Barba Alvarez, A.- Humanismo y Organización. Los Dilemas de Una Reflexión

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Humanismo y organización: los dilemas de una reflexión Antonio Barba Álvarez 1 RESUMEN El tema de estas reflexiones es humanismo y organización desde la perspectiva de las teorías de la administración y la organización. La actualidad de este debate responde a las condiciones contemporáneas de la creciente deshumanización en el ámbito social y su correspondencia en el ámbito organizacional. Es importante aclarar que el recorrido de estas reflexiones no está libre de riesgos. Como el lector muy pronto lo percibirá. Pero dada la importancia de esta discusión, no pude evitar la tentación de correr esta aventura por una simple razón: todo tipo de organización está constituida por y para las personas. Sin embargo, esta premisa se vuelve cada vez más difusa en la sociedad y más específicamente en las organizaciones. En este trabajo si incluye un primer apartado en el que se intenta hacer un rápido repaso en torno al debate sobre la noción de humanismo. El segundo pretende establecer la comparación entre las nociones humanistas a partir de las metáforas construidas en torno a las ciencias sociales y humanidades con la finalidad de mostrar algunos “destellos humanistas” en el pensamiento organizacional. Organizaciones 1 Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, Departamento de Economía, Área de Investigación Organización y Sociedad. “Los defensores de la ética combaten en dos frentes: por un lado, contra el intento de reducir a la sociedad a una empresa económica que sólo piense en el equilibrio del comercio exterior, en la inflación y en el cash flow; por otro lado, contra el retorno a un comunitarismo religioso. Esto pide un doble esfuerzo de análisis crítico: por una parte, para no reducir el trabajo a un aparato de producción; por la otra, a fin de no reducir la imagen del sujeto presente en el pensamiento religioso a la búsqueda reaccionaria de una moral comunitaria.” (Touraine, 1995: 281)

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Organización y Humanismo

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Humanismo y organización: los dilemasde una reflexión

Antonio Barba Álvarez1

RESUMEN

El tema de estas reflexiones es humanismo y organización desde la perspectiva de las teorías de laadministración y la organización. La actualidad de este debate responde a las condicionescontemporáneas de la creciente deshumanización en el ámbito social y su correspondencia en elámbito organizacional. Es importante aclarar que el recorrido de estas reflexiones no está libre deriesgos. Como el lector muy pronto lo percibirá. Pero dada la importancia de esta discusión, nopude evitar la tentación de correr esta aventura por una simple razón: todo tipo de organización estáconstituida por y para las personas. Sin embargo, esta premisa se vuelve cada vez más difusa en lasociedad y más específicamente en las organizaciones. En este trabajo si incluye un primer apartadoen el que se intenta hacer un rápido repaso en torno al debate sobre la noción de humanismo. Elsegundo pretende establecer la comparación entre las nociones humanistas a partir de las metáforasconstruidas en torno a las ciencias sociales y humanidades con la finalidad de mostrar algunos“destellos humanistas” en el pensamiento organizacional.

Organizaciones

1 Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, Departamento de Economía, Área de InvestigaciónOrganización y Sociedad.

“Los defensores de la ética combaten endos frentes: por un lado, contra el intento de reducira la sociedad a una empresa económica que sólopiense en el equilibrio del comercio exterior, en lainflación y en el cash flow; por otro lado, contra elretorno a un comunitarismo religioso. Esto pide undoble esfuerzo de análisis crítico: por una parte,para no reducir el trabajo a un aparato deproducción; por la otra, a fin de no reducir la imagendel sujeto presente en el pensamiento religioso a labúsqueda reaccionaria de una moral comunitaria.”(Touraine, 1995: 281)

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Palabras clave: Humanismo, Reflexión, contingencia, organizacionesKey words: Humanism, reflexions, contingency, organizations

ABSTRACT

These reflexions have a theme: Humanism and organization, but from a perspective of organization andmanagement theories.This actual debate is an answer to actual conditions on a growing dehumanizing social ambience and itscorrespondence over organizational environment. It is important to make it clear that these reflexions areno free of risks, as the reader will soon may face.Given the importance of this discussion the author can not override a temptation to run this adventure fora simple reason: all kind of organization is constituted by and for people. However, this premise turns outevery time a bit more diffusing in society, and also especially on organizations’.This paper includes a first issue that intents a review around the debate on the notion of humanism. Thesecond one drives to establish a comparison between human notions, from metaphors built on aroundsocial sciences and humanities with a goal placed to show some “humanist glimpses” in the organizational

thought.

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Introducción

El tema de estas reflexiones es humanismo y organizacióndesde la perspectiva de las teorías de la administración y laorganización. La actualidad de este debate responde a lascondiciones contemporáneas de la crecientedeshumanización en el ámbito social y su correspondenciaen el ámbito organizacional. Es importante aclarar que elrecorrido de estas reflexiones no está libre de riesgos. Comoel lector muy pronto lo percibirá. Pero dada la importanciade esta discusión, no pude evitar la tentación de correr estaaventura por una simple razón: todo tipo de organizaciónestá constituida por y para las personas. Sin embargo, estapremisa se vuelve cada vez más difusa en la sociedad y másespecíficamente en las organizaciones. En este trabajo siincluye un primer apartado en el que se intenta hacer unrápido repaso en torno al debate sobre la noción dehumanismo, El segundo pretende establecer la comparaciónentre las nociones humanistas a partir de las metáforasconstruidas en torno a las ciencias sociales y humanidadescon la finalidad de mostrar algunos “destellos humanistas”en el pensamiento organizacional. El tercer apartado intentadefinir los ejes comunes del pensamiento humanista en lasorganizaciones, a partir de la trilogía de paradojasrepresentadas por la racionalidad instrumental, elpositivismo-evolucionismo y el individualismo. Por último,a manera de conclusiones, de presentan algunas ideas paracontribuir a la transformación del humanismo en lasorganizaciones.

1. El humanismo a discusión: unacercamiento difícil al concepto

Un riesgo por el que atraviesa esta reflexión es lacrítica al concepto de humanismo. En términos generales,el concepto de humanismo ha sido profundamente criticado,por la diversidad de orientaciones filosóficas, ideológicas,políticas y ecológicas que inciden sobre el tema. Sin interésen participar y profundizar en el debate sobre estas críticas,nos limitaremos simplemente a exponer algunas muestrasde esta discusión.

En primera instancia se puede mencionar el

positivismo lógico que establece la necesidad de considerara los seres humanos en términos meramente comprobablesy obtener las ideas filosóficas de los adelantos de la ciencia.Cabe destacar que Comte, precursor del positivismo lógico,al recurrir a la fenomenología, intentó reducir lascaracterísticas humanas a predicados sobre las funcionescerebrales. Con esta postura se acerca al ser humano a lanoción de objeto y se aleja de la noción de sujeto.

Por otra parte, la posición marxista desde laperspectiva de algunos de sus autores, consideran que en laobra de Marx se encuentran ciertas tesis humanistas, comopor ejemplo, la noción del “florecimiento humano” quellegaría después del triunfo del proletariado Sin embargo, lamayoría de sus seguidores sostuvo que el humanismo erasimplemente un concepto que formaba parte de la ideologíade la clase dominante, para universalizar un concepto quesólo se aplicaba y se predicaba en y por la clase dominante.Otro ejemplo se refiere a aquellos autores marxistas quepretendieron rescatar la parte “científica” del pensamientode Marx y consideraron que el concepto de humanismo seaplicaba a una doctrina ética que estaba ausente en elpensamiento del fundador del “socialismo científico”.

También es importante mencionar a Michel Foucault,otro pensador sumamente influyente que niega el valor delhumanismo y que termina su célebre obra Las palabras y lascosas señalando: “…que de algo podemos estar seguros queel hombre no es el problema más antiguo ni el más constanteque se haya planteado al saber humano…y que éste se borrarácomo en el límite del mar se borra un grano de arena.”(Foucault, 1966: 398)

Desde otra perspectiva, una crítica diferente alhumanismo está sustentada por el pensamiento ecológicocontemporáneo que sostiene que parte de la devastacióndel planeta tiene su origen en una sobrevaloración de aquelloque es humano en detrimento de la naturaleza. Por estarazón, sostienen que el humanismo debe borrarse de nuestrolenguaje para reconsiderar la posición del ser humano frentea seres no humanos, y con ello plantear una situaciónarmónica entre lo humano y aquello que no lo es. Sin negarla relativa validez de algunas tesis contra el humanismo, acontinuación revisaremos algunos debates en torno a esteconcepto para reforzar la reflexión sobre el humanismo enel pensamiento organizacional.

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El desarrollo del pensamiento organizacional duranteel siglo XX, se ha sustentado en una visión del hombremarcada por la modernidad. Los enfoques orientados aresolver problemas de las organizaciones se han vistoobligados a establecer un perfil del ser humano que respondaa sus propuestas y a su lógica. Sin duda, este perfil no hasido del todo humanista, pues en términos generales alhombre se le considera, en el mejor de los casos, como sifuera un objeto de la organización y excepcionalmente se leconsidera como si fuera sujeto de la misma. Desde estaperspectiva el hombre es considerado como un medio de laorganización y no como su fin.

Las organizaciones modernas constituyen institucionessociales que se expresan en múltiples formas decomunidades de personas. Desde la difusión de las primeraspropuestas sobre la administración moderna, desarrolladasa principios de siglo XX, se concentraron principalmente enla explicación de aspectos mecánicos y orgánicos de laorganización para facilitar y racionalizar las operacionescotidianas en el ámbito de las empresas. En este contexto,los administradores profesionales se desarrollaron en estatradición y su formación profesional se orientósustantivamente a alcanzar la eficiencia sobre cualquier otroobjetivo organizacional; incluso sobre el objetivo superiorque cualquier organización tiene: el hombre. En pleno sigloXXI es alarmante que el ser humano, fin último de lasorganizaciones, haya sido prácticamente borrado de lasexperiencias organizacionales cotidianas, debido al dominiodel sistema económico imperante en la globalidad, dondela carrera por generar y crear recursos capitales, comoobjetivo central de las organizaciones, ha desplazado suobjetivo de origen.

Desde su origen, las teorías convencionales de laadministración y la organización parten del supuesto de quelas personas humanas que la integran, se consideran comoun elemento más, como un recurso más de la organización,de ahí el concepto de recursos humanos. La noción derecurso humano contiene la noción de un medio y no de unfin, que en el ámbito de dichas teorías se expresa a través delas metáforas mecánica y orgánica, en un primer período, ya partir de la década de los ochenta se suma la metáforacultural. Detengámonos brevemente a comentar lascaracterísticas principales de estas metáforas, tomando como

referencia el trabajo de Barba y Solís (1997) sobre este tema.Como se sabe, los marcos o perspectivas teóricas son

instrumentos conceptuales que cumplen una importantefunción en la tarea de estructurar la investigación científica,esto es, en la selección de supuestos, metáforas, analogías ymodelos, y por lo tanto en la pre-concepción de la realidad apartir de las observaciones y del modo de conceptualizarlas.En este sentido, la metáfora ha jugado un papel relevante en eldesarrollo de la teoría social, y particularmente en el análisisorganizacional. En la historia del pensamiento organizacional,como ya se señaló, se puede constatar la presencia constante,de tres metáforas: la mecánica, la orgánica y la cultural, lascuales se resumen a continuación.

En una primera etapa, el auge de una imagen mecánicaen las ciencias humanas correspondió a una época de adelantosen la ciencia física. La aplicación de los conceptos generadosen la física y en la mecánica al análisis social provocó elsurgimiento de la “física social” que proporcionó una visiónsegún la cual el hombre, como objeto físico, es una maquinariacompleja que podría ser analizada de conformidad con losprincipios de la mecánica. Por lo tanto, los grupos humanos ysus interrelaciones se encuentran en una interrumpidacontinuidad con el resto del universo, donde las causas naturalesse expresan como sistemas mensurables sujetos a leyesuniversales. En la búsqueda de una mayor cientificidad, ellenguaje del análisis social se pobló de términos provenientesde la física; se definían “posiciones” dentro de un “espaciosocial”, procesos sociales que “gravitan” bajo formas de“atracción” e “inercia” y la “estática” y la “dinámica” social seestudiaron en relación a “sistemas en equilibrio de fuerzascentrífugas y centrípetas”.

En la metáfora mecánica, el énfasis se encuentra en lasoperaciones internas de las organizaciones y se adopta unenfoque racionalista que proviene principalmente de losmodelos de la ciencia física. La organización es consideradacomo autosuficiente y con suficiente independencia como paraque sus problemas puedan ser analizados en términos deestructura interna, tareas y relaciones formales, en el marco dela racionalidad instrumental. En esta perspectiva, el análisis seorienta hacia leyes generales de la sociología o de la psicologíay donde las variables investigadas son consideradas como noafectadas por las fuerzas del medio ambiente. Al centro deesta visión está el supuesto positivista que las fuerzas objetivas,

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detectadas por una observación científica controlada, puedenejercer una influencia directa sobre la actividad humana. Estees típicamente el caso en los enfoques experimentales o delaboratorio del análisis organizacional, donde existe un intentoconsciente para excluir fuerzas del medio ambiente a travésdel montaje de condiciones experimentales. Esta perspectivamecanicista se asocia con aquellos enfoques que se centranexclusivamente en la eficiencia interna de la organización. Elénfasis es puesto para encontrar las relaciones funcionalesóptimas entre los subsistemas internos, como es el caso de losestudios tayloristas y fondistas de eficiencia de los procesos deproducción o en las prescripciones clásicas para las estructuraso procedimientos administrativos.

En una segunda etapa, el modelo orgánico de la sociedadse inspiró en los progresos de la biología. Algunas analogíasorgánicas establecen equivalencias entre un “cuerpo social” yun cuerpo viviente, comparando las funciones y estructurassociales con las estructuras y funciones del cuerpo humano,llegando en algunas ocasiones a extremos que pretendenencontrar las equivalencias del cerebro, del corazón o delsistema circulatorio en la sociedad. Por otra parte, la analogíaorganicista también se ha establecido a nivel de las especies,en términos de un “darwinismo social”, cuyos términos máspopularizados, tales como “evolución, “lucha por lasupervivencia” y “selección natural del más apto” han jugadoun papel importante en la conformación de algunas teoríassociales. La distinción entre distintos niveles de organizaciónbiológica ofrece las bases para concebir a la sociedad ya seacomo predominantemente cooperativa en el caso del organismoindividual, ya sea como básicamente conflictiva en el caso dela especie.

La metáfora orgánica proporciona una visión de laorganización como un sistema abierto, no solamente en relacióncon su medio ambiente, sino también en relación a sí mismo;se encuentra abierta “internamente” en la medida que lasinteracciones entre sus componentes afectan al sistema comoun todo. Los sistemas abiertos se adaptan a su medio ambientea través del ajuste de las estructuras y de los procesos de suscomponentes internos. Al estar en constante interacción consu medio ambiente, el sistema pretende alcanzar un equilibriodinámico, o un estado “constante” o “estable”, mientrascontinúa reteniendo su capacidad de trabajo o de transformaciónde energía. El sistema simplemente no puede sobrevivir sin la

continua afluencia, transformación y salida lo cual representa,en los sistemas biológicos o sociales, un proceso continuo dereciclaje. De ahí, que el análisis organizacional se centra enlos intercambios de recursos en la frontera entre el sistemafocal y los subsistemas de su medio ambiente, ya que lasorganizaciones dependen para su sobrevivencia de un eficienteintercambio de bienes y servicios con el medio ambiente. Estametáfora es inaugurada por las relaciones humanas y despuésfue adoptada por un sector importante de la teoría de laorganización.

Finalmente, en la década de los sesenta se empieza apercibir la presencia de un modo distinto de organización. Lasprimeras señales sobre estas organizaciones se dieron en Japónlo que origina el descubrimiento de la importancia de losaspectos culturales en el ámbito organizacional. La metáforacultural implica la relativa compatibilidad de los principiosdel funcionalismo sociológico americano y de los principiosde la teoría general de sistemas (con sus enfoques particulares),permitió su conjunción para desarrollar un método de análisisorganizacional que pareció ser sólido, durable y muy popular.

Tanto el conocimiento teórico, como la acciónadministrativa y el gobierno de las organizaciones hanprivilegiado hasta el momento una concepción económica ycuantitativa, asentada en un determinismo causal del mundode la empresa, una visión instrumentalista del individuo basadaen un análisis conductista de su comportamiento y unaexplicación sociológica restringida del accionar de los gruposinformales en la empresa, vaciando con ello a la organizaciónde su contexto social, cultural e histórico más amplio yexcluyendo también una comprensión cualitativa de su realidad.

El análisis de la cultura dirige su atención al significadosimbólico, e incluso mágico, de muchos de los aspectos“racionales” de la vida cotidiana de las organizaciones. Por lotanto, esta perspectiva del análisis de la organización permiteel estudio de sistemas de significados compartidos y enesquemas interpretativos compartidos que crean y recreansignificados. Una perspectiva cultural también apunta areconsiderar las relaciones de la organización, con su entornoy con la sociedad en general. En este sentido, resulta de granimportancia considerar la influencia y repercusión de patronesculturales mayores de las sociedades en las prácticas de losgrupos humanos en las organizaciones, pero también abre ladiscusión a la influencia que puedan tener las organizaciones

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para modificar aspectos culturales más generales de una sociedady en la posibilidad real de recrear una cultura propia, en ciertaforma distinta a la que se encuentra presente en su entorno, yaque el análisis de la cultura implícitamente conlleva el análisisde diferencias. El interés por la cultura organizacional radicaen la contribución que puede hacer a la comprensión del cambioorganizacional, en las posibilidades reales de modificaresquemas interpretativos compartidos para facilitar la adopciónde nuevas formas organizacionales.

Las metáforas mecanicista y organicista han enfatizadoel diseño de la organización y de sus procesos, en tanto que lametáfora cultural apunta a la comprensión de las prácticas delos grupos humanos en la organización a partir de la influenciadel lenguaje, de las normas, de las ideologías, de los valores,credos y ceremonias, abriendo paso a la reinterpretación deconceptos y procesos tradicionales en la dirección de lasorganizaciones.

Una vez presentada la síntesis de las metáforas, esimportante enfatizar el carácter de medio que cotidianamentese interpreta de las personas en el ámbito de lasorganizaciones, con lo que se le arrebata su carácter finalista;la persona en la organización o fuera de ella siempre es unfin y no sólo un medio de la organización. En este sentido,las organizaciones son un medio creado y sostenido por elser humano para los fines del ser humano. Esto es que, lasorganizaciones, todo tipo de organizaciones, se construyencomo medios para atender y satisfacer necesidadesindividuales, grupales, organizacionales y sociales. Lasorganizaciones mismas se constituyen en espacios desocialización donde las persones desarrollan sus capacidadescreativas con orientación social.

Como advertía Kant, las personas deben ser tratadassiempre como fin y no únicamente como medios, para noponer en entredicho su dignidad. Con relación a la idea deltrato a las personas como fines, nos dice Kant:

“… el hombre y, en general, todo ser racional existecomo fin en sí mismo, no meramente como medio para usocaprichoso de esta o aquella voluntad, sino que debe serconsiderado al mismo tiempo como fin en todas las accionesseñaladas tanto a él como a todo ser racional (...) los seresracionales se denominan personas, porque ya su naturalezalos señala como fines en sí mismos, esto es, como algo queno debe ser usado como simple medio, y con ellos limita

toda arbitrariedad (y es un objeto de respeto). Éstos no son,pues, fines subjetivos, es decir, cosas cuyo ser es fin en símismo y ciertamente un fin tal que en su lugar no puedeponerse ningún otro fin a cuyo servicio tuvieran que estarcomo meros medios, ya que sin esto no se encontraría nadade valor absoluto; si todo valor fuera condicionado, y porlo tanto casual, no podría encontrarse ningún principiopráctico supremo para la razón.” (Kant, 1973: 111).

Morin (1999), también hace referencia al hombreconsiderado como un todo complejo. Sin embargo esfrecuente encontrar posturas que caen en el reduccionismocon la finalidad de simplificar su análisis para entenderlo ypor ello se olvida la multiplicidad de elementos que locomponen y que no se pueden separar de él, dado su carácterarticulador y que configuran integralmente su esencia. Desdeesta perspectiva, Morin intenta establecer una definiciónintegral del hombre partiendo de la base de que no es unobjeto simple, sino una unidad compleja inmersa en unentorno integrado en el cosmos del que forma parte la Tierrade la que, a su vez, el hombre es una sustancia bio-anatómica; seres vivos hominizados por evolución en suprimera etapa biológica y después humanizados por ellenguaje, la cultura y el conocimiento en una dimensiónpsico-socio-cultural.

Los fundamentos que distinguen al ser humano delos demás seres vivos son la conciencia y la capacidad derazonar sobre el cosmos y sobre sí mismos; de razonar sobreel razonar; su humanidad lo hace parte integral del cosmospor su materialidad, pero a la vez lo separa de él por laracionalidad. Los sentimientos y las emociones hacen alhombre desde su origen y lo hacen trascender de su carácterfísico, lo que le permite la convivencia social.

“El humano es un ser plenamente biológico yplenamente cultural que lleva en sí esta unidualidadoriginaria. Es un super y un hiperviviente: ha desarrolladode manera sorprendente las potencialidades de la vida.Expresa de manera hipertrofiada las cualidades egocéntricasy altruistas del individuo, alcanza paroxismos de vida en eléxtasis y en la embriaguez, hierve de ardores orgiásticos yorgásmicos…” (Morín, 1999: 23).

El hombre es, por lo tanto, sujeto y no objeto de laorganización. Cuando nos referimos al sujeto, contemplamosaspectos esenciales del hombre creativo, con identidad y

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con un papel definido en la comunidad enmarcada en lamodernidad. Alain Touraine sostiene que:

“... el sujeto nace y se desarrolla sobre las ruinas deun ego objetivado por los poseedores del poder ytransformado así en sí mismo, sujeto que como individuoaspira a ser productor (y no sólo consumidor) de suexperiencia individual y de su ambiente social. Lo que mejordefine la modernidad no es el progreso de las técnicas, ni elcreciente individualismo de los consumidores, sino laexigencia de libertad y su defensa contra todo lo quetransforme al ser humano en instrumento, en objeto o enextraño absoluto.” (Touraine, 1995: 230)

2. Crónicas “humanistas” delpensamiento organizacional: unaaproximación.

Como ya comentamos anteriormente, la visión humana delos enfoques organizacionales nace de las metáforasdominantes en la etapa inicial del desarrollo del pensamientoorganizacional, en la primera mitad del siglo XX, estas son:la mecánica y la orgánica; enfoques que son una fielexpresión de ellas, cuando desde la perspectiva de la primerase considera al hombre como extensión de la máquina ycomo parte del sistema organizacional en la segunda. Desdeuna perspectiva convencional del humanismo en laadministración, se pensaba que dirigir empresas no era sóloadministrar cosas sino gobernar personas. Esta distinciónclásica en la literatura del management pretendía poner demanifiesto la relevancia de la dirección en la conducciónhumanista de las empresas. Al margen de cualquier críticaque pudiera hacerse a este tipo de pensamiento, la realidadmostró la difícil conciliación de estos “buenos propósitos”con las propuestas administrativas y organizacionales quese desarrollaron en ese período

En este contexto, las primeras propuestas delpensamiento administrativo moderno reducían la noción dehumanismo al bienestar de los trabajadores expresado en elmejoramiento de las condiciones laborales en función delsalario para los trabajadores y en el incremento de la

eficiencia de la organización, sustentado en la racionalidadinstrumental2. Desde la perspectiva convencional de lasteorías de la administración y la organización, la racionalidadinstrumental considera al hombre como un medio, comoun recurso de la organización y no como un fin. Por ello seentendía al hombre más como una pieza complicada delengranaje de la maquinaria productiva de la organización yno por su papel como ser humano, como se verá másadelante.

Pero esta visión del hombre no ha escapado de laparadoja. Por ejemplo, Frederick W. Taylor postulaba, alprincipio del siglo pasado, que la administración científicareduciría sustantivamente las diferencias conflictivas entrepatrones y obreros. Taylor pensaba que el objetivo principalde la administración era: “… asegurar la máxima prosperidadpara el patrón, junto con la máxima prosperidad para cadauno de los empleados.” (Taylor, 1961: 19). Con ello sepretendía alcanzar una aparente igualdad de condiciónhumana entre los individuos.

Sin embargo, su perspectiva sobre los trabajadoresestaba lejos de esta aparente igualdad en términos de serhumano. Uno de los postulados de la administración comociencia, implicaba la obligación para la dirección deseleccionar científicamente al trabajador y adiestrarlo,enseñarlo y formarlo para la realización de operacionesespecíficas en el proceso de producción. Al verse obligadoa describir al trabajador adecuado para la aplicación de laAdministración Científica, se refería a éste, a manera deejemplo, comparándolo con una bestia de trabajo; como sifuera un buey:

“… uno de los primeros requisitos para el hombreque es apropiado para tener como ocupación regular la demanejar hierro en lingotes es que ha de ser tan estúpido yflemático que en su conformación mental ha de parecersemás a un buey que a ningún otro tipo de ser.” (Taylor,1961: 58).

Como se puede observar, la Administración Científicade Taylor estaba lejos de contemplar al trabajador como unser humano, se puede apreciar el dominio de la metáforamecanicista en la que en última instancia, el trabajadorideal era aquel que se pareciera más a una máquina. Incluso

2 Por racionalidad instrumental entendemos la selección de los mejores medios para alcanzar los fines organizacionales.

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el principio engañoso de máxima prosperidad establecíadiferencias entre el patrón y el trabajador, ya que Taylorconsideraba que las ganancias del primero no requerían límitede ningún tipo pero, por el contrario, era necesario controlarel salario de los trabajadores para evitar que éstos pudierandesviarse del buen comportamiento como sustentaba el autor:

“Cuando (los trabajadores) reciben mucho más deun aumento de 60 centavos en sus salarios, muchos de ellostrabajan irregularmente, tienden a mostrarse más o menosinquietos, extravagantes y disolutos. En otras palabras,nuestros experimentos indicaban que a la mayoría de loshombres no les hace bien enriquecerse demasiado aprisa.”(Taylor, 1961: 70).

Por su parte, Ford promovía la elite de obrerosaltamente calificados y creativos frente a una masa de obrerosa los que constantemente les recordaba con insistencia “tepago para que trabajes, no para que pienses.” En estecontexto, en 1914, establece en la fábrica la política salarialde cinco dólares por día (five dollars day), que implicabaun importante aumento del salario nominal de 2.3 dólaresdiarios en promedio a 5 dólares. Pero, en correspondenciacon Taylor, Ford también establece mecanismos de controlbajo argumentos que cuestionan la capacidad de lostrabajadores sobre el uso de su salario. Para ello creó unDepartamento Sociológico integrado por investigadores, conla función de vigilar estrechamente los hábitos y el consumode los trabajadores y sus familias y sugerir estilos de vida:

“Los investigadores repartían un panfleto titulado“Normas de vida” que urgía a los empleados a utilizar muchojabón y agua en casa; a no escupir en el suelo; a evitarcomprar a plazos; y a asistir a las escuelas de Ford paraaprender inglés si eran extranjeros. A las esposas de losempleados se les aconsejaba que no tomaran huéspedes, nofuera a ser que naciera una relación sexual mientras el maridoestaba en el trabajo.” (Collier y Horowitz, 1990: 68).

Además de objetivos económicos, organizacionalesy sociológicos, esta nueva disposición implica unaintromisión en la vida privada de los trabajadores con lafinalidad de imponer una moral intachable que prohibía eluso del tabaco y del alcohol; proscribía el juego y la asistenciafrecuente a los bares, especialmente “los bares parahombres” (Coriat, 1982). Como se puede observar, estas

reglas se orientaban a controlar el gasto del salario deltrabajador, pues como afirmaba John R. Lee, jefe delDepartamento Sociológico:

“Era fácil prever que cinco dólares diarios en manosde ciertos hombres podrían constituir un serio obstáculo enel camino de la rectitud y de la vida ordenada y hacer deellos una amenaza para la sociedad en general; por eso seestableció desde el principio que no podría recibir esteaumento ningún hombre que no supiera usarlo de manaradiscreta y prudente.” (Citado por Coriat, 1982: 57).

Los ejecutivos de la empresa Ford no se caracterizabanpor su visión humanista, lejos de ello, pensaban que cualquiergesto humanitario era atentatorio de la autoridad y ladisciplina en la organización.

“El trato humanitario a los empleados… conducía aldebilitamiento de la autoridad del “jefe”, y a la destrucciónde la disciplina en los talleres. Siempre se considerarondiosecillos a los que había que temer.” (Collier y Horowitz,1990: 98).

Fayol (1961), otra figura del pensamientoadministrativo del inicio del siglo XX, coincidía con lanecesidad de lograr la mayor eficiencia posible. Suplanteamiento principal postula el proceso administrativoque en la actualidad, casi un siglo después de su difusión,se enseña en la mayoría de las universidades sin variacionessustantivas. La administración se concibe como el procesode planear, organizar, dirigir, coordinar y controlar; premisasustantiva por excelencia de la disciplina administrativa. Esimportante destacar que el discurso de Fayol considera altrabajador como un recurso, negándole su desarrollo comoser humano en la empresa.

En este orden de ideas, el pensamiento managerialinstaura una nueva lógica al privilegiar el gobierno de laorganización a través del sistema de cálculo y la regla,subordinando estrechamente al actor humano y excluyendotoda referencia a su capacidad de decisión, “diseñando”empleados intercambiables y adaptables a la lógicaproductivista en el marco de una racionalidad instrumental.

Más adelante, Elton Mayo, fundador de las relacioneshumanas y de la teoría de la organización, cuestiona lospostulados mecanicistas y formalistas de sus predecesores.Descubre la importancia de aplicar aspectos sociológicos,

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psicológicos y antropológicos para entender el papel de lostrabajadores en la organización y alcanzar, mediante lateorización, una mayor eficiencia. Incorpora el concepto desistema para entender los aspectos informales de lasrelaciones interpersonales y grupales en el ámbitoorganizacional. Con ello demuestra que el hombre en laorganización no puede considerarse tan sólo como unapéndice de la máquina, sino como parte de un sistema eninteracción. De esta manera inaugura el uso de la metáforaorgánica en el análisis organizacional (Barba y Solís, 1997).

Mayo intenta dar un sesgo hacia lo humano en lasorganizaciones, a partir de la consideración de que el roldel hombre es la búsqueda de la felicidad y, por lo tanto,las organizaciones modernas tienen el papel de constituirseen espacios sociales en los que el hombre alcanzaría suobjetivo supremo3. Sin embargo, esta intencionalidad deMayo queda sólo en el discurso y muy pronto repite losesquemas productivistas de los enfoques que criticó. Estoes, que desplaza el énfasis de su propuesta del “humanismo”,hacia la elevación de los índices de productividad. Reducela importancia del individuo, en tanto ser humano complejo,y se concentra en el análisis del factor grupal y social, comoseñala con acierto Anabell Montoya al referirse al enfoquede las relaciones humanas:

“Todo esto termina siendo entonces una demostraciónde que, no obstante algunos esquemas ‘humanizantes’ dela organización han sido desarrollados en la teoría, hantenido cierto sesgo hacia la ‘humanización en función de laproductividad’, no en función del bienestar integral delindividuo ni de su felicidad…” (Montoya, 2006: 62).

Otro autor importante fue Douglas Mc Gregor, quepostuló su teoría “X” y “Y” en El aspecto humano de lasempresas (1981), y lo hizo en un contexto en el quedominaban las tesis del taylorismo y del fordismo que sereferían a la planificación milimétrica, la producción encadena, el positivismo pero, como ya se mencionó, lo quedominaba era un modelo social aún inmerso en la SociedadIndustrial. En este contexto, el trabajador representabaprincipalmente producción y salario. Por ello, McGregor

expresa enfáticamente su inconformidad con los postuladosdominantes sobre el ser humano en la administracióncontemporánea.

“Los defectos de las teorías actuales sobre organizaciónhacen que resulten fallidos los intentos de la gerencia porrenovar los aspectos humanos de la empresa, o lo dificulten.Con sus doctrinas equivocadas y restrictivas sobre elcomportamiento humano esta teoría nos ciega los ojos paramuchas posibilidades en el campo de los inventos, lo mismoque las teorías físicas de hace medio siglo impedían percibirla posibilidad del radar o de la exploración espacial.” (McGregor, 1981: 236).

Mc Gregor postulaba que la organización del futurotraería un cambio en la visión sobre el hombre, donde “lascapacidades creadoras del ser humano, sus posibilidades dedesarrollo, colaboración y productividad (…) serán muchomayores de lo que hasta ahora hemos creído.” (Mc Gregor,1981: 236) Sin embargo, el autor no puede abandonar lanoción de objeto del ser humano que dominó en elpensamiento de los autores que le antecedieron, como sepuede observar en la parte final de su obra: “La dificultadprincipal es que no hemos aprendido lo suficiente respectoa la organización y la administración de los recursoshumanos (el subrayado es mío) de las empresas.” (McGregor, 1981: 236). Como se puede observar, este autorcontinúa con la noción del ser humano como un recurso,es decir, como un medio de la empresa.

Otro ejemplo más reciente lo podemos encontrar enel Nuevo Institucionalismo Económico, que se sostieneprincipalmente sobre dos premisas que son: la racionalidadlimitada y el oportunismo doloso. En una entrevista que lehicieron hace diez años a Williamson, principal exponentede este enfoque se refería implícitamente a su concepcióndel hombre:

“Por oportunismo entiendo la busca del interéspersonal estratégico por medio de la trampa, la artimaña, opor la divulgación de información incompleta o desvirtuada.El oportunismo es responsable de las asimetrías de

3 De hecho, el interés primario de Mayo de darle un enfoque humanista a su estudio, se ve reflejado en el título de su obra: Problemas humanosde una civilización industrial, (primera edición en inglés en 1933), en la que pretende analizar distintos aspectos de la vida humana(sentimientos, comportamiento, solidaridad, por mencionar sólo algunos temas de su obra), de las relaciones interpersonales (por ejemplo, laconfiguración de grupos informales en la organización), así como el alejamiento de esta perspectiva humana ocasionado por el aceleradodesarrollo industrial de su época.

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información que complican el funcionamiento de lasorganizaciones. Seguramente, para mí no hay duda al afirmarque todos los individuos son idénticamente oportunistas ymenos duda de que lo sean permanentemente. Se trata dehacer frente a los riesgos contractuales. Esto es así porquedistingo el oportunismo ex ante, es decir, la voluntaddeliberada de entrampar a su socio o compañero, deloportunismo ex post, que corresponde a la adaptación auna situación no previsible.” (Williamson, citado por Barba,2006: 38-39)

Como se puede observar la concepción del serhumano desde estas perspectivas está lejos de respetar supropia esencia. Por el contrario, lo reduce al carácterindividualista y tramposo, siempre en la búsqueda de sacarventaja de los demás. Así, en la década de los sesenta sedesatan movimientos sociales que muestran suinconformidad con el estatus quo y cuestionan a lasinstituciones en decadencia. Por ello reclaman, entre otrasdemandas, un retorno a la esencia del ser humano. En estecontexto, las organizaciones modernas se perfilan comoproductoras de patrones culturales.

Cuando las instituciones de una sociedad ya no sonoperativas es porque se encuentran muy desfasadas en cuantoa los requerimientos y competencias necesarias a las demandassociales, entonces se habla de modernización, esto es, de unesfuerzo colectivo por inventar nuevas reglas y estructuras másconformes a las capacidades humanas y técnicas. En este caso,la reflexión sobre la cultura no sobreviene por una meravoluntad de aprender a gobernar las motivaciones hacia eltrabajo de una manera más eficiente, sino como una cuestiónprincipal cuando existe una dinámica societal de modernizaciónde sus técnicas de producción. Ello implica cambio en lasformas de organización y de organizar y reclama laincorporación de aspectos culturales ignorados históricamentepor el análisis organizacional.

Con base en la experiencia es posible hacer la hipótesisde que muchos tipos de simbiosis han sido realizados entre lacultura de la empresa y la cultura de la sociedad. El proceso deglobalización, donde las empresas tienen el comando delcambio, obliga a las empresas a tomar en cuenta la culturasocietal o local en la cual se insertan, dado que los individuosno pueden vivir simultáneamente en varios sistemas de valoresque sean fuertemente contradictorios. Sin quererlo

explícitamente, las empresas en la búsqueda de una mejorcapacidad de adaptación de sus miembros se abre el camino aun nuevo período de legitimación social del sistema productivo.Así emerge en el pensamiento organizacional el concepto decultura organizacional

En esta nueva interpretación de la organización, se asumetambién la existencia de prácticas culturales asociadas asignificaciones otorgadas por el individuo. Un nivel decomprensión más amplio de la organización se logra a travésde considerar a la cultura de la empresa en función de lasrelaciones de trabajo y de la exploración de formas de identidadprofunda de los grupos, así como su articulación conrepresentaciones comunes dentro y fuera de la empresa. Enesta forma se reconoce que la empresa es un lugar de aprendizajecultural donde es importante advertir la emergencia de unadimensión crucial de la sociedad (Sainsaulieu, 1990).

La necesidad de las nuevas formas de organización porlegitimar finalidades económicas, técnicas e incluso de empleoconduce a la apertura de perspectivas que orientan a distintostipos de sociedad, con base en la renovación de capacidadeseducativas, de un control social redefinido y de nuevasigualdades en la división de los roles del trabajo y de lasfunciones; dicho de otra manera, en la posibilidad de afirmaruna identidad por el trabajo que sea compatible con las de lasociedad civil. De la misma manera que la gestión feudal delas regiones y de las aldeas se transformó progresivamente engestión republicana de las comunas, de la misma manera quela empresa autoritaria y el aislamiento tecnocrático seconvirtieron en una institución fundamental de la vida denuestra sociedad, es en la misma modernización a través de laformas nuevas de las organizaciones flexibles, aceptables paratoda la sociedad entera, que se deben inventar las formaspertinentes de una civilización a venir, esa es precisamente lalección mayor de la cultura de la empresa, no una comunidadaislada, sino una parte activa de la sociedad entera.

3. Paradojas del “humanismo”organizacional

Hacia organizaciones más humanas. Pensamiento queencierra un reclamo en la modernidad organizacional.Autores como Burrel, Morgan, Chanlat, Aktouf y Montaño,

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por mencionar algunos, discuten desde sus trincherasacadémicas la configuración de propuestas que analizan elhumanismo en las organizaciones. Neo humanismo,neoweberianismo radical, neorelacionismo humano sonalgunos de los enfoques teóricos que contienen la demandaconstante de devolver al hombre su esencia en el ámbitoorganizacional.

Los estudios organizacionales contemporáneosconstruyen argumentos a favor del rescate del carácterhumano de las organizaciones. Argumentos que alimentanel debate actual entre discurso y realidad y que expresan laparadoja entre las propuestas contemporáneas emanadas delnuevo discurso organizacional: mientras por un lado se hablade valores, participación, capacidades creativas, por el otrose sostiene el adelgazamiento, la reingeniería de procesos,y el trabajo libre.

Como se puede deducir de los apartados anteriores,es posible identificar ejes comunes que atraviesan por lasteorías convencionales y las prácticas organizacionales quedominaron el siglo XX y que definen la paradoja del “discursohumanista” en el análisis organizacional. Recorramosbrevemente las bases epistemológicas que sustentaron eldesarrollo del pensamiento moderno de las organizacionespara aproximarnos al entendimiento de dicha paradoja.Tomamos como punto de partida la constitución de latrilogía que ha dominado en el pensamiento convencionalde las organizaciones y que perdura hasta nuestros días.Esta trilogía está constituida por la racionalidad instrumental,el positivismo-evolucionismo y el individualismo.

Racionalidad instrumental

Hasta el siglo XIX, el fisicalismo antropológico sosteníaque la diferencia entre el hombre y el animal se sustentabaen sus características físicas, corpóreas. Sin embargo,Kenneth Oakley (citado por Miranda, 1996: 15), señala quetras el descubrimiento de las nuevas formas fósiles, ya no esposible sustentar una definición del hombre basado en rasgospuramente corpóreos y anatómicos. Con ello se reafirmaque la diferencia entre el hombre y el animal es laracionalidad. Es decir, que el hombre por naturaleza esracional.

En la modernidad, la racionalidad ha sido explicada

desde diferentes perspectivas. Marx, por ejemplo, distingueal hombre del animal a partir de la racionalidad instrumental,cuando define al primero como “animal que fabricainstrumentos”. Desde la perspectiva de Weber, laracionalidad se define como utilitaria y consiste en establecerlos medios adecuados para la obtención de los fines que sepersiguen. Pero partir de estas definiciones no facilita ladistinción del hombre del animal, ya que hay múltiplesejemplos en la naturaleza que nos permiten observar ciertasimilitud con los animales. Las telarañas, el panal, el nidoson representaciones que se pueden incluir en el conceptode racionalidad instrumental. En este orden de ideas, sepuede pensar que otra característica que hace diferente alser humano de los animales es su capacidad para diseñar yconstruir estructuras organizacionales específicas parasatisfacer sus necesidades individuales, grupales,organizacionales y sociales.

Por otro lado, para Charles Taylor esta tendenciamodernizante significa el eclipse de los fines frente a unaracionalidad instrumental desenfrenada. Estas definicionesde racionalidad son las que han dominado en el ámbito delas organizaciones modernas y se consolidan socialmenteen la empresa.

Sin embargo, la diferencia profunda entre hombre yanimal se sustenta en la racionalidad moral. Sobre estadiscusión, Miranda sostiene que:

“... la racionalidad que si distingue al hombre delanimal es la racionalidad moral, y esa es la que la civilizaciónoccidental está impulsando; la historia ha venido haciendohombre al hombre por primera vez. Antes era animal... Estaracionalidad consiste en la convicción de que la verdad esconocible y demostrable y en la decisión de sólo adoptarconcepciones del mundo cuando se demuestren verdaderasy rechazarlas cuando se demuestren falsas.” (Miranda,96: 34)

Desde la perspectiva de la teoría de la acción, sepueden identificar diversas racionalidades influyendo unascon otras, en función del tipo de acción que se trate (vercuadro 1). En este sentido, Habermas (1976) propone trestipos de acción:1. La acción instrumental o teleológica, que se orienta a un

fin a alcanzar en el mundo de las cosas. Implica latransformación del mundo físico y material y está

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sometida a la racionalidad instrumental. Los criterios devalidación de esta racionalidad son lo verdadero y loeficaz. Cuando esta acción apunta hacia un objetivomaterial y se utiliza o manipula a personas intercaladasentre el sujeto que actúa y el objetivo a alcanzar, se tratade una acción estratégica.

2. La acción moral-práctica se orienta hacia elentendimiento; es el soporte de la convivencia y se refierea la vida buena. Esta acción está encaminada hacia lasociedad, el vínculo social y el civismo ordinario. Estaacción apunta esencialmente a un objetivo relacionadocon la convivencia y la calidad de vida. Se le denominamoral práctica por que el término práctica se opone a loinstrumental. Esto es, que lo que interesa son los asuntoshumanos. Por ello, la racionalidad de esta acción sedesigna con el nombre de racionalidad respecto denormas o valores o racionalidad axiológica. Los criteriosde validación de la racionalidad axiológica no son loverdadero y lo eficaz, sino lo justo (o injusto), loequitativo.

3. La acción expresiva se constituye por las formas en lascuales la acción debe ponerse en escena, para que sulegitimidad, su justificación, puedan ser comprendidaspor los demás. Esta acción se vincula con la dimensiónintersubjetiva, inherente a toda acción. Se deriva de lateoría de la puesta en escena de la vida cotidianapropuesta por Goffman y se refiere al lugar, el tiempo yel contexto cultural, social e histórico de la acción. Laracionalidad que corresponde a esta acción es laracionalidad con respecto a la presentación de sí mismo

o racionalidad dramatúrgica. Los criterios de validaciónson la veracidad, la autenticidad y la coherencia expresiva.

Es importante destacar que, en términos generales,toda acción se despliega simultáneamente en los tresmundos. Pero, como señala Dejours: “… inversamente noexiste acción puramente instrumental o puramente moral opuramente expresiva. Toda acción en un mundo tieneincidencia en los otros dos.” (Dejours, 1998: 78). En estesentido, la realidad organizacional no puede ser ajena a laconvivencia plurirracional y, parafraseando a Dejours, nohay una racionalidad puramente instrumental o puramenteaxiológica o puramente dramatúrgica. Sin embargo, lospostulados del pensamiento administrativo y organizacionalse enfocan principalmente en la racionalidad instrumental.De ahí la importancia de incorporar en el pensamientoorganizacional contemporáneo la reflexión en torno a laconvivencia de las diversas racionalidades y alcuestionamiento del dominio, casi exclusivo, de laracionalidad instrumental. Este es un paso hacia una visiónmás humanista de la organización.

Positivismo y evolucionismo

El origen de la teoría de sistemas en las ciencias socialesque constituyó la base conceptual del pensamientoorganizacional de la primera mitad del siglo XX, se encuentraen la influencia de pensadores positivistas y evolucionistasdel siglo XIX. Entre ellos destacan las figuras de AugustoComte, John Stuart Mill, Herbert Spencer y Emilio Durkheim.

En la obra de Augusto Comte (1798-1857) seestablece que bajo un historicismo abstracto se da unaprogresión en el desarrollo de la mente humana que transitade un pensamiento teológico hacia uno metafísico, parafinalmente llegar a uno positivista. Este autor tambiénargumenta la existencia de una jerarquía en las cienciasdonde las matemáticas se encuentran en la base y lasociología en la parte más superior, si bien todas las cienciasatraviesan, de manera secuencial, cada una de las tres fasesmencionadas: la teológica, la metafísica y la positiva. Lainvestigación positivista se basa en la idea de que solo sepuede alcanzar el verdadero conocimiento a partir defenómenos explícitos y de las relaciones entre ellos: losargumentos o planteamientos significativos son aquellos que

Cuadro 1. Acción y racionalidadAcción Racionalidad Mundo Criterios

de ValidaciónTeleológica Cognitiva Objetivo Verdado estratégica instrumental o Eficacia

respecto de un finMoral-práctica Axiológica o Social Justo

respecto de normas Equitativoy valores

Expresiva Dramatúrgica o Subjetivo Veracidadrespecto de la Autenticidadpresentación de Coherenciasí mismo expresiva

(Fuente: Dejours, 1998: 78, modificado por el autor)

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pueden ser probados y posiblemente refutados. Este métodopositivista, retomado de modelos de las ciencias naturales,utiliza tanto las metáforas mecánica y orgánica paradesarrollar un enfoque sistémico y holístico en el análisissocial. Este método es la base para el diseño de un granesquema positivista a partir del cual planear la reconstrucciónde la sociedad, un esquema que específica la combinaciónde aquellos elementos sociales que son pragmáticamenteviables. Desde este marco de ideas, la visión es un mundodonde la racionalidad científica proporcione las bases parala regulación del orden social.

Uno de los ejemplos más claros de la aplicación delos principios del positivismo de Comte en el pensamientoorganizacional, lo podemos encontrar en la obra de Simoncuando incorpora estos postulados en la definición quepropone para la ciencia administrativa:

“Las proposiciones referentes a los procesosadministrativos serán científicas en tanto se les puedanaplicar los términos de ‘verdad’ y de ‘falsedad’, en el sentidofáctico. Inversamente, si puede atribuirse verdad o falsedada una proposición relativa a los procesos administrativos,esa proposición es científica.” (Simon, 1978: 236).

Al centro del pensamiento de John Stuart Mill (1806-1873) se encuentra la creencia de que sólo puede ser objetode conocimiento aquello que provenga de nuestrasexperiencias directas y lo que puede ser inferido de ellas.Este autor establece, en primer término, las reglas de lainferencia inductiva a partir de las cuales se puede inferirproposiciones generales de hechos individuales y,posteriormente, las reglas de inferencia deductiva utilizadaspara explicar casos específicos a través de deducirlos deleyes generales y condiciones antecedentes. Mill sostieneque nosotros podemos deducir leyes intermedias de leyesmás generales y superiores. Su trabajo es central para eldesarrollo de la ortodoxia sociológica y sus criterios acercade lo que hace científica a la ciencia han formado partedurante mucho tiempo del instrumental intelectual de losteóricos sociales. En su visión, una disciplina se hace máscientífica en la medida que sus leyes se hacen más generales,cubren una amplia variedad de eventualidades y tienen pocasexcepciones. En resumen, las disciplinas se hacen máscientíficas en la medida que sus estructuras lógicas seasemejan más a la mecánica newtoniana, la cual ha sido

durante mucho tiempo el paradigma científico de losempiristas.

Esta tendencia metodológica se puede encontrar enlas propuestas de administración y teoría de lasorganizaciones que intentan establecer leyes universales, loque desde esta perspectiva significa que la disciplina se hacemás científica.

Entre los ejemplos de pensamiento administrativo yorganizacional que aplican esta metodología podemosmencionar, entre otros, la Administración Científica deFrederick W. Taylor y la aplicación del método científicoen la administración o la propuesta de Simon basada en elpositivismo lógico orientado a la constitución de la cienciaadministrativa; o el Nuevo Institucionalismo Económico deWilliamson, que considera que la empresa es una institucióncon estructura racional de carácter normativo para laorganización de la actividad económica y que busca laeficacia.

Herbert Spencer (1820-1895) es un tercer pensador,cuyas ideas apuntalan el desarrollo de la ortodoxiasociológica. Los dos principales temas de su obra son suanálisis de la analogía organicista y su análisis del procesode evolución. Spencer sugiere que la evolución de lassociedades, como superorganismos, es un proceso semejantea la evolución de las especies. Sin embargo, el propósito noes simplemente ilustrar que el patrón de cambio es el mismoen los dos casos (diferenciación e integración progresivas)sino que tal cambio es realizado a través de mecanismosanálogos. El sugiere que las sociedades, como losorganismos, exhiben una gran diversidad de grados decomplejidad estructural, la cual puede ser medida entérminos del número de formas diferentes de las partes delas cuales una estructura está compuesta. El argumento deSpencer propone que una mayor diferenciación de estructuraprovoca una mayor integración del todo, lo cual a su vezhace a la estructura más capaz para sobrevivir a través dereducir la disonancia interna. En Spencer, nosotros podemosobservar los fundamentos del análisis de los fenómenossociales en términos de estructura y función y la visión dela sociedad como un sistema autorregulador. Estos conceptosconstituyen la base para el desarrollo del pensamientoconvencional de la administración y las teoríasorganizacionales.

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Emilio Durkheim (1858-1917) considera que llegaráel tiempo en que la Sociología avance al nivel donde lateoría social gobierne la práctica, es decir, donde la sociologíaproporcione las reglas de acción para el futuro. En su trabajopropone que se puede definir un fenómeno en términos decaracterísticas externas que clasifican conjuntamente lasinstancias del fenómeno bajo estudio y que estas instanciasson producidas por una sola causa la cual proporciona laesencia del fenómeno (reduccionismo). Durkheimargumenta que a través del análisis de las leyes externamenteobservables nosotros podemos discernir la naturaleza de lasreglas morales subyacentes de una sociedad y por lo tantolas bases de su orden social o de su solidaridad. El estáimplicado inicialmente con el análisis de aquellas tendenciassociales que forman la base de la solidaridad y de los hechossociales externos (obligaciones, contratos, deberes ocostumbres) que constriñen o regulan la conducta. El análisisde las tendencias sociales representa uno de los objetivosprincipales de una ciencia de la sociedad. Esto debe seralcanzado a través del descubrimiento de índices estadísticosque deben ser considerados no meramente como el conteode instancias individuales separadas, sino cono índices detendencias sociales.

Una contribución importante de este enfoquemetodológico fue el concepto de anomia, que más adelanteutilizaría las Relaciones Humanas para justificar a la empresamoderna como el antídoto de esta enfermedad social. Yaque, según Elton Mayo, ésta sustituye a la comunidadprimitiva donde el individuo gozaba del reconocimientosocial de la comunidad que se perdió en las complejassociedades modernas.

Por su parte, Knights (1992) sustenta que los estudiospositivistas constituyen actualmente la subjetividad delmanagement a través de sus representaciones. Como ya semencionó, en la perspectiva positivista es común consideraral sujeto como un individuo, como un grupo o una clase deactividades, como si no fueran diferentes, como si fueraniguales al objeto en las ciencias naturales. Así, elconocimiento positivista es tan precario como lascondiciones que lo hacen posible. Por eso su colapso,sostiene el autor, no es una sorpresa.

El autor no intenta desplazar las críticas que se hanhecho a las formas que han asumido el conocimiento

positivista, sino mostrar cómo depende su producción dealgo que no puede conocer o que decide ignorar. Paraalcanzar este fin, recupera el análisis arqueológico ygenealógico de Foucault, que rompe con los conocimientosconstruidos sobre la base de representaciones que creíanreflejar la realidad.

Inicia con una síntesis de las propuestasfundamentales del primer período de la producción deFoucault que se encuentran en la arqueología del saber,donde examina los discursos que reclaman el status deciencia que, por ejemplo, generan representaciones denaturaleza lingüística, económica y biológica, y así, objetivael “habla”, la producción y la vida de los sujetosrespectivamente.

Posteriormente, analiza algunos aspectos relevantesdel período genealógico del mismo autor. A través de lagenealogía, Foucault estudia las formas diversas en las quela objetivación o estereotipación individual o grupal, tieneel efecto de separarlos internamente de ellos mismos yexternamente de los otros. Con ello, se entiende el presentea partir del conocimiento del pasado.

Finalmente incluye el aspecto ético, en el cualFoucault esta relacionado con la subjetivación, o aquellasformas en las cuales el individuo se objetiva así comoreconoce, y convierte en compromiso, un particular sentidode su propia subjetividad. Knights establece un análisiscomparativo entre el pensamiento de Foucault en estos dosperíodos y el pensamiento positivista. Esta comparación seresume en la tabla 2.

Individualismo

Actualmente, el concepto de modernidad está másrelacionado con la liberación de los deseos y con lasatisfacción de las demandas que con el reinado de la razón.Las sociedades no modernas definen al individuo en relaciónal otro al ubicarlo dentro de un conjunto que constituye unactor colectivo. La libertad de cada uno no reconoce otrolímite que la libertad de los demás, lo cual impone aceptarreglas de vida en sociedad.

Cada vez que la imagen de la sociedad moderna sereduce a la imagen de un mercado, ignorando las relacionessociales así como los proyectos individuales y colectivos,

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vemos reaparecer la imagen espantosa de la sociedad demasas. Cada vez que se destruye la idea de sujeto, uno vuelvea caer en la oposición doblemente artificial de laracionalidad instrumental pura y de las muchedumbresirracionales. La única manera de descartar esta interpretaciónmuy superficial, consiste en renunciar a una imagen reductorade la sociedad moderna. Esta no constituye, en modo alguno,una sociedad individualista; el orden jerárquico quecaracteriza las sociedades tradicionales esta reemplazadopor la solidaridad orgánica y sobre todo por relaciones deproducción y de gestión vinculadas a los recursos sociales.Hoy las relaciones sociales de producción se completan conla relación con uno mismo, por la afirmación de un sujetoque se caracteriza por su reivindicación de ser un actor y,por consiguiente, por resistirse a la dominación por las cosas,las técnicas y los lenguajes masivamente difundidos.

El individualismo, si se hace de él un principio generalde definición de la sociedad moderna, la reduce a un modoliberal, mercantil, de modernización. Lo cual equivale aolvidar todas las realidades del trabajo, la producción, laorganización, el poder y la política. Así, la sociedadmoderna no es ni holista ni individualista; es una urdimbrede relaciones de producción y de poder. Es también el terrenodonde aparece el sujeto, no para rehuir las coacciones de latécnica y de la organización, sino para reivindica su derechoa ser actor.

En la teoría de las organizaciones, al igual que enotras disciplinas sociales, se da un retorno a los conceptoscentrados sobre la persona, que se explica como lareintroducción del individuo en las sociedades como unhecho universal, oponiéndose a visiones mecanicistas ydeterministas. Asimilar al individuo como actor al interiorde las organizaciones conlleva también la necesidad deentender la significación de estas entidades, ya que no essuficiente la descripción y la explicación, sino también labúsqueda de un sentido: es decir de una aproximaciónontológica. El desarrollo incontrolado de los determinismostécnicos y económicos no considera a la persona humanacomo un centro de interés y de valor, por lo tanto la muertedel hombre se realiza cada día.

La recuperación de la presencia del individuo, contodas sus dimensiones, en la organización (Chanlat, 1990)

Tabla 2 Comparación de los conocimientos positivistas yantipositivistas

Características asociadas con Ideas opuestas a la aproximaciónlas formas positivas positiva del conocimientodel conocimiento (Focault)

Trata la materia de su sujetocomo dado, exactamentecomo en las ciencias naturales.

Desarrolla leyes, reglas oprobabilidades estadísticas,relacionando sus objetosrespectivos.

Adquiere el status de ciencia.

Convierte una parte integral delas relaciones de poder a travésde su impacto sobre los estándaresde salud pública (biología),gramática correcta (lingüística)y management de laeconomía (economía).

Produce verdades (las normas paraque el sujeto sea saludable,“hablante” y productivo) a travésde los efectos del poder.

Rechaza centrarse sólo en lasrepresentaciones de la existenciahumana o reducir la subjetividada una objetivación de“características” subjetivasaparentes; sin embargo, seexamina la matriz de poder, quees el conocimiento para laproducción de talesrepresentaciones, objetivacionesy “características”.

Reconoce las metas de unaciencia del management y lasorganizaciones como un reclamode status, respetabilidad ylegitimación, pero se abre alridículo porque es incapaz deenfrentar el rigor de los métodosque ha estudiado.

Sugiere un análisis que noutiliza exhaustivamente laevidencia para establecer unconjunto de relaciones causalessino selectivamente vuelveinteligible un problema. Esta esuna aproximación genealógica,que despliega las condicionespara hacer posible el desarrollodel conocimiento delmanagement, lo que sugiere elcarácter precario e informal deese conocimiento.

Anima a los teóricos delmanagement y la organización aconfrontar la forma en la que seinfluyen el poder y elconocimiento entre ellosmismos, y para abstenerse delcompromiso de la práctica delpoder proyectan la pretensión desu valor neutral. Se reconoce elconocimiento del managementcomo resultado y contribuciónde un régimen disciplinarioparticular.

Percibe la verdad como unefecto de las relaciones delpoder y del saber más que comoresultado de procedimientos ymétodos científicos correctos.

Fuente: David Knights, 1992 (traducción libre).

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representa un desafío novedoso, en la medida que laconstante del modelo burocrático ha sido precisamente lanegación de la especificidad humana, enfatizando sobre todouna visión instrumentalista. El régimen de aceleraciónhistórica en que vivimos provoca que el mundo no cese detransformarse en sus dimensiones materiales y espirituales.En todo momento se realiza un cuestionamiento de lassignificaciones, las transformaciones de la imagen del mundoson correlativas a una transformación de la conciencia delHombre. Una visión teórica que pretenda lograr una mejoraproximación a la comprensión del fenómenoorganizacional debe privilegiar los conceptos de práctica,de praxis, de acción, interacción y experiencia, sin negar alindividuo, colocándolo de manera activa en universos yaestructurados, si bien, también en constante estructuracióny transformación por las prácticas incesantes de los mismosindividuos.

A manera de conclusiones

La noción de humanismo es esencialmente compleja, porlo que se han construido en su entorno múltiplesinterpretaciones e, incluso, se ha puesto en duda supertinencia. Se percibe al ser humano como una entidadsuperior, como un ser complejo, como un instrumento eincluso como amenaza para la vida. El pensamientoorganizacional que ha dominado durante un siglo no escapaa esta paradoja. Un breve recorrido sobre los postuladosorganizacionales nos muestra la diversidad de percepcionesmetafóricas que se tienen de la persona; en ocasiones se leconsidera una pieza de maquinaria o elemento de un sistema

o se ha negado incluso su esencia humana. Es evidente quelas propuestas convencionales han sido incapaces de conciliarla figura del ser humano como sujeto y como objeto de laorganización. También es evidente que no es una tarea fácilencontrar una noción justa del ser humanos en laorganización. Sin embargo, de acuerdo con Touraine (1995),coincidimos en la necesidad de ser cuidadosos en el análisispara evitar caer en las nociones fáciles del ser humanoproductivista o en el otro extremo moralista.

El estudio crítico de las organizaciones constituye unavía para obtener un conocimiento riguroso del humanismoen el ámbito organizacional. Por ello pensamos que unapequeña contribución al mismo puede alcanzarse a partirdel análisis de las fuentes que configuran el perfil de lapersona desde la perspectiva convencional del pensamientoorganizacional. Así, por ejemplo, buscar y entender lasracionalidades que conviven con la racionalidadinstrumental, de tal suerte que sea posible entender alindividuo en la organización en un marco complejoplurracional. Sin descalificar las contribuciones delpensamiento positivista, incorporar el análisis interpretativopara acceder al conocimiento de los aspectos subjetivos delindividuo en la organización. Por último, ampliar la visiónorganizacional del ser humano como ente eminentementeindividualista y competitivo, devolviendo su esencia socialy solidaria en el ámbito organizacional.

En conclusión, no se trata de volver atrás, no se tratade destruir lo que hay, se presenta la imperiosa necesidadde concebir una forma distinta de humanismo y transformarloen las organizaciones. Esto es una utopía y por lo mismoconstituye un reto.

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