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  • REVISTA LATINOAMERICANA DE PSICOLOGIA1996 VOLUMEN 28 ND2 341-366

    AUTOESTIMA V DEPRESION EN

    ADOLESCENTES GUATEMALTECOS

    GUIDO AGUILAR* , HADE DE EDUARDO

    y

    CARLOS E. BERGANZA

    Universidad Francisco Marroqun (Guatemala)

    ABSTRACT

    Depressionand self-esteem wereassessed in 908 scholaradolescents, as areplieationand extension of the study of Berganza and Aguilar (1992) Depression in GuatemalanAdalescents. As in that study, significant levels of depression were found in the teenagers(28.78%) andgenderdifferences persisted,femaleshavinghigherpercentagesofdepressionthan males (36.61 vrs. 21.56%). Total self-esteem, as well as global, familiar, academic,physical and social self-esteem were measured. A significant negative correlation wasfound between depression and self esteem (r = .612,11

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    RESUMEN

    Se evaluaron la depresi6n y la autoestima como replicacin y extensin delestudio de Berganza y Aguilar (1992) sobre Depresi6n en AdolescentesGuatemaltecos. Se encontraron niveles significativos de depresi6n en los adoles-centes (28.78%) y las diferencias de gnero persistieron, presentando lasmujeres mayores porcentajes de depresi6n que los varones (36.61 vs. 21.56%).Se midi la autoestima total, lo mismo que la autoestima global, familiar,acadmica, fsica y social. Se encontr6 una correlaci6n negativa significativaentre la depresi6n y la autoestima (r = - .612, P < .OS). Usando un anlisis deregresin, se encontr que la autoestima y sus componentes contribuansignificativamente a los niveles de depresin: Total (37.4%), global (2S.7%),acadmica (14.9%), fsica (20.S%), familiar (22.8%), y social (19.2%). Sediscuten las implicaciones de estos resultados y su relaci6n con el ModeloEconmico Transaccional en Adolescentes Guatemaltecos (Berganza y Aguilar,1989).

    Palabras clave;' Autoestima, depresin, evaluaci6n, adolescentes, Guate-mala.

    INTRODUCCION

    Investigando la epidemiologa de la depresi6n en adolescentes guatemaltecos,Berganza y Aguilar (1989, 1992) encontraron que e13S% de ellos se encontrabandeprimidos, incluyendo un 20.9% de sexo masculino y 48.8% del femenino. Unhallazgo interesante fue la relacin en espejo encontrada entre hombres ymujeres, al analizar las tasa de depresi6n en las tres clases socioecon6micasestudiadas (Aguilar y Berganza, 1991; Berganza y Aguilar, 1989), de modo queen la clase social en que las tasas de depresi6n para los hombres fue alta, la delas mujeres result baja, y viceversa. Debido a esto, al sumar las tasas dedepresin para los dos gneros en cada clase socioecon6mica, el resultado fueuna tasa de depresi6n similar en las tres clases. Para explicar este fenmeno, ybasados en investigaci6n previa (Berganza, Aguilar, Urdiales y Kriete, 1987;Berganza, Peyr y Aguilar, 1989), Berganza y Aguilar (1989) plantearon elModelo Econ6mico- Transaccional.

    El modelo Econ6mico- Transaccional propone que la posici6n socio-econ6-mica de cada sujeto determina en buena medida, tanto las influencias de tipocultural y educacional a que se ve expuesto, como el estilo de sus transaccionescon el medio circundante; esto genera valores, expectativas, oportunidades yestresores diferenciales para cada grupo socioecon6mico, que son importantesde entender para explicar la epidemiologa de los trastornos emocionales engrupos sociales, econ6micos y culturales distintos. Por lo tanto, las tasasvariables de depresin en funci6n del gnero y la clase socioeconmica son el

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    Los varones de clase alta presentaron las tasas ms bajas de depresin detoda la muestra estudiada. Desde una perspectiva econmica, puede argumentarseque esto se debe en parte a la tranquilidad que les provee la seguridad econmicapor el patrimomio familiar. Otro elemento, ntimamente vinculado al anterior yposiblemente complementario, es el relativo conformismo que esta tranquilidadeconmica genera; esto limita en buena medida el cambio social o cultural ydisminuye las fuentes de frustracin y preocupacin que asaltan al muchachocuyo futuro resulta ms incierto. Un tercer elemento de relativa proteccinpsicolgica en contra de la depresin para este grupo lo constituye su conductaactuadora, que opera como una vlvula de escape de las tensiones emocionales,ya sea a travs de la participacin de estos sujetos en acti vidades autoestimulantes,tales como carreras de carros, de motos, rias, vandalismo, o por su automedicacina travs de alcohol, tabaco u otras drogas.

    Entre los varones, los de clase media son los que presentaron las tasas dedepresi6n ms elevadas. Desde el punto de vista econmico, este grupo estexpuesto a mayores presiones y frustraciones por la caracterstica de su condi-cin de clase, de incorporar los valores y aspiraciones de la clase alta. sin contarcon los medios econ6micos para alcanzarlos. Por un lado el medio social es mscerrado para ellos y presenta, por lo mismo, ms obstculos; por el otro, la luchapor la consecusin de las metas propuestas exige la movilidad social, lo quegenera cambio sociocultural, con su consecuente prdida de valores culturales,conducente a anoma y depresi6n (KIeiner y Dalgard, 1984). Este cuadrosocioecon6mico es percibido por el joven de clase media como un obstculopreocupante, que va a requerir mucho esfuerzo y capacidad. Esto confronta alindividuo con su propia competencia, preparacin y responsabilidad y es fuentede tensin, incertidumbre y angustia acerca del futuro, que si no se canalizaapropiadamente, se puede convertir en francos cuadros depresivos. Finalmente,y contrario a los varones de clases alta y baja, los sujetos de clase media tiendena incorporar valores culturales que bloquean la conducta actuadora. Esto haceque la tensin que se genera como resultado de la frustracin, se redirija haciael individuo mismo, en vez de extemalizarse.

    Los varones de clase baja presentaron una tasa de depresi6n intermedia entrelos de clase alta y media. Desde el punto de vista econ6mico, se puede hipotetizarque estos sujetos se encuentran relativamente protegidos por su mayor confor-mismo. Contribuye a sto su menor exposici6n a la frustraci6n, resultado de suaceptaci6n de roles sociales y culturales menos cambiantes, y de laincorporaci6nde expectativas menos ambiciosas. Por otro lado, como en el caso de los sujetosde clase alta, estos individuos tienden a presentar una conducta actuadora quepermita la exteriorizaci6n de la tensin generada por la frustraci6n o el conflicto.

    Hasta aqu, la parte econ6mica del Modelo Escon6mico- Transaccional paraexplicar las relaciones diferenciales y complementarias en las tasas de depresi6n