BÉCQUER

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BÉCQUER: MODELOS DE INTENSIFICACIÓN Y CIERRE EN SUS RIMAS de ansia de goces mi alma está llena. ¿A mí me buscas? --No es a ti; no. --Mi frente es pálida, mis trenzas de oro; puedo brindarte dichas sin fin; yo de ternura guardo un tesoro. ¿A mí me llamas? --No; no es a ti. --Yo soy un sueño, un imposible, vano fantasma de niebla y luz; soy incorpórea, soy intangible; no puedo amarte. --¡Oh, ven; ven tú! En el nivel temático, la mujer delineada en el último cuarteto --fantástica, incorpórea e intangible, pereferida pero inasible- puede representar la mujer ideal de la fantasía erótica del poeta o, en cambio, puede ser un símbolo del ideal poético. En su esencia, esta composición de desenlace infeliz y tan taliano se basa en un contraste. En las dos primeras estrofas, mujeres aparentemente reales y a todas luces deseables tratan de incitar y seducir al poeta; en la tercera el fantasma aludido intenta desanimarle: soy incorpórea, soy intangible; no puedo amarte. En vista de este insistente autodesmerecimiento y disuasión por parte de la mujer fantasmagórica, la respuesta final de la voz poética (positiva, después de dos negaciones enfáticas: --¡Oh, ven; ven tú! ) sorprende por ser paradójica, dejando pen sativo al lector. Estilísticamente, llama la atención la reiteración y el encadenamiento hacia el

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BCQUER: MODELOS DE INTENSIFICACIN Y CIERRE EN SUS RIMASde ansia de goces mi alma est llena.

A m me buscas? --No es a ti; no.--Mi frente es plida, mis trenzas de oro;puedo brindarte dichas sin fin;yo de ternura guardo un tesoro.A m me llamas? --No; no es a ti.--Yo soy un sueo, un imposible,vano fantasma de niebla y luz;soy incorprea, soy intangible;no puedo amarte. --Oh, ven; ven t!En el nivel temtico, la mujer delineada en el ltimo cuarteto --fantstica,incorprea e intangible, pereferida pero inasible- puede representar la mujer ideal de la fantasa ertica del poeta o, en cambio, puede ser un smbolo del ideal potico.En su esencia, esta composicin de desenlace infeliz y tan taliano se basa en un contraste. En las dos primeras estrofas, mujeres aparentemente reales y a todasluces deseables tratan de incitar y seducir al poeta; en la tercera el fantasma aludido intenta desanimarle: soy incorprea, soy intangible;no puedo amarte. En vista de este insistente autodesmerecimiento y disuasin por parte de la mujer fantasmagrica, la respuesta final de la voz potica (positiva, despus de dos negaciones enfticas: --Oh, ven; ven t!) sorprende por ser paradjica,dejando pensativo al lector.Estilsticamente, llama la atencin la reiteracin y el encadenamiento hacia elclmax de sintagmas similares, paralelsicamente construidos (--Yo soy ardiente,yo soy morena, /yo soy el smbolo... / ... -Yo soy un sueo...), adems de laapstrofe enftica y decisiva, emitida por el poeta a modo de estribillo, queanuncia el cierre de cada estrofa:--No es a ti; no. / ... / --No; no es a ti./ .../--Oh, ven; ven t!.Estructuralmente, el poema est concebido como una seriede brevsimos dilogos sobre el mismo tema de atraccin ertica, moldeados entres cuartetos decaslabos, muy semejantes en sus patrones lingsticos. Estosversos decaslabos estn precisamente, aun matemticamente, divididosen hemistiquios pentaslabos, todos iguales. Para justificar las cinco slabas decada hemistiquio, el poeta se vale en tres ocasiones de la palabra esdrjulaante la cesura (vv. 2, 5 y 11). Esta ntida divisin formal produce un ritmoentrecortado y enftico, propio de una situacin animdamente dialctica ytensa, en que siempre resulta clara y contundente la respuesta final aguda, sobre todo la ltima, la del cierre, por ser paradjica e inesperada.

WALTER DOBRIANSemejante utilizacin de un armazn formal distintamente cerrado como elque acabamos de ver, pero utilizado con un propsito diferente, se nota en la conocidsima rima IX:Besa el aura que gime blandamentelas leves ondas que jugando riza;el sol besa a la nube en occidente,y de prpura y oro la matiza;la llama en derredor del tronco ardientepor besar a otra llama se desliza,y hasta el sauce, inclinndose a su peso,al ro que le besa vuelve un beso.Aqu el beso imaginado entre los elementos de la naturaleza sirve de correlatoobjetivo que sugiere o vaticina el beso ertico humano. Mediante una metagogeextendida, la naturaleza cobra dinamismo humano bajo este signo supremo y universal de la unin amorosa. Bcquer emplea la voz beso cinco veces (cuatro en forma verbal activa, besa al comienzo, al fin y en medio de esta brevecomposicin, para insistir en la reciprocidad del sentimiento como fundamento indispensable del amor. El uso de una forma rgidamente clsica, la octava real eneste caso, es rarsimo en las Rimas. Mucho ms frecuente es el hiprbaton, quetraslada el verbo al final del verso, como se nota en los vv. 2, 4 y 6. A diferencia del poema anterior, en que la divisin de los versos en rgidos hemistiquios pentasilbicos produce un ritmo entrecortado, aqu los suaves endecaslabos resultan en un estilo discursivo de perodos largos, con un ritmo fluido y gil.En vez del proceso imperante en el poema anterior, de intensificacin de una en otra estrofa hasta llegar a un cierre resonante, aqu la estructuracin se difundemediante versos mesurados a servicio de una palabra clave, elbeso.As se produce una armona equilibrada en tono menor, en que el cierre llega casi de manera cuchicheante, dejando vibrar muy en sordina las cuerdas emotivas.Otra rima que versa sobre la ruptura de los dos amantes, la XXXVI, tambin resulta en una desigualdad entre las dos partes, esta vez en el plano del sacrificio que se ofrece a hacer el poeta, con tal de lograr una reconciliacin con la mujer requerida:Si de nuestros agravios en un librose escribiese la historia, y se borrase en nuestras almas cuantose borrase en sus hojas, te quiero tanto an, dej en mi pechotu amor huellas tan hondas, que slo con que t borrases una,las borraba yo todas!Bousoo (I, pg. 402) cita este poema como ejemplo "de la ruptura de unsistema, de una norma; una norma de equidad, una norma, digamos, de 'toma y daca', pues lo equitativo sera que los amantes se perdonasen recprocamente las ofensas". El poema est elaborado en dos estancias encuartetadas, en que alternan regularmente los endecaslabos con los heptaslabos. El nico perodo gramaticalque constituye el poema, largo pero rpido e ininterrumpido, conllevador de la idea central de reconciliacin, llega a su crescendo emotivo en el ltimo par de versos. En l, a splica del poeta, se precisa de manera resonante la suma desigualdad del nmero de las concesiones exigidas a las dos partes por sus ofensas: que slo con que t borrases una,/ las borraba yo todas!Pero la rima ms inolvidable sobre el tema de la ruptura de los dos amantes, la que merece mayor consideracin, es la universalmente conocida nmero LIII, sobre las oscuras golondrinas:Volvern las oscuras golondrinasen tu balcn sus nidos a colgar,y otra vez con el ala a sus cristalesjugando llamarn;pero aqullas que el vuelo refrenabantu hermosura y mi dicha al contemplar;aqullas que aprendieron nuestros nombres,sas... no volvern!Volvern las tupidas madreselvasde tu jardn las tapias a escalar,y otra vez a la tarde, aun ms hermosas,sus flores abrirn;pero aqullas cuajadas de roco,cuyas gotas mirbamos temblary caer, como lgrimas del da...sas... no volvern!Volvern del amor en tus odoslas palabras ardientes a sonar;tu corazn de su profundo sueotal vez despertar;pero mudo y absorto y de rodillascomo se adora a Dios ante su altar,como yo te he querido... desengate,as no te querrn!

Aqu el poeta adopta el tema tradicional del ubi sunt y lo ajusta a una conmovedora situacin personal, hacindolo vibrar. Claramente, la esencia de la composicin no es este tpico temporal, sino la recriminacin, un tanto vindicativa, dirigida a la amada como reaccin al agravio de haberle rechazado. Envuelta en el reproche est la idea de que ella tendr aun ms de qu arrepentirse que l, puesto que en su vida no encontrar a nadie que sea capaz de quererla como l la ha querido:as no te querrn!Este sentimiento de reproche proftico lo guarda magistralmente el poeta para el cierre de su composicin, donde aparece con suma fuerza conmovedora.Formalmente, el poema consta de tres estancias, cada una de las cuales estformada por una doble "estrofa becqueriana", a saber, tres versos endecaslabos montados sobre un heptaslabo. En los endecaslabos del poema, resalta el dominio del pie anapesto (grupo rtmico trisilbico, compuesto de dos slabas tonas seguidas de una tnica: - - '). En gran parte, el pie anapesto se logra aqu por el hbil empleo del hiprbaton, que lleva al verbo, en forma de infinitivo o futuro, al fin del verso. La resultante rima masculina dota a esta poesa de un ritmo especialmente vivo y expresivo.La estructura de la composicin representa una curiosa e invariable interaccin antittica dentro de cada una de las tres estancias. En stas, las semiestrofas pares(que siempre empiezan pero..., y que terminan negativamente, ...no volvern,...no volvern, ...no te querrn) resultan ser Antiestrofas que niegan lo afirmado por las semiestrofas impares, que siempre empiezan Volvern... Como suele ocurrir en las rimas relativamente largas, la ltima semiestrofa representa una variacin, condensacin e intensificacin de este patrn. All se formaliza aun ms la sintaxis reiterativa (pero mudo y absorto y de rodillas/como.../como...), y hay una mayor concentracin en lo puramente personal (como yo te he querido), una suave intensificacin ntima que prepara el cierre o la clausura del poema. El epifonmico verso final (as no te querrn!) representa una declaracin contundente y un tanto presumida de reproche por parte de la voz potica. Este verso postrero cobra parte de su vigor por la configuracinsincopada del verso anterior, penltimo del poema: como yo te he querido...desengate.All el crescendo emotivo que est desarrollndose aceleradamenteen el poema queda momentneamente interrumpido, por la pausa que precede la expresin esdrjula ...desengate.Esta suspensin rtmica permite que el verso clave de cierre, as no te querrn!, se anuncie integralmente, sin interrupcin,con su mxima carga emotiva.La desilusin sentida por Bcquer a causa de la racha de adversidades quesufre, tanto en su vida amorosa como en su salud y en su carrera profesional como escritor, le llevan a buscar la aniquilacin de su ser. Un indicio de este sentimiento se nota en la rima LII:

Olas gigantes que os rompis bramando en las playas desiertas y remotas,envuelto entre la sbana de espumas,llevadme con vosotras!Rfagas de huracn que arrebatisdel alto bosque las marchitas hojas,arrastrado en el ciego torbellino,llevadme con vosotras!Nubes de tempestad que rompe el rayoy en fuego encienden las sangrientas orlas,arrebatado entre la niebla oscura,llevadme con vosotras!Llevadme, por piedad, a donde el vrtigocon la razn me arranque la memoria.Por piedad! Tengo miedo de quedarmecon mi dolor a solas!Desde el abismo de su desesperanza, el poeta anhela su asimilacin por lanaturaleza como nico y definitivo refugio en que acogerse de su afliccin. En forma apostrfica de plegaria o letana, llevadme con vosotras!, se dirige a elementos o fenmenos naturales romnticamente espectaculares, en busca de este alivio permanente a su pena.Estructuralmente, las tres primeras "estrofas becquerianas" del poema resultan extraordinariamente correlacionadas, tanto en su aspecto conceptual como en sus patrones formales y sintcticos. En trminos generales, empiezan con la misma secuencia sintctica de sustantivo inicial complemento del sustantivo + clusula adjetival iniciada por que: Olas gigantes que os rompis...etc. Los ltimos dosversos de estos mismos tres cuartetos iniciales tambin se ordenan de manera sistemtica: verbo en participio pasado + frase adverbial locativa exclamacin imperativa de rogacin: envuelto entre la sbana de espumas/ llevadme con vosotras!La repeticin por tres veces, al final de cada una de las tres estrofas iniciales, de este postrer segmento rogativo, llevadme con vosotras!,resulta sumamente llamativa, evidenciando clarsimos rasgos de letana.

La cuarta y postrera de las "estrofas becquerianas" rompe enfticamente elantedicho patrn salmdico de las tres primeras. Se inicia esta ruptura por un leixaprn imperativo, Llevadme, por piedad, que representa un calco intensificador del postrer verso, o responsorio, de la estrofa anterior, estando este verso yaintensificado por la repeticin. Por su parte, el sintagma rogativo de este verso, por piedad, encuentra su eco exacto amplificado, en la imploracin idntica y exclamatoria que inicia el penltimo verso: Por piedad!Esta reiteracin amplificada da entrada resonante al cierre, representado por el encabalgado segmento postrero, Tengo miedo de quedarme/ con mi dolor a solas!De modo semejante, la angustiada desilusin de la voz potica busca suanhelada resolucin terminante en la muerte, en la larga y descriptiva rimaLXXVI, ltima de la coleccin tradicional de las Rimas, reproducida aqu slo en parte:En la imponente navedel templo bizantino,vi la gtica tumba, a la indecisaluz que temblaba en los pintados vidrios.Las manos sobre el pecho,y en las manos un libro,una mujer hermosa reposabasobre la urna, del cincel prodigio...............................................................Cansado del combate en que luchando vivo,alguna vez recuerdo con envidia aquel rincn oscuro y escondido.De aquella muda y plida mujer me acuerdo y digo:Oh, qu amor tan callado el de la muerte!Qu sueo el del sepulcro tan tranquilo!El convento descrito aqu es San Pedro Mrtir en Toledo, y la mujer en cuestin es doa Mara de Orozco, toledana celebrada por su hermosura, muerta a los veintin aos y conocida legendariamente como "la malograda."

La versificacin

En su breve monografa citada en la bibliografa, Hastings presenta varias fotos interesant-simas, que sugieren que la inspiracin del poema de Bcquer puede ser no una, sino dos estatuas, que se encuentran a escasos metros la una de la otra en la iglesia de San Pedro Mrtir. La primera, que representa a doa Elvira de Castaeda, "la malograda", es una estatua funeraria de una mujer empleada en esta composicin consta de una larga serie de cuartetos formados por dos heptaslabos y dos endecaslabos, ordenados 7,7, 11, 11, con la misma rima asonantei-o en los versos pares. La configuracin impresa de estos cuartetosresulta visualmente curiosa y llamativa, puesto que los dos versos de arte menor parecen montados sobre dos de arte mayor, sugiriendo apropiadamente la imagen de un cuerpo yacente sobre un largo bloque de piedra. A diferencia de lo que encontramos en un gran nmero de las rimas bcquerianas, faltan aqu muchos elementos reiterativos y, por ende, el estilo resulta discursivo y fluido en su descripcin del ambiente sepulcral. La nica gran nota delatora del estilo de este poeta es el frecuente empleo de los hiprbatos, (sobre la urna, del cincel prodigio, ... Del cuerpo abandonado/ al dulce peso hundido,... De la postrer sonrisa / el resplandor divino, etc.).Estructuralmente, el poema est dividido en dos partes de extensin desigual: la primera consta de todas las estrofas, 9 en total, que aparecen antes de llegar a la serie de puntos suspensivos. Este segmento mayor representa el elemento descriptivo del poema. La segunda parte, que consta slo de las dos estrofas finales, introduce el aspecto filosfico. La larga pausa, sugerida por la serie de puntos suspensivos, marca una divisin muy notable, permitiendo entrada llena al dicho segmento reflexivo. El ltimo par de versos de la ltima estrofa, los versos del cierre, resultan vagamente geminados. Encerrados entre admiraciones, estos versos apostrficos expresan con nfasis impresionante el anhelo que siente el poeta dolorido de encontrar su alivio permanente, su refugio definitivo, en la muerte: Oh, qu amor tan callado el de la muerte!/ Qu sueo el del sepulcro tan tranquilo!Sin extremar los ejemplos, con los que acabamos de examinar, tenemos unindicio suficiente de la singular capacidad que tena Bcquer en la intensificacin del desarrollo temtico y en el cierre conmovedor y contundente de sus mejores poemas. Hemos visto cmo el poeta maneja con destreza elementos como el hiprbaton, la progresin descriptiva que procede de lo ms general a lo ms preciso, el empleo oportuno del verso quebrado, la colocacin al final absoluto del poema de la palabra clave del mismo, el efecto acumulativo o el encadenamiento reclinada sobre un sepulcro. En este aspecto se ajusta a la mujer de la rima LXXVI. Pero a diferencia de la descripcin que nos da el poeta, esta estatua tiene las manos a cada lado del cuerpo y las facciones de la cara muy desdibujadas, apenas perceptibles. A pocos metros hay tambin otraestatua, de doa Elvira de Castaeda arrodillada en un reclinatorio al lado de su marido, con las manos juntadas en oracin. Las facciones, muy bien conservadas, muestran claramente un rostro anglico, igual que el descrito por el poeta de palabras o sintagmas, el uso apropiado de construcciones paralelsticas, el dominio frecuente de la anfora, la introduccin oportuna de la apstrofe, elempleo discreto de la epfora, la expectativa dramtica producida por la pausa, la adopcin de un sesgo distinto y sorprendente en el desarrollo de un motivo, el empleo eficaz del estilo averbal, la representacin oportuna de formas estrficas originales, el ritmo apropiadamente sncopado, el uso intensificador de la metfora extendida, el sistema dualstico de oposiciones, a veces de una en otra semiestrofa... adems de un largusimo etctera de semejantes recursos poticos y tcnicas estilsticas. La maestra en el empleo de tantos y tan diversos elementos retricos explica como Bcquer ha logrado producir consistentemente, en muchsimas de sus Rimas, poesa estremecedora e inolvidable. En su conjunto, las Rimas representan el poemario espaol ms ledo, ms comentado y ms respetado del siglo XIX y, en la opinin de la casi unanimidad de los crticos, han consagrado a su autor como el mayor poeta de su tiempo.

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