la Universidad de Colorado-Boulder. "La narrativa dependerá de nuestra conciencia colectiva y de la capacidad para cambiar de rumbo. Si no lo hacemos, la presión interrumpida a la que estamos sometiendo al planeta puede llevarnos a una desestabilización sin precedentes".

http://www.elmundo.es/elmundo/2012/03/31/natura/1333208482.html