Bbltk-m.a.o. E-002 Fas 24 - Lo Desconocido - Los Tripulantes Del Cosmos - Vicufo2

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ENCICLOPEDIA

Transcript of Bbltk-m.a.o. E-002 Fas 24 - Lo Desconocido - Los Tripulantes Del Cosmos - Vicufo2

  • UN

    ABGOR UFINFORMATIO

    CIDO

    N0E

    ORREC REO

    LO DICONOR

    PARAPSICOLOGIA EI\tGMAS OYNISLA MUIRTE Realidad y transcendencia EL TRIANGULO MORTAL DE LAS BERMUDAS 0YNIS: Una realidad indiscutible

    OTRAS YIDAS? Espiritu y reencarnacin LA ISLA DE PASCUA: Un ensayo del fin del mundo? ICUANDO LOS OVNIS ATERRIZAN

    EL ESPIRITISM0 y sus metodos TECNOIOGIA DEL PASAD0: Unos hallazgossorprendentes

    EFECTOS ELECTROMAGNETICOS DE LOS\OVNIS

    PSIC0IONIAS: Gnesis y prcticaLa inminencia de EL FIN DEL MUNDO OVNIS: TOP SECRETPOLTERGEISTEl poder mgico de LAS PIRAMIDES C0M0 SON LOS 0VNIS?

    CLARIYIDENCIA Y TELEPATIAEL DILUVIO Y EL ARCA DE NOE OVNIS: LAS DIFICILES MANIOBRAS

    ASTR0LOGIAT Teoria y prctiraLA ATLANTIDA:.Mito y realidad 0VNIS: LOS VIAJES IMPOSIBLES

    H0R0SC0P0: El lensuaie de los astros

    PRODIGIOS DE LA SINSIBILIDADEGIPTO MILENARIO , lOs TRIPULANTES DEL COSMOS

    MENSAJES EN PIEDRA ENCUENTROS CON HUMANOIDESHIPNOSIS Y SUGESTION

    LOS MONSTRUOS IMPOSIBLES , OVNIS EN EL PASADOLOS SUEOS y su significado

    Elenigma de TIAHUANACO OYNIS: ENTIDAD DE LOS TESTIGOSTAROTT El futuro en los naipes

    VAMPIROS Y HOMBRES-LOBOS OVNIS: EL PRIMER CONTACTOVIAJE AL FUTUR0: Claves de la Adivinacin

    EL MUNDO MAYA v sus misterios OVNIS: PELIGRO, ABDUCCION .BRUJERIA Y SATANISMO

    MAGIA Y LEYBNDAS DE LA INDIA OVNIS: POR QUE LOS RAPTOS?Q[IIR0MANCIA: Eldestino en las manosPROFETAS Y PROFECIAS

    EL UNIVERSO INCA OVNIS: SECTAS Y CULTOS

    LAS PIEDRAS DE ICA: Ellegado de otra historia OVNISSUBMARNOSLAS FRONTERAS DE LA MEMORIA

    LAS PISTAS DE NAZCA y otros dibujos areos tOS VISITANTES DE UMMOLA FUERZA DE LA MENTE

    LOS HECHOS MALDITOS LA HISTORIA SECRETA DE LOS OVNISLA OTRA MEDICINA: Proceso a los curanderos

    EI, IMPERIO AZTECA Y SUS SECRETOS LOS 0VNIS PROTAGONISTAS 0 TESTIGOS?PARAPSICOL0GIA en animales y plantas

    LA DESTRUCCION DEL COSMOS:Un hecho inevitable

    OVNIS: LAS GRANDES OLEADASTELEPLASTIAS: Imgenes de otros mundos

    EI, HOMBRE Y EL UNIYERSOTECNICAS DE RELAJACION Y MEDITACION tOS SENORES DEL CONOCIMIENTO OVNIS: ENIGMATICA PUESTA EN ESCENAESPIRITISMO BRASILEO I,AS ESFERAS CETESTES DE COSTA RICA OYNIS: UNA CONSTANTE PRESENCIA

    ENIGMAS DE AMERICA

    LA DESAPARICION DE LOS DINOSAURIOS

    EDICIONES I. QUORUM, S.A.Consejo editorial: CANDIDO CONDE, MANUEL GASCH

    Director de la obra: FERNANDO JIMENEZ DEL OSO Director ejecutivo: JOAQUIN GOMEZ BURON Director artstico: LUIS DE MIGUELFotografas: PABLO RODRIGUEZ tlustraciones: JEAN SEMMEL,ZEN, OYARBIDE, TOMAS MENDEZ, LUIS DE MIGUEL Colabotradores: LEONOR

    ALRAZKI, JULIo ARCAS, VICENTE J.BALLESTER, J.J. BENITEZ, MERCEDES CASTELLANO, SINESIO DARNELL, ANDREAS FABER KAI-SER, Me LAURA FELIX, SALVADoR FREIXEDO, JOSE L. JORDAN PEA, JOSE M. LOPEZ IBOR, JUANA MARIN, FRANCISCO PADRON, JE-SUS A. PEREZ CASTAo, ANToNIo RIBERA, JoSE RUESGA, ENBIQUE DE VICENTE, CARLO LIBERIO DEL ZOTTI. ImpTesin: GI1AFICAS

    REUNIDAS,S.A. lsBNdelaobra: 84-7701-143-5 |SBNdel fascculo: 84-77C-1-142-7 |SBNdel lomol:84-7701-141 -9Dposito legal: M.28466-1989Printed in Spain Distribcin: MARCO tBERICA, S. A.O 199O Ediciones L Quorum, S. A" lmpreso: Septiembre 199O

    Redaccin y Administracin: Diego delen, 7 - 1e 28OOO MADRID Tef.:5645863 Fax: 5645490

  • mpw&&mm& ?$r

    El comportamiento de los ovnis en susmltiples maniobras por s slo ya sugiereque estn conducidos

    -y, por supuesto,concebidos y construidos- por inteligen-cias. Aceptar la realidad del fenmenoovni supone simultneamente admitir alos seres inteligentes que los tripulan. Peroes que hay ms: se acumulan las pruebasde que esos seres nos visitan desde tiem-pos remotos, como si estuvieran vigilandonuestro comportamiento. Muchos testimo-nios avalan esta afirmacin, e incluso exis-ten documentos grficos que la reafirman.No debe haber, pues, duda: estn aqu.Pero, cmo son?No hay, por ahora, una tipologa clara yconcreta sobre el aspecto fsico de los tri-pulantes de los ovnis. Se est confeccio-nando. Mientras, bueno ser que conozca-mos algunos rasgos y detalles que ya hansido universalmente aceptados sobre elparticular. Vayamos conociendo a nues-tros vecinos csmicos.

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  • nL-

    r concepto que erhombre tiene del Cosmos ha variado en pocas d-cadas. Tomar conciencia del papel secundario quenuestro sol desempea en los mrgenes de la ga-laxia ha sido un duro golpe para el chauvinista an-tropocentrismo que tanto satisfaca a nuestrosabuelos. Cuando el conocimiento del Universo-nuestro an rudimentario conocimiento del Uni-verso- ha extendido a cientos de miles de millo-nes el nmero de sistemas solares en nuestra ga-laxia y a cifras igualmente dilatadas el nmero degalaxias exstentes, es incongruente plantear queeste modesto planeta nuestro sea el nico dotadode vida inteligente. Con toda posibilidad, son mi-Ies de mundos los que albergan otras humanida-des tecnolgicamente aptas para los viajes espa-ciales. Hablar de extraterrestres es algo ms queuna utopa.

    LA Cuando los ovnis comenzaron aORPREA ser material de prensa. eltema seDE LO fRI. planteaba fascinante. De un ladoPULANTE estaban los que argumentabanffi quetales navestenan una proce-

    dencia terrestre, del otro, aque-llos que encontraban ms sugestiva la hiptesisaliengena. A medida que las observaciones gana-ron en nmero y calidad qued evidente la impo-sibilidad de la explicacin terrena. Aquellas navesno solamente escapaban a las posibilidades tcni-cas de cualquier pas, sino que incluso parecianburlarse de las leyes fsicas conocidas: giros en n-gulo de noventa grados, detenciones instantneas,cambios de forma y coloracin...

    Aceptada como ms congruente la procedenciaextraterrestre, se plante otra cuestin. Aquellasnaves estaban tripuladas o manejadas a distancia?Esto ltimo pareca lo ms razonable: si poda con-cebirse un material capaz de soportar tan bruscasmaniobras, no era concebible en cambio un orga-nismo vivo con la misma resistencia.

    Todos los razonamientos fueron vlidos y las dis-cusiones parecan moverse en el terreno de lo pu-ramente terico. Hasta que empezaron a dejarsever los tripulantes. Primero tmidamente, sorpren-didos de madrugada en algn paraje solitario. Des-pus, en forma ms despreocupada, casi insolen-te; para, finalmente, tomar ellos la iniciativa y se-cuestrar temporalmente a los desprevenidos cami-nantes. Progresivamente, los casos de encuentroscercanos se fueron acumulando sobre la mesa delos investigadores oficiales y privados; decenas,centenares de testigos

    -millares en la actualidad-han venido a complicar ms an el ya complejo fe-nmeno ovni. Porque, en contra de lo presumible,parece que estamos siendo visitados por la ms va-riada fauna espacial. Altos. bajos, diminutos, cal-vos, peludos, hermosos, repulsivos... Parece quecada testigo haba visto a un extraterrestre de razadistinta. Lentamente, las descripciones pudieron

    irse agrupando en unas pocas, tipos bsicos; pero,aun as, demasiados; tantos que, de nuevo, vuel-ven a invocarse factores psicolgicos como respon-sables del fenmeno. Nuevamente, el tema ovniabandona el terreno de lo material para'ser juzga-do bajo el prisma de lo espiritual. Algo muy nor-mal en la conducta del hombre cuando ste se en-frenta a un hecho desconocido e inexplicable.

    No es extraa la cautela por parte de los uflo-gos; de hecho, el tema ovni ha adquirido tal reso-nancia socioespiritual q ue resulta difcil determinarhasta dnde los testigos lo son de un hecho obje-tivo y hasta qu punto han visto aquello que que-ran ver.

    DE ANGETE Es interesante comprobar cmoA EXTRA- ha cambiado la actitud socialTERRE. ante el tema de los humanoides.TRE No hace muchas dcadas, los es-fre critores de ciencia-ficcin, ha-

    cindose eco de la tendencia po-pular, mantenan a los aliengenas en la condicinde seres extraos, repugnantes para la esttica te-rrestre y generalmente dotados de las ms perver-sas intenciones. Esta actitud tiene tal vez su origenen la novela de H. G. Wells, un clsico que marcel camino seguido en este siglo por los artesanosdel gnero. Plantear otro tipo de extraterrestres erapoco aconsejable desde el punto de vista comer-cial. Sin embargo, en los ltimos quince aos, ycada vez con ms frecuencia, los relatos de cien-

    En el ampliocampo de laufologa, elcaptuloreferido a lostrpulantes es elque ofrece mselementosextraos.Parece que laciencia-ficcinse mezcla conla realidad.rnm

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  • Los tripulantes del cosmos

    abrdaftes los:es:,goS qUe

    ecuentro con unanoidescrantes depelo y decoiores que sonos nomales enla carne; conrecuenciaentidades depiel verdosa yca lvas.re&

    cia-ficcin enfrentan a los humanos torpes y primi-tivos con los forneos fsica y moralmente supero-res. Esta tendencia es paralela a la que se observaen la realidad social. Cada vez son ms numerososlos grupos de personas que elevan sus ojos al cie-lo en espera de los hermanos csmicos que hande salvarnos. Es como si el hombre comenzara atomar conciencia de la enorme crisis que se aveci-na y hubiera llegado a la conclusin de que, por smismo, no es capaz de salir del laberinto en quese ha metido.

    Hace unos pocos siglos, quizs unas dcadas, sumirada habra buscado en el cielo la seal de lo so-brenatural, la mstica mano del Creador, o cuandomenos sus ngeles portadores de esperanza. Hoy,los ngeles son, para demasiada gente, los extra-terrestres. Y lo triste es que nada nos induce a pen-sar as. De hecho, la experiencia nos habla de unaconducta bien distinta por su parte: curiosos o in-diferentes ante nuestros problemas, ellos pare-cen moverse segn sus propias motivaciones, ig-norando o despreciando nuestras angustias y nues-tros deseos. Si toman contacto con el hombre espara pesarlo, medirlo o extraerle contenido gstri-co. Y tal vez sea lgico; no es lcito pensar que, deestar en su situacin, nuestra atraccin sera dis-tinta. No s si hablar de hermandad csmica, esuna ingenuidad o no; pero parece claro que los mi-llones de personas que esperan anhelantes lamuestra de esa supuesta fraternidad espacial, lohacen ms movidos por su propia angustia queapoyados en la experiencia.

    Ellos estn aqu; posiblemente llevan tiempo

    mezclados entre nosotros. Hay suficientes datospara plantearse cuando menos la posibilidad deque as sea. Es materia a investigar en todos lossentidos, apasionadamente si se quiere, pero sin in-justificadas esperanzas. La responsabilidad de loserrores cometidos sobre este planeta es slo nues-tra y a nosotros compete remediarla, si es posible;si no lo es, aceptemos con dignidad sus consecuen-cias. Partiendo de la gran cantidad de estudios einvestigaciones que se han venido realizando des-de que el fenmeno ovni salt a la popularidad enla primera dcada de los aos 50, la primera con-clusin que se ha extrado es que los tripulantesde las naves extraterrestres ofrecen un aspecto f-sico absolutamente diverso, y ello, como parece na-tural, hace que la clasificacin resulte muy difcil,prcticamente imposible. Tan disparatadas resul-taban ser las descripciones que aportaban los tes-tigos de los avistamientos que las comisiones ofi-ciales que se crearon al efecto (entre ellas, el LibroAzul y el lnforme Condon) las rechazaron comopertenecientes a personas paranoicas o a mitma-nos desequilibrados. Sin embargo, muchos testi-monios posteriores, que se han venido acumulan-do, estn cambiando la apreciacin, y ya muchoscientficos prestan mayor atencin a los informes.

    Algunos cientficos han destacado especialmen-te en el estudio de este aspecto del fenmeno ovni,sobre todo Jacques Valle, quien a raiz de su an-lisis de la gran oleada francesa de 1954, alavezque profundiz en el comportamiento de los huma-noides, traz tambin algunos rasgos que son im-portantes a la hora de intentar la mencionada cla-

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  • tro con humanoides, son frecuentes los relatos quehablan de la contemplacin de entidades de aspec-to humano que, o bien se hallan estticos iunto ala nave o en sus cercanas, o parecen realizar algu-nas operaciones manuales, provistos de objetos ono, casi siempre como si estuviesen buscando algoen concreto. Otras veces, los ocupantes de los ov-nis, aunque se manifiestan como entidades inteli-gentes que persiguen fines concretos, ofrecen unaspecto que en nada recuerda a los seres huma-nos. Esta sera. pues, la primordial clasificacin quepodra hacerse de los tripulantes: humanoides yentidades. Los primeros as definidos por poseeralgo que es claramente una cabeza o se le parecemucho, dos brazos, dos piernas y un tronco; las pro-porciones pueden ser muy variables, describindo-se seres de una armona perfecta junto a otros quepodran ser clasificados como autnticas aberracio-nes de la anatoma humana. La reaccin emocio-nal que provocan ambos tipos en el testigo es muydiversa: frecuentemente, ante un humanoide,quien lo contempla siente sorpresa y curiosidad, aveces miedo, pero el que es normal ante lo desco-nocido; mas ante un ser de aspecto no calificablede humano lo que los testigos suelen sentir es te-rror con fuerte reaccin emocional.

    Retrato-robotde un.hcmarelderealizado apartir de ladescripcin deFortunatoZanfretta, quientuvo unencuentro enMarzano(Gnova), el 7de diciembre detffWffi

    sificacin. lgualmente importante es el catlogo lle-vado a feliz trmino por el norteamericano Saun- Et .-En diciembre de 1973 se produ-ders, que recoge ms de 2.000 testimonios referi- HUlllA. jo en Vilvorde (Blgica) un suce-dos a ocupantes. y tampoco hay que olvidar el es- NOIDE DE so muy significativo y vlido paratudio efectuado por el investigador brasileo Jader VIIVORDE ilustrar con algn ejemplo prcti-Pereira,unodelosmscompIetosqUeSeconoCen,Wcoloquevenimosexponiendo.Elaunque ciertamente presente algunas incorreccio- caso tuvo por escenario un jardnnes metodolgicas. Tambin son valiosos, como-situado en la parte trasera de la vivienda de V. M.,complemento a los estudios anteriormente ctados, de veintiocho aos, que aquella noche se haba idolos debidos a Genevieve Vanquelet y a Edwars, este a dormir temprano. A media noche

    -seran las dosltimo referido de manera muy especial a la fon- de la madrugada- se despert por la necesidad deticaylenguajedelostripulantesquehansidovis- ir al bao; se levant procurando no despertar atos junto a las naves o cerca de ellas en diferentes su esposa, que dorma en la misma cama, y se di-y mltiples avistamientos. En Espaa es muy enco- rigi hacia el patio interior, lugar donde se hallabamiable el trabajo llevado a cabo por el uflogo Vi- el cuarto aseo, alumbrndose con una pequea lin-cente Juan Balester Olmos, una interesante reco- terna. Al llegar a la cocina le sorprendi un extra-pilacin de casos ocurridos en suelo de la Penn- o resplandor verdoso que penetraba por la ven-sula lbrica. tana, procedente del jardn. La curiosidad le impul-

    s a mirar a travs de los cristales, y lo que con-templ lleg a colmar toda su capacidad de sorpre-

    EL Las descripciones que proporcio- sa: al fondo de la parcela dedicada a jardin se en-FENOIIIENO nan los testigos son, como hemos- contraba un pequeo ser, de aspecto humano, queDE LO dicho, muy diversas, y en la ma- no medira ms de 1,10 metros de altura; su con-OCUPANIE yora de los casos contradicto- figuracin era armnica;llevaba su cabeza protegi-Wria.s.Enprincipio,porunadeduc-daporunaescafandratransparente,delaquepor

    cion lgica previa, se tiende a su parte trasera sala una especie de tubo conec-pensar en los tiipulantes como en unos seres inte- tado con una mochila, o algo similar, que portabaligentes, que han sido capaces de crear la tcnica sujeto a la espalda, deforrna cuadrangular. Su com-que hace posible la construccin de unas navestan plexin era normal, mediana, y eran perfectamen-sofisticadas, y capaces tambin de conducirlas en te apreciables las piernas, los brazos y el tronco,unos viajes interestelares para los que obviamente adems de la cabeza. De la escafandra emanabanse requiere un dominio extraordinario de la ciencia fuertes destellos. Tanto sta como el resto del tra-de la navegacin. Pero, en lo que se refiere a su as- je parecan confeccionados de alguna materia se-pecto fsico, es decir, al cuerpo que sustenta esa in- mejante al plstico con aadido de partculas me-teligencia, podemos asegurar que se han llegado tlicas. Destacaba sobre otros detalles una piezaa describir hasta trescientos tipos! Cmo es posi- cuadrada que, a modo de hebilla, llevaba sobre el-ble esto? cinturn; era una especie de cajita cuadrada que

    En la casustica de los avistamientos con encuen- despeda un intenso resplandor rojizo que ilumina-

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  • Los tripulantes del cosrTros

    Da el entorno hasta una distancia considerable. combros acumulados en un rincn. El artefacto seOtro detalle que apreci con total nitidez el testigo compona de un mango largo con el extremo do-fue que el pantaln quedaba encajado en su parte blado a modo de empuadura, al final del cual ha-inferior en el interior de unas botas. Sus manos ba una especie de recipiente cuadrado, con la par-eran humanas pero de color verdoso. Por detrs, te frontal biselada. El instrumento pareca estar he-se vea su cabeza en el interior del casco transpa- cho de la misma materia que el traje, y no emitarente: era redonda y con el cabello corto. Toda la-sonido alguno. El pequeo ser lo desplazaba sobrefigura quedaba envuelta en un halo ligeramente lu--el suelo. El humanoide se mova con mucha difi-minoso que coloreaba un poco el suelo del jardn cultad, balancendose a cada paso, sus rodillas da-y la pared de la casa. ban la sensacin de doblarse a cada torpe paso

    -fl psqLrso ser se mova por eljardn ajeno a la que daba por el jardn.

    contemplacin que de l estaba llevando a cabo el Para poder observarlo mejor, el testigo lo enfo-testigo. Llevaba en su mano un instrumento seme--ccon su linterna; entoncesel hombrecillogirsinjante a una aspiradora porttil, con el que daba la volver la cabeza, lo hizo con el cuerpo entero, comosensacin de que estaba recogiendo

    -o intentn- si en su cuello no existiera juego alguno. Entonces,-do- recoger algo. Cuando V. M. lo descubri a tra--a la luz de la linterna V. M. pudo contemplar su ros-vs de la ventana de la cocina, estaba pasando el tro por vez primera: no tena nariz ni boca; se dis-

    instrumento descrito sobre unos montones de es- tinguan solamente unas orejas puntiagudas y los

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  • El cine ha tratado en mltiplesocasiones el tema de lostripulantes de naves llegadas delespacio, casi siempre referido alpeligro de una invasin por partede los extraterrestres Cadaguionista, y cada realizador, hacreado y dado vida a seres deaspectos muy diferentes, pero lamayoria de las vecesmonstruosos, 0bviamente, lo quese pretendia con la exhibicin deestos seres extraos era causar elterror de los espectadores, Seressiempre con intencionesperrlersas, o demostrando unasuperioridad tcnica terrorficatambin. Lo que queda por saberes la proporcin de acierto queen la interpretacin de loshumanoides y de sus intencionesalcanzaron los cineastas, Tal vezacertaron en lo ms importante, yhaya que considerar a lostripulantes de los ovnis como aenemigos,

    Este aliengena de crneohiperdesarrollado puede seruna buena muestra deltratamiento que el cinesuele dar a las inteligenciasque llegan a la Tierraprocedentes de otrosplanetas.

    En su primera poca ya elcine represent casos deabducciones o raptos. As serefleja en esta fotografacorrespondiente a lapelcula Metrpolis, deFritz Lang.

    La agresin -en este caso en el cine y en la

    realidad- suele deberse a una reaccin defensivapor parte de las entidades extraterrestres. Sonpocos los argumentos que relatan lo contrario.

    Es rara la aparicin deandroides en lafenomenologa ovni. Uno delos pocos casosconstatados tuvo lugar enCisco Grove (California), e1..1_de mayo de 1974: el testigofue agredido por un robotmetlico. En la ilustracin,un robot marciano en el filmUltimtum a la Tierra.

    ojos, de forma ovalada y color amarillo, rodeados contra de las leyes fsicas, puso la planta de un piede un reborde verdoso bastante grueso. A simple sobre la pared, despus la otra, quedando situadavista, la pupila era tambin ovalada pero de color su figura en posicin horizontal, y sigui andandonegro o muy oscuro. El reborde que vio al princi- hasta alcanzar la parte superior del muro, de unapio en torno a los ojos resultaron ser unos prpa- altura superior a los tres metros; al llegar arriba,dos, los cuales, estando aquellos abiertos, no se prosigui el movimiento, describiendo una especiedistinguan, pero que suban y bajaban como sifue- de arco, iniciando seguidamente el descenso porran persianas. el otro lado. Durante toda la maniobra de ascenso

    y descenso. el recogedor que llevaba en la manotambin permaneci en la misma posicin horizon-

    UN-

    Cuando el humanoide recibi el tal, como el cuerpo.AVIIA- impacto del foco de luz de la lin- -

    El extrao ser desaparci tras el muro, y muyMIENTO lll terna del testigo, levant la mano, poco tiempo despus se produjo un sonido sordo,IEfiIOR formando con sus dedos pulgar e como un zumbido, acompaado de un fuerte des-ffindice|auvedelavictoria;lue.--.telloluminoso.Seguidamenteseelevunobjetogo se dirigi torpemente hacia el circular, que tras avanzar unos metros se detuvo.muro que pona lmite aljardn. Y all sucedi algo Era apenas visible y emita un zumbido que el tes-

    -inslito, algo a lo que V. M. no poda dar crdito tigocomparconeltpicodelosinsectosensuvue-

    -aunque lo estaba presenciando: el hombrecillo, en:lo, V. M. contempl el objeto: tendra aproximada-

    146t*

  • Los tripulantes del cosmosI E-ili. \ .rente cinco metros de dimetro y en su estructu-::::-::'-_..^1.-:. r'a era perfectamente visible una zona superior fos-ffi_-.;l;, " forescente, de color anaranjado, sobre la que ha-*:.:: . :s ba una cpula transparente envuelta en un res-:',- s es -uY plandor verdoso. La parte inferior de la nave era,'".. :'^- de color oscuro y en ella se vean tres focos alinea-- --

    is,.". .-.' dos horizontalmente, que se encendan alternativa.::-:9-:a I en SUS--,:s exlraosaie'ac1os qa

    3-:a msin:cc.e:a. (En lat::carafa,: bl;;o a partir

    :estrmonio, tras-n avistamientoe^ Banch Hill,0ro).

    deado de una luminosidad lechosa, no se vea nadams. lnmediatamente debajo de la cpula podaverse lo que deba ser un escudo o emblema, com-puesto por un crculo negro atravesado en formadiagonal por un relmpago amarillo fosforescentey muy brillante.- Poco despus, el ovni se elev hasta alcanzar

    una altura de unos 20 metros;allse detuvo de nue-vo unos instantes, y luego se inclin ligeramenteantes de lanzarse hacia las alturas a una velocidadincreble. En un par de segundos, su tamao no eramayor que el de una lejana estrella, y al comienzode su maniobra de alejamiento produjo un sonidoagudsimo muy intenso,

    En el relato del testigo de este caso es todo sor-prendente, no slo la minuciosidad de los detalles;pero tal vez lo que ms debera hacernos pensar

    re

    A veces, a lavez qu8 s6observanhumanoidesciEfiEf6Tni,tambinpuodencontemplarsoen su interior, atravs de laestructuratransparente; oson vistosentrar o salir. Eldibujo16construy unavistamientoque tuvo lugarenSaskatchewan(Canad), en1 e95,

    ffi

    mente tres veces seguidas, Todo el objeto se ha-llaba rodeado de chispas como las que produce elpedernal, que eran despedidas formando un movi-miento rotatlvo, Sin embargo, el ovni no giraba, ono pareca hacerlo... Como estaba muy cerca, el tes-tigo pudo observar bien el espectculo, Dentro de:la cpula transparente estaba el hombrecito ro-

    a. './ ".L.1.. 99 I

    t.*-,j1i-

    \->

    147

  • es el hecho de que en ningn momento de su ex-periencia

    -por supuesto, inolvidable- sinti la me-nor sensacin de temor, ni tampoco hostilidad por

    -parte del humanoide. Tampoco hubo intento decomunicacin teleptica, lo que ya veremos que esmuy frecuente en este tpo de encuentros.

    Segn la clasificacin establecida por Pereira, al

    -que antes nos hemos referido, al ser visto en Vilvor-

    de pertenecera al tipo TBVI (ser de estatura entre1 metro y 1 ,2O, provisto de escaf randa y traje, q uelleva en su mano una lmpara u otro utensilo).

    Et Enlazado con el caso que acaba-GNOMO mos de recordar, los uflogos tie-HOSflt DE nen archivado otro que sucediFINLAI{DIA

    -en lmjrvi(Finlandia), el 7 de ene-W ro de 1970. Entre las 4,30 Y 5 deJa tarde, el seor Heinonen, guar--dabosques,

    y Hesko Viljo. granjero, ambos con unaedad comprendida entre los treinta y cinco y cua-

    El 21 de aqosto de 1955 seprodujo un extrao caso deencuentro con humanoides enKelly-Hopkinsville. Billy Taylor y

    Lucky Sutton tuvieron quedefenderse a tiros de rifle delasedio de un grupo de pequeosseres, que resultaron indemnes alas balas, incomprensiblemente.Es, sin duda, una de lasagresones ms espectaculares

    que pueden hallarse en la ampliacasustica de los archivosufolgicos. Tal vez los pequeosseres slo pretendieran divertirseun rato a costa del pnico de loshabitantes de la granja, Una vezconcluido el incidente, que durvarios minutos, los pequeosseres desaparecieron a bordo deun ovni,

    Los dosprotagonistas ytestigos de lahistoria, Taylor ySutton, en lapuerta de la casasobre cuyo tejadose situ uno de lospequeos seresque tomaron parteen la agresin.

    Uno de losextraos visitantes-sef-eefffi'-de losprotagonistas-lleg a tocar consu mano, unaespecie de garra, lacabeza delasustado Taylor.

    renta aos, se hallaban en un paraje cercano alpueblecito de lmjrvi, practicando el deporte delesqu. Era ya a la cada de la tarde, y los dos de-portistas haban decidido tomarse un breve des-canso, de manera que se sentaron tranquilamentesobre'el verde csped en un pequeo claro del bos-que de abetos. Y conversaban animadamente demil cosas intrascendentes cuando llam su aten-cin un zumbido, que en un principio no se sabade dnde proceda, que iba aumentando en inten-sidad paulatina pero incesantemente hasta conver-tirse en verdaderamente molesto. Por ms que losdos amigos miraban en todas direcciones por en-cima de los rboles que rodeaban el claro del bos-que, no lograban ver nada que explicara aquel so-nido que ya se haba hecho, poco a poco, realmen-te insoportable.

    De pronto, desde el norte, ven acercarse a una-gran velocidad una especie de nube luminosa. Des-criba en su trayectoria un gran semicrculo y vaperdiendo altura a medida que se acerca; se detu-vo ya a una corta distancia de los testigos. La lu-minosidad en ese momento es ya con toda defni-cin de color rojo-grisceo, y gira lentamente entorno a un eje central imaginario. Luego los esquia-dores afirmaran que la distancia a la que se habadetenido era de poco ms o menos 15 metros. Den-tro de Ia nube puede percibirse ya la estructura de

    *'un objeto redondo, de aspecto metlico y brilla.nte,de unos 3 metros de dimetro, en cuya parte infe-

    -rior se observan tres serniesferas equidistantes.Observamos enesta imagen lareconstruccinde una de lasentidadesvisualizadas enKelly-Hopkinsville, el.2ll de aqostQde 1955. Variosde estos seresasediarondurante toda lanoche a loshabtantes deuna granja.M

    t148

  • Recente.mente, algunosuflogos hanapuntado lahiptesis deque tal vez lasimgenes dehumanoidescorrespondan aproyeccioneshologrficas;pero elcomporta-miento de lasentidades encasi todos loscasos parecedesmentirlo.ffiE

    Los tripulantes del cosmos

    Desde el centro y haca abajo sobresala un tubo-forma cnca y de apariencia metlica. Viljo relatde una longitud estmada en 25 cetmetros. El-despus: uEl serestenmediodel hazybrillacomo

    -" zumbido era entonces insoportable. El objeto, tras si fuera de fsforo, tiene la cara muy plida, los bra-permanecer a la misma distancia unos instantes, zos cados, como los de un nio. No me fijo muchose acerc ms a los amigos, hasta detenerse otra-en la ropa, slo s que es verdosa. El humanoidevez, sta a slo 3 metros. Oued suspendido en el se mueve en el interior del haz de luz y enfoca enaire, esttico. Ces el efecto de nube luminosa y el un momento determinado la caja hacia los testi-ruido, quedando la escena en un profundosilencio. gos, envolviendo a stos en una luz cegadora. El

    -

    Henonen y Viljo se hallan aterrorizados, y no son ms afectado fue Heinonen. Del cono de luz com-capaces de reaccionar. No comprenden lo que es- pacta brotan unas chispas, que tambin alcanzantn presenciando, pero se sienten muy asustados. a los esquiadores. Las particulas luminosas saltanDel tubo que sobresale en la parte inferior del ob- describiendo un arco, son como pequeos objetosjeto emana un haz de luz que traza crculos sobre gneos de'l 0 centmetros.el suelo; cuando pasa sobre algunas pequeas zo- La visin del tripulante dura slo 15 o 20 segun-nas que estn cubiertas por la nieve, sta parece dos. Despus, una niebla muy espesa envuelve ateirse de rojo. Luego el haz queda quieto, perpen- los hombres; es tan densa que incluso ellos mis-dicular, no parece ser una luz sino algo compacto mos apenas pueden verse a pesar de hallarse jun-y slido. Sbitamente, una especie de niebla en- tos. Luego el haz luminoso comienza a ascender,vuelve toda la escena, mientras el haz de luz com- ya no se ve al uhombrecillo verdosor. y desapare-pacta que llega al suelo se estrecha, quedando con- --- ce. Finalmente, el objeto

    -el ovni-se desvanece,vertido en una suerte de tubo de slo 20 centme- desaparece sin que los testigos puedan precisartros de dimetro: Seguidamente, el haz de luz se cmo ni cuando. El escenario queda en silencio. Po-convierte en una llamarada, mientras simultnea- cos instantes ms tarde, la niebla desaparece igual-mente los testigos observan cmo un pequeo dis--mente. Heinonen, que fue quien recibi ms direc-co, de unos 15 centmetros penetra en el interior tamente el ataque de la luz que proceda de la ca-

    - del objeto precisamente por el lugar de donde ema--jita que el humanoide llevaba en sus manos, se da--*na la luz. El ovni permanece esttico, y la niebla per- cuenta entonces de que tiene la parte izquierda de

    siste. Pero el suceso no termina en este punto, ni su cuerpo -la que ms directamente se vio afecta-

    mucho menos. da- prcticamente paralizada, no puede mover elDe pronto, los testigos ven que el haz de luz com- pie izquierdo, cuando lo intenta cae al suelo. Pade-

    pacto vuelve a formarse, el cono de luz compacta ce adems graves dificultades respiratorias (dis-aparece otra vez, ahora un poco ms ancho, y en nea). Su compaero le ayuda a levantarse y juntos

    -su interior los testigos observan algo que les llena se dirigen a casa, tardando en recorrer los 2 kil-

    -de terror: un pequeo humanoide

    -un hombreci--metros escasos ms de una hora. Heinonen se en-llo- de aproximadamente 90 centmetros de esta- cuentra muy mal, le duelen todas las articulacionestura, que parece haber descendido por el tubo lu- y siente nuseas.minoso. Algo en la aparicin llama la atencin por Los sntomas persistieron durante ms de un

    -s6lrn de cualquier otra cosa, y es que el huma- mes, y en ese tiempo aparecieron nuevos males,

    noide trae en sus manos una caja negra, de cuya entreellosquelaorinasevolvicasi totalmentene-parte central emana una luzamarilla pulsante. Pos--gra. Por su parte, Vljo, aunque no se ha visto afec-teriormente, los esquiadores recor-daron detalles de la extraa figura,y la describieron como un cuerpo ar-mnico, quizs algo delgado, con unrostro que recordaba la cera

    -segu-ramente por su rigidez e inexpresivi-dad- en el que destacaban unasorejas pequeas pegadas al crneo,y una nariz alargada y curva en for-ma de anzuelo.

    IIfUGHO -

    El humanoide esta-EFEGIO ba vestido con unPOIE. traje de color ver-RIORE de, y calzaba botasffi tambin verdes.pero de un tonoms intenso que el traje; sus manosestaban cubiertas por una especiede guantes blancos que le cubranhasta el codo. Las botas eran tam-bin excesivamente largas, pues lellegaban hasta las rodillas. Su cabe-za estaba cubierta por un casco de

    149

  • Lo msfrecuente, y aslo reflejan lostestimonios, esque loshumanoidessean vistoscerca de losovnis,desempeandofuncionesconcretas,generalmentede bsqueda oprospeccin.

    re

    tado de la parlisis que sufre su amigo, se da cuen- si existi algn tipo de manipulacin psquica cau-ta de que tiene el rostro enrojecido y muy hincha- sante de las fobias y las pesadillas.do. Al andar, vacila, como si tuviera daado el sen-tido de! equilibrio. Al da siguiente su estado em-peora. Durante varios meses los mdicos deben ENGUENIRO En los dossieres relativos a avis-tratar a ambos de diversos trastornos fsicos y ps- lNOLIIO tamientos con humanoides que

    -quicos. Heinonen escribe en el mes de mayo una El{ guardan los investigadores, el

    carta al investigador sueco Fredrikson, en la que le lttuRGlA porcentaje ms alto de casosinforma:...todavapadezcofuertesdoloresdeca-ffiffihacereferenciaalaaparicindebeza, nuca y espalda, el estmago est todava re- seres pequeos. en torno al me-sentido, siento la mano derecha dormida y pesa- tro de estatura; pero abundan tambin los que nosda. Padezco terribles pesadillas por las noches, y ofrecen humanoides de altura desmesurada, encuriosamente siento una extraa fobia hacia mi ocasiones de hasta 5 metros. El comportamiento

    -

    amigo. Tambin estoy perdiendo la visin. Viljo si- suele ser diferente. Veamos, como ejemplo, ungue padeciendo igualmente una serie de males. caso investigado por nosotros, que tuvo por esce-

    El doctor Kanoja, que es quien en primera ins- nario una sierra escarpada cercana a Murcia. Su-tanciaseencargadevigilarlasaluddeambosami--*cedien l9E2,ylostestigosfueronungrupodegos, informa al citado investigador Fredrikson muchachos con edades comprendidas entre los ca-que ha ido al lugar del avistamiento con los pa- torce y los diecisis aos.cientes, y que tuvieron que salir de all prctica- Haban subido aquella noche de verano los cua-mente huyendo ante el sbito y violento agrava- tro amigos, en dos motos todo-terreno de pequeamiento de los males. Curiosamente, las personas cilindrada hasta la cima de un empinado montcu-que les acompaaban sufrieron tambin diversas lo con la intencin de cazar unos pjaros y sobremolestias. todo a gozar del aire fresco a aquellas horas. Aquel

    Ya vimos en monografas anteriores que el fen- verano era especialmente caluroso. Como ya espe-meno de la luz compacta es relativamente fre- raban, no haba nada que cazar, de manera que secuente en los avistamientos, tratndose de algo di- sentaron a conversar tranquilamente. La noche eraficilmente explicable a los ojos de la fsica. apacible. Y all estaban cuando de pronto vieron,

    En el caso que hemos relatado, sorprende, entre en una cima gemela a la que ellos ocupaban y deotras muchas cuestiones, el efecto malfico que en una cima gemela a la que ellos ocupaban y deprodujeron las radiones emanadas del cono de luz la que slo les separaba un pequeo barranco, unaen los testigos y queda palpitante la incgnita de

    -

    luz potente. Pensaron que debera tratarse de otra

    150

  • Los tripulantes del cosmos

    151

  • ,,,

    Es difcilsostener lateora de quelos tripulantesde los ovnisson nuestroshermanos delCosmos yvienen aayudarnos. Noobstante, en losltimos aoshan surgidosectas que aslo proclaman.

    ffi

    ' **+,..

    moto o de algn coche que habra ascenddo has- cubra el barranco entre las dos cimas. El ruido erata all con la misma intencin que ellos; pero repa- cada vez ms perceptible y semejaba el andar deraron que no era posble ascender hasta aquel lu- una persona entre los matorrales. Los muchachosgar con ningn tipo de vehculo, pues ellos msmos miraban con atencn; pero no lograban ver nadalo haban intentado muchas veces sn lograrlo. que justfcara el rumor. Sin embargo, lo que fueraOu sera aquella luz? se estaba acercando, se oa cada vez ms cerca.

    A uno de los muchachos se le ocurri arrancar De pronto, una gran sombra parec abrirse pasoel motor de su pequea motocicleta y hacer sea- entre los arbustos. Al principio no se distinguales con su luz, acelerando para aumentar la inten- bien lo que era, mas, cuando se acerc un pocosidad de la emisin. As lo hizo; y el foco que se ha--.ms, ofreci la imagen de un ser humano, que as-llaba en la cima de la otra colina respondi a su avi- cenda lentamente hacia la cima. Presa del miedoso. Repiti el muchacho la operacin, lanzando gru- ya incontenible, uno de los muchachos que anpos de destellos variables en su nmero. El foco permanecan en el lugar sali corriendo ladera aba-misterioso devolva exactamente las seales. lnten- jo en direccin al poblado. El otro, de nombre Pe-taron entonces los muchachos imaginar de qu se dro Garca, qued all solo esperando la llegada deltrataba. No poda ser un coche ni una moto, por- visitante. Luego confes que crea se trataba deque era imposible acceder hasta all en uno de es- una persona normal, es decir, de un ser humanotos vehculos. Para ser una linterna, su potencia re- que anduviera por all a la bsqueda de algo. Cuan-sultaba excesiva. La inquietud se fue apoderando do oy que los pasos eran ya muy prximos, Pedrodel grupo, de tal manera que dos de los mucha- sali a su encuentro. Vio dirigirse haca 1, ya prc-chos tomaron la decisin de regresar a la aldea sin

    -ticamente coronada la cuesta, a un ser de un ta-ms demora, y as lo hicieron en una de las dos mo- mao descomunal. Al principio

    -cont el mucha-tocicletas. Otros dos muchachos decidieron perma-*cho- cre que aquel hombre no tena brazos, puesnecer all para ver qu suceda. El intenso foco per- los traa pegados a los costados. Andaba como simaneca frente a ellos, ahora sin la mnima oscila- le costara mucho trabajo, como Frankestein, balan-cron. ceando el cuerpo a los lados

    Transcurrida una media hora a partir de la mar- Cuando lo tuvo a una distancia de unos 5 me-cha de los dos amigos, los que decidieron quedar- tros, Pedro tuvo arrestos para preguntar: uOuse oyeron acercarse algo a travs de la maleza que quiere usted? Por toda respuesta, el extrao gi-

    a1

  • Los tripulantes del cosmos

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    -

    Cuando sonsorprendidos, lonormal es quelos humanoideshuyan, suban asu ovni ydesaparecan;pero existentambin casosen que serevuelvencontra quieneslos sorprendeny atacan.rreffi

    gante dio un par de pasos ms y alz uno de susbrazos, con el que casi lleg a tocar al muchacho,quien, entonces ya s, despavorido, subi a su motoy se lanz ladera abajo a toda velocidad. Lleg ala aldea con las dos ruedas destrozadas. pues nolo detuvo en su huida ningn tpo de obstculo. AIllegar a las primeras casas vio que todos los veci-nos estaban en la calle observando cmo una im-

    - ponente luz se elevaba desde la colina en la quehaba aparecido el foco y, cruzando sobre la sierra,se perda en el horizonte a una velocidad de vrti-

    ..9o. Todo el mundo gritaba que haba visto un ovni.Muchos describieron despus el fenmeno dicien-do que se trataba de una esfera, o un disco, inten-samente luminoso.

    lnterrogados sobre lo que ellos haban vsto yodo, los cuatros muchachos coincidieron en el re-lato que nosotros hemos reproducido; y Pedro Gar-ca aport adems una serie de detalles i.nteresan-

    -

    tsimos. Por ejemplo, cont que aquel ser que sur-gi de entre la maleza llevaba una especie de trajeespacial, de aspecto metlico, en el que destaca-ban tres lneas luminosas oblicuas a cada lado deltrax, su cabeza estaba cubierta con una escafan-dra, calzaba botas hasta media pierna, y su esta-tura era muy grande. lnterrogado por nosotros enel mismo lugar donde se produjo el encuentro conel humanoide, asegur que su cuerpo era armni-co, bien proporcionado, y que andaba ude una ma-nera muy rara, como si se tratara de un robot. Pe-

    -

    dro Garca no padeci despus ningn tipo de tras-torno, ni fsico ni psquico, afortunadamente.

    EL Sobre el terreno, que se hallabaIYfEilAJE prcticamente seco. haban que-DE UNA dado marcadas las huellas deHUELTA unos pasos. Eran unas huellas ex-rc traas. Lo primero que sorpren-

    da de ellas era que su tamao noera normal, pues hubieran correspondido a un pieque calzara nada menos que iun 6O!, algo eviden-temente no humano. Estaban perfectamente mar-cadas sobre el terreno, y con total regularidad entodas sus zonas. El dibujo era semejante al que pre-

    sentan los zapatos deportivos: con unos salientestransversales a modo de lneas, y un reborde a lolargo de todo su contorno.

    La regularidad en la presin era especialmenteun dato muy significativo. Daba la sensacin queaquellos pies no caminaban, sino que se posabande forma absolutamente plana, sin llevar a cabo eljuego de tobillo caracterstico. Ni la huella del ta-cn, ni la de la puntera del calzado quedaban msmarcadas y con el terreno un poco removido comoes lo normal. Un catedrtico de fsica analiz lashuellas, con la intencin de saber, por la presinejercida en el suelo, y teniendo en cuenta la des-cripcin proporcionada por el testigo en el sentidode que se trataba de un ser de complexin normal,la estatura aproximada del extrao visitante. Lapresin, como hemos dicho era constante en todoslos puntos de la huella. La respuesta fue clara y ta-jante: aquel humanoide meda unos 3 metros, talvez algo ms, y su peso superaba con creces los200 kilogramos.

    Como documentacin complementaria hay queaadir al caso el testimonio de un viejo campesinoque aquella misma noche, muy cerca del lugar delos hechos que hemos relatado, presenci en el cie-lo un gran objeto luminoso del que parta un focode luz intenssima con el que iluminaba a rfagasel terreno, como si estuviera buscando algo.

    Un aspecto muy importante en la investigacinufolgica es el que se refiere a las coincidencias,sobre todo cuando lgs detalles que reportan son in-slitos. Es muy difcil que dos testigos inventen ala vez y de una manera independiente la misma f-bula. Abqtqglqsr-A!-Le*q de que Pedro Garca seencontrara de cara con el extrao gigante en la sie-

    * rra de Murcia, fue visto un ser de caractersticas se-mejantes en una carretera secundaria de la provin-

    153

  • t,

    Una diferenciaanatmica queaparece endiversos casosde encuentroses la referida alas manos. Sehan descritohumanoidesque slo tenlancuatro dedos.

    -

    cia de Huelva, en el sur de Espaa. En este caso, tefacto metlico, de varios metros de dimetro eneltestigo,unfamosorejoneadorquetodavarecrea su parte ms ancha, provisto de varias hileras dea los aficionados en todas las plazas de toros de luces de colores qrJe producan intermitencias. Fue

    :Espaa, vio junto a la cuneta un ovni y a su tripu- todo demasiado rpido. Lo que l haba credo unlante. No pudo aportar muchos datos acerca de la accidente (faros, ambulancias, etc.) no era tal. N si-estatura del humanoide, pues la contemplacin fue quiera le dio tiempo a preguntarse qu sera, puesmuy sbita y dur escasos segundos. Cuando me de pronto, de algn sitio, tal vez del interior de ladi cuenta de lo que haba visto, ya se haba idor.:nave o de la parte posterior, sali un ser, vestidodijo luego. con un traje espacial de aspecto metlico, con es-

    -

    [ resumen, el torero, que regresaba hacia Se- cafandra. que, dirigindose sin duda al testigo,villa por una carretera secundaria, de madrugada, pues no haba nadie ms por all, pareci querer ha-detuvo su autmovil junto a la cuneta porque vio blarle, emitiendo unos sonidos guturales ininteligi-muchas luces intermitentes y crey que haba ocu- bles. No te entiendo, respondi el testigo, sin serrrido un aceidente. Al bajar del coche se encontr, consciente todava de lo que estaba pasando. Elhu-

    *-a unos escasos B metros de 1, con un extrao ar-=manoide entr en el ovni y ste se elev rpida-

  • Los tripulantes del cosmos ,

    mente emitiendo un sonido estridente. Fue enton-ces cuando el testigo tuvo tiempo para recapacitary darse cuenta de lo que haba ocurrido. Volvi allugar del encuentro al da siguiente, acompaadode su esposa; inspeccion con detenimiento el te-rreno, pero ni la ms mnima huella pudo dar tes-timonio de lo que l haba visto y odo.

    Pero he aqu la coincidencia. Cuando fue interro--:godo por nosotros, el artista describi al ser objetode investigacin como de complexin normal,

    pero o no tena brazos o yo no se los vi. Compa-rando el testimonio con el de Pedro Garca, es pa-tente la coincidencia, la semejanza a un robot. Siel humanoide que vio este ltimo no hubiera levan-tado su brazo, su descripcin hubiera sido idnticaen esencia a la del rejoneador. Entre un caso y otro,slo unos meses de diferencia. Ouiz se trat delmismo visitante.

    INTEN. Nos estamos dando cuenta ya deIANDO UNA que no es tarea fcil proceder aGLAlFI- establecer una morfologa de losGAGION tripulantes de los ovnis. Los tes-W tigos han descrito tipos muy dife-

    rentes. Son varias razas, que pro-ceden de distintos lugares csmicos? Ven los tes-tigos a los visitantes con el aspecto que stos de-sean en cada caso? Una cosa est clara: en casi to-dos los pases del mundo, centenares. miles de per-sonas probablemente, de profesiones y culturas di-versas, han afirmado haber visto a los tripulantesde los ovnis, y han proporcionado de ellos descrip-ciones muy diversas y en distinto grado de preci-sin. Por miles.

    Son, dicen, a menudo, seres de 1,1 0 metros, pro-vistos de una cabeza muy gruesa, con ojos gran-des y redondos y barbilla puntiaguda. Y otras ve-ces, tipos altos y esbeltos, proporcionados, total-mente distintos. En efecto, es imposible establecerun retrato-robot. Hay varias categoras de testimo-nios describiendo useres diferentes. Segn losuflogos, esta diversidad habla a favor de la since-ridad de las observaciones. Existe un solo rasgo co-mn: presentan forma humana en el 96 % de loscasos. Poseen una cabeza, brazos y piernas. Eso ex-plica la expresin humanoide. Despus, con al-gunas excepciones, se trata de pequeos hombresverdes. Esta es una creacin de los uflogos msbien msticos, aunque, como podremos leer msadelante, tambin abundan testimonios de estasca ractersticas.

    Es difcil imaginarse con qu minuciosa atencinalgunos investigadores independientes coleccio-nan y analizan los testimonios. La mejor ilustracinde ello es la estructura y el contenido del asombro-so estudio

    -asombroso en su propio principio-efectuado por el citado investigador Jader U. Pe-reira, secretario general del Grupo de Estudios delos Ovnis, de Porto Alegre (Brasil), cuyo resumenextractado de su libro sobre morfologa de huma-noides, vamos a hacer a contnuacn. Jader se re-fiere a aquellos visitantes que los testigos dicen ha-ber observado despus de aterrizajes de ovnis. So-bre 333 casos recogidos en este estudio, 230 han

    Es frecuente que los tripulantesse manifiesten hostiles, aunqueno se dejen ver, es decir quemolesten, ataquen o persigan conla nave, Los casos de este tiposon numerosos, Sirvanos deejemplo el sucedido en Cheste(Valencia), el [je

    "Iqftglo dgl9TLAntonio Serena y sufamilia, compue$a por la esposa

    y tres hijas de corta edad, setrasladaba de la poblacin deCasinos en direccin a Chivas,cuando un misterioso obleto noidentificado, de forma ovalada, sesitu sobre el automvil, a muyescasa altura, y lo persiguidurante ms de una hora decamino,

    Antonio Serena, el conductor del vehculo, en lacarretera comarcal donde se produjo la persecucin.Segn 1, el ovni se mostr sempre amenazante.

    Este es el dibujo realizado por una de las hijas delseor Serena representando la situacin que se vieronobligados a vivir durante aquel inolvidable viaje.

    Otra de las hijas del matrimonio Serena dibuj lacircunstancia del ovni efectuando peligrosos crucespor delante del vehculo, sobre la carretera.

    155

  • Con respecto alos aviones elcomporta-miento de losovnis escontradictorio:suelen huir,pero enocasiones seenfrentan aellos, conresultadostrgicos.w

    DEGRIP.GION FIICADE rO rRl.PULAilTEw

    sdo retenidos, porque fueron relatados por genteestimada digna de confanza por los investigado-res; 103 casos fueron rechazados por razones d-ferentes (datos insuficientes, fuentes discutibles,suspicacas, etc.). A continuacn, damos un resu-men de los principales aspectos del estudio ante-riormente menconado...

    Tomando en cuenta mltiples cri-terios de clasificacin (67 casosde humanoides con escafan-dras, y 47 casos desprovistos deella, talla, caractersticas corpora-les y faciales, color de la piel, lar-

    go del cabello, uso o no de armas, etc.), Pereira hadividido a estos visitantes de nuestro planeta en12 tipos, subdivididos a su vez en algunas varan-tes. No vamos a entrar en detalles de la clasifica-cin porque podra resultar excesvo para el profa-no. Daremos aqu algunas de las estadsticas esta-blecidas por el investigador.

    En una forma general, las indicaciones sumns-tradas por los testigos son muy pobres. Esta po-breza se explica por la distancia, por la corta dura-cin del encuentro, por el equipo de proteccin deIos humanoides, por el asombro desmesurado otambin por su incapacidad para describir lo visto.Para muchos uflogos, eso acredita la buena fe delos mismos. Los mistificadores no daran pruebade una imaginacin ms viva?

    Los testigos han dado apreciaciones sobre la ta-lla de los ocupantes estudiados en 197 casos:

    123 (62 7o) medan entre los1,60 metros.

    42 (22 %) presentaban unametros a 1,88).

    7O centimetros y

    talla normal (1,65

    En los dos extremos encontramos a un liliputien-se de 15 centmetros y tres monstruos de 4 a 5 me-tros.

    Con respecto a la descripcin de la cabeza y dela cara, no se dan siempre detalles porque los hu-manoides, llevan generalmente un casco de esca-fandra. La piel es menciona da en'7 -l casos y los tes-tigos la han visto blanca o normal en 2B casos;sombra, negra, gris y amarilla en 28 casos. Perocinco la han visto roja, purprea o azulada, y en sie-te casos la piel de los uinvasores ha parecido ver-de, lo que tranquiliza a los partidarios de los Pe-queos hombres verdes. Finalmente, hubo sietecasos de seres totalmente peludos.

    Cuando se hace referencia a la cabellera(7 1ca-sos), sta es rubia y larga en la mayora de ellos.Dicho en otras palabras, los

    "tripulantes seran deltpo germnico o vikingo. lnsidiosa influencia de lahistoria. Slo se mencionan calvos en 1O casos. Loque resulta curioso.

    La cara presenta aspecto normal en 22 casos; lafamosa barbilla puntiaguda slo aparece en sietecasos. Encontramos las expresiones siguientes.

    55

  • Los tripulantes del cosn'ros

    -

    :-:rtud de:,a r COnCOrdia-,: rao tambin::s-:r5 cada-L:lraS veces,E- :stos casos,: ercuentro se:,a"cuce en un::

    -a dg:--".ona, ante-r ser que*ana buena,c untad y':sra bellezas*.l or.ug a dora.

    re@

    APRECIA- Rasgos bellos en cnco casos.CION lnexpresivos en dos casos.DE tOS Rasgos amarillos, rasgos cau-DEfAttE casanos, caras de elefantes,,ffi caras de gatos Y caras de sa-pos, en alguna ocasin perosiempre raramente.

    Los ojos se sealan como normales en 12 ca-SOS.

    Grandes y redondos en 20 casos.De un color rojo brillante en tres casos.Fosforescentes en cnco casos. A veces tambin

    son oblicuos, como los asiticos. Para quienes sesientan decepcionados por esta normalidad, men-conaremos que en siete casos los ocupantes pre-sentaban un solo ojo en la frente.

    Son escasas las referencias a nariz y odos. Slofaltan en dos casos. La boca es mencionada casisiempre, pero los labios parecen a veces de una fi-nura tan grande que son casi imperceptibles.

    El cuerpo presenta, en general, muy pocas ano-malas fsicas. Se describen con frecuencia piernastransparentes, un trax asimtrico, manos con ga-rras y pelo, pies planos, orejas como las de un mur-cilago" Pero son solamente excepciones. En gene-ral, esta gente es como usted y como yo. O as loshan visto, por lo menos.

    Hasta aqu la clasificacin del investigador JaderU. de Pereira, y que consideramos como la mscompleta e interesante al respecto, a pesar de que,como se ve, de completa tiene muy poco. No hayotra cosa.

    Hay ms clasificaciones de otros investigadoresy estudiosos del tema; citemos al respecto las deldoctor James McCampbell, Kolosimo, Michel Ca-rrouges y otros ms; sin embargo es Ia del inves-tigador brasileo, al que hemos seguido.

    ALGUNA Para algunos investigadores,GONIDE. caso que citan Jacques Bergier yRACIONE Georges H. Galler. en El libro delVALIOA misterio, la tipologa morfolgicaffi de los tripulantes no sera muy

    conflictiva, ya que se tratara desimples yetis y hombres de Ias nieves. Leamosa este respecto lo que citan de un artculo apareci-do en la revista italiana Panorama, el B de abril de197 1:

    ...Las apariciones de platillos volante son espe-cialmente frecuentes en las regiones del noroestede los Estados Unidos all donde se han observadoyetis con mayor frecuencia... Dice Angelo Morettien el citado libro. Por mi parte, yo he observadodesde hace tiempo que las caractersticas fsicas yde comportamiento y de lenguaje descritas por losque haban visto yetis de cerca o de lejos corres-pondan perfectamente a las descripciones de losque se haban encontrado con humanoides en lasproximidades o en interior de platillos volantes. Ladeduccin lgica es que se trata de individuos dela misma especie. Lo cual parece mucho deducir...Las caractersticas fsicas de los yetis y de los hu-manoides de los platillos volantes son las mismas:la estatura vara desde 0,90 a ms de tres metros.

    Un olor generalmente nauseabundo (que le ha va-lido al yeti el epteto de nauseabundo) parece ser,por un lado, un olor racial particular, y por otra par-te, parece provenir de un fluido particular que emi-ten muchas veces los platillos volantes con el finde aniquilar la conciencia de Ios testigos... Muchosyetis tienen el cuerpo velludo y el rostro ms bienlampio. A este respecto, el profesor Run Schen,de Ulan Bator, Mongolia, que realizo un estudioprofundo sobre los yets, distingue a stos, pelu-dos, de los almasis, que lo son poco y se acercanms al tipo humano. El pelo, cuando es abundan-

    157

  • te, generalmente es de color rojizo o castao oscu-ro, pero tambin hay individuos rubios con una lar-ga cabellera como los hippies. En uno u otro tipo,el crneo es alargado hacia la parte superior y tie-ne un volumen mayor al de un crneo humano...,

    OPIIIIONE Terminamos esta pequea mues-DE tra clasificatoria de la morfologaALIBURY de los tripulantes de naves con elY BERGIER resumen que hace el Dr. Frank B.ffi Salisbury, especialista en exobio-T*- loga, de la Universidad de Colo-rado, en el prlogo del libro de Mrs. Lorenzen so-bre los ocupantes de ovnis: ...Se trata generalmen-te de individuos de pequea estatura, pero a vecesde gigantes parecidos a hombres-simio, aunque derostro humano. La cabeza tiene frecuentementeforma de meln; pero, en definitiva, los que llevanun vestido pueden pasar por terrcolas. Algunosson de gestos lentos, otros son muy giles. Los ojosson a veces hendidos como en los orientales. Lapiel es oscura o increblemente plda, como si fue-ra de cera blanca. Es interesante observar que lasrepresentaciones primitivas de Amrica Centralevocan a menudo este tipo de hombre-animal...Ezequiel tambin habla de los querubines que des-

    cendieron de mquinas voladoras como hombres-animales. Todo esto es extrao, pero correspondeperfectamente a las descripciones y sobre todo ala idea de unos seres primitivos desde cierto pun-to de vista (procedentes de planetas pobres en ox-geno y, por consiguiente, con una evolucin distin-ta) que adems son astronautas con escafandraque circulan a bordo de platillos volantes. En unaplabra, unos "astronautas paleolticos", como diceAim Michel...

    Cerramos estas consideraciones con una curio-sa notacin que figura en el libro, a que hemos he-cho referencia, de Bergier y H. Gallet:

    ...En Baian-Kara-Ula, Tibet oriental, se han en-contrado tumbas Que contenan los esqueletos deunos hombrecitos al lado de unos discos de piedracon un fuerte contenido de cobalto. El arquelogochino Tsoum-Oum-Nui lleg a descifrar las inscrip-ciones que llevaban, que decan: Los dropas baja-ron de las nubes en sus trneos areos. Y 10 veceshasta que sala el sol, hombres, mujeres y nios seescondieron en las cavernas. Pero, finalmente,comprendieron los signos y vieron que los dropashaban venido con intenciones pacficas".. Se ex-presa tambin en estas inscripciones el pesar porhaber perdido su nave espacial debido a un aterri-zaje forzoso.

  • Los tripulantes del cosmos ''Hepresen-tacin de unanave y su

    -

    tripulantesegn el relatocorrespon-diente a unavistamiento enAlto Mooca. Laexhibicin detantos detalles

    :"1""""H%, l\oor oarte del I ^/ipulante. La Fescena es ya,por s sola, unbuen informe.rw

    TERROR Son muy contados los casos enEl{ UNA que los testigos reaccionen deNOGHE DE forma violenta contra los tripulan-AGOTO tes de los ovnis; pero existen al-ffi gunos. Entre ellos, el ms nota-

    ble, fue el que suced en la gran-1a de los Sutton, muy cerca de Kelly-Hopkinsville,

    -en Kentucky (USA). Era la noche del21 de agosto

    de 1955. En los das siguientes. los medios de di-fusin se hicieron eco de la noticia. Es un sucesoimportante dentro de la fenomenologa ovni, por-que pone de manifiesto lo que es capaz de hacer

    el ser humano cuando se halla en una situacin l-mite ante la presencia de seres extraterrestres quese manifiestan absurdos hasta un extremo que lle-ga a ser insoportable.

    A eso de las siete de la tarde, el seor Billy Tay-lor se acerc hasta la finca de los Sutton para ex-traer un poco de agu del pozo. No lleg a hacerlo,sino que sali corriendo en direccin a la casa dela granja. gritando que ha visto un platillo volan-te, un objeto plateado y luminoso, que sobrevolla casa y se detuvo cerca, sobre una hondonada,desapareciendo de la vista. Los que estaban en el

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  • interior de la vivienda oyeron el relato de Taylorcon cierta incredulidad y con bromas, y por supues-to a nadie se le ocurri acercarse a ver si el obje-to se hallaba en el lugar donde pareca habersedetenido. Pero media hora ms tarde el perro co-menz a ladrar con inusitada insistencia. Abrieron'la puerta trasera para averigar qu le sucedia alperro, y entonces ste entr en la casa de la queno sali ya hasta el da siguiente. La noche era os-cura, pero de los campos pareca emanar una ex-traa luminosidad. Sutton y Taylor inspeccionaroncon la vista los alrededores. y se sorprendieron alver acercarse a una criatura extrasima. No medi-ra ms de 1 metro 1 metro y 5 centmetros, sucuerpo pareca metlico, tena unos brazos muy lar-gos que casi le llegaban al suelo, y una enorme ca-beza redonda, sorprendentemente redonda. Losojos, que eran ostensiblemente mayores que losde un ser humano emitian una fosforescencia ama-rillenta. Al extremo de los largos brazos' las manoseran descomunales terminadas en una especie degarras. Todo el cuerpo del humanoide, que parecaser o estar cubierto de metal, como ya indicamos,emita una peculiar luminosidad. Cuando ya estu-vo slo a unas decenas de metros de los testigos,el pequeo ser levant los brazos mientras seguaavanzando.

    Los dos hombres no se lo pensaron dos veces:Sutton tom su fusil del calibre 20,yf aybr empu-

    - una carabina del22. El hombrecillo segua an-dando. Cuando lleg a una distancia de la puertade la casa de slo 5 a 6 metros, los hombres co-menzaron a disparar sus armas.

    Al recibir los impactos, el humanoide dio un sal-to hacia atrs, cayendo al suelo; pero inmediata-mente se levant y corri hasta perderse en la os-curidad tras una esquina del edificio. Entonces loshombres cerraron la puerta y se dirigieron al salndonde estaban sus esposas. A los pocos instantes,otro humanoide asom por una de las ventanas;los hombres dispararon de nuevo, y el pequeo serse comport como haba sucedido en la ocasin an-terior: [a criatura salt hacia atrs y desapareci.Probablemente, pensaron, se trataba del mismoser. Decidieron entonces salir al exterior para com-probar si haban logrado herirle. Al salir. mientrasSutton estaba todava bajo el alero del porche, Tay-lor vio cmo una garra descenda desde el tejadosobre la cabeza de su amigo. Apunt con el rifle yse puso a disparar al humanoide, que se hallaba so-bre el tejado de la casa, y que sali proyectado. Tay-lor vio entonces a otro hombrecillo colgado dela rama de un rbol; y no lo dud. dispar su armacontra 1. Este ser, cuando recibi el impacto, se ba-lance unos instantes y cay finalmente al suelo,donde los hombres volvieron a dispararle. La enti-dad se levant y se escondi corriendo entre lahierba. Casi simultneamente, otro ser hizo su apa-ricin por otra esquina del edificio, colocndose de-lante de Sutton, quien volvi a disparar, sta vez65i bocajarror, escuchndose entonces un so-nido semejante al que haran las balas al atravesarun barril metlico. El humanoide, como ya era deesperar, cay hacia atrs, y luego se levant y huyen la oscuridad.

    UNA A causa de tantas aPariciones YOLUGION huidas, Sutton y Taylor pudieronIUIUY verlos muy bien, de tal maneraDIflclt que pudieron posteriormenteffi i,:il"Jl rill;:,":l] J,'ol,,li', l"?il.3 i_dentes. Sus movimientos er an extraordinar iamen-te rpidos, y haba por lo menos dos, aunque tam-bin podan ser varios ms. pues eran idnticos.Buscaban en todo momento la oscuridad, pero se-guramente no por ocultarse, sino para proteger susgrandes ojos desprovistos de prpados de la luz,que los deba lastimar.

    Tras el ltimo tiroteo. los hombres entraron enla casa y se reunieron con los dems, que estabanaterrorizados. Eran en total 11 las personas reuni-das aquella noche en la granja de los Sutton.

    Haba que tomar una decisin. Lo mejor, y as selo pareci a todos. era alejarse de all e intentar lle-gar hasta Kelly, a una docena de kilmetros. Su-bieron sin perder tempo en los dos automviles deque disponan y se lanzaron a toda velocidad ha-cia el pueblo. Cuando al da siguiente regresaroncon todas las precauciones del caso, pareca queen la granja no hubiera sucedido nada. No habani rastro de los humanoides. El perro pudo salirtranquilo de la casa.

    Relatos de este tpo plantean a los investigado-res tal cantidad de cuestiones que, al final, ms pa-rece que se trate de fantasas que de hechos suce-didos realmente. Durante los das siguientes, Tay-lor y Sutton estuvieron recordando los detalles quehaban apreciado durante aquella noche de pesa-dilla. Algo que pareci en extremo chocante era elhecho de que los cuerpos metlicos luminosos, alos que ya hemos aludido, aumentaban su resplan-dor cuando reciban los impactos de las balas ocuando se les gritaba. Carecian de pelo, no despe-dan olor y no se ditinguan en ellos carcteres se-xuales. La boca pareca ser una tenue lnea que cru-zaba de lado a lado el rostro, y ni la abrieron ni lamovieron durante el blico episodio. Tampocomostraron ningn signo claro de hostilidad, ni tra-taron de entrar en Ia casa, se limitaban a mirar porlas ventanas. Cuando se acercaban lo hacan conlas manos levantadas, debiendo interpretarse ellocomo un deseo de comunicacin, seguramente.Cuando caan al suelo abatidos por los disparos,se levantaban apoyndose en las manos y huancorriendo a cuatro patas. Sus piernas eran muy del-gadas y parecan no tener articulaciones, y no lesvieron pies. En ocasiones parecan flotar, como sivolaran. Al recibir. uno de los disparos, el humanoi-de que estaba en el tejado salt y fue a caer a unadistancia de ms de 12 metros...

    En resumidas cuentas: todo en el suceso deKelly-Hopkinsville es sorprendente, incluso la res-puesta de los testigos. Es un caso ms, en verdadde los ms inslitos que pueden hallarse en la mis-celnea de avistamientos y contactos, pero que noes tampoco nico. Ya comprobaremos en sucesi-vas monografas otros muchos casos espectacula-res de encuentros que dilatarn an ms el pano-rama inquietante de la fenomenologa ovni.

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  • aY

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