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PROGRAMA No. 0523

1 CORINTIOS

Cap. 2:1 - 16

Llegamos hoy al captulo 2 de esta Primera Epstola a los Corintios. Vamos a

considerar la claridad del Espritu Santo y que eso corrige la sabidura humana. Hemos

visto algo sobre eso en nuestra ltima oportunidad en nuestro programa anterior, pero en

el primer captulo se enfatiza la centralidad de Cristo crucificado y que ello es lo que

corrige las divisiones. Y la claridad del Espritu Santo corrige la sabidura humana. Usted

puede notar que al comenzar el captulo 2, dice el apstol Pablo en el versculo 1:

1As que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui

con excelencia de palabras o de sabidura.

Aqu tenemos dos cosas a las cuales quisiera dirigir su atencin; la primera de ellas es

que el apstol Pablo no us un mtodo filosfico para su predicacin. El no era un

predicador textual o un predicador sobre tpicos, l era un expositor de la palabra de Dios.

Y creemos personalmente que ese es el mtodo de Dios, por lo menos fue el mtodo

utilizado por nuestro Seor.

El dice aqu primeramente, que no lleg con un lenguaje exagerado o con la sabidura

del mundo, anunciando el testimonio o el misterio de Dios. Qu es lo que quiere decir por

misterio? Bueno, la palabra misterio es una palabra que vamos a enfrentar vez tras vez en

esta epstola, y la vamos a considerar en detalle. Pero aqu simplemente quiere decir


aquello que no ha sido revelado con anterioridad. El misterio de Dios es ahora el hecho

de que Cristo fue crucificado, y eso fue algo que no haba sido revelado antes. Ahora es

revelado. Era antes solamente en la tipologa y en la profeca del Antiguo Testamento.

Entonces, dice el apstol Pablo en el versculo 2, de este captulo 2 de la Primera Epstola a

los Corintios:

2Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a ste

crucificado.

En otras palabras, Pablo no quiso entrar en discusiones filosficas que provocan

divisiones, sino en su lugar l se mantuvo firme en su misin especfica, permaneciendo con

la predicacin de la cruz de Cristo, el Salvador crucificado, Uno que haba muerto por los

pecados del mundo. Y una vez ms, quisiramos decir que este es el tipo de misterio que se

necesita desesperadamente entre nosotros este da. Y ahora, vemos en el versculo 3:

3Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor;

Pablo est abriendo aqu su propio corazn y le permite a usted observar sus

pensamientos ms profundos y la manera de pensar suya cuando estaba entre ellos. El,

como lo hace ver aqu con toda claridad, estaba visiblemente inquieto entre ellos. Dice que

estaba con debilidad y mucho temor y temblor. No nos sorprende que dijera eso ya que

Dios ha elegido a las cosas dbiles de este mundo. Dios ha elegido las cosas que no son.

Pablo no tena una concepcin ms alta de s mismo. Y, an as, l era un hombre de gran

intelecto. Pensamos que l era un gran hombre en muchas maneras. Pero l nunca pens

de s mismo en esa forma. Y contina diciendo en el versculo 4 de este captulo 2 de la

Primera Epstola a los Corintios:

4y ni mi palabra ni mi predicacin fue con palabras persuasivas de humana sabidura, sino


con demostracin del Espritu y de poder, . . .

Hoy nosotros tenemos las palabras de sabidura de muchos. Tenemos mucha

predicacin, pero muy poco se presenta con demostracin del Espritu y de poder. Y eso,

una vez ms, es algo que es necesario en estos das. Hay quienes piensan hoy, que si

nosotros utilizamos el mtodo correcto, o si tenemos el sermn apropiado, o si aun decimos

lo que corresponde, entonces tendremos buen resultado. Sin embargo, lo importante es

hacerlo con demostracin del Espritu y de poder, como lo dice el versculo 5 de este

captulo 2 de la Primera Epstola a los Corintios:

5para que vuestra fe no est fundada en la sabidura de los hombres, sino en el poder de

Dios.

En otras palabras, si se utiliza la sabidura humana para ganar a un hombre, entonces

su fe descansa en eso; pero si l llega a la fe por medio del poder de Dios, entonces su fe

descansar en eso. Esa es la razn por la cual desconfiamos en gran manera de la

predicacin apologtica, que tiene por objeto defender la religin cristiana contra los

ataques de sus adversarios. Es decir, tratar de probar que la Biblia es la palabra de Dios,

tratar de probar que el primer captulo de Gnesis es algo cientfico, y que el diluvio fue

algo que en verdad ocurri. Ahora, no queremos que usted nos entienda mal, amigo

oyente. Nosotros creemos que para eso hay un lugar, y le damos gracias a Dios por

aquellos que han tomado esos puntos y se han especializado en ellos. Pero nosotros

necesitamos entender que la salvacin no se basa en el hecho de saber si nosotros podemos

verdaderamente probar la inspiracin de las Escrituras. Pensamos que usted lo puede

hacer, pero ese no es el caso. La cuestin es: en qu se basa su fe. Cul es la base en la

cual descansa su fe? Bueno, creemos que nuestra fe descansa en el poder de Dios. All est

la base, y por lo tanto, ya que est descansando en eso, entonces, no va a descansar en otras

cosas por ms importantes que sean. Y por la parte que tengan en llamarnos la atencin

hacia la palabra de Dios. Pero, la fe tiene que estar firme en el poder de Dios. Por tanto, el


apstol Pablo contina diciendo en el versculo 6:

6Sin embargo, hablamos sabidura entre los que han alcanzado madurez; y sabidura, no

de este siglo, ni de los prncipes de este siglo, que perecen.

Pablo dice, yo no uso los mtodos mundanos o humanos para nada. Mas hablamos

sabidura de Dios en misterio. Aqu volvemos a tener otra vez esta palabra misterio. Sigue

diciendo, la sabidura oculta, la cual Dios predestin antes de los siglos para nuestra gloria.

Ahora otra vez aparece el misterio. Debemos ser bien claros en indicar que aqu no se trata

de uno de esos misterios que son populares, como una novela de suspenso. Para nosotros la

palabra misterio tiene que ver con algo que se ha hecho en secreto, en privado. A veces

leemos en los peridicos que alguien ha sido asesinado y que todava no se ha encontrado al

culpable, y queda en completo misterio la forma en que se llev a cabo ese crimen. Bueno,

eso fue un misterio. Qu es lo que queremos decir entonces por misterio? En ese caso

quiere decir algo que uno no saba, algo para lo cual no se tena una respuesta. En

realidad, la palabra se usa aqu tambin en las Escrituras, y tiene un significado ms

profundo que eso. No es algo que no se entienda, sino algo que no se haba entendido en el

pasado pero que ahora es comprendido. Es algo que est muy, pero muy claro. Esta

palabra misterio, aparece 28 veces en el Nuevo Testamento.

Aparece tres veces en el evangelio de Mateo, y en el evangelio de San Marcos, y tambin

en el de Lucas, y siempre en los labios del Seor, pero en referencia a la misma parbola.

El dice Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos. En otras

palabras, esas son parbolas misteriosas, como hemos ledo all en el captulo 13 del

evangelio segn San Mateo. Por qu son ellas parbolas misteriosas? Porque ellas

indican la direccin que va a tomar el reino en el intervalo entre el rechazo del rey, hasta el

momento en que El regresar para preparar su reino. Eso no ha sido revelado en el

Antiguo Testamento para nada. Dios no lo haba revelado an a los hombres. Pero ahora,

El lo est revelando a los hombres. El dice, mas hablamos sabidura de Dios en misterio.


Eso es algo que es muy interesante aqu. Es una palabra que proviene de las escuelas

griegas de filosofa de la palabra octo y de la ciencia, y Pablo asindose de ella, o

agarrndose de ella, dijo: hablamos sabidura de Dios en misterio. Pero l le da un

significado completamente nuevo. Misterio viene de una palabra que quiere decir boca, y

significa tener la boca cerrada. Es una proposicin que se indica con el sonido Shhhhh!

Pero el apstol Pablo nunca la us de esa manera. Eso que haba sido silencioso se ha

podido decir vocalmente. Aquello que no haba sido conocido y que no poda ser conocido,

como resultado de las investigaciones humanas, ahora es conocido y el misterio del Nuevo

Testamento siempre quiere decir algo que no se puede descubrir por medio del intelecto

humano, sino que es revelado para que el intelecto humano lo pueda entender. Misterio es

algo que ha sido revelado para que pueda ser entendido por la mente del hombre, y por el

intelecto humano.

Y tambin tenemos sabidura. Pablo dice, Tenemos una filosofa. Ahora, no es de

este siglo ni de este mundo, es la sabidura de Dios. Y pertenece a la cruz de Cristo. Lo que

l est diciendo es algo maravilloso. Y luego, continua l en los versculos 7 al 9 de ese

captulo 2, de la Primera carta a los Corintios, diciendo:

7Mas hablamos sabidura de Dios en misterio, la sabidura oculta, la cual Dios predestin

antes de los siglos para nuestra gloria, 8la que ninguno de los prncipes de este siglo

conoci; porque si la hubieran conocido, nunca habran crucificado al Seor de gloria.

9Antes bien, como est escrito: Cosas que ojo no vio, ni odo oy, Ni han subido en

corazn de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman

Aqu tenemos un versculo que muchas veces se ha entendido mal. Ha ido a los

entierros muchas veces, y no creemos que sea un versculo que se deba usar en un entierro.

Lo hemos odo mencionar cuando ramos muchachos, cuando el Dr. Fulano de Tal o

cualquier otra persona mora, y all estaba su cuerpo ante nosotros; cuando l estaba entre

nosotros no poda ver muy bien, tampoco poda or bien, y l no poda entender bien. Pero


ahora l est vivo y puede comprender todo. Bueno, eso no es lo que Pablo est diciendo.

Pablo est diciendo que aqu, ahora, en este lugar, hay ciertas cosas que el ojo no ha visto.

Hay ciertas cosas que uno no puede percibir por medio del ojo humano.

Nosotros aprendemos mas a travs de nuestros ojos que de cualquier otra forma, pero

hay ciertas cosas que uno no puede aprender por medio del ojo. Ni tampoco por medio del

odo. El odo es otra de las maneras por las cuales nosotros aprendemos. Aprendemos

oyendo. Y an as, hay ciertas cosas que uno no puede comprender por medio del odo. El

dice, Ni ha subido en corazn de hombre. Es decir, por medio de la meditacin, por

medio de la reflexin, por medio del pensamiento, el razonar. Hay ciertas cosas que uno

nunca puede obtener. Dios nunca tuvo un Cristbal Coln. Usted no puede descubrirlo.

Tampoco lo puede hacer buscando a Dios? Por supuesto que no. Ahora, estas son cosas

que uno no puede aprender; cosas que Dios ha preparado para aquellos que le aman.

Usted, amigo oyente, no lo recibe por medio del ojo, por el odo o por medio de la razn.

Cmo lo podemos recibir entonces? Bueno, veamos el versculo 10, de este captulo 2 de la

Primera carta a los Corintios, y dice:

10Pero Dios nos las revel a nosotros por el Espritu; porque el Espritu todo lo escudria,

aun lo profundo de Dios.

Ahora, lo que l est diciendo aqu, sencillamente es que lo que uno no puede recibir

por medio del ojo, o del odo, el Espritu de Dios se lo puede ensear. Hay ciertas cosas en

la Biblia que usted puede recibir a travs del ojo, y que usted puede recibir a travs del

odo y que puede comprender por medio de la razn. Un profesor cuenta que haba

muchos estudiantes devotos en el Seminario, que piensan que Dios les va a dar a ellos la

respuesta en los exmenes. Ellos pensaban que si ponan su Biblia bajo la almohada

durante la noche, antes de los exmenes, que las respuestas saldran de la Biblia y que

llegaran a introducirse en sus mentes de alguna manera; algo que es completamente

ridculo. Usted, amigo oyente, no va a aprender por ese mtodo. Hay ciertas cosas que


usted puede aprender estudiando la Biblia, como es la historia, puede aprender de la poesa

de ella y muchas otras cosas que se aprenden utilizando la mente de uno, y por medio del

estudio. Pero uno no puede recibir las verdades espirituales de esa manera porque lo

importante es que Dios nos las revel a nosotros por medio del Espritu. Hay ciertas cosas

que solamente el Espritu de Dios nos puede revelar. Luego, contina Pablo diciendo aqu

en el versculo 11:

11Porque quin de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espritu del hombre que

est en l? As tampoco nadie conoci las cosas de Dios, sino el Espritu de Dios.

Usted y yo, amigo oyente, nos podemos entender el uno al otro porque tenemos el

espritu de hombre. Yo, por ejemplo, puedo saber cmo se siente cuando se cae en la va

pblica. Le hace pasar vergenza, verdad? En cierta ocasin, un seor sala de una

tienda de vveres y saliendo a la calle, se resbal y cay al suelo. Ahora, l llevaba en sus

manos, dos frascos grandes, o sea dos galones llenos de aceite, que haba comprado. Pero al

caer, no se quebr ninguno de los dos frascos. Pero s se dio un buen golpe. Ahora, l se

levant rpidamente y mir en todas direcciones para ver si alguien lo estaba observando.

Por qu hizo eso? Yo s saba por qu lo haba hecho. Lo estaba haciendo porque le haba

dado vergenza, y quera saber si alguien lo estaba viendo. Y yo entiendo eso, amigo

oyente, porque yo tengo el espritu del hombre. El tiene el espritu del hombre, tambin.

Pero, yo no entiendo cmo se siente Dios. No s de eso. Y si yo voy a entender algo acerca

de Dios, El ser quien tenga que revelrmelo. Ahora, el apstol Pablo nos dice en el

versculo 12 de este captulo 2 de la Primera Epstola a los Corintios:

12Y nosotros no hemos recibido el espritu del mundo, sino el Espritu que proviene de

Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, . . .

Hay cosas que nosotros podemos comprender, solamente si el Espritu de Dios nos las

revela. Y l lo hace libremente. El quiere ser nuestro maestro. Y el versculo 13 nos dice:


13lo cual tambin hablamos, no con palabras enseadas por sabidura humana, sino con

las que ensea el Espritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.

El hace esta declaracin bastante profunda aqu, que es un axioma de las Escrituras, es

decir un principio que no necesita explicacin. Es un versculo muy conocido, pero el

hombre natural, es decir, el hombre que no ha sido salvo, y as es como todos nosotros

nacemos en este mundo, muertos en nuestros delitos y pecados, sin ninguna capacidad para

Dios, nos hemos hecho enemigos de Dios, as es el hombre natural. Y Pablo dice que el

hombre natural no percibe las cosas que son del Espritu de Dios.

Permtanos contarle algo que escuchamos constantemente en nuestro programa. Un

hombre cont que l era un vendedor que viajaba a distintas ciudades. El dijo que, un da

estaba sencillamente girando el dial de su radio en el automvil, mientras se diriga a otra

ciudad en viaje de negocios. Al escuchar la radio, dijo, bueno, aqu tenemos a otro

predicador y yo ya estoy cansado de orlos. Y entonces, comenc a cambiar de estacin.

Luego, dijo este hombre: El est enseando la Biblia. Yo no s qu pasaje de la Biblia

estbamos considerando entonces, pero l se pregunt: Qu ser lo que va a decir sobre

eso? Y decidi escuchar. Ahora, l resisti eso. Ms adelante, l finalmente se puso a

escuchar otro programa y dijo: Ese hombre ser algn chiflado religioso. Pero, al

siguiente da, viajando a otra ciudad se dijo que volvera a escuchar, y as lo hizo. Luego, al

regresar, record la hora del programa y volvi a escuchar otra vez. Finalmente, lleg a

conocer a Cristo como su Salvador personal. Pero el hombre natural, amigo oyente, no

poda percibir las cosas que son del Espritu de Dios. Por qu? Porque son locura para l.

Usted que nos est escuchando ahora y que no es un creyente, sino piensa que lo que

estamos diciendo es locura, hay algo que anda mal con usted o conmigo. Uno de nosotros

est equivocado porque Dios dice que el hombre natural no percibe las cosas que son el

Espritu de Dios, porque para l son locura. Es decir, la predicacin de la cruz de Cristo

para salvacin. Y l dice: no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.


A veces, cuando uno ha recibido algunos estudios, piensa que puede entender cualquier

cosa que se haya escrito. Sin embargo, muy pronto descubre que no es as. Y ciertamente,

nosotros, amigo oyente, no vamos a conocer la Palabra de Dios, sino hasta cuando el

Espritu de Dios abra nuestras mentes y nuestros corazones para que entendamos. El

apstol Pablo dice aqu: Porque para l son locura y no las puede entender, porque se han de

discernir espiritualmente. Slo el Espritu de Dios puede tomar las cosas de Cristo y

ensernoslas. El Seor Jesucristo dijo eso all en el evangelio segn San Juan, captulo

16, versculos 13 y 14; escuche lo que dijo: 13Pero cuando venga el Espritu de verdad, l os

guiar a toda la verdad; porque no hablar por su propia cuenta, sino que hablar todo lo que

oyere, y os har saber las cosas que habrn de venir. 14El me glorificar; porque tomar de lo

mo, y os lo har saber.

Amigo oyente, estamos seguros que hasta cuando el Espritu de Dios le muestre a usted

las cosas de Cristo, nuestro hablar aqu ciertamente es en vano. Veamos ahora lo que dicen

los versculos 15 y 16, de este captulo 2 de la Primera carta a los Corintios:

15En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero l no es juzgado de nadie. 16Porque

quin conoci la mente del Seor? Quin le instruir? Ms nosotros tenemos la mente

de Cristo.

Usted no le puede decir nada a Dios, pero El s que le puede decir a usted muchas cosas.

Y El no lo puede hacer hasta cuando usted tenga la mente de Cristo, es decir, hasta cuando

el Espritu de Dios tome esas cosas y se las muestre.

Nos quedan slo unos instantes antes de finalizar el programa de hoy, y quisiramos

hacer un experimento con su ayuda en este da. Sabemos que hay muchas personas que

nos estn escuchando y que dentro de esa gran compaa de oyentes, hay aquellos que no

son creyentes. Usted, por alguna razn nos ha sintonizado hoy. No sabemos el por qu.

Quiz haya escuchado slo parte del programa. Pero si usted en este da, amigo oyente, no


es una persona salva, no le parece a usted que la predicacin de la cruz es una locura?

No cree usted que la muerte de Uno en la cruz parezca ser una derrota total? No le

impresiona eso a usted, no como salvacin, sino simplemente algo parecido a la locura?

Sin embargo, amigo oyente, Dios dice que este es Su mtodo, que sta es Su sabidura,

que El entreg a Su Hijo para que muriera en la cruz por nosotros, para que usted y yo

furamos salvos, y que usted y yo, confiemos en El. De modo que usted, amigo oyente, debe

confiar en El para poder ser salvo. Ahora, no le da a usted la impresin de que eso es

locura? Si usted no es salvo en el da de hoy, con usted queremos hacer este experimento.

Le molestara mucho escribirnos una breve nota diciendo: Seor, le escuch y s que

usted quiere conocer mi reaccin; y yo le quiero decir que creo que lo que usted est

diciendo es locura. No puedo ver que eso sea importante. No puedo ver cmo eso me va a

salvar a m o a alguna otra persona.

Ahora, si esa es su experiencia, por qu no nos escribe y nos informa? Y si esa no es su

experiencia, bueno, me gustara saberlo tambin. Y luego, si usted es un hijo de Dios,

quisiera tambin, conocer su reaccin.

Y aqu vamos a detenernos por hoy, porque nuestro tiempo ya se ha agotado.

Continuaremos, Dios mediante, en nuestro prximo programa.

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