BBOSQUE MARTIANOOSQUE MARTIANO...

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24 de enero de 2020 10 Por JEIDDY MARTÍNEZ ARMAS BOSQUE MARTIANO BOSQUE MARTIANO Mambí Mambí de nuestros tiempos de nuestros tiempos Fotos: YASSET LLERENA ALFONSO C ON machete en mano y sombrero nos recibe Felo –nadie en San Antonio de los Baños lo conoce por otro nombre–, quien a pesar de su edad continúa sembrando edu- cación, patriotismo. Como cada amanecer, se prepara para ini- ciar su jornada en un lugar que ha llegado al cumpleaños 25 y es una parte esencial de su existencia. En la zona del Ariguanabo, Rafael Rodríguez Ortiz rinde, día a día, homenaje a la cultura y la historia cubanas Mientras recorremos el si- tio, relata: “El Bosque Martia- no del Ariguanabo surge luego de haber leído el Diario de Campaña (De Cabo Haitiano a Dos Ríos) escrito por José Martí, en el que se resumen valores históricos, junto con el amor y el respeto a la natura- leza. Sentí entonces que tenía en mis manos un documen- to trascendental, a partir del cual se podía hacer una obra maravillosa. “Así, en la mañana del 19 de mayo de 1994, cuando se con- memoraba el aniversario 99 de la caída en combate de nuestro Héroe Nacional, el Bosque se abrió al público”. Todavía guarda en el patio de su casa los primeros instrumen- tos con los que aró el terreno. –¿Qué retos y obstáculos debió enfrentar? –Muchos, pero no me intere- saban, porque tenía alrededor mío numerosas personas con deseos de apoyarme. Este si- tio, desde sus inicios, no ha sido solo de Felo, sino de todos los vecinos, sin olvidar a los niños. Lo primero fue limpiar el área, que en ese entonces –antes de comenzar el proyecto– era un vertedero. Pero sabíamos que valía la pena nuestro empeño porque es una tierra extrema- damente fértil y está muy cerca del pueblo. “Hoy el Bosque es un espacio de visita constante para estu- diantes, trabajadores de insti- tuciones políticas, gubernamen- tales y militares, pues cada vez que hay una fecha patriótica o histórica, aquí se conmemora. –¿Cómo se ha representa- do mediante la naturaleza la historia de Cuba? –Por ejemplo, fueron sem- bradas las siete especies de árboles maderables con las que se construyó el yate Granma original, además, en ese sitial colocamos 82 piedras, en re- presentación de los expedicio- narios que participaron en el desembarco. “Las personas cuando vie- nen, particularmente los alum- nos con sus profesores, sienten que están reviviendo un momen- to de la historia. Cada 15 de mar- zo reunimos a cientos de niños y escenificamos uno de los mo- mentos más gloriosos y lindos que hemos tenido en nuestras luchas: la Protesta de Baraguá. Entre dos matas de mango po- nemos una hamaca y los peque- ños interpretan la escena en la que Antonio Maceo le dijo a Ar- senio Martínez Campos que no aceptaba el Pacto del Zanjón. Siempre dispuesto a honrar a nuestros próceres y héroes.

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24 de enero de 202010

Por JEIDDY MARTÍNEZ ARMAS

BOSQUE MARTIANOBOSQUE MARTIANO

MambíMambí de nuestros tiemposde nuestros tiempos

Fotos: YASSET LLERENA ALFONSO

CON machete en mano y sombrero nos recibe Felo –nadie en San Antonio de

los Baños lo conoce por otro nombre–, quien a pesar de su edad continúa sembrando edu-cación, patriotismo. Como cada amanecer, se prepara para ini-ciar su jornada en un lugar que ha llegado al cumpleaños 25 y es una parte esencial de su existencia.

En la zona del Ariguanabo, Rafael Rodríguez Ortiz rinde, día a día, homenaje a la cultura y la historia cubanas

Mientras recorremos el si-tio, relata: “El Bosque Martia-no del Ariguanabo surge luego de haber leído el Diario de Campaña (De Cabo Haitiano a Dos Ríos) escrito por José Martí, en el que se resumen valores históricos, junto con el amor y el respeto a la natura-leza. Sentí entonces que tenía en mis manos un documen-to trascendental, a partir del

cual se podía hacer una obra maravillosa.

“Así, en la mañana del 19 de mayo de 1994, cuando se con-memoraba el aniversario 99 de la caída en combate de nuestro Héroe Nacional, el Bosque se abrió al público”.

Todavía guarda en el patio de su casa los primeros instrumen-tos con los que aró el terreno.

–¿Qué retos y obstáculos debió enfrentar?

–Muchos, pero no me intere-saban, porque tenía alrededor mío numerosas personas con deseos de apoyarme. Este si-tio, desde sus inicios, no ha sido solo de Felo, sino de todos los vecinos, sin olvidar a los niños. Lo primero fue limpiar el área, que en ese entonces –antes de comenzar el proyecto– era un vertedero. Pero sabíamos que valía la pena nuestro empeño porque es una tierra extrema-damente fértil y está muy cerca del pueblo.

“Hoy el Bosque es un espacio de visita constante para estu-diantes, trabajadores de insti-tuciones políticas, gubernamen-tales y militares, pues cada vez que hay una fecha patriótica o histórica, aquí se conmemora.

–¿Cómo se ha representa-do mediante la naturaleza la historia de Cuba?

–Por ejemplo, fueron sem-bradas las siete especies de árboles maderables con las que se construyó el yate Granma original, además, en ese sitial colocamos 82 piedras, en re-presentación de los expedicio-narios que participaron en el desembarco.

“Las personas cuando vie-nen, particularmente los alum-nos con sus profesores, sienten que están reviviendo un momen-to de la historia. Cada 15 de mar-zo reunimos a cientos de niños y escenifi camos uno de los mo-mentos más gloriosos y lindos que hemos tenido en nuestras luchas: la Protesta de Baraguá. Entre dos matas de mango po-nemos una hamaca y los peque-ños interpretan la escena en la que Antonio Maceo le dijo a Ar-senio Martínez Campos que no aceptaba el Pacto del Zanjón.

Siempre dispuesto a honrar a nuestros próceres y héroes.

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Año 112/No. 2 11

“En este lugar los visitantes pueden observar, igualmente, el recorrido martiano en la Gue-rra Necesaria, campamento por campamento. No se escati-maron esfuerzos para sembrar todas las especies que mencio-na nuestro Héroe Nacional en su Diario de Campaña.

“Para conseguir todos esos árboles –plantados en el Bos-que años antes de que este se inaugurara– nos movimos por todas partes del país. Los compañeros de la provincia de Granma nos dieron todo su apoyo y en un yipi empezamos a subir las montañas de la Sie-rra Maestra, para conseguir aquellos árboles que ya prác-ticamente no existían en Oc-cidente. Todas estas plantas descritas por nuestro Héroe Nacional se dan de una mane-ra muy lozana aquí, al igual que muchos de los árboles frutales que él menciona en sus escri-tos: el mango, la pomarrosa, la naranja y el coco. Todo el mun-do se admira de que hayamos podido lograr eso, así como tener un sinfín de nidos con ejemplares de nuestra fauna.

“Además de los árboles, tra-jimos piedras –más de 170 tone-ladas– que hemos convertido en maestras. En ellas se pueden leer frases de nuestro Apóstol

y de otras personalidades de la historia y la cultura cubanas, así como poesías. Además, hay rocas, donde se muestra la fi -gura de José Martí, llegando a las costas de Cuba con Máximo Gómez, o cayendo en combate.

“La obra martiana es una enseñanza constante, nos ins-pira para ser dignos. Por eso Fidel Castro dijo en el juicio por el asalto al cuartel Moncada que el autor intelectual de esa

acción fue José Martí. Después que los estudiantes entran aquí, sienten la necesidad de leer el Diario de Campaña.

–¿Si tuviera a Martí delan-te, qué haría?

–Extendería la mano, lo salu-daría y le diría que soy un admi-rador y un respetuoso amante de su obra, la cual he estudiado de manera autodidacta. Ade-más, que he tratado por todos los medios de seguir sus ense-ñanzas y que quisiera junto a él recorrer el Bosque, donde, igual que él expresara un 9 de mayo de 1895, ‘todo es festón y ojeo’.

“Los cubanos tenemos que sentirnos extremadamente or-gullosos y honrados al saber que hubo un José Martí, hom-bre sencillo y humilde, quien se convirtió en una de las fi guras más prominentes y trascenden-tales de nuestro continente.

“En el discurso Con todos y para el bien de todos hay un fragmento que tiene un gran valor: ‘Yo quiero que la ley pri-mera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre’. Al leer frases como esta, sen-timos el orgullo de decir que somos martianos, pues él dejó una obra extremadamente hu-mana y correcta; no importa

Felo recibe a diario a los visitantes que buscan aquí valores históricos y culturales de nuestra nación.

Junto a los árboles hay sitiales históricos donde se conmemoran fechas patrias.

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que pasen los años, cada día se enraíza más en nosotros”.

–¿Qué premios y condeco-raciones ha recibido usted por su labor en el Bosque Martiano?

–Las que nunca pensé. Algu-nos de estos reconocimientos a mi labor han sido la réplica del machete de Máximo Gómez, la Distinción por la Cultura Nacional, un Premio Especial de Protección del Medio Am-biente, otorgado por el Citma. Tuve el honor también de que la compañera Vilma Espín me haya entregado el diploma por La Utilidad de la Virtud, el ga-lardón más grande que da la Sociedad Cultural José Martí.

“El Bosque Martiano reci-bió, asimismo, una signifi cativa califi cación: la Quinta Excelen-cia Nacional de la Agricultura Urbana. Él nos enseña a amar y respetar la maravillosa natu-raleza existente en nuestra na-ción eso lo saben los pioneros; y debe ser medular para todos los cubanos, pues somos un país eminentemente agrícola.

“Pero la distinción más grande es cuando veo entrar por la puerta del Bosque a muchos niños y estudiantes, a trabajadores, a personas sencillas que vienen a apren-der. Cada vez que va a co-menzar una actividad se toca una réplica de la campana de la Demajagua, me la regaló Eusebio Leal Spengler. Te pue-do decir con toda sinceridad que la hago sonar con mucha fuerza, porque el momento más sublime del Bosque Martiano es cuando oímos la campana; yo saco mi machete, digo: ‘Viva Cuba Libre’, y todo el mundo me secunda”.

–En meses recientes fue cancelada una serie postal en homenaje al Bosque.

–El Ministerio de Comuni-caciones aprobó que al Bos-que, en su aniversario 25, se le otorgara una emisión de seis estampillas y una hoja fi -latélica, donde se encuentran representadas especies de árboles que crecen aquí. El hecho de que estas estampillas estén circulando por toda Cuba

me ha hecho sentir muy feliz, lleno de estímulos para seguir trabajando”.

Salimos del evocador parque casi al mediodía, pocas horas

bastaron para enamorarnos de aquel lugar y admirar por siempre a ese mambí actual, a Felo, el del Bosque Martiano del Ariguanabo.

Las piedras del Bosque enaltecen a José Martí.

La enseña nacional y la enarbolada el 20 de octubre de 1868 por Perucho Figueredo ondean en este sitio.