Bedriñan, claudio apocalipsis comunidad contra imperio

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  • 1. Apocalipsisuna comunidad queresiste al imperioHno. Dr. Claudio Bedrin,ofm cap http://www.franciscanos.net/teologos/biblia/apocresisten.htmIntroduccin: estado de la cuestinLa interpretacin socio-poltica de la Biblia y, particularmente, del libro delApocalipsis ha recibido en los ltimos decenios un tratamiento muy importante porparte de los estudiosos del mismo. Es el rea de lengua inglesa la que se ha mostradoespecialmente sensible a la consideracin de los aspectos sociales que rodean a lacomunidad cristiana en que tiene origen el libro. Si bien ha sido dicha rea la que hadado el aporte ms copioso e importante en la materia, no faltan, sin embargo, otrosestudios voluminosos dignos de atencin.En cuanto a esa interpretacin socio-poltica del Apocalipsis, hay autores queponen especial nfasis en la correlacin entre texto literario y realidad. La dificultadpara delinear el contexto socio-poltico de la literatura apocalptica en general es puestaen evidencia por Stone cuando seala:es sumamente difcil investigar los contextos sociolgicos de los apocalipsis a laluz de las fuentes histricas comunes. No conocemos prcticamente nada acerca de loscrculos de quienes los escribieron, o de su identificacin histrica real; ignoramoscmo los apocalipsis funcionaron y fueron utilizados. Esto debido a la carencia deinformacin en las fuentes histricas convencionales, agravado por el modopseudoepigrfico de escribir. El tratamiento que los comentaristas modernos hacen de este tema no espropiamente sociologa, entendida sta, segn una definicin de Aune, como:el intento sistemtico de formular reglas generales que regulen elcomportamiento humano a travs del estudio de instituciones sociales, interacionessociales y relacionamientos sociales,

2. sino, ms bien, un modo de acercarse al texto, para a travs de l, como por unaventana, asomarse al mundo social contemporneo del autor. As es como lareconstruccin de las condiciones polticas y sociales adversas que tuvo que afrontar lacomunidad cristiana (Sitz im Leben) adquiere importancia capital para la comprensinmisma del texto. Otros estudiosos, basndose en el hecho, generalmente aceptado, del lenguajesimblico de la narracin del Apocalipsis, intentan por su parte reducir el aspecto socio-poltico del mismo al interior del drama. En consecuencia, prescindiendo de todocontacto con la realidad que lo circunda, sera necesario segn ellos, limitarse almundo simblico imaginario creado por el autor. En este sentido, la comunidadcristiana no habra sentido amenazada su fe por una realidad histrica particular decrisis. Ms bien, al contrario, mediante una lectura del texto apocalptico se buscaraprovocar una situacin de crisis en la fe del creyente. Es el camino inverso, es decir, eltexto vendra a ser como una forma de despertar en sus destinatarios la preocupacinsocio-poltica que de por s no les habra afectado. Thompson hace ver la importanciadel simbolismo en el Apocalipsis diciendo:En la dcada pasada, diversos estudios significativos y sofisticados han sidopublicados sobre el Apocalipsis de Juan reconociendo que el visionario del Apocalipsiscrea un distintivo universo simblico y que escribi dentro de una especfica tradicingenrica. As, interrogantes acerca del gnero y del mundo simblico son centralespara la interpretacin de los temas individuales y de las escenas del Apocalipsis comotambin para identificar su ambiente y contextos sociales (vase por ejemplo losartculos y citaciones en Early Christian Apocalypticism: Genre and Social Setting[Semeia 36; ed. A. Yarbro Collins; Decatur, GA: Scholars, 1986]). Como resultado deestos estudios, la pregunta, Qu significa esta frase o escena particular? esrespondida ante todo considerando las palabras como partes del Apocalipsis ms quecomo signos en referencia a acontecimientos externos al texto. El lenguaje puede serreferencial, pero su referencia hace alusin primero al mundo simblico y al gnero delApocalipsis.Por eso, un estudio que potencie el aspecto social y poltico debe encuadrarse enuna situacin espacio-temporal determinada, sea porque dio origen a la creacin dellibro, sea porque busca modificarla con su lectura. Por lo tanto, no carece deimportancia la discusin sobre cul haya sido el momento histrico preciso que o bienprovoc el nacimiento de esta ltima obra literaria del canon cristiano, o al menos lavio nacer[1]. El problema socio-poltico del libro del Apocalipsis, cualquiera que sea elnexo de unin con el texto mismo, vara sustancialmente segn la data que se le asigne.Ahora bien, las situaciones vividas en tiempo de los emperadores Claudio, Nern,Domiciano, Trajano fueron todas ellas sugeridas tradicionalmente como las quecorresponderan al perodo histrico en que fuera escrito el Apocalipsis[2]. Enconsecuencia, como afirma Yarbro Collins: El problema de la fecha del Apocalipsis ofrece un caso interesantede estudio acerca de cmo el simbolismo apocalptico se relaciona conla realidad social. Las fechas que tradicionalmente fueron sugeridas son las siguientes: Epifanio, contemporneo de Jernimo, es el nico escritor que menciona la pocadel emperador Claudio (a. 41-54). Este perodo se puede calificar polticamente comoaos de una tranquila administracin, teniendo presente que sucede a la poca 3. demencial de Calgula. Claudio tuvo como tarea principal, despus de su dramticoacceso al trono, el volver a conquistar la confianza del senado y del ejrcito en elemperador, llamando a colaborar armnicamente a todas las fuerzas del estado.Otras fuentes, aunque no tan claramente, postulan la fecha del emperador Nern(a. 54-68), como dice Charles:No es difcil entender la asignacin del destierro de Juan al reinadode Nern en el ttulo que aparece tanto en las versiones Siracas delApocalipsis como en Teophylacto [ca. 1107].La poltica de los primeros aos del gobierno de Nern hizo esperar a losambientes senatoriales la recuperacin de una mayor influencia en la gestin del estado.Sin embargo, la posicin personal del emperador, una vez reforzada, hizo que susactitudes autoritarias cambiaran profundamente el clima de la corte. Gran repercusintuvo el incendio de Roma del ao 64, cuya culpabilidad el emperador hizo recaer sobreun ncleo de inmigrantes, prevalentemente hebreos entre quienes se difunda la nuevareligin cristiana. El estado romano sufra continuas amenazas externas por parte de lospartos y de los armenios en la parte oriental del imperio. Nern fue proclamadoenemigo pblico por el senado, que contaba con el apoyo del gobernador Galba, yprefiri suicidarse antes que ser tomado prisionero. Su muerte fue legendaria.No obstante, las tradiciones ms antiguas han sostenido el perodo de Domiciano(a. 81-96) como el tiempo en el cual se escribi el Apocalipsis [3]. La subida al trono deeste emperador comport un cambio repentino en su relacin con el senado, el cualmostr su disconformidad ante las actitudes absolutistas del nuevo emperador. A su vezste se procur un apoyo seguro en el ejrcito mediante donaciones y aumento delsalario tanto para los legionarios como para las tropas. El enfrentamiento del senadocon el emperador fue total cuando ste quiso que apareciese junto a su ttulo oficial ladenominacin de dominus et deus noster. Los historiadores e intelectuales (p.e.Plinio el Joven, Tcito y Suetonio) dejaron un juicio bastante duro sobre elemperador, quien, por su parte, no dud en atacarlos directamente. Los xitosparciales en la poltica exterior no lograron superar la grave crisis interna causada por lacreciente oposicin del senado.No han faltado testimonios de la tradicin, aunque muy tardos, que han postuladoel perodo de Trajano (a. 98-117) para la composicin del Apocalipsis. Al emperadorNerva lo sucede Trajano en un clima de mxima calma. ste fue el primer emperadorde origen no itlico. La aristocracia provincial haba entrado a formar parte de la clasedirigente del imperio con plenos derechos. Trajano aument a ms de un tercio elnmero de representantes provinciales en el senado. Con l el imperio alcanz sumxima extensin territorial. El senado confiri a Trajano el ttulo de optimus princeps,por el equilibrio desempeado en la gestin del poder y por la capacidad de comandoreconocida por los ambientes intelectuales del tiempo.De todas estas fechas cul corresponde al Apocalipsis de Juan[4]? Lasexplicaciones son diversas y deben ser tomadas en consideracin.Algunos autores modernos, reconociendo el lenguaje simblico del libro y laimportancia que reviste el momento histrico que lo origin, prefieren centrarse en larelacin del mensaje teolgico con el aspecto social y poltico, y en su aplicacinuniversal para la iglesia de todos los tiempos. Estos autores consideran una situacin concreta de crisis como punto de partidade la relacin existente entre una situacin histrica y el proceso de simbolizacin. 4. Nickelsburg, comentando la obra de Martin Hengel Judentum und Hellenismus, anotados observaciones acerca de las posibles causas de la literatura apocalptica de los dossiglos anteriores a nuestra era cristiana:Primero, en la visin de Hengel, la cosmovisin apocalptica es una respuesta ala experiencia de vida durante la aguda crisis que muchos judos percibieron comouna amenaza a la existencia del judasmo y que, espordicamente, les permitacaminar a salvo. Esta crisis fue precipitada por la invasin de Jerusaln por el esprituhelenista. [...] En segundo lugar, segn Hengel, el fenmeno apocalptico estuvofuertemente influenciado por el pensamiento helenista. Haciendo esta afirmacin,considera la influencia de los factores socio-culturales en este segmento de la historiade las ideas. En consecuencia, diversos factores de la realidad provocaron, en la fe vivida porla comunidad creyente, una situacin de crisis tal que dieron motivo a la literaturaapocalptica. O como dice Adela Yarbro Collins:A la literatura apocalptica se la define frecuentemente como unaliteratura evocada por una crisis.Pero esta definicin acerca de la finalidad de los apocalipsis, aunque coincide conalgunos de ellos, no se adecua a todos [5]. No obstante, es un aspecto que sigue siendovlido para el Apocalipsis de Juan. As, surgido el libro en una situacin de crisisparticular, habra sido sta slo la ocasin para elaborar un escrito teolgico-profticoque la trascendiera y, por lo tanto, un mensaje no agotable en esa situacin histricadeterminada[6]. En conclusin, la relacin tpica, crisis o no crisis, es el pasaje que severifica desde una situacin histrica particular a un proceso de simbolizacin general.Despus de estas premisas nos proponemos ofrecer: primero, un anlisis crticode algunas obras recientes representativas del estudio socio-poltico del Apocalipsis quenos permitan ver en panormica la discusin actual del problema que nos interesa;segundo, considerar la fecha de composicin del libro para poder entender mejor sumensaje ubicndolo temporalmente; tercero, buscarle una clasificacin literaria que nosayude a comprender ms cabalmente la verdad contenida; cuarto, expondremos unaclave exegtico-hermenutica que permita una correcta visin de la obra; quinto, unaapreciacin sobre un tema emergente: la as llamada situacin de crisis que pareceestar latente en el trasfondo de nuestra obra; para finalizar con una valoracin crtica delo expuesto, al tiempo que explicitaremos nuestra opcin de trabajo.Interpretaciones recientesNos abocamos ahora al anlisis de los autores recientes que han hecho de lainterpretacin socio-poltica del libro del Apocalipsis el centro de su estudio, o almenos se han interesado en esta perspectiva relativamente nueva en los estudiosbblicos[7]. El criterio con el que los examinaremos seguir el orden cronolgico deaparicin ya sea de los artculos de revista como de los libros que hagan referencia anuestro tema. 1. David E. AuneDavid Aune se interesa directamente por el aspecto socio-poltico del Apocalipsisen diversos artculos. Las ideas ms relevantes para nuestro tema las exponemos acontinuacin. La comunidad cristiana primitiva piensa Aune no puede ser objeto de 5. una investigacin analtica primaria, dado el carcter emprico de la investigacinsociolgica. Slo puede ser objeto de la investigacin sociolgica en cuanto que, a losdatos histricos y literarios de los primeros cristianos, se le pueden aplicar en unsegundo momento, modelos tericos formulados en base a estudios empricosmodernos. La importancia fundamental de la aplicacin en un segundo momento deestos modelos tericos es que hace aflorar un sentido que en s estara como latente enel texto, desentraando su historia social; por eso afirma: La aplicacin secundaria de la teora sociolgica es primariamentede valor heurstico en la que permite a los estudiosos ver la correlacin,funciones y explicaciones que de otra manera no seran aparentes. La discusin acerca de la matriz social del Apocalipsis de Juan constituye, diceAune, un modesto intento de desenredar la historia social de este texto. Se proponeexplorar las dimensiones sociales de tres elementos interconectados que nos presenta elApocalipsis en los captulos 2 y 3. Como premisa conviene sealar que para este autor:las siete proclamaciones constituyen un gnero mixto creado por elautor. El gnero y estilo literario al que, las siete proclamacionespertenecen es la de los edictos reales e imperiales [praescriptiones,narrationes, dispositiones y sanctiones] mientras el modo es el deldiscurso de forma proftica llamado el orculo parentico de salvacin-juicio [ampliamente usado por los profetas cristianos primitivos]. Primero trata la autopresentacin literaria del autor, indicando el hecho de queJuan dirige una extensa carta apocalptica, no a un individuo, sino a siete comunidadescristianas del Asia Menor, lo que implicara que el autor asume una posicin superior ala de sus destinatarios. Luego de estudiar las formas, explcitas e implcitas, en que Juanse presenta, Aune afirma en sntesis: La autopresentacin de Juan en el Apocalipsis est cuidadosa ycalculadamente construida para legitimar oblicuamente su papelproftico haciendo llamamientos indirectos y enfatizando esos valores,normas y comportamientos que comparten l y los cristianos del AsiaMenor occidental y asegurando la aceptacin absoluta e incondicional dela autoridad divina del mensaje apocalptico. En segundo lugar se detiene a analizar la concepcin que posee el autor sobre lanaturaleza y el carcter de las comunidades cristianas a las cuales se dirige. La forma degobierno reflejada en el Apocalipsis desentona con respecto a la historia social delcristianismo primitivo en el Asia Menor. El autor del Apocalipsis nunca hace mencinde los dirigentes de la comunidad tales como obispos, presbteros o diconos. La teorams convincente para Aune es la de que Juan intencionadamente ignor en su obra aestos dirigentes locales de la comunidad, ya que su papel como mediador de larevelacin divina trascenda los intereses de una comunidad local y porque, a su vez, elmensaje iba dirigido a la comunidad en su conjunto y no slo a sus jefes. Concluyediciendo: Juan revela muy poco acerca de la forma de gobierno de lascomunidades locales a las que se dirige. Mientras que esto puede serparcialmente inadvertido, aparece primeramente como el resultado delnfasis querido por Juan sobre el carcter supra-local de los santos, 6. apstoles y profetas. Como un profeta, su intervencin en los asuntoslocales de cada una de las siete iglesias deba ser visto, no como unintento de entromisin o de hacer sentir su peso, sino ms bien como unfidedigno mediador de la revelacin divina con veracidad y fidelidad.En tercer lugar nuestro autor trata acerca del carcter de las relaciones einterrelaciones entre el autor del libro y sus lectores. Una vez que Juan logr unaposicin personal de respeto y confiri a su escrito autoridad divina, se puede presentarcomo el heredero de las tradiciones apocalpticas judas y greco-romanas. De este modose hace defensor de dichas tradiciones resistiendo pasivamente contra los valoresreligiosos y culturales, las normas y los comportamientos predominantes en elhelenismo romano. La resistencia es motivada por una visin seductora del triunfocsmico de Dios sobre el Imperio Romano y sus aliados satnicos en el mundoespiritual. Aune sintetiza su posicin afirmando: El profeta Juan, como Jezabel su oponente nicolata, pertenece auna asociacin de profetas encontrados en muchas sino en todas lascomunidades a las que se dirige el Apocalipsis. Muchas de estascomunidades estaban dominadas por un partido centralista que niadoptaba el tipo de acomodamiento cultural y religioso defendido por losprofetas nicolatas, ni el tipo de comportamiento no conformista estrictodefendido por el profeta Juan. El Apocalipsis constituye un punto final,una declaracin culminante de valores, normas y comportamientos,defendidos por Juan por el cual el autor busca aceptacin por parte desus lectores sobre la mediacin de su revelacin divina. En estarevelacin se ataca la posicin de los oponentes de Juan y se promulgauna declaracin definitiva de su visin apocalptica sobre la derrota finalde Roma, de sus aliados satnicos, y de sus acomodacionistasculturales, bajo el nombre del Cristo Resucitado de la iglesia.Juan habra utilizado la forma de los edictos imperiales para comunicar losmensajes profticos del Rey de reyes y Seor de seores a sus sbditos: Juan emple conscientemente la forma de los edictos reales oimperiales como parte de su estrategia para enfatizar el hecho de queCristo es el verdadero rey en contraste con el emperador romano que esun clon e instrumento de Satans.Otra de las investigaciones de Aune, aunque esta vez en el Apocalipsis en suconjunto, es la de buscar el modelo que inspir a Juan en el desarrollo de la liturgiasimblica de la obra. Este autor propone dos premisas: 1) No habra habido ningunapromocin oficial de las persecuciones a los cristianos, ni a nivel general ni local,durante el reinado de Domiciano; 2) Los cristianos habran tenido experiencia depersecuciones espordicas, no porque se hubiesen negado a adorar al emperador, sinosimplemente por ser cristianos. Aune piensa que, aunque hay un reconocimientogeneralizado de que el Apocalipsis est atravesado por el esquema de hechos csmicosy escatolgicos con la anttesis de Satans y Csar contra Dios y el Cordero, la agudezairnica y la habilidad literaria de Juan no habran sido siempre suficientementereconocidas. Su tesis es:de que la descripcin de Juan sobre el ceremonial celestialpracticado en el lugar del trono de Dios posee una semejanza muy 7. grande con el ceremonial de la corte y del culto imperial en el que esteltimo puede ser slo una parodia del primero.Sin embargo, reconociendo las dificultades para demostrar esta tesis, el autorpiensa que es mucho ms difcil de probar la tesis que pretende ver en la liturgiacelestial del Apocalipsis una proyeccin de la liturgia de la iglesia cristiana en la tierra.He aqu un elenco de las dificultades encontradas por Aune: 1) La naturalezafragmentaria de nuestros conocimientos sobre el ceremonial de la corte imperial. 2) Ladificultad basada en el hecho de que Juan no parece haber tenido que respondernecesariamente a la realidad angustiante que estara padeciendo. 3) Cmo un residenteprovinciano del mediterrneo oriental habra podido conocer suficientemente elceremonial de la corte imperial como para usarlo de modelo?.No obstante estos lmites Aune se ve inclinado a pensar que: 1) El emperadorromano no estaba permanentemente anclado en la ciudad de Roma, sino que solavisitar otras ciudades de la pennsula itlica y de provincias fuera de la misma, si biennuestro conocimiento acerca de sus viajes es limitado en ese perodo temprano. Por eso,todo ciudadano poda conocer el ceremonial, especialmente la gente de la clase alta,con motivo de alguna visita del emperador (adventus). 2) La tarea principal delemperador era dispensar justicia a las peticiones escritas y ledas, presenciando losjuicios orales y recibiendo embajadas de las ciudades del imperio. Se puede concluir,por tanto, que muchas personas tenan un contacto inmediato con el ceremonial de lacorte. 3) Imgenes populares de la corte imperial y del protocolo requerido circulabanen literaturas tales como las que contenan actas de los mrtires paganos (ActaAlexandrinorum). 4) La ideologa de la monarqua romana divina fue expresada tantoen panegricos griegos como latinos y en los trabajos de retrica de los SofistasSegundos. Estas composiciones estaban destinadas a menudo a la diversin de lasmasas, siendo as un efectivo medio de comunicacin de las nociones bsicas sobre lacorte imperial. 5) El arte romano y las monedas eran vehculos para la propagandaimperial, y pueden ser usadas para saber cundo y dnde ciertas imgenes particulareseran populares. A travs de todos estos medios un residente provinciano habra podidoconocer el funcionamiento de la corte imperial. La finalidad expresada por Aune en elartculo que trata especficamente este problema es:no intento rechazar la teora litrgica reflejada directamente, sinoms bien intento remplazarla con una hiptesis que yo creo msprobable.Por consiguiente, para David Aune, a travs del texto del Apocalipsis no podemostener un acceso inmediato a la realidad histrica de la primitiva comunidad y suentorno, ya que la misma no puede ser objeto de un mtodo emprico. No obstante, nospodemos acercar a ella a travs de una correcta interpretacin del lenguaje simblico degran agudeza irnica con el que esta realidad nos ha sido transmitida, utilizandomodelos tericos que se hayan podido verificar experimentalmente.Aune da un valioso aporte a la comprensin sociolgica del Apocalipsis. Vemoscomo problema la aplicacin de los modelos teorticos modernos a una realidad tanlejana. Se puede aceptar una explicacin sociolgica satisfactoria de la realidad vividapor las comunidades cristianas primitivas?. Por otra parte, podr ser determinante unainterpretacin del Apocalipsis recurriendo a la inspiracin del mundo romano paganodado el rechazo que respecto del mismo muestra el autor en su obra?. 8. 2. Elisabeth Schssler Fiorenza Dentro de la abundante bibliografa de Schssler Fiorenza utilizamos aquella enque directamente se ocupa de la problemtica socio-poltica del Apocalipsis. Idea claveque surge del anlisis de estas obras es la aplicacin que hace esta autora, del anlisisretrico para interpretar el Apocalipsis. Tal anlisis le permite ver, entre otras cosas,cmo en el acto de interpretar uno no slo comprende textos y smbolos(hermenutica), sino que tambin produce nuevos significados al entrar en contacto conellos[8]. La crtica retrica considera que el contexto es tan importante como el textomismo. Lo que se ve depende del desde dnde uno est mirando. La ubicacin socialo el contexto retrico es decisivo a la hora de interpretar un texto bblico: Yo busco utilizar el anlisis retrico no slo como una manera msde anlisis literario o estructural sino como un medio para analizar cmotextos e interpretaciones bblicos participan en crear o manteneroprimidos valores teo-ticos de liberacin y prcticas socio-polticas.La autora muestra cmo el universo simblico, entendido como trabajo poticoy trabajo retrico, fue en el libro del Apocalipsis una respuesta apropiada a lasituacin socio-histrico-poltica que debieron afrontar los cristianos del Asia Menor.Juan, aunque no pudo cambiar la brutal realidad de su mundo, habra contribuido acontrolar sus efectos destructivos llevando a su auditorio a realizar un viaje dramtico-catrtico. Para ella el mensaje fundamental del libro posee una finalidad teraputica. Yaade que una adecuada interpretacin del texto debe mostrar por qu el universosimblico del Apocalipsis es una respuesta justa a su situacin histrico-retrcia, yaque la retrica como discurso es inseparable de las realidades socio-polticas que laproducen: Ha quedado claro ahora que yo entiendo lo simblico no slo comolingstico-semntico sino siempre tambin como social comunicativo.Ellos necesitan ser analizados como textos tanto como subtextos en lascondiciones de su mundo histrico-social: como el subtexto en tantoque la historia no nos es accesible excepto en las reconstruccionestextuales aunque la historia en s misma no sea un texto. En otraspalabras, nunca podemos leer un texto sin explcitamente reconstruir susubtexto histrico en el proceso de leer hacia afuera.Interpretando el Apocalipsis, dice Schssler Fiorenza, como un trabajo retricodebemos, no obstante, prestar primeramente atencin a las posiciones estratgicas y alas relaciones textuales de los smbolos y de las imgenes dentro de las cuales sedesarrolla todo el movimiento dramtico de la obra. En segundo lugar, debemos prestaratencin a las explcitas huellas retricas que permitan sintonizar con la comprensinde su auditorio, con su modo de captar, de sentir emociones y de identificarse, en unamanera tal como para ser persuadido y movido a realizar las acciones deseadas. La autora cita la carta de Plinio el Joven[9] (a. 111-113) al emperador Trajano (a.98-117) para ilustrar la situacin con que se deban enfrentar los cristianos:Plinio declara aqu con todas sus palabras lo que el Apocalipsis noscuenta en imgenes y smbolos, especialmente en el cap. 13. Incluso elApocalipsis agrega otro aspecto, cuando acenta que a aquellos que notengan la marca de la bestia no se les permite comprar o vender. No sloamenaza con la vida, el encarcelamiento, y la ejecucin sino tambin 9. con la privacin econmica y la indigencia las que sern padecidas poraquellos que rechazan tener la marca de la bestia, p.e., ser identificadoscomo sus seguidores. [...] su significacin econmica es total. Por lo tanto, tambin segn ella, el lenguaje simblico del Apocalipsis nospermite llegar a captar la situacin real con la cual deba enfrentarse la comunidadcristiana primitiva. La situacin de crisis que pona a prueba su fe habra que buscarlaen las siguientes causas:Bajo los Flavios, especialmente Domiciano (81-96), el culto imperialestuvo fuertemente promovido en las provincias romanas. Domicianoexiga que la poblacin lo aclamara como Seor y Dios y participe ensu seguimiento. [...] Esta experiencia de acoso, persecucin, y hostilidaddesafi la fe de los cristianos en Cristo como Seor. Su experiencia dehambre, caresta, pestilencia y guerra minaron sus creencias en lacreacin buena de Dios y en la providencia. [...] La situacin poltica seagrav y la necesidad de tomar una decisin ms marcada porque loscristianos judos como Juan podran cada vez menos alegar para elloslos privilegios polticos de los judos. Los judos tenan el privilegio depracticar su religin en cualquier parte del imperio y estaban exentos delservicio militar y del culto imperial. [...] No slo entre los judos sinotambin entre los cristianos se defendi una tendencia a la adaptacin yconformidad con los poderes polticos. [...] Es probable que los tresnombres cifrados Nicolatas, Balaam y Jezabel caractericen al mismogrupo de profetas cristianos que permitan comer carnes sacrificadas alos dolos y aceptaban compromisos con el culto al emperador. [...] Estaposicin proftica alternativa de esta manera propuso un compromisoteolgico que permiti a los ciudadanos cristianos participar activamenteen la vida comercial, poltica y social de sus ciudades. Ellosprobablemente justificaron su postura en referencia a Pablo (Rom 13,1-7). [...] Esta respuesta teolgica diferente de Juan estaba enraizada enuna experiencia socio-poltica diferente. l mismo parece haberexperimentado el sufrimiento y el exilio, mientras que las doscomunidades (Esmirna y Filadelfia) que merecen alabanzas de Cristo yno reciben censura son obviamente pobres y carentes de poder. [...]Empleando smbolos clticos tradicionales judos, Juan busca no sloalejar a su auditorio de los misterios paganos y del culto imperial, sinotambin proyectar una estabilidad esencial, coherencia colectiva, yfelicidad eterna, en orden a sobreponerse a su experiencia de alienacin. Schssler Fiorenza concluye afirmando, con palabras de Burke: la estructura mtica o ritual que sigue la forma de un viaje catrticolleva a su auditorio desde la alienacin a travs de la purificacin hacia laredencin.De este modo, la comunidad que escucha esta visin identifica su dramaexistencial con este universo simblico. Aunque las palabras del autor del Apocalipsisno modifiquen la brutal realidad socio-poltica y las tensiones religiosas con que sedeben enfrentar, al menos ayudan a controlar sus efectos destructivos: 10. Al embarcar el Apocalipsis a su auditorio en un viaje dramtico-catrtico, Juan busca motivarlos para que controlen sus miedos ymantengan su visin. La situacin existencial de los cristianos es la de haber sido liberados por elmisterio de la muerte y resurreccin de Jesucristo y, por lo tanto, son los representantesy agentes del poder e imperio de Dios sobre la tierra. Sin embargo, los cristianos delAsia Menor se encuentran comprometidos en una lucha con Babilonia/Roma, cuyospoderes destructivos y opresores proceden directamente de Satans. Los cristianos,como herederos del Reino de Dios en la tierra, se ven enfrentados a este imperiototalitario que destruye el mundo y a sus aliados. Algunos ya han sufrido en propiacarne esos efectos destructivos. As surge la pregunta retrica clave del libro: Hastacundo, oh Soberano?, hacindose eco del antiguo y siempre actual grito de quienessufren injusticia y opresin (6,9-11; 15,4; 18,20). La situacin de los cristianos dentrodel imperio genera el problema retrico del Apocalipsis como una cuestin de poder yde justicia[10]. Por eso, el problema teolgico fundamental se puede formular as: Aquin pertenece la tierra? Quin es el gobernante del mundo?. Al respecto SchsslerFiorenza afirma: El smbolo teolgico central del libro es entonces el trono, quesignifica tanto el poder divino y liberador como el demonaco y pacto conla muerte. [...] Tomando el punto de vista de aquellos que son pobres ytienen escaso poder, el Apocalipsis proyecta su visin alternativa delmundo y del universo simblico en un lenguaje socio-econmico y enimgenes poltico-mitolgica. [...] el autor del Apocalipsis pinta a Cristoen trminos polticos como el Rey de reyes (19,16) y el corderopoderoso que es el nico digno de ejercer el seoro. La cosmovisin poltico-mitolgica del Apocalipsis no busca espiritualizar laopresin humana, sino, todo lo contrario, intenta desenmascararla y condenarla comoopuesta a la voluntad divina. Es importante reconocer que la visin dualista del mundoque presenta el libro est enraizada en una situacin poltica y socio-econmica deopresin.Este modo de interpretar el Apocalipsis busca recrear el primer significado dellibro y su contextualizacin socio-histrica, pero no para repetirlo en la situacinactual, sino para ofrecer unas guas que ayuden a comprender la interaccin entrenuestra propia lectura del Apocalipsis y la ubicacin socio-poltica y religiosa que daforma a tal lectura. El anlisis retrico no busca slo captar y reconstruir la interaccincomunicativa entre el texto y sus contextos socio-culturales; sino que tambin prestaatencin a la situacin retrica que provoca la interaccin discursiva entre el autor deltexto y su auditorio. En otras palabras, es un intento de armonizar exgesis (significadodel libro en su contexto socio-histrico) y hermenutica (lo que el libro dice al lectormoderno). Esta autora propone la siguiente distincin:En orden a entender el texto del Apocalipsis y posterior lectura delmismo como prcticas retricas socialmente situadas, uno tiene quedistinguir entre la situacin retrica textual (p.e., los modos como el textointerpreta los problemas y los asuntos que tiene a mano) y la situacinhistrico-retrica actual de un argumento, por lo tanto, no puedeproceder sobre la base nica del propio texto sino que debe utilizar todaslas fuentes disponibles. 11. Si la situacin retrica produce una apropiada respuesta a la crisis vivida, una vezpasada sta, tambin desaparece esa propuesta proftico-apocalptica. Pero toda vez quese repita una situacin poltico-socio-religiosa dramtica, generadora de opresin ypersecuciones, el Apocalipsis vuelve a proponerse como respuesta adecuada con todossus efectos catrticos originales: Slo donde exista una situacin retrica similar a la que se dirige elApocalipsis puede la cosmovisin del Apocalipsis ser entendida comouna respuesta teo-tica adecuada. Donde quiera que tal situacin cesa,el poder retrico de la visin de Juan no genera resistencia sino msbien evoca resentimiento o proyecta el mal sobre los dems. Dondequiera que exista una situacin retrica totalmente diferente, el libro dejade provocar una respuesta adecuada.En sntesis, el anlisis que realiza Elisabeth Schssler Fiorenza considera el textodel Apocalipsis en estrecha unin con la situacin real que viva la comunidad cristiana.La lectura del drama all narrado le permite identificar el mundo simblico con lasituacin existencial que estaba poniendo a prueba su fe. De este modo, Juan ayuda acontrolar los efectos destructivos sobre la Iglesia. El mensaje del Apocalipsis fue unarespuesta adecuada para la primitiva comunidad y lo sigue siendo siempre que serepitan las mismas condiciones, pasadas las cuales el libro pierde su fuerza persuasiva.Con este mtodo Schssler Fiorenza logra revalorizar la situacin socio-polticapresupuesta en el texto del Apocalipsis (Sitz im Leben), como tambin la de los lectoresactuales, siempre y cuando se repitan unas determinadas condiciones de opresin. Pero,al mismo tiempo cabe preguntarse el mensaje del texto inspirado en cuanto tal no sever de este modo comprometido al subordinarlo a la realidad socio-poltica?. Acasono tendremos que afirmar que el Apocalipsis propone no slo una respuesta adecuada auna realidad ms o menos adversa, sino que, si es que se da el caso, puede evitarlatransmitiendo un mensaje siempre nuevo como Palabra de Dios que l contiene?. 3. Pierre PrigentCon este autor cambiamos de escuela exegtica. Dejamos la que tiene suepicentro en los EEUU, para pasar a la francesa. Son varios los escritos que tienen quever de forma particular para nuestro tema.He aqu las ideas ms salientes de este autor en referencia al tema que nos aboca.Prigent piensa, p.e., que el mensaje del Apocalipsis no se puede reducir a la afirmacinde un eterno presente, es decir, siempre igualmente vlido. Juan est particularmentepreocupado por hacer llegar las implicaciones de su mensaje a la vida concreta y actualde los cristianos a los cuales se dirige. El libro est lleno de notas relativas a latemporalidad y a la cronologa misma[11]. No hay que dejarse impresionar por lasimgenes y los artificios tradicionales del Apocalipsis que podran hacer creer que todoeste discurso es relativo al futuro. Se trata de un mensaje proftico ms queapocalptico, que muestra las consecuencias prcticas de la gran afirmacin cristianasobre la venida de los ltimos tiempos. Vivir en el esjaton conlleva exigenciasparticulares, que l colma de promesas tan cercanas cuanto maravillosas[12]. El teln de fondo del libro es analizado por Prigent al tratar de la situacin de loscristianos en Asia Menor bajo el reinado de Domiciano. El autor afirma que no sepuede hablar de persecuciones sistemticas y regulares (en sentido legal) 12. desencadenadas contra ellos por decisin imperial. Algunas persecuciones habrantenido la caracterstica de dirigirse a individuos particulares [13]. Posiblemente se debieraen algunos casos al rechazo de participar en el culto imperial. Esto quiere decir que losproblemas de tipo socio-poltico de algunos cristianos contra el estado habran sidovividos en el primer siglo como problemas religiosos [14]. Dado que la paz que ofreca elimperio era fruto de la autoridad sobrenatural que se encarnaba en la persona delemperador, quienes contestaban esta manera de concebir la realidad eran tenidos comofavorecedores del caos social.Por lo tanto, Prigent describe as la relacin entre ambiente histrico-poltico y elApocalipsis:En un tiempo cuando la persecucin no era ni general, nicontinuada, ni siquiera legal, la apocalptica parece proyectar sobre elmundo que la rodea una mirada singularmente perspicaz. Inspirada porun genio propiamente proftico, comprendi que lo que pueden parecerdificultades ocasionales y pasajeras, son solamente los signosciertamente relevantes de la incompatibilidad fundamental que existeentre la fe cristiana y el imperio romano. [...] el imperio romano debaparecerle a los contemporneos como el mundo romano o simplementecomo la civilizacin misma. Uno comprende entonces que, invadido porla conviccin de que son dos universos inconciliables, el autor delApocalipsis se expres en una lengua con acentos tan dramticos comointransigentes. En sntesis, Pierre Prigent afirma que la obra de Juan provoc un impactoparticular nico en la comunidad primitiva y que ese mismo efecto no se volver arepetir, aunque el carcter proftico del escrito prolongar su validez en el tiemposucesivo. La obra habra revelado a los creyentes la incompatibilidad radical entre la fecristiana y el estado de derecho imperial que se impona socialmente bajo formasreligiosas. Sin embargo, se puede reconocer la continua validez del escrito, comosostiene Prigent, sin afirmar al mismo tiempo que el autor del Apocalipsis no habratenido la explcita intencin de elaborar un mensaje simblico que ya trascenda lamisma situacin histrica del siglo primero?. Cmo no pensar que el drama que elautor est relatando, de las fuerzas malignas contrapuestas a la implantacin del reinode Dios, es tan grande que no se explica con causas debidas nicamente a los hombresque vivieron en un determinado perodo histrico?. 4. John G. GagerLa historiografa del cristianismo primitivo ha ido incorporando de maneracreciente el intento por reconstruir su historia social. Pagando el tributo que conlleva elser una disciplina acadmica nueva, an bajo el trmino de historia social, convergenen ella realidades no del todo bien armonizadas. Tal es el caso, por ejemplo, de losconceptos social y sociologa. Gager propone una definicin bsica para estosconceptos. As, social debera designar normalmente a la sociedad o al orden social.Pero, al describir un aspecto particular de nuestra experiencia colectiva, no indica cmointerpretamos lo que hemos descubierto en la esfera de lo social. Por otra parte eltrmino sociologa seala claramente la direccin de una disciplina acadmicaespecfica y, de esta manera, nos introduce de lleno en teoras explicativas y enhiptesis que caracterizan esta materia. Intentando ser claro agrega nuestro autor: 13. todo acercamiento sociolgico del cristianismo primitivo debeapuntar a la explicaciones de los hechos sociales, mientras que unahistoria social no necesita ms que una descripcin de los datos socialesms relevantes. Los dos acercamientos no son ciertamente antitticos;ciertamente, todo anlisis sociolgico debe construirse sobre losfundamentos de los historiadores sociales. Pero no son ambos idnticos.Cada una de estas actividades son necesarias y distintas.John G. Gager no ha escrito mucho sobre el Apocalipsis. Sin embargo, con suobra Kingdom and Community: The Social World of Early Christianity, EnglewoodCliffs 1975, ha abierto una nueva brecha en el anlisis sociolgico de la iglesiaprimitiva[15]. Gager entiende el Apocalipsis en s como: un producto de la creatividad literaria irreductiblemente mitolgico yslidamente estructurado.Su opinin es la de considerar el libro del Apocalipsis una expresin de lamitologa apocalptica como forma de anticipar el final de la historia. Interpreta la obraapocalptica como una respuesta a la opresin, ms especficamente a la persecuciny al martirio y, al mismo tiempo, como una obra destinada a consolar a sus lectoresy oyentes. Uno puede llegar a la obra con dos actitudes, por un lado, una que laconsidera como un enigma literario formado por un collage de dichos profticosveterotestamentarios y, por otro lado, otra que intenta descifrar su cdigo poltico ehistrico. Los presupuestos con los que se acerca al texto son: la importancia de laestructura global del libro por encima de los smbolos individuales, y la funcinindispensable del mito para entender el mtodo y el mensaje del autor. La situacin depersecucin y martirio llev al autor a escribir un mensaje de consuelo:yo asigno tanto a la estructura como al mito un papel especfico enrelacin a la situacin concreta (persecucin y martirio) y al propsito(consuelo) del libro en su conjunto. Cualquiera sea la fecha y el lugar, elescrito ineludiblemente presupone una situacin en la cual los creyenteshan experimentado sufrimientos y muerte a manos de Roma. Esta es lacrisis en la cual Juan ofrece su singular mensaje de consuelo consuelono simplemente como la promesa de un destino feliz para los mrtires enun futuro cercano sino a travs de la actuacin mitolgica de tal futuro enel presente. En una palabra, a travs de la supresin del tiempo.Para Gager el Apocalipsis es una especie de terapia, como la tcnica delpsicoanlisis, cuyo ltimo propsito es trascender el tiempo que separa el presente realdel futuro mtico[16]. La funcin bsica del mito sera la de resolver la tensincontradictoria entre la esperanza y la realidad, entre lo que debera ser y lo que enrealidad es. Por eso, la ocasin que llev al visionario a escribir fue la persecucin porparte de los enemigos de la Iglesia. Pero, como dice l mismo: la crisis real se funda sobre las tensiones intolerables eirreconciliables creadas por la persecucin.Lamentablemente, de forma contraria a lo que sucede con el psicoanlisis, lamanipulacin de los smbolos, a travs del mito, no produce ningn cambio en larealidad existencial de los cristianos. La realidad contina tal cual es. El mundo de las 14. realidades sociales y polticas es demasiado real para que sea eficazmente vlida laalternativa del mundo simblico del mito.Siguiendo el anlisis estructural sobre el mito de Claude Lvi-Strauss, Gagerdivide el Apocalipsis en bloques de textos que son luego organizados en dos categorascontrapuestas: smbolos de opresin y desesperacin (bestias, plagas, Babilonia,Satans, etc.; Ap 6,1-17; 8,5-9,21; 11,2-14; 12,1-17; 13,1-18; 14,815,1; 16,1-20; 17,118,24; 19,1720,15), y smbolos de esperanza y victoria (Cordero, ancianos, libro de lavida, Nueva Jerusaln, etc.; Ap 4,15,14; 7,18,4; 10,111,1; 11,15-19; 14,1-7; 15,2-8;19,1-16; 21,122,5). No se puede hacer compromisos con actitudes que intentanreconciliar categoras tan contrastantes en la vida de los cristianos, porque: Por una parte exista la creencia de que, como cristianos, ellos eranel pueblo de Dios elegido, protegido por l y seguros de la vida eterna ensu reino. Por otra parte exista la insoportable experiencia delsufrimiento, caresta y muerte a manos de aquellos que msdespreciaban.La divisin ofrecida por Gager para explicar la estructura del libro no convence,ya que claramente omite la visin inaugural y las siete cartas [17]. No slo esto, sino queadems, situando la obra dentro de los movimientos milenaristas, no reconoce que elautor haya querido dar una vigencia permanente a su escrito, antes bien mirara slo aun futuro inmediato[18]. Cabra preguntarse si la finalidad principal de Juan fue la dehacer posible una experiencia de felicidad milenarista para afrontar la realidad, o msbien, experimentar el futuro de la historia como presente. En consecuencia, lo quesegn este autor podemos aprender del libro mismo es nicamente la profundidad y laintensidad de la reaccin de los cristianos ante la persecucin.En sntesis nos parece que John Gager, si bien revaloriza la obra en su conjunto yel lenguaje simblico-mitolgico en particular, queda como atrapado dentro de ste.Con su manera de interpretar el Apocalipsis hace que la realidad histrico-polticaderive absolutamente del mito. Adems, esta interpretacin se debilita ya que no sepresenta como englobante de todo el libro, pues como sealbamos excluye unabuena parte omitiendo la visin inaugural y las cartas a las siete iglesias del AsiaMenor. Si aceptsemos su opinin de que la obra del vidente es nicamente productode su creatividad literaria, no estaramos, al mismo tiempo, desconociendo las racesprofundas de dicha obra en la vida de la Iglesia que viva en la provincia romana delAsia Menor?. Reduciendo el mensaje del libro al solo efecto de brindar consuelo antelas persecuciones, no quedara sensiblemente empobrecida la polivalencia misma delsmbolo, y mucho ms an, de un texto inspirado? No quedara igualmente oscurecidala fuerza proftica del Apocalipsis para la vida futura de la Iglesia?. 5. Adela Yarbro Collins Sensible al problema socio-poltico del Apocalipsis, Yarbro Collins aborda el temaen varias obras.Nuestra autora insiste en que la mayora de los estudiosos parece dar como unhecho adquirido que la ocasin motivadora de la redaccin del libro tuvo que ser unasituacin de crisis objetivamente intensa en la que el autor toma parte. Este punto devista de los estudiosos, en s muy elemental, debe ser cuestionado, ya sea porque en ellibro del Apocalipsis no se sostiene la tesis de que la literatura apocalptica sea una 15. literatura de crisis al menos en su forma ms simple[19], ya sea desde la perspectiva delos recientes estudios de psicologa. Como afirma la autora: Privacin relativa, no absoluta u objetiva, es una precondicincomn de los movimientos milenaristas. En otras palabras, el elementocrucial no es precisamente si uno est de hecho oprimido como el queuno se sienta oprimido.Es decir, que el factor originante de la literatura apocalptica sera ms bien lapercepcin por parte del creyente de una situacin lmite existencial. El sentirseoprimido, imposibilitado para vivir plenamente la vida de fe, sera ms determinanteque la misma situacin objetiva de opresin:La crisis social es un factor en el surgimiento de algunos apocalipsis, peroprobablemente no es siempre un factor significativo. Es importante darse cuenta delfactor ideolgico y propagandstico que parecen ser universales en los apocalipsis. Lossecretos son revelados en orden a presentar una interpretacin particular del tiempo ypara persuadir a los oyentes o lectores a pensar y vivir de una manera determinada[20].Yarbro Collins estructura todo el libro del Apocalipsis en dos grandes ciclos devisiones: 1,911,19 y 12,122,5. Cada uno de estos ciclos est compuesto por tresseries de siete elementos: 1) mensajes, sellos y trombas; 2) siete visiones nonumeradas, siete copas y otra serie de siete visiones no numeradas. A partir de lossiete sellos cada serie expresa el mensaje global del libro de una forma particular. Loselementos constantes del mensaje son: 1) persecucin, 2) castigo contra losperseguidores, y 3) salvacin. El primer gran ciclo de visiones introduce estoselementos con un propsito aparentemente velado y de una manera fragmentaria. Elsegundo ciclo mantiene el lenguaje mtico y simblico del primero, pero presenta elmensaje del libro gradualmente ms completo y de forma ms coherente. Enparticular, el segundo ciclo explicita ms el contexto histrico de las visiones:El primer ciclo deja claro que la persecucin es de mximaimportancia, pero es slo en el segundo ciclo que la identidad de losperseguidores se hace explcita, las autoridades romanas.Sin olvidar la premisa importante antes mencionada, la autora propone una seriede factores objetivos que habran favorecido la crisis vivida en la iglesia primitiva. Elprimero de los elementos que la autora destaca como integrante de la crisis originantedel libro del Apocalipsis, es el conflicto con los judos y con Jerusaln. Se aprecia unamarcada hostilidad contra los judos (2,9; 3,9) y contra la histrica ciudad de Jerusaln(11,8); pero al mismo tiempo, se constata una ambivalencia en estos elementos, pues elautor del Apocalipsis reivindica, tanto para s como para la comunidad de creyentes, elnombre de judos; y adems, la ciudad de Jerusaln es considerada escenario ysmbolo de la salvacin.El segundo elemento que habra provocado la situacin de crisis es el rechazo delmundo cultural greco-romano: Tal rechazo se puede inferir de los ataque del autor a los nicolatas y a losseguidores de Jezabel. Los nicolatas eran aparentemente activos en feso (2,6) yPrgamo (2,15). Los seguidores de Balaam y de Jezabel son mencionados en losmensajes a Prgamo y a Tiatira. 16. La crtica del autor del Apocalipsis se dirigira hacia aquellos que coman carnesacrificada a los dolos y practicaban la prostitucin. Lo primero debera interpretarseliteralmente; lo segundo, ms bien en sentido figurado. La prostitucin sera unamanera veterotestamentaria de denominar las prcticas idoltricas. Adems, piensaYarbro Collins que las asociaciones sociales y econmicas posean un aspecto cltico,basndose en 13,11-18 en donde se dice que la bestia permite realizar transaccionescomerciales slo a los que llevan su marca: Aqu la referencia a comprar o vender hace pensar en el marco,nombre y otras caractersticas del emperador que aparecan en lasmonedas romanas del tiempo. El cristiano se enfrentaba as con laalternativa de aceptar las pretensiones divinas imperiales usando susmonedas o virtualmente separarse y boicotearlo econmicamente.Un tercer elemento que habra contribuido a la situacin de crisis en lascomunidades cristianas del Asia Menor de finales del siglo I e inicios del II, sera lahostilidad contra Roma. La ruptura con la sinagoga y la hostilidad con el mundo greco-romano habra producido un efecto combinado que habra ubicado al autor delApocalipsis, culturalmente hablando, en la frontera de la sociedad: l estaba excluido o se haba excluido de los dos mayores gruposde la regin.Probablemente el autor del Apocalipsis prevea que la situacin de conflicto entreRoma y los cristianos se iba a intensificar. En parte, la hostilidad del autor contra Romase debe a su identificacin con los judos, ya que stos pasaron, de tener una relacinexcelente, a una situacin de agresin que se materializ en la destruccin del templomismo de Jerusaln. Yarbro Collins sostiene, incluso, que Ap 13,16-17 reflejara unprincipio teolgico comn al autor del Apocalipsis y al grupo de los zelotas: la crticaradical al estado romano[21]: Como 4Esdras, 2Baruc y los Orculos Sibilinos, el libro delApocalipsis se refiere a Roma con el nombre simblico de Babilonia.[...] Los motivos mayores que percibe el autor de amenaza romana sonla destruccin de Jerusaln en el 70 d.C., la masacre de los cristianospor Nern en el 64 d.C., y el peligro constante de los cristianos a lo largodel imperio de ser tratados en forma similar. A las razones antes mencionadas, dice Yarbro Collins, se puede aadir la muertede Antipas en Prgamo (2,3). Su muerte est estrechamente asociada con el trono deSatans; y, a la luz de los cap. 1213, hace referencia al poder romano. El cuarto y ltimo elemento que habra favorecido la crisis para el autor delApocalipsis, es el conflicto acerca de la riqueza. Conflicto entre ricos y pobres, queaparece particularmente alarmante en el ltimo tercio del siglo primero: Por un lado, nuevas oportunidades de crecimiento econmico sepresentaban al involucrarse Roma en el Este. Como resultado las litesprovinciales y los inmigrantes italianos prosperaron. Por otro lado, lastasas romanas eran pesadas y las cargas impositivas surgieronprincipalmente por el trabajo y la clase media. No obstante las ciudadesoccidentales del Asia Menor eran esplndidas durante este perodo, suesplendor fue creado y exista para unos pocos privilegiados. La gran 17. mayora de las personas en estas ciudades tenan entradas muymodestas y eran extremadamente pobres.Todos estos elementos, considerados en su conjunto, habran provocado unasituacin de crisis que sera la ocasin para que se escribiera el ltimo libro del canonbblico. En analoga con la tragedia griega, segn la autora, en el Apocalipsis entran enjuego las emociones de miedo y resentimiento. Estos mismos sentimientos habran sidoexperimentados por la iglesia como efecto de la situacin de crisis existencialmltiplemente originada. Segn nuestra autora: El trmino aristotlico catarsis es una metfora mdica. En susentido mdico se refiere a la eliminacin de la alienacin del sufrimientodel cuerpo y la vuelta del organismo a su estado normal.La finalidad del Apocalipsis sera la de provocar una catarsis entre sus oyentes olectores, desde el momento en que el miedo contra el poder romano se evoca o seintensifica[22]. La proyeccin del conflicto a un escenario csmico tiene una funcincatrtica, dado que clarifica y objetiva dicho conflicto. Asimismo, el resentimientocontra la riqueza y el poder romanos es evocado o intensificado especialmente en loscaptulos 17 y 18[23]. La destruccin csmica tiene su causa en los problemas sociales.Esta comprensin se expresa simblicamente de una forma ms clara en Ap 19,2cuando Dios juzga a la gran prostituta que con su fornicacin ha corrompido la tierra: la tierra est corrompida a causa del carcter censurable del ordensocial determinado por Roma.Incluso la estructura general del Apocalipsis tendra una funcin de catarsis, yaque cada una de las historias que se relatan en los septenarios son diferentes enimgenes y en los detalles usados, pero poseen la misma estructura, es decir, el mismomensaje. La estructura comn, como dijimos, sera: 1. persecucin de los fieles; 2.castigo del perseguidor, y 3. victoria de Dios y del Cordero y la salvacin para losfieles. Para que esta solucin narrativa de la crisis sea efectiva debe ser creble, por esose buscan estructuras mticas arcaicas: Aquellos lectores entendiendo la perspectiva del mito lo habranencontrado, dado que la estructura de los tres items es una adaptacinde la estructura de un mito arcaico sobre un combate csmico.En sntesis, Juan, captando la situacin de crisis originada por diversos factores,habra elaborado su obra. Las estructuras mticas que all se encuentran posibilitaran ala comunidad que escucha el mensaje teolgico del libro, a travs de un proceso decatarsis, una redimensin de su mundo angustiante y asfixiante. El Apocalipsis leofrece al cristiano, que percibe una situacin existencial lmite, el poder sobreponerse aella proyectndola en una cosmovisin mtica que le garantiza la victoria final. Adela Yarbro Collins reconstruye con mucha agudeza el Sitz im Leben de laprimitiva comunidad cristiana a finales del siglo primero en Asia Menor, sobre todo encuanto a la situacin subjetiva de opresin por la que estaran pasando los miembros dedicha comunidad. Sin embargo el proceso de simbolizacin elaborado por el autor delApocalipsis en la realidad del mensaje que quiere transmitir no abarcar algo ms queun mero proceso de mitologizacin, aunque utilice en la elaboracin del smbolomuchos elementos mticos? Con otras palabras el autor del Apocalipsis no habr 18. elaborado concientemente su mensaje simblico no slo con finalidades catrticas sinocon el propsito de trascender su propia realidad espacio-temporal?6. George W. E. NickelsburgNickelsburg se interesa por los aspectos sociales del movimiento apocalpticojudo palestinense. El presente autor elabora un sumario de los trabajos elaboradossobre dicho tema y menciona el escenario social que Hanson en su artculoApocalypticism intenta reconstruir[24]. Los movimientos apocalpticos antiguos dice tienen un escenario social comn, en el cual un grupo experimenta alienacin porla desintegracin de las estructuras que soportan la vida social y religiosa y los mitosque las sustentan. Las estructuras institucionales deben ser psicolgicamente destruidaso, en caso contrario, una comunidad se puede encontrar a s misma excluida de lasociedad dominante y de su universo simblico. El resultado conlleva caos, vacocultural y una tensin intolerable dentro de la comunidad privada de derechos. Losmovimientos apocalpticos juegan un papel esencial a la hora de construir una visindel mundo distinta: en un mundo que la gente percibe como el lugar de alienacin,opresin e injusticia, el visionario presenta evidencia de salvacintransmitiendo una revelacin acerca del futuro o los lugares lejanos delcosmos, donde la realidad y la promesa de salvacin yace escondida.Porque la revelacin es una parte ineludible de esta cosmovisin,debemos justificable y significativamente hablar de ella como de unacosmovisin apocalptica. Los movimientos apocalpticos agrega tienen diversos modos de expresar suoposicin. Primero, apartndose y formando una nueva sociedad basada en un universosimblico utpico; segundo, renunciando a constituirse en oposicin y yendo a unsubmundo donde puedan expresar su identidad en un subuniverso simblico; porltimo, pueden reaccionar con violencia, convertirse en una comunidad revolucionariay construir un universo simblico clandestino.Posteriormente, al referirse al estado de la discusin, seala que, a la hora deescribir una historia social del movimiento apocalptico, un primer paso ser reunirdatos acerca de la realidad social del tiempo. Otro elemento teortico importante loaportaron otras disciplinas con sus modelos de interpretacin; as, por ejemplo, seacentu el marco del movimiento apocalptico en tiempos de agitacin y confusinsocial, mientras que ha perdido valor el sentido de alienacin y de impotencia queimpregna la literatura de estos movimientos. Una palabra clave es sentido. Lo quecuenta no es la visin de un observador neutral sobre si las cosas estn bien o mal, sinola percepcin y la experiencia apocalptica de que el momento histrico es crtico. Sinesa percepcin y experiencia particulares no se produce una respuesta apocalptica. Estarespuesta puede asumir formas distintas: resistencia pasiva o militante a la persecucin o a la marginacin dela sociedad; un grupo que se comprende a s mismo como el elegido; laconstitucin de una comunidad ms o menos estructurada.Dos problemas metodolgicos se han revelado los ms serios: primero, el uso delas fuentes (histricas, arqueolgicas, literarias, epigrficas, etc.); segundo, el uso de los 19. modelos interpretativos en base a datos modernos que no siempre se adecuan arealidades tan distantes en el tiempo. Muchas son las cosas que a Nickelsburg le gustara conocer acerca de estaliteratura, pero no es posible a causa del estado de las fuentes. No obstante lo dicho, sonmuy sugerentes las preguntas que el mismo Nickelsburg se hace frente al textoapocalptico a fin de forjar el escenario social: A) Emplea el autor un lenguaje vago yestereotipado, o podemos definir especficamente el tipo de circunstancia poltica,econmica, cultural y religiosa que ha creado el sentido de alienacin, privacin opersecucin del autor? Habla el autor de persecucin poltica, o de opresineconmica? Los culpables son judos, o gentiles? Constituye un tema en s el temploo el sacerdocio o el calendario o algn otro principio especfico de la Ley? Podemosidentificar estas circunstancias, factores y cuestiones con hechos o situacioneshistricas conocidas? B) Cmo responde el autor a estas circunstancias? Quactitudes y comportamientos adopta? Recomienda esperar, maldecir a los enemigos,pacifismo, retirarse, participacin militante en el juicio, reunindose como unacomunidad? C) El grupo del autor es interpretado simplemente como el justo, opuestoal malvado, o piensa que es una comunidad elegida, escatolgica, el nico lugar desalvacin? En el ltimo caso, podemos precisar el fundamento y la dinmica que losha llevado a comprenderse a s mismos como una comunidad o una secta y la manerapeculiar en que esa comunidad es interpretada y organizada? Concluye afirmando: Es importante que integremos dentro de un todo: los factoressociales que condujeron a una respuesta apoclptica; la estructura depensamiento de tal respuesta; y la manera cmo la respuesta actu en lavida. Estos elementos tomados en conjunto constituyen un mundo en elcual los miembros de una comunidad apocalptica viven y actan deforma particular.En sntesis, para George Nickelsburg, aunque es plenamente consciente de loslmites metodolgicos en el empleo de las fuentes y de los modelos modernos aplicadosa los movimientos apocalpticos antiguos, la literatura apocalptica ofrece unaalternativa a la realidad existencialmente crtica de la comunidad de fe. Esta consiste enuna destruccin psicolgica de las estructuras institucionales opresivas, mediante ununiverso simblico que hace a la comunidad cristiana sentirse protagonista de lahistoria. Pero, en este sentido, no se estara convirtiendo a la comunidad en protagonistade una historia interpretada ideolgicamente, es decir, con una visinmetodolgicamente parcial de la verdad total de la realidad?. Considerando estapercepcin parcial de la realidad por parte de la comunidad cristiana no se revelarineficaz el aporte que la misma haga en la construccin de su sociedad? Pensamos quela mera destruccin psicolgica de las estructuras institucionales en los cristianosdifcilmente llevar a la transformacin de las mismas. 7. David L. BarrEl problema socio-poltico del Apocalipsis es tratado por David Barr en dos desus artculos. Barr considera como un elemento esencial a la hora de interpretar elApocalipsis el aspecto oral, es decir, es una obra escrita para ser leda y que sigue reglasmnemotcnicas para facilitar la retencin de sus contenidos. El contexto tendr que serlitrgico ya que difcilmente se pueda imaginar otra ocasin en la cual la comunidad se 20. encuentre reunida para dicha lectura[25]. Este elemento le permite a nuestro autorestructurar la obra de Juan en tres partes. Mediante la que da en llamar tcnica de losrollos, este autor individua tres versculos en los cuales se mencionan tres rollosdiferentes (1,11; 5,1 y 10,2) y que constituyen acciones diversas: 1. El rollo de lascartas (Ap 23); 2. El rollo de la liturgia (Ap 411); 3. El rollo de las seales celestiales(Ap 1222). Esta divisin le permite descubrir la siguiente finalidad de la obra de Juan: Como relato el Apocalipsis posee el poder de llevarnos, detransportarnos a un mundo nuevo. Como un relato puesto en acto elApocalipsis tiene el poder de hacernos existir aquella realidad quedescribe, de transformar el sentido provinciano finito en una realidadsuprema de aquellos que veneran. Se transforma en un relato-estatutoque establece un mundo nuevo en que Dios triunfa sobre el mal a travsde la muerte de Jess y el sufrimiento de sus seguidores. Porque elReino de Dios es su culto autntico, la puesta en acto del Apocalipsisestablece ese reino en este mundo. Por otra parte, el presente autor afirma con insistencia que cualquiera que deseeencontrar un sentido en el Apocalipsis deber considerar este hecho fundamental: El Apocalipsis fue escrito para dar coraje y consuelo a los cristianosen tiempos de dificultad en Asia Menor. Si esa dificultad ya exista, recincomenzada, o slo estaba en perspectiva futura no hace diferencia parael argumento aqu.La carta de Plinio el Joven al emperador Trajano muestra cmo, poco tiempodespus de escrito el Apocalipsis, la situacin de hecho se desencaden segn ladescribe Juan en su obra.En el Apocalipsis, dice Barr, se puede descubrir algo as como la descripcin deun viaje hacia otra realidad. Este viaje comienza y termina en el mundo real. De estamanera seduce a los oyentes inmersos en la realidad catica en que viven. Aquellos sontransportados hacia tres estadios circulares fantsticos en los que pueden ver: al SeorJess resucitado, la liturgia celeste y la lucha csmica. En cada crculo se ofrece unaexpresin simblica de la venida de Jess como Salvador y Juez. Pero estos smbolosde violencia son transformados en smbolos de sufrimiento fiel para el creyenteperseverante. As se les hace comprensible a los oyentes o lectores el lenguaje de por sininteligible. Los oyentes se sienten transformados cuando comprenden que susufrimiento es un testimonio que trae la salvacin y el juicio al mundo, al modo comoel sufrimiento de Jesucristo venci al maligno. Esta es la experiencia real de lacomunidad y no como piensa, por ejemplo, Gager que slo el hecho de vislumbrar elfuturo les habra dado coraje a los cristianos para perseverar en el sufrimiento.Entonces, cmo habra consolado el Apocalipsis a la comunidad cristiana primitiva?.Responde Barr:Creo que no podemos reducir su funcin a una catarsis emocional de sussentimientos de miedo y resentimiento hacia Roma. Tal terapia emocional sin dudasest presente, pero no es la funcin central de esta literatura. No puedo acentuardemasiado que la comunidad creyente que encuentra el Apocalipsis como unarepresentacin vivida se transformara, y tambin su mundo en el que ellos viven, porel slo hecho de entenderlo de modo diferente. 21. Valindose del concepto de catarsis como clarificacin intelectual desarrolladopor Len Golden, Barr piensa poder explicar ms claramente el poder persuasivo deesta literatura:Golden ve la catarsis como un proceso muy complejo por el cual primeramenteilumina al auditorio, dndoles una nueva manera de entender su mundo. Esto es justolo que el Apocalipsis hace. Esta no es una experiencia efmera [contra la teora deGager]. Los oyentes son decididamente cambiados. Ellos ahora viven en otro mundo.La persecucin no los bloquea llevndolos nuevamente hacia la realidad. Ellos vivenen una nueva realidad en la que los corderos vencen y los sufridos gobiernan.Ellos ya no sufren intilmente a manos de Roma; ellos ahora estn a cargo desu propio destino y por su sufrimiento voluntario participan en la destruccin del mal yen el establecimiento del reino de Dios. Ellos se ven ahora a s mismos como actoresencargados de su propio destino. Y esto es quizs ms que la victoria que otrospueblos lograron en el siglo primero en Asia Menor[26].En sntesis, Barr nos ayuda a profundizar la hiptesis del efecto de catarsis en lacomunidad primitiva, sealando que la obra narrada en el Apocalipsis de Juan permite ala misma comunidad ser protagonista de su propia historia. Ms que un mero nimopara la perseverancia en el sufrimiento, la comunidad recibe un impulso de proyeccinhacia el final de la historia. En otras palabras, la comunidad interpreta desde la parusasu situacin presente y sta se ve lanzada hacia el futuro. David Barr logra enriquecer elconcepto de escatologa que se desprende de los trabajos de John Gager. Sin embargo,no estar, igualmente, presentando una interpretacin reductiva del Apocalipsis alreconocerle la sola funcin de catarsis a su mensaje?. 8. Leonard L. Thompson Thompson presenta su preocupacin por el tema socio-poltico del Apocalipsis endistintas obras. Este autor considera el Apocalipsis como una obra perfectamenteencuadrable dentro del gnero literario apocalptico. Su preocupacin se centra enestablecer la relacin que guarda una obra apocalptica, como documento escrito, consu ubicacin social. El lenguaje apocalptico posee una dimensin social, por la que unapocalipsis puede formar la percepcin del lector sobre una determinada situacinsocial, porque la percepcin de la realidad es la realidad. Thompson concede valor alconcepto de crisis percibida, de Yarbro Collins, pues nos hace conocer cmo unapocalipsis funciona en una situacin social; pero lo juzga insuficiente en cuanto a laclarificacin de la situacin social que da pie para escribir un apocalipsis, ya que todasituacin social puede ser percibida como una situacin de crisis. Para Thompson setrata del problema de la dimensin comunicativa del lenguaje. La realidad consiste enla percepcin que de ella tenemos. Por eso afirma:El lenguaje y la visin religiosa del libro del Apocalipsis no puede ser relegada ala poesa, al mito y a la presencia efmera carente de impacto en la vida actual, en lasrelaciones sociales de todos los das. Las construcciones literarias, religiosas no estntotalmente aisladas como mundos simblicos sin conexin con las relaciones depoder en el mundo social. Las visiones literarias, religiosas establecen al menosdistinciones socio-polticas mnimas, como las realidades sociales y polticas llevan almenos un bajo nivel de contenido simblico. La actividad lingstica (hablar, escribir,leer, escuchar) es en s misma una actividad social y participa plenamente del mundosocial[27]. 22. El lenguaje se usa naturalmente para comunicarse con los dems, esto es obvio.No es as evidente que dicha comunicacin dependa de estructuras socialesconvencionales gramaticales y sintcticas. Un lector del Apocalipsis, para entender sumensaje, debe conocer estas convenciones sociales. Adems, la comunicacin requiereun terreno comn una cosmovisin o creencias compartidas entre el locutor y eloyente. Un locutor se puede mover en el terreno comn compartido o puede realizaralguna incursin en un mundo desconocido por el oyente, para hacerlo partcipe de sumundo. De esta manera, el locutor puede despertar en el oyente una dimensin delmundo nunca soada antes por l.En un intercambio lingstico la comunicacin incluye al menos dos dimensionesdiferentes: la proposicin, es decir, la cosa expresada y una intencin subyacente en laproposicin. Ambas componentes deben ser inteligibles por los interlocutores para quese d verdadera comunicacin. La intencin lleva a captar la ocasin social en la cual eldilogo es pronunciado, pero la ocasin social que motiv el dilogo no est contenidaen su totalidad en la intencin del locutor. En cuanto al Apocalipsis, el lector puede familiarizarse con el lenguaje, inclusoreconocer la intencionalidad del autor y, sin embargo, no ser capaz de captarexactamente la ocasin por la que el mensaje del visionario ha entrado a formar partede una accin social. Sobre la aportacin de Thompson se puede decir sintticamente: Las dimensiones sociales del lenguaje deben ser ubicadas (1) en el lenguajemismo, que incluye tanto lo dicho como el destino de la locucin; (2) en la situacinocasionada por ese lenguaje; y (3) en las consecuencias o efectos de la actividadhablada en relaciones sociales posteriores.Con esta premisa, o precomprensin sobre el lenguaje, Thompson analiza,cuestionndolo el retrato de Domiciano, diseado algunos aos despus de la muertedel emperador, por un crculo de escritores en torno a Plinio el Joven y que incluye aTcito y Suetonio. Estos tres autores habran condicionado la imagen que de Domicianose ha hecho la posteridad. Su falta de neutralidad encuentra su fundamento en el intentode todos ellos por resaltar la nueva era (poca de oro) que comienza con el reinado delemperador Trajano. La propaganda oficial, llevada a cabo por estos escritores enbeneficio de intereses particulares, requera la exageracin tanto idealizando el presentecomo desprestigiando el pasado: Cuanto ms agudo el contraste, ms clara la ruptura y ms evidente la nuevaera. Y en el mismo sentido Thompson aade: El corte agudo que los escritores a comienzos del siglo segundo d.C. marcanentre Domiciano y Trajano pertenece a la historia de la retrica y de la propagandams que a la historia social y poltica. Aqu se hallara el fundamento de las legendarias persecuciones de cristianos y lalocura y crueldad de Domiciano comparables con las de Nern[28]. En este sentidonuestro autor precisa:Aunque muchos autores concluyan que la ltima parte del reinado de Domicianoofrece el mejor contexto social para el libro del Apocalipsis, el texto del Apocalipsis noes suficientemente explcito acerca del tiempo y la fecha para ofrecer conexionesautomticas entre el Apocalipsis y el especfico contexto social e histrico. [...] inclusocuando el lenguaje del visionario parece dar una referencia muy especfica, como enla descripcin de los siete reyes en Apocalipsis 17,9-10, las alusiones polticas no sonclaras. No obstante, el lenguaje del Apocalipsis debe ser el punto inicial y fuente 23. primaria para todo estudio, no hace en s mismo conexiones con la situacin social.Esas conexiones pueden ser hechas nicamente con la ayuda de una teorasubyacente acerca de cmo el lenguaje del Apocalipsis es formado por su medio ycmo el lenguaje funciona en su situacin social[29].Thompson concretiza el anlisis de la dimensin poltica y social del Apocalipsisa travs, principalmente, del tema de la gran tribulacin. La mencin que de ella sehace en el libro la coloca temporalmente en el pasado. Sin embargo no se tratara paraThompson de un pasado espacio-temporal, sino literario, en cuanto que estaraaludiendo a la visin anteriormente descrita en el captulo 7 del drama apocalptico [30].Formula su tesis en estos trminos: El trmino tribulacin y paciencia podra hacer referencia a realidades sociales ypolticas, tanto como a la participacin de los fieles en Cristo, pero la coordinacin deesos trminos con el reino favorece la interpretacin de que los tres trminos serefieren a la vida de Cristo. Las realidades sociales y polticas pueden contribuir parauna tal descripcin de la existencia cristiana, pero no pueden ser vistos como la causao la ocasin para la declaracin del visionario.Por tanto, para este autor la situacin de crisis por la cual Juan vera amenazada sufe en Cristo no debe ser buscada en la realidad histrica; sta solamente pudo haberlafavorecido.El tema de la gran tribulacin formara parte del lenguaje pedaggico-simblicoque caracteriza al Apocalipsis[31]. Se trata, segn Thompson, de la versin joanea deltema del escndalo de la cruz de San Pablo (1Cor 1,23; Gal 5,11)[32]. La ironadistinguira la comprensin joanea de la existencia escatolgica y la alejara de lacomprensin juda y gnstica. En la comprensin juda, nunca el martirio y elsufrimiento fueron una manifestacin irnica de la venida del reino; y en lacomprensin gnstica, la irona es inaceptable como forma de lenguaje. La mencin, enla carta dirigida a la iglesia de Prgamo, del testigo Antipas, muerto por no renegar desu fe, piensa Thompson, sera una prueba de lo inusual de este hecho[33].En conclusin, Leonard Thompson plantea una posicin del todo opuesta a losautores anteriores. Quizs sea la posicin ms novedosa presentada en esta sinopsis deautores, ya que, para este autor, la situacin de crisis de fe de la comunidad enreferencia a la realidad histrica, lejos de ser provocada por sta, es ms bienconsecuencia del libro apocalptico. Juan, a travs de su escrito, habra buscadoprovocar una ruptura con respecto a la situacin de demasiada tranquilidad yacomodacin al sistema imperial por la que estaran pasando las comunidades del AsiaMenor de fines del primer siglo[34]. Esta teora de Thompson, ciertamente persuasiva,podr justificar toda la dimensin socio-poltica contenida en el Apocalipsis como unamera invencin de su autor?. 9. Jan A. Du RandAunque este ltimo autor del que presentamos una visin sinttica no desarrolleuna teora original, no queremos dejarlo de lado ya que se ha interesadoespecficamente de nuestro tema. Para Du Rand el lenguaje del Apocalipsis de Juanrepresenta una construccin potico-retrica de un universo simblico alternativo comorespuesta a una especfica situacin histrico-retrica. Este autor propone una visin deconjunto muy novedosa del libro de Juan siguiendo una clave musical. Dice as: 24. Relacionando las estrategias musicales del basso ostinato o tema convariaciones a la forma narrativa y al contenido del Apocalipsis, nos proporciona unaposible descripcin de la dramtica narracin, como en un musical, en tres actos,poniendo en escena la realizacin divina de la salvacin y el juicio: Primer acto, Diosse involucra en la iglesia a travs de la intervencin de Cristo (captulos 13).Segundo acto, la exposicin del plan divino de salvacin y de juicio en el csmossobre la base de la intervencin de Cristo (captulos 411). Tercer acto, la exposicinfinal de la salvacin y juicio divinos en la historia por la intervencin de Cristo(captulos 1222). Los actos estn unidos entre s por el Leitmotiv de la exposicindivina de la salvacin y del juicio. Y cada acto se apoya sobre el trabajo de Jesucristo,el Cordero, degollado pero vencedor. Los elementos unificadores y estructurantes enla trama del Apocalipsis se pueden or y experimentar en la repeticin del bassoostinato, de la intervencin de Cristo como una meloda apocalptica reconocible oLeitmotiv, que sirve para unir el conjunto narrativo en una totalidad.El lenguaje del libro estara en relacin directa con la realidad histrica que loorigin[35]. Du Rand afirma, incluso, que debemos tener presente que una tal situacinhistrica no nos es accesible sino a travs de reconstrucciones textuales. El lenguaje delApocalipsis expresa una realidad de crisis vivida por la comunidad primitiva debida a:persecuciones, conflicto con el judasmo, conflicto con los gentiles, msespecficamente problemas con Roma y privaciones sociales. Por lo tanto: El Apocalipsis no es una simple respuesta a una determinada situacin social,sino una visin religiosa particularmente interpretada dentro de una situacinespecfica; el producto de la interaccin entre un tipo de precomprensin y la situacinsocio-histrica predominante.Adems, el lenguaje surgido en esta situacin particular posee una funcinteraputica de catarsis. Esta se logra haciendo descifrar a los oyentes o lectores del librolos smbolos mticos con que se describe la realidad. De este modo, a travs de laexperiencia del martirio vivida cotidianamente, los cristianos sienten que toman parteen el proceso de salvacin y juicio del mundo. El autor se detiene sobre todo aprofundizar el impacto psico-social que produce el lenguaje del libro en sus primerosdestinatarios.En una palabra, para Jan Du Rand el libro del Apocalipsis nos permite llegarluego de determinadas reconstrucciones textuales a la situacin socio-poltica que vivala Iglesia primitiva en Asia Menor. El escrito se presentara como una respuestaadecuada a tal situacin y, adems, ayudara a la misma comunidad a dar unadeterminada interpretacin de esta realidad desde el punto de vista religioso. Si bien elApocalipsis constituy una respuesta adecuada para la comunidad primitiva cmo seexplicara igualmente una validez universal, si es que la posee, de su mensaje para lacomunidad que lo interpretar a travs del tiempo?.Problema de la datacinNuestro propsito de analizar la dimensin socio-poltica del libro del Apocalipsisnos obliga a afrontar previamente la cuestin ineludible de la datacin de esta obra.Porque como ya hemos referido en la introduccin al captulo debemos enmarcar unasituacin espacio-temporal determinada desde la que el autor del Apocalipsis tomara sufuente de inspiracin para elaborar el mensaje simblico de su obra, o bien unasituacin que buscaba ser modificada por l a travs de este mensaje. 25. La datacin del Apocalipsis, de acuerdo con los comentaristas, oscila en un arcode tiempo que comprende la fecha ms tarda en poca del emperador Trajano (a. 98-117)[36] y la ms temprana, durante el reinado de Nern (a. 54-68)[37].La tesis tradicional ms antigua, que data la fecha de composicin del Apocalipsishacia el final del reinado del emperador romano Domiciano (a. 95-96), se remonta,como hemos ya sealado, al testimonio de Ireneo, natural del Asia Menor [38]. ElApocalipsis es el nico entre los escritos del N.T. al que dat la tradicin primitiva.Muy probablemente los otros testimonios tradicionales Clemente de Alejandra (a.150-215)[39], Orgenes (a. 185-253)[40], Victorino (ca. 270-304)[41], Eusebio (a. 260-340)[42] y Jernimo (a. 340-420)[43] se basan, si no directa, s al menos indirectamente en elmismo Ireneo[44]. Estos testimonios, al menos el de Ireneo si es que los otros testigosse han basado en l constituiran una evidencia externa de la fecha de composicin delApocalipsis[45]. Prigent, despus de analizar estos testimonios, afirma: Se reconoce bien que la tradicin ms antigua es la ms representativa, y es laque ve en el emperador Domiciano el autor de la sentencia de exiliar a Juan enPatmos. Eso no implica categricamente que esa tradicin sea histrica, pero nosotrosno tenemos ninguna razn para poner en duda la exactitud de la informacin que ellatransmite[46].Y en una de sus conclusiones Newman, en referencia a la importancia de Ireneopara la interpretacin del Apocalipsis, dice fundamentalmente lo mismo: Ireneo es un testigo importante para la fecha de la composicin del Apocalipsis;no existe ninguna razn destacada para dudar de la poca de Domiciano[47].Sin embargo, hay quienes impugnan el testimonio de Ireneo, en referencia a lafecha, por no considerarlo tan evidente como pudiera parecer. Se piensa que bastantetiempo ha transcurrido entre la redaccin del Apocalipsis y el testimonio dado porIreneo, en consecuencia habra que matizar la as llamada evidencia tradicional. Tales el caso, por ejemplo, de Hengel, que sostiene que un presbtero Juan de Judea y no elapstol de Galilea muri bajo el reinado de Trajano y pudo, ya entrado en aos, habercompuesto los escritos joaneos. Tambin para Kenneth Gentry el testimonio de Ireneocarece de valor por su distancia en el tiempo [48]. Entre otros autores que impugnan eltestimonio tradicional encontramos a Robert Moberly y Christian Wilson[49]. Moberlyrebate tal evidencia con el siguiente razonamiento:Ireneo escribi en Gaul, durante el 180s d.C. o el final de los 170s, alrededor decuando una visin apocalptica haba sido vista en Patmos por un discpulo llamadoJuan. El piensa que Juan la vio entre los 80-95 vagamente sealado como aos antes en otras palabras 35 aos vagamente sealados, o ms o menos, antes de que l(Ireneo) naciera. Nosotros no consideramos normalmente tal distancia, una opinintarda y de segunda mano, por s misma, como evidencia[50].La piedra angular del razonamiento que lleva a retrotraer la fecha de composicindel libro es, por un lado la puesta en duda de una persecucin sistemtica y organizadaen tiempo del emperador Domiciano[51] y por otro la conviccin de que habra sidoescrito antes, anunciando la traumatizante destruccin de Jerusaln, junto con sutemplo, en el ao 70. Bajo esta tesis subyace la idea de que el libro del Apocalipsis fueescrito nicamente para ofrecer consuelo a los cristianos que vean entrada en crisis sufe a causa de las persecuciones. Es decir, que el motivo de la redaccin del libro se debepara esos autores a la situacin provocada por las terribles persecuciones. De aquconcluyen que la poca histrica que reflejara con mayor claridad una tal situacin 26. sera la poca del reinado del emperador Nern (a. 54-68 especialmente 64-68), o bien,el tan convulsionado ao 69, que comienza con el asesinato del emperador Galbadespus de slo siete meses de gobierno[52].Por otra parte, la crtica interna, basada en los indicios que se desprenden de laobra apocalptica en s, es objeto de mayor polmica por el hecho de que esos indiciostienden a ser ambiguos[53]. El problema de fondo es que se quiere encontrar una fechacon la que coincidan todas las referencias histricas, polticas, sociales y religiosas quemenciona el libro[54]. As ha pensando Loisy:El Apocalipsis de Juan, bien uno puede decir que los siglos se haningeniado por encontrarle sentidos que l no tena, porque el sentido quese le haba hallado era inmediatamente desmentido por losacontecimientos. Veamos ahora algunos indicios internos que nos permitan datar el Apocalipsis[55]:1) Aparentemente el Apocalipsis mismo (17,10), cuando dice: uno es, nos estaraindicando bajo qu emperador ha recibido Juan la visin; bastara calcular quien era elque gobernaba en ese momento para saber la fecha. Y dado que ya es un dato seguroque la bestia de 13,1-10 y del cap 17 representa tanto al Imperio Romano como aNern, una de las siete cabezas de la bestia tiene que ser Nern. El octavo que vendrrepresentara al Nern escatolgico, el Anticristo. Por lo tanto, se puede concluir queel libro fue escrito despus de la muerte de Nern (a. 68) ya que el paralelo entre l yJess lo exigira[56].Pero al versculo 10, especialmente, se le han dado diversas interpretaciones.Existen tres posiciones bsicas al respecto segn sea el principio de seleccin. Segn laprimera, las siete cabezas incluyen, en orden progresivo, a todos los emperadoresromanos que gobernaron en tiempo del autor[57]. El autor habra escrito su obra bajo elsexto emperador. Algunos comienzan a contar desde Julio Csar, otros desde Augusto,incluyendo o no a Galba, Otn y Vitelio[58]. El problema de esta primer hiptesis es laarbitrariedad en el cmputo ya que no se ve claramente qu cosa haya movido a Juan aelegir un determinado emperador. Una segunda posicin se diferencia de la primera enque, segn ella, el Apocalipsis no se habra escrito bajo el sexto emperador. El autorhabra usado una fuente ms antigua sin actualizarla (Charles, Bousset), o bien, habradatado con anterioridad su obra (Feuillet, Barclay, Cerfaux, Cambier, Wikenhauser).Este camino de solucin se debe seguir cuando no se encuentra ninguna otra salidaposible y parece que este no sea el caso. Para una tercera opinin, las siete cabezas norepresentan a todos los emperadores romanos sino a algunos determinados (Allo, Brun,Strobel, Reicke)[59]. Adems de estas teoras se encuentran, por un lado, la que sostieneque la imagen es puramente simblica sin referencia alguna a los emperadoreshistricos[60], y por otro, la que ve en las cabezas una representacin de sucesivos reinosy no de emperadores[61]. Sin embargo, el texto obliga a pensar en algn tipo de clculoen relacin al contexto histrico, pero no a la manera de una crnica de los hechosacaecidos. En este sentido aunque con razonamientos diversos tanto Yarbro Collins [62]como Prigent llegan a formular una hiptesis similar. Lo que al autor del Apocalipsis lepreocupa sobremanera es la hostilidad suscitada en este mundo por Satans que veencarnado, pero slo como una consecuencia, en los emperadores romanos. ElApocalipsis muestra la realizacin del plan de Dios en una visin histrico-teolgica.En esta visin el hecho inicial que cuenta es la muerte y resurreccin de Cristo. Ese es 27. el acontecimiento que comporta la derrota de Satans e inaugura la poca escatolgica.Ahora bien, Jess muri bajo el reinado de Tiberio, por eso en esta perspectivahistrico-teolgica la serie de los emperadores al servicio de Satans comienza con susucesor Calgula: este dominador introduce el tiempo del nuevo en.Domiciano constituye de este modo el sexto emperador omitiendo el interregno.El sptimo emperador de la serie est por venir y el octavo encarna el mito de la vueltade Nern que ya forma parte de la serie de siete y la Bestia, que era y ya no es, tambines el octavo, y es de los siete; y va hacia su ruina (Ap 17,11).2) El texto de Ap 11,1-13 parece poder ser datable entre el ao 68 y el inicio del70, cuando Jerusaln estaba siendo amenazada (porque ha sido entregado a losgentiles, y pisotearn la ciudad santa 42 meses). El hecho de tomar las medidas altemplo (levntate y mide el templo de Dios y el altar, y a los que adoran en l), quehace de introduccin a la percopa de los dos testigos, parece hacer referencia a la ideadel templo de la Nueva Alianza que super al templo material de la Antigua Alianza [63].As, esta profeca estara indicando la continuidad del nuevo templo de Dios en laIglesia. No nos parece legtimo inferir de este pasaje la necesidad de que el Templo deJerusaln estuviera en pie, dado que el templo como smbolo en Israel incluso en el A.T.no se limit al edificio material (cf. 2Rey 21,12.13; Am 7,8.9; Is 34,11; Lam 2,8). ElApocalipsis mismo prolonga esta idea (18,9-10). Del hecho de que sea mencionado eltemplo no se sigue que subsista en esa poca, porque, an despus del ao 71, el templosigui jugando el mismo papel en las profecas apocalpticas[64].3) La descripcin de Babilonia como vctima de una guerra civil (Ap 17,12-17)y destruida por el fuego (Ap 18,8-9), podra haber sido inspirada por el incendio deRoma en el ao 64 y por el suicidio de Nern al que le sigui el convulsionadointerregno de los aos 68-69.4) El retorno de la bestia herida mortalmente (Y [tena] una de sus cabezas comoherida de muerte, y la llaga de su muerte se le cur, Ap 13,3; cf. 13,12.14; 17,8-11)hara referencia a la creencia que se propag luego del suicidio de Nern, la leyenda delNero redivivus que se haba encarnado en el emperador Domiciano. Sin embargoChristian Wilson dice: Con seguridad la idea de que Nern realmente no muri fuerumoreada en Roma. Se dijo que se haba ido a Partia. En las dosdcadas siguientes tres pretendidos diferentes Nerones surgieron, unoen el 69, otro en el 79 y el ltimo en el 88. Tcito nos cuenta que elpretendiente del 69 provoc en Asia y en Aquea una risa generalizada[Histories 3.1]. Pero estos pretendientes invocaron ser el Nern histrico,no un Nern vuelto a la vida. Su invocacin era de que Nern no sehaba realmente suicidado en el 68. En ningn lugar ni en ningn escritoromano, griego o cristiano del siglo primero fue alguna vez identificada laleyenda de la vuelta de Nern con Domiciano.Si consideramos que la obra fue escrita bajo el reinado de Domiciano comodecamos, la sexta cabeza entonces el mito de la vuelta de Nern hay que situarlo en elfuturo. Y en este sentido coincidiran las fechas. 5) El nombre Babilonia es ampliamente reconocido entre los comentaristas comouna alusin a Roma en primer lugar (Ap 14,8; 16,19; 17,5; 18,2.10.21). En el libro se 28. anuncia y describe con frecuencia la destruccin de Babilonia (Y otro ngel, unsegundo, le sigui diciendo: Cay, cay Babilonia la grande, la que con el vino de suimpudicia dio a beber a todas las naciones, 14,8). El nombre de Babilonia paradesignar a Roma era un modo simblico de referirse a la potencia que tambin destruyel templo de Jerusaln, lugar que le confera identidad al pueblo judo [65]. Es probableque hacia fines del siglo I esta identificacin hubiera llegado a ser tradicional enambiente judo y cristiano. Si fuese as, este indicio ubicara la redaccin del libro delApocalipsis en una fecha posterior al ao 70.Las referencias histricas dentro del texto no podrn nunca dirimir la cuestin dela datacin del libro, pues podra darse el caso de que estos hechos bien conocidos portodos hubieran llegado a ser en cierto modo proverbiales, legendarios. Esto les habrahecho adquirir una actualidad que se extendera mucho ms all de lacontemporaneidad. O como dice Sweet:Estos pasajes pudieron haber sido vueltos a usar ms tarde conreferencias simblicas. El Apocalipsis est lleno de alusiones histricasde acontecimientos del AT, de la historia de Jess y del mundocontemporneo. Existen referencias que pueden ser plausiblementevistas en relacin a acontecimientos posteriores al 70 d.C., p.e. laerupcin del Vesubio en el 79 d.C., cuando blancas cenizasincandescentes sepultaron Pompeya y Herculano y las piedras caancomo granizo en las poblaciones vecinas, ocultando el sol, y posteriorescatstrofes, terre