Asistencia a las víctimas de las minas terrestres - icrc.org · Cada año, las minas terrestres y...

24
ASISTIR A LAS VÍCTIMAS DE LAS MINAS TERRESTRES

Transcript of Asistencia a las víctimas de las minas terrestres - icrc.org · Cada año, las minas terrestres y...

ASISTIR A LAS VÍCTIMAS DE LAS MINAS TERRESTRES

Fotografìas: CICR

Cada año, las minas terrestres y otros restosexplosivos de guerra matan o hieren a decenasde miles de personas, en su mayoría civiles.Los que sobreviven quedan a menudo disca-pacitados de por vida, sumándose a losmuchos cientos de miles de víctimas de acci-dentes de minas en todo el mundo, querequieren a largo plazo cuidados, rehabilita-ción física y apoyo socioeconómico. La asis-tencia a las víctimas de las minas debe formarparte integrante del sistema público deatención de salud y no debe prestarse discri-minando a otras personas enfermas, heridaso discapacitadas. Ahora bien, los sistemas deasistencia sanitaria en las zonas afectadaspor el flagelo de las minas necesitan cadavez más recursos para atender a las víctimasde las minas y, por lo tanto, precisan unrespaldo particular. En la mayoría de lospaíses afectados por las minas, donde lasinstalaciones sanitarias han dejado de fun-cionar a causa de la pobreza y la guerra, hayuna falta crónica de recursos para atender aesas necesidades.

En 1997, los Estados reconocieron su respon-sabilidad colectiva de prestar asistencia a las víctimas de las minas integrando en laConvención sobre la prohibición de las minasantipersonal (Convención de Ottawa) loscompromisos contraídos a ese respecto. Porprimera vez, en un tratado internacional queprohíbe un arma, se solicita que se brindenatención y asistencia a las víctimas. Hoy unsegundo tratado relacionado con las armas,el Protocolo sobre restos explosivos de guerrade 2003, prevé también la asistencia a lasvíctimas. Sin embargo, queda mucho porhacer todavía para que se cumplan las prome-sas hechas en esos tratados a las víctimas delas minas y los restos explosivos de guerra.

TERRESTRESVÍCTIMASASISTIR A LAS VÍCTIMAS

DE LAS MINAS TERRESTRESES MINES

¿QUÉ EFECTOS CAUSAN LAS MINASTERRESTRES Y LOS RESTOS EXPLOSIVOSDE GUERRA Y QUIÉNES SON SUSVÍCTIMAS?Las minas terrestres y los restos explosivos de guerra siguen amenazando, mutilando ymatando indiscriminadamente mucho despuésde acabadas las hostilidades. La mayoría de lasvíctimas son civiles.

Las minas antipersonal están concebidas paradetonar por el contacto de una persona y elsufrimiento que infligen es particularmenteterrible. Según los cirujanos de guerra, las heri-das de mina son unas de las peores que debentratar. Debido a su concepción específica, lasminas causan heridas mucho más graves quelas otras armas convencionales. Los factoresque determinan esencialmente la índole y lagravedad de las heridas provocadas son el tipode minas, la proximidad del lugar de la explo-sión y la posición del dispositivo en relacióncon el cuerpo de la víctima. Cuando una per-sona pisa una mina antipersonal enterrada, ladetonación puede arrancarle una o ambas

piernas y en los músculos y la parteinferior del cuerpo, se incrustan trozosde metal y de plástico de la envolturade la mina, tierra, hierba, grava, pedazosde zapato y fragmentos de hueso. Si lamina explota en las manos de la víctima,puede volarle los dedos, las manos, losbrazos y causarle a veces heridas en lacara, el abdomen y el pecho.

4

«Cada vez que teníamos queatender una urgencia, rogábamospara que no fuera una nuevavíctima de las minas –un niño, unamujer o un campesino– con elcuerpo horriblemente mutilado.»

Un cirujano que recuerda su trabajo en un hospital delCICR en la frontera entre Tailandia y Camboya, en 1993.

Quienes sobreviven a la explosión de una minaantipersonal a menudo deben someterse a unaamputación, a múltiples operaciones y a una pro-longada rehabilitación física. Los sobrevivientessufren una discapacidad permanente con gravesconsecuencias en el plano social, psicológico yeconómico, y necesitarán, pues, apoyo para elresto de su vida. Ya devastadas por años deconflicto y de pobreza, las estructuras sanitarias ysociales en los países afectados por las minasafrontan no pocas dificultades para prestar la ade-cuada atención a las víctimas de este flagelo.

Además de los muertos y los heridos, las minastambién tienen repercusiones en la familia y lacomunidad de cada víctima, particularmente siésta proveía económicamente a sus necesidades.Las comunidades se empobrecen aún más al nopoder utilizar las tierras para la agricultura u otrasactividades económicas debido a la presencia delas minas terrestres.

Las minas antivehículos y los «restos explosivosde guerra» –es decir, artefactos sin estallar comobombas-racimo, proyectiles de artillería, obusesde mortero y granadas– también siembran lamuerte, provocan heridas graves muy variadas ysus repercusiones socioeconómicas son similaresa las de las minas antipersonal.

En los países contaminados por las minas antiper-sonal y los restos explosivos de guerra,no siemprees posible determinar con certeza el tipo dearmas que ocasionan víctimas. En muchos deestos países, la capacidad para recopilar datoses limitada y a menudo no se lleva un registrocorrecto de las víctimas. Por lo tanto, la expre-sión «víctimas de las minas» se emplea en estapublicación para designar a las personas muertaso heridas en accidentes causados por minas anti-personal, minas antivehículos y municiones sinestallar.

5

¿CUÁL ES LA MAGNITUD DEL PROBLEMA?Cada año se registran decenas de miles de nuevasvíctimas en todas las regiones del mundo.Según el Informe 2004 del Monitor de MinasTerrestres, en los últimos años, las minas terrestres se han cobrado anualmente entre15.000 y 20.000 nuevas víctimas, que se sumana los ya varios cientos de miles de sobrevi-vientes que necesitan a largo plazo atención,rehabilitación y reintegración. Ahora bien, enlos países donde la Convención sobre la prohi-bición de las minas antipersonal (Convenciónde Ottawa) se está aplicando, el CICR ha

comprobado una notable disminución delnúmero de nuevas víctimas en comparacióncon las cifras registradas a comienzos y media-dos de los años noventa. Esto se debe en granparte a la mayor sensibilización de la comunidadacerca de los peligros que plantean estas armas,a la creciente labor de desminado, así como aluso menos frecuente de minas antipersonaldesde la aprobación de la Convención y el lan-zamiento de otras iniciativas internacionales.

La mayoría de las víctimas viven en los paísesmás pobres del mundo, muchos de los cualescomienzan a recuperarse tras años o décadasde guerra. Cada nueva víctima se va añadien-do a la creciente carga que soportan unasestructuras sanitarias ya agobiadas por lanecesidad de ayudar a cientos de miles desobrevivientes de las minas terrestres, heri-dos en los años ochenta y noventa.

6

Estados Partes que han declarado tenerprobablemente centenares o millares odecenas de miles de supervivientes de laexplosión de minas: Afganistán, Albania,Angola, Bosnia y Herzegovina, Burundi,Camboya, Chad, Colombia, Croacia,El Salvador, Eritrea, Guinea-Bissau,Mozambique, Nicaragua, Perú, RepúblicaDemocrática del Congo, Senegal, Serbia yMontenegro, Sudán, Tailandia, Tayikistán,Uganda y Yemen.

Examen del funcionamiento y estado de la Convención:1999-2004, aprobado por la Primera

Conferencia de Examen de la Convención, párr. 85.

¿CUÁLES SON LAS NECESIDADES YLAS DIFICULTADES DE LAS VÍCTIMASDE LAS MINAS?Los heridos por minas o restos explosivos deguerra requieren cuidados médicos inmedia-tos e intensivos. Los que sobreviven precisanuna larga rehabilitación física, apoyo psicoso-cial y ayuda para su reinserción económica. Aligual que todas las personas discapacitadas,los sobrevivientes de accidentes de minasdeberían estar protegidos contra la discrimi-nación por leyes y políticas específicas.

Los servicios sanitarios y sociales no puedenatender sólo a las víctimas de las minas y excluira los demás pacientes heridos o enfermos. Laasistencia a las víctimas de las minas debeformar parte integrante de los sistemasnacionales de atención de salud y de serviciossociales e incorporarse a los programas

más amplios destinados a sustentar dichossistemas. Sin embargo, se reconoce que el tra-tamiento de las víctimas de las minas precisamucho más recursos médicos que otras cate-gorías de heridos, por lo tanto, es indispensableprestar especial atención a las estructuras sani-tarias en las zonas infestadas de minas. Al solicitarse a los Estados que brinden asisten-cia a las víctimas de las minas, tanto en laConvención de Ottawa como en el Protocolosobre los restos explosivos de guerra, se reco-noce que los servicios sociales y de atenciónde salud de las zonas afectadas enfrentanmayores necesidades. Ahora bien, la mejora deestos sistemas no sólo redundará en beneficiode las víctimas de las minas, sino también de laspersonas heridas, mutiladas o discapacitadas enotras circunstancias que un accidente causadopor mina, así como de la población en general.

7

ASISTENCIA MÉDICALa asistencia médica de un herido comienzacon los primeros auxilios que se le dispensan ytermina cuando deja el hospital:

Atención médica de urgencia. La supervi-vencia de un herido por mina depende delos cuidados que se le presten en las horascruciales inmediatamente después del acci-dente. La víctima debe recibir primerosauxilios, para lo cual hay que sacarla delcampo minado sin poner en peligro la vidade otras personas, detener la hemorragia yestabilizar el estado del herido. También esconveniente administrarle antibióticos paraevitar una infección grave, como la gangrena,sobre todo si la herida contaminada se dejasin tratar durante más de seis horas. Luego, lavíctima debe ser evacuada rápidamente alhospital.Esto implica que las zonas afectadaspor las minas deben disponer de la adecuadacapacidad por lo que respecta a primerosauxilios, medios de transporte, suministros y equipamiento médicos y personal especia-lizado.

Los más de los países afectados por lasminas salen de largos años de conflicto ycarecen, por consiguiente, de las instala-ciones y los servicios necesarios pararesponder a tales urgencias. A menudo,los hospitales están ubicados lejos de laszonas minadas. La evacuación del heridodebe hacerse a veces en camión o enuna carreta tirada por animales a travésde montañas, desiertos o arrozales. Laelevada tasa de víctimas de minas queno sobreviven a sus heridas (hasta el50% de muertes, según el CICR e investi-gaciones médicas) se atribuye a la faltade primeros auxilios y de medios detransporte.

8

Atención hospitalaria. Dada la gravedad delas heridas, las víctimas de las minas necesi-tan un tratamiento médico específico y unalarga hospitalización. Por lo general, debensometerse a la amputación de uno o variosmiembros y a múltiples operaciones durantelas cuales se requieren a menudo grandescantidades de sangre para la transfusión, enpromedio, más de seis veces que lo quenecesitan los heridos por bala o esquirlas.También será necesario el apoyo de serviciosde radiología o laboratorio. Las interven-ciones quirúrgicas exigen un largo períodode recuperación hospitalaria y fisioterapiatras la amputación. Es indispensable tener adisposición equipamiento, medicamentos yapósitos adecuados y en cantidad suficiente.Además de salvarle la vida al herido, unaintervención quirúrgica correcta permitemejorar sus perspectivas de rehabilitación.

No obstante, en los más de los países afec-tados por el flagelo de las minas,pocos sonlos hospitales que disponen de los recur-sos necesarios (equipamiento, medica-mentos, material y personal especializado)para tratar a los heridos por mina. Es más,relativamente pocos cirujanos conocen lastécnicas de amputación apropiadas paraeste tipo de lesiones y prácticamente nohay una formación institucionalizada entécnicas quirúrgicas adecuadas.

9

REHABILITACIÓN Y REINTEGRACIÓNDespués de ser dada de alta, la persona que hasobrevivido a la explosión de una mina debereconstruir su vida. Para ello, el sobrevivientetiene que recuperar su movilidad y luego reintegrarse en la vida social y económica. Larehabilitación física y la reintegración socio-económica son dos aspectos indisociables. Dehecho, permitir que una persona discapacitadacamine o se desplace constituye de por sí ungran logro; es también una condición indispen-sable para que vuelva a participar en la vidafamiliar y comunitaria y tenga acceso al mundodel trabajo y a la educación.

La rehabilitación física abarca la fisiotera-pia y la colocación de miembros artificiales(prótesis) o de aparatos para compensar ladisfunción de un miembro (ortosis), asícomo el suministro de otros aparatos orto-pédicos, como muletas y sillas de ruedas.Estos heridos necesitarán rehabilitación física durante el resto de su vida. Un niño

que pisa una mina antipersonal hoy necesi-tará hasta 35 prótesis durante su vida.

Sin embargo, pocos países afectados porlas minas pueden ofrecer a los discapaci-tados centros de rehabilitación físicaautosuficientes y sostenibles. Cuandoexisten, dichos establecimientos estánubicados a menudo en la capital, lejos delas zonas donde ocurren los accidentes demina. El viaje hasta los centros puederesultar demasiado caro o peligroso paraquienes necesitan asistencia. En algunospaíses, un gran número de amputadosnunca ha recibido atención rehabilitadora,mientras que en otros, los pacientes debenesperar meses,incluso años,antes de poderreemplazar una prótesis dañada o inadap-tada, lo cual puede resultar tan traumati-zante como volver a perder una pierna.

10

«En el centro de rehabilitación física,tratamos de ayudar a los heridos arecuperar la movilidad. Pero no bastacon colocar una nueva pierna a alguien.La reintegración social es un aspectomuy importante, como también lo escontinuar adelante. Ayudar a alguien aseguir viviendo a diario hace falta másque la simple caridad, hay que darleeducación. Los discapacitados puedenhacer muchas cosas, si se les brinda unaoportunidad.»

Najmuddin Najmuddin, director del centro de rehabilitación física del CICR en Kabul, Afganistán,

y sobreviviente de un accidente de mina.

La reintegración social y económica per-mite a la persona discapacitada reanudar suvida y volver a formar plenamente parte dela comunidad. Es posible superar en parte eltrauma psicológico y la pérdida de la autoes-tima que sufren las personas discapacitadasa raíz de un accidente de mina mediante elapoyo familiar y psicosocial, la aceptación dela comunidad y el acceso al empleo, lo cualcontribuye a restituir a la persona el sentidode la productividad y de la dignidad.Los mis-mos sobrevivientes insisten en que lo másimportante para ellos es volver a ser miem-bros productivos de la comunidad y podermantener a su familia.La formación profesio-nal y la creación de oportunidades deempleos son, pues, dos medios esencialespara ayudar a los sobrevivientes de las minasa rehacer su vida.

Sin embargo, la mayoría de los sobrevi-vientes viven en países de bajos ingresosque sólo pueden asignar escasos recur-sos, cuando los hay, a la realización deprogramas de empleo para las personascon discapacidades; recibir apoyo psico-social es todavía menos probable. Enalgunas comunidades, las personas dis-capacitadas soportan un estigma social,que dificulta aún más las posibilidadesde reintegración. En muchísimos casos,tras dejar los centros de rehabilitaciónfísica, los pacientes se convierten enmendigos y son abandonados a susuerte por su familia y la comunidad.

11

Al igual que todas las personas que padecendiscapacidades, los sobrevivientes de las minasdeberían estar protegidos por leyes y políti-cas específicas.

Las leyes y las políticas de índole públicadeberían amparar a los sobrevivientes de lasminas y otros discapacitados de cualquierforma de discriminación, así como garanti-zarles la igualdad de acceso a los serviciospúblicos, los programas sociales y las opor-tunidades de empleo y educación. Más alláde los cuidados médicos y de la rehabilita-ción, la asistencia a las víctimas de las minases una cuestión de derechos humanos.

Ahora bien, muchos países afectados porel problema de las minas carecen de laadecuada legislación para defender losderechos de los sobrevivientes de lasminas y de otros discapacitados.

En los países afectados por las minas, otras difi-cultades también ponen trabas al buen funcio-namiento de los sistemas de atención de salud y deservicios sociales para los heridos de guerra y otrosdiscapacitados, entre las cuales cabe mencionar:

la falta de datos exactos relativos alnúmero de víctimas y a su ubicación. Elseguimiento de las víctimas mediante larecopilación de datos es una forma acer-tada para conocer la magnitud del pro-blema y el tipo de víctimas con el fin demanejar eficazmente la asistencia;el hecho de que un número considerablede personas vivan en las zonas ruralesdonde el acceso a las instalaciones sani-tarias es limitado o inexistente;la imposibilidad para las organizacioneshumanitarias de llegar hasta las víctimasde las minas y otros heridos de guerradebido a la inseguridad relacionada conlos peligros permanentes, los conflictos olas tensiones;la falta de prioridad que se da a la asis-tencia de salud en muchos países aque-jados por el problema de las minas,implica que los sistemas sanitarios, yatambaleantes, no prevén, o lo hacen demanera muy limitada, actividades deplanificación o de fortalecimiento de lacapacidad, sin hablar de la ausencia deformación sistemática del personal hos-pitalario y de primeros auxilios.

12

¿QUÉ OBLIGACIONES IMPONEN LOSTRATADOS INTERNACIONALES ALOS ESTADOS EN RELACIÓN CONLAS VÍCTIMAS DE LAS MINAS?Incumbe, en primer lugar, a cada Estado Partevelar por el bienestar de sus propios ciudadanos.De ello se deduce que cada Estado Parte afectadopor las minas es, en último término, responsablede prestar asistencia a las víctimas de las minasen su territorio. Ahora bien, la mayoría de losEstados afectados por estas armas son paísesen desarrollo cuyas estructuras sanitarias ysociales han sido descuidadas o dañadas acausa de la pobreza o la guerra. La Convenciónde Ottawa reconoce las dificultades con que setopan los países afectados por las minas parabrindar la adecuada atención y compromete,pues, a todos los Estados Partes a ayudarsemutuamente en materia de asistencia a las víctimas de las minas (véase recuadro). LosEstados Partes en el Protocolo sobre los restosexplosivos de guerra de 2003 deben cumplir lamisma obligación.

La obligación de asistir a las víctimas de lasminas es una de las singularidades de laConvención de Ottawa y del Protocolo de 2003que los distingue de los demás tratados sobrecontrol de armas. Sin embargo, en el contextode la Convención de Ottawa, lo más difícil hastael momento ha sido cumplir este requisito yevaluar los progresos en la materia.

Desde la entrada en vigor de la Convención deOttawa en 1999, la experiencia sobre el terrenoadquirida por los Gobiernos, las organizacionesinternacionales y las organizaciones no guber-namentales ha dado paso a una mayor toma deconciencia y a una mejor comprensión de lasnecesidades de las víctimas de las minas y, demanera más general, de las necesidades de laspersonas con discapacidades en los países debajos ingresos.

En la Primera Conferencia de Examen de laConvención de Ottawa, celebrada en diciembrede 2004, los Estados Partes reconocieron quepara cumplir sus obligaciones de asistencia enfavor de las víctimas se exige «que los sistemasde atención de la salud y de servicios sociales,los programas de rehabilitación y la legisla-ción y la política vigentes sean adecuadospara atender las necesidades de todos losciudadanos, entre ellos las víctimas de laexplosión de minas terrestres», y tambiénque «se asigne un cierto grado de prioridad alos sistemas de salud y rehabilitación en laszonas en que se concentran las víctimas delas minas terrestres» (Examen del funciona-miento y del estado de la Convención: 1999-2004, aprobado por la Primera Conferencia deExamen de la Convención, párr. 65).

Cada Estado Parte que esté en condiciones de hacerlo, proporcionará asistencia para el cuidado y rehabilitaciónde víctimas de minas, y su integración social y económica, así como para los programas de sensibilización sobreminas. Esta asistencia puede ser otorgada, inter alia, por el conducto del Sistema de las Naciones Unidas, organi-zaciones o instituciones internacionales, regionales o nacionales, el Comité Internacional de la Cruz Roja y lasSociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y su Federación Internacional, organizaciones nogubernamentales, o sobre la base de acuerdos bilaterales.

Convención sobre la prohibición de las minas antipersonal (1997), artículo 6, párrafo 3

Cada Alta Parte Contratante que esté en condiciones de hacerlo proporcionará asistencia para la atención, larehabilitación y la reintegración social y económica de las víctimas de los restos explosivos de guerra. Esa asisten-cia podrá facilitarse en particular por conducto del sistema de las Naciones Unidas, las organizaciones o institu-ciones internacionales, regionales o nacionales competentes, el Comité Internacional de la Cruz Roja, lassociedades nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja y su Federación Internacional u organizaciones nogubernamentales, o en forma bilateral.

Protocolo sobre los restos explosivos de guerra (2003), artículo 8, párrafo 2

13

DE LAS PROMESAS A LA ACCIÓNEn el Plan de Acción de Nairobi 2005-2009, losEstados Partes en la Convención de Ottawa sehan comprometido a aplicar once medidasencaminadas a cumplir sus obligaciones enmateria de asistencia a las víctimas de las minasy redoblar los esfuerzos para atender a las nece-sidades de estas personas (véase Anexo).

A los efectos de concretar sus promesas, losEstados Partes han previsto asociar a los profe-sionales de la salud, de la rehabilitación y de losservicios sociales a la labor realizada en elmarco de la Convención a los niveles más próxi-mos de las víctimas (nacional y regional), asícomo a la labor del Comité Permanente deAsistencia a las Víctimas, órgano constituido porlos Estados Partes para supervisar el cumpli-miento de las obligaciones de asistencia a lasvíctimas. Los profesionales de la salud y de losservicios sociales ocupan un lugar único nosólo para satisfacer las necesidades de asisten-cia de las víctimas en su respectivo país, sinotambién para determinar y dar a conocer esasnecesidades.

Por otro lado, los mismos sobrevivientes debenseguir poniendo empeño como en el pasado yproseguir su acción de sensibilización en favorde la asistencia a las víctimas. De hecho, cuandolas víctimas de las minas y otras personas disca-pacitadas participan en la planificación y la realización de programas de asistencia, lasnecesidades se comprenden mejor y los pro-gramas son más eficaces.

Además de facilitar los adecuados recursoshumanos, materiales y financieros para respon-der a las necesidades de las víctimas de lasminas y otros discapacitados, los Estados debenadoptar las medidas siguientes, de conformidadcon el Plan de Acción de Nairobi :

Tanto los Estados donantes como los Estadosafectados por los minas deben dar prioridada la atención de salud y a los servicios para losdiscapacitados, especialmente en los planesnacionales de desarrollo.

14

15

Los sufrimientos evitables que infligen las minas terrestres y los restos explosivos de guerra son el resultado de la proliferación y del empleo de estos artefactos en numerosísimos conflictos armados durantevarias décadas. Para la conciencia pública es difícil aceptar que las armas de guerra sigan matando y mutilando después de finalizadas las hostilidades. Al aprobar la Convención sobre la prohibición de las minasantipersonal y el Protocolo sobre los restos explosivos de guerra, los Gobiernos han contraído un solemnecompromiso con respecto a las víctimas de estas armas. Les han prometido que recibirán durante el restode su vida la asistencia que necesiten a fin de reconstruir su existencia con dignidad. Sólo podrá mejorarsela situación de las víctimas de las minas si todos asumen el compromiso a largo plazo.

Los programas de asistencia a las víctimasde las minas deberían centrarse en el forta-lecimiento de la capacidad y la sostenibilidady garantizar la continuación de los programasde formación.Los Estados que han de asistir a un conside-rable número de sobrevivientes de las minasdeben elaborar planes nacionales de largoplazo para sus sistemas de atención de saludy de servicios sociales; para ello deben esta-blecer claramente sus objetivos y prioridadesy dar a conocer sus necesidades a otrosEstados y organizaciones internacionales.Los Estados Partes en la Convención deOttawa que han de asumir la asistencia deun gran número de sobrevivientes de lasminas deberían dar a conocer sus «problemas,planes, adelantos y prioridades de asistencia»al Comité Permanente de Asistencia a lasVíctimas, y señalar sus logros, retos y nece-sidades en el «Formulario J» de los informesanuales, según lo estipulado en el artículo 7de la Convención. Esta medida puedecontribuir a canalizar los recursos hacia lossectores prioritarios.Sería necesario fomentar una cooperaciónmás estrecha entre las autoridades sanitariasy de desarrollo en los Estados afectados porlas minas y los países donantes, las organiza-ciones internacionales y las ONG especializa-das a nivel nacional, regional e internacionalcon miras a garantizar que las promesashechas por los Gobiernos a las víctimas seden a conocer y se cumplan.

¿CUÁL ES LA ACCIÓN DEL CICR YDEL MOVIMIENTO INTERNACIONALDE LA CRUZ ROJA Y DE LA MEDIALUNA ROJA EN FAVOR DE LASVÍCTIMAS DE LAS MINAS? La asistencia en favor de las víctimas de lasminas es uno de los tres pilares de la acción delCICR contra las minas. Los otros dos son las acti-vidades de prevención sobre el terreno mediantela recopilación de datos relativos a los acci-dentes, la reducción de los riesgos y la educaciónsobre el peligro de las minas, así como la pro-moción en los planos nacional e internacionalde las normas contenidas en la Convención deOttawa y el Protocolo sobre los restos explosivosde guerra.

Si bien el CICR reconoce que todos los ámbitosde la asistencia a las víctimas de las minas sonimportantes, su asistencia se centra principal-mente en la atención hospitalaria y de urgenciay en la rehabilitación física. En los paísesdonde el CICR interviene en ese ámbito, colaborapor lo general con otras organizaciones paraasegurar que las víctimas de las minas y otraspersonas discapacitadas tengan acceso a otrostipos de atención, especialmente para garantizarsu reintegración social y económica. El CICR

contribuye directamente a ello esforzándosepor emplear a las personas discapacitadas,incluidas las víctimas de las minas, en sus cen-tros de rehabilitación. En Afganistán, ha puestoen marcha también, con excelentes resultados,programas educacionales, de formación profe-sional y de microcrédito en favor de los discapa-citados.

Prestar atención hospitalaria y de urgencia alos heridos de guerra ha sido tradicionalmenteuna de las principales actividades del CICR. Enparticular, el CICR brinda apoyo a la atenciónprehospitalaria impartiendo formación y pres-tando ayuda material a las instalaciones localesde primeros auxilios y los servicios de ambulan-cia, generalmente por medio de las SociedadesNacionales de la Cruz Roja y de la Media LunaRoja. De esta manera, los heridos pueden recibirrápidamente primeros auxilios y ser evacuados alhospital.En cuanto a la asistencia a los hospitales,el CICR apoya directamente las instalacioneslocales, reparando la infraestructura hospitalaria,ayudando en la gestión de hospitales, suminis-trando material, equipamiento y medicamentos,e impartiendo formación en cirugía de guerra.En los últimos 20 años, los hospitales apoyadoso administrados por el CICR han atendido a

16

centenas de miles de personas heridas en losconflictos armados.De 1999 a 2004,el 10% de losheridos de guerra que recibieron tratamientoen los hospitales apoyados por el CICR eran víctimas de las minas.

Durante 25 años (1979-2004) el CICR ha apoyado(mediante la formación y la asistencia técnica yfinanciera) o ha gestionado directamente 93centros de rehabilitación física en 37 países,incluidas las zonas más infestadas por las minasdel mundo. La mayoría de los centros apoyadospor el CICR los administran los ministerios com-petentes, mientras que los otros están a cargode las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja yde la Media Luna Roja o de ONG. En dichos cen-tros, las víctimas de las minas y otros discapaci-tados tienen acceso a aparatos ortopédicoscomo miembros artificiales, sillas de ruedas ysoportes para caminar, así como a servicios defisioterapia. En estos 25 años, aproximadamenteel 60% de los amputados equipados con prótesis en los centros apoyados por el CICRfueron heridos en un accidente provocadopor minas o restos explosivos de guerra. Enalgunos países como Camboya, donde muchosdiscapacitados viven lejos de los centros derehabilitación física, el CICR respalda proyectosdestinados a ampliar el acceso a los cuidados,por ejemplo mediante programas móviles deatención que permiten llevar los servicios nece-sarios hasta las zonas más distantes.

El CICR ha elaborado técnicas de rehabilitaciónfísica y establecido normas internacionales derehabilitación para los discapacitados y desem-peña, pues, un papel de primera línea en estesector de la asistencia. En 2004, el CICR fuegalardonado con el premio Brian Blatchford porla Sociedad Internacional de Prótesis y Ortosis(SIPO) en reconocimiento de su labor durantelos últimos 25 años en favor de los amputadosde guerra y otros discapacitados físicos, en particular en cuanto al diseño y al desarrollo desistemas protésicos con polipropileno comosustituto de otras tecnologías más costosas. Latecnología a base de polipropileno desarro-llada por el CICR la utilizan ampliamente no sólo

el CICR, sino también la mayoría de las organiza-ciones que trabajan en el ámbito de la rehabili-tación física.

Dadas las necesidades de los discapacitadosfísicos (incluidas las víctimas de las minas)durante el resto de su vida, es indispensableque los centros de rehabilitación física siganfuncionando. Para ello, son necesarios una pla-nificación y compromisos de recursos a largoplazo. Para continuar dando apoyo a la rehabili-tación física, el CICR estableció, en 1983, elFondo especial en favor de los impedidos(FEI). Este Fondo permite proporcionar forma-ción técnica y ayuda material y financiera a loscentros de rehabilitación apoyados previamentepor el CICR, ayudándoles así a mantener la calidad y la cantidad de los servicios requeridos.También ayuda a otros centros en diversospaíses en desarrollo. Se calcula que el 30-40%de todos los pacientes asistidos por medio delos programas auspiciados por el FEI son víctimasde las minas o los restos explosivos de guerra.

La asistencia a las víctimas de las minas y losrestos explosivos de guerra es un componenteesencial de la Estrategia sobre minas terrestres,aprobada por el Movimiento Internacional de laCruz Roja y de la Media Luna Roja. El CICR, al quese ha conferido la función directiva para la aplicación de esta estrategia, colabora estrecha-mente con las Sociedades Nacionales de la CruzRoja y de la Media Luna Roja en el cumplimientode esa labor.

17

IV. ASISTENCIA A LAS VÍCTIMAS

5. En el artículo 6 (3), la Convención exige a losEstados Partes que presten asistencia para elcuidado, la rehabilitación y la reintegración delas víctimas de las minas. Ello constituye unapromesa vital para los centenares de miles devíctimas de las minas en todo el mundo, asícomo para sus familias y comunidades. Cumpliresta promesa es una responsabilidad crucial detodos los Estados Partes, aunque en primerlugar la responsabilidad recae en aquellosEstados cuyos ciudadanos sufren la tragedia delos accidentes de minas. Éste es el caso en par-ticular de los 23 Estados Partes donde hay uningente número de víctimas. Estos Estados Partesson los que tienen la mayor responsabilidad deactuar, pero también las mayores necesidades yexpectativas de asistencia. Reconociendo laobligación de todos los Estados Partes de ayudara las víctimas de las minas y la función fundamen-tal que deben desempeñar las organizacionesinternacionales y regionales, el CICR, las ONG yotras organizaciones, los Estados Partes redo-blarán los esfuerzos destinados al cuidado,la rehabilitación y la reintegración de las víctimas en el período 2005-2009 empren-diendo las siguientes medidas:

Los Estados Partes, particularmente los 23Estados con el mayor número de víctimas delas minas, harán todo lo posible por:

Medida Nº 29: Establecer y mejorar los servi-cios de atención de la salud necesarios paraatender las necesidades médicas inmediatasy continuas de las víctimas de las minas,aumentando el número de trabajadores de lasalud y otros proveedores de servicios en laszonas afectadas por las minas, capacitados parael tratamiento de urgencia de las lesiones cau-sadas por minas terrestres u otros traumatismos,velando por que haya un número suficiente decirujanos y enfermeros traumatólogos califica-dos para atender esas necesidades, mejorandola infraestructura de atención de la salud yvelando por que las instalaciones dispongandel equipo, los suministros y los medicamentos

necesarios para asegurar un nivel de atenciónbásico.

Medida Nº 30: Aumentar la capacidad nacionalde rehabilitación física para garantizar la prestación efectiva de servicios de rehabilitaciónfísica, que son requisitos previos para la recupe-ración y reintegración plenas de las víctimas delas minas, formulando y persiguiendo los obje-tivos de un plan de rehabilitación multisectorial;ofreciendo a las comunidades afectadas por lasminas acceso a los servicios; aumentando ladotación de los especialistas en rehabilitacióncalificados que más necesitan las víctimas de lasminas y de otras lesiones traumáticas; recabandola participación de todos los agentes pertinentespara lograr una coordinación efectiva en elmejoramiento de la calidad de la atención eincrementar el número de las personas atendidas;y alentando a las organizaciones especializadasa que sigan elaborando directrices para la apli-cación de programas en materia de prótesis yortopedia.

Medida Nº 31: Desarrollar la capacidad paraatender las necesidades de apoyo psicológicoy social de las víctimas de las minas, com-partiendo las prácticas óptimas con el fin deasegurar un alto nivel de tratamiento y apoyo aparejas con el de la rehabilitación física, y reca-bando la participación de todos los agentespertinentes, incluidas las víctimas de las minas ysus familias y comunidades, y atribuyéndoleslos medios y facultades necesarios.

Medida Nº 32: Apoyar activamente la reinte-gración económica de las víctimas de lasminas, por ejemplo ofreciendo programas deeducación y formación profesional y fomentandoactividades económicas sostenibles y oportuni-dades de empleo en las comunidades afectadaspor las minas, integrando dichos esfuerzos en elcontexto más general del desarrollo económicoy velando por un aumento significativo delnúmero de víctimas de minas reintegradaseconómicamente.

Anexo

18

Extracto del Plan de Acción de Nairobi 2005-2009

Medida Nº 33: Velar por que los marcos jurí-dicos y normativos nacionales se ocupenefectivamente de las necesidades y de losderechos humanos fundamentales de lasvíctimas de las minas, estableciendo lo antesposible la legislación y las políticas necesarias yservicios eficaces de rehabilitación y reintegra-ción socioeconómica para todas las personascon discapacidades.

Medida Nº 34: Crear o mejorar las capaci-dades nacionales de reunión de datos sobrelas víctimas de las minas para tener una mejoridea de la magnitud de la tarea de asistencia alas víctimas y de los avances en su cumplimien-to, procurando integrar lo antes posible talescapacidades en los sistemas de salud existentesy garantizando el acceso pleno a la informaciónen apoyo de las necesidades de los planifica-dores de programas y de la movilización derecursos.

Medida Nº 35:Velar por que en todas las acti-vidades de asistencia a las víctimas se presteespecial atención a las cuestiones de edad ygénero y a las víctimas de las minas que estánsometidas a múltiples formas de discriminación.

Los Estados Partes en condiciones de hacerlo:

Medida Nº 36: Cumplirán la obligación queles impone el párrafo 3 del artículo 6 de pres-tar asistencia oportuna a los Estados Partesque tengan necesidades claramente demos-tradas de apoyo externo para el cuidado, larehabilitación y la reintegración de las víctimasde las minas, atendiendo a las prioridades deasistencia señaladas por los Estados Partesnecesitados y velando por la continuidad y sos-tenibilidad de los compromisos de aporte derecursos.

Todos los Estados Partes, trabajando conjun-tamente en el marco del Programa de Trabajoentre períodos de sesiones de la Convención,las reuniones regionales pertinentes y loscontextos nacionales:

Medida Nº 37: Verificarán y fomentarán elavance en la consecución de los objetivos deasistencia a las víctimas en el período 2005-2009, ofreciendo a los Estados Partes afectadosla oportunidad de exponer sus problemas,planes, adelantos y prioridades de asistencia yalentando a los Estados Partes en condicionesde hacerlo a que informen por vía de los siste-mas de reunión de datos existentes sobre cómoestán atendiendo tales necesidades.

Medida Nº 38: Velarán por la integraciónefectiva de las víctimas de las minas en lalabor relacionada con la Convención, entreotras cosas alentando a los Estados Partes y alas organizaciones a que incluyan a las víctimasen sus delegaciones.

Medida Nº 39: Velarán por que en todas lasdeliberaciones pertinentes aporten unacontribución efectiva los profesionales y fun-cionarios de los servicios de salud, rehabilitacióny sociales, entre otras cosas alentando a losEstados Partes –particularmente aquellos quetienen el mayor número de víctimas de minas– ya las organizaciones pertinentes a que incluyana esas personas en sus delegaciones.

Anexo

19

PUBLICACIONES DEL CICR

Special Reports on Mine Action,informes anuales.

Addressing Lifelong Needs, informesanuales de los programas de rehabilita-ción física del CICR, División deAsistencia del CICR.

Annual Reports of the ICRC SpecialFund for the Disabled.

Support for Life: Physical RehabilitationProgramme, julio de 2004 (incluye CD-ROM).

Para poner fin a la era de las minas terrestres: avances y retos, 2004

Residuos explosivos de guerra: el legadoletal de los conflictos armados modernos, 2003

Política de asistencia del CICR,aprobada por la Asamblea del ComitéInternacional de la Cruz Roja el 29 deabril de 2004.

Care in the Field for Victims of Weaponsof War, A report from the workshoporganized by the ICRC on “Pre-hospitalcare for war and mine wounded”,2001.

CICR y OMS, Victim Assistance: a publichealth response for landmine victims,junio de 2001.

Prohibición de las minas antipersonal:el Tratado de Ottawa explicado, 1998.

R.M. Coupland, Assistance for Victims ofAnti-Personnel Mines:needs, constraintsand strategy, 1997.

C. Giannou, Anti-Personnel Landmines:facts,fictions,and priorities, BritishMedical Journal, 1997; 315: 1453-1454.

La epidemia mundial de las heridascausadas por las minas terrestres: elenfoque sanitario del CICR, 1995.

OTRAS PUBLICACIONES

Examen del funcionamiento y estado dela Convención: 1999 a 2004, Segundaparte del Informe Final aprobado por laPrimera Conferencia de Examen de losEstados Partes en la Convención sobrela prohibición del empleo, almacena-miento, producción y transferencia deminas antipersonal y sobre su destruc-ción, APLC/CONF/2004/5, 9 de febrerode 2005.

Poner fin al sufrimiento causado por lasminas antipersonal: Plan de Acción deNairobi 2005-2009, ibid.

Campaña Internacional para laProhibición de las Minas Terrestres(ICBL), Informes anuales del Monitor deMinas Terrestres.

Handicap International, Report ofLessons Learned Workshop: A Reviewof Assistance Programmes for WarWounded and other persons withDisabilities Living in Mine AffectedCountries, París, Francia, 25-28 demayo de 2004.

Bibliografía

20

World Rehabilitation Fund and UNDP,Guidelines for Socio-EconomicIntegration of Landmine Survivors,agosto de 2003.

ICBL, Guidelines for the Care andRehabilitation of Survivors, ICBL, 2000.

OMS,Guidance for Surveillance ofInjuries Due to Landmines andUnexploded Ordnance, 2000.

A. Ascherio et al., Deaths and injuriescaused by landmines in Mozambique,The Lancet 1995; Vol 346: 721-724.

Naciones Unidas, Normas Uniformessobre la igualdad de oportunidadespara las personas con discapacidad,Resolución A/RES/48/96, 20 dediciembre de 1993

Para más información, póngase en contacto con:

Comité Internacional de la Cruz Roja 19 Avenue de la Paix 1202 Ginebra SuizaTel: ++ 41 22 734 60 01 Fax: ++ 41 22 733 20 57 Correo electrónico: [email protected] www.icrc.org

Su Sociedad Nacional de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja, por medio de laFederación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna RojaCasilla postal 372 1211 Ginebra 19 SuizaTel: ++41 22 730 42 22 Fax: ++41 22 733 03 95 Correo electrónico: [email protected] www.ifrc.org

Para más información sobre la asistencia a las víctimas de las minas:

Campaña Internacional para la Prohibición de la Minas Terrestres (ICBL)Grupo de Trabajo para la Asistencia a lasVíctimasCorreo electrónico: [email protected] www.icbl.org

Landmine Survivors Network Correo electrónico: [email protected] www.landminesurvivors.org

Handicap International Belgium Correo electrónico: [email protected] www.handicapinternational.be

Handicap International France Correo electrónico: [email protected]

Comité Permanente de Asistencia a lasVíctimas De los Estados Partes en laConvención sobre la prohibición de lasminas antipersonal por medio de la Unidadde Apoyo a la Aplicación Centro Internacional de Desminado Humanitario de Ginebra (GICHD)Correo electrónico: [email protected]

Contactos

21

MISIÓNEl Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), organización imparcial, neutral e independiente,tiene la misión exclusivamente humanitaria de proteger la vida y la dignidad de las víctimas dela guerra y de la violencia interna, así como de prestarles asistencia.En las situaciones de conflicto,dirige y coordina las actividades internacionales de socorro del Movimiento. Procura, asimismo,prevenir el sufrimiento mediante la promoción y el fortalecimiento del derecho humanitario yde los principios humanitarios universales. A partir del CICR, fundado en 1863, se originó elMovimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

Comité Internacional de la Cruz Roja19, Avenue de la Paix1202 Ginebra, SuizaTel.: + 41 22 734 60 01 Fax: + 41 22 733 20 57Correo electr.: [email protected]© CICR, noviembre de 2005 08

63/0

03 1

1.20

05 4

,000