Aspectos sucesorios en derecho...

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80 CAPÍTULO 11: DERECHO SUCESORIO Aspectos sucesorios en derecho comparado JUAN MANUEL ASPRÓN PELA YO* En materia sucesoria, al igual que en el resto del derecho, existen varios principios rectores. El derecho es una ciencia que debe aplicarse o una ciencia aplicada, pero no una ciencia especulativa, como lo es la astrolo- gía. El derecho es una ciencia por y para el hombre, que debe estar regida por un principio humanista, no por principios estadísticos. Como ciencia, el derecho está regido por una serie de principios bási- cos, permanentes, pero que, variando las culturas y las tradiciones de cada lugar o región, son aplicados de distinto modo, además de que en cada lugar pueden existir excepciones a esas reglas, tomando en cuenta que el derecho como ciencia persigue la justicia, o tal vez, la justicia persigue al derecho para que por medio de él, se logre el principio de conferir a cada quien lo que le corresponde. Analizaremos en el presente trabajo algunas instituciones de derecho comparado para tener una visión contemporánea del derecho sucesorio; y examinaremos si la legislación mexicana se encuentra actuali- zada a nuestras circunstancias o simplemente ha copiado sistemas extranje- ros sin tomar en cuenta nuestra idiosincrasia; también compararemos insti- tuciones regidas por los Códigos Civiles de algunas entidades federativas. El derecho tiene como su principal herramienta a la ley, siendo la fina- lidad de ésta el brindar seguridad a las relaciones jurídicas entre las perso- nas. Tanto el derecho como la ley tienen excepciones, pero éstas no deben ir en contra de la naturaleza humana o del bien común (sabemos que se no ha determinado cabalmente cuál es la naturaleza humana o el bien común, pues en la segunda guerra mundial, por ejemplo, se justificó el uso de la bomba atómica por "el bien de la humanidad"). Tomemos de ejemplo la prescripción. Al encontrarse establecida en la ley, se brinda seguridad jurí- dica ya que por medio de ésta nadie está obligado al pago de una deuda indefinidamente, pago que podría incluir herederos y a los herederos de éstos, hasta llegar a límites en los que la razón no pueda comprender la duración de las obligaciones. Pero el que la ley brinde seguridad jurídica no significa que sea justa, por el contrario, la prescripción es un ejemplo específico de que la ley, en algunos casos, puede cometer injusticias, pero la finalidad es otorgar a las personas seguridad en sus relaciones jurídicas. * Egresado de la Escuela Libre de Derecho, Profesor de Derecho Civil, Sucesiones, en la Escuela Libre de Derecho. Autor del Libro Sucesiones editado por McGraw-Hill Interamericana Editores. Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2001, Colegio de Notarios, Distrito Federal

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80 CAPÍTULO 11: DERECHO SUCESORIO

Aspectos sucesorios en derecho comparado

JUAN MANUEL ASPRÓN PELA YO*

En materia sucesoria, al igual que en el resto del derecho, existen varios principios rectores. El derecho es una ciencia que debe aplicarse o una ciencia aplicada, pero no una ciencia especulativa, como lo es la astrolo­gía. El derecho es una ciencia por y para el hombre, que debe estar regida por un principio humanista, no por principios estadísticos.

Como ciencia, el derecho está regido por una serie de principios bási­cos, permanentes, pero que, variando las culturas y las tradiciones de cada lugar o región, son aplicados de distinto modo, además de que en cada lugar pueden existir excepciones a esas reglas, tomando en cuenta que el derecho como ciencia persigue la justicia, o tal vez, la justicia persigue al derecho para que por medio de él, se logre el principio de conferir a cada quien lo que le corresponde. Analizaremos en el presente trabajo algunas instituciones de derecho comparado para tener una visión contemporánea del derecho sucesorio; y examinaremos si la legislación mexicana se encuentra actuali­zada a nuestras circunstancias o simplemente ha copiado sistemas extranje­ros sin tomar en cuenta nuestra idiosincrasia; también compararemos insti­tuciones regidas por los Códigos Civiles de algunas entidades federativas.

El derecho tiene como su principal herramienta a la ley, siendo la fina­lidad de ésta el brindar seguridad a las relaciones jurídicas entre las perso­nas. Tanto el derecho como la ley tienen excepciones, pero éstas no deben ir en contra de la naturaleza humana o del bien común (sabemos que se no ha determinado cabalmente cuál es la naturaleza humana o el bien común, pues en la segunda guerra mundial, por ejemplo, se justificó el uso de la bomba atómica por "el bien de la humanidad"). Tomemos de ejemplo la prescripción. Al encontrarse establecida en la ley, se brinda seguridad jurí­dica ya que por medio de ésta nadie está obligado al pago de una deuda indefinidamente, pago que podría incluir herederos y a los herederos de éstos, hasta llegar a límites en los que la razón no pueda comprender la duración de las obligaciones. Pero el que la ley brinde seguridad jurídica no significa que sea justa, por el contrario, la prescripción es un ejemplo específico de que la ley, en algunos casos, puede cometer injusticias, pero la finalidad es otorgar a las personas seguridad en sus relaciones jurídicas.

* Egresado de la Escuela Libre de Derecho, Profesor de Derecho Civil, Sucesiones, en la Escuela Libre de Derecho. Autor del Libro Sucesiones editado por McGraw-Hill Interamericana Editores.

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Otro ejemplo de que la ley, en algunos casos de excepción, no consigue la justicia pudiéramos encontrarlo en las reglas de interpretación de los con­tratos cuando se aplica el principio de que en caso de duda se ha de "procu­rar el menor daño o prestación a las partes"; este principio será tal vez injusto en muchas ocasiones, pero proporciona seguridad a los contratantes.

Por otra parte, hemos de considerar que el derecho y la ley deben aspi­rar a respetar sus reglas; podemos considerar como reglas básicas las si­guientes:

a) La justicia debe ser la finalidad del derecho. b) La seguridad debe ser la aspiración de la ley. e) Ambos, derecho y ley, deben preservar los principios de la ciencia.

Sin embargo, debemos establecer una excepción. Cuando la excepción mira al beneficio o al altruismo colectivo, debemos olvidar la técnica, pues antes que tecnócratas debemos ser humanistas, ejemplo de esto último son los artículos 1330 y 1483 del Código Civil, los cuales se alejan de la técni­ca jurídica en lo relativo a la designación de los herederos y legatarios, así como de su capacidad para heredar, buscando el beneficio de la comunidad o de los destinatarios, antes que rigidizar sus principios.

No obstante, existe una corriente que ignoro si es producto del "neoli­beralismo" o de la "globalización", o simplemente consecuencia de los tiempos, pero que tiene como principio fundamental la rapidez antes que la justicia, la seguridad o la beneficencia. Esta corriente ha llegado a temas tan actuales como el manejo de cuentas bancarias por medio de instrumen­tos electrónicos con las cuales se pueden pagar impuestos y realizar com­praventas por medio de las computadoras. Ante este avance es indispensa­ble que el derecho se adecue a la realidad, es decir, que la justicia use al derecho con la finalidad de dar a cada quien lo que le corresponda; la ley debe buscar la seguridad jurídica en esas relaciones, pero antes que la rapi­dez debe privar el espíritu de justicia y seguridad, pues se podría llegar al caos en poco tiempo si no adelantamos o simplemente adecuamos, las le­yes a las circunstancias. Pongamos por ejemplo las tarjetas de crédito o de débito, que los bancos proporcionan a menores de edad para su uso perso­nal. En relación con su uso, nos preguntamos si los contratos que ellos celebren con esos instrumentos financieros están afectados de nulidad rela­tiva, por la incapacidad del menor, o debemos considerarlos como capaces, tal vez por ser peritos en la materia, para justificar su uso indiscriminado.

La materia sucesoria no es ajena a todos estos cambios, en el presente trabajo analizaremos también algunas disposiciones mortis causa, que tie­nen como principal finalidad lo expedito de las trasmisiones o transaccio­nes, antes que la justicia y la seguridad.

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CONMORENCIA

Como punto de arranque del estudio del derecho comparado con otros sis­temas, analizaremos las reglas que rigen el caso de conmorencia o como­riencia.

En el Código Civil del Distrito Federal encontramos el artículo 1287, que a la letra dice: "Artículo 1287. Si el autor de la herencia y sus herede­ros o legatarios perecieren en el mismo desastre o en el mismo día, sin que se pueda averiguar a ciencia cierta quiénes murieron antes, se tendrán to­dos por muertos al mismo tiempo, y no habrá lugar entre ellos a la transmi­sión de la herencia o legado".

El artículo transcrito nos da la solución legal al caso en que no se pue­da determinar quién murió primero y quién después, recordemos que para que pueda haber transmisión hereditaria es indispensable que haya un vivo y un muerto. En el caso en comento no es posible determinar físicamente si alguno sobrevivió al otro, razón por la cual el legislador mexicano decidió que lo más justo y seguro era tener a los dos por muertos simultáneamente, y en consecuencia que ninguno pudiera adquirir por herencia del otro.

La solución de nuestro Código es la misma que la del Código Civil español que en su artículo 33 establece en los siguientes términos: "Artícu­lo 33. Si se duda, entre dos o más personas llamadas a sucederse, quiénes de ellas ha muerto primero, el que sostenga la muerte anterior de una o de otra, debe probarla; a falta de prueba, se presumen muertas al mismo tiem­po y no tiene lugar la transmisión de derechos de uno a otro".

Sin embargo, esta solución no siempre ha sido aceptada ni recogida por todos los ordenamientos jurídicos de diversos países. Tenemos el caso del derecho civil francés, que optó por otra solución en los artículos 720 al 722 del Código Civil de 1804, los cuales proporcionan una serie de reglas dependiendo de los supuestos, así diferencia entre menores y ancianos, entre hombres y mujeres para presumir quién falleció primero. Transcribo los artículos citados por ser la materia de comparación:

Artículo 720. Si varias personas llamadas respectivamente a la sucesión de otra perecen en el mismo suceso, sin que pueda reconocerse cuál ha muerto primero, la presunción de supervivencia se determina por las circunstancias de hecho, y a falta de ellos, por la fuerza de la edad o del sexo.

Artículo 721. Si los que han perecido juntos tenían menos de quince años, se presume que ha sobrevivido el de más edad. Si todos ellos tenían más de sesenta años, se presume que ha sobrevivido el de menos edad. Si unos tenían menos de quince y los otros más de sesenta, se presume que han sobrevivido los primeros.

Artículo 722. Si los que han perecido juntos tenían quince años cumpli­dos y menos de sesenta se presume siempre que ha sobrevivido el varón, cuando

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haya igualdad de edad, o si la diferencia que existe no excede de un año. Si fueran del mismo sexo debe ser admitida la presunción de supervivencia, que origina la apertura de la sucesión, en el orden de la naturaleza; así, el más joven se presume que ha sobrevivido al de más edad.

La solución de los tres códigos es similar en el principio, ya que debe estarse primero a las pruebas, solamente a falta de conocer a ciencia cierta quién falleció primero y quién después, entrará en aplicación la regla supletoria, la cual será una presunción jure et de jure, que no admite prueba en contrario, y que la legislación francesa difiere de la solución española y mexicana. Podemos decir que las bases son las mismas, que los principios de justicia y seguridad son buscados por las tres legislaciones, pero que de acuerdo a las costumbres de cada lugar la solución es distinta.

Aunque la finalidad del presente trabajo no es juzgar cuál de los siste­mas es el mejor, en mi opinión la regla que siguen los códigos español y mexicano me parece más justa y segura, pues es imposible poder afirmar que en un accidente o guerra siempre va a sobrevivir uno u otro. Pensemos en un accidente aéreo o en un bombazo, sería en mi opinión complejo el predeterminar que necesariamente el más joven sobrevive al más viejo, o que el hombre sobrevive a la mujer, habría que analizar la situación de cada uno para que la solución fuera la más apegada a la realidad.

HERENCIA DEL HIJO PÓSTUMO

Una de las figuras que han suscitado controversia es la relativa al hijo pós­tumo. Primero debemos dejar claramente asentado que hijo póstumo es el que nace con posterioridad a la muerte de su progenitor(a), no el que nace con posterioridad al otorgamiento del testamento. Sin embargo, veremos aberraciones de interpretación, que incluso se han vuelto ya disposiciones positivas.

Analizaremos la disposición del Código Civil relativa al hijo póstumo, en relación a los testamentos inoficiosos, hacemos la aclaración que varios códigos de otras entidades federativas disponen lo mismo. El texto de la disposición en análisis es la siguiente: "Artículo 1377. No obstante lo dis­puesto en el artículo 1375, el hijo póstumo tendrá derecho a percibir íntegra la porción que le correspondería como heredero legítimo si no hubiere tes­tamento, a menos que el testador hubiere dispuesto expresamente otra cosa."

Conviene conocer el contenido del artículo que cita el propio ordena­miento para evitar confusiones. "Artículo 1375. El preterido tendrá sola-

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mente derecho a que se le dé la pensión que corresponda, subsistiendo e testamento en todo lo que no perjudique ese derecho."

La opinión del que esto escribe es que, de conformidad con el artícul1 1377 del Código Civil del Distrito Federal, el hijo póstumo es un hereder1 forzoso, pues habrá de entregársele íntegramente la porción que le hubies correspondido en el caso de que la sucesión hubiera sido intestada. Por ejem plo, si al autor de la herencia, que era soltero, le sobreviven tres hijos, inclui do el póstumo, y en su testamento nombró como heredera a su madre, en ton ces al hijo póstumo le corresponderá un tercio del caudal hereditario, que e lo que le hubiese tocado en el supuesto de intestado, y los dos tercios restan tes serán para la madre del de cujus, en su carácter de única heredera testa mentaria. También sostengo que se trata de un heredero forzoso, pese a qu en el citado artículo dice que a menos que el testador hubiere dispuesto otr cosa. En mi opinión, lo que se le permite al testador es establecer algún be neficio adicional a su hijo póstumo y no el privarlo del derecho que le con fiere el artículo mencionado, esto se concluye al analizar los testamento inoficiosos, en los cuales el "preterido" tiene derecho a exigir una pensió alimenticia a cargo de los herederos, o de quien el testador hubiere señaladc es decir, el testamento inoficioso se da aun en contra de la voluntad expres del testador, ya que no puede suprimir por ninguna causa la pensión que 1 correspondería al preterido; y el artículo que comentamos también es evi dentemente una regla aun en contra de la voluntad del testador, podemo afirmar que la voluntad del testador es la máxima de los testamentos, ex ce¡:: toque la ley señale otra cosa, como es el caso en estudio, por lo que debemo , concluir que el hijo póstumo tiene derecho cuando menos a la porción que 1 hubiera correspondido en el caso de que la sucesión hubiere sido intestad< mínimo que el testador no podrá reducir en ningún caso, pero que sí podr ampliar hasta el cien por ciento del caudal hereditario, es decir, designarl ' como heredero único.

Sin embargo, existen algunas ejecutorias que indican lo contrario, continuación transcribo una de ellas, en virtud de que tienen la misma sol u ción, refiriéndose ambas a la legislación del estado de Puebla:

Interpretando el concepto de hijo póstumo humana y jurídicamente, debe er tenderse para los efectos del derecho hereditario, que lo es no solamente aqw que nace después de la muerte del padre, sino también el que nace después d otorgado el último testamento, aun cuando el padre viva, si no existe dispos ción expresa de este último en el sentido de desheredarlo, pues ello constituy una excepción prevista por la ley a la libertad de testar a que se refiere el artícul 3164 del Código Civil del estado de Puebla, toda vez que el artículo 3175 d( mismo ordenamiento, dispone que el hijo póstumo tiene derecho a percib

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íntegra la porción que le correspondería como heredero legítimo si no hubiera dispuesto otra cosa.

Tribunales Colegiados de Circuito, Semanario Judicial de la Federación, 8va. época, XV-2 febrero, tesis VI.lo. 215 e, p. 349, clave TC061215 CIV, tomada de Publicaciones Electrónicas de México.

La tesis antes transcrita comete errores graves de interpretación, pues considera que la disposición referente al hijo póstumo es una limitación a la libertad de testar, pero posteriormente afirma que se puede quitar ese beneficio al póstumo, arguyendo que el testadorpuede "desheredarlo", con lo cual se contradice, pues si acepta esto último no hay tal límite al derecho de testar, sino que simplemente se trataría de una norma supletoria a falta de disposición testamentaria expresa, es decir, solamente sería aplicable la herencia por disposición de la ley a favor del póstumo en aquellos casos en que el testador no lo hubiere excluido expresamente de la herencia. El otro error que comete el legislador es considerar que se puede "desheredar" a aquel que no ha sido heredero, recordemos que no se puede quitar a alguien lo que no tiene, así no es posible desheredar al que todavía no era heredero.

Como se podrá observar, la interpretación de la Corte es contraria a mi forma de pensar, pero simplemente son dos ejecutorias que no han alcanza­do a formar jurisprudencia. Sería conveniente reconocer que los testamen­tos inoficiosos son un límite a la libertad de disposición de los bienes del de· cujus, y en consecuencia dejar claro que podrá asignarles una porción má­yor, pero nunca una porción menor que la que le hubiese correspondido en caso de que se tratara de un intestado, digamos que la razón de ser del artículo es el compensar, aunque sea económicamente, a aquellos que no llegaron a conocer a su progenitor o progenitora, ni éste o ésta a aquél.

Por otra parte, comparemos la disposición del Código Civil del Distri­t~ Federal, con lo señalado por el Código Civil de algunos estados que disponen lo contrario al del Distrito Federal y comentémoslos.

En la legislación positiva de algunas entidades federativas encontra­mos una regulación curiosa del hijo póstumo. Digo curiosa porque a los legisladores se les ocurrió deformar el concepto de hijo póstumo, en vez de llamarlos hijos postestamentarios, lo cual hubiera sido más sencillo, pero que les debe de haber dado miedo el innovar en la nomenclatura, aunque no en el fondo del asunto, para no alargar demasiado el presente trabajo transcribiré únicamente lo referente al estado de Jalisco, haciendo notar, a guisa de ejemplo, que pueden consultarse, en los Códigos Civiles, los artí­culos 3115 y 3116 del estado de Puebla, el 2691 del estado de Tlaxcala y el 1315 del estado de Quintana Roo; en el Código Civil del estado de Jalisco encontramos los artículos 2707 y 2708 que a la letra exponen: "Artículo

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2707. No obstante lo dispuesto en el artículo que antecede, el hijo póstumc tendrá derecho a percibir íntegra la porción que le correspondería come heredero por sucesión legítima si no hubiere testamento, a menos que e testador hubiere dispuesto expresamente otra cosa."

Artículo 2708. Es hijo póstumo: "l. el nacido después de la muerte de testador; y Il. el nacido en vida de su padre o de su madre después qut aquél o ésta hayan otorgado su testamento, si no existe disposición expres¡ en el sentido de desheredarlo."

En la exposición de motivos del nuevo Código Civil del estado de J a lisco encontramos los argumentos que tuvo en cuenta el legislador de aquell: entidad para ampliar el concepto de hijo póstumo, acotaremos entre parén tesis lo que el suscrito opina, la exposición de motivos dispone:

En la iniciativa que suscribimos, se precisa el concepto de hijo póstumo por 1 trascendencia que esta noción tiene [en mi opinión no se precisa, sino que s amplía, porque póstumo significa posterior a la muerte y no otra cosa, aunqu algunos quisieran interpretarlo en otro sentido], señalándose que es aquel qu nace después de la muerte del testador [hasta ahí iba bien] y el que nace en vid de su padre o de su madre después de que se hubiere otorgado el testamento [e este caso debería de llamarse pos-testamentario]. Esta clasificación se pued pensar contraria al significado literal del término póstumo [no sólo se pued pensar, sino que es realmente contrario a su significado], pero es tomada de 1 interpretación que a esta situación se ha dictado ya en diferentes ejecutoria por la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación [pero debería de aclarar que hasta hoy no han sido suficientes para constituirse en jurispru dencia].

El concepto de la libertad testamentaria se reflejó al señalarse por un parte que el testador tenía absoluta libertad para disponer y ordenar el destin de su patrimonio en su totalidad para después de su muerte; este nuevo enfc que del derecho testamentario, tuvo como única limitante la obligación qu tiene el testador de considerar el pago de pensiones alimenticias, indicándos expresamente que cuando el testador no cumpliere con dicha obligación, 1 disposición de su última voluntad sería reputada como inoficiosa. [Es conv< ni ente recalcar que se afirma que este capítulo, el de los testamentos inoficiosc es una limitación a la libertad de testar, si es una limitación el testador no 1 puede suprimir, no concebimos que el testador estuviera facultado para expn sar en su testamento que no le deja la pensión alimenticia a alguno de le acreedores que tuvieran derecho a ello, como tampoco sería aceptable que t

testador suprimiera el derecho del póstumo.] La inoficiosidad significa que frente a los reconocidos acreedor<

alimentarios no tenía ningún valor y por ello, si bien era cierto que el test: mento era válido, legítimo y vigente antes de hacer la entrega de bienes a le llamados por el testamento, debería de asegurarse el pago de los acreedon alimentarios en los términos ahí consignados. Ese punto de vista se estima

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estos días justo y apropiado, pero tomando en consideración que el legislador lo ubicó precisamente en el capítulo del derecho testamentario, se da lugar a cometer la aberración jurídica y justa de considerar que cuando no hay dispo­sición testamentaria, tampoco hay obligación alimentaria y por ello a falta de testamento Jos acreedores alimentarios no tenían ninguna base de reclama­ción.

Por esta misma razón se propone trasladar la cuestión de las obligaciones y cargas alimentarias, al título quinto y que se refiere a las disposiciones co­munes a las sucesiones testamentaria y legítima.

En relación a los dos últimos párrafos, expresaré simplemente mi sor­presa o estupor ante la ignorancia del legislador, pues denota claramente que ignora la diferencia entre un acreedor alimentario como resultado de un testamento inoficioso, de aquel que resulta acreedor alimentario como consecuencia de un legado de alimentos, desde luego que la interpretación de que la pensión alimenticia sucesoria, no como legado, solamente se puede dar en sucesiones testamentarias, no es ni aberrante, ni injusta, pues sola­mente le corresponde a aquel que hubiere sido heredero por sucesión legí­tima, pero que no lo fue por consecuencia de la existencia de un testamen­to, en el cual el autor de la herencia no lo llamó.

También debemos acotar que el legislador de Jalisco, aunque reconoce que la pensión alimenticia es una limitante a la libertad del testador, no aclara que el testador que tenga un hijo póstumo le puede mejorar su dere­cho, pero nunca disminuírselo, pues comete el mismo error que los demás códigos al simplemente señalar que el testador puede disponer otra cosa.

Tal vez sea el momento de llamar la atención y señalar que los legisla­dores deberían ser peritos en derecho, así como únicamente deben operar los médicos cirujanos, pues como dice el dicho, "zapatero a tu zapato", o "el que mucho abarca poco aprieta", o "aprendiz de todo, maestro de nada", ojalá se señalare en la ley que las iniciativas de las mismas deberían de pasar a un análisis técnico, previamente a su discusión, a través de un cuer­po de juristas integrado por miembros nombrados por todos los partidos políticos, en la proporción que representen en la Cámara, o algo todavía mejor, que los legisladores debieran ser abogados o licenciados en dere­cho, y no toreros, artistas, cantantes, líderes sindicales, etcétera. No tengo nada en contra de ellos, pero que piensen que si se pusiera a cantar ópera a un voceador, simplemente porque es bueno para gritar, o a torear a un abo­gado, o de encargado del entretenimiento a un notario, sería absurdo. Pues así de absurdo es que gente que ignora los principios de la ciencia del dere­cho, crea que puede crear y aprobar leyes, ignorando en la mayoría de los casos si son o no constitucionales, ignorando cuáles son los principios bá­sicos que rigen esta ciencia.

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En relación al hijo póstumo es interesante hacer notar que nuestra le gislación es omisa para el caso de hijos que se engendran por medio d1 inseminación artificial, y con mayor razón son ignorados los hijos póstu mas logrados por dicho método, pensemos en quién, legalmente, será e padre de un hijo nacido por inseminación artificial, habiendo la madre es cogido el semen en un laboratorio, en el cual únicamente se señalen la características del donador del semen, pero que se mantiene en el anonima toa dicho donador, nada más por preguntar: ¿Se podrá imputar paternida< al donador? ¿Qué sucederá en aquellos casos en que el donador falleci< muchos años antes de que se usara su líquido engendrador? ¿Tienen la mujeres el derecho a impedir que los hijos conozcan la identidad del pa dre? ¿Son actos contra natura o son evoluciones de la raza humana? ¿Sil; mujer es casada y usa el método de la inseminación de laboratorio, con< sin el consentimiento del marido, deberá imputarse la paternidad al cónyu ge? ¿Quién ejerce la patria potestad sobre este tipo de menores? ¿Quién e: la madre y quién el padre en los casos de madres arrendadas o sustitutas' ¿A quién hay que imputarle la paternidad y la maternidad, a los gestadore: genéticos o a los gestadores biológicos? Todos estos puntos son de grar importancia, tomando en cuenta que la inseminación artificial o de labora torio, la transferencia de embriones y la clonación son ya una realidad estemos de acuerdo con ellas o no, por lo cual la legislación debe dedicarst a su regulación y a las de sus consecuencias, porque aunque las prohibie sen deberán solucionarse las situaciones que el incumplimiento de la le) acarrearía.

PARENTESCO POR AFINIDAD

Otro aspecto en derecho comparado, relativo a la materia de sucesiones, e~ el derecho a heredar que tienen los parientes del de cujus.

Hay cuatro tipos de parentesco: el consanguíneo, el civil, el de afini· dad y el espiritual o religioso; este último carece de relevancia jurídica er nuestro derecho, puesto que aun con las reformas al artículo 130 de la Consti· tución, la Iglesia no fue reconocida como un ente jurídico, sino que sf regularon las asociaciones religiosas; un ejemplo de parentesco religiosc es el que une al ahijado con sus padrinos.

De los tres tipos o clases de parentesco que reconoce nuestro derecho, podemos decir que la regulación es bastante arcaica, pues el único paren· tesco que produce todos los efectos es el consanguíneo, ya que contiene derechos, genera obligaciones e impone prohibiciones; por ejemplo, da de­recho a heredar, a recibir una pensión alimenticia, genera la obligación de dar alimentos a los parientes, prohíbe el matrimonio entre algunos parien-

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tes, por ejemplo entre hermanos. En otros casos como el matrimonio entre tío y sobrina es permitido previa dispensa.

El parentesco civil únicamente produce efectos entre el adoptante y el adoptado, siendo una verdadera desgracia que en nuestro Código Civil no se acepte la adopción plena. Tal vez nuestros legisladores todavía piensan que es más importante el acto de engendrar que el de criar y educar; tal vez ellos sólo fueron engendrados y no lo demás. Sin embargo, pese a la regu­lación actual del parentesco civil, éste produce efectos tanto generando derechos, como obligaciones y prohibiciones. Un ejemplo de lo primero es el derecho a heredar, un ejemplo de obligación es la de proporcionar ali­mentos y un ejemplo de prohibición es la de contraer matrimonio. (Nota aclaratoria. El día 28 de mayo de 1998, con posterioridad a la fecha en que escribí el presente artículo, se publicaron en el Diario Oficial de la Federa­ción las reformas al Código Civil relativas a la adopción, incorporando la figura de la adopción plena. Se dejó subsistente la adopción como estaba regulada, llamándola a partir de ahora adopción simple y se creó la adop­ción plena. La adopción internacional no es otro tipo de adopción, sino que es una especie de la adopción plena, ya que la adopción internacional nun­ca podrá realizarse como adopción simple. Me llama la atención que el legislador haya dejado la adopción simple, me parece que no cree conve­niente considerar como hijos para todos los efectos a los adoptados, tal vez como un resabio de aquellas distinciones entre hijos espurios, adulterinos, naturales, etcétera, que en la actualidad ya se considera innecesaria. Pode.: mos afirmar que la reforma no quiso romper con los viejos esquemas, pero debernos admitir que es un paso adelante, aunque un paso tibio, nervioso, pero al fin un paso. Como comentario a la reforma podemos decir que el parentesco por consanguinidad es el que existe entre personas que descien­den de un mismo tronco común, bien sea por cuestiones genéticas, bien sea por decisión personal de alguno de sus miembros. Si se me permite, diría cjue el parentesco consanguíneo se da por razones biológicas -concebir, engendrar- o por razones legales -adopción plena-. Por último, en la reforma se establece corno causa de extinción, salvo para los impedimen­tos de matrimonio, del parentesco por consanguinidad biológico a la adop­ción plena, la cual se señala como irrevocable.)

El parentesco por afinidad, que es el que se da entre los parientes con­sanguíneos de un cónyuge con el otro cónyuge, por ejemplo, la suegra en relación con la nuera, solamente produce prohibiciones, no genera dere­chos ni tampoco obligaciones, tal es el caso para heredar, ya que los parien­tes por afinidad no tienen derecho para heredar por intestado o sucesión legítima, no pueden contraer matrimonio los que hubieren sido parientes por afinidad en línea recta, véase los artículos 1603 y 156 fracción IV del Código Civil.

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Antes de analizar alguna legislación distinta a la nuestra, pregunto: ¿La diferencia de efectos entre los tipos de parentescos es justa? ¿Es co­rrecto que el parentesco por afinidad no produzca efectos positivos?

En la legislación argentina encontramos un caso en el que el parentes­co por afinidad sí produce consecuencias positivas y no sólo limitaciones o prohibiciones, dicho caso se encuentra en materia de sucesiones intestadas. En el artículo 3576 bis del Código Civil argentino se da la delación heredi­taria a favor de la nuera viuda sin hijos en la sucesión de sus suegros, en los siguientes términos:

La viuda que permaneciere en ese estado y no tuviere hijos, o que si los tuvo, no sobrevivieren en el momento en que se abrió la sucesión de los suegros, tendrá derecho a la cuarta parte de los bienes que hubiese correspondido a su esposo en dichas sucesiones. Este derecho no podrá ser invocado por la mujer en los casos de los artículos 3573, 3574 y 3575 o si hubiere incurrido en actos de notoria inconducta moral.

No es trascendente para los efectos del presente trabajo analizar los antecedentes del derecho concedido en Argentina a la nuera viuda en la sucesión de sus suegros, pero mencionemos que este derecho ya existía en la Ley de Las Siete Partidas, en donde por razones asistenciales se le con­cedía el derecho a heredar a la nuera que no hubiere recibido dote y que fuere pobre.

Es oportuno preguntamos qué sería lo correcto, conceder el derecho a la nuera viuda o excluirla de la sucesión, cualquiera de las dos soluciones puede ser considerada correcta, dependiendo de las costumbres y forma de pensar de cada región, de cada cultura, sin embargo, el legislador mexica­no siguió el viejo refrán que señala que "entre los parientes y el sol, entre más lejos mejor", por lo cual optó por no concederle el derecho a la nuera viuda.

BIENES HEREDADOS Y SOCIEDAD CONYUGAL

Otro tema interesante en derecho comparado es el de determinar si los bie­nes que se adquieren por herencia o legado forman parte de la sociedad conyugal o no. Deberemos atender a la legislación bajo la cual se celebró la sociedad conyugal para poder responder a esa disyuntiva.

En el Código Civil del estado de Puebla encontramos el artículo 355 que dispone: "Son bienes propios de uno de los cónyuges .. .II. Los que adquieran durante la sociedad por donación, herencia o legado constituido a su favor ... "

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ASPECTOS SUCESORIOS EN DERECHO COMPARADO 91

En el nuevo Código Civil del estado de Jalisco podemos consultar el artículo 304, aplicable a la sociedad legal y a la sociedad conyugal, que dispone: "Lo son también [propios de cada cónyuge], los que durante la sociedad adquiera cada cónyuge por donación de cualquier especie, por herencia o por legado constituido a favor de uno solo de ellos."

En el Código Civil español, que regula tres regímenes patrimoniales en relación a los bienes de los cónyuges, 1) sociedad de gananciales, 2) régimen de participación y 3) el régimen de separación de bienes, encon­tramos las siguientes diposiciones relativas al tema:

En el régimen de sociedad conyugal:

Artículo 1346. Son privativos de cada uno de los cónyuges:

l. Los bienes y derechos que le pertenecieran al comenzar la sociedad. 2. Los que adquiera después por título gratuito ...

Artículo 1353. Los bienes donados o dejados en testamento a los cónyu­ges conjuntamente y sin especial designación de partes, constante la sociedad, se entenderán gananciales, siempre que la liberalidad fuere aceptada por am­bos y el donante o testador no hubiere dispuesto lo contrario.

Artículo 1379. Cada uno de los cónyuges podrá disponer por testamento de la mitad de los bienes gananciales.

En el régimen de participación:

Artículo 1418. Se estimará constituido el patrimonio inicial de cada cónyuge:

l. Por los bienes y derechos que le pertenecieran al empezar el régimen. 2. Por los adquiridos después a título de herencia, donación o legado.

Como se puede observar, en todos los Códigos con que comparamos el del Distrito Federal se deduce que los bienes adquiridos por herencia perte­necen exclusivamente al cónyuge al que se los heredaron o legaron, sin embargo, este principio no es universal, hay legislaciones en las que los bienes adquiridos por dichos conceptos sí forman parte del haber de la sociedad conyugal, tal es el caso del Distrito Federal, así como de las le­gislaciones de aquellas entidades que siguen las mismas reglas que el cita­do Distrito Federal, en el Código Civil de esta última entidad encontramos el artículo que en su parte conducente dice:

Artículo 189. Las capitulaciones matrimoniales en que se establezca la socie­dad conyugal, deben contener:

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92 CAPÍTULO 11: DERECHO SUCESORIO

IV. La declaración expresa de si la sociedad conyugal ha de comprende todos los bienes de cada consorte o sólo parte de ellos, precisando e este último caso cuáles son los bienes que hayan de entrar a la sociedac

V. La declaración explícita de si la sociedad conyugal ha de comprende los bienes todos de los consortes o solamente sus productos.

VI. En uno y en otro caso determinará con toda claridad la parte que en lo bienes o en sus productos corresponda a cada cónyuge.

VII. La declaración acerca de si los bienes futuros que adquieran los cónyu ges durante el matrimonio pertenecen exclusivamente al adquirente, , si deben repartirse entre ellos y en qué proporción ...

De la transcripción anterior se desprende claramente que los biene adquiridos por herencia o legado por los cónyuges casados bajo el régime1 de sociedad conyugal no entran, ni quedan excluidos, por ministerio de le) como ocurre en las legislaciones primeramente señaladas, sino que es indis pensable recurrir al análisis de las capitulaciones matrimoniales para deter minar si dichos bienes ingresaron o no a la sociedad conyugal, si dicha capitulaciones son las de machote, que se firman de ordinario, debemo concluir que los bienes que se adquieran por herencia o legado sí formará1 parte del haber conyugal; puesto que en dicho machote se establece que to dos los bienes que se adquieran durante el matrimonio, por la causa que fuere ingresarán a la sociedad conyugal.

Cuál de los sistemas es justo, es difícil de precisar, pero todos ello buscan dar a las relaciones jurídico-patrimoniales-conyugales, segurida, jurídica; cada región establece lo que conforme a sus respectivos legisla dores consideran que es lo deseado por su comunidad.

A manera de conclusión, permítaseme resaltar la importancia de revi sar el lugar y la época de celebración del matrimonio, así como del cante nido de las capitulaciones matrimoniales, para determinar a quién corres ponde la propiedad de los bienes, así como el dominio de los mismos.

HEREDERO SUSTITUTO O SUPLETORIO

Pasemos ahora a comentar otra cuestión que resulta interesante al campa rar diversas legislaciones mexicanas, y es la referente al heredero, quepo demos considerar, como sustituto de los parientes o familiares del autor d1 la herencia. ¿Será justo que los bienes que conforman el caudal hereditari' pasen en propiedad al Estado? ¿Al Estado para que los destine a fines d1 beneficencia? ¿Al Estado para que haga con ellos lo que libremente deci da? ¿Qué le sean entregados a instituciones públicas o privadas? ¿Qué sea1 destinados a fines públicos? En las legislaciones mexicanas encontramo distintas soluciones a este tema.

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ASPECTOS SUCESORIOS EN DERECHO COMPARADO 93

En el Código Civil del Distrito Federal se establece que a falta de pa­rientes consanguíneos en línea recta, de colaterales hasta el cuarto grado, de cónyuge o concubina, la herencia corresponderá a la beneficencia pú­blica. Véase artículos 1602 y 1636.

En el Código Civil del estado de Morelos, publicado el 13 de octubre de 1993, en su artículo 777 dispone que el heredero será el estado, debien­do destinar una tercera parte de lo que adquiera a fines de beneficencia pública estatal, otra tercera a fines de la misma especie, pero municipales, y la última tercera a los gastos públicos del estado.

En el Código Civil del estado de Puebla, publicado el 30 de abril de 1985, su artículo 3361 dispone que el caudal hereditario se distribuirá por partes iguales entre la Universidad Autónoma de Puebla y la Asistencia Pública del Estado.

En el Código Civil del estado de Jalisco, en su artículo 2942, se esta­blece que a falta de todos los demás llamados a heredar será heredera la beneficencia pública, dispone que sucederán los establecimientos de asis­tencia social en los términos de ley prefiriéndose a los que funcionen en el lugar del domicilio del autor de la sucesión.

La finalidad del presente trabajo no es hacer un examen exhaustivo de todas las disposiciones de los códigos civiles de la República, sino recal­car la diferencia de regulación entre unos y otros. ¿Cuál de todas las soluciones es la justa? ¿ Por qué se les da un tratamiento distinto? Como se expuso en la introducción del presente trabajo, las regulaciones, en esencia, deben coincidir, pero tendrán los ajustes que de conformidad a la costumbre o forma de ser de cada región los legisladores locales conside­ren adecuada.

Por último, comparemos la solución que da el Código Civil español, el cual en su artículo 956 dispone:

A falta de personas que tengan derecho a heredar conforme a lo dispuesto en las precedentes secciones, heredará el estado, quien asignará una tercera parte de la herencia a instituciones municipales del domicilio del difunto, de bene­ficencia, instrucción, acción social o profesionales, sean de carácter público o privado; y otra tercera parte, a instituciones provinciales de los mismos carac­teres, de la provincia del finado, prefiriendo, tanto entre unas como entre otras, aquellas a las que el causante haya pertenecido por su profesión y haya consa­grado su máxima actividad, aunque sean de carácter general. La otra tercera parte se destinará a la caja de amortización de la deuda pública, salvo que, por la naturaleza de los bienes heredados, el Consejo de Ministros acuerde darles, total o parcialmente, otra aplicación.

Reiteramos que la esencia concuerda, aunque la solución específica se ajusta, en este caso, a la decisión de los españoles.

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94~ CA:PiTULOII: DERECHO SUCESORIO

TESTAMENTO PÚBLICO SIMPLIFICADO Y ALGUNAS DISPOSICIONES MORTIS CAUSA NO TESTAMENTARIAS

En 1994 el Código Civil del Distrito Federal innovó al crear el testamentc público simplificado, haciéndolo un testamento totalmente restringido, pue~ únicamente sirve para designar legatario respecto de aquellos biene~ inmuebles destinados a casa-habitación, que tengan al momento de su ad­quisición un valor inferior a 25 veces el salario mínimo vigente anualizado, o que sean adquiridos en programas de regularización, pero el testamentc que analizamos es realmente una "porquería" jurídica. No conformes con este engendro que no sirve más que para generar problemas, y cumplir los deseos del gobernante en tumo, se han modificado algunas legislaciones locales, como la del estado de México, para incorporarlo en sus tipos de testamentos, pero en otras como en la legislación de Jalisco se dispone aberrante y absurdamente lo siguiente:

Artículo 1893. Puede en el momento de formalizarse el contrato de compra­venta que verse sobre inmuebles, señalarse que el mismo pase en propiedad, a su cónyuge o a sus ascendientes o sus descendientes cuando ocurra el falleci­miento.

Al fallecimiento del comprador, bastará que se exhiban ante el encargado de la oficina del Registro Público de la Propiedad el pago de los impuestos que se causaren por la transmisión de dominio y copia certificada de la partida de defunción para que se hagan las anotaciones que correspondan.

Artículo 1894. La designación hecha conforme al artículo anterior, tiene las siguientes características:

l. podrá ser libremente constituida, revocada o modificada en cualquier momento debiendo constar la misma en escritura pública o en disposi­ción testamentaria;

II. queda limitada a un solo inmueble, y cuando el comprador la realice por más de una ocasión se entenderá que la última es la que subsiste, y

III. cuando la adquisición se haga para una sociedad económicomatrimonial o en copropiedad, ésta se equiparará a la adquisición de un inmueble y desde luego el derecho a la designación de beneficiarios comprende exclusivamente los derechos adquiridos.

Antes de criticar preguntémonos si el fin justifica los medios, o si esta regulación da seguridad jurídica o caos, si es justa o injusta, si es técnica o simplemente fue una innovación ocurrente.

El nuevo testamento público simplificado, así como la designación de beneficiario del estado de Jalisco, consideramos que, más que buscar la jus­ticia o la seguridad jurídica, tratan de dar rapidez, pero ignorando todos los

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ASPECTOS SUCESORIOS EN DERECHO COMPARADO 95

principios básicos del derecho sucesorio, ignoran que antes de pagar los le­gados hay que pagar a los acreedores, o al menos garantizarle sus derechos, y en el estado de Jalisco, además, olvidan que esa designación de beneficia­rio es una disposición mortis causa, la cual debería ser objeto de un testa­mento.

De acuerdo con la legislación del estado de Jalisco cabe preguntar: ¿Por qué limita la designación de beneficiarios, por qué no puede designar el adquirente a quien quiera? ¿Podrá designar como beneficiaria(o) a la concubina( o)? ¿Por qué lo limita a un solo inmueble? ¿Qué sucede con el nombramiento de beneficiario, si posteriormente otorga un testamento en el que designa como heredero de "todos sus bienes" a otra persona, se entenderá revocado el nombramiento de beneficiario, o debe ser específica la revocación?

Situación similar ocurre en la designación de beneficiarios conforme a la Ley de Instituciones de Crédito y a la Ley del Mercado de Valores, con la agravante de que dichas disposiciones, además de ser verdaderamente ma­teria de un testamento, invaden la esfera legislativa, reservada para cada una de las entidades, pero con el pretexto de estar en leyes mercantiles, se considera que pueden ser objeto de regulación por parte del legislador fe­deral. En relación a la constitucionalidad de estas designaciones de benefi­ciarios sería oportuno consultar los artículos 124, 73 y 122, fracción IV, inciso g de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Para mayor objetividad transcribo el artículo relativo de la Ley de Ins­tituciones de Crédito:

Artículo 56. El titular de las operaciones a que se refieren las fracciones I y II del artículo 46 de esta ley, así como de depósitos bancarios en administración de títulos o valores a cargo de instituciones de crédito, podrá en cualquier tiempo designar o sustituir beneficiarios, así como, modificar en su caso, la proporción correspondiente a cada uno de ellos.

En caso de fallecimiento del titular, la institución de crédito entregará el importe correspondiente a los beneficiarios que el titular haya designado ex­presamente y por escrito para tal efecto, sin exceder el mayor de los límites siguientes:

I. El equivalente a veinte veces el salario mínimo general diario vigente en el Distrito Federal elevado al año, por operación, o

II. El equivalente al setenta y cinco por ciento del importe de cada opera­ción.

Si existiere excedente, deberá entregarse en los términos previstos por la legislación común.

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96 CAPÍTULO 11: DERECHO SUCESORIO

El artículo 92 de la Ley del Mercado de Valores regula la designación de beneficiarios de cuentas que se lleven en casas de bolsa, presentando como variante el que la cantidad que ha de entregarse al beneficiario es la que resulte mayor entre el 50 por ciento del saldo o el equivalente a diez veces el salario mínimo general diario del Distrito Federal elevado al año.

No queremos parecer renuentes a que el derecho evolucione, se mo­dernice y agilice, pero ello debe realizarse conforme a los principios que nos regulan; es absurdo que nuestros legisladores ignoren la legislación local, en aras, supuestamente, de la rapidez de las transacciones económi­cas. Como dijimos al principio, las reglas que el derecho impone no pue­den ser transgredidas sino es con un fin humanitario, las razones de agili­dad económica no son suficientes para arriesgar la justicia o la seguridad jurídica, por el contrario, debería anteponerse el respeto a los principios para darle a los ahorradores justicia y seguridad, que finalmente es lo que buscan.

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