Auto, Apertura Fase Liquidación Antibióticos

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Susana Belinchón García Procurador Fecha notificación: 05/02/2014 JDO.1ª INSTANCIA N.8 Y MERCANTIL DE LEON UNIDAD PROCESAL DE APOYO DIRECTO AVDA. INGENIERO SAENZ DE MIERA 6 (C.I.F. Nº S-2400017-M) Teléfono: 987 22 77 54 Fax: 987 22 24 98 M66190 N.I.G.: 24089 42 1 2013 0004458 SECCION V CONVENIO 0000200 /2013 Procedimiento origen: CONCURSO ORDINARIO 0000200 /2013 Sobre OTRAS MATERIAS CONCURSALES INTERVINIENTE D/ña. ADMINISTRACION CONCURSAL DE ANTIBIOTICOS Procurador/a Sr/a. SUSANA BELINCHON GARCIA Abogado/a Sr/a. DEMANDADO D/ña. ANTIBIOTICOS SAU Procurador/a Sr/a. ANA VICTORIA DE DIOS CAVERO Abogado/a Sr/a. Juzgado de lo mercantil de León Concurso ordinario 200/2013 Deudor: ANTIBIÓTICOS SAU AUTO Magistrado-Juez: Pablo Arraiza Jiménez En León, 4 de febrero de 2014 ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO. En fecha 14 de noviembre de 2013 la administración concursal presentaba escrito en el que formulaba la solicitud de apertura de la fase de liquidación por cese de actividad de la concursada. SEGUNDO. Conferido traslado a la concursada del escrito referido en el apartado precedente, en fecha 5 de diciembre de 2013 su representación procesal presentaba escrito en el que mostraba oposición a la solicitud formulada por la administración concursal. TERCERO. En fecha 5 de diciembre de 2013 la representación de la concursada presentaba escrito al que adjuntaba propuesta de convenio. CUARTO. Mediante providencia de 16 de diciembre de 2013 se requería a la concursada a fin de que subsanara la omisión, en el plan de viabilidad acompañado a la propuesta de convenio, de los plazos y condiciones de financiación planteados para su cumplimiento. QUINTO. En fecha 13 de enero de 2014 la representación de la concursada presentaba escrito en el que solicitaba nuevo plazo para atender el requerimiento referido en el apartado precedente. El mismo día, presentaba escrito en el que decía atender dicho requerimiento. SEXTO. En fecha 14 de enero de 2014 la representación de la administración concursal presentaba escrito en el que actualizaba las cuantías necesarias para el mantenimiento de la actividad de la concursada.

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Susana Belinchón García Procurador

Fecha notificación:

05/02/2014 JDO.1ª INSTANCIA N.8 Y MERCANTIL DE LEON UNIDAD PROCESAL DE APOYO DIRECTO AVDA. INGENIERO SAENZ DE MIERA 6 (C.I.F. Nº S-2400017-M) Teléfono: 987 22 77 54 Fax: 987 22 24 98 M66190 N.I.G.: 24089 42 1 2013 0004458 SECCION V CONVENIO 0000200 /2013 Procedimiento origen: CONCURSO ORDINARIO 0000200 /2013 Sobre OTRAS MATERIAS CONCURSALES INTERVINIENTE D/ña. ADMINISTRACION CONCURSAL DE ANTIBIOTICOS Procurador/a Sr/a. SUSANA BELINCHON GARCIA Abogado/a Sr/a. DEMANDADO D/ña. ANTIBIOTICOS SAU Procurador/a Sr/a. ANA VICTORIA DE DIOS CAVERO Abogado/a Sr/a. Juzgado de lo mercantil de León Concurso ordinario 200/2013 Deudor: ANTIBIÓTICOS SAU

AUTO

Magistrado-Juez: Pablo Arraiza Jiménez En León, 4 de febrero de 2014

ANTECEDENTES DE HECHO

PRIMERO. En fecha 14 de noviembre de 2013 la administración concursal presentaba escrito en el que formulaba la solicitud de apertura de la fase de liquidación por cese de actividad de la concursada.

SEGUNDO. Conferido traslado a la concursada del escrito referido en el apartado precedente,

en fecha 5 de diciembre de 2013 su representación procesal presentaba escrito en el que mostraba oposición a la solicitud formulada por la administración concursal.

TERCERO. En fecha 5 de diciembre de 2013 la representación de la concursada presentaba

escrito al que adjuntaba propuesta de convenio. CUARTO. Mediante providencia de 16 de diciembre de 2013 se requería a la concursada a fin

de que subsanara la omisión, en el plan de viabilidad acompañado a la propuesta de convenio, de los plazos y condiciones de financiación planteados para su cumplimiento.

QUINTO. En fecha 13 de enero de 2014 la representación de la concursada presentaba escrito

en el que solicitaba nuevo plazo para atender el requerimiento referido en el apartado precedente. El mismo día, presentaba escrito en el que decía atender dicho requerimiento.

SEXTO. En fecha 14 de enero de 2014 la representación de la administración concursal

presentaba escrito en el que actualizaba las cuantías necesarias para el mantenimiento de la actividad de la concursada.

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FUNDAMENTOS DE DERECHO

PRIMERO. En la medida en que la concursada y la administración concursal han presentado solicitudes, de admisión a trámite de propuesta de convenio, la primera, y de apertura de liquidación la segunda, que resultan obviamente incompatibles, deben ser objeto de decisión en una misma resolución.

Se plantea en primer término por la administración concursal solicitud de apertura de la

liquidación sobre la base de la situación de cese de la actividad empresarial de la concursada, en relación con la imposibilidad de desarrollo de actividad alguna en las instalaciones de la empresa, su abandono, la falta de atención por la propiedad de los gastos mínimos mensuales, el incremento paulatino de los créditos contra la masa y la necesidad de inversión para el arranque de la fábrica. Por su parte, la concursada, de un lado niega la realidad del cese de actividad en el que se funda la solicitud, y sostiene su voluntad de superar los impedimentos a su reanudación; y de otro lado, cuestiona los costes de reanudación indicados por la administración concursal, y afirma la disponibilidad de un tercer inversor que se haga cargo de los necesarios.

Y en segundo lugar, la concursada, de manera simultánea a la presentación del escrito de

oposición a la solicitud de liquidación formulada por la administración concursal, presentaba propuesta de convenio a la que se acompañaba plan de viabilidad que contempla la ejecución de un plan de producciones biotecnológicas que tiene aparejada una inversión cercana a los 10 millones de euros. Pese a ser requerida la concursada por este juzgado para identificar la fuente y condiciones de la inversión, no lo ha verificado.

SEGUNDO. La propuesta de convenio no puede ser admitida a trámite, tanto por el

incumplimiento por la concursada del requerimiento de identificación de la fuente y condiciones de la inversión a la que se refiere el plan de producciones biotecnológicas contemplado en el plan de viabilidad acompañado a la propuesta, como por su incompatibilidad con la apertura de la liquidación, en los términos que se verán en el apartado siguiente.

En efecto, como se ha dejado reseñado en el apartado de antecedentes de hecho, la

concursada, pese a ser requerida por este juzgado para identificar la fuente y condiciones de la inversión que el plan de viabilidad acompañado a la propuesta de convenio asocia al plan de producciones biotecnológicas en el que funda la propuesta, no lo ha hecho. Así, la concursada presentaba en fecha 13 de enero de 2014 dos escritos en los que de un lado interesaba la concesión de nuevo plazo por no haber dado importancia a la providencia de requerimiento, y de otro decía atender este, si bien sin ofrecer la identidad del supuesto inversor, sobre la base de un acuerdo de confidencialidad.

Pues bien, parece claro que en relación con la solicitud de concesión de nuevo plazo, el que la

concursada no diera “en su momento importancia al contenido de la referida providencia” no parece que integre el concepto de fuerza mayor que el artículo 134.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil exige para exceptuar la regla general de improrrogabilidad de los plazos procesales, por lo que debe rechazarse.

Y en cuanto al contenido del escrito de respuesta al requerimiento formulado, el mismo resulta

incompatible con la apreciación de la concurrencia de los presupuestos de admisibilidad a trámite de la propuesta de convenio a que se refieren los artículos 99.1 y 100.5 de la Ley Concursal, cuando expresa el primero que “cuando la propuesta contuviera compromisos de pago a cargo de terceros para prestar garantías o financiación, realizar pagos o asumir cualquier otra obligación, deberá ir firmada, además, por los compromitentes o sus representantes con poder suficiente”, y el segundo que “cuando para atender al cumplimiento del convenio se prevea contar con los recursos que genere la continuación, total o parcial, en el ejercicio de la actividad profesional o empresarial, la propuesta deberá ir acompañada, además, de un plan de viabilidad en el que se especifiquen los recursos necesarios, los medios y condiciones de su obtención y, en su caso, los compromisos de su prestación por terceros”.

Y en la propuesta de convenio se afirma que las condiciones de financiación consistirían en “la

venta de un porcentaje significativo del capital social de la propietaria de la concursada a un tercero, y cuya relación se encuentra sometido a un contrato de confidencialidad, si bien su exhibición podría hacerse a SSª conforme establecen las reglas del Código de Comercio”. Pues bien, de la lectura del

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contenido de dicho escrito desde luego no puede concluirse que la concursada haya atendido el requerimiento de especificar las condiciones de obtención de los recursos necesarios para dar cumplimiento al plan de viabilidad en el que se apoya la propuesta de convenio, pues rehúsa desvelar la verdadera fuente de la financiación que reconoce precisar la viabilidad de la empresa, sobre la base de un compromiso de confidencialidad que no resulta admisible como justificación de la aportación de la información requerida y legalmente exigida. En efecto, las reglas del Código de Comercio, a las que se remite el escrito de subsanación, establecen (artículo 32.1) el carácter secreto, no de la totalidad de la documentación de los empresarios, sino de su contabilidad, y desde luego no con carácter absoluto, pues el precepto deja a salvo las excepciones que prevean las leyes. Y no cabe duda que en el presente supuesto concurre una de dichas excepciones, pues tanto el artículo 99.1 de la LC, como de manera especialmente expresiva el artículo 100.5, imponen al concursado la obligación de informar, no al juez, sino a la total masa pasiva, de la manera en la que va a obtener los fondos precisos para relanzar la actividad de la concursada, de suerte que si pretende la admisión a trámite de una propuesta de convenio, y esta contempla, como sucede en el supuesto de autos, que para atender al cumplimiento del convenio se prevé contar con los recursos que genere la continuación, total o parcial, en el ejercicio de la actividad profesional o empresarial, el plan de viabilidad que en tal tesitura ha de acompañar deberá especificar las condiciones de obtención de los recursos necesarios y los compromisos de su prestación por terceros.

En definitiva, nadie obliga a la concursada a exhibir la documentación en la que consta el

compromiso y las condiciones de la inversión en la que apoya su plan de viabilidad; pero si pretende la tramitación de la propuesta de convenio, deberá hacerlo, a fin de dar cumplimiento a normativa de carácter imperativo preordenada a la tutela de los acreedores y de la adecuada formación de su criterio para la emisión del voto correspondiente, de modo que su apoyo a la propuesta venga sustentado en el cabal conocimiento de las circunstancias que en ella se afirma cimentan su viabilidad, y no en vagas alusiones a la existencia de un inversor de identidad desconocida, por lo que, al no haber sido atendido en debida forma el requerimiento de subsanación formulado mediante providencia de 16 de diciembre de 2013, debe ser de aplicación el artículo 114.1 de la LC, y por tanto inadmitida a trámite la propuesta de convenio presentada.

TERCERO. Pero en cualquier caso, como se indicaba en el apartado precedente, la propuesta

de convenio deber rechazarse por obvia incompatibilidad con la apertura de la fase de liquidación, que fue promovida con anterioridad a la presentación de aquella, y que en cualquier caso debe acordarse.

En efecto, dispone el artículo 142.3 de la LC que “En caso de cese de la actividad profesional o

empresarial, la administración concursal podrá solicitar la apertura de la fase de liquidación”. En el presente supuesto, si bien la concursada parece negar en su escrito de oposición la realidad del cese de actividad, sus alegaciones posteriores vienen a confirmar la realidad del cese, cuando afirma en la página 7 que “por lo que respecta a las necesidades de inversión para el arranque de fábrica, esta parte no discute en modo alguno que no sean necesarias”.

Y en cualquier caso, el cese de actividad resulta notorio, toda vez que, mediante auto de este

juzgado ha sido acordada la suspensión colectiva de los contratos de la totalidad de la plantilla, en una nueva medida que sustituye a la adoptada con anterioridad a la declaración de concurso. Parece obvio que la actividad industrial de la concursada no puede verificarse sin trabajadores. Y la afectación generalizada de la medida colectiva adoptada constituye argumento concluyente de la realidad del cese total de actividad.

Y la constatación de la concurrencia del cese de actividad ya constituye por sí sola motivación

suficiente para la apertura de la liquidación de acuerdo con el artículo 142.3 de la LC, que como indica el auto de la Audiencia Provincial de Álava de 25 de abril de 2012, “no obliga a la administración concursal a presentar un informe sobre las causas por las que no se puede cumplir el convenio”. El precepto, introducido en el texto de la Ley Concursal por la Ley 38/2011, de 10 de octubre, tiene por objeto anticipar la apertura de la liquidación cuando se constata la falta de viabilidad de la empresa, evitando con ello el bloqueo que con la regulación anterior provocaba tal situación, pues hasta que no se constatara el fracaso de la solución convencional no era posible la apertura de la fase de liquidación si el concursado no la solicitaba. De hecho, el apartado IV de la exposición de motivos de la Ley 38/2011 expresa que “La ley pretende, en segundo lugar, que la solución de la insolvencia no se retrase en el tiempo, algo que no hace sino perjudicar al concursado y a sus acreedores al minorar el valor de sus bienes de cuya realización depende su cobro, eliminar posibilidades de garantizar su

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viabilidad y aumentar los costes. Para ello, se simplifica y agiliza el procedimiento concursal, favoreciendo la anticipación de la liquidación”, lo que supone la constatación legal de la negación del dogma de la primacía del convenio frente a soluciones liquidatorias, así como de la introducción de escenarios concursales en los que la liquidación pudiera resultar en principio más adecuada para proteger la viabilidad de la empresa que el convenio, si este viene sustentado en una propuesta que no garantice mínimamente aquella. En definitiva, debe relativizarse la tensión entre convenio y liquidación, en la medida en que el debate no se centra propiamente en la viabilidad o no de la empresa, sino en la titularidad de quien la va a explotar, caso de resultar viable, de suerte que en el supuesto de aprobarse una propuesta de convenio, salvo que contemple la enajenación de la empresa, será la sociedad propietaria quien la explote, o en su caso la transmita, mientras que en un supuesto de liquidación, la explotará la sociedad que la adquiera, siempre y cuando dicha posibilidad sea real y se concrete en el concurso.

A lo anterior debe añadirse, en apoyo del cuasi automatismo de la decisión de apertura de la

liquidación una vez constatado el cese de actividad, que el artículo 128.3 de la LC faculta a la administración concursal para oponerse a la aprobación judicial de la propuesta de convenio ya asumida por los acreedores, cuando el cumplimiento de éste sea objetivamente inviable, y desde luego la concursada, como se ha dejado indicado en el apartado precedente, funda la viabilidad de su propuesta en una fuente de financiación que elude explicar.

No obstante lo anterior, debe motivarse la apertura de la liquidación en la convicción sobre su

necesidad, en atención a la actual situación que vive la empresa, que permite deducir su total inviabilidad en manos de su actual titular. De hecho, la propia concursada reconoce carecer de capacidad económica para relanzar la actividad empresarial de la concursada, hasta el punto de basar el plan de viabilidad de su propuesta de convenio en la entrada de inversor externo, hasta un importe de 19 millones de euros, de lo que se deduce que, tal como se anticipaba, el debate no se cierne sobre la viabilidad real de la empresa por sí misma para reemprender su actividad y llegar a generar con su funcionamiento ordinario los recursos necesarios para atender el plan de pagos que contempla la propuesta de convenio, sino que, descartando dicha premisa, la concursada ofrece como solución la entrada de inversión externa, de donde el debate se centra en la identidad de un eventual adquirente de la empresa.

A tales planteamientos debe añadirse la indicación de los criterios que acerca de las

condiciones de mantenimiento de las sociedades de capital se contienen en la legislación mercantil, y en concreto en la Ley de Sociedades de Capital y en la propia Ley Concursal. En efecto, de acuerdo con la primera, una sociedad que tenga reducido su patrimonio neto por debajo de la mitad de la cifra de su capital social debe disolverse, salvo que se aumente o reduzca su capital en un plazo no superior a dos meses. Esto es, las sociedades no viables económicamente por sí mismas ponen en riesgo la seguridad del tráfico mercantil que la legislación societaria trata de tutelar, a cuyo fin el artículo 363.1.e) de la LSC ordena su disolución salvo que la inviabilidad presente del proyecto empresarial pueda invertirse mediante la inyección económica oportuna en forma de ampliación de capital. Y del mismo modo y con idéntico sentido, el artículo 142.3 de la LC de la Ley Concursal contempla la apertura de la liquidación a instancia de la administración concursal cuando esta constate el cese de actividad de la concursada, situación que equipara a su inviabilidad económica, y el artículo 128.3 de la LC contempla la posibilidad de neutralización de una propuesta de convenio aceptada mayoritariamente por los acreedores cuando la falta de viabilidad del proyecto empresarial frustre toda posibilidad de cumplimiento de aquel.

Sobre las anteriores premisas, y analizados los argumentos esgrimidos en la solicitud de

apertura de la liquidación y en el escrito de oposición presentado por la concursada, debe concluirse que, tal como esta reconoce, carece de capacidad económica para reemprender la actividad empresarial, lo que determina una incesante generación de deudas que compromete sobremanera el fin del concurso, que no es otro que el del cobro de las sumas adeudadas a los acreedores, preferentemente mediante el mantenimiento de la actividad de la empresa y el mantenimiento de los puestos de trabajo. Y las circunstancias advertidas no sólo por la administración concursal, sino por todas y cada una de las Autoridades que han informado acerca de la situación de las instalaciones, resultan absolutamente ilustrativas de la situación de total bloqueo en la actividad de la empresa e imposibilidad de su liberación sin una oportuna y relevante inyección de capital que la concursada reconoce no estar en condiciones de ofrecer por sí misma.

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En efecto, la resolución de 29 de mayo de 2013 del Servicio Territorial de Industria, Comercio y Turismo de la Delegación de León de la Junta de Castilla y León (documento nº 3 de los acompañados a la solicitud de liquidación), recoge en su antecedente de hecho tercero que IBERDROLA GENERACIÓN se niega a dar servicio a la concursada, y tras declarar el suministro eléctrico a la planta de la concursada como servicio esencial ordena a la citada empresa el mantenimiento o la reanudación del suministro. Asimismo, el acuerdo de 30 de mayo de 2013 del Servicio Territorial de Industria, Comercio y Turismo de la Delegación de León de la Junta de Castilla y León (documento nº 1 de los acompañados a la solicitud de liquidación), expresa que “las instalaciones de la empresa Antibióticos SA en León se encuentra expuestas a un riesgo muy grave e inminente de accidente derivado de la falta de efectividad de las medidas de protección contra incendios y de protección contra intrusión y de la falta de mantenimiento adecuado de las instalaciones de producción. Estos hechos se ven agravados por la presencia en las instalaciones de sustancias químicas peligrosas (por su clasificación de tóxicas, inflamables o nocivas para el medio ambiente) que no están siendo convenientemente controladas, por falta de personal, ni está operativo el Plan de Emergencia Interior, encontrándose las instalaciones sujetas a un riesgo muy grave e inminente”. Y tal es la situación de abandono de la empresa, que el acuerdo afirma “que no se puede permitir que se sigan utilizando las instalaciones de producción en esta extraordinaria situación de inseguridad para trabajadores y terceros, por lo que se debe ordenar paralizar la actividad y se deben adoptar con carácter de urgencia medidas para volver a restablecer la seguridad en la planta”.

De igual modo, el auto de 22 de julio de 2013 del juzgado de instrucción nº 2 de León, en el

procedimiento de diligencias previas de procedimiento abreviado 2458/2013, hace referencia a un informe presentado por el Equipo del Seprona de la Guardia Civil de León “en el que se hace constar que a la vista del estado de abandono de las instalaciones de la empresa Antibióticos SA sería recomendable la entrega de los productos químicos, tóxicos y peligrosos, así como los residuos allí almacenados, a empresas autorizadas”, a cuyo fin la resolución judicial acuerda librar el oficio oportuno a la Junta de Castilla y León.

Asimismo, los correos electrónicos aportados como documento nº 10 de la solicitud de

liquidación, remitidos por Antonio Tejero González, responsable de mantenimiento del centro, resultan más que ilustrativas acerca de la incapacidad de la concursada para atender sus gastos más elementales para reanudar y mantener la actividad empresarial. Así, el remitido el 26 de septiembre de 2013 a las 9:38, comunica que “no podemos arrancar ninguna instalación por falta de adecuación a la reglamentación vigente de seguridad industrial” y advierte “de la necesidad de parada de las instalaciones inmediatamente y de que podemos incurrir en causas administrativas y penales para la empresa”, lo que viene a ahondar en las advertencias ya consignadas en el correo enviado el 22 de mayo de 2013, en el que expresa que “todas las instalaciones reglamentarias sujetas a inspecciones temporales se encuentra sin realizar y por lo tanto deberían permanecer fuera de servicio”.

Como se ha dicho, la respuesta de la concursada acerca de tal situación se centra en primer

lugar en la “manifiesta incompetencia técnica de los dos administradores concursales”, cuestión manifiestamente ajena al debate que se libra en la presente resolución; en la preferencia objetiva del convenio sobre la liquidación, acerca de lo que debe estarse a lo razonado anteriormente; en la negación del cese de actividad, sobre de lo que debe estarse a lo razonado anteriormente; en la negación del importe de los costes mensuales de mantenimiento de la actividad y del necesario para la reanudación de la misma, así como en la afirmación de la necesidad de elaboración de un presupuesto acorde de los gastos necesarios a tal fin, cuando lo cierto es que las circunstancias ya descritas y la total falta de aportación dineraria para su neutralización privan de contenido a cualquier argumentación al respecto, visto el tiempo transcurrido desde su puesta de manifiesto; en la efectividad de la existencia de un inversor, lo que aún en el supuesto de acreditarse (que como se ha dicho antes no se ha verificado) en ningún caso resulta incompatible con la apertura de la liquidación; y finalmente, en la negativa incidencia de la apertura de la liquidación sobre la situación de los trabajadores, argumento que se sustenta nuevamente en la falacia antes aludida sobre la objetiva conveniencia que se deriva para los trabajadores de la aprobación de una propuesta de convenio y sobre los fatales efectos que para ellos determina la apertura de la liquidación.

En efecto, esta se solicita por la administración concursal ante la absoluta situación de bloqueo

que vive la empresa por razón de su total falta de recursos para hacer frente a sus costes mínimos de subsistencia, situación que reconoce la propia concursada cuando apoya su viabilidad en la entrada de capital ajeno, de manera que el mantenimiento de la actual titularidad de la empresa por parte de la

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sociedad propietaria de su capital social en nada garantiza una mejor situación laboral para los trabajadores, y de hecho ha venido traduciéndose en la suspensión de sus contratos. En el presente supuesto, la única consecuencia de la apertura de la fase de liquidación, además de la apertura del patrimonio de la concursada hacia eventuales inversores que puedan levantar la delicada situación de la empresa, se ciñe de manera exclusiva de un lado a la tramitación de la sección de calificación, y por tanto del enjuiciamiento de eventuales responsabilidades en la generación o agravación de la situación de insolvencia de la concursada, y de otro a la frustración de las expectativas de ganancia de su propietaria en relación con su venta, que no podrá decidir por sí en sede de liquidación, como tampoco percibir la plusvalía correspondiente, salvo que el precio obtenido supere al importe de los créditos reconocidos en el concurso. Y no debe olvidarse que en el contexto liquidatorio la Ley Concursal prioriza la transmisión unitaria de la empresa y el mantenimiento de la plantilla. Así, el artículo 148.1, en relación con el contenido del plan de liquidación, establece que “la administración concursal presentará al juez un plan para la realización de los bienes y derechos integrados en la masa activa del concurso que, siempre que sea factible, deberá contemplar la enajenación unitaria del conjunto de los establecimientos, explotaciones y cualesquiera otras unidades productivas de bienes y servicios del concursado o de algunos de ellos”. Y asimismo, el artículo 149.1.3º de la LC dispone que “en caso de enajenación del conjunto de la empresa o de determinadas unidades productivas de la misma se fijará un plazo para la presentación de ofertas de compra de la empresa, siendo consideradas con carácter preferente las que garanticen la continuidad de la empresa, o en su caso de las unidades productivas, y de los puestos de trabajo”, de manera que las interesadas en su adquisición, en caso de concurrir más de una, deberán centrar sus esfuerzos en la conservación del mayor número posible de puestos de trabajo para hacerse con la empresa que explota la concursada.

En definitiva, pues, la constatación tanto de la situación de total y absoluta paralización de la

actividad de la concursada como de su falta de capacidad para hacer frente por sí a los costes de reanudación y mantenimiento de aquella, determinan no ya la conveniencia, sino la urgente necesidad de poner término a aquella, con el fin de evitar tanto la exponencial reducción de las expectativas de cobro de los acreedores ligada a la ingente generación de créditos contra la masa, como un progresivo deterioro de las instalaciones asociado a la falta de atención de sus costes de mantenimiento, y tratar de agotar las posibilidades de preservación de la empresa mediante la entrada de un inversor que de manera preferente asuma en la mayor medida posible el mantenimiento de los puestos de trabajo, y en caso de no verificarse, se frene el incremento de la generación de pasivos en perjuicio de los acreedores y en particular de los trabajadores, recluídos en un marco laboral que ningún ingreso les reporta.

CUARTO. Los artículos 145 a 147 de la Ley Concursal prevén los efectos derivados de la

apertura de la fase de liquidación, al señalar que “la situación del concursado durante la fase de liquidación será la de suspensión del ejercicio de las facultades de administración y disposición sobre su patrimonio, con todos los efectos establecidos para ella en el título III de la presente Ley...Si el concursado fuese persona jurídica, la resolución judicial que abra la fase de liquidación contendrá la declaración de disolución si no estuviese acordada y, en todo caso, el cese de los administradores o liquidadores, que serán sustituidos por la administración concursal, sin perjuicio de continuar aquéllos en la representación de la concursada en el procedimiento y en los incidentes en los que sea parte”.

Asimismo, el artículo 146 añade que “Además de los efectos establecidos en el capítulo II del

título III de esta Ley, la apertura de la liquidación producirá el vencimiento anticipado de los créditos concursales aplazados y la conversión en dinero de aquellos que consistan en otras prestaciones”, recogiendo como regla supletoria el artículo 147 que “durante la fase de liquidación seguirán aplicándose las normas contenidas en el título III de esta Ley en cuanto no se opongan a las específicas del presente capítulo”.

QUINTO. De acuerdo con el artículo 148.1 de la Ley Concursal, “en el informe al que se refiere

el artículo 75 o en un escrito que realizará dentro de los quince días siguientes al de notificación de la resolución de apertura de la fase de liquidación, la administración concursal presentará al juez un plan para la realización de los bienes y derechos integrados en la masa activa del concurso que, siempre que sea factible, deberá contemplar la enajenación unitaria del conjunto de los establecimientos, explotaciones y cualesquiera otras unidades productivas de bienes y servicios del concursado o de algunos de ellos. Si la complejidad del concurso lo justificara el juez, a solicitud de la administración concursal, podrá acordar la prórroga de este plazo por un nuevo período de igual duración”.

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Vistos los preceptos citados y demás de general y pertinente aplicación

PARTE DISPOSITIVA

1.- No ha lugar a la admisión a trámite de la propuesta de convenio presentada por la concursada en fecha 5 de diciembre de 2013.

2.- Procédase a la apertura de la fase de liquidación de la concursada ANTIBIÓTICOS SAU,

con declaración de su disolución. 3.- Requiérase a la administración concursal para que dentro de los 15 días siguientes al de la notificación de la presente resolución presente plan de realización de los bienes y derechos integrados en la masa activa del concurso. Asimismo, cada tres meses, a contar de la apertura de la fase de liquidación, la administración concursal presentará al juez del concurso un informe sobre el estado de las operaciones, que detallará y cuantificará los créditos contra la masa devengados y pendientes de pago, con indicación de sus vencimientos. Este informe quedará de manifiesto en la oficina judicial. El incumplimiento de esta obligación podrá determinar la responsabilidad prevista en los artículos 36 y 37. Una vez aprobado el plan, las operaciones de liquidación no podrán durar más de tres meses, prorrogables, a petición de la administración concursal, por un mes más.

4.-Anúnciese la apertura de la fase de liquidación por medio de edictos que se fijarán en el tablón de anuncios del Juzgado. Asimismo, líbrese mandamiento por duplicado al Registro Mercantil de León a fin de inscribir la apertura de la liquidación y la declaración de disolución de la concursada.

Notifíquese la presente resolución a las partes, haciéndoles saber que contra la misma cabe recurso de reposición en el plazo 5 días, previa constitución de depósito por importe de 25 euros, y que tendrá la consideración de apelación más próxima a los efectos de reproducir las cuestiones planteadas en los recursos de reposición o incidentes concursales promovidos durante la fase común.

Lo acuerda y firma S.Sª. Doy fe.

Firma del Juez Firma del Secretario