Benito Pérez Galdós - Obras Completas Volumen I

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    ^CkOi'i^.^L:D

    BY

    I

    n.:-

    ^^

    '.:

    i ik

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    leopoldo,

    alas

    (clarn)

    OBRAS

    COMPLETAS

    TOMO

    I

    G

    A

    L'D

    S

    DEN

    acimiento

    MADPID

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    by

    the

    Internet

    Archive

    in 2009

    with

    funding from

    University of Toronto

    http://www.archive.org/details/obrascompletas01pr

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    CALDOS

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    LEOPOLDO

    ALAS

    (CLARN)

    OBRAS

    COMPLETAS

    TOMO

    PRIMERO

    CALDOS

    ^

    MADRID

    RENACIMIENTO

    SOCIEDAD

    ANNIMA

    EDITORIAL

    Poiltf'iOS, ?

    1912

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    ES

    PROPIEDAD

    ESTABLECIMIENTO

    TIPOGRFICO

    EDITORIAL.

    PONTEJOS,

    3

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    BENITO

    PERBZ

    CALDOS

    Podra

    formarse

    un

    libro

    verde, amarillo

    colorado,

    como esos

    en

    que

    encuaderna

    la

    diplo-

    macia

    sus

    garbullos

    internacionales,

    con

    las

    cartas

    y

    notas

    que

    han

    mediado entre

    el novelista

    insig-

    ne

    que va

    ser objeto

    de

    mi

    cuento

    y...

    el que

    suscribe.

    Uno de

    los datos

    biogrficos

    de

    ms

    substancia

    que he podido

    sonsacarle

    Prez Galds

    es...

    que

    l,

    tan

    amigo

    de

    contar historias, no quiere

    contar

    la suya.

    No

    tiene inconveniente

    en

    suponer

    que

    su

    Araceli,

    y

    su

    Salvador Monsalud

    y

    su Amigo

    Manso,

    por

    ejemplo,

    son

    tan

    poco recatados que

    nos

    relatan

    en

    tomos

    y

    ms tomos su

    propia vida...

    y

    la

    ajena; pero l,

    Galds,

    tan

    comunicativo

    cuando

    se

    traa

    de

    los hijos

    de su

    fantasa,

    apenas

    sabe

    si

    se

    llama

    Pedro

    cuando

    hay

    que

    hablar

    del

    padre que

    engendr tanta

    criatura literaria, del

    pater

    Orchaimis

    de

    ese

    gran

    pueblo que

    pulula

    en cuarenta

    y

    dos

    tomos

    de

    invencin

    roman-

    cesca.

    Tal

    vez

    lo

    principal,

    lo

    menos

    la

    mayor parte,

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    8 LEOPOLDO

    ALAS

    (cLARn)

    de la

    historia

    de

    Prez Galds,

    est en

    sus libros,

    que

    son

    la historia

    de

    su trabajo

    y

    de

    su

    fantasa.

    El

    hombre

    que en

    veinte aos ha

    escrito cuarenta

    y

    dos

    tomos

    de

    novelas,

    muy

    pensadas

    las

    ms,

    sin

    contar

    algunos

    otros

    trabajos

    sueltos,

    apenas

    ha

    tenido

    tiempo

    hbil

    para

    hacer

    otra

    cosa, fuera

    de

    las

    que

    no

    merecen

    ser referidas

    por

    venir

    ser

    iguales en

    todos los

    humanos,

    grandes

    y

    chicos.

    Aunque

    hay algunas

    excepciones, los

    escritores

    mu3'

    fecundos

    suelen

    llevar vida sedentaria

    y

    tran-

    quila,

    de

    pocos

    accidentes; son

    grandes

    trabajado-

    res

    y

    necesitan

    ser

    avaros

    del tiempo

    y

    desconfiar

    de

    las

    pasiones,

    vanidades

    del

    mundo

    y

    otros

    la-

    drones

    de las

    horas.

    Si

    Lope de

    Vega

    tanto

    fu

    y

    vino

    en su

    juventud, ya

    no

    se

    movi

    tanto

    cuando

    se

    puso

    escribir

    de

    firme.

    Vctor Hugo,

    pesar

    de

    su

    situacin

    romntica

    en

    la

    historia de su pue-

    blo, hizo

    mucho

    menos

    que

    dijo,

    y

    en

    su casa

    en

    el destierro

    siempre fu un

    jornalero aplicadsi-

    mo...

    Pero

    este

    y

    otros muchos

    ejemplos

    y

    razones

    que

    podran

    citarse

    no

    demuestran,

    ni

    eso

    los

    encamino,

    que

    Prez

    Galds

    no

    tenga

    ms

    historia

    que la

    de sus

    creaciones

    de artista. S la

    tendr.

    Pero

    la

    tiene bajo llave. La

    principal

    causa

    de

    que,

    lo menos

    por ahora, no

    quiera

    contar su vida

    al

    pblico,

    ni

    siquiera

    por

    modo

    indirecto,

    consiste,

    diga

    l lo que

    quiera, en

    la

    modestia

    del

    insigne

    escritor.

    La

    modestia de

    Prez Galds, como la de

    su

    ntimo

    amigo

    y

    compaero

    de gloria

    y

    de viajes,

    Pereda,

    es

    de

    las

    ms

    seguras

    y

    ciertas,

    porque

    est

    arraigada

    en el

    temperamento;

    tiene

    mucho

    del

    rubor

    de

    la

    doncella

    en

    cabellos;

    y

    porque

    el

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    GALDS

    9

    smil

    es malo,

    pues en

    las

    figuras retricas debe

    huirse

    de

    trocar los sexos,

    dir,

    rectificando,

    que

    se parece la vergenza

    de

    los nios

    ensimisma-

    dos.

    Ni Pereda

    ni Galds son capaces de

    pronun-

    ciar cuatro palabras en

    pblico;

    no por

    las

    palabras,

    sino

    por el pblico. Para

    dar

    las gracias

    una

    asamblea que

    les

    aclama, tienen que sacar del

    bolsillo

    un

    papel

    en que

    consta

    que

    vivirn

    eterna-

    mente

    agradecidos.

    Juntos

    emprendieron har lue-

    go

    tres

    aos un

    viaje

    Portugal.

    Viajaron de in-

    cgnito, sin fijarse

    en ello.

    No

    vieron

    nadie, no

    los

    vio nadie: supieron que en

    Lisboa varios

    litera-

    tos

    insignes jugaban

    al

    tresillo en cierto Crculo:

    Bueno,

    pues

    que

    jueguen;

    ellos,

    como

    dos

    comi-

    sionistas,

    siguieron adelante, ni

    vistos

    ni odos.

    As

    viaj

    tambin

    repetidas

    veces

    por

    Inglaterra, Fran-

    cia,

    Alemania,

    Italia, etc.,

    Prez Galds, que

    tiene

    en todos

    esos pases

    y

    aun

    en otros

    ms lejanos,

    admiradores

    y

    asiduos traductores.

    En

    el

    verano

    prximo

    pasado

    Galds

    fu

    Roma,

    y en

    la

    carta

    que

    me

    lo

    anunciaba

    no haba

    ms

    que

    preparati-

    vos

    y

    prevenciones

    contra

    las

    visitas

    imperti-

    nencias

    de

    los

    admiradores

    y

    partidarios de su

    no

    vela, que

    haban

    de

    procurar

    asaltarle por

    esos

    mundos...

    A

    un

    hombre

    as,

    cuesta sudores

    arrancarle la

    declaracin preciosa

    de que

    efectivamente

    naci

    en

    las

    Palmas,

    como

    3'a

    creamos

    saber todos por

    otros conductos.

    Me precio

    de

    ser

    entre los

    gaceti-

    lleros, ms

    menos

    bachilleres,

    de Espaa, uno

    de

    los

    que

    tienen

    ms trato

    y

    confianza

    con Galds;

    habiendo

    de

    escribir una

    semblanza

    cosa

    parec-

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    10

    LEOPOLDO

    ALAS

    (CLARn)

    da

    del ilustre amigo,

    y

    con el

    propsito

    de obtener

    la mayor

    cantidad

    posible

    de

    noticias,

    para

    que

    por

    este

    lado

    lo menos

    comenzara

    bien

    esta

    ga-

    lera

    biogrfica, valme

    de

    mi amistad,

    y

    un da

    y

    otro

    ped

    al autor

    de Gloria

    datos

    y

    datos..

    .

    Y des-

    pus

    de larga

    y

    amabilsima

    correspondencia

    vini-

    mos

    parar en que

    Galds

    no

    saba

    punto

    fijo

    lo

    que

    eran

    datos,

    lo

    que

    se

    le

    peda;

    y

    en

    que,

    en

    todo

    caso, l

    haba

    nacido en

    las

    Palmas,

    ciudad

    de

    las

    Afortunadas, como

    tena

    declarado

    y

    se

    ratifi-

    caba.

    Exagero

    algo,

    pero poco,

    como

    el curioso

    lector va

    ver en

    seguida.

    Con

    las

    noticias

    que

    nuestro

    Autor

    nos da,

    apenas

    hay para llenar

    una

    cdula

    de

    vecindad

    regularmente

    escrita.

    Es

    claro

    que esta

    escasez

    de datos

    se refiere

    los que

    slo

    Galds poda

    suministrarme,

    no

    los

    que

    yo he

    podido

    adquirir

    de otra

    manera.

    As es

    que

    osar

    asegurar que naci en una latitud

    no

    muy

    diferen

    te de

    la

    del

    monte

    Sina,

    y

    unos

    veinte

    grados

    Oeste del

    meridiano

    de Pars,

    que

    por

    el

    de

    Ma-

    drid

    vienen

    reducirse

    catorce.

    Polticamente es

    Galds

    espaol

    (y

    diputado);

    pero en la

    geografa

    natural

    es

    africano,

    como

    el

    ilustre

    poeta

    francs

    que naci

    en

    una de

    las islas

    vecinas de

    Madagascar...

    Por

    este

    camino

    podra

    llenar

    de datos, ms

    menos

    impertinentes,

    pgi-

    nas

    y

    pginas;

    y

    si

    entraba en

    consideraciones

    antropolgicas

    y

    sociolgicas, podra... hasta

    no

    acabar

    nunca;

    y

    todo ello

    sin

    saber

    palabra

    de

    quin

    era

    Galds

    y

    qu

    costumbres, porte

    y

    carc-

    ter tena. Pero dejme de

    considerar quines fue-

    ron

    los

    primeros habitantes

    de

    las islas Canarias,

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    GALDOS 1

    y

    qu

    grandes hombres

    isleos

    de

    tierra firme

    produjo

    frica

    en

    la

    serie

    de

    los

    siglos,

    y

    no

    me

    meto

    en consideraciones

    acerca

    del

    medio am-

    biente

    en

    que

    vivi

    nuestro

    novelista,

    ni

    saco

    con-

    secuencias

    de la proximidad

    relativa del trpico

    de

    Cncer

    al

    lugar

    de

    su

    nacimiento.

    Podr

    haber

    relaciones,

    pero

    no he de

    estudiarlas

    yo, entre el

    genio

    literario

    de Galds

    y

    la

    clase

    de

    productos

    naturales de su

    pas,

    la

    fauna

    y

    la

    flora

    de

    las islas,

    clima,

    vistas al

    Ocano, etc.,

    etc.,

    sin

    contar

    lo

    que

    podra

    sacarse

    plaza,

    siquiera

    fuera

    por

    los

    cabellos,

    de los

    varios sistemas

    de

    colonizacin,

    asimilacin, etc., etc.

    Para

    m,

    Galds

    es...

    madrileo,

    por

    ahora,

    sin

    perjuicio

    de volver

    estudiarle ms adelante

    con

    ms

    extensin

    y

    con

    ms

    datos tocantes

    su vida

    es su isla natal, como

    dira

    La Correspondencia

    de

    Espaa,

    Naci

    donde

    queda

    dicho,

    en las

    Palmas,

    el

    10

    de

    Mayo

    de

    1845;

    de

    modo

    que,

    segn

    l

    confiesa

    entre

    suspiros,

    pronto

    cumplir cuarenta

    y

    cuatro

    aos.

    Nada

    me

    ha

    querido

    decir de

    los primeros

    de

    su

    vida,

    pero

    no

    debe

    de ser porque desprecie

    los recuerdos de

    la infancia hombre

    que

    tan

    bien

    sabe pintar el

    espritu de

    los nios

    y

    sus armas

    y

    gestas. Su

    memoria ha

    de estar

    llena,

    mi

    juicio,

    de los

    das

    de la

    niez,

    y

    es

    muy

    probable, aun-

    que

    l por

    ahora no quiera

    declararlo,

    que,

    si no

    los

    hechos

    exteriores,

    por lo

    menos

    los

    pensa-

    mientos,

    emociones

    y

    deseos

    del

    primer crepsculo

    de

    su

    vida no

    sean

    insignificantes,

    merezcan

    cono-

    cerse

    para recreo

    del

    lector

    y

    para poder

    estudiar

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    12

    LEOPOLDO

    ALAS

    (cLARn)

    fondo

    la historia

    del artista

    poderoso,

    que hoy

    nos

    oculta

    con

    velos

    de

    discrecin

    y

    modestia

    mu-

    chas

    cosas

    que pudieran servir

    para

    penetrar

    mejor

    en

    el

    alma

    de sus

    obras.

    Por

    ciertas

    confidencias,

    me

    atrevo

    esperar,

    algo

    temerariamente,

    que

    algn

    da el

    mismo

    autor de

    Celipiues

    y

    Miaiis

    jtmiores

    nos d

    un

    libro que

    se

    parezca

    los

    Re-

    cuerdos

    de

    su

    ilustre

    colega

    ruso

    el

    creador

    de

    Guerra

    y

    paz

    y

    Ana

    Karenine.

    Y

    tengo

    esta

    esperanza,

    porque

    al

    cerrar

    la

    se-

    rie

    de escassimas

    noticias

    que

    me entrega,

    con

    algn

    remordimiento

    deque

    sean tan pocas, dice:

    Como usted

    ve,

    nada

    de

    esto

    merece que

    se le

    cuente al

    pblico;

    se

    lo

    digo

    por carecer

    de

    otras

    noticias de

    ms

    valor,

    porque

    las

    de

    verdadero

    inters

    son

    de un

    carcter

    privado

    y

    reservado,

    al

    menos por ahora

    y

    en

    algn

    tiempo.

    Si

    esto

    ltimo

    quisiera

    decir que para algn da podamos

    esperar de la pluma

    que

    traz

    la historia

    de

    Mon-

    salud, Araceli

    y

    el Amigo

    Manso la

    narracin au-

    tntica

    de

    otra

    vida,

    de donde todas

    esas

    se

    en-

    gendraron,

    si as fuera, bien

    podramos

    perdonar

    hoy lectores

    y

    bigrafo

    la reserva, la modestia

    y

    los

    velos del insigne novelista.

    Soy

    de

    los que

    opinan

    que en

    la

    historia

    -r.

    los

    hombres

    la

    de su

    infancia

    y

    adolescencia importa

    mucho,

    sobre

    todo

    cuando

    se

    trat^

    de

    artistas,

    los

    cuales

    casi

    siempre siguen teniendo

    mucho

    de

    ni-

    os

    y

    adolescentes. En

    rigor, ser

    artista

    es...

    se-

    guir

    yw^arfo.

    Las

    mujeres,

    los

    adolescentes

    y

    los

    artistas...

    y

    algunos

    locos,

    entienden de cierta

    clase

    de

    intereses

    del alma, que

    son

    letra

    muerta

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    19/379

    GALDS

    13

    para

    los banqueros,

    los hombres de Estado

    y

    qu

    lstima

    hasta

    para

    los

    sacerdotes,

    las

    ms

    veces.

    Y...

    nada sabemos de la

    infancia

    ni de los

    pri-

    meros aos de

    pubertad

    de

    Prez

    Galds.

    El no

    dice

    ms

    que

    esto: que en

    el Instituto

    estudi

    con

    bastante aprovechamiento.

    Nada se me

    ocu-

    rre

    decirle

    aade

    de

    mis

    primeros aos.

    Afi-

    ciones

    literarias

    las

    tuve

    desde

    el

    piincipio^

    pero

    sin saber

    por

    dnde haba

    de ir.

    Cul es

    el

    principio

    que

    Galds

    se refiere?

    A

    qu edad

    hace l

    remontarse ese

    amacer de

    sus

    aficiones?

    No

    lo

    s,

    ni me decido en

    este

    punto

    aventu-

    rar

    conjeturas. En

    todo

    caso,

    no

    creo que

    haya

    sido

    un

    nio

    precoz,

    ni

    lo

    Pascal

    y

    lo Pope, ni

    menos

    cual esos otros que parecen pedantes

    en

    miniatura,

    como Alcal

    Galiano,

    enclenque

    y

    pe-

    tulante,

    coplero

    los

    cuatro

    aos,

    segn

    nos

    re-

    fiere

    l mismo.

    Si

    alguna

    precocidad

    hubo en

    Gal-

    ds,

    debi

    de ser de

    esas

    recnditas en que

    la

    observacin callada

    y

    la fantasa

    solitaria

    hacen

    el

    gasto.

    No

    debi de ser novena maravilla

    para

    deudos

    y

    amigos, ni mono

    sabio,

    ni

    flor

    temprana

    de

    estufa,

    sino

    ms bien

    amigo del

    aire libre,

    alumno asiduo

    y

    entusiasta

    de lo que llaman nues-

    tros

    vecinos l'cole biiissoniere,

    la

    que cant

    Vc-

    tor

    Hugo

    en

    muchas

    de

    sus

    novelas

    picas,

    y

    es-

    pecialmente

    en la

    famosa

    poesa

    Las

    feuUlantines

    de

    Rayos

    y

    Sombras. Ni por

    su

    complexin, ni

    por

    su

    carcter

    y

    aptitudes

    fsicas,

    muestra

    Galds

    resabios

    ni

    consecuencias

    de

    una vida

    antihigini-

    ca

    en

    la

    infancia;

    ni

    tampoco

    la

    ndole de

    sus cua-

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    20/379

    14 LEOPOLDO ALAS

    (CLARn)

    lidades

    de

    artista

    nos habla

    de

    prematuras

    fatigas

    intelectuales

    ni

    de

    hipertrofias

    del

    sentimiento

    de

    la

    voluntad en

    los

    primeros

    lustros

    en

    la

    edad

    crtica.

    Pero

    confieso

    que

    no

    es de

    mi gusto

    insistir

    en

    tales

    cavilaciones

    y

    conjeturas,

    cabiendo

    en

    ellas

    tanta

    inexactitud

    y

    estando

    ah el

    objeto

    de

    estos

    clculos

    para

    rerse de

    ellos

    si van descaminados,

    como

    es

    posible.

    Sin

    embargo,

    ni

    e*i

    esta

    materia, ni

    ms

    adelan-

    te, se puede

    prescindir de

    entrar en inducciones

    para

    suplir,

    hasta

    cierto

    punto, la

    falta

    de noticias

    seguras.

    Aunque

    tambin

    es

    cierto

    que

    esta

    libertad no

    es

    muy

    amplia,

    pues

    hay

    que

    irse

    con

    tiento

    al

    conjeturar

    y

    suponer

    hechos,

    ideas,

    inclinaciones,

    etctera,

    etc.,

    por

    varias

    razones,

    unas de pruden

    cia

    y

    otras

    de

    insuficiencia.

    Es claro que aun en el caso de que fuera yo

    zahori

    para

    reconstruir la

    vida

    de Galds,

    por

    dentro

    y

    por

    fuera,

    con

    lo

    que

    l

    es

    actualmente

    y

    con

    lo

    que

    de

    l

    puede adivinarse en

    sus

    libros,

    no

    haba de penetrar en lo que

    l quiere

    tener

    re-

    servado,

    por

    ahora

    al

    menos.

    Pero adems,

    exis-

    te insuficiencia

    de

    medios, no slo por mis

    escasas

    facultades de Cuver de almas,

    sino

    porque los no

    velistas,

    y

    especialmente

    los novelistas

    de la clase

    de

    Galds, son acaso los

    escritores

    que

    menos se

    dejan

    ver

    s

    mismos

    en

    sus

    obras. Esa

    imperso-

    nalidad

    del

    autor,

    de

    que

    tanto

    se

    ha

    hablado, so-

    bre lodo de

    Flaubert

    ac,

    si era en

    ste

    y

    algunos

    otros novelistas

    conviccin sistemtica,

    firme, se-

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    21/379

    GALDS

    15

    ria,

    obedecida

    constantemente

    mejor

    que

    otros

    dogmas

    de

    escuela,

    es

    en Galds

    todava

    ms

    na-

    tural

    y

    segura,

    sin

    obedecer

    acaso

    propsito

    tc

    nico,

    una creencia

    esttica; es ms

    segura

    y

    na-

    tural

    porque nace del

    carcter

    y

    del

    temperamen

    -

    to.

    Y

    aqu, por va

    de

    parntesis,

    advierto

    al

    lector

    que

    empiezo

    mezclar

    biografa

    y

    crtica, es de-

    cir,

    que

    hablando

    del

    hombre,

    ya

    voy

    diciendo

    algo del

    novelista.

    Se

    ha

    dicho,

    en

    general

    con

    razn, que

    la

    nove-

    la

    es

    la

    pica del siglo,

    y

    entre

    las clases varias

    de novela,

    ninguna

    tan pica,

    tan impersonal como

    esta narrativa

    y

    de

    costumbres que

    Galds culti-

    va,

    y

    que

    es

    hasta

    ahora la que

    ha

    producido ms

    obras

    maestras

    y

    la

    que

    se han

    consagrado,

    principalmente, los

    ms

    grandes

    novelistas.

    El

    que

    lo

    es

    de este gnero

    es...

    todo

    lo

    contrario

    de

    un

    Lord

    Byron^

    el cual, como se

    ha dicho hasta

    la

    sa-

    ciedad,

    y

    con

    razn en

    conjunto, viene

    hablar

    de

    s

    mismo

    en casi

    todas

    sus

    obras,

    y

    es,

    segn

    frase

    de

    un

    crtico,

    como

    un

    torrente

    profundo

    que

    corre entre

    altas paredes de peascos, en un

    cauce

    estrecho.

    Se

    ha

    dicho

    tambin

    que el

    gran

    arte es,

    en suma, crear almas,

    y

    se

    puede aadir:

    para

    el

    novelista propiamente

    ^z'co,

    crear

    almas...

    pero

    no

    su imagen

    y

    semejanza.

    Adn se parece

    Jehov

    Elom

    demasiado,

    tal

    vez

    ms

    exacta-

    mente,

    Jehov

    se

    parece

    demasiado

    Adn;

    aqu

    hay

    lirismo.

    En la

    novela como la escribe

    casi

    siempre

    Balzac,

    Zola,

    Daudet,

    y

    aun

    Tolstoi

    Gogol,..

    Dickens

    (aunque

    ste

    es

    ms

    lrico),

    Galds,

    por muy

    sutil

    que

    sea

    el

    anlisis

    que se

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    22/379

    16

    LEOPOLDO

    ALAS

    (CLARn)

    aplica

    encontrar el alma

    del

    autor,

    en

    la de

    los

    personajes,

    hay

    que

    reconocer

    que

    los

    ms

    de

    s-

    tos nada

    tienen

    que

    ver

    con

    la

    realidad

    psicolgi-

    ca del que

    los invent.

    Cierto

    es que el

    artista,

    aun

    el

    ms

    pico,

    siempre

    saca mucho

    de

    s,

    se

    copia,

    se recuerda;

    pero

    tambin

    existe el

    altruis-

    tno artstico,

    la facultad

    de

    transportar la

    fantasa

    con toda

    fuerza,

    con

    todo

    amor,

    creaciones por

    completo transcendentales,

    que representan

    tipos

    diferentes,

    en

    cuanto

    cabe diferencia,

    del

    que

    al

    autor

    pudiera

    representar

    ms

    aproximadamente.

    Esta

    facultad,

    que es

    de

    las ms

    preciosas en

    gran-

    des

    novelistas

    de

    este gnero,

    en

    los

    poetas

    pi-

    cos,

    en los grandes historiadores,

    y

    en

    los

    grandes

    pensadores

    y

    polticos,

    esta facultad

    la

    posee

    Cal-

    dos

    en

    grado

    que alcanzan pocos,

    y

    es,

    con

    la

    gran

    imparcialidad

    de

    su espritu

    sereno

    (en

    cuan-

    to

    cabe) lo

    que

    ms

    contribuir

    dar larga

    vida

    sus

    obras.

    Por

    todo

    lo

    cual,

    no

    es

    posible, sin

    grandes

    te-

    meridades,

    inducir

    por

    los

    libros

    de

    nuestro

    autor

    mucho

    de lo

    que

    pudo haber

    sido

    en su

    infancia...

    y

    ms

    adelante. Slo dir en este

    punto,

    que

    aca-

    so en los juegos

    de Araceli

    en

    la

    Caleta

    de

    Cdiz,

    en los

    arranques

    de

    Celipn,

    en la hija de

    Bringas

    y

    sus jaquecas llenas de

    fantasas, en las

    visiones

    de

    Miau

    mnimo

    y

    en

    otros

    fenmenos

    y

    persona-

    jes

    semejantes, de los

    42

    tomos de

    novela

    escritos

    por

    Galds,

    se

    podra, rebuscando

    y

    aventurando

    hiptesis

    y

    transportando

    circunstancias,

    encon-

    trar

    algo de

    la

    niez

    del

    que

    es

    hoy

    don

    Benito

    para

    sus

    ntimos.

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    23/379

    GALDS

    17

    De lo que

    no hay ni

    rastros

    en sus

    novelas

    es

    del

    sol

    de

    su

    patria;

    ni

    del

    sol,

    ni

    del

    suelo,

    ni

    de

    los

    horizontes; para Galds, novelista, como

    si

    el

    mar

    se

    hubiesa

    tragado

    las

    Afortunadas.

    Este poe-

    ta

    que ha cantado

    al

    mismsimo arroyo

    Abroi-

    gal,

    y

    que se

    queda

    extasiado

    yo le

    he

    visto

    ante

    el

    panorama

    que

    se

    observa

    desde

    las

    Visti-

    llas;

    que

    cree

    grandioso

    el

    Guadarrama

    nevado

    (como

    D.

    Francisco

    Giner)...

    jams

    ha

    escrito

    nada que

    pueda

    hablarnos de

    los

    paisajes de su

    patria;

    no

    suea con el

    sol

    de sus islas...

    lo

    me-

    nos en sus libros.

    Jams

    ha

    colocado

    la accin

    de

    sus

    novelas

    en su

    tierra, ni

    hay

    un slo episodio

    digresin

    que

    all

    nos

    lleve;

    es

    en

    este

    punto

    Galds

    todo lo contrario de

    Pereda,

    su gran ami-

    go, que

    se parece

    al

    Shah de Persia en

    lo

    de lle-

    var

    siempre

    consigo tierra

    de

    su patria.

    Aun sin

    trasladar

    las Afortunadas

    sus

    personajes,

    po-

    dra

    Galds

    decirnos

    algo

    de las impresiones

    que

    conserva, como poeta

    que

    de fijo

    fu

    en

    sus

    sole-

    dades

    y

    contemplaciones de adolescente,

    de

    los

    paisajes

    de

    la

    patria;

    pero

    como

    es

    el

    escritor

    ms

    opuesto,

    en

    todos sentidos,

    lo

    que

    llamamos el

    lirismo,

    en la acepcin

    ms lata

    y

    psicolgica;

    como

    en

    vez de hacer que sus

    personajes se

    le

    pa-

    rezcan

    pone

    todos

    sus

    conatos

    en

    olvidarse

    de

    s

    por ellos

    y

    ser, por

    momentos,

    lo

    que

    ellos son

    (si-

    guiendo en

    esto

    el

    buen

    ejemplo

    de

    Dickens

    que

    hasta

    imitaba,

    ensayndose

    al espejo, las

    facciones

    y

    gestos

    de

    sus

    criaturas), no hay

    ocasin

    en

    nin-

    guna

    de

    las

    obras

    de

    nuestro

    novelista para esos

    saltos de la

    fantasa

    por

    encima

    de

    los

    mares

    y

    de

    Clarn.

    Tomo

    I.

    2

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    24/379

    18

    LEOPOLDO

    ALAS

    (CLARn)

    los

    recuerdos.

    Galds, en

    suma,

    es

    en

    sus

    obras

    completamente

    peninsular.

    La

    patria

    de

    este

    artis-

    ta

    es Madri

    1;

    o es

    por

    adopcin,

    por tendencia de

    su

    carcter

    esttico,

    y

    hasta

    me

    parece...

    por agra-

    decimiento. El

    es

    el primer novelista de verdad,

    entre los

    modernos,

    que ha sacado de

    la corte

    de

    Espaa

    un venero de observacin

    y

    de materia

    ro-

    mancesca,

    en

    el

    sentido

    propiamente

    realista,

    como

    tantos

    otros lo

    han sacado

    de

    Pars,

    por

    ejemplo. Es

    el primero

    y

    hasta ahora el nico.

    A

    Madrid debe

    Galds

    sus mejores cuadros,

    y

    mu-

    chas

    de

    sus mejores escenas

    y

    aun

    muchos de

    sus

    mejores

    personajes. Si los

    novelistas

    se

    dividieran

    como

    los

    predios,

    se podra

    decir

    que era

    nuestro

    autor

    novelista

    urbano.

    Aunque

    en

    una

    y

    otra de sus obras

    nos

    habla

    del campo,

    especialmente

    en Gloria

    y

    en

    Maria-

    nela,

    y

    saltos en

    muchos de sus Episodios

    na-

    cionales,

    bien se

    puede

    decir

    en

    general

    que

    Gal-

    ds

    no

    es

    principalmente

    paisajista,

    como

    lo es,

    por

    ejemplo,

    su

    amigo

    el

    insigne

    Pereda.

    Y

    por

    cierto que esta

    palabra paisajista,

    muy

    usada

    en

    el

    sentido

    traslaticio,

    tomndola

    de

    la

    pintura

    para

    la

    poesa, no

    es

    exacta en

    el

    sentido que

    yo

    quiero

    exponer

    aqu; el

    escritor

    paisajista

    es el

    que

    ve

    en

    la

    naturaleza

    el panorama

    y

    tambin el

    modelo

    de

    retrica,

    el

    que

    habla

    de

    la

    naturaleza

    lo

    pintor,

    y

    as tan

    solo. Pero

    ha}'

    algo

    ms

    que

    esto

    en

    el

    poeta

    de

    la

    naturaleza,

    que no slo

    la pinta

    sino

    que

    la

    siente

    por dentro,

    pudiera

    decirse;

    ve en

    ella, adems del

    cuadro,

    una msica,

    una historia,

    casi casi

    un

    elemento

    dramtico.

    En

    Pereda, Tols-

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    25/379

    GALDS 19

    toi, verbi gracia, hay

    todo

    eso.

    Galds no

    es

    as;

    si

    pinta

    bien

    el

    cielo, los

    horizontes,

    montaas,

    mares, valles

    y

    ros,

    rboles

    y

    mieses,

    no

    es

    por

    especial vocacin

    y

    con

    preferencia

    y

    con lo

    ms

    exquisito de su arte,

    sino

    cuando

    el caso

    necesa-

    riamente

    lo

    pide,

    y

    porque su

    gran

    imaginacin

    y

    pluma hbil

    se

    lo

    dejan

    describir bien

    todo.

    Pues

    por todo

    esto,

    por

    no

    ser

    Galds

    paisajista,

    me-

    jor naturalista

    (ya

    se comprende en

    qu concep-

    to

    hablo ahora) no hay

    en sus

    libros

    reminiscen-

    cias de su

    patria.

    No

    se

    trajo

    este

    poeta

    pegada

    la

    retina la

    imagen

    del

    sol de

    sus

    islas.

    Por

    eso

    no

    desprecia los gorriones,

    ni

    los

    chopos,

    ni las

    dems

    vulgaridades

    de

    la

    naturaleza

    burguesa,

    podra

    decirse,

    que se

    encuentra

    en

    los alredores

    de

    Madrid,

    verbi

    gracia,

    como

    despreciaba

    sus

    similares

    de

    Pars

    Tefilo

    Gautier,

    refirindose

    un

    poeta

    que

    haba vivido en

    Oriente.

    Podra

    resumirse en

    un

    rasgo

    general

    (no

    rigu-

    rosamente

    exacto,

    pero

    si

    comprensivo

    de

    lo ms

    de

    la

    idea)

    lo

    que

    vale la naturaleza en

    las

    nove-

    las

    de Galds,

    diciendo

    que

    es...

    el lugar

    de la

    escena,

    que

    representa

    esto

    lo otro.

    La

    natura-

    leza en

    sus libros

    rara

    vez aparece sola,

    cantando

    esa gran

    msica instrumental

    en que

    el hombre

    no

    interviene,

    entra

    lo sumo como

    accidente en

    la

    general armona;

    y

    esto

    mismo

    se

    da

    la

    mano

    con

    la calidad del eminente antilirisnio que

    ya he no

    tado en

    el

    arte

    de Galds.

    Como la

    Odisea,

    pe-

    sar

    de ser una serie de viajes por

    el

    Mediterrneo,

    no

    pinta

    la

    hermosa naturaleza

    sino

    como

    fondo

    del

    retrato

    de

    Ulises,

    y

    casi

    tambin

    como

    en

    Shakes-

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    26/379

    20

    LEOPOLDO

    ALAS

    (CLARN)

    peare,

    la

    naturaleza decorativa acompaa

    al hom-

    bre

    para

    acabar

    de

    explicarlo,

    para

    darle

    asunto

    en que

    muestre

    cmo vive,

    cmo

    siente,

    cmo

    piensa,

    as

    en

    la

    novela de

    Galds,

    las

    llanuras de

    Castilla, las montaas

    del

    Norte

    y

    los

    horizontes

    claros

    y

    los cielos

    puros

    de Andaluca

    acompaan

    sus personajes,

    y

    por

    ellos salen

    plaza,

    y

    ellos

    se

    subordinan

    en

    el

    orden

    esttico,

    siendo,

    en

    fin,

    todo lo

    contrario de

    lo

    que

    viene

    suceder,

    verbi

    gracia,

    en

    El sabor

    de

    la

    tierriica,

    de Pe-

    reda,

    para

    dar

    un

    ejemplo

    de que todos

    pueden

    acordarse.

    Dicho todo

    esto,

    en

    digresin

    ms

    menos

    en-

    lazada

    con

    el

    hilo

    del

    discurso, queda visto

    lo

    ne-

    cesario

    para

    comprender

    por qu

    no

    har mucha

    falta

    en novelista

    como Galds conocer

    muy

    fondo

    y

    con

    pormenores

    lo

    que

    fu

    de

    su

    vida

    en

    su

    tierra

    y

    lo que

    an ve

    de

    ella, cuando

    cierra

    los

    ojos

    y

    recuerda

    la

    niez

    y

    la

    adolescencia,

    ya

    lejanas.

    II

    Vine

    Madrid

    el

    63

    y

    estudi la carrera

    de

    le-

    yes

    de mala

    gana

    (la historia eterna

    de los

    espa-

    oles

    que

    no

    han

    de

    ser

    Gamazos);

    all,

    en

    el

    Instituto,

    fui

    bastante

    aprovechado;

    aqu todo

    lo

    contrario.

    Tengo una

    idea

    vaga de

    que

    en

    los

    tres

    cuatro

    aos

    que precedieron

    la revolucin del

    68 se

    me ocurran

    m

    unas cosas

    muy

    raras.

    Hice

    algunos

    ensayos

    de obras

    de

    teatro,

    todo bastan

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    27/379

    GALDS

    21

    te

    mediano,

    excepto una

    cosa que me parece que

    era

    menos

    mala,

    si

    bien

    me

    alegro

    de

    que

    no

    hu-

    biera

    pasado

    de

    las Musas al

    teatro;

    y

    el

    67

    se me

    ocurri escribir

    La

    Fontana

    de

    Oro,

    libro

    con

    cierta

    tendencia

    revolucionaria.

    Lo

    empec aqu

    y

    lo continu

    en

    Francia

    ; al volver

    Espaa

    ,

    ha-

    llndome

    en Barcelona,

    estall

    la revolucin,

    que

    acog

    con

    entusiasmo.

    Despus

    estuve algn

    tiem-

    po como atortolado, sin saber qu direccin tomar,

    bastante desanimado

    y

    triste (no

    siendo

    exclusi-

    vamente

    literarias

    las

    causas

    de esta situacin

    de

    espritu). En aquel

    tiempo

    (del

    68

    al

    72)

    era

    yo

    punto fijo

    en

    el

    Ateneo

    viejo, pero

    me

    trataba

    con poca

    gente;

    apenas

    hablaba con dos

    tres

    personas.

    Por este tiempo que

    Galds

    se refiere

    en las

    anteriores lneas,

    que

    copio

    de

    una

    de sus

    cartas

    en que

    ms

    quiso

    decirme,

    fu

    cuando le conoci

    D.

    Jos

    Pereda,

    la

    otra

    columna

    de Hrcules

    de

    nuestra

    novela

    contempornea.

    Creo que el

    lector

    ver

    con

    gusto

    que

    yo

    deje al

    mismo

    Pereda la

    palabra. Nadie

    como l puede

    decir

    su

    primera

    impresin al

    encontrar

    al

    que

    haba

    de

    ser su com-

    paero de

    armas

    y

    de

    glorias,

    amigo

    de

    veras

    y

    constante, con

    esa

    clase

    de

    afecto

    y

    simpata

    que

    no suelen abundar

    en

    las

    relaciones

    privadas

    de

    los artistas,

    y

    menos

    en

    las

    ntimas,

    secretas

    y

    de

    pura intencin.

    Pero

    hable

    Pereda,

    y

    Dios

    le

    pa-

    gue

    en

    la

    medida

    que

    yo se

    lo

    agradezco las

    noti-

    cias

    y

    observaciones

    con

    que

    me

    regal hace

    po-

    cos

    das el

    ilustre

    autor

    de La

    puchera:

    ...

    Le

    mando

    estos

    cuatro

    garabatos en res-

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    28/379

    22

    LEOPOLDO ALAS (cLARN)

    puesta,

    mejor

    dicho,

    en

    cumplimiento

    del

    en-

    cargo

    que

    me

    hace

    usted

    en

    su

    carta del

    12,

    y

    siento

    que

    sea tan apurado

    ya el plazo, porque

    el

    tema ese

    merece

    larga pltica,

    que yo

    echara

    con

    gusto,

    porque tengo

    el corazn

    repleto

    del

    asunto.

    Relatado

    al

    vuelo,

    queda

    reducido

    muy

    poco lo

    que podr

    usted

    ver en

    la

    semblanza

    ma,

    hecha

    por Galds,

    que

    precede

    El

    sabor

    de

    la

    tierriica. El no

    haba

    publicado

    ms

    que

    La

    Fon-

    tana

    de

    Oro

    y

    algunos artculos literarios

    que

    m

    me gustaban

    mucho, muchsimo.

    Yo

    era

    la

    sazn padre de la patria,

    y

    haba

    echado al mundo

    las dos

    series

    de Escenas montaesas, muy

    cono-

    cidas de

    Galds.

    Un

    da del verano del

    71,

    espe-

    raba

    yo

    en el

    vestbulo

    de

    una

    fonda

    de

    esta ciu-

    dad que

    bajara

    un

    amigo

    mo

    quien

    haba

    avi-

    sado

    que

    le

    esperaba

    all.

    Maquina]

    mente

    me puse

    leer

    la lista

    de

    huspedes que

    tena

    delante,

    y

    vi que

    uno de ellos era

    D.

    Benito

    P. Galds.

    Con

    nimo de visitarle

    pregunt

    por

    l

    inmediatamen-

    te

    un

    camarero

    que

    pasaba.

    Ah

    le

    tiene

    us-

    ted, me

    respondi

    sealando

    un

    joven

    vestido

    de luto que

    sala

    del comedor.

    Me

    hice

    cruces

    mentalmente,

    porque

    no poda

    imaginarme

    yo

    que

    tuviera

    menos

    de

    cuarertta

    aos

    un

    hombre

    que

    se

    firmaba

    Prez

    Galds,

    y

    adems

    Benito,

    y

    adems

    hablaba

    de

    los

    tiempos de

    D.

    Ramn

    de

    la

    Cruz

    y

    de

    la

    Fontana

    de

    Oro como

    si

    los hubiera

    conocido.

    Yo tena

    entonces

    treinta

    y

    ocho

    aos.

    ^Hablando

    hablando, result

    que

    nos sabamos

    mutuamente

    de memoria,

    y

    desde

    aquel

    punto

    qued

    arraigada

    entre nosotros una

    amistad ms

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    29/379

    GALDS

    23

    que

    ntima,

    fraternal,

    que por

    mi parte

    considero

    indestructible,

    cuando

    lejos

    de

    entibiarse

    con

    las

    enormes

    diferencias

    polticas

    y

    religiosas

    que

    nos

    dividen,

    ms ia

    encienden

    y

    estrechan

    medida

    que

    pasan

    los

    aos.

    Yo me

    explico este

    fenmeno

    por

    la admiracin

    idoltrica

    que

    siento

    por

    el

    no-

    velista

    y

    por

    la

    ndole

    envidiable

    de

    su

    carcter

    dulcsimo;

    pero

    cmo

    se

    explica

    en

    l

    \?l

    fidelidad

    que

    me guarda

    y

    el

    cario

    con

    que me

    correspon

    de?

    En

    fin, que

    no

    acabara

    si

    me pusiera

    escribir

    sobre

    este

    tema.

    Todos

    los

    veranos

    nos

    vemos

    aqu

    (en

    Santander).

    En

    algunos

    de ellos

    me

    ha

    propor-

    cionado el

    regaladsimo

    placer de

    pasar

    unos

    cuan-

    tos

    das

    conmigo en

    Polanco.

    Nuestra

    correspon-

    dencia

    epistolar

    ha

    sido frecuentsima

    durante

    al-

    gunos

    inviernos,

    y

    muy

    rara

    la carta

    en

    que

    hemos

    tratado

    en serio

    cosa

    alguna;

    y

    tanto

    de

    esas

    co-

    rrespondencias

    como

    de

    nuestras

    conversaciones

    ntimas,

    he deducido siempre, que

    fuera

    de

    la

    po-

    ltica

    y

    de

    ciertas

    materias

    religiosas, en

    todas las

    cosas

    del

    mundo,

    chicas

    y

    grandes,

    estamos

    los

    dos

    perfectamente

    de

    acuerdo.

    Ser

    este

    el vnculo

    que ms nos une

    y

    estrecha?

    Un

    detalle

    curioso:

    Galds,

    que

    sera

    capaz

    de quedarse en cueros

    vi-

    vos

    por

    mi, no

    me

    regala sus

    obras

    cuando

    las

    pu-

    blica,

    sin duda por no

    tomarse

    la

    molestia

    de

    em-

    paquetar

    los

    ejemplares

    y

    mandarlos

    al

    correo...

    He

    copiado

    todo

    lo anterior

    porque pinta

    Gal-

    ds...

    y

    al

    retratista.

    Quiere

    explicarse Pereda

    cmo

    pesar de las

    diferencias

    religiosas

    se

    quie-

    ren tanto l

    y

    Galds;

    pues

    es

    porque

    la

    vida del

    espritu

    es

    para

    las

    almas

    dignas de

    tan

    hermos

    o

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    30/379

    24

    LEOPOLDO

    ALAS

    (CLARn)

    nombre, lo que era

    la milicia

    para Caldern

    de

    la

    Barca,

    una

    religin

    de

    hombres

    honrados.

    Menn-

    dez

    y

    Pelayo

    defendiendo

    con

    entusiasmo

    Cal-

    dos en

    la Academia,

    y

    diciendo

    de

    Lord Byron:

    Espritus

    dotados

    de tal

    energa,

    sea

    cualquiera

    el

    cauce

    por

    donde

    le

    han

    hecho correr,

    tienen

    en

    su

    propia

    fuerza

    inicial

    un

    ttulo aristocrtico

    que

    se

    impone

    todo

    respeto

    (1),

    es

    un

    capitn

    de esa

    milicia, un sacerdote

    de

    esa

    religin de

    espritus

    enrgicos.

    Galds

    y

    Pereda

    son los

    Discuros

    del

    arte

    realista

    moderno

    en

    Espaa,

    y

    pesar de

    mo-

    verse

    en escenario

    muy

    diferente

    la

    fantasa

    de

    cada

    cual,

    ofrecen

    muchas

    afinidades

    sus

    ingenios.

    Si

    se

    me

    dice

    quin son en nuestras letras

    contem-

    porneas los

    artistas

    ms

    inspirados

    por

    la

    vida

    real,

    menos sistemticos,

    ms genunamente

    espa-

    oles,

    por

    cuanto representan no

    el

    purismo

    arcai-

    co, sino

    el

    genio espaol

    tal

    como

    debe

    ser

    en es-

    tos

    das, respondo que

    Galds

    y

    Pereda.

    Y

    si

    se

    me

    dice

    quin son

    los artistas de

    pluma menos va

    nidosos,

    menos

    mujeres^

    ms

    sinceros,

    llanos,

    mo-

    destos

    y

    de

    veras cariosos,

    respondo: Galds

    y

    Pereda. Lo cual

    no

    quiere

    decir

    que no reconozca

    las

    mismas

    cualidades

    en

    otros

    pocos,

    pero

    en gra-

    dos

    distintos.

    La Fontana

    de

    Oro,

    aunque

    bien

    acogida, no

    tuvo

    por

    lo

    pronto

    todo

    el

    buen

    xito

    que

    mereca,

    y

    muchos

    no

    la leyeron hasta

    que

    la

    fama

    del

    autor

    (i)

    Para m,

    esta

    frase

    es

    sublime,

    de

    un

    sublime

    critico

    fecundo

    en enseanza. Encierra

    el

    principio

    ms

    exquisito

    de

    la crtica

    moderna.

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    31/379

    GALDS

    25

    fu

    creciendo,

    gracias

    los Episodios Nacionales.

    Pero

    La

    Fontana de

    Oro

    le pasa

    lo que

    las

    primeras

    novelas

    de

    los

    Rougon-Macquart

    de Zola,

    que

    son

    excelenies,

    pesar

    de

    no haber llamado la

    atencin

    al principio

    ms que

    de

    los

    pocos hom-

    bres

    de

    gusto

    que no

    aguardan

    para

    saborear

    lo

    bueno

    que

    la

    fama

    lo

    sancione. Flaubert

    lea con

    deleite

    la

    Conquista

    de

    Plassans,

    cuando

    apenas

    se

    hablaba de Zola, cuando ni

    un

    slo

    artculo

    se

    consagraba

    esta

    novela.

    En

    Espaa tambin

    pa-

    saba

    lo mismo:

    La

    Lontana de Oro

    deleitaba

    un

    juez

    experto

    y

    de

    gusto,

    don Francisco

    Giner,

    por

    ejemplo, pero

    no

    daba

    su autor todo el

    renom-

    bre

    que

    mereca

    desde

    luego.

    Tal

    vez

    esto

    contri-

    bua

    las

    vacilaciones

    y

    la

    inquietud

    moral del

    novelista.

    De

    estas

    dudas

    de la

    conducta^

    de

    esta

    impaciencia

    nerviosa que

    producen los tanteos

    de

    una

    vocacin

    que no

    se reconoce

    s

    misma

    por

    completo

    y

    con exactitud,

    algo nos

    dice,

    por

    refle-

    jo,

    SalvadorMonsalud,

    el

    protagonista

    de

    la

    segun-

    da

    serie de

    Episodios

    Nacionales.

    l tambin

    es-

    taba

    seguro

    de

    servir

    para

    algo,

    y

    no saba qu,

    y

    de

    todo

    probaba,

    y

    era poltico,

    y

    guerrero...

    y

    fil-

    sofo

    su

    modo,

    y

    hasta

    ensayaba

    en el

    piano sus

    cualidades

    musicales...

    hasta

    acabar

    por

    romper

    las

    teclas con un martillo. En aquella

    poca se me

    ocurran

    m

    unas cosas muy

    raras,

    nos dice

    ms

    arriba

    Galds,

    y

    estas

    cosas

    debieron de ser

    co-

    mezn de la voluntad,

    tanteos ideales

    de

    su fort-

    simo

    temperamento de

    artista,

    algo semejantes

    los

    de Monsalud.

    Acaso,

    acaso,

    ante

    la

    Revolucin

    y

    la

    indiferen-

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    32/379

    26

    LEOPOLDO ALAS (cLARn)

    cia

    del

    pblico

    por

    las

    cosas

    del

    arte,

    Galds

    so

    en

    ser

    hombre

    de

    accin,

    como

    so

    toda

    la

    vida

    Byron que

    despreciaba

    ratos

    en

    s

    mismo,

    al

    lia-

    hladof,

    al

    poeta,

    y

    como

    soaba

    Stendhal,

    cviyo

    santo

    patrn

    no era Homero, ni

    Dante,

    sino Napo-

    len

    I. Y

    es

    posible que el

    propsito,

    al

    principio

    para el mismo Galds

    obscuro, indeciso,

    de escribir

    la

    historia

    novelesca

    de

    nuestra

    epopeya

    nacional

    del

    presente

    siglo,

    fuese

    en

    parte como una deri-

    vacin

    de

    aquel

    prurito

    activo

    del entusiasta de

    la

    revolucin

    y

    del

    joven

    ensimismado,

    de

    luto

    y

    tris-

    te

    quien

    se

    le ocurran aquellas cosas raras.

    Hay

    tambin

    un

    modo

    de

    ser

    hombre de

    accin en

    el

    arte,

    y

    las novelas

    de

    Galds revelan al artista

    de

    este

    gnero; Galds generalmente no profundiza

    en el sueo, en

    la

    vaga

    idealidad, sino

    en

    la

    vida

    social

    y

    en la

    moral, parecindose

    en

    esto

    ltimo

    muchos

    escritores

    ingleses,

    que

    por

    cierto

    l

    es-

    tima

    grandemente. Los

    Episodios

    Nacionales fue-

    ron

    populares en seguida

    porque, si no

    en los

    pri-

    mores

    de

    arte

    que hay

    en

    muchos

    de

    ellos,

    en

    lo

    principal de su idea

    y

    en

    las brillantes, interesan-

    tsimas

    cualidades de

    su

    forma

    pudieron

    ser

    com-

    prendidos

    y

    sentidos

    por

    el

    pueblo espaol

    en

    masa.

    Galds

    no debe su

    popularidad

    vergonzosas

    transacciones con

    el

    mal

    gusto

    vulgar,

    sino al

    vigor

    de

    su

    talento,

    la

    claridad,

    franqueza

    y

    sentido

    prctico

    y

    de justicia que revelan sus obras.

    En

    muchas

    de

    stas, especialmente

    en las escritas

    des-

    de

    La

    Desheredada

    inclusive

    ac, hay

    mucho ms

    de

    lo

    que

    puede ver un

    lector distrado,

    de pocos

    alcances en

    reflexin

    y

    en

    gusto,

    pero

    en

    todas

    hay

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    33/379

    GALDS

    27

    adems

    ese gran realismo del

    pueblo,

    esa feliz

    concordancia con

    lo

    sano

    y

    noble del

    espritu

    p-

    blico, que

    lejos

    de

    ser una

    abdicacin del artista

    verdadero, es seal

    de

    que pertenece

    su ingenio

    las ms altas

    regiones

    del

    arte,

    de

    que

    es de aque-

    llos que

    la historia

    consagra,

    porque

    sin

    dejar

    de

    ser

    grandes

    solitarios cuando

    suben

    las

    cumbres

    misteriosas

    del Sina

    de

    la

    poesa,

    bajan

    tambin,

    como

    el

    Moiss de

    la

    Biblia,

    comunicar

    con

    el

    pueblo,

    y

    revelarle

    la presencia de los

    Eloim^

    que

    han

    sentido en las

    alturas...

    El

    ao

    1873

    dice Galds

    en

    el

    documento ci-

    tado

    escrib

    Trafalgar,

    sin

    tener

    an

    el

    plan

    completo

    de

    la

    obra;

    despus

    fu

    saliendo

    lo

    de-

    ms.

    Las novelas

    se

    sucedan

    de

    una

    manera,.,

    in-

    consciente.

    Doa

    Perfecta

    la

    escrib

    para

    la

    Re-

    vista

    de

    Espaa, por

    encargo

    de

    Len

    y

    Castillo,

    y

    la

    comenc

    sin

    saber

    cmo

    haba

    de

    desarrollar

    el asunto. La

    escrib empujones,

    quiero decir,

    trozos,

    como

    iba saliendo^

    pero

    sin

    dificultad,

    con

    cierta

    afluencia

    que

    ahora

    no

    tengo.

    Esta,

    falta

    de conciencia

    al escribir,

    y

    esta falta

    de

    plan

    de

    que

    habla

    Galds,

    recuerdan los

    primeros libros

    de

    Daudet,

    que tambin

    salieron as,

    como quiera,

    es

    decir,

    como

    quera

    la

    rica

    vena de

    la

    juventud

    vigorosa

    segura

    de

    s

    misma, de

    su

    abundancia

    y

    fuerza.

    Tanto en Daudet

    como

    en

    Galds

    las

    obras

    de

    la

    edad

    madura

    no

    salieron

    tan

    fcilmente,

    los

    dos

    se

    quejan

    de que

    les

    cuestan ahora ms

    trabajo;

    pero esto

    consiste

    en

    que los

    productos del

    ingenio

    maduro

    y

    reflexivo,

    para

    ser

    de ms peso

    y

    trans-

    cendencia,

    necesitan ms conciencia

    de lo que se

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    34/379

    28

    LEOPOLDO ALAS (CLARn)

    hace,

    aunque sea

    sin

    contar

    ya la graciosa

    y

    des-

    cuidada espontaneidad

    de

    la

    juventud

    del

    artista,

    que

    lia de

    ser un

    gran maestro.

    Y

    con

    todo, esa

    Doa

    Perfecta

    que sali empujones,

    muchos la

    consideran, yo

    no, como

    una de

    las obras ms

    per-

    fectas,

    mejor

    compuestas

    de

    su autor

    insigne.

    Pero ya llegamos

    Gloria;

    sta

    si que

    es

    para

    muchos,

    para

    los

    ms,

    la novela

    de

    las

    novelas

    de

    Galds;

    lo

    menos

    fu la que le

    dio

    ms

    gloria,

    >

    no

    s

    si

    dinero, la

    que le

    puso

    la altura de los

    primeros

    novelistas en el

    concepto

    de

    la

    mayora.

    Pues

    todava,

    pesar

    de todo

    eso,

    no

    aparece

    en

    Gloria

    el

    autor

    pacienzudo

    y

    reflexivo

    que

    trabaja

    una

    novela,

    como una cosa seria

    y

    que no

    se

    hace

    todos

    los

    das

    ni cada

    pocos

    meses,

    segn

    con

    mu-

    cho

    juicio advierte

    el

    mismo

    Daudet los que le

    llaman perezoso.

    Oigamos

    Galds:

    Gloria fu obra de

    un entusiasmo de

    quince

    das. Se

    me ocurri

    pasando por

    la

    Puerta del Sol,

    entre

    la calle de la

    Montera

    y

    el

    caf Universal;

    y

    se

    me

    ocurri

    de

    golpe,

    viendo

    con

    claridad

    toda

    la

    primera parte. La segunda

    es postiza

    y

    tourmen-

    te.

    Ojal no

    la hubiera escrito

    X...

    tuvo

    la culpa

    de

    que yo

    escribiera

    esa

    segunda

    parte,

    porque

    me

    dijo

    (demonio

    de crticos )

    que deba sacar

    las

    consecuencias

    de

    la

    tesis

    y

    apurar

    el

    tema.

    Nada

    dice

    Galds

    de

    cmo

    naci

    Marianela

    ni

    los

    datos (si

    estos

    son datos) que ha querido co-

    municarme

    aaden ms

    lo

    dicho,

    sino

    que

    des-

    de

    La

    Desheredada

    ac ha ido

    advirtiendo

    que

    cada

    vez

    le

    cuesta ms el trabajo, sin

    duda

    por

    ser

    ms

    reflexivo...

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    35/379

    GALDS

    29

    Agotada,

    por

    ahora,

    la

    fuente

    de

    las noticias

    autnticas,

    todo

    lo

    dems

    que

    yo

    pudiera

    decir

    de

    odas

    de la

    poco accidentada vida de

    Prez

    Cal-

    dos,

    sera repeticin de

    lo que han

    dicho

    los

    peri

    dicos que

    en pocas distintas publicaron artculos

    biogrficos

    del

    que

    ya

    todos

    casi

    todos

    llaman

    primer

    novelista

    espaol. Por esos artculos

    saben

    los

    lectores

    que

    el

    autor

    de

    El

    amigo

    Manso

    fu

    periodista,

    que milit desde

    joven,

    del modo que

    su carcter, gnero de

    vida

    y

    aficiones

    se

    lo con-

    sintieron,

    en

    el partido

    liberal

    monrquico,

    en el

    cual

    figura

    todava, hoy

    en

    calidad de

    diputado

    Cortes

    por

    Puerto

    Rico.

    Saben

    todos

    tambin

    que

    Caldos

    no

    es

    amigo

    de

    exhibiciones

    ni

    reclamos,

    que

    se retira temprano,

    no

    \a

    al

    teatro,

    que

    le

    da

    jaqueca; ni

    tampoco frecuenta

    lo que

    llamamos

    el

    gran

    mundo,

    aunque

    tiene buenas

    relaciones

    en

    las

    clases ms altas...

    Prefiero,

    dar

    una

    edicin

    ms de

    esta

    clase de

    notas

    biogrficas,

    terminar

    por

    esta

    vez

    mi

    cometido

    hablando

    de

    mi

    Caldos,

    es

    decir, del que

    yo

    conozco,

    trato,

    quiero

    y

    ad-

    miro

    (1).

    (i)

    Por

    no

    repetir

    lo tantas

    veces publicado, omito

    hablar

    de

    la

    fama

    de

    Galds en

    el

    extranjero,

    y

    me

    abstengo de

    enumerar

    las

    traducciones

    que

    en

    nueve

    lenguas

    se han

    hecho

    de varios de

    sus

    libros.

    En las

    Revistas

    principales

    de Amrica, Inglaterra,

    Francia,

    Italia,

    etc.,

    Galds

    es hoy

    considerado

    por

    los

    ms

    fa-

    mosos

    crticos

    como

    uno

    de

    los grandes novelistas

    con-

    temporneos, el

    mejor de

    Espaa

    sin

    duda.

    Galds

    y

    Armando

    Palacio,

    que en

    los Estados

    Unidos es

    un

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    36/379

    30

    LEOPOLDO ALAS

    (CLARn)

    III

    Galds lleg

    mi

    admiracin

    y

    mis

    simpatas,

    como

    las de

    casi todos sus

    lectores, ganndose

    por la

    excelencia

    intrnseca de sus obras este

    ho-

    menaje

    espontneo.

    Tiene razn Pereda: el

    Benito

    Prez Galds no sonaba gran artista,

    joven

    y

    original

    y

    revolucionario

    de la novela.

    Era

    yo es-

    tudiante

    de

    Filosofa

    y

    Letras

    en

    Madrid, cuando

    por vez

    primera

    me

    fij

    en

    el

    nombre

    de Prez

    Galds leyendo

    en

    una

    librera

    la

    cubierta del

    Audaz,

    segundo

    libro del escritor

    que

    entonces

    me

    figuraba

    como

    un

    constitucional

    que

    en

    sus

    ratos

    de ocio

    escriba

    obras

    de

    vaga

    y

    amena

    literatura.

    Enfrascado

    en la lectura de

    filsofos

    y

    poetas

    alemanes,

    me

    parecan entonces poca

    cosa

    muchos

    de mis

    contemporneos

    espaoles...

    quienes

    no

    lea. Ya iban

    publicados varios

    Episo

    dios

    Nacionales

    cuando

    ca

    en

    la

    cuenta

    de

    que

    deba

    leerlos...

    Y

    los

    pocos

    meses

    era

    yo,

    sin

    ms

    recomendacin

    que

    estas

    lecturas, el

    primer

    admirador

    de

    aquel

    ingenio tan

    original, rico,

    pru-

    dente,

    variado

    y

    robusto

    que

    prometa lo que

    em-

    pez

    cumplir muy

    pronto: una

    restauracin

    de

    la

    novela

    popular,

    levantada

    pulso

    por

    un

    hom-

    bre solo.

    novelista popular,

    como

    podra probarse, son

    dos

    espa-

    oles

    de

    ahora

    que han

    entrado

    ya en

    el

    turno

    privile-

    giado

    de

    la

    lectura universal.

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    37/379

    GALDS

    31

    Conoc

    Galds

    en

    el

    Ateneo,

    en el Ateneo

    nuestro,

    el

    antiguo,

    el

    bueno,

    el

    de

    Moreno

    Nieto

    y

    Revilla,

    en el

    saln de

    retratos.

    Vi

    ante

    m

    un

    hombre

    alto,

    moreno,

    de fisonoma

    nada

    vulgar.

    Si

    por

    la

    tranquilidad,

    cabal

    y

    seria

    honradez

    que

    expresa

    su

    fisonoma

    poco

    dibujada

    puede

    creerse

    que se

    tiene

    enfrente

    un

    benemrito

    comandan-

    te

    de

    la

    Guardia

    civil,

    con

    su

    bigote

    ordenancista,

    en

    los

    ojos

    y

    en la

    frente

    se

    lee

    algo que

    no

    suele

    distinguir

    la

    mayor

    parte de los

    individuos

    de

    las

    armas

    generales ni de

    las

    especiales.

    La

    frente

    de

    Galds

    habla

    de

    genio

    y

    de

    pasiones, por lo

    menos

    imaginadas,

    tal

    vez contenidas;

    los ojos,

    algo

    plegados

    los

    prpados, son

    penetrantes

    y

    tie-

    nen una

    singular

    expresin

    de

    ternura

    apasionada

    y

    reposada

    que

    se

    mezcla

    con un

    acento

    de

    mali-

    cia. ..la

    cual,

    mirando

    mejor, se ve

    que es

    inocente,

    malicia

    de

    artista.

    No viste mal...

    ni bien.

    Viste

    como

    deben

    hacerlo

    todas las

    personas formales;

    para

    ocultar

    el

    desnudo,

    que

    ya no

    es

    arte

    de

    la

    poca.

    No

    habla

    mucho,

    y

    se

    ve

    luego

    que

    prefie-

    re

    oir,

    pero

    guiando su

    modo, por

    preguntas,

    la

    conversacin.

    No

    es

    un

    sabio,

    pero

    s

    un

    curioso

    de

    toda clase

    de conocimientos,

    capaz

    de

    penetrar

    en

    lo

    ms

    hondo

    de

    muchos

    de

    ellos, si

    le

    importa

    y

    se

    lo

    pro-

    pone.

    Se

    conoce

    que

    una

    de

    las

    disciplinas

    que

    me-

    nos le agradan

    este literato...

    es

    la retrica. Es

    todo

    lo

    contrario

    de esos

    hombres

    de

    letras que

    en su

    vida

    han

    hablado

    en

    sus

    papeles

    ms

    que de

    l)apel

    impreso

    manuscrito;

    es

    de los artistas

    que

    no

    aman

    el material

    por el

    material.

    Si

    hubiera

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    38/379

    32

    LEOPOLDO

    ALAS

    (cLARn)

    modo

    de

    ser

    novelista por

    seas, lo sera. Aunque

    en

    sus

    obras

    abundan

    los

    prrafos

    numerosos,

    pin-

    torescos, llenos

    de colores,

    no

    hay

    aqu

    ms que

    una

    vlvula para otras tantas ideas

    imgenes,

    no

    el

    prurito

    del perodo

    sonoro

    y

    rotundo, ni menos

    el

    afn

    pictrico-literario

    de

    hacer de

    las nueve

    diez partes

    de

    la

    oracin

    una paleta de colores.

    Cuando

    Galds

    escribe

    mejor

    es

    cuando

    no

    piensa

    siquiera en

    que

    est

    escribiendo,

    y

    cuando

    tampo-

    co el lector se fija en

    aquel

    intermediario indispen-

    sable

    entre

    la

    idea del

    autor

    y

    el propio pensa-

    miento.

    Y

    Galds

    escribe

    casi siempre as,

    y

    se

    puede decir que

    escribe... como

    viste,

    sin

    asomos

    de

    pretensiones,

    y

    porque no hay

    ms remedio

    que

    escribir

    para

    explicarse.

    Su

    conversacin

    no

    tira

    ser

    chispeante,

    pero

    pocas

    veces

    deja de in-

    sinuar,

    si se

    trata

    de

    asuntos

    de importancia,

    algo

    que,

    si

    de

    pronto no

    brilla ni

    impresiona

    mucho,

    se

    va

    haciendo

    camino

    en nuestro

    espritu

    y

    se

    hace

    recordar

    mucho tiempo

    despus.

    Lo

    de latet

    an-

    gis

    in

    lierba

    se

    puede

    decir

    del

    ingenio

    de

    Gal-

    ds.

    Nadie

    como

    l

    para

    engaar

    los tontos que

    no ven

    el

    talento

    sino

    cuando

    viste

    uniforme,

    cuando ensea

    bordaduras

    y

    cimeras

    que

    hieren

    los

    sentidos.

    Lo

    mismo que

    con

    l

    sucede

    con

    sus

    libros,

    cuya

    profundidad

    no

    quieren

    no

    pueden

    conocer

    muchos,

    porque

    el

    autor

    no

    se

    lo

    anuncia

    con

    tecnicismos

    de

    esttica

    de

    sociologa

    de

    cualquier

    otra

    cosa de ctedra,

    ni

    tampoco

    con

    amaneramientos filosficos

    sentimentales,

    de-

    clamatorios

    populacheros.

    Si hubiramos

    de

    juzgarle

    por

    comparaciones.

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    39/379

    GALDS

    33

    creo

    que

    se

    podra

    recordar, como el ms

    semejan-

    te

    al

    de

    sus

    obras,

    el

    espritu

    que

    predomina

    en

    los

    artistas ingleses

    de la novela,

    y

    aun

    en

    general se

    podra aadir que Galds

    tiende

    ser

    como varios

    personajes de

    sus

    ltimas novelas:

    un

    espaol

    la

    inglesa.

    Sus

    viajes

    ms

    frecuentes

    al

    extranjero

    van

    parar

    Londres,

    y

    sus

    lecturas

    favoritas

    son

    ahora

    las

    novelas

    inglesas...

    y

    los

    libros

    de

    ciencia

    positiva,

    de

    aplicacin inmediata.

    Y ya

    que

    llego

    estas

    materias,

    y

    llego con

    prisa

    porque

    el

    espa-

    cio se acaba,

    extender

    una especie

    de

    padrn es-

    piritual

    de

    don

    Benito,

    guindome

    por

    las

    seas

    de

    lo

    que yo he

    observado,

    y

    prescindiendo

    de

    amplificaciones

    que

    seran

    convenientes,

    pero

    que

    ya

    no

    caben

    en

    los

    estrechos

    lmites

    de este

    fo-

    lleto

    (1).

    (i) Si

    tuviera

    espacio

    recordara la ciencia

    de

    Ma-

    drid

    que

    posee

    Galds,

    y

    el

    placer que

    causa recorrer

    con

    l

    los

    barrios

    bajos,

    escudriando

    curiosidades

    y

    evocando

    escenas

    histricas

    en

    el

    lugar

    de

    la

    escena.

    El Curioso Parlante

    quera

    como

    hijo de

    sus

    ms

    caras aficiones

    al

    autor de

    los

    Episodios,

    y

    admiraba

    que sin haberlos

    vivido conociese tan

    bien aquellos

    tiempos

    que Mesonero

    Romanos

    consagraba un

    cul-

    to.

    Yo

    he

    visto un regalo

    de

    Mesonero Galds...

    era

    un

    pedazo

    de

    pan

    del

    ao

    del

    hambre.

    Otro

    punto

    digno de

    tocarse: Galds en sus relaciones

    con los de-

    ms

    literatos.

    No trata

    muchos con intimidad,

    pero

    admira

    algunos

    muy de veras: por ejemplo,

    Valera,

    cuya Pepita

    Jimnez

    tiene

    por un

    dechado de

    estilo.

    No le

    gustan

    los

    poetas,

    no

    ser

    muy buenos.

    Se mue-

    re

    de

    risa

    con los

    versos

    de

    los poetastros

    acadmicos.

    Clarn.

    Tomo

    I

    3

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    40/379

    34

    LEOPOLDO alas' (cLARn)

    Galds

    es hombre

    religioso;

    en momentos

    de ex-

    pansin

    le

    he

    visto

    animarse

    con

    una

    especie

    de

    uncin

    recndita

    y

    pudorosa,

    de esas

    que

    no pue-

    den

    comprender

    ni

    apreciar los

    que por

    oficio,

    y

    hasta

    con

    pinges

    sueldos, tienen

    la

    obligacin

    de

    aparecer

    piadosos

    todas

    horas

    y

    en

    todas

    partes.

    De

    este principalsimo aspecto de

    su

    alma

    nos ha-

    blan,

    por

    modo

    artstico,

    varios

    personajes

    y

    esce-

    nas

    de

    sus

    novelas, por

    ejemplo,

    y

    sobre

    todo,

    cier-

    tos misticismos

    muy bien sentidos

    y

    expresados

    de

    La

    batalla

    de

    los

    Arapiles,

    y

    singularmente

    aquel

    Luis de Gonzaga

    de La

    familia

    de Len

    Rock,

    cuando prximo la

    muerte, desde

    su

    iardn

    con-

    templa el cielo estrellado,

    detrs del

    cual

    est

    el

    Dios

    de su

    fe

    de santo. Pero Galds, fiel

    su

    esp-

    ritu ingls, hasta

    para

    la religin prefiere

    el

    lado

    prctico

    de

    las cosas;

    y

    as, Doa

    Perfecta

    y

    Glo-

    ria

    particularmente,

    y

    el

    mismo

    Len

    jRoch,en

    ge-

    neral,

    tratan

    la

    cuestin de

    las

    cuestiones,

    la

    religio-

    sa,

    como inters humano,

    como

    asunto

    sociolgi-

    co. Igual tendencia lleva

    la

    filosofa,

    que

    tam-

    Es

    de los que comprenden

    la

    sana

    alegra de

    leer

    ve-

    ces

    entre

    carcajadas sin

    hil

    ilustres disparates.

    No

    s

    quin

    le

    ha

    dado

    un

    tomo

    de

    versos

    msticos de

    Caete,

    Cueto,

    etc., capaces de

    acabar con

    una

    religin posi-

    tiva... De

    lo

    que

    no cabe habUir,

    ni

    en

    sumario,

    es

    de

    lo

    que es

    y

    significa

    Galds

    en

    la novela

    moderna

    es-

    paola; de esto no

    se puede

    tratar

    en

    cuatro

    palabras.

    Mi humilde opinin

    sobre

    el

    caso

    puede

    verla

    el

    lector

    desocupado en

    mis

    librejos Solos

    de

    Clarn,..^

    Sermn

    perdido,

    Nueva

    campaa

    j

    Mezclilla,

    etc.,

    etc.

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    41/379

    GALDS

    35

    bien,

    es

    claro,

    anda

    cada

    paso

    por sus

    novelas,

    con

    los

    disfraces

    de

    la

    poesa,

    indispensables

    para

    que

    se

    pueda

    transigir

    con

    ella

    en el

    arte.

    La

    filo-

    sofa

    de

    Galds

    no es

    positivista,

    pero

    si positiva,

    en el

    sentido

    de referirse

    sus elementos

    ticos,

    polticos

    y

    fsicos

    principalmente.

    La

    especulacin

    por la

    especulacin,

    el

    ensueo

    potico

    filosfico

    no

    son

    de

    su

    gusto;

    la

    ciencia

    la

    quiere

    Galds

    para

    algo prctico;

    el inters

    de

    la filosofa

    est

    en

    su

    aplicacin la

    conducta

    de

    los

    hombres...

    Y

    el

    amor?

    El

    nico

    Dios pagano que

    queda

    y

    que

    tanto

    tie-

    ne que

    ver,

    bien sentido, con

    filosofas

    y

    aspira-

    ciones

    religiosas,

    el

    amor, qu

    es

    de

    l

    en

    este

    novelista?

    Pues slo

    puedo decir que

    yo

    no

    s

    si

    en

    la

    vida

    tuvo

    novia

    mi

    ilustre

    amigo,

    que

    me

    ha

    contado muchas

    cosas...

    de

    otros,

    pero jams

    sus

    primeros

    amores,

    ni los dems

    de

    la serie, si

    la

    hubo.

    Y

    en

    este

    terreno

    las

    conjeturas

    pecaran

    contra

    la

    prudencia.

    Sin

    embargo,

    dii

    que

    si

    pu-

    diera

    ser

    ley psicolgica del artista

    que

    la

    larga

    su

    fantasa fuera

    reproducir

    los

    sueos

    de

    sus

    preferencias,

    la

    mujer

    que

    ms

    le

    gusta

    Galds,

    acaso

    la que

    vive

    en su

    recuerdo,

    y

    no

    s si en

    algo ms que

    el

    recuerdo,

    es la que se

    parece

    Mara Egipciaca

    por

    la

    hermosura del

    rostro,

    pero

    ms

    Camila

    y

    Fortunata

    por

    el

    espritu;

    mujer

    muy

    espaola, de

    rompe

    y

    rasga

    hasta

    cierto

    pun-

    to,

    honrada por temperamento, suelta

    de

    modales,

    sin

    que

    lleguen

    libres, la

    mujer

    ms lejana

    de lo

    que

    llaman

    el

    cant

    en

    Inglaterra;

    porque Galds,

    mi juicio, ira

    la Gran Bretaa por

    costumbres,

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    42/379

    36

    LEOPOLDO

    ALAS

    (cLARn)

    poltica

    y

    hombres...

    pero

    nopor

    mujeres. Siguien-

    do

    el

    orden

    de lo

    que

    llaman

    en la

    escuela los

    fines

    racionales,

    viene despus

    del amor

    (con que

    la

    escuela

    no

    cuenta)

    el arte... Qu

    opina

    y

    siente

    Galds del

    arte? Pues

    opina

    que

    se

    les

    debe

    dejar

    los

    artistas.

    Sentencia

    profundsima

    que

    explica

    latamente

    y

    con

    garbo

    Menndez

    y

    Pelayo

    al

    po-

    ner,

    en

    su

    Historia

    de

    las ideas

    estticas

    en

    Es-

    paa,

    como chupa

    de dmine

    al jesuta Jugmann.

    Pero

    Galds

    no

    admite de

    buen

    grado

    los

    crticos

    en

    el

    santuario,

    y

    en

    esto hace

    mal,

    pues

    deben

    entrar

    en

    l

    tambin

    los que

    adems

    de

    crticos

    sean

    artistas,

    como,

    verbigracia,

    el

    citado

    Menn-

    dez y

    Pelayo.

    A

    la

    msica

    ha

    sido,

    y

    creo

    que

    es

    todava,

    muy

    aficionado

    nuestro autor;

    cuando

    era

    estudiante,

    y

    tal

    vez algn

    tiempo

    despus,

    era.

    plinto

    fijo,

    como l

    dice,

    en

    el Real,

    probable-

    mente

    en el

    Paraso,

    del cual conservan

    recuerdos

    sus

    obras,

    singularmente Miai, un

    apodo

    creado

    en

    aquellas

    altas

    y

    filarmnicas regiones.

    En

    La

    Desheredada

    hay

    todo un himno de

    grandiosa

    y

    vehemente

    poesa una

    de

    las

    obras

    maestras

    de

    la

    msica

    clsica,

    y,

    por

    ltimo,

    el

    obispo

    Lan-

    tigua

    de

    Gloria es

    el smbolo

    de los

    aficionados

    de

    corazn

    y

    sin

    odo,

    de

    la

    divina

    Euterpe:

    el

    panfilo

    de la

    msica,

    porque

    la

    adora

    sea

    como

    sea;

    manera

    de

    entenderla que

    tiene su

    filosofa;

    y

    que

    tal

    vez

    se

    da

    la

    mano

    con

    el

    wagnerismo de

    los

    ltimos

    wagneristas

    los

    que dicen

    que

    Wag-

    ner

    no lo era. Respecto de

    la

    pintura,

    baste decir

    que Galds

    dibuja

    ms que

    medianamente,

    que l

    .

    mismo

    ha

    ilustrado

    algunos

    de sus

    Episodios

    Na-

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    43/379

    GALDS

    37

    Clnales,

    y

    que

    hace

    aos, all en Santander,

    por

    el

    verano,

    tom

    en

    serio

    el

    hacer

    acuarelas

    con

    todas

    las

    reglas

    y

    todos

    los

    chismes

    del

    arte.

    De

    la

    escultura,

    que es el arte

    que Cnovas del

    Castillo

    encuentra

    ms

    distinguido,

    no

    s lo

    que

    piensa

    Galds.

    Supongo

    que

    pensar

    que

    no

    tene-

    mos escultores

    } que

    por

    eso

    le

    gusta

    Cnovas.

    Llegamos,

    mucho

    me

    equivoco,

    al

    fin

    econmi-

    co,

    y

    aqu slo

    hay

    que

    decir

    que

    Galds

    es e

    los

    pocos

    espaoles que pueden

    vivir

    con

    relativa hol

    gura de lo

    que.

    escriben,

    entendiendo

    por

    escribir

    el

    hacerlo

    como

    Dios manda

    y

    en puro

    arte

    de las

    letras.

    Sus

    libros,

    sobre

    todo la edicin ilustrada'

    de

    los

    Episodios,

    le

    han

    dado

    pretexto para

    viajar

    por

    toda

    Espaa,

    creo

    que

    sin

    excepcin

    de

    una

    -provincia.

    Galds prefiere

    Santander

    para el

    ve-

    rano,

    Zaragoza para

    los

    das

    heroicos

    y

    Sevilla

    para siempre

    y

    para soar

    con

    ella...

    y

    San

    Se-

    bastin para maltratarlo,

    como

    buen

    santanderino

    de verano.

    Del

    fin

    poltico

    no hay que

    hablar;

    j'a

    he

    dicho

    que

    es

    Galds

    diputado por Puerto

    Rico,

    y

    sigue

    la

    poltica

    liberal monrquica. Opina que

    esto

    es unaperdicin,

    como

    opinamos

    todos,

    des-

    de el prncipe

    capitn general altivo

    hasta

    el

    que

    pesca

    en ruin barca,

    sea

    un

    cacique de cam-

    panario;

    pero

    aade Galds que desde que ve

    la

    poltica

    espaola

    de

    cerca

    se

    ha

    convencido de

    que, si

    esta

    tnanif

    estacin

    de

    la

    actividad

    anda

    mal

    y

    tiene

    grandes vicios,

    no est

    peor

    que

    otras

    muchas

    vianif

    estaciones.

    Y tambin

    en esto acier-

    ta.

    Y ahora

    llegamos

    al

    fin...

    es decir,

    al

    fin

    de

    este folleto,

    porque

    dejo en el tintero

    muchas

    co-

  • 7/24/2019 Benito Prez Galds - Obras Completas Volumen I

    44/379

    38

    LEOPOLDO ALAS (CLARn)

    sas

    que

    dira

    tener

    ms

    espacio

    disponible.

    Si

    algn

    da

    logro

    reunir

    ms

    datos,

    dir

    lo

    que

    me

    falta.

    Y perdone

    Galds

    por esta vez,

    Puede

    ser

    que

    al

    verse

    tan

    maltratado,

    mejor, tratado

    tan

    mal, parodiando

    al otro,

    se diga:

    Dichosos los

    pueblos

    y

    los

    Commeleranes

    que

    no

    tienen

    his-

    toria