Balkan (Madrid) 4 (2003)

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ISSN 1697- 2864 Revista de estudios de Europa sudoriental nº 4 (2003) Página inicial 3 El tema del número: “La cuestión de Oriente” VEIGA, Francisco. El laboratorio turco. Un siglo de transfor- maciones radicales y de experimentos políticos 5-17 Otros artículos RODRÍGUEZ, Roberto. Entre dos aguas. Un panorama de la cultura griega (1770-1930) 19-31 Debates en la lista Balkan Los Balcanes y la Unión Europea: ¿cuadratura del círculo vicioso? 33-40 Modelos balcánicos para nuevas independencias 41-60 Criminalidad balcánica 63-64 Reconciliación y yugonostalgia 65-68 Censos en la antigua Yugoslavia 69-72

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Jorge Luis Borges decía aquello de que todo hombre vive continuamente en un momento de transición. Si esto puede aplicarse también a las listas, podríamos decir que a lo largo de 2003, Balkan ha entrado en la fase de la consolidación. Pronto cumpliremos cuatro años de existencia y llegaremos al millar de mensajes intercambiados. Hemos recibido incluso algunos interesantes apoyos institucionales. Si nos comparamos con otras listas de distribución es difícil decir si esto es mucho o poco, pero al menos indica la existencia de una trayectoria reconocible. Aunque, como en años anteriores, las cuestiones relativas a la antigua Yugoslavia siguieron estando en el centro de la mayor parte de los debates, Balkan no renuncia a ser una lista dedicada al conjunto de los Balcanes y, en consecuencia, dedicar una atención importante a lo que ocurre en otros países de la zona (no está de más recordar que también existen Grecia, Albania, Bulgaria y Rumania), así como a examinar la perspectiva regional balcánica de todos los acontecimientos. Prescindir de este “enfoque balcánico” podría ser un error grave, ya que incluso parte de lo que ocurre y transcurre en las repúblicas de la antigua Yugoslavia se entiende mejor dentro de su contexto regional.En 2003 inauguramos la práctica de sugerir un tema central del número anual de nuestra revista y proponer a nuestros colaboradores que centraran su atención sobre él. El que elegimos, la “cuestión de Oriente”, nos sirvió para introducir a Turquía dentro de nuestros debates, para redescubrir la vertiente balcánica de este país y para recordar que los Balcanes actuales resultan incomprensibles sin tener en cuenta la herencia del largo periodo otomano. El próximo año 2004 será testigo de la cuarta ampliación de la Unión Europea, en la que estará incluido Chipre, un país que forma parte de la “periferia cercana” de los Balcanes. Muy pronto, quizá en 2007, Rumanía y Bulgaria pueden convertirse también en nuevos miembros de la Unión. Turquía se encuentra en la sala de espera, y todo el amplio mecanismo comunitario de incorporación de nuevos países va a centrar su labor a partir de ahora sobre la región balcánica. Están surgiendo nuevas realidades y la atención de la lista y de la revista, dirigida sobre todo hacia el pasado durante los últimos cuatro años, puede reorientarse a partir de ahora hacia ese futuro europeo que esperamos que no sea un “futuro imperfecto”.

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Revista de estudios de Europa sudoriental

n 4 (2003)

Pgina inicial El tema del nmero: La cuestin de Oriente VEIGA, Francisco. El laboratorio turco. Un siglo de transformaciones radicales y de experimentos polticos Otros artculos RODRGUEZ, Roberto. Entre dos aguas. Un panorama de la cultura griega (1770-1930) Debates en la lista Balkan Los Balcanes y la Unin Europea: cuadratura del crculo vicioso? Modelos balcnicos para nuevas independencias Criminalidad balcnica Reconciliacin y yugonostalgia Censos en la antigua Yugoslavia

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ISSN 1697- 2864

Bosnia. Intervencin internacional y construccin estatal Terminologa de la antigua Yugoslavia: Ljubljana Grecia, europea y olvidada Ksovo: a unos nios muertos Djindjic asesinado: lo que quedar de su obraParticiparon en los debates Jacinto Benito, Srdjan Darmanovic, Csar Luis Dez, Svebor Dizdarevic, Carlos Flores Juberas, Alberto Gmez Font, Ivan Klajn, Jorge Lucas, Jasmina Markic, Silvia Monrs de Stojakovic, Jos-Miguel Palacios, Juan Octavio Prenz, Roberto Rodrguez, Virtuts Sambr, Dalibor Soldatic, Fatih Tayfur, Francisco Veiga, Eduard de Vilar y Zoran Vujic .

73-93 95-106 107-112 113-116 117-120

Varios Resea de libros Crnica: acontecimientos del ao 121-150 151-162

REDACCIN

Prof. Dr. Francisco Veiga Dr. Jos-Miguel Palacios

http://www.estudiosbalcanicos.org

Pgina inicialJorge Luis Borges deca aquello de que todo hombre vive continuamente en un momento de transicin. Si esto puede aplicarse tambin a las listas, podramos decir que a lo largo de 2003, Balkan ha entrado en la fase de la consolidacin. Pronto cumpliremos cuatro aos de existencia y llegaremos al millar de mensajes intercambiados. Hemos recibido incluso algunos interesantes apoyos institucionales. Si nos comparamos con otras listas de distribucin es difcil decir si esto es mucho o poco, pero al menos indica la existencia de una trayectoria reconocible. Aunque, como en aos anteriores, las cuestiones relativas a la antigua Yugoslavia siguieron estando en el centro de la mayor parte de los debates, Balkan no renuncia a ser una lista dedicada al conjunto de los Balcanes y, en consecuencia, dedicar una atencin importante a lo que ocurre en otros pases de la zona (no est de ms recordar que tambin existen Grecia, Albania, Bulgaria y Rumania), as como a examinar la perspectiva regional balcnica de todos los acontecimientos. Prescindir de este enfoque balcnico podra ser un error grave, ya que incluso parte de lo que ocurre y transcurre en las repblicas de la antigua Yugoslavia se entiende mejor dentro de su contexto regional. En 2003 inauguramos la prctica de sugerir un tema central del nmero anual de nuestra revista y proponer a nuestros colaboradores que centraran su atencin sobre l. El que elegimos, la cuestin de Oriente, nos sirvi para introducir a Turqua dentro de nuestros debates, para redescubrir la vertiente balcnica de este pas y para recordar que los Balcanes actuales resultan incomprensibles sin tener en cuenta la herencia del largo periodo otomano. El prximo ao 2004 ser testigo de la cuarta ampliacin de la Unin Europea, en la que estar incluido Chipre, un pas que forma parte de la periferia cercana de los Balcanes. Muy pronto, quiz en 2007, Rumana y Bulgaria pueden convertirse tambin en nuevos miembros de la Unin. Turqua se encuentra en la sala de espera, y todo el amplio mecanismo comunitario de incorporacin de nuevos pases va a centrar su labor a partir de ahora sobre la regin balcnica. Estn surgiendo nuevas realidades y la atencin de la lista y de la revista, dirigida sobre todo hacia el pasado durante los ltimos cuatro aos, puede reorientarse a partir de ahora hacia ese futuro europeo que esperamos que no sea un futuro imperfecto. -3-

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El laboratorio turco. Un siglo de transformaciones radicales y experimentos polticosFrancisco Veiga, UAB

Turqua: para los europeos, y durante decenas de aos, ese nombre vino asociado al miedo y al desprecio. La imagen de los cristianos sometidos al poder de un dspota que gobierna en virtud de sus caprichos crueles y a una religin que era un mero compendio de leyes sanguinarias y lujuriosas, resultaba intolerable para los occidentales. El mito tiene races profundas. Se remonta a mediados del siglo XVII y coincide con la decadencia del Imperio otomano. El otrora poderoso y admirable enemigo, castigo divino a los cristianos por sus divisiones, era ahora la imagen del monstruo cuya aniquilacin pareca ofrecer una oportunidad de redencin, como vena a concluir el viajero Ricaut en una obra contempornea. A partir de Montesquieu, Turqua y con ella Oriente se convierte en el Otro amenazador, clausurado y maquiavlico, con miles de sbditos dispuestos a obedecer y morir sin rechistar. No hay que extraarse de que (los turcos) sean felices en la servidumbre y vivan contentos bajo la tirana, porque eso es para ellos tan natural como lo es para un cuerpo vivir y alimentarse con los alimentos a los que se acostumbr desde la infancia -escriba Ricaut en 1669. La imagen perfecta de este despotismo oriental ser el harn, que con sus intrigas y la figura del eunuco conformaba una verdadera estructura de poder. Obras recientes y bien documentadas estn poniendo muy en duda tales clichs. Fikret Adanir, un historiador turco que utiliza fuentes occidentales para rebatir los tpicos sobre el Imperio otomano cuestiona, por ejemplo, que existiera un gran contacto cultural entre los estados balcnicos pre-otomanos y la cultura occidental. Por entonces, se consideraba que el patriarca Euthynius de Trnovo era el eslavo ms sabio, hombre ligado al foco cultural del monasterio del Monte Athos. Sin embargo, a lo largo del siglo XIII y XIV Dante, Petrarca, Boccaccio y Chaucer eran personalidades literarias conocidas en occidente, mientras que en Trnovo la actividad cultural segua ligada a los manuscritos hagiogrficos del Monte Athos. Ya bajo el Imperio el clero griego ortodoxo rechaz los autores o instituciones progresistas occidentales que no eran estorbados por las autoridades

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otomanas. Por tanto, sin querer afirmar que la comunidad griega en su conjunto fuese refractaria a las influencias occidentales ms progresistas -en todo caso lo eran sus autoridades eclesiticas- no hay duda de que los continuos contactos entre comerciantes del Imperio otomano y el occidente europeo posibilitaban una relacin fluida entre las respectivas corrientes culturales, ms por parte de los turcos que a la inversa. Por otra parte, si bien en lneas generales el sistema poltico otomano resultaba tericamente opresivo para los pueblos no musulmanes del Imperio, lo cierto fue que las posibilidades de progreso econmico e integracin social eran notables. De hecho, muchos comerciantes griegos, vlacos o armenios nunca abandonaron su fe cristiana a pesar de amasar importantes fortunas. En teora, los cristianos no podan llevar armas, vestir como musulmanes o montar a caballo. Pero en el siglo XVII numerosas fuentes documentales referidas a Bosnia, por ejemplo, mencionan a sacerdotes y mercaderes cristianos vestidos casi exactamente como musulmanes, cabalgando y llevando armas. Numerosas fotografas de fines del siglo XIX y comienzos del XX muestran a sacerdotes franciscanos en Bosnia tocados con fez. Se ha argumentado en muchas ocasiones que las comunidades cristianas pagaban impuestos especiales, pero no necesariamente tenan por qu ser onerosos, excepto en los periodos de guerra o caresta; y en ese caso podan ser aplicados tambin sobre la comunidad musulmana. En cualquier caso, lo que se buscaba era el dinero, no las conversiones. Tambin es frecuente leer que al menos en los pleitos jurdicos, la palabra de un musulmn vala ms que la de un cristiano. Es decir, ste era un ciudadano de segunda. Pero esta situacin no era difcil de superar, dado que la conversin al Islam abra rpidamente la posibilidad de hacer carrera administrativa o militar (generales griegos musulmanes en la guerra civil). En cualquier caso, el rgimen otomano nunca pretendi la conversin masiva de sus sbditos; de hecho la conquista de los Balcanes nunca fue concebida como una guerra santa. De hecho se apoy en la activa colaboracin de ciertos ncelos de poblacin ortodoxa, especialmente en reas de predominancia catlica. Ello era debido a la animosidad entre griegos y latinos tras la Cuarta Cruzada que deterior seriamente el poder imperial bizantino (1204). As, el tratamiento de la cuestin balcnica por los otomanos

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tuvo desde el principio una vertiente poltica ms que religiosa; unir fuerzas con la ortodoxia en contra de la catolicidad. La restitucin del Patriasrcado ortodoxo en Constantinopla por Mehmed II en una fecha tan temprana como 1454 (un aos despus de la cada de la capital bizantina) es una muestra de hasta qu punto esta poltica era conscientemente perseguida. Se suele considerar que el sistema millet o de comunidades autogestionadas agrupadas por confesiones religiosas, era la institucin sobre la que reposaba la desigualdad fundamental entre musulmanes y cristianos en el Imperio otomano. Sin embargo, a lo largo del siglo XVIII se puede constatar cmo la estructura de los millet se transform dando como resultado el ascenso hacia el poder de los notables locales. Paralelamente declin el control de la autoridad central sobre las provincias del imperio. Como afirma Adanir recogiendo las conclusiones de otros especialistas, el fenmeno ha sido malinterpretado hasta ahora, caracterizndolo como decadencia poltica, cuando en realidad parece obedecer ms a un proceso de descentralizacin.. A lo largo del siglo XIX las reformas del Tnzimat parecan buscar, ante todo, una centralizacin administrativa a la manera occidental, pero en realidad pretendan conjugarla con un patriotismo estatal sobre la aplicacin gradual de una igualdad jurdica entre comunidades religiosas o tnicas, creando buenos ciudadanos otomanos a la manera de los norteamericanos o australianos. El ltimo sultn de la era de los Tnzimats fue Abdlhamit II, monarca absoluto que rein durante 30 aos en los que, se gan una profunda antipata internacional y que termin siendo conocido internacionalmente como la vieja araa. Pero la realidad fue mucho ms paradjica. En primer lugar, porque bajo el nuevo sultn se impulsaron las reformas ms ambiciosas de las Tnzimat: el tendido de lneas telegrficas que contribuy a una centralizacin adminsitrativa eficaz, las primeras lneas de ferrocarril y buques de vapor. Y sobre todo, una red de escuelas modernas cuyo nmero se duplic entre 1867 y 1895. La alfabetizacin abri tabmin el camino al desarrollo de la prensa. Como contrapuento, al primera oposicin poltica de importancia al sultanato surgi de las filas de aristcratas, militares y funcionarios opuestos a las reformas de unas Tanzmats que llevaran a la destruccin del estado. Eran liberales y partidarios de medidas representativas y constitucionales, pero defendan sus ideas con argumentos del Islam. Sus lderes fueron Namik Kemal, funcionario en la Sublime Puerta en los aos sesenta del siglo XIX y el -7-

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prncipe Mustafa Fazil Pasham quien desde su exilio parisino dio nombre al movimeinto: Yeni Osmanlilar o Jvenes Otomanos. Su principal victoria fue obligar al sultn Abdlhamit II a aceptar una Constitucin en diciembre de 1876. Con el tiempo, la huella dejada por los Jvenes Otomanos contribuy a animar una nueva generacin de opositores, los Jvenes Turcos, que vi la luz en el cambio de siglo y se formaliz orgnicamente en el denominado Comit de Unin y Progreso (ttihat ve Terakki Cemiyeti). Ms activistas que sus predecesores, su primer intento de organizar un golpe de estado fracas en 1896 y la polica casi desmantel el movimiento. Siguieron aos de difciles intentos por reorganizar el CUP, cuyos cuadros se fue nutriendo con funcionarios y militares, estamentos ambos especialmente sensibles a la decadencia del Imperio, aunque en realidad era un movimiento integrado por la nueva burguesa otomana: desde profesionales, como abogados, maestros y mdicos, hasta terratenientes, artesanos y comerciantes. Finalmente, en julio de 1908 el Segundo y Tercer Ejrcitos, de guarnicin en Macedonia y Tracia respectivamente, se rebelaron y dieron lugar a la Revolucin de los Jvenes Turcos, cuya primera consecuencia directa fue la reinstauracin de la Constitucin, suspendida durante 30 aos. Por entonces existan indicios de que Gran Bretaa y Rusia se disponan a dar el golpe de gracia al Imperio, lo cual fue un desencadenante del golpe, destinado a regenerarlo. Tambin fue decisivo el ejemplo del Japn, la nueva potencia asitica que en la guerra de 1904 haba derrotado de forma humillante a un enorme imperio europeo con sus propias armas. Los Jvenes Turcos despertaron importantes expectativas dentro y fuera del Imperio; en consecuencia, sus enemigos ms directos del se apresuraron a rebaar lo mximo posible antes de que el Hombre Enfermo lograra levantarse sobre sus piernas. En octubre de 1908, Austria-Hungra se anexion Bosnia, provincia formalmente otomana que el Imperio dual administraba desde 1878. En 1911, Italia le declar la guerra a la Sublime Puerta y se apropi de Tripolitania y las islas del Dodecaneso, tras haber bombardeado los Dardanelos. El final de esa contienda coincidi con el ataque de la Liga Balcnica, alianza constituida por Serbia, Bulgaria, Montenegro y Grecia. El objetivo de este nuevo ataque era la eliminacin definitiva de toda influencia otomana en Europa, lo que casi consiguieron pocos meses ms tarde.

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En esa situacin de emergencia, el CUP dio un nuevo golpe, termin de tomar el control del Estado otomano y situ al frente al triunvirato que haba organizado y desencadenado la revolucin de 1908: Enver, Cemal y Talt. Los unionistas utilizaron el monopolio del poder y la crtica situacin del Imperio para acelerar las reformas. El Ejrcito fue profundamente reformado y purgada una buena parte de la oficialidad; la administracin fue reconstruida y descentralizada, teniendo en cuenta los sentimientos de la poblacin rabe. El sistema judicial y educativo fue secularizado y los tribunales de la eri o Ley Islmica pasaron bajo el control del Ministerio de Justicia. Hasta las leyes de herencia fueron modificadas segn el modelo alemn. Los Jvenes Turcos buscaron asimismo impulsar el papel de la mujer en la sociedad otomana, y la Universidad de Estambul les abri sus puertas en 1914. Incluso se cre una Sociedad para el Empleo de la Mujer. Pero donde ms ambiciones pusieron los unionistas fue en las finanzas, y eso ya desde 1909. Aparte de modernizar la legislacin sobre comercio y propiedad, en economa el CUP propugnaba una poltica liberal sin concesiones sociales. En base a tales premisas, los Jvenes Turcos esperaban ganarse el respeto y la cooperacin de las grandes potencias occidentales. Para su desencanto, las inversiones extranjeras no crecieron de forma apreciablemente con el cambio de rgimen. En las capitales europeas la experiencia otomana se vea con desconfianza, y en consecuencia tampoco se le concedieron a Estambul prstamos que necesitaba con urgencia en 1909 y 1910. Slo el Deutsche Bank atendi esas peticiones, lo que abri las puertas a una creciente influencia alemana en el Imperio otomano. Occidente inauguraba una tradicin de desconfianza ante los intentos turcos por renovar y modernizar su estado. De hecho, todava hoy pocos historiadores han explorado el complejo debate poltico que acompa la experiencia de los unionistas y que estos aprovecharon segn las circunstancias. La idea de regenerar el Imperio a partir del panislamismo fue una opcin que los Jvenes Turcos secundaron temporalmente durante la Gran Guerra, como vehculo para atraerse a los rabes y atacar las bases del Imperio britnico. Pero tambin por entonces se agudiz el debate, tan actual, sobre la necesidad de extender un panislamismo que no recnunciara a los logros de la tcnica y las ideas occidentales (opcin que, por otra parte, se remontaba a los tiempos del idelogo Al Afgan, a mediados del siglo XIX). Pero sobre todo, bajo los Jvenes Turcos se debati -9-

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sobre el otomanismo, la idea de que todos los ciudadanos del Imperio tenan iguales derechos en el marco de un un Estado constitucional. El taln de Aquiles del otomanismo result ser el nacionalismo, no slo el de los diversos pueblos que componan el Imperio, sino tambin el de los turcos. Asimismo y por entonces el turquismo y el panturquismo se desarrollaron con fuerza; paradjicamente, algunos de los ms destacados idelogos del reformsimo en todos sus aspectos no eran turcos sino trtaros, azeres, judos e incluso kurdos. Yusuf Akura, uno de los ms destacados pensadores del panturquismo era un trtaro originario de Rusia. Pero el ms destacado del periodo, que inten conciliar todas las ideologas reformistas fue Mehmet Ziya (Gkalp), seguidor de Durkheim y Tnnies. Gkalp reivindicaba la idea de que exista una nacin turca con una civilizacin propia, en parte rabo-islmica, pero tambin de raz bizantina y occidental. Por lo tanto, el movimiento de los Jvenes Turcos fue la verdadera matriz de la cual surgira la moderna Turqua, aunque la imagen histrica de ese rgimen terminara ensuciada por la implicacin del Imperio otomano en el Primera Guerra Mundial, y sobre todo por el genocidio del pueblo armenio. El final de la Gran Guerra marc tambin la desmembracin del Imperio, del cual slo qued propiamente la pennsula de Anatolia, y an sta sometida en parte a ocupacin militar directa de britnicos, franceses, italianos y griegos. Sin embargo, pronto surgi un movimiento de resistencia estructurado en torno a los restos de la oficialidad militar unitarista (la denominada red Karakol) y situado en el centro ms inaccesible de Anatolia. De ese ncleo duro de Jvenes Turcos pronto se destac un militar: el general de brigada Mustafa Kemal Pasha, que se haba distinguido durante la Gran Guerra pero polticamente enfrentado a Enver, no haba estado implicado en sus crmenes. En torno a la capacidad de liderazgo y organizacin de este hombre se estructur un nuevo ejrcito que fue derrotando uno a uno a todos los enemigos, hasta terminar con al presencia militar griega y britnica en 1922. Y la nueva capital, Ankara, en un lugar estratgicamente menos vulnerable que la vieja Estambul. A partir de ah, Mustafa Kemal termin hacindose con el control absoluto del poder poltico y transform a Turqua en una Repblica, proclamada en octubre de 1923. Dos aos ms tarde, la Ley de Mantenimiento del Orden introduca, de hecho, la autocracia, abiertamente reconocida en 1931 cuando se instituy que el nico partido permitido era el - 10 -

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Republicano del Pueblo. En 1922 tambin se aboli el Califato, mxima autoridad religiosa de la comunidad musulmana internacional, asociada a la jefatura poltica del Imperio otomano. Por lo tanto, con l desapareca, por primera vez desde el siglo VII, el ltimo imperio musulmn de la historia, un hecho que sigue teniendo profunda influencia en el Islam actual. En aos sucesivos, Mustafa Kemal introdujo una serie de reformas que cambiaron profundamente a Turqua y la convirtieron en modelo de un nuevo y revolucionario tipo de estado en el cual la religin musulmana y el estado quedaban claramente separados, iniciativa tanto ms chocante cuanto que del Corn y los otros textos religiosos musulmanes se pueden extraer recomendaciones polticas concretas que los estados musulmanes haban utilizado para su funcionamiento. La revolucin por decreto se estructur en tres grandes oleadas de leyes. En primer lugar, las referidas a la secularizacin del estado, el sistema educativo y el cdigo legal en general. Kemal no haca sino concluir las reformas iniciadas bajo el sultn Mahmud un siglo antes, pero de todas formas fue muy drstica por cuanto aboli la eri o Ley Islmica e introdujo un Cdigo Civil de modelo suizo y un Cdigo Penal inspirado en el de la Italia mussoliniana de aquel entonces (1926). Ms visible y espectacular fue el segundo paquete de reformas que atac los smbolos religiosos y los sustituy por otros relacionados con la civilizacin occidental. Uno muy caracterstico fue la abolicin del tradicional fez y la imposicin del sombrero occidental de caballero. El velo femenino nunca fue prohibido, pero la emancipacin de la mujer fue un objetivo perseguido con insistencia. Tambin la imposicin del domingo como da festivo semanal, el calendario occidental y su sistema de pesos y medidas, el alfabeto latino en lugar del persa-arbigo, y el apellido familiar en vez del sistema musulmn de nombres (1934). En tercer lugar, el kemalismo socav frontalmente las manifestaciones religiosas ms populares y se lanz a secularizar la vida social. Los santuarios religiosos fueron cerrados y las rdenes msticas de los derviches (tarikats) fueron suprimidas (1925). Haban sido la punta de lanza contra la penetracin de influencias occidentalizantes desde el siglo XVIII.

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Los pases occidentales quedaron boquiabiertos ante la rapidez y profundidad con las que Kemal Atatrk haba creado una Turqua laica; por otra parte, no era un pas musulmn cualquiera, sino el corazn del ltimo imperio musulmn y cabeza religiosa de la umma o comunidad de creyentes desde el Califato. Sin embargo, esas medidas trajeron como consecuencia una activa politizacin del Islam, que pas a convertirse en vehculo de la oposicin poltica hasta nuestros das. No era un adversario despreciable, dado que el kemalismo, cuya base social era el extenso funcionariado y la clase media urbana, no tuvo buena acogida en las zonas rurales. Los campesinos de la Turqua profunda siguieron llevando su modus vivendi tradicional durante largos aos y tras la muerte de Mustaf Kemal (que adopt el apellido Atatrk) en 1938 el rgimen devino cada vez ms impopular. A ello contribuyeron tambin las cargas fiscales y una modernizacin social que tard demasiado en arrojar resultados materiales ms all de las ciudades. En cualquier caso, la historia de la recin nacida Turqua entr en una nueva fase tras la Segunda Guerra Mundial. La estricta neutralidad mantenida durante la contienda no evit que las cosas cambiaran a partir de 1945. La victoria de los Aliados haba sido la de la democracia sobre el fascismo, de ah que recin llegada al club de las Naciones Unidas, la Turqua autocrtica de nn, heredero poltico de Atatrk, hubo de adoptar otros modos polticos. La conclusin del proceso de transicin fueron las elecciones de 1950, que gan de forma aplastante una formacin de nuevo cuo: el Partido Democrtico. Por primera vez el Partido Republicano del Pueblo qued fuera de juego; eso no signific el entierro del legado kemalista, dado que el Partido Democrtico result ser de la derecha conservadora y neoliberal. Pero su decadencia al frente del poder y el creciente enfrentamiento con el PRP llev en 1960 al Ejrcito a organizar el primer golpe de estado de la posguerra. Tras redactar una nueva Constitucin, los militares permitieron el regreso a la democracia al ao siguiente. Otro esquema que se repetir ser la aparicin de nuevos partidos polticos, en algunos casos reconstrucciones de los previamente existentes. Los aos sesenta y setenta trajeron un cortejo de dbiles gobiernos de oposicin, una gran inestabilidad poltica, y un creciente radicalismo por la derecha y la izquierda. Fueron tambin "aos de plomo" para Turqua. En ese crisol surgieron los grandes nombres de la poltica en los ochenta y los noventa: Sleyman Demirel, Blent Ecevit, Necmettin Erbakan. En 1971 el Ejrcito dio un golpe sordo por medio de un ultimtum para la - 12 -

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formacin de un gobierno de tcnicos. Siguieron nuevas refundaciones de partidos, nuevas coaliciones, y en 1980 un nuevo golpe militar. Esta interferencia castrense supuso la aparicin de una verdadera Tercera Repblica turca forjada a lo largo de tres aos de rgimen militar: nueva Constitucin, arrestos masivos de la clase poltica en general y nuevos partidos que por decreto nada tuvieran que ver con los tradicionales. De ah surgi la era del tcnico Turgut zal y su Partido de la Madre Patria, vencedor de las elecciones (vigiladas) de 1983. Cuatro aos ms tarde, este popular poltico restaur la total normalidad democrtica a partir de un referndum y continu al frente del poder hasta su muerte. La cada del Partido de la Madre Patria, en las elecciones de 1991, trajo un nuevo periodo de inestabilidad y coaliciones inseguras. Tambin llev al afianzamiento de los islamistas liderados por Necmettin Erbakan, ingeniero tcnico y profesor. El Partido del Bienestar, (el popular Refah) que obtuvo brillantes resultados en las municipales de 1994, se reparti a partes iguales los resultados de las parlamentarias del ao siguiente. Junto con el Partido del Recto Camino (centroderecha) de Tansu iller y el Partido de la Madre Patria. La incapacidad de estos ltimos por llegar a un acuerdo origin una coalicin entre los islamistas y el partido de la iller. La posibilidad de que los islamistas coparan el poder inquiet al Ejrcito, que una vez ms y en nombre del legado laico de Atatrk, se las arregl para apartarlos del poder -con el apoyo de amplios sectores sociales- en junio de 1997. Fue el momento del veterano Blent Ecevit, que dos aos ms tarde logr formar una coalicin entre su partido (Izquierda Democrtica), el centro-derecha y los nacionalistas. Ese edificio aguant hasta que la enfermedad apart a Ecevit del poder, no sin generar una nueva crisis. Como consecuencia y en las elecciones de noviembre del 2002, obtuvo las victoria una nueva formacin (y una nueva incgnita): el Partido de la Justicia y el Desarrollo liderado por Recep Tayyip Erdogan, de talante islamista moderado y con pretensiones de erigirse en representante de una nueva democracia islmica, similar conceptualmente a las democracias cristianas occidentales. En conjunto, la extrema complejidad de la poltica turca en la segunda mitad del siglo XX fue debida a la entrada del pas en el juego de la poltica internacional como protagonista de primera fila. Se puede discutir hasta la saciedad sobre la europeidad o no

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de Turqua, pero no se puede negar que como miembro de la OTAN, antiguo vecino de la URSS, actor en las crisis de Oriente Medio y Asia Central, gendarme del Mediterrneo Oriental (lo que incluye a Chipre y su destino), rival de Grecia, exportador de mano de obra barata en cantidades masivas y postulante a la Unin Europea, es cualquier cosa menos un segundn. Esa maraa de compromisos cruzados explica por s misma fenmenos como el abusivo protagonismo arbitral del Ejrcito. Durante medio siglo, Turqua no ha podido (ni le han tolerado los norteamericanos) permitirse el lujo de ser un pas democrticamente inestable. La natural influencia del radicalismo islmico procedente del vecino Irn ha sido vista como un peligro intolerable por los poderes fcticos del pas. sobre todo despus de largos aos de un estricto control de la religin mayoritaria que inclua la prohibicin de editar el Corn en turco: un fenmeno realmente increble para un pas musulmn que adems ha contenido, durante siglos, la mxima autoridad del Islam. De hecho, el golpe de 1980 se debi en parte al miedo que provocaba al influencia de la revolucin fundamentalista iran, que haba triunfado precisamente el ao anterior. Resulta demasiado arriesgado calcular qu suceder con Turqua en relacin a su posible ingreso en la UE. Sus pretensiones de europeidad las comparten otros pases del Mediterrneo: no faltan argumentos similares en Egipto, Marruecos o el Lbano pases que han tenido un pie en Europa o han influido en su historia; no digamos Israel, Armenia o Georgia. Turqua es inequvocamente asitica, pero eso no debera ser (y no ser) la razn real que le impida alguna forma de acceso a la UE. Tampoco sera bueno para Europa centrar la discusin en ese tipo de argumentos cuando miles de mezquitas y millones de inmigrantes musulmanes hacen del Viejo Continente una sociedad multicultural y multirreligiosa desde hace ya bastantes aos -como saben miles de turcos nacidos en Alemania que no han podido acceder a la nacionalidad de su pas de adopcin. En definitiva, discutir sobre marchamos de europeidad es caer en una polmica que, al menos en el caso de Turqua, nunca se resolver. Algo similar ocurre con Rusia, la otra gran incgnita frente a la UE. En definitiva, el acceso de Turqua a la Unin Europea estar relacionado con sus logros socioeconmicos: renta per cpita, potencia econmica, tasa de natalidad, peso geoestratgico, capacidad para actuar como frontera avanzada de Europa en territorios peligrosos, credenciales democrticos suficientes. Pero sea cul sea el resultado final de ese - 14 -

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desafo, el acercamiento de Europa a Turqua ser una experiencia enriquecedora, sobre todo si se valora correctamente a ese pas y se tiene en cuenta su rico pasado intelectual. De la misma forma que Atatrk logr imponer una revolucin impensable en cualquier otro pas musulmn, Turqua puede ser ahora el laboratorio del que surja un Islam europeizado del cual existen precedentes en el mismo pas con ms de un siglo de antigedad y ms modernos an. Tal es el caso del pensador musulmn Sayyid Nursi conocido como Bedizzaman (Maravilla de los tiempos). En sus escritos, abogaba por situar el Islam en el centro de la vida de los creyentes y la sociedad musulmana, pero tambin para estudiar y formarse sin descanso en las ms modernas tecnologas y explorar la ciencia sin complejos. Sait Nursi fue detenido y juzgado en numerosas ocasiones entre 1935 y 1953, considerado como enemigo del legado kemalista. Muri en 1960. Sus pensamientos, recogidos en folletos, panfletos y hasta notas y cartas, fueron recopilados en el Mensaje de Luz, lo que dio lugar al denominado movimiento Nurcu.

TABLA 1 Principales reformadores otomanos y turcos

Yusuf Aura, trtaro de Rusia. Autor del primer gran manifiesto panturco, publicado en 1904 en El Cairo. Tekin Alp (seudnimo de Moise Cohen de Seres, judo): autor de los objetivos de guerra panturcos del Imperio otomano durante la 1 GM Sayyid Nurs, kurdo de Bitlis, fundador del movimiento Nurculuk de tendencia islamista; miembro de de la orden mstica Nakibendi. A principios de siglo no slo era miembro de la Unin Mahometana, sino propagandista de los unionistas. Sait Halim Pasha, Mehmet Akif (Ersoy) y Eref Edip (Fergan) figuras de los islamistas reformistas moderados en 1909, fudnadores del Sebilrreat (1912) Abdullah Cevdet, occidentalista, kurdo de Arapkir. Ziya Gkalp, medio turco de Diyarbakir

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TABLA 2 Revolucin por decreto

Ley de Unificacin Educativa, marzo, 1924. Abolicin de las medersas. dem del ministro de Asuntos Religiosos y Fundaciones Piadosas. Marzo, 1925: Ley de Mantenimiento del Orden: rgimen autoritario y monopartidista. Septiembre, 1925: Cierre de los conventos derviches y santurarios religiosos. Noviembre, 1925: Abolicin del fez y sustituicn por sombrero europeo de estilo europeo. Primera mitad de 1926: Introduccin del calendario europeo + Cdigo Civil suizo + Cdigo Penal de la Italia fascista. Abolicin de los ttulos honorficos de cortesa. Leyes de banca. Octubre, 1927: el discurso de 36 horas (Nutuk) + Congreso del Partido Popular Republicano. Agosto, 1928: Introduccin del sistema numrico occidental. Introduccin del alfabeto latino 1930: fundacin de una oposicin artificial: el Partido Republicano Libre de Fethi (Okyar). 1931: Proclamacin oficial del rgimen monopartido. Introduccin del sistema de pesos y medidas occidental. Fundacin de la Sociedad para el Estudio de la Historia Turca (pag. 199) 1932: Primer Congreso Lingstico 1934: Se introducen los apellidos. 1935: Decreto por el cual el da de descanso semanal pasa a ser el domingo y no el viernes. Teora del Gne-Dil Teorisi (pag.198) 10.11.1938: Muere Kemal Atatrk

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TABLA 3 Orgullo de ser turco La revolucin kemalista culmin su obra con dos construcciones ideolgicas destinadas a fundamentar el nuevo nacionalsimo turco: La Teora Solar del Lenguaje y la Tesis de Historia turca. La primera, aparecida en 1935, argumentaba que todas las lenguas derivaban originariamente de una primigenia, hablada en Asia Central; que el turco era uno de los idiomas ms prximos a ese lenguaje matriz, y que por ello los dems evolucionaron a travs suyo. La Tesis de Historia turca, formulada en 1932, argumentaba que los turcos vivan originariamente en Asia Central, pero que la sequa y el hambre les forzaron a emigrar a otras reas, como China, Europa y Oriente Prximo, dando lugar as a las grandes civilizaciones. Por lo tanto, sumerios, hititas o troyanos venan definidos como "pre-turcos" y no por casualidad los dos mayores entidades financieras estatales fundadas en los aos treinta del siglo XX fueron denominadas Banco Sumerio y Banco Hitita. De esa manera se contaba promover el orgullo de lso turcos por un nuevo pasadso idealizado que les hara olvidar las glorias del desaparecido Imperio otomano.

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Entre dos aguas: un panorama de la cultura griega (17701930)Roberto Rodrguez

Desde el siglo XVIII hasta nuestro tiempo hay un discurso griego (y no slo) de que Europa paga su deuda cultural y poltica con la Antigedad griega aceptando a la Grecia moderna en su seno1. Al mismo tiempo y desde su Revolucin de la independencia en 1821, los griegos hablan de Europa y de viajar a Europa como si su pas no hiciera parte de ella. Europa, pues, es un concepto divisor, hasta el punto que cuando se estudia a los intelectuales griegos de los dos ltimos siglos se tiende a dividirlos en funcin de su actitud hacia ella: hay intelectuales europestas, en la lnea de la Ilustracin griega e idealizadores del modelo europeo; y los hay antieuropestas, defensores de la particularidad griega y del mundo bizantino cristiano ortodoxo que considera el Occidente latino como algo ajeno, cuando no hostil. Aunque limitante, esta lnea divisoria nos permite ofrecer un panorama de la cultura griega entre 1770 y 1930 que de otro modo, y dado lo vasto del tema, sera complejo hasta la confusin por lmites de espacio. La ocupacin otomana del imperio medieval bizantino haba puesto una barrera militar en torno al mundo ortodoxo de Europa sudoriental que la aisl poltica y culturalmente de Europa occidental y gener las bases para la formacin de sus identidades modernas. En este contexto surge, por lo menos desde el siglo XVIII, el ncleo de las preocupaciones y dilemas modernos de la conciencia griega: la naturaleza de su identidad y el carcter de su relacin con Europa occidental y su civilizacin. Durante este siglo XVIII, los fanariotas (aristocracia, alto funcionariado griego al servicio del Imperio Otomano) son la elite que se ocupa de la cultura importada. Se dedican a traducir obras europeas y reciben una fuerte influencia del enciclopedismo francs, aunque se limitan a un papel de transmisores de la modernidad europea. Por su parte, la iglesia ortodoxa es la

0. Un ejemplo del discurso en nuestra poca es el que se realiza para y con la entrada de Grecia en la entonces CEE. Por otra parte, en el discurso griego Europa es sinnimo de Europa occidental. Cuando se habla de otras partes de Europa, se especifica (p.e. Europa oriental, Europa sudoriental). Es como lo que significa Amrica para los estadounidenses, y no slo, y que lleva a especificaciones como Amrica latina.

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preservadora de la lengua griega, controla la educacin y es el eslabn que une el presente con el Bizancio medieval y configura la identidad colectiva. Sin embargo, a lo largo de todo el siglo y hasta las primeras dcadas del XIX, una literatura de tema geogrfico despliega ante la conciencia griega la nocin de Europa como parangn de civilizacin y prototipo de una nueva cultura que debera ser modelo para los griegos. La intelectualidad que busca introducir este modelo es dispersa, de individualidades, a menudo integrantes del clero ortodoxo (p.e. Isipos Moisiodakas, aprox.1730-1800). La aspiracin al cambio cultural se transforma en crtica social bajo el impacto de la Revolucin francesa, y la imagen de Europa se empieza a definir no slo por sus logros culturales, sino tambin por su dinmica de cambio poltico frente a regmenes viejos y corruptos. Y es que la influencia de las elites fanariotas y eclesisticas comienza a dejar paso a la de una clase social ascendente, la burguesa mercantil, que constituye un pblico lector de intelectuales, comerciantes, funcionarios y profesionales radicados en los mayores puertos y ncleos urbanos del Imperio Otomano y de la dispora, de presencia importante en Europa occidental. Este pblico, surgido del empuje econmico derivado de los intercambios crecientes con Occidente y en plena efervescencia intelectual, se informa sobre las formas de organizacin, los modelos de vida cultural y los valores seculares de la sociedad europea, y desarrolla un sentido de las alternativas a sus propios modelos tradicionales que van ms all del horizonte fanariota o de la iglesia ortodoxa. La cuestin central en la teora social de esta Ilustracin griega y el tema fundamental en el pensamiento poltico griego a partir de este momento es el reconocimiento del modelo europeo como va posible para el futuro griego, que obliga a plantearse la conformacin de una estrategia para la realizacin de este ideal. El ejemplo ms sobresaliente de la Ilustracin griega lo constituye Adamantios Coris (1748-1833), que educado y radicado en Francia dedica la mayor parte de su amplia produccin al renacimiento intelectual de una Grecia libre, estimulando a sus compatriotas a seguir el ejemplo de la Europa ilustrada y superar el retraso debido a la congelacin otomana, y tejiendo redes de comunicacin con filohelenos europeos y hombres de negocios progresistas griegos2.

0. La nocin de congelacin otomana, de un fuerte determinismo histrico, implicaba que bajo el yugo de dicho Imperio, Grecia haba perdido el Renacimiento, la Reforma, las Revoluciones cientfica e industrial, que le correspondan como a cualquier otra nacin de Europa con las que proclamaba afinidad cultural y poltica.

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Pero junto a esta escuela de pensamiento surge otra de carcter opuesto: la intelectualidad modernizante griega empieza a ser atacada por las altas instancias de la iglesia ortodoxa, inquieta por la Revolucin francesa, por sus progresos en ciencias sociales, por sus ataques a la supersticin, por el olvido del polo de atraccin ruso: en suma, por lo que implica la modernidad europea como ataque a su ascendente sobre la sociedad y la cultura griegas. Esta actitud aleja a los fanariotas de la iglesia pero no los acerca a los modernizadores. En el contexto de este debate interno se configura otro, el de la cuestin de la lengua. La cuestin de la lengua opone dos corrientes principales de carcter aparentemente filolgico, pero de neto calado poltico: una corriente partidaria del uso y mantenimiento de la lengua purista o cazarvusa; otra, partidaria del uso de la lengua popular o demtica. La primera es sostenida por las elites (fanariotas y religiosas), se considera depositaria y protectora del legado histrico del helenismo y desprecia la lengua popular como producto abastardado de la historia, manchado por su contacto con otras lenguas y pueblos. La segunda corriente considera la lengua popular evolucin natural del griego a travs del tiempo y manifestacin del alma del pueblo griego, vehculo a travs del cual se ilustrar a este pueblo para romper las cadenas que lo esclavizan a un Imperio ajeno y hostil (por oriental y musulmn). Entre 1770 y 1820 se gesta la escisin, ya neta a lo largo del siglo XIX y buena parte del XX, entre ambas lenguas y se pone tambin de manifiesto el debate poltico de fondo entre dos proyectos nacionales. El debate sobre la lengua implica necesariamente tambin un debate sobre la educacin y el control de la misma. Desde este momento y hasta la poca de Venizelos en las primeras dcadas del siglo XX, la educacin se concibe en medios progresistas como el instrumento de cambio y progreso por definicin y, por ello, como el primer campo de accin e intervencin intelectual. Paralelamente a estos desarrollos, los intelectuales de la dispora griega ilustrada han establecido firmes redes de comunicacin con el filohelenismo europeo. Las herramientas de enganche son el nfasis que da la Ilustracin a la Antigedad clsica griega (olvidando la herencia medieval bizantina, cuando no rechazndola) y la nocin de que la independencia nacional de Grecia en el presente conllevar la regeneracin de la antigua

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nacin helnica. La nacin griega emergente busca su lugar en Europa aduciendo sus orgenes remotos, las aportaciones de la Antigedad a Europa (incluido su nombre) y tambin la religin comn (cristianismo). Sin embargo, el legado histrico -reconocido por los filohelenos- y la voluntad de estar hermanada con la Europa moderna implican una doble marca con que la Grecia independiente tendr que medirse constantemente, prcticamente desde su nacimiento: primero, porque Europa occidental hace ya mucho tiempo que ha tomado el relevo cultural de la Antigedad y es, pues, el marco de referencia; y segundo, porque casi desde el principio de la existencia del estado griego moderno se inician precisamente en Europa los ataques contra los argumentos de la Ilustracin3. La Ilustracin griega se bate as en dos frentes: el interno, frente al pensamiento antioccidental, partidario de la ortodoxia, su iglesia y su legado histrico medieval, que incluye el rechazo de Occidente hostil a Bizancio; el externo, frente a la duda europea sobre su legado histrico y pertenencia a Europa. En la (nueva) capital del recin nacido estado griego, Atenas, y a pesar del peso de formas culturales importantes4, son los fanariotas reinstalados en el reino de Grecia y sus discpulos los que prcticamente monopolizan la vida cultural de la capital. Para justificar la independencia y, algo ms adelante, la expansin del estado a fin de integrar en su seno a la Grecia irredenta, las nuevas elites del reino de Grecia van a luchar porque sta contine siendo reconocida como parte de Europa. Se va a buscar una imagen del pas conectada exclusivamente con la Antigedad, por una parte mediante una rehelenizacin de la lengua a travs de la cazarvusa -en una literatura imitadora del romanticismo francs e ingls5o la adopcin del estilo neoclsico en arquitectura y otros smbolos. Por la otra, se va a intentar dar rplica intelectual a los ataques externos a la europeidad de Grecia.

0. El ataque ms severo tiene lugar en 1830, cuando Jacob Ph. Fallmerayer publica su Historia de la Pennsula del Peloponeso durante la Edad Media y pone en entredicho el pedigr de los griegos contemporneos y, por extensin, su capacidad para gobernarse a s mismos en el presente. 0. Libros de memorias de protagonistas de la Revolucin, el teatro de sombras (karaguiosis) que ofrece retablos satricos de la sociedad griega u obras particulares, como la comedia de Dimitrios Visantios Babilonia (1836). 0. Se trata de evitar manchas molestas en la lengua y la cultura que justifiquen a Fallmerayer o similares. As, en 1853 Panayotis Sutsos (1806-1868) publica Nueva Escuela de la lengua escrita (1853), que no es sino un manifiesto a favor de la cazarvusa. Esta opcin de las elites perpeta la cuestin de la lengua.

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En esta labor destaca Constantinos Paparrigpulos (1815-1891)6. Frente a defensas del helenismo que exaltan slo la Antigedad, y en medio de un intenso debate sobre la incorporacin al discurso nacional del pasado bizantino y su legado cultural, Paparrigpulos realiza una sntesis histrica que da una concepcin global del helenismo, introduciendo el concepto de continuidad ininterrumpida de la historia griega y del helenismo y conectando Antigedad pagana, Bizancio ortodoxo y Estado griego moderno, europeo y secular. El logro intelectual de Paparrigpulos estriba en que afirma la afinidad histrica, cultural y tnica (que no racial) de la Grecia moderna con la civilizacin clsica; afirma la identidad europea de Grecia, cuya herencia clsica comparte con la Europa moderna, dando una respuesta contundente al debate sobre si Grecia es Oriente u Occidente7; integra la historia medieval griega ortodoxa; y ofrece la base histrica y la justificacin terica de la Megali Idea como meta de la poltica exterior griega y parmetro intelectual que impregna a toda la sociedad griega hasta 19228. Por ltimo, con la integracin de los diversos, e incluso opuestos, pasados griegos en un todo y la superacin de la oposicin entre Ilustracin y ortodoxia, la evolucin ideolgica del pas en el siglo XIX permite que se implante la orientacin europea. Pero el europesmo no es un consenso. La tradicin ortodoxa griega haba sido tamizada y domesticada por el estado secular independiente a travs de la declaracin de la Iglesia autocfala de Grecia y su transformacin de fuente primaria y exponente de la definicin colectiva de la sociedad griega en un departamento de la administracin pblica; el cristianismo ortodoxo se fusionaba con la ideologa nacional en el discurso oficial y en la educacin. Pero la fuerza de la tradicin ortodoxa se hace sentir en varias formas de resistencia a este nuevo orden de cosas y como rechazo a la identidad europea de Grecia que se establece oficialmente tras la independencia. Entre sus exponentes cabe destacar a

0. Historia de la nacin griega (1860-1872) y su actividad a travs de la publicacin peridica Pandora. A diferencia del perodo precedente, en que la publicacin y edicin la lleva a cabo la dispora griega en ciudades de Europa occidental, ahora Atenas se est convirtiendo en centro de publicacin de obras originales y traducidas y es la intelectualidad local la que se ocupa de todo ello. 0. Un texto muy temprano del recin estrenado estado griego lleva precisamente por ttulo Qu es Grecia? Oriente u Occidente? (1842) -es de Marcos Renieris, intelectual europesta y filsofo de la historia. 0. En enero de 1844 el lder poltico Ioannis Coletis pronuncia un discurso ante la Asamblea en que acua el concepto Megali Idea o Gran Ideal, vago programa del nacionalismo irredentista griego para una Gran Grecia.

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Constantinos Iconomos (1780-1857) y la Sociedad Filoortodoxa (dcadas de 1830 y 1840); el fundamentalismo ortodoxo del monje Jristforos Papulakos (1780(?)-1861) o de la obra Visiones y prodigios, del general de la Revolucin Ioannis Makriyannis en la dcada de los 50. Tambin hacia mediados de siglo surge una tendencia alternativa al europesmo, de inspiracin italiana, que propone que Grecia confe en s misma y en sus propias luces, sin necesidad de las europeas9. Uno de sus mximos representantes es Niclaos Sarpolos (1817-1887), que rechaza la fijacin con Europa occidental y dirige su mirada a Oriente, que es donde se situaran las ambiciones de la Grecia moderna (Le pass, le prsent et l'avenir de la Grce, 1866). Asimismo se desarrolla una corriente de pensamiento an ms radical opuesta a Occidente tanto en lo poltico como en lo cultural (Dimitrios Vernardakis, 1834-1907), siendo los antioeuropestas ms agresivos nguelos Vlajos (1838-1920) y Aristotelis Valaoritis (1824-1879), que oponen una Grecia pura frente a un Occidente decadente; el mximo exponente de ste ltimo es para Vlajos Nana, cuya traduccin (como todas las de Zola) tiene un gran xito y ejerce una enorme influencia sobre el naturalismo griego que empieza a despuntar en la llamada Generacin de 1880. Y es que la adopcin del realismo literario europeo en su versin extrema naturalista serva a la corriente contraria, la europesta, como herramienta para la demostracin de la continuidad nacional a travs del tiempo. Tambin lo era el refuerzo de estudios, ediciones y publicaciones sobre Bizancio y la relectura antirromntica de Paparrigpulos, en que primaba la nocin de continuidad del helenismo por la lengua y la civilizacin, sin que ninguna poca fuera superior a cualquier otra. As, la lengua demtica, evolucin natural del griego a travs de la historia se concibe como la ms sencilla y comn a todos frente a la elitista y arcaizante cazarvusa, que empieza a recibir ataques10. Se configura as uno de

0.

Italia far da se, que en Grecia se convierte en la consigna Oriente por s mismo.

0. El espritu crtico haba sido potenciado por los concursos poticos que se celebran en Atenas entre 1850 y 1877, donde se aprecia una oposicin nacionalista a los excesos del romanticismo, percibido como a remolque de un movimiento extranjero, y una oscilacin entre cazarvusa y demtica. Esta ltima recibe el impulso de la incorporacin del Heptaneso al reino de Grecia en 1864. Paradjicamente, mientras la Grecia independiente se convierte en polo romntico conservador, la innovacin llega del Heptaneso (la Grecia irredenta) con la llamada Escuela Jnica, cuya figura capital es Dionisios Soloms (1798-1857), padre de la poesa griega moderna y defensor de la lengua demtica; tambin desataca la figura de Antonios Mtesis (1794-1875), cuya obra Vasili (1830) es considerada el primer drama social de calidad del teatro griego moderno. En 1873 es premiada La voz de mi corazn de D. Cambroglu (1852-1942), una poesa antirromntica y en lengua demtica: se ha propinado un golpe a la tradicin conservadora ateniense y se ha iniciado un viraje que llevar a la victoria de la demtica en poesa y prosa en algo ms de una

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los problemas centrales de la vida intelectual griega hasta las primeras dcadas del siglo XX: la cuestin del demoticismo. Estos cambios se relacionan con el ascenso de una nueva burguesa de comerciantes y banqueros (a menudo de la dispora del Mediterrneo oriental y el Mar Negro), que es la que aporta escritores a esta Generacin y que es el soporte del proyecto poltico de Jarlaos Tricupis, que pretende modernizar y europeizar el pas abandonando el nacionalismo romntico de la Megali Idea, que tantas amarguras y humillaciones ha provocado (sobre todo, la derrota de 1897 frente a los turcos). Por su parte las clases medias urbanas empiezan a crear y utilizar una versin adaptada del modo de vida moderno (europeo, occidental) de las clases altas11. En el contexto del debate entre europestas y antieuropestas que se establece, se desarrolla an otro debate, relacionado con el valor y la incorporacin de la cultura popular. Al principio sta haba sido rechazada por las elites europeizantes como algo oriental (lase brbaro, ajeno al helenismo y relacionado con la ocupacin otomana). Entre mediados y finales de siglo la cultura popular atrae el inters de todos y empieza a ser considerada como signo de continuidad de tradiciones antiguas en el pueblo y manifestacin del helenismo eterno12. Aun as, en el cambio de siglo pervive una corriente de pensamiento crtico antioccidental que critica la falta de originalidad de la imitacin de modelos europeos, critica la tesis de la identidad europea de Grecia y advierte de las amenazas que pesan sobre la autenticidad griega procedentes de Europa occidental. Esta corriente es expresada por los intelectuales de la llamada Generacin de 1897, como on Dragumis (1878-1920) o Pericls Yanpulos (1869-1910) y se va a prolongar durante todo el siglo XX, y propone una autenticidad y diferenciacin del helenismo moderno, radicadas en su

dcada.Paralelamente, revistas como Hesta (1876) o Rambagas (1878) acogen a los jvenes poetas de una generacin que se proclama positivista, reformista y abierta a la novedad. En 1880 N. Cambas (1857-1931) publica en lengua demtica y se considera que con ello marca la llegada a la escena literaria griega de una nueva generacin de intelectuales y autores, la llamada Generacin de 1880. Un representante de esta Generacin es N. Politis (1852-1921), fundador en Grecia del estudio cientfico del folclore y cuyo Estudio sobre las costumbres de los griegos modernos (1871) sostena que la lengua demtica era resultado natural de una evolucin como la de las otras caractersticas del helenismo, luego deba ser la lengua de los griegos. 0. No resulta, pues, extrao el auge del vodevil, representado sobre todo por G. Surs (1853-1919), redactor tambin de la publicacin satrica Romis. 0. De hecho, es una recuperacin de los delirios iniciales de los filohelenos. Sobre este punto, el trabajo de F. Veiga Rodrguez sealado en la bibliografa es muy revelador.

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herencia bizantina ortodoxa. Paradjicamente, las fuentes de inspiracin de esta corriente pueden rastrearse en Europa occidental13. Quienes participan en el debate y sellan la victoria del demoticismo y se constituyen en mximos representantes de la Generacin de 1880 son el poeta Costs Palams (18591943) y el fillogo, escritor y polemista Ioannis Psijaris (1854-1929). Este ltimo en Mi viaje (1888) expone la teora de una lengua viva y adquiere el valor de un manifiesto. A partir de l se empieza a construir una prosa basada en la demtica. Por otra parte, tanto Pisjaris como sus seguidores tienen una actitud negativa respecto a Occidente y sus influencias, a los que asocian el arcasmo lingstico y la veneracin exclusiva de la Antigedad griega en detrimento de Bizancio y la cultura popular de la Grecia moderna; a todo esto contraponen la cultura popular, la lengua demtica y el culto de Bizancio. Por su parte, Palams (Cantos de mi patria, 1886) da el contrapunto europesta a Psijaris y a su lnea y realiza su crtica desde el cosmopolitismo eurocntrico que emana de Vctor Hugo, al que admira, y da la rplica a los ataques contra Europa y las afirmaciones etnocntricas de Yanpulos. La influyente corriente europesta ridiculiza la actitud xenofbica y exclusionista de los orientalizantes y dirige su mirada a Occidente. En algunas ocasiones se recupera la argumentacin europesta de Coras, aunque tambin hay una corriente de pensamiento que no slo es favorable a Europa, sino que va ms all y suscribe los vagos planes romnticos del siglo XIX para una unidad europea. El representante ms destacado de este movimiento

0. En su Helinics politisms (1913), Dragumis realiza una crtica no tanto de Europa y su civilizacin como del proceso de europeizacin de su pas, dado que considera que los griegos no pueden cambiar, con o sin influencias europeas. Su perspectiva est inspirada en el determinismo racial deudor de Maurice Barrs y en una interpretacin racial de Nietzsche, al que introduce en Grecia, y reduce la crtica nietzscheana de las enfermedades de la civilizacin moderna exclusivamente a la civilizacin europea, y por ello la rechaza. Critica que los filohelenos europeos y los europestas griegos hayan impuesto a los griegos modernos un culto excesivo de la Antigedad y patrones lingsticos y educativos consiguientes, puesto que ello condena a la nacin griega a una existencia falsa y arrendada y genera una mentalidad que confina las aspiraciones territoriales nacionales a los lmites geogrficos de la Grecia clsica. Por otra parte, el ataque a Europa ms feroz del debate lo lanza Yanpulos a travs de su Neon Pnevma (1906), donde desarrolla una teora de la superioridad racial griega de un determinismo racial y geogrfico extremo, en que la helenicidad es el equivalente de la condicin humana, y el mundo occidental no es sino un ente alcohlico-sifiltico. A la crtica cultural e histrica, Yanpulos aade tambin una crtica del capitalismo, fuertes dosis de antisemitismo y llamamientos a la creacin de una nueva civilizacin griega. Un intelectual de la poca sugera la necesidad de una interpretacin psicoanaltica de estas teoras, lo cual, si no ms, pone de manifiesto la circulacin en Grecia de las teoras de Freud. Yanpulos no puede ser considerado prefascista, porque el fascismo griego es, cuando no demoticista (dictadura de Ioannis Metaxs a finales de los aos 1930), s claramente occidentalista; Yanpulos encarna ms bien el pensamiento reaccionario.

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es el pensador poltico y estadista Andreas Rigpulos, que apoya firmemente el componente democrtico del Risorgimento italiano y de su lder Mazzini14. A la izquierda de Rigpulos se sita Yorgos Sclirs (1878-1919), socilogo y terico del marxismo cuya obra Nuestro problema social (1907) se considera fundadora del pensamiento socialista griego. Las teoras sociales, paralelas a la incipiente aparicin de los movimientos obrero y agrcola surgen en Grecia hacia 1875 como un eco dbil y sin sistematizacin de las corrientes ideolgicas de Europa occidental (fabianismo ingls, socialismo francs, anarquismo italiano). Rpidamente estas tendencias se confunden en el plano poltico con el movimiento democrtico-republicano que prepara el levantamiento de 1909, y luego con el revisionismo liberal venizelista. Forman el ala izquierda del movimiento demoticista e influyen sobre la revista literaria ms importante de ste, Nums (1903) 15. Por su parte, el liberalismo burgus de la Generacin de 1880 se manifiesta a travs de instituciones como la sociedad Lengua Nacional (1905) o la Asociacin Educativa (1910). Su reflexin intelectual se centra en cuestiones pedaggicas y la defensa de la demtica, as como en las relaciones entre Grecia y Occidente. La Asociacin toma parte en el movimiento revisionista de Elefcerios Venizelos e imponen la Reforma de 1917, que basa la enseanza primaria en lengua demtica; se resuelve as el problema de la literatura, pero la cazarvusa contina siendo el instrumento oficial del estado y de las enseanzas secundaria y superior (paradjicamente, la dictadura fascista de Metaxs

0. Entre los seguidores de la lnea de Coras destaca Emanul Rodis (1836-1904), aunque desde una perspectiva pesimista segn la cual los griegos ya no son orientales, pero no han logrado hacerse occidentales. En cuanto a Rigpulos, se haba encontrado con Mazzini en Londres y haban coincidido en su percepcin de Europa y sus asuntos -nacionalismos contra imperios multitnicos-, con vistas a una Europa federal en la lnea de las revoluciones de 1848. Rigpulos era un convencido de la modernizacin y la democracia, mantena correspondencia con Vctor Hugo y particip en las actividades y empresas de algunas de las organizaciones y sociedades ms progresistas de Europa y Grecia: miembro del Comit Central Dmocratique Europen, de la Ligue Internationale de la Paix et de la Libert y de la Asociacin Democrtica "Rigas", cuyo objetivo era establecer una Federacin Oriental Democrtica. En 1886 anticipaba en el parlamento la creacin de unos Estados Unidos de Europa, a semejanza de los de Amrica, compuestos por naciones estado constituidas democrticamente. 0. C. Ceotoks (1872-1923) es un autor que refleja la efervescencia intelectual de Grecia a principios del siglo XX. Marcado por el naturalismo y el socialismo que conoce en Alemania, expresa sus convicciones sociales en Vida y muerte de Caravelas (1902). En 1903 nace la revista literaria Nums, que contribuye a la evolucin de la demtica y evoluciona paralelamente al progreso del anlisis psicolgico y la aparicin del denominada novela urbana, matizando los excesos folcloristas del naturalismo griego y la confusin entre empleo de la lengua demtica y demoticismo como estilo literario. El naturalismo sigue marcando la pauta y describe la vida burguesa ateniense, pero empieza a hacer lo propio con la de las clases trabajadoras.

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impulsar el uso de la demtica en todas las instancias del Estado en la segunda mitad de los aos 30). El periodo turbulento que sigue a la Primera Guerra Mundial y que resulta especialmente confuso en Grecia debido a la crisis poltica y social que surge del Cisma Nacional y el Desastre de 1922 y a la falta de tradiciones ideolgicas slidas hace prevalecer corrientes intelectuales decadentes, de un pesimismo nihilista o de un cosmopolitismo sin races nacionales. Contra esto se intenta reaccionar desde el nacionalismo exacerbado nietzscheano o posiciones que buscan la creacin de una civilizacin esencialmente nacional, poniendo el fundamento general en la cultura popular. En cualquier caso, en todas partes predomina la cultura del desastre, porque 1922 es una ruptura por el enorme impacto que supone el fin de la Megali Idea: se pierde la ideologa que haba sido el cemento de la sociedad griega; se produce una llegada masiva de refugiados que implica una reconfiguracin de la sociedad burguesa ateniense, un crecimiento brutal del proletariado (aunque se trata de un proletariado en buena medida alfabetizado) y una (re)orientalizacin de la cultura popular urbana; se fijan las fronteras definitivas de un estado pequeo; se ahonda la crisis del periodo iniciado con el Cisma Nacional, caracterizada por la inestabilidad poltica (golpismo, aparicin de la amenaza interna comunista) y por la puesta en tela de juicio de los valores de la generacin precedente16. Pero esta inercia negativa y negadora se quiebra con Yorgos Ceotocs (1905-1966). ste y su Elfcero Pnevma (1929) indican las intenciones y objetivos modernizadores de cuantos en los diversos campos de la literatura y la crtica constituyen la denominada Generacin de 1930. Ceotocs propone la superacin del demoticismo, la bsqueda de nuevas formas literarias y la apertura a la modernidad literaria de Europa occidental sin perder las races de la tradicin griega, y lo hace frente a la polarizacin de las evoluciones y debates polticos e intelectuales, sean de corte ultranacionalista o marxista y de sus militancias intelectuales. Ceotocs tambin realiza una reflexin social y una crtica del capitalismo (Frente al problema social, 1932) y observa el enfrentamiento creciente entre

0. Crispacin conservadora (F. Politis, 1890-1934; I. Apostolakis, 1886-1947) marcada a veces por el idealismo alemn y donde nicamente Soloms y la cancin popular valen. Contra esto reaccionan otros creadores (C. Varnalis, 1884-1974) con una crtica de la generacin precedente y expresando el desarraigo.

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fascismo y comunismo, asentndose en sus teoras humanistas y su preocupacin por Europa17. La Generacin de 1930 no est desprovista de un criticismo cultural que acenta el valor de la autenticidad griega y pretende recuperar lo genuino de sus tradiciones, aunque dicho criticismo tiene sus fuentes tambin en Europa. De hecho, el redescubrimiento de valores estticos de la Antigedad y del arte popular griego se aprecian a la luz de las teoras de la abstraccin asociadas con la modernidad europea de entreguerras. En cualquier caso, la actividad crtica marca su poca con escritos en que el helenismo es el centro de la reflexin en diversos mbitos: derecho constitucional, la reforma de la enseanza, el estudio del medio ambiente y el urbanismo, la lengua griega antigua, la literatura griega moderna (cuyo primer gran historiador es C.T. Dimars). Los integrantes de esta Generacin se agrupan en torno a la revista Nuevas Letras en 1935 y publican a C. Cavafis (1863-1933), dan entrada al Surrealismo (A. Embiricos, 1901-1975, mdico y estudioso del psicoanlisis; N. Engonpulos; N. Gatsos, que traduce a Lorca; O. Elytis) y en varios casos hay un compromiso neto con la izquierda poltica (N. Vretacos, I. Ritsos). Se evita el folclorismo, pero no el regionalismo, hay predileccin por la historia (normal, tras 1922 y dado que muchos de los de 1930 proceden de Asia Menor), aunque se rechaza la novela histrica decimonnica a lo Walter Scott. Tambin a finales de los aos 20 la prensa griega empieza a reflejar una corriente favorable a proyectos como el de Aristide Briand para la creacin de una unin europea. Sin embargo, una parte de las elites polticas e intelectuales se muestra precavida, cuando no hostil, a estos proyectos y a Europa en general18: esta actitud se entiende a la luz de la traicin y abandono de Grecia por parte de las grandes potencias en Asia Menor, de la0. Junto con los de Psijaris y Sclirs, el de Ceotocs es uno de los grandes manifiestos intelectuales de la poca que va de 1880 a 1930. La perspectiva europea de Ceotocs tiene sus predecesores en Rodis o M. Mitsakis (1863-1916) y est modelada por sus lecturas de Stefan Zweig y Andr Gide. En su novela Arg (1933-36) describe las tendencias europestas y antieuropestas de la sociedad griega. 0. P.e. A. Papanastasu, lder del progresismo a la izquierda del venizelismo liberal-republicano, concentra sus esfuerzos en la creacin de una liga o federacin balcnica; Flipos Dragumis (hermano de on y antivenizelista), C. Caravidas (socilogo de renombre) o A. Sikelians (poeta, 1884-1951) adoptan una actitud etnocntrica antioccidental y antieuropea. Cabe decir que tampoco el venizelismo es muy favorable al europesmo referido.

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agresin italiana en Corf y de la inoperancia de la Sociedad de Naciones para defender en este caso la integridad e independencia territoriales griegas. Aunque tambin tiene sus vertientes crticas para con el referente europeo, el ultranacionalismo anticomunista (y antisemita) helnico busca a menudo sus modelos en Europa occidental. A fin de cuentas, el fascismo griego es una ideologa de resurgir nacional tras las crisis de la Primera Guerra Mundial y los aos 20 y se articula como una va de modernidad y modernizacin. Paradjicamente la dictadura fascista de Metaxs ser anglfila (en parte debido a la anglofilia de la monarqua) y ser agredida por sus congneres ideolgicos europeos, primero por la Italia de Mussolini, a continuacin tambin por Alemania nazi. Estas circunstancias histricas limitan las posibilidades de la dinmica Generacin de 1930, aunque buena parte de sus representantes ofrecer sus mejores obras tras la guerra (Ritsos, Elytis, Seferis) y sern los puntos de referencia claros para la nueva generacin que surgir de ella.

BIBLIOGRAFA El asterisco (*) indica textos en griego. En la referencia se utilizan las traducciones espaolas de los ttulos, pero se respetan las versiones originales de los nombres de revistas. AZANASPULOS, Vangueli. Realismo literario y poltico. Istoric 8: J. Tricupis. La visin y la bancarrota. Atenas: Elefcerotipa, 9/12/99: 46-48*. BDENAS DE LA PEA, P. La formacin de la Grecia moderna y el irredentismo balcnico. s.d. BDENAS DE LA PEA, P. La transcripcin del griego moderno al espaol. Cervantes (ed. bilinge), vol. I. Atenas, 1986: 121-129. Constantinos Paparrigpulos. Istoric 85 (31/5/2001)*. DIM ARS, C. T. Historia de la literatura griega moderna. 6 edicin. Atenas, karos: 1975*. DIM ARS, C. T. Romanticismo griego. Atenas, 1982*. DITSA, Mariana. Entre la Ilustracin y el Romanticismo. Tres referencias a lo conocido-ignorado del siglo XIX griego. Atenas: Biblirama, 2001*. LIAKOS, Antonis. La Unificacin italiana y la Megali Idea, 1859-1862. Atenas, 1985.

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Los Balcanes y la Unin Europea: cuadratura del crculo vicioso?Este debate surgi como resultado de uno previo sobre Bosnia-Hercegovina, donde, tras ocho aos de cuasiprotectorado internacional, no pareca haberse conseguido un Estado funcional, aceptado por sus ciudadanos y capaz de ejercer sus funciones sin tutela extranjera. A la sugerencia inicial de que el ingreso en la Unin Europea podra ser la solucin para los problemas, tanto de Bosnia como de otras partes de la antigua Yugoslavia, sigui la constatacin de que se encuentran muy lejos de cumplir los requisitos mnimos de admisin. La idea de constituir una comunidad regional como paso intermedio hacia la Unin Europea fue acogida con divisin de opiniones por los miembros de la lista.

14 Octubre 2003 Dalibor Soldatic

Evidentemente no hay salida posible salvo que se busquen otras soluciones. Cules pueden ser? Creo que la nica salida viable es la incorporacin de Bosnia a una entidad mayor tipo Unin Europea en la que la divisin entre las entidades ya no tendra mucha importancia. Puesto que no creo que Bosnia sera el candidato ideal para la Unin Europea, lo mismo que los dems pases de la ex-Yugoslavia, y puesto que tampoco creo en la posibilidad de reconstruir una nueva Yugoslavia, despus de tanta sangre derramada y odios reanimados, la nica solucin que parece ser posible es una amplia Unin de Pases Balcnicos o mejor dicho (ya que muchos no quieren ser considerados balcnicos) Unin de pases sudeuropeos. Esa unin podra ser el socio de la UE, podra crear su sistema Schengen de visados, zonas de libre comercio etc. etc. Ello podra abrir perspectivas de prosperidad econmica a los pases que siguen viviendo todo un desastre econmico. Claro que para eso se van a necesitar recursos. La verdadera pregunta es en qu medida el contribuyente europeo y americano estar a dispuesto a pagar la cuenta? Habra que - 33 -

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recordarle que el juego de la comunidad internacional en la zona de los Balcanes ha costado ya ms de lo debido y amenaza con seguir costando. Ms vale una buena inversin que dinero gastado cada da en vano. Y el hecho de que se est gastando dinero en vano viene demostrado por lo que ocurre en Ksovo donde despus de la intervencin de las fuerzas de la OTAN estamos lejos de ver imponerse un sistema democrtico y la coexistencia pacfica entre las diversas naciones que viven. Si el ideal democrtico por el que decidi intervenir la comunidad internacional despus de Rambouillet fue ver que los nios serbios tengan que ir a la escuela, en las pocas localidades en las que quedan, acompaados por las patrullas de la KFOR, UNMIK o quien sea, entonces estamos hablando diferentes lenguajes polticos. Lamentablemente el problema sigue siendo el mismo. En lugar de orientarse hacia el futuro, todos siguen leyendo los libros de historia. Nadie quiere dejar de lado el pasado y tratar de construir un pasado nuevo. Mientras tanto el tiempo pasa para generaciones enteras.

17 Octubre 2003 Francisco Veiga

Arreglar una cosa a veces significa estropear otra, y en conjunto se trata de aplicar tratamientos complejos, bateras de medicamentos, tener en cuenta los prolongados tiempos de espera, contentar a todos los intervinientes, no estropear el resto de los procesos en curso y un largusimo etc. Esto quiere decir que meter a Bosnia en la UE no le solucionara nada ni a la malparada repblica ni al club europeo. Desde los Balcanes tiende a verse a la UE como una institucin de ayuda, cuando en realidad se parece ms a una sociedad annima para obtener beneficios. Cuando estos no aparecen en el horizonte, la UE no funciona bien o algunos miembros comienzan a irse de parranda por su cuenta. Por lo tanto, los socios deben verse como hijos que aportan algo a la familia comn. Si el vstago est lisiado y no puede trabajar o aportar riqueza al fondo comn, el resto de la prole no se va mostrar muy

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dispuesto a mantenerlo y mucho menos a darle voz y voto en las decisiones conjuntas. No nos engaemos: la UE no es una experiencia a prueba de bomba, capaz de aguantar lo que le echen. Al revs: ya se est viendo lo difcil que le resulta digerir a una potencia como Alemania la asimilacin de la antigua RDA. Dalibor apunta como idea la posibilidad de crear una especie de mercado regional, pero creo que eso es un paseo innecesario. Si ya existe una solucin comunitaria (la UE) romperse la cabeza y gastarse dinero en fundar algo nuevo, de incierto futuro, parece demasiado aventurado. Adems, si polticos y mandatarios serbios y montenegrinos tienen reservas sobre si acceder juntos o no a la UE, podemos imaginarnos las discusiones sin cuento -y sin final- que implicara fundar una Unin Balcnica?

17 Octubre 2003 Dalibor Soldatic

Una Unin de pases de Europa Sudoriental me parece ms factible que la incorporacin de los pases de la ex-Yugoslavia a la Unin Europea. El distinguido economista croata Branko Horvat19 hace ms de un ao escriba que, segn sus estimaciones, Croacia no podra llegar a ser miembro de la UE en menos de 20 aos. No creo que Serbia pueda conseguirlo ms rpido. Cunto tard Espaa con menos problemas? En los Balcanes

Despacho de la agencia Tanjug del 19 de diciembre de 2003: Branko Horvat, economista, poltico y pedagogo, uno de los partidarios ms conocidos de la autogestin obrera en el mundo, muri la noche pasada a la edad de 76 aos. Naci en Petrinja el 24 de julio de 1928. despus de los estudios de economa en 1955 Horvat obtuvo el primer doctorado en ciencias econmicas sobre el tema de la industria petrolera yugoslava, y cuatro aos ms tarde se gradu de doctor por la Universidad de Manachester. Form a generaciones de economistas de los que la mayora son hoy profesores distinguidos en las facultades del pas y del mundo. Inici su carrera en el Instituto de Petrleo de Zagreb y el Instituto Econmico de Zagreb, luego trabaj en el Instituto Federal de Planificacin en Belgrado, como jefe del departamento metodolgico, que en 1963 por mrito suyo creci en el Instituto Yugoslavo de Investigaciones Econmicas. Como director del Instituto fund la escuela internacional para estudios de postgrado. En 1975 fue elegido catedrtico de economa en la Universidad de Zagreb en cuya Facultad de Economa trabaj hasta 1992". Comentario de Dalibor Soldatic, 22-12-2003: No he seguido sus trabajos desde esa poca, pero puedo decir que hasta la fecha en la que tuve la oportunidad de leer sus textos se distingui por haber sabido introducir en la economa de la autogestin las leyes del mercado. Estuvo a favor de la opcin yugoslava hasta el momento en que pudo serlo, luego admiti las realidades. Pero an despus supo plantear los problemas polticos a travs de un enfoque racional de economista.

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todava no terminan los procesos de transicin. Por lo tanto, a falta de un elemento aglutinante, que trascienda las fronteras nacionales y las polticas nacionales veo la nica salida en una Unin que deje a todos a medio camino de la UE y que se presente como el socio en pie de igualdad de la UE. Paco observa bien que Serbia y Montenegro todava no logran ponerse de acuerdo si tratar de acceder a la UE juntos o separados. Pero, eso es otra cosa. El tema de la independencia de Montenegro se resolvera en unos cuantos meses si se dejara que el presunto Estado independiente afronte solo los problemas de su economa. Adems el futuro de un eventual Estado independiente de Montenegro es bastante incierto a causa de la presencia de un porcentaje considerable de albaneses en esa Repblica, porcentaje que van en aumento constante. Un Montenegro independiente en diez aos afrontar la misma situacin que la Macedonia actual. Mientras haya alguien dispuesto a pagar las cuentas para utilizar el separatismo montenegrino como elemento de presin sobre Serbia, no faltar quien prefiera la independencia. Pero eso son temas de geoestrategia poltica que abren otro captulo de nuestro debate. Por lo tanto, si todos estamos de acuerdo en que las cosas no funcionan en Bosnia y que hay que buscar una solucin nueva, o se deshace el Estado (cosa poco probable porque implicara el fracaso total de la comunidad internacional) o se busca integrar ese Estado a una entidad superior, capaz de superar las fronteras de lo nacional sobre la base de autnticos intereses econmicos. Solamente el inters econmico y la posibilidad de circular libremente por los territorios balcnicos pueden llevar a la creacin de una Unin que tenga perspectivas.

19 Octubre 2003 Francisco Veiga

Cunto cost elaborar una constitucin para Republika Solania? Y an as, a punto estuvo de no salir nada. Ahora imaginemos los debates que se abriran para organizar una - 36 -

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hipottica Unin de Pases del Sudeste. De entrada, quines entraran?Estara incluida Albania? Supongo que imaginis mi sonrisa reflejada en la pantalla del ordenador. Qu se hara de Grecia como miembro que es de pleno derecho de la UE?Tendra inters en acceder?Y los candidatos a punto de entrar en el club (Bulgaria-Rumania)? Bueno, si excluimos todos esos, nos quedamos con que la UPSEE sera... la ex Yugoslavia! (y eso, sin Eslovenia: no creo que tuvieran inters en acceder). Bromas aparte, me parece que poner en marcha un entramado institucional, unas reglas, unos acuerdos polticos entre los vecinos balcnicos, sera una tarea titnica que ira mucho ms all de los 20 aos del profesor Horvat para el acceso de Croacia a la UE. Pero luego vendra la cuestin econmica, porque supongo que esa sera el cemento que debera unir a los miembros de la UPSEE. Para que tiren adelante estos mercados comunes, las economas tienen que funcionar bien, ofrecerse algo las unas a las otras, tener una base financiera slida. En definitiva, ganar algo con la unin Qu intercambiaran Montenegro y Albania?Cigarrillos de contrabando?Ciruelas? La gran mayora de las economas de la zona estn hechas polvo, no existe un motor econmico solvente.

25 Octubre 2003 Jos-Miguel Palacios

Dalibor Soldatic y Paco Veiga han abierto estos ltimos das el debate sobre Europa como solucin para casar todas las contradicciones que los ltimos aos han hecho surgir en los Balcanes (en particular, en la antigua Yugoslavia). El primer argumento que se ha manejado es que muchos de los problemas exyugoslavos no tienen solucin (al menos por ahora) en el marco en que se han planteado (Daytonland, Republika Solanija, Postyugoslavia, etc.), pero s pueden tenerlos en otro marco, en el de la Unin Europea. Es una idea que defiende Dalibor (Creo que la nica salida viable es la incorporacin de Bosnia a una entidad mayor tipo Unin Europea en la que

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la divisin entre las entidades ya no tendra mucha importancia) y que Paco, en principio, no niega. El problema surge cuando se pasa a examinar la viabilidad de la idea. Aqu Paco Veiga es claro y rotundo: meter a Bosnia en la UE no le solucionara nada ni a la malparada repblica ni al club europeo. Desde los Balcanes tiende a verse a la UE como una institucin de ayuda, cuando en realidad se parece ms a una sociedad annima para obtener beneficios. Cuando stos no aparecen en el horizonte, la UE no funciona bien o algunos miembros comienzan a irse de parranda por su cuenta. Y Dalibor asiente, aunque atendiendo, sobre todo, a la falta de preparacin de Bosnia (por extensin, del resto de la exYU) para unirse al club europeo (no creo que Bosnia sera el candidato ideal para la Unin Europea, lo mismo que los dems pases de la ex-Yugoslavia). La solucin que propone Dalibor es crear una especie de UE bis, una Unin de pases sudeuropeos. Esa unin podra ser el socio de la UE, podra crear su sistema Schengen de visados, zonas de libre comercio etc. etc. Ello podra abrir perspectivas de prosperidad econmica a los pases que siguen viviendo todos un desastre econmico. Paco no lo ve factible, y ello por razones de dos tipos: a) de tipo identitario: quin formara parte?; Rumana y Bulgaria estaran interesadas?; y Grecia?; no sera, al final, una reconstruccin de la antigua Yugoslavia, algo que el propio Dalibor considera impensable? b) de tipo prctico: existe base econmica para la integracin de los pases balcnicos?: Para que tiren adelante estos mercados comunes, las economas tienen que funcionar bien, ofrecerse algo las unas a las otras, tener una base financiera slida. En definitiva, ganar algo con la unin Qu intercambiaran Montenegro y Albania?Cigarrillos de contrabando?Ciruelas? La gran mayora de las economas de la zona estn hechas polvo, no existe un motor econmico solvente. A simple vista, me parece que hay una cierta razn en este argumento. Estn los consumidores de Belgrado ansiosos de productos blgaros, o preferirn, ms bien, equivalentes alemanes? Desde luego, estoy seguro de que los bombones Kras o los zumos Fructal tienen su atractivo, pero parece ms ligado a la yugonostalgia que a otra cosa, y quiz sea pasajero. - 38 -

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El principal problema que veo en relacin con la creacin de una UEbis para los Balcanes es la complicacin del proceso negociador. Vemos cmo est yendo la cosa entre Serbia y Montenegro, vemos que no es ni siquiera posible entablar conversaciones serias entre Pristina y Belgrado, vemos que dentro de Bosnia los acuerdos se alcanzan mediante una imposicin. En estas condiciones, mucho me temo que el negociar una Unin de Estados Balcnicos podra ser tarea de dcadas. El proceso de adhesin a la UE es mucho ms sencillo. All no hay reglas del juego que negociar. El acervo comunitario es el que es, y de lo que se trata es de incorporarlo a la legislacin interna y de pactar las frmulas de adaptacin, la asistencia tcnica y las ayudas. Nadie tiene mucho margen de maniobra. La UE ya est inventada. Est, desde luego, el problema de si estarn en condiciones de adaptarse a la UE, y Dalibor, con razn, utiliza el argumento de la incorporacin de Espaa. Sin embargo, parece que las reglas ya no son las mismas, y que el nivel de exigencia ha bajado. Con alguna excepcin, los nuevos socios estn muy lejos del nivel econmico que tenan Espaa y Portugal hace veinte aos. Alguno de ellos ha cumplido las condiciones polticas slo porque ha habido muy buena voluntad por parte de la UE. Se da, incluso, el caso de un estado que sigue dividido (Chipre). Quiz el ingreso no est tan lejos del alcance de los pases balcnicos.

21 Noviembre 2003 Foro de Estudios Balcnicos

En el nmero de noviembre/diciembre de 2003 (vol.XVII/nm.96) de Poltica Exterior aparece (pg. 137-148) un interesante artculo de Jorge Fuentes: Los Balcanes occidentales: sexta ampliacin de la UE?. El autor, uno de nuestros diplomticos ms especializados en la Europa postcomunista, es en estos momentos Embajador en misin especial encargado de la ampliacin de la UE. En su artculo, Jorge Fuentes, aun reconociendo las dificultades que plantear, se muestra decidido partidario de la sexta ampliacin (a los Balcanes Occidentales). Considera, - 39 -

Los Balcanes y la Unin Europea

adems, que en un plazo no demasiado largo (5-10 aos) su incorporacin a la Europa unida es inevitable. El resumen del artculo, que podemos encontrar en la presentacin Internet20 de la revista es el siguiente: Cuando la quinta ampliacin se haya realizado, la Unin Europea contar con veintiocho miembros. Con esta integracin del centro y el este del continente europeo, el proceso de adhesin estar avanzado pero incompleto. Diecinueve pases permanecern todava fuera de la Unin.

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http://www.politicaexterior.com/revistas.asp?idRevistas=1.

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Modelos balcnicos para nuevas independenciasLa filtracin de un primer borrador del proyecto de nuevo Estatuto vasco (desarrollo articulado del llamado plan Ibarretxe nos hizo reflexionar sobre la influencia que el ejemplo de independencias balcnicas podra tener sobre la estructuracin interna de estados europeos occidentales. Ello nos condujo a una revisin crtica de los procesos independentistas en la antigua Yugoslavia, tanto los ya culminados como los que se encuentran an en fase de desarrollo, y nos puso en puertas de poder abordar de una forma general las reglas que gobiernan el proceso de formacin de nuevos estados.

24 Julio 2003 Jos-Miguel Palacios

Puede ser interesante examinar el borrador de Estatuto vasco, desarrollo del plan Ibarretxe, a la luz de las experiencias en la antigua Yugoslavia (muy en especial, las de Eslovenia y Croacia). 21 A primera vista, se me ocurren algunos paralelismos importantes: a) Unilateralismo: la base del proceso no es el libre acuerdo entre las partes, sino la decisin de una de ellas (se ofrece a la otra parte la posibilidad de aceptarla, aunque, de no hacerlo, el proceso no quedara interrumpido -el paralelo balcnico sera la oferta croatoeslovena de confederacin yugoslava en el otoo de 1990-). La base para ello es el concepto de la soberana originaria (de Eslovenia, del Pas Vasco), frente a la soberana del estado, que sera delegada. A esta idea de la soberana originaria se llega por dos caminos formalmente distintos, pero prcticamente equivalentes: reconocimiento constitucional de los derechos histricos (Pas Vasco) y reconocimiento constitucional del derecho de autodeterminacin de las naciones yugoslavas (Eslovenia, Croacia).

Lo publicaron ABC y El Correo el da 23 de julio de 2003. Para consultar una versin de libre a cc eso , B o rrad o r d el P lan Iba rretxe para la se gre ga cin de Espa a . 23-7-2003. (10 ene 2003).

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Modelos balcnicos para nuevas independencia

b) Rupturismo incompleto: no se propone la independencia completa (respecto a Eslovenia y Croacia estamos hablando de los ltimos meses de 1990) ni se prescinde por completo de la Constitucin. Se proclama, simplemente, la superioridad del ordenamiento propio (por lo que la Constitucin seguira siendo vlida en cuanto no se opusiera a l). Como corolario, se establece de una manera clara la posibilidad de avanzar hacia la independencia completa de forma unilateral. Se me ocurren, embargo, dos importantes diferencias: a) En Eslovenia y Croacia exista un amplio consenso en favor de la separacin (o, al menos, del alejamiento respecto al poder central). En el Pas Vasco, ese consenso no existe. b) Yugoslavia no era un estado democrtico y la legitimidad de origen de su Constitucin era muy discutible. La situacin en el caso de Espaa es completamente distinta.

24 Julio 2003 Carlos Flores Juberas

Se me ocurren ms razones para que el establecimiento (interesado o no, eso queda de cuenta de quien los plantee) de paralelismos entre el proyecto separatista de Ibarreche y el proceso de disolucion de la antigua Yugoslavia resulte de todo punto intil. Uno es el que tiene en cuenta el marco en el que se ubican hoy el Pas Vasco y ayer Croacia, Eslovenia y las demas repblicas que con ms o menos mpetu presionaron por la independencia. Mientras que la antigua Yugoslavia era un estado sostenido -como se dice coloquialmente- con alfileres, Espaa es un Estado nacin con medio milenio (al menos) de historia comn a sus espaldas. Quiero decir con ello que mientras la estatalidad de Yugoslavia era un fenomeno histrico todava reciente en el momento de su disolucin, y que mientras que sta haba sido repetidamente puesta en tela de juicio e incluso suprimida (vase la particin del pas durante la II Guerra Mundial), ni uno ni otro fenomeno han sucedido en Espaa salvo por episodios bien puntuales y ya alejados en el tiempo (la revolucin cantonal del XIX por ejemplo).

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Y, por supusto, est el problema de la violencia, que condiciona todo dilogo. All no la hubo, y aqu s que la hay. Y nadie en su sano juicio mantendr que es posible un dialogo franco y libre entre los espaoles (todos) y los vascos (todos) con ese condicionante interfiriendo de manera cotidiana.

31 Julio 2003 Francisco Veiga

No creo que el unilateralismo de la iniciativa soberanista del PNV sea un punto de partida muy fiable para la comparacin con el modelo esloveno de 1990 (el croata era una mala copia de ste). De hecho, lo son la gran mayora de las campaas separatistas desde 1776. Lo paradjico del modelo peneuvista es que parece estar ms fundado en el quebequs, y se s que rompa la norma y era de tipo consensual (hasta cierto punto). Otra diferencia importante es que los eslovenos se cuidaron muy mucho de armarse hasta los dientes o hasta donde pudieron- antes de dar el paso de declarar la independencia. Es decir, contaban con la existencia de un ejrcito propio con 70.000 reclutas potencialescomo elemento definitorio de la soberana; algo similar hicieron los croatas con sus zengas. El gobierno vasco no ha dado ese paso: parece haber elaborado una estrategia ms a la lituana, esperando quizs que en un momento dado, el envo de los boinas/tricornios negros (o situacin asimilable) coloque al ejecutivo madrileo en una incmoda situacin internacional semejante a la de Gorbachev en 1990. Es ms: posiblemente reforzarn esta manera de actuar argumentando que su proyecto sera el fin de la violencia terrorista. Mira por dnde, adoptar ese papel de moderados razonables frente a la doble violencia terrorista y espaola recordara a los chicos del LDK albans en Ksovo. Por lo tanto, a este lado de los Balcanes, lo que cuenta y lo que se busca como en cualquier proceso soberanista- es alguna forma de reconocimiento y apoyo internacional, y lo dems son cuentos chinos. O indios: en 1947 la India era una en