Autoridad Dentro de La Iglesia Institucional

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Resumen Autoridad dentro de la iglesia institucional

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Pgina4UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICOFACULTAD DE FILOSOFA Y LETRASLICENCIATURA EN PEDAGOGA SUAYEDHISTORIA DE LA EDUCACIN Y LA PEDAGOGA IIREPORTE DE LECTURA. LA AUTORIDAD DENTRO DE LA IGLESIA INSTITUCIONAL.La iglesia cristiana ofreca a las mujeres la posibilidad de una vida religiosa, perteneciendo a comunidades sometidas a la pobreza, obediencia y castidad. Dentro de estos monasterios podan ejercitar sus capacidades intelectuales y dedicarse al igual que los hombres al estudio y a la oracin, a pesar de no tener el mismo poder que un monje, compartan el mismo derecho divino al conocimiento y a la autoridad espiritual en la tierra.Desde el siglo VII al X, fundadoras y abadesas privilegiadas asumieron poderes reservados a obispos. Muchas de estas comunidades eran instituciones para hombre y mujeres, denominadas por los historiadores como monasterios dobles. Las abadesas ejercan tanto el poder religioso como terrenal. Posean tierras en nombre de la comunidad, eran responsables del cumplimiento de las obligaciones feudales de los sbditos, de la administracin de las heredades y campos de los que dependa la manutencin del grupo religioso. De igual manera supervisaban la vida religiosa dentro del monasterio, la recaudacin del diezmo y la eleccin del clrigo del pueblo, tambin eran responsables de la vida religiosa de los monjes y monjas de su orden. Los benefactores y eclesisticos crean que la principal labor de estas mujeres era la oracin, no obstante su actividad tambin iba encaminada hacia la educacin. En estos siglos la alfabetizacin significaba la capacidad de leer en latn, por lo que se exiga a las pupilas la capacidad para estudiar los textos latinos de la antigedad y de la iglesia primitiva. Desde los siglos VII al XI se fomento el conocimiento, algunos dirigentes masculinos de la iglesia en varios tratados afirman que mediante la educacin masculina una mujer poda llegar a ser ms viril y por tanto ms santa.Bajo el mandato de las abadesas estos centros religiosos fueron excelentes, incluso comparables con las escasas universidades. A las monjas del monasterio de la madre Lioba se les permita fungir como maestras en instituciones creadas por otros emisarios papales masculinos, todo debido a su reputacin como erudita. La abadesa Lioba haba sido confiada a la iglesia desde nia, pensando que la vida religiosa poda otorgarle libertad. Este sentimiento fue comn en estos siglos, ya que las mujeres dentro de estos claustros podan liberarse de las descalificaciones propias de su sexo. En este sentido, tenan las mismas oportunidades que los hombres, ya que podan utilizar su mente, leer grandes textos e inclusive escribir sus propias palabras y pensamientos. De tal manera que en cada siglo las mujeres de la iglesia exploraron diversos gneros literarios.En este entorno acadmico, una mujer supero incluso a sus coetneos masculinos, Hrotsvit de Grandersheim, quien escribi poesa, historia y compuso las nicas piezas teatrales en toda Europa entre los siglos IV y XI. Entro muy pequea al monasterio, dedicada a la iglesia por su noble familia. Como cualquier hombre educado en sus circunstancias, se dedicaba a componer en latn leyendas de santos, pica, poemas y teatro. Comparti sus obras con unos pocos hombres de iglesia, que apoyaron su esfuerzo, pero ante todo estaban interesados en que monjas y canonesas los leyeran en los das de fiesta o durante la visita de los funcionarios imperiales o eclesisticos. Ninguna de sus obras fue de gran difusin, aunque su mera existencia indica las posibilidades que la iglesia ofreca a una mujer inteligente.De las abadesas de estos siglos, Hildegarda de Bingen (1098-1179) fue quien mejor desarroll el poder que se ofreca a las mujeres de la Iglesia. Papas y emperadores la creyeron una profetisa, inspirada por las revelaciones divina, las cuales comparta con sus congneres. Desde muy pequea entro al monasterio y a los catorce ao tom los votos de virginidad y profes. A la muerte de la abadesa Jutta de Sponheim la sustituyo. A la edad de tres aos tuvo su primera visin, y a los catorce aos comenz a escribir, ya que crey que Dios se lo haba ordenado. Entre 1141-1151 trabaj con sus monjas en la produccin Scivias (Conocer los caminos del seor), en la cual hablo de la creacin. En sus visiones pudo concebir al Creador como femenino, nutriendo y manteniendo los frutos de la unin. Describi como sera salvada la humanidad el da del juicio final. Adems de sus obras visionarias tambin escribi libros de medicina y ciencias naturales, en ellos clasifica plantas y sus usos medicinales, catalog cuarenta y siete enfermedades, que a su parecer eran consecuencia de una ruptura de equilibrio del cuerpo. En el ltimo ao de su vida, Hildegarda afronto a los funcionarios de la iglesia debido al entierro de un noble en el cementerio de la abada, lo cual puso en entredicho la abada y slo mediante su apelacin al arzobispo de Roma se liber de la condena. La reputacin de Hildegarda y sus vnculos con la divinidad le concedieron autoridad para oponerse a la jerarqua masculina.Sin embargo el mundo de las grandes abadesas desapareci con el tiempo, diferentes causas originaron final. Perdieron sus tierras debido a las invasiones de vikingos y rabes entre los siglos IX al XI. Los monasterios dobles fueron disueltos durante la reforma, separando a hombres y mujeres. Perdieron su independencia, vctimas de la lucha entre seculares por el poder espiritual y temporal, tras lo cual, papas, obispos y generales de las rdenes les exigieron obediencia. Para por ultimo perder sus privilegios y derechos reservados al clero masculino, como la toma de votos de las novicias, or en confesin, predicar y cantar el evangelio. Al haber perdido sus derechos sobre las tierras y el poder tambin perdieron el acceso a la educacin. Solo podan aprender y ensear los maestros y doctores en teologa, lo cual era un derecho que nicamente podan ostentar los hombres. Diversos autores clsicos, padres de la Iglesia y telogos se basaron en los viejos temores y prejuicios contra las mujeres, la cual era condenada por su naturaleza. Podemos citar a Santo Tomas de Aquino, el cual consider que las mujeres no podan acceder al sacerdocio ya que era una imposibilidad lgica y natural considerar que podan llegar a tener poder sobre los hombres. En cuanto a su cuerpo, tambin fue blanco de ataques, ya que la menstruacin era considerada algo sucio, por lo cual deban ser apartadas de la misa.Lo ms importante es que la mujer tena que estar enclaustrada, ya que cualquier contacto del pueblo secular con una mujer poda perturbar la calma. As fue como fue restringida y limitada la figura de la mujer, incluso fue ridiculizada en la fbula de la ficticia papa Juana, dejando en el olvido a las grandes abadesas y mujeres eruditas del pasado.LAS RDENES RELIGIOSAS REFORMADAS DE LOS SIGLOS XII Y XIII.- A pesar de las restricciones a las mujeres algunas lograron establecer conventos, prioratos y abadas, ya que la igual que los hombres deseaban formar parte del renacimiento y revitalizacin de la fe. Aunque por un lado diferentes telogos y hombres de la iglesia atacaron las mujeres como inferiores de la naturaleza, por otro lado elevaron a dogma otras tradiciones positivas de la iglesia antigua, escribieron por ejemplo sobre el poder de transformacin de la castidad y la condicin superior de la Virgen. Personajes como Santo Tomas de Aquino aseguraban que al hacer los votos de castidad las mujeres podan escapar de los impedimentos del sexo femenino y los horrores del embarazo y el parto. Por lo tanto, la vida en el monasterio para las mujeres era concebida como su nica salida para brindarles dignidad y honor.Diferentes mujeres eligieron congregarse a fin de obtener la gracia del papa, otras encontraron tierras y decidieron fundar conventos con la ayuda de un obispo o abad de una de las rdenes establecidas. En los siglos XII y XIII, mujeres de buena cuna leyeron y escucharon a los lderes de la poca, como San Francisco de Ass y al igual que sus congneres masculinos decidieron formar nuevas rdenes religiosas, siguiendo una regla reformada ms sencilla. No obstante, las rdenes femeninas se vieron disminuidas en nmero y mal abastecidas.Pese a que muchos clrigos insistieron en que las rdenes cistercienses de Bernardo de Caval eran demasiado severas para las mujeres, muchas de mujeres europeas se vieron inspiradas por este en este modelo. Aunque al igual que los dirigentes del pasado, los dirigentes de las nuevas instituciones cedieron a los prejuicios y errores tradicionales. Para el ao 1215, el concilio prohibi la fundacin de nuevas rdenes y las mujeres tuvieron que seguir sublevadas a la regla de los hombres, todo ello debido a los prejuicios tradicionales. Diferentes ejemplo de vida monstica podemos encontrar, y en cada caso, las tradiciones del pasado hicieron que las mujeres fueran excluidas o coartadas, aun cuando demostraron haber sido mujeres piadosas y activas al servicio de la Iglesia. LA VIDA DE CLAUSURA DE UNA MONJA.- Durante los siglos XII al XVII las mujeres pudieron ingresar al mundo espiritual, ya sea por razones espirituales o por condiciones ms prcticas. Hubo mujeres que incluso desafiaron los designios de la familia y tomaron los votos, tal es el caso de Jacqueline de Sainte, hermana de Blaise Pascal, quien enfrento la prohibicin del hermano y consigui ser admitida en una congregacin a pesar de no contar con la dote acostumbrada. Otras mujeres sin embargo, vieron la vida religiosa como una salida de salvacin, siendo una alternativa para aquellas jvenes que nunca se casaran o para las nacidas de una unin ilcita. Las viudas ricas tambin podan gozar de los favores de la vida del convento, ya sea tomando los votos o conviviendo sin el hbito y las restricciones de la clausura. As fuera por eleccin o por aceptacin de lo que no poda modificarse, al ampar del convento una mujer poda llevar una vida plena y rica.Todas eran mujeres de buena familia, aunque tambin haba mujeres de casta inferior que se hacan monjas laicas o eran empleadas como campesinas para trabajar las tierras de las monjas, lavar o cocinar. Sin embargo las mujeres llevaban una vida muy diferente a la de los hombres, su vida era concretamente una vida de clausura y de oracin, aunque tambin realizaban otro tipo de actividades. Escriban cantos para los accesos de la misa, festividades especiales y ritos para la orden. Tambin se dedicaban a la meditacin o la lectura en solitario en su celda, aunque no lean a los clsicos podan estudiar libros de moral escritos especialmente para ellos en lengua verncula y meditaban sobre las obras de los msticos para motivar su devocin. Algunas otras tambin se dedicaban a la hechura de tapices, en los cuales contaban la historia a travs de imgenes. Surgieron unas cuantas artistas e ilustradoras, se dedicaron a la pintura en fresco, al leo, aunque nunca tuvieron los suficientes recursos para hacerlo profesionalmente, se dedicaron tambin a la caligrafa y decoracin de mrgenes y maysculas.Dentro del convento las mojas tenan que llevar una vida de clausura sin embargo esto no era del todo posible, sobre todo porque tenan que participar de la administracin de los gastos, dado que la falta de recursos era comn tenan que buscar el modo de ganar dinero, aunque este generalmente proceda de las propiedades concedidas a la fundacin y de las dotes de las novicias, las monjas tuvieron de algn modo sostener sus gastos por medio de su trabajo como hiladoras, costureras, bordadoras, etc.En siglos pasados las monjas podan ser preceptoras de muchachos y muchachas, sin embargo con las reformas del siglo XIII y la clausura religiosa se les prohibi ensear, aunque de esta prohibicin hicieron caso omiso, ya que siguieron enseando sino a muchachos si a las hijas de sus amigos y familia, lo cual generaba un ingreso extra para los gastos del convento.A pesar de todas las vicisitudes encontradas la vida de clausura de una monja permaneci as hasta el siglo XX.Esta vida de misa, lecturas y de enseanzas satisfaccin a algunas mujeres, pero tambin hubo otro tipo de vida a la que tuvieron acceso las mujeres, la de meditacin y de plegaria. Bajo esta va surgieron diferentes mujeres dedicadas al misticismo, las cuales podan experimentar una devocin muy grande, un xtasis de fe.Sin embargo estas mujeres fueron obedientes a su fe, nadie reclamo poder para su propia persona y siempre aceptaron la necesidad de una gua.

ALEJANDRA PAEZ RUIZ