BANDERA SOCIAL - RICARDO MELLA CEA.INFO: EMISIÓN & …€¦ · sunción, más que presunción...

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ANO I MADRID 25 DE OCTUBRE DE 1885 NÚM. 37 BANDERA SOCIAL Semanario Anárquico-Colectivista CONDICIONES DE LA SUSCRIPCIÓN Hr.MsírE ' ^ '^'^"'^^ Regiones, 1'30 trimeslre, y p.aquele l';iO pesetas ' reÍ?ti;„'n7r^ros"co:vSS,e^" ^«""^ " - p'p<^' cebro.-Los Bn^í^oImT- . '^^r ?"?'=''''Pf""es: en Madrid, en la Redacción y Administración de este Semanwio- en '"call'^'tí'K'^a;: '^t^''-''- y - Montevideo, fzaía^sTba^ SE PUBLICA TODOS LOS DOMINGOS Consagrada esta publicación á la defensa de los principios anárquico colectivistas, lodos los obreros tienen derecho á la inserción de cuantos documentos tengan relación con esle tin, así como á que se den á luz cuantos abusos y vejaciones se cometan en el taller siempre que lo ga- ranticen con su firma. ADMINISTRACIÓN Y REDACCIÓN: Calle de Fuencarral, núm. 94, duplicado donde se dirigirá toda la correspondencia á nombre de José Diaz. ADVERTENCIAS La Redacción y Administración de este Semanario se ha trasladado á la calle de Fuencarral, nüm. 94, duplicado, cuarto 4.% donde se dirigirá en lo sucesivo toda la co- rrespondencia á nombre de JOSÉ DIAZ. OTRA DENUNCIA También fuimos denunciados el nútnero pasado; y van dieciséis. Motivo: el artículo El Soldado. Pero como el que no se consuela es porque no quiere, nosotros, en nuestra candidez, nos consola- mos con poco: con que en este mes empieza la caída de la hoja, y al terminar ya habrá caído toda. Y á eso le apostamos las dieciséis denuncias al Sr. Molero, nuestro protector. « » En lo sucesivo, si es que esto sigue, retiraremos la noticia de esto sitio por haber perd do toda im- portancia y novedad. Nuestros lectores la podrán ver en la sección de Misceláneas. DOCTRINAL PAN PARA H O Y Y HAMBRE PARA MAÑANA La situación de las clases obreras, que ya era in- sostenible á causa de la prolongada crisis que de al- gunos años á esta parte viene acentuándose con marcada tendencia á extenderse y perpetuarse, se ha agravado, particularmente en nuestra región, con la desgraciada aparición y ensañamiento de la epidemia colérica. Pocos años seguramente, como el que cursa, ha- brán legado tan tristes recuerdos á sus sucesores. Las calamidades de toda especie que durante su curso se han sucedido, parecen más relato poético que realidades tangibles. A pesar de esto, de suyo triste, el año 86 ha de inaugurarse con peores auspicios; y la falta de tra- bajo, que engendra fatal y necesariamente el ham- bre y la miseria, ha de hacer que estos dos pavoro- sos problemas se presenten en toda su desnudez y horrible plenitud. La crisis es por demás dificil de conjurar. Sus proporciones son gigantescas, fantásticas: pueblos, provincias, regiones, el mundo, en fin, se enreda en sus mallas, y de uno á otro confín de la tierra sólo se oyen estas fatídicas palabras: « ¡ Trabajo ! ¡ Pan para nuestros hijos! » (juizá no faltará alguno que, sin temor por su posición al malestar y privaciones que asenderean á los trabajadores, juzgue de pesimistas á outrance nuestras predicciones ó entienda que nosotros nos iroponemos sacar partido de uua situación tan di- ícil. ¡Ojalá que el que tal arguya tuviera razón! ¡Ojalá que nuestras predicciones fueran sólo pre- dicciones teóricas y declamatorias! ¡Ojalá que nuestros compañeros no tuvieran ne- cesidad de limar las duras asperezas que se interpo- nen en el camino de su felicidad! ¡Ojalá, en fin, que la lucha por la existencia per- diera ese carácter terrible que ha adquirido, y que, de día en día, nos diezma por la miseria, el hambre y las epidemias! Pero desgraciadamente esto es imposible, no por- que no pudiera realizarse, sino porque nuestras cla- ses, que se llaman mayores y directoras, en eterno dualismo con la verdad y la razón, viven tan apega- das á sus egoísmos y privilegios, que únicamente por un acto de fuerza mayor, y ante la imposibilidad absoluta de conservarlos se resignarían á perderlos. De aquí, pues, el origen de nuestras dudas y de nuestros sobresaltos; de aquí, pues, la triste pre- sunción, más que presunción certeza, de que en el invierno entrante la situación ha de ser desesperada para los hijos del trabajo. De poco servirá el que el gobierno, los ayunta- mientos y varias diputaciones provinciales, más por cuestiones de ordeu público que por espíritu de hu- manidad, empleen algunos obreros en as construc- ciones que proyectan, pues esto no alcanzará á dar ocupación á los miles y miles de brazos que hay pa- rados; y á los que consigan obtener éste, teniendo en cuenta la altura de los comestibles y lo exiguo de los jornales que se pagan, apenas si les llegará para adquirir el pan por poco numerosa que sea su prole. Y aun dando por supuesto, lo cual no es poco suponer, que en las indicadas obras lograran adqui- rir colocación todos los obreros dedicados á la cons- trucción, cuyo número de parados se elevará proba- blemente antes de un mes á más de treinta mil, sólo en esta capital, todavia quedaría por resolver uno, y uno de los principales lados del problema. En efecto: sabido es que la situación precaria, no sólo afecta á una clase, siuo que se extiende por igual á todos los oficios y artes, así á los de más lu- jo, como á los más bastos; asi al tipógrafo, al tapi- cero, al adornista, al pintor, al sastre, como al alba- ñil, al cantero, al carpintero, al labrador, etc., etc. Desde luego los primeros veríanse eliminados de obtener las ventajas de esta obra de munificencia. Acostumbrados desde su niñez á un trabajo en que su musculatura, lejos de adquirir un alto grado de desarrollo, se atrofia viviendo horas y horas en esos tugurios que, para escarnio de la higiene, se llaman imprentas y talleres, donde sobran todas las causas generadoras de una tisis prematura, su complexión anémica les priva de la facultad de poder levantar un azadón, y no voluntariamente, ni por creer se rebajaban al ocupar su actividad en la misma obra de sus hermanos, siuo por cuanto sus fuerzas, con- sumidas en otra tarea, negarianse á secundar sus buenos deseos, tendrían que renunciará la empre.sa. De suerte que, lo repetimos, aun pudiendo tra- bajar en esas obras todos los que son aptos para ello, lo cual es casi rayano en lo inverosímil, quedaría un contingente numeroso, que asciende á algunos miles de obreros, sin tener en qué ocuparse, y por consiguiente, á las puertas de la miseria. Mas como la muerte que por esta causa se origi- na no produce el contagio, como acontece con la epidemia, razón principalísima que ha movido á los satisfechos á ejecutar en estos tiempos algún acto que desdice de su prosapia inhumana, éstos se en- cuentran tranquilos y sin preocuparse un ardite por el oscuro porvenir que se presenta á los que, de- seando trabajar, no encuentran medios para ocupar su actividad. ¿Qué le importa al que goza la tortura de las nu- merosas familias en cuyo hogar no se ha encendido ni hay esperanzas de (jue se encienda la lumbre, ni para el condimento, ni para la calefacción? Bien poco: nada. Nadie más que el que siente el frío fatídico del hambre y la miseria es el que puede aquilatar su in- tensidad; nadie más que él tiene el deoer de acudir á su remedio. E indudablemente el remedio urge; el dilema es sencillo: ó resignarse el trabajador, nuevo Prome- teo, á que el buitre de la burguesía devore sus en- trañas, ó adoptar una resolución enérgica, varonil, que haciendo entrar el mundo en el verdadero orden económico, resuelva el insoluble problema, de tal suerte y sobre tan sólidos cimientos, que nunca más sea posible llegar al estado de decadencia en que nos encontramos al presente. Lo demás todo son paliativos; esto es: pan para hoy y hambre para mañana. EL EXPÓSITO « Amor contra el honor te dio la vida; honor contra el amur te da la muerte.» Así se expresa el mundo; es decir, ese mundo dorado por fuera, negro por dentro, qué se llama clase media, por boca de sus poetas y escritores, que pretenden nada menos que ilustrar la opinión pú- blica manteniendo siempre los errores de las ideas impuestas por las tenebrosas convenciones sociales, sin hacerse cargo nunca del realismo natural, legis- lando siempre contra las leyes materiales de la vida y de la existencia humana, supeditándolas á las con- ciencias del más funesto desorden económico, des- conociendo en todo tiempo los fatales é irresistible, impulsos de la atracción, del amor, de la armonías su su insensato afán de sistematizarlo todo, de sofo- car los gritos más fuertes del organismo, del tem- peramento, de la edad, de las pasiones con que el lombre se manifiesta, cargando y descargando la conciencia con ó sin responsabilidades irreflexivas, atando y desalando, como dice el dogma católico, y asumiendo siempre una autoridad revestida de nn carácter de mandato imperativo, que se creen estarle vinculado por no sabemos qué genios misteriosos y sobrenaturales, de quienes se erigen en intermedia- rios; haciendo ver que fueron los elegidos, ensalzan lo que merece vituperio, al paso que anatematizan y deprimen lo que es digno de respeto ó de conmi- seración cuando menos... Con tales ideas y conceptos tan viciosamente ex- traviados, los individuos y los seres débiles quedan en el más completo abandono, como no sea para ful- minar sobre sus cabezas el rayo de sus inicuas re- probaciones; las sociedades marchan á la aventura, al escepticismo más ilógico los sublimes ideales, y embadurnando todos estos trastornos con las pala- bras de moral, orden y justicia, cuyos alcances des- conocen, y pervirtiendo cada vez más el criterio pú- blico con todas estas anomalías de la razón, domi- nan, seducen, se justifican, se burlan de sus propias leyes á mansalva y dejan sólo para las sometidas multitudes toda su severidad y puritanismos... » « * ¡No, desdichado expósito; tu existencia, tu vida preciosa y necesaria, no es de ningún modo produc- to del deshonor! ¡No te engendró el crimen! ¡No!... ¡Los hipócritas, los malvados, te calum- nian! ¡La iniquidad, sólo la iniquidad ha sido osada, cruel é implacable, como siempre, para marcar tu frente purísima con el sello enrojecido de la in- famia ! ¡Producto de necesidades materiales, hien en la exuberancia de la fuerza por la plenitud del ser, ó bien del estómago, con las imprescindibles en la lu- cha por la vida que hizo do tu desgraciada madre una víctima acorralada por todos los furores sociales del hambre y de la ignorancia, ó ya quizá de la preocupación y del miedo, viniste á la vida sin duda alguna por el amor ó la placentera atracción, como efecto orgánico de una función fisiológica, la más imperiosa, trascendental y urgente, como que de ella dependen las dulces satisfacciones carnales que originan la reproducción y conservación higiénica y física de nuestra especie!... » ¡Pero sea de ello lo que quiera, tú, en tu inocen- cia, has venido á la vida débil, incapaz de cumplir deberes, abandonado!...

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ANO I MADRID 25 DE OCTUBRE DE 1885 NÚM. 37

BANDERA SOCIAL Semanario Anárquico-Colectivista

CONDICIONES DE LA SUSCRIPCIÓN

H r . M s í r E ' ^ ' ' "' ^ Regiones, 1'30 trimeslre, y p.aquele l';iO pesetas '

reÍ?ti;„'n7r ros"co:vSS,e " «"" " - p'p< ' cebro . -Los

BníoImT-.' r ?"?'=''''Pf""es: en Madrid, en la Redacción y Administración de este Semanwio- en

'"call' 'tí'K' a;: '^t^''-''- y - Montevideo, fzaía^sTba^

SE PUBLICA TODOS LOS DOMINGOS

Consagrada esta publicación á la defensa de los principios anárquico colectivistas, lodos los obreros tienen derecho á la inserción de cuantos documentos tengan relación con esle tin, así como á que se den á luz cuantos abusos y vejaciones se cometan en el taller siempre que lo ga­ranticen con su firma.

ADMINISTRACIÓN Y REDACCIÓN: Calle de Fuencarral, núm. 94, duplicado donde se dirigirá toda la correspondencia á nombre de José Diaz.

ADVERTENCIAS

La Redacción y Administración de este Semanario se ha trasladado á la calle de Fuencarral, nüm. 94, duplicado, cuarto 4.% donde se dirigirá en lo sucesivo toda la co­rrespondencia á nombre de JOSÉ DIAZ.

OTRA DENUNCIA

También fuimos denunciados el nútnero pasado; y van dieciséis .

Mot ivo: el artículo El Soldado. Pero como el que no se consuela es porque no

quiere, nosotros , en nuestra candidez, nos consola­mos con poco: con que en este mes empieza la caída de la hoja, y al terminar y a habrá caído toda.

Y á eso le apostamos las dieciséis denuncias al Sr. Molero, nuestro protector.

• « »

En lo suces ivo , si e s que esto s i g u e , retiraremos la noticia de esto sitio por haber perd do toda im­portancia y novedad.

Nuestros lectores la podrán ver en la secc ión de Misceláneas .

D O C T R I N A L

P A N P A R A H O Y Y H A M B R E P A R A M A Ñ A N A

La si tuación de las clases obreras, que ya era i n ­sostenible á causa de la prolongada crisis que de al­g u n o s años á esta parte v iene acentuándose con marcada tendencia á extenderse y perpetuarse, se ha agravado, particularmente en nuestra reg ión , con la desgraciada aparición y ensañamiento de la epidemia colérica.

Pocos años seguramente , como el que cursa, ha­brán legado tan tristes recuerdos á sus sucesores . Las calamidades de toda especie que durante su curso se han sucedido, parecen más relato poético que realidades tangib les .

A pesar de esto , de suyo triste, el año 86 ha de inaugurarse con peores auspicios; y la falta de tra­bajo, que engendra fatal y necesariamente el h a m ­bre y la miseria, ha de hacer que estos dos pavoro­sos problemas se presenten e n toda su desnudez y horrible plenitud.

La crisis es por demás dificil de conjurar. Sus proporciones son g i g a n t e s c a s , fantásticas: pueblos, provincias , reg iones , el mundo, en fin, se enreda en sus mallas, y de uno á otro confín de la tierra sólo se oyen estas fatídicas palabras: « ¡ Trabajo ! ¡ Pan para nuestros hijos! »

(juizá no faltará a lguno que, s in temor por su posición al malestar y privaciones que asenderean á los trabajadores, j u z g u e de pesimistas á outrance nuestras predicciones ó ent ienda que nosotros n o s iroponemos sacar partido de uua s i tuación tan di-íc i l .

¡Ojalá que el que tal a r g u y a tuviera razón! ¡Ojalá que nuestras predicciones fueran sólo pre­

dicciones teóricas y declamatorias! ¡Ojalá que nuestros compañeros no tuvieran n e ­

cesidad de limar las duras asperezas que se interpo­n e n en el camino de su felicidad!

¡Ojalá, en fin, que la lucha por la ex i s t enc ia per­diera ese carácter terrible que ha adquirido, y que , de día en día, n o s diezma por la miseria, el hambre y las epidemias!

Pero desgraciadamente esto es imposible , no por­que no pudiera realizarse, s ino porque nuestras c la­s e s , que se l laman mayores y directoras, en eterno dual ismo con la verdad y la razón, v i v e n tan a p e g a ­das á sus e g o í s m o s y pr iv i l eg ios , que únicamente

por un acto de fuerza mayor, y ante la imposibilidad absoluta de conservarlos se resignarían á perderlos.

De aquí, pues , el or igen de nuestras dudas y de nuestros sobresaltos; de aquí, pues , la triste pre­sunc ión , más que presunción certeza, de que en el invierno entrante la s i tuación ha de ser desesperada para los hijos de l trabajo.

De poco servirá el que el gobierno , los a y u n t a ­mientos y varias diputaciones provinciales , más por cuest iones de ordeu público que por espíritu de h u ­manidad, empleen a lgunos obreros en as construc­c iones que proyectan, pues esto no alcanzará á dar ocupación á los miles y miles de brazos que hay pa­rados; y á los que cons igan obtener éste , teniendo en cuenta la altura de los comest ib les y lo e x i g u o de los jornales que se pagan, apenas si les l legará para adquirir el pan por poco numerosa que sea su prole.

Y aun dando por supuesto , lo cual no es poco suponer, que en las indicadas obras lograran adqui­rir colocación todos los obreros dedicados á la c o n s ­trucción, c u y o número de parados se elevará proba­blemente antes de u n mes á más de treinta mil , sólo en esta capital, todavia quedaría por resolver uno , y uno de los principales lados del problema.

En e fec to : sabido es que la s i tuación precaria, no sólo afecta á una c lase , s iuo que se ext iende por i g u a l á todos los oficios y artes, así á los de más lu­jo , como á los más bastos; asi al t ipógrafo, al tapi­cero, al adornista, al pintor, al sastre, como al alba-ñil , al cantero, al carpintero, al labrador, e t c . , e t c .

Desde l u e g o los primeros veríanse el iminados de obtener las ventajas de esta obra de munificencia. Acostumbrados desde su niñez á un trabajo en que su musculatura, lejos de adquirir un alto grado de desarrollo, se atrofia v iv iendo horas y horas en esos tugur ios que, para escarnio de la h i g i e n e , se l laman imprentas y talleres, donde sobran todas las causas generadoras de una tisis prematura, su complex ión anémica les priva de la facultad de poder levantar un azadón, y no voluntariamente , ni por creer se rebajaban al ocupar su actividad en la misma obra de sus hermanos, s iuo por cuanto sus fuerzas, c o n ­sumidas en otra tarea, negarianse á secundar sus buenos deseos, tendrían que renunciará la empre.sa.

De suerte que, lo repetimos, aun pudiendo tra­bajar en esas obras todos los que son aptos para el lo, lo cual es casi rayano en lo inverosímil , quedaría un c o n t i n g e n t e numeroso, que asciende á a l g u n o s miles de obreros, sin tener en qué ocuparse, y por c o n s i g u i e n t e , á las puertas de la miseria.

Mas como la muerte que por esta causa se orig i ­na no produce el contag io , como acontece con la epidemia, razón principalísima que ha movido á los sat isfechos á ejecutar en estos t iempos a l g ú n acto que desdice de su prosapia inhumana, és tos se e n ­cuentran tranquilos y s in preocuparse un ardite por el oscuro porvenir que se presenta á los que, d e ­seando trabajar, no encuentran medios para ocupar su act ividad.

¿Qué le importa al que g o z a la tortura de las n u ­merosas familias en c u y o hogar no se ha encendido ni hay esperanzas de (jue se encienda la lumbre , ni para el condimento , ni para la calefacción?

Bien poco: nada. Nadie más que el que siente el frío fatídico del

hambre y la miseria es el que puede aquilatar su in­tensidad; nadie más que él t iene el deoer de acudir á su remedio.

E indudablemente el remedio urge; el dilema es senc i l lo : ó res ignarse el trabajador, n u e v o Prome­teo , á que el buitre de la burgues ía devore sus e n ­trañas, ó adoptar una resolución enérg ica , varonil , que haciendo entrar el mundo en el verdadero orden económico , resuelva el insoluble problema, de tal suerte y sobre tan sólidos c imientos , que n u n c a más sea posible l legar al estado de decadencia en que nos encontramos al presente .

Lo demás todo son paliativos; esto es: pan para h o y y hambre para mañana.

E L E X P Ó S I T O

« Amor contra el honor te dio la vida; honor contra el amur te da la muerte.»

Así se expresa el m u n d o ; es decir, ese m u n d o dorado por fuera, n e g r o por dentro, qué se l lama clase media, por boca de sus poetas y escritores, que pretenden nada menos que ilustrar la opinión pú­blica manteniendo siempre los errores de las ideas impuestas por las tenebrosas convenc iones sociales , sin hacerse cargo nunca del realismo natural, l e g i s ­lando siempre contra las leyes materiales de la vida y de la ex is tencia humana, supeditándolas á las con­ciencias del más funesto desorden e c o n ó m i c o , des­conociendo en todo t iempo los fatales é irresistible, impulsos de la atracción, del amor, de la armonías su su insensato afán de sistematizarlo todo, de sofo­car los gr i tos más fuertes del organismo, del t e m ­peramento, de la edad, de las pasiones con que el lombre se manifiesta, cargando y descargando la

conciencia con ó sin responsabilidades irreflexivas, atando y desalando, como dice el d o g m a catól ico, y asumiendo siempre una autoridad revestida de n n carácter de mandato imperativo, que se creen estarle v inculado por no sabemos qué g e n i o s misteriosos y sobrenaturales, de quienes se er igen en intermedia­rios; haciendo ver que fueron los e l eg idos , ensalzan lo que merece vituperio, al paso que anatematizan y deprimen lo que es d igno de respeto ó de conmi­seración cuando m e n o s . . .

Con tales ideas y conceptos tan v ic iosamente ex ­traviados, los individuos y los seres débiles quedan en el más completo abandono, como no sea para ful­minar sobre sus cabezas el rayo de sus inicuas re ­probaciones; las sociedades marchan á la aventura , al escept ic i smo más i lóg ico los subl imes ideales, y embadurnando todos estos trastornos con las pala­bras de moral, orden y justicia, c u y o s alcances d e s ­conocen , y pervirt iendo cada vez más el criterio pú­blico con todas estas anomalías de la razón, domi ­nan, seducen , se just i f ican, se burlan de sus propias l eyes á mansalva y dejan sólo para las sometidas mult i tudes toda su severidad y puri tanismos . . .

» « *

¡No, desdichado expósito; tu exis tencia , tu vida preciosa y necesaria, no es de n i n g ú n modo produc­to del deshonor!

¡No te engendró el cr imen! ¡No! . . . ¡Los hipócritas, los malvados, te ca lum­

n ian! ¡La iniquidad, sólo la iniquidad ha sido osada,

cruel é implacable, como siempre, para marcar t u frente purís ima con el sello enrojecido de la i n ­famia !

¡Producto de necesidades materiales, hien en la exuberancia de la fuerza por la plenitud del ser, ó bien del e s t ó m a g o , con las imprescindibles en la lu­cha por la vida que hizo do tu desgraciada madre una v íc t ima acorralada por todos los furores sociales del hambre y de la ignorancia , ó ya quizá de la preocupación y del miedo, v in is te á la vida sin duda a l g u n a por el amor ó la placentera atracción, como efecto orgánico de una función fisiológica, la m á s imperiosa, trascendental y u r g e n t e , como que de ella dependen las dulces satisfacciones carnales que orig inan la reproducción y conservación h ig i én i ca y física de nuestra espec ie ! . . .

»

¡Pero sea de el lo lo que quiera, tú , en tu inocen­cia, has venido á la vida débil, incapaz de cumplir deberes, abandonado! . . .

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BANDERA SOCIAL

¡Tu naturaleza reclama imperiosamente dere­chos , e x i g e de la sociedad entera, y a que tus padres no aparecen y te expusieron á perecer, que cumpla s u s deheres con el ser oue la evolución constante de la vida dio á luz sobre la haz de la tierra!.. .

¿Qué importa á tu pequeño ser, á tu existencia, quiénes fueron tus padres?...

¡Ni es lo que más inmediatamente te interesa, n i puedes saberlo! . . .

¡Lí que te conviene , pero pronto, muy. pronto, es tu ineludible derecho á la conservación, á tu propio desenvolvimiento y desarrollo con todas las ex igenc ias y confortabilidades que merece tu tierno y frágil organismo!

¡A todo eso eres acreedor cual los mismos afor­tunados que nacen en los egreg ios palacios!. . .

« * Y ¿cómo cumple tales deberes esta civilizada so ­

c iedad?. . . 1 ¡Prodigiosamente sales del peligro á través de |

innumerables azares y deficiencias, en las que el principio vital que en ti late con todo su esplendor y energía se ve expuesto á apagarse mil veces cada segundo! . . .

¡Después, cuando y a adolescente, la beneficen­cia pública trafica con tu desgracia; te exhibe en los entierros de los grandes para ayudar á su salva­ción, obligándote á asistir á ellos por fuerza hasta la tumba, aun cuando l lueva á mares, aun cuando te hundas en el lodo y aunque corras el inminente pe­l igro, en tu tierna edad, de coger una pulmonía fulminante con los v ientos y frios del aterido i n ­vierno! . . .

¡En el Hospicio, tus v ig i lantes , salidos la mayor parte de ser cabos de escuadra en el servicio mili­tar, únicos conocimientos pedagógicos que pueden aducir como méritos, y las influencias, para tratar con los niños ejerciendo un cargo docente, te casti­gan cruelmente con el palo y el puño cerrado por travesuras propias de tu edad, travesuras que han celebrado en los hijos de los grandes, si por acaso fueron lacayos, como por incidencia también suele suceder! . . .

¡Después, como á todos los hijos de los proleta­rios—porque tú eres proletario, por más que por ca­sualidad desciendas de una princesa y de un mar­qués,—el oficio ó arte que mal te enseñan te servirá para que seas carne de la explotación, y cuando te toque pagar tu contribución de sangre, entonces , pobre abandonado, l legarás á serlo de cañón! . . .

¡Si en vez de expósito varón lo eres hembra, po­drás verte en el caso de pagar otro género de c o n ­tribución!. . .

(¡La de una infamante cartilla en el registro del gobierno!! . . .

* « «

¡Sólo la Revolución social te salvará!. . . ¡Pues ella traerá cons igo el verdadero orden eco­

nómico por el cual los niños, lo propio que los a n ­cianos y los inválidos del trabajo, tendrán garant i ­dos su subsistencia y desarrollo de una manera s e ­gura y evidente eu el desenvolvimiento social del trabajo, organizado para los finos generales , siendo todos los hombres productores y consumidores, y con el propio derecho al bienestar y satisfacción de sus necesidades, que del integro bienestar social se deduzca, por el perfecto cumplimiento de los debe­res, por todos también sat is fechos! . . .

¡La Revolución Social traerá también, como tras­cendental deducción, la extirpación del gran cri­men del infanticidio, consecuencia de la miseria ó de la falsa y ridicula idea de la honra!. . .

¡Resultado sociológico que esta decrépita socie­dad no ha podido prever, á pesar de sus códigos pe­nales , rel igiosos y morales!. . .

¡Cuándo lucirá para la Humanidad la aurora de tan venturoso dia! . . .

¡ ¡ La aurora de la .Justicia!!. . .

LAS CLASES DIRECTIVAS

Si el pueblo muere de hambre; Si á pesar de sus prodigios de economía y forta­

leza ve alzarse constantemente el horrible espectro de la miseria;

Si piensa en sus largas noches , l lenas de insom­nio y de fiebres espantosas, que el pan le faltará á sus pequeñuelos mañana, y que mañana también puede ser arrojado del tabuco que habita y que se le nace pagar á peso de oro;

Si no tiene otro recurso, extenuado como está, que el hospital en que murió su padre, y viejo, v e n ­cido por su vida de p r i v ^ i o n e s y de rudísimos tra­bajos, que el refugio adonde le arroja la caridad pú­blica ;

Si no es todavía, á pesar de todas vuestras g r a n ­

des frases y de todas vuestras palabras sonoras de Igualdad y Fraternidad más que un paria, un e s ­clavo, siempre explotado por los unos y siempre en­gañado por los o tros ;

Si no es más que una máquina de enriquecer á otros, que un rebaño bueno para hacerse matar, que una multitud, en fin, ignorante , y á la que además de eso se la llama vil, quizá para dispensarse de ser humano con ella, sabemos á quién alcanza la re s ­ponsabilidad.

Obreros: Vosotros habéis sabido combatir y ha­béis sabido morir cuando ha sido preciso para la realización de vuestro ideal , para el advenimiento de la Just ic ia ;

Vosotros habéis sido soberbios y heroicos en 1808 y en 1812, s in pensar que defendíais un territorio del cual se prevalecería la clase burguesa para el e s ­tablecimiento de su poder.

En 1819, en 1842, en 1854, en 1868 y en 1873, vuestra sangre ha enrojecido las barricadas; os ha­béis sublevado en defensa de las libertades, y c o n ­tinuáis siendo los esclavos de otros hombres, los maniquíes de la voluntad de aquellos que han aca ­parado la riqueza pública.

Por ventura, ¿se hace preciso que os nombremos á esos hombres?

¿O es preciso, quizá, que os las señalemos con el dedo?

El noble, el burgués y el cura. Esos son los e x ­plotadores.

Si; si la suerte del proletario es aun tan triste y tan sombría, es preciso, para descubrir las causas de esa fatalidad que pesa sobre él, buscar más lejos y mirar más hondo.

¿Qué han hecho por el pueblo esas todopodero­sas clases directivas; si , que han hecho por noso­tros, por nosotros á quien ofenden constantemente con su injuriosa piedad?

¡Interroguémoslas y que respondan si pueden! Que nos digan cómo se han servido de su co lo­

sal fortuna y de su inmensa influencia. ¡Que nos prueben, si les es posible, que el pue­

blo no conitnúa sufriendo hoy lo mismo que s iem­pre, á pesar de todas las revoluciones y de todos los relámpagos de libertad, las consecuencias del e s ­pantoso, del criminal ego í smo de las c lases conser­vadoras !

¡Y á tu vez, nobleza, aristocracia, responde! ¿Hablas todavía, te atreves á hablar todavía de

monarquías legit imas y de derecho divino?.. . ¡Cuando tus amos te colmaban de monedas y de

favores, cuando eras triunfadora y soberana, cuando lo podías todo y no reconocías otra ley que tu pla­cer y tus caprichos, los desheredados, esa masa co­losal de hombres que no tenían nada, que carecían de todo, te imploraban en vano, no ya justicia, ca­ridad, y tú le volvías inexorablemente la espalda!

¡Ah! ¡Ahí está la Historia, que nosotros, los p le ­beyos , nos sabemos de memoria; esa Historia de tus infamias que n inguno c ue ame á la Humanidad puedo leer sin indignación y sin vergüenza!

¡Tú despojabas al pueblo de sus derechos, de sus legí t imos y soberanos derechos; tú lo robabas; tú fabricabas tu felicidad de su desgracia; tú lo con­vertías en esclavo, en cosa, en a lgo menos que los perros de tu familia!

¡Todas las alegrías para ti, y para ti sólo había libertad, y sol, y luna, y buen tiempo, y mujeres, y vida, en una palabra!

¡Su pena misma, el maldito trabajo que descarna; sus mejillas y le hace temblar de fiebre, su mismal agonía, servían de triste objeto de explotación, so->i bre la que os arrojabais como grajos, como una ban­dada de buitres!

Y todo eso no ha durado solo días, s ino s ig los , eternidades.

Pero el 93, la santa revolución francesa, reventó en el espacio, ¡ y lázaro salió de su tumba!

Y vosotros, nobles, no habéis sabido defender á vuestros reyes; no habéis sabido siquiera combatir )or vuestras privi legios , y ha sido desde lejos, desde ejos, desde el Rhin, desde Coblenza, rodeados de

soldados extranjeros, como osasteis lanzar vuestras ridiculas amenazas contra el s iervo, contra el paria de antes convertido hoy en ciudadano!

¡Partidarios del derecho divino, vuestra causa está muerta, y bien muerta, á pesar de todas las apariencias. Otra raza ha reemplazado á la vuestra. S u s jefes son vuestros lacayos. Ha nacido de la Re ­volución, que nos ha robado. Se llama la burguesía . . .

Pero la burgesia s i g u e el mismo camino que la nobleza, camino de infamias, de expolios, de arbi­trariedades, de arrogancias. Caerá á su vez.

Y entonces , ¿quién podrá contener la cólera del pueblo cuando se levante enfurecido y potente, ar­mado de su odio y s in un átomo de piedad en las entrañas, propuesto á ser juez y verdugo , apóstol

Í guerrero, todo en una sola pieza, para el resta-lecimiento eterno de la Justicia?

-«rft«íSsltS!aft^»5! ^ — .

M I S C E L Á N E A S . En Peradela (Pontevedra) entró hace pocos días

una partida de 40 hombres, que después de haber cercado el pueblo y disparado a lgunos tiros al aire para asustar á los que gritaban « ¡ ladrones, ladro­nes!» se l levó de un solo individuo 48.000 reales.

Terminado el robo se retiraron tan tranquilos, sin haber dado una voz subversiva, ni siquiera ha ­ber gritado ¡mueran los conservadores!

Lo cual es una prueba de que estos caballeros ladrones no son enemigos ni del gobierno, ni de las instituciones.

¿Quién seria el guasón que la semana pasada deslizó la especie de una manifestación para el do­mingo 18?

Porque indudablemente fué a lgu ien . Y aquí te quiero ver conservadores. Ellos que tal soñaron, y hay que convenir que

para esto se pasan de listos, tomaron precauciones, que ya saben ustedes que esto equivale á decir que formaron la guardia civil, los de orden público y el obligado Sr. Ohver, y los tuvieron toda la tarde en el Prado recibiendo un copioso aguacero .

Vamos, que el que sólo hubiera podido darse seis baños en el est ío, l l egó á los s iete de precepto con creces .

¿Y los manifestantes? preguntaba todo el mundo , Esta es la incógni ta . Ni aun con paraguas asistieron. Posteriormente se han repetido los conatos de

manifestación. Esta semana ha habido seis manifestaciones en

la mente del gobierno.

Donde menos se piensa salta Fl Imparcial. El, que tantas veces ha empuñado la palmeta

de dómine contra los deslices de sus colegasiburgue-ses , se descuelga el lunes pasado con la s igu iente plancha:

«Las señas personales de los Ires célebres bandidos malague­ños, dice, son las siguientes:

Luis Muñoz y García, conocido por el Bizco del Borge, natu­ral de Murcia, casado, estatura alta, delgado, derecho, pelo, ce ­jas V ojos negros, cara ov.nlada, mirada muy oblicua, cruzada, sordo, sirtió en el ejército en cahalleria, se licenció para dedicarse á la arriería, viste por lo general de negro, pantalón estrecho, ca­zadora, sombrero hongo ancho de alas, corbata llamada China con una sortija, y lleva otra igual en el dedo pequeño de la mano iz­quierda. Se disfraza con frecuencia en diferentes trajes y habla muy üainenco.

Manuel Melgares Ruiz, natural de Algarrobo (Málaga], casado, cinco pies de estatura, grueso, un poco cargado de cs|)nldas, pe­lo, cejas y ojos negros cargados, mirada baja, muy meloso en el habla, calvo, viste de oscuro y se disfraza con frecuencia.

Francisco A. Palma (Frasco Antonio), vecino de Velez-M&lagv, de cuarenta á cuarenta y dos años, alto, grueso, pelo negro, fac­ciones bastas, casado, labi-ador (esta seña personal está equivo­cada del todo), viste pantalón claro de lana, chaqueta negra corta, sombrero hongo negro, pronunciación tosca; no se disfraza.'^

Esto es lo que se llama dar unas señas personales completas .

Ya que el co lega ha incluido en las señas perso­nales de la persona la sortija, cuándo tomó la l icen­cia, la costumbre de disfrazarse, su estado de casa­do, el ser vecino de ¡VIálaga y demás accesorios, que no permitirán á sus perseguidores confundirlos con n ingún soltero ó viudo, ni con otro que no haya to­mado la l icencia 6 no sea labrador, ó lleVe la sortija en otro dedo que no sea el izquierdo, ó sea vecino de Babia, debia haber añadido si l levan escapulario, si t ienen devoción á este ó el otro santo, si han h a ­blado a lguna vez mal del talento de Cánovas, de las aficiones literarias de Quesada ó de la just ic ia con­servadora, porque si no hace esta rectificación, no va á adelantar nada.

Guiarse para cazarlos por la «frecuencia con que se disfrazan en diferentes trajes,» es punto menos que imposible.

Porque á todo el mundo le consta que en esta tierra de garbanzos son muchos los que se disfrazan con frecuencia y para fines dist intos.

Y no conviene confundir las c lases .

A nuestra sencilla miscelánea en que deciamos estaba en un error Fl Feo de los Peluqueros al atri­buirnos pa paternidad del reglamento presentado i discusión por la Sociedad de oficiales peluqueros, contesta este c o l e g a , con un tono a lgo desabrido, que ni le consta ni le cuesta.

No somos nosotros los que hemos de volver á leer al co lega , sino el co lega mismo quien debe vo l ­verse á leer, y allí encontrará « la seguridad que de ello le habían dado.»

Y como esta seguridad debió dársela indudable­mente a lgu ien , resulta que, por un leve cambio de palabras, Fl Feo de los Peluqueros deja todo lo mal parado posible al agente oficioso que le asegurara que «dicho reglamento habia sido hecho por una ilustrada persona, e tc . , etc .»

Por lo demás, nos t iene completamente descui­dados que le conste ó no; pero lo que no pasamos á

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BANDERA SOCIAL

creer es que no le cueste , puesto que bien á las c la­ras ha demostrado el d isgusto que le producía la sola presentación del citado proyecto.

Y los que tieue que costarle, si los oficiales pe­luqueros, atentos á sus intereses, persiguen la idea de emanciparse de todas las tutelas, de todas, ¿lo entiende El Eco de los Peluqueros?

Ni en Teruel ni en Velez-Málaga cobran sus ha­beres los maestros de escuela.

A los de una y otra ciudad se les adeudan gran­des cantidades.

Los de este último punto gapan una peseta diez céntimos diarios, y siu embargo, la deuda del Estado para con a lgunos asciende á 4.000 reales.

Ya se irán convenciendo los individuos del pro­fesorado que erraron el camino al aprender su ca­rrera.

Aqui, para engordar y echar panza, lo mejor es meterse á clérigo.

Y si esto no les agrada por lo repugnante , dedi­carse al toreo.

Y si esto no les satisface por lo expuesto, apren­der á fiscal de imprenta.

Que son, después del Sr. Pidal, Cánovas y Villa-verde, las figuras que más se destacan en este pe­riodo histórico.

J U S T I C I A , Y NO LIMOSNA

Una parte de la prensa burguesa entona himnos diritámoicos al Sr. Moret y al gobierno porque éste ha creído ya l legado el momento de hacer aplica­ción del crédito de 20.000 pesetas «abierto en l . ' 'de Junio último para subvencionar á las sociedades de obreros dedicadas al socorro de los inutihzados en el trabajo».

En primer lugar, basta fijarse en la fecha que se abrió el crédito , 1." de Juuio, para comprender el interés con que este asunto se ha tomado.

Además, falta todavía el gato por desollar, esto es , el expedienteo á que darán lugar las relaciones que el gooierno e x i g e , que ha de durar "largo t iem­po; de suerte que cuando esas sociedades sol ic i tan­t e s , si son todas las de esta c lase , l l eguen á alcan­zar los dos perros grandes que les van á tocar, es fácil se hallan disuelto por no haber podido pagar sus individuos las cuotas necesarias á sostenerlas.

Y en segundo lugar, es verdaderamente bochor­noso que cuando se acaban de gastar en balde ciento veinte mil reales para pagar los gastos de un Te Deum, que habrán percibido un corto número de individuos, que, por otra parte, t ienen cons ignados sueldos exorbi tantes , se v e n g a n á destinar oc/íe/itó mil para atender á toda una clase que no tiene más recursos que el miserable jornal que gana cuando trabaja.

La lección, por lo demás, no puede ser más dura y significativa.

Mientras que el Estado, ese Estado que sin n o s ­otros sería un mito, recompensa pródigamente al clero, á los cesantes, á las c lases pasivas , á todos esos , en fin, que son tan inútiles cuando están en la plenitud de sus funciones orgánicas , como cuan­do l legan á la decrepitud, al obrero le arroja esa piltrafa de pesetas, que importa menos, mucho me­nos que la cuenta que en afeites, perfumes y c o s ­méticos gastan a lgunos individuos de esa empigo-rotada burguesía , tan huera de meollo, como arro­g a n t e de insensatez.

Por nuestra parte , no sabemos quién merezca más duro calificativo, si los obreros , que por su apatía é indiferencia, siendo los dueños de todo, l l egan al extremo de tener que aceptar una l imos­na , ó los que con esa san Jason se atreven á arro­jarlas al rostro un puñado de lentejas.

Nuestros padres, muertos de hambre, rechazaban el año 12 el alimento que les prodigaban los s ecua­c e s de Napoleón; pues para el trabajador, tratán­dose de gobiernos , todos son Napoleones,

Seamos hijos d ignos y rechacemos esa miserable l imosna.

Demostremos á ese gobierno que los trabajadores de España no somos un hato de mendigos , sino una colect ividad honrada que sólo desea trabajo y j u s ­ticia,

A D H E S I O N E S Á L \ PROTESTA DE LAS MADRES DE ÍAMILIA,

A las odreras inadres de familia de Barcelona, que con tanta razón protestan del acto de barbarie y salvajis­mo deque fué victima la honrada familia del compa­ñero V. Martínez.

Compañeras: ¿Qué obrera, qué madre, no se indig­nará al leer el violento atropello de que fué víctima la digna esposa del compañero Martínez y las tristes con­secuencias que podía tener, ó mejor dicho, las que tuvo?

¿Qué madre no querrá adherirse á la protesta vues­tra? Todas en general protestarían sí lo supiesen; pero la mayoría tienen el tiempo tan escaso, y viven con tanta esclavitud, que hasta ignoran lo (¿ue pasa más allá de su triste y pobre hogar, y asi es que no pueden e-xpresar sus sentimientos ni mandar su protesta.

Pero no importa, sí hoy no lo hacen, mañana se ins­truirán y harán más que protestar; vengaran todas las infamias que los privilegiados nos hacen.

¡Madres, á educar á nuestros hijos, decís vosotros en vuestra protesta, y yo digo:

¡Compañeras, á educarnos y asociarnos nosotras para enseñar así á nuestros hijos la senda que han de seguir!

Unirnos como una sola es lo que debemos hacer; la unión es la fuerza; cuando estemos unidas no nos atro-pellarán, como lo han hecho cou nuestra hermana, pues sí es verdad que como mujeres somos débiles, como madres somos muy fuertes.

Compañeras: De la prensa nos hemos de valer para comunicarnos nuestras penas y ver de qué modo pode mos aliviarlas. Creo que encoutraréis un inconveniente en lo que digo de comunicaruos por medio de la prensa, y digo inconveniente, porque estando como estamos las más de nosotras atrasadas, ó mejor dicho, habiéndonos robfido el dinero y el tiempo para podernos instruir y saber lo suficiente, carecemos de talento paraescríbir, sobre todo en la prensa, donde tanto se notan las faltas.

Hermanas de infortunio, también veo como vos­otras ese inconveniente; pero como sé que entre nos­otras hay compañeros que saben lo suficiente, ellos, sin burlarse de nuestras faltas, porque demasiado saben que la mujer es la que tiene más deberes, y no puede instruirse tanto como ellos, corregirán nuestros escri­tos en lo que les sea posible; y aunque así no fuese, nosotras hemos de dsspreciar el necio qué dirán, y mi­rar siempre que si en nuestros humildes trabajos no existe la ciencia, hay al menos corazón y buen deseo.

Couque lo dicho, compañeras; prepararse para hacer frente á nuestros enemigos, que por cierto no son po­cos; pero estad seguras que los venceremos si sabemos ser dignas y damos ánimos á nuestros compañeros para que defiendan sus derechos, que son los nuestros y los de nuestros hijos.

Piérdase para siempre el temor que teníamos las mujeres de que nuestros esposos se comprometieran por el puro egoísmo de quedar solas; pensemos que la Revolución que se aproxima es muy diferente de las otras, pues en ella se ha de acabar con la esclavitud y con la tiranía; desechemos lejos de nosotras la idea de que nuestros esposos perezcau en el combate, pues sólo hemos de pensar que vale más acompañar á nuestros hijos á llevar una corona á la tumba de su padre que murió por la libertad, que no verlos á todos esclavos y pasto de la burguesía.

Pues á lo dicho, repito; valor y constancia, unión y lealtad, y mirar no vuelva á suceder la desgracia que sucedió á nuestra hermana, á cuyo dolor me asocio y con vosotras protesto.

Acabe para siempre el opresor, ¡viva la igualdad y la justicia! Paso á la luz, y el que quiera comer que trabaje; ese ha de ser nuestro grito.

Me despido de vosotras deseándoos Salud, Ateísmo, Anarquía y Colectivismo.

Vuestra y de la R. S.—Teresa Claramon de Ourr. Sabadell 16 de Octubre de 1885.

T R I B U N A D E L T R A B A J O

ACUERDOS DEL 5," CONGRl'SO REGIONAL CELEBRADO EN BARCELONA LOS

DÍAS 22, 23, 24 Y 25 DE JULIO DE 1885.

De las federaciones, secciones é individuos.

Art. 2," Constituirán la Federación de Trabajadores de la Región Española las federaciones comarcales de la misma, compuestas á su vez de las federaciones locales, de las secciones que estén conformes con los principios y declaraciones que preceden á estos Estatutos y cum­plan lo que los mismos previenen.

En la localidad doude no existe más que uaa sección se considerará ésta como federación local.

ISo podrá existir en cada localidad mas que una sola federación local. Tampoco podrá ser reconocida mas que una sola sección de un mismo oficio en cada localidad.

En cada municipio de mucha extensidad podrá haber uua ó más federaciones locales.

Las comisiones Comarcales, en las localidades donde no haya organización, tienen el deber de conceder adhe­siones individuales á las personas aisladas que reconoz­can estos Estatutos y estén conformes con los principios consignados en sus considerandos.

Art. 3.° Cada federación local y comarcal, para su régimen interior, es libre y autónoma y adoptará la marcha que tenga por conveniente, siempre que no se o¡)onga á lo contenido en estos Estatutos.

Las federaciones locales, siempre que lo crean opor­tuno, podrán entenderse directamente entre si.

Para llevar á la práctica el párrafo anterior, la fede­ración que lo desee dará su dirección á la Comisión Co­marcal respectiva y ésta lo comunicará á la Comisión Federal, haciendo esta última pública la dirección reci­bida por medio de circular para que llegue á conoci­miento de todas las federaciones, quedando á éstas en su autonomía de ponerse ó no en conocimiento con la dirección recibida,

Art. 4." Como consecuencia de lo prescrito en el ars tículo2.". tado individuo, sección ó federación que deje

de practicar voluntariamente lo consignado en los pre­sentes Estatutos, dejará'de pertenecer á nuestra Federa­ción Regiodal, bajo jurado.

De las faltas del individuo entiende la sección, de las de la sección la federación local de las de la federación local la federación comarcal y de las de la federación co­marcal toda la Región; como asimismo de las de los con­sejos locales, comisiones comarcales y Comisión Fede­ral entienden las secciones ó federaciones que tuvieron derecho á su nombruniento.

De la Comisión Federal.

Art, 5." La Comisión Federal es el centro de corres­pondencia y estadística de la Federación Regional y la intrinedíaria entre las federaciones comarcales. A este efecto sostendrá relaciones continuas, con los comités y comisiones de toJas las regiones, con las comisiones de comarca y consejos de uniones y federaciones de oficio, con objeto de enterarse del movimiento obrero de todas las regiones y llevar la Estadística del movi­miento obrero de la Federación de Trabajadores de la Región Española,

Art. tí." La Comisión Federal se compondrá de cinco federados.

Cuando ocurran vacantes ó necesite agregarse más indívíduus por circunstancias especiales, podrá hacerlo dando cuenta á las federaciones locales, y resolviendo el voto de éstas.

Pasando cuarenta días sin haber emitido voto en con­tra la mayoría de las Federaciones Locales, se entende­rá que éstas están conformes.

Art. 7," Se reunirá tantas veces como lo necesite y comunicará sus acuerdos y noticias de interés general á toda la Federación de Trabajadores de la Región Es­pañola,

Art. 8," Nombrará de entre sus individuos un Teso­rero, un Contador, un Secretario de sesiones y dos se - ¡ cretarios corresponsales, uno para el interior y otro para ; el exterior de la Región. ;

Art. y." La Comisión Federal fijará su residencia en \ la localidad que el Congreso Regional acuerde y sólo en ' circunstancias extraordinarias podrá variarla.

Art. 10. Tan pronto como .sea elegida pore! Congre­so Regional, ó por el voto de las federaciones, tomará posesión de su cargo y dará cuenta del resultado del Congreso Regional á todas las federaciones comarcales,

Art. 11. La Comisión Federal llevará un registro ge­neral de todas las direcciones de dentro y fuera de la Región, á fin de poder cumplir lo prevenido en el artícu­lo o.". Para ello y por conducto ordinario, se la remiti­rán todos los cambios que introduzcan en las señas de sus direcciones.

Art. 12. Como las huelgas han de ser sostenidas por las secciones, federaciones y uniones de oficios que las aprueben, la Comisión Federal podrá servir de interme­diaria para sus relaciones siempre que las huelgas de­ban ser sostenidas por dos ó más Uniones.

De los Congresos regionales.

Art. 13. Cada dos años, y durante el mes de Mayo, eu el punto y días que señale el Congreso anterior ó la mayoría de las federaciones locales, tendrá lugar un Congreso de la Federación de Trabajadores de la Región Española, con objeto de discutir la orden del día seña­lada por el Congreso Regional anterior y completada con los temas que antes de que determinen los congre­sos comarcales, remitan á la Comisión Federal los con­gresos, Federaciones y Secciones de la Federación de Trabajadores de la Región Española.

En cada Congreso, la Comisión Federal dará cuenta de su cometido durante el tiempo transcurrido; presen­tará las cuentas generales y el Congreso dictaminará respecto de su conducta.

(Continuará.)

FEDERACIÓN BE TRABAJADORES DE LA REGIÓN ESPAÑOLA.

La Comisión Federal á las Comisiones Comarcales, Consejos de Uniones, Federaciones locales, Secciones é individuos adheridos.

Compañeros; Paz y salud. Esta C. F. espera que todas las Federaciones Locales

enviarán sin demora la estadística exacta del número de federados de que constan las Secciones, á fin de poder dar cumplimiento al artículo 5." de los Estatutos de Federación Regional.

Asimismo suplica á todas las colectividades envíen las cuotas que adeudan á fin de poder llevar la admi­nistración con regulari/ad, sin cuyo requisito le es im­posible á ésta continuar sus trabajos.

Las Federaciones y Secciones que no hayan recibido las entregas 13 y 14 de L(t Crónica, que contienen los acuerdos de los Congresos últimos se servirán recla­marlas á esta C. F.

Compañeros: El grande y salvador principio de «SW*-daridad ha sido siempre el distintivo que ha diferencia­do á nuestra querida organización de las demás agru­paciones obreras de la Región Española, y esta C. F. cree que en los actuales momentos, en que nuestros compañeros carpinteros del Ferrol luchan con denuedo con el capital explotador, en demanda de reducción de horas en la jornada de trabajo, no será este principio una vana palabra escrita por adorno en nuestros Esta­tutos.

Hace más de tres meses que dichos compaüeros es ­tán en huelga; y á pesar de a miseria y el hambre que les acosa luchan como héroes en defensa de su perfecto derecho, dispuestos á emigrar antes que sucumbir en la demanda.

La circunstancia favorable de ser la única huelga

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BANDERA SOCIAL

/

que existe eu nuestra Federación, hace esperar á esta C. F. que, con un pequeño esfuerzo que hagan las colectividades, el triunfo de nuestros compañeros ferro­lanos es seguro, de cuyo triunfo depende el desarrollo de la Comarca galaica.

Compañeros: Es muy urgente la práctica de la soli­daridad con los citados compañeros.

Las cantidades, sea donativo ó préstamo, á nombre di' José Fernández, María, 97, bajo, Ferrol.—Salud, .Vnaniuia Federación y Colectivismo.—Por la C. F., El <S'e<Te¿arío.—España, 16 Octubre 1885.

NOTA.—Llamamos la atención, á fin de que los com­pañeros rectiflíiuen este pequeño error: el número adonde deben enviarse los recursos es 97.

R E V I S T A I N T E R N A C I O N A L

ALEMANIA El número de los menesterosos que no paga contri­

bución alguna porque la renta del padre de familia no alcanza á 650 francos, se eleva, según el último censo,

I la cifra de 7.825.781 individuos. Como la miseria, lejos de disminuir, va en creciente,

acntro de poco tiempo habráse elevado el contingente de pobres de solemnidad en aquella región á una cifra

•1 hulosa. ¿Quién sería capaz de detener esa avalancha de ocho

o diez millones de .seres desesperados si ellos se hicieran cargo de su situación?

AMÉRICA Montevideo, 18 de Septiembre de 1885. El Consejo Local de la Federación de Trabajadores la región uruguaya á la Comisión administrativa de

\ HvNDv.RA SOCIAL.

Salud y Revolución Social.

Compañeros: Hemos recibido la vuestra con fecha 3 de Agosto y dos Balances del primer semestre del Se­manario en que con energía y valor defendéis á la clase proletaria, ó sea el esclavo moderno, como decís, y que lo reconocemos.

Queridos compañeros: no nos extraña que tengáis le luchar con esta plaga de sanguijuelas, los burgue-

.ses; pero hay que tener constancia y firmeza en todo lo que nos sea posible para poder obtener en u n n o lejano día la verdadera emancipación de todos los proletarios, () .sea la Revolución Social. Esta, compañeros, no se po­drá alcanzar en un año ú otro; pero sí podemos poner una cortapisa á esta reacción tan violenta y á esta ex­plotación tan absurda.

Con gran sentimiento hemos leído en los últimos uñeros de vuestro Semanario los tropiezos con que d

na en día os encontráis. Nosotros también, en esta re­gión, luchamos con bastantes obstáculos; pero no por ••-0 desmayamos.que á la fecha estamos organizando un

iicleo que nos dará los resultados que anhelamos, esto el poder ayudaros, aunque no materialmente por

star muy lejos, pero si moralmente, pues la cuestión es tratar de propagar la Anarquía y el Colectivismo, y para esto no basta tan sólo la propaganda oral, que la propaganda oral no tiene tanta fuerza como la escrita y las dos unidas nos darán mayores resultados que una

ola. A este fin hemos acordado entre unos cuantos com­

pañeros hacer un sacrificio para dar á luz un Semana­rio, como os lo habíamos anunciado en nuestra ante­rior, y que el día 5 de .Septiembre ha visto afortunada­mente la luz pública, y que á la fecha habréis recibido; esperamos el concurso de vuestras ideas para desarro­llar mejor los principios de nuestra causa, pues en e.sta

arte de la joven América hay muchos parias íncons-• lentes y muchos adulones de la burgesía; pero á estos últimos les haremos comprender á medida de nuestras fuerzas los deberes que tienen para con sus compañeros le infortunio.

Ponemos también en vuestro conocimiento que en Buenos Aires se ha fundado un Centro Anarquista, con el qne estamos en comunicación, ofreciendo poneros al corriente de todos los trabajos y adelantos que en bien de nuestra causa lleve á cabo.

Adjunto os remitimos la lista de suscripción en favor de vuestro Semanario, y haréis por remitirnos algunos ejemplares más de los ordinarios cuando la deis publi­cidad.

Sin más por el momento os deseamos salud, Anar­quía, Federación y Colectivismo.—Por acuerdo del Con­sejo, los Secretarios del Interior y Exterior.

DINAMARCA La huelga de los mecánicos y fundidores continúa

en Copenhague. Con motivo de esta huelga ha tenido lugar un rasgo

humanitario, que servirá de ejemplo y provechosa lec­ción á todos.

Los campesinos de los alrededores de Copenhague y delinterior han tomado la heroica resolución de llevar á sus viviendas á los hijos de los huelguistas, hasta tan­to que aquélla se termine.

Este rasgo de solidaridad es acreedor de todas veras al aplauso.

« • En Copenhague, donde la situación ¡xilítica es tiran­

te, hasta el punto de haberse celebrado hace poco mani­festaciones ruidosas en contra del ministerio y el rey, aumenta grandemente el espíritu revolucionario.

La semana pasada un tipógrafo disparó dos tiros de revólver al presidente del Consejo.

Al ser interrogado declaró que había llevado á cabo el atentado por combatir la tiranía.

ITALIA Los debates del proceso intentado contra los huel­

guistas de Mantua han demostrado <iue el salario medio pagado á los trabajadores del campo en esa rica provin­cia de la Lombardía es de 40 á .50 céntimos en invierno y de 60 á 70 en verano.

Pero esta enorme suma no la perciben en dinero, sino en crédito que le adjudica el propietario, del cual deduce sus deudas; éste les explota como productores y como consumidores.

Por término medio, el labrador paga de 20 á 30 fran­cos de alquiler, y además tiene la precisa condición de entregar á su amo anualmente doce capones, doce ga­llinas, doce docenas de huevos, un pato, dos quintales de paja, otra cantidad de avena, mantener un caballo para uso del patrón y est ir dispuesto siempre á desem­peñar las comisiones que aquél le confía.

«¿Qué extraño, pues, dice el periódico burgués Allgemeine Zeiiung, que la desesperación le impulse á las conjuraciones y á la revolución?»

INGLATERRA El Amigo del 'Trabajador es el título de un nuevo

periódico anárquico comunista que ha aparecido en Londres.

Está redactado en alemán judío. • • • El proyecto de suspender las reuniones al aire libre,

por el pueril pretexto de que éstas obstruían la vía pú­blica, ha reanimado el espíritu de los trabajadores y ha­chóles comprender que la burguesía no se duerme sobre las pajas, y que allí, como en todas partes, no consen­tirá ímpuneinente que se mermen sus privilegios.

La crisis de trabajo va en considerable aumento.

R U S I A A pesar del silencio guardado por la prensa burgue­

sa y las agencias telegráficas sobre lo acaecido en el viaje de Kremsier, al autócrata de todas las Rusias, no ha faltado quien proporcione detalles, y detalles que, á perfección, prueban lo seguro que Alejandro se encuen­tra del amor entrañable que le profesan sus subditos.

Para desorientar á los nihilistas ha necesitado el se­ñor hacer uso de seis líneas de ferrocarriles distintas desde Petersburgo á Polonia.

Varsovia, el teatro de las proezas de su inolvidable padre, ha sido excluido del itinerario, sin duda por te­mor á que los varsovianos quisieran pagar al liliputien­se emperador la deuda que tenían con aquel verdugo insaciable.

Todos los trenes de pasajeros que podía encontrar en el trayecto el en que iba el ¡lustre y magnánimo em­perador eran detenidos durante horas y horas.

Se circuló una orden para que los pasajeros, bajo )ena de prisión, no pudiesen a.somarse á las ventanillas, legando hasta el extremo el rigor de no permitir á un

general ruso, que vestía de uniforme, abandonar suj asiento. ;

Como para cubrir la línea se habían enviado gran número de fuerzas, todos los trenes, apenas se detenían, eran acordonados por el ejército.

A su vuelta de Kremsier, por el ferrocarril de Odes-sa, se hicieron en este punto numerosas prisiones, de lo cual puede deducirse si sería cariñoso el recibimiento hecho al emperador por sus amados vasallos. ^

«

Hace pocos días ha circulado con inusitada profu­sión por ciudades, villas, aldeas y campos una enérgica proclama excitando á todos los rusos á prepararse para la hora suprema.

En ella se declara al tirano fuera de la ley común y se recuerdan las víctimas que en la obra de emancipa­ción han subido al cadalso y los infelices que han sido deportados á las estepas de la Siberia.

Aunque la gente oficial atribuye esta proclama á manejos de Inglaterra, para disimular algo el terror de que se halla po.seida, los que conocen el estado de los ánimos saben perfectamente que se va aproximando el último plazo concedido por los nihilistas al déspota, y que no tardará mucho en dejarse sentir su acción.

Por su parte, el gobierno redobla la vigilancia y au­menta prodigiosamente el número de la policía en el interior y fuera de Rusia.

E F E M É R I D E S DE LA SEMANA

25 Domingo, 1866.—Muere en Madrid el célebre crí­tico é historiador Modesto Lafuente, conocido con el nombre de Fray Gerundio.

26 Lunes, 1^51.—Termínase la colocación del cable submarino entre Douvres y el cabo Griznez.

27 Martes, 1872.—Levántase en Turín la estatua al obrero tipógrafo Juan Bautista Bodoni para conmemo­rar los servicios prestados por él al arte tipográfico en Italia.

28 -Miércoles, 1492.—Colón de.scubre á Cuba. 29 Jueves, 1824.—Proyéctase el ferrocarril de Liver­

pool á Manchéster. 30 Viernes, 1817.—Aparece el cólera por primera vez

en Europa. 31 Sábado, 1768.—Nace en Madrid la distinguida doc­

tora Doña María Isidra de Guzmán y la Cerda.

C O N V O C A T O R I A

Con objeto de exponer ampliamente los motivos que han obligado á abandonar el trabajo á los ant i ­guos operarios de la imprenta de los sucesores de Rivadeneyra, se invita á todos los individuos del arte tipográfico, y á cuantos deseen enterarse de lo ocurrido en dicho establecimiento, á una reunión pública para hoy domingo , á las diez de la mañana, en el Circo Hipódromo de Verano.

SUSCRIPCIÓN voluntarla & favor del periódico anár­quico-colectivista B A N D E R A S O C I A L , para ayudar á. los gastos del mismo en los procesos y compañero preso á. causa de las nueve denuncias y ocho secuestros que ha sufrido.

FEDERACIÓN LOCAL DE MONTEVIDEO

Pesetas

Suma anterior 309'01 Z. Rabassa 5

Taivo "í C. Loncq I». Crolta 2 J. Ferradas 2'DO 1'. FÍRué 2 A. Cadela 2'30 F. Blanco 1 M. del Cueto 2'30 F. Trigo 2'30 A. Denegrí P'íO L. Verdura 2'SO : J. Garbeiron 2' 50 R. Muzio 2'50 i A. Moibine 1'50¡ P. Viramontes 2'30 ' J. Blanco 2 C. Rou/.oni l R. .Maggi 2'30 C. Cesare 2'30 C. Visenti 2'30 L. nada 1'.30 A. Tev 1 Ch. MámbrcUi 2'30 M. Capelli 1 J. Narvio ©'70 K. de la Torre 1 R. Berniúdez 2'30 J. Uoldán 2'30 E. Asamá 2'30 A.M. Selva 2

Suma y sigue 380'31

SECCIÓN D E A N U N C I O S L I B R E R Í A D E L O S D O S M U N D O S

(BIBLIOTECA INTERNACIONAL)

17, Rué de Loos, 17.—Paris Hasta el día ha faltado á los trabajadores una biblioteca don­

de pudiesen encontrar los libros interesantes y útiles ,i su educa­ción sociolíigica; esta laguna se ha salvado al presente por la existencia de esta nueva librería, cuya biblioteca comprende más de mil obras científicas, económicas y socialista?.

Nuestra librería tiene, pues, por objeto vulgarizar y concen­trar todas las obras filosólicas, materialistas y socialistas, y reco­ger las de lodos los escritores concienzudos que han escrilo para el público.

El obrero descoso de instruirse encontrará todos los trabajos que se refieren á su emancipación, los hombres de la clase acomo­dada que deseen estar al corriente de los progresos del socialis­mo contemporáneo hallaran asimismo en las obras que posee­mos argumentos írreñitalilcs sobre las diver.*as causas que divi­den actualmente á la sociedad, al mismo tiempo que la refutación y la critica dc la economía moderna.

Nuestro catálogo, actualmente en ¡Prensa, contiene la nomen­clatura de lodas las «bras (|ue poseemos; le enviaremos graluila-menle á lodos los que lo soliciten.

P. S.—La Librería de los dos Mundos acepta en depósito, y en les mejores condiciones, todas las obras, especialmente las que tratan de cuestiones económicas-sociales.

Las publicaciones ¡periódicos, revistas y folletos, etc.), cuya venta le sean confiada, serán remitidas á nuestros corresponsales del exterior.

Nuestra librería se encarga, además del enviude periódicos y exímelos de la prensa democrática.—El Administrador, Bourian.

P A L A B R A S DE UN SUBLEVADO P O R

P E D R O K R A P O T K I N E con un prefacio de

E L I S É E R E C L I I S Precio 3 pesetas 50 céntimos. Se envía franco remitiendo el

importe. 17, Rué de Loos, París.

Á ' L O S J Ó V E N E S Este interesante folleto, escrito por Pedro Krapotkine y

traducido de la segunda edición por Esteban Leprice, se vende al precio de 10 céntimos ejemplar, y paquete de 25 ejempla­res, 2 pesetas.

Los pedidos pueden hacerse á nombre de Vicente Perales Reynaud, placeta de San José, núm. 5, Granada, ó á la admi­nistración de este Semanario.

MADRID IMPRUNTA D K F E R N A N D O C A O Y D O M I N G O D K VAL

tPlateriade Martínez, núm. 1