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TTB Página 1 de Programa No. 0431 PROGRAMA NO. 0431 1 REYES Cap. 17:8 –18:28 Continuamos hoy nuestro estudio del capítulo 17 de este Primer Libro de Reyes. Y en nuestro programa anterior, estábamos hablando de Elías, el hombre a quien Dios había levantado para resistir la maldad de Acab y Jezabel, en el reino del norte. Y vimos cómo Dios tuvo que prepararle y entrenarle. Vimos que le envió al desierto y fue y se escondió en el arroyo de Querit, y Dios proveyó para sus necesidades enviando a los cuervos a que le dieran de comer. Y vimos que Elías se quedó allí en ese arroyo por algún tiempo, pero que después de unos días el arroyo se secó porque no había llovido sobre la tierra. Y ante esa situación, Elías pudo haber calculado cuántos días le faltaban antes de morirse de sed. Es decir, pudo haberlo hecho mediante la medida matemática. Pero dijimos que precisamente este es el pecado de la estadística. Aunque hoy en día se acostumbra a determinar la condición de la iglesia, mediante la estadística, esta no siempre muestra cuál es la verdadera situación. Elías, por ejemplo, bien pudo haber calculado el día en que iba a morir. Pudo haberlo calculado matemáticamente. Pero, la verdad es que las cifras frías de las matemáticas no incluyen un factor de máxima importancia, y es el grado del fuego espiritual en la situación. Es por eso que no se puede describir el estado de la iglesia, de la misma forma que se hace con una cuenta bancaria. No se puede medir con un calculador. Ni siquiera un reavivamiento lo revelará. No se puede siempre calcular el éxito a base de números. Cuando Elías miraba ese arroyo pequeño que se secaba, aprendió una lección espiritual. La lección era que su vida era un arroyo seco. El no era nada en sí mismo. Era

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    PROGRAMA NO. 0431

    1 REYES

    Cap. 17:8 18:28

    Continuamos hoy nuestro estudio del captulo 17 de este Primer Libro de Reyes. Y en

    nuestro programa anterior, estbamos hablando de Elas, el hombre a quien Dios haba

    levantado para resistir la maldad de Acab y Jezabel, en el reino del norte. Y vimos cmo

    Dios tuvo que prepararle y entrenarle. Vimos que le envi al desierto y fue y se escondi en

    el arroyo de Querit, y Dios provey para sus necesidades enviando a los cuervos a que le

    dieran de comer. Y vimos que Elas se qued all en ese arroyo por algn tiempo, pero que

    despus de unos das el arroyo se sec porque no haba llovido sobre la tierra. Y ante esa

    situacin, Elas pudo haber calculado cuntos das le faltaban antes de morirse de sed. Es

    decir, pudo haberlo hecho mediante la medida matemtica. Pero dijimos que precisamente

    este es el pecado de la estadstica. Aunque hoy en da se acostumbra a determinar la

    condicin de la iglesia, mediante la estadstica, esta no siempre muestra cul es la

    verdadera situacin.

    Elas, por ejemplo, bien pudo haber calculado el da en que iba a morir. Pudo haberlo

    calculado matemticamente. Pero, la verdad es que las cifras fras de las matemticas no

    incluyen un factor de mxima importancia, y es el grado del fuego espiritual en la

    situacin. Es por eso que no se puede describir el estado de la iglesia, de la misma forma

    que se hace con una cuenta bancaria. No se puede medir con un calculador. Ni siquiera un

    reavivamiento lo revelar. No se puede siempre calcular el xito a base de nmeros.

    Cuando Elas miraba ese arroyo pequeo que se secaba, aprendi una leccin espiritual.

    La leccin era que su vida era un arroyo seco. El no era nada en s mismo. Era

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    simplemente un arroyo, una fuente por la cual el agua viva podra correr. Recordemos que

    el Seor Jesucristo dijo all en el evangelio segn San Juan, captulo 4, versculos 13 y 14:

    Cualquiera que bebiere de esta agua, volver a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo

    le dar, no tendr sed jams; sino que el agua que yo le dar ser en l una fuente de agua

    que salte para vida eterna. A veces cantamos el himno que dice: Hazme una Fuente de

    Bendiciones, y creemos que muchos hermanos no saben en realidad, el significado de estas

    palabras. Quiere decir, amigo oyente, que usted, usted hermano que nos escucha, es un

    arroyo seco y que no tiene agua viva alguna. Es solamente mientras corre a travs de usted

    el agua de vida que es la Palabra de Dios, que usted puede ser una fuente de bendicin.

    Elas tuvo que aprender que Dios como dice el apstol Pablo en su primera carta a los

    Corintios, captulo 1, versculo 27 Dios escogi lo necio del mundo para avergonzar a lo

    fuerte. Dios estaba dicindole a Elas, T no eres el individuo fuerte y grande que

    piensas que eres. No tienes ms fuerza que la que tiene ese arroyo seco. No tienes ninguna

    fuerza hasta cuando el agua de vida corra por ti.

    Se dice en cuanto a Hudson Taylor, uno de los primeros misioneros a la China, que un

    joven misionero que le escuchaba, simplemente tuvo que responder cuando Hudson Taylor

    insisti, Recuerde que cuando salga al campo de servicio, usted no es nada. Es solamente

    lo que Dios puede hacer y lo que har a travs de usted, que valdr la pena. El joven

    misionero contest, Me es difcil creer que yo no soy nada. Y Hudson Taylor le dijo,

    Pues, acptelo por la fe porque es la verdad; usted no es nada. Somos simplemente unos

    arroyos secos a menos que la Palabra de Dios corra por nosotros. Continuemos ahora con

    este captulo 17 del Primer Libro de Reyes y leamos ahora los versculos 8 hasta el 12:

    1 Reyes 17:8-12 . . . para que lo comamos, y nos dejemos morir.

    Despus que la viuda le cont a Elas su situacin, l le dijo que entrara en su casa, le

    hiciera una torta y se la trajera, porque ella no iba a morir. Prosigamos leyendo los

    versculos 13 hasta el 16:

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    1 Reyes 17:13-16 . . . conforme a la palabra que Jehov haba dicho por Elas.

    Sabe usted que Elas y la viuda metan sus cabezas en esa tinaja vaca todos los das y

    cantaban la doxologa? Dios los sustent de una tinaja vaca de harina. Esa tinaja era tan

    frtil como las sabanas del Canad o las pampas de la Argentina. Esta es otra leccin que

    Elas necesitaba aprender. Y tambin nosotros necesitamos aprenderla. No somos nada,

    sino unas tinajas vacas.

    Omos hablar tanto hoy en da en cuanto a la consagracin. Se nos dice que debemos

    dar nuestros talentos al Seor. Pero, amigo oyente, no tenemos nada que ofrecerle a Dios.

    En las bodas en Can de Galilea, Cul fue el evento ms importante en esa boda? Era

    acaso lo ms importante el traje nupcial? No! Haba all algunas tinajas de piedra para

    agua y estas estaban vacas. El Seor las llen con agua, y le fue posible entonces servir a

    los convidados refrescos deliciosos. Eso fue lo ms importante en las bodas.

    Amigo oyente, no somos ms que tinajas vacas de harina y tinajas para agua que estn

    vacas. No somos nada hasta cuando el agua de vida y el pan de vida nos hayan llenado

    completamente. Hay verdaderos espectculos espirituales en muchas de nuestras iglesias

    hoy en da. Muchas iglesias se han cambiado en algo que parece cabarets religiosos, si se

    me permite la expresin, y no hay ms evidencia de vida espiritual en ellas que la que hay

    en un encuentro de boxeo en el Nuevo Circo o en el gimnasio. Por otra parte, parece que

    hay ms entusiasmo y mucha ms gente en las actividades fuera de la iglesia, que la que

    hay en la mayora de los cultos de las iglesias. El hecho es que muchas reuniones de la

    iglesia se han transformado en eventos bastante tristes. Somos tinajas vacas de harina,

    amigo oyente. Y si no estamos llenos del Espritu Santo y de la Palabra de Dios, no somos

    nada.

    Llegamos ahora a otro incidente importante en la vida de Elas. Leamos los versculos

    17 y 18:

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    1 Reyes 17:17-18 . . . y para hacer morir a mi hijo?

    Ahora, el hijo de la viuda muri. Y, qu hizo Elas? Pues, leamos los versculos 19 al

    24, ahora:

    1 Reyes 17:19-24 . . . y que la palabra de Jehov es verdad en tu boca.

    Notamos aqu que Elas se tendi tres veces sobre el nio ponindose en contacto con el

    cuerpo muerto. Este es el gran principio de la resurreccin. Amigo oyente, hoy en da el

    cristianismo deber ponerse en contacto con Jesucristo. Tenemos que reconocer que este es

    uno de los grandes milagros de la Escritura. Dice aqu: Y el alma del nio volvi a l, y

    revivi. Amigo oyente, somos cuerpos muertos. Somos pecadores que estamos muertos en

    delitos y pecados. Si hemos aceptado a Jesucristo como nuestro nico y Todosuficiente

    Salvador, entonces podemos decir con el apstol Pablo, all en su carta a los Glatas,

    captulo 2, verso 20, cuando l dijo: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo

    yo, mas vive Cristo en m; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el

    cual me am y se entreg a s mismo por m. Entonces podemos decir estas palabras con

    El. Si hemos confiado en Cristo, entonces podemos decir que fuimos crucificados con El

    hace ms de 1900 aos. El muri y nosotros morimos con El. Ahora estamos unidos al

    Cristo vivo. Pero, si no estamos unidos a El, amigo oyente, somos absolutamente nada.

    Elas tuvo que aprender que l era un arroyo seco, una tinaja vaca, y un cuerpo

    muerto. Cuando Elas reconoci esto, entonces Dios estaba listo para usarlo. Martn

    Lutero declar que Dios crea de la nada, y hasta que un hombre reconozca que l no es

    nada, Dios no puede hacer nada por l. Ese es el problema con muchos de nosotros hoy en

    da. Nos sentimos demasiado fuertes. Tenemos demasiado talento. Pero Dios no puede

    usarnos as. Dios est listo ahora para usar a Elas. Es por eso que este hombre puede salir

    con audacia. Ha aprendido que l no es nada, y que Dios es todo.

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    Y as concluye el captulo 17 de este Primer Libro de Reyes. Llegamos ahora al captulo 18.

    En este captulo Abdas se encuentra con Elas. Elas reprende a Acab. Tenemos tambin

    la muerte de los profetas de Baal. Y Elas, mediante la oracin, obtiene lluvia. Este es uno

    de los captulos ms espectaculares en todas las Escrituras. La entrevista entre Elas y

    Acab, una vez ms es dramtica. Note usted las tres veces que se anuncia: Aqu est

    Elas, en los versculos 8, 11 y 14.

    La competencia es sensacional despus que Elas desafa a los profetas de Baal. Es Elas

    contra los 450 profetas de Baal. Lutero tena razn cuando dijo que Uno con Dios, ya

    constituye una mayora. Los profetas de Baal, emplean toda clase de encantamiento para

    que caiga fuego sobre la ofrenda en el nombre de Baal. Elas mira con un ojo aburrido y

    escptico. Emplea el espadn de la irona y el sarcasmo. Ellos gritan ms recio y se ponen

    ms frenticos, pero todo es en vano. Elas, despus que los profetas de Baal se retiran

    frustrados, repara el altar de 12 piedras, mostrando que la nacin de Israel es una. Luego,

    arregla la lea y el sacrificio. Despus que tinaja tras tinaja de agua es trada del

    Mediterrneo azul al monte Carmelo y echada sobre el altar, Elas eleva una de las ms

    grandes oraciones de la Escritura, breve pero efectiva. Y despus de matar a los profetas

    de Baal, Elas anuncia la proximidad de una tempestad de lluvia que viene desde el mar

    Mediterrneo.

    Comencemos, pues, el estudio de este interesantsimo captulo 18, leyendo los primeros

    8 versculos:

    1 Reyes 18:1-8 . . . Yo soy; ve, di a tu amo: Aqu est Elas.

    El hambre ahora estaba en su perodo agudo. Mucha de la vegetacin se haba secado y

    el ganado ya no encontraba donde apacentar. Por tanto, Acab y su siervo Abdas salen

    buscando tierras con ms hierba. Acab sali por una direccin y Abdas por otra. Ahora,

    Abdas era mayordomo del palacio de Acab. Era un hombre temeroso de Dios y haba

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    escondido a unos cien profetas de Dios de la ira de Jezabel. Mientras Abdas buscaba esos

    lugares con ms pasto, se encontr con Elas. Y Elas le dijo que dijera al rey: Aqu est

    Elas. Cunto necesitamos, amigo oyente, una voz como la de Elas hoy en da! La

    Biblia dice que l volver despus que la iglesia parta de la tierra. Esta tierra necesitar

    una voz fuerte en ese entonces, y Elas ser esa voz. Avancemos leyendo ahora los

    versculos 9 hasta el 16 de este captulo 18 del Primer Libro de Reyes:

    1 Reyes 18:9-16 . . . y Acab vino a encontrarse con Elas.

    Tres veces Elas le dijo a Abdas que le dijera a Acab: Aqu est Elas. Sin embargo,

    Abdas tena miedo de ir a donde Acab y decirle que Elas estaba all, porque tema que

    Elas desapareciera antes de que Acab le viera. Entonces Abdas perdera su vida. Pero

    por fin, Abdas le entreg el mensaje, y le dijo: Aqu est Elas. Veamos entonces ahora

    el desafo de Elas a Acab. Leamos los versculos 17 al 19 de este captulo 18 del Primer

    Libro de Reyes:

    1 Reyes 18:17-19 . . . que comen de la mesa de Jezabel.

    Elas le dijo a Acab, Yo no soy el que turba a Israel. T eres el que lo turba. Y

    entonces Elas desafi a Acab a una competencia entre los profetas de Baal y el Seor. En

    realidad la competencia sera una entre Satans y el Seor; entre la adoracin del Dios vivo

    y la adoracin de Baal. Aparentemente fue una batalla de Acab y Jezabel contra Elas. Sin

    embargo Elas, por s solo vala un ejrcito entero. Yo estara dispuesto a fiarme de l antes

    de escoger a los siete mil que se escondan en las cuevas, cuyas rodillas no se doblaron ante

    Baal. Gracias a Dios que no se haban arrodillado ante Baal, pero tampoco hacan otra

    cosa. Ni siquiera Elas saba de ellos.

    Ahora, Acab culpa a Elas del problema en la tierra. Y amigo oyente, los incrdulos

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    siempre han culpado a los creyentes por los problemas que surgen. Y aqu Acab acusa a

    Elas de causar una sensacin. Es que la Palabra de Dios siempre causa sensacin. Lo

    interesante es que son las ratas las que siempre se escabullen a un rinconcito obscuro

    cuando uno prende la luz. Continuemos leyendo los versculos 20 y 21 de este captulo 18

    del Primer Libro de Reyes:

    1 Reyes 18:20-21 . . . Y el pueblo no respondi palabra.

    El pueblo de Israel se ha congregado en el monte Carmelo. Habr una verdadera

    competencia. Elas conoca lo que estaba en los corazones del pueblo. Simulaban adorar

    al Dios vivo y verdadero, pero adoraban tambin a Baal. Es esa clase de profesin

    ambigua, en que se dice una cosa mientras que se cree otra. Es una vida falsa, un mtodo

    disimulado hoy en da que ha llegado a ser tan odioso y un verdadero hedor ante la nariz

    de Dios.

    Muchas veces en mis aos en el ministerio me he sentido muy solo. Pero luego descubro

    que hay un fiel predicador all en el interior de Guatemala, o en la ciudad de Buenos Aires,

    o en las montaas de Colombia, o all lejos en Espaa que se est declarando a favor de

    Dios, y que le est costando mucho ms caro el declararse a favor de Dios que lo que jams

    me haya costado a m. Y entonces quito de encima de m cualquier complejo de Elas que

    haya tenido y doy gracias a mi Dios porque hay hombres que se estn declarando a favor

    de El y a favor de Su Palabra en estos tiempos. Ahora, al mismo tiempo, reconozco que

    hay muchos que no se estn declarando a favor de Dios. En lugar de eso andan a tientas,

    como en tinieblas. Tratan de comprometerse. Cierto predicador una ocasin predic en

    un lugar, un mensaje y despus cuando estaba en un ambiente diferente, prcticamente

    revoc su mensaje anterior. Algo hay de malo cuando uno no da el mismo mensaje en

    todas partes. Hay algo malo con el mensaje, tanto como lo hay con el hombre que lo da.

    Elas le dijo a Israel, Yo soy el nico que se est declarando a favor de Dios. Pero, se

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    equivoc. Haba siete mil que se escondan en las cuevas, cuyas rodillas nunca se doblaron

    ante Baal. Nunca nos ha gustado en realidad esa multitud, pero por lo menos tenemos que

    admitir que no adoraban a Baal. Elas no saba nada de ellos. Ni siquiera recibi una

    carta de ninguno de ellos cuando transmiti sus programas en esos das. Es lstima que no

    le animaran a l ni un poquito, pero no lo animaron. Y continuamos leyendo en los

    versculos 22 al 24:

    1 Reyes 18:22-24 . . . el pueblo respondi, diciendo: Bien dicho.

    En otras palabras, Elas dijo: Vamos a probar al Seor para ver si es bueno, o no. Si

    Baal es Dios, entonces vamos a adorar a Baal. Y si no es Dios, entonces vamos a echarlo

    abajo. Si Jehov es el Dios vivo, lo queremos saber. Y amigo oyente, Dios quiere que

    usted sepa que El es el Dios vivo. Si en verdad usted est resuelto a saber la verdad, usted

    querr saber si El es verdadero, o no. Y Dios quiere que usted sepa la verdad. La fe,

    amigo oyente, no es un salto al vaco. La fe es apoyarse en los hechos, creyendo en aquellos

    hechos y confiando en ellos para su salvacin. Tenemos luego aqu, algo que creemos es

    quiz uno de los cuadros ms dramticos en toda la Escritura. Leamos los versculos 25 al

    28:

    1 Reyes 18:25-28 . . . hasta chorrear la sangre sobre ellos.

    Los profetas de Baal produjeron una verdadera funcin teatral. Mientras tanto, Elas

    simplemente se sent all, mirando y observando todo con mucho sarcasmo y cinismo. Y

    aqu amigo oyente, vamos a detenernos por hoy, porque nuestro tiempo ha concluido.