Barcelona amaneció espléndida en ese día de...

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Barcelona amaneció espléndida en ese día de primavera del año 1966. El sol entra en fúlgidas oleadas por las ventanas de la sede de la compañía de seguridad Esabe-Express. El inspector de policía don Antonio Barbados Mena con treinta años de servicio en el cuerpo, con varias condecoraciones en su haber como la cruz laureada de San Fernando por el servicio bien realizado en las pesquisas y captura del asesino de la estampita en la capital de España, su cara rebosa felicidad. Su motivo no es otro que la graduación de su hijo Antonio Barbados como vigilante de seguridad en la compañía Esabe-Express. El inspector Mena, como todos le llaman, es un hombre de más de cincuenta y dos años, corpulento, de manos grandes, calzaba una mirada penetrante, de nariz afilada. El pelo lo tiene albo, igual que su bigote, pero todo lo que parece su físico de intimidación, su interior lo tiene de bonachón, de sincero y amigo de sus amigos en los momentos duros. -Por fin, mi hijo empieza a saber lo que quiere ser en esta vida. -Se dirigía con estas palabras al presidente de la empresa Esabe. Después del Bachiller comenzó dando tumbos de trabajo en trabajo, pues lo de clavar los codos en estudio no hubo manera de conseguirlo. Mientras hablaba sostenía en su mano la copa que le había entregadO su interlocutor con su vino moscatel exquisito. -Si, tiene usted toda la razón. los hijos Jlegando a la pubertad, la mayoría son como cajas de sorpresas, si no que me lo digan a mí. El mayor de mis cinco hijos hará tres años que ingresó en la orden de los Benedictinos Descalzos en Zamora. -Contestó el jefe de seguridad con la mirada perdida en el suelo como si pensara en él. El comisario Mena sacó su cajetilla de tabaco ofreciéndole un pitillo a su compañero de tertulia. Los dos daban grandes caladas sentados en sendos butacones en el fondo del salón, mientras a los acordes de un acordeón la mayoría de los allí reunidos danzaban en una pequeña pista improvisada para el momento. La mirada del inspector se clavó en la compañera de baile de su hijo. -Que buen gusto tiene mi hijo Barbados. Sabe elegir de lo bueno lo mejor. No es tonto, no. -Dijo Mena con una sonrisa de pícaro y acercándose la copa a los labios. Con voz pausada contestó Benito, a la sazón jefe de Esabe-Express: -Si supiera usted inspector que esa chica tan mona es mi hija Monserrat, mi tesoro de mi casa. -Pues caballero, le felicito, tiene una chica muy hermosa, es la pura verdad, no le engaño. -Le decía el veterano inspector con un gesto de cabeza afirmativo. -la planta de su chico también impone señor comisario. -Contestó Benito. -No, comisario, todavía no, pero inspector jefe de distrito. Para comisario espero que sea pronto. -Respondió Mena, alisándose su mostacho blanco con los dedos pulgar e índice. 1

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Barcelona amanecioacute espleacutendida en ese diacutea de primavera del antildeo 1966 El sol entra en fuacutelgidas

oleadas por las ventanas de la sede de la compantildeiacutea de seguridad Esabe-Express El inspector de

policiacutea don Antonio Barbados Mena con treinta antildeos de servicio en el cuerpo con varias

condecoraciones en su haber como la cruz laureada de San Fernando por el servicio bien realizado en

las pesquisas y captura del asesino de la estampita en la capital de Espantildea su cara rebosa felicidad

Su motivo no es otro que la graduacioacuten de su hijo Antonio Barbados como vigilante de seguridad en

la compantildeiacutea Esabe-Express El inspector Mena como todos le llaman es un hombre de maacutes de

cincuenta y dos antildeos corpulento de manos grandes calzaba una mirada penetrante de nariz

afilada El pelo lo tiene albo igual que su bigote pero todo lo que parece su fiacutesico de intimidacioacuten su

interior lo tiene de bonachoacuten de sincero y amigo de sus amigos en los momentos duros

-Por fin mi hijo empieza a saber lo que quiere ser en esta vida -Se dirigiacutea con estas palabras al

presidente de la empresa Esabe

Despueacutes del Bachiller comenzoacute dando tumbos de trabajo en trabajo pues lo de clavar los codos en

estudio no hubo manera de conseguirlo Mientras hablaba sosteniacutea en su mano la copa que le habiacutea

entregadO su interlocutor con su vino moscatel exquisito

-Si tiene usted toda la razoacuten los hijos Jlegando a la pubertad la mayoriacutea son como cajas de

sorpresas si no que me lo digan a miacute El mayor de mis cinco hijos haraacute tres antildeos que ingresoacute en la

orden de los Benedictinos Descalzos en Zamora -Contestoacute el jefe de seguridad con la mirada perdida

en el suelo como si pensara en eacutel

El comisario Mena sacoacute su cajetilla de tabaco ofrecieacutendole un pitillo a su compantildeero de tertulia Los

dos daban grandes caladas sentados en sendos butacones en el fondo del saloacuten mientras a los

acordes de un acordeoacuten la mayoriacutea de los alliacute reunidos danzaban en una pequentildea pista improvisada

para el momento La mirada del inspector se clavoacute en la compantildeera de baile de su hijo

-Que buen gusto tiene mi hijo Barbados Sabe elegir de lo bueno lo mejor No es tonto no -Dijo

Mena con una sonrisa de piacutecaro y acercaacutendose la copa a los labios

Con voz pausada contestoacute Benito a la sazoacuten jefe de Esabe-Express

-Si supiera usted inspector que esa chica tan mona es mi hija Monserrat mi tesoro de mi casa

-Pues caballero le felicito tiene una chica muy hermosa es la pura verdad no le engantildeo -Le deciacutea

el veterano inspector con un gesto de cabeza afirmativo

-la planta de su chico tambieacuten impone sentildeor comisario -Contestoacute Benito

-No comisario todaviacutea no pero siacute inspector jefe de distrito Para comisario espero que sea pronto

-Respondioacute Mena alisaacutendose su mostacho blanco con los dedos pulgar e iacutendice

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El acordeoacuten toca en ese instante un tango de Gardel titulado Volver El jefe de distrito el sentildeor Mena

escancia las copas con el exquisito moscatel y dibujando media sonrisa en su boca interpeloacute a su

acompantildeante diciendo

-Volver eso me gustariacutea a miacute volver a esos antildeos pasados en esa comisariacutea de Madrid volver a esas

tardes de toros en las Ventas mis paseos por el Retiro con mi primera novieta una cordobesa de

ojazos como lunas llenas Teniacutea una mirada devoradora y un culito respingoacuten junto con sus

voluminosos pechos que me hicieron perder siete kilos en quince diacuteas

El inspector dejoacute escapar un corto suspiro de relajacioacuten removieacutendose en el silloacuten El Jefe de

seguridad dijo solemne

-Sentildeor Mena siento curiosidad como pudo capturar al asesino de la estampita si no pudo ni la

Interpol incluso dijeron que participoacute el FBI sin resultado alguno

El candidato a comisario el dulce moscatel le estaba dando unos masajes en su hiacutegado a la vez le

haciacutea soltar la sin hueso

-Amigo miacuteo es la hora que nos hablemos de tuacute a tuacute porque mi chico y su chica puede que en un

futuro no lejano lleguen a formalizar sus relaciones

Mientras hablaba su mirada cruzoacute el saloacuten posaacutendose en la pareja que apartada de las miradas

indiscretas se haciacutean carantofias el uno al otro Volvieron a prender fuego a dos cigarrillos dejando

escapar dos bocanadas de humo azulado que sus volutas se perdiacutean entre las grandes laacutemparas de

arantildea que colgaban del techo Las pobladas cejas de Mena se arquearon y comenzoacute contando el

episodio del asesino de laestampita Sus palabras estaban impregnadas de sinceridad Todo empezoacute

en aquella comisariacutea de Madrid de la calle Fuencarral Un compafiero de servicio cierta mantildeana

habiacutea salido del turno de noche y al llegar a casa se encontroacute con un pastel espeluznante su esposa e

hija de tres afios habiacutean sido degolladas con santildea por el agresor que fue una agresora su misma

vecina de rellano Motivo cosas de faldas El marido de la asesina se las entendiacutea con la viacutectima

desde haciacutea antildeos El joven subinspector llamado Cobos embarco en una depresioacuten de caballo que le

llevoacute a coger la baja del cuerpo Mi amistad con eacutel era excelente Varias tardes le visitaba en su casa

para darle aacutenimos Como mi traslado era inminente para presentarme aquiacute en la ciudad Condal le di

mi teleacutefono anotaacutendoselo en una de las estampitas que siempre llevo conmigo Una San Antonio de

Padua patroacuten de Portugal y de los albantildeiles La botella de jerez habiacutea llegado a su fin porque la luz

que entraba por uno de los ventanales la haciacutea transparente Pasaron varios antildeos cuando llegoacute una

llamada confidencial a mi departamento del comisario jefe de Madrid Era la quinta viacutectima en cuatro

meses que moriacutea degollada pero con una particularidad todas teniacutean una estampita pegada a su

frente Me marcheacute a la capital instalaacutendome en el barrio Chamberiacute en busca del criminal Por los

rumores que el asesino podiacutea vivir alliacute seguacuten las pesquisas Su interlocutor se rascoacute sus sienes y

atolondrado y perplejo dijo

-iquestSoacutelo asesinaba a mujeres

-Efectivamente amigo miacuteo solo a mujeres Asiacute que me presenteacute en la escena del crimen Una

sobrina del marqueacutes Ripalda que viviacutea cerca del Pardo Entreacute en el dormitorio lo que vi me ahorrareacute

de contaacuterselo solo que la estampita de San Antonio estaba pegada a su frente como un sello de

correos La despegueacute le mireacute el reverso por casualidad y aHiacute estaban los nuacutemeros que yo anoteacute

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aquella tarde en casa de mi amigo Cobas Todo lo demaacutes fue faacutecil El subinspector Cobas nunca salioacute

de su terrible depresioacuten que llegoacute a convertirse en esquizofrenia y no seacute que maacutes En su locura por la

muerte de su nintildea Vesposa a manos de esa mujer su obstinacioacuten fue asesinar mujeres por el mismo

meacutetodo que fueron asesinados el deguumlello con un corte limpio en el cueJlo

El jefe de Esabe-Express dijo consternado

-y por queacute motivo les pegaba la estampa de un santo en la frente pregunto yo

El inspector Mena sintioacute por su cuerpo un calor abrumador por los efectos del jerez que se aflojoacute el

nudo de la corbata y quitaacutendosela americana respondioacute

-Cuando yo le detuve en su domicilio de Chamberiacute antes de que entrara nadie me explicoacute que la

estampca era para que no murieran en pecado mortal Yo saqueacute en conclusioacuten que despueacutes de

asesinarlas sentiacutea arrepentimiento como se sentiacutea muy catoacutelico el santo en la frente seriacutea para que

entraran en el cielo con el alma limpia de pecados

Su hijo Barbados junto a su compantildeera de baile se acercaron a ellos con una sonrisa de felicidad

Despueacutes de las presentaciones y besos de rigor salieron los cuatro en direccioacuten a la calle El sol va

bantildeando lentamente las blancas y grises fachadas del gran barrio donde estaban Aquel edificio de

donde saliacutean estaba en alto los cuatro caminabancaJle abajo en busca 1Je sus automoacuteviles Desde

alliacute el panorama de parte de la ciudad era grandioso lo mismo que el oleaje de los tejados y terrazas

La primavera irrumpiacutea con su aliento caacutelido en todo el paisaje de calles y avenidas de Barcelona A lo

lejos se distinguiacutean las torres de las iglesias con sus veletas y pararrayos que pareciacutean agujas desde

alliacute Llegaron a una plazoleta donde frondosos aacuterholes con su sombra daban cobijo al SEAT negro del

sentildeor Mena ya pocos metros el MERCEDES del sentildeor Benito Llegaron al caseroacuten donde viviacutea el jefe

de seguridad de Esabe Este se alzaba en el centro de una arboleda a lo alto de una calle angosta y

serpenteante Aparcaron los coches y pasaron al primoroso jardiacuten que habiacutea delante de aquella

mansioacuten

Barbados fue ahora cuando pudo contemplar la belleza a plena luz del diacutea de su compantildeera de baile

y arrumacos llamada Monserrat Su rostro era ovalado suavemente moreno sus labios carnosos

rojos como amapolas su busto no muy grande pero si terso y duro como ello sintioacute al estrecharlo

en el baile Su cuerpo esbelto y juncal junto con su pelo negro como el azabache haciacutean 1Je ella una

ricura de mujer Pero lo que hechizoacute al hijo del inspector Mena fueron sus ojos almendrados azules

como el mar grandes como luceros y con un brillo especial que le cautivoacute con su mirada Despueacutes de

visitar aquel caseroacuten de ocho alcobas seis bantildeos cocina amplia dos salones y majestuoso comedor

con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones esperaron en una amable charla sentados en

sillones de mimbre en el coqueto jardiacuten bajo la sombra de un frcus y dos fuertes nogales a que

llegara la hora del almuerzo Comieron en el casino de la ciudad Despueacutes de cafeacute el sentildeor Mena y su

anfitrioacuten el sentildeor Benito pasaron a la sala de juegos y lectura del casino

Barbados hijo y Monserrat su compantildeera conversaban animadamente en un sofaacute en un apartado

del saloacuten En eacutel dijo algo al oiacutedo de la chica y eacutesta dejoacute escapar una carcajada de complicidad

mostrando una dentadura blanca y bien alineada que todaviacutea le haciacutea parecer maacutes hermosa

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-Padre me dejas las llaves de tu MERCEDES quiero mostrarle a Barbados varios rincones con sabor

a rancio de la ciudad que eacutel desconoce El responsable de la empresa Esabe le alargoacute las llaves a su

hija dicieacutendole

-Por favor conduce con cuklado~ toda precaucioacuten es pota yno vuelvAS tarde reina ~ue tu madr~

como tu sabes le costoacute la vida

Las uacuteltimas palabras las pronuncioacute con un rictus serio en su cara

El mercedes azul oscuro propiedad del sentildeor Benito cruzoacute varias avenidas y tomoacute una calle cuesta

arriba que moriacutea en el caseroacuten de su padre B sol comenzaba casi a esconderse por el castillo de

Montjuic cuando Monserrat y Antonio Barbados cruzaban el primoroso jardiacuten de la finca Todo lo

que pasoacute despueacutes fue un encadenamiento de cosas que habiacutean pasado desde que se conocieron esa

mantildeana en la improvisada pista de baile El hijo del inspector le acaricioacute sus partes puacutedicas ella no le

fue a la zaga se besaron se abrazaron se prometieron amor eterno de por los siglos de los siglos

como adolescentes que eran y con el primer lucero rebrillando en el firmamento consumieron el

acto sexual con frenesiacute

Pasaron varios antildeos la hija del jefe de Esabe-Express habiacutea dado a luz en la soledad y friacuteo paritorio

del hospital cliacutenico de Barcelona Su padre babia faUecklo hadaseis meses de un infarto cerebraJy

aquel chico llamado Barbados que le prometioacute y le juroacute amor por todos los siglos la abandonoacute una

friacutea y ventosa mantildeana de otontildeo

Como la mala suerte dicen que nunca viene sola ese retontildeo de Monserrat por circunstancias de no

se sabe queacute en ese parto prematuro con cesaacuterea ese nintildeo nacioacute degoA cientos de kiloacutemetros-de

alliacute en la capital del riacuteo Segura llamada Murcia que tambieacuten fue llamada por los aacuterabes Mursiya un

modesto agricultor se afanaba en sus quehaceres agriacutecolas en su pequentildea huerta y un primoroso

jardiacuten que cuida desde un antildeo aproximadamente Se llama Juan Ortiacuten con una hija guapa a rabiar

que todos la llamaban Chari RandariacuteaJos 25 antildeos morena esbelta ojos negrDS como la brea

nariz perfilada labios carnosos busto perfecto Y con un derroche de simpatiacutea que contagia a las

otras personas que dialogan con ella Pero sobresale en toda ella su educacioacuten en el trato con la

gente sus buenos sentimientos

Don Juan Ortiacuten esa mantildeanaredbloacute en su haciendaa su amjgo Ernesto Gomadzquehada antildeos

fueron emigrantes en busca de fortuna en la mecanizada Alemania Juan se volvioacute a Espantildea y su

compantildeero Ernesto se quedoacute allr en la profesioacuten de jardinero con un empresario de una prestigiosa

marca de automoacuteviles Con el sudor de su frente y sus ahorros se instaloacute a las afueras de Berliacuten en

una pequentildea finca olvidada e inerte donde con esmero ypacienclasacoacute a flote unos florjdos

invernaderos desde donde saliacutean las rosas maacutes perfectas con el rojo maacutes intenso y el perfume maacutes

embriagador que jamaacutes el hombre podiacutea imaginar Su secreto no era otro que los rosales los abonaba

en el otontildeo con partiacuteculas y finiacutesimo polvo de minerales como cinc niacutequel cobre plata e infinitas

partiacuteculas del pulido de los djamantes Aquello era todo el secreto que tenian

Juan Ortiacuten abrazoacute a su amigo Ernesto sintiendo un amago de nostalgia al recordar los momentos

difiacuteciles y amargos que pasaron fuera de su tierra en aquellos antildeos

-Juan -dUumlo con voz temblorosa de emocioacuten-te estareacute siempre agradecido desde hoy mismo

abonareacute todos los rosales que tengo en la finca te lo prometo

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Ernesto abrazoacute a su amigo en la despedida no pudiendo evitar emocionarse y sus ojos se llenaron de

laacutegrimas El sol declina por la lejaniacutea de la huerta y Juan ha terminado de fortalecer con esos

minerales todos sus rosales guardando la gran bolsa en el cobertizo de los aperos de labranza

La primavera estaacute llegando a su fin por estas tierras del sureste primavera y verano se diferencian

poco lo que si es cierto es que los rosales del sentildeor Juan estaacuten en plena produccioacuten Ademaacutes de

geranios hortensias margaritas o petunias las rosas de los viveros de Juan se venden nada maacutes que

traspasan la cancela de su finca Queacute aroma queacute color queacute brillo despiden a la luz del sol pero lo

que tiene intrigado a su jardinero es la duracioacuten que mantienen tanto dentro del florero como fuera

Juan no da creacutedito a lo que le ocurren a sus rosales Junto al cuadro que descansa en el mueble del

saloacuten de nuestra patrona la Fuensantica desde hace tres meses y cinco diacuteas dos rosas

aterciopeladas vigilan a la patrona intactas como si hubieran sido cortadas hace horas Pasoacute el

ardoroso verano que pareciacutea no tener fin y nos metimos de lleno en ese septiembre lJamadopor

estas latitudes el veranito de los membrillos

Nuestro amigo Juan Ortiacuten y su belliacutesima hija Chari le faltan manos para poder atender los

innumerables pedidos de plantas y flores que no tienen maacutes remedio que bajarse a la ciudad y

paralelo al mercado de Veroacutenicas en la misma calle instalan provisionalmente un puesto de flores y

plantas para cumplir con sus clientes Alliacute venden infinidad de plantas y accesorios para ellas como

abono y fertilizantes las partiacuteculas de minerales regalo de su amigo Ernesto estaacuten guardadas bajo

llave en su cobertizo ese es su secreto y su gran tesoro que a nadie revelaraacute Sus rosas rojas

valencianas siguen vendjeacutendosecomo el pan de cada diacutea siguen con esa frescura esa lozaniacutea y ese

aroma a bienestar que nos relaja los sentidos desde el primer diacutea que se cortan Esa mantildeana

septembrina su hija Chari ha vendido cinco rosales maravillosos cuatro cubos de flores recieacuten

cortadas e innumerables plantas se nota en el ambiente que por la tarde bajan a hombros a nuestra

Fuensantica la patrona desde su santuario que tiene arriba en el monte La gente se prepara para

recibirla como ella se merece pues raro es el murciano que si no reza una oracioacuten en el diacutea por

Ella no tiene en casa en presencia de todos o en la intimidad de su alcoba una fotografiacutea e incluso

una sencilla estampa para pedirle salud por todos los suyos Casi era la hora de recoger ese

primoroso jardiacuten ambulante y desmontable El sacerdote se quedoacute como petrificadocomo una

estatua de sal como le ocurrioacute a la esposa de Lot seguacuten cuentan las Escrituras El paacuterroco de la santa

Catedral don Faustino Prieto estaba atolondrado y perplejo mirando el florido rosal que todaviacutea no

habiacutea sido vendido dijo con voz entrecortada

-Que cosa maacutes divina crea la madre naturaleza jamaacutes he visto un rosal de esas caracteriacutesticas con

maacutes de veinte rosas grandes como puntildeos rojas como la sangre que derramoacute Jesuacutes en la cruz

A la vez sus fosas nasales aspiraron la fragancia que impregnaba todo el tenderete de flores que

pareciacutea haberle dejado aturdido Chari ante tanta alabanza a su rosal demostroacute su buen corazoacuten que

teniacutea y tiene dicieacutendole

-Padre por ese piropo tan acertado para con mis flores quiero regalarle ese rosal que tanto alaba

usted

Don Faustino quedoacute sorprendido por tanta generosidad de la chica No sabiacutea que responder pues el

hermoso rosal su precio rondaba las 300 pesetas Ahora es una cantidad ridIcula pero en esos antildeos

casi una fortuna para un hogar

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-Vamos hacer lo siguiente -le contestoacute el sacerdote que frisaba los 50 antildeos de pelo rojizo pecoso

entrado en kilos de ojos marrones pero con la mirada risuentildea infantil que le hacia parecer buena

gente-como esta tarde bajan a nuestra querida patrona la Morenica yo le pongo ese rosal tan

primoroso y para cuando viaje otra vez hacia su santuario yo se lo devuelvo intacto y asiacute no pierde

usted y yo puedo contemplar esa joya a los pies de la Santiacutesima durante varios diacuteas

Dicho y hecho el sacerdote salioacute feliz y contento con su rosal bien empaquetado en una amplia caja

de cartoacuten mientras Chari lo despediacutea con un hasta pronto y una sonrisa agradable

Los cohetes surcaban el aire de esa tarde septembrina cuando nuestra patrona bajaba el Puente de

los Peligros seguida por numerosos fieles devotos de Ella A los gritos de iexclViva la Virgen de la

Fuensanta iexclViva Viva Estaacute llegando a las puertas de la santa Catedral la banda de muacutesica

municipal hace estallar en el aire los sones del himno Nacional el gentiacuteo que abarrota la plaza guarda

silencio y creo que la mayoriacutea de los alliacute presentes sienten en su interior una congoja como si ese

himno fuese un pedazo de nuestros seres maacutes queridos presentes y fallecidos Nuestra patrona se

pierde en la oscuridad de la catedral mientras la muacutesica sigue sonando y el silencio solo es roto por el

uacuteltimo trueno sentildeal para la terminacioacuten del himno

Don Faustino Prieto cuando la capiUa se encontraba en silencio casi era la hora de cerrar las puertas

del templo cogioacute una escalera y trepando hasta los pies de la Virgen con la ayuda del sacristaacuten

colocoacute con mucho mimo el fresco y florido rosal prestado por Chari Como no encajaba bien en los

pies de la gran Sentildeora por las muacuteltiples flores que adornaban su camariacuten don Faustino lo hizo

descansar sobre su manto tan primorosamente bordado Aquello pareciacutea como un reguero de sangre

que moriacutea en su corazoacuten y tambieacuten en el color de la que derramoacute su Hijo en la cruz El sacerdote se

arrodilloacute ante la Virgen y rezoacute clavando la mirada al majestuoso rosal que pareciacutea tener vida no

pudiendo evitar emocionarse se levantoacute y se hizo sobre la frente la sentildeal de la cruz despueacutes se

apagaron las luces y todo el camariacuten quedoacute en silencio e inundado de paz

A tres calles de la Catedral en un edificio de Plateriacutea con sabor antildeejo por los antildeos construido en

cuyo bajo habiacutea una joyeriacutea regentada por un joyero de prestigio de la capital en su tercer y uacuteltimo

piso viviacutean un matrimonio sin hijos que el marido un especialista y cirujano en corazoacuten con un

prestigio reconocido en Espantildea y fuera de ella haciacutea Juatro antildeos que se habiacutean trasladado a Murcia

por estar cerca de los padres de su esposa Carmen Pitaluga que asiacute se llamaba ella y eacutel don Timoteo

Aranda Rondariacutea el cirujano unos 45 antildeos moreno alto fuerte y ancho de espaldas sus dedos

largos y robustos no eran oacutebice para tener una seguridad y delicadeza en el manejo del bisturiacute en

hacer un corte limpio y seguro en el interior de sus pacientes

Don Timoteo habiacutea salido de la ducha y con voz eneacutergica dijo

-Carmen espero que tengas mantildeana el tema del calentador solucionado no estoy dispuesto a

ducharme maacutes con agua friacutea

Su esposa posoacute su mirada de sumisioacuten en la cara de eacutel haciendo con la cabeza un gesto afirmativo

Pasados veinte minutos don Timoteo dando voces malsonantes saliendo del dormitorio arrojoacute con

fuerza la camisa hecha un ovillo sobre la cara de ella

-Estoy harto de decirte que quiero los cuellos de las camisas almidonados

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Gritaba poniendo la cara a centiacutemetros de ella con los ojos inyectados de ira La sentildeora Pitaluga se

perdioacute cuando le replicoacute con voz envalentonada

-Mira lo que te digo Timoteo solo tengo dos manos para solucionarte tus caprichos en tu ropa

como grabar tu nombre en cada una de tus prendas con hilo de plata tus zapatos bien lustrosos tus

corbatas

Dontildea Carmen no pudo terminar la frase la mano grande y fuerte de su esposo se estrelloacute en su cara

como una piedra en un cristal despueacutes sintioacute un golpe seco en su vientre y un dolor intenso le hizo

desplomarse sobre el sofaacute

-Si no es daacutendote paJos no haces caso no aprendes de una vez por todas y mira que hace quince

diacuteas te prometiacute que no te pegariacutea maacutes Pero tuacute me obligas a hacerlo con tus contestaciones

chulescas

El cirujano terminoacute de vestirse observoacute que ella empezaba a incorporarse con gestos de dolor

momento que aprovechoacute para salir de casa dando un tremendo golpe en la puerta al cerrar La

vecina del rellano de esa escalera Dontildea Catalina profesora de solfeo jubilada escuchoacute el estreacutepito

golpe en la puerta y tocoacute el timbre diciendo

-Carmen vecina iquestocurre algo -a la vez que golpeaba la puerta con los nudlHos

Cuando Dontildea Catalina hizo amago de retirarse la puerta se abrioacute y en el umbral se dibujoacute la figura de

Dontildea Carmen Pitaluga con un rictus de dolor y con su mano apoyada en el estomago

-Hija de Dios iquestque te ha pasado -dijo la profesora de solfeo abriendo su boca y poniendo cara de

asombro- Vamos deacutejame pasar que te limpiareacute esa sangre de la nariz

La cara de la esposa del cirujano teniacutea mal aspecto de su nariz un hilillo de sangre corriacutea hacia sus

labios estos comenzaban a inflamarse su ojo izquierdo estaba amoratado con un brillo azulado

Terminada la cura la sentildeora de la casa le dio las gracias a su vecina por tanta amabilidad Dontildea

Catalina le quitoacute importancia diciendo con sequedad

-Jamaacutes mi marido me levantoacute la mano con motivo o sin eacutel faltariacutea maacutes Queacute ganas tengo que

cambie la situacioacuten de la mujer en el mundo no seacute si yo lo vereacute

Acabada la frase Dontildea Carmen rompioacute a llorar y dijo

-Sieacutentese Catalina necesito desahogarme

Las dos mujeres se sentaron en el sofaacute del saloacuten La profesora le cogioacute una mano y dijo solemne

-La escucho con mucha atencioacuten mejor dicho te escucho Carmen Mi esposo Timoteo en el fondo

no es malo es su temperamento y el estreacutes de su trabajo Eacutel me quiere me adora pero de vez en

cuando se le escapa la mano y yo tonta de miacute siempre le perdono

-Sabes lo que te digo Carmen -le interrumpioacute la profesora- que basta ya se acaboacute que te golpee

como una mula recoges tus pertenencias y te marchas

-iquestv hacia donde puedo marcharme si mis padres son mayores y estaacuten enfermos

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Ahora las laacutegrimas corriacutean libremente por la cara de la esposa del cirujano Dontildea Catalinas observoacute

como lloraba su vecina y sintioacute profundas punzadas de rabia en su interior no pudiendo contener que

sus ojos se le arrasaran de laacutegrimas Nuestra querida patrona la Fuensantica haciacutea varios diacuteas que

habiacutea abandonado la ciudad seguida de sus fieles maacutes devotos envuelta en aplausos viacutetores flores y

truenos para descansar en su Santuario del Monte a la espera de la proacutexima primavera para ser

bajada y reconfortar con nueva savia los corazones murcianos

Cuando el sol caiacutea de plano sobre la plaza y la calle de Veroacutenicas el sacerdote con paso cansino

transporta entre sus brazos el florido rosal que le ha sido prestado por la florista Chari

-Buenos diacuteas sentildeorita lo prometido es deuda aquiacute lo tiene tal como me lo lleveacute creo que todaviacutea

mas precioso -dijo el cura dejando con mimo el primoroso rosal en el suelo entre geranios y potas

Chari le sonrioacute daacutendole las gracias El capellaacuten de la catedral prosiguioacute diciendo

-Es una cosa extrantildea todos los rosales pasados siete o diez diacuteas sus rosas se marchitan y se

mueren pero este ha sido al reveacutes sigue en buena lozaniacutea y floreciendo maacutes rosas Por curiosidad

se las conteacute el primer diacutea 25 y hoy sabe las que tiene

Chari se encogioacute de hombros poniendo cara de inocente y dijo

-iquestCuantas tiene padre

-Hija miacutea tiene la edad de Cristo cuando murioacute 33 Estoy completamente anonadado y a la vez

intrigado con este rosal iquestCoacutemo se llama el fertilizante que usa para ellos

Chari se sintioacute como un cazador furtivo que deseas que te revele el secreto de la caza del zorro con

lazo

-Lo siento padre de abonarlos de su poda y riego se preocupa mi padre Solo eacutel sabe el secreto -le

contestoacute la chica poniendo cara de increacutedula

Don Faustino antes de marcharse dijo con media sonrisa en sus labios

-Quiero que sepas que esas rosas de terciopeJo han descansado sobre el manto de la Santiacutesima

Virgen luego estaacuten bendecidas por nuestra Patrona deberiacuteas de subirle su precio

Terminoacute de hablar y dejoacute escapar una corta carcajada que contagioacute a Chari Lejos en Barcelona la

hija del fallecido jefe de seguridad Benito caminaba junto al puerto de mar el agua estaba

tranquila de un azul verdoso apenas rizado por la brisa de poniente de su mano Uevaba a su hijo

Jordi de seis antildeos fruto de aquella tarde de pasioacuten con Antonio Barbados el hijo del inspector Mena

El nintildeo habiacutea nacido ciego Motivo su madre lo ignoraba Seguacuten los doctores un glaucoma

inmadurez de la maacutecula por otros motivos que se desconociacutean Monserrat la madre preguntoacute a los

especialistas si su Jordi podra alguacuten diacutea no lejano ver solamente los objetos borrosos El prestigioso

oftalmoacutelogo Barraquer le vaticinoacute que solo dos maneras teniacutean de recuperar la visioacuten La cirugiacutea

cuando la maacutecula esteacute madura y dos un milagro que nuestra Virgen de Monserrat quiera otorgarle a

este lindo hombrecito y le estampaba un beso en su frente

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Monserrat se dirigiacutea al puerto mariacutetimo para entrevistarse con el responsable de eacutel por la noticia de

que el padre de su pequentildeo habiacutea dado sentildeales en alguacuten punto de Espantildea El pequentildeo Jordi con esa

vocecita que casi no le saliacutea del cuerpo preguntaba muy a menudo

-iquestMami doacutende estaacute mj padre es que yo soy el uacutenico nintildeo de mj colegio que no conoce a su padre

Seacute que no lo puedo ver pero con solo tocar acariciar su cara y besarla yo seriacutea el nintildeo maacutes feliz de

este mundo

y sus ojos sin luz se inundaban de laacutegrimas por todo el carintildeo que le profesaba a su padre sin

conocerlo Monserrat queda conocer el paradero de Barbados Pasoacute al despacho del jefe portuario

El responsable rondariacutea los cincuenta Enjuto en carnes de cara alargada su rostro pareciacutea cincelado

por el sol todo lo contrario que sus brazos pues llevaba una camiseta de tirantes donde los rayos del

sol habiacutean tatuado su blanca piel que casi pareciacutea trasluacutecida

El caballero con la voz tamizada de pesar dijo

-Sentildeora el chico que usted busca lo tuve bajo mis oacuterdenes varios antildeos Era bastante formal

trabajador y honrado pero como casi siempre las malas compantildeiacuteas hacen mella en los corazones

buenos y se fue hundiendo en la bebida Yo puse todo lo que teniacutea a mi alciexclmce como ocultarlo

incluso en mi despacho en ese cuartucho de enseres vjejos -y sentildealaba con la mano la puerta

despintada que habiacutea a su derecha- para que nadie lo viera embriagado Tuve el valor de que

pernoctara en mi casa varias noches con permiso de mi esposa pues no tenemos hijos y tambieacuten

fue inuacutetil Nada pude hacer y una viacutespera de Noche Buena con mi corazoacuten destrozado tuve que

despedirlo Se pasoacute dela raya Me levantoacute la mano y se rompioacute la baraja Pasado un tiempo recibiacute

una carta suya pidieacutendome disculpas Empezamos a cartearnos y hasta la fecha que espero carta

porque lleva sin escribirme maacutes de cuatro meses

Monserrat no pudo contenerse maacutes dicieacutendole con una voz sin calidez

-Pero hombre de Dios diacutegame donde se encuentra

-Perdoacuten perdoacuten sentildeora en Murcia se encuentra en Murcia

Monserrat de la mano de su hijo se habiacutea despedido del jefe portuario sintiendo en su interior un

amago de nostalgia al recordar lo feliz que fue el tiempo que estuvo en los brazos del hijo del

inspector Mena Lo amoacute locamente sin cortapisas sin importarle nada pero eacutel no supo

corresponderle Se asustoacute el diacutea que le dijo que esperaba un hijo suyo y se esfumoacute una semana antes

de que ella diera luz a la criatura Pero esa criatura ya teniacutea seis antildeos y toda su obsesioacuten no era otra

que palpar acariciar y besar el rostro de su padre pues en su colegio de ciegos y sordomudos

diariamente escuchaba las voces los besos y las carcajadas de las madres y padres de sus

compantildeeros de pupitre

El sol estaba alto y la bruma se desvaneciacutea por el puerto y sus calles Monserrat habiacutea cerrado el

portaloacuten de la mansioacuten heredada de su padre El sol se escondiacutea entre el follaje de los majestuosos

aacuterboles del jardiacuten El taxi paroacute a la entrada del recinto vallado tocando el claxon dos veces la madre

y el hijo bajaron la escalinata de mamposteriacutea de la residencia introducieacutendose en el vehiacuteculo El

taxista subioacute en dos zancadas las escaleras y comenzoacute a bajar el voluminoso equipaje de Monserrat

Una vez terminado yel choacutefer al volante dijo ella

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-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no

seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo

Jordi su hijo le respondioacute

-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin

seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes

La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas

de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos

se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se

encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su

uacuteltimo paciente

Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en

la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de

Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en

varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores

El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la

vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de

primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino

con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de

viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para

viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la

compantildeiacutea Esabe-Express

Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos

en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa

de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni

festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la

jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su

residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana

urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su

flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se

correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la

penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su

novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos

Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como

mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute

estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un

embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no

es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las

malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana

saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el

despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la

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soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la

plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones

de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con

cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para

que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del

Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones

llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un

jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que

el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los

tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su

almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik

Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre

que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro

pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba

Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo

Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el

reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don

Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el

esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora

del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de

los caballeros como si fuese un Roberto Valentino

El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora

Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la

circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma

hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer

la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada

escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara

con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle

Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos

En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le

de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella

Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su

paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada

por la sorpresa dijo

-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat

Ella contestoacute

-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo

jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde

En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos

abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas

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-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre

Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con

la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute

-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre

La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su

madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor

-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento

El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara

- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado

La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su

mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se

fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on

emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo

-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa

y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la

cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta

-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo

-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute

Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo

con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la

casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga

Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal

Al uniacutesono las dos dijeron

-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal

-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella

Monserrat le contestoacute

-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes

Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico

-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra

Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con

una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V

Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la

Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras

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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado

aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada

El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara

con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la

puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio

-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la

voz

Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el

delantal

- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa

y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten

Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo

- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu

obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa

Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su

mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de

la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave

-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi

interior calmaacutendome mi nerviosismo

-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas

La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el

beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa

Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo

-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad

-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece

que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios

miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder

para transformarlo

Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo

zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y

el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos

En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos

Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no

se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla

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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la

Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio

es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte

-iquestEstas en casa reina

El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute

profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones

exclamando

-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale

Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la

estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel

dijo solemne

-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres

-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado

lamentable en que ha quedado tu esmoquin

Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y

perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la

taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color

blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda

claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un

escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz

Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le

caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por

segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y

latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano

se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo

-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico

perdoacutename

y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas

abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por

su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el

manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten

La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja

cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios

anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel

Menchoacuten Galiana

Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos

Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno

de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten

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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel

Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su

pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo

-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje

de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa

de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la

generosidad

Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a

borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en

puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en

sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza

un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez

Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones

del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En

mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su

interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma

embriagador

Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a

la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios

inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute

sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de

posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se

arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos

rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la

noche se dirigioacute a su hijo diciendo

-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas

quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo

El criacuteo le respondioacute~

-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana

-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella

Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi

-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre

El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo

-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y

ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel

La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder

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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y

te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo

El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas

teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables

Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute

la noche en el sofaacute del saloacuten

Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute

exclamando

-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver

Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama

Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo

alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto

contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a

sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se

poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas

resbalaban por las mejillas

-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un

milagro

la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo

-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo

despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me

ha regalado

Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo

diciendo

-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos

El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia

resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden

imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para

darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen

Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino

Nunca lo sabremos amigo lector

Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias

de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don

Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un

compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos

que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro

colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con

dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don

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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije

-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se

lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se

apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un

cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta

-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo

-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono

Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al

Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron

Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su

hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle

Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas

buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy

Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez

M urda a 1 de mayo de 2006

Page 2: Barcelona amaneció espléndida en ese día de …dibujo.ramondelaguila.com/Aquel_Rosal/aquel_rosal.pdf · con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones, esperaron en una amable

El acordeoacuten toca en ese instante un tango de Gardel titulado Volver El jefe de distrito el sentildeor Mena

escancia las copas con el exquisito moscatel y dibujando media sonrisa en su boca interpeloacute a su

acompantildeante diciendo

-Volver eso me gustariacutea a miacute volver a esos antildeos pasados en esa comisariacutea de Madrid volver a esas

tardes de toros en las Ventas mis paseos por el Retiro con mi primera novieta una cordobesa de

ojazos como lunas llenas Teniacutea una mirada devoradora y un culito respingoacuten junto con sus

voluminosos pechos que me hicieron perder siete kilos en quince diacuteas

El inspector dejoacute escapar un corto suspiro de relajacioacuten removieacutendose en el silloacuten El Jefe de

seguridad dijo solemne

-Sentildeor Mena siento curiosidad como pudo capturar al asesino de la estampita si no pudo ni la

Interpol incluso dijeron que participoacute el FBI sin resultado alguno

El candidato a comisario el dulce moscatel le estaba dando unos masajes en su hiacutegado a la vez le

haciacutea soltar la sin hueso

-Amigo miacuteo es la hora que nos hablemos de tuacute a tuacute porque mi chico y su chica puede que en un

futuro no lejano lleguen a formalizar sus relaciones

Mientras hablaba su mirada cruzoacute el saloacuten posaacutendose en la pareja que apartada de las miradas

indiscretas se haciacutean carantofias el uno al otro Volvieron a prender fuego a dos cigarrillos dejando

escapar dos bocanadas de humo azulado que sus volutas se perdiacutean entre las grandes laacutemparas de

arantildea que colgaban del techo Las pobladas cejas de Mena se arquearon y comenzoacute contando el

episodio del asesino de laestampita Sus palabras estaban impregnadas de sinceridad Todo empezoacute

en aquella comisariacutea de Madrid de la calle Fuencarral Un compafiero de servicio cierta mantildeana

habiacutea salido del turno de noche y al llegar a casa se encontroacute con un pastel espeluznante su esposa e

hija de tres afios habiacutean sido degolladas con santildea por el agresor que fue una agresora su misma

vecina de rellano Motivo cosas de faldas El marido de la asesina se las entendiacutea con la viacutectima

desde haciacutea antildeos El joven subinspector llamado Cobos embarco en una depresioacuten de caballo que le

llevoacute a coger la baja del cuerpo Mi amistad con eacutel era excelente Varias tardes le visitaba en su casa

para darle aacutenimos Como mi traslado era inminente para presentarme aquiacute en la ciudad Condal le di

mi teleacutefono anotaacutendoselo en una de las estampitas que siempre llevo conmigo Una San Antonio de

Padua patroacuten de Portugal y de los albantildeiles La botella de jerez habiacutea llegado a su fin porque la luz

que entraba por uno de los ventanales la haciacutea transparente Pasaron varios antildeos cuando llegoacute una

llamada confidencial a mi departamento del comisario jefe de Madrid Era la quinta viacutectima en cuatro

meses que moriacutea degollada pero con una particularidad todas teniacutean una estampita pegada a su

frente Me marcheacute a la capital instalaacutendome en el barrio Chamberiacute en busca del criminal Por los

rumores que el asesino podiacutea vivir alliacute seguacuten las pesquisas Su interlocutor se rascoacute sus sienes y

atolondrado y perplejo dijo

-iquestSoacutelo asesinaba a mujeres

-Efectivamente amigo miacuteo solo a mujeres Asiacute que me presenteacute en la escena del crimen Una

sobrina del marqueacutes Ripalda que viviacutea cerca del Pardo Entreacute en el dormitorio lo que vi me ahorrareacute

de contaacuterselo solo que la estampita de San Antonio estaba pegada a su frente como un sello de

correos La despegueacute le mireacute el reverso por casualidad y aHiacute estaban los nuacutemeros que yo anoteacute

2

aquella tarde en casa de mi amigo Cobas Todo lo demaacutes fue faacutecil El subinspector Cobas nunca salioacute

de su terrible depresioacuten que llegoacute a convertirse en esquizofrenia y no seacute que maacutes En su locura por la

muerte de su nintildea Vesposa a manos de esa mujer su obstinacioacuten fue asesinar mujeres por el mismo

meacutetodo que fueron asesinados el deguumlello con un corte limpio en el cueJlo

El jefe de Esabe-Express dijo consternado

-y por queacute motivo les pegaba la estampa de un santo en la frente pregunto yo

El inspector Mena sintioacute por su cuerpo un calor abrumador por los efectos del jerez que se aflojoacute el

nudo de la corbata y quitaacutendosela americana respondioacute

-Cuando yo le detuve en su domicilio de Chamberiacute antes de que entrara nadie me explicoacute que la

estampca era para que no murieran en pecado mortal Yo saqueacute en conclusioacuten que despueacutes de

asesinarlas sentiacutea arrepentimiento como se sentiacutea muy catoacutelico el santo en la frente seriacutea para que

entraran en el cielo con el alma limpia de pecados

Su hijo Barbados junto a su compantildeera de baile se acercaron a ellos con una sonrisa de felicidad

Despueacutes de las presentaciones y besos de rigor salieron los cuatro en direccioacuten a la calle El sol va

bantildeando lentamente las blancas y grises fachadas del gran barrio donde estaban Aquel edificio de

donde saliacutean estaba en alto los cuatro caminabancaJle abajo en busca 1Je sus automoacuteviles Desde

alliacute el panorama de parte de la ciudad era grandioso lo mismo que el oleaje de los tejados y terrazas

La primavera irrumpiacutea con su aliento caacutelido en todo el paisaje de calles y avenidas de Barcelona A lo

lejos se distinguiacutean las torres de las iglesias con sus veletas y pararrayos que pareciacutean agujas desde

alliacute Llegaron a una plazoleta donde frondosos aacuterholes con su sombra daban cobijo al SEAT negro del

sentildeor Mena ya pocos metros el MERCEDES del sentildeor Benito Llegaron al caseroacuten donde viviacutea el jefe

de seguridad de Esabe Este se alzaba en el centro de una arboleda a lo alto de una calle angosta y

serpenteante Aparcaron los coches y pasaron al primoroso jardiacuten que habiacutea delante de aquella

mansioacuten

Barbados fue ahora cuando pudo contemplar la belleza a plena luz del diacutea de su compantildeera de baile

y arrumacos llamada Monserrat Su rostro era ovalado suavemente moreno sus labios carnosos

rojos como amapolas su busto no muy grande pero si terso y duro como ello sintioacute al estrecharlo

en el baile Su cuerpo esbelto y juncal junto con su pelo negro como el azabache haciacutean 1Je ella una

ricura de mujer Pero lo que hechizoacute al hijo del inspector Mena fueron sus ojos almendrados azules

como el mar grandes como luceros y con un brillo especial que le cautivoacute con su mirada Despueacutes de

visitar aquel caseroacuten de ocho alcobas seis bantildeos cocina amplia dos salones y majestuoso comedor

con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones esperaron en una amable charla sentados en

sillones de mimbre en el coqueto jardiacuten bajo la sombra de un frcus y dos fuertes nogales a que

llegara la hora del almuerzo Comieron en el casino de la ciudad Despueacutes de cafeacute el sentildeor Mena y su

anfitrioacuten el sentildeor Benito pasaron a la sala de juegos y lectura del casino

Barbados hijo y Monserrat su compantildeera conversaban animadamente en un sofaacute en un apartado

del saloacuten En eacutel dijo algo al oiacutedo de la chica y eacutesta dejoacute escapar una carcajada de complicidad

mostrando una dentadura blanca y bien alineada que todaviacutea le haciacutea parecer maacutes hermosa

3

-Padre me dejas las llaves de tu MERCEDES quiero mostrarle a Barbados varios rincones con sabor

a rancio de la ciudad que eacutel desconoce El responsable de la empresa Esabe le alargoacute las llaves a su

hija dicieacutendole

-Por favor conduce con cuklado~ toda precaucioacuten es pota yno vuelvAS tarde reina ~ue tu madr~

como tu sabes le costoacute la vida

Las uacuteltimas palabras las pronuncioacute con un rictus serio en su cara

El mercedes azul oscuro propiedad del sentildeor Benito cruzoacute varias avenidas y tomoacute una calle cuesta

arriba que moriacutea en el caseroacuten de su padre B sol comenzaba casi a esconderse por el castillo de

Montjuic cuando Monserrat y Antonio Barbados cruzaban el primoroso jardiacuten de la finca Todo lo

que pasoacute despueacutes fue un encadenamiento de cosas que habiacutean pasado desde que se conocieron esa

mantildeana en la improvisada pista de baile El hijo del inspector le acaricioacute sus partes puacutedicas ella no le

fue a la zaga se besaron se abrazaron se prometieron amor eterno de por los siglos de los siglos

como adolescentes que eran y con el primer lucero rebrillando en el firmamento consumieron el

acto sexual con frenesiacute

Pasaron varios antildeos la hija del jefe de Esabe-Express habiacutea dado a luz en la soledad y friacuteo paritorio

del hospital cliacutenico de Barcelona Su padre babia faUecklo hadaseis meses de un infarto cerebraJy

aquel chico llamado Barbados que le prometioacute y le juroacute amor por todos los siglos la abandonoacute una

friacutea y ventosa mantildeana de otontildeo

Como la mala suerte dicen que nunca viene sola ese retontildeo de Monserrat por circunstancias de no

se sabe queacute en ese parto prematuro con cesaacuterea ese nintildeo nacioacute degoA cientos de kiloacutemetros-de

alliacute en la capital del riacuteo Segura llamada Murcia que tambieacuten fue llamada por los aacuterabes Mursiya un

modesto agricultor se afanaba en sus quehaceres agriacutecolas en su pequentildea huerta y un primoroso

jardiacuten que cuida desde un antildeo aproximadamente Se llama Juan Ortiacuten con una hija guapa a rabiar

que todos la llamaban Chari RandariacuteaJos 25 antildeos morena esbelta ojos negrDS como la brea

nariz perfilada labios carnosos busto perfecto Y con un derroche de simpatiacutea que contagia a las

otras personas que dialogan con ella Pero sobresale en toda ella su educacioacuten en el trato con la

gente sus buenos sentimientos

Don Juan Ortiacuten esa mantildeanaredbloacute en su haciendaa su amjgo Ernesto Gomadzquehada antildeos

fueron emigrantes en busca de fortuna en la mecanizada Alemania Juan se volvioacute a Espantildea y su

compantildeero Ernesto se quedoacute allr en la profesioacuten de jardinero con un empresario de una prestigiosa

marca de automoacuteviles Con el sudor de su frente y sus ahorros se instaloacute a las afueras de Berliacuten en

una pequentildea finca olvidada e inerte donde con esmero ypacienclasacoacute a flote unos florjdos

invernaderos desde donde saliacutean las rosas maacutes perfectas con el rojo maacutes intenso y el perfume maacutes

embriagador que jamaacutes el hombre podiacutea imaginar Su secreto no era otro que los rosales los abonaba

en el otontildeo con partiacuteculas y finiacutesimo polvo de minerales como cinc niacutequel cobre plata e infinitas

partiacuteculas del pulido de los djamantes Aquello era todo el secreto que tenian

Juan Ortiacuten abrazoacute a su amigo Ernesto sintiendo un amago de nostalgia al recordar los momentos

difiacuteciles y amargos que pasaron fuera de su tierra en aquellos antildeos

-Juan -dUumlo con voz temblorosa de emocioacuten-te estareacute siempre agradecido desde hoy mismo

abonareacute todos los rosales que tengo en la finca te lo prometo

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Ernesto abrazoacute a su amigo en la despedida no pudiendo evitar emocionarse y sus ojos se llenaron de

laacutegrimas El sol declina por la lejaniacutea de la huerta y Juan ha terminado de fortalecer con esos

minerales todos sus rosales guardando la gran bolsa en el cobertizo de los aperos de labranza

La primavera estaacute llegando a su fin por estas tierras del sureste primavera y verano se diferencian

poco lo que si es cierto es que los rosales del sentildeor Juan estaacuten en plena produccioacuten Ademaacutes de

geranios hortensias margaritas o petunias las rosas de los viveros de Juan se venden nada maacutes que

traspasan la cancela de su finca Queacute aroma queacute color queacute brillo despiden a la luz del sol pero lo

que tiene intrigado a su jardinero es la duracioacuten que mantienen tanto dentro del florero como fuera

Juan no da creacutedito a lo que le ocurren a sus rosales Junto al cuadro que descansa en el mueble del

saloacuten de nuestra patrona la Fuensantica desde hace tres meses y cinco diacuteas dos rosas

aterciopeladas vigilan a la patrona intactas como si hubieran sido cortadas hace horas Pasoacute el

ardoroso verano que pareciacutea no tener fin y nos metimos de lleno en ese septiembre lJamadopor

estas latitudes el veranito de los membrillos

Nuestro amigo Juan Ortiacuten y su belliacutesima hija Chari le faltan manos para poder atender los

innumerables pedidos de plantas y flores que no tienen maacutes remedio que bajarse a la ciudad y

paralelo al mercado de Veroacutenicas en la misma calle instalan provisionalmente un puesto de flores y

plantas para cumplir con sus clientes Alliacute venden infinidad de plantas y accesorios para ellas como

abono y fertilizantes las partiacuteculas de minerales regalo de su amigo Ernesto estaacuten guardadas bajo

llave en su cobertizo ese es su secreto y su gran tesoro que a nadie revelaraacute Sus rosas rojas

valencianas siguen vendjeacutendosecomo el pan de cada diacutea siguen con esa frescura esa lozaniacutea y ese

aroma a bienestar que nos relaja los sentidos desde el primer diacutea que se cortan Esa mantildeana

septembrina su hija Chari ha vendido cinco rosales maravillosos cuatro cubos de flores recieacuten

cortadas e innumerables plantas se nota en el ambiente que por la tarde bajan a hombros a nuestra

Fuensantica la patrona desde su santuario que tiene arriba en el monte La gente se prepara para

recibirla como ella se merece pues raro es el murciano que si no reza una oracioacuten en el diacutea por

Ella no tiene en casa en presencia de todos o en la intimidad de su alcoba una fotografiacutea e incluso

una sencilla estampa para pedirle salud por todos los suyos Casi era la hora de recoger ese

primoroso jardiacuten ambulante y desmontable El sacerdote se quedoacute como petrificadocomo una

estatua de sal como le ocurrioacute a la esposa de Lot seguacuten cuentan las Escrituras El paacuterroco de la santa

Catedral don Faustino Prieto estaba atolondrado y perplejo mirando el florido rosal que todaviacutea no

habiacutea sido vendido dijo con voz entrecortada

-Que cosa maacutes divina crea la madre naturaleza jamaacutes he visto un rosal de esas caracteriacutesticas con

maacutes de veinte rosas grandes como puntildeos rojas como la sangre que derramoacute Jesuacutes en la cruz

A la vez sus fosas nasales aspiraron la fragancia que impregnaba todo el tenderete de flores que

pareciacutea haberle dejado aturdido Chari ante tanta alabanza a su rosal demostroacute su buen corazoacuten que

teniacutea y tiene dicieacutendole

-Padre por ese piropo tan acertado para con mis flores quiero regalarle ese rosal que tanto alaba

usted

Don Faustino quedoacute sorprendido por tanta generosidad de la chica No sabiacutea que responder pues el

hermoso rosal su precio rondaba las 300 pesetas Ahora es una cantidad ridIcula pero en esos antildeos

casi una fortuna para un hogar

5

-Vamos hacer lo siguiente -le contestoacute el sacerdote que frisaba los 50 antildeos de pelo rojizo pecoso

entrado en kilos de ojos marrones pero con la mirada risuentildea infantil que le hacia parecer buena

gente-como esta tarde bajan a nuestra querida patrona la Morenica yo le pongo ese rosal tan

primoroso y para cuando viaje otra vez hacia su santuario yo se lo devuelvo intacto y asiacute no pierde

usted y yo puedo contemplar esa joya a los pies de la Santiacutesima durante varios diacuteas

Dicho y hecho el sacerdote salioacute feliz y contento con su rosal bien empaquetado en una amplia caja

de cartoacuten mientras Chari lo despediacutea con un hasta pronto y una sonrisa agradable

Los cohetes surcaban el aire de esa tarde septembrina cuando nuestra patrona bajaba el Puente de

los Peligros seguida por numerosos fieles devotos de Ella A los gritos de iexclViva la Virgen de la

Fuensanta iexclViva Viva Estaacute llegando a las puertas de la santa Catedral la banda de muacutesica

municipal hace estallar en el aire los sones del himno Nacional el gentiacuteo que abarrota la plaza guarda

silencio y creo que la mayoriacutea de los alliacute presentes sienten en su interior una congoja como si ese

himno fuese un pedazo de nuestros seres maacutes queridos presentes y fallecidos Nuestra patrona se

pierde en la oscuridad de la catedral mientras la muacutesica sigue sonando y el silencio solo es roto por el

uacuteltimo trueno sentildeal para la terminacioacuten del himno

Don Faustino Prieto cuando la capiUa se encontraba en silencio casi era la hora de cerrar las puertas

del templo cogioacute una escalera y trepando hasta los pies de la Virgen con la ayuda del sacristaacuten

colocoacute con mucho mimo el fresco y florido rosal prestado por Chari Como no encajaba bien en los

pies de la gran Sentildeora por las muacuteltiples flores que adornaban su camariacuten don Faustino lo hizo

descansar sobre su manto tan primorosamente bordado Aquello pareciacutea como un reguero de sangre

que moriacutea en su corazoacuten y tambieacuten en el color de la que derramoacute su Hijo en la cruz El sacerdote se

arrodilloacute ante la Virgen y rezoacute clavando la mirada al majestuoso rosal que pareciacutea tener vida no

pudiendo evitar emocionarse se levantoacute y se hizo sobre la frente la sentildeal de la cruz despueacutes se

apagaron las luces y todo el camariacuten quedoacute en silencio e inundado de paz

A tres calles de la Catedral en un edificio de Plateriacutea con sabor antildeejo por los antildeos construido en

cuyo bajo habiacutea una joyeriacutea regentada por un joyero de prestigio de la capital en su tercer y uacuteltimo

piso viviacutean un matrimonio sin hijos que el marido un especialista y cirujano en corazoacuten con un

prestigio reconocido en Espantildea y fuera de ella haciacutea Juatro antildeos que se habiacutean trasladado a Murcia

por estar cerca de los padres de su esposa Carmen Pitaluga que asiacute se llamaba ella y eacutel don Timoteo

Aranda Rondariacutea el cirujano unos 45 antildeos moreno alto fuerte y ancho de espaldas sus dedos

largos y robustos no eran oacutebice para tener una seguridad y delicadeza en el manejo del bisturiacute en

hacer un corte limpio y seguro en el interior de sus pacientes

Don Timoteo habiacutea salido de la ducha y con voz eneacutergica dijo

-Carmen espero que tengas mantildeana el tema del calentador solucionado no estoy dispuesto a

ducharme maacutes con agua friacutea

Su esposa posoacute su mirada de sumisioacuten en la cara de eacutel haciendo con la cabeza un gesto afirmativo

Pasados veinte minutos don Timoteo dando voces malsonantes saliendo del dormitorio arrojoacute con

fuerza la camisa hecha un ovillo sobre la cara de ella

-Estoy harto de decirte que quiero los cuellos de las camisas almidonados

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Gritaba poniendo la cara a centiacutemetros de ella con los ojos inyectados de ira La sentildeora Pitaluga se

perdioacute cuando le replicoacute con voz envalentonada

-Mira lo que te digo Timoteo solo tengo dos manos para solucionarte tus caprichos en tu ropa

como grabar tu nombre en cada una de tus prendas con hilo de plata tus zapatos bien lustrosos tus

corbatas

Dontildea Carmen no pudo terminar la frase la mano grande y fuerte de su esposo se estrelloacute en su cara

como una piedra en un cristal despueacutes sintioacute un golpe seco en su vientre y un dolor intenso le hizo

desplomarse sobre el sofaacute

-Si no es daacutendote paJos no haces caso no aprendes de una vez por todas y mira que hace quince

diacuteas te prometiacute que no te pegariacutea maacutes Pero tuacute me obligas a hacerlo con tus contestaciones

chulescas

El cirujano terminoacute de vestirse observoacute que ella empezaba a incorporarse con gestos de dolor

momento que aprovechoacute para salir de casa dando un tremendo golpe en la puerta al cerrar La

vecina del rellano de esa escalera Dontildea Catalina profesora de solfeo jubilada escuchoacute el estreacutepito

golpe en la puerta y tocoacute el timbre diciendo

-Carmen vecina iquestocurre algo -a la vez que golpeaba la puerta con los nudlHos

Cuando Dontildea Catalina hizo amago de retirarse la puerta se abrioacute y en el umbral se dibujoacute la figura de

Dontildea Carmen Pitaluga con un rictus de dolor y con su mano apoyada en el estomago

-Hija de Dios iquestque te ha pasado -dijo la profesora de solfeo abriendo su boca y poniendo cara de

asombro- Vamos deacutejame pasar que te limpiareacute esa sangre de la nariz

La cara de la esposa del cirujano teniacutea mal aspecto de su nariz un hilillo de sangre corriacutea hacia sus

labios estos comenzaban a inflamarse su ojo izquierdo estaba amoratado con un brillo azulado

Terminada la cura la sentildeora de la casa le dio las gracias a su vecina por tanta amabilidad Dontildea

Catalina le quitoacute importancia diciendo con sequedad

-Jamaacutes mi marido me levantoacute la mano con motivo o sin eacutel faltariacutea maacutes Queacute ganas tengo que

cambie la situacioacuten de la mujer en el mundo no seacute si yo lo vereacute

Acabada la frase Dontildea Carmen rompioacute a llorar y dijo

-Sieacutentese Catalina necesito desahogarme

Las dos mujeres se sentaron en el sofaacute del saloacuten La profesora le cogioacute una mano y dijo solemne

-La escucho con mucha atencioacuten mejor dicho te escucho Carmen Mi esposo Timoteo en el fondo

no es malo es su temperamento y el estreacutes de su trabajo Eacutel me quiere me adora pero de vez en

cuando se le escapa la mano y yo tonta de miacute siempre le perdono

-Sabes lo que te digo Carmen -le interrumpioacute la profesora- que basta ya se acaboacute que te golpee

como una mula recoges tus pertenencias y te marchas

-iquestv hacia donde puedo marcharme si mis padres son mayores y estaacuten enfermos

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Ahora las laacutegrimas corriacutean libremente por la cara de la esposa del cirujano Dontildea Catalinas observoacute

como lloraba su vecina y sintioacute profundas punzadas de rabia en su interior no pudiendo contener que

sus ojos se le arrasaran de laacutegrimas Nuestra querida patrona la Fuensantica haciacutea varios diacuteas que

habiacutea abandonado la ciudad seguida de sus fieles maacutes devotos envuelta en aplausos viacutetores flores y

truenos para descansar en su Santuario del Monte a la espera de la proacutexima primavera para ser

bajada y reconfortar con nueva savia los corazones murcianos

Cuando el sol caiacutea de plano sobre la plaza y la calle de Veroacutenicas el sacerdote con paso cansino

transporta entre sus brazos el florido rosal que le ha sido prestado por la florista Chari

-Buenos diacuteas sentildeorita lo prometido es deuda aquiacute lo tiene tal como me lo lleveacute creo que todaviacutea

mas precioso -dijo el cura dejando con mimo el primoroso rosal en el suelo entre geranios y potas

Chari le sonrioacute daacutendole las gracias El capellaacuten de la catedral prosiguioacute diciendo

-Es una cosa extrantildea todos los rosales pasados siete o diez diacuteas sus rosas se marchitan y se

mueren pero este ha sido al reveacutes sigue en buena lozaniacutea y floreciendo maacutes rosas Por curiosidad

se las conteacute el primer diacutea 25 y hoy sabe las que tiene

Chari se encogioacute de hombros poniendo cara de inocente y dijo

-iquestCuantas tiene padre

-Hija miacutea tiene la edad de Cristo cuando murioacute 33 Estoy completamente anonadado y a la vez

intrigado con este rosal iquestCoacutemo se llama el fertilizante que usa para ellos

Chari se sintioacute como un cazador furtivo que deseas que te revele el secreto de la caza del zorro con

lazo

-Lo siento padre de abonarlos de su poda y riego se preocupa mi padre Solo eacutel sabe el secreto -le

contestoacute la chica poniendo cara de increacutedula

Don Faustino antes de marcharse dijo con media sonrisa en sus labios

-Quiero que sepas que esas rosas de terciopeJo han descansado sobre el manto de la Santiacutesima

Virgen luego estaacuten bendecidas por nuestra Patrona deberiacuteas de subirle su precio

Terminoacute de hablar y dejoacute escapar una corta carcajada que contagioacute a Chari Lejos en Barcelona la

hija del fallecido jefe de seguridad Benito caminaba junto al puerto de mar el agua estaba

tranquila de un azul verdoso apenas rizado por la brisa de poniente de su mano Uevaba a su hijo

Jordi de seis antildeos fruto de aquella tarde de pasioacuten con Antonio Barbados el hijo del inspector Mena

El nintildeo habiacutea nacido ciego Motivo su madre lo ignoraba Seguacuten los doctores un glaucoma

inmadurez de la maacutecula por otros motivos que se desconociacutean Monserrat la madre preguntoacute a los

especialistas si su Jordi podra alguacuten diacutea no lejano ver solamente los objetos borrosos El prestigioso

oftalmoacutelogo Barraquer le vaticinoacute que solo dos maneras teniacutean de recuperar la visioacuten La cirugiacutea

cuando la maacutecula esteacute madura y dos un milagro que nuestra Virgen de Monserrat quiera otorgarle a

este lindo hombrecito y le estampaba un beso en su frente

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Monserrat se dirigiacutea al puerto mariacutetimo para entrevistarse con el responsable de eacutel por la noticia de

que el padre de su pequentildeo habiacutea dado sentildeales en alguacuten punto de Espantildea El pequentildeo Jordi con esa

vocecita que casi no le saliacutea del cuerpo preguntaba muy a menudo

-iquestMami doacutende estaacute mj padre es que yo soy el uacutenico nintildeo de mj colegio que no conoce a su padre

Seacute que no lo puedo ver pero con solo tocar acariciar su cara y besarla yo seriacutea el nintildeo maacutes feliz de

este mundo

y sus ojos sin luz se inundaban de laacutegrimas por todo el carintildeo que le profesaba a su padre sin

conocerlo Monserrat queda conocer el paradero de Barbados Pasoacute al despacho del jefe portuario

El responsable rondariacutea los cincuenta Enjuto en carnes de cara alargada su rostro pareciacutea cincelado

por el sol todo lo contrario que sus brazos pues llevaba una camiseta de tirantes donde los rayos del

sol habiacutean tatuado su blanca piel que casi pareciacutea trasluacutecida

El caballero con la voz tamizada de pesar dijo

-Sentildeora el chico que usted busca lo tuve bajo mis oacuterdenes varios antildeos Era bastante formal

trabajador y honrado pero como casi siempre las malas compantildeiacuteas hacen mella en los corazones

buenos y se fue hundiendo en la bebida Yo puse todo lo que teniacutea a mi alciexclmce como ocultarlo

incluso en mi despacho en ese cuartucho de enseres vjejos -y sentildealaba con la mano la puerta

despintada que habiacutea a su derecha- para que nadie lo viera embriagado Tuve el valor de que

pernoctara en mi casa varias noches con permiso de mi esposa pues no tenemos hijos y tambieacuten

fue inuacutetil Nada pude hacer y una viacutespera de Noche Buena con mi corazoacuten destrozado tuve que

despedirlo Se pasoacute dela raya Me levantoacute la mano y se rompioacute la baraja Pasado un tiempo recibiacute

una carta suya pidieacutendome disculpas Empezamos a cartearnos y hasta la fecha que espero carta

porque lleva sin escribirme maacutes de cuatro meses

Monserrat no pudo contenerse maacutes dicieacutendole con una voz sin calidez

-Pero hombre de Dios diacutegame donde se encuentra

-Perdoacuten perdoacuten sentildeora en Murcia se encuentra en Murcia

Monserrat de la mano de su hijo se habiacutea despedido del jefe portuario sintiendo en su interior un

amago de nostalgia al recordar lo feliz que fue el tiempo que estuvo en los brazos del hijo del

inspector Mena Lo amoacute locamente sin cortapisas sin importarle nada pero eacutel no supo

corresponderle Se asustoacute el diacutea que le dijo que esperaba un hijo suyo y se esfumoacute una semana antes

de que ella diera luz a la criatura Pero esa criatura ya teniacutea seis antildeos y toda su obsesioacuten no era otra

que palpar acariciar y besar el rostro de su padre pues en su colegio de ciegos y sordomudos

diariamente escuchaba las voces los besos y las carcajadas de las madres y padres de sus

compantildeeros de pupitre

El sol estaba alto y la bruma se desvaneciacutea por el puerto y sus calles Monserrat habiacutea cerrado el

portaloacuten de la mansioacuten heredada de su padre El sol se escondiacutea entre el follaje de los majestuosos

aacuterboles del jardiacuten El taxi paroacute a la entrada del recinto vallado tocando el claxon dos veces la madre

y el hijo bajaron la escalinata de mamposteriacutea de la residencia introducieacutendose en el vehiacuteculo El

taxista subioacute en dos zancadas las escaleras y comenzoacute a bajar el voluminoso equipaje de Monserrat

Una vez terminado yel choacutefer al volante dijo ella

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-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no

seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo

Jordi su hijo le respondioacute

-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin

seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes

La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas

de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos

se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se

encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su

uacuteltimo paciente

Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en

la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de

Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en

varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores

El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la

vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de

primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino

con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de

viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para

viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la

compantildeiacutea Esabe-Express

Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos

en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa

de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni

festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la

jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su

residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana

urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su

flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se

correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la

penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su

novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos

Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como

mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute

estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un

embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no

es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las

malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana

saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el

despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la

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soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la

plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones

de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con

cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para

que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del

Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones

llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un

jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que

el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los

tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su

almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik

Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre

que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro

pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba

Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo

Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el

reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don

Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el

esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora

del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de

los caballeros como si fuese un Roberto Valentino

El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora

Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la

circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma

hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer

la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada

escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara

con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle

Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos

En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le

de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella

Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su

paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada

por la sorpresa dijo

-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat

Ella contestoacute

-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo

jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde

En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos

abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas

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-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre

Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con

la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute

-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre

La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su

madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor

-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento

El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara

- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado

La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su

mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se

fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on

emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo

-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa

y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la

cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta

-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo

-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute

Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo

con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la

casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga

Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal

Al uniacutesono las dos dijeron

-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal

-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella

Monserrat le contestoacute

-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes

Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico

-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra

Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con

una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V

Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la

Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras

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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado

aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada

El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara

con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la

puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio

-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la

voz

Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el

delantal

- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa

y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten

Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo

- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu

obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa

Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su

mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de

la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave

-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi

interior calmaacutendome mi nerviosismo

-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas

La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el

beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa

Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo

-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad

-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece

que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios

miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder

para transformarlo

Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo

zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y

el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos

En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos

Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no

se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla

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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la

Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio

es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte

-iquestEstas en casa reina

El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute

profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones

exclamando

-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale

Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la

estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel

dijo solemne

-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres

-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado

lamentable en que ha quedado tu esmoquin

Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y

perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la

taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color

blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda

claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un

escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz

Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le

caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por

segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y

latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano

se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo

-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico

perdoacutename

y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas

abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por

su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el

manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten

La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja

cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios

anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel

Menchoacuten Galiana

Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos

Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno

de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten

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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel

Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su

pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo

-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje

de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa

de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la

generosidad

Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a

borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en

puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en

sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza

un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez

Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones

del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En

mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su

interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma

embriagador

Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a

la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios

inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute

sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de

posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se

arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos

rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la

noche se dirigioacute a su hijo diciendo

-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas

quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo

El criacuteo le respondioacute~

-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana

-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella

Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi

-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre

El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo

-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y

ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel

La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder

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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y

te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo

El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas

teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables

Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute

la noche en el sofaacute del saloacuten

Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute

exclamando

-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver

Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama

Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo

alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto

contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a

sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se

poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas

resbalaban por las mejillas

-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un

milagro

la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo

-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo

despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me

ha regalado

Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo

diciendo

-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos

El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia

resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden

imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para

darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen

Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino

Nunca lo sabremos amigo lector

Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias

de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don

Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un

compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos

que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro

colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con

dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don

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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije

-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se

lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se

apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un

cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta

-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo

-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono

Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al

Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron

Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su

hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle

Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas

buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy

Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez

M urda a 1 de mayo de 2006

Page 3: Barcelona amaneció espléndida en ese día de …dibujo.ramondelaguila.com/Aquel_Rosal/aquel_rosal.pdf · con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones, esperaron en una amable

aquella tarde en casa de mi amigo Cobas Todo lo demaacutes fue faacutecil El subinspector Cobas nunca salioacute

de su terrible depresioacuten que llegoacute a convertirse en esquizofrenia y no seacute que maacutes En su locura por la

muerte de su nintildea Vesposa a manos de esa mujer su obstinacioacuten fue asesinar mujeres por el mismo

meacutetodo que fueron asesinados el deguumlello con un corte limpio en el cueJlo

El jefe de Esabe-Express dijo consternado

-y por queacute motivo les pegaba la estampa de un santo en la frente pregunto yo

El inspector Mena sintioacute por su cuerpo un calor abrumador por los efectos del jerez que se aflojoacute el

nudo de la corbata y quitaacutendosela americana respondioacute

-Cuando yo le detuve en su domicilio de Chamberiacute antes de que entrara nadie me explicoacute que la

estampca era para que no murieran en pecado mortal Yo saqueacute en conclusioacuten que despueacutes de

asesinarlas sentiacutea arrepentimiento como se sentiacutea muy catoacutelico el santo en la frente seriacutea para que

entraran en el cielo con el alma limpia de pecados

Su hijo Barbados junto a su compantildeera de baile se acercaron a ellos con una sonrisa de felicidad

Despueacutes de las presentaciones y besos de rigor salieron los cuatro en direccioacuten a la calle El sol va

bantildeando lentamente las blancas y grises fachadas del gran barrio donde estaban Aquel edificio de

donde saliacutean estaba en alto los cuatro caminabancaJle abajo en busca 1Je sus automoacuteviles Desde

alliacute el panorama de parte de la ciudad era grandioso lo mismo que el oleaje de los tejados y terrazas

La primavera irrumpiacutea con su aliento caacutelido en todo el paisaje de calles y avenidas de Barcelona A lo

lejos se distinguiacutean las torres de las iglesias con sus veletas y pararrayos que pareciacutean agujas desde

alliacute Llegaron a una plazoleta donde frondosos aacuterholes con su sombra daban cobijo al SEAT negro del

sentildeor Mena ya pocos metros el MERCEDES del sentildeor Benito Llegaron al caseroacuten donde viviacutea el jefe

de seguridad de Esabe Este se alzaba en el centro de una arboleda a lo alto de una calle angosta y

serpenteante Aparcaron los coches y pasaron al primoroso jardiacuten que habiacutea delante de aquella

mansioacuten

Barbados fue ahora cuando pudo contemplar la belleza a plena luz del diacutea de su compantildeera de baile

y arrumacos llamada Monserrat Su rostro era ovalado suavemente moreno sus labios carnosos

rojos como amapolas su busto no muy grande pero si terso y duro como ello sintioacute al estrecharlo

en el baile Su cuerpo esbelto y juncal junto con su pelo negro como el azabache haciacutean 1Je ella una

ricura de mujer Pero lo que hechizoacute al hijo del inspector Mena fueron sus ojos almendrados azules

como el mar grandes como luceros y con un brillo especial que le cautivoacute con su mirada Despueacutes de

visitar aquel caseroacuten de ocho alcobas seis bantildeos cocina amplia dos salones y majestuoso comedor

con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones esperaron en una amable charla sentados en

sillones de mimbre en el coqueto jardiacuten bajo la sombra de un frcus y dos fuertes nogales a que

llegara la hora del almuerzo Comieron en el casino de la ciudad Despueacutes de cafeacute el sentildeor Mena y su

anfitrioacuten el sentildeor Benito pasaron a la sala de juegos y lectura del casino

Barbados hijo y Monserrat su compantildeera conversaban animadamente en un sofaacute en un apartado

del saloacuten En eacutel dijo algo al oiacutedo de la chica y eacutesta dejoacute escapar una carcajada de complicidad

mostrando una dentadura blanca y bien alineada que todaviacutea le haciacutea parecer maacutes hermosa

3

-Padre me dejas las llaves de tu MERCEDES quiero mostrarle a Barbados varios rincones con sabor

a rancio de la ciudad que eacutel desconoce El responsable de la empresa Esabe le alargoacute las llaves a su

hija dicieacutendole

-Por favor conduce con cuklado~ toda precaucioacuten es pota yno vuelvAS tarde reina ~ue tu madr~

como tu sabes le costoacute la vida

Las uacuteltimas palabras las pronuncioacute con un rictus serio en su cara

El mercedes azul oscuro propiedad del sentildeor Benito cruzoacute varias avenidas y tomoacute una calle cuesta

arriba que moriacutea en el caseroacuten de su padre B sol comenzaba casi a esconderse por el castillo de

Montjuic cuando Monserrat y Antonio Barbados cruzaban el primoroso jardiacuten de la finca Todo lo

que pasoacute despueacutes fue un encadenamiento de cosas que habiacutean pasado desde que se conocieron esa

mantildeana en la improvisada pista de baile El hijo del inspector le acaricioacute sus partes puacutedicas ella no le

fue a la zaga se besaron se abrazaron se prometieron amor eterno de por los siglos de los siglos

como adolescentes que eran y con el primer lucero rebrillando en el firmamento consumieron el

acto sexual con frenesiacute

Pasaron varios antildeos la hija del jefe de Esabe-Express habiacutea dado a luz en la soledad y friacuteo paritorio

del hospital cliacutenico de Barcelona Su padre babia faUecklo hadaseis meses de un infarto cerebraJy

aquel chico llamado Barbados que le prometioacute y le juroacute amor por todos los siglos la abandonoacute una

friacutea y ventosa mantildeana de otontildeo

Como la mala suerte dicen que nunca viene sola ese retontildeo de Monserrat por circunstancias de no

se sabe queacute en ese parto prematuro con cesaacuterea ese nintildeo nacioacute degoA cientos de kiloacutemetros-de

alliacute en la capital del riacuteo Segura llamada Murcia que tambieacuten fue llamada por los aacuterabes Mursiya un

modesto agricultor se afanaba en sus quehaceres agriacutecolas en su pequentildea huerta y un primoroso

jardiacuten que cuida desde un antildeo aproximadamente Se llama Juan Ortiacuten con una hija guapa a rabiar

que todos la llamaban Chari RandariacuteaJos 25 antildeos morena esbelta ojos negrDS como la brea

nariz perfilada labios carnosos busto perfecto Y con un derroche de simpatiacutea que contagia a las

otras personas que dialogan con ella Pero sobresale en toda ella su educacioacuten en el trato con la

gente sus buenos sentimientos

Don Juan Ortiacuten esa mantildeanaredbloacute en su haciendaa su amjgo Ernesto Gomadzquehada antildeos

fueron emigrantes en busca de fortuna en la mecanizada Alemania Juan se volvioacute a Espantildea y su

compantildeero Ernesto se quedoacute allr en la profesioacuten de jardinero con un empresario de una prestigiosa

marca de automoacuteviles Con el sudor de su frente y sus ahorros se instaloacute a las afueras de Berliacuten en

una pequentildea finca olvidada e inerte donde con esmero ypacienclasacoacute a flote unos florjdos

invernaderos desde donde saliacutean las rosas maacutes perfectas con el rojo maacutes intenso y el perfume maacutes

embriagador que jamaacutes el hombre podiacutea imaginar Su secreto no era otro que los rosales los abonaba

en el otontildeo con partiacuteculas y finiacutesimo polvo de minerales como cinc niacutequel cobre plata e infinitas

partiacuteculas del pulido de los djamantes Aquello era todo el secreto que tenian

Juan Ortiacuten abrazoacute a su amigo Ernesto sintiendo un amago de nostalgia al recordar los momentos

difiacuteciles y amargos que pasaron fuera de su tierra en aquellos antildeos

-Juan -dUumlo con voz temblorosa de emocioacuten-te estareacute siempre agradecido desde hoy mismo

abonareacute todos los rosales que tengo en la finca te lo prometo

4

Ernesto abrazoacute a su amigo en la despedida no pudiendo evitar emocionarse y sus ojos se llenaron de

laacutegrimas El sol declina por la lejaniacutea de la huerta y Juan ha terminado de fortalecer con esos

minerales todos sus rosales guardando la gran bolsa en el cobertizo de los aperos de labranza

La primavera estaacute llegando a su fin por estas tierras del sureste primavera y verano se diferencian

poco lo que si es cierto es que los rosales del sentildeor Juan estaacuten en plena produccioacuten Ademaacutes de

geranios hortensias margaritas o petunias las rosas de los viveros de Juan se venden nada maacutes que

traspasan la cancela de su finca Queacute aroma queacute color queacute brillo despiden a la luz del sol pero lo

que tiene intrigado a su jardinero es la duracioacuten que mantienen tanto dentro del florero como fuera

Juan no da creacutedito a lo que le ocurren a sus rosales Junto al cuadro que descansa en el mueble del

saloacuten de nuestra patrona la Fuensantica desde hace tres meses y cinco diacuteas dos rosas

aterciopeladas vigilan a la patrona intactas como si hubieran sido cortadas hace horas Pasoacute el

ardoroso verano que pareciacutea no tener fin y nos metimos de lleno en ese septiembre lJamadopor

estas latitudes el veranito de los membrillos

Nuestro amigo Juan Ortiacuten y su belliacutesima hija Chari le faltan manos para poder atender los

innumerables pedidos de plantas y flores que no tienen maacutes remedio que bajarse a la ciudad y

paralelo al mercado de Veroacutenicas en la misma calle instalan provisionalmente un puesto de flores y

plantas para cumplir con sus clientes Alliacute venden infinidad de plantas y accesorios para ellas como

abono y fertilizantes las partiacuteculas de minerales regalo de su amigo Ernesto estaacuten guardadas bajo

llave en su cobertizo ese es su secreto y su gran tesoro que a nadie revelaraacute Sus rosas rojas

valencianas siguen vendjeacutendosecomo el pan de cada diacutea siguen con esa frescura esa lozaniacutea y ese

aroma a bienestar que nos relaja los sentidos desde el primer diacutea que se cortan Esa mantildeana

septembrina su hija Chari ha vendido cinco rosales maravillosos cuatro cubos de flores recieacuten

cortadas e innumerables plantas se nota en el ambiente que por la tarde bajan a hombros a nuestra

Fuensantica la patrona desde su santuario que tiene arriba en el monte La gente se prepara para

recibirla como ella se merece pues raro es el murciano que si no reza una oracioacuten en el diacutea por

Ella no tiene en casa en presencia de todos o en la intimidad de su alcoba una fotografiacutea e incluso

una sencilla estampa para pedirle salud por todos los suyos Casi era la hora de recoger ese

primoroso jardiacuten ambulante y desmontable El sacerdote se quedoacute como petrificadocomo una

estatua de sal como le ocurrioacute a la esposa de Lot seguacuten cuentan las Escrituras El paacuterroco de la santa

Catedral don Faustino Prieto estaba atolondrado y perplejo mirando el florido rosal que todaviacutea no

habiacutea sido vendido dijo con voz entrecortada

-Que cosa maacutes divina crea la madre naturaleza jamaacutes he visto un rosal de esas caracteriacutesticas con

maacutes de veinte rosas grandes como puntildeos rojas como la sangre que derramoacute Jesuacutes en la cruz

A la vez sus fosas nasales aspiraron la fragancia que impregnaba todo el tenderete de flores que

pareciacutea haberle dejado aturdido Chari ante tanta alabanza a su rosal demostroacute su buen corazoacuten que

teniacutea y tiene dicieacutendole

-Padre por ese piropo tan acertado para con mis flores quiero regalarle ese rosal que tanto alaba

usted

Don Faustino quedoacute sorprendido por tanta generosidad de la chica No sabiacutea que responder pues el

hermoso rosal su precio rondaba las 300 pesetas Ahora es una cantidad ridIcula pero en esos antildeos

casi una fortuna para un hogar

5

-Vamos hacer lo siguiente -le contestoacute el sacerdote que frisaba los 50 antildeos de pelo rojizo pecoso

entrado en kilos de ojos marrones pero con la mirada risuentildea infantil que le hacia parecer buena

gente-como esta tarde bajan a nuestra querida patrona la Morenica yo le pongo ese rosal tan

primoroso y para cuando viaje otra vez hacia su santuario yo se lo devuelvo intacto y asiacute no pierde

usted y yo puedo contemplar esa joya a los pies de la Santiacutesima durante varios diacuteas

Dicho y hecho el sacerdote salioacute feliz y contento con su rosal bien empaquetado en una amplia caja

de cartoacuten mientras Chari lo despediacutea con un hasta pronto y una sonrisa agradable

Los cohetes surcaban el aire de esa tarde septembrina cuando nuestra patrona bajaba el Puente de

los Peligros seguida por numerosos fieles devotos de Ella A los gritos de iexclViva la Virgen de la

Fuensanta iexclViva Viva Estaacute llegando a las puertas de la santa Catedral la banda de muacutesica

municipal hace estallar en el aire los sones del himno Nacional el gentiacuteo que abarrota la plaza guarda

silencio y creo que la mayoriacutea de los alliacute presentes sienten en su interior una congoja como si ese

himno fuese un pedazo de nuestros seres maacutes queridos presentes y fallecidos Nuestra patrona se

pierde en la oscuridad de la catedral mientras la muacutesica sigue sonando y el silencio solo es roto por el

uacuteltimo trueno sentildeal para la terminacioacuten del himno

Don Faustino Prieto cuando la capiUa se encontraba en silencio casi era la hora de cerrar las puertas

del templo cogioacute una escalera y trepando hasta los pies de la Virgen con la ayuda del sacristaacuten

colocoacute con mucho mimo el fresco y florido rosal prestado por Chari Como no encajaba bien en los

pies de la gran Sentildeora por las muacuteltiples flores que adornaban su camariacuten don Faustino lo hizo

descansar sobre su manto tan primorosamente bordado Aquello pareciacutea como un reguero de sangre

que moriacutea en su corazoacuten y tambieacuten en el color de la que derramoacute su Hijo en la cruz El sacerdote se

arrodilloacute ante la Virgen y rezoacute clavando la mirada al majestuoso rosal que pareciacutea tener vida no

pudiendo evitar emocionarse se levantoacute y se hizo sobre la frente la sentildeal de la cruz despueacutes se

apagaron las luces y todo el camariacuten quedoacute en silencio e inundado de paz

A tres calles de la Catedral en un edificio de Plateriacutea con sabor antildeejo por los antildeos construido en

cuyo bajo habiacutea una joyeriacutea regentada por un joyero de prestigio de la capital en su tercer y uacuteltimo

piso viviacutean un matrimonio sin hijos que el marido un especialista y cirujano en corazoacuten con un

prestigio reconocido en Espantildea y fuera de ella haciacutea Juatro antildeos que se habiacutean trasladado a Murcia

por estar cerca de los padres de su esposa Carmen Pitaluga que asiacute se llamaba ella y eacutel don Timoteo

Aranda Rondariacutea el cirujano unos 45 antildeos moreno alto fuerte y ancho de espaldas sus dedos

largos y robustos no eran oacutebice para tener una seguridad y delicadeza en el manejo del bisturiacute en

hacer un corte limpio y seguro en el interior de sus pacientes

Don Timoteo habiacutea salido de la ducha y con voz eneacutergica dijo

-Carmen espero que tengas mantildeana el tema del calentador solucionado no estoy dispuesto a

ducharme maacutes con agua friacutea

Su esposa posoacute su mirada de sumisioacuten en la cara de eacutel haciendo con la cabeza un gesto afirmativo

Pasados veinte minutos don Timoteo dando voces malsonantes saliendo del dormitorio arrojoacute con

fuerza la camisa hecha un ovillo sobre la cara de ella

-Estoy harto de decirte que quiero los cuellos de las camisas almidonados

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Gritaba poniendo la cara a centiacutemetros de ella con los ojos inyectados de ira La sentildeora Pitaluga se

perdioacute cuando le replicoacute con voz envalentonada

-Mira lo que te digo Timoteo solo tengo dos manos para solucionarte tus caprichos en tu ropa

como grabar tu nombre en cada una de tus prendas con hilo de plata tus zapatos bien lustrosos tus

corbatas

Dontildea Carmen no pudo terminar la frase la mano grande y fuerte de su esposo se estrelloacute en su cara

como una piedra en un cristal despueacutes sintioacute un golpe seco en su vientre y un dolor intenso le hizo

desplomarse sobre el sofaacute

-Si no es daacutendote paJos no haces caso no aprendes de una vez por todas y mira que hace quince

diacuteas te prometiacute que no te pegariacutea maacutes Pero tuacute me obligas a hacerlo con tus contestaciones

chulescas

El cirujano terminoacute de vestirse observoacute que ella empezaba a incorporarse con gestos de dolor

momento que aprovechoacute para salir de casa dando un tremendo golpe en la puerta al cerrar La

vecina del rellano de esa escalera Dontildea Catalina profesora de solfeo jubilada escuchoacute el estreacutepito

golpe en la puerta y tocoacute el timbre diciendo

-Carmen vecina iquestocurre algo -a la vez que golpeaba la puerta con los nudlHos

Cuando Dontildea Catalina hizo amago de retirarse la puerta se abrioacute y en el umbral se dibujoacute la figura de

Dontildea Carmen Pitaluga con un rictus de dolor y con su mano apoyada en el estomago

-Hija de Dios iquestque te ha pasado -dijo la profesora de solfeo abriendo su boca y poniendo cara de

asombro- Vamos deacutejame pasar que te limpiareacute esa sangre de la nariz

La cara de la esposa del cirujano teniacutea mal aspecto de su nariz un hilillo de sangre corriacutea hacia sus

labios estos comenzaban a inflamarse su ojo izquierdo estaba amoratado con un brillo azulado

Terminada la cura la sentildeora de la casa le dio las gracias a su vecina por tanta amabilidad Dontildea

Catalina le quitoacute importancia diciendo con sequedad

-Jamaacutes mi marido me levantoacute la mano con motivo o sin eacutel faltariacutea maacutes Queacute ganas tengo que

cambie la situacioacuten de la mujer en el mundo no seacute si yo lo vereacute

Acabada la frase Dontildea Carmen rompioacute a llorar y dijo

-Sieacutentese Catalina necesito desahogarme

Las dos mujeres se sentaron en el sofaacute del saloacuten La profesora le cogioacute una mano y dijo solemne

-La escucho con mucha atencioacuten mejor dicho te escucho Carmen Mi esposo Timoteo en el fondo

no es malo es su temperamento y el estreacutes de su trabajo Eacutel me quiere me adora pero de vez en

cuando se le escapa la mano y yo tonta de miacute siempre le perdono

-Sabes lo que te digo Carmen -le interrumpioacute la profesora- que basta ya se acaboacute que te golpee

como una mula recoges tus pertenencias y te marchas

-iquestv hacia donde puedo marcharme si mis padres son mayores y estaacuten enfermos

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Ahora las laacutegrimas corriacutean libremente por la cara de la esposa del cirujano Dontildea Catalinas observoacute

como lloraba su vecina y sintioacute profundas punzadas de rabia en su interior no pudiendo contener que

sus ojos se le arrasaran de laacutegrimas Nuestra querida patrona la Fuensantica haciacutea varios diacuteas que

habiacutea abandonado la ciudad seguida de sus fieles maacutes devotos envuelta en aplausos viacutetores flores y

truenos para descansar en su Santuario del Monte a la espera de la proacutexima primavera para ser

bajada y reconfortar con nueva savia los corazones murcianos

Cuando el sol caiacutea de plano sobre la plaza y la calle de Veroacutenicas el sacerdote con paso cansino

transporta entre sus brazos el florido rosal que le ha sido prestado por la florista Chari

-Buenos diacuteas sentildeorita lo prometido es deuda aquiacute lo tiene tal como me lo lleveacute creo que todaviacutea

mas precioso -dijo el cura dejando con mimo el primoroso rosal en el suelo entre geranios y potas

Chari le sonrioacute daacutendole las gracias El capellaacuten de la catedral prosiguioacute diciendo

-Es una cosa extrantildea todos los rosales pasados siete o diez diacuteas sus rosas se marchitan y se

mueren pero este ha sido al reveacutes sigue en buena lozaniacutea y floreciendo maacutes rosas Por curiosidad

se las conteacute el primer diacutea 25 y hoy sabe las que tiene

Chari se encogioacute de hombros poniendo cara de inocente y dijo

-iquestCuantas tiene padre

-Hija miacutea tiene la edad de Cristo cuando murioacute 33 Estoy completamente anonadado y a la vez

intrigado con este rosal iquestCoacutemo se llama el fertilizante que usa para ellos

Chari se sintioacute como un cazador furtivo que deseas que te revele el secreto de la caza del zorro con

lazo

-Lo siento padre de abonarlos de su poda y riego se preocupa mi padre Solo eacutel sabe el secreto -le

contestoacute la chica poniendo cara de increacutedula

Don Faustino antes de marcharse dijo con media sonrisa en sus labios

-Quiero que sepas que esas rosas de terciopeJo han descansado sobre el manto de la Santiacutesima

Virgen luego estaacuten bendecidas por nuestra Patrona deberiacuteas de subirle su precio

Terminoacute de hablar y dejoacute escapar una corta carcajada que contagioacute a Chari Lejos en Barcelona la

hija del fallecido jefe de seguridad Benito caminaba junto al puerto de mar el agua estaba

tranquila de un azul verdoso apenas rizado por la brisa de poniente de su mano Uevaba a su hijo

Jordi de seis antildeos fruto de aquella tarde de pasioacuten con Antonio Barbados el hijo del inspector Mena

El nintildeo habiacutea nacido ciego Motivo su madre lo ignoraba Seguacuten los doctores un glaucoma

inmadurez de la maacutecula por otros motivos que se desconociacutean Monserrat la madre preguntoacute a los

especialistas si su Jordi podra alguacuten diacutea no lejano ver solamente los objetos borrosos El prestigioso

oftalmoacutelogo Barraquer le vaticinoacute que solo dos maneras teniacutean de recuperar la visioacuten La cirugiacutea

cuando la maacutecula esteacute madura y dos un milagro que nuestra Virgen de Monserrat quiera otorgarle a

este lindo hombrecito y le estampaba un beso en su frente

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Monserrat se dirigiacutea al puerto mariacutetimo para entrevistarse con el responsable de eacutel por la noticia de

que el padre de su pequentildeo habiacutea dado sentildeales en alguacuten punto de Espantildea El pequentildeo Jordi con esa

vocecita que casi no le saliacutea del cuerpo preguntaba muy a menudo

-iquestMami doacutende estaacute mj padre es que yo soy el uacutenico nintildeo de mj colegio que no conoce a su padre

Seacute que no lo puedo ver pero con solo tocar acariciar su cara y besarla yo seriacutea el nintildeo maacutes feliz de

este mundo

y sus ojos sin luz se inundaban de laacutegrimas por todo el carintildeo que le profesaba a su padre sin

conocerlo Monserrat queda conocer el paradero de Barbados Pasoacute al despacho del jefe portuario

El responsable rondariacutea los cincuenta Enjuto en carnes de cara alargada su rostro pareciacutea cincelado

por el sol todo lo contrario que sus brazos pues llevaba una camiseta de tirantes donde los rayos del

sol habiacutean tatuado su blanca piel que casi pareciacutea trasluacutecida

El caballero con la voz tamizada de pesar dijo

-Sentildeora el chico que usted busca lo tuve bajo mis oacuterdenes varios antildeos Era bastante formal

trabajador y honrado pero como casi siempre las malas compantildeiacuteas hacen mella en los corazones

buenos y se fue hundiendo en la bebida Yo puse todo lo que teniacutea a mi alciexclmce como ocultarlo

incluso en mi despacho en ese cuartucho de enseres vjejos -y sentildealaba con la mano la puerta

despintada que habiacutea a su derecha- para que nadie lo viera embriagado Tuve el valor de que

pernoctara en mi casa varias noches con permiso de mi esposa pues no tenemos hijos y tambieacuten

fue inuacutetil Nada pude hacer y una viacutespera de Noche Buena con mi corazoacuten destrozado tuve que

despedirlo Se pasoacute dela raya Me levantoacute la mano y se rompioacute la baraja Pasado un tiempo recibiacute

una carta suya pidieacutendome disculpas Empezamos a cartearnos y hasta la fecha que espero carta

porque lleva sin escribirme maacutes de cuatro meses

Monserrat no pudo contenerse maacutes dicieacutendole con una voz sin calidez

-Pero hombre de Dios diacutegame donde se encuentra

-Perdoacuten perdoacuten sentildeora en Murcia se encuentra en Murcia

Monserrat de la mano de su hijo se habiacutea despedido del jefe portuario sintiendo en su interior un

amago de nostalgia al recordar lo feliz que fue el tiempo que estuvo en los brazos del hijo del

inspector Mena Lo amoacute locamente sin cortapisas sin importarle nada pero eacutel no supo

corresponderle Se asustoacute el diacutea que le dijo que esperaba un hijo suyo y se esfumoacute una semana antes

de que ella diera luz a la criatura Pero esa criatura ya teniacutea seis antildeos y toda su obsesioacuten no era otra

que palpar acariciar y besar el rostro de su padre pues en su colegio de ciegos y sordomudos

diariamente escuchaba las voces los besos y las carcajadas de las madres y padres de sus

compantildeeros de pupitre

El sol estaba alto y la bruma se desvaneciacutea por el puerto y sus calles Monserrat habiacutea cerrado el

portaloacuten de la mansioacuten heredada de su padre El sol se escondiacutea entre el follaje de los majestuosos

aacuterboles del jardiacuten El taxi paroacute a la entrada del recinto vallado tocando el claxon dos veces la madre

y el hijo bajaron la escalinata de mamposteriacutea de la residencia introducieacutendose en el vehiacuteculo El

taxista subioacute en dos zancadas las escaleras y comenzoacute a bajar el voluminoso equipaje de Monserrat

Una vez terminado yel choacutefer al volante dijo ella

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-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no

seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo

Jordi su hijo le respondioacute

-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin

seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes

La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas

de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos

se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se

encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su

uacuteltimo paciente

Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en

la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de

Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en

varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores

El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la

vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de

primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino

con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de

viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para

viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la

compantildeiacutea Esabe-Express

Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos

en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa

de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni

festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la

jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su

residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana

urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su

flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se

correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la

penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su

novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos

Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como

mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute

estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un

embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no

es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las

malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana

saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el

despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la

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soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la

plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones

de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con

cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para

que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del

Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones

llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un

jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que

el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los

tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su

almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik

Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre

que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro

pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba

Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo

Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el

reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don

Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el

esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora

del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de

los caballeros como si fuese un Roberto Valentino

El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora

Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la

circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma

hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer

la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada

escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara

con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle

Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos

En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le

de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella

Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su

paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada

por la sorpresa dijo

-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat

Ella contestoacute

-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo

jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde

En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos

abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas

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-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre

Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con

la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute

-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre

La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su

madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor

-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento

El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara

- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado

La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su

mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se

fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on

emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo

-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa

y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la

cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta

-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo

-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute

Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo

con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la

casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga

Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal

Al uniacutesono las dos dijeron

-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal

-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella

Monserrat le contestoacute

-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes

Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico

-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra

Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con

una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V

Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la

Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras

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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado

aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada

El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara

con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la

puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio

-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la

voz

Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el

delantal

- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa

y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten

Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo

- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu

obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa

Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su

mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de

la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave

-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi

interior calmaacutendome mi nerviosismo

-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas

La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el

beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa

Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo

-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad

-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece

que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios

miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder

para transformarlo

Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo

zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y

el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos

En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos

Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no

se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla

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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la

Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio

es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte

-iquestEstas en casa reina

El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute

profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones

exclamando

-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale

Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la

estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel

dijo solemne

-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres

-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado

lamentable en que ha quedado tu esmoquin

Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y

perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la

taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color

blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda

claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un

escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz

Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le

caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por

segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y

latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano

se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo

-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico

perdoacutename

y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas

abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por

su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el

manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten

La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja

cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios

anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel

Menchoacuten Galiana

Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos

Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno

de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten

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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel

Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su

pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo

-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje

de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa

de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la

generosidad

Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a

borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en

puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en

sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza

un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez

Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones

del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En

mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su

interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma

embriagador

Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a

la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios

inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute

sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de

posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se

arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos

rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la

noche se dirigioacute a su hijo diciendo

-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas

quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo

El criacuteo le respondioacute~

-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana

-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella

Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi

-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre

El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo

-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y

ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel

La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder

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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y

te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo

El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas

teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables

Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute

la noche en el sofaacute del saloacuten

Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute

exclamando

-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver

Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama

Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo

alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto

contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a

sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se

poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas

resbalaban por las mejillas

-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un

milagro

la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo

-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo

despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me

ha regalado

Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo

diciendo

-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos

El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia

resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden

imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para

darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen

Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino

Nunca lo sabremos amigo lector

Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias

de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don

Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un

compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos

que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro

colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con

dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don

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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije

-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se

lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se

apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un

cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta

-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo

-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono

Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al

Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron

Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su

hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle

Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas

buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy

Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez

M urda a 1 de mayo de 2006

Page 4: Barcelona amaneció espléndida en ese día de …dibujo.ramondelaguila.com/Aquel_Rosal/aquel_rosal.pdf · con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones, esperaron en una amable

-Padre me dejas las llaves de tu MERCEDES quiero mostrarle a Barbados varios rincones con sabor

a rancio de la ciudad que eacutel desconoce El responsable de la empresa Esabe le alargoacute las llaves a su

hija dicieacutendole

-Por favor conduce con cuklado~ toda precaucioacuten es pota yno vuelvAS tarde reina ~ue tu madr~

como tu sabes le costoacute la vida

Las uacuteltimas palabras las pronuncioacute con un rictus serio en su cara

El mercedes azul oscuro propiedad del sentildeor Benito cruzoacute varias avenidas y tomoacute una calle cuesta

arriba que moriacutea en el caseroacuten de su padre B sol comenzaba casi a esconderse por el castillo de

Montjuic cuando Monserrat y Antonio Barbados cruzaban el primoroso jardiacuten de la finca Todo lo

que pasoacute despueacutes fue un encadenamiento de cosas que habiacutean pasado desde que se conocieron esa

mantildeana en la improvisada pista de baile El hijo del inspector le acaricioacute sus partes puacutedicas ella no le

fue a la zaga se besaron se abrazaron se prometieron amor eterno de por los siglos de los siglos

como adolescentes que eran y con el primer lucero rebrillando en el firmamento consumieron el

acto sexual con frenesiacute

Pasaron varios antildeos la hija del jefe de Esabe-Express habiacutea dado a luz en la soledad y friacuteo paritorio

del hospital cliacutenico de Barcelona Su padre babia faUecklo hadaseis meses de un infarto cerebraJy

aquel chico llamado Barbados que le prometioacute y le juroacute amor por todos los siglos la abandonoacute una

friacutea y ventosa mantildeana de otontildeo

Como la mala suerte dicen que nunca viene sola ese retontildeo de Monserrat por circunstancias de no

se sabe queacute en ese parto prematuro con cesaacuterea ese nintildeo nacioacute degoA cientos de kiloacutemetros-de

alliacute en la capital del riacuteo Segura llamada Murcia que tambieacuten fue llamada por los aacuterabes Mursiya un

modesto agricultor se afanaba en sus quehaceres agriacutecolas en su pequentildea huerta y un primoroso

jardiacuten que cuida desde un antildeo aproximadamente Se llama Juan Ortiacuten con una hija guapa a rabiar

que todos la llamaban Chari RandariacuteaJos 25 antildeos morena esbelta ojos negrDS como la brea

nariz perfilada labios carnosos busto perfecto Y con un derroche de simpatiacutea que contagia a las

otras personas que dialogan con ella Pero sobresale en toda ella su educacioacuten en el trato con la

gente sus buenos sentimientos

Don Juan Ortiacuten esa mantildeanaredbloacute en su haciendaa su amjgo Ernesto Gomadzquehada antildeos

fueron emigrantes en busca de fortuna en la mecanizada Alemania Juan se volvioacute a Espantildea y su

compantildeero Ernesto se quedoacute allr en la profesioacuten de jardinero con un empresario de una prestigiosa

marca de automoacuteviles Con el sudor de su frente y sus ahorros se instaloacute a las afueras de Berliacuten en

una pequentildea finca olvidada e inerte donde con esmero ypacienclasacoacute a flote unos florjdos

invernaderos desde donde saliacutean las rosas maacutes perfectas con el rojo maacutes intenso y el perfume maacutes

embriagador que jamaacutes el hombre podiacutea imaginar Su secreto no era otro que los rosales los abonaba

en el otontildeo con partiacuteculas y finiacutesimo polvo de minerales como cinc niacutequel cobre plata e infinitas

partiacuteculas del pulido de los djamantes Aquello era todo el secreto que tenian

Juan Ortiacuten abrazoacute a su amigo Ernesto sintiendo un amago de nostalgia al recordar los momentos

difiacuteciles y amargos que pasaron fuera de su tierra en aquellos antildeos

-Juan -dUumlo con voz temblorosa de emocioacuten-te estareacute siempre agradecido desde hoy mismo

abonareacute todos los rosales que tengo en la finca te lo prometo

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Ernesto abrazoacute a su amigo en la despedida no pudiendo evitar emocionarse y sus ojos se llenaron de

laacutegrimas El sol declina por la lejaniacutea de la huerta y Juan ha terminado de fortalecer con esos

minerales todos sus rosales guardando la gran bolsa en el cobertizo de los aperos de labranza

La primavera estaacute llegando a su fin por estas tierras del sureste primavera y verano se diferencian

poco lo que si es cierto es que los rosales del sentildeor Juan estaacuten en plena produccioacuten Ademaacutes de

geranios hortensias margaritas o petunias las rosas de los viveros de Juan se venden nada maacutes que

traspasan la cancela de su finca Queacute aroma queacute color queacute brillo despiden a la luz del sol pero lo

que tiene intrigado a su jardinero es la duracioacuten que mantienen tanto dentro del florero como fuera

Juan no da creacutedito a lo que le ocurren a sus rosales Junto al cuadro que descansa en el mueble del

saloacuten de nuestra patrona la Fuensantica desde hace tres meses y cinco diacuteas dos rosas

aterciopeladas vigilan a la patrona intactas como si hubieran sido cortadas hace horas Pasoacute el

ardoroso verano que pareciacutea no tener fin y nos metimos de lleno en ese septiembre lJamadopor

estas latitudes el veranito de los membrillos

Nuestro amigo Juan Ortiacuten y su belliacutesima hija Chari le faltan manos para poder atender los

innumerables pedidos de plantas y flores que no tienen maacutes remedio que bajarse a la ciudad y

paralelo al mercado de Veroacutenicas en la misma calle instalan provisionalmente un puesto de flores y

plantas para cumplir con sus clientes Alliacute venden infinidad de plantas y accesorios para ellas como

abono y fertilizantes las partiacuteculas de minerales regalo de su amigo Ernesto estaacuten guardadas bajo

llave en su cobertizo ese es su secreto y su gran tesoro que a nadie revelaraacute Sus rosas rojas

valencianas siguen vendjeacutendosecomo el pan de cada diacutea siguen con esa frescura esa lozaniacutea y ese

aroma a bienestar que nos relaja los sentidos desde el primer diacutea que se cortan Esa mantildeana

septembrina su hija Chari ha vendido cinco rosales maravillosos cuatro cubos de flores recieacuten

cortadas e innumerables plantas se nota en el ambiente que por la tarde bajan a hombros a nuestra

Fuensantica la patrona desde su santuario que tiene arriba en el monte La gente se prepara para

recibirla como ella se merece pues raro es el murciano que si no reza una oracioacuten en el diacutea por

Ella no tiene en casa en presencia de todos o en la intimidad de su alcoba una fotografiacutea e incluso

una sencilla estampa para pedirle salud por todos los suyos Casi era la hora de recoger ese

primoroso jardiacuten ambulante y desmontable El sacerdote se quedoacute como petrificadocomo una

estatua de sal como le ocurrioacute a la esposa de Lot seguacuten cuentan las Escrituras El paacuterroco de la santa

Catedral don Faustino Prieto estaba atolondrado y perplejo mirando el florido rosal que todaviacutea no

habiacutea sido vendido dijo con voz entrecortada

-Que cosa maacutes divina crea la madre naturaleza jamaacutes he visto un rosal de esas caracteriacutesticas con

maacutes de veinte rosas grandes como puntildeos rojas como la sangre que derramoacute Jesuacutes en la cruz

A la vez sus fosas nasales aspiraron la fragancia que impregnaba todo el tenderete de flores que

pareciacutea haberle dejado aturdido Chari ante tanta alabanza a su rosal demostroacute su buen corazoacuten que

teniacutea y tiene dicieacutendole

-Padre por ese piropo tan acertado para con mis flores quiero regalarle ese rosal que tanto alaba

usted

Don Faustino quedoacute sorprendido por tanta generosidad de la chica No sabiacutea que responder pues el

hermoso rosal su precio rondaba las 300 pesetas Ahora es una cantidad ridIcula pero en esos antildeos

casi una fortuna para un hogar

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-Vamos hacer lo siguiente -le contestoacute el sacerdote que frisaba los 50 antildeos de pelo rojizo pecoso

entrado en kilos de ojos marrones pero con la mirada risuentildea infantil que le hacia parecer buena

gente-como esta tarde bajan a nuestra querida patrona la Morenica yo le pongo ese rosal tan

primoroso y para cuando viaje otra vez hacia su santuario yo se lo devuelvo intacto y asiacute no pierde

usted y yo puedo contemplar esa joya a los pies de la Santiacutesima durante varios diacuteas

Dicho y hecho el sacerdote salioacute feliz y contento con su rosal bien empaquetado en una amplia caja

de cartoacuten mientras Chari lo despediacutea con un hasta pronto y una sonrisa agradable

Los cohetes surcaban el aire de esa tarde septembrina cuando nuestra patrona bajaba el Puente de

los Peligros seguida por numerosos fieles devotos de Ella A los gritos de iexclViva la Virgen de la

Fuensanta iexclViva Viva Estaacute llegando a las puertas de la santa Catedral la banda de muacutesica

municipal hace estallar en el aire los sones del himno Nacional el gentiacuteo que abarrota la plaza guarda

silencio y creo que la mayoriacutea de los alliacute presentes sienten en su interior una congoja como si ese

himno fuese un pedazo de nuestros seres maacutes queridos presentes y fallecidos Nuestra patrona se

pierde en la oscuridad de la catedral mientras la muacutesica sigue sonando y el silencio solo es roto por el

uacuteltimo trueno sentildeal para la terminacioacuten del himno

Don Faustino Prieto cuando la capiUa se encontraba en silencio casi era la hora de cerrar las puertas

del templo cogioacute una escalera y trepando hasta los pies de la Virgen con la ayuda del sacristaacuten

colocoacute con mucho mimo el fresco y florido rosal prestado por Chari Como no encajaba bien en los

pies de la gran Sentildeora por las muacuteltiples flores que adornaban su camariacuten don Faustino lo hizo

descansar sobre su manto tan primorosamente bordado Aquello pareciacutea como un reguero de sangre

que moriacutea en su corazoacuten y tambieacuten en el color de la que derramoacute su Hijo en la cruz El sacerdote se

arrodilloacute ante la Virgen y rezoacute clavando la mirada al majestuoso rosal que pareciacutea tener vida no

pudiendo evitar emocionarse se levantoacute y se hizo sobre la frente la sentildeal de la cruz despueacutes se

apagaron las luces y todo el camariacuten quedoacute en silencio e inundado de paz

A tres calles de la Catedral en un edificio de Plateriacutea con sabor antildeejo por los antildeos construido en

cuyo bajo habiacutea una joyeriacutea regentada por un joyero de prestigio de la capital en su tercer y uacuteltimo

piso viviacutean un matrimonio sin hijos que el marido un especialista y cirujano en corazoacuten con un

prestigio reconocido en Espantildea y fuera de ella haciacutea Juatro antildeos que se habiacutean trasladado a Murcia

por estar cerca de los padres de su esposa Carmen Pitaluga que asiacute se llamaba ella y eacutel don Timoteo

Aranda Rondariacutea el cirujano unos 45 antildeos moreno alto fuerte y ancho de espaldas sus dedos

largos y robustos no eran oacutebice para tener una seguridad y delicadeza en el manejo del bisturiacute en

hacer un corte limpio y seguro en el interior de sus pacientes

Don Timoteo habiacutea salido de la ducha y con voz eneacutergica dijo

-Carmen espero que tengas mantildeana el tema del calentador solucionado no estoy dispuesto a

ducharme maacutes con agua friacutea

Su esposa posoacute su mirada de sumisioacuten en la cara de eacutel haciendo con la cabeza un gesto afirmativo

Pasados veinte minutos don Timoteo dando voces malsonantes saliendo del dormitorio arrojoacute con

fuerza la camisa hecha un ovillo sobre la cara de ella

-Estoy harto de decirte que quiero los cuellos de las camisas almidonados

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Gritaba poniendo la cara a centiacutemetros de ella con los ojos inyectados de ira La sentildeora Pitaluga se

perdioacute cuando le replicoacute con voz envalentonada

-Mira lo que te digo Timoteo solo tengo dos manos para solucionarte tus caprichos en tu ropa

como grabar tu nombre en cada una de tus prendas con hilo de plata tus zapatos bien lustrosos tus

corbatas

Dontildea Carmen no pudo terminar la frase la mano grande y fuerte de su esposo se estrelloacute en su cara

como una piedra en un cristal despueacutes sintioacute un golpe seco en su vientre y un dolor intenso le hizo

desplomarse sobre el sofaacute

-Si no es daacutendote paJos no haces caso no aprendes de una vez por todas y mira que hace quince

diacuteas te prometiacute que no te pegariacutea maacutes Pero tuacute me obligas a hacerlo con tus contestaciones

chulescas

El cirujano terminoacute de vestirse observoacute que ella empezaba a incorporarse con gestos de dolor

momento que aprovechoacute para salir de casa dando un tremendo golpe en la puerta al cerrar La

vecina del rellano de esa escalera Dontildea Catalina profesora de solfeo jubilada escuchoacute el estreacutepito

golpe en la puerta y tocoacute el timbre diciendo

-Carmen vecina iquestocurre algo -a la vez que golpeaba la puerta con los nudlHos

Cuando Dontildea Catalina hizo amago de retirarse la puerta se abrioacute y en el umbral se dibujoacute la figura de

Dontildea Carmen Pitaluga con un rictus de dolor y con su mano apoyada en el estomago

-Hija de Dios iquestque te ha pasado -dijo la profesora de solfeo abriendo su boca y poniendo cara de

asombro- Vamos deacutejame pasar que te limpiareacute esa sangre de la nariz

La cara de la esposa del cirujano teniacutea mal aspecto de su nariz un hilillo de sangre corriacutea hacia sus

labios estos comenzaban a inflamarse su ojo izquierdo estaba amoratado con un brillo azulado

Terminada la cura la sentildeora de la casa le dio las gracias a su vecina por tanta amabilidad Dontildea

Catalina le quitoacute importancia diciendo con sequedad

-Jamaacutes mi marido me levantoacute la mano con motivo o sin eacutel faltariacutea maacutes Queacute ganas tengo que

cambie la situacioacuten de la mujer en el mundo no seacute si yo lo vereacute

Acabada la frase Dontildea Carmen rompioacute a llorar y dijo

-Sieacutentese Catalina necesito desahogarme

Las dos mujeres se sentaron en el sofaacute del saloacuten La profesora le cogioacute una mano y dijo solemne

-La escucho con mucha atencioacuten mejor dicho te escucho Carmen Mi esposo Timoteo en el fondo

no es malo es su temperamento y el estreacutes de su trabajo Eacutel me quiere me adora pero de vez en

cuando se le escapa la mano y yo tonta de miacute siempre le perdono

-Sabes lo que te digo Carmen -le interrumpioacute la profesora- que basta ya se acaboacute que te golpee

como una mula recoges tus pertenencias y te marchas

-iquestv hacia donde puedo marcharme si mis padres son mayores y estaacuten enfermos

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Ahora las laacutegrimas corriacutean libremente por la cara de la esposa del cirujano Dontildea Catalinas observoacute

como lloraba su vecina y sintioacute profundas punzadas de rabia en su interior no pudiendo contener que

sus ojos se le arrasaran de laacutegrimas Nuestra querida patrona la Fuensantica haciacutea varios diacuteas que

habiacutea abandonado la ciudad seguida de sus fieles maacutes devotos envuelta en aplausos viacutetores flores y

truenos para descansar en su Santuario del Monte a la espera de la proacutexima primavera para ser

bajada y reconfortar con nueva savia los corazones murcianos

Cuando el sol caiacutea de plano sobre la plaza y la calle de Veroacutenicas el sacerdote con paso cansino

transporta entre sus brazos el florido rosal que le ha sido prestado por la florista Chari

-Buenos diacuteas sentildeorita lo prometido es deuda aquiacute lo tiene tal como me lo lleveacute creo que todaviacutea

mas precioso -dijo el cura dejando con mimo el primoroso rosal en el suelo entre geranios y potas

Chari le sonrioacute daacutendole las gracias El capellaacuten de la catedral prosiguioacute diciendo

-Es una cosa extrantildea todos los rosales pasados siete o diez diacuteas sus rosas se marchitan y se

mueren pero este ha sido al reveacutes sigue en buena lozaniacutea y floreciendo maacutes rosas Por curiosidad

se las conteacute el primer diacutea 25 y hoy sabe las que tiene

Chari se encogioacute de hombros poniendo cara de inocente y dijo

-iquestCuantas tiene padre

-Hija miacutea tiene la edad de Cristo cuando murioacute 33 Estoy completamente anonadado y a la vez

intrigado con este rosal iquestCoacutemo se llama el fertilizante que usa para ellos

Chari se sintioacute como un cazador furtivo que deseas que te revele el secreto de la caza del zorro con

lazo

-Lo siento padre de abonarlos de su poda y riego se preocupa mi padre Solo eacutel sabe el secreto -le

contestoacute la chica poniendo cara de increacutedula

Don Faustino antes de marcharse dijo con media sonrisa en sus labios

-Quiero que sepas que esas rosas de terciopeJo han descansado sobre el manto de la Santiacutesima

Virgen luego estaacuten bendecidas por nuestra Patrona deberiacuteas de subirle su precio

Terminoacute de hablar y dejoacute escapar una corta carcajada que contagioacute a Chari Lejos en Barcelona la

hija del fallecido jefe de seguridad Benito caminaba junto al puerto de mar el agua estaba

tranquila de un azul verdoso apenas rizado por la brisa de poniente de su mano Uevaba a su hijo

Jordi de seis antildeos fruto de aquella tarde de pasioacuten con Antonio Barbados el hijo del inspector Mena

El nintildeo habiacutea nacido ciego Motivo su madre lo ignoraba Seguacuten los doctores un glaucoma

inmadurez de la maacutecula por otros motivos que se desconociacutean Monserrat la madre preguntoacute a los

especialistas si su Jordi podra alguacuten diacutea no lejano ver solamente los objetos borrosos El prestigioso

oftalmoacutelogo Barraquer le vaticinoacute que solo dos maneras teniacutean de recuperar la visioacuten La cirugiacutea

cuando la maacutecula esteacute madura y dos un milagro que nuestra Virgen de Monserrat quiera otorgarle a

este lindo hombrecito y le estampaba un beso en su frente

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Monserrat se dirigiacutea al puerto mariacutetimo para entrevistarse con el responsable de eacutel por la noticia de

que el padre de su pequentildeo habiacutea dado sentildeales en alguacuten punto de Espantildea El pequentildeo Jordi con esa

vocecita que casi no le saliacutea del cuerpo preguntaba muy a menudo

-iquestMami doacutende estaacute mj padre es que yo soy el uacutenico nintildeo de mj colegio que no conoce a su padre

Seacute que no lo puedo ver pero con solo tocar acariciar su cara y besarla yo seriacutea el nintildeo maacutes feliz de

este mundo

y sus ojos sin luz se inundaban de laacutegrimas por todo el carintildeo que le profesaba a su padre sin

conocerlo Monserrat queda conocer el paradero de Barbados Pasoacute al despacho del jefe portuario

El responsable rondariacutea los cincuenta Enjuto en carnes de cara alargada su rostro pareciacutea cincelado

por el sol todo lo contrario que sus brazos pues llevaba una camiseta de tirantes donde los rayos del

sol habiacutean tatuado su blanca piel que casi pareciacutea trasluacutecida

El caballero con la voz tamizada de pesar dijo

-Sentildeora el chico que usted busca lo tuve bajo mis oacuterdenes varios antildeos Era bastante formal

trabajador y honrado pero como casi siempre las malas compantildeiacuteas hacen mella en los corazones

buenos y se fue hundiendo en la bebida Yo puse todo lo que teniacutea a mi alciexclmce como ocultarlo

incluso en mi despacho en ese cuartucho de enseres vjejos -y sentildealaba con la mano la puerta

despintada que habiacutea a su derecha- para que nadie lo viera embriagado Tuve el valor de que

pernoctara en mi casa varias noches con permiso de mi esposa pues no tenemos hijos y tambieacuten

fue inuacutetil Nada pude hacer y una viacutespera de Noche Buena con mi corazoacuten destrozado tuve que

despedirlo Se pasoacute dela raya Me levantoacute la mano y se rompioacute la baraja Pasado un tiempo recibiacute

una carta suya pidieacutendome disculpas Empezamos a cartearnos y hasta la fecha que espero carta

porque lleva sin escribirme maacutes de cuatro meses

Monserrat no pudo contenerse maacutes dicieacutendole con una voz sin calidez

-Pero hombre de Dios diacutegame donde se encuentra

-Perdoacuten perdoacuten sentildeora en Murcia se encuentra en Murcia

Monserrat de la mano de su hijo se habiacutea despedido del jefe portuario sintiendo en su interior un

amago de nostalgia al recordar lo feliz que fue el tiempo que estuvo en los brazos del hijo del

inspector Mena Lo amoacute locamente sin cortapisas sin importarle nada pero eacutel no supo

corresponderle Se asustoacute el diacutea que le dijo que esperaba un hijo suyo y se esfumoacute una semana antes

de que ella diera luz a la criatura Pero esa criatura ya teniacutea seis antildeos y toda su obsesioacuten no era otra

que palpar acariciar y besar el rostro de su padre pues en su colegio de ciegos y sordomudos

diariamente escuchaba las voces los besos y las carcajadas de las madres y padres de sus

compantildeeros de pupitre

El sol estaba alto y la bruma se desvaneciacutea por el puerto y sus calles Monserrat habiacutea cerrado el

portaloacuten de la mansioacuten heredada de su padre El sol se escondiacutea entre el follaje de los majestuosos

aacuterboles del jardiacuten El taxi paroacute a la entrada del recinto vallado tocando el claxon dos veces la madre

y el hijo bajaron la escalinata de mamposteriacutea de la residencia introducieacutendose en el vehiacuteculo El

taxista subioacute en dos zancadas las escaleras y comenzoacute a bajar el voluminoso equipaje de Monserrat

Una vez terminado yel choacutefer al volante dijo ella

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-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no

seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo

Jordi su hijo le respondioacute

-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin

seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes

La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas

de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos

se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se

encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su

uacuteltimo paciente

Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en

la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de

Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en

varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores

El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la

vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de

primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino

con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de

viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para

viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la

compantildeiacutea Esabe-Express

Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos

en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa

de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni

festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la

jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su

residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana

urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su

flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se

correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la

penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su

novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos

Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como

mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute

estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un

embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no

es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las

malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana

saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el

despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la

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soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la

plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones

de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con

cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para

que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del

Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones

llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un

jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que

el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los

tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su

almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik

Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre

que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro

pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba

Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo

Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el

reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don

Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el

esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora

del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de

los caballeros como si fuese un Roberto Valentino

El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora

Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la

circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma

hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer

la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada

escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara

con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle

Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos

En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le

de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella

Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su

paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada

por la sorpresa dijo

-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat

Ella contestoacute

-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo

jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde

En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos

abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas

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-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre

Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con

la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute

-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre

La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su

madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor

-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento

El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara

- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado

La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su

mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se

fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on

emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo

-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa

y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la

cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta

-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo

-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute

Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo

con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la

casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga

Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal

Al uniacutesono las dos dijeron

-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal

-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella

Monserrat le contestoacute

-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes

Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico

-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra

Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con

una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V

Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la

Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras

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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado

aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada

El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara

con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la

puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio

-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la

voz

Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el

delantal

- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa

y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten

Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo

- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu

obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa

Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su

mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de

la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave

-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi

interior calmaacutendome mi nerviosismo

-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas

La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el

beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa

Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo

-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad

-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece

que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios

miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder

para transformarlo

Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo

zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y

el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos

En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos

Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no

se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla

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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la

Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio

es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte

-iquestEstas en casa reina

El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute

profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones

exclamando

-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale

Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la

estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel

dijo solemne

-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres

-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado

lamentable en que ha quedado tu esmoquin

Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y

perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la

taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color

blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda

claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un

escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz

Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le

caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por

segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y

latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano

se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo

-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico

perdoacutename

y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas

abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por

su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el

manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten

La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja

cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios

anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel

Menchoacuten Galiana

Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos

Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno

de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten

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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel

Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su

pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo

-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje

de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa

de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la

generosidad

Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a

borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en

puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en

sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza

un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez

Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones

del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En

mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su

interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma

embriagador

Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a

la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios

inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute

sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de

posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se

arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos

rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la

noche se dirigioacute a su hijo diciendo

-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas

quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo

El criacuteo le respondioacute~

-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana

-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella

Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi

-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre

El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo

-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y

ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel

La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder

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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y

te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo

El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas

teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables

Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute

la noche en el sofaacute del saloacuten

Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute

exclamando

-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver

Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama

Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo

alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto

contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a

sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se

poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas

resbalaban por las mejillas

-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un

milagro

la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo

-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo

despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me

ha regalado

Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo

diciendo

-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos

El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia

resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden

imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para

darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen

Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino

Nunca lo sabremos amigo lector

Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias

de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don

Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un

compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos

que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro

colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con

dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don

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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije

-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se

lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se

apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un

cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta

-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo

-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono

Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al

Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron

Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su

hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle

Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas

buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy

Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez

M urda a 1 de mayo de 2006

Page 5: Barcelona amaneció espléndida en ese día de …dibujo.ramondelaguila.com/Aquel_Rosal/aquel_rosal.pdf · con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones, esperaron en una amable

Ernesto abrazoacute a su amigo en la despedida no pudiendo evitar emocionarse y sus ojos se llenaron de

laacutegrimas El sol declina por la lejaniacutea de la huerta y Juan ha terminado de fortalecer con esos

minerales todos sus rosales guardando la gran bolsa en el cobertizo de los aperos de labranza

La primavera estaacute llegando a su fin por estas tierras del sureste primavera y verano se diferencian

poco lo que si es cierto es que los rosales del sentildeor Juan estaacuten en plena produccioacuten Ademaacutes de

geranios hortensias margaritas o petunias las rosas de los viveros de Juan se venden nada maacutes que

traspasan la cancela de su finca Queacute aroma queacute color queacute brillo despiden a la luz del sol pero lo

que tiene intrigado a su jardinero es la duracioacuten que mantienen tanto dentro del florero como fuera

Juan no da creacutedito a lo que le ocurren a sus rosales Junto al cuadro que descansa en el mueble del

saloacuten de nuestra patrona la Fuensantica desde hace tres meses y cinco diacuteas dos rosas

aterciopeladas vigilan a la patrona intactas como si hubieran sido cortadas hace horas Pasoacute el

ardoroso verano que pareciacutea no tener fin y nos metimos de lleno en ese septiembre lJamadopor

estas latitudes el veranito de los membrillos

Nuestro amigo Juan Ortiacuten y su belliacutesima hija Chari le faltan manos para poder atender los

innumerables pedidos de plantas y flores que no tienen maacutes remedio que bajarse a la ciudad y

paralelo al mercado de Veroacutenicas en la misma calle instalan provisionalmente un puesto de flores y

plantas para cumplir con sus clientes Alliacute venden infinidad de plantas y accesorios para ellas como

abono y fertilizantes las partiacuteculas de minerales regalo de su amigo Ernesto estaacuten guardadas bajo

llave en su cobertizo ese es su secreto y su gran tesoro que a nadie revelaraacute Sus rosas rojas

valencianas siguen vendjeacutendosecomo el pan de cada diacutea siguen con esa frescura esa lozaniacutea y ese

aroma a bienestar que nos relaja los sentidos desde el primer diacutea que se cortan Esa mantildeana

septembrina su hija Chari ha vendido cinco rosales maravillosos cuatro cubos de flores recieacuten

cortadas e innumerables plantas se nota en el ambiente que por la tarde bajan a hombros a nuestra

Fuensantica la patrona desde su santuario que tiene arriba en el monte La gente se prepara para

recibirla como ella se merece pues raro es el murciano que si no reza una oracioacuten en el diacutea por

Ella no tiene en casa en presencia de todos o en la intimidad de su alcoba una fotografiacutea e incluso

una sencilla estampa para pedirle salud por todos los suyos Casi era la hora de recoger ese

primoroso jardiacuten ambulante y desmontable El sacerdote se quedoacute como petrificadocomo una

estatua de sal como le ocurrioacute a la esposa de Lot seguacuten cuentan las Escrituras El paacuterroco de la santa

Catedral don Faustino Prieto estaba atolondrado y perplejo mirando el florido rosal que todaviacutea no

habiacutea sido vendido dijo con voz entrecortada

-Que cosa maacutes divina crea la madre naturaleza jamaacutes he visto un rosal de esas caracteriacutesticas con

maacutes de veinte rosas grandes como puntildeos rojas como la sangre que derramoacute Jesuacutes en la cruz

A la vez sus fosas nasales aspiraron la fragancia que impregnaba todo el tenderete de flores que

pareciacutea haberle dejado aturdido Chari ante tanta alabanza a su rosal demostroacute su buen corazoacuten que

teniacutea y tiene dicieacutendole

-Padre por ese piropo tan acertado para con mis flores quiero regalarle ese rosal que tanto alaba

usted

Don Faustino quedoacute sorprendido por tanta generosidad de la chica No sabiacutea que responder pues el

hermoso rosal su precio rondaba las 300 pesetas Ahora es una cantidad ridIcula pero en esos antildeos

casi una fortuna para un hogar

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-Vamos hacer lo siguiente -le contestoacute el sacerdote que frisaba los 50 antildeos de pelo rojizo pecoso

entrado en kilos de ojos marrones pero con la mirada risuentildea infantil que le hacia parecer buena

gente-como esta tarde bajan a nuestra querida patrona la Morenica yo le pongo ese rosal tan

primoroso y para cuando viaje otra vez hacia su santuario yo se lo devuelvo intacto y asiacute no pierde

usted y yo puedo contemplar esa joya a los pies de la Santiacutesima durante varios diacuteas

Dicho y hecho el sacerdote salioacute feliz y contento con su rosal bien empaquetado en una amplia caja

de cartoacuten mientras Chari lo despediacutea con un hasta pronto y una sonrisa agradable

Los cohetes surcaban el aire de esa tarde septembrina cuando nuestra patrona bajaba el Puente de

los Peligros seguida por numerosos fieles devotos de Ella A los gritos de iexclViva la Virgen de la

Fuensanta iexclViva Viva Estaacute llegando a las puertas de la santa Catedral la banda de muacutesica

municipal hace estallar en el aire los sones del himno Nacional el gentiacuteo que abarrota la plaza guarda

silencio y creo que la mayoriacutea de los alliacute presentes sienten en su interior una congoja como si ese

himno fuese un pedazo de nuestros seres maacutes queridos presentes y fallecidos Nuestra patrona se

pierde en la oscuridad de la catedral mientras la muacutesica sigue sonando y el silencio solo es roto por el

uacuteltimo trueno sentildeal para la terminacioacuten del himno

Don Faustino Prieto cuando la capiUa se encontraba en silencio casi era la hora de cerrar las puertas

del templo cogioacute una escalera y trepando hasta los pies de la Virgen con la ayuda del sacristaacuten

colocoacute con mucho mimo el fresco y florido rosal prestado por Chari Como no encajaba bien en los

pies de la gran Sentildeora por las muacuteltiples flores que adornaban su camariacuten don Faustino lo hizo

descansar sobre su manto tan primorosamente bordado Aquello pareciacutea como un reguero de sangre

que moriacutea en su corazoacuten y tambieacuten en el color de la que derramoacute su Hijo en la cruz El sacerdote se

arrodilloacute ante la Virgen y rezoacute clavando la mirada al majestuoso rosal que pareciacutea tener vida no

pudiendo evitar emocionarse se levantoacute y se hizo sobre la frente la sentildeal de la cruz despueacutes se

apagaron las luces y todo el camariacuten quedoacute en silencio e inundado de paz

A tres calles de la Catedral en un edificio de Plateriacutea con sabor antildeejo por los antildeos construido en

cuyo bajo habiacutea una joyeriacutea regentada por un joyero de prestigio de la capital en su tercer y uacuteltimo

piso viviacutean un matrimonio sin hijos que el marido un especialista y cirujano en corazoacuten con un

prestigio reconocido en Espantildea y fuera de ella haciacutea Juatro antildeos que se habiacutean trasladado a Murcia

por estar cerca de los padres de su esposa Carmen Pitaluga que asiacute se llamaba ella y eacutel don Timoteo

Aranda Rondariacutea el cirujano unos 45 antildeos moreno alto fuerte y ancho de espaldas sus dedos

largos y robustos no eran oacutebice para tener una seguridad y delicadeza en el manejo del bisturiacute en

hacer un corte limpio y seguro en el interior de sus pacientes

Don Timoteo habiacutea salido de la ducha y con voz eneacutergica dijo

-Carmen espero que tengas mantildeana el tema del calentador solucionado no estoy dispuesto a

ducharme maacutes con agua friacutea

Su esposa posoacute su mirada de sumisioacuten en la cara de eacutel haciendo con la cabeza un gesto afirmativo

Pasados veinte minutos don Timoteo dando voces malsonantes saliendo del dormitorio arrojoacute con

fuerza la camisa hecha un ovillo sobre la cara de ella

-Estoy harto de decirte que quiero los cuellos de las camisas almidonados

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Gritaba poniendo la cara a centiacutemetros de ella con los ojos inyectados de ira La sentildeora Pitaluga se

perdioacute cuando le replicoacute con voz envalentonada

-Mira lo que te digo Timoteo solo tengo dos manos para solucionarte tus caprichos en tu ropa

como grabar tu nombre en cada una de tus prendas con hilo de plata tus zapatos bien lustrosos tus

corbatas

Dontildea Carmen no pudo terminar la frase la mano grande y fuerte de su esposo se estrelloacute en su cara

como una piedra en un cristal despueacutes sintioacute un golpe seco en su vientre y un dolor intenso le hizo

desplomarse sobre el sofaacute

-Si no es daacutendote paJos no haces caso no aprendes de una vez por todas y mira que hace quince

diacuteas te prometiacute que no te pegariacutea maacutes Pero tuacute me obligas a hacerlo con tus contestaciones

chulescas

El cirujano terminoacute de vestirse observoacute que ella empezaba a incorporarse con gestos de dolor

momento que aprovechoacute para salir de casa dando un tremendo golpe en la puerta al cerrar La

vecina del rellano de esa escalera Dontildea Catalina profesora de solfeo jubilada escuchoacute el estreacutepito

golpe en la puerta y tocoacute el timbre diciendo

-Carmen vecina iquestocurre algo -a la vez que golpeaba la puerta con los nudlHos

Cuando Dontildea Catalina hizo amago de retirarse la puerta se abrioacute y en el umbral se dibujoacute la figura de

Dontildea Carmen Pitaluga con un rictus de dolor y con su mano apoyada en el estomago

-Hija de Dios iquestque te ha pasado -dijo la profesora de solfeo abriendo su boca y poniendo cara de

asombro- Vamos deacutejame pasar que te limpiareacute esa sangre de la nariz

La cara de la esposa del cirujano teniacutea mal aspecto de su nariz un hilillo de sangre corriacutea hacia sus

labios estos comenzaban a inflamarse su ojo izquierdo estaba amoratado con un brillo azulado

Terminada la cura la sentildeora de la casa le dio las gracias a su vecina por tanta amabilidad Dontildea

Catalina le quitoacute importancia diciendo con sequedad

-Jamaacutes mi marido me levantoacute la mano con motivo o sin eacutel faltariacutea maacutes Queacute ganas tengo que

cambie la situacioacuten de la mujer en el mundo no seacute si yo lo vereacute

Acabada la frase Dontildea Carmen rompioacute a llorar y dijo

-Sieacutentese Catalina necesito desahogarme

Las dos mujeres se sentaron en el sofaacute del saloacuten La profesora le cogioacute una mano y dijo solemne

-La escucho con mucha atencioacuten mejor dicho te escucho Carmen Mi esposo Timoteo en el fondo

no es malo es su temperamento y el estreacutes de su trabajo Eacutel me quiere me adora pero de vez en

cuando se le escapa la mano y yo tonta de miacute siempre le perdono

-Sabes lo que te digo Carmen -le interrumpioacute la profesora- que basta ya se acaboacute que te golpee

como una mula recoges tus pertenencias y te marchas

-iquestv hacia donde puedo marcharme si mis padres son mayores y estaacuten enfermos

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Ahora las laacutegrimas corriacutean libremente por la cara de la esposa del cirujano Dontildea Catalinas observoacute

como lloraba su vecina y sintioacute profundas punzadas de rabia en su interior no pudiendo contener que

sus ojos se le arrasaran de laacutegrimas Nuestra querida patrona la Fuensantica haciacutea varios diacuteas que

habiacutea abandonado la ciudad seguida de sus fieles maacutes devotos envuelta en aplausos viacutetores flores y

truenos para descansar en su Santuario del Monte a la espera de la proacutexima primavera para ser

bajada y reconfortar con nueva savia los corazones murcianos

Cuando el sol caiacutea de plano sobre la plaza y la calle de Veroacutenicas el sacerdote con paso cansino

transporta entre sus brazos el florido rosal que le ha sido prestado por la florista Chari

-Buenos diacuteas sentildeorita lo prometido es deuda aquiacute lo tiene tal como me lo lleveacute creo que todaviacutea

mas precioso -dijo el cura dejando con mimo el primoroso rosal en el suelo entre geranios y potas

Chari le sonrioacute daacutendole las gracias El capellaacuten de la catedral prosiguioacute diciendo

-Es una cosa extrantildea todos los rosales pasados siete o diez diacuteas sus rosas se marchitan y se

mueren pero este ha sido al reveacutes sigue en buena lozaniacutea y floreciendo maacutes rosas Por curiosidad

se las conteacute el primer diacutea 25 y hoy sabe las que tiene

Chari se encogioacute de hombros poniendo cara de inocente y dijo

-iquestCuantas tiene padre

-Hija miacutea tiene la edad de Cristo cuando murioacute 33 Estoy completamente anonadado y a la vez

intrigado con este rosal iquestCoacutemo se llama el fertilizante que usa para ellos

Chari se sintioacute como un cazador furtivo que deseas que te revele el secreto de la caza del zorro con

lazo

-Lo siento padre de abonarlos de su poda y riego se preocupa mi padre Solo eacutel sabe el secreto -le

contestoacute la chica poniendo cara de increacutedula

Don Faustino antes de marcharse dijo con media sonrisa en sus labios

-Quiero que sepas que esas rosas de terciopeJo han descansado sobre el manto de la Santiacutesima

Virgen luego estaacuten bendecidas por nuestra Patrona deberiacuteas de subirle su precio

Terminoacute de hablar y dejoacute escapar una corta carcajada que contagioacute a Chari Lejos en Barcelona la

hija del fallecido jefe de seguridad Benito caminaba junto al puerto de mar el agua estaba

tranquila de un azul verdoso apenas rizado por la brisa de poniente de su mano Uevaba a su hijo

Jordi de seis antildeos fruto de aquella tarde de pasioacuten con Antonio Barbados el hijo del inspector Mena

El nintildeo habiacutea nacido ciego Motivo su madre lo ignoraba Seguacuten los doctores un glaucoma

inmadurez de la maacutecula por otros motivos que se desconociacutean Monserrat la madre preguntoacute a los

especialistas si su Jordi podra alguacuten diacutea no lejano ver solamente los objetos borrosos El prestigioso

oftalmoacutelogo Barraquer le vaticinoacute que solo dos maneras teniacutean de recuperar la visioacuten La cirugiacutea

cuando la maacutecula esteacute madura y dos un milagro que nuestra Virgen de Monserrat quiera otorgarle a

este lindo hombrecito y le estampaba un beso en su frente

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Monserrat se dirigiacutea al puerto mariacutetimo para entrevistarse con el responsable de eacutel por la noticia de

que el padre de su pequentildeo habiacutea dado sentildeales en alguacuten punto de Espantildea El pequentildeo Jordi con esa

vocecita que casi no le saliacutea del cuerpo preguntaba muy a menudo

-iquestMami doacutende estaacute mj padre es que yo soy el uacutenico nintildeo de mj colegio que no conoce a su padre

Seacute que no lo puedo ver pero con solo tocar acariciar su cara y besarla yo seriacutea el nintildeo maacutes feliz de

este mundo

y sus ojos sin luz se inundaban de laacutegrimas por todo el carintildeo que le profesaba a su padre sin

conocerlo Monserrat queda conocer el paradero de Barbados Pasoacute al despacho del jefe portuario

El responsable rondariacutea los cincuenta Enjuto en carnes de cara alargada su rostro pareciacutea cincelado

por el sol todo lo contrario que sus brazos pues llevaba una camiseta de tirantes donde los rayos del

sol habiacutean tatuado su blanca piel que casi pareciacutea trasluacutecida

El caballero con la voz tamizada de pesar dijo

-Sentildeora el chico que usted busca lo tuve bajo mis oacuterdenes varios antildeos Era bastante formal

trabajador y honrado pero como casi siempre las malas compantildeiacuteas hacen mella en los corazones

buenos y se fue hundiendo en la bebida Yo puse todo lo que teniacutea a mi alciexclmce como ocultarlo

incluso en mi despacho en ese cuartucho de enseres vjejos -y sentildealaba con la mano la puerta

despintada que habiacutea a su derecha- para que nadie lo viera embriagado Tuve el valor de que

pernoctara en mi casa varias noches con permiso de mi esposa pues no tenemos hijos y tambieacuten

fue inuacutetil Nada pude hacer y una viacutespera de Noche Buena con mi corazoacuten destrozado tuve que

despedirlo Se pasoacute dela raya Me levantoacute la mano y se rompioacute la baraja Pasado un tiempo recibiacute

una carta suya pidieacutendome disculpas Empezamos a cartearnos y hasta la fecha que espero carta

porque lleva sin escribirme maacutes de cuatro meses

Monserrat no pudo contenerse maacutes dicieacutendole con una voz sin calidez

-Pero hombre de Dios diacutegame donde se encuentra

-Perdoacuten perdoacuten sentildeora en Murcia se encuentra en Murcia

Monserrat de la mano de su hijo se habiacutea despedido del jefe portuario sintiendo en su interior un

amago de nostalgia al recordar lo feliz que fue el tiempo que estuvo en los brazos del hijo del

inspector Mena Lo amoacute locamente sin cortapisas sin importarle nada pero eacutel no supo

corresponderle Se asustoacute el diacutea que le dijo que esperaba un hijo suyo y se esfumoacute una semana antes

de que ella diera luz a la criatura Pero esa criatura ya teniacutea seis antildeos y toda su obsesioacuten no era otra

que palpar acariciar y besar el rostro de su padre pues en su colegio de ciegos y sordomudos

diariamente escuchaba las voces los besos y las carcajadas de las madres y padres de sus

compantildeeros de pupitre

El sol estaba alto y la bruma se desvaneciacutea por el puerto y sus calles Monserrat habiacutea cerrado el

portaloacuten de la mansioacuten heredada de su padre El sol se escondiacutea entre el follaje de los majestuosos

aacuterboles del jardiacuten El taxi paroacute a la entrada del recinto vallado tocando el claxon dos veces la madre

y el hijo bajaron la escalinata de mamposteriacutea de la residencia introducieacutendose en el vehiacuteculo El

taxista subioacute en dos zancadas las escaleras y comenzoacute a bajar el voluminoso equipaje de Monserrat

Una vez terminado yel choacutefer al volante dijo ella

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-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no

seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo

Jordi su hijo le respondioacute

-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin

seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes

La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas

de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos

se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se

encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su

uacuteltimo paciente

Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en

la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de

Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en

varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores

El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la

vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de

primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino

con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de

viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para

viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la

compantildeiacutea Esabe-Express

Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos

en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa

de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni

festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la

jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su

residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana

urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su

flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se

correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la

penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su

novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos

Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como

mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute

estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un

embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no

es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las

malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana

saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el

despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la

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soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la

plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones

de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con

cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para

que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del

Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones

llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un

jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que

el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los

tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su

almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik

Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre

que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro

pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba

Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo

Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el

reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don

Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el

esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora

del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de

los caballeros como si fuese un Roberto Valentino

El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora

Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la

circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma

hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer

la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada

escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara

con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle

Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos

En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le

de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella

Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su

paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada

por la sorpresa dijo

-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat

Ella contestoacute

-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo

jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde

En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos

abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas

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-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre

Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con

la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute

-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre

La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su

madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor

-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento

El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara

- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado

La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su

mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se

fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on

emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo

-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa

y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la

cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta

-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo

-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute

Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo

con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la

casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga

Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal

Al uniacutesono las dos dijeron

-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal

-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella

Monserrat le contestoacute

-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes

Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico

-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra

Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con

una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V

Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la

Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras

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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado

aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada

El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara

con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la

puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio

-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la

voz

Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el

delantal

- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa

y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten

Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo

- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu

obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa

Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su

mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de

la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave

-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi

interior calmaacutendome mi nerviosismo

-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas

La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el

beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa

Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo

-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad

-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece

que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios

miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder

para transformarlo

Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo

zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y

el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos

En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos

Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no

se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla

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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la

Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio

es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte

-iquestEstas en casa reina

El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute

profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones

exclamando

-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale

Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la

estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel

dijo solemne

-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres

-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado

lamentable en que ha quedado tu esmoquin

Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y

perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la

taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color

blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda

claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un

escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz

Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le

caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por

segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y

latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano

se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo

-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico

perdoacutename

y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas

abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por

su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el

manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten

La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja

cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios

anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel

Menchoacuten Galiana

Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos

Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno

de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten

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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel

Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su

pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo

-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje

de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa

de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la

generosidad

Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a

borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en

puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en

sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza

un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez

Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones

del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En

mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su

interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma

embriagador

Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a

la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios

inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute

sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de

posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se

arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos

rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la

noche se dirigioacute a su hijo diciendo

-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas

quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo

El criacuteo le respondioacute~

-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana

-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella

Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi

-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre

El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo

-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y

ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel

La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder

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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y

te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo

El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas

teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables

Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute

la noche en el sofaacute del saloacuten

Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute

exclamando

-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver

Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama

Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo

alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto

contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a

sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se

poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas

resbalaban por las mejillas

-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un

milagro

la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo

-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo

despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me

ha regalado

Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo

diciendo

-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos

El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia

resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden

imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para

darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen

Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino

Nunca lo sabremos amigo lector

Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias

de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don

Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un

compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos

que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro

colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con

dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don

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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije

-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se

lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se

apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un

cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta

-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo

-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono

Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al

Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron

Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su

hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle

Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas

buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy

Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez

M urda a 1 de mayo de 2006

Page 6: Barcelona amaneció espléndida en ese día de …dibujo.ramondelaguila.com/Aquel_Rosal/aquel_rosal.pdf · con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones, esperaron en una amable

-Vamos hacer lo siguiente -le contestoacute el sacerdote que frisaba los 50 antildeos de pelo rojizo pecoso

entrado en kilos de ojos marrones pero con la mirada risuentildea infantil que le hacia parecer buena

gente-como esta tarde bajan a nuestra querida patrona la Morenica yo le pongo ese rosal tan

primoroso y para cuando viaje otra vez hacia su santuario yo se lo devuelvo intacto y asiacute no pierde

usted y yo puedo contemplar esa joya a los pies de la Santiacutesima durante varios diacuteas

Dicho y hecho el sacerdote salioacute feliz y contento con su rosal bien empaquetado en una amplia caja

de cartoacuten mientras Chari lo despediacutea con un hasta pronto y una sonrisa agradable

Los cohetes surcaban el aire de esa tarde septembrina cuando nuestra patrona bajaba el Puente de

los Peligros seguida por numerosos fieles devotos de Ella A los gritos de iexclViva la Virgen de la

Fuensanta iexclViva Viva Estaacute llegando a las puertas de la santa Catedral la banda de muacutesica

municipal hace estallar en el aire los sones del himno Nacional el gentiacuteo que abarrota la plaza guarda

silencio y creo que la mayoriacutea de los alliacute presentes sienten en su interior una congoja como si ese

himno fuese un pedazo de nuestros seres maacutes queridos presentes y fallecidos Nuestra patrona se

pierde en la oscuridad de la catedral mientras la muacutesica sigue sonando y el silencio solo es roto por el

uacuteltimo trueno sentildeal para la terminacioacuten del himno

Don Faustino Prieto cuando la capiUa se encontraba en silencio casi era la hora de cerrar las puertas

del templo cogioacute una escalera y trepando hasta los pies de la Virgen con la ayuda del sacristaacuten

colocoacute con mucho mimo el fresco y florido rosal prestado por Chari Como no encajaba bien en los

pies de la gran Sentildeora por las muacuteltiples flores que adornaban su camariacuten don Faustino lo hizo

descansar sobre su manto tan primorosamente bordado Aquello pareciacutea como un reguero de sangre

que moriacutea en su corazoacuten y tambieacuten en el color de la que derramoacute su Hijo en la cruz El sacerdote se

arrodilloacute ante la Virgen y rezoacute clavando la mirada al majestuoso rosal que pareciacutea tener vida no

pudiendo evitar emocionarse se levantoacute y se hizo sobre la frente la sentildeal de la cruz despueacutes se

apagaron las luces y todo el camariacuten quedoacute en silencio e inundado de paz

A tres calles de la Catedral en un edificio de Plateriacutea con sabor antildeejo por los antildeos construido en

cuyo bajo habiacutea una joyeriacutea regentada por un joyero de prestigio de la capital en su tercer y uacuteltimo

piso viviacutean un matrimonio sin hijos que el marido un especialista y cirujano en corazoacuten con un

prestigio reconocido en Espantildea y fuera de ella haciacutea Juatro antildeos que se habiacutean trasladado a Murcia

por estar cerca de los padres de su esposa Carmen Pitaluga que asiacute se llamaba ella y eacutel don Timoteo

Aranda Rondariacutea el cirujano unos 45 antildeos moreno alto fuerte y ancho de espaldas sus dedos

largos y robustos no eran oacutebice para tener una seguridad y delicadeza en el manejo del bisturiacute en

hacer un corte limpio y seguro en el interior de sus pacientes

Don Timoteo habiacutea salido de la ducha y con voz eneacutergica dijo

-Carmen espero que tengas mantildeana el tema del calentador solucionado no estoy dispuesto a

ducharme maacutes con agua friacutea

Su esposa posoacute su mirada de sumisioacuten en la cara de eacutel haciendo con la cabeza un gesto afirmativo

Pasados veinte minutos don Timoteo dando voces malsonantes saliendo del dormitorio arrojoacute con

fuerza la camisa hecha un ovillo sobre la cara de ella

-Estoy harto de decirte que quiero los cuellos de las camisas almidonados

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Gritaba poniendo la cara a centiacutemetros de ella con los ojos inyectados de ira La sentildeora Pitaluga se

perdioacute cuando le replicoacute con voz envalentonada

-Mira lo que te digo Timoteo solo tengo dos manos para solucionarte tus caprichos en tu ropa

como grabar tu nombre en cada una de tus prendas con hilo de plata tus zapatos bien lustrosos tus

corbatas

Dontildea Carmen no pudo terminar la frase la mano grande y fuerte de su esposo se estrelloacute en su cara

como una piedra en un cristal despueacutes sintioacute un golpe seco en su vientre y un dolor intenso le hizo

desplomarse sobre el sofaacute

-Si no es daacutendote paJos no haces caso no aprendes de una vez por todas y mira que hace quince

diacuteas te prometiacute que no te pegariacutea maacutes Pero tuacute me obligas a hacerlo con tus contestaciones

chulescas

El cirujano terminoacute de vestirse observoacute que ella empezaba a incorporarse con gestos de dolor

momento que aprovechoacute para salir de casa dando un tremendo golpe en la puerta al cerrar La

vecina del rellano de esa escalera Dontildea Catalina profesora de solfeo jubilada escuchoacute el estreacutepito

golpe en la puerta y tocoacute el timbre diciendo

-Carmen vecina iquestocurre algo -a la vez que golpeaba la puerta con los nudlHos

Cuando Dontildea Catalina hizo amago de retirarse la puerta se abrioacute y en el umbral se dibujoacute la figura de

Dontildea Carmen Pitaluga con un rictus de dolor y con su mano apoyada en el estomago

-Hija de Dios iquestque te ha pasado -dijo la profesora de solfeo abriendo su boca y poniendo cara de

asombro- Vamos deacutejame pasar que te limpiareacute esa sangre de la nariz

La cara de la esposa del cirujano teniacutea mal aspecto de su nariz un hilillo de sangre corriacutea hacia sus

labios estos comenzaban a inflamarse su ojo izquierdo estaba amoratado con un brillo azulado

Terminada la cura la sentildeora de la casa le dio las gracias a su vecina por tanta amabilidad Dontildea

Catalina le quitoacute importancia diciendo con sequedad

-Jamaacutes mi marido me levantoacute la mano con motivo o sin eacutel faltariacutea maacutes Queacute ganas tengo que

cambie la situacioacuten de la mujer en el mundo no seacute si yo lo vereacute

Acabada la frase Dontildea Carmen rompioacute a llorar y dijo

-Sieacutentese Catalina necesito desahogarme

Las dos mujeres se sentaron en el sofaacute del saloacuten La profesora le cogioacute una mano y dijo solemne

-La escucho con mucha atencioacuten mejor dicho te escucho Carmen Mi esposo Timoteo en el fondo

no es malo es su temperamento y el estreacutes de su trabajo Eacutel me quiere me adora pero de vez en

cuando se le escapa la mano y yo tonta de miacute siempre le perdono

-Sabes lo que te digo Carmen -le interrumpioacute la profesora- que basta ya se acaboacute que te golpee

como una mula recoges tus pertenencias y te marchas

-iquestv hacia donde puedo marcharme si mis padres son mayores y estaacuten enfermos

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Ahora las laacutegrimas corriacutean libremente por la cara de la esposa del cirujano Dontildea Catalinas observoacute

como lloraba su vecina y sintioacute profundas punzadas de rabia en su interior no pudiendo contener que

sus ojos se le arrasaran de laacutegrimas Nuestra querida patrona la Fuensantica haciacutea varios diacuteas que

habiacutea abandonado la ciudad seguida de sus fieles maacutes devotos envuelta en aplausos viacutetores flores y

truenos para descansar en su Santuario del Monte a la espera de la proacutexima primavera para ser

bajada y reconfortar con nueva savia los corazones murcianos

Cuando el sol caiacutea de plano sobre la plaza y la calle de Veroacutenicas el sacerdote con paso cansino

transporta entre sus brazos el florido rosal que le ha sido prestado por la florista Chari

-Buenos diacuteas sentildeorita lo prometido es deuda aquiacute lo tiene tal como me lo lleveacute creo que todaviacutea

mas precioso -dijo el cura dejando con mimo el primoroso rosal en el suelo entre geranios y potas

Chari le sonrioacute daacutendole las gracias El capellaacuten de la catedral prosiguioacute diciendo

-Es una cosa extrantildea todos los rosales pasados siete o diez diacuteas sus rosas se marchitan y se

mueren pero este ha sido al reveacutes sigue en buena lozaniacutea y floreciendo maacutes rosas Por curiosidad

se las conteacute el primer diacutea 25 y hoy sabe las que tiene

Chari se encogioacute de hombros poniendo cara de inocente y dijo

-iquestCuantas tiene padre

-Hija miacutea tiene la edad de Cristo cuando murioacute 33 Estoy completamente anonadado y a la vez

intrigado con este rosal iquestCoacutemo se llama el fertilizante que usa para ellos

Chari se sintioacute como un cazador furtivo que deseas que te revele el secreto de la caza del zorro con

lazo

-Lo siento padre de abonarlos de su poda y riego se preocupa mi padre Solo eacutel sabe el secreto -le

contestoacute la chica poniendo cara de increacutedula

Don Faustino antes de marcharse dijo con media sonrisa en sus labios

-Quiero que sepas que esas rosas de terciopeJo han descansado sobre el manto de la Santiacutesima

Virgen luego estaacuten bendecidas por nuestra Patrona deberiacuteas de subirle su precio

Terminoacute de hablar y dejoacute escapar una corta carcajada que contagioacute a Chari Lejos en Barcelona la

hija del fallecido jefe de seguridad Benito caminaba junto al puerto de mar el agua estaba

tranquila de un azul verdoso apenas rizado por la brisa de poniente de su mano Uevaba a su hijo

Jordi de seis antildeos fruto de aquella tarde de pasioacuten con Antonio Barbados el hijo del inspector Mena

El nintildeo habiacutea nacido ciego Motivo su madre lo ignoraba Seguacuten los doctores un glaucoma

inmadurez de la maacutecula por otros motivos que se desconociacutean Monserrat la madre preguntoacute a los

especialistas si su Jordi podra alguacuten diacutea no lejano ver solamente los objetos borrosos El prestigioso

oftalmoacutelogo Barraquer le vaticinoacute que solo dos maneras teniacutean de recuperar la visioacuten La cirugiacutea

cuando la maacutecula esteacute madura y dos un milagro que nuestra Virgen de Monserrat quiera otorgarle a

este lindo hombrecito y le estampaba un beso en su frente

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Monserrat se dirigiacutea al puerto mariacutetimo para entrevistarse con el responsable de eacutel por la noticia de

que el padre de su pequentildeo habiacutea dado sentildeales en alguacuten punto de Espantildea El pequentildeo Jordi con esa

vocecita que casi no le saliacutea del cuerpo preguntaba muy a menudo

-iquestMami doacutende estaacute mj padre es que yo soy el uacutenico nintildeo de mj colegio que no conoce a su padre

Seacute que no lo puedo ver pero con solo tocar acariciar su cara y besarla yo seriacutea el nintildeo maacutes feliz de

este mundo

y sus ojos sin luz se inundaban de laacutegrimas por todo el carintildeo que le profesaba a su padre sin

conocerlo Monserrat queda conocer el paradero de Barbados Pasoacute al despacho del jefe portuario

El responsable rondariacutea los cincuenta Enjuto en carnes de cara alargada su rostro pareciacutea cincelado

por el sol todo lo contrario que sus brazos pues llevaba una camiseta de tirantes donde los rayos del

sol habiacutean tatuado su blanca piel que casi pareciacutea trasluacutecida

El caballero con la voz tamizada de pesar dijo

-Sentildeora el chico que usted busca lo tuve bajo mis oacuterdenes varios antildeos Era bastante formal

trabajador y honrado pero como casi siempre las malas compantildeiacuteas hacen mella en los corazones

buenos y se fue hundiendo en la bebida Yo puse todo lo que teniacutea a mi alciexclmce como ocultarlo

incluso en mi despacho en ese cuartucho de enseres vjejos -y sentildealaba con la mano la puerta

despintada que habiacutea a su derecha- para que nadie lo viera embriagado Tuve el valor de que

pernoctara en mi casa varias noches con permiso de mi esposa pues no tenemos hijos y tambieacuten

fue inuacutetil Nada pude hacer y una viacutespera de Noche Buena con mi corazoacuten destrozado tuve que

despedirlo Se pasoacute dela raya Me levantoacute la mano y se rompioacute la baraja Pasado un tiempo recibiacute

una carta suya pidieacutendome disculpas Empezamos a cartearnos y hasta la fecha que espero carta

porque lleva sin escribirme maacutes de cuatro meses

Monserrat no pudo contenerse maacutes dicieacutendole con una voz sin calidez

-Pero hombre de Dios diacutegame donde se encuentra

-Perdoacuten perdoacuten sentildeora en Murcia se encuentra en Murcia

Monserrat de la mano de su hijo se habiacutea despedido del jefe portuario sintiendo en su interior un

amago de nostalgia al recordar lo feliz que fue el tiempo que estuvo en los brazos del hijo del

inspector Mena Lo amoacute locamente sin cortapisas sin importarle nada pero eacutel no supo

corresponderle Se asustoacute el diacutea que le dijo que esperaba un hijo suyo y se esfumoacute una semana antes

de que ella diera luz a la criatura Pero esa criatura ya teniacutea seis antildeos y toda su obsesioacuten no era otra

que palpar acariciar y besar el rostro de su padre pues en su colegio de ciegos y sordomudos

diariamente escuchaba las voces los besos y las carcajadas de las madres y padres de sus

compantildeeros de pupitre

El sol estaba alto y la bruma se desvaneciacutea por el puerto y sus calles Monserrat habiacutea cerrado el

portaloacuten de la mansioacuten heredada de su padre El sol se escondiacutea entre el follaje de los majestuosos

aacuterboles del jardiacuten El taxi paroacute a la entrada del recinto vallado tocando el claxon dos veces la madre

y el hijo bajaron la escalinata de mamposteriacutea de la residencia introducieacutendose en el vehiacuteculo El

taxista subioacute en dos zancadas las escaleras y comenzoacute a bajar el voluminoso equipaje de Monserrat

Una vez terminado yel choacutefer al volante dijo ella

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-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no

seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo

Jordi su hijo le respondioacute

-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin

seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes

La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas

de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos

se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se

encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su

uacuteltimo paciente

Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en

la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de

Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en

varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores

El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la

vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de

primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino

con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de

viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para

viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la

compantildeiacutea Esabe-Express

Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos

en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa

de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni

festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la

jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su

residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana

urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su

flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se

correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la

penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su

novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos

Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como

mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute

estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un

embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no

es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las

malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana

saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el

despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la

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soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la

plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones

de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con

cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para

que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del

Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones

llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un

jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que

el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los

tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su

almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik

Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre

que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro

pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba

Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo

Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el

reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don

Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el

esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora

del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de

los caballeros como si fuese un Roberto Valentino

El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora

Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la

circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma

hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer

la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada

escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara

con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle

Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos

En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le

de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella

Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su

paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada

por la sorpresa dijo

-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat

Ella contestoacute

-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo

jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde

En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos

abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas

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-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre

Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con

la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute

-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre

La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su

madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor

-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento

El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara

- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado

La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su

mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se

fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on

emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo

-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa

y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la

cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta

-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo

-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute

Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo

con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la

casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga

Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal

Al uniacutesono las dos dijeron

-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal

-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella

Monserrat le contestoacute

-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes

Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico

-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra

Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con

una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V

Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la

Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras

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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado

aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada

El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara

con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la

puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio

-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la

voz

Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el

delantal

- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa

y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten

Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo

- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu

obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa

Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su

mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de

la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave

-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi

interior calmaacutendome mi nerviosismo

-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas

La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el

beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa

Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo

-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad

-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece

que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios

miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder

para transformarlo

Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo

zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y

el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos

En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos

Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no

se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla

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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la

Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio

es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte

-iquestEstas en casa reina

El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute

profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones

exclamando

-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale

Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la

estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel

dijo solemne

-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres

-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado

lamentable en que ha quedado tu esmoquin

Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y

perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la

taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color

blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda

claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un

escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz

Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le

caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por

segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y

latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano

se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo

-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico

perdoacutename

y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas

abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por

su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el

manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten

La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja

cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios

anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel

Menchoacuten Galiana

Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos

Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno

de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten

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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel

Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su

pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo

-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje

de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa

de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la

generosidad

Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a

borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en

puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en

sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza

un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez

Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones

del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En

mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su

interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma

embriagador

Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a

la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios

inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute

sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de

posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se

arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos

rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la

noche se dirigioacute a su hijo diciendo

-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas

quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo

El criacuteo le respondioacute~

-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana

-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella

Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi

-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre

El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo

-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y

ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel

La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder

15

-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y

te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo

El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas

teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables

Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute

la noche en el sofaacute del saloacuten

Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute

exclamando

-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver

Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama

Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo

alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto

contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a

sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se

poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas

resbalaban por las mejillas

-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un

milagro

la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo

-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo

despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me

ha regalado

Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo

diciendo

-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos

El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia

resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden

imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para

darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen

Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino

Nunca lo sabremos amigo lector

Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias

de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don

Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un

compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos

que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro

colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con

dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don

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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije

-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se

lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se

apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un

cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta

-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo

-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono

Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al

Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron

Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su

hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle

Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas

buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy

Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez

M urda a 1 de mayo de 2006

Page 7: Barcelona amaneció espléndida en ese día de …dibujo.ramondelaguila.com/Aquel_Rosal/aquel_rosal.pdf · con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones, esperaron en una amable

Gritaba poniendo la cara a centiacutemetros de ella con los ojos inyectados de ira La sentildeora Pitaluga se

perdioacute cuando le replicoacute con voz envalentonada

-Mira lo que te digo Timoteo solo tengo dos manos para solucionarte tus caprichos en tu ropa

como grabar tu nombre en cada una de tus prendas con hilo de plata tus zapatos bien lustrosos tus

corbatas

Dontildea Carmen no pudo terminar la frase la mano grande y fuerte de su esposo se estrelloacute en su cara

como una piedra en un cristal despueacutes sintioacute un golpe seco en su vientre y un dolor intenso le hizo

desplomarse sobre el sofaacute

-Si no es daacutendote paJos no haces caso no aprendes de una vez por todas y mira que hace quince

diacuteas te prometiacute que no te pegariacutea maacutes Pero tuacute me obligas a hacerlo con tus contestaciones

chulescas

El cirujano terminoacute de vestirse observoacute que ella empezaba a incorporarse con gestos de dolor

momento que aprovechoacute para salir de casa dando un tremendo golpe en la puerta al cerrar La

vecina del rellano de esa escalera Dontildea Catalina profesora de solfeo jubilada escuchoacute el estreacutepito

golpe en la puerta y tocoacute el timbre diciendo

-Carmen vecina iquestocurre algo -a la vez que golpeaba la puerta con los nudlHos

Cuando Dontildea Catalina hizo amago de retirarse la puerta se abrioacute y en el umbral se dibujoacute la figura de

Dontildea Carmen Pitaluga con un rictus de dolor y con su mano apoyada en el estomago

-Hija de Dios iquestque te ha pasado -dijo la profesora de solfeo abriendo su boca y poniendo cara de

asombro- Vamos deacutejame pasar que te limpiareacute esa sangre de la nariz

La cara de la esposa del cirujano teniacutea mal aspecto de su nariz un hilillo de sangre corriacutea hacia sus

labios estos comenzaban a inflamarse su ojo izquierdo estaba amoratado con un brillo azulado

Terminada la cura la sentildeora de la casa le dio las gracias a su vecina por tanta amabilidad Dontildea

Catalina le quitoacute importancia diciendo con sequedad

-Jamaacutes mi marido me levantoacute la mano con motivo o sin eacutel faltariacutea maacutes Queacute ganas tengo que

cambie la situacioacuten de la mujer en el mundo no seacute si yo lo vereacute

Acabada la frase Dontildea Carmen rompioacute a llorar y dijo

-Sieacutentese Catalina necesito desahogarme

Las dos mujeres se sentaron en el sofaacute del saloacuten La profesora le cogioacute una mano y dijo solemne

-La escucho con mucha atencioacuten mejor dicho te escucho Carmen Mi esposo Timoteo en el fondo

no es malo es su temperamento y el estreacutes de su trabajo Eacutel me quiere me adora pero de vez en

cuando se le escapa la mano y yo tonta de miacute siempre le perdono

-Sabes lo que te digo Carmen -le interrumpioacute la profesora- que basta ya se acaboacute que te golpee

como una mula recoges tus pertenencias y te marchas

-iquestv hacia donde puedo marcharme si mis padres son mayores y estaacuten enfermos

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Ahora las laacutegrimas corriacutean libremente por la cara de la esposa del cirujano Dontildea Catalinas observoacute

como lloraba su vecina y sintioacute profundas punzadas de rabia en su interior no pudiendo contener que

sus ojos se le arrasaran de laacutegrimas Nuestra querida patrona la Fuensantica haciacutea varios diacuteas que

habiacutea abandonado la ciudad seguida de sus fieles maacutes devotos envuelta en aplausos viacutetores flores y

truenos para descansar en su Santuario del Monte a la espera de la proacutexima primavera para ser

bajada y reconfortar con nueva savia los corazones murcianos

Cuando el sol caiacutea de plano sobre la plaza y la calle de Veroacutenicas el sacerdote con paso cansino

transporta entre sus brazos el florido rosal que le ha sido prestado por la florista Chari

-Buenos diacuteas sentildeorita lo prometido es deuda aquiacute lo tiene tal como me lo lleveacute creo que todaviacutea

mas precioso -dijo el cura dejando con mimo el primoroso rosal en el suelo entre geranios y potas

Chari le sonrioacute daacutendole las gracias El capellaacuten de la catedral prosiguioacute diciendo

-Es una cosa extrantildea todos los rosales pasados siete o diez diacuteas sus rosas se marchitan y se

mueren pero este ha sido al reveacutes sigue en buena lozaniacutea y floreciendo maacutes rosas Por curiosidad

se las conteacute el primer diacutea 25 y hoy sabe las que tiene

Chari se encogioacute de hombros poniendo cara de inocente y dijo

-iquestCuantas tiene padre

-Hija miacutea tiene la edad de Cristo cuando murioacute 33 Estoy completamente anonadado y a la vez

intrigado con este rosal iquestCoacutemo se llama el fertilizante que usa para ellos

Chari se sintioacute como un cazador furtivo que deseas que te revele el secreto de la caza del zorro con

lazo

-Lo siento padre de abonarlos de su poda y riego se preocupa mi padre Solo eacutel sabe el secreto -le

contestoacute la chica poniendo cara de increacutedula

Don Faustino antes de marcharse dijo con media sonrisa en sus labios

-Quiero que sepas que esas rosas de terciopeJo han descansado sobre el manto de la Santiacutesima

Virgen luego estaacuten bendecidas por nuestra Patrona deberiacuteas de subirle su precio

Terminoacute de hablar y dejoacute escapar una corta carcajada que contagioacute a Chari Lejos en Barcelona la

hija del fallecido jefe de seguridad Benito caminaba junto al puerto de mar el agua estaba

tranquila de un azul verdoso apenas rizado por la brisa de poniente de su mano Uevaba a su hijo

Jordi de seis antildeos fruto de aquella tarde de pasioacuten con Antonio Barbados el hijo del inspector Mena

El nintildeo habiacutea nacido ciego Motivo su madre lo ignoraba Seguacuten los doctores un glaucoma

inmadurez de la maacutecula por otros motivos que se desconociacutean Monserrat la madre preguntoacute a los

especialistas si su Jordi podra alguacuten diacutea no lejano ver solamente los objetos borrosos El prestigioso

oftalmoacutelogo Barraquer le vaticinoacute que solo dos maneras teniacutean de recuperar la visioacuten La cirugiacutea

cuando la maacutecula esteacute madura y dos un milagro que nuestra Virgen de Monserrat quiera otorgarle a

este lindo hombrecito y le estampaba un beso en su frente

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Monserrat se dirigiacutea al puerto mariacutetimo para entrevistarse con el responsable de eacutel por la noticia de

que el padre de su pequentildeo habiacutea dado sentildeales en alguacuten punto de Espantildea El pequentildeo Jordi con esa

vocecita que casi no le saliacutea del cuerpo preguntaba muy a menudo

-iquestMami doacutende estaacute mj padre es que yo soy el uacutenico nintildeo de mj colegio que no conoce a su padre

Seacute que no lo puedo ver pero con solo tocar acariciar su cara y besarla yo seriacutea el nintildeo maacutes feliz de

este mundo

y sus ojos sin luz se inundaban de laacutegrimas por todo el carintildeo que le profesaba a su padre sin

conocerlo Monserrat queda conocer el paradero de Barbados Pasoacute al despacho del jefe portuario

El responsable rondariacutea los cincuenta Enjuto en carnes de cara alargada su rostro pareciacutea cincelado

por el sol todo lo contrario que sus brazos pues llevaba una camiseta de tirantes donde los rayos del

sol habiacutean tatuado su blanca piel que casi pareciacutea trasluacutecida

El caballero con la voz tamizada de pesar dijo

-Sentildeora el chico que usted busca lo tuve bajo mis oacuterdenes varios antildeos Era bastante formal

trabajador y honrado pero como casi siempre las malas compantildeiacuteas hacen mella en los corazones

buenos y se fue hundiendo en la bebida Yo puse todo lo que teniacutea a mi alciexclmce como ocultarlo

incluso en mi despacho en ese cuartucho de enseres vjejos -y sentildealaba con la mano la puerta

despintada que habiacutea a su derecha- para que nadie lo viera embriagado Tuve el valor de que

pernoctara en mi casa varias noches con permiso de mi esposa pues no tenemos hijos y tambieacuten

fue inuacutetil Nada pude hacer y una viacutespera de Noche Buena con mi corazoacuten destrozado tuve que

despedirlo Se pasoacute dela raya Me levantoacute la mano y se rompioacute la baraja Pasado un tiempo recibiacute

una carta suya pidieacutendome disculpas Empezamos a cartearnos y hasta la fecha que espero carta

porque lleva sin escribirme maacutes de cuatro meses

Monserrat no pudo contenerse maacutes dicieacutendole con una voz sin calidez

-Pero hombre de Dios diacutegame donde se encuentra

-Perdoacuten perdoacuten sentildeora en Murcia se encuentra en Murcia

Monserrat de la mano de su hijo se habiacutea despedido del jefe portuario sintiendo en su interior un

amago de nostalgia al recordar lo feliz que fue el tiempo que estuvo en los brazos del hijo del

inspector Mena Lo amoacute locamente sin cortapisas sin importarle nada pero eacutel no supo

corresponderle Se asustoacute el diacutea que le dijo que esperaba un hijo suyo y se esfumoacute una semana antes

de que ella diera luz a la criatura Pero esa criatura ya teniacutea seis antildeos y toda su obsesioacuten no era otra

que palpar acariciar y besar el rostro de su padre pues en su colegio de ciegos y sordomudos

diariamente escuchaba las voces los besos y las carcajadas de las madres y padres de sus

compantildeeros de pupitre

El sol estaba alto y la bruma se desvaneciacutea por el puerto y sus calles Monserrat habiacutea cerrado el

portaloacuten de la mansioacuten heredada de su padre El sol se escondiacutea entre el follaje de los majestuosos

aacuterboles del jardiacuten El taxi paroacute a la entrada del recinto vallado tocando el claxon dos veces la madre

y el hijo bajaron la escalinata de mamposteriacutea de la residencia introducieacutendose en el vehiacuteculo El

taxista subioacute en dos zancadas las escaleras y comenzoacute a bajar el voluminoso equipaje de Monserrat

Una vez terminado yel choacutefer al volante dijo ella

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-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no

seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo

Jordi su hijo le respondioacute

-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin

seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes

La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas

de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos

se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se

encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su

uacuteltimo paciente

Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en

la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de

Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en

varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores

El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la

vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de

primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino

con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de

viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para

viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la

compantildeiacutea Esabe-Express

Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos

en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa

de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni

festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la

jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su

residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana

urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su

flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se

correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la

penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su

novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos

Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como

mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute

estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un

embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no

es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las

malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana

saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el

despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la

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soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la

plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones

de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con

cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para

que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del

Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones

llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un

jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que

el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los

tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su

almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik

Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre

que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro

pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba

Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo

Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el

reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don

Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el

esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora

del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de

los caballeros como si fuese un Roberto Valentino

El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora

Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la

circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma

hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer

la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada

escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara

con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle

Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos

En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le

de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella

Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su

paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada

por la sorpresa dijo

-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat

Ella contestoacute

-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo

jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde

En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos

abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas

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-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre

Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con

la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute

-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre

La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su

madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor

-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento

El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara

- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado

La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su

mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se

fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on

emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo

-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa

y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la

cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta

-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo

-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute

Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo

con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la

casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga

Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal

Al uniacutesono las dos dijeron

-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal

-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella

Monserrat le contestoacute

-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes

Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico

-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra

Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con

una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V

Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la

Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras

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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado

aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada

El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara

con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la

puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio

-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la

voz

Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el

delantal

- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa

y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten

Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo

- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu

obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa

Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su

mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de

la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave

-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi

interior calmaacutendome mi nerviosismo

-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas

La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el

beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa

Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo

-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad

-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece

que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios

miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder

para transformarlo

Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo

zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y

el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos

En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos

Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no

se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla

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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la

Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio

es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte

-iquestEstas en casa reina

El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute

profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones

exclamando

-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale

Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la

estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel

dijo solemne

-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres

-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado

lamentable en que ha quedado tu esmoquin

Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y

perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la

taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color

blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda

claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un

escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz

Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le

caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por

segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y

latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano

se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo

-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico

perdoacutename

y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas

abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por

su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el

manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten

La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja

cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios

anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel

Menchoacuten Galiana

Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos

Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno

de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten

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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel

Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su

pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo

-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje

de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa

de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la

generosidad

Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a

borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en

puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en

sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza

un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez

Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones

del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En

mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su

interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma

embriagador

Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a

la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios

inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute

sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de

posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se

arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos

rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la

noche se dirigioacute a su hijo diciendo

-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas

quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo

El criacuteo le respondioacute~

-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana

-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella

Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi

-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre

El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo

-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y

ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel

La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder

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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y

te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo

El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas

teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables

Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute

la noche en el sofaacute del saloacuten

Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute

exclamando

-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver

Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama

Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo

alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto

contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a

sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se

poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas

resbalaban por las mejillas

-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un

milagro

la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo

-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo

despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me

ha regalado

Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo

diciendo

-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos

El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia

resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden

imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para

darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen

Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino

Nunca lo sabremos amigo lector

Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias

de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don

Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un

compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos

que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro

colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con

dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don

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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije

-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se

lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se

apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un

cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta

-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo

-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono

Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al

Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron

Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su

hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle

Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas

buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy

Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez

M urda a 1 de mayo de 2006

Page 8: Barcelona amaneció espléndida en ese día de …dibujo.ramondelaguila.com/Aquel_Rosal/aquel_rosal.pdf · con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones, esperaron en una amable

Ahora las laacutegrimas corriacutean libremente por la cara de la esposa del cirujano Dontildea Catalinas observoacute

como lloraba su vecina y sintioacute profundas punzadas de rabia en su interior no pudiendo contener que

sus ojos se le arrasaran de laacutegrimas Nuestra querida patrona la Fuensantica haciacutea varios diacuteas que

habiacutea abandonado la ciudad seguida de sus fieles maacutes devotos envuelta en aplausos viacutetores flores y

truenos para descansar en su Santuario del Monte a la espera de la proacutexima primavera para ser

bajada y reconfortar con nueva savia los corazones murcianos

Cuando el sol caiacutea de plano sobre la plaza y la calle de Veroacutenicas el sacerdote con paso cansino

transporta entre sus brazos el florido rosal que le ha sido prestado por la florista Chari

-Buenos diacuteas sentildeorita lo prometido es deuda aquiacute lo tiene tal como me lo lleveacute creo que todaviacutea

mas precioso -dijo el cura dejando con mimo el primoroso rosal en el suelo entre geranios y potas

Chari le sonrioacute daacutendole las gracias El capellaacuten de la catedral prosiguioacute diciendo

-Es una cosa extrantildea todos los rosales pasados siete o diez diacuteas sus rosas se marchitan y se

mueren pero este ha sido al reveacutes sigue en buena lozaniacutea y floreciendo maacutes rosas Por curiosidad

se las conteacute el primer diacutea 25 y hoy sabe las que tiene

Chari se encogioacute de hombros poniendo cara de inocente y dijo

-iquestCuantas tiene padre

-Hija miacutea tiene la edad de Cristo cuando murioacute 33 Estoy completamente anonadado y a la vez

intrigado con este rosal iquestCoacutemo se llama el fertilizante que usa para ellos

Chari se sintioacute como un cazador furtivo que deseas que te revele el secreto de la caza del zorro con

lazo

-Lo siento padre de abonarlos de su poda y riego se preocupa mi padre Solo eacutel sabe el secreto -le

contestoacute la chica poniendo cara de increacutedula

Don Faustino antes de marcharse dijo con media sonrisa en sus labios

-Quiero que sepas que esas rosas de terciopeJo han descansado sobre el manto de la Santiacutesima

Virgen luego estaacuten bendecidas por nuestra Patrona deberiacuteas de subirle su precio

Terminoacute de hablar y dejoacute escapar una corta carcajada que contagioacute a Chari Lejos en Barcelona la

hija del fallecido jefe de seguridad Benito caminaba junto al puerto de mar el agua estaba

tranquila de un azul verdoso apenas rizado por la brisa de poniente de su mano Uevaba a su hijo

Jordi de seis antildeos fruto de aquella tarde de pasioacuten con Antonio Barbados el hijo del inspector Mena

El nintildeo habiacutea nacido ciego Motivo su madre lo ignoraba Seguacuten los doctores un glaucoma

inmadurez de la maacutecula por otros motivos que se desconociacutean Monserrat la madre preguntoacute a los

especialistas si su Jordi podra alguacuten diacutea no lejano ver solamente los objetos borrosos El prestigioso

oftalmoacutelogo Barraquer le vaticinoacute que solo dos maneras teniacutean de recuperar la visioacuten La cirugiacutea

cuando la maacutecula esteacute madura y dos un milagro que nuestra Virgen de Monserrat quiera otorgarle a

este lindo hombrecito y le estampaba un beso en su frente

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Monserrat se dirigiacutea al puerto mariacutetimo para entrevistarse con el responsable de eacutel por la noticia de

que el padre de su pequentildeo habiacutea dado sentildeales en alguacuten punto de Espantildea El pequentildeo Jordi con esa

vocecita que casi no le saliacutea del cuerpo preguntaba muy a menudo

-iquestMami doacutende estaacute mj padre es que yo soy el uacutenico nintildeo de mj colegio que no conoce a su padre

Seacute que no lo puedo ver pero con solo tocar acariciar su cara y besarla yo seriacutea el nintildeo maacutes feliz de

este mundo

y sus ojos sin luz se inundaban de laacutegrimas por todo el carintildeo que le profesaba a su padre sin

conocerlo Monserrat queda conocer el paradero de Barbados Pasoacute al despacho del jefe portuario

El responsable rondariacutea los cincuenta Enjuto en carnes de cara alargada su rostro pareciacutea cincelado

por el sol todo lo contrario que sus brazos pues llevaba una camiseta de tirantes donde los rayos del

sol habiacutean tatuado su blanca piel que casi pareciacutea trasluacutecida

El caballero con la voz tamizada de pesar dijo

-Sentildeora el chico que usted busca lo tuve bajo mis oacuterdenes varios antildeos Era bastante formal

trabajador y honrado pero como casi siempre las malas compantildeiacuteas hacen mella en los corazones

buenos y se fue hundiendo en la bebida Yo puse todo lo que teniacutea a mi alciexclmce como ocultarlo

incluso en mi despacho en ese cuartucho de enseres vjejos -y sentildealaba con la mano la puerta

despintada que habiacutea a su derecha- para que nadie lo viera embriagado Tuve el valor de que

pernoctara en mi casa varias noches con permiso de mi esposa pues no tenemos hijos y tambieacuten

fue inuacutetil Nada pude hacer y una viacutespera de Noche Buena con mi corazoacuten destrozado tuve que

despedirlo Se pasoacute dela raya Me levantoacute la mano y se rompioacute la baraja Pasado un tiempo recibiacute

una carta suya pidieacutendome disculpas Empezamos a cartearnos y hasta la fecha que espero carta

porque lleva sin escribirme maacutes de cuatro meses

Monserrat no pudo contenerse maacutes dicieacutendole con una voz sin calidez

-Pero hombre de Dios diacutegame donde se encuentra

-Perdoacuten perdoacuten sentildeora en Murcia se encuentra en Murcia

Monserrat de la mano de su hijo se habiacutea despedido del jefe portuario sintiendo en su interior un

amago de nostalgia al recordar lo feliz que fue el tiempo que estuvo en los brazos del hijo del

inspector Mena Lo amoacute locamente sin cortapisas sin importarle nada pero eacutel no supo

corresponderle Se asustoacute el diacutea que le dijo que esperaba un hijo suyo y se esfumoacute una semana antes

de que ella diera luz a la criatura Pero esa criatura ya teniacutea seis antildeos y toda su obsesioacuten no era otra

que palpar acariciar y besar el rostro de su padre pues en su colegio de ciegos y sordomudos

diariamente escuchaba las voces los besos y las carcajadas de las madres y padres de sus

compantildeeros de pupitre

El sol estaba alto y la bruma se desvaneciacutea por el puerto y sus calles Monserrat habiacutea cerrado el

portaloacuten de la mansioacuten heredada de su padre El sol se escondiacutea entre el follaje de los majestuosos

aacuterboles del jardiacuten El taxi paroacute a la entrada del recinto vallado tocando el claxon dos veces la madre

y el hijo bajaron la escalinata de mamposteriacutea de la residencia introducieacutendose en el vehiacuteculo El

taxista subioacute en dos zancadas las escaleras y comenzoacute a bajar el voluminoso equipaje de Monserrat

Una vez terminado yel choacutefer al volante dijo ella

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-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no

seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo

Jordi su hijo le respondioacute

-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin

seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes

La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas

de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos

se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se

encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su

uacuteltimo paciente

Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en

la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de

Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en

varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores

El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la

vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de

primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino

con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de

viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para

viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la

compantildeiacutea Esabe-Express

Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos

en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa

de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni

festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la

jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su

residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana

urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su

flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se

correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la

penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su

novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos

Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como

mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute

estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un

embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no

es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las

malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana

saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el

despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la

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soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la

plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones

de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con

cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para

que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del

Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones

llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un

jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que

el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los

tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su

almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik

Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre

que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro

pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba

Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo

Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el

reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don

Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el

esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora

del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de

los caballeros como si fuese un Roberto Valentino

El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora

Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la

circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma

hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer

la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada

escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara

con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle

Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos

En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le

de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella

Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su

paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada

por la sorpresa dijo

-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat

Ella contestoacute

-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo

jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde

En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos

abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas

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-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre

Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con

la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute

-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre

La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su

madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor

-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento

El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara

- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado

La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su

mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se

fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on

emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo

-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa

y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la

cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta

-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo

-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute

Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo

con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la

casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga

Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal

Al uniacutesono las dos dijeron

-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal

-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella

Monserrat le contestoacute

-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes

Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico

-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra

Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con

una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V

Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la

Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras

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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado

aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada

El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara

con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la

puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio

-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la

voz

Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el

delantal

- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa

y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten

Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo

- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu

obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa

Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su

mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de

la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave

-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi

interior calmaacutendome mi nerviosismo

-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas

La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el

beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa

Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo

-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad

-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece

que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios

miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder

para transformarlo

Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo

zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y

el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos

En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos

Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no

se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla

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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la

Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio

es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte

-iquestEstas en casa reina

El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute

profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones

exclamando

-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale

Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la

estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel

dijo solemne

-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres

-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado

lamentable en que ha quedado tu esmoquin

Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y

perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la

taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color

blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda

claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un

escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz

Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le

caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por

segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y

latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano

se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo

-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico

perdoacutename

y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas

abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por

su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el

manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten

La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja

cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios

anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel

Menchoacuten Galiana

Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos

Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno

de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten

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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel

Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su

pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo

-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje

de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa

de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la

generosidad

Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a

borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en

puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en

sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza

un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez

Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones

del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En

mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su

interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma

embriagador

Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a

la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios

inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute

sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de

posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se

arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos

rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la

noche se dirigioacute a su hijo diciendo

-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas

quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo

El criacuteo le respondioacute~

-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana

-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella

Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi

-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre

El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo

-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y

ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel

La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder

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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y

te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo

El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas

teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables

Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute

la noche en el sofaacute del saloacuten

Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute

exclamando

-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver

Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama

Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo

alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto

contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a

sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se

poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas

resbalaban por las mejillas

-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un

milagro

la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo

-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo

despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me

ha regalado

Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo

diciendo

-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos

El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia

resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden

imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para

darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen

Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino

Nunca lo sabremos amigo lector

Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias

de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don

Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un

compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos

que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro

colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con

dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don

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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije

-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se

lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se

apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un

cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta

-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo

-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono

Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al

Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron

Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su

hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle

Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas

buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy

Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez

M urda a 1 de mayo de 2006

Page 9: Barcelona amaneció espléndida en ese día de …dibujo.ramondelaguila.com/Aquel_Rosal/aquel_rosal.pdf · con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones, esperaron en una amable

Monserrat se dirigiacutea al puerto mariacutetimo para entrevistarse con el responsable de eacutel por la noticia de

que el padre de su pequentildeo habiacutea dado sentildeales en alguacuten punto de Espantildea El pequentildeo Jordi con esa

vocecita que casi no le saliacutea del cuerpo preguntaba muy a menudo

-iquestMami doacutende estaacute mj padre es que yo soy el uacutenico nintildeo de mj colegio que no conoce a su padre

Seacute que no lo puedo ver pero con solo tocar acariciar su cara y besarla yo seriacutea el nintildeo maacutes feliz de

este mundo

y sus ojos sin luz se inundaban de laacutegrimas por todo el carintildeo que le profesaba a su padre sin

conocerlo Monserrat queda conocer el paradero de Barbados Pasoacute al despacho del jefe portuario

El responsable rondariacutea los cincuenta Enjuto en carnes de cara alargada su rostro pareciacutea cincelado

por el sol todo lo contrario que sus brazos pues llevaba una camiseta de tirantes donde los rayos del

sol habiacutean tatuado su blanca piel que casi pareciacutea trasluacutecida

El caballero con la voz tamizada de pesar dijo

-Sentildeora el chico que usted busca lo tuve bajo mis oacuterdenes varios antildeos Era bastante formal

trabajador y honrado pero como casi siempre las malas compantildeiacuteas hacen mella en los corazones

buenos y se fue hundiendo en la bebida Yo puse todo lo que teniacutea a mi alciexclmce como ocultarlo

incluso en mi despacho en ese cuartucho de enseres vjejos -y sentildealaba con la mano la puerta

despintada que habiacutea a su derecha- para que nadie lo viera embriagado Tuve el valor de que

pernoctara en mi casa varias noches con permiso de mi esposa pues no tenemos hijos y tambieacuten

fue inuacutetil Nada pude hacer y una viacutespera de Noche Buena con mi corazoacuten destrozado tuve que

despedirlo Se pasoacute dela raya Me levantoacute la mano y se rompioacute la baraja Pasado un tiempo recibiacute

una carta suya pidieacutendome disculpas Empezamos a cartearnos y hasta la fecha que espero carta

porque lleva sin escribirme maacutes de cuatro meses

Monserrat no pudo contenerse maacutes dicieacutendole con una voz sin calidez

-Pero hombre de Dios diacutegame donde se encuentra

-Perdoacuten perdoacuten sentildeora en Murcia se encuentra en Murcia

Monserrat de la mano de su hijo se habiacutea despedido del jefe portuario sintiendo en su interior un

amago de nostalgia al recordar lo feliz que fue el tiempo que estuvo en los brazos del hijo del

inspector Mena Lo amoacute locamente sin cortapisas sin importarle nada pero eacutel no supo

corresponderle Se asustoacute el diacutea que le dijo que esperaba un hijo suyo y se esfumoacute una semana antes

de que ella diera luz a la criatura Pero esa criatura ya teniacutea seis antildeos y toda su obsesioacuten no era otra

que palpar acariciar y besar el rostro de su padre pues en su colegio de ciegos y sordomudos

diariamente escuchaba las voces los besos y las carcajadas de las madres y padres de sus

compantildeeros de pupitre

El sol estaba alto y la bruma se desvaneciacutea por el puerto y sus calles Monserrat habiacutea cerrado el

portaloacuten de la mansioacuten heredada de su padre El sol se escondiacutea entre el follaje de los majestuosos

aacuterboles del jardiacuten El taxi paroacute a la entrada del recinto vallado tocando el claxon dos veces la madre

y el hijo bajaron la escalinata de mamposteriacutea de la residencia introducieacutendose en el vehiacuteculo El

taxista subioacute en dos zancadas las escaleras y comenzoacute a bajar el voluminoso equipaje de Monserrat

Una vez terminado yel choacutefer al volante dijo ella

9

-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no

seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo

Jordi su hijo le respondioacute

-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin

seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes

La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas

de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos

se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se

encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su

uacuteltimo paciente

Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en

la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de

Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en

varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores

El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la

vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de

primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino

con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de

viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para

viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la

compantildeiacutea Esabe-Express

Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos

en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa

de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni

festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la

jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su

residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana

urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su

flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se

correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la

penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su

novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos

Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como

mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute

estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un

embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no

es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las

malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana

saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el

despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la

10

soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la

plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones

de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con

cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para

que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del

Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones

llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un

jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que

el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los

tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su

almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik

Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre

que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro

pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba

Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo

Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el

reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don

Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el

esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora

del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de

los caballeros como si fuese un Roberto Valentino

El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora

Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la

circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma

hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer

la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada

escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara

con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle

Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos

En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le

de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella

Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su

paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada

por la sorpresa dijo

-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat

Ella contestoacute

-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo

jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde

En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos

abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas

11

-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre

Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con

la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute

-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre

La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su

madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor

-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento

El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara

- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado

La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su

mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se

fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on

emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo

-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa

y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la

cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta

-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo

-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute

Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo

con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la

casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga

Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal

Al uniacutesono las dos dijeron

-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal

-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella

Monserrat le contestoacute

-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes

Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico

-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra

Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con

una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V

Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la

Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras

12

rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado

aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada

El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara

con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la

puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio

-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la

voz

Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el

delantal

- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa

y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten

Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo

- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu

obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa

Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su

mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de

la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave

-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi

interior calmaacutendome mi nerviosismo

-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas

La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el

beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa

Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo

-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad

-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece

que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios

miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder

para transformarlo

Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo

zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y

el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos

En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos

Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no

se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla

13

Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la

Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio

es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte

-iquestEstas en casa reina

El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute

profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones

exclamando

-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale

Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la

estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel

dijo solemne

-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres

-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado

lamentable en que ha quedado tu esmoquin

Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y

perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la

taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color

blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda

claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un

escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz

Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le

caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por

segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y

latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano

se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo

-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico

perdoacutename

y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas

abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por

su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el

manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten

La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja

cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios

anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel

Menchoacuten Galiana

Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos

Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno

de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten

14

arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel

Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su

pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo

-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje

de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa

de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la

generosidad

Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a

borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en

puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en

sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza

un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez

Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones

del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En

mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su

interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma

embriagador

Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a

la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios

inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute

sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de

posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se

arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos

rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la

noche se dirigioacute a su hijo diciendo

-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas

quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo

El criacuteo le respondioacute~

-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana

-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella

Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi

-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre

El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo

-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y

ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel

La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder

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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y

te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo

El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas

teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables

Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute

la noche en el sofaacute del saloacuten

Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute

exclamando

-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver

Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama

Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo

alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto

contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a

sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se

poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas

resbalaban por las mejillas

-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un

milagro

la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo

-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo

despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me

ha regalado

Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo

diciendo

-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos

El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia

resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden

imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para

darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen

Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino

Nunca lo sabremos amigo lector

Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias

de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don

Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un

compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos

que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro

colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con

dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don

16

Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije

-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se

lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se

apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un

cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta

-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo

-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono

Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al

Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron

Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su

hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle

Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas

buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy

Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez

M urda a 1 de mayo de 2006

Page 10: Barcelona amaneció espléndida en ese día de …dibujo.ramondelaguila.com/Aquel_Rosal/aquel_rosal.pdf · con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones, esperaron en una amable

-Espere un segundo solo quiero cruzar la mirada por todo el recinto que me vio nacer y crecer y no

seacute si mis ojos volveraacuten a contemplarlo

Jordi su hijo le respondioacute

-Siacute Mami volveremos a verlo bueno yo no seacute pero volveremos aqui con papaacute para que por fin

seamos felices los tres Seguro mami ya lo veraacutes

La madre paseoacute su mirada por la arboleda y la fachada del caseroacuten sintiendo en su interior punzadas

de nostalgia al recordar su corta vida transcurrida entre esos muros no pudiendo evitar que sus ojos

se inundaran de laacutegrimas Mientras tanto en la capital del Segura el cirujano don Timoteo Aranda se

encuentra en el quiroacutefano de la Cliacutenica Nuestra Sentildeora de la Fuensanta terminando de operar a su

uacuteltimo paciente

Esa noche en el coqueto casino murciano ha sido invitado por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en

la entrega de premios y galardones por el presidente de la asociacioacuten el prestigioso doctor de

Reumatologiacutea don Manuel Menchoacuten Galiana que preside el cargo desde 1960 siendo reelegido en

varias ocasiones por su pulcritud su sapiencia y buen hacer en beneficio de los doctores

El tren procedente de Barcelona con paradas Madrid Murcia y Cartagena haciacutea su entrada en la

vetusta estacioacuten de El Carmen cuyo reloj marcaba las diez de la mantildeana De aquellos vagones de

primera clase chapados de maderas nobles barnizados decorados en terciopelo y cortinas de lino

con olor a limpieza se bajaba Monserrat y su pequentildeo Jordi Todo su equipaje excepto la bolsa de

viaje habiacutea sido facturado al hotel Rincoacuten de Pepe Su economiacutea era lo bastante holgada como para

viajar y hospedarse en primera clase fruto de la herencia de su padre Benito presldentede la

compantildeiacutea Esabe-Express

Antonio Barbados no puede pasar sin que el alcohol sea su uacutenico compantildeero desde hace varios antildeos

en esta tierra pimentonera donde fue recibido con las manos abiertas por una prestigiosa empresa

de seguridad Trabajoacute con ahiacutenco premura y habilidad en su trabajo sin importarle horario ni

festivos El sentildeor Estevil responsable de la empresa supo concederle su premio otorgaacutendole la

jefatura de sus casi cincuenta compantildeeros de trabajo Su economiacutea estaba bien saneada Su

residencia dejoacute de ser la pensioacuten Sandoval pasando a ser un lujoso chalet en una cercana

urbanizacioacuten cuajada de aacuterboJes y flora 5010 sentiacutea un vado en su corazoacuten Cupido no volvioacute con su

flecha a aceptar en la diana Conocioacute una chica pelirroja pero aquello tuvo mal final No se

correspondieron y cada uno marchoacute por su lado Cuaacutentas veces en la soledad de su chalet y en la

penumbra de su alcoba ha llorado en silencio aquel acto de cobardiacutea que tuvo con Monserrat su

novia faltaacutendole diacuteas para traer a este mundosu retontildeo fruto de los dos

Extrae de la billetera la uacutenica fotografiacutea que guarda de ella y la besa con pasioacuten Por su mente como

mil puntildeales apuntildealaron su pensamiento y tamizando solo uno iquestcoacutemo seriacutea la cara de su hijo iquestQueacute

estariacutea haciendo en ese instante iquestCoacutemo seriacutea su sonrisa su llanto Sus ojos como compuertas de un

embalse dejaron correr sus laacutegrimas hacia la comisura de sus labios Corno dice Ja voz de la calle no

es bueno que el hombre viva solo tampoco mal acompantildeado Eso fue lo que deterioroacute su vida las

malas compantildeiacuteas El eufoacuterico alcohol comenzoacute a hacerse compantildeero en varios diacuteas a la semana

saacutebados y domingos Pasado un tiempo lo acompantildeaba diariamente Consecuencias varias el

despido del trabajo la billetera vaciacutea pocos o casi ninguacuten amigo El final siempre es el mismo la

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soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la

plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones

de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con

cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para

que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del

Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones

llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un

jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que

el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los

tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su

almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik

Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre

que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro

pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba

Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo

Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el

reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don

Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el

esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora

del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de

los caballeros como si fuese un Roberto Valentino

El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora

Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la

circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma

hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer

la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada

escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara

con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle

Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos

En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le

de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella

Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su

paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada

por la sorpresa dijo

-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat

Ella contestoacute

-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo

jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde

En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos

abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas

11

-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre

Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con

la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute

-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre

La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su

madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor

-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento

El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara

- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado

La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su

mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se

fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on

emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo

-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa

y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la

cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta

-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo

-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute

Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo

con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la

casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga

Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal

Al uniacutesono las dos dijeron

-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal

-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella

Monserrat le contestoacute

-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes

Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico

-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra

Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con

una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V

Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la

Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras

12

rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado

aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada

El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara

con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la

puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio

-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la

voz

Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el

delantal

- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa

y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten

Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo

- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu

obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa

Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su

mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de

la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave

-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi

interior calmaacutendome mi nerviosismo

-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas

La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el

beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa

Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo

-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad

-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece

que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios

miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder

para transformarlo

Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo

zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y

el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos

En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos

Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no

se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla

13

Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la

Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio

es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte

-iquestEstas en casa reina

El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute

profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones

exclamando

-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale

Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la

estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel

dijo solemne

-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres

-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado

lamentable en que ha quedado tu esmoquin

Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y

perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la

taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color

blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda

claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un

escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz

Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le

caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por

segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y

latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano

se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo

-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico

perdoacutename

y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas

abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por

su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el

manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten

La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja

cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios

anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel

Menchoacuten Galiana

Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos

Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno

de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten

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arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel

Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su

pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo

-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje

de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa

de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la

generosidad

Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a

borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en

puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en

sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza

un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez

Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones

del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En

mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su

interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma

embriagador

Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a

la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios

inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute

sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de

posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se

arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos

rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la

noche se dirigioacute a su hijo diciendo

-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas

quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo

El criacuteo le respondioacute~

-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana

-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella

Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi

-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre

El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo

-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y

ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel

La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder

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-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y

te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo

El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas

teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables

Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute

la noche en el sofaacute del saloacuten

Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute

exclamando

-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver

Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama

Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo

alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto

contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a

sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se

poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas

resbalaban por las mejillas

-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un

milagro

la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo

-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo

despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me

ha regalado

Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo

diciendo

-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos

El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia

resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden

imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para

darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen

Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino

Nunca lo sabremos amigo lector

Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias

de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don

Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un

compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos

que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro

colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con

dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don

16

Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije

-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se

lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se

apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un

cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta

-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo

-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono

Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al

Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron

Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su

hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle

Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas

buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy

Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez

M urda a 1 de mayo de 2006

Page 11: Barcelona amaneció espléndida en ese día de …dibujo.ramondelaguila.com/Aquel_Rosal/aquel_rosal.pdf · con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones, esperaron en una amable

soledad y el rechazo de la gente Desde haciacutea antildeos teniacutea la vivienda en la calle Veroacutenicas junto a la

plaza de Abastos Su casa toda la calle su bantildeo el jardiacuten del malecoacuten y su cama los friacuteos escalones

de maacutermol de la sala de exposiciones culturales de Veroacutenicas En los crudos inviernos se tapa con

cartones y alguna prenda de abrigo que le entrega la sentildeora Antonia que tambieacuten le da dinero para

que se corte el cabello Es una persona buena y caritativa Algunas todaviacutea quedan en la vintildea del

Sentildeor Como por ejemplo el vigilante jurado que realiza su servicio en la sala de exposiciones

llamado Chema que procede de nuestra ancha Castilla Lo obsequia con alguacuten regalo en Reyes un

jersey seminuevos que ya no se pone unos deportivos etc Como ex-vigilante que ha sido sabe que

el corazoacuten de Chema no lo dejaraacute en la miseria El pan de cada diacutea se lo gana haciendo recados a los

tenderos de la plaza donde le dan sus regulares propinas pero al final del diacutea duerme junto a su

almohada de plaacutestico su inseparable amigo del alma Don Simoacuten de apellido tetrabrik

Amigo lector no nos quejemos a veces de nuestra situacioacuten no seamos como aquel sabio tan pobre

que se alimentaba de hierbas del campo y un buen diacutea volvioacute la mirada hacia atraacutes y vio como otro

pobre se comiacutea las hierbas que eacutel desechaba

Dontildea Carmen Pitaluga se ha levantado esa mantildeana con humor su esposo el doctor don Timoteo

Aranda lleva cuatro diacuteas ~que ni le ha faltado el respeto ni le ha levantado la mano Esa noche es el

reparto de premios de la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles en el Casino que seraacute presidida por don

Manuel Menchoacuten Galiana Dontildea Carmen lo tiene casi todo dispuesto solo falta sacar del armario el

esmoquin de su esposo y plancharlo pero lo dejaraacute para uacuteltima hora Quiere que su marido a la hora

del reparto de premios y la saJidaa la pista de baile levante las miradas de las sentildeoras y la envidia de

los caballeros como si fuese un Roberto Valentino

El aire de la mantildeana es sutil sano diaacutefano es como un baacutelsamo para los pulmones Por eso la sentildeora

Pitaluga cruza la Gran Viacutea con paso raacutepido aspirando y expirando por lo temprano de la hora y la

circulacioacuten de vehfculos todaviacutea escasa Sus pasos la llevan al mercado de Veroacutenicas A la misma

hora Monserrat pone los pies en la calle cogida de la mano de su pequentildeo Jordi que quiere conocer

la ciudad Le han dicho que es una ciudad pequentildea y casi todo el mundo se conoce Su mirada

escudrintildeadora repasa las caras de los viandantes masculinos Podiacutea ser la casualidad que tropezara

con Barbados Lo piensa pero cree que eso no seraacute posible Monserrat y su hijo entraron por la calle

Veroacutenicas despueacutes de visitar la capilla del Pilar En esa calle viviacutea Barbados desde haciacutea varios antildeos

En ese instante ayuda a un sentildeor a cargar su compra en una obsoleta motocicleta a la espera que le

de una propina Se gira y casi su cara tropieza con la de ella

Monserrat se le quedoacute mirando absorta No daba creacutedito que hubiese sido tan sencillo dar con su

paradero Barbados la miroacute de arriba abajo dilatando sus pupilas de asombro Su voz casi ahogada

por la sorpresa dijo

-iquestDe verdad que eres tuacute Monserrat

Ella contestoacute

-La misma que dejaste olvidada como un paraguas hace varios antildeos en Barcelona y por lo que veo

jamaacutes volviste a recogerlo por miedoso y cobarde

En ese momento fue cuando Barbados se percatoacute del nintildeo que escuchaba en silencio con sus ojos

abiertos como lunas pero a oscuras como las noches en las tinjeblas

11

-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre

Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con

la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute

-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre

La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su

madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor

-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento

El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara

- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado

La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su

mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se

fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on

emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo

-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa

y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la

cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta

-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo

-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute

Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo

con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la

casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga

Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal

Al uniacutesono las dos dijeron

-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal

-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella

Monserrat le contestoacute

-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes

Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico

-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra

Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con

una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V

Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la

Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras

12

rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado

aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada

El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara

con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la

puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio

-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la

voz

Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el

delantal

- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa

y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten

Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo

- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu

obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa

Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su

mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de

la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave

-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi

interior calmaacutendome mi nerviosismo

-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas

La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el

beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa

Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo

-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad

-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece

que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios

miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder

para transformarlo

Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo

zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y

el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos

En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos

Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no

se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla

13

Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la

Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio

es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte

-iquestEstas en casa reina

El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute

profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones

exclamando

-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale

Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la

estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel

dijo solemne

-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres

-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado

lamentable en que ha quedado tu esmoquin

Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y

perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la

taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color

blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda

claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un

escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz

Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le

caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por

segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y

latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano

se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo

-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico

perdoacutename

y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas

abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por

su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el

manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten

La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja

cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios

anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel

Menchoacuten Galiana

Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos

Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno

de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten

14

arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel

Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su

pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo

-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje

de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa

de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la

generosidad

Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a

borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en

puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en

sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza

un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez

Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones

del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En

mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su

interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma

embriagador

Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a

la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios

inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute

sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de

posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se

arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos

rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la

noche se dirigioacute a su hijo diciendo

-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas

quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo

El criacuteo le respondioacute~

-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana

-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella

Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi

-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre

El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo

-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y

ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel

La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder

15

-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y

te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo

El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas

teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables

Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute

la noche en el sofaacute del saloacuten

Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute

exclamando

-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver

Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama

Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo

alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto

contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a

sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se

poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas

resbalaban por las mejillas

-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un

milagro

la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo

-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo

despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me

ha regalado

Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo

diciendo

-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos

El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia

resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden

imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para

darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen

Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino

Nunca lo sabremos amigo lector

Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias

de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don

Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un

compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos

que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro

colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con

dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don

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Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije

-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se

lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se

apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un

cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta

-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo

-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono

Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al

Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron

Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su

hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle

Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas

buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy

Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez

M urda a 1 de mayo de 2006

Page 12: Barcelona amaneció espléndida en ese día de …dibujo.ramondelaguila.com/Aquel_Rosal/aquel_rosal.pdf · con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones, esperaron en una amable

-v1amiacute iquestquieacuten es este caballero por casualidad lo conoces iquestO usted conoce a mi madre

Hubo unos segundos de silencio un silencio espeso pareciacutea que flotaba entre los tres La madre con

la voz desgarrada por la emocioacuten le respondioacute

-Jordi este sentildeor aquiacute presente quiero que sepas que es tu padre

La palabra padre retumboacute en los oiacutedos del nintildeo como si tuviese eco Se deshizo de la mano de su

madre V las alzoacute en busca del rostro de su progenitor

-Papi deja que toque tu cara Cuaacutentas veces he sontildeado este momento

El padre se abrazoacute al nintildeo mientras este le palpa la cara

- Tienes un bigote que pincha V ademaacutes estaacute mojado

La cara de Barbados teniacutea una semejanza con la Dolorosa de Salzillo Sus laacutegrimas cruzaban su

mejilla muriendo en su bigote La madre se abrazoacute a los dos con los ojos arrasados en laacutegrimas V se

fundieron en un abrazo interminable Varjos transeuacutentes se paraban V miraban la escena on

emocioacuten Monserrat se derrumboacute entre laacutegrimas diciendo

-Quiero que seamos una familia los tres Por mi hijo quiero darte esa oportunidad Volvamos a casa

y besoacute la mejilla de eacutel Barbados se percatoacute que su hijo era ciego cuando lo besoacute repetidas veces en la

cara advirtiendo en sus pJerna s que le temblaban V un frlo intenso le trepaba por la garganta

-Siacute -dijo ella- nacioacute asiacute desconozco el motivo pero nuestro Jordi es feliz iquestverdad carintildeo

-Si V mucho V ahora maacutes todaviacutea que he encontrado a mi papaacute

Los tres salieron caminando direccioacuten al plano de San Francisco limpiaacutendose las laacutegrimas ella V el hijo

con un cliacutenex V eacutel lo haciacutea ron Jos puntildeos Cuando llegaron al tenderete de flores de Chari quiso la

casualidad que tambieacuten llegara la esposa del cirujano don Timoteo Aranda dontildea Carmen Pitaluga

Tanto la mirada de Monserrat como la de dontildea Carmen se clavaron en la figura del majestuoso rosal

Al uniacutesono las dos dijeron

-iquestQueacute precio pide por ese bonito rosal

-Perdoacuten -dijo la sentildeora Pitaluga- veacutendase lo a ella

Monserrat le contestoacute

-No sentildeora usted va delante de mi no faltariacutea maacutes

Chari la propietaria de las flores les respondioacute a las dos en tono iroacutenico

-Lo que puedo hacerle es venderle la mitad del rosal a una V la otra mitad a la otra

Como las dos estaban prendadas de aquel rosal que impregnaba el aire a olor celestial aceptaron con

una vaga sonrisa Asiacute fue como dontildea Carmen se llevoacute un precioso ramo de dieciseacuteis rosas V

Monserrat hizo lo mismo nosin antes decirles que las rosas estaban bendecidas por la Virgen de la

Fuensanta Las dos mujeres rieron unos minutos saliendo hacia sus domicilios con sus caras

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rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado

aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada

El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara

con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la

puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio

-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la

voz

Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el

delantal

- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa

y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten

Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo

- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu

obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa

Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su

mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de

la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave

-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi

interior calmaacutendome mi nerviosismo

-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas

La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el

beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa

Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo

-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad

-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece

que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios

miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder

para transformarlo

Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo

zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y

el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos

En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos

Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no

se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla

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Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la

Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio

es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte

-iquestEstas en casa reina

El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute

profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones

exclamando

-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale

Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la

estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel

dijo solemne

-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres

-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado

lamentable en que ha quedado tu esmoquin

Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y

perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la

taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color

blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda

claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un

escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz

Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le

caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por

segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y

latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano

se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo

-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico

perdoacutename

y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas

abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por

su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el

manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten

La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja

cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios

anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel

Menchoacuten Galiana

Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos

Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno

de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten

14

arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel

Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su

pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo

-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje

de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa

de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la

generosidad

Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a

borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en

puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en

sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza

un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez

Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones

del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En

mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su

interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma

embriagador

Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a

la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios

inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute

sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de

posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se

arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos

rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la

noche se dirigioacute a su hijo diciendo

-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas

quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo

El criacuteo le respondioacute~

-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana

-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella

Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi

-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre

El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo

-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y

ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel

La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder

15

-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y

te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo

El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas

teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables

Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute

la noche en el sofaacute del saloacuten

Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute

exclamando

-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver

Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama

Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo

alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto

contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a

sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se

poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas

resbalaban por las mejillas

-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un

milagro

la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo

-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo

despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me

ha regalado

Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo

diciendo

-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos

El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia

resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden

imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para

darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen

Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino

Nunca lo sabremos amigo lector

Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias

de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don

Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un

compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos

que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro

colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con

dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don

16

Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije

-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se

lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se

apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un

cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta

-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo

-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono

Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al

Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron

Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su

hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle

Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas

buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy

Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez

M urda a 1 de mayo de 2006

Page 13: Barcelona amaneció espléndida en ese día de …dibujo.ramondelaguila.com/Aquel_Rosal/aquel_rosal.pdf · con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones, esperaron en una amable

rebosadas en satisfaccioacuten La sentildeora Pitaluga llegoacute a casa y puso en un gran florero de cristal labrado

aquellas rosas rojas en el zaguaacuten de la entrada

El reloj de cuco del saloacuten dejoacute salir de su casita de madera al pintoresco pajarillo para que anunciara

con sus trinos metaacutelicos que eran las tres de la tarde Momento que traspasaba el umbraJ de la

puerta el doctor don Timoteo con el rictus de su cara serio

-Va estoy aquiacute quiero comer pronto me esperan en el casino para tomar cafeacute -dijo levantando la

voz

Su esposa precipitadamente salioacute de la cocina direccioacuten a Ja puerta secaacutendose las manos en el

delantal

- Te pido perdoacuten carintildeo Pongo la mesa en un instante -contestoacute su sentildeora esforzando una sonrisa

y quitaacutendole su chaqueta con un gesto de sumisioacuten

Pero para el doctor Aranda aqueUo no era oacutebice para desbocar su mal bumor dldendo

- Te trato como una reina no te falta de nada dinero joyas y como me pagas sin cumplir tu

obligacioacuten sentildealando con la mano la mesa

Terminada la comida y retocaacutendose el nudo de su corbata frente al espejo que habiacutea en el zaguaacuten su

mirada cayoacute sobre las rosas aterdopeJadas que habiacutea en el jarroacuten Don Timoteo quiso retractarse de

la manera que habiacutea hablado a su esposa diciendo en tono suave

-Reina queacute rosas maacutes preciosas parecen como si tuviesen vida V su fragancia me reconforta mi

interior calmaacutendome mi nerviosismo

-Si carintildeo las compreacute esta mantildeana quiero que tus malas maneras las olvides al contemplarlas

La sentildeora Pitaluga mientras hablaba se acercoacute a eacutel besaacutendole en la mejilla Su esposo le devolvioacute el

beso y colocaacutendose la chaqueta salioacute de la casa

Dontildea Catalina se cruzoacute en el ascensor con dontildea Carmen y le dijo

-iquestCoacutemo va todo bien o mal iquestUsted me entiende verdad

-Si la comprendo dontildea Catalina de momento todo bien -Le respondioacute la sentildeora Pitaluga Parece

que se hubiera tomado una infusioacuten de tranquilizantes Ahora que recuerdo iquesttranquilizantes Dios

miacuteo seraacuten las rosas las que por haber estado descansando en el manto de la virgen tienen ese poder

para transformarlo

Las dos mujeres se despidieron con un beso Dontildea carmen preparoacute toda la ropa de su esposo

zapatos relucientes camisa almidonada pajarita a estrenar gemelos de oro regalo de sus padres y

el esmoquin Pero la mala fortuna se cruzoacute en la plancha de dontildea Carmen por motivos desconocidos

En la pernera del pantaloacuten y mangas del chaqueacute la maldita plancha se ensantildeoacute varias veces con ellos

Ella llora desconsolada ni su vecina Catalina tiene la poacutecima para consolarla Sabe que su esposo no

se andaraacute con reparos en insultarla y golpearla

13

Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la

Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio

es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte

-iquestEstas en casa reina

El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute

profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones

exclamando

-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale

Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la

estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel

dijo solemne

-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres

-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado

lamentable en que ha quedado tu esmoquin

Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y

perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la

taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color

blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda

claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un

escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz

Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le

caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por

segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y

latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano

se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo

-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico

perdoacutename

y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas

abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por

su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el

manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten

La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja

cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios

anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel

Menchoacuten Galiana

Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos

Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno

de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten

14

arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel

Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su

pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo

-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje

de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa

de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la

generosidad

Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a

borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en

puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en

sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza

un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez

Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones

del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En

mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su

interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma

embriagador

Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a

la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios

inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute

sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de

posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se

arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos

rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la

noche se dirigioacute a su hijo diciendo

-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas

quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo

El criacuteo le respondioacute~

-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana

-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella

Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi

-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre

El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo

-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y

ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel

La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder

15

-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y

te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo

El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas

teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables

Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute

la noche en el sofaacute del saloacuten

Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute

exclamando

-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver

Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama

Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo

alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto

contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a

sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se

poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas

resbalaban por las mejillas

-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un

milagro

la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo

-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo

despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me

ha regalado

Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo

diciendo

-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos

El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia

resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden

imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para

darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen

Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino

Nunca lo sabremos amigo lector

Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias

de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don

Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un

compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos

que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro

colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con

dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don

16

Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije

-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se

lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se

apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un

cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta

-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo

-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono

Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al

Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron

Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su

hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle

Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas

buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy

Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez

M urda a 1 de mayo de 2006

Page 14: Barcelona amaneció espléndida en ese día de …dibujo.ramondelaguila.com/Aquel_Rosal/aquel_rosal.pdf · con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones, esperaron en una amable

Los uacuteltimos resplandores del diacutea rojos nacarados dorados pegaban en la milenaria fachada de la

Catedral El doctor don Timoteo introduce el llaviacuten en la cerradura de la puerta de su casa El silencio

es sepulcral Su voz recia sonoacute fuerte

-iquestEstas en casa reina

El silencio le contestoacute clavoacute su mirada en las delicadas rosas y acercando la cara aspiroacute

profundamente la fragancia sintieacutendose extasiado en lo maacutes profundo de sus pulmones

exclamando

-Este olor me embriaga el alma No hay perfume que le iguale

Con la chaqueta y la corbata en la mano pasoacute al saloacuten Quedoacute inmoacutevil por segundos En el fondo de la

estancia su esposa vestida con las mejores ropas y a sus pies dos maletas estaacute quieta en silencio Eacutel

dijo solemne

-iquestQueacute pasa es que te marchas con tus padres

-Si no puedo maacutes no te consiento que descargues tu ira sobre miacute cuando veas el estado

lamentable en que ha quedado tu esmoquin

Terminoacute la frase y sentildealoacute con la mano hacia una de las sillas en la que descansaba el churrascado y

perforado traje Las pobladas cejas del doctor se arquearon no pestantildeeoacute siquiera su mirada la

taladroacute por momentos sus ojos infectados de ira y sus puntildeos cerrados con fuerza tomaban un color

blanquecino Un incoacutemodo y prolongado silencio habiacutea en el saloacuten Los ojos de color esmeralda

claros y despabilados de dontildea Carmen no teniacutean maacutes laacutegrimas que derramar Don Timoteo sintioacute un

escalofriacuteo por todo su cuerpo su boca seca como un sarmiento quiso hablar pero se mordioacute la voz

Fue entonces cuando su esposa vio como se le iluminaba la cara y una laacutegrima lenta de silencio le

caiacutea por la mejilla Era la primera vez en su vida que dontildea Carmen veiacutea como lloraba su esposo Por

segundos pasoacute por su mente queacute estaba pasando alliacute ti sintioacute profundas punzadas en el pecho y

latigazos de remordimiento en lo profundo de su ser Todo lo que pasoacute despueacutes fue que el cirujano

se derrumboacute entre laacutegrimas y lleno de verguumlenza Se refugioacute en los brazos de su esposa diciendo

-Tienes que perdonarme hasta hoy no me he dado cuenta de lo que haciacutea Te lo suplico

perdoacutename

y lloraba como un nintildeo La escena del saloacuten era de puro arrepentimiento El meacutedico de rodillas

abrazado a su esposa pidiendo perdoacuten Ella sus manos alisan el cabello y la cara huacutemeda de eacutel y por

su mente es solo tamizado un pensamiento Las rosas esas rojas rosas sus peacutetalos acariciaron el

manto y las manos de la Virgen Luego el sacerdote pudiera que tuviese razoacuten

La luna habiacutea ascendido de entre los montes cercanos a la ciudad plena enorme redonda y roja

cuando el matrimonio caminaba direccioacuten al casino para celebrar la cena y la entrega de premios

anual por la asociacioacuten de meacutedicos espantildeoles presidida por el prestigioso reumatoacutelogo don Manuel

Menchoacuten Galiana

Dontildea Carmen vestiacutea con su vestido color pastel zapatos a juego collar de perlas del color de sus ojos

Estos teniacutean un brillo que nunca habiacutean tenido llamado felicidad Su esposo don Timoteo vestiacutea uno

de sus sencillos trajes que usaba para ir a la cliacutenica zapatos lustrosos mirada limpia y corazoacuten

14

arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel

Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su

pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo

-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje

de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa

de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la

generosidad

Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a

borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en

puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en

sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza

un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez

Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones

del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En

mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su

interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma

embriagador

Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a

la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios

inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute

sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de

posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se

arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos

rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la

noche se dirigioacute a su hijo diciendo

-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas

quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo

El criacuteo le respondioacute~

-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana

-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella

Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi

-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre

El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo

-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y

ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel

La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder

15

-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y

te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo

El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas

teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables

Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute

la noche en el sofaacute del saloacuten

Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute

exclamando

-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver

Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama

Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo

alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto

contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a

sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se

poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas

resbalaban por las mejillas

-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un

milagro

la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo

-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo

despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me

ha regalado

Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo

diciendo

-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos

El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia

resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden

imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para

darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen

Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino

Nunca lo sabremos amigo lector

Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias

de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don

Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un

compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos

que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro

colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con

dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don

16

Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije

-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se

lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se

apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un

cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta

-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo

-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono

Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al

Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron

Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su

hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle

Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas

buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy

Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez

M urda a 1 de mayo de 2006

Page 15: Barcelona amaneció espléndida en ese día de …dibujo.ramondelaguila.com/Aquel_Rosal/aquel_rosal.pdf · con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones, esperaron en una amable

arrepentido Por eso en el momento de levantarse para recoger el premio de manos de don Manuel

Menchoacuten no le importoacute que los alliacute presentes vistieran de esmoquin y eacutel vistiese de traje En su

pequentildeo y locuaz discurso dejoacute a todos los que le conociacutean con caras de perplejidad cuando dijo

-Pido disculpas por no llevar la ropa adecuada para la ocasioacuten Hoy he arrojado a la basura el traje

de la intolerancia del machismo puro y duro de la incomprensioacuten con la persona amada y la camisa

de grosero Y me he colocado las ropas de la comprensioacuten la bondad el carintildeo positivo y la

generosidad

Casi todas sonrieron excepto su esposa queUoraba en silencio mientras sus pensamientos le saliacutean a

borbotones Su esposo se habiacutea transformado en todo positivo El arrepentimiento habiacutea sido en

puacuteblico sin cortapisas sin importarle la verguumlenza ante conocidos y desconocidos Sigue llorando en

sifencio Su esposo camina hacia ella Son los que abriraacuten el baile de gala Por su mente solo se cruza

un pensamiento aquel rosal que durmioacute en el manto de la Virgen Ahora llora y sonriacutee a la vez

Mientras la fiesta sigue en todo su apogeo cuatro calles maacutes allaacute en una de las lujosas habitaciones

del Rincoacuten de Pepe descansan Monserrat con su compantildeero Barbados y el hijo de ambos Jordi En

mitad de la amplia habitacioacuten sobre una mesa ovalada un jarroacuten fuerte y profundo sostiene en su

interior las dieciseacuteis rosas rojas de textura aterciopelada que dejan en la estancia un aroma

embriagador

Barbados se asomoacute a la ventana para contemplar la noche la luna brillaba casi como el sol Frente a

la ventana en un balcoacuten del edificio de enfrente habiacutea ropa blanca tendida Pareciacutea como sudarios

inmoacuteviles en la noche Se quedoacute fijo mirando y como un relaacutempago en la tormenta el airecillo afinoacute

sus sentidos experimentando una intensa antildeoranza de cuando se conocieron ella y eacutel en la toma de

posesioacuten de su plaza de vigilante jurado Barbados cerroacute los ojos y sus pensamientos se

arremolinaron en una tormenta de remordimientos lamentaciones y a la vez de nostalgia Sus ojos

rojos casi a punto de lLorar En el reloj de pulsera de Monserrat las agujas marcaban las doce de la

noche se dirigioacute a su hijo diciendo

-Vamos Jordi deja en paz a papaacute mantildeana seguiraacutes besaacutendole y preguntaacutendole cuantas cosas

quieras Tienes que marcharte a tu cama Vamos carintildeo

El criacuteo le respondioacute~

-Ese aroma tan pegajoso y aromaacutetico que huelo iquestson las rosas que compraste esta mantildeana

-Si carintildeo Son las rosas iquestPor queacute -Contestoacute ella

Me gustariacutea dormir con una de ellas en mi cabecera -Dijo Jordi

-iquestPor alguacuten motivo en especial -Interpeloacute la madre

El hijo dibujoacute en su cara infantil una amplia sonrisa y dijo

-Me recuerda en mis sentidos que por primera vez veo bueno veo no conozco y beso a mi padre y

ese aroma quisiera que me acompantildeara en mi cama como si fuera eacutel

La madre ante la expresioacuten tan sincera de su hijo no tuvo maacutes remedio que acceder

15

-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y

te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo

El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas

teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables

Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute

la noche en el sofaacute del saloacuten

Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute

exclamando

-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver

Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama

Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo

alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto

contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a

sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se

poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas

resbalaban por las mejillas

-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un

milagro

la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo

-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo

despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me

ha regalado

Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo

diciendo

-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos

El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia

resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden

imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para

darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen

Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino

Nunca lo sabremos amigo lector

Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias

de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don

Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un

compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos

que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro

colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con

dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don

16

Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije

-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se

lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se

apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un

cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta

-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo

-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono

Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al

Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron

Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su

hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle

Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas

buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy

Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez

M urda a 1 de mayo de 2006

Page 16: Barcelona amaneció espléndida en ese día de …dibujo.ramondelaguila.com/Aquel_Rosal/aquel_rosal.pdf · con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones, esperaron en una amable

-Conforme dormiraacutes con todas las flores en tu mesilla pero promeacuteteme que le rezaraacutes a la virgen y

te dormiraacutes -dijo ella comenzando a desvestirlo

El padre Barbados pasoacute a la habitacioacuten y le colocoacute el gran florero en la mesita de noche Las rosas

teniacutean un aspecto lozano de un rojo puacuterpura inundando la estancia de oJores insuperables

Monserrat se acostoacute en la alcoba mientras Barbados compuso una almohada con dos cojines y pasoacute

la noche en el sofaacute del saloacuten

Estaba amaneciendo y un filo de puacuterpura rasgaba las nubes Jordi el pequentildeo se despertoacute

exclamando

-Mamaacute mami iquestqueacute es esto que me estaacute pasando Puedo ver

Tanto la madre como el padre corrieron hacia su habitacioacuten El nintildeo se habiacutea incorporado en la cama

Teniacutea en sus manos una de las rosas del florero Papi que color tan bonito tiene estas flores -dijo

alargando sus brazos para que su padre pudiera verla maacutes cerca El criacuteo puesto en pie estaba absorto

contemplando todos los objetos de la habitacioacuten Un mundo nuevo habiacutea nacido para eacutel dejando a

sus padres en un segundo plano Pasaron varios minutos Jordi miro y requetemiroacute todo lo que se

poniacutea a su alcance de su mirada Fue cuando se tropezoacute con la cara de su madre las laacutegrimas

resbalaban por las mejillas

-Madre queacute feliz soy puede que por lo mucho que le rezo a la Virgen de Monserrat esto sea un

milagro

la madre sosteniacutea en su mano una rosa se la acercoacute a la boca y besaacutendola dijo

-No lo seacute hijo si esto ha sido un milagro o que la madre naturaleza ha terminado su trabajo contigo

despueacutes de ocho antildeos Sea lo que haya sido nunca podreacute pagarle el divino tesoro que el Altiacutesimo me

ha regalado

Jordi se abraza a su madre y llora emocionado Barbados trasladoacute su laacutenguida mirada a su hijo

diciendo

-Queacute a tu padre no le das un beso iquestNo ves lo falto que estoy de ellos

El nintildeo dejoacute a su madre abrazaacutendose a eacutel y besaacutendolo en la cara y la frente El aire en aquella estancia

resultaba caacutelido y perfumado con el aroma de las rosas Todo lo que pasoacute despueacutes se lo pueden

imaginar Tanto Barbados como Monserrat quiso la fatalidad que se encontraran de nuevo para

darse una segunda oportunidad Como al matrimonio de don Timoteo Aranda y dontildea Carmen

Pitaluga fue por aquel rosal que durmioacute en el manto de la Fuensanta Fue la casualidad del destino

Nunca lo sabremos amigo lector

Yo tengo un pequentildeo ejemplo que me ocurrioacute en mi nintildeez Creciacute en un orfanato por circunstancias

de la vida Teniacuteamos profesores y celadores buenos y malos como todo en la vida Recuerdo a don

Miguel que era celador Una noche de invierno crudo por hablar fuerte durante la cena con un

compantildeero de mesa nos castigoacute a fregar los pasillos del recinto El techo se me vino abajo Teniacuteamos

que fregar de rodillas Alliacute no habiacutea llegado todaviacutea la fregona Tenfamos un gigantesco cuadro

colgado en la pared del comedor que desde el aacutengulo que lo miraras sus dulces ojos te miraban con

dulzura Yo tendriacutea diez antildeos maacutes o menos y siguiendo las ensentildeanzas de uno de mis maestros don

16

Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije

-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se

lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se

apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un

cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta

-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo

-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono

Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al

Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron

Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su

hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle

Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas

buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy

Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez

M urda a 1 de mayo de 2006

Page 17: Barcelona amaneció espléndida en ese día de …dibujo.ramondelaguila.com/Aquel_Rosal/aquel_rosal.pdf · con pinturas de Renacentismo y bonitos bodegones, esperaron en una amable

Antonio Torres tuve fe en saberme la leccioacuten si clavaba los codos Y clavando mi mirada en el corazoacuten de Jesuacutes le dije

-Por favor hace mucho friacuteo y tengo suentildeo Tengo fe que haraacutes algo por nosotros Puede que no se

lo crean cuando los dos cubos y las bayetas las teniacuteamos preparadas como por arte de magia se

apagoacute la luz Don Miguel nos hizo esperar alliacute al pie de los cubos sobre media hora Yo sentiacutea un

cosquilleo de alegriacutea por todo el cuerpo Le dije a mi compantildeero de la bayeta

-Tengo fe que no fregamos Y esa fe me acompantildeoacute cuando don Miguel dijo

-Podeacuteis marcharos a la cama pero la proacutexima vez no os perdono

Nos acompantildeoacute con la palmatoria en la mano a nuestro dormitorio Metido en la cama le receacute al

Corazoacuten de Jesuacutes ya la mantildeana siguiente lo conteacute entre mis compantildeeros y muy pocos me creyeron

Posdata - Los personajes que aparecen aquiacute son verdaderos los siguientes El inspector Mena su

hijo Barbados que reside en la calle Veroacutenkas y los duentildeos de la fjoristeriacutea ubicada en la misma calle

Juan Ortiacuten y su hija Rosario conocida como Chari Para ellos con todo mi afecto son personas

buenas y educadas Todo lo demaacutes es fruto de mi imaginacioacuten como aprendiz de escritor que soy

Firmado Auxiliar de Farmacia Antonio Martiacutenez

M urda a 1 de mayo de 2006