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  • La educacin en losmovimientos de los pueblosoriginarios en Mxico

    Bruno BaronnetUPN Morelos e investigador asociado LAIOS-IIAC-CNRS.

    [email protected]://brunobaronnet.wordpress.com

    Resumen

    Esta ponencia analiza cmo la intervencin de los movimientos sociales en el campoconflictivo de la educacin indgena contribuye a la autonoma poltica de las comunidades queapuestan a una descolonizacin de la institucin educativa y de los conocimientos que setransmiten en las escuelas en sus territorios. Las luchas autonomistas de diferentes movimientosindgenas colocan con dificultad en las agendas educativas de los gobiernos centrales la cuestinde la participacin directa y permanente de los actores comunitarios en la elaboracin depolticas educativas locales y de planes curriculares propios, de acuerdo con las aspiraciones auna educacin que dignifique y aproveche sus conocimientos, sus tradiciones y tambin susformas de organizacin social.

    En Mxico, como en otros pases de Latinoamrica, lo que aparece en juego en laarena educativa, es la lucha por el control legtimo de la seleccin, formacin y evaluacin deldocente indgena. Las demandas de autonoma educativa surgen a partir del rechazo al sistemaeducativo nacional que no corresponde claramente con los intereses y el contexto poltico-cultural de los pueblos. Nace entonces la necesidad de reemplazar al personal docente de origenforneo por jvenes nativos seleccionados y capacitados por la organizacin poltica comunitariay regional a la cual pertenecen. Las prcticas de los militantes indgenas en torno al control de laeducacin formal revelan adems una incidencia poltica significativa para obtener una mayorautonoma a nivel comunal y regional. Ahora bien, el cargo comunitario de educador nombradoy evaluado en asamblea como en el caso los promotores de educacin zapatista en Chiapas,podra representar cada vez ms un medio de promocin social y poltica en los etnoterritorios,considerando que hace falta la creacin de un estatuto legal respetuoso de los derechos laboralesy no existen garantas para que los financiamientos pblicos y la asesora tcnica del Estadohacia las experiencias de educacin autnoma permitan el ejercicio pleno de los derechos de lospueblos a la libre-determinacin.

    Palabras clave

    Educacin intercultural, Luchas indgenas, Movimientos campesinos, Zapatismo,Chiapas.

  • 2Introduccin

    La escuela representa un espacio de relaciones de fuerzas en el cual puedenintervenir activamente los movimientos sociales e indgenas de Latinoamrica. A partirde un anlisis etnogrfico, las reflexiones plasmadas en esta ponencia se inscriben en elcampo de la sociologa del compromiso, constitutiva de la sociologa poltica y de losmovimientos sociales latinoamericanos. Busca profundizar el conocimiento de laconstruccin social de la subjetividad en las acciones colectivas, y especficamente laproduccin histrica y cultural de la ciudadana tnica y el activismo cultural, tomandoen cuenta por una parte el vnculo entre transformaciones macrosociales y elcompromiso poltico, y por otra parte los cambios en la construccin organizacional delmilitantismo.

    Adems de comprender y hacer comprender a los actores involucradoslos procesos de transformacin y sus alternativas, es clave replantearse el papel de laeducacin indgena respecto a la integracin interna de los pueblos y su desarrollosocial y cultural, lo que se vincula a la construccin de territorialidades,translocalizaciones y autonoma (Uribe Iniesta, 2007: 96). En las siguientes reflexiones,el enfoque analtico se concentra en los actores de los pueblos indgenas que luchanactualmente por su emancipacin, sin obviar el peso de los procesos globales en ladeterminacin de las prcticas polticas y educativas que provocan las lgicas de loscompromisos panindianistas e internacionalistas (Le Bot, 2009; Della Porta y Tarrow,2006), los cuales no se abordarn directamente en esta ocasin, aunque sonfundamentales y empricamente verificables en las relaciones (situadas y fechadas) quemantienen los sujetos (actuados y actuantes) implicados en los cambios sociales queinciden en las escuelas.

    El trabajo etnogrfico sobre el cual se fundamenta este anlisis socio-antropolgico se realiz en una regin multitnica en conflicto del sureste de Mxico,donde los movimientos sociales e indgenas de las ltimas dcadas han provocadotransformaciones que contribuyen a la construccin de una mayor autonoma poltica,especialmente en el sector educativo (Baronnet, 2012). En un contexto poltico marcadopor la violencia del Estado, los activistas indgenas y sus colaboradores mestizos yextranjeros, empiezan desde los aos 1970 a examinar cmo apropiarse de la educacinescolar y popular para formar actores comunitarios comprometidos con las luchas dereivindicacin agraria, social y cultural. Para los pueblos de Chiapas, la exigencia denuevos derechos coincide con la toma de conciencia de las consecuencias sociales de laproscripcin de la lengua y de la cultura indgena en los planes y programas deeducacin formal.

    Antes de abordar el tema de la incidencia de las luchas de los pueblosindios en el campo educativo, se aportan breves consideraciones conceptuales sobre losmovimientos sociales. Luego, se caracteriza a las polticas de autonoma y a lasprcticas de educacin intercultural que derivan de la accin y las estrategias de lospueblos originarios, a raz de la emergencia de proyectos polticos regionales de

  • 3transformacin de los sistemas escolares. Posteriormente se examina cmo laautonoma indgena puede significar una condicin para generalizar planesdescentralizados de educacin multilinge e intercultural. Se analizan las dimensionessociales abarcadas por el concepto de ciudadana pluritnica, especialmente a travs dela militancia y la participacin directa en el desarrollo de escuelas primariasimpulsadas por pueblos originarios latinoamericanos. Para terminar, se expone cmoen el contexto del zapatismo en Chiapas, el tema de la lucha por la autonomaeducativa remite a las formas de produccin de las estrategias identitarias y polticasen accin, las cuales transforman de manera profunda a los procesos de enseanza.

    Acercamiento a los movimientos sociales en la era delmulticulturalismo neoliberal

    Definir un movimiento social es proponer un abordaje de la problemtica de lasluchas sociales en un contexto dado. Para Pierre Bourdieu (2001: 13-14), la historiasocial ensea que no hay poltica social sin un movimiento social capaz de imponerla.Entonces, nos podemos preguntar cmo es factible una poltica educativa intercultural,descentralizada y autnoma, cuando la impulsa un movimiento indgena. A la imagende los movimientos sociales contemporneos que exaltan los principios de solidaridady de unidad, los movimientos protagonizados por los pueblos originarios se inclinan aluchar contra la monopolizacin del poder de decisin por grupos minoritarios ytienden a favorecer la participacin directa en la deliberacin y la accin poltica.

    De manera general, los movimientos sociales se caracterizan por unconjunto de acciones situadas y fechadas a travs de las cuales unidades complejas deredes de organizaciones e individuos aislados se construyen con base en valorescompartidos, en relaciones solidarias y se movilizan en torno a desafos conflictivos,recurriendo a distintas formas de protesta, con el objetivo de modificar la organizacinde la sociedad, para un mejor reparto de las riquezas y del poder poltico desde elpunto de vista de sus protagonistas. Al respecto, vale recordar la sociologa de losnuevos movimientos sociales de Alain Touraine (1995) desarrollada en los aos 70 y 80,para la cual todo movimiento social tiene conciencia de su existencia, de su identidad sipuede nombrar a un adversario. El conjunto de acciones y orientaciones colectivascuestiona parcial o globalmente el orden social establecido, buscando democratizar losprocesos polticos, el acceso y la pertinencia cultural de instituciones como la escuela.

    Hasta cierto punto, todo movimiento social regionalmente consolidadocomo en el caso de algunos pueblos indgenas latinoamericanos, contribuye a lacreacin de consensos aparentes en torno a significados y valores compartidos que sonheredados y en parte reconstruidos en el acto de enfrentarse al Estado y en lainteraccin durante las luchas y las acciones colectivas. Tanto las ciencias polticascomo la sociologa han desarrollado teoras e investigaciones empricas sobre losmovimientos sociales y su constitucin por actores multipolares. Los movimientos sealimentan tanto de estructuras formales, organizaciones, como de redes sociales quelos unen con los puntos focales del conflicto. En este sentido, ciertas investigaciones

  • 4ponen en evidencia diferentes objetos y dimensiones de anlisis que tienen cabida enlas indagaciones sobre las luchas educativas de los pueblos originarios en el marco deamplias movilizaciones sociales.

    Se destaca primero el enfoque sobre el compromiso y el descompromisomilitante, sobre las oportunidades polticas, as como la organizacin y la cultura en lageneracin de la accin colectiva. Segn Sydney Tarrow (1997), los principalesincentivos para la creacin y difusin de los movimientos se encuentran en laestructura de las oportunidades polticas, es decir las circunstancias contextuales quepropician la apertura de espacios de contienda social y de reordenamiento polticoestructurante. Segundo, los movimientos utilizan diferentes formas de accin colectiva(que tienen costos y beneficios) para vincular a los individuos y grupos entre s encontraposicin con sus oponentes y terceras partes, usando estrategias de accinconocidas e inventando nuevas. Los repertorios de accin reivindicativa, es decir lasformas de protesta, son muy variados incluso en los movimientos rurales e indgenasde los pases de Amrica Latina, al recurrir a huelgas, plantones, ocupaciones, marchas,bloqueos o secuestros de funcionarios. Un tercer tema de anlisis social significativo,pero poco estudiado en el campo de las polticas sociales en la era delmulticulturalismo, es la violencia generada por la represin, su efecto sobre lapolitizacin identitaria, la radicalizacin y la posible desmovilizacin de los activistas.Como cuarto mbito de investigacin, est la nocin de la institucionalizacin de losmovimientos y sus relaciones internas con las clases populares y las agrupacionespolticas, como por ejemplo la cooptacin de dirigentes. Adems, las ciencias socialestienen un inters especfico en medir e interpretar la influencia de los movimientossociales en las reformas polticas y la inclusin de sus demandas en las agendasregionales, nacionales y transnacionales, especialmente en materia de polticaeducativa, lingstica y cultural para el tema que nos ocupa.

    En esta ltima dimensin analtica, importa subrayar los modos deincidencia de los movimientos indgenas en la poltica educativa de Amrica Latina.Como reaccin a los efectos del multiculturalismo neoliberal, las estrategias de rechazoa la educacin oficial pueden coincidir con la apropiacin de los derechos educativosde los pueblos originarios que son actores de movimientos regionales. En qu medidael impacto provocado por los movimientos sociales e indgenas puede contribuir atransformaciones educativas significativas, a planes de estudio verdaderamenteinterculturales, o a una ms amplia participacin comunitaria en torno a los asuntosescolares? Una hiptesis discutida en adelante se refiere a una expresin particular delos movimientos sociales protagonizados por pueblos indgenas en Amrica Latina. Setrata de evidenciar las implicaciones de las demandas de autonoma poltica en suspropios territorios, para determinar si plantean las condiciones de la construccininnovadora de mtodos y contenidos de planes curriculares efectivamente plurilingese interculturales. La lucha de los movimientos por la autonoma indgena no serajustamente una condicin para la participacin activa de las comunidades en la

  • 5elaboracin y la legitimacin de un proyecto pedaggico intercultural ydescolonizador?

    A travs del caso del zapatismo chiapaneco, visto como un movimientocivil y popular protagonizado por pueblos originarios y campesinos (Bartra y Otero,2008), se ubica a la cuestin de la autonoma educativa como parte de un proyectocolectivo de resistencia etnopoltica al orden establecido a nivel nacional, y comoaspiracin de democratizacin, especialmente de las estructuras locales y regionales degobierno. Con el ejemplo del campo educativo indgena, se contribuye a demostrar que,tomando en cuenta que la autonoma no aparece invariablemente donde laheteronoma retrocede (Castoriadis, 1997), las estrategias autonmicas de los pueblosindgenas ante la educacin son complejas a veces parecen contradictorias en lamedida en que dependen del campo del poder y de su relacin con la culturaoriginaria, as como de la politizacin de las identidades tnicas, y de la capacidad demovilizar varias formas de recursos internos y externos a las propias organizacionessociales y sus territorios.

    Poltica de la autonoma y prcticas de educacin indgena

    Desde una perspectiva latinoamericanista sobre las sociedades campesinas ymultitnicas contemporneas, se observa que las demandas y las prcticas deeducacin autnoma se han extendido durante las tres ltimas dcadas. La incidenciade las luchas por la autonoma en la educacin de los pueblos originarios en elcontinente ha implicado cambios caractersticos en relacin a la designacin, lacapacitacin y la evaluacin de los docentes. Tal vez exceptuando ahora a Bolivia y laley de educacin promulgada el 20 de diciembre de 2010 que proclama una educacinparticipativa, descolonizadora, intra e intercultural, se puede afirmar, compartiendo laargumentacin de Christian Gros (2001: 69), que los esfuerzos por imaginar escuelasbilinges y biculturales disponiendo de mayores mrgenes de maniobra provienenhasta ahora ms de las organizaciones indgenas y de sus apoyos (iglesias, ONG, etc.)que de los Estados y las clases dominantes. En numerosos pases latinoamericanos, laplaneacin educativa bastante centralizada abre pocos espacios de participacin directaa las familias y a las organizaciones sociales de los pueblos originarios.

    Sin embargo, frente a la desatencin de los gobiernos en Latinoamrica,en distintos contextos y con recursos bastante limitados, algunos pueblos organizados,como los zapatistas en Chiapas, han aprovechado los recursos disponibles y ciertasposibilidades coyunturales para establecer y administrar redes regionales de escuelaspropias. Estas experiencias de autonoma poltico-educativa se inscriben encondiciones favorecidas por la constitucin y la consolidacin de movimientos socialesregionales que cuestionan a menudo la legitimidad del Estado para solucionar lasdemandas tnicas y sociales de las poblaciones. Si bien los movimientos sociales,incluyendo a los indgenas, representan instancias de socializacin poltica y deconcientizacin para sus miembros, no significa que generan por s y en s mismos laproduccin de planes y programas de educacin descolonizadora y liberadora.

  • 6Tienden a provocar en general distintos cambios radicales en los procesos de seleccin,formacin y supervisin del docente que no siempre es un profesional de la enseanzacomo en el caso zapatista. El docente se desempea comnmente como un activistacultural campesino comprometido con el proyecto poltico y organizativo.

    En los estudios sobre la multiculturalidad en la educacin primaria y larelacin de los pueblos indios con las polticas sociales, es conveniente cuestionar lainstrumentalizacin del sector educativo por el Estado nacin, especialmente con elpapel de intermediarios intertnicos corporativos y polticos que han tenido algunostrabajadores de la educacin que podramos calificar de caciques culturales, creados ymantenidos por la accin indigenista (Lomel, 2009). Ahora bien, la autonomazapatista impide en la Selva Lacandona la emergencia de cacicazgos culturales y ladiferenciacin social, en la medida en que las comunidades del movimientoprotagonizan un proceso de apropiacin social de las funciones docentes. Por un ladocorrieron o mejor dicho despidieron a muchos de los maestros oficiales parareemplazarlos por jvenes originarios de la localidad quienes se desempean comointermediarios civiles entre la comunidad rebelde y la nueva entidad municipal. Porotro lado se redefini la posicin social del educador bilinge ubicndola entre el cargocomunitario y la militancia poltica y cultural.

    Como lo sugiere el caso del movimiento zapatista, las lgicasautonmicas no pueden desembocar sistemticamente en mrgenes extensos deautonoma pedaggica del docente. Los educadores y las familias que militan en estemovimiento reproducen a menudo prcticas heternomas, a veces violentas fsica ysimblicamente hablando que en ocasiones tienden a impedir que se desarrollenpedagogas anti-autoritarias y personalizadas, aunque logran en general construir yensear contenidos inter e intraculturales en la medida en que los promotores deeducacin autnoma elaboran sus materiales y mtodos de enseanza a partir delcontexto que viven los nios. Cmo explicar entonces que los movimientos socialestiendan a reproducir prcticas discriminantes que quieren superar en su proyecto deemancipacin?

    De acuerdo con Cornelius Castoriadis (1997), las instituciones socialesexistentes no se conservan tanto por la violencia y la coercin explcita sinoespecialmente gracias a su interiorizacin en los individuos. Y si bien ellas mismas soncreaciones colectivas y del imaginario social, adems tienen una capacidad instituyente.Las normas que producen aparecen, sin embargo, casi siempre, para la colectividad,como dadas (por los ancestros, por un dios, por las leyes del mercado, etc.). As escomo se vuelven rgidas, fijas, sagradas. En esta lgica, el primer objetivo de unapoltica de la autonoma sera ayudar a la colectividad a crear instituciones cuyainteriorizacin por los individuos no limite sino ample su capacidad de devenirautnomos (Castoriadis, 1997). La autonoma es vista a la vez como liberacin de laimaginacin y como limitacin asumida. As, al hablar de poltica de la autonoma, porun lado el objetivo es liberar la creatividad y crear la libertad, pero por otro lado la

  • 7autonoma individual y colectiva tambin se define como autolimitacin (Ibd.),especialmente en cuanto al manejo de los recursos materiales y simblicos movilizadosque estn en juego.

    En esta perspectiva autonomista, la matriz del cambio revolucionario esla lucha de clases, y no tanto las aspiraciones etnonacionalistas o los nuevosmovimientos sociales que defienden intereses particularistas, desde los puntos de vistacultural o ambiental. Todo acercamiento crtico a las desigualdades sociales y polticasen Amrica Latina exige analizar ms en profundidad el lugar que ocupan lasveleidades emancipatorias dentro del imaginario colectivo heredado de la historiasocial y cultural (Corten, 2006). As, se pueden equiparar los discursos deemancipacin y de autonoma en la medida que sugieren la transformacin de lasociedad capitalista en una democracia radical. La politizacin perceptible de lasidentidades sociales y tnicas desemboca en un proceso de democratizacin en el cualla educacin formal y popular representa un instrumento de difusin de los valores ylas normas sociales que comparte la colectividad en lucha.

    De esta forma, el objetivo del proyecto de autonoma sera,parafraseando a Castoriadis (1997), hacer de cada individuo un ser capaz de gobernary ser gobernado. La lucha por la autonoma, es decir, por auto instituirse, para regirsea partir de reglas propias, es tambin una lucha contra la sumisin a institucionessociales heternomas, es decir que imponen desde el exterior maneras alienantes depensar y actuar (Ibd.). La autonoma poltica representa la posibilidad de romper conun modelo de escuela que aparece como una institucin heternoma, importada ydestructora de riquezas locales, sobre todo de los conocimientos tradicionales de lasculturales populares. Al negar el marco del ejercicio de una autonoma indgena ampliacomo en Chiapas, la construccin de sistemas de educacin de base, fuera de lasmodalidades ofrecidas por el Estado, surge de la emergencia de luchas sociales con elobjetivo de quitarle prerrogativas extensas en materia de poltica escolar. En otraspalabras, estos movimientos disputan en la prctica al Estado nacional el derecho deregular, planear y decidir la formacin de nuevos sistemas educativos basados enproyectos etnopolticos propios. Se contraponen as a las polticas de educacin decorte neoliberal, centralizada e integracionista, que hoy tienen un discursointerculturalista (ver Dietz, 2007; Muoz Cruz, 2001).

    La autonoma como condicin para la educacin intercultural

    La lucha social por la autonoma parece derivar de una dinmica colectiva deaccin poltico-cultural bajo la forma de espacios endgenos de decisin donde lainstitucin escolar se vuelve objeto de una apropiacin colectiva. En esta lgicaautonmica, el Estado ya no tiene legitimidad en seleccionar al docente o decidir lo quees apropiado o inapropiado ensear a las nuevas generaciones. En la tradicinfilosfica kantiana, la autonoma moral se desprende del ejercicio autolegiferante dellibre-rbitro, como la capacidad de darse a s mismo normas, con vistas a la praxis, yasumir la propia vida en funcin de dicha posicin. En virtud de esta autonoma moral

  • 8desplazada en el terreno poltico-educativo, los miembros de cada comunidad indgenay campesina en las zonas de influencia zapatista representan los actores socialesquienes son reconocidos como aptos y legtimos para determinar los conocimientospertinentes de estudiar en ms de 500 escuelas rebeldes. La autonoma poltica de lagestin educativa les permite seleccionar los tipos de conocimientos que se debenensear y aprender en sus modestas aulas.

    De este modo, la aparicin en territorios multitnicos de Mxico deplanes y programas alternativos impulsados por organizaciones indgenas, en susproyectos polticos ms amplios, ilustra que ciertas respuestas a la imposicin de losprogramas oficiales desembocan en la auto-organizacin y el control local sobre losconocimientos escolares, revalorizando en el aula la cultura propia. Asimismo, lasescuelas impulsadas por los movimientos indgenas se inscriben en el marco de lasubversin del orden educativo establecido. Apuntan a revitalizar lo propioarticulndolo con los conocimientos ajenos que las comunidades estiman tiles ysocialmente pertinentes de ensear. Por ejemplo, cuando se aborda en los salones declase de la zona Selva Tzeltal la nocin de trabajo (atel), los educadores zapatistashacen la diferencia entre el concepto autctono y el occidental, haciendo hincapi en lasdimensiones polticas y econmicas que separan ambas formas de visin del mundo.En suma, el acercamiento intercultural a esta u otras nociones comunes se ha vueltoposible en la medida que la autonoma indgena tiende a cuestionar al Estado susprerrogativas de establecer e imponer unilateralmente qu y cmo se debe ensear.

    Para Hctor Muoz Cruz (2001: 488), el futuro de la poltica interculturalbilinge depende en gran medida de la ptica global para entender los procesossociales de las poblaciones indgenas y la participacin autntica de comunidades ymaestros originarios mejor formados. De acuerdo con este sociolingista, a pesar de suimpacto limitado, las doctrinas de la interculturalidad y la participacin hancomenzado a desmontar las creencias y prcticas monoculturales y a desestabilizar losbaluartes verticalistas y euroculturales, pero agrega que es preciso entender que estasconcepciones requieren una transformacin de las jerarquas y de las relaciones entrepoblaciones lingstica y culturalmente diversas (Ibd.: 487). Una prueba de taltransformacin en los Caracoles se encuentra en las palabras de un comunicado escritoen castilla en 2006 por los consejeros del Municipio Autnomo Ricardo Flores Magn,1quienes ven desde el ao 2000 que hay:

    intervenciones directas de los pueblos y autoridades para las tomas dedecisiones, programas, calendarios y sus formas para las capacitaciones para nosotrosson muchos los avances que hemos realizado y de las que siguen en proceso dentro delmunicipio para crecer una educacin autnoma y verdadera para nuestros pueblos que

    1 Fuente: comunicado escrito dirigido a las sociedades civiles del Municipio AutnomoRebelde Zapatista Ricardo Flores Magn, con fecha del 10 de octubre de 2006.

  • 9ayude a lograr la vida digna y fortalecer su cultura y que les abra horizontes deacuerdo a su realidad regional.

    Las demandas de los movimientos indgenas latinoamericanos (e inclusolos campesinos como en el MST en Brasil) buscan no slo incidir en la oferta escolarsino tener cierto control sobre su relevancia social, cultural y poltica. Aunque no seanmuy visibles en las luchas indgenas y rurales en Mxico, las demandas de autonomaen la educacin aspiran in fine a obtener servicios escolares pblicos y gratuitos en loscuales las comunidades puedan controlar los conocimientos que se ensean. Se destacaun nfasis en la exigencia de una enseanza e investigacin de las historias, los valores,las costumbres y tradiciones culturales de los pueblos.

    As, los delegados de las organizaciones del movimiento indgenamexicano encabezado por el Congreso Nacional Indgena (CNI) plantean a nivelnacional la necesidad de establecer un sistema educativo intercultural, multilinge,democrtico y autonmico, que proteja y desarrolle los saberes de los pueblosafianzando el uso de las lenguas. Basndose en su experiencia en el centro cultural deNuro, el dirigente purpecha Juan Chvez comenta al respecto en entrevista (mayo de2006) durante la cuarta reunin del CNI en la comunidad otom de San PedroAtlapulco (Estado de Mxico):

    Esta educacin tiene que surgir a partir de esa educacin indgenaverdadera autnoma de los propios pueblos, a partir de la memoria histricatradicional de los pueblos, de los saberes y conocimientos de los propios pueblosindgenas, conservada en la memoria histrica con los abuelos y los padres, pornuestros antepasados; y que siguen vivos los conocimientos en un marco de respetocon el entorno, con la naturaleza, las aguas, los rboles, las plantas, los maces, nuestroconocimiento de la astronoma, pero a partir del conocimiento del pueblo indgena.Hay tantas cosas, y la educacin tiene que partir de ah, tiene que sustentarse de esosvalores, de esos conocimientos, de esa sabidura autnoma de los propios pueblosindgenas.

    En los territorios multitnicos donde se ha decidido desarrollar un tipode educacin alternativa, la autonoma en educacin se refiere a ciertas prcticas quesuponen dejar en manos de las comunidades las decisiones relacionadas con losaspectos curriculares y la organizacin escolar. Asimismo, el poder de decidir y vigilarlo enseado por la escuela indica el ejercicio de un control colectivo que permite situarefectivamente la enseanza en un contexto geopoltico y sociocultural determinado, deacuerdo con las aspiraciones de cada ncleo etnoterritorial. De esto se puede suponerque la interculturalizacin de los contenidos de la educacin bsica requiere de ladescentralizacin y la autonoma poltica de las instituciones educativas locales; lascuales pueden establecer arbitrajes sobre qu poltica y culturalmente es legtimoensear.

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    Ciudadana tnica y escuela indgena en Amrica Latina

    Como elemento decisivo en la praxis de la resistencia y de la democracia en lospueblos indgenas, la participacin amplia y directa de las familias en la aplicacin deplanes educativos propios representa una condicin para obtener una educacin socialy culturalmente pertinente. Se trata en efecto de encaminar la toma directa dedecisiones en materia de contenidos, mtodos, planeacin y evaluacin, y sobre todoaprovechar la vitalidad de la organizacin comunitaria para generar formaspedaggicas alternativas. Siguiendo a Luis Enrique Lpez (2006: 241), ante el discursode los estados latinoamericanos de considerar a la interculturalidad educativa comomedio local de promocin de la tolerancia, respeto mutuo y de algn tipo departicipacin menor, los indgenas hoy se plantean un esquema de inclusin que setraduce en igualdad con dignidad, y que a la larga conlleva a la superacin de laexclusin y del discrimen y, por esa va, tambin compartir el poder. Esto implicarare-imaginar y reconstruir el tipo de Estado vigente en Amrica Latina y reconocer elderecho anhelado por los indgenas a una ciudadana tnica que est en relacin decomplementariedad con la ciudadana nacional de hoy (Ibd.: 248).

    Para Rodolfo Stavenhagen (2006), el modelo de la ciudadanamulticultural se expresa en el campo de la autonoma democrtica, el pluralismo legal,la educacin intercultural, las vas alternativas al desarrollo que cuestionan aldesgastado modelo neoliberal globalizador. De cierta forma, la disposicin de lospueblos originarios para ejercer sus derechos ciudadanos parece depender en parte delos procesos de politizacin de las identidades tnicas. La cuestin de la reafirmacinde las identidades est ligada a las relaciones de dominacin econmica y a lasdinmicas de lucha por la tierra y la dignidad. Se puede hablar de activismo tnico enla medida que prevalece una intensa movilizacin poltico-cultural de los actorescomunitarios en torno a la cuestin educativa local.

    Mucho ms que una demanda tnica discursiva, el activismo culturalcotidiano en la educacin zapatista representara la puesta en accin de una autnticaciudadana tnica, definida por la aspiracin de defender su identidad cultural y unaorganizacin social diferenciada dentro del Estado, el cual no slo debe de reconocer,sino proteger y sancionar jurdicamente tales diferencias; lo que implica elreplanteamiento del proyecto de Estado nacin (De la Pea, 1999: 23). Al buscar incidiren la transformacin del Estado mexicano, el objetivo poltico del zapatismo es laconstruccin de una ciudadana pluritnica y es en este contexto que la autonomaindgena puede contribuir a la reforma democrtica del Estado, la cual sigue siendouna tarea pendiente (Harvey, 2007: 11). Esta construccin de prcticas ciudadanasrequiere una dotacin en trminos de recursos simblicos, adquiridos de algn modoen la socializacin poltica comunitaria y en las trayectorias del activismo indgena.

    Refirindose a los conocimientos conferidos por el militantismo, a lascompetencias importadas del exterior, as como a las aprendidas en la marcha, elcapital militante se adquiere en buena parte en el campo poltico donde se valoriza,

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    pero tambin se puede reconvertir, reinvertir, en otro campo en caso de salida(Poupeau y Matonti, 2004: 5-6). Este concepto de capital militante nos ayuda a pensarlos determinantes del compromiso zapatista en torno a las actividades cotidianas delbuen gobierno. Resulta en efecto fundamental interesarse en las rupturas y losquiebres en las trayectorias militantes, partiendo del anlisis de los procesos desocializacin poltica, buscando efectos de origen y efectos de destino, escudriando lageneracin y los efectos de la dominacin social, cultural y masculina. Se destaca lavinculacin del compromiso poltico de las bases de apoyo zapatistas, por un lado, conel proyecto local de construccin de un poder popular con actores no profesionales (elpueblo), y por otro lado, con el proyecto global de liberacin nacional einternacionalista. Ambas dimensiones son entrelazadas e inseparables en la realidadcotidiana de la militancia, siendo formadoras de las habilidades de comprensin yexpresin oral y escrita, y de la reflexin crtica.

    Las formas zapatistas de hacer poltica en los municipios autnomoscuestionan las lgicas centralistas, clientelistas, asistencialistas y represivas. Implican larenovacin y valorizacin de las instancias polticas de democracia comunitaria(prcticas de asambleas y nombramiento a cargos revocables). Al ocupar puestos deresponsabilidad en la estructura de poder comunal, los jvenes promotores zapatistasno tienden a posicionarse como caciques culturales potenciales (como los son en ciertamedida los maestros bilinges oficiales), monopolizando la distribucin de favores ydinero pblico como forma de intermediacin y dominacin poltica a nivel local(Baronnet, 2012). En vez de formar profesionales de la poltica y la educacin, losmovimientos indgenas tienden a considerar a los cargos cvicos y docentes comoresponsabilidades delegadas por las asambleas locales y las entidades autonmicasregionales, ante las cuales rinden cuentas y son legitimados o descartados para ocuparlas funciones correspondientes.

    Las experiencias comunitarias de gestin administrativa y pedaggicaautnoma son reveladoras de las estrategias indgenas que apuntan a concebir laescuela como un espacio de formacin ciudadana, con el objetivo de capacitar y deempoderar de manera integral a las futuras generaciones de cuadros polticos ygestores pblicos locales. La formacin de la niez, vista como la futura generacin deciudadanos y militantes, es una preocupacin expresada constantemente en losdiscursos. Basta recordar que la ciudadana pluritnica implica la participacin activaen el sistema de distribucin rotativa de los cargos civiles. Una preocupacin explcitade responsables o autoridades indgenas en Chiapas y en el Cauca, es la formacin denuevas generaciones que puedan tener los conocimientos bsicos para defender a lacolectividad formando parte de una dinmica asamblearia de reparticin de cargos. Laeducacin, la salud y la comunicacin autnoma aparecen como sectores prioritarios eindispensables a los ojos de las bases de los movimientos indgenas para preparar a lasfuturas generaciones de consejeros, comisarios y agentes autnomos que no son vistoscomo lderes, lites o cuadros polticos, sino como actores pertenecientes a una masacampesina que se identifica con el proyecto poltico-cultural autonomista. Se apuesta a

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    la formacin de actores sociales que puedan asumir tareas de buen gobierno, comolo ilustra un joven representante del municipio autnomo rebelde zapatista RicardoFlores Magn:

    La idea es que los nios vayan aprendiendo, un da tambin deberande ser autoridades del municipio, un da tambin deben de ser una autoridad dentrode la organizacin. [] Quizs a los que estn ahorita pues algunos ya son mayores deedad, pero algunos que son autoridades y no saben leer no saben escribir, pero tambintienen ciencia, saben entender las cosas saben hablar cmo arreglar un problema.Entonces por eso la idea es que a los nios hay que prepararlos para que tambin unda sern autoridades, no s qu autoridad pero dentro de la organizacin ah va seguira los nios, no es para que aprendan en la educacin autnoma y que vayan a hacer untrabajo en la educacin oficial, pues claro que ah no nos conviene y los nios tambinbien lo saben el compromiso que se hace estar dentro de la autonoma de los zapatistasy ah mismo dentro de esa autonoma, ah va a hacer su trabajo, ah va a servir a supropia organizacin.2

    Para las autoridades civiles zapatistas la autonoma es concebida comouna apuesta de transformacin social descolonizadora, con base en el cambio de lasconciencias y las prcticas colectivas. La identificacin de los nios con el proyectoglobal de lucha zapatista no slo se construye a partir de la enseanza de contenidosescolares ligados a los valores del grupo de pertenencia poltico-cultural, sino que seconstruye tambin desde su participacin en prcticas colectivas que tienen unsignificado poltico identificador; como por ejemplo las asambleas y los trabajoscolectivos, en especial durante las reuniones y fiestas cvicas ritualizadas donde losnios y adultos conviven juntos, contribuyendo as a visualizar un imaginario comn yuna identidad colectiva militante.

    Zapatismo, identidad y educacin autnoma

    Como ltima hiptesis de trabajo, se considera a la lucha indgena por laautonoma educativa como factor y consecuencia concomitante del proceso defortalecimiento de las identidades etnopolticas y campesinas. En los proyectosescolares regionales de los principales movimientos indgenas est presente la idea dehacer de las demandas, la historia y el contexto local y nacional de la lucha delmovimiento social, elementos primordiales del aprendizaje. Los valores ticos y losconceptos del movimiento irrumpen en la accin pedaggica de los promotores al serpuestos al servicio del fortalecimiento de las identidades tnicas, campesinas ypolticas. Es dentro de una relacin de fuerzas con el Estado que se hace manifiesto elproceso social de reafirmacin identitaria, particularmente visible en el campoeducativo indgena.

    2 Entrevista colectiva a la Junta de Buen Gobierno, agosto de 2005.

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    La experiencia zapatista ilustra que la produccin de conocimientosescolares es social, cultural y polticamente moldeada a travs del filtro de lasidentidades campesinas, indgenas y de activistas concernidas. Al producir sentidopara las bases zapatistas, la lucha por la autonoma educativa fortalece el proceso desociognesis y el sentimiento de pertenencia a la cultura poltica regional. Enconsecuencia, implica un sentimiento colectivo de dignidad al poder nombrar, orientary sancionar la accin docente en las comunidades. Se enorgullecen de haberseapropiado de la gestin administrativa y pedaggica de las escuelas de los territoriosbajo influencia zapatista. Este sentimiento de dignidad tiene que ver en el caso que nosocupa con el control comunitario sobre los asuntos escolares, es una cuestin de podera la cual se refiere este militante tseltal quien concedi en entrevista (marzo de 2006)que ahora ya no nos van a venir a mandar en nuestras escuelas.

    A partir del trabajo etnogrfico realizado en distintas regiones zapatistas(Gutirrez, 2011; Baronnet, 2012), la diversidad de experiencias educativas en lascomunidades mayas se explica en la medida en que los proyectos educativos sonheterogneos de un lugar a otro, y a veces bastante desiguales en trminos de recursosde todo tipo. Estos proyectos autogestivos y participativos no son reproducidos demanera idntica de una regin autnoma a otra, o de una comunidad a otra. Laexistencia de los centros escolares dirigidos y evaluados por las bases de apoyozapatistas ilustra las formas particulares que adquiere el ejercicio del derecho a laeducacin de acuerdo con la Declaracin emitida por las Naciones Unidas el 14 deseptiembre de 2007, al sealar que los pueblos indgenas tienen derecho a establecer ycontrolar sus sistemas e instituciones docentes que impartan educacin en sus propiosidiomas, en consonancia con sus mtodos culturales de enseanza y aprendizaje(Artculo 14).

    As, en los centros municipales de formacin de los promotores en LasCaadas de Ocosingo, en los Altos y en el norte de Chiapas, los proyectos pedaggicosdifieren en la eleccin y la organizacin del conocimiento. En los Caracoles de Oventiky Morelia, una materia de enseanza prctica se denomina Produccin, mientras enlos Altos tzotziles se estudia Humanismo, y el equivalente en la regin deAltamirano se llama Educacin poltica para referirse a las clases que difunden latica y los valores del movimiento (Cerda, 2011; Gmez, 2011). Se abordan losmovimientos de lucha por la tierra en Chiapas, en Mxico y en el mundo, tomando aveces como ejemplo la experiencia del movimiento agrario brasileo, haciendo de lasdemandas, la historia y la situacin (local y nacional) de la lucha del movimientozapatista, un elemento primordial del aprendizaje.

    El zapatismo ilustra la complejidad de las lgicas entrecruzadas deafirmacin identitaria mltiple pues los valores que promueve se ensean en lasescuelas como elementos provenientes de las luchas de liberacin campesina (temaagrario), de la emancipacin cultural (tema tnico y de gnero) y nacional (tema delpoder poltico). Ponen de relieve rasgos identitarios distintos pero que tienen en

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    comn la reivindicacin del acceso legtimo a recursos materiales y simblicoscapitalizables en las luchas por el control de su orientacin poltico-cultural. Losactores de las escuelas zapatistas son militantes revolucionarios que contribuyen a sumanera al ideal liberador de la opresin cultural y econmica a la cual estn sujetas lascomunidades. Ellos construyen desde una posicin de clase dominada, una polticacultural implementada de y a favor de la diferencia cultural, fomentando la igualdadsocial dentro y ms all de la diversidad cultural. Lo que est en juego no es lainstitucionalizacin de los actores culturales bajo formas representativas lo quetransforma su memoria en conmemoraciones oficiales y sus lderes en notables sinoabrir efectivamente el acceso al trato poltico de sus demandas (Wieviorka, 2006: 73-75).

    La escuela se encuentra en medio de mltiples estrategias identitariasreveladoras de aspiraciones de afirmacin tnica y de politizacin. Los pueblosoprimidos, explotados y discriminados que reclaman sus derechos culturales ycolectivos lo hacen para garantizar sus derechos humanos y para lograr un mnimo depoder en la polis que les permita participar en condiciones de igualdad en lagobernanza democrtica de sus pases (Stavenhagen, 2006: 221). Siendo una estrategiaidentitaria colectiva que forma parte de una poltica cultural regional, los pueblosmayas y zapatistas plantean la autonoma educativa como va para (re)valorizar losconocimientos generales, prcticos y ticos que estiman tiles, prioritarios ypertinentes para vigorizar su identidad y afianzar su dignidad al ser miembros de unpueblo tzeltal y mexicano, de familia campesina y militantes activos en la comunidad yla regin. Esta experiencia ilustra la capacidad de un movimiento poltico y cultural deapropiarse de manera innovadora del derecho de los pueblos indios a una autonomaeducativa de acuerdo a sus propias estrategias sociales. Se trata de un modo alternativode integracin a un mundo en el cual quepan todos los mundos segn la famosafrmula zapatista, puesto que la cuestin ideologizada del multiculturalismo tiene quever con proyectos divergentes de sociedad nacional. Se trata pues de ubicar a lasprcticas de lucha indgena por la autonoma educativa como parte de la construccinde una poltica cultural que, desde abajo, sustenta los movimientos al luchar pornuevas visiones y prcticas de ciudadana y democracia social.

    A manera de conclusin, la intervencin de los movimientos sociales enel campo conflictivo de la educacin indgena contribuye a la autonoma poltica de lascomunidades que apuestan a una descolonizacin de la institucin educativa y de losconocimientos que circulan en las escuelas de los etnoterritorios. Las luchas de losmovimientos indgenas colocan con dificultad en las agendas educativas de losgobiernos centrales la cuestin de su participacin directa y permanente en laelaboracin de polticas educativas locales y de planes curriculares propios, de acuerdoa las aspiraciones autonomistas plasmadas en los acuerdos de San Andrs que

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    plantean el derecho de asegurar a los indgenas una educacin que respete yaproveche sus saberes, tradiciones y formas de organizacin.3

    Lo que aparece en juego en la arena educativa, es la lucha por el controllegtimo de la seleccin, formacin y evaluacin del docente indgena. Las demandasde autonoma educativa surgen cuando se denuncia colectivamente la necesidad dereemplazar al personal docente indgena o mestizo de origen externo por jvenesseleccionados y capacitados localmente por la organizacin poltica comunitaria yregional. Las prcticas de los militantes indgenas en torno al control de la educacinescolar significan adems una referencia fuerte en la incidencia poltica para unamayor autonoma educativa a nivel comunal y regional. Ahora bien, el cargocomunitario de educador representa cada vez ms un medio de promocin y deprestigio social en los etnoterritorios, aunque falta a nivel institucional la creacin deun estatuto legal nacional respetuoso de los derechos laborales.

    En las tierras de las comunidades originarias y campesinas deLatinoamrica, la generacin de prcticas de poltica educativa es producto de la luchapor el control de la designacin, capacitacin y supervisin del docente local, y de loscontenidos y mtodos de aprendizaje. A pesar de haber contextos y discursoscontrastantes, se abren espacios de participacin a la construccin de polticas localescoordinadas por representantes de las organizaciones de autoridades indgenas. En elCauca andino y en Las Caadas chiapanecas, las demandas de autonoma educativasurgen con la necesidad de construir y orientar colectivamente redes regionales deescuelas propias. Asimismo, este surgimiento coincide con la prdida de legitimidadde la educacin que ofrece el Estado, cuando este ltimo manifiesta adems suoposicin a los contraproyectos pedaggicos que se inspiran en los valores culturales,los intereses y las prcticas organizativas de los pueblos originarios. El siguientetestimonio de un promotor de educacin en una escuela del municipio autnomoRicardo Flores Magn muestra que la autonoma zapatista genera una ruptura en lapraxis educativa con relacin a la accin del Estado. Indica que la legitimidad de lagestin local de la educacin est asociada a un proyecto indgena de resistenciacultural y de lucha poltica:

    Con nuestra autonoma, queremos que haya libertad en la educacin. Hayrespeto a la tradicin, la identidad de quines somos, porque la educacin se hace para

    3 Esta frase aparece en el documento Pronunciamiento Conjunto que el GobiernoFederal y el EZLN enviarn a las instancias de Debate y Decisin Nacional (16-01-1996) y enel documento Compromisos para Chiapas del Gobierno del Estado y Federal con el EZLN (16-02-1996).

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    compartir los conocimientos con los otros, y tanto a la comunidad, saber resolverproblemas y conocer cmo defender lo que hay en lo nuestro.4

    La tarea estratgica de este proyecto educativo propone contrarrestar losefectos de la colonizacin del imaginario mucho ms all del aula, fortaleciendo demanera integral el proceso autonmico en el sector de la salud, la produccineconmica y la comunicacin comunitaria. Un estudio social de educacin comparadapuede investigar esta y otras lecciones de las experiencias de administracin autnomade los pueblos indgenas en Latinoamrica. Ellas merecen mucha atencin, tanto porparte de la sociedad como de los gobiernos locales, regionales y nacionales, en lamedida en que sirven para impedir que el derecho al conocimiento contradiga alderecho a la identidad. La construccin de la autonoma indgena en distintoscontextos es un proceso sociolgico complejo, cultural y territorialmente instituido.Esta contribuye, en cierta medida, a facilitar la apropiacin social de la escuela comoespacio de participacin comunitaria en el quehacer poltico, administrativo ypedaggico.

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    4 Entrevista colectiva a promotores de educacin, mayo de 2005, Municipio RicardoFlores Magn.

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