“Una vez tuvimos un apagón durante un concierto, no se veía nada pero los músicos

siguieron tocando, no podían ver la partitura, ni verme a mi, todo dependía de ellos, se estaban

escuchando mutuamente, ya no dependían de mí. Esa fue la primera vez que lo experimente

durante 58 segundas, todas nuestras mentes estaban unidas” (…) “Esta todo ahí ese es el gran

secreto y cuando todo el mundo lo vea, podremos seducir a la música”

¿Podemos “escucharnos” entre nosotros?

¿Somos capaces de escuchar la música de los otros y la nuestra?

Somos capaces de NO depender de alguien que nos diga lo que tenemos que hacer?

¿Somos conscientes de que la “armonía” solo se logrará siendo SINCEROS?

¿Expresamos nuestros sentimientos o siempre pensamos que no es el momento ideal o que no vale la pena?

¿Cuál es nuestra actitud cuando los demás expresan sus sentimientos?

¿Cómo reaccionamos ante los demás que no llevan “nuestro ritmo”?

¿Tenemos paciencia con ellos y los ayudamos o más bien los discriminamos y creemos que seria mejor que no estén?

¿Creemos que sólo lo que nosotros hacemos es importante y vale la pena?

¿Cómo reaccionamos cuando nos piden algo que creemos que no podemos hacer?

Confiamos en nuestras capacidades, y damos lo mejor de nosotros para cumplir?

O nos resignamos creyendo que no lo podemos hacer?

¿Valoramos los espacios de distracción, y vemos que también son importantes dentro de la “vida” del grupo?

¿Sabemos tomarnos un descanso para poder cumplir mejor nuestras responsabilidades?

¿Somos conscientes que “solo el Amor es que da valor a las cosas”?

¿Qué sólo amando lo que hacemos, lo que somos y a nuestros compañeros de trabajo lograremos los objetivos que queremos para este año?