Bécquer, Gustavo Adolfo - Memorias de Un Pavo

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7/23/2019 Bécquer, Gustavo Adolfo - Memorias de Un Pavo http://slidepdf.com/reader/full/becquer-gustavo-adolfo-memorias-de-un-pavo 1/6 Memorias De Un Pavo Gustavo Adolfo Bécquer  No hace mucho que, hallándome a comer en casa de un amigo, después que sirvieron otros platos confortables, hizo su entrada triunfal el clásico pavo, de rigor durante las Pascuas en toda mesa que se respeta un poco y que tiene en algo las antiguas tradiciones y las costumbres de nuestro pas!  Ninguno de los presentes al convite, incluso el anfitri"n, éramos muy fuertes en el arte de trinchar, raz"n por la que mentalmente todos debimos coincidir en el elogio del uso #ltimamente establecido de servir las aves trinchadas! Pero como sea por respeto al rigorismo de la ceremonia que en estas solemnidades y para dar a conocer sin que quede género alguno de duda que el  pavo es pavo, parece e$igir que éste salga a la liza en una pieza% sea por un involuntario olvido o por otra causa que no es del caso averiguar, el animalito en cuesti"n estaba all ntegro y pidiendo a voces un cuchillo que lo destrozase% me decid a hacerlo, y poniendo mi esperanza en &ios y mi memoria en el 'ompendio de la (rbanidad que estudié en el colegio donde, entre otras cosas no menos #tiles, me ense)aron algo de este difcil arte, empu)é el trinchante en la una mano, bland el acero con la otra, y a salga lo que saliere, le tiré un golpe furibundo! *l cuchillo penetr" hasta las más rec"nditas regiones del ya implume bpedo% mas +uzguen mis lectores cuál no sera mi sorpresa al notar que la ho+a tropezaba en aquellas interioridades con un cuerpo e$tra)o! -.ué diantre tiene este animal en el cuerpo/ e$clamé con un gesto de asombro e interrogando con la vista al due)o de la casa! -.ué ha de tener/ me contest" mi amigo con la mayor naturalidad del mundo! 0.ue está relleno1 -2elleno de qué/ prosegu yo, pugnando por descubrir la causa de mi estupefacci"n! Por lo visto, debe ser de papeles, pues a +uzgar por lo que se resiste y el ruido especial que produce lo que se toca con el cuchillo, este animal trae un protocolo en el buche! 3os circunstantes rieron a mandbula batiente de mi observaci"n!

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Memorias De Un Pavo

Gustavo Adolfo Bécquer 

 No hace mucho que, hallándome a comer en casa de un amigo, después que

sirvieron otros platos confortables, hizo su entrada triunfal el clásico pavo, de

rigor durante las Pascuas en toda mesa que se respeta un poco y que tiene en

algo las antiguas tradiciones y las costumbres de nuestro pas!

 Ninguno de los presentes al convite, incluso el anfitri"n, éramos muy fuertes

en el arte de trinchar, raz"n por la que mentalmente todos debimos coincidiren el elogio del uso #ltimamente establecido de servir las aves trinchadas!

Pero como sea por respeto al rigorismo de la ceremonia que en estas

solemnidades y para dar a conocer sin que quede género alguno de duda que el

 pavo es pavo, parece e$igir que éste salga a la liza en una pieza% sea por un

involuntario olvido o por otra causa que no es del caso averiguar, el animalito

en cuesti"n estaba all ntegro y pidiendo a voces un cuchillo que lo

destrozase% me decid a hacerlo, y poniendo mi esperanza en &ios y mi

memoria en el 'ompendio de la (rbanidad que estudié en el colegio donde,

entre otras cosas no menos #tiles, me ense)aron algo de este difcil arte,empu)é el trinchante en la una mano, bland el acero con la otra, y a salga lo

que saliere, le tiré un golpe furibundo!

*l cuchillo penetr" hasta las más rec"nditas regiones del ya implume bpedo%

mas +uzguen mis lectores cuál no sera mi sorpresa al notar que la ho+a

tropezaba en aquellas interioridades con un cuerpo e$tra)o!

-.ué diantre tiene este animal en el cuerpo/ e$clamé con un gesto de

asombro e interrogando con la vista al due)o de la casa!

-.ué ha de tener/ me contest" mi amigo con la mayor naturalidad del

mundo! 0.ue está relleno1

-2elleno de qué/ prosegu yo, pugnando por descubrir la causa de miestupefacci"n! Por lo visto, debe ser de papeles, pues a +uzgar por lo que se

resiste y el ruido especial que produce lo que se toca con el cuchillo, este

animal trae un protocolo en el buche!

3os circunstantes rieron a mandbula batiente de mi observaci"n!

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4intiéndome picado de la incredulidad de mi amigos, me apresuré a abrir en

canal el pavo y cuando lo hube conseguido no sin grandes esfuerzos, di+e en

son de triunfo, como el 4alvador a santo 5omás6

7ed y creed!

8aba llegado el caso de que los demás participasen de mi asombro! 4eparadas

a uno y otro lado las dos porciones carnosas de la pechuga del ave y rota la

armaz"n de huesos y cartlagos que las sostenan, todos pudimos ver un rollo

de papeles ocupando el lugar donde antes se encontraron las entra)as y donde

entonces tenamos, hasta cierto punto, derecho a esperar que se encontrase un

relleno un poco más gustoso y digerible!

*l due)o de la casa frunci" el entrece+o! 3a broma, caso de serlo, no poda

venir sino de la parte de la cocinera, y para broma de aba+o a arriba, preciso

era confesar que pasaba de casta)o oscuro!

*l resto de los circunstantes e$clamaron a coro, pasado el primer momento de

estupefacci"n que lo fue as mismo de silencio profundo67eamos, veamos qué dice en esos papeles!

3os papeles, en efecto, estaban escritos!

9o, aun a riesgo de mancharme los dedos, pues estaban bastante grasientos,

los e$tra+e del sitio en que se encontraban y, apro$imándome a la luz de la

 bu+a, pude descifrar este manuscrito que hasta hoy he conservado inédito6

:mpresiones, notas sueltas y pensamientos filos"ficos de un pavo destinados a

utilizarse en la redacci"n de sus memorias!

«:gnoro quiénes fueron mis padres, el sitio en que nac y la misi"n que estoy

llamado a realizar en este mundo! No sé por lo tanto, de d"nde vengo ni

ad"nde voy!

Para m no e$iste pasado ni porvenir% de lo que fue no me acuerdo% de lo que

será no me preocupo! ;i e$istencia, reducida al momento presente, flota en el

océano de las cosas creadas como uno de esos átomos luminosos que nadan en

el rayo de sol!

4in que yo, por mi parte, la haya solicitado, ni poder e$plicarme por d"nde me

ha venido, me he encontrado con la vida% y como suele decirse que a caballo

regalado no hay que mirarle el diente, sin discutirla, sin analizarla, me limito a

sacar de ella el me+or partido posible!Porque la verdad es que en los templados das de primavera, cuando la cabeza

se llena de sue)os y el coraz"n de deseos, cuando el sol parece más brillante y

el cielo más azul y más profundo, cuando el aire perezoso y tibio vaga a

nuestro alrededor cargado de perfumes y de notas de armonas le+anas, cuando

se bebe en la atm"sfera un dulce y sutil fluido que circula con la sangre y

aligera su curso, se siente un no sé qué de diáfano y agradable en uno mismo y

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en cuanto le rodea, que no se puede menos de confesar que la vida no es del

todo mala!

3a ma, a lo menos, es bastante aceptable! *n clase de pavo, se entiende!

A#n no clarea la ma)ana cuando un gallo, compa)ero de corral, me anuncia

que es la hora de salir al campo a procurarme la comida!

*ntreabro los so)olientos o+os, sacudo las plumas y héteme aqu calzado y

vestido!

3os primeros rayos de sol ba+an resbalando por la falda de los montes, doran

el humo que sube en azuladas espirales de las ro+as chimeneas del lugar,

abrillantan las gotas de roco escondidas entre el césped y relucen con un

inquieto punto de luz en los peque)os cascos de vidrio y loza, de platos y

 pucheros rotos que, diseminados acá y allá, en el mont"n de estiércol y

 basuras a que se dirigen mis pasos, fingen a la distancia una brillante

constelaci"n de estrellas!

All, ora distrado en la persecuci"n de un insecto que huye, se esconde y tornaa aparecer, ora revolviendo con el pico la tierra h#meda, entre cuyos terrones

aparece de cuando en cuando una apetitosa simiente, de+o transcurrir todo el

espacio de tiempo que media entre el alba y la tarde!

'uando llega ésta, un manso ruidito de aguas corrientes me llama al borde del

arroyo pr"$imo donde, al compás de la m#sica del aire, del agua y de las ho+as

de los álamos, abriendo el abanico de mis oscuras plumas, hago cada idilio a

la inocente pava, se)ora de mis pensamientos, que causaran envidia, a

 poderlos comprender, no digo a los r#sticos ga)anes que frecuentan esos

contornos, sino a los más pulidos pastores de la propia Galatea!

5al es mi vida% hoy como ayer, probablemente ma)ana como hoy!

2epetid esta página tantas veces como das tiene el a)o y tendréis una e$acta

idea de la primera parte de mi historia!

3a inalterable serenidad de mi vida se ha turbado como el agua de una charca

a la que arro+an una piedra!

(na desconocida inquietud se ha apoderado de mi espritu y ya va de dos

veces que me sorprendo pensando!

*ste e$ceso de actividad de las facultades mentales es causa de una gran

 perturbaci"n en mi economa orgánica% apenas duermo once horas, y ayer se

me indigest" el hueso de un albaricoque!9o cre que no haba nada más allá de esas monta)as que limitan el horizonte

de la aldea! No obstante, he odo decir que vamos a la corte y que para llegar

hasta all salvaremos esas altsimas barreras de granito que yo crea el lmite

del mundo! 03a corte1 -'"mo será la corte/

Pronto saldré de dudas!

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*scribo estas lneas en el corral donde me reco+o a dormir y aprovechando la

#ltima luz del crep#sculo de la tarde! ;a)ana partimos! (n poco precipitada

me parece la marcha! Por fortuna, el arreglo del equipa+e no me ha de

entretener mucho!

;e he detenido en lo más alto de la cumbre que domina el valle donde viv

 para contemplar por #ltima vez las bardas del corral paterno!

0'on cuánta verdad podra llamarse a estas pe)as, desde donde envo un

 postrer adi"s a lo que fue mi reino, el suspiro del pavo1

&esde aqu veo la llanura teatro de mis caceras! ;ás allá corre el arroyo que

al par que apagaba mi sed me ofreca limpio espe+o donde contemplar mi

hermosura! All vive mi pava% +unto a aquel árbol la vi por primera vez! 0Al pie

de ese otro le declaré mi amor1

3as lágrimas me oscurecen la vista y lloro a moco tendido, en toda la

e$tensi"n de la frase!

0Parece que al ale+arme de estos sitios se me arranca algo del fondo de lasentra)as y, a mi pesar, se queda en ellos1

-4erá este e$tra)o afán presentimiento de mi desventura/ -4erá!!!/

(n ca)azo ha interrumpido el hilo de mis refle$iones en este instante!

8ago aqu punto de prisa y corriendo, para reunirme a la manada, no sea que

se repita la insinuaci"n!

9a estamos en la corte! 8e necesitado que me lo digan y me lo repitan cien

veces para creerlo!

-*s esto ;adrid/ -*s éste el paraso que yo so)é en mi aldea/ 0&ios mo1

0.ué desencanto tan horrible1

*l sol llega traba+osamente al fondo de estas calles, cuyas casas parecen

castillos% ni un mal +aramago crece entre las descarnadas +unturas de los

adoquines% a#n no ha acabado de caer al suelo la cáscara de una naran+a, el

troncho de una col, el hueso de un albaricoque, cualquier cosa en fin que

 pueda utilizarse como alimento digerible, cuando ya ha desaparecido sin saber 

 por d"nde!

*n cada calle hay un tropiezo% en cada esquina, un peligro, cuando no nos

acosa un perro, amenaza aplastarnos un coche o nos arrima un puntill"n un

 pillete!

3a ca)a no se da punto de reposo! Noche y da la tenemos suspendida sobre lacabeza, como una nueva espada de &amocles!

9a no puedo seguir al azar el camino que me+or me parece, ni detenerme un

momento para descansar de las fatigas de este interminable paseo! <0Anda1

0Anda1=, me dice a cada instante nuestro gua, acompa)ando sus palabras con

un ca)azo!

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0'on cuánta más raz"n que al famoso +udo de la leyenda se me podra llamar

a m el pavo errante1

-'uándo terminará esta enfadosa y eterna peregrinaci"n/

8e perdido lo menos dos libras de carne!

 No obstante, a un caballero que se ha parado delante de la manada he

conseguido llamarle la atenci"n por gordo! 04i me hubiera conocido en mi pas

y en los das de mi felicidad1

'on ésta va de tres veces que me coge por las patas y me mira y me remira

columpiándome en el aire, de+ándome luego, para proseguir en el animado

diálogo que sostiene con nuestro conductor!

Por cuarta vez me ha cogido en peso y sin duda ha debido de distraerse con su

conversaci"n, pues me ha tenido cabeza aba+o más de siete minutos!

*l capricho de este buen se)or comienza a cargarme!

-*s esto una pesadilla horrible/ -*stoy dormido o despierto/ -.ué pasa por

m/9a hace más de un cuarto de hora que trato de sobreponerme al estupor que

me embarga y no acierto a conseguirlo!

;e encuentro como si despertase de un sue)o angustioso!!! 9 no hay duda! 8e

dormido o me+or dicho, me he desmayado!

5ratemos de coordinar las ideas! 'omienzo a recordar confusamente lo que

me ha pasado!

&espués de mucha conversaci"n entre nuestro gua y el desconocido

 persona+e, éste me entreg" a otro hombre que me agarr" por las patas y se me

carg" al hombro!

.uise resistirme, quise gritar al ver que se ale+aban mis compa)eros% pero la

indignaci"n, el dolor y la inc"moda postura en que me haban colocado ahog"

la voz en mi garganta! >iguraos cuánto sufrira hasta perderlos de vista!

3uego me sent llevado al través de muchas calles, hasta que comenzamos a

subir unas empinadas escaleras que no parecan tener fin!

A la mitad de esta escala que podra compararse a la de ?acob por lo larga aun

cuando no ba+asen ni subiesen ángeles por ella, perd el conocimiento!

3a sangre, agolpada a la cabeza, debi" producirme un principio de congesti"n

cerebral!

Al volver en m me he hallado envuelto en tinieblas profundas! Poco a pocomis o+os se van acostumbrando a distinguir los ob+etos en la oscuridad y he

 podido ver el sitio en que me encuentro!

*sto debe de ser lo que en ;adrid llaman una buhardilla! 5rastos vie+os, rollos

de esteras, pabellones de telara)a, constituyen todo el mobiliario de esta

tenebrosa estancia, por la que discurren a su sabor algunos ratones!

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Por el angosto tragaluz penetra en este instante un furtivo rayo de sol!!! 0*l sol,

el campo, el aire libre1 0&ios mo, que tropel de ideas se agolpa a mi mente1

-&"nde están aquellos das felices/

-&"nde están aquellas!!!/

;e es imposible proseguir! (na harpa, turbando mis meditaciones, me ha

metido catorce nueces en el buche! 'atorce nueces con cáscaras y todo!

>iguraos por un momento cuál será mi situaci"n! 09 a esto le llaman en este

 pas dar de comer1

3asciati ogni speranza1 8an pasado algunos das y se me ha revelado todo lo

horrible de mi situaci"n! 8e visto brillar con un fulgor siniestro el cuchillo que

ha de segar mi garganta y he contemplado con terror la cazuela destinada a

recibir mi sangre!

9a oigo los tambores de los chiquillos que redoblan anunciando mi muerte!

;is plumas, estas hermosas plumas con que tantas veces he hecho el abanico,

van a ser arrancadas, una a una, y esparcidas al viento como las cenizas de losmás monstruosos criminales!

7oy a tener por tumba un est"mago, y por epitafio la décima en que pide los

aguinaldos un sereno6 4e tu non piangi di che pianger suoli/»

'uando terminé la lectura de este e$tra)o diario, todos estábamos

enternecidos! 3a presencia de la vctima haca más conmovedora la relaci"n

de sus desgracias!

Pero!!!, 0oh fuerza de la necesidad y la costumbre1, transcurrido el primer

momento de estupor y de silencio profundo, nos en+ugamos con el pico de la

servilleta la lágrima que temblaba suspendida en nuestros párpados y nos

comimos el cadáver!

*l ;useo (niversal

@ de diciembre, CDE