Ayer y hoy: La vigencia de la lucha de los 30 mil

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A 38 años del comienzo de la última dictadura militar, las organizaciones abajo firmantes nos encontramos nuevamente en la calle para seguir exigiendo justicia, para seguir gritando Nunca Más y para continuar reivindicando la lucha de nuestros compañeros y compañeras detenidos-desaparecidos. Casi 40 años han pasado del inicio del sistemático genocidio que tuvo lugar en nuestro país, el cual tuvo como saldo 30.000 compañeros y compañeras desaparecidas y que tuvo como objetivo frenar las experiencias más avanzadas de organización y de lucha por un cambio social de raíz. Este 24 de marzo nos encuentra en el marco de un evidente giro a la derecha del kirchnerismo. El otrora "gobierno de los derechos humanos", que "no reprime la protesta social", el del "modelo de crecimiento con inclusión social", el gobierno que logró ilusionar a amplios sectores de la población levantando las históricas banderas de lucha por justicia por los crímenes de lesa humanidad, hoy encabeza un claro avance sobre en contra de los trabajadores. Esta es la década ganada… por los poderosos. Década en la cual los trabajadores ganamos explotación, precarización y flexibilización laboral. Década que no pudo ganar Julio López, desaparecido en democracia (su segunda desaparición). La misma que no ganó Luciano Arruga cuando lo desaparecía el aparato represivo del Estado, en el caso más emblemático de gatillo fácil, problemática que se lleva a un pibe de barrio cada 28 hs. La misma década que no vio Marita Verón, desaparecida en una de las tantas redes de trata que se despliegan a lo largo del país con la complicidad del Estado, el poder político, el judicial y la mafia policial. Todos desaparecidos en democracia, en esa en la que, según CFK, a diferencia de la dictadura, “ya no puede desaparecer nadie”. Así se construye la hegemonía: lo que no se convence o coopta, se reprime. Así, se desplegaba el aparato represivo del Estado por el conurbano, con los Operativos Cinturón Sur y Centinela. Y para reprimir mejor, hay que conocer al enemigo. Así nacen el Proyecto X, exhaustiva base de datos basada en el trabajo de inteligencia sobre militantes, manifestantes combativos y activistas, y la Ley Antiterrorista. Y no solo se espía a los militantes sino que también se los procesa, muestra de esto son los cerca de 3000 compañeros judicializados. Y como frutilla del postre, “policía con aumento, reprime más contento”. Las provincias, esas mismas que hoy regatean en las paritarias con los docentes que no pueden alcanzar a un sueldo mínimo vital y móvil, incrementaron el salario de los fuerzas policiales, llegando a la suma de 8.500 pesos más beneficios. El "gobierno de los derechos humanos" intensifica sus contradicciones y nombra como jefe del Ejército a Cesar Milani, militar riojano acusado por torturas y desapariciones en la última dictadura cívico-militar. Scioli no se queda atrás en materia de represión y mano dura: desdobla la cartera bonaerense de Seguridad y cede el puesto a Alberto Granados, caudillo de Ezeiza desde hace 26 años, dueño del negociado y autor del plan Tolerancia Cero para poner a patrullar a policías retirados. Debemos redoblar los esfuerzos en la lucha por los Derechos Humanos denunciando el estancamiento de los juicios a los genocidas. A más de 10 años de anuladas las leyes de impunidad, solo se condenaron a 470 represores en todo el país, lo que representa menos de 1 genocida condenado por cada uno de los 600 Centros Clandestinos de Detención que hubo en la dictadura En la reciente apertura de las sesiones del Congreso, CFK dejaba esto en claro al referirse a la protesta social, minimizándola, estigmatizándola, descontextualizándola, vaciándola de contenido y juzgando su forma. Así hablaba Cristina de regular la protesta, encorsetándola a marcos institucionales. Así hablaba y la aplaudían los sectores “opositores” de derecha: PRO, peronismo disidente, FAP, etc., que ya presentaron planes en sus respectivas legislaturas. Evidencia de las palabras de la presidenta es el saldo de 11 represiones en lo que va del año. La mandataria refería en el mismo discurso al caso de los trabajadores petroleros de Las Heras. No hacia mención de los reclamos legítimos del pueblo de Las Heras, en la jornada de lucha en 2006, por condiciones de vida y trabajo dignas. No sólo omitía cualquier mención a las condiciones de la muerte del policía, atribuida sin pruebas a los trabajadores, sino que hacía caso omiso de las irregularidades del proceso judicial donde las “pruebas” fueron conseguidas a base de torturas, apremios ilícitos y otras prácticas propias de la dictadura. Cuatro trabajadores condenados a perpetua en un día por el “asesinato” sin pruebas de un policía, mientras que en 10 años solo hubo un policía condenado a perpetua por casos comprobados de gatillo fácil. la vigencia de la lucha Ayer y Hoy: de los 30 mil

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Declaración conjunta por el 24 de marzo, a 38 años de la última dictadura militar. Por MULCS, MIR, Agrupación Domingo Menna, OTR, Fogoneros, FPDS y COB La Brecha.

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A 38 años del comienzo de la última dictadura militar, las organizaciones abajo firmantes nos encontramos nuevamente en la calle para seguir exigiendo justicia, para seguir gritando Nunca Más y para continuar reivindicando la lucha de nuestros compañeros y compañeras detenidos-desaparecidos. Casi 40 años han pasado del inicio del sistemático genocidio que tuvo lugar en nuestro país, el cual tuvo como saldo 30.000 compañeros y compañeras desaparecidas y que tuvo como objetivo frenar las experiencias más avanzadas de organización y de lucha por un cambio social de raíz.

Este 24 de marzo nos encuentra en el marco de un evidente giro a la derecha del kirchnerismo. El otrora "gobierno de los derechos humanos", que "no reprime la protesta social", el del "modelo de crecimiento con inclusión social", el gobierno que logró ilusionar a amplios sectores de la población levantando las históricas banderas de lucha por justicia por los crímenes de lesa humanidad, hoy encabeza un claro avance sobre en contra de los trabajadores.

Esta es la década ganada… por los poderosos. Década en la cual los trabajadores ganamos explotación, precarización y flexibilización laboral. Década que no pudo ganar Julio López, desaparecido en democracia (su segunda desaparición). La misma que no ganó Luciano Arruga cuando lo desaparecía el aparato represivo del Estado, en el caso más emblemático de gatillo fácil, problemática que se lleva a un pibe de barrio cada 28 hs. La misma década que no vio Marita Verón, desaparecida en una de las tantas redes de trata que se despliegan a lo largo del país con la complicidad del Estado, el poder político, el judicial y la mafia policial. Todos desaparecidos en democracia, en esa en la que, según CFK, a diferencia de la dictadura, “ya no puede desaparecer nadie”.

Así se construye la hegemonía: lo que no se convence o coopta, se reprime. Así, se desplegaba el aparato represivo del Estado por el conurbano, con los Operativos Cinturón Sur y Centinela. Y para reprimir mejor, hay que conocer al enemigo. Así nacen el Proyecto X, exhaustiva base de datos basada en el trabajo de inteligencia sobre militantes, manifestantes combativos y activistas, y la Ley Antiterrorista. Y no solo se espía a los militantes sino que también se los procesa, muestra de esto son los cerca de 3000 compañeros judicializados.

Y como frutilla del postre, “policía con aumento, reprime más contento”. Las provincias, esas mismas que hoy regatean en las paritarias con los docentes que no pueden alcanzar a un sueldo mínimo vital y móvil, incrementaron el

salario de los fuerzas policiales, llegando a la suma de 8.500 pesos más beneficios.

El "gobierno de los derechos humanos" intensifica sus contradicciones y nombra como jefe del Ejército a Cesar Milani, militar riojano acusado por torturas y desapariciones en la última dictadura cívico-militar. Scioli no se queda atrás en materia de represión y mano dura: desdobla la cartera bonaerense de Seguridad y cede el puesto a Alberto Granados, caudillo de Ezeiza desde hace 26 años, dueño del negociado y autor del plan Tolerancia Cero para poner a patrullar a policías retirados.

Debemos redoblar los esfuerzos en la lucha por los Derechos Humanos denunciando el estancamiento de los juicios a los genocidas. A más de 10 años de anuladas las leyes de impunidad, solo se condenaron a 470 represores en todo el país, lo que representa menos de 1 genocida condenado por cada uno de los 600 Centros Clandestinos de Detención que hubo en la dictadura En la reciente apertura de las sesiones del Congreso, CFK dejaba esto en claro al referirse a la protesta social, minimizándola, estigmatizándola, descontextualizándola, vaciándola de contenido y juzgando su forma. Así hablaba Cristina de regular la protesta, encorsetándola a marcos institucionales. Así hablaba y la aplaudían los sectores “opositores” de derecha: PRO, peronismo disidente, FAP, etc., que ya presentaron planes en sus respectivas legislaturas. Evidencia de las palabras de la presidenta es el saldo de 11 represiones en lo que va del año. La mandataria refería en el mismo discurso al caso de los trabajadores petroleros de Las Heras. No hacia mención de los reclamos legítimos del pueblo de Las Heras, en la jornada de lucha en 2006, por condiciones de vida y trabajo dignas. No sólo omitía cualquier mención a las condiciones de la muerte del policía, atribuida sin pruebas a los trabajadores, sino que hacía caso omiso de las irregularidades del proceso judicial donde las “pruebas” fueron conseguidas a base de torturas, apremios ilícitos y otras prácticas propias de la dictadura. Cuatro trabajadores condenados a perpetua en un día por el “asesinato” sin pruebas de un policía, mientras que en 10 años solo hubo un policía condenado a perpetua por casos comprobados de gatillo fácil.

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Este avance en la política represiva por parte del gobierno nacional se orienta a ponerle un freno al aumento de los reclamos de la clase trabajadora y los sectores populares frente al ajuste y las distintas medidas pro-mercado implementadas en los últimos meses.

La galopante inflación se traduce en un acelerado encarecimiento del costo de vida: de los alimentos, del combustible, de los servicios mediante la quita de subsidios, del transporte, elevando el precio de la canasta básica a más de $8000. Es preciso ser claros: la responsabilidad recae tanto en las empresas monopólicas que operan en la remarcación de los precios como en el gobierno nacional, que actúa en connivencia de las mismas, beneficiando a los sectores concentrados del capital. La devaluación desatada a comienzos de año es una respuesta del gobierno nacional a las exigencias del capital, principalmente del sector exportador, de “corregir” el atraso cambiario en pos de maximizar sus ganancias.

A su vez, en lo que va del año se han registrado suspensiones y despidos en distintas ramas como de la industria; lo cual habla de una clara tendencia a la reducción del empleo. La gestión de la “redistribución de la riqueza”, en vez de hacer eco de los reclamos de los trabajadores, ha optado por hacerle guiños a los sectores empresarios y organismos del capital internacional. Las negociaciones con el FMI y el Club de Paris, la vuelta al CIADI, la indemnización a Repsol de u$s 5000 millones son muestras de un gobierno decidido a recomponer relaciones con los distintos sectores la burguesía nacional e internacional. A costa de los trabajadores, el gobierno actúa en beneficio del sector empresario.

Atrás ha quedado el velo de progresismo que durante todos estos años vistió a la gestión de los Kirchner. Ante este panorama de avance sobre los trabajadores, la necesidad de vertebrar una verdadera alternativa social y política de los de abajo cobra una importancia central, forjando la independencia de clase y la perspectiva de transformación social. La creciente conflictividad abre la posibilidad de que los sectores populares crezcamos en nuestro nivel de organización y combatividad. Pero las distintas luchas que llevemos adelante los trabajadores en esta coyuntura serán verdaderamente fructíferas solo

si las enmarcamos en una disputa política clara: en la lucha por la eliminación de la explotación del hombre por el hombre, en la pelea por un cambio social de raíz que ponga fin a este sistema injusto y miserable.

Hoy, a cuarenta años del golpe de estado genocida, seguimos levantando las banderas de los compañeros detenidos y desaparecidos. Ellos y ellas que siguen estando PRESENTES, y con orgullo continuamos con su lucha por la transformación radical de esta sociedad. La historia de ayer y de hoy son distintas batallas de una misma pelea: sigue siendo la lucha contra el capitalismo en todas sus variantes posibles, incluida la actual gestión kirchnerista. La lucha sigue siendo por el socialismo.

MULCS -MIR -agrupacion Domingo mena- otr-Fogoneros -FPDS -cob la Brecha