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Aunque algunas reivindicaciones del sindicalismo agrario no fueron atendidas, como ocurrió con la relativa al control de las importaciones, la Agriculture Act de 1947 contemplaba un paquete de actuaciones lo suficientemente amplio como para posibilitar el comienzo de una verdadera dinámica de concertación en la agricultura británica, significando, en defi- nitiva, un paso importante en la relación Estado-NFU. Desde entonces, la NFU y el Estado mantendrán una estrecha y du- radera colaboración que en ningún momento se haría depen- diente del signo político del gobierno y que ha llegado hasta nuestros días. Ambas partes han ritualizado periódicamente una especie de «acuerdo neocorporativo» en el que las dos partes se han unido para alcanzar objetivos complementarios en aras del interés nacional, negociando las medidas para lle- varlos a cabo (Ci.EnRY et al., 1993; Cox, LOwE y WINTER, 1986; SELF y STORING, 1962; SMITH, 1989). ^ No obstante, ese marco de relaciones entre el Estado y la NFU ha estado sometido, de una parte, a los cambios recien- tes experimentados por la sociedad rural británica con la emergencia de nuevos grupos de intereses vinculados a la problemática conservacionista y medioambiental, y de otra, a los diferentes escenarios en los que ha tenido que desen- volverse la política agraria del Reino Unido desde su incor- poración a la CE en 1973. 3. EL SINDICALISMO AGItARIO 3.1. Rasgos generales La representación de los agricultores británicos ha venido siendo ejercida desde comienzos del presente siglo por tres asociaciones regionales, que, si bien no han creado una fede- ración de ámbito nacional, mantienen de hecho una estrecha coordinación en todas sus acciones, conservando grandes si- militudes en sus modelos organizativos. En efecto, la National Farmers' Union (NFU) de Inglaterra y Gales (1908), la NFU de Escocia (1913) y la Ulster Farmers' Union (UFU) de Ir- landa del Norte (1918) ostentan en sus respectivos ámbitos te- 422

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Aunque algunas reivindicaciones del sindicalismo agrariono fueron atendidas, como ocurrió con la relativa al controlde las importaciones, la Agriculture Act de 1947 contemplabaun paquete de actuaciones lo suficientemente amplio comopara posibilitar el comienzo de una verdadera dinámica deconcertación en la agricultura británica, significando, en defi-nitiva, un paso importante en la relación Estado-NFU. Desdeentonces, la NFU y el Estado mantendrán una estrecha y du-radera colaboración que en ningún momento se haría depen-diente del signo político del gobierno y que ha llegado hastanuestros días. Ambas partes han ritualizado periódicamenteuna especie de «acuerdo neocorporativo» en el que las dospartes se han unido para alcanzar objetivos complementariosen aras del interés nacional, negociando las medidas para lle-varlos a cabo (Ci.EnRY et al., 1993; Cox, LOwE y WINTER, 1986;SELF y STORING, 1962; SMITH, 1989). ^

No obstante, ese marco de relaciones entre el Estado y laNFU ha estado sometido, de una parte, a los cambios recien-tes experimentados por la sociedad rural británica con laemergencia de nuevos grupos de intereses vinculados a laproblemática conservacionista y medioambiental, y de otra,a los diferentes escenarios en los que ha tenido que desen-volverse la política agraria del Reino Unido desde su incor-poración a la CE en 1973.

3. EL SINDICALISMO AGItARIO

3.1. Rasgos generales

La representación de los agricultores británicos ha venidosiendo ejercida desde comienzos del presente siglo por tresasociaciones regionales, que, si bien no han creado una fede-ración de ámbito nacional, mantienen de hecho una estrechacoordinación en todas sus acciones, conservando grandes si-militudes en sus modelos organizativos. En efecto, la NationalFarmers' Union (NFU) de Inglaterra y Gales (1908), la NFUde Escocia (1913) y la Ulster Farmers' Union (UFU) de Ir-landa del Norte (1918) ostentan en sus respectivos ámbitos te-

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rritoriales un cuasi monopolio de la representación, siendoreconocidas por los poderes públicos como interlocutores pri-vilegiados.

Las tres citadas organizaciones se presentan como un blo-que unitario que ostenta de forma indiscutible la hegemoníade la representación de intereses en los agricultores británi-cos. Según datos oficiales de 1986, última fecha en publicarsedatos sobre representatividad, la NFU y sus vecinos escocesese irlandeses agrupaban en ese año a 135.000 agricultores, loque equivalía a más del 80% del colectivo potencial de afilia-ción (HOLBECHE, 1986) (2).

La explicación a este fenómeno de unidad en el sindica-

lismo agrario británico hay que buscarla principalmente en la

homogeneidad estructural de su agricultura, formada, como

es conocido, por una base relativamente uniforme de media-

nas explotaciones de tipo capitalista. Además de este hecho,

la hegemonía de las tres Farmers' Unions se debe a haber

mantenido, desde sus primeras etapas, un nítido discurso em-

presarial y ejercido una estrategia muy profesionalizada y au-

tónoma respecto al sistema de partidos políticos (SELE y STo-

RING, 1962; COX, LOWE y WINTER, 1986; CLEARY et al., 1993).

No obstante, hay que hacer referencia a otras opcionessindicales independientes del bloque hegemónico de la NFU,y que agrupan principalmente a colectivos de pequeños agri-cultores, cuyas problemáticas específicas no encuentran cau-ces adecuados de representación en el seno de aquél. Entreestas opciones alternativas destaca, por su importancia, la re-presentada por la Farmers' Union of Wales (FUW), organiza-ción de pequeños agricultores familiares creada en 1955 en elPaís de Gales y vinculada desde entonces al movimiento na-cionalista galés. La FUW es reconocida desde 1978 por los po-deres públicos como interlocutor, participando, junto con lasNFU, en las sucesivas reuniones de consulta para la formula-ción de la política agraria. Bastante menos importantes sonlas opciones representadas por la Small Farmers' Association

(2) Aunque no hay datos oFiciales de los últimos años, puede estimarse que,en términos absolutos, el ni^^el de afiGación habrá disminuido como consecuen-cia del descenso de la población acti^a agraria. Gt.enxY et al. (1993) estima en102.000 los afiliados a la NFU de Inglaterra y Gales en 1990.

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(SFA) y por el sindicato escocés Grofber's Union, este últimoagrupando a un colectivo muy específico de pequeños agri-cultores de los Highlands occidentales. Por último, hay quereferirse a la Gountry Landowners' Association (CLA), anti-gua asociación de propietarios terratenientes británicos quees reconocida como interlocutor por los poderes públicos yque siempre ha mantenido estrechas relaciones de colabora-ción con las NFU, lo que no ha impedido significativas discre-pancias entre ambas organizaciones en temas relacionadoscon los regímenes de arrendamiento, por ejemplo.

3.2. La National Farmers' Union (NFU) de Inglaterra

3.2.1. GÉNESIS Y DESARROLLO

A1 igual que en otros países europeos, aunque con mayorantelación, durante las primeras décadas del siglo XIX exis-tían ya numerosas sociedades agrarias y«clubs»de agriculto-res repartidos por toda la geografía británica, entre los cualespuede destacarse la Royal Agricultural Society of England(RASE). En sus comienzos, los objetivos de estas sociedadesno eran de reivindicación y defensa de intereses ni de repre-sentación política, sino que se constituían fundamentalmentecomo organismos para promover el desarrollo tecnológico enla agricultura y divulgar las nuevas técnicas entre los agriculto-res.

En 1865 fue creada la Central Chamber of Agriculture(CCA), una sociedad con naturaleza bien distinta a las ante-riores, que actuaba como lobby para defender los intereses delos agricultores ante el Parlamento. La CCA se mantuvo du-rante cincuenta años como la mayor fuerza de representaciónde los agricultores británicos, teniendo una fuerte influenciapolítica, como lo demuestra el hecho de que, entre 1865 y1915, más de la mitad de sus dirigentes ocuparon puestos derepresentación en las cámaras parlamentarias (Cox, LowE yWINTEIt, 1988). Sus líderes pertenecían a las clases terrate-nientes y, por lo tanto, su discurso político tendía a salvaguar-dar los problemas agrarios desde el punto de vista de los pro-

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pietarios, interesándose especialmente por los asuntos fiscalesy tributarios que afectaban a las explotaciones. Aunque la CCAtambién emprendió acciones sobre temas que afectaban a laagricultura en general, como el caso de las normas dictadaspor los poderes públicos a principios de siglo para la regula-ción sanitaria del ganado, su énfasis en los problemas exclusi-vos de los terratenientes hizo que otros grupos comenzaran aorganizarse para defender los intereses más cercanós a losagricultores no propietarios. Este es el caso de la Farmers'Alliance, organización políticamente próxima al Partido Libe-ral, que fue creada, en 1879, por un grupo de agricultoresarrendatarios y que, si bien alcanzó un alto grado de implanta-.ción, acabaría extinguiéndose en 1888 sin alcanzar una posi-ción de influencia en los medios sindicales agrarios. .

El siguiente proyecto de representación sindical digno demención es el de la National Agricultural Union (NAU), cre-ada, en 1892, por el conde de Winchilsea, y que aspiraba a re-presentar, bajo una única organización, los interéses de pro-pietarios, arrendatarios y trabajadores agrícolas a través de unmodelo netamente corporativista, si bien con matices bien di-ferenciados de los hasta entonces representados por la ante-rior CCA. En el caso de la NAU, la representación no se arti-culaba bajo el liderazgo de los grandes terratenientes, sino através de un modelo equitativo de representación de los dis-tintos colectivos de intereses. A pesar de las claras diferenciasen los discursos ideológicos de ambas organizaciones, las rela-ciones entre la CCA y NAU fueron de estrecha colaboraciónhasta que, tras la muerte de su fundador, en 1898, ésta últimapasara a ser dominada por grupos militantes y propagandísti-cos del cooperativismo, extinguiéndose como sindicato deagricultores y transformándose años más tarde, en 1901, en laEnglish Agricultural Organisation Society, primera estructurade articulación de las cooperativas agrarias inglesas, cuyo aná-lisis expondremos más adelante.

La emergencia de nuevas opciones alternativas a las repre-sentadas por la CCA fue debida a la desaparición de los mo-delos sindicales ya menĉionados (NAU y Farmers' Alliance) ya la orientación prioritaria dada por aquélla a la defensa delos intereses terratenientes. Esta situación, acentuada por la

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opción liberal que el gobierno británico había hecho en favordel libre comercio y la importación de productos alimenti-cios, había dejado desprotegidos a los medianos agricultores ya expensas de las vicisitudes del mercado, con lo que prontoirían surgiendo conflictos entre éstos y los grupos de interesescomerciales e industriales. Se hizo cada vez más necesariopara los agricultores británicos la articulación de sus interesesen organizaciones independientes de la CCA, fuera de la ór-bita de influencia de unos propietarios terratenientes que,como grupo social, habían perdido ya protagonismo en el es-cenario político y económico del país.

La creación de una sólida estructura sindical de ámbitonacional se produciría de forma gradual tras la constituciónde diferentes asociaciones locales y regionales para la defensade los intereses de agricultores especialmente afectados porlos conflictos con el comercio y la industria. Así, en 1905 seconstituyó la North Easter Agricultural Federation, seguidade otras asociaciones similares en Midlands, Lancashire, Wor-cester, Devon y Kent, si bien sería la Lincolnshire Farmers'Union la que actuaría como auténtico motor para la creaciónde una estructura de ámbito nacional (SELF y STO^tvG, 1962).

Un conflicto surgido en 1908 entre los comerciantes,agrupados en la National Federation of Meat Traders' Asso-ciation, y los ganaderos, aún dispersos en diferentes organiza-ciones locales, fue el origen de una movilización de protestade estos últimos contra la exigencia de los comerciantes deexigirles un certificado sanitario por cada cabeza de ganadóvendido. La movilización permitió que las diversas organiza-ciones agrarias coordinaran sus esfuerzos reivindicativos enun frente común de protesta, coordinación que culminaría,al final del conflicto, con la fusión de algunas de ellas, cre-ando una asociación de ámbito nacional denominada Natio-

nal Farmers' Union (NFU).Los primeros años de funcionamiento de la NFU fueron

de un crecimiento espectacular, pasando de 15.000 afiliadosen 1910 a 22.000 en 1916, y alcanzando los 100.000 en 1920.También, en cuanto a implantación territorial, hubo un grandesarrollo, estando presente en casi todos los condados (pro-vincias) ingleses al comienzo de los años veinte y convirtién-

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dose en la organización más importante de representación delos agricultores británicos (BROOKiNG, 1977; Cox, LowE y WiN-TER, 1988; SELF y STORING, 1962; NEwBY, 1987; CLEnRY et al.,1993).

En ámbitos sindicales, el éxito inicial alcanzado por laNFU se explica por diversos factores. En primer lugar, por elacierto de sus dirigentes en la elaboración de un discurso níti-damente empresarial y por la oportuna estrategia de convertira la nueva asociación en una organización profesional clara-mente diferenciada tanto del sindicalismo obrero como delos grupos terratenientes. En segundo lugar, por la buena la-bor realizada, ya desde sus primeros años, en el ámbito de laprestació^ de servicios a sus afiliados, especialmente en mate-ria de seguros agrarios, creando, ya en 1921, la Mutual Insu-rance Society. Y, por último, por la firme voluntad de sus diri-gentes de mantener a la NFU fuera del área de influencia deningún partido político concreto, apostando decididamentepor convertirla en un eficaz agente de intermediación paracolaborar con los poderes públicos de cualquier signo en laaplicación de las primeras medidas de actuación sobre el me-dio rural.

En este último sentido hay que señalar que las actuacionespúblicas emprendidas en ese primer periodo en materia deinvestigación agraria, así como las cada vez más importantesresponsabilidades asumidas por los gobiernos locales en eltema de la higiene de los alimentos o en las primeras iniciati-vas de desarrollo rural, proporcionaron a las agrupaciones te-rritoriales de la recién creada NFU buenas oportunidadespara involucrarse en políticas específicas, colaborando en laaplicación de las medidas adoptadas por los poderes públicoslocales y dotándose para tal fin de una estructura organizativacada vez más desarrollada. En este contexto, la NFU trabaja-ría, en sus primeros años de vida sindical, a nivel de los con-dados, principalmente, intentando que el mayor número po-sible de sus afiliados estuviese presente en los County Councilpara, desde estas instituciones públicas de carácter represen-tativo, influir en el contenido de las distintas políticas locales.

EI ámbito de las políticas locales, que inicialmente ocupa-ban todas las tareas del sindicato, fue ampliamente superado

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tras el estallido de la primera guerra mundial y la creaciónpor el gobierno de una amplia red de County War Agricultu-ral Committees, que eran organismos de representación delos intereses agrarios a nivel provincial encargados de colabo-rar con el poder público para estimular el crecimiento de laproducción agrícola nacional. Estos comités darían oportuni-dad a los dirigentes de la NFU de participar en una incipientepolítica de intervención en la agricultura británica. Además,todas estas actuaciones públicas permitirían a la NFU estable-cer, en una primera etapa de su desarrollo, un alto nivel departicipación de sus afiliados en la vida interna de la organi-zación, así como adquirir experiencia en la cogestión de losasuntos públicos. Todo ello le reportaría una imagen profe-sional de gran utilidad para cuando, en los años 30 y 40, elgobierno británico tuviera necesidad de contar con interlocu-tores idóneos para abordar de forma sistemática la regulacióndel sector agrario, encontrándolos precisamente en una NFUsólidamente implantada ya entre los agricultores del ReinoUnido.

A medida que se fue consolidando la estructura de laNFU, el protagonismo de sus dirigentes en los medios políti-cos y de la Administración alcanzó altos niveles, hasta elpunto de ser considerada como único interlocutor de losagricultores británicos ante los poderes públicos. Su partici-pación en el proceso de creación de los marketing boards enlos años 30 y, más tarde, su presencia, durante la segundaguerra mundial, en unos reconstituidos y renovados WarAgricultural Executive Committees -con poderes de san-ción sobre los agricultores a nivel de cada condado-, conso-lidarían de un modo definitivo la hegemonía de la NFU en-tre los agricultores del Reino Unido. La ya citada Agricultural

Act de 194i, que marcaba las líneas directrices de la políticade posguerra, pondría las bases definitivas de las relacionesentre el gobierno y la NFU, sancionando primero a nivel decondado -con los County Agricultural Executive Commit-tees (CAEC)- y luego a nivel nacional -con las negociacio-nes anuales de precios agrarios en la llamada Annual Re-

vieru- lo que ha sido el marco neocorporativo de laagricultura británica hasta mediados de los años 80.

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A pesar de algunas disidencias internas, como la ya citadade la FUW galesa, creada en 1957 por grupos de pequeñosagricultores que encontraron el apoyo del nacionalismo ga-lés (MuRDOCx, 1988) para consolidarse como una impor-tante fuerza de interlocución, la hegemonía de la NFU se hamantenido prácticamente intacta desde entonces, fortale-ciéndose incluso tras la entrada del Reino Unido en la CE en1973, en cuyas instituciones, concretamente en el COPA, os-tenta la representación exclusiva de los agricultores británi-cos. No obstante, la capacidad de influencia de la NFU comoorganización unitaria está disminuyendo como consecuenciade los cambios que experimenta la agricultura y el mundorural británico. De una parte, las disputas entre los distintosgrupos de productores afectados por la reforma de la PACplantean serias dificultades a la NFU para seguir blandiendola legitimidad de su representación como interlocutor únicode los ágricultores. Y, de otra, la emergencia de nuevos gru-pos de interés no vinculados directamente a la actividad agra-ria, como los conservacionistas agrupados en el CPRE(Council for the Protection of Rural England) o los ecologis-tas de la RSPB (Royal Society for the Protection of Birds),que desde 1990 participan también en la Annual Review, asícomo la presión de las asociaciones de consumidores, minanla capacidad de influencia de la NFU sobre temas que esca-pan ya de la esfera exclusiva de la agricultura (CLEaRY et al.,1993; Cox, LowE y WINTER, 1986) .

3.2.2. EsTRUCruRA oRCnNlznTrvn

La base social de la NFU (3) se compone mayoritaria-mente de agricultores cultivadores directos, bien propieta-rios o arrendatarios, agrupando en la actualidad a unos100.000 afiliados. Además de estos afiliados, a la NFU se ad-hieren como asociados personas fisicas o jurídicas relaciona-das con la agricultura (técnicos, industriales, banqueros...),

(3) Este apartado está referido sólo a la NFCJ de [nglaterra. No obstante, elmodelo organizativo de los ovos dos NF[J es similar.

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que contribuyen a su financiación, pero que no participanen la vida interna del sindicato, limitándose a recibir infor-mación sobre la actividad sindical desarrollada.

En lo que respecta a su organización interna, la NFUha sabido dotarse de una estructura bien armonizada entre unnivel periférico de asociaciones territoriales -las local branches(asociaciones de ámbito local) y las county branches (asociacio-nes de condado, ámbito equivalente al provincial)- y un po-der central -el National Council, formado por 120 miembros ydirigido por un presidente y dos vicepresidentes- con capaci-dad para tomar decisiones y fijar estrategias a la hora de rela-cionarse con el gobierno u otros grupos de interés.

Existen 49 county branches, organizadas cada una de ellasen un número de local branches que varía según la extensióngeográfica del condado y el nivel de implantación de la NFU.Por lo general, existen dos o tres asociaciones locales por con-dado, si bien en algunos casos extremos, como Devon, haycinco, o sólo una, como ocurre en Anglesey o la isla de Wight,condados estos últimos de pequeña extensión y escasa im-plantación sindical. Cada local branch elige simultáneamente aun delegado para el National Council de la NFU, de formaque, en la práctica, este órgano político de 120 delegados ac-túa de representante de la extensa red periférica de asociacio-nes locales, posibilitando una relación directa de éstas con elnivel central de la organización.

La posición hegemónica de la NFU hace que en su senoconfluyan tendencias ideológicas y corrientes de opinión dediverso signo, no sólo en temas específicos de política agraria,sino en otras cuestiones de la vida social y cultural (educaciónen el medio rural, formación, medio ambiente...). Por ello,algunos autores han señalado (HOLBECHE, 1986) que la NFUactúa como una especie de «parlamento agrario», en el quelos intereses a veces divergentes entre productores de distin-tos sectores o entre los delegados de las asociaciones territo-riales obligan, en ocasiones, a efectuar consultas a la propiabase de la organización para definir la estrategia a tomar so-bre un problema determinado. Por ejemplo, cuando en losaños 30 se debatió el tema de creación del milk marketingboard, la posición de la NFU se decidió tras consultar directa-

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mente a sus afiliados, dadas las discrepancias existentes en elseno de los órganos directivos del sindicato. La cúpula de laNFU está formada por el presidente, el vicepresidente y el de-nominado deputy ^rresident (o presidente diputado). Esta espe-cie de troika es elegida por su National Council para un perío-do de un año, pudiendo ser reelegidos aquellos candidatosque obtengan el apoyo del 80% de los miembros de dicho ór-gano colegiado.

Además de la estructura de representación ya analizada,los delegados de la NFU se integran en comités o grupos detrabajo. Así, existen comités especializados por productos (ce-reales, ganadería...) para el análisis de la política sectorial aadoptar por la organización, así como comités de servicios so-bre temas económicos, jurídicos, etc., y un comité parlamen-tario, encargado de seguir los procesos de elaboración de lasleyes relacionadas con la agricultura.

En lo que respecta a la estructura técnico-administrativade la NFU, existe una red periférica de 49 secretarios de con-dado, encargados de coordinar la actuación de las casi 300oficinas locales distribuidas por todo el territorio para la pres-tación de servicios a los afiliados. Estas oficinas funcionan conpersonal contratado por la NFU, actuando también comoagentes de seguros de la Mutual Insurance Company, creada,como se ha señalado anteriormente, por el propio sindicato.Las oficinas centrales de la NFU se encuentran en Londres,concretamente en Knightsbridge, en donde trabajan unas 200personas, de las cuales la mitad son ejecutivos al servicio di-recto del National Council y sus comités y grupos de trabajo, yla otra mitad, personal técnico y administrativo encargado delfuncionamiento burocrático de la organización.

3.3. La Country Landowners' Association (CLA)

Esta organización es reconocida por la Agriculture Act de1947 como representativa de los intereses de la propiedad te-rrateniente británica. El peso de este grupo de interés es es-caso, si lo comparamos con el de los agricultores o los trabaja-dores agrícolas, desempeñando políticamente un papel

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secundario en los últimos años. Habría que preguntarse en-tonces sobre cómo, a pesar de su relativamente escasa repre-sentatividad en el ámbito de la agricultura británica, siguemanteniéndose, con el paso de los años, como una fuerza so-cial reconocida dentro del panorama sindical agrario en elReino Unido.

La respuesta puede encoritrarse en aspectos bien concre-tos. Por un lado, en que, a pesar del acusado retroceso de lastierras en propiedad, éstas aún representan el 60% de la su-perficie agraria total. Por otra parte, en que los mayores terra-tenientes siguen disfrutando de una considerable influencia yprestigio. Aunque su número no es elevado, ya que no es pro-bable que existan más de tres o cuatro mil fincas en Inglate-rra y Gales que superen los 500 acres (unas 230 hectáreas), es-tas personas han resultado, en numerosas ocasiones, más«hombres de estado», en cuanto a la posición del país en lasnegociaciones europeas, que los propios líderes de los sindi-catos mayoritarios, articulando, además, sus intereses en unaorganización sindical que ha resultado muy eficaz, a pesar desus escasos miembros, desde su creación en 1945.

No hay que olvidar, para comprender el rol de la CLA, queésta es una organización de propietarios y no exclusivamente degrandes terratenientes. Aunque sus dirigentes proceden, en sumayor parte, de este último colectivo, lo cierto es que el 75% delos afiliados a la CLA está formado por pequeños y medianospropietarios que cultivan sus propias tierras. Este importantegrupo de pequeños y medianos propietarios es muy bien aco-gido en el seno de la CLA por dos razones. En primer lugar,porque constituyen un fuerte apoyo numérico y de ingresos víacuotas, sin los cuales el poder económico de ésta sería más dé-bil. En segundo lugar, porque amplían la importancia políticade la asociación, ya que, poniendo énfasis en las virtudes de lapropiedad de la tierra y favoreciendo el acceso a la misma porparte de los arrendatarios, la CLA encuentra un apoyo muchomayor contra la amenaza siempre presente de la nacionaliza-ción de la tierra. Sin la aportación de este amplio colectivo depequeños y medianos propietarios, especialmente importanteen etapas de gobierno laborista, la asociación seria, como se hadicho, una fuerza mucho más débil hoy en día.

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A pesar de todo lo anteriormente descrito, hay que tenermuy en cuenta que los intereses de estos dos grupos, peque-ños propietarios y terratenientes, no son los mismos. De estemodo, encontramos la paradoja de que gran parte de los afi-liados a la CLA ven mejor reflejados sus intereses en las reivin-dicaciones de la NFU, por lo que puede entenderse perfecta-mente que no sean escasas las dobles afiliaciones en ambasorganizaciones. De esta forma, la fuerza de la CLA reside enhaber sabido establecer un clima de colaboración y mutuaconnivencia entre los dos grupos sociales que la configuran.

La influencia de esta organización en medios políticosviene históricamente reflejada en el hecho de que muchos desus líderes han sido importantes miembros del Partido Con-servador. Así, por ejemplo, uno de sus presidentes en elperíodo de posguerra fue simultáneamente presidente delPartido Conservador, y otros dos dimitieron en los años 50para convertirse en secretarios parlamentarios del ministro deAgricultura. Ya en 1971 existían unos 50 miembros de la CLAen la Cámara de los Comunes, si bien la organización man-tiene una relación más estrecha y fluida con la Cámara de losLores.

Sin embargo, estas relaciones no suponen en absoluto elapoyo político que podría deducirse. Aparte de los parlamen-tarios del Partido Laborista, existen numerosos políticos con-servadores que son reacios a estrechar sus lazos con los pro-pietarios terratenientes por la identificación que éstos tienencon la aristocracia. En definitiva, la CLA tiene buenos amigosen el Partido Conservador, pero no apoya oficialmente a losconservadores, al tiempo que éstos tampoco manifiestan deforma explícita su apoyo en el Parlamento a las reivindicacio-nes presentadas por la organización de los terratenientes.

Por último, hay que comentar la relación que la CLAmantiene con la NFU. Existe un considerable número de as-pectos, entre los que destacan los tema de impuestos, catastroo protección del medio rural, en los que ambas organizacio-nes actúan por separado, aunque cooperen en temas puntua-les. Sin embargo, en los casos de revisión de precios, merca-dos y otros asuntos relacionados con la producción, la CLAsiempre tiene más cuidado en no cuestionar el derecho de la

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NFU a representar por sí sola al sector agrario. En estos casos,la CLA se limita a manifestar su apoyo a la NFU y a emitir co-mentarios específicos en temas que conciernen a la propiedadterrateniente. Finalmente, hay temas en los que ambas organi-zaciones suelen discrepar, como, por ejemplo, los referidos alrégimen de arrendamiento, en los que la CLA se encuentra enuna débil posición política, dada la gran influencia que laNFU tiene debido a su amplia base de arrendatarios; no obs-tante, en estos temas de posibles discrepancias, la CLA ha in-tentado siempre mantener una cooperación amistosa con laNFU, actuando con gran cautela.

4. EL COOPERATIVISMO AGRARIO EN GRAN BRETAÑA

4.1. Introducción

El desarrollo del cooperativismo agrario en el ReinoUnido ha seguido un modelo muy diferente al de los demáspaíses de la Europa Occidental, motivado por factores históri-cos y sociales, así como por aspectos ligados a la propia es-tructura agraria y a las orientaciones de su política agrícola.

Los agricultores británicos se suelen presentar como unode los grupos más individualistas de la sociedad, dando pie ajustificar por esa razón la tradicional inviabilidad del coopera-tivismo en el Reino Unido, ya que, como es sabido, para eléxito de los proyectos cooperativos han de prevalecer los as-pectos colectivos sobre los individuales (ENNEW y RAYNER,1987).

En efecto, el alto grado de independencia mantenido porlos agricultores británicos ha sido posible gracias a la buenaestructura y tamaño de sus explotaciones. El tamaño mediode las explotaciones agrarias en el Reino Unido sobrepasa,como se ha señalado, las 65 hectáreas, aproximadamente eldoble que las de Francia y cuatro veces la media española yalemana. Comparativamente, la gran dimensión de sus explo-taciones no sólo les ha llevado a un sentimiento psicológicode independencia, sino también, en términos prácticos, lesha permitido realizar operaciones a mayor escala y justificar

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