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HOJA PARROQUIAL B ASILICA DE SAN JUAN EL REAL 6 DE MARZO DE 2016 CUARTO DOMINGO DE CUARESMA Reflexión “LLAMADOS A RECONCILIAR” El próximo domingo 13 de marzo es el Día del Seminario. El papa Francisco, desde los inicios de su pontificado, ha hecho de la misericor- dia de Dios su mensaje «más fuerte» y una de las ideas centrales. En la Exhorta- ción Apostólica Evangelii Gaudium dice: “La Iglesia vive un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva” (EG 24). Ahora, con la bula Misericordiae Vultus (El rostro de la misericordia), del 11 de abril de 2015, ha convocado un Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia, que empezó el pasado 8 de diciembre, solem- nidad de la Inmaculada Concepción de María, y concluirá el 20 de noviembre de este año, solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. El día del Seminario de 2016, el próximo 13 de marzo, V Domingo de Cuaresma, cae en medio del Año Jubilar de la Misericordia, y el lema está muy en sintonía: «Llamados a Recon- ciliar». El sacerdote, como administrador del «sacramento de la Reconciliación», cumple el mandamiento dado por Cristo a los apóstoles después de la Resurrec- ción: “Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos” (Jn 20,22-23). El sacerdote es testigo e instrumento de la misericordia divina. ¡Cuán importante es en la vida sacerdotal el servicio de la Reconciliación! No obstante, es necesario que él mismo tenga experiencia de esta misericordia de Dios a través de la pro- pia confesión periódica y la dirección espiritual. Este es un momento oportuno para cambiar de vida, es el momento de dejarse tocar el corazón. El perdón de Dios para nuestros pecados no conoce límites. Dios no se cansa nunca de perdo- nar. El problema es que somos los hombres y mujeres a veces quienes nos can- samos de pedir perdón. Dios es Padre amoroso que perdona siempre, que tiene misericordia con todos. La misericordia divina no es una idea abstracta, sino una realidad concreta, donde se revela el amor de Dios como padre y madre que se conmueve por su propio hijo hasta en lo más íntimo de sus entrañas. El sacerdote, administrador de los misterios divinos, es un especial testigo de lo Invisible en el mundo. Invisible no quiere decir inexistente. Hay que renovar en nuestra Iglesia el rostro de la misericordia de Dios. Desde el Seminario, es fácil entender la doble exigencia de aceptar la ternura de Dios y convertirse, al mismo tiempo, en minis- tros atentos y misericordiosos con nuestros hermanos. El sacerdote quiere acoger la misericordia de Dios en su vida y ofrecerla a los hermanos siendo misericordioso como lo es el Padre del cielo.

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HOJA PARROQUIAL

BASILICA DESAN JUAN EL REAL6 DE MARZO DE 2016CUARTO DOMINGO DE CUARESMA

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“LLAMADOS A RECONCILIAR”

El próximo domingo 13 de marzo es el Día del Seminario.El papa Francisco, desde los inicios de su pontificado, ha hecho de la misericor-

dia de Dios su mensaje «más fuerte» y una de las ideas centrales. En la Exhorta-ción Apostólica Evangelii Gaudium dice: “La Iglesia vive un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva” (EG 24). Ahora, con la bula Misericordiae Vultus (El rostro de la misericordia), del 11 de abril de 2015, ha convocado un Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia, que empezó el pasado 8 de diciembre, solem-nidad de la Inmaculada Concepción de María, y concluirá el 20 de noviembre de este año, solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. El día del Seminario de 2016, el próximo 13 de marzo, V Domingo de Cuaresma, cae en medio del Año Jubilar de la Misericordia, y el lema está muy en sintonía: «Llamados a Recon-ciliar». El sacerdote, como administrador del «sacramento de la Reconciliación», cumple el mandamiento dado por Cristo a los apóstoles después de la Resurrec-ción: “Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos” (Jn 20,22-23). El sacerdote es testigo e instrumento de la misericordia divina. ¡Cuán importante es en la vida sacerdotal el servicio de la Reconciliación! No obstante, es necesario que él mismo tenga experiencia de esta misericordia de Dios a través de la pro-pia confesión periódica y la dirección espiritual. Este es un momento oportuno para cambiar de vida, es el momento de dejarse tocar el corazón. El perdón de Dios para nuestros pecados no conoce límites. Dios no se cansa nunca de perdo-nar. El problema es que somos los hombres y mujeres a veces quienes nos can-samos de pedir perdón. Dios es Padre amoroso que perdona siempre, que tiene misericordia con todos. La misericordia divina no es una idea abstracta, sino una realidad concreta, donde se revela el amor de Dios como padre y madre que se conmueve por su propio hijo hasta en lo más íntimo de sus entrañas. El sacerdote, administrador de los misterios divinos, es un especial testigo de lo Invisible en el mundo. Invisible no quiere decir inexistente. Hay que renovar en nuestra Iglesia el rostro de la misericordia de Dios. Desde el Seminario, es fácil entender la doble exigencia de aceptar la ternura de Dios y convertirse, al mismo tiempo, en minis-tros atentos y misericordiosos con nuestros hermanos. El sacerdote quiere acoger la misericordia de Dios en su vida y ofrecerla a los hermanos siendo misericordioso como lo es el Padre del cielo.

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ELa Palabra

1a

S

Lectura del librode Josué 5, 9a y 10-12

Lectura de la segundaCarta del Apóstol San Pablo

a los Corintios 5, 11-17

Salmo 33

Evangelio segúnSan Lucas 15, 1-3 y 11-32

Gustad y ved qué bueno es el Señor.

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que ¡os humildes lo escuchen y se alegren. Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. El afligido invocó al Señor, él lo escuchó y lo salvó de sus angustias

En aquellos días, dijo el Señor a Josué: «Hoy os he quitado de encima el oprobio de Egipto».

Los hijos de Israel acamparon en Guilgal y celebraron allí la Pascua al atardecer del día catorce del mes, en la es-tepa de Jericó.

Al día siguiente a la Pascua, comieron ya de ¡os pro-ductos de la tierra: ese día, panes ácimos y espigas tos-tadas.

Y desde ese día en que comenzaron a comer de los productos de la tierra, cesó el maná. Los hijos de Israel ya no tuvieron maná, sino que ya aquel año comieron de la cosecha de la tierra de Canaán.

Hermanos: Si alguno está en Cristo es una criatura nueva. Lo viejo

ha pasado, ha comenzado lo nuevo. Todo procede de Dios, que nos reconcilió consigo por

medio de Cristo y nos encargó el ministerio de la recon-ciliación.

Porque Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirles cuenta de sus pecados, y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación.

Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.

Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él.

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los pu-blicanos y pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los es-cribas murmuraban diciendo:

«Ese acoge a los pecadores y come con ellos». Jesús les dijo esta parábola: «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su

padre: “Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”. El

padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo

lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gas-tado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.

Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.

Recapacitando entonces, se dijo: “Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia

de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me le-vantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros».

Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando to-davía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.

Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no

merezco llamarme hijo tuyo”. Pero el padre dijo a sus criados: “Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; poned-

le un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revi-vido; estaba perdido y lo hemos encontrado”.

Y empezaron a celebrar el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se

acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.

Este le contestó: “Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el

ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”. Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e

intentaba persuadirlo. Entonces él respondió a su padre: “Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer

nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un ca-brito para tener un banquete con mis amigos; en cam-bio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”.

El padre le dijo: “Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo;

pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, por-que este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; es-taba perdido y lo hemos encontrado”».

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Grupo Parroquial deSensibilización Misionera

A iniciativa del Consejo Pas-toral Parroquial y bajo la tutela de Cáritas Parroquial pretende-mos crear un grupo que ayude a sensibilizar a la feligresía sobre la ingente y tantas veces desco-nocida labor que hacen los mi-sioneros, sean o no de nuestra Diócesis.

Si te animas a formar parte de este grupo ponte en contacto con un sacerdote de la Basílica.

En nuestra Residencia de señoras disponemos de una plaza libre.

Información: Tlfno. 985 222 832

YO CATEQUISTA

Hasta las vísperas de mi confirmación, hace dos años, cuando D. Javier y Sor Rosa me lo preguntaron, no tenía, ni en el mas recóndito rincón de la cabeza, la idea de llegar a ser catequista.

Igualmente sin pensarlo, acepté. Era una bonita forma de continuar participando en la parroquia e intentar ser útil en la Iglesia, ya que es uno de los propósitos de la Confirmación.

Y sobre todo, era que, al encontrarnos en unos tiempos en el que no solo no se educa en la Fe, sino que se impone la cristianofobia, quería intentar ayudar dentro de lo posible.

Después de un año, aprendiendo, yo más que los niños, de mi compañero ca-tequista, creo haber cogido este curso con un poco más de soltura. Cada vez me llena más ser catequista y a eso ayu-da el ver que eso que dices o enseñas a

los niños tiene, por mínima que sea, una repercusión en sus vidas cristianas.

Álvaro Otonín Aldasoro

Conferencias Cuaresmales 2016“Los Refugiados y Cristianos Perseguidos”

Del 14 al 16 de marzo Lugar: Salón parroquial de Fray Ceferino, 24. 20:00 h

Jueves, 17 de marzoCelebración comunitaria Penitencial para el Arciprestazgo de Oviedo.Basílica de San Juan el Real a las 20:00 h.

Viernes, 18 de marzoVia-Crucis del ArciprestazgoPresidido por Fray Jesús Sanz, arzobispo de Oviedo.Salida: Parroquia de los Santos apóstoles. 20:00 hLlegada: Santuario del Cristo de las Cadenas.

Debido a las conferencias cuaresmales y con la finalidad de fa-cilitar la asistencia a las mismas y a los actos programados ESTA SEMANA SE ADELANTARAN LAS MISAS de las 20:00h a las 19:00h (lunes a viernes).

SONES PARAEL XX ANIVERSARIO

Concierto de música procesional

A cargo de la Banda “Unión Musical del Principado”, dirigida por el maestro D. Jesús Alberto Alonso Pacheco.

Sábado 12 de Marzo, 20:30 h Basílica de San Juan el Real

Organiza:Hermandad de Jesús Cautivo

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Horario de MisasBasílica de San Juan el RealLaborables 9:00, 13:15 y 20:00 hDomingos y festivos 9:00, 11:00, 12:00, 13:00 y 20:00 h

Siervas de Jesús (Uría, 23) Lunes a Sábado 7:30 h Domingos y festivos 8:00 h

Sagrado Corazón (PP. Jesuitas) Laborables 12:30 y 19:30 h Domingos 12:30, 13:30, 19:30 y 20:45 h

Esclavas todos los días 13:00 y 18:00 h

Despacho ParroquialMartes y viernes no festivos

de 18:00 a 19:00 h

TeléfonosBasílica985 212 388Oficina de Fray Ceferino985 222 832Javier (Párroco)609 823 632Jose Manuel (Vicario Parroquial)645 947 070

SANTORAL 7 de Marzo Santa Perpetua Santa Felicidad 8 de Marzo San Juan de Dios9 de Marzo Santa Francisca Romana

Ayúdanos a reparar nuestro órgano:

“Es de todos”

LAS OBRAS DE MISERICORDIA

Orar por los vivos y los muertos

La obra de misericordia espiritual «Rogar a Dios por los vivos y por los muertos» debería animarnos a ser fieles y constantes en la oración confiada en Dios Padre y en Jesucristo. Fijándonos en Él vemos que la oración lo acompaña en su vida y acción, miseri-

cordiosa. A través de la Buena Noticia de su Palabra e impregnando nuestra vida de su estilo de vida aprendemos cómo y cuándo tenemos que orar: En aquella hora, se llenó de alegría en el Espíritu Santo y dijo: «Te doy las gracias, Padre, Señor del cielo y de la tie-rra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha pare-cido bien» (Lc 10,21). Para tener fuerzas: Se marchó al descampado y allí se puso a orar. Así recorrió toda Galilea, predicando en las

sinagogas y expulsando los demonios » (Mc 1,35.39). En Getsemaní: Arrodillado, oraba diciendo: «Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lc 22,41-42). En la Cruz: Y Jesús, clamando con voz potente, dijo: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.» Y, dicho esto, expiró (Lc 23,46). Encomendamos también a los difuntos al amor misericordioso de Dios, confiando que por la cruz de Jesucristo, no por sus méritos, puedan resucitar a la vida nueva que no tiene fin.

ORACIÓN

Padre de misericordia, te rogamos por los difuntos, especial-mente, por los que han muerto de manera violenta, y por los que no tienen a nadie que rece por ellos. Tú, lleno de bondad y de misericordia, concédeles tu amor y tu perdón para que puedan gozar de la vida a tu lado.

Día del Seminario

El próximo fin de se-mana (12-13 de marzo) las colectas que se rea-licen irán integramente a sufragar parte de los gastos de los seminarias-tas durante su prepara-ción.